Mi pequeño amante (Akihiko X Misaki). CERRADO

Takahashi Takahiro ha vuelto a Japón luego de 16 años de ausencia, pero no llegó solo: trajo consigo a la persona que -de alguna manera- le arruinó la vida. ¿De qué forma cambiará esto su vida?

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  1. hiyori 12
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    ta xvr tu fic yo tbn lo leo pero en otra pagina de amor yaoi ahy tbn comento y no sabia que estaba colgado en esta pagina bueno dejando eso de lado el cap estaba xvr y me hizo reir mucho, a mahi se le ocurre decir que kiere que lo besen como a usagi me mate XD bueno espero el proximo cap
     
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  2. Alma*Cristalina
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    Okay esa pregunta me saco un poco de onda ....... Pero dejando eso de lado EL CAPITULO FUE MARAVILLOSO!!! :=wozardd: :=starss:
     
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  3. BlackLady713
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    no bueno!!!

    una hermosa reconciliacion con la ayuda de Aikawa como siempre esa mujer me cae bn jajajaja pero bum!! tanto la amante de yaoi como el hermanito, el hermanito!!! vio el beso!!! q cosas que cosas!!! y quien sabe q cosas habra pensado Mahiro durante este tiempo como para q tambien kiera besitos de Misaki (que si Usagi se entera, cuelga al cuñadito)

    spero tu conty

    LB :=wozardd:
     
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  4. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola! *escondida bajo la mesa del computador, con una cacerola en la cabeza, la tapa de una olla como escudo y un cucharón* Sé que he tardado una eternidad, seguramente hasta pensaron que botaría el fic…

    Uno de los motivos de mi tardanza es que tuve un bloqueo mental, sobre todo para hacer la primera parte de esta entrega. Me quedé estancada en esa parte e incluso pretendía editar la última escena del capítulo anterior, pero un día se me ocurrió dejar el fic por unos días y mientras tanto trabajar en mi otro proyecto El Cuartel del Metal (¡increíble que ya vaya por el capítulo 45!).

    El otro es que en estos momentos mi escuela se encuentra en paro de labores desde hace dos semanas (que probablemente ya se levante en ésta semana. Gente de México, seguro sabrán a lo que me refiero), además que fui a las primeras asambleas, pero mis papás se enojaron y ya no me dejaron ir a las siguientes. Por otro lado me pusieron a trabajar en un fotomontaje para una boda (es más laborioso y tedioso de lo que parece) y casi no tuve tiempo.

    En fin. De verdad siento haberles hecho esperar. Por otro lado, el capítulo en sí será concluyente para la parte anterior, y una pequeña sorpresa. Ojalá sea de su gusto.


    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son de su creadora Shungiku Nakamura-sensei.




    XXXVIII.-


    —¡¿Entonces por qué no me besas como a Usagi-san?!

    —¡¿Qué?!


    No sabía qué era peor, la naturaleza de la pregunta o el posible motivo por el que Mahiro la formulaba. De ser la segunda, estaba metido en serios problemas.


    —¡Ya dije! —replicó el menor, molesto.

    —¿Podrías explicarte, por favor? —pidió trémulamente el adolescente.

    —El vecino dice que no puedes besar a cualquiera, sólo a la persona que quieres más…

    —¡¿Le preguntaste a…?!... err… bueno, puede que tenga razón —rio nerviosamente.

    —¡Lo sabía! ¡Ya no me quieres! —la adrenalina empezó a correr en cuanto los primeros rastros de lágrimas aparecieron en los ojitos de Mahiro— ¡Por eso pasas más tiempo con él que conmigo!

    —¡No digas eso!, yo te quiero mucho… es solo que… etto…

    —¡Mentiroso!

    —¡No, no…! Es solo que… uh… Akihiko-san… err… etto… los quiero a los dos, pero…—esto ya se le estaba saliendo de las manos. Debía hacer algo y pronto— tú eres mi hermanito y él mi novio ¡esa es la diferencia!


    Los ojos del chiquitín abriéndose de sobremanera y su boquita desencajada, así como su semblante pálido, hicieron ver al ojiverde la gran metida de pata que había cometido. En ese momento Misaki quería que alguna fuerza superior lo borrara de la faz de la Tierra por su ineptitud. Aunque no habían transcurrido ni treinta segundos, el silencio se sentía tan pesado y eterno que le desesperaba.


    —¡Espera… yo…!

    —¿Entonces sólo los novios pueden besarse así? —inquirió inocentemente.

    —Síp —Misaki estaba rojito, pero pronto se le prendió el foco— Emm… etto… ¡como mamá y papá! Ellos se besan porque se quieren mucho, pero no nos dejan de querer ni a ti ni a mí… ellos nos cuidan, nos regañan de vez en cuando para que pensemos con cuidado, van a las juntas de la escuela, em… pegan tus dibujos en el refrigerador…

    —Nos compran pastel en nuestros cumpleaños… —agregó el pequeñín.

    —El punto es que así nos demuestran su amor.

    —Oh… —el niño parecía entender— Entonces ¿tú me quieres?

    —¡Hasta la pregunta ofende! —dijo el ojiverde en son de broma— ¡Claro que te quiero, tonto! —al decir esto revolvía los cabellitos de su hermanito— Tanto como para cancelar mi clase con Akihiko-san para jugar contigo un rato.

