Imprevistos

Naruto x Sasuke. "Sí, efectivamente y contra todo pronostico, Sasuke Uchiha, quien se había acostado con más de la mitad de la población femenina de Konoha, estaba embarazado.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. derkh
        +1   +1   -1
     
    .

    User deleted


    Resumen completo:

    "Sí, efectivamente y contra todo pronostico, Sasuke Uchiha, quien se había acostado con más de la mitad de la población femenina de Konoha, estaba embarazado. Y nada más y nada menos que de Uzumaki Naruto. El numero uno-y nunca mejor dicho- en sorprender a la gente…"

    Autora: Mayu_yui

    Género: Romántico, comedia, drama.
    Advertencias: Mpreg, Lemon.



    Capítulo 1:

    Todo el mundo, a lo largo de su vida, tiene una meta. Viven por ella, se despiertan pensando en ella, y seguramente sea lo último que visualizan antes de dormir. Puede que nos encontremos otros objetivos. Objetivos que nos hacen desviarnos momentáneamente de nuestro camino. Y sin embargo, tomemos la elección que tomemos, siempre estaremos pensando en realidad en nuestra meta inicial. Y resultaba muy irónico, como de la noche a la mañana las cosas podían llegar a torcerse de tal modo que, aún en contra de nuestros deseos, dejemos nuestros objetivos de lado.


    Sonriendo con cruel sarcasmo, llevó una de sus pálidas manos, de dedos largos y callosos, hasta su plano vientre, donde desde hacía algo menos una semana, una nueva vida estaba creciendo.
    Para recordar donde empezó todo el problema, o mejor dicho, donde fue consciente de su “situación”, tendría que retroceder exactamente dos días. Dos largos y tediosos días.



