Mi pequeño amante (Akihiko X Misaki). CERRADO

Takahashi Takahiro ha vuelto a Japón luego de 16 años de ausencia, pero no llegó solo: trajo consigo a la persona que -de alguna manera- le arruinó la vida. ¿De qué forma cambiará esto su vida?

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  1. »Hitch 74 no Danna«
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    Errr… hola? *escondida en un bunker improvisado en caso de bombardeos, XD*

    Sé que ha pasado más de un mes desde la última actualización, y como he dicho antes, cuando tardo demasiado siento que de alguna forma les fallo, más porque nunca aviso si tardaré o no.

    Los motivos ya los he venido diciendo en mis otros fanfics: mi escuela está en paro de labores desde hace dos meses y he tenido que ir a asambleas, perdí mi USB donde guardaba los avances más recientes, y como no los tenía respaldados en otros medios, estoy reescribiéndolos…

    Sin embargo y para este fanfic en particular, tengo dos motivos de mayor peso: uno, me bloqueo muy seguido con este trabajo y me ha pasado que tengo que reescribirlo más de dos veces (inicialmente no sucedía esto), aun así siento los capítulos muy forzados (no sé qué opinen ustedes, pero ese es mi sentir) y eso es lo que me bloquea; dos, me he deprimido un poco, pues estoy en un grupo de Facebook llamado Escritores de Amor Yaoi, y hace un buen tiempo leí un tema donde se quejaban de los fanfics con cosas que tacharon de clichés y hasta satanizadas están; conforme leía ese tema, me daba cuenta que éste trabajo contiene muchas de esas cosas (vida de escuela, grupo de amigos que también están en una relación, relación adulto-menor, uke con actitud tímida o infantil, etc.). No obstante, y en ese mismo grupo, leí otros post que animan a los escritores a seguir con sus trabajos aun cuando no son tan populares o comentados, pues al final de cuentas la popularidad y número de comentarios no son sinónimo de calidad (y eso yo misma lo he comprobado con tantos otros fics), y otros que hablan sobre que los clichés no son necesariamente malos si se saben manejar. Eso me levantantó los ánimos. Aunque apenas me estoy recuperando, siento que puedo seguir trabajando (un poco más lento que cuando inicié, pero aún puedo).


    Bueno, seguramente no vinieron a leer toda esta aburrida perorata, pero necesitaba decirlo. En fin, aquí les traigo el capítulo, de igual forma, conclusivo para la entrega anterior, y con una pequeña sorpresa. ¡A leer, se ha dicho!


    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen.



    XL.-


    Martes. Poco más de una semana había pasado desde que cierto rubio se enterara del compromiso entre su amor platónico y su hermana. Durante ese tiempo sus amigos intentaban no hablar del tema, ni mencionar lo bien que le iba a cada uno en sus vidas. Sin embargo, aunque no podían deprimirlo más de lo que ya estaba, tampoco lograban subirle los ánimos y eso de cierta forma ya empezaba a fastidiarles.


    —¡Genial! Habrá otra convención de anime y manga en diez días —exclamaba cierto castaño de ojos azules, sin dejar de leer una revista de anime y manga— ¿Vamos?

    —¡Yo sí le entro! —era Kisa. Todos se encontraban como siempre en el comedor— Mi mamá no tiene problemas con eso.

    —Igual yo, mientras vaya acompañado no hay ningún problema —espetó Onodera.

    —Suena bien, pero déjenme pedir permiso, ¿sí? —dijo Misaki.

    —No puedo, ya se acerca el campeonato de esgrima y debo ir a los entrenamientos —alegó Hiroki.

    —¡Vamos, Hiro-san, será divertido! —Nowaki también estaba con ellos— Si quieres hablo con tu mamá, pero di que sí ¿sí?

    —¡No pongas esa cara de perrito mojado! ¡No va a funcionar!

    —¡Shhh! —increpó el pelinegro— Cálmate, parecen matrimonio disfuncional.

    —Matrimonio —musitó Shinobu mecánicamente, con la mirada ensombrecida. Los otros rodaron los ojos.


    —¿Es el nuevo número de The Kan? —inquirió una chica que iba pasando, refiriéndose a un manga que Chiaki tenía sobre la mesa.

    —Sí, me lo regalaron.

    —¡Wow! ¿Quién?

    —Ah, no lo sé —se encogió de hombros— Lo dejaron en mi mochila esta mañana.

