"M y P l a c e"[SasuNaru][AU][Mpreg]

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  1. zafiroeindigo
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    Gracias por los Comentarios y ya no les hago esperar más :D
    acá capitulo 3 n_n

    Pido perdón por el retraso pero me sucedió una buena y gran tragedia, ya que yo tenía varios capítulos ya escritos y murieron con el formateo de mi computador. Por lo que tuve que volver a rehacer este capítulo y los que me siguen, por lo que demoraré un poco más en subir, pero no mucho. De todas formas tengo anotadas las estructuras y todo. Por lo que no cambia lo que tenía pensado con lo que estoy escribiendo :)


    Nota aclaratoria:

    “Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película La Otra Tierra, ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.”
    Dada estas explicaciones, podemos proseguir…

    - M y P l a c e -

    “S A V E M E”

    (Capítulo III)




    Naruto corría por la fila de árboles de Sakura, intentando huir. No quería ver a Sasuke ni esa camioneta, no pensó que a pesar de los años causaría ese alboroto en su psiquis. Solo podía escuchar a lo lejos la voz de Sasuke llamarle.

    -¡¡Naruto!!- el rubio corrió llegando a la carretera, su pecho subía y bajaba frenético, miró de un lado a otro pero ningún autobús pasaba, intentó correr; pero una mano lo detuvo y le volteó encarándole. Agarrándole con fuerza sus brazos, el rubio soltó su bolso a causa de la presión.

    - ¡¿Oye, qué pasó?!- el moreno le observaba serio, pero Naruto pudo notar un leve tono de preocupación. Rápido, solo debía dar una respuesta rápida y que no le delatara. El moreno le miraba inquisidor.

    - Etto… yo solo…- el rubio lo pensó durante unos segundos sin mirarle. – Yo… es que olvidé el móvil en la escuela-ttebayo.- dijo lo primero que se le vino a la mente, más tarde tendría que apagar el celular por si recibía alguna llamada, sino el moreno se daría cuenta de su mentira. El rubio posó su mirar en el moreno, el que le miraba algo dudoso y un poco desconfiado.

    - ¿Y por eso saliste de ese modo?- el moreno soltó los brazos del rubio, tomando el bolso; entregándoselo.

    - Etto… es importante. Puede pasar algo en mi casa y yo ni me entero-ttebayo- se observaron durante unos segundos, sosteniendo sus miradas. El rubio le miraba ahora con seguridad, no podía delatarse. El quería decirle la verdad a Sasuke, pero también tenía miedo y no podía evitarlo.

    El moreno se volteó mientras caminaba. Algo en su mente le decía que el rubio no estaba siendo sincero con él, pero prefirió dejarlo pasar al menos por ahora. El ojiazul le siguió el paso, volviendo ambos a la casa.

    -Si ocurre algo tu aniki puede llamar al mío, y él me llamará- le argumentó el moreno.
    El rubio sudó una gota, al moreno no se le escapaba nada; - Tienes razón -.

    -Además…- sonrió levantando una de las comisuras de sus labios, con una mirada arrogante; el rubio le miró intranquilo – Tienes mucho trabajo por hacer y si hubieras vuelto a tu casa, olvídate que te llamaría de nuevo a que vengas a limpiar; sin duda se lo pediría a una hermosa mujer; Usuratonkachi - . Naruto se detuvo al instante.

    El rubio infló sus mejillas enfadado levantando el puño; - ¡¡Eres un verdadero Teme arrogante y desconsiderado-ttebayo!!-.

    El moreno continúo caminando, pero sonriendo satisfecho; ¿para qué negarlo? hacer enfadar al rubio era un muy buen pasatiempo.
    Ambos llegaron a la puerta. Naruto inspiró con fuera, intentando hacer que su mente mantuviera el control. Ya había visto esa primera impresión, ahora solo debía concentrarse en la puerta de la casa del moreno, entrar y no salir hasta la noche.

    El moreno caminó hacia la camioneta, el rubio solo observó de reojo llegando a la puerta de la entrada. Sasuke le observaba intrigado.

    -Oi, ¿y qué tal?, ¿te gusta? – dijo dando unas palmadas a su camioneta. El rubio se detuvo en seco, con toda la fuerza de voluntad que podía albergar se volteó, observando serio al moreno.

    - No.- y sin más se adentró al hogar. El moreno le observó estupefacto. ¿Qué diablos le pasaba a ese rubio?, entró luego del rubio.
    Naruto observó la cantidad de botellas de alcohol nuevamente repartidas por el piso.

    -¿Para qué limpio si vuelves a dejar lleno de botellas vacías-ttebayo?- el rubio comenzó a recoger las botellas una a una colocándolas en una bolsa. El moreno le observaba desde el umbral de la puerta preguntándose el porqué el rubio se metía así en su vida y el por qué él mismo le intrigaba que al rubio no le gustase su nueva adquisición, no es que la haya comprado por el rubio. No. Jamás. Solo quería renovarse, algo normal en ciertos momentos de la vida ¿no? pero le intrigaba esa actitud por parte del rubio.

    - Eso no te incumbe, Usuratonkachi- respondió categórico. El rubio no deseaba pelear como la vez anterior por lo que solo argumentó su punto.

    - Es verdad, pero intenta hacerme el trabajo menos pesado.- continuó recogiendo algunas botellas en la cocina, de cerca le siguió el ojinegro.

    - ¿Entonces para qué vendrías? Si tú deber es limpiar o acaso… - el moreno le observó con una mirada algo extraña. El rubio le miró inquieto; - ¿te interesa satisfacer a tu jefe de otra forma, eh?- rió el moreno. Naruto le miró con cansancio, odiaba ese jueguito extraño del moreno.

    -Eres un estúpido. Primero, yo soy solo tu empleado. Segundo, no soy tú prostituto teme.- continuó tomando la bolsa y yendo a dejarla al patio, el moreno no dejó de seguirle en ningún momento.

    El rubio dejó la bolsa dentro del basurero, observó por un momento la camioneta con una mirada triste, iba a entrar a la casa cuando el moreno se coloca delante de él.

    -Hoy te llevo a tu casa-

    El rubio lo miró sorprendido, pero al mismo tiempo inquieto. Naruto pasó a un lado de él sin mirarle, entrando al hogar.

    -No es necesario-.

    -Te toca harto trabajo, dobe.-

    - Haber teme… aclaremos una cosa.- El rubio subió sus mangas, mientras lavaba sus manos en el baño. Sasuke le observaba por el espejo, desde el umbral de la puerta. El rubio continuó: - ¿Desde cuándo has visto que el jefe vaya a dejar al empleado a su casa-ttebayo?- el rubio secó sus manos con una toalla. Se dirigieron a la cocina.

    - ¿Qué acaso no puedo?- se impuso el moreno.

    - No teme. Porque no tienes que hacerlo, porque yo veré cuanto demoro y como me iré a casa.- respondió enojado. Mientras lavaba unos platos.

    El moreno le observó durante varios minutos, fijamente. Naruto no pudo evitar sentirse incomodo. ¿Qué acaso Sasuke no tenía nada más que hacer?

    -¿Tú sabes a qué me dedico, no?-

    Esa pregunta lo descolocó un poco, pero contesto lo más tranquilo que pudo.