    Flash Back

    —Debes estar de broma, vieja loca.
    —Sasuke…
    Respirando con dificultad, Sasuke se levantó de la camilla donde llevaba tumbado, con las piernas bochornosamente abiertas, más de quince minutos.
    —¡No! Soy Sasuke Uchiha, vieja. ¡Y soy un hombre!
    —Bueno, eso pensaba yo. Pero la vagina que tienes ahí abajo no parece pensar lo mismo.
    De un manotazo, rechazó la mano tendida por la exuberante mujer rubia, para después colocarse los pantalones en su lugar con toda la dignidad que pudo reunir en semejantes circunstancias. Inhalando con lentitud, intentó convencerse a sí mismo de que aquello solo era una broma. Una especialmente cruel.
    Reprimiendo la vergonzosa tentación de cerrar sus manos sobre el cuello de la que era su actual Hokage, para apretarlas hasta dejarla sin aliento, se volvió hacia la mujer con el ceño fruncido y las manos cruzadas en su pecho.
    —¿Qué puedo hacer para librarme de esto?
    —No lo sé. Debería investigar un poco…
    —¡Y una mierda! ¿Acaso quiere que toda la maldita aldea se entere?
    —Sasuke, tardará en ser visible al menos cuatro meses. Quizás poco menos.
    —Lo quiero fuera. ¡Ya!
    La paciencia de Tsunade debió agotarse en aquel preciso momento, ya que de un puñetazo mando al “paciente” directo al suelo.
    —Vete a casa y tómate las pastillas que te mandé cada cinco horas. Harán que tu vagina desaparezca hasta el momento en que la necesites.
    Sasuke no se movió del sitio, sintiendo su furia crecer peligrosamente. Nadie, absolutamente nadie, podía golpearle. Y sin embargo aquella mujer con su fuerza bruta y sus pechos gigantes acababa de hacerlo.
    Sin decir una palabra más, y apretando con fuerza el pequeño frasco de cristal que contenía las pequeñas pastillas rojas que le había mandado, Sasuke salió del consultorio de un portazo. Una vez fuera, soltando el pomo como si quemara, se encontró con la penetrante mirada de unos conocidos ojos verdes.
    —¿Qué te ha dicho?
    —Eso no es de tu incumbencia, Sakura.
    —Pero Sasuke—Kun…
    Ignorándola, el joven moreno de ahora 25 años empezó a caminar por el largo corredor blanco, para salir de una vez de aquel infernal lugar. Sakura, su actual novia, le miró con expresión dolida mientras se colocaba a su lado.
    —Yo solo estaba preocupada por ti. Últimamente no puedes retener nada de lo que comes.
    —Solo es una pequeña indigestión—Mintió con un suspiro de frustración. A veces se preguntaba por qué entre todas las chicas que conocía, terminó con ella. Aunque sabía que aquello era injusto. Sakura era una de las pocas personas que, aún después de su traición a la aldea, seguían aceptándole igual que antes.
    Quizás aquello era lo único que le impedía dejarla, aún a vista de que el único motivo por el que empezó a salir con ella, aún no había dado sus frutos.
    Con sus 26 años, Sasuke podría asegurar, sin pecar de soberbia, que era una de las personas más atractivas de la aldea. Siempre atrajo la atención de las mujeres, pero aquel atractivo que siempre había poseído con el tiempo se transformó en una atrayente aura sensual.
    Su piel pálida ya no mostraba aquel tono enfermizo que una vez tuvo, sus ojos negros, aún cuando pocas veces mostraban emoción alguna, eran la perdición de algunas y el delirio de muchas. Así como su cuerpo, entrenado y firme por el ejercicio, con su casi metro noventa de altura, su constitución fuerte aunque esbelta y quizás demasiado bien proporcionada.
    O por lo menos aquello era lo que habían escrito en uno de los tantos diarios amarillistas de la aldea, donde se cotizaba su persona como una de las más deseadas tanto por su atractivo físico como el de su cartera.
    Pronto sus pasos le condujeron hasta su casa, aún en compañía de Sakura y demasiado metido en sus pensamientos como para percatarse de la mirada desdichada de la chica.
    Con tres pisos de alto y una fachada blanca imponente, su casa era sin duda alguna uno de los motivos por el cual era tan cotizado. Y es que, el ser el último del clan Uchiha le convertía irremediablemente en el único y absoluto heredero de aquella mansión junto con todos los bienes del clan. Sasuke, a sus 26 años, tenía más dinero del que podría gastar aún si viviera 10 vidas.
    Las amplias ventanas de fino y costoso cristal, protegidas por fuertes técnicas contra cualquier posible ataque enemigo, dejaban entrar al interior a través de los hermosos marcos de madera oscura, abundante luz. La estructura de la casa tenía forma de L, con un inmenso patio en el centro donde, desde tiempos inmemorables, su familia se había entrenado.
    Con cansancio, abrió la puerta para después dejar colgadas las llaves en el gancho que tenía justo a su derecha y sin esperar a su novia, adentrarse en el pequeño recibidor que llevaba justo al salón. Sakura, tras él, cerró la puerta para acompañarle hasta el sillón. Sabiendo lo que venía a continuación, simplemente puso cara de consternación mientras esperaba el inminente interrogatorio.
    —Sasuke—empezó Sakura con voz seria. Sabía que si había usado solo su nombre, la cosa no acabaría pronto. Lo único que evitó que la echase de su casa fue la larga amistad que les unía—. Por favor, dime que te ocurre. Naruto y tú os habéis estado portando extraño desde hace una semana. Incluso dejó de pasarse por aquí a vernos.
    —Lo que haga ese idiota me trae sin cuidado.
    —Sabes que es uno de los pocos amigos que tienes. Quizás el mejor.
    Cansado de todo aquello y sin ganas de discutir, simplemente la miró con intensidad, intentando evaluar su reacción.
    —Voy a ser padre.
    Si Sasuke hubiese sido otra persona, probablemente la culpa le hubiese hecho abrazar a la chica y suplicarle perdón. Pero Sasuke seguía siendo Sasuke, y simplemente se quedó allí, sentado en aquel cómodo sillón negro, observando como los ojos de la muchacha se abrían ante la impresión, para después dejar caer libremente sus lágrimas.
    —Así que finalmente lo conseguiste. Felicidades, Sasuke—kun. Después de todo, yo nunca pude darte un hijo. ¿Y quién… quién es ella?
    Lo irónico de las circunstancias casi le hizo reír. Casi. Pero Sakura tenía motivos de sobra para decir aquello, después de todo eran de dominio público sus numerosas infidelidades.
    Desde un inició, la única razón de su noviazgo fue la de proporcionar al clan Uchiha una línea sucesoria. Necesitaba tener hijos a los que traspasar su sharingan, alguien que renaciera el clan. Y sin embargo tras año y medio de infructuosas relaciones sexuales, Sasuke llegó a la conclusión que con Sakura no tendría hijos.
    Al principio sus escapadas con otras mujeres fueron cuidadosas, nadie debía enterarse de lo que sucedía. Pero Sakura no era tonta, y pronto se dio cuenta de todo. A partir de ahí, su relación dio un giro bastante inesperado. Ella, a pesar de su búsqueda de descendencia entre las piernas de otras mujeres, siguió a su lado, ignorando los comentarios de los demás y las recriminaciones de aquellos que, como Naruto, no soportaban ver lo que sucedía. Pero la situación se extendió durante todo un año. Hasta que de buenas a primeras, Sasuke encontró su heredero donde menos se esperó. En su propio cuerpo.
    —No…no es así —continuó tras un prolongado silencio, intentando buscar las palabras exactas—. No hay ninguna mujer embarazada. Sakura, yo estoy em… embarazado.
    Y vaya si le costó pronunciar aquello. ¿Embarazado? Sonaba tan tremendamente equivocado. Antinatural.
    —Estás de broma —dijo Sakura mientras una vacilante sonrisa se extendía por sus finos labios, más Sasuke simplemente negó con la cabeza.
    —¿Crees en serio que podría bromear con algo así?—Con más brusquedad de la que pretendía, se zafó del agarré de la mujer para ponerse en pie. Necesitaba caminar y despejar sus ideas. Definitivamente, él ni siquiera terminó de digerir la noticia que le había revelado Tsunade tras un exhaustivo examen.
    —Pero…pero eso no puede ser cierto. Eres un hombre y…
    —Y ahora mismo tengo una vagina entre mis piernas.
    Con una ahogada exclamación, Sakura miró con intensidad la zona nombrada, haciéndole sentir realmente incomodo. Intentando controlar su temperamento, se dijo a si mismo que de ser él el informado, hubiese quitado al tipo los pantalones para verificarlo.
    —¿Cómo… cómo ocurrió?
    —Todo este… embrollo —Por decirlo de forma suave…— es como no, culpa única y exclusivamente de Naruto.