    —¡Wii! —Mahiro se lanzaba a los brazos del mayor. Más tarde se separó de él, pues aún tenía otra duda— Nii-chan…

    —¿Sí?

    —¿Por qué está mal que dos hombres se besen si se quieren mucho?


    Esa pregunta era un poco difícil, no por la obvia respuesta que la gran mayoría daría, sino por el hecho de tener que dársela a un pequeño que poco entendía de prejuicios.


    —Emm… es algo difícil de explicar… —hacía un gesto pensativo— Hmmm… ¿te gustan las Matemáticas?

    —¿Qué tiene que ver eso? —bramó el niño en un puchero.

    —Sólo contesta ¿te gustan o no?

    —No —respondió rotundamente.

    —¿Y por qué no?

    —Porque no les entiendo nada.

    —Ah, pues algo así pasa con ese tipo de cosas… a algunas personas no les gusta lo que no entienden y por eso lo rechazan. Por eso… ¿te puedo pedir un favor?

    —Síp.

    —No le digas nada de esto a nadie —suplicó el ojiverde con cara de corderito a medio morir— menos a mamá y papá…

    —¿Por qué no?

    —Porque… uh… puede que no lo entiendan ahora, tal vez más tarde, pero no ahora…

    —¿Como las Matemáticas?

    —A-algo así… ¿harías eso por mí?

    —Oh… bueno, está bien —respondió finalmente.

    —¡Gracias! ¡Gracias!


    Ahora Misaki era quien abrazaba efusivamente a su hermanito, sin saber que esta parte de la conversación fue escuchada por cierto novelista oculto tras la puerta, quien dibujaba una tierna sonrisa.



    XXXIX.-


    Martes. Cierto rubio miraba nostálgicamente por la ventana del comedor donde siempre se reunía con sus amigos. Su mirada gris estaba opaca y su ceño y labios no se curvaban en ninguna expresión. Echado sobre la mesa, jugueteaba con el cable de sus audífonos mientras oía una canción de Simple Plan de su móvil. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que apenas si reaccionó cuando sus amigos llegaron a acompañarle.


    —¡…le pegó tan fuerte en la cara que casi le…! —venía hablando Yoshino— ¡Hey, Shinobu! ¿Qué dice la vida?

    —Hola —murmuró con tono ausente mientras guardaba sus audífonos.

    —¿Por qué tan desanimado? —ahora era Kisa— ¿Quién se murió, tu tía?

    —Ya quisiera que fuera eso.

    —¿Tan grave es? —preguntó Misaki con preocupación.


    Un grupito de amigas reían y cuchicheaban mientras se sentaban en la mesa de al lado.


    —¿Ya supieron del nuevo chisme? —decía una.

    —¿De qué me perdí? —inquirió otra.

    —Miyagi-sensei se comprometió.

    —¡Wow! ¿Quién es la afortunada?

    —Me parece que la hermana mayor de Shinobu… Risako, si no mal recuerdo.

    —¡Ay, pero bien enterada que estás!

    —Chinatsu me lo dijo. Dice que lo oyó platicándoselo a Hatori-sensei.

    —¿Y por qué los espiaba? —preguntó la que parecía ser la menor del grupo.

    —Creo que le gusta Hatori-sensei.

    —¡No juegues, ¿en serio?!

    —Sí, hasta…


    No hizo falta agregar más, pues ellos entendían que Shinobu debía estar devastado por la noticia. Ninguno armó alboroto ni dijo siquiera una palabra, tan sólo se limitaron a acompañarlo en su dolor.


    —Lo perdí para siempre —farfulló tristemente después de un rato.

    —No te lo tomes a mal, pero… —espetó Shouta— no se puede perder lo que no se tiene…

    —¡Kisa! —replicó Onodera.

    —Tiene razón… nunca fue mío.


    El resto del día transcurrió sin novedad, pues ninguno quería arruinarle más el día a su amigo con las buenas nuevas que cada uno le tenía: por ejemplo Onodera, que hizo un amigo por Internet llamado Saga Masamune; o Kisa, que tuvo una cita de lo más romántica con Yukina; o Hiroki, quien ganó el campeonato de kendo y recibió un bonito regalo de Nowaki —aunque no lo admitiera—; o lo emocionado que estaba Misaki por su próxima cita con Akihiko; incluso a Chiaki le había ido bien, pues recibió un manga de un anónimo como regalo en la semana que estuvo enfermo.


    —El karma es una p*rra —gruñía el rubio por lo bajo, de camino a casa.


    Recordaba que hace casi dos meses se le había confesado a Miyagi-sensei, pero este lo había rechazado… por tercera vez. Las primeras dos veces el mayor no las tomó en serio y lo dejó pasar, por ello seguía dándole asesorías. Sin embargo, y como decían por ahí, la tercera era la vencida: la tercera confesión recibió una rotunda negativa y eso terminó por hacer que desatara su ira sobre el pobre parabrisas. Después de una severa regañiza del director, de sus padres y algunas otras represalias, las cosas ya no fueron las mismas entre él y su sensei. No conforme con eso, el mayor conoció a su odiosa hermana el día que fuera enviado a detención, simpatizaron, una cosa llevó a la otra y ahí los tenía… anunciando su compromiso en la cena del día anterior.


