"M y P l a c e"[SasuNaru][AU][Mpreg]

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  1. zafiroeindigo
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    Muchas gracias por los comentarios =D
    aquí el segundo capítulo n_n


    Nota aclaratoria:



    “Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película La Otra Tierra, ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.”


    Dada estas explicaciones, podemos proseguir…




    - M y P l a c e -




    H e l p
    (Capítulo II)





    Naruto comenzó a dudar. ¿Valía la pena decirlo?, por supuesto que sí. Pero también tenía miedo. No podía negarlo, ¿quién iba a pensar que Uzumaki Naruto tendría miedo de la reacción de Uchiha Sasuke? No debía. Al menos aún no podía decirlo.

    -¿Qué me querías decir?- insistió el moreno al ver como Naruto no se atrevía a continuar.
    La mente de Naruto quedó unos momentos en blanco. Sin saber que contestar a eso, solo lanzó lo primero que se le vino a la mente.

    -Yo… ¿por dónde quieres que empiece el aseo?- Para qué negarlo; ¡que pregunta más estúpida!, pensó. Observó a Sasuke, el que rió de medio lado. El rubio no pudo evitar su curiosidad, en todo este tiempo jamás le había visto dar, siquiera un atisbo de sonrisa.

    - ¿Y eso era lo tan importante que querías decirme, usuratonkachi?-

    El rubio cerró sus ojos y puño con fuerza dejando la taza en la mesa de centro, y levantándose en el acto, sabía que lo primero que dijo su mente y sus labios, no había sido lo más elaborado que puede dar la psiquis humana, pero tampoco era para que le insultara. Con su orgullo herido, argumentó una escusa rápida.

    -Es importante saber en qué lugares vas a estar en la casa, para yo poder limpiar los que no ocupes con tranquilidad y sin encontrarnos-ttebayo.-

    El moreno le observó durante unos segundos, el rubio se preguntaba que tanto le observaba.

    – Por primera vez te encuentro la razón, dobe.-

    -Deja de hablarme así ¿quieres? tengo nombre, soy Uzumaki Naruto para ti, me da igual si me quieres llamar por mi nombre o apellido, pero no me insultes teme.-

    El moreno tranquilamente tomó un diario que estaba en la esquina de la mesa de centro, leyendo la primera página, para luego observar al rubio.

    -Mira quien está insultando ahora. No me interesa como te llames, o quien seas, viniste por dinero ¿no?, limpia las habitaciones que solo están abiertas.- le increpó el moreno, con una frialdad que se asemejaba al polo norte, si Naruto no supiera que el moreno había podido formar una familia, pensaría que esos ojos y actitud podían torturar hasta a un niño.

    Naruto no pudo evitar esa mirada repleta de frialdad. Era una muralla de odio y resentimiento, no podía evitar sentirse culpable. Su corazón latía frenético. No sabía cuánto tiempo aguantaría esto, pero debía hacerlo. De todas formas asintió a lo que decía el moreno, mal que mal, Naruto era el empleado.

    -Entonces trabaja, no te voy a dar dinero sin que hagas nada.- El moreno sonrió de medio lado, Naruto volvió a mirar curioso, pero esa media sonrisa no reflejaba nada a la de antes; - A menos que quieras ganar dinero de otra forma-.

    El rubio tembló ligeramente. El tono de voz y la mirada que le dio el moreno, le causaron una sensación extraña, pero también de humillación. Uno por algo que no comprendió, dos por como lo catalogaba, y tres acaso y después de todo, ¿podía tener relaciones pasajeras luego de todo lo que había pasado?, en ese momento Naruto no sintió pena por el moreno; sintió rabia e ira al saber lo que había cometido el moreno, era obvio que no había guardado un luto muy largo por la muerte de su familia.

    -Eres un imbécil.- Terminó de decir, para luego darle la espada. Tomar la pala y escoba, para dirigirse a otra habitación a limpiar.
    El moreno solo se limitó a abrir el diario y comenzar a leer. No era su intención joderle la existencia a alguien, menos a un “niño” como era Naruto, pero algo en él lo irritaba y no lo dejaba actuar correctamente. No tenía idea que era, supuso que quizás fuese porque además de las mujeres que encontraba por allí para acostarse de vez en cuando, no asistía nadie más a su casa.

