Dulce cautiverio (SaruxFey) One-shot

El infierno,un lugar donde experimentan contigo,te tratan como objetos y te dejan morir, tiene su lado bueno, lo dulce de mi cautiverio

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  1. **Givemeakiss**
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    Dulce cautiverio




    Silencio sepulcral. No se oye nada ni en mi celda, ni en la de ningún otro; estamos incomunicados con el exterior. Solo yo me atrevo a romper ese silencio con mis cánticos mientras me mezo hacia delante y detrás, apoyando mis brazos en mis rodillas, a la altura de mi pecho.
    Mis canciones son como un susurro, hasta las ratas hacen más ruido que yo, corriendo libremente como Pedro por su casa, bueno, en cierto modo lo es, cuando llegué ya estaban aquí.

    Corren frenéticas al oír un grito, el cuarto hasta ahora; hice una pausa y, tras unos segundos, reanudé el canto junto con el balanceo. Seguramente dentro de poco me toque a mí.


    El tiempo pasa lentamente, a veces me pregunto si de verdad avanza. La eternidad insufrible que he pasado aquí podría ser como mucho cuatro meses; cuatro meses que me han llevado a la demencia. Al final cogeré la costumbre de hablar solo.


    Los primeros días hablaba con... en realidad no se con quién hablaba, sin embargo, lo conozco como la palma de mi mano: sé cuales son sus gustos y aficiones, lo que hacía antes de llegar aquí, y como se sentía. Me cuenta sus penas y, normalmente, lo oía llorar. Últimamente, en cambio, no tengo la oportunidad de conversar con él puesto que sale demasiado, además, suelen traerlo inconsciente o fatigado, por lo que he de dejarle dormir.

    No sé como es su apariencia pero sé su nombre, Kirino Ranmaru, y lo considero mi amigo.



    Sobre el lugar en el que estoy cautivo, ni siquiera yo sé qué quieren de nosotros, qué fines tienen, dónde se encuentra verdaderamente este lugar y, sobre todo, por qué nos explotan.
    Experimentan con nosotros a su antojo; tal vez mi pelo ya no sea verde, porque creo recordar que era de ese color, al igual que mis ojos.



    Mi nombre, Fey Rune; ojalá no lo olvide nunca, aquí me llaman 36.

    - ¿Fey, eres tú?¿Estás bien? - Me pregunta Kirino desde su celda.

    Me alegra saber que está bien, él fue el primero en salir y, como de costumbre, llegar agotado.

    - Soy yo el que tiene que preguntarlo – Le digo preocupado.

    - Estoy perfectamente, solo tenía que descansar – Su tono de voz de alivio cambió a uno más maternal - Te sacaré de aquí, te lo aseguro, solo espera un poco más -.



    En realidad mi único deseo es que él escape. Yo no tengo lugar al que volver, Kirino, en cambio, tiene hogar y familia, una familia por la cuál se sacrificó y ahora está aquí.





    El primer día que pisé este lugar, fue como la llegada al infierno, sin embargo, alguien, desde la celda de al lado, me prometió que me sacaría de aquí con la voz cargada de cariño.
    Desde entonces, es importante para mí, por eso quiero que escape él, quiero agradecerle que se haya convertido en mi familia. El problema es que no sé como hacerlo.

    - Estos son los supervivientes de esta semana, señor – Escuché que alguien se acercaba, guardé silencio y me asomé por la reja de la celda.

    - De momento, este es el mejor, lleva aquí nueve meses; es el único superviviente del grupo A – Dijo un subordinado parándose frente la celda de Ranmaru.


    Gracias a mi posición, no podía ver bien lo que estaba ocurriendo pero atiné a ver una cabellera blanca.

    Solo tardaron 5 segundos en pasar frente a mi junto con Ranmaru. Aquel hombre de pelo blanco y traje se paró ante mi celda, inspeccionándome de arriba a abajo. Después se marchó como si nada.


    Tenía la tez morena, por lo menos no era tan blanca como la mía.
    No sé por qué me quedé sentado allí, al pie de los barrotes que me impedían salir, embobado, observando el camino por el que se alejaban.








    Venían un día si y un día no, siempre a por Ranmaru, de quién ya conocía su apariencia:
    delgado, piel clara, cabello rosa y ojos cian, una auténtica belleza comparado conmigo.

    Llegué a sentir un poco de celos, ocurría siempre lo mismo: venía personalmente el hombre de pelo blanco a por mi amigo, después, nos mirábamos fijamente hasta que retomaba su camino.
    Por raro que parezca, llegó a un punto en el que yo mismo le buscaba. Cada vez que escuchaba un ruido, me acercaba a las rejas, esperando que nuestras miradas se encontraran, haciendo caso omiso a Ranmaru, quien me aconsejaba constantemente que me alejara de él.


    << Por favor, Fey, déjalo ya, no quieras que te haga lo que me hace a mí>> Me repetía una y otra vez.

    Aun así, como muchas otras veces, seguía esperando que apareciera, cosa que no tardaba en hacer.