    Al ingresar a su casa simplemente pasó de largo a la servidumbre y fue rumbo a su habitación. En otras ocasiones, cuando algo le afectaba realmente, sus cosas terminaban destrozadas. No obstante ahora ya no se sentía con las energías para descargar su ira, así que hizo la única cosa que alguna vez se prometió que no haría: abrazar su almohada y llorar en silencio. Lo que sea que hubiera hecho en su vida anterior lo terminaría de pagar en esta otra. Sí, definitivamente el karma era una p*rra.




    CONTINUARÁ…






    Notas de la autora:


    Sí, lo sé, no tengo perdón de Jashin-sama por tardarme tanto. En fin, la verdad tengo algunas ideas para el fic, pero no sé si pueda seguir actualizando o de plano tendría que dejarlo, pues después del paro seguramente estaré reponiendo clases y laboratorios en horarios extra clase o hasta en sábados o domingos. Ya veré qué hago.

    En fin, gracias por su comprensión y espero que nos sigamos leyendo. Chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 30/12/2014, 13:18
     
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  5. Alma*Cristalina
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    SIIIIIIIIIIIIII SOY PRIMERA EN COMENTAR!!!! WIIIIIIIIIIIIIIII!!!! ESPERO CONTYYYYYYYYYYYYYY!!!!!!!!!!! ME GUSTO MUCHOOOOOOOOOOOOO!!!!
     
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  6. Yoshikawa Chiharu
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    Que genial estuvo el capitulo! Preciosa la forma en la que el pequeño Misaki salió de esta jejeje

    Owww Shinobu-chin :c no merece sufrir el pobresito!

    Sabes? También soy mexicana y si en la UAT nos hicieran lo mismo moriria! D: Suerte y espero que se arregle pronto lo del paro de labores (maldito gobierno) y pues siempre existen las vacaciones y los puentes para actualizar :D (por favor o me hagas esto, amo tu historia y la leo cuando puedo o mas bien dicho cuando la escuela me lo permite)

    Saludos~ y espero leernos pronto!
     
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  7. BlackLady713
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    waaaaa!!! q dificil es explicar cosas a los niños pequeños, me gusto mucho la explicacion de Misaki para su hermanito y Usagi chismoso... pero no es Usagi si no es chismoso.

    Pobre Shinobu, se declara y el anuncia su compromiso con la hermana y lo peor de todo que la sqela entera sabe de eso!!

    me alegra saber q eres parte de mi kerida sqela mater (aunq este en paro) pero no m alegro saber q stuviste metida en todo ese lio, pues como fan de tus hermosas historias no puedo imaginar q x una mala reaccion de "otras personas" (ya sea la comunidad u otros) te pueda pasar algo (y luego q hago sin saber de los otros fics!!!!!)

    cuidate y disfruta de tus amm... vacas forzadas (yo no lo hago... creeme)

    omo siempre espero tus contys (no andes de chiva loka en las asambleas ni en las marchas!!)

    LB :=wozardd:
     
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  8. »Hitch 74 no Danna«
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    Errr… hola? *escondida en un bunker improvisado en caso de bombardeos, XD*

    Sé que ha pasado más de un mes desde la última actualización, y como he dicho antes, cuando tardo demasiado siento que de alguna forma les fallo, más porque nunca aviso si tardaré o no.

    Los motivos ya los he venido diciendo en mis otros fanfics: mi escuela está en paro de labores desde hace dos meses y he tenido que ir a asambleas, perdí mi USB donde guardaba los avances más recientes, y como no los tenía respaldados en otros medios, estoy reescribiéndolos…

    Sin embargo y para este fanfic en particular, tengo dos motivos de mayor peso: uno, me bloqueo muy seguido con este trabajo y me ha pasado que tengo que reescribirlo más de dos veces (inicialmente no sucedía esto), aun así siento los capítulos muy forzados (no sé qué opinen ustedes, pero ese es mi sentir) y eso es lo que me bloquea; dos, me he deprimido un poco, pues estoy en un grupo de Facebook llamado Escritores de Amor Yaoi, y hace un buen tiempo leí un tema donde se quejaban de los fanfics con cosas que tacharon de clichés y hasta satanizadas están; conforme leía ese tema, me daba cuenta que éste trabajo contiene muchas de esas cosas (vida de escuela, grupo de amigos que también están en una relación, relación adulto-menor, uke con actitud tímida o infantil, etc.). No obstante, y en ese mismo grupo, leí otros post que animan a los escritores a seguir con sus trabajos aun cuando no son tan populares o comentados, pues al final de cuentas la popularidad y número de comentarios no son sinónimo de calidad (y eso yo misma lo he comprobado con tantos otros fics), y otros que hablan sobre que los clichés no son necesariamente malos si se saben manejar. Eso me levantantó los ánimos. Aunque apenas me estoy recuperando, siento que puedo seguir trabajando (un poco más lento que cuando inicié, pero aún puedo).


    Bueno, seguramente no vinieron a leer toda esta aburrida perorata, pero necesitaba decirlo. En fin, aquí les traigo el capítulo, de igual forma, conclusivo para la entrega anterior, y con una pequeña sorpresa. ¡A leer, se ha dicho!