    El rubio tardo una hora en cada pieza, partiendo por la que parecía ser una biblioteca. El suelo estaba repleto de botellas vacías de whisky, coñac, vodka, tequilla, entre otras bebidas alcohólicas y unas tantas latas de cerveza. Al parecer el moreno le gustaba bastante ese tipo de bebidas. Le costó bastante ordenar la pila de libros, ya que el moreno los tenía ordenado por autor. El escritorio envuelto en polvo, ahora mostraba su color oscuro, bastante pulcro. Se dirigió a otra habitación en donde había una gran cantidad de películas, con un televisor en medio y un reproductor. Al parecer al moreno le gustaban bastante las películas. Empezó a apilarlas por Sagas, hasta que de pronto encontró una estantería en donde se encontraban unos pequeños trofeos. Al parecer eran premios: Mejor Dirección festival de la Nube, Mejor guión festival de Suna, Mejor fotografía Festival del Viento, Mejor Montaje festival de Konoha séptima versión, mejor banda sonora… y así sucesivamente. Naruto observaba sorprendido, un montón de premios en diferentes ciudades, y unas cuantas fotografías de un moreno más joven recibiendo dichos premios, Sasuke era Cineasta. Naruto apiló y ordenó por año los premios y las fotografías, en una esquina apreció un montón de turros de hojas blancas anilladas. Comenzó a ojearlas sin poderlo evitar y cuál fue su sorpresa al observar que todos ellos eran guiones, por lo menos unos 20 guiones de unas 80 a 120 páginas, otros unos tantos borradores. Fascinado observaba como la mente del moreno podía crear tanta escritura.

    -No te he dado permiso para registrar mis cosas, dobe.- Naruto inmediatamente por el susto botó uno de los guiones que estaba leyendo. Maldijo al aire por el susto, y lo recogió, comenzó a apilarlos mientras observaba de reojo al moreno, él que le miraba enfadado.

    - Estoy terminando esta sala.- argumentaba mientras se llevaba las bolsas de basura del lugar.

    - Apresúrate, que son las 7, te queda una hora y aun hay mucho.- el moreno se dirigió a la cocina, abriendo el refrigerador para sacar una cerveza.

    Naruto lo miró algo enojado desde el pasillo. El rubio sabía lo que le había provocado el alcohol a él y a Sasuke, a causa de este sus vidas se cruzaron de una mala forma. Él había logrado dejarlo paulatinamente, y más al entrar a la cárcel. Si bebía era porque no podía zafarse de eso, pero en cuanto tomaba un vaso, no continuaba. Naruto había aprendido la lección, pero al parecer para Sasuke fue todo lo contrario, se refugió en él. Sin darle más vueltas al asunto, Naruto se dirigió al segundo piso.

    Al llegar, abrió la primera puerta; estaba algo trabada, pero sin gran esfuerzo logró abrirla, y las consecuencias al observó de frente, no pudo evitarlo, sus piernas temblaron y su corazón se encogió al ver aquella habitación. Por lo que deducía debía ser la de la niña. Estaba llena de polvo, pero algunas cosas por lo que se notaba no habían sido tocadas en años. Unos peluches en unas repisas completamente deslavados y ennegrecidos por el polvo. La pequeña cama, con el cubrecamas sucio. Naruto no tenía el valor de entrar. El remordimiento era muy grande. Intentó dar un paso hacia atrás y limpiar otra habitación. No estaba aún preparado para ésta. Pero mientras retrocedía, chocó con el torso del moreno. Naruto se sobresaltó levemente, sobre todo al ver los ojos decaídos y sin brillo del moreno. Apretó la mano que sostenía la escoba con fuerza agachando la mirada, intentó caminar hacia el pasillo, pero la mano del moreno se interpuso en su paso; apoyándola con fuerza en el umbral de la puerta. El rubio solo se quedó inmóvil, observándole.

    -¿Qué te dije sobre las piezas?-; el rubio no contesto. El moreno observaba fijamente la habitación. – No puedo creer que no pudieras obedecer algo tan simple.-

    - Yo…

    - Escúchame bien- Sasuke cerró con fuerza la puerta, empujando al rubio, el que tropezó y se afirmó en la puerta, mientras mantenía la cabeza gacha. Las manos del moreno estaban apoyadas aun lado de la cabeza rubia. – ¡Esta habitación no la tocas ni la limpias! Si llego a ver de nuevo la puerta abierta…- pero el moreno aminoró el tono poco a poco, al notar un temblor en el rubio, quizás tan solo quizás, se había pasado al hablarle así. Intentó suspirar, para hablar más calmado. Mientras bajaba sus brazos, el rubio solo se apartó; - Solo intenta…

    - El no limpiarla no te la traerá de vuelta.- Interrumpió el ojiazul. El moreno observó al rubio fijamente, al igual que éste a él. Se podía apreciar que el rubio temblaba, era innegable, pero no de miedo por la situación anterior; sino de rabia. Rabia con él mismo, rabia con Sasuke. Eran múltiples los motivos y no podía comprenderlos bien, pero sí uno de ellos.