    Fin Flash Back


    Sí, efectivamente y contra todo pronostico, Sasuke Uchiha, quien se había acostado con más de la mitad de la población femenina de Konoha, estaba embarazado. Y nada más y nada menos que de Uzumaki Naruto. El numero uno—y nunca mejor dicho— en sorprender a la gente…
    Y pese a toda aquella esperanza de dejar a alguna chica embarazada, para por fin tener una familia, ahora que tendría un hijo, simplemente no podía aceptarlo. Pero demonios, estaba hablando de un hijo que gestaría él, y que además tendría como padre a Naruto. Aquello simplemente le superaba.
    Y entonces, en este punto de sus teorías, volvía al principio de todo. Quería un hijo, y era más que obvio que, de seguir así, no lo conseguiría. ¿Por qué deshacerse entonces del que podría ser su primer heredero? Además, Naruto era mucho más fuerte que todas aquellas mujeres a las que se tiraba. Su hijo sería, definitivamente, digno del clan Uchiha.
    En aquel instante, los insistentes golpes en la puerta de su casa hicieron que dejara la taza de chocolate caliente que se estaba tomando, mientras veía uno de los aburridos programas que televisaban a aquellas horas, para levantarse del sillón y caminar con andar lento hasta la puerta.
    Se sentía como si le hubiesen pegado una paliza, y todo por culpa de aquellas horribles pastillas que le habían recetado. Si bien acabaron con su problema de nauseas y vómitos, al igual que con aquel aparato reproductor que no debía estar allí abajo, le dieron unos horribles dolores de cabeza.
    Tomando el pomo dorado de la puerta, abrió. Más dos segundos después, con un sonoro portazo, cerró en las narices de su inesperado invitado.
    —Sasuke… ¡Sasuke, ábreme!
    Ante la falta de contestación, la irritante voz se elevó aún más.
    —Vamos Sasuke. ¡No seas así! ¡Si no me abres me quedaré aquí sentado hasta morirme de frío!
    Y en pleno invierno, a las dos de la madrugada, aquello era más que posible. Con un gruñido inteligible, y una patada a la puerta, vaciló durante algunos segundos antes de abrir de nuevo, colocándose de forma que nadie pudiese entrar a menos que se apartara.
    —¿Qué demonios quieres ahora, Naruto?
    —Tsunade me dijo que estabas enfermo. Quería saber qué te pasaba. Y si ya te encontrabas mejor.
    —Sí —fue todo lo que dijo, volviéndose en redondo para cerrar la puerta. Pero la punta de un pie se lo impidió.
    —¡Espera! ¡No puedes dejarme aquí afuera! ¡Encima que vengo a visitarte!
    —¡Suelta! —gritó, intentando despegar las manos del borde de la puerta y poder meterse dentro de su casa de una vez.
    —¡No! ¡Quiero entrar!
    Sin soportar aquello un segundo más, más alterado de lo que estaba dispuesto a admitir, soltó repentinamente la puerta, para con unos cuantos sellos de sus manos, comprobar complacido como el cuerpo del rubio salía literalmente volando hacia afuera, por una inmensa bola de fuego.
    —Y ahora vete a tu casa. Estoy seguro que ya no te congelaras.
    Sin una pizca de remordimiento, cerró la puerta para volver a su sofisticado y cómodo salón. Las paredes de un color salmón muy claro y aquellos conocidos muebles, con su madera vieja pero bien cuidada, le hacían sentirse extrañamente en paz consigo mismo.
    Tumbándose cual largo era en la lisa y suave superficie de su sillón, miró con aburrimiento la televisión. En aquel momento algún estúpido presentador daba gala de su arte escénica intentando vender a los telespectadores una inútil sombrilla para coches. ¿¡Quién demonios, en su sano juicio, compraría aquella cosa horrorosa?
    —Debí ponerme tapones para los oídos —masculló irritado ante los constantes toques a su puerta—. ¡Maldición!
    Tras tres minutos, el Uchiha se levantó, caminando furioso hasta la entrada de su casa. De un tirón, la puerta estuvo abierta de nuevo.
    —Sabes que no me voy a ir de aquí, así ahórranos el espectáculo y déjame pasar.
    —¿No tienes a nadie más que incordiar? ¿Qué hay de tu novia?
    Naruto le miró sorprendido por unos instantes, pero después simplemente sonrió de aquella forma estúpida que solo él era capaz de hacer, llevándose una mano a la nuca. Naruto nunca cambiaría.
    —Verás… Hinata y yo nos hemos dado un tiempo…
    —Oh, ¡no te habrás atrevido!
    —Después de lo que pasó….
    Maldiciendo a todos sus antepasados, Sasuke agarró del cuello de su abrigo a Naruto para arrastrarlo tras de sí. Con poca consideración, le empujó, haciéndole caer en el suelo de su cocina.
    —¡Dime que no has dicho nada!
    —Claro que no.
    Ignorando el tono indignado del rubio, Sasuke solo le vio levantarse para después quitarse su abrigo —el cual mostraba rastros de quemaduras por demasiadas partes—, para quedarse con un holgado jersey de lana negro y sus pantalones deportivos naranjas. Aquello, entre la blancura de los azulejos de la cocina y los electrodomésticos, resultaba algo extraño.
