Frio.

Capítulo 12 Final+13 [Extra] (Finalizado 06/11/2014) AU, Drama, Tragedia, Angustia. (18+)

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    Lo prometido es deuda :’3 (?) acá yo con el Extra. Es así también a modo de disculpa por todos los atrasos y trolleadas con este FF x’d



    Advertencias Extra: Lemon (Sucio y perverso :’D )

    Enjoy It.

    El Inicio: Como Debió Haber Sido




    Todo parecía ir bien en ese día, se había levantado seguro de sí mismo y con una gran determinación. Llevaba varios días preparándose para esto, debatiéndose mentalmente para lo que tenía pensado hacer, algo ansioso y con nervios que hacían denotar que estaba esperando hacer algo. Algo importante, al menos para él.

    Se encontraba en estos momentos desayunando con sus padres, revolviendo aún más el huevo que se encontraba servido en su plato, haciendo denotar los nervios y algo de impaciencia que sentía en estos momentos, junto con las sensaciones corporales como el extraño hueco en el estómago que no era capaz de darle un nombre en estos momentos pero esta sensación no provocaba dolor ni vació o cualquier malestar que haya sentido antes, sino que era como tener a diminutos seres revoloteando dentro de él, las llamadas mariposas en el estómago, pero eso era algo desconocido para alguien que apenas contaba con 12 años de vida.

    Regresó de sus propios pensamientos, claro que de manera involuntaria a causa de un muy ligero golpe por parte de su madre, el cual no era para agredirlo, solo era un recordatorio de que se le estaba haciendo tarde.

    Sin pensarlo mucho y llenó con todas esas sensaciones en sus adentros, se despidió de sus padres, para ni bien escuchar la respuesta o algo parecido salir de su casa verdaderamente apresurado recibiendo de golpe una pequeña ráfaga de aire frio propio de esta época del año.

    Caminó por las mismas calles que tomaba siempre para llegar a la escuela, mas metido en sus adentros que en cualquier otra cosa. Simplemente caminaba más apurado de lo normal sintiendo el en su cara lo fresco de esa mañana, y sin realmente notarlo apresurándose un poco más a cada paso que daba. Las ansias lo carcomían lentamente y se encontraba cada vez más ansioso por reducir el trayecto a su destino.

    No, no era que le apasionara la escuela o algo por el estilo, la única razón para apresurarse en un día como este no era otra que cumplir con lo que se había guardado por algún tiempo; no era otra cosa más que llegar a su destino y cumplir con el propósito que se había impuesto apenas la noche anterior.

    No era otra cosa más que apresurase a ver a esa persona, a la que siempre estuvo viendo con ojos de rivalidad y más recientemente de amistad. Pero que con algo de lógica y un arduo pensar de su parte había descubierto hace cosa de nada que para él ser su rival o tener su amistad no era suficiente, él quería más, algo más lejos que ser su amigo, él quería lo que escuchándolo de voces más grandes llamaban amor.

    Era algo que solo se guardaba para sí mismo, era que por primera vez en sus recién cumplidos doce años de vida le pasaba, por primera vez se había enamorado, o al menos lo que para alguien de su edad se podía llamar amor.

    Esa era la razón de su apuro y causa de estar algunas noches pensándolo, había decidido apenas hace unas horas que se le declararía a las persona que en esos momentos ocupaba un lugar importante en sus pensamientos y dicho de forma cursi, en su corazón.

    Con todos esos pensamientos ocupando la mayor parte de su cabeza, había llegado a la escuela sin darse cuenta cómo. Sacó un celular del bolsillo derecho de su pantalón solo para darse cuenta que era demasiado temprano, esto junto con el percatarse de que no había nadie más en los alrededores le hicieron darse cuenta de que había sido el primero en llegar. Respiro con algo de cansancio y se dirigió al que era su salón de clases, trató de tomar el lado positivo de esto, tenía por demás sabido que la persona a la que pensaba confesársele era de las primeras, o la primera en llegar al salón, así que viéndolo de ese modo tendrían un poco más de privacidad cuando lo hiciera.

    Tomó asiento en el que era su lugar dejando los libros y cuadernos de la primera hora bajo el pequeño escritorio. Y se comenzó a esperar tratando de relajarse un poco y disminuir los nervios que con el paso del tiempo empezó a sentir. Puso los antebrazos en la mesa y sobre estos dejó caer su cabeza.

