Frio.

Capítulo 12 Final+13 [Extra] (Finalizado 06/11/2014) AU, Drama, Tragedia, Angustia. (18+)

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    「In Chromatica no one thing is greater than another」

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    *****

    Mi Realidad. Mi Tormento.



    Fue despertando poco a poco. Con forme lo iba haciendo un desagradable olor empezaba a inundar sus fosas nasales, un olor amargo y penetrante. Poco a poco también recobraba la conciencia de sí mismo y los recuerdos algo turbios inundaban su mente.

    Dolores punzantes se instalaron en muchas partes de su cuerpo. Pero principalmente era su cabeza la que le punzaba como si le estuvieran penetrando con un fierro al rojo vivo. Se sentía mareado y su vista seguía un poco nublada, conforme a más recobraba la conciencia más dolores lo azotaban. Su cuerpo herido y maltrecho también estaba despertando.

    Se intentó reincorporar. No sabía exactamente en donde se encontraba. Con una rápida mirada a su alrededor le bastó para ubicarse, aunque nunca haya estado en ese lugar no tenía que ser un genio para saber que esa era le enfermería.

    Como pudo y en contra del dolor se logró sentar un poco sobre la camilla en la que hace algunos momentos se encontrara recostado. En cuanto lo hubo logrado se encogió un poco mientras mostraba una mueca de dolor, llevó su mano lo más pronto que pudo a la zona en la que presentaba la molestia. Su costado en serio dolía. Pero en este momento comenzaba a recordar el cómo había ido a parar ahí en esas condiciones.

    Fue entonces que un nuevo dolor se presentó en él, esta vez no se trataba de un dolor físico, sino emocional. Esos recuerdos que lentamente iban invadiendo su cabeza le dañaban, lo hacían poco a poco, consumiendo parte de su ser, lastimándolo sin piedad alguna, atormentándole. Y haciendo que se preguntara de nuevo si es que había hecho mal. No lo entendía. ¿El demostrar sus sentimientos en verdad tuvo que costarle algo así?

    Sasuke se lo había dicho. Le repugnaba, él y sus sentimientos. De esa menara se empezaba a dar cuenta de que quizá el que antes fue su amigo estuviera en lo correcto. Él estaba mal, lo que había hecho estaba mal y sus sentimientos eran algo repugnante que solo daba asco. No lo pudo evitar. Al momento de pensar en ello, poco a poco las lágrimas salieron de sus azules ojos. No las podía detener, no se sentía competente para hacerlo. Se sentía débil en todos los sentidos. Mientras que iba aceptando todas las palabras crueles e hirientes que antes le habían dicho quienes lo habían agredido su pecho se encogía cada vez más, mostrándole el verdadero dolor.

    Ese dolor que no puede ser curado tan fácilmente, que es más profundo y hace más daño que cualquier golpe físico. Pero en realidad era demasiado cruel, el que en ese momento alguien de su edad lo experimentara, eso era algo que normalmente le tocaba vivir a alguien con mayor edad y experiencia en esas cuestiones. Ser lastimado de esa manera, que rompan sueños esperanza y posible felicidad, el que destrocen los sentimientos era algo para lo que no estaba preparado alguien que prácticamente era un niño.

    Pero en el amor no hay edad. Entonces en las decepciones, crueldad y en el desprecio tampoco la hay.

    Por el momento mientras el rubio seguía derramando sus lágrimas solo le quedaba aceptar lo que sería su vida de ahora en adelante. Aceptar que él había provocado todo esto y tenía que estar preparado para las posibles consecuencias, porque de algo estaba seguro, eso apenas era el comenzó de su infierno personal. Y lo aceptaría, simplemente porque estaba consciente de que era su culpa. Aceptaría la que sería su realidad de ahora en adelante solo por eso. O al menos ese era su pensar mientras seguía con su lamento.



    *****



    Solo unos cuantos minutos pasaron. Él ya un poco más calmado, se encontraba en la misma posición en la que hace un rato estuviera llorando. Continuaba con un leve gimoteo y tenía un leve temblor casi imperceptible. Los ojos enrojecidos y húmedos, junto con la misma humedad en parte de sus mejillas eran prueba suficiente para saber que había llorado. Claro, si para empezar alguien se diera cuenta, pues desde que había despertado hasta este momento se encontraba solo. No había visto a nadie, ni la enfermera que normalmente se encontrara en ese lugar.