    Sus ojos azules se clavaron en los míos mientras se acercaba más a mí, que estaba arrodillado al otro lado de los barrotes. Me acerqué yo también, escasos centímetros nos separaban y, de repente, Kirino pateó con fuerza mi celda, logrando que nos separásemos instintivamente.

    Enseguida lo cogieron y lo empujaron para que siguiera caminando. El hombre de pelo blanco y traje se incorporó y los siguió con una sonrisa lasciva en la cara.





    - ¿En qué coño estabas pensando, Fey? - Me gritó Kirino nada más volver.


    Me asusté, nunca me había hablado así. Me di la vuelta y me lo encontré en la celda de en frente, donde podía verlo perfectamente.
    Bajé la mirada a sus muñecas hinchadas, tenía marcas,¿Acaso le habían atado?


    - ¿Qué te ha pasado? - Pregunté señalando sus muñecas.

    - Tu nuevo amor, eso es lo que me ha pasado; no sabes lo que es capaz de hacer -

    - ¿ Cómo quieres que lo sepa si no me lo cuentas? -


    - Eso es porque no tienes que saberlo, Fey, Ese hombre se dedica a abusar de los demás, juega con sus cuerpos a su antojo, y yo me he llevado un buen castigo por lo de hoy - Dijo señalando sus muñecas como prueba - Prométeme que no volverás a acercarte a él.

    - Dime al menos como se llama - Pedí.

    Suspiró antes de contestar.

    - Saru - Respondió al fin

    Asentí y me metí en la cama.





    A media noche, apareció uno de los empleados, me vistió con una túnica blanca y me llevó a un estudio levemente iluminado. Ahí se encontraba el hombre de cabello blanco y ojos azules,apoyado en el escritorio con su mano izquierda mientra que, con la otra, sostenía una copa de vino. Soltó dicha copa y me hizo un ademán con la mano para que me acercara. Obedecí dócilmente y me situé en frente de él.
    Sin más, me besó, justo como debería haber hecho esa misma tarde.
    Me tumbó en el escritorio y comenzó a subir mi túnica acariciando mis muslos sin dejar de besarme. Cuando se deshizo de mis ropajes, cogió de nuevo el vino, se agachó y lo derramó en mi entrepierna para lamerlo de mi entrada.
    Empecé a gemir y removerme inquieto. Nos incorporamos al mismo tiempo, mirándonos nuevamente; podía ver mi lujuria reflejada en sus ojos. Ardía, quemaba, rozábamos la mismísima desesperación, y al igual que antes, me volvió a besar.
    Jugaba con mi lengua, mordía mi labio inferior, y yo me entretenía aferrándome a su pelo, tirando de vez en cuando hacía atrás.

    Sentí un dedo deslizarse ágilmente en mi entrada y su cara de asombro al comprobar que encajaba perfectamente. ¿Quién decía que era virgen?
    Para mi sorpresa, fue penetrándome lentamente, con cuidado, buscando mi completo placer sin rastro alguno de dolor.

    No podía esperar tanto, iba demasiado despacio. Tomé cartas en el asunto y, rodeando sus cintura con mis piernas, lo empujé hacia mí, logrando que me penetrara de golpe. Encorvé la espalda, esa acción sí que me había vuelto loco, sin poder evitar gemir su nombre.

    Levanté la mirada y lo encontré con los ojos cerrados, saboreando ese gemido. Seguramente se estaría preguntando cómo sabía su nombre.

    Cuando abrió los ojos agarró mis caderas y empezó a moverse con rapidez. Bajó a mi pezón sin dejar de embestirme, lamió mi aureola rosada antes de engullirlo y succionar con fuerza.


    - Señor, ha habido un fallo en el sistema; será mejor que me acompañe -

    Saru miró con desdén la puerta, volvió a mirarme a mí y salió de mi interior con pesadez. Se vistió con desgana, dejó la túnica al otro lado del escritorio sobre el que me encontraba y se fue de ahí dejándome a medio hacer y, aun así, más que satisfecho. ¿Era eso abusar de los demás? En ese caso, tenía una idea equivocada.

    - 36, date prisa, tu celda te espera - Me dijeron desde el otro lado de la puerta.








    Ya por la mañana, escuché cómo me traían el desayuno. Probablemente los del grupo A murieron de hambre; normalmente me traen un trozo de pan y un tazón de agua, en cambio, esta vez me trajeron leche y un bollo caducado del día anterior. En todo caso es mejor que el pan duro.

    Sin darme tiempo a desayunar, me sacaron de mi celda. En la salida me esperaban: Saru, con una sonrisa de lado; dos de sus matones, y kirino, quien palideció al verme.

    - No, él no - Gritó Ranmaru empujando a todo el que se le pusiera por delante hasta llegar hasta mi.


    Inesperadamente, un ruido ensordecedor salió de la nada y Ranmaru se desplomó al suelo; al caer, dejó visible una pistola y a su portador, Saru, que la sostenía de frente.
    Entré en shock. No podía haberlo matado, tenía que ser una broma. No era real. Me repetía mentalmente mientras las lágrimas salían raudas de mis ojos.
    Me tiré al suelo y me puse a llorar sobre el cuerpo de mi amigo desconsoladamente.