    - Cállate y termina tu trabajo.- intentó no darle importancia al asunto, no quería hablar de eso con el rubio.

    - El no ordenarla solo la condena a no descansar.- Para Naruto aquel era el motivo que más distinguía por sobre los demás en su tornado de emociones. Pero como si de una bofetada se tratase, el rostro del moreno se desestabilizó, pero solo fue un leve momento para luego mirarle con un odio que no había apreciado con anterioridad el rubio. Naruto sintió esa mirada como un cuchillo adentrándose en su pecho. ¿Si así le miraba tan solo por decirle aquello, como sería si le dijese la verdad?... sabía que esa mirada la merecía.

    - ¡¿Y qué sabes tú?! Que yo sepa jamás has formado una familia. Por lo que me contaron estuviste en la cárcel, solo has conocido la lucha y la independencia. Nunca has tenido un lazo así, tener una familia y que después te la quiten.- el moreno en toda esa argumentación se había acercado al rubio. Naruto intentó sostenerle la mirada todo el tiempo, aunque cada palabra le taladrara el alma. – ¡¡Tú no tienes idea lo que yo siento; idiota!!- y sin poderlo evitar Sasuke le golpeó, dándole un puñetazo fuerte. Mandando al rubio al suelo, tirando de paso los utensilios de aseo. Naruto algo aturdido solo se levantó lentamente, pasando su mano por la comisura de sus labios, mirando la sangre, sus ojos en aquel momento perdieron todo el brillo que algún día Sasuke conoció. El moreno respiraba agitado, poco a poco el remordimiento por haberle golpeado comenzó a aflorar, pero jamás lo admitiría. El rubio miraba la sangre, mientras la pasaba por sus dedos.

    - Tienes razón.- el rubio seguía en su mundo, sin siquiera mirarle. –Jamás he formado una familia y nunca lo haré. No podría vivir con ello. – El moreno lo miraba extrañado pero aun furioso;- Pero si he experimentado lo que es vivir con algo que no te deja dormir, que te mantiene en el dolor. Aun así…- el rubio miró al moreno, y éste pudo apreciar que los ojos azules habían vuelto en un abrir y cerrar de ojos a iluminarse como siempre;

    –… Intento mejorarlo, intento superarlo, no intento vivir de los recuerdos, solo intento vivir el presente.- El moreno solo le observaba algo descolocado. El rubio dejó la pala y la escoba. Caminando a un lado de Sasuke, para bajar las escaleras. No sin antes decirle; - Tú deberías hacer lo mismo, Sasuke-. Y sin más el rubio bajó las escaleras.

    El moreno solo pudo escuchar el sonar de la puerta. Observó por la ventana de una de las habitaciones, los últimos rayos de sol comenzaban a marcharse al igual que el rubio hiso. Sasuke solo sonrió algo cansado apoyándose en el umbral de una de las habitaciones, tomando el peso que las palabras del rubio habían calado en él. Aunque las dudas carcomieran su cerebro al haber escuchado al rubio, lo último que pensó antes de cerrar sus orbes negras fue en ¿qué podría haber cometido el rubio como para vivir así?

    Naruto caminaba por la carretera, ya el sol se había marchado y estaba bastante oscuro. Pero el rubio jamás se cuestionó nada en su alrededor, solo caminaba cabizbajo sosteniendo con sus manos los amarres de su mochila. Sentía una gran opresión en el pecho. Solo podía pensar en lo que le había dicho al moreno. En un momento se arrepintió. ¿Quién era él para decirle eso?, él que le había traído todo el mal que Sasuke estaba viviendo. Sacudió su cabeza con fuerza. No ayudaba el seguir presionándose. Sabía que esa sensación de culpa jamás se alejaría de él. Pero era algo con lo que ya estaba acostumbrado a vivir, el problema no era solo ello. Sino que las emociones se intensificaban al estar con el moreno. Suspiró cansado. Aún le dolía un poco la comisura de sus labios.