    Algo extrañado intentó ponerse de pie. A medida que lo iba logrando, la cabeza le punzó aún más fuerte, llevó su mano hacía ella tratando con ello frenar o mitigar un poco la molestia y comprobando también el porqué de la presión que sentía en ella desde que despertó. Un vendaje alrededor de su cabeza era por lo menos muestra de que había sido atendido mientras estuvo inconsciente. Continuó con su labor de intentar ponerse de pie, en cuanto lo logró avanzó lentamente, temiendo caerse a causa de lo mareado que se encontraba se apoyó en cuanta superficie estuviera a su alcance.

    Con muchos esfuerzos llegó hasta la puerta de aquel lugar, la abrió y pudo asomarse al pasillo, encontrándoselo completamente vacío. Extrañado, rebuscó entre los bolsillos de su pantalón encontrando lo que buscaba, una rápida mirada a su celular le hizo saber que las clases acababan de terminar hace más de dos horas y media.

    Respiró profundamente, llenando por completo sus pulmones, al mismo tiempo que se encogió a casusa del dolor en su costado. Apoyándose en el marco de la puerta con una mano, llevó la otra al lugar del dolor, tal parecía que toda acción brusca o hasta mínima le provocaba dolor. Respiró más acompasadamente mientras el dolor poco a poco se hacía más soportable, en cuanto este hubo casi desaparecido comenzó de nueva cuenta a caminar, igual que hace unos momentos, apoyándose en lo que pudiera, en este caso una mano por la pared era lo que evitaba que terminara cayendo.

    Sus pasos eran lentos. Se le seguía dificultando un poco, pero al menos el mareo que sentía estaba desapareciendo. Siguió con su lento recorrido, notando lo solitario del pasillo por el cual avanzaba. No había nadie a la vista, solo era él caminando por el pasillo iluminado en un muy opaco color naranja a causa de la luz del sol que traspasaba por las ventanas. Trató de apresurarse un poco, el estar en la escuela a estar horas, y por lo que parecía, completamente sólo no sonaba nada bien.

    Intentó apresurarse, con un poco de desconfianza dejó de apoyarse en la pared. Ya no estaba tan mareado como hace unos momentos. Así que comenzó a avanzar con más velocidad, pero de igual manera no alejaba por completo la mano de la pared.

    Ya estaba cerca, solo unos cuantos metros más y llegaría a donde planeaba ir, solo necesitaba llegar al salón y tomar sus cosas para irse de ahí. Continuaba su recorrido, ahora ya sin apoyarse en nada y los pasos más firmes a comparación de cuando había despertado. Estaba por doblar a su derecha, pero otros pasos resonaron en el lugar, pasos que no eran suyos. Logró escucharlos y se quedó quieto, asomó un poco la cabeza para ver de quien se trataba, solo para ver un par de cabelleras, una azabache y una pelirroja, entrar a la oficina del director.

    En cuanto entraron el rubio también se acercó al lugar, pero él no entró. Tenía un presentimiento, pero no era un buen presentimiento, fue como si estuvieran hurgando en sus entrañas. Pegó un poco el oído a la puerta tratando de escuchar algo de lo que se decía en su interior, sabía que estaban hablando, se podía escuchar levemente aún sin estar tan cerca.

    -Bien, supongo que ya saben porque los mandé llamar. – Resonó su grave voz por toda la habitación.

    -Sí. –Respondieron al unísono los dos que apenas hace un momento habían entrado.

    -Para empezar, lo primero que quiero saber es, ¿Por qué lo hicieron? –De alguna manera Naruto comenzó a imaginarse a que se refería. –Este es un colegio respetable. No puedo permitir algo como lo que sucedió esta mañana. Y mucho menos algo así quedará sin alguna reprimenda. Ahora hablen.