    -Algo me han dicho.-

    - Hay algo que los de nuestro oficio sabemos muy bien, es nuestra regla de oro y es aprender a observar todo tu entorno minuciosamente, sin que nada intente escapar. - el rubio comenzó a presentir que la conversación no iba por buen camino.

    - ¿Y qué tiene que ver?-

    - Algo me dice que a ti…- le indicó con el dedo, para después indicar hacia la ventana. El rubio sin comprender, observó por donde el moreno mostraba. –…Te pasa algo con la camioneta-.

    El rubio sudaba a mares. Intentó no darle importancia como pudo cuando fue a dejar la basura y con la escusa del celular. No creía que el moreno seguiría insistiendo.

    -Estás loco teme; solo me es indiferente-ttebayo.- ya le faltaban muy pocos platos. Por lo que apuró el paso. No quería quedarse hasta muy tarde, con ese moreno al lado.

    - ¿y solo por eso no quieres que te vaya a dejar a tu casa, dobe? – se mofó el ojinegro.
    El rubio ya cansado y agobiado por lo de la camioneta no pudo evitar gritar; mientras terminaba con el último plato y cerraba el grifo. - ¡¿Teme, puedes cortar el asunto por favor?!... por kami…-

    - ¡A mí no me grites usuratonkachi!- le gritó de vuelta el moreno tras ver la actitud del rubio. El ojiazul se dirigió a uno de los baños a quitar los papeles y limpiar, claro no sin antes tirar lo primero que se le venía a la cabeza.

    - ¡¡Entonces anda a emborracharte y déjame trabajar tranquilo!!-. Finalizó mientras se recriminaba mentalmente, pero estaba harto que el Uchiha continuara con sus acciones.

    En el momento que entró al baño, sintió como la puerta del estudio de Sasuke daba un gran estruendo. Naruto respiró tranquilo. Al menos por unas horas no tendría al Uchiha molestándole.


    Pasado el tiempo, Naruto casi finalizaba sus labores. Intentó como le indicó el moreno no entrar a la habitación de la niña. El rubio no tuvo ni consideración en proponérselo, después de lo del día anterior aún le molestaba la herida. Limpió la habitación del moreno, encontrando de paso algunas fotografías de lo que parecía ser fue la esposa de Sasuke; no pudo evitar observarlas.

    Supo que el nombre de ella era Haruno Sakura y con ello comprendió lo de los árboles en la entrada; eran un homenaje para ella. Se enteró también que la pequeña se llamaba Rin; todo esto gracias a que las fotografías estaban con nombre y año. Observó en varias fotografías como el moreno sonreía con la pelirosada, como esos ojos verde esmeralda brillaban al estar al lado del moreno o abrazarle, el rubio topó con una fotografía que no pudo evitar sentir tristeza. El moreno sonriendo como nunca le había sonreído a alguien y acariciando el abultado vientre de la ojiverde, la cual estaba contenta vistiendo ese traje de novia. El rubio iba a dejar las fotografías en la mesa, cuando se topó con otra, esta vez la apreció por varios minutos. En ella se encontraban Sasuke y Sakura embarazada de al parecer unos cuantos meses de embarazo y la pequeña Rin; todos sonriendo.

    El rubio no pudo evitar que la tristeza carcomiera su alma y aun más al ver la fecha de la fotografía la cual había sido tomada tan solo una semana antes del deceso de ambas. Sentía que sus ojos comenzaban a molestarle. No... no debía llorar… y tampoco tenía derecho a hacerlo.

    Solo podía intentar sobreponerse a lo que ahora sucedía, y debía pagar su culpa con el moreno. Debía intentar ayudarle a que recobrara su vida.

    El rubio dejó las fotografías donde debían estar y terminó de limpiar el cuarto. Al mirar por la ventana comprendió que las horas habían pasado y que debía ser bastante tarde ya que estaba oscuro; debía partir luego sino el moreno insistiría en ir a dejarle. Esta vez no tocaría su puerta, ya vería al otro día que escusa le daría.

    Dejando todo en orden, se apresuró para bajar intentando hacer el menor ruido posible. Ya había logrado llegar a la primera planta, muy despacio logró tomar su bolso, satisfecho se dirigió hacia la entrada cuando sintió la puerta del despacho del moreno abrirse con fuerza. El rubio no volteó a verle, era más que obvio que había sido descubierto.

    -¿A dónde mierda vas?-. Le molestó bastante el tono con el que el Uchiha le hablaba, volteó y se encontró con una desagradable sensación.

    - Veo que me hiciste caso, teme.- dijo decepcionado viendo como en frente Sasuke se notaba bastante bebido. El moreno no tambaleaba ni nada, pero sus ojos eran muy penetrantes y acuosos.

    - Así es… me fui a emborrachar como me dijiste. Dobe.- le sonrió el moreno acercándosele.

    - Ja…- el rubio no pudo evitar dar una leve risa sarcástica, pero también cansada;- ¿y si te hubiera pedido que saltaras por la ventana, hubieras saltado? -.

    - ¿Qué?, ¿quieres que lo haga? – le dijo sonriendo presuntuoso mientras le entregaba el cheque por la labor realizada al rubio. Naruto guardó el cheque en su mochila.

    - No seas estúpido.- respondió serio, colocándose su bolso en la espalda y saliendo del lugar.

    - Se te hiso tarde, dobe.- le habló desde la entrada. El rubio hiso caso omiso, continuando con su caminar. El moreno enfadado se acercó a él, le tomó de la mano arrastrándole hasta la camioneta.

    El rubio intentaba zafarse como podía, impidiendo que el moreno pudiese avanzar con normalidad.

    -¡¡Suéltame teme!! - no soportándolo más intentó golpear al moreno con su otra mano libre, pero Sasuke detuvo el puñetazo, agarrando la otra mano de Naruto con fuerza. Ambos se observaban fijamente. – ¡Me voy por mi cuenta! ¡No necesito que vayas a dejarme, idiota!-.

    - No me interesa. Es tarde y no deberías irte solo-. Y como pudo abrió la camioneta y lanzó al rubio en su interior y cerró con seguridad gracias a las llaves. Naruto estaba atrapado, su rostro manifestaba no solo su descontento sino también su intranquilidad extrema. Sasuke notaba algo, mientras caminaba hasta llegar al otro lado, notaba cada cambio en la actitud del rubio, cual águila amenazando a su presa.

    Naruto estaba en shock. No quería estar por nada del mundo dentro de eso, los controles, la espacialidad y hasta el tacto; absolutamente todo le recordaba al peor día de su existencia. Notó como Sasuke entró a la camioneta. El moreno no le dirigió la mirada en ningún momento y tampoco arrancó, tan solo esperaba algún movimiento o alguna palabra del rubio para proseguir.

    -No entiendo…- el moreno observó al rubio de reojo, no pudo evitar el sentimiento de culpa al ver los cansados y alborotados ojos azules, carentes del brillo que siempre mostraban. – ¿Acaso, te divierte hacer esto teme…? -.

    El moreno apoyó sus manos en el manubrio. Su vista estaba fija hacia el frente, una actitud muy segura. - No puedes vivir del miedo, dobe.-

    - ¡¡Yo no!!...- pero se detuvo, mordiendo levemente su labio; enfadado - Nadie ha pedido tu opinión, además no es eso.-

    -Lo mismo que me dices ahora, yo te lo dije en el cuarto de mi hija.- el rubio iba a contestar pero ante ello enmudeció, aún así no le quitó los ojos de encima.