    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen.



    XL.-


    Martes. Poco más de una semana había pasado desde que cierto rubio se enterara del compromiso entre su amor platónico y su hermana. Durante ese tiempo sus amigos intentaban no hablar del tema, ni mencionar lo bien que le iba a cada uno en sus vidas. Sin embargo, aunque no podían deprimirlo más de lo que ya estaba, tampoco lograban subirle los ánimos y eso de cierta forma ya empezaba a fastidiarles.


    —¡Genial! Habrá otra convención de anime y manga en diez días —exclamaba cierto castaño de ojos azules, sin dejar de leer una revista de anime y manga— ¿Vamos?

    —¡Yo sí le entro! —era Kisa. Todos se encontraban como siempre en el comedor— Mi mamá no tiene problemas con eso.

    —Igual yo, mientras vaya acompañado no hay ningún problema —espetó Onodera.

    —Suena bien, pero déjenme pedir permiso, ¿sí? —dijo Misaki.

    —No puedo, ya se acerca el campeonato de esgrima y debo ir a los entrenamientos —alegó Hiroki.

    —¡Vamos, Hiro-san, será divertido! —Nowaki también estaba con ellos— Si quieres hablo con tu mamá, pero di que sí ¿sí?

    —¡No pongas esa cara de perrito mojado! ¡No va a funcionar!

    —¡Shhh! —increpó el pelinegro— Cálmate, parecen matrimonio disfuncional.

    —Matrimonio —musitó Shinobu mecánicamente, con la mirada ensombrecida. Los otros rodaron los ojos.


    —¿Es el nuevo número de The Kan? —inquirió una chica que iba pasando, refiriéndose a un manga que Chiaki tenía sobre la mesa.

    —Sí, me lo regalaron.

    —¡Wow! ¿Quién?

    —Ah, no lo sé —se encogió de hombros— Lo dejaron en mi mochila esta mañana.

    —¿No será alguna admiradora secreta?

    —No sé… pero quien sea, es muy buena onda.

    —¿Luego me lo prestas?

    —Claro, en cuanto lo termine te busco ¿vale?

    —Okay. Bueno, nos vemos, Yoshino-kun.

    —Adiós, Yamashita-chan.


    En cuanto la chica se fue, sus amigos lo miraron, un poco sacados de onda.


    —¿Qué?

    —Es el quinto anónimo que te dejan en esta semana —espetó Ritsu— ¿Aun no te dice quién es?

    —Nop.

    —Yo que tú no me emocionaba demasiado —dijo Kisa—, podría ser un acosador o acosadora.

    —¿Qué te hace pensar eso?

    —El que conozca demasiado bien tus gustos, el que sepa tus horarios como para dejártelos sin que te des cuenta, y el que hasta la fecha no sepas siquiera su nombre.

    —Acosador —de nuevo Shinobu entraba en estado depresivo— Me rechazó por ser demasiado acosador…

    —¡Se acabó! —Hiroki golpeó la mesa con sus palmas, y luego tomó al rubio por la solapa— ¡No puedes seguir así! ¡Olvídalo de una buena vez! ¡Sólo te estás haciendo daño a ti mismo! —algunos cuchicheos de los demás alumnos se hicieron escuchar— ¡¿Y ustedes qué miran?! —aquellos volvieron a lo suyo, temerosos de ese chico demonio— ¡Como sea! ¡Irás con nosotros a esa convención, te atiborrarás de dulces y golosinas, gastarás tu dinero en mangas y DVD's, conocerás a alguien y te vas a divertir! ¡No vas a descuidar a tus amigos, ni darle a él el gusto de verte derrotado ¿entiendes?!



    XLI.-


    Pasó algún tiempo desde que Shinobu se enterara del compromiso de Miyagi-sensei con su hermana. Si bien era cierto que todavía no se le olvidaba, al menos ya no se ponía depresivo y ya empezaba a aceptarlo. Agradecía de sobremanera el apoyo de sus amigos, y el consejo de Hiroki, pues le hicieron bien. Asimismo, y tal como lo dijera el castaño, conoció a alguien.


    FLASHBACK


    Cierto grupo de amigos se encontraba en algún centro de convenciones de la ciudad, dos de ellos con sus parejas y dos más con sus hermanos.


    —Sí que se lo tomó muy en serio —espetó cierto castaño con un tic en el ojo, al ver a cierto rubio yendo de un lado a otro, cargado de dulces, mangas, juguetes, y usando un traje de Finn de Adventure Time.

    —Bueno, mamá decía alguna vez que no hay mejor cura para un corazón roto que ir de compras —espetó Kisa, que iba al más puro estilo de Kirito, de SAO.

    —¡Nii-chan, tengo hambre! —el más pequeño, Mahiro, tiraba de la capa de Akatsuki que su hermano llevaba puesta.

    —Yo también —rio nerviosamente la hermana mayor de Chiaki, Chinatsu— ¿Les parece que comamos allá? —señaló hacia algún restaurante.

    —¡Sí!


    Todo mundo se acomodó en una mesa larga, y más tarde una chica vestida de maid les traía sus órdenes.


    —¡Itadakimasu! —exclamaron todos y se dispusieron a comer.