    -Yo… la verdad es que no podía dejar las cosas así. Ese maldito anormal es Gay, y aparte le gusto. Yo tenía que…

    -¡Suficiente! –Por un momento la presión en el estómago de rubio desapareció. –Con eso basta. Y te comprendo, no me importa si incluso llegasen a matar a ese homosexual. –Solo para volver como si le dieran un fuerte puñetazo que le quietaría el aire. Y que no fue por recibir físicamente ese golpe, pero por ese momento se quedó sin respiración, petrificado. –Pero Sasuke, si haces algo contra ese chiquillo anormal que no sea en el colegio… o por lo menos, que nadie se dé cuenta, ¿Entendido? Pueden retirarse.

    Con eso se encendieron sus alarmas, algo en su interior gritó con todas sus fuerzas que se moviera, que se largara de ahí lo antes posible. Y de ese modo cegado momentáneamente por un cumulo de sentimientos encontrados, entre ellos el miedo principalmente, se alejó lo más pronto que sus pies pudieron al punto de casi caer de boca al momento de iniciar su carrera. Dobló por el pasillo todavía atontado, sin saber a dónde ir, dónde esconderse, tanta era su desesperación y temor por ser encontrado que casi se lanzó por la ventana, pero recordó que también podía entrar a algún salón, sin razonarlo más de la cuenta entró en por la primera puerta que estuviera a su alcance, cerrándola rápidamente, dejándose caer al suelo en cuanto lo hiciera, tratando de acallar y normalizar su respiración y dándose cuenta de que con todo lo anterior solo se había lastimado de nueva cuenta.

    El eco de pisadas contra el suelo comenzó a sonar más cercano, en ese momento un escalofrío recorrió su nuca, ¿Lo habrían visto?, ¿Lo estarían siguiendo?, ¿Lo buscaban para golpearlo de nueva cuenta? Conforme los pasos se hacían más cercanos su corazón latía cada vez más acelerado, ¿Miedo? Sí, lo aceptaba, justo en ese momento sentía miedo. Sabía que no estaba en las mejores condiciones para siquiera defenderse, sabía que eran dos contra uno y además había caído en cuenta de una última cosa que terminó por aterrarlo, ya no había nadie en la escuela, lo que significaba que incluso podían matarlo y nadie se enteraría, ¿Exagerado? Puede ser, pero estaba dentro de las posibilidades, las posibilidades que se planteaba el rubio en ente momento.

    Los pasos resonaron justo en la entrada de ese salón, en ese momento Naruto contuvo la respiración. Expectante, impaciente y con el temor recorriéndole las venas de forma fría, sentía que toda su sangre se congelaría en cualquier momento. No emitía ninguna palabra o sonido, salvo el que producía su acelerado corazón, tanto así que en ese momento creía que el sonido era tan alto que podía ser escuchado, resonando por toda la habitación y temió que los dos que estaban afuera lo escucharan. Claro que esto no era posible, el acelerado golpeteo en su pecho solo lo podía escuchar él. Después de caer en cuenta de eso, sus pensamientos regresaron aceleradamente a su situación actual. Las pisadas aún resonaban por el lugar, pera esta vez ya no tan cerca, habían pasado de largo. Pero él no se movió, solo se comenzaba a destensar conforme el sonido se iba perdiendo. Apenas hubo dejado de escucharlos por completo soltó un profundo resoplido.

    *****



    Cansado en muchos sentidos. Algo perdido y ensimismado. Seguía con su caminata sin prestarle mayor atención a su alrededor o a la persona que caminaba a su lado, claro, que siendo como él era esto no extrañaba mucho. Pero en ese momento su mente estaba en un estado de caos. Pensando, analizando, incluso reprendiéndose a sí mismo. Preguntándose si lo que había hecho era… lo correcto. Desde lo sucedido en la mañana solamente se la había pasado analizando todo lo ocurrido. Y a lo largo del día entre más lo pensaba comenzaba a dudar cada vez más y más. Pero, ¿Qué podía hacer él? Si la situación hubiera empeorado los problemas serían para él. Y al darse cuenta de que el daño, o era para él, o era para Naruto, lo pensó, dudó y al verse acorralado simplemente decidió… que tenía que ser para Naruto. Su amistad no valía lo que le sucediera a él en caso de que las cosas se salieran de control. En este caso era como arrojarse de cabeza a un abismo, o arrojar al rubio. Y él había decidido que no sería quien tenía que caer, por supuesto, jamás se disculparía con nadie, la culpa la había tenido Naruto por hacer tal estupidez, solamente con ese pensamiento dejó de dudar, el rubio se había echado la soga al cuello solo. Con eso cayó en cuenta de que había hecho lo correcto, no se retractaría de nada, jamás. O por lo menos, eso fue lo que pensó.