    Cualquier pensamiento que pudo haber pasado por su cabeza para responderle murió en el acto al sentir y escuchar el motor en funcionamiento. Intentó serenarse, no podía demostrar su miedo ante el moreno. Sasuke con movimientos pausados y a una velocidad lenta, logró salir del fundo. El problema acontecía ahora… en el momento en que tuviera que tomar más velocidad.

    -No te preocupes… no estoy tan alcoholizado como para no saber por dónde voy; no chocaremos si eso es lo que te preocupa.- el moreno miraba fijamente la carretera, el efecto del alcohol estaba en su sangre pero podía mantenerse, aunque a veces sentía que la camioneta ondeaba hacia algunas direcciones, podía mantener el norte en caso de cualquier eventualidad.
    Hasta que lo inevitable aconteció y la velocidad comenzó a intensificarse. El rubio se afirmó fuertemente del barandal del auto. El moreno observaba de reojo algo preocupado, pero debía continuar, agradecía que en ese momento no hubiese más autos sino sería más estresante la situación. Realmente él quería ayudarle, muy en el fondo de su ser admitía que el rubio le había ayudado mucho con lo sucedido con el cuarto de Rin; tan solo ese pensamiento cruzaba en su mente. Naruto inspiraba con fuerza, ahora su temblor era más visible. El moreno continuaba manejando pero atento a su acompañante, aunque algo lo descolocó un poco al observar más detenidamente al ojiazul.

    -¿Naruto?- el rubio temblaba ligeramente. Su pecho comenzaba a subir y a bajar, no podía creer que ahora se manifestaría lo que odiaba de su ser y menos en un momento como ese. Pensaba que quizás… ilusamente su miedo había disminuido un poco al pasar los años; pero
    al parecer estaba a flor de piel.

    El moreno comenzó a preocuparse más, esa actitud no era normal. No podía tener tanto miedo como para reaccionar así, ahí pasaba algo más… ¿Qué?... no pudo evitar preguntárselo. ¿Por qué el rubio temía tanto de algo tan solo material?...

    - ¿¡Oi, qué te pasa?!- El de ojos zafiro comenzó a intentar tomar bocanadas de aire y retenerlas en su pecho. Su mente luchaba para que se calmara. Pero la camioneta en plena carretera a una velocidad media, sus recuerdos volvían a atormentarlo de una manera vertiginosa. Cerró sus ojos con fuerza y más al ver que un semáforo a lo lejos en rojo indicaba su detención. El semáforo… la misma camioneta a una gran velocidad, el olor a alcohol que afloraba del moreno, la oscuridad de la noche y el viento que entraba con fuerza por la ventana; para el rubio el choque era inminente… La sensación a aquel día era la misma.

    - No… no de nuevo…- el rubio tartamudeaba, el moreno le observó con el seño fruncido, algo había en esas palabras… el rubio ya no pudo más y su voz salió estridente:

    -¡¡¡DETENTE!!!- gritó con tanta fuerza que su garganta pareciese haberse rajado, el moreno rápidamente se estacionó a un lado de las vías.

    El rubio abrió sus ojos con fuerza, al menos ya estaba detenido. Sasuke se sorprendió al ver los dilatados ojos, el rubio comenzó a moverse frenético en el asiento intentando abrir como pudiese la puerta, su mente solo le pedía salir de allí, pero el moreno fue más rápido y le tomó con una de sus manos el hombro del rubio. El Uchiha no podía creer que esos decisivos iris, ahora mirasen a su alrededor con tanto temor ni aun cuando el moreno le golpeó… ¿Qué estaba pasando?

    - ¡¡NARUTO!!- tomó con sus manos los hombros del rubio con fuerza, ambos se miraron a los ojos. De pronto Naruto cayó en la realidad… No era el accidente… No iba solo... No era la misma situación… a pesar que fuese la misma camioneta; Sasuke le miraba preocupado. El corazón le dio un último brinco haciendo que le doliera el pecho, llevando sus manos a él quejándose levemente pero luego sus pulsaciones descendieron hasta calmarle y también cansarle. Sasuke lo notó, apoyó al rubio en el asiento sin quitar sus manos de esos hombros. Conforme observó a Naruto serenarse y cerrar los ojos con cansancio se atrevió a hablar:

    - ¿Mejor?- El rubio solo asintió inspirando algo más calmado. La duda carcomía el cerebro del moreno, – ¿Qué fue…

    - No es nada-ttebayo.- Naruto se separó del moreno. Pasó su mano por su frente, estaba bastante sudada, con la manga de su chándal naranja se despojó del exceso.

    El Uchiha menor le miró curioso. Eso no podía ser normal… Observó como el rubio se apoyaba en la ventana, su mano tapaba la expresión de su rostro, el menor Uchiha solo podía verle los labios.

    - Sasuke déjame bajar.-

    - No.-

    El rubio abrió sus ojos enfadado, y su energía volvió a explotar a causa de la presión. El moreno sin esperárselo recibió uno de los derechazos más fuertes que le habían dado en su vida, sin duda la cárcel le había ayudado a dar golpes certeros y llenos de violencia. El rubio respiraba cansado, ese golpe lo lanzó con lo último que le quedaba de reserva de energía, pero se impuso firme.

    El moreno limpió la sangre de su labio. Qué ironía pensó… el rubio se había vengado de una buena manera. El de ojos ónix le observó decidido aún a pesar del golpe, cosa que enfado aún más al ojiazul.

    -¡¿Qué mierda te crees para meterte así en mi vida?! – Naruto lo tomó de la camisa con fuerza acercándolo a su rostro. - ¡¿Qué acaso crees que puedes llegar y encararme con esto?! ¡¿Tan sádico eres?! ¡Tú… tú... Yo…- el rubio agachó su cabeza no dejando ver su expresión y Sasuke le observaba entre sorprendido y confuso por esa actitud; - Sé que me odias… pero no tienes derecho a hacer esto… yo no quise que…- el rubio notó lo que estuvo a punto de decir. Asustado tapó con su mano su rostro e intentó calmar su actitud, todo lo que había pasado le habían descolocado su compostura, no se reconocía y no comprendía finalmente que quería decir.

    El moreno suavizó su mirada, intentó observar a otro lado, no se le daba mucho hablar sobre sí mismo; – Yo no te odio…-

    El ojiazul sintió una leve calidez en su pecho, se extrañó a causa de ello, pero también sintió gran culpa.

    –…Tampoco creo que pueda llegar a odiarte.- finalizó el moreno. Naruto cerró sus ojos con fuerza, Sasuke no debía decir cosas que no pudiese cumplir.- No eras tú mismo…- dijo observándole con sus orbes penetrantes, taladrando las azules.
    El rubio sintió como nuevamente esa ola de calidez llegó a su cuerpo, sorprendiéndose en el acto… ¿qué era esa sensación?... agachó la cabeza levemente. Se apoyó en el asiento mirándole de reojo, observando la herida que le había dejado. No pudo evitar sonreír levemente ya que ahora estaban en igualdad de condiciones.