    —¿No será alguna admiradora secreta?

    —No sé… pero quien sea, es muy buena onda.

    —¿Luego me lo prestas?

    —Claro, en cuanto lo termine te busco ¿vale?

    —Okay. Bueno, nos vemos, Yoshino-kun.

    —Adiós, Yamashita-chan.


    En cuanto la chica se fue, sus amigos lo miraron, un poco sacados de onda.


    —¿Qué?

    —Es el quinto anónimo que te dejan en esta semana —espetó Ritsu— ¿Aun no te dice quién es?

    —Nop.

    —Yo que tú no me emocionaba demasiado —dijo Kisa—, podría ser un acosador o acosadora.

    —¿Qué te hace pensar eso?

    —El que conozca demasiado bien tus gustos, el que sepa tus horarios como para dejártelos sin que te des cuenta, y el que hasta la fecha no sepas siquiera su nombre.

    —Acosador —de nuevo Shinobu entraba en estado depresivo— Me rechazó por ser demasiado acosador…

    —¡Se acabó! —Hiroki golpeó la mesa con sus palmas, y luego tomó al rubio por la solapa— ¡No puedes seguir así! ¡Olvídalo de una buena vez! ¡Sólo te estás haciendo daño a ti mismo! —algunos cuchicheos de los demás alumnos se hicieron escuchar— ¡¿Y ustedes qué miran?! —aquellos volvieron a lo suyo, temerosos de ese chico demonio— ¡Como sea! ¡Irás con nosotros a esa convención, te atiborrarás de dulces y golosinas, gastarás tu dinero en mangas y DVD's, conocerás a alguien y te vas a divertir! ¡No vas a descuidar a tus amigos, ni darle a él el gusto de verte derrotado ¿entiendes?!



    XLI.-


    Pasó algún tiempo desde que Shinobu se enterara del compromiso de Miyagi-sensei con su hermana. Si bien era cierto que todavía no se le olvidaba, al menos ya no se ponía depresivo y ya empezaba a aceptarlo. Agradecía de sobremanera el apoyo de sus amigos, y el consejo de Hiroki, pues le hicieron bien. Asimismo, y tal como lo dijera el castaño, conoció a alguien.


    FLASHBACK


    Cierto grupo de amigos se encontraba en algún centro de convenciones de la ciudad, dos de ellos con sus parejas y dos más con sus hermanos.


    —Sí que se lo tomó muy en serio —espetó cierto castaño con un tic en el ojo, al ver a cierto rubio yendo de un lado a otro, cargado de dulces, mangas, juguetes, y usando un traje de Finn de Adventure Time.

    —Bueno, mamá decía alguna vez que no hay mejor cura para un corazón roto que ir de compras —espetó Kisa, que iba al más puro estilo de Kirito, de SAO.

    —¡Nii-chan, tengo hambre! —el más pequeño, Mahiro, tiraba de la capa de Akatsuki que su hermano llevaba puesta.

    —Yo también —rio nerviosamente la hermana mayor de Chiaki, Chinatsu— ¿Les parece que comamos allá? —señaló hacia algún restaurante.

    —¡Sí!


    Todo mundo se acomodó en una mesa larga, y más tarde una chica vestida de maid les traía sus órdenes.


    —¡Itadakimasu! —exclamaron todos y se dispusieron a comer.

    —¡Rayos, Shinobu! Despacio, te vas a atragantar —Hiroki le advertía al ojigris.


    —Etto… —se oía una voz femenina.

    —Por amor de dios, Anette, están comiendo —esta vez era un chico.

    —¿Y qué? Solo quiero una foto con él, es todo…

    —¿No puedes esperar a que terminen, al menos?

    —¡No! ¡Quiero una foto con él AHORA!


    El grito de esa persona llamó la atención de todos los presentes, en especial de Shinobu, quien estuvo a punto de atragantarse del susto.


    —¡Mastica bien, idiota (1)! —Hiroki le daba unos golpecitos en la espalda mientras tosía.


    En efecto eran un chico y una chica. Ella representaba perfectamente a la Princesa Grumosa por su atuendo, incluido el color de su largo cabello y el maquillaje rosa en la piel; a juzgar por su complexión y su expresión alegre —hasta cierto punto infantil—, podría andar por los dieciséis o diecisiete años. En tanto el chico no hacía ningún cosplay, pero era alto, de piel blanca, cabello corto de un castaño tan oscuro que se confundía fácilmente con el negro, afilados ojos color almendra que le daban a su mirar cierto aire gatuno, y una expresión neutra que ocultaba a la perfección su aburrimiento; a juzgar por lo alto que era y el timbre de su voz, debía andar por los veinte.