    De pronto observó su alrededor. ¿Tan lejos estaba de todo?, las luces de los faroles que iluminaban la carretera no eran suficientes. Si algún camión no lo veía ese sería su fin. Con la caminata y sus pensamientos había olvidado tomar algún bus que a lo mejor pasó junto a él. Todo estaba muy oscuro, el sonido de las cigarras eran sus únicos compañeros. El rubio comenzó a sentir algo de frío y hambre. Claro, si solo había comido ramen y algo para el dolor de su estomago. Volteó a observar la carretera por si venía algún bus. Pero nada.

    Continuó caminando, al menos así ocupaba el tiempo. Pensó que quizás ese había sido el último encuentro con el moreno menor, mal que mal, Sasuke se había enfadado con él por lo que le había dicho. El rubio subió su mirada al cielo estrellado, tan solo pensando en que no podía darse por vencido solo por una pelea. Debía retribuirle al moreno, sino jamás estaría tranquilo y no entendiendo el porqué pensó que si él no retribuía, la familia fallecida tampoco le perdonaría. Naruto sonrió melancólico. A veces en las noches oraba creyendo en que las almas de la mujer e hija del moreno podían escucharle. Como siempre partía la oración con el debido perdón, para luego contarles lo que había hecho durante el día. Intentando así liberar su alma y sentir que quizás ellas podían escucharle, ya no solo por perdón, para él eso ya era un hábito. Si ellas no le escuchaban, el rubio no podría vivir pensando en que sus almas solo murieron y no pudieron encontrar la paz. Esa era su lucha, ese era su destino, velar por la familia completa. Por ello no le importaba si Sasuke le pegaba o hiciera lo que quisiera, él debía ayudarle. El debía ayudar a la familia que había destruido.

    Sus pensamientos fueron cortados abruptamente, al sentir un automóvil cerca, no había pasado alguno hace unos minutos. El automóvil comenzó a descender la velocidad, acercándose a él. El rubio solo pensó en que no se detuviera por nada del mundo a su lado. No había como zafarse de esa situación si es que pasara algo. Pero como siempre pensó, el destino jamás le daba una buena chance.
    Un bocinazo.

    El rubio continuó caminando.

    Dos bocinazos.

    El automóvil había descendido su velocidad, casi estaba a la par de la caminata del rubio. Naruto solo intentaba pensar en qué hacer en una situación como esa, en ningún momento miró a su lado, tan solo observaba hacia el frente y esa interminable carretera oscura.
    Tres bocinazos repetitivos y ansiosos.

    -¡Hey Dobe!-.

    El rubio se detuvo en seco, volteó a ver y sus ojos se toparon con el ónix del moreno.

    -No te preocupes no soy un violador, usuratonkachi.-
    El rubio solo mostró una mueca desconcertada mientras se sonrojaba de sobremanera. El moreno solo sonrió de medio lado.

    -¿Qué esperas?; sube-

    - No-

    El moreno le miró extrañado. -¿Y qué tienes pensado, caminar hasta tu casa?- se mofó del rubio, sabiendo que se molestaría.
    Y sin equivocarse el rubio le miró enfadado; - Tiene que estar por pasar otro bus, así que vuelve a tu casa; teme-.

    -El último bus pasó hace quince minutos. No entiendo por qué no lo tomaste, dobe.-

    - No estaba pensando…- el moreno le miró mofándose, el rubio se puso a la defensiva de inmediato,- No estaba atento, quiero decir.- en un momento una duda asaltó su mente.- ¿Cómo supiste que yo no lo tomé-ttebayo?-
    El moreno solo desvió su mirada ligeramente. Aun así respondió; - Pensé que quizás hubieras preferido caminar un poco más antes de tomar el bus. Y mira que no me equivoqué.-

    El rubio lo miró curioso pero luego sonrió, Naruto comprendió en ese momento que Sasuke no era una persona tan fría. El rubio abrió la puerta del antiguo automóvil, el moreno miró curioso, no pensó que el rubio accedería tan rápido.

    -Bien, entonces, ¿vamos a mi casa?- preguntó el ojiazul. El moreno asintió. El rubio sonrió agradecido. Así el automóvil se encaminó por la carretera hasta entrar a la ciudad. Cuando ya iban entrando a la ciudad. El rubio intentó prender la radio del auto, el silencio les agobiaba un poco, pero la radio no encendía.

    -Ni lo intentes. Es un automóvil viejo, la señal es demasiado mala. Escucharás todo con estática.- argumentó el moreno. El rubio se cruzó de brazos haciendo un leve puchero, algo a lo que el moreno sonrió. –Pronto cambiaré este auto.-
    El rubio lo miró curioso. Observando todo el automóvil, a pesar de estar antiguo tenía su encanto.