    - Se te va a poner morado, teme.-

    Sasuke limpió su herida con la manga de su camisa mientras sintió una alegría que hace muchos años no percibía en su frio corazón al ver esa leve sonrisa y escuchar las palabras del rubio enfrente. – Ahora… vamos, es bastante tarde y tu familia debe estar preocupada.-
    El rubio inspiró con fuerza, sentándose recto en el asiento. Intentaba serenarse, Sasuke tenía razón. No podía vivir inmerso en el miedo. En el momento en que el moreno encendió la camioneta, una buena idea llegó a su mente.

    El rubio intentó serenarse al escuchar el motor, pero algo cortó sus pensamientos.

    Una música.

    El moreno le miraba con orgullo, la radio funcionaba de maravilla logrando tranquilizar al ojiazul mientras partían. La música se sentía envolvente y con una excelente calidad, casi podía escucharse cada instrumento sonar por separado.


    -Vaya es una excelente radio, teme.- elogió el rubio al notar la iluminada radio. – Esa radio la compraste aparte-. Era una afirmación.

    – ¿Cómo…?

    El rubio observaba la radio, y como los niveles se ajustaban a los instrumentos.

    -Esta camioneta tiene pocos años, pero esas radios no estaban hace 5 años.-

    El moreno le miraba curioso. El rubio rápidamente dio una escusa.
    -La tecnología avanza mucho en poco tiempo-ttebayo jeje-. Sonrió levemente.

    Naruto se apoyó en la ventana observando el oscuro paisaje. La brisa golpeaba levemente su rostro, se tensó levemente pero intentó relajarse. Ambos escuchaban atentos la música.
    El ojiazul empezó a sentir un gran cansancio, sus ojos se cerraban lentamente.

    El moreno observó de reojo al rubio, no pudo evitar sonreír al ver como el ojiazul se mantenía sereno. Una oleada cálida llegó a su cuerpo, pensó que quizás fuese porque veía al rubio de siempre otra vez junto a él.

    -Naruto…- a pesar de ello, no podía evitar preguntar. Algo en su cabeza le decía que debía preguntar y no dejar pasar esa oportunidad.

    -Mmm…- respondió aun con los ojos cerrados.

    -¿Por qué?- el rubio le miró un poco incomodo. Pero después de todo lo pasado no podía evitar contestarle, podía obviar ciertos datos.

    -Algo pasó con una…- el brillo de sus ojos de nuevo decayó. Pero el moreno no sintió remordimiento, algo en su mente le exigía saber que era. No comprendía muy bien el porqué.

    -¿Un accidente?- cuestionó interesado.

    -Algo así-ttebayo.- respondió desganado. El moreno solo pudo pensar que había una cosa en común con el rubio.

    -Yo también… tuve un accidente.- lanzó el moreno. Naruto se asombró al notar que finalmente se acercaban a un tema que él como el moreno conocían, pero que ninguno había hablado:

    - Siempre creí que si hubiera andado en camioneta quizás el impacto no hubiera sido tan grande-. Y por primera vez el rubio observó una profunda tristeza atravesar los oscuros ojos del moreno, pero algo sintió dentro de sí. Algo que pensaba era muy ilógico, pero era real. En ese momento solo quiso confortarle.

    – y porque no quiero volver a tener esa duda, compré una de estas-. Respondió seguro el moreno.

    El rubio no sabía que palabra articular como para no dar atisbo de algún hecho que haga asociar ideas al moreno, pero solo notó que debía ser sincero y preciso. Dar tantas vueltas a las explicaciones tampoco era lo que más calmaría su tortuosa mentalidad.

    -No son indestructibles.- rebatió el rubio.

    -Eso lo sé, usuratonkachi. – se mofó Sasuke y Naruto hiso crujir sus dientes algo enojado. El moreno solo continuó hablando,- A pesar de eso mírate… - el rubio le miró confuso.

    - Si tuviste un accidente y saliste ileso como te veo ahora, entonces si fue una buena adquisición-. Le sonrió de medio lado pero el rubio no le respondió, solo giró la cabeza observando la ventana.

    - Oi… dobe…- intentó llamar su atención.

    -No entiendo.- le dijo Naruto mirándole, mientras el moreno doblaba una de las esquinas cercana a la casa del rubio. -¿Cómo puedes manejar después de haber sufrido algo así-ttebayo?-.

    Sasuke solo sonrió algo cansado, en ese momento se podía apreciar como el moreno volvía a una parte de su vida que en el fondo intentaba dejar atrás pero que le perseguía constantemente y no le permitía… ¿olvidar?… No… esa no era la palabra correcta porque tampoco lo deseaba; pero si la palabra “superar” esa palabra sí que deseaba asimilarla y que fuera parte de su existencia.

    -No creas que pude manejar así como así….- dijo estacionando el automóvil, al momento en que pararon en frente de la casa del rubio. Naruto lo miró fijamente.- Es difícil volver a sentarte en un lugar que solo quieres olvidar.- el rubio solo asintió a las palabras del moreno, seguía atento mirándole.

    -Me tomo tres años volver a subirme a un automóvil. Al principio no quería, cada vez que me sentaba en el asiento de piloto una y otra vez se repetía el accidente en mi cabeza, pero mi hermano me dijo… - el moreno tomó unos segundos de silencio, tras ver que la luz exterior de la casa del rubio se encendía. Al parecer habían notado que éste había llegado.

    - … que vivir del miedo solo te hacía más infeliz. – El rubio solo asintió,- …es lo único inteligente que me ha dicho en su vida- sonrió de medio lado el moreno. Naruto no pudo evitar, a pesar de la situación, reír bajito ante esas palabras.

    -Jaja… teme eres un pesado.- el moreno frunció el ceño ante la risita del rubio, Naruto frenó su risa levemente. - Itachi-san tiene toda la razón-ttebayo. – le sonrió al moreno. El que le devolvió la sonrisa, y el rubio se sorprendió al verla. Era muy pequeña, pero autentica; y como un detonador su corazón dio un brinco repentino pero que frenó en un instante… ¿Qué había sido aquello?... se preguntaba confuso observando al menor de los Uchiha, algo no andaba bien con él, confundido agarró su bolso.

    -Etto… teme- se volteó hacia el moreno el que le miraba algo curioso porque el rubio de buenas a primeras quisiera bajar.

    -¿Mmm?-

    -A… arigato-ttebayo.- dijo algo incomodo. – Arigato por lo de antes.-

    El moreno le sonrió de medio lado.

    -¿Me agradeces?- dijo dando aires de orgullo, a lo que el rubio infló sus mejillas levemente en señal de enojo.- De todas formas recuerda lo que te dije, dobe.-

    -Hai…teme. - y antes de salir el moreno revolvió los cabellos del rubio como si de un niño se tratase. El rubio al notar el tacto sintió calor, no pudo dejarlo pasar.

    -¡Oi no soy un niño-ttebayo!- dijo mientras se revolvía sus propios cabellos como intentando quitarse la sensación que le había dejado el moreno.

    -Hai, dobe.- solo asintió. Colocándose el cinturón de seguridad para volver a arrancar.

    Naruto salió de la camioneta. Pero antes de entrar a la casa algo recordó. Volviendo antes que el moreno partiese.

    -Oi… Sasuke, tú aún escribes guiones, ¿no?-

    El moreno posó su mano en su rostro, Naruto no podía ser tan despistado.

    -Se nota que no sabes nada del cine de tu país… ¿por qué?- el rubio obvio el insulto y preguntó inmediatamente.