    No paso mucho tiempo cuando escuchó la puerta abrirse y levantando su cabeza y enfocando la mirada un poco, pues había cerrado momentáneamente los ojos, pudo percibir que era justamente la persona a la cual esperaba. Ahora con los nervios a tope decidió que era ahora o nunca el momento para hacer lo que tenía planeado, darle a conocer sus sentimientos.

    Se levantó decidió. Por un momento vaciló en se elección, pero en el mismo segundo se recompuso, esta era la hora, era el momento; mejor dicho, era ahora o nunca.

    Pasos firmes decididos, su corazón latiendo a mil por hora, tanto que lo sentía casi en la garganta, las manos le comenzaron a sudar y el hueco en el estómago se agravo. Pero aun así no daría vuelta a atrás. Lo demostró al pararse en frente de esa persona, lo demostró en el momento que encontró su mirada con la ajena y lo demostró al comenzar a hablar.

    - Yo… tengo algo que decirte. –Expresó algo nervioso, pero decidido.

    - ¿Y qué es? –Contestó algo intrigado –Pero, ¿Por qué tan temprano?, ¿Te caíste de la cama?

    - No, yo… lo que pasa es que en verdad necesito decirte algo importante.

    - Bien, habla.

    - Lo… lo que pasa es que… -A medida de que seguía hablando las mejillas se le iban enrojeciendo.

    - … -Por su parte la persona al frente suyo lo miraba algo expectante.

    - Tú “¡Vamos, puedo hacerlo!” –Se daba ánimos mentalmente.

    - Ya dilo, me empiezas a desesperar.

    - ¡Lo que pasa es que tú me gustas! –Soltó de una vez con los ojos cerrados y en voz tan alta que rozaba un grito.

    El aula se quedó en completo silencio, nada aparte de los acelerados latidos de su corazón se podían escuchar, mantenía los ojos cerrados todavía evitando con esto ver la cara de esa persona, quien estaba en estos momentos con un gesto de impresión que nunca antes había mostrado. El tiempo pasaba y en el salón todo seguía en completo silencio, en estos momentos nada lo interrumpía y él estaba tentado a abrir los ojos y ver la expresión de esa persona, pero por ahora no se sentía capaz, lo único que sentía por ahora era su pulso a tope, la sensación de tener algo en la garganta y las mejillas en exceso calientes.

    Por otro lado la persona que también se encontraba enfrente de él seguía atónita, esto nunca lo vio venir, ni en algún loco pensamiento lo habría imaginado. No le daba cabida a la impresión que le provocó un momentáneo shock del que todavía no podía salir. El que se le confesara de esta manera era justo lo que...

    - Yo… t-tú… tú también me gustas, dobe –Lo que siempre quiso.

    - En-¿Enserio? –Fue cuando cayó en cuenta de algo. –Pe-pero cuando digo: me gustas, me refiero a…

    - ¡Ya sé a lo que te refieres, pedazo de usuratonkachi! –Espetó con la cara roja –Y sí, me gustas de esa manera. Así que, mph…

    No pudo seguir hablando, algo se estampó contra su boca, le tomó unos segundos procesar la información. Y entonces se dio cuenta de que Naruto lo besaba. Fue un contacto burdo y simple. Solo tenían los labios unidos, y que de igual manera que como comenzó, finalizó. Tras unos cuantos segundos el rubio se apartó de un muy rojo Sasuke, tan rojo como él mismo.

    - ¡Tarado! –Insultó el pelinegro.

    Naruto solo sonrió algo apenado, para después volver a tomar asiento.

    Y sin darse cuenta una pequeña sonrisa se formó en la cara de Sasuke. Algo, no supo que, le decía que había tomado la decisión correcta.



    |+|+|+|+|+|

    …………………………



    Apenas abrió la puerta se permitió soltar un suspiro de auténtico cansancio. Avanzó unos pasos por el pequeño departamento hasta llegar a la sala, que solo constaba de dos sillones y arrojó su mochila a uno de ellos. En el otro sillón que era más grande se dejó caer él. Cerró los ojos e intentó destensar su cuerpo. Había tenido un día bastante ajetreado, así que se permitió relajarse y sin darse cuenta se comenzó a quedar dormido.

    El sonido de la puerta al ser abierta llegó a sus oídos, interrumpiendo su intento por conciliar el sueño.

    - Tadaima –Escuchó desde la puerta. Al igual que unas pisadas que se iban acercando.

    - Okaeri –Respondió con desgano cuando el otro llego hasta donde él se encontraba.

    - No te quedes dormido, dobe –No necesitó verlo para saber que tenía esa sonrisa en el rostro.

    - Bastardo –Insultó sin abrir los ojos –Estoy cansado.