    - Pero, está bastante bien.-

    - Ni siquiera puedo escuchar radio, además dudo que acepten la revisión técnica del automóvil. De todas formas, ya vivió bastantes años. – Dio unas palmadas a la parte delantera del auto, sonriendo levemente.

    - ¿Y qué piensas comprar?-. El rubio se acomodó, observando que ya entraban por el barrio donde vivía.

    El moreno levantó sus hombros, no sabiendo que responder. - No lo sé. Supongo que un automóvil grande, siempre me han gustado. Aunque prefiero uno más nuevo.-

    El rubio no pudiendo evitarlo mordió su labio herido. No le gustaban los automóviles grandes. Después de lo que ocurrió ese día, los odiaba, más aun las camionetas. Esperaba que Sasuke no comprara uno.
    No se había fijado en las punzadas hasta que comenzó a dolerle demasiado. No pudo evitar quejarse.

    -¡Esta maldita herida que me dejaste teme! Me rompí de nuevo-ttebayo. – el rubio alegaba. El moreno le miró algo curioso.

    -Aquí a la izquierda- indicó el rubio ya notando que estaban cerca. El moreno viró el automóvil, y se estacionó en el lugar. Una casa de nivel socioeconómico medio-alto, miró al rubio. La casa no reflejaba para nada a como Naruto debería vestirse. La ropa holgada y algo rota no combinaba con lo que veía, le resultó bastante extraño.

    - Bien, teme. Arigato por dejarme en mi ca....- y antes que el rubio pudiera bajar, el moreno le agarró del brazo, abrió la guantera del auto sacando un botiquín de primeros auxilios. El rubio le miró curioso.

    - No vas a presentarte en tu casa con esa herida, dobe.- dijo el moreno mientras abría una cajita de algodones; el rubio le miró con un puchero enfadado.

    -Pero si tú me la hiciste, teme-

    El moreno abrió el alcohol y depositó un poco en el algodón.

    -Haber, ven- dijo mientras tomaba el rostro del ojiazul y palpaba con el algodón mojado la zona alrededor de la herida. El rubio se quejaba.

    – No seas infantil, que no es para tanto y quédate quieto.- volvió a sacar otro algodón y le colocó yodo, para luego colocárselo en la herida. El rubio saltó levemente.

    - ¡Hay teme me molesta!- se quejó intentando alejar la mano del Uchiha menor.

    - Vamos, esto no es nada comparado a las peleas de la cárcel, ¿o no?- el moreno se recriminó en el mismo momento en que lo dijo. El rubio solo sonrió intentando no darle importancia.

    - ¡Ni comparación, teme! De esas peleas salía inconscien…- el moreno paro de lleno al escuchar. El rubio se incomodó, no quería decir eso, Sasuke pensaría quizás que cosas. – Quiero decir que eran malas, pero una herida siempre molesta aunque sea pequeña-ttebayo.- sonrió. El moreno no quiso ahondar más en ello, prefería dejar esos comentarios para él mismo. Terminó de limpiar la herida, colocándole un parche.

    - Bien, ahora está mejor. –

    - ¡Hai!- sonrió el rubio. – Bien Sasuke, gracias por traerme, etto…- el rubio no sabía cómo mencionarle lo de la limpieza, quizás el moreno no quería que fuera de nuevo. Lo observó durante unos momentos, intentando pensar en una argumentación. El moreno solo suspiró, para luego mirarle con tranquilidad. Naruto se sorprendió, ya que en todo esto no había visto la mirada calmada del Uchiha.

    - Mañana a la misma hora; desde las dos.- concluyó. El rubio solo sintió una leve corriente pasar por su cuerpo; una de satisfacción.

    - ¡Hai-dattebayo!- respondió mientras salía del automóvil, el moreno partió y observó por el espejo retrovisor, como Naruto era abrazado por su madre, mientras ingresaba. El moreno sonrió levemente, pero tenía muchas dudas sobre la vida del rubio. Naruto sin duda, era una persona impredecible.

    Naruto entraba a la azotea, mientras se recostaba en la cama. Había sido muy complicado engañar a Kushina para que no le embriagara con preguntas respecto a su herida. No era para tanto, había soportado cosas peores en la cárcel. Pero eso sí, jamás hubo un sentimiento de por medio. Ese golpe fue más doloroso psicológicamente que muchos de los que soportó allí.