    —No soy tonto, Sasuke. Pero…—Para su completo horror, las mejillas de Naruto se sonrojaron furiosamente mientras empezaba a balbucear—, no creo que funcionase. Me sentía culpable, además, puede que sea gay o algo así.
    —¡Idiota! ¿Cómo vas a ser gay si nunca te has sentido atraído por un tío? ¡Además, no te has acostado con ninguno para saber si te gusta o no!
    —¡Me acosté contigo!
    —¡Y tú me convenciste de hacer ese jodido jutsu! ¡Me transformé en una mujer!
    Naruto no contestó, simplemente se quedó mirándole como si le reprochase por algo de lo que el moreno no tenía conocimiento alguno. Tras lo que le pareció una eternidad, decidió aclarar todo de una vez.
    —Estábamos muy borrachos, Naruto, y si tu querido Jiraiya o como le quieras llamar no hubiese comenzado la idiotez esa del juego de las apuestas, ambos no hubiésemos terminado encerrados en aquel maldito cuarto.
    —¡Pero seguías siendo tú! Yo lo sabía, por lo tanto es como si estuviese haciéndolo con un hombre.
    Joder, si que era difícil hacer entrar en razón a aquel cabezón.
    Frustrado, se dejó caer en una de las sillas azules que rodeaban la larga mesa. Sus manos enseguida se entretuvieron con el cesto de fruta, cogiendo una manzana y girándola entre sus dedos.
    —Mira Naruto, puedes hacer lo que quieras, o puedes creer lo que te de la maldita gana. Pero como alguien se entere de lo que pasó, te mataré. Y si bien sabes que no es mi estilo matar a gente, incluso te torturaré antes de tirar tus restos al río.
    Algo en su rostro debió mostrarle lo enfadado que estaba, ya que, con una seriedad muy poco usual en él, se sentó en la silla de al lado.
    —No diré nada. Y ahora cuéntame de qué estás enfermo.
    Nada en el mundo le hubiese hecho contar lo que sucedía en realidad. Pero para su desgracia Naruto desvió su mirada hacía la encimera de la cocina, donde amontonadas de forma casi ordenada, se encontraban unas seis o siete gruesas revistas. Y todas trataban de lo mismo, el embarazo.
    Inevitablemente, Naruto enseguida se puso en pie, llegando hasta las revistas y cogiendo la primera de ellas.
    —¿Etapas de un embarazo?—Sus ojos se clavaron en Sasuke, que se mantuvo impasible en su sitio, aún con la manzana girando en sus manos, y después volvió hacia la segunda revista—. ¿Cómo soportar los meses de embarazo? Sasuke, ¿no tienes nada qué decir a esto?
    Sasuke deseó volver atrás en el tiempo. Volver a la época donde Naruto era aún un crío cabeza hueca demasiado ingenuo para su propio bien. Pero Naruto, al igual que él, contaba con 26 años de experiencia, y si bien aún seguía teniendo aquel carácter impulsivo y tontorrón, definitivamente no podría engañarle con cualquier excusa barata.
    —No son mías —contestó con un tono demasiado vacilante. Pero Naruto ni se percató de ello.
    —¿No son…?—Los ojos azules se abrieron ampliamente, mientras la revista caía de entre sus dedos para ir directamente al suelo—. Sakura... ¿Vosotros vais a tener…? ¡Oh Dios! Voy a ser… ¿Tío? ¿Padrino?
    Incrédulo, fue testigo de cómo Naruto se superaba a si mismo, mostrándose entusiasmado y recorriendo todo el largo de la cocina mientras no paraba de soltar idioteces. ¿Acaso se había vuelto loco?
    —Naruto... Naru… ¡Naruto!
    —Joder, Sasuke —exclamó el rubio, deteniendo su caminata para girar bruscamente hacia Sasuke con cara de haberse perdido algo—. ¿Por qué me gritas ahora? ¿No ves que intento adaptarme a las nuevas?
    —¡Que Sakura no está embarazada!
    —¿Eh?
    —Dios, dame paciencia. Esas revistas no son de nadie que conozcas, por lo tanto ni yo seré padre, ni Sakura madre y definitivamente, tú nos serás ni tío ni padrino.
    Naruto pareció desconcertado, pero en unos segundos su ceño se frunció mientras le fulminaba con la mirada.
    —¿No habrás dejado a ninguna de tus… amiguitas… embarazada, verdad?
    —¡No!
    Cuando Naruto le miró con sus cejas alzadas, sin creerle, Sasuke no supo como había llegado a aquella situación. Pero ante todo, no diría a Naruto que esas revistas eran para él. Antes muerto.
    —¿De verdad?
    —Sí, dobe, sí. —Dejando la manzana, se levantó de la silla para acercarse hasta la revista que había caído y dejarla junto a las demás—. Y como has podido ver, yo me encuentro perfectamente, así que solo desaparece de aquí. Solo era una indigestión de nada.
    Si Naruto le creyó o no, Sasuke nunca lo sabría. El dolor punzante que sintió de pronto en lo bajo del abdomen, le hizo doblarse sobre su estómago, respirando dificultosamente y emitiendo pequeños gemidos de dolor. Asustado, Naruto se acercó hasta él.
    —¿Sasuke? ¿Qué pasa?
    Pero Sasuke se había quedado sin aliento y no pudo contestar nada. Cuando aquello brazos fuertes le alzaron con cuidado, simplemente se desmayo.
    ¡Se desmayó! Ya más tarde tendría tiempo de alarmarse por su propia debilidad.