    -Necesito que me enseñes.-

    -¿A qué?- le miró curioso. Al rubio se le formó una pequeña vena en la frente.

    -¿Cómo que ha qué?... ¿no es obvio? A escribir guiones-ttebayo.-

    El moreno le miraba anonadado, -¡¿Ah?! Demo ¿por qué? ¿Sabes escribir acaso?-.

    El rubio sonrió con orgullo, -Obvio, en la cárcel realicé un taller literario y mi maestro fue Jiraiya-sensei. Ero-sennin para mi jaja… fui el que obtuvo los mejores honores-ttebayo. – el moreno le miraba impactado.

    -¿¡Tú qué?!-

    -¿¡Teme no me crees?!-

    -No es eso, ¿pero que hacía Jiraiya-san enseñando a presidiarios? – el rubio le miró mal. El moreno intentó rectificarse inmediatamente, - No es que me parezca mal. Pero es un escritor y guionista muy afamado, me parece curioso que haya dado clases en la cárcel-.

    -Eso se llama vocación, teme. Independiente de donde uno venga, él deseaba que lográramos expresarnos en papel-ttebayo.- le miraba seguro de sus propias palabras.

    -Mmm… buena argumentación aún incluso para ti, dobe. –

    -Teme….-

    Pensativo miró al rubio un momento.- bien, si Jiraiya-san te evaluó de esa forma, veré que tal es tu forma y estilo, dobe.- el rubio le observó sorprendido, ya aquel era un gran avance.

    Ambos se observaron decididos.

    -Mañana a las dos.- afirmó el rubio.

    -Hai; mañana a las dos-. Sonrió de medio lado el moreno.

    -¡¡Matta-ne teme!! – se despidió entrando a su casa. El moreno solo sonrió levemente mientras arrancaba la camioneta y observaba por el espejo retrovisor como el hermano mayor del rubio abrazaba al menor haciéndole entrar a la casa. Sasuke sonrió al ver como el menor rubio intentaba zafarse del abrazo de oso de Deidara.

    Era muy extraño… Hace muchísimo tiempo que no se sentía… ¿vivo?

    Sin darle tantas vueltas al asunto y aunque no quisiera admitirlo, esperaba con un leve toque ansioso que ya fuese mañana.




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    -¡Me alegro mucho Naruto!- Gaara lo felicitaba, mientras limpiaban uno de los pasillos de la escuela.

    -Hai. Así que desde hoy comienzo. Le sonsacaré un montón de cosas jeje- sonreía el rubio impaciente.

    -Naruto lo más importante por ahora es que te enseñe a escribir de forma correcta. Ya que cuando se realiza el rodaje el guión es como los mandamientos. Debemos respetar todo, pero también podemos inventar. Ahí luego veremos si esas escenas extras servirán o no. – el rubio miraba fascinado a Gaara.

    -Sabes mucho-ttebayo.-

    El pelirrojo solo sonrió mientras dejaba el trabajo y observaba al rubio. – Ahora lo importante es que algo salga de tu cabeza, necesitamos una historia pronto. No tengo aun entendido cuanto tenemos de plazo, pero debemos hacerlo lo más rápido posible.-

    El rubio asintió.- No te preocupes. ¡El gran Uzumaki Naruto se encargará de todo-ttebayo!- levantó su puño en señal de victoria. El pelirrojo solo le observaba con una pequeña gota de sudor en la frente por la efusividad del ojiazul.

    Pero un ruido sordo los sacó de su conversación. Un niño iba corriendo por el pasillo, al estar éste algo húmedo tropezó. Naruto se acercó al menor.

    -¿Estás bien-ttebayo?- se agachó al lado del niño. Le pareció algo familiar, era un pequeño de piel blanca y cabello negro, al igual que sus ojos.

    -Ie. – el niño se sobaba la espalda y miraba enojado al rubio.

    -Te llevo a la enfermería. –

    -Ie baka, no lo necesito.-

    -¡Oi, no me llames así-ttebayo!, ¡vas a ir conmigo ahora!- el rubio intentó tomar la mano del menor, pero éste le golpeó en la mano.

    -¡Te dije que no quiero, que pesado eres!- el rubio le miró bastante mal. Gaara iba a regañar al chico cuando de pronto un moreno alto hiso acto de presencia.

    -¡¿Por qué hablas de esa forma a tus mayores?!- Una fuerte voz se escucho en el lugar, la sonrisa falsa no salía de su rostro. Un moreno bastante parecido a quien el rubio conocía muy bien les observaba.

    -¡Demo… fue su culpa que yo cayera Oto-san! – dijo el pequeño moreno indicando al rubio. El que le miró con el ceño fruncido.

    -Deja de comportarte como un niño mimado.- el moreno mayor levantó al pequeño. Mientras el niño sacudía su ropita, el hombre le habló con autoridad a su hijo; - No te crie para esto.- el pequeño solo hiso un leve puchero. El rubio lo miró algo preocupado.

    -No es para tanto, no se preocupe.- el pequeño observó algo sorprendido al rubio. El moreno mayor le dio una sonrisa, pero no era sincera.

    -Qué digas esas cosas mientras lo regaño no es muy inteligente de tu parte. No deberías contradecirme delante de mi hijo.- el rubio le miró con un pequeño escalofrío. El hombre le miraba con una sonrisa casi macabra de lo falsa que era. Tomó la mano de su hijo y observó de reojo al pelirrojo.

    -De todas formas, gracias por la limpieza.- el pelirrojo solo asintió a lo que el hombre decía. Dio paso a que éste pasara junto al pequeño. Mientras se perdían por el pasillo. El rubio suspiró algo más tranquilo. El pelirrojo observaba serio por el lugar donde el moreno mayor se había perdido.

    -Uff… que persona tan cambiante-ttebayo.-

    -Es extraño… – el pelirrojo aun miraba seriamente por el lugar donde se había perdido el moreno. El rubio volteó a observarle mientras se levantaba. – No esperaba verlo por aquí…-

    -Etto… ¿quién es?-

    El pelirrojo miró incrédulo al rubio. Se golpeó con la mano en la frente.

    -Tú de verdad, nunca dejas de sorprender a los demás…- habló en un tono resignado. El rubio aun le miraba curioso, el pelirrojo le miró serio; - El es…





    ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++




    -¡¡El gran productor de cine Sai hace su aparición en mi humilde colegio!!- le habló irónico y risueño el Uchiha. – ¿Qué haces aquí?-

    -¿Es que no puedo venir a ver a mi primo favorito?- respondió ofendido Sai. El pequeño se acercó a Itachi.

    -¡Oji-san!- sonrió mientras abrazaba a su primo en tercer grado, pero que se empecinaba en decirle tío.

    -¿Cómo has estado, Kazuo?- dijo el moreno correspondiendo el abrazo, mientras acariciaba el cabello negro del pequeño.

    -¡Mal, Oto-san me regaño!- hiso un puchero indicando a su padre. El que no se hiso el aludido. Itachi solo le sonrió al pequeño, - Mira allí hay unos juguetes- indicó una estantería, que se encontraba en la sala continua de la suya; la de su secretaria. - Juega con ellos. Tu padre y yo tenemos que conversar.

    -¡Hai!- respondió el niño mientras entraba a la sala. Itachi cerró la puerta tras de él. El moreno padre aun observaba con esa falsa sonrisa en la cara.