    - Bien –Se acercó un poco y se posicionó sobre el rubio y sin más, lo besó –Yo haré de cenar

    - Gracias.

    - No lo hago por ti –Mientras se alejaba –Es porque no quiero más Ramen.

    - ¡Serás…! –Para cuando volteó Sasuke ya se encontraba moviéndose por la cocina.

    Después de eso no paso mucho tiempo para que se pusieran a cenar. El transcurso de esta pasó entre platicas de cómo le había ido a cada uno, algunos monosílabos por parte de Sasuke y berrinches de Naruto. Aun así, ambos estaban felices. Pues hoy por así decirlo era un aniversario. Ya habían pasado ocho años desde la vez que Naruto había decidido confesar sus sentimientos.

    Ocho años transcurrieron, entre amor, algunos desacuerdos y dificultades que superar como personas y como pareja, las peleas no faltaron, al igual que las reconciliaciones. Porque en el transcurso de ese tiempo se habían dado cuenta que con nadie más podían sentirse como cuando estaban el uno con el otro, aunque sonara malditamente cursi, ellos se complementaban. Se amaban, se cuidaban y velaban por el bienestar del otro. Y a pesar de que no demostraban su afecto en forma melosa, todos a su alrededor sabían que se amaban de verdad, porque con ellos no era necesaria la dulzura empalagosa, de esa que casi da diabetes con solo verla, se amaban a su manera y lo sabían.

    Ahora el rubio se encontraba recostado en la cama que compartía con Sasuke, los ojos cerrados su expresión era de cansancio, pero a la vez se veía feliz. Salió de su cavilación cuando escuchó una puerta se abierta y cerrada.

    Abrió uno de sus ojos y se topó con una vista que le pareció bastante agradable. Sasuke, quien acababa de salir del cuarto de baño, con una toalla atada a sus caderas y otra más que ocupaba para secar su cabello, gotas de agua recorrían su algo marcada musculatura por sobre su blanca y perfecta piel, deslizándose algunas hasta llegar al borde la toalla. Sin darse cuenta el rubio sacó su lengua humedeciendo sus labios. Cosa que fue percibida por Sasuke.

    - Qué, ¿Se te antoja, dobe? –Preguntó con algo de burla.

    - Por supuesto que sí-ttebayo –Respondió, abriendo por fin los ojos. Gateando por la cama acercándose hasta el azabache.

    - ¿Qué quieres hacer? –De igual manera acortó la distancia a con su rubio.

    - Más bien, que quiero hacerte. –Tomó a Sasuke de la nuca atrayéndolo un poco.

    - Veamos que puedes “hacerme”, usuratonkachi –Fue él quien terminó por desaparecer esa pequeña distancia, estampando su boca con la contraria.

    Fue así que comenzó, con un beso hambriento y demandante. Ambos con algo de desespero, se fundían en un beso húmedo, en donde las lenguas hicieron aparición para entrelazarse entre ellas. Naruto un poco más atrevido e permitió morder el labio inferior de Sasuke, quien también se permitió medio gemir entre el contacto. Maldijeron la falta de aire que los obligó a separarse.

    Ambos visiblemente deseosos el uno del otro. Se vieron por un momento a los ojos, para después sonreír. Naruto atrajo con más fuerza al ojinoche, quien cayó sobre él acomodándose entre sus piernas, la toalla que Sasuke llevaba peligraba con desaparecer y descubrir por completo su anatomía. Igual no le importaba y volvieron a besarse, en esta ocasión de forma más lenta y acompasada, disfrutando del sabor ajeno, el cual ya conocían demasiado bien cabe mencionar, pero era tan adictivo para cada uno.

    El rubio comenzó a recorrer la amplia y desnuda espalda de su moreno, moviendo sus ávidas manos por todas partes. Al mismo tiempo Sasuke dejó de devorar su boca y pasó al cuello bronceado, lamiendo, mordiendo, succionando todo a su paso, cosa que en serio ponía al ojiazul y lo hacía suspirar con gusto. Naruto subió una de sus manos hacía la nuca del pelinegro atrayendo de nueva cuenta a este a un beso, que terminó con un lametón a los labios de Sasuke.

    Se separó un poco de su amante y se incorporó lo suficiente para quitarse la pollera que lleva puesta, mostrando de igual manera un cuerpo, no marcado en exceso, pero que causo deleite en Sasuke, quien se quedó algo embobado.

    - ¿Se te antoja, teme? –Preguntó de la misma manera que lo hiciera Sasuke hace unos momentos.