    Sintió de pronto la necesidad de escribir. Había sido un día bastante ajetreado, y necesitaba plasmar su sentir. Sin más se levantó, prendió su macbook y observó el lugar. Necesitaba un pie forzado para inspirarse, en ello se observó en un espejo durante largo tiempo, y sus manos escribieron “HOMBRE” en la hoja, pero necesitaba de otra cosa, su cuerpo se posó en la ventana observando el cielo oscuro, como un rayo de luz sus pensamientos comenzaron a reflejarse en la hoja en blanco, escribiendo un pequeño relato sobre las estrellas y el hombre de hoy.

    Eran las 2:30 de la mañana y aún no terminaba de escribir. Estaba sumamente inspirado y desgraciadamente el sueño aun no venía a su cabeza, por suerte ya le quedaba poco para terminar su relato de unas cuatro páginas. Luego de finalizarlo, apagó la computadora, se recostó y observó por última vez el reloj; las 3:30. El sueño al fin comenzaba a presentarse, no pudo evitar un último pensamiento. Sin duda mañana estaría con tanto sueño que le dolería la cabeza.



    Sentía sonar el despertador hace ya varios minutos, quizás más que minutos. No quería levantarse, pero debía hacerlo. Los rayos del sol ya comenzaban a penetrar en la habitación y el sueño se estaba yendo, a causa de las molestias ambientales. Intentó alcanzar el reloj, pero este se cayó dando un buen estruendo. Naruto se tapó los oídos, enfadado se levantó. Observó el celular, sus ojos se abrieron estupefactos. Esa no podía ser la hora; ¡¡¡las 8 de la mañana!!! ¡Él debía haber entrado hace más de tres horas y algo al colegio! Sin duda Itachi lo colocaría patitas en la calle. Sin más, se levantó con rapidez, no tenía tiempo de ducharse así que cambió de ropa y salió de su habitación bajando las escaleras con rapidez, logró tomar una manzana más una barrita energética que siempre Kushina hacia el día anterior, para reponer energías. Bendita su madre que preparaba esas cosas, sino estaría sin energía durante varias horas. No había nadie en el hogar y con obviedad, todos estaban trabajando.

    Cansado se encontraba caminando por los pasillos de la escuela. El guardia le había mirado con bastante molestia al verle llegar tarde. Si él le observó de esa manera no quería ni imaginar cómo le miraría el rector. Sin más, llegó donde él; abriendo la puerta y disculpándose en el acto.

    -Gomen, Gomen nasai Itachi-sa….- dio una profunda reverencia, pero sus palabras acabaron al instante al ver la escena frente a sus ojos.
    Itachi estaba abrazando a Deidara de una forma muy cariñosa, y al parecer él había roto un momento algo íntimo.

    -¡¡Hay gomen nii-san!! – se sonrojó el rubio menor.

    El rubio mayor estaba sumamente rojo, se alejó con rapidez del mayor.

    -No era mi intención interrumpir, demo…- intentaba excusarse el rubio.

    - No molestas ototo-chan, de hecho yo ya me iba.- observó de reojo a Itachi, y este asintió. Deidara se retiró del lugar. Dejando a Naruto con el alma en un hilo. Perfecto, además de llegar tarde había invadido la intimidad del rector. Itachi le observaba algo serio, cosa que Naruto tomó muy mal. Intentó excusarse lo más rápido que pudo.

    - Yo etto… de verdad no era mi intención interrumpir y menos llegar tan tarde; lo siento muchísimo Itachi-san – dio una reverencia intentando que con esas palabras plasmar lo que sentía.

    El moreno le observó curioso; - no te preocupes Naruto. Supongo que ha sido bastante el trabajo que tuviste que realizar ayer en casa de mi ototo-baka. Aunque a pesar de ello, intenta no volver a llegar tan tarde. Mal que mal tú me pediste más trabajo, aunque sé que mi ototo puede llegar a ser muy dominante también. – dio una leve sonrisa ante la mención. Pero el rubio solo le observó confundido; - En fin, limpia los baños y pasillos de la primaria. Con ello me contento. – le sonrió.

    El rubio le sonrió de vuelta, marchándose del lugar.

    Naruto limpiaba con rapidez el pasillo, tenía y debía dejar todo limpio lo más rápido posible. Quería comer algo y no en el bus, ya que al parecer le sentaba mal comer cuando estaba en movimiento. En ello alguien se acercó a su lado, el rubio le observó y una gran sonrisa se posó en su rostro.

    -¿Tú por qué llegaste tan tarde?- le exigió el pelirrojo. El rubio solo sonrió, sabía que se había preocupado.

