-Enamorandote.

Sasuke y Naruto se ven obligados a casarse a muy temprana edad. Han pasado tanto tiempo reprochándose todo, que olvidaron cuanto se amaron en aquel tiempo, por motivos ajenos a la voluntad de ambos, s

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  1. Sabaku noo Gaa
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    Fobias...

    Mitsuki estaba entre molesta y frustrada mientras caminaba por los pasillos solitarios del colegio, había llegado de nuevo el viernes y en pocas horas tendría su momento para comunicarse legalmente por las computadoras del colegio.

    Se sentía frustrada, todo le había salido mal, su tío Sai se había negado a ayudarla, después de la conversación clandestina que había tenido con el, Sai le había escrito un correo electrónico, explicándole mejor el por qué no podía irse sola a casa, explicándole los peligros y diciéndole que si tenía un poco de paciencia pronto vería que en casa nada estaba pasando.

    Mitsuki logró contestar el correo intentando calmarlo con las palabras que escribió, ya que no quería que Sai llamara a casa para contarle a su mamá sus planes, pero nada nuevo se le ocurría para salir de aquel odioso internado.

    Ya una semana había pasado desde la conversación y ella seguía como siempre, sola, aburrida y nerviosa por que sabia que algo estaba pasando en casa, a veces pensaba que su colegio para Señoritas y Donceles parecía mas bien un reformatorio.

    Bufó obstinada mientras, en el patio central de la escuela pateaba algunas piedrillas, ya la mayoría de las niñas se habían ido, tanto las semi-internas, como las internas que pasaban el fin de semana con sus familiares.

    Todos los viernes veía con nostalgia, como todas las chicas del colegio iban corriendo emocionadas a recibir a sus padres y aunque sabía que era imposible, siempre imaginaba a sus papás entrando por esa puerta, saludándola e indicándole que la llevarían a casa, para jamás tener que volver a ese colegio, tan frío y alejado de donde quería estar.

    Una lagrima se deslizó por la mejilla de la chica mientras veía como, a una chica pelinegra, la venían a buscar los que parecían sus abuelos y su hermana, se volteó dándoles la espalda furiosa, daría lo que fuera por salir de ahí, por estar con sus padres, por estar en su casa.

    -"Así que ahí estas" dijo una voz a su costado, Mitsuki no tuvo que voltearse para identificarla, se secó las lágrimas del rostro y habló sin voltear a verla.

    -"No me molestes Anko, no estoy de humor" dijo y empezó a caminar.

    -"Aun me debes" dijo batiendo su cabellera.

    -"De. Ja. Me en paz" dijo Mitsuki separando las palabras, Anko venía a cobrar el supuesto favor y Mitsuki aun no quería admitir que le debía uno.

    -"Te espero en la puerta de la biblioteca a media noche" dijo la castaña sin prestarle atención a la actitud de Mitsuki.

    -"No voy a ir a ningún lado, ahora ¡déjame!" gritó Mitsuli encaminándose de nuevo, Anko corrió y la sujetó por un brazo, Mitsuki intentó pero no pudo zafarse.

    -"No te hagas la lista conmigo pecosa" le dijo la niña furiosa, Anko tenía un año más que Mitsuki y ahora era mas alta que ella.

    -"Vas a ayudarme o le digo a todos lo de los expedientes"

    Mitsuki se sacudió violentamente.

    -"¿Cual es tu ataque con los expedientes? ¡Lo que hice fue llamar por teléfono!" dijo atacada de las constantes amenazas.

    -"Voy a decir de los expedientes por que eso es en lo que me vas a ayudar, vamos a buscar los expedientes de las estudiantes" Mitsuki vio con terror a Anko,

    -"¡Estás loca!" le dijo retrocediendo, "no puedes hacer eso, nos van a castigar" Anko puso los ojos en blanco.

    -"No nos verán tonta" dijo exasperada, "tengo todo muy bien planeado, sólo necesito unos ojos vigilantes, eso es todo" completó encogiéndose de hombros.

    -"¿Por qué yo?" preguntó Mitsuki, lo que estaba mas claro que el agua, era que ellas no se llevaban bien, por lo que Mitsuki no entendía ¿por qué se empeñaba en pedirle eso?

    Anko se encogió de hombros, revisando sus uñas pintadas de rosado fresa.

    -"Estoy varada este fin de semana aquí" dijo con una mueca de asco, "y ya que tu vives aquí metida, eres la mas… como decirte, accesible" dijo manteniendo la misma actitud, Mitsuki la veía realmente furiosa y Anko agregó "además, eres una de las perdedoras, pensé que querías ser popular" dijo encogiéndose de hombros.

    -"Yo no soy una perdedora" dijo Mitsuki furiosa.

    -"Oye" dijo Anko levantando sus manos, "yo sólo digo lo que oigo, te estoy ofreciendo una oportunidad, deberías aprovecharla y demostrar que no lo eres" dijo colocándose una mano contra la frente, haciendo una L. Mitsuki sintió que temblaba de rabia.