    - Ni que estuvieras tan bueno, dobe

    - Tch, ¡Eres un…! Mphh…

    Sasuke lo besó de improvisto, tumbándolo de nuevo sobre la mullida superficie.

    - Algún día admitirás algo hacía mí –Preguntó Naruto al separarse con reproche fingido y el entrecejo algo fruncido.

    - Lo hice el día que te me confesaste hace ocho años –Le dedicó una mirada cargada de sentimientos, sentimientos que le decían tantas cosas a la vez. –Pero si es lo que deseas, está bien. Te lo diré…

    - Espera, no es… MMnnhp –Sasuke le besó de nueva cuenta.

    - Sí, se me antoja tu cuerpo –Acarició con la mano parte del pecho del rubio, deteniéndose en uno de sus pezones para apretarlo.

    - Ggnnmm –Naruto ahogó un gemido.

    - Te deseo –Fueron ahora sus labios los que se encargaron de atender el otro pezón

    - Aaah

    - Me calientas como no tienes idea –La toalla fue arrojada, revelando la desnudes de Sasuke, y su pene ya erecto. Tomo una de las manos de Naruto y la dirigió hacia su hinchada verga. –Tú provocas esto, dobe… aaahhh –Gimió ante el contacto del ojiazul, quien movió su mano de arriba abajo por la extensión.



    Fue su límite. Como pudo, Naruto intercambió posiciones, quedando arriba del pelinegro. Con desespero se deshizo de lo que quedaba de su propia ropa, para quedar en las mismas condiciones que su moreno. Deseoso, desesperado y muy caliente. Sasuke lo ponía, le provocaba eso en tan solo unos segundos.



    No dijo nada estaba ya muy ansioso. Dirigió una mirada al cuerpo debajo de él, ahí tendido, mostrándose desnudo ante él, sorrajado, jadeante. Dirigió su azulina mirada hacia más abajo, encontrándose con esa parte de Sasuke, muy dura, bastante hinchada y ya empezaba a gotear. Su lengua salió, mojando su labio superior, saboreándose con antelación a lo que iba a hacer.

    - Dobe, pervertido. –Escuchó decir al causante de su desespero.

    No respondió. Tan solo le dedicó una última mirada antes de descender de lleno a la entrepierna, de Sasuke y meterse sin preámbulos su pene a la boca.

    - Aaahhh –Gimió de sorpresa al sentir la humedad y calidez envolviendo por completo su falo –Mmmng –Apretó sus manos en un intento de controlar el placer recibido. Naruto había comenzado a succionar, mientras movía su boca de arriba abajo, con una de sus manos masturbaba la parte que no alcanzaba a entrar en su boca y con la otra se encargaba de apretar con cuidado sus bolas.

    Comenzó a gemir con más fuerza, más alto, con descontrol. Al tiempo que la atención en sus bajos igualmente aumentaba, abrió sus piernas cosa que Naruto aprovechó para comenzar a rozar con sus dedos la entrada de Sasuke, el cual se deshacía entre gemidos, jadeos y maldiciones. La saliva escurría por el pene del pelinegro, pasando por sus testículos e iba a parar hacía en medio de sus nalgas, sirviendo de lubricante para los dedos que ya estaban en su interior.

    - Na… Naruto, aahn… espera –Pidió sintiéndose cerca del orgasmo.

    - Umh –Sacó el pene de su boca y paró de mover sus dedos en el culo del pelinegro -¿Por qué?

    - Porque hoy quiero terminar dentro de ti. –Atrajo al rubio para besarlo, más lento y pausado –Hoy también quiero hacerte el amor.

    - … -Naruto se quedó callado, y sorprendido ante tal confesión –Así que… hoy estás cursi ¿Eh? –Le sonrió.

    - … ¡Cállate y fóllame de una puta vez!

    No hiso falta otra orden. El rubio tan solo dirigió su muy erecto y desatendido miembro hacia la entrada del ijinoche. Entró lento, muy lento creyó Sasuke. Lo conocía muy bien, Naruto era impulsivo en todo, más en el sexo, era desenfrenada, salvaje, casi como un animal salvaje. Verlo hacer eso era muy raro, en contadas ocasiones sucedía. Y eso era cuando…

    - ¿Quién es el cursi ahora? –Abrazó al rubio por el cuello.

    - Dijiste que querías hacer el amor. –Lo besó.

    - Idiota, yo unmm… -Se estremeció al sentirlo por completo dentro –Yo dije que quería ‘hacerte’ el amor –El rubio comenzó con el vaivén, entrando y saliendo de él –Pero has, aah… lo que se te antoje, cursi.