    —¡Rayos, Shinobu! Despacio, te vas a atragantar —Hiroki le advertía al ojigris.


    —Etto… —se oía una voz femenina.

    —Por amor de dios, Anette, están comiendo —esta vez era un chico.

    —¿Y qué? Solo quiero una foto con él, es todo…

    —¿No puedes esperar a que terminen, al menos?

    —¡No! ¡Quiero una foto con él AHORA!


    El grito de esa persona llamó la atención de todos los presentes, en especial de Shinobu, quien estuvo a punto de atragantarse del susto.


    —¡Mastica bien, idiota (1)! —Hiroki le daba unos golpecitos en la espalda mientras tosía.


    En efecto eran un chico y una chica. Ella representaba perfectamente a la Princesa Grumosa por su atuendo, incluido el color de su largo cabello y el maquillaje rosa en la piel; a juzgar por su complexión y su expresión alegre —hasta cierto punto infantil—, podría andar por los dieciséis o diecisiete años. En tanto el chico no hacía ningún cosplay, pero era alto, de piel blanca, cabello corto de un castaño tan oscuro que se confundía fácilmente con el negro, afilados ojos color almendra que le daban a su mirar cierto aire gatuno, y una expresión neutra que ocultaba a la perfección su aburrimiento; a juzgar por lo alto que era y el timbre de su voz, debía andar por los veinte.


    —Etto… ¿Puedo tomarme una foto contigo? —la chica se dirigió al rubio, quien casi escupe su comida de la impresión.

    —Err… c-claro… em…

    —Anette, pero puedes decirme Any. Éste aburrido de aquí es mi primo Masamune.


    FIN DEL FLASHBACK


    Después de tomarse la dichosa foto aquel día, habían conversado un rato, resultando que tenían gustos afines, como leer, cocinar —aunque ninguno lo hiciera bien—, ver Adventure Time, escuchar rock y punk, entre otras cosas. Asimismo intercambiaron correos y actualmente conversaban vía Facebook cuando podían, pues ella ya cursaba el segundo año de preparatoria y sus horarios no coincidían mucho, además que ella se había ido de vacaciones por unos días.


    En fin, se alistaba para ir al acuario con ella, pues anteriormente se habían citado ahí. Unos minutos más tarde salía de su casa, a decir verdad sus padres estaban tan ocupados en sus cosas que ni cuenta se habían dado. Unos minutos más tarde llegaba al lugar, donde ella ya le esperaba. En lugar del atuendo rosa de aquella ocasión, lucía un vestido rojo de cuadros, botas de tacón, su cabello negro tenía tres trencitas tejidas y muy pegadas a la sien izquierda, con listones rojos, y sus ojos eran de un color amarillo verdoso.


    —Mi papá solía traerme aquí cada cumpleaños —decía Anette—, pero dejé de venir en cuanto mamá se separó de él y tuve que irme a vivir con ella.

    —Bueno, pues ya estás de vuelta —Shinobu le sonrió sinceramente.


    Estuvieron paseando un buen rato, de aquí para allá, sacándose fotografías. Sin embargo su atención fue llamada por cierto ojiverde, a quien vieron pasar en compañía de un hombre de unos 36 o 37 años, de cabello plateado y porte soberbio a primera vista.


    —Nee, Shinobu ¿no es ese tu amigo Misaki?

    —Oye, sí… —calló un momento— Qué raro que no venga con su papá…

    —¿Quieres ir a saludarlo?

    —Claro ¿Por qué no?


    Los dos amigos iban siguiendo a aquellos dos, pero había bastante gente y resultaba toda una proeza. Al final los vieron entrar en lo que parecía ser una sala de proyecciones.


    —Tendrá que ser otro día —dijo el rubio.

    —¡Ningún otro día! —Anette le haló la mano— ¡No me hiciste correr para nada, vamos!

    —Como sea —resopló, resignado.


    Notaron que, a pesar de ser una sala de acceso libre, se encontraba cerrada y casualmente había un letrero de cerrado por mantenimiento. Sin embargo unas luces muy tenues provenientes del interior, despertaron su curiosidad y asomaron la vista por la pequeña rendija de la puerta, pero…


    —Aaah… A-Aki… Aki-hiko-san… ngh… no… espere… p-podrían… d-des-descubrirnos… aaah…

    —Entonces tienes que ser muy silencioso, mi pequeño.


    "¡Oh, por…! ¡Misaki ¿Qué rayos estás haciendo?!"



    CONTINUARÁ…






    Notas de la autora:


    1.
    La frase la saqué de la peli Matilda, cuando su hermano le lanza una zanahoria y ella se la regresa. Al final se atraganta con esta y su papá le grita: ¡Mastica bien, idiota!


    Bueno, por la razón ya mencionada la siguiente entrega tardará (además que una vez finalizado el paro en mi escuela, estaré demasiado apurada, pero ya veré qué hago), pero no abandonaré el fic, y si lo hago pues ya avisaré en su tiempo.

    Por cierto, y puede que sea un poco contradictorio, les hago la invitación a que se unan. A pesar de lo que comenté al inicio, en ese mismo grupo he encontrado muchas otras cosas buenas que me han servido y que también me han levantado los ánimos, por ello hago la recomendación. No es obligatorio, es decisión de cada quien.