    —Etto… ¿Puedo tomarme una foto contigo? —la chica se dirigió al rubio, quien casi escupe su comida de la impresión.

    —Err… c-claro… em…

    —Anette, pero puedes decirme Any. Éste aburrido de aquí es mi primo Masamune.


    FIN DEL FLASHBACK


    Después de tomarse la dichosa foto aquel día, habían conversado un rato, resultando que tenían gustos afines, como leer, cocinar —aunque ninguno lo hiciera bien—, ver Adventure Time, escuchar rock y punk, entre otras cosas. Asimismo intercambiaron correos y actualmente conversaban vía Facebook cuando podían, pues ella ya cursaba el segundo año de preparatoria y sus horarios no coincidían mucho, además que ella se había ido de vacaciones por unos días.


    En fin, se alistaba para ir al acuario con ella, pues anteriormente se habían citado ahí. Unos minutos más tarde salía de su casa, a decir verdad sus padres estaban tan ocupados en sus cosas que ni cuenta se habían dado. Unos minutos más tarde llegaba al lugar, donde ella ya le esperaba. En lugar del atuendo rosa de aquella ocasión, lucía un vestido rojo de cuadros, botas de tacón, su cabello negro tenía tres trencitas tejidas y muy pegadas a la sien izquierda, con listones rojos, y sus ojos eran de un color amarillo verdoso.


    —Mi papá solía traerme aquí cada cumpleaños —decía Anette—, pero dejé de venir en cuanto mamá se separó de él y tuve que irme a vivir con ella.

    —Bueno, pues ya estás de vuelta —Shinobu le sonrió sinceramente.


    Estuvieron paseando un buen rato, de aquí para allá, sacándose fotografías. Sin embargo su atención fue llamada por cierto ojiverde, a quien vieron pasar en compañía de un hombre de unos 36 o 37 años, de cabello plateado y porte soberbio a primera vista.


    —Nee, Shinobu ¿no es ese tu amigo Misaki?

    —Oye, sí… —calló un momento— Qué raro que no venga con su papá…

    —¿Quieres ir a saludarlo?

    —Claro ¿Por qué no?


    Los dos amigos iban siguiendo a aquellos dos, pero había bastante gente y resultaba toda una proeza. Al final los vieron entrar en lo que parecía ser una sala de proyecciones.


    —Tendrá que ser otro día —dijo el rubio.

    —¡Ningún otro día! —Anette le haló la mano— ¡No me hiciste correr para nada, vamos!

    —Como sea —resopló, resignado.


    Notaron que, a pesar de ser una sala de acceso libre, se encontraba cerrada y casualmente había un letrero de cerrado por mantenimiento. Sin embargo unas luces muy tenues provenientes del interior, despertaron su curiosidad y asomaron la vista por la pequeña rendija de la puerta, pero…


    —Aaah… A-Aki… Aki-hiko-san… ngh… no… espere… p-podrían… d-des-descubrirnos… aaah…

    —Entonces tienes que ser muy silencioso, mi pequeño.


    "¡Oh, por…! ¡Misaki ¿Qué rayos estás haciendo?!"



    CONTINUARÁ…






    Notas de la autora:


    1.
    La frase la saqué de la peli Matilda, cuando su hermano le lanza una zanahoria y ella se la regresa. Al final se atraganta con esta y su papá le grita: ¡Mastica bien, idiota!


    Bueno, por la razón ya mencionada la siguiente entrega tardará (además que una vez finalizado el paro en mi escuela, estaré demasiado apurada, pero ya veré qué hago), pero no abandonaré el fic, y si lo hago pues ya avisaré en su tiempo.

    Por cierto, y puede que sea un poco contradictorio, les hago la invitación a que se unan. A pesar de lo que comenté al inicio, en ese mismo grupo he encontrado muchas otras cosas buenas que me han servido y que también me han levantado los ánimos, por ello hago la recomendación. No es obligatorio, es decisión de cada quien.

    Asimismo agradezco mucho su fidelidad y comprensión. Chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 30/12/2014, 13:20
     
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79 replies since 19/11/2013, 23:27   5480 views
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