    El rubio ya no respondió, solo se dedicó a envestir algo pausado pero constante contra su pelinegro. La habitación se llenó de gemidos por parte de ambos. Sudorosos, extasiados, excitados, se movían ambos de forma coordinada. Ahora el azabache sobre el rubio, se auto penetraba impulsándose con las piernas, ayudado por el rubio que lo tenía sostenido de las caderas y de vez en cuando lo tomaba del trasero.

    El clímax para el rubio llegó, quien gimió y se estremeció al momento de correrse dentro de Sasuke.

    Llenos de sensaciones, el cuerpo le hormigueaba. El efecto del orgasmo por ahora nublaba sus sentidos y su entrepierna dio un último respingo al sentirse privada de la estreches de su teme. Apoyó su cabeza en la mullida almohada, mientras atraía a Sasuke para volverlo a besar.

    - Hazme lo que quieras –Mencionó entre el beso para después sonreírle.

    Ante esas palabras el pelinegro tan solo le dio otro beso. Para después descender directamente hasta la entrepierna del rubio. Sin ningún preámbulo dirigió su boca a la entrada del otro, hundiendo su rostro y más específicamente su lengua, se abría paso entre la estreches, como fondo tenía los gemidos descontrolados de su dobe. Se adentraba, exploraba, mientras que la cavidad se contraía y se expandía por el placer de que le brindaba el contacto tan más íntimo.

    Paró de improvisto, desconcertando por unos segundos al ojiazul, quien en cosa de nada entendió por completo y así, sin ningún tipo de descaro o pudor, abrió lo más que pudo las piernas, en donde Sasuke se hiso espacio para comenzar a introducirse en él.

    Los gemidos volvieron a hacer aparición, llenando por completo el espacio. De nueva cuenta, al igual que el vaivén. Sudor, y más fluidos en sus cuerpos, marcas que no se borrarían en días. El placer en la primitiva acción, más la calidez que provocaba el simple hecho de hacerlo el uno con el otro. Afuera de la habitación hacía un frío terrible, pero dentro de esta ellos se brindaban calor, tanto como para no prestarle atención en lo más mínimo al clima de afuera.

    Ahora se encontraban ambos de rodillas sobre la cama. Sasuke detrás de Naruto aun penetrándolo, el rubio solo volteaba su rostro para poder besar al moreno acunando el rostro de este con una de sus manos. Por su parte el pelinegro siguió arremetiendo, chocando su pelvis con las nalgas del otro provocando un sonido obsceno, lo envistió con más brío al sentirse cerca del tal anhelado clímax, tomándolo de las caderas y hundiendo hasta lo más profundo de Naruto cuando se esperma comenzó a salir.

    Ambos cayeron. El rubio y el hora agotado pelinegro. Respiraban algo agitados. Sasuke se separó un poco de el de ojos azules para salir de su interior. Volvió a una posición más cómoda y abrazó al rubio por la espalda, este ante tal acción se volteó quedando de frente. Más miradas significativas, se perdieron un los orbes ajenos, sintiendo una agradable calidez en su interior. Entonces se besaron una vez más.

    - Te amo –Articuló el rubio apenas se separaron.

    - Eso ya lo sé –Escondió su rostro en la curvatura del cuello de Naruto.

    - Bastardo –destruye-momentos-románticos –Aun así, estaba sonriendo.

    - Me amas como yo te amo a ti –Se apegó más al cuerpo contrario.

    - Oye, Sasuke –Mencionó de pronto Naruto –Te has puesto a pensar, ¿Qué habría pasado si me hubieras rechazado hace ocho años?

    - No… -Levantó la mirada –Pero nunca lo sabremos, así que mejor cállate y duerme.

    No le alegó más al pelinegro. Ahora no tenía sentido pensar en eso. Como Sasuke decía, nunca lo sabrían, quizá solo eran tonterías.



    END

    **********



    Serán ideas mías o ¿El extra me quedó más largo que el FF entero hasta el capi 12? x’d (?)

    Bueh, por ahora solo me queda agradecer. ¡Mil gracias a Todas/os! Casi un año con este proyecto (Que creí que no lo podría finalizar) pero me motivaron sus visitas y comentarios. Agradezco en serio su tiempo al pasarse a leer y/o comentar. :’D

    Un abrazo, o un beso –lo-que-guste- me despido.



    ¡Gracias por haber leído!
     
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63 replies since 8/12/2013, 02:12   2548 views
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