    El Uchiha mayor miró a Sai. – Es raro que te aparezcas, ¿qué paso?-

    Sai se acomodó en la silla. – Es algo muy simple, tan lo de siempre.-

    -¿Vas a seguir con lo mismo?... ¿cuántos años llevas insistiendo?- dijo el mayor sentándose en la silla de enfrente. – ¿Tres?… ¿cuatro años?-

    El moreno menor dejó de sonreír, abriendo sus ojos mirando serio a su primo. – Cinco para ser exactos; itoko-.

    -Bastantes.- suspiró cansado. - Como familia que somos, yo te recomiendo rendirte.- dijo mirando hacia el lado donde Kazuo jugaba con unos juguetes.

    -No es imposible lo que quiero.-

    -De hecho lo es-. Dijo categórico. Aun mirando al niño que jugaba con un avión de jueguete.

    -Han pasado cinco años… algo debe haber cambiado en estos cinco años.-

    -Hai, sobretodo que él ya no tiene contacto con el medio. – dijo mientras apartaba la vista del niño y se sentaba en su escritorio.

    -Tú sabes que ese no es un gran problema.- respondió con una sonrisa orgullosa.

    -Pero para Sasuke, si. – el Uchiha le miró serio. Sai dejó su sonrisa.- Hace años que no ejerce y tú mejor que nadie sabe que quedarse sin hacer nada durante años, te distancia de la competencia.-

    -Pero no estamos hablando de cualquiera, estamos hablando de Sasuke. – argumentó apoyando sus manos en el escritorio. Mirando convencido al Uchiha mayor.
    -No importa cuánto tiempo me tome. Pero él jamás podrá hacer su vida de nuevo si no trabaja en lo que siempre quiso desde que tengo memoria. Yo sé tratar con el medio. Sasuke podría volver, fue Sasuke el que hiso de años atrás que el cine japonés volviese a dar esperanzas para todos nosotros.-

    -Ese es el problema, Sai. Para Sasuke volver a hacer cine es volver a vivir…- el moreno apartó la mirada. Sai dejó de apoyarse en el mesón.- y eso es algo que no quiere-.

    -Tendrá que hacerlo. Tarde o temprano. – aún así Sai no quería dar la guerra por perdida.

    -Espero que sea temprano; Sai.- le respondió sincero. Ambos realmente querían que el trágico moreno volviera a vivir.

    Sai sin más que decir, fue en busca de Kazuo. Todos se despidieron, mientras se retiran un rubio mayor hace su aparición en la oficina del guapo rector. Deidara observa que Itachi masajea su cien mientras la presiona, le mira preocupado.

    -¿Interrumpo?, si quieres vuelvo lue…-

    -Ie… ie, quédate onegai.- interrumpió el moreno. El rubio solo asintió. El moreno le indicó que se sentara. Deidara obedeció.

    -Sabes… admiro a Naruto-kun.- dijo sonriendo el moreno mayor. Deidara le miró algo escéptico.

    -¿Por qué?…-

    -Hay personas que nacen con el don de luchar a pesar de todo y por lo que veo Naruto-kun es una de esas personas. – el Uchiha mayor tomó unas hojas y se las entregó a Deidara. El que las observó, sin posar su mirada en el moreno mayor. Algo producía en él cuando éste hablaba de aquella forma.

    -Pero luchar tanto a veces te lleva al continuo sufrimiento.- respondió desganado el hermano mayor del rubio, tomó las hojas levantándose del asiento. Mirando al moreno algo melancólico. – Mi hermano y el tuyo tienen algo en común-. El moreno solo le observaba atento.

    -Ambos temen perderlo todo de nuevo.- El moreno en respuesta solo dio una sonrisa cansada asintiendo. Deidara le correspondió la sonrisa. En un momento el rubio iba a salir de la oficina, pero el moreno mayor le tomó de la mano. Deidara le miró algo curioso.

    -Te invito a almorzar.- el rubio solo le miró algo descolocado. No pudiendo evitar un leve sonrojo en sus mejillas.

    -¡¿Demo qué tienes…-

    -Onegai.- le interrumpió. El rubio meditó un momento.

    -Sabes que mañana me toca entregar unos exámenes de teoría, ¿no?-

    -Hai- respondió, mirándole decisivo.

    -Qué me iba a marchar del colegio ahora para corregirlos en casa porque los tengo allí, ¿no?-.

    -Hai.-

    -Por lo que en caso hipotético te dijera que sí. Tendría que trabajar en el almuerzo ¿no?-

    -Hai.-

    -Por qué no puedo dejar trabajo atrasado, ¿no?-

    -Hai. -

    -¡¡Por Kami, deja de responder como un idiota a todo lo que te digo!!- explotó.

    -… - y antes que el moreno mayor repitiera la dichosa afirmación. Deidara lo paró en seco.

    -No. Vale. Ya entendí.- suspiró cansado, con una gota en la cabeza. El moreno soltó su mano. Deidara le miró de reojo.- Ya es casi la hora. Vamos a mi casa a buscar los exámenes. – el rubio mayor salió de la oficina apresurado para que Itachi no pudiese ver ni siquiera un poco el sonrojo que aparecía en sus mejillas.

    El moreno solo sonrió. Adoraba esos momentos en que a pesar del abismo que había entre ambos. El rubio lograba contentar alguna de sus proposiciones. Para qué negarlo… ese rubio le gustaba desde el momento en que le contrató para dar artes en su escuela.





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    Mientras el rubio menor se cambiaba de ropa para salir, ya que debía apresurase para llegar donde el moreno y era bastante tedioso el viaje, de pronto escuchó una conversación, al parecer era la voz del pelirrojo.

    -Gomen ne…- se escuchaba la voz de un pequeño niño que se le hacía bastante conocido.

    -Yo le diré a Naruto…- hablaba el pelirrojo en un tono serio, pero conciliador. Algo que no estaba acostumbrado a escuchar. – Pero tu padre tiene razón. No debiste hablarle así y deberías andar corriendo si los letreros dicen que tengas cuidado.-

    El pequeño hiso un puchero. El pelirrojo acarició sus cabellos.

    -No vas a llorar, ¿o si?- dijo negando con la mano.- Qué dirán los demás niños y tu papá si te ven.- el pequeño se aguantó el llanto.

    De pronto apareció Sai mirando a ambos con una sonrisa.

    -¿Le pediste disculpas como se debe al rubio?-

    Gaara interrumpió.

    -Yo le daré las disculpas a Naruto. No hay problema.- El pelirrojo acarició el cabello del pequeño el que le sonrió.

    Sai miraba algo curioso la escena, su hijo no se daba con las personas desconocidas. Miró por largo rato al chico. Un cabello y unos ojos que llamaban mucho su atención, su ojo crítico analizaba muy bien al pelirrojo. Pero de un momento a otro cortó sus pensamientos. Debía marchar pronto, sino su “adorable” esposa se enfadaría con él por no llegar pronto al departamento.

    -Bien. Un gusto e… - dio el pié para que el pelirrojo contestara.

    -Gaara… Sabaku no Gaara-. Respondió el pelirrojo.

    -Mi nombre es…-

    -Sai… lo sé.-

    El pelinegro lo miró curioso.-Vaya… curioso, muy curioso que lo sepas. –

    -El mundo del buen cine de cada país no es tan amplio.- respondió con gran efectividad.