    Asimismo agradezco mucho su fidelidad y comprensión. Chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 30/12/2014, 13:20
     
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    Muy bueno pobre misaki shinobu lo vio con akihiko espero q al final shinobu se quede con miyagi.continualo pronto.
     
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  10. »Hitch 74 no Danna«
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    No estaba muerta, andaba de parranda!!! XDDDDDD, okay, no ._.

    Aunque ya había explicado con anterioridad mis motivos para tardar tanto con las actualizaciones de este fic, de todas maneras me disculpo con ustedes por hacerlos esperar. Como compensación por los daños, este capítulo está poquito más largo que los anteriores, y como siempre tiene una sorpresa.

    Notas preliminares: La primera parte les parecerá confusa, pero se esclarecerá en la siguiente entrega. La segunda es explicación de la segunda parte del capítulo anterior (de hecho es un flashback). Lo digo para que no se confundan.



    Disclaymer: Junjou Romantica no me pertenece. De lo contrario no pondría este disclaymer, lel.



    XLII.-

    Lunes. Hacía un bonito día: el viento soplaba suavemente, pero lo suficiente para mecer las hojas verdes de los árboles; el cielo azul mostraba unas pocas nubes blancas; el sol en lo alto bañaba el entorno con su luz y calor, sin ser sofocante ni cegador; y el bullicio alegre de los estudiantes que iban y venían de arriba abajo, lo confirmaban.


    Con la mirada buscaba entre ellos a uno en especial. No tardó mucho en encontrarlo, ya que venía saliendo de la escuela. Sin embargo no esperaba verlo con un par de chicas, una pelirroja y una rubia que a leguas se veían más teñidas que un abrigo de piel de imitación. Los tres reían y hablaban animadamente, ignorantes de los celos que bullían en su sangre.


    —¡Eres muy divertido, Misaki-kun! —le decía la rubia— ¡De ahora en adelante me sentaré junto a ti en todas las clases!

    —¡Olvídalo, él se sentará conmigo! —chillaba la pelirroja, aferrándose a su brazo.

    —¡Sobre mi cadáver! —la otra también hacía lo mismo

    —¡Eso puede arreglarse!

    —Ya, ya, tranquilas —respondía el chico entre risas—. Me sentaré en medio de las dos ¿les parece?

    —¡Kyyyyyaaaaa!


    En cuanto las dos mujeres se lanzaron a abrazar efusivamente al castañito, lo rodeó un aura negra y avanzó hacia él, dispuesto a llevárselo lejos de esas harpías.


    —Chicas, me tengo que ir. Me divertí mucho.

    —Owww… —suspiraron las dos, sin soltarlo.

    —No estén tristes, mañana tendremos clase juntos, y pasado mañana… —les sonrió cálidamente.

    —¡Okay! —espetó la pelirroja— ¡Pero no llegues tarde!

    —No lo haré. Bueno, hasta mañana, Kasumi-chan —se refirió a la pelirroja y luego a la rubia—. Hasta mañana, Erika-san.

    —¡Hasta mañana, Misaki-kun!


    Dicho esto las dos peli-teñidas (1) se fueron, dejándolo a solas con el jovencito.


    —¿Quiénes son esas?

    —¡Akihiko-san! —se sobresaltó el pequeño— ¡Casi me matas de un infarto!

    —No has respondido…

    —Etto… son mis nuevas amigas, Kasumi y Erika.

    —Si así ya estás el primer día, no quiero imaginar cómo será en los próximos cuatro años —bufó pesadamente.

    —¿Ah?

    —Vamos, Takahiro nos espera.

    —H-hai.


    Mientras conducía su flamante deportivo rojo, bajo las miradas curiosas del resto de estudiantes, fraguaba posibles formas de alejar de su querido Misaki a todos los pretendientes que le lloverían de ahora en adelante, comenzando por esas dos peli-teñidas ¡Y no era para menos si su pequeño ya se encontraba iniciando la universidad! Sí, habían pasado poco más de tres años, tres maravillosos años desde que conoció a su corazoncito hasta la fecha de hoy. Si bien era cierto que como toda pareja tuvieron sus pequeños problemas, entre ellos el no poder verse tan seguido debido a la condición del menor, al menos en esos tres años su amor se había fortalecido, y las inseguridades del pequeño iban desapareciendo poco a poco. Por otra parte, algunas cosillas habían sucedido, como por ejemplo el que uno de los amigos de Misaki, Takatsuki Shinobu, se enterara de su relación de una forma muy poco ortodoxa, un día que finalizaban las vacaciones de agosto de hace tres años. Lo recordaba bien.



    XLIII.-

    Fin de semana. Agradecía que se hubieran arreglado aquellos malentendidos que lo habían separado de su pequeño, y ahora estuvieran de nueva cuenta juntos. Asimismo pasaron las bien merecidas vacaciones después de días de mucho trabajo para ambos: por su parte, tenía que asistir a algunas reuniones debido a que se lanzaría al cine uno de sus más grandes éxitos —por decirlo de alguna manera—; por la otra, además de las dichosas evaluaciones, su pequeño tuvo entrenamientos para otro partido con su equipo de soccer justo antes de terminar el cuatrimestre (2).