    *****



    Se levantó como pudo. Ya había pasado un buen rato desde que había dejado de escuchar algún sonido que proviniera de afuera de ese salón. Su cuerpo de nueva cuenta resintió el esfuerzo que había hecho al correr de esa manera. Pero ahora no le prestaría atención. Estaba seguro de que era tarde, tenía que llegar a su salón, tomar sus cosas y largarse. No quería preocupar a sus padres llegando al anochecer a su casa.

    Haciendo su mayor esfuerzo, ignorando el dolor que sintiera llegó al salón. Completamente vacío para su suerte. Tomó sus cosas y fue hacía la salida no sin antes pasar por los casilleros en donde se encontraban sus zapatos. Se abrigó antes de salir y comenzó a caminar lo más rápido que pudo, estaba demasiado cansado y adolorido, pero incluso así intentó correr. No supo cuento tiempo le tomó, pero para cuando llegó a su hogar el cielo se estaba tornando oscuro.

    Sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta, ya se esperaba algo así. Apenas entró vio a sus padres preparándose para salir.

    -¡Uzumaki Naruto! ¿Qué horas son estas de llegar-ttebanne? –Preguntó su madre con obvia molestia. La cual ocultaba por el momento su también obvia preocupación.

    -Tadaima. -Mientras se comenzaba a quitar los zapatos. Intentó por el momento no prestarles atención. Aunque sabía que era inútil, ya tenía una idea del regaño que le esperaba.

    -Naruto responde. –Esta vez habló su padre, el tono que había usado le daba a entender que no habría oportunidad de réplicas o de ignorar.

    -Solo se me hizo tarde. –Lo peor que se haya podido ocurrir, lo sabía, en parte era verdad, pero por la cara que había puesto Minato solo significaba una cosa. Quería la verdad con todos los detalles. –No me veas así es la verdad.

    -Eso ya lo sé. –Lo miró directo a los ojos. –Lo que queremos saber es por qué.

    -Por nada en especial-ttebayo.

    -¿No es nada especial tu nariz tan roja, o tu ojo morado? -¡Rayos! Ni siquiera se había visto en un espejo.

    -¡Solo me peleé! ¿Bien? –Como pudo pasó a sus dos padres y subió las escaleras.

    -¡Naruto Espe…!

    Apenas llegó a su habitación cerró la puerta con seguro. Sabía que eso no era suficiente tenía que dar una explicación, y por el momento no podía pensarla. Con eso por lo menos ganaría algo de tiempo para que se le ocurriera algo.

    No pasaron ni cinco minutos cuando Minato y Kushina entraron a su habitación, pero por lo menos ya había pensado en algo. Una historia no muy lejana de le realidad fue lo que les contó, omitiendo las cosas más importantes incluyendo el hecho de que el director daba carta de cometer homicidio, pareció ser suficiente, o por lo menos eso creyó al ver salir a sus padres después de un regaño de casi media hora. Pero algo le dijo que eso no había sido lo bastante convincente. Su padre no era alguien a quien se le pudiera engañar tan fácilmente. Pero ya pensaría eso después. Por ahora solo quería descansar. De ser posible… para siempre.

    Esa noche lloró de nueva cuenta antes de caer dormido.



    *****




    Bien después de años, traigo la continuación de este fic. No lo he abandonado, aunque parezca lo contrario. Pido una disculpa para quienes estuvieran esperando la continuación y pensaran ‘El bastardo hijo de su p*** ma*** que escribía esto ya lo olvido’ (???) pero no. Intentaré ponerme al corriente con las actualizaciones de los fic que tengo (2 por ahora) y de nuevo les pido perdón por tardar tanto. u.u
     
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