    -"Media noche" le dijo, Anko sonrió complacida, había sido tan fácil manipularla, dio media vuelta y le habló por encima de su hombro.

    -"Al frente de la biblioteca" dijo mientras caminaba por los enormes pasillos.

    Mitsuki se dio algunos toques en la frente, había caído como una tonta, pero ahora no podía echarse para atrás

    Respiró profundo y se fue en dirección contraria a la que había tomado Anko. Se decidió por visitar a Kaede, la chica que hacia la repostería en la cocina.

    Para cuando el reloj de su cuarto marcó las diez a las doce, Mitsuki salió de su habitación rumbo a la biblioteca, debía caminar con cautela, a lo largo de los pasillos habían cámaras de seguridad, las que todas las estudiantes llamaban las rojas dado que prendían un pequeño bombillo de ese color vigilando perennemente los pasillos.

    No era la primera vez que Mitsuki salía de noche de las habitaciones, a veces iba a visitar a Chitose, otra de las mujeres que trabajaba en la cocina, era mayor y muy dulce y le regalaba algunos snacks en noches de insomnio, o a veces (aunque no tan tarde como ahora) iba con Zetsu, el jardinero y celador que sacaba los enormes perros que cuidaban los jardines del enorme colegio, Zetsu algunas veces le permitía a Mitsuki alimentar a los animales, ella adoraba los perros aunque nunca la habían dejado tener uno propio, pero se conformaba consintiendo de vez en cuando a los dos enormes Pastores Alemanes que cuidaban los patios internos y a veces también veía a los cuatro Mastines Napolitanos que cuidaban los jardines externos, a esos los llamaban los guardianes del colegio.

    La niña de diez años, sorteó con una precisión sorprendente a las rojas que adornaban los pasillos de las habitaciones, corrió escaleras abajo, y salió del área de dormitorios, corrió velozmente por uno de los pasillos, y pudo ver en el jardín que quedaba a su derecha, a Pakun y Akamaru (la pareja de pastores alemanes) corriendo por el patio interno del colegio.

    Mitsuki finalmente se vio en el edificio de estudios, llegó a las escaleras y subió los tres pisos que la separaban de la biblioteca, los pasillos eran mucho mas oscuros y tenebrosos de lo que parecían de día, el colegio era antiguo y su decoración era sombría, además tenía demasiadas armaduras y estatuas, que, a la luz de la luna, proyectaban sombras realmente espeluznantes.

    Finalmente despuntó en el enorme y alto pasillo de la biblioteca, Anko no estaba.

    Mitsuki mordió su labio considerando la posibilidad de regresarse a su habitación de nuevo, había tenido demasiado éxito al que nadie la detectara, luego pensó que a lo mejor Anko le había tendido una trampa, quizás le había dicho a alguien de los superiores para que la castigaran, tan sólo que ella había llegado más temprano.

    Dio media vuelta, dispuesta a regresarse por el mismo camino, pero entonces escucho ruido desde el lado opuesto del pasillo de escape, se pegó de una de las paredes, rezando por parecer invisible.

    -"Veniste minina" dijo Anko para el alivio de Mitsuki, salió de las sombras y encaró a la chica.

    -"Estaba por irme" Anko colocó los ojos en blanco, ambas hablaban en susurros.

    -"Deja de hablar estupideces y vamos" dijo Anko caminando mas allá de la puerta de la biblioteca.

    A Mitsuki cada vez le gustaba menos lo que estaban haciendo, pero cada vez que daba un paso, parecía imposible echarse para atrás.

    Ambas niñas bajaron por unas rampas al nivel inferior, sortearon algunos pasillos y llegaron finalmente a la entrada de la dirección del colegio, Anko se giró encarando a Mitsuki.

    -"Espera aquí" le dijo Anko mientras con una llave, que Mitsuki prefirió no saber de dónde había sacado, abría la puerta perdiéndose en el interior de la dirección.

    La chica de cabello azabache se quedo asustada viendo a los lados en el pasillo, Anko había entrado con una linterna y ella se quedó en la penumbra del pasillo, mordió sus uñas nerviosa esperando que nadie la viera, paso cerca de media hora y Anko no salía, Mitsuki moría de nervios y rodando los ojos entró a la dirección.

    -"¿Anko?" llamó en voz baja "¿te vas a demorar mas? Debemos regresar a las habitaciones"

    Nadie contestó, la puerta de la dirección, daba a un pequeño recibidor con sillas donde las estudiantes podían esperar para ser llamados, luego había una puerta baja, que daba a las oficinas, la de la derecha era la consultora de las niñas y la de la izquierda era la sala de los profesores, donde pasaban el tiempo entre clases, la del fondo era la del la madre superiora, ahí dentro había otra puerta que daba con el archivo, donde Mitsuki imaginó que debía estar Anko.