    ———……——————……….———————————




    —¡Sasuke! ¡Que guapa eres!—La voz chillona y desafinada le hizo girar el rostro, encontrándose con un par de ojos azules que le miraban desde un sonrojado rostro. Con una sonrisa boba, levantó uno de sus brazos, pasando su dedo por la suave mejilla de Naruto. Allí la fina línea de las marcas de sus mejillas le llamó la atención.
    Sin percatarse de lo que hacía, se inclinó hacia Naruto, pasando la lengua por aquellas marcas. Su nublada mente por la gran ingesta de alcohol simplemente no fue capaz de pensar con claridad, por lo que cuando dos manos morenas se posaron en su pecho, que era bastante exuberante y redondeado, simplemente gimió.
    La oscuridad del cuarto no impidió que las dos figuras reflejadas en el alto espejo del armario fueran visibles. Naruto y él se encontraban abrazados, apoyados en la puerta verde mientras que una de sus rodillas se perdía entre las piernas del rubio. Pero algo no encajaba en aquella imagen. Quizás fuera los dos grandes pechos que le habían crecido. O quizás el rostro de mujer que le devolvió la mirada.
    Sin darle importancia, alargó su cuello hacia tras cuando los dientes y la lengua del rubio empezaron a degustar su cuello, primero lamiendo con suavidad, humedeciendo la zona, para después morder casi cruelmente. Soltando una exclamación, Sasuke le agarró por los hombros, separándose de la puerta mientras llevaba sus manos hasta su camisa, pasándosela por los hombros para dejar aquel pecho al descubierto.
    Sin decir palabra, se arrodilló ante él, sintiendo su cuerpo arder y la entrepierna completamente humedecida por la excitación. Acariciando con una mano el pecho de Naruto, agarró el borde de los pantalones con sus dientes y la otra mano para dejar libre el duro miembro del rubio. El buen tamaño de este le dejó un poco descolocado, y sin embargo no dudó en llevárselo a los labios para metérselo directamente a la boca y chuparlo con deseo y lujuria.
    Naruto, con un grito extasiado, le separó de su cuerpo, cogiéndole con asombrosa facilidad y tumbándole en la cama. La cabeza rubia nunca le besó los labios, simplemente bajó hasta sus pechos para chupar con ahínco los pezones, haciéndolos endurecer con el tacto de su lengua y absorbiendo suavemente. Con sus largas manos abarcó ambos pechos, masajeándolas mientras besaba el valle entre ellos y se colocaba entre sus piernas abiertas. Sasuke estaba completamente desnudo, y no tenía ni idea de cuando se había desprendido de sus ropas.
    —Ahí. Abre más las piernas —susurró el rubio con voz ronca y jadeando. Sasuke lo hizo, mientras su borrosa visión intentaba enfocar su rostro. Fallando miserablemente.
    Cuando pellizcó uno de sus pezones, su espalda se arqueó mientras emitía pequeños gemidos de placer. Rodeándole con sus brazos la cabeza, intentó acercarle más hacia sí.
    —Deja de joder y hazlo ya —gruñó guturalmente, sintiendo como un palpitante dolor se concentraba entre sus piernas.
    Su cabello, completamente negro y ahora largo hasta sus caderas, se enredo entre ambos cuerpos, como una sedosa cortina. Más nada le importó cuando los dedos de Naruto bajaron hasta su sexo, acariciándole los hinchados pliegues para después buscar el centro del placer, aquel punto que le hizo gritar extasiado.
    —Seremos cuidadosos —dijo Naruto mientras introducía uno de sus dedos en el interior de su vagina. Sasuke casi saltó sobre la cama, sintiendo el dolor aún en su extremo estado de embriaguez.
    —Joder, eso duele.
    —SCH… No será por mucho tiempo. Tú más que nadie deberías saberlo, estás hecho todo un gigoló.
    Cuando otro dedo más acompañó al primero, moviéndose con cuidado mientras seguía estimulando su clítoris con la mano, se olvidó de contestar.
    Agarrándole por el trasero, Naruto hizo que sus piernas rodearan su cintura, para tener mejor acceso a su interior.
    —Demonios, esa bebida de Jiraiya era demasiado buena. Me voy a correr y ni siquiera he empezado…
    —Si lo haces, te mato.
    Con una ronca carcajada, Naruto adentró la punta de su miembro en su interior. Sasuke abrió los ojos espantado. Aquello dolía. Que demonios, aquello le estaba matando.
    —¡No! ¡Quita! Me duele…
    —Tranquilo….—Su voz suave y cargada de erotismo poco hizo por calmarlo. Pero Naruto, más hábil de lo que hubiese imaginado en un principio, volvió a estimularle hasta hacerle gemir y retorcerse pidiendo más. Y se lo dio.
    Con un movimiento decidido, se adentró completamente, haciendo que la espalda de Sasuke se arqueara brutalmente, aplastando sus senos contra el pecho de Naruto mientras este escondía su rostro en el cuello del moreno.
    Por un momento ninguno se movió. Sasuke no hubiese podido aún queriendo, y Naruto intentando no derramarse ante la estrechez del interior. Se encontraba demasiado excitado, y sinceramente dudaba durar demasiado…
    —¿A qué demonios esperas?
    —¿Seguro?
    —Si no te mueves ahora, te destriparé lentamente.
    Acostumbrado a las amenazas casi vacías de Sasuke, Naruto simplemente se movió levemente, comprobando fácilmente la humedad que empapaba su “feminidad”. Tras un largo y agudo chillido de Sasuke, Naruto le abrió aún más las piernas, elevándole las caderas para después salir lentamente de su interior.
    Complacido, el rubio fue testigo de cómo la mueca de dolor se convertía en una de placer, mientras el malestar desaparecía sustituido por la excitación que le producían las acompasadas y cada vez más rápidas embestidas de Naruto.
    Ninguno tardó demasiado en terminar. Aunque Naruto, demasiado tenso, terminó corriéndose en su interior mientras que con una de sus manos acariciaba el sexo de Sasuke y le ayudaba a llegar al clímax.
    Ninguno grito un nombre, ni siquiera miraron a su compañero al terminar, pero nada más hacerlo, el peso de sus cuerpos se hizo demasiado agotador, provocando irremediablemente que ambos cayeran en un sopor inmediato que les llevó a quedarse dormidos en aquella misma cama, desnudos, y con Sasuke aún convertido en mujer.
    Lo que ninguno previó en su estado, fue que Naruto, sin percatarse de ello, no había usado ningún anticonceptivo, y aquel error les iba a costar caro a ambos.