    - Gomen, me quedé dormido escribiendo-ttebayo-.

    El pelirrojo le observó curioso, mientras le ayudaba a terminar de pasar la escoba en el pasillo.

    -¿Sabes escribir?-

    - ¡Oye, eso ofende Gaara!- infló sus mejillas algo enfadado.

    - Hay, gomen. ¿Me refiero a que se te da escribir?-

    El rubio meditó durante un momento; hasta responder. – Bien, digamos que sí. Hice unos cursos de literatura cuando estuve preso, ya sabes, como actividad extra programática para no meterte en líos- sonreía el rubio al recordar que esos momentos en que habían clases era los únicos que esperaba con ansias durante la triste jornada presidiaria.

    El pelirrojo le miró algo intrigado y algo escéptico – ¿Estuviste en la cárcel?

    El rubio paró de inmediato de trabajar. ¿Cómo se le había salido así como así?, las personas odiaban a los ex presos. Supuso que Gaara le haría el quite ahora que sabía una parte de su verdad, pero el rubio se mantuvo firme. Sin dar un ápice de vergüenza.

    -Sí, estuve allí unos cuantos años.- Continuó trabajando, esperando a que Gaara se marcharse, pero se sorprendió al ver que el pelirrojo continuó su labor.

    - Debe haber sido duro, ¿no?- le habló con un tono conciliador. El rubio solo asintió algo triste al recordar ciertos acontecimientos. - Pero ahora eres otra persona. Pudiste salir, y comenzaste a trabajar. Eso habla muy bien de ti, la mayoría de los ladrones sale y a las pocas horas comete otro crimen. Ya no saben cómo vivir, han estado acostumbrados a ese estilo de vida y realmente no lo condeno, debe ser difícil volver a empezar desde cero...- el rubio quedó pasmado al escuchar aquellas palabras. El ojiverde le observó con admiración - Te felicito Naruto.-

    El rubio no pudo evitarlo, sentía felicidad. Al fin había encontrado a una persona que no le juzgaba por haber estado en aquel lugar. El pelirrojo se sorprendió pero luego sonrió sereno al ver una sonrisa que jamás había visto en el rubio, una de completa sinceridad. No era necesario que le dijera nada.

    -Oye, y hablando de escribir. – Él pelirrojo continuó con su labor al igual que el rubio, ya les quedaba poco por limpiar y terminar la jornada;

    - ¿Cómo evaluaban los profesores tus escritos?-

    El rubio sonrió con orgullo; - Les gustaban muchísimo, decían que tenían buenos arcos argumentales, pero que me costaba describir más… como decirlo… del tipo metafórica y más engorrosa. Era algo seco escribiendo y detallaba en justa medida el lugar o las situaciones; siempre intenté mejorarlo, pero aún hoy me cuesta bastante-ttebayo. – dijo algo complicado al recordar.

    El pelirrojo volvió a frenar en seco sus quehaceres; - Naruto, ¿has escrito o leído alguna vez un guión?-, el rubio también paró sus actividades y comenzó a recordar hasta que a su mente vino el recuerdo en la casa del moreno.

    -Solo una vez y por encima. ¿Por qué? – le preguntó curioso y aún más al ver los ojos del pelirrojo brillar.

    - ¿No has pensado que quizás tú forma de escribir se asemeja más a los guiones?-
    Pareciera como si le hubiesen dado con un balde de agua fría, dejando su cabello rubio en completa humedad y su cuerpo algo estupefacto.
    En realidad, algo de aquello podía encajar.

    -Eh… puede ser, demo no sé muy bien como se escribe uno.- le comentó dudoso.

    El pelirrojo lo observó bastante analítico, - Naruto, hace muy poco escuché que estás trabajando en la casa de Sasuke Uchiha, ¿es verdad?-

    - ¡¿Eh!? ¿Cómo sabes eso-ttebayo?- dijo algo sorprendido, ¡¿cómo sabía su vida privada?!

    Al pelirrojo le cayó una gota en la cabeza estilo animé; - Tú aniki anda por los pasillos gritándole aquello a Itachi-san y diciéndole que se vengará por dejarte como esclavo para los Uchiha.-

    - A veces odio la personalidad explosiva de mi hermano…- dijo el rubio con su puño en alto y enfadado.

    - Ni que lo digas…- ambos suspiraron cansados. – En fin – se repuso el pelirrojo.- Deberías aprovechar esa gran oportunidad, Naruto.-
    El rubio le miró curioso.

