Nuestra canción (Varias parejas IEGO)

Miró sus ojos cerrados y su cuerpo tranquilo y relajado, sus labios entreabiertos y su cabeza despeinada. Todo era ideal, todo era perfecto, hasta ese pequeño lunar de la cadera.

Pero no lo había hecho... Aún. Quizá porque no se ha dado la ocasión, o porque ya lo sabe, o porque le da vergüenza o miedo que haga esas cosas. Porque a él hay muchas cosas que le dan vergüenza, y muchas cosas que le preocupan y le asustan. Y no pensaba fastidiarlo, aunque le gustase ver la cara que ponía... Quería que fuera feliz, no que fuese a morir de un infarto fulminante mezclado con un ataque de pánico y un amago de epilepsia cualquier día de éstos.

Lo miró dormir un rato más. Lo acunó y apoyó la cabeza en la almohada. Todo era maravilloso. Cerró los ojos y soñó, soñó que era el amo del mundo, que era todo poderoso, y que su corazón, lo tenía Hayami en sus manos.

OJO: solamente él, Kariya Masaki podía gastarle bromas e incluso meterse un poquito con Hikaru. Cualquier otro sufrirá la cólera de mil dioses destructores todopoderosos y sin piedad... Que no jueguen con su chico. Que no le toquen las narices

Cogió otros globos y esta vez se dejó sus pobre pulmones soplando para que quedasen por el suelo. Puso un caminito de velitas desde la puerta de la calle hasta el balcón.

Hubo muchos besos, abrazos y mimos esa noche, la cena quedó bastante buena, la verdad es que Masaki cocinaba bastante bien, y todo pasó muy rápido.