MI PASION TU CONDENA (MISAKI X USAGI) (Terminado 18/07/14)

Cuando todo es oscuridad, no sabes reconocer el bien del mal

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  1. btalkrajo
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    MI PASION TU CONDENA

    Nowaki y Hiro-san



    Hiroki besó los labios de Akihiko al despertar, habían dormido juntos otra vez y habían hecho el amor con más fuerza en esta ocasión; Hiroki amaba a su amigo, lo conocía desde hace años… pero ahora estaba con él y lo amaba como se ama a un amante, con deseo y calor.
    Estaba enamorado de Akihiko.

    Tenía veinte años entonces pronto a los veintiuno y estaba más nervioso que nunca, su padre lo había llamado para ir con él a una serie de asuntos. Kamijou-sama era el padre de Hiroki, un hombre adinerado, mucho más adinerado que ningún maestro de universidad, con una esposa que nunca preguntaba de dónde o cómo había llegado el dinero a sus tarjetas, y era esplendida y adornada como una muñeca, la madre de Hiroki adoraba ir de compras muy diferente de su hermana, la bella hermana que Hiroki tanto quería, ya no la veía pero la quería.
    Hiroki no estaba seguro del negocio ilícito de su padre, podría ser droga, podría ser alcohol, bares o hasta prostíbulos, no lo sabía. Se vistió y fue con él a saber de qué se trataba todo eso.

    Hatori estaba ahí, como siempre que Hiroki veía a su padre el asistente arreglado y bien vestido. Hiroki sabía que su padre pagaba cada gasto de Hatori, era guapo pero muy irritante, y siempre que podía se burlaba de Hiroki, cuando Hiroki le pidió a su padre que diera empleo a Akihiko fue Hatori quien le dijo que buscaría un puesto para su amigo, nunca consiguió ese puesto, Akihiko seguía dependiendo de los artículos que escribía para una revista o para el periódico local, por suerte pagaban muy bien por sus artículos. Sólo al verlo sintió rabia, no lo soportaba.

    —Tu padre está dentro Hiroki-kun

    —Dame paso

    —Te daré algo más, lo prometo – susurró a su oído con lujuria mientras sus dedos tocaban sus nalgas, Hiroki dio un salto asustado y entró.

    La semana entera fue de pesadillas y dolor pero al llegar la semana siguiente parecía divertido e incluso deseaba las reuniones con su padre, ver a las chicas, ver a los chicos, ver los videos luego de ser filmados, parecía casi delicioso.

    Era pornografía… solo pornografía; les pagaban a las chicas, les pagaban a los chicos.

    Chicas y chicos, chicos y chicos, chicas y chicas. Luego ver participar de las filmaciones lo conoció, era un chico de dieciséis años, demasiado alto para el gusto de la gente, alguien dijo que pronto no serviría de nada, otro dijo que tal vez sirviera como Hatori, pero Hiroki no entendía esas platicas, no sabía mucho acerca de Hatori salvo que era huérfano y que su padre se había hecho cargo de él, claro de después de todo lo visto Hiroki sabía que eran amantes, le daba nauseas al pensar en su madre, pero a su madre no parecía importarle.

    — ¿Eres el hijo de Kamijou –sama, verdad? – tenía los ojos oscuros, un pelo negro azulado que brillaba, era más alto que Hiroki y de buena constitución física, atractivo si quitabas las marcas en sus brazos; Nowaki era huérfano y ahora se hacían cargo de él, Hiroki lo había visto tener sexo con hombres y con mujeres para los videos de su padre, pero no habían hablado hasta ese momento

    —Y tú eres uno de sus empleados

    — ¿Empleado? Lo sería si me pagaran, ayúdame… por favor – susurró en una suplica

    — ¡Hey que crees que haces! – Hago llegó y echó al chico, Hiroki no entendía a qué se refería con “ayúdame”, pero no le contó a Hago lo que el chico le había pedido.

    Hasta que lo vio, era un cuarto amplio con cortinas, alrededor él estaba en el piso alto, podía ver todo, desde la preparación, Nowaki abajo fue violado, golpeado y al final lo dejaron tirado como si fuera basura, Hiroki lloró y más de una vez le pidió a Hago que detuviera lo que sucedía pero este le dijo respondió que no podía. Hago hacía de su guardaespaldas, pero también era su amigo.