    El moreno solo sonrió. Al parecer el pelirrojo sabía del mundo cinematográfico de Japón.

    -Interesante.- ambos se observaron por unos segundos. Ojos como el carbón contra aguamarinas. – Vamos Kazuo. Tenemos que llegar luego. Sino oka-san se va a enojar contigo.- le habló el moreno al pequeño.
    El moreno hiso una reverencia hacia el pelirrojo, el que la correspondió. Sai tomó la mano del pequeño y comenzaron a caminar hacia la salida. Pero Kazuo se volvió sonriéndole.

    -¡¡Matta ne, Gaa-chan!!- gritó. El pelirrojo solo se sonrojó de pronto por la forma en que sonó su nombre. Sai solo pudo sonreír, pero no de una forma falsa. Era una pequeña, pero al parecer verdadera sonrisa al ver al pelirrojo así.

    Ambos pelinegros se perdieron por la puerta de salida. El pelirrojo solo observaba a ambos retirarse.
    El rubio salió sigiloso del camerino. Mirando curioso a Gaara durante varios segundos.

    -Te gusta-ttebayo.-

    El pelirrojo se volteó agrandando sus ojos claros, sumamente impactados los sinceros azules del rubio.

    -¿¿¡¡Nani??!! ¡¡Pero qué estás diciendo Uzumaki!!- dijo mientras se dirigía al camerino a cambiarse de ropa.

    -Calma Gaa-chan….- si las miradas matasen, el rubio estaría tendido en el suelo envuelto en sangre. – Solo es una broma.-

    El pelirrojo dejó de mirarle mal para quitarse las zapatillas húmedas del trabajo, por las usuales.

    -Pero por lo que escuché le conoces bien-dattebayo.-

    La mirada del pelirrojo se ensombreció por unos momentos.

    -En realidad no. –

    El rubio no quiso incomodar más al pelirrojo, por lo que no siguió con el tema. Pero algo le decía al ojiazul que él aguamarina le ocultaba algo. Tan solo se despidió de él y se marcho. Gaara estuvo unos tantos minutos cambiándose para luego también marchar.





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    Naruto bajaba del bus, caminando por los ya conocidos árboles de Sakura, topándose con aquel portón ya conocido y entrando a la residencia Uchiha.

    Algo que llamó su atención es que el moreno no saliera a abrir la puerta para que pasase. Un poco confundido entró a la casa con cuidado.
    Como siempre, pudo apreciar algunas de las botellas de alcohol tan típicas en él. Sin duda un mal habito. Pero dentro de todo ya la casa no estaba tan desordenada. Caminó por el pasillo, no escuchando nada. Notó que una de las puertas estaba abierta. Caminó lentamente hasta llegar a dicha habitación. No quiso ser irrespetuoso y prefirió tocar, se apoyó en la puerta la que se movió levemente para dar paso a una visión que le llenó de una extraña calidez.

    -Siéntate aquí, voy a enseñarte unas cosas ahora. Ordené un poco la casa, para que no tuvieras tanto trabajo y poder dedicarnos a esto.- el moreno tenía unos pequeños lentes que adornaban su cara, haciéndole ver bastante guapo e intelectual. Pero aquello no fue lo que llamó su atención, sino que la oficina volviera a la vida.

    El lugar estaba algo más ordenado, y algunos libros y otros guiones estaban encima de la mesa. Mientras las grandes que contenían un sinfín de películas y libros estaban ordenadas de una forma distinta a la que él había dejado.

    El moreno estaba sentado leyendo al parecer un guión, tan concentrado que no logró ver la sincera y vívida sonrisa que el rubio mostraba en ese momento.
    Naruto rápidamente se sentó a un lado del moreno.

    -Necesito que te leas este guión…- le entregó un guión de una película titulada: MOTHER del director coreano Bong Joon Ho y los guionistas Bong Joon Ho y Park Eun Kyo. El rubio asintió. El había visto aquella película. – Bien este guión es el real, pedí que lo tradujeran tal cual de coreano a japonés; es el original. – el rubio le miró confundido.
    El moreno le miró para explicarle mejor, mientras ojeaba la primera página la cual escribía “Versión 1”:

    -Me refiero a que este no es un guión que hiso algún idiota que luego de ver la película lo transcribió; No. Esta es la primera versión del guión por lo que vas a ver algunas fallas, algunos aciertos y escenas que no se muestran en la película. -El moreno se levantó de la silla, el rubio le seguía mirando atento.

    -Quiero que lo leas ahora mientras yo preparo algo para comer y luego lo discutimos. Son 120 páginas, tienes una hora para leerlo…- el rubio le miró no comprendiendo bien. No podía leer tan rápido.

    El moreno sonrió de medio lado, - Quizás te demoras menos. Todo lo que leerás es visual. Esto no es como escribir un libro. Créeme que a veces es mucho más difícil; aunque existan personas que piensen lo contrario. A los novelistas les cuesta mucho escribir guiones. –

    El rubio no preguntó solo esperaba que el moreno continuase. El moreno se quitó sus lentes, mientras los limpiaba con una tela especial.

    – Debes acortar todo lo que escribes. Con pocas palabras debes escribir lo justo y lo que escribas debe contarse en imágenes. No se escriben los pensamientos en un guión. Todo lo que el personaje piensa, lo tienes que escribir en acciones. Como él se comporta es lo que voy a ver en pantalla y su simbolismo. Esto es para todo pero aun más en cine, y grábalo muy bien en tu mente… Esta es una Regla… - el moreno le miraba serio como un sensei a su alumno. Naruto no le apartaba la mirada; -En un principio siempre se muestra a un personaje falso, pero a medida que avanza la historia y como éste tome sus decisiones, veremos al personaje real; o sea su verdadera personalidad y su significado. – el rubio le observaba sumamente interesado. Sabía que esas palabras se quedarías grabadas en su mente.

    -Por ahora solo eso debes saber. – el moreno iba a retirarse. Pero antes de salir miró al ojiazul, el que leía rápidamente cada página.- y la regla principal: Para ser un buen guionista; debes ser un excelente observador.-

    El rubio le miró algo confundido. El moreno solo se retiró. El rubio se quedó mirando el umbral de la puerta por donde se había ido Sasuke. Sin esperar, sacó un cuadernillo y un lápiz. Y anotó en éste la regla principal.

    El moreno comenzó a preparar algo en la cocina, para él y para Naruto, se le notaba bastante animado. Hasta que de pronto la fotografía de su familia que estaba colgada en la pared lo sacó de ese lapsus de bienestar. Sus manos dejaron de trabajar, solo miraba la foto mientras un pensamiento pasaba por su cabeza…

    ¿En qué se estaba convirtiendo Naruto para él?





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    Deidara movía sus obras de arte de un lado a otro, junto con unos papeles. No encontraba algunos de los exámenes y otras cosas. Ya un poco hastiado y escuchando los bocinazos del auto de Itachi, caminó rápidamente hacia el pasillo del segundo piso, gritando:

    -¡¿Oka-san, has visto una montonera de papeles del mi escuela y unos dibujos?! No puedo encontrarlos…- esperó un momento hasta que escuchó unos pasos y pudo apreciar en la primera planta el rostro de su madre que se asomaba por el principio de las escaleras.