    - Levántate - Me ordenó el peli-blanco con firmeza.

    - ¡No, no! ¡Soltadme! - Gritaba mientras intentaban separarme del cuerpo de Ranmaru, aferrándome más a este.

    - Ya me he hartado -

    Con una mirada de su jefe, los dos gorilas me cogieron cada uno de un lado y me estamparon contra las rejas de la celda vecina impidiendo mi movimiento.
    Saru se acercó, me observo de arriba a abajo e indicó que me dieran la vuelta. Sabía perfectamente lo que iba a hacer, pero no estaba listo, no quería que fuera así.

    Se deshizo de los arapos que cubrían mi parte inferior,abrió mis nalgas todo lo que pudo, y me penetró de una sola estocada.
    Me doblé como pude; los dos matones me agarraban inmovilizando mi tronco, mientras que Saru mantenía mi cabeza pegada a los barrotes.

    Ahora si que me sentía violado.

    Al terminar, salió bruscamente de mi interior y, sin agarre alguno, caí al suelo. Pensé que una vez satisfecho se iría y me encerraría de nuevo en la celda. Cuan equivocado estaba. Me agarró con fiereza del pelo obligándome a mirarle; lo que me encontré me sorprendió.

    - Chúpalo - Me ordenó.

    ¿Quería que hiciera qué?Su miembro apenas estaba despierto. Al notar mi duda, me dio otro tirón de pelo acercándome más a su pene.
    Esta vez lo engullí sin vacilación, sintiendo cómo crecía en el interior de mi boca; ell ritmo lo marcaba él con sus dedos enredados en mi cabello, un ritmo insoportable que me estaba ahogando. De nuevo, terminó, pero esta vez en mi boca, escupí lo que pude y empecé a toser como loco; a mi izquierda, yacía Ranmaru en el suelo, muerto, muerto por mi culpa. Las lágrimas no tardaron en apoderarse de mis ojos de nuevo.








    Tal vez hayan pasado dos semanas desde aquello, quizás menos o más. Estoy en estado ausente, he perdido la noción del tiempo, el apetito y la energía; la nada es ahora mi mundo.
    No sé por qué, pero creo que por primera vez dejo el trance de lado y vuelvo a la realidad. Una brisa cautivadora me envuelve ¿ Cómo puede llegar la brisa a los calabozos? Aunque suene estúpido, sé que es Ranmaru.
    Algo me incita a que vaya hacia las rejas, lo hago y, para mi sorpresa, la puerta está abierta.
    Deambulo por los pasillos, casualmente no hay nadie, llego a la salida y siento el viento y el césped bajo mis pies. Puedo oler el campo y ver el azul del cielo. Voy a adentrarme en el bosque cuando me interrumpen.

    - Por ahí no es, te esperan abajo - Dice Saru tranquilamente desde la puerta.

    Podría correr, en cambio, obediente, detengo mi andar y doy la vuelta rumbo de nuevo al centro, a mi dulce cautiverio.


    fin

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    El final es un tanto raro pero me duele la cabeza y no puedo pensar nada más

    Gracias por leer


    bss

    Edited by **Givemeakiss** - 21/8/2014, 19:48
     
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  2. Nagissa-otaku
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    me gusto tu fic
     
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  3. **Givemeakiss**
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    Gracias ^^
     
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  4. ~Kaze_Natii_Ranmaru~
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    :=NEWWWA:

    Kyaaaaa! Qué lindo fic me encanto porque la verdad me gusta mucho el saru x fey
    Y casi nunca encuentro fics de ellos así que me alegré ver uno tan bonito
    Me encantaría que escribieras una fic de ellos dos por fis
    Esque tu forma de narrar me encanta awwww

    Bueno sin más que decir me canto muchisisisismas


    Sayooooo


    :=BIENODOE:
     
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  5. **Givemeakiss**
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    •º•.K A Z E.•º• Muchísimas gracias, no sabes cuánto me alegra que te gustara y todo lo bueno que has dicho, claro, es lo que más me motiva.


    QUOTE
    Me encantaría que escribieras una fic de ellos dos por fis

    Respecto a eso... lo siento mucho pero he dejado de escribir, por lo menos de momento, y no sé si volveré a hacerlo; aunque me siento muy halagada :D


    Gracias de nuevo y perdona que te conteste tan tarde.
     
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  6. ~Kaze_Natii_Ranmaru~
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    Hay, vale yo quería verte escribir más pero si no quieres vale! Entendo!
     
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  7. †¥üsë»T€m-chan~yaÕi‡ º^º)†
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    aww pero que hermoso :=SHOROO: pobre kirino-san :=omgdf:
    espero leer más fics tuyo
    por que este ha estado muy bueno
    sayoo
     
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  8. Neko-Fey
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    dios santo mi gfey en su cautiverio ,kyaaaaaa saruuuu me encanta que hermoso


    Enviado por ForumFree App

     
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7 replies since 2/11/2013, 20:21   497 views
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