    - Uchiha Sasuke es… era uno de los mejores cineastas de Japón. –, al rubio éste dato le dio curiosidad.

    - ¿Qué ya no lo es?- el rubio no sabía mucho del cine de su país. El pelirrojo le observó como si hubiese lanzado un comentario sumamente inculto.

    - ¿No sabias?, Sasuke no ha hecho ni una sola película durante estos últimos 5 años.- El rubio se sorprendió y no pudo evitarlo, nuevamente la culpa se posó en su corazón… cinco años; cinco años habían sido desde el momento en que él le arrebató su vida, aunque jamás pensó que hasta ese extremo. Comprendió entonces el porqué del desorden del moreno, el problema del alcohol y la penumbra en la que vivía. El rubio le había quitado no solo su familia, sino también lo que Sasuke era. No pudo evitar su tristeza.

    - Naruto, ¿pasa algo?-

    El rubio volvió a la realidad, dando una sonrisa al pelirrojo, intentando ver que no se notara su estado anímico. El pelirrojo lo analizó durante unos segundos, pero decidió continuar. Le intrigaba la actitud del rubio pero pensó que todo llegaba a su paso y algún día -quizás- se enteraría de lo que le ocurría, ya que no era normal ver tanta tristeza en un rostro que no reflejaba para nada ese sentimiento, que había nacido para sonreír; era bastante curioso.

    -En fin, creo que deberías aprovechar e intentar leer alguno de los guiones que Sasuke realizó. Debe tener en su poder cada uno de los que filmó y con todas sus versiones, sería un acierto que aprendieses, por lo que me dices se te daría muy bien. - el rubio sonrió ante las palabras del pelirrojo. Realmente era una buena persona.

    - Gracias Gaara.-

    - Baka, no tienes que agradecer. –

    Se sonrieron, justo en el momento en que el timbre dio término a su jornada.

    -Voy a tomar en cuenta lo que me dijiste Gaara. ¡Matta ne! -el rubio se despidió de Gaara y éste de él con una sonrisa. Naruto salió rápidamente hacia la estación de buses.

    Allí comió algo más relajado que él día anterior un suculento ramen de cerdo. Le gustaba mucho esta comida pero grata fue su sorpresa al notar que en ese puesto “Ichiraku Ramen” el que preparaban era el mejor que había probado en su vida. Sin duda llegar a la estación era un placer. Luego de terminar y felicitar al dueño del local. Subió a su bus, rumbo a la casa del moreno.


    Observó desde el bus los árboles de Sakura, levantándose rápidamente y pidiéndole al chofer que debía bajar. Este se detuvo mientras abría las puertas. El rubio bajó con agilidad y algo extrañado, el día se había puesto algo nublado y al parecer amenazaba con llover, lástima que había dejado su paraguas en casa esperaba que no lloviese.

    Caminó unas cuantas casas, hasta que llegó al portón grande. Observó que la puerta estaba entreabierta, extrañado avanzó, empujando con algo de dificultad el portón.

    Pero al observar lo que tenía en frente, su cuerpo se congeló, sus piernas amenazaban con desplomarse en cualquier momento, y su corazón bombeaba con suma fuerza. Agarró su bolso con fuerza, casi cortando la circulación de sus manos.
    En frente estaba Sasuke sonriéndole de una forma ególatra, pero a su lado, lo que jamás pensó ver. El moreno observó su reloj.

    - Y son las dos en punto; te felicito usuratonkachi, llegaste justo a tiempo.- el moreno palpó con su nívea mano la gran camioneta que estaba a su lado. – Ahora vamos a estrenar mi nueva adquisición-.

    El moreno solo sonreía con orgullo, pero su sonrisa decayó al instante al observar al rubio, algo pasaba. Le observó entre curioso e inquieto. Esa actitud no era la usual con la que Naruto cargaba... y como no, si enfrente suyo tenía a Sasuke junto a una camioneta, algo que ya de por si odiaba, pero jamás imaginó que el destino volvería a jugarle tan mala pasada.

    Solo quería huir, pero sus piernas no reaccionaba, sin duda alguna era esa, del mismo color, misma marca y mismo año, con esa camioneta él había arrebatado la vida de la familia Uchiha.

    Los ojos azules de Naruto iban de la camioneta a Sasuke y viceversa, el que le observaba confuso. Sin poder evitarlo esos ojos oscuros en la mente del rubio, se transformaron en unos inquisidores y llenos de odio. Sin poderlo evitar Naruto huyó, salió de la casa corriendo; no soportaba esa visión.






    Continuará…
     
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