    —…así que Mahi-chan y yo pasamos las vacaciones en la casa de Seattle —ahora mismo se encontraban de paseo en un gran acuario en el centro de la ciudad—, pero antes fuimos a una convención con Shinobu y los otros…

    —Ah, quien fuera niño… —suspiró, con una sonrisa— Todo un mes de vacaciones, sin tareas ni obligaciones…


    Paseaban entre peces de colores mientras hablaban amenamente de cosas triviales. Quien los viera pensaría que eran padre e hijo pasando tiempo de calidad, y le hacía algo de gracia pensar en que nadie sospechaba que ese chico que bien podría ser su hijo, era nada menos que su pequeño amante. En esas estaban cuando tuvo que detenerse un momento a contestar una llamada de su loca editora. Mientras lo hacía, notó que un grupo de niños corría como caballos desbocados, disparándose agua con unas pistolas de juguete, y otros dos molestaban a una niñita quitándole una muñeca. Eso no fue lo relevante en sí, sino el que su ojiverde interviniera en la disputa: les había dado una pequeña reprimenda a esos dos mocosos y le entregó la muñeca a la niñita. Sin embargo no contaba con que…


    —¡A él! —…el resto se molestara y ahora entre todos le dispararan, mientras el castañito inútilmente intentaba protegerse del agua.

    —¡Esperen! ¡No…! ¡¿Qué hacen…?! ¡Waaahh!


    Lo vio echarse a correr a cualquier parte, y sin importarle la perorata que Aikawa le daba al teléfono, le colgó y fue tras él. Como estaba algo concurrido el lugar, le costaba un poco darle alcance al muchacho, pero cuando lo logró, lo encontró escondido tras alguna columna.


    —Achú… —soltó un pequeño estornudo, mientras sus mejillas se ponían rojitas.

    —Vamos a cambiarte o pescarás un resfriado.

    —Hai.


    Pretendían ir a algún servicio, pero al parecer estaban muy concurridos. Sin embargo vio lo que parecía ser una sala de proyecciones con un letrero de cerrado por mantenimiento. Guio al menor hasta ahí, por fortuna estaba abierta la puerta. La iluminación interior era muy tenue, pero lo suficiente como para permitirles a ambos ver lo que hacían. Como Misaki tenía una sudadera gris amarrada a su cintura, sólo era cuestión de quitarse la camisa y ponerse la sudadera —a diferencia de la camisa, ésta apenas tenía unas gotas que secarían—. El chico se sentó en uno de los tantos asientos de esa sala, pero…


    —¿Akihiko-san?


    La camisa mojada se adhería de forma provocativa sobre el cuerpo de su amor, haciendo a su imaginación volar de más. Si hubiera podido verse a sí mismo, se daría cuenta de que sus violáceos ojos se oscurecían a consecuencia de un deseo latente que sólo Misaki podía provocarle.


    —Déjame ayudarte —murmuró de forma ronca, aproximándose al ojiverde.

    —E-está bien.


    Lentamente fue desabrochando los botones de esa prenda hasta dejarla totalmente abierta. La deslizó con delicadeza sobre los hombros de Misaki, hasta despojarlo por completo de ella. El chico se desamarraba la sudadera de la cintura para ponérsela, pero se lo impidió tomando sus manos.


    —¿Akihiko-san? —inquirió el menor con su característica inocencia, y entonces no soportó más.

    —Te quiero.


    Akihiko se incorporó sobre él y comenzó a besarlo suavemente; pronto el beso se profundizó y los dos se dejaron llevar. Sin embargo tuvieron que separarse por falta de aire. Se quedaban unos breves segundos mirándose a los ojos, y nuevamente unían sus labios. Más tarde Akihiko lamía la húmeda piel de su niño, comenzando por el cuello, arrancándole uno que otro suspiro. Mientras hacía esto, su mano izquierda lo tomaba por la cintura, y con la derecha le aflojaba el cinturón de los jeans verdes. Después comenzó a lamer uno de esos botoncitos rosados que tanto lo enloquecían, haciendo que Misaki soltara suspiros más audibles.


    —Aaah… A-Aki… Aki-hiko-san… ngh… no… espere… p-podrían… d-des-descubrirnos… aaah…

    —Entonces tienes que ser muy silencioso, mi pequeño.


    En ese momento le pareció oír algunos cuchicheos afuera, pero el hecho de que alguien pudiera estarlos escuchando justo ahora, sólo lo excitó más. Se deshizo de su corbata, chaleco y camisa, dejando su torso al descubierto.


    —Te eché de menos, mi Misaki.

    —Pero si fue menos de un mes… —jadeaba el muchacho, de forma inocentemente erótica.

    —Lo sé, pero me haces tanta falta cuando no estás.


    Fue descendiendo por todo el abdomen del muchacho hasta llegar al borde del bóxer que aún ocultaba el miembro semi-erecto del castaño. Lentamente se lo fue quitando y comenzó a lamer la punta lentamente. El ojiverde arqueaba la espalda por la excitación y apretaba las manos contra los brazos del asiento. Unos minutos más tarde Akihiko engulló su miembro y comenzó un vaivén, primero lento para después ir más rápido.