    Cuando Hiroki preguntó por fin él le respondió cada pregunta, algunos estaban ahí porque lo querían, se les pagaba y se iban o volvían, pero habían otros que no podían irse, habían sido comprados

    “Si puedes comprar un gato o un perro ¿Por qué es diferente comprar un humano?”

    Fue lo más cruel que Hiroki escuchó en su vida, lloró y trató de comprender por qué no importaba, al final terminó por entender que ese era el negocio de su padre y decir una sola palabra lo enviaría a la cárcel, tal vez incluso a la muerte.

    Hiroki se limitó a ver diariamente.


    —Hiroki-kun – la voz se meció en el aire mientras una boca besaba su cuello y una mano le agarraba la poya su miembro con brusquedad

    —Quita tus putas manos de mí – chillo masculló.

    —Quiero que veas algo, luego si sientes frío te daré mi calor, he estado queriendo dártelo hace meses

    —Vete al diablo Hatori

    Caminaron, Hago llego a su lado, era un hombre maduro de más de cuarenta años, le preguntó si se sentía bien, dos veces le pidió que no viera eso, pero Hiroki debía verlo, su padre no era inmortal, un día él tendría que hacerse cargo de todo.

    Akihiko estaba ahí, lo vio y su corazón se desboco, comenzó a temblar; luego Akihiko unto un tinte rojo en su pelo cabello frente al espejo cubrió su pelo cubriéndolo por completo, luego la secadora lo secó, repaso su cuerpo con aceite para quedar más marcado y luego de una hora las luces se encendieron y las cortinas se abrieron, con el pelo negro y la piel blanca una niña aterrorizada entró, Hiroki no lloró… se obligó a mirar todo lo que Akihiko hacía, cada bofetada fue una pala enterrando su amor, cada estocada el final de la historia, si lo amaba dejo de hacerlo esa tarde, Usagi-san, su Usagi-san ya no existía.

    ¿Quién era el hombre ahí abajo? Hiroki no sabía quién pudiera ser, cada grito fue un látigo que terminó por curtir su piel. Después Hatori entró, cuando las cortinas estaban cerradas y la niña era arrastrada fuera de la habitación, Hatori tomó a Akihiko, lo hizo suyo bajo los ojos de Hiroki , si alguna vez creyó en el amor de Akihiko ya no le creía más. Nowaki entró cuando él miraba, lo miró con curiosidad, no lloraba pero estaba sufriendo, escarmentando sus sentimientos.

    — ¿También te quedaras a verme a mí? – Nowaki caminó hasta estar al lado de Hiroki, abajo Hatori y Akihiko continuaban haciendo el amor…

    “¿Pero acaso el amor no lo hacen quienes se aman?” —Hiroki desecho el pensamiento.

    —Le dije a mi padre que te diera una oportunidad, si lo hizo fue decisión suya – miró al chico alto parado a su lado, fuerte y duro pero aún tenía los ojos de un niño

    —Me salvaste

    — ¿Qué hubiera pasado si deciden desecharte? ¿Qué te hubiera sucedido a ti?

    —Lo hubieran matado – Hago habló con calma – aunque le preguntaras, la verdad es que el chico no tiene idea de lo que haríamos con él de ser desechado, a veces les cortamos la garganta y los tiramos al rio, a veces los vaciamos para recuperar el dinero perdido. – Hiroki y Nowaki se miraron y un escalofrió los lleno a ambos.

    —Hago – dijo Hiroki – ¿has matado a alguien alguna vez?

    Sus miradas se encontraron.

    Usagi-san entró en su casa, tenía el cuello manchado de rojo pero se quitaría con otra ducha, las luces apagadas disimulaban soledad, entró cansado y dejo caer la mochila sobre un grupo de ropa sucia; Hatori y él se salían del negocio, tenían dinero y ambos podían mantenerse bien sin tener que volver a eso, eran amigos y además Usagi-san tenía planes que necesitarían de todo su tiempo, el niño del parque, sus enromes ojos verdes, lo deseaba tanto. Casi eyaculaba al pensar en él.

    De pronto el aire se cortó, una mano tiró de su cabello y un frio lívido desenmascaró el cuchillo sobre su garganta, ninguna luz se encendió, Hiroki estaba sentado en la oscuridad de su casa.

    Ya acostumbrado a la noche pudo distinguirle.