    —————…..—————————………..







    La molesta luz que le taladraba a través de los parpados le despertó. Eso, o quizás el fuerte olor a fármacos que inundaba el ambiente.
    De lo primero que fue consciente al abrir sus hinchados ojos fue de que de nuevo, se encontraba en el hospital de Konoha. Las sábanas, frescas y de un inmaculado blanco, le cubrían hasta su pecho desnudo, guardándole del frío que pudiese hacer a mediados de Noviembre.
    Llevándose uno de sus brazos al rostro, intentó protegerse de aquella intensa luz, procedente de la única ventana que adornaba el pequeño y limpio cuarto.
    —Joder, ¿A quién se le ocurrió dejar las cortinas corridas? —masculló mientras un sonoro bostezo escapaba por sus finos labios. Algunos mechones de su flequillo le hacían cosquillas en la nariz, por lo que moviendo la cabeza, intento despejar su cara. Aquello solo ocasionó que la leve punzada que sentía en las sienes se convirtiera en un maldito martilleo.
    —¿Sasuke? ¡Ya era hora! Pensaba que dormiría durante una semana entera.
    La conocida voz de Naruto hizo que su cuello crujiera cuando giró el rostro con brusquedad, buscándole con la mirada. Y allí, en una de las sillas cercana a la cama, se encontraba el rubio.
    Sasuke tuvo que contener una maldición cuando le vio, era obvio, por su aspecto desaliñado, que Naruto llevaba bastante tiempo allí. Su cabello, aún con ese tono rubio que siempre le había parecido tan llamativo, se encontraba tan enmarañado como cualquier nido de pájaros que se precie, así como su ropa, completamente arrugada.
    —¿Qué haces aquí?
    Naruto, en un acto muy poco propio de él, se quedó en silenció mirándole especulativamente. Cada vez más nervioso, Sasuke frunció el ceño—. ¿Qué pasa? ¿Por qué estoy aquí?
    Por muy estúpido que pareciera, aquella pregunta no se le ocurrió hasta entonces.
    —Te desmayaste en tu cocina. Llevas tres días durmiendo.
    —Mmmm
    Con cuidado, se reclinó contra el gran almohadón que momentos antes había tenido bajo la cabeza, quedando semi sentado. Probando la fuerza de sus brazos, se dispuso a salir de aquella cama, para irse a su casa de una vez. Más sus codos solo se doblaron de un modo patético ante su peso. Frustrado, se dejó caer contra el cabecero de la cama, mirando furioso a Naruto.
    —¿Cuándo podré salir de aquí?
    —Está tarde. Tendrás todos los músculos dormidos.
    Alarmado, le vio acercarse hasta la cama. Y Sasuke supo que todo su mundo se había ido por el retrete cuando los ojos de Naruto se clavaron en su abdomen, con una intensidad aterradora.
    —¿Qué haces idiota?
    —¿Por qué no me lo dijiste?
    —¿De qué hablas?
    —De tu embarazo. ¿Por qué me lo ocultaste? Después de todo creo que yo tuve algo que ver también.
    La mirada dolida de Naruto no le conmovió en lo más mínimo. Estaban hablando de él, su vagina y su imposible embarazo. Naruto podía irse a la mierda.
    —No se de qué hablas.
    —¡Sasuke! ¡Tú sabes lo mucho que quiero una familia! Siempre lo has sabido y aún así… aún así no me dijiste nada. Mírate, ni siquiera parece importarte lo que yo pueda pensar.
    —Es que no me importa. Esto… esta cosa está creciendo dentro de mí, por lo tanto, es mío. Y solo mío.
    Quizás no debió decir aquello. Después de todo, era él quien estaba casi postrado a una cama de hospital sin poder moverse.
    En menos de dos segundos, los fuertes brazos de Naruto le agarraron por los hombros, empujándole cruelmente contra la cama mientras sus ojos adquirían aquel brillo rojizo al que tornaban cuando se enfadaba. Cuando se enfadaba de verdad.
    —Así que, ahora no solo puedes gestar, si no que de algún modo eres hermafrodita y no me necesitaste para nada. ¡Ese niño es tan mío como tuyo!
    Sin contestar, giró el rostro para no mirarle a los ojos. Sus puños se cerraron hasta casi clavarse las uñas en las palmas. Pero pasase lo que pasase, Naruto no se inmiscuiría así en su vida.
    —Ni siquiera sé si lo voy a tener.
    Aquello era una mentira. Sasuke, tras años en busca de un heredero, había llegado a la conclusión de que el problema no lo tenía el género femenino. Se acostó con la mitad de Konoha, y aún así seguía sin tener ningún hijo. Aquello, aún que más tarde le pareciera vergonzoso, fue lo único que en aquel momento salvó la vida del que sería su hijo.
    —No. No serás capaz….
    La mirada horrorizada que le dedicó Naruto le hizo respirar profundamente. Cuando el rubio suspiro decepcionado, algo en él saltó.
    —¡Demonios! ¡Y a ti que narices te importa! Tienes a tu novia, y si fueras lo bastante inteligente, volverías con ella y tendrías muchos hijos tan idiotas como tu. ¡Déjame fuera de tu futuro, Naruto, porque no tengo la más mínima intención de formar parte de él!
    Con los ojos abiertos como platos, Naruto se separó de él. Por unos instantes, la culpabilidad le hizo elevar una mano, intentando agarrarle, pero con decisión, la dejó caer en su regazo.
    —Como quieras. Desde luego, no se por qué después de todo este tiempo, sigo preocupándome por ti.
    Y sin más, con un sonoro portazo, salió de la habitación. Sasuke, aún en estado de shock, intentó convencerse de que no eran lágrimas lo que había visto en los ojos del rubio antes de que este girara en redondo.
    Pero por mucho que le doliera a Naruto, él no tenía cabida en su vida. Y de algún modo dolía, por que él también había estado siempre solo. Entendía perfectamente el por qué del enfado del rubio.