    —Nnnngh… aaah… aaah… mmm… A-Aki-hi-ko-san…


    Consecuentemente Misaki derramó su esencia y no dudó en ningún momento en beber de ella como si fuera agua en el desierto. De nueva cuenta vinieron los besos y caricias, pero con la diferencia de que el ojiverde se desinhibía y también lo tocaba. Con sutiles movimientos hizo que su amorcito quedara de espaldas, apoyando las manos sobre los brazos de ese asiento, exponiendo a su vista su redondo trasero y esa rosada entrada que pedía a gritos ser corrompida. Dio algunos cuantos mordiscos e introdujo la lengua para humedecer ese agujerito. Después introdujo su miembro ya erecto de un solo golpe, y empezó a embestirlo. Mientras el castañito intentaba reprimir sus gemidos, Akihiko lo masturbaba con una mano para que se acostumbrara, y con la otra lo sostenía de la cadera. Pero eso no era todo, también lamía con frenesí la suave piel de su espalda, excitándolo de sobremanera, al tiempo que las embestidas se hacían cada vez más rápidas y profundas. Un sonoro gemido salió de ambos cuando llegó el clímax: Misaki derramó su semen en la mano del peliplata, y su interior se contrajo de tal forma que obligó al peliplata a hacer lo mismo, pero dentro de esa estrecha cavidad.


    —Te quiero, Akihiko-san —farfulló el pequeño en cuanto el mayor salió de él.

    —¿Qué tanto? —inquirió Akihiko con una sonrisa juguetona.

    —Mucho.

    —¿Y qué tanto es mucho?

    —Mucho, mucho, mucho…



    CONTINUARÁ…






    Notas de la autora:


    1.
    Al menos en algunos países latinoamericanos, peli-teñida es una forma despectiva de referirse a quienes se pintan el cabello de color diferente al natural.

    2. Hice algunos ajustes en algunos capítulos en cuanto a los tiempos en que ocurren las cosas. No es muy notorio porque el orden sigue siendo el mismo, pero aclaro porque ésta vez sí he respetado el calendario escolar japonés (o sea, se divide en cuatrimestres y no en semestres como en mi país). Entonces este flashback se ubica en el final de las vacaciones del primer cuatrimestre (abril-julio), es decir a finales de agosto.


    El flashback continuará en la siguiente entrega. Bueno, respecto al fic es todo por ahora. Sugerencias, comentarios y/o felicitaciones son bienvenidos. Gracias por leer, chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 30/1/2015, 10:45
     
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    Muy buen capitulo. Misaki y akihiko son un amor. Akihiko como siempre tan celoso con su misaki. Esperare la conti de este y tus otros trabajos con ansias.
     
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  12. BlackLady713
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    Vaya!!!! hasta q actualizas!!!

    ya echaba de menos este fic y que manera de ser recibida que con un lemon (aun no muero, sigo sangrando pero aun no muero) un aplauso por favor :=WIJIS: :=WIJIS:
    que le habra dicho Shinobu? Uy conociendolo le picara hasta q le cuente el mas minimo detalle!!

    jajajaja me dio mucha risa cuando salio Misaki de la sqela acompañado de chicas jajajaja y peleandose por el

    spero la continuacion, enserio... la espero

    LB :=wozardd:
     
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  13. Hana Usami
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    ooo me gusto mucho este fic espero que lo continues c:
    nos vemos en la siguiente actualizacion
     
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  14. Alma*Cristalina
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    Mi querer conty!!!
     
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  15. »Hitch 74 no Danna«
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    Lamento decir que esto no es un capítulo nuevo, sino un aviso. Por problemas personales y familiares (no entraré en detalles con eso, quienes me conocen saben que soy muy reservada con mi vida personal) ya no podré seguir escribiendo por tiempo indefinido. Ni siquiera sé si será por un tiempo o si lo dejaré definitivamente.

    No me malentiendan, por supuesto que me duele hacer esto, más porque escribir es una de las cosas que más amo y que me ha servido de desahogo, y porque sé que quienes me leen le han tomado cariño a cada una de mis historias.

    Si bien es cierto que en este fic me tardaba hasta dos meses en actualizar, y que a partir de la primera vez de Misaki los comentarios y visitas empezaron a decaer, al menos tenía la certeza de que la historia seguía gustando. De igual forma que El Cuartel del Metal, esta historia ya tiene más de un año (la inicié en noviembre de 2013). Quizá es la más romántica y azucarada de todas las historias que he escrito, y de cierta manera la que más trabajo me ha costado. Como saben, ya existen muchos fanfics con este tipo de temática, algunos muy buenos y otros un tanto repetitivos. Esto último me obligaba a esforzarme mucho más para no caer en lo mismo, a pesar de que la trama ya es muy conocida y abarca muchos clichés y parafernalias. Sus reviews también fueron un motivo para que no lo abandonara a pesar de esa y otras dificultades.

    Con mis lectores estoy agradecida por sus comentarios, algunos muy escuetos y otros no tanto, pero todos hechos de corazón. De verdad mil disculpas, parte del problema sí estuvo en mis manos pero tal vez no supe sobrellevarlo… en fin, como dije arriba, no sé si sea un volveré pronto o un adiós definitivo, el tiempo lo dirá.

    De corazón, muchas gracias.
     
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79 replies since 19/11/2013, 23:27   5480 views
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