    -Etto… buscaste en tu pieza?-

    -Oka-san, llevo media hora buscando allí.- meditó un momento la madre.

    La poca paciencia de Deidara explotó al escuchar un último bocinazo. Enfadado se dirigió a la ventana gritándole:

    -¡¡¡¡Qué te esperes, sino no voy a ningún lado contigo!!!!-.

    Y mágicas fueron esas palabras. Que cuando Deidara cerró la ventana, ningún bocinazo volvió a escucharse en el vecindario. Deidara sonrió orgulloso de su dominio ante el moreno Uchiha.

    -Ahhh…. Creo que están en la antigua pieza de Naru-chan.- La que se perdió de su campo visual ya que al parecer estaba cocinando algo.

    -¡¿Y qué hacen mis cosas allí?!- gritó confuso.

    -¡¡Dei-chan en tu pieza ya no cabe ni un alfiler!!-

    Deidara sudó una pequeña gota en su cabeza; Kushina tenía toda la razón. Sin quererlo, pero teniendo que entrar abrió puerta de la antigua pieza del rubio menor. Deidara no había entrado en ella desde que Naruto tuvo aquel accidente. Se había prometido no añorar a su hermanito a través de cosas materiales, por ello se exigió a sí mismo no entrar allí además que no deseaba invadir la privacidad de Naruto sin que éste supiera; ahora que él había vuelto y decidió ocupar la pieza de la alcoba, ya no había razón para entrar ahí… claro hasta ahora.

    La pieza estaba bastante ordenada. Kushina se dedicaba de vez en cuando a ordenarla por si su hijo menor deseaba volver a ella, aunque las pinturas y cosas de Deidara opacaban todo aquel orden. Algo avergonzado por ello, se dirigió a un lote de hojas, separando algunas de otras, hasta que dio con las que necesitaba, al igual que con algunos trabajos de pinturas. Ya más tranquilo, dejó todo lo demás como estaba, se despidió de Kushina y salió de la casa.
    Deidara entró al auto y partieron a un restaurante.

    -Vaya… No pensé que me traerías aquí.- el moreno le miró. – Es un restaurante bastante costoso.- dijo algo incomodo. El restaurante japonés era bastante elegante y reservado.

    -¿No te gusta?-

    -Ie… ie… demo solo es un almuerzo, estos restaurantes se ocupan más para las cenas.- dijo algo avergonzado.

    El moreno solo le sonrió.- Bien, cuando vayamos a cenar te traeré a uno mejor que éste-.

    -Buen… ¡oye!... ¿¡quién te dice que voy a aceptar una cena contigo?!- dijo contradiciéndose un poco el rubio. Itachi solo sonrió de medio lado. Un mesero llegó junto a ellos, les preguntó que deseaban beber y comer, luego de decir sus respectivos pedidos el mesero se marcho. Conversaron un rato, Deidara sacó algunos de sus exámenes y comenzó a revisarlos, mientras Itachi tomaba un aperitivo mientras observaba atento al rubio mayor. Hasta que éste ya no soportó más la mirada. Se excusó un momento y se dirigió al baño.

    El moreno observó todo el trayecto del rubio. Sin duda ese día como fuese le diría lo que tanto había escondido.

    El mesero aun demoraba e Itachi algo aburrido por la espera, observó los exámenes de Deidara, tomó algunas hojas, las que contenían preguntas sobre historia del arte y unos exámenes de otros cursos contenían preguntas sobre la historia de la fotografía y del arte visual contemporáneo, algunas respuestas de unos alumnos eran bastante mediocres como otras bastante acertadas, ojeo algunas hasta que se topó con un papel bastante diferente.

    En aquella hoja aparecía una fotografía de un Naruto con algunas heridas en su cabeza, cuello y uno moretón bastante feo en el ojo, junto a una ropa que él conocía bastante bien. Atentó comenzó a leer algo del historial. Al parecer era una hoja de castigo de la cárcel:


    Nombre Completo:
    Namikaze Uzumaki Naruto

    Rango de Edad:
    17 años (a meses de cumplir los 18)

    Motivo de la Corrección:
    Por golpear y dejar casi moribundo a un convicto, el cual también está con el mismo castigo por intentar abusar sexualmente de él.

    Correctivo:
    Se le trasladará a la celda de castigo 222, con una sola comida al día. Sin permiso de salir a ninguna actividad que se realice dentro de la cárcel. Todo esto durante 3 meses.

    Antecedentes del Convicto:
    Culpable por conducir en estado de ebriedad y dar muerte en el pasado choque del día 22 de Octubre a la familia del cineasta Uchiha Sasuke, en donde murieron la esposa Uchiha Haruno Sakura (23 años) y la hija de ambos Uchiha Haruno Rin (7 años). Al haber cometido dicho crimen al ser menor de edad; solo el abogado es la cara visible de Uzumaki para los juicios, demandas o demás transacciones. Su identidad, por la ley de protección a menores (artículo 115), queda en completo secreto sin poder investigarse más allá de dichos parámetros anunciados anteriormente.

    Años de Encierro:
    5 años y un día.





    Las manos del moreno mayor temblaban ligeramente. Pero sus sorprendidos ojos llenos de ira daban a conocer el torrente de pensamientos y emociones que le llegaron al leer dicho papel.





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    Deidara lavaba sus manos con abundante jabón para luego lavarlas y secarlas. Algo nervioso aun por como Itachi le miraba, decidió esperar unos minutos antes de salir. Ahora se sentía más cómodo. Arregló un poco su mechón, para salir digno. Sin demostrarle al moreno lo que había provocado en él. Salió del baño en dirección hacia la mesa, pero grande fue su sorpresa al no verle y tampoco ver el pedido. Supuso que quizás había ido a hablar con el administrador. Tomó asiento para acomodarse. Pero al no apreciar nada, sus ojos bajaron para observar sus trabajos, cuando se topó con el mismo papel.

    Su rostro pasó de la tranquilidad al desconcierto absoluto. Sin decir más tomó rápidamente todo y salió disparado del restaurante, no sin antes llevarse unos cuantos gritos por parte de la administración. Corrió lo más rápido que pudo solo con una dirección en mente, tomó un taxi y prácticamente gritó la dirección de la casa de Uchiha Itachi; esperaba con todas sus energías encontrarlo allí lo más pronto posible.

    Su mente solo le atormentaba, ya que por culpa de él Naruto había entrado a trabajar a esa escuela, por su culpa aunque no lo hubiese querido, quien no debía enterarse supo del motivo del porqué Uzumaki Naruto estaba preso. Por su culpa había conocido a Uchiha Itachi y éste le había dado a conocer a quien más debía evitar Uchiha Sasuke.

    A cada cuadra que el taxi pasaba su psiquis recibía más y más pesar; haciéndole escocer los ojos. Solo esperaba que Itachi no hubiese tenido un arranqué de locura y estuviera en su casa; no en la de su hermano, no se lo perdonaría ni a él mismo si es que Itachi le hacía algo a Naruto.







    CONTINUARÁ….




    ¿Donde fue Itachi?... ¿Logrará Deidara alcanzarle?... ¿Qué nace en los sentimientos de Sasuke?... ¿Qué hará Naruto?... y nuevamente lo más importante… ¿Se sabrá la verdad?

    Eso solo se sabrá mientras lean… jaja

    Titulo del Próximo Capítulo: “ W R A T H ”

     
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