    Aquel mismo día, tan solo unas horas después, la Hokage le visitó. Tsunade se mostró indignada por el poco cuidado que mostraba Sasuke con su propia condición, ordenándole una dieta sana además de descanso.
    Sasuke, que no era dado a obedecer a nadie, tuvo que dar su brazo a torcer ante la terrible mirada de la mujer. Por algún motivo, la idea de que Tsunade le recriminaba silenciosamente por su actitud ante su embarazo no dejaba de rondarle la cabeza.
    Tras una nutritiva pero poco sabrosa comida, al fin pudo irse a casa. Con los huesos y los músculos aún resentidos y la cabeza lo suficientemente pesada como para evitar hablar, se encontró a si mismo caminando hasta su inmensa mansión en completa soledad.
    Lo más gracioso de todo era que, a pesar de sentirse patéticamente solo, si alguien hubiese llegado para acompañarle, le hubiese echado. En ocasiones odiaba su propia forma de ser. Su tremendo orgullo. Pero también sabía que era lo único que lo había mantenido en pie tanto tiempo.
    Para su suerte, o desgracia, según como se mirara, Sakura estaba en casa cuando llegó. La mujer se había mudado hacía ya tiempo con él, y Sasuke nunca se opuso. Después de todo Sakura sabía como mantenerse fuera de sus asuntos, proporcionándole cierta intimidad.
    Sasuke, obviamente, dejó de llevar a sus “amigas” allí. Por ella. Podía sonar hipócrita, teniendo en cuenta sus actos, más el cariño que le procesaba Sakura le hacía difícil dejarla de lado completamente. Y aunque no quisiera admitirlo, ella hacía que parte de su horrible soledad se mitigara considerablemente.



    —¡Sasuke—kun! —El abrazo de Sakura, que se tiró encima de él nada más atravesar la puerta de la casa, casi le hizo caerse del susto. Por suerte pudo mantener su dignidad y su equilibrio.
    —Mmmm.
    Su usual silencio no molestó a su novia, que cogiéndole la mano, le llevó hasta el salón. Una vez allí le sentó en el sillón mientras empezaba a contar el motivo de que no hubiese podido ir hoy a visitarle al hospital.
    —Y entonces el muy tonto terminó entre los tres explosivos. Necesité de más de tres horas para curarle todas las heridas. Para cuando lo hice ya estabas por salir así que decidí venir a prepararte algo de comer. Necesitas alimentarte bien.
    Incrédulo, la observó ir hasta la gran mesa alargada del salón, coger una bandeja llena de platos rebosante en su mayoría de líquidos y acercarse de nuevo a su lado. El olor de la comida le abrió el apetito de inmediato. Sin embargo aún había algo que roía su curiosidad.
    —¿Por qué lo aceptaste así de rápido? Es decir… ¡Estoy embarazado! Es algo… anormal.
    Sasuke, que había contado la historia de lo sucedido a Sakura—En realidad la culpabilidad le obligó a ello—esperó su respuesta. Más Sakura, desesperándolo, se sentó a su lado con la vista perdida en algún punto indefinido de la pared mientras parecía cavilar sobre su respuesta.
    —Al principio fue difícil. Pero Sasuke—kun, tendrás un hijo de las dos personas que más quiero. De Naruto, que es como mi hermano, y tuyo. Por fin ambos tendrán lo que tanto han buscado, aún que todo haya sucedido así.
    —Sabes que Naruto ha dejado a Hinata convencido de que se ha vuelto gay, ¿verdad?
    Una mueca divertida estiró los labios de Sakura mientras se volvía hacia él, sus ojos brillantes.
    —Tú sabes como es Naruto. Hace un mundo de todo. Debe estar demasiado confundido, solo dale tiempo.
    Sobresaltado, se dio cuenta de que su novia no sabía lo cruel que había sido con el rubio. Le había dicho que pensaba deshacerse del niño, y Naruto se había ido destrozado.
    —Le dije... le dije que no tendría al niño.
    La sorpresa la dejó sin habla por unos instantes, pero después su ceño se frunció. Si algo había aprendido de Sakura era que cuando se enfadaba, podía dar tanto miedo como Tsunade. Sakura era una burra.
    —No serías capaz.
    Negando con la cabeza, miró fijamente la sopa de verduras que tenía ante sí, como si los pequeños trozos que flotaban en el caldo pudiesen dar algunas respuestas a sus dudas. Aún no entendía como lo lograba, pero Sakura era capaz de sacar su lado más humano. Ella y Naruto eran los únicos que se atrevían a tratarlo sin formalidades, como uno más. Y aquello le hacía verdaderamente difícil ser distante con ambos.
    Pero mientras con Sakura a veces sentía que se ablandaba, tentado incluso a sonreírle amablemente, con Naruto siempre terminaba peleando por cualquier tontería. Justo como en los viejos tiempos.
    —Quien sabe. A lo largo de mi vida he descubierto que soy capaz de demasiadas cosas horribles. Pero no me desharé del niño. Después de todo es lo que he estado buscando.
    —Naruto te odiará. Nada le haría más feliz que tener ese niño.
    —Pero yo lo quiero fuera de esto. Sakura, no puedo tener un niño con Naruto. Simplemente no puedo. ¿Qué demonios diría la gente?
    —¿De verdad te importa eso? ¿De verdad podrías anteponer la opinión de todos esos que te han dado la espalda a la felicidad de Naruto?
    Sintiéndose un miserable, y aún así sin poder dar su brazo a torcer, se negó a contestar. Puede que no quisiera ver a Naruto sufrir, pero menos lo quería cerca de su hijo. Simplemente, él criaría a un Uchiha, algo que el rubio no podría hacer nunca.
    —¿Y como piensas ocultárselo? No creo que puedas mantener el secreto demasiado tiempo. Además, lo siento, sabes que te amo más que a nadie, pero no voy a ayudarte en esto Sasuke. Naruto… él…
    —Lo sé.
    En aquel momento la puerta sonó. Sasuke, de haber estado solo, simplemente la hubiese ignorado para comer en paz, pero Sakura, mucho más sociable, enseguida fue a contestar. Momentos después de que su novia se perdiera de vista, la mujer entró de nuevo en el salón con el rostro pálido y los ojos agrandados. Tras ella entró otra persona más, y a Sasuke se le cayó el alma a sus pies.
    Era Naruto. No, más que eso, era Naruto con dos maletas enormes.
    —Sasuke, ¡puedes intentar lo que quieras, pero me quedaré en tu casa para asegurarme de que no hagas nada malo! Y no me vas a echar tan fácilmente, así tenga que pelear contigo. —Aquella sonrisa zorruna que tanto caracterizaba al rubio asomó a sus labios—. Y en tu estado, no creo que dures demasiado.
    Definitivamente, le mataría.