    —Lloré contigo cuando me dijiste lo que tu padre hacía, te di mi dinero cuando decidiste salir de esa casa, traté de conseguirte un empleo y… ¿así me pagas?

    —Conseguí un empleo – respondió Akihiko, si Hiroki estaba ahí era porque ya sabía lo que sucedía

    —Supe que lo dejaste, tanto tu como Hatori se van, mi padre los echara mucho de menos

    —No tanto, aún nos veremos de manera legal y si hay trabajo podríamos volver un día. ¿Hiroki piensas matarme por haberte sido infiel? – Hago mantenía el cuchillo sobre su blanca piel

    —No - camino hasta tener la mano de Akihiko sobre la suya – Si te veo con una niña otra vez te mataré – Akihiko sintió el picor de la cuchilla que rasgo su piel en un corte suave, casi insignificante —Somos amigos Usagi, siempre lo hemos sido pero no me acuesto con violadores

    —Era mi trabajo

    —Sí, pero si te veo con una niña te “Desecharé” – Akihiko sabía lo que eso significaba

    Hiroki fue claro en ese punto, niñas no, mujeres hombres y muchachos le daban lo mismo, pero niñas no.

    Al volver a su casa una noche encontró a Nowaki esperándolo. El chico tenía mejor pinta que hace un par de meses, estaba más alto y también más fuerte, trabajaba en los videos y le pagaban por eso, podría dedicarse tranquilamente a ello, pero esa noche no trabajaba, se negaba a acostarse con niñas, Hiroki detestaba a los que dormían con niñas.

    — ¿Qué haces en mi puerta? – Hiroki lo estudio con diversión - ¿vienes a cortejarme?

    —Estoy enamorado de ti y soy un hombre libre, Hiro-san dame una oportunidad – se puso de pie y extendió las flores, Hiro-san las tomó

    *-*-*-*-*-*

    Actualmente

    — ¿Cómo estuvo el viaje? – Hago caminaba a su lado con una sonrisa de alegría, Hiroki tenía un paquete en las manos, envuelto y decorado

    —Le traje unos patines para hielo, iré a verla mañana temprano, mi madre me acompañara

    —Sobre esto… tu cuñado esta con Nowaki ahora

    — ¿Cómo puede ser mi cuñado? Hago, mi hermana murió hace seis años, él solo es el padre de mi sobrina.

    —Pues el padre de tu sobrina esta con Nowaki

    Subieron juntos hasta llegar a casa, la casa era modesta y cubría bastante bien las actividades de Hiroki, sacó la fotografía con cuidado y besó la sonrisa en los labios de la menor, la adoraba más que a nada, Hiroki traficaba con niños, hombres y mujeres jóvenes por igual pero no con niñas, no podía hacerlo cuando tenía una sobrina y había amado tanto a su hermana

    —Dime tú si no es hermosa

    —Su viva imagen es verdad

    Nowaki se puso de pie cuando Hiro-san entró, caminó hasta sujetarlo, la figura frente a ellos tenía la barba crecida y era menos que piel y huesos, nada que ver con el hombre fuerte y guapo que conocían, el hombre que había hecho tan feliz a su hermana, el hombre que cuidaba con tanta devoción a su sobrina.

    —Ya ordené que la buscaran, llamé a varios amigos nuestros – Nowaki estaba muy serio al decirlo

    —Hago, cópiala para todos – Hiroki entregó la fotografía de la niña – ¿Hace cuánto fue?

    —Ya son tres semanas – la voz del hombre era áspera, y cansada, no se parecía en nada al hombre que antes fuera, era como una sombra de su ser.

    —La encontraremos Kirishima-san, no lo dudes – los ojos de Hiroki se fijaron en los de Nowaki — Encuéntrala Nowaki, quiero a Hiyo en casa

    —La traeré, la traeré Hiro-san.




    CONTINUARA....

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    QUOTE
    Pues bueno que ya estamos cerca del final de esta historia, a ver si les pasa algo bueno y son rescatados, o tal vez no lo logren, ¿quién sabe? Tal vez salven a Hiyori y a Shinobu, Misaki ya se condenó solito.

    Ustedes que creen que aún se puede hacer algo por ellos ¿o es que ya están perdidos por completo??

    Bueno lo sabremos la próxima, y esta vez juro por el santo pokemon no tardar tanto.

    ()()
    (*O*)
    C(“)(“)
     
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155 replies since 9/10/2013, 03:29   12487 views
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