    ----.----------.-----------------.--------


    Espero que os haya gustado. Iré subiéndolo cada poco tiempo ya que tengo bastantes capítulos escritos ya.
    Dejad vuestros comentarios para saber vuestras opiniones^^.

    Edited by derkh - 25/8/2012, 14:07
     
    Top
    .
  2. Chiibii_angel
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    woooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!
    no puedo creerloooo!!!!
    esta genial tu fic!!!!
    por dios en serio!!!!
    jajajaja divertido! la trama muy buena! y tu forma de escribir! woooou me dejas sin palabras!
    jajajajajaja no se los demas pero yo si quiero continuacion!
    jejejeje de verdad genial fic!!
    espero que puedas subir pronto la continuacion!!
    jejejeje solo espero que mi sasu-chan... no haga sufrir a naru-chan xDDDD
    o sera al revés????
    jejejejeje oohhh y pobre sakura... bueno a diferencia de much@s a mi me cae muy bien! .... y mas en tu fic! por dios cualquier otra ya habria mandado a sasuke a la ch"#$%&/() jejejeje .... pero bueno bueno... basta de habladurias lo unico que puedo decir es CONTIIIIIIIIIIIIIII ONEGAI!!!!!!
    Me declaro oficialmente tu fan!!!!
    mattaneee!!!!!

    :=DANCIND: :=FROGGSEY:
     
    Top
    .
  3.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    la vida es efímera , hay que disfrutarla

    Group
    Clan Dark
    Posts
    1,575
    Location
    Academia de teatro musical

    Status
    Anonymous
    ahh k bonito

    k bueno k naru reaccione asi pero me imagino el dolor k debio aver sentido

    sasuke es un egoista...si naru se rinde y decide dejarlo al igual k sakura , k va a hacer con el bebe entonces???

    no definitivamente esto es lo k ambos han soñado y con los dos cuidando al bebe , k importa lo k digan las lenguas...la vida es de ellos asi k eso debn enseñare al niño..JUNTOS....

    espro conty

    matta ne =)
     
    Top
    .
  4.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Incluso si te conviertes en un recuerdo lejano las flores florecerán de nuevo...
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    881
    Location
    Un lugar donde nunca sale el sol...

    Status
    Anonymous
    Muy buen fic.
    La trama y la narración son perfectas!
    Me has enganchado en la historia.
    ¿Sasuke embarazado? Hahaha
    Espero la conty pronto.
    Nos leemos~
     
    Top
    .
  5. Nallely-kun
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Ame tu capitulo... Tu idea es fantástica, muero por leer la continuación de todo esto... Ja de seguro nadie se esperaba que Sasuke quedara embarazado de Naruto pero yo adoro la pareja NaruSasu... Ademas tu forma de escribir es muy buena... espero la Conti Onegai

     
    Top
    .
  6. Isa Hdez
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Quiero conti
     
    Top
    .
  7. itziritha
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Conty
     
    Top
    .
  8.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Investigando el Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    518
    Location
    Piedras Negras, Mexico

    Status
    Offline
     
    Top
    .
  9.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Investigando el Yaoi
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    518
    Location
    Piedras Negras, Mexico

    Status
    Offline
    wub
     
    Top
    .
8 replies since 24/8/2012, 13:06   567 views
  Share  
.