    Caminó con cautela por el pasillo, buscó en el techo a ver si habían algunas rojas pero no vio ninguna, llegó a la puerta de la superiora y giró la perilla entrando.

    -"Anko" llamó.

    -"¿No te dije que esperaras afuera?" preguntó la voz de la chica un tanto obstinada.

    -"Te demorabas años, ¿qué tanto haces?" preguntó Mitsuki caminando hacia ella.

    Anko colocó sus ojos en blanco, pero estaba algo perdida en lo que buscaba, así que prefirió utilizar la ayuda de su acompañante.

    -"Busca allá" dijo señalando unos archivos de metal.

    -"¿Qué estoy buscando?" preguntó Mitsuki caminando hacia los archivos.

    -"Estas buscando mi expediente, ni se te ocurra abrirlo, simplemente avísame si lo vez"

    Mitsuki abrió las gavetas tratando no hacer ruido, buscó y descifró que las carpetas estaban ordenadas alfabéticamente, ¿cómo entonces Anko no había encontrado su expediente?

    Paso como loca las carpetas y consiguió una que decía Umino, la sacó llamándole la atención lo gruesa que era, pero antes de decirle a Anko que lo había encontrado, algo llamó su atención, una carpeta antes a la de Anko decía Uchiha, Mitsuki, su curiosidad pudo más y tomó la carpeta, entonces se giró a decirle a Anko y se fijó que la chica estaba buscando algo diferente, la chica estaba buscando las notas de los últimos exámenes.

    -"¡Anko!" llamó la niña atacada, ¿Anko iba a cambiar las calificaciones?

    Pero ambas niñas se quedaron petrificadas al oír voces fuera de la oficina, Mitsuki tomó las carpetas y cerró el archivo, bajándose de la silla donde se había subido para alcanzarlos, Anko repitió los movimientos y ambas se quedaron viendo hacia la puerta temblando de miedo.

    Las voces llegaron a la primera sala de la dirección, alguien había entrado, las luces se encendieron haciendo que las niñas dieran un respingo, Mitsuki reaccionó primero, vio a sus lados y encontró una ventana, corrió apresurada a ella y buscó como loca el seguro para abrirla.

    -"¡Anko!" la llamó en un susurro "muévete, ¡tenemos que salir de aquí!" le dijo apremiante mientras buscaba desesperada el seguro de la ventana, lo encontró y con ambas manos levantó la ventana, lanzó las carpetas y sacó el cuerpo dispuesta a dejarse caer en los jardines, como estaban en la planta mas baja del internado, la distancia no era muy alta.

    -"¡Anko!" volvió a gritar extendiéndole la mano, la niña reaccionó, pero no tomó su mano, corrió y salió primero de la dirección, Mitsuki sacudió la cabeza, vio como Anko caía en el césped y empezaba a correr, Mitsuki se dejó caer entonces inmediatamente después, tomó las carpetas y corrió tras su compañera de estudio.

    Tenían que salir de la vista de la dirección, acababan de prender una luz en el cuarto donde las chicas habían estado cinco minutos antes.

    Corrieron apresuradas, pero no recordaron un detalle, era de noche y estaban en el patio de la escuela, eso quería decir que los perros estaban sueltos.

    Pakun y Akamaru que estaban echados en la mitad del patio levantaron la cabeza en dirección de las chicas al ver el movimiento, Mitsuki aminoró la velocidad para que los perros la reconocieran, en su defecto Anko se quedó inmóvil en medio del patio, los pastores alemanes se colocaron de pie, dando un gruñido de advertencia.

    Anko empezó a respirar tan agitado que Mitsuki se giró a verla asombrada.

    -"Quítalos" dijo entre dientes "has que se alejen", los perros se acercaron y Anko se sentó en el suelo enterrando la cabeza en sus brazos mientras se balanceaba como loca hacía adelante y atrás.

    -"¿Anko.que sucede?" preguntó Mitsuki asustada a su lado.

    -"Lo... loos, Pe... perros" dijo la chica temblando desesperada.

    Todo pasaba muy rápido, las luces de la dirección se apagaron y Mitsuki escuchó como alguien corría por los pasillos, Anko parecía tener un ataque de pánico en la mitad del jardín y Mitsuki cargaba encima dos carpetas con los expedientes de ellas, no podían atraparlas.

    -"No te harán nada, tenemos que movernos" le dijo a Anko en medio de los nervios, Mitsuki era asmática y creía que tendría una crisis en cualquier momento.

    -"No, no puedo moverme" dijo la castaña, Mitsuki vio como Pakun y Akamaru ya estaban a escasos pasos de ella.

    -"No voy a dejarte aquí" le dijo Mitsuki, "¡Camina!"

    Las luces bamboleantes de linternas empezaron a iluminar precariamente el patio, si no salian de ahí, las iban a atrapar y a ninguna le interesaba pasar el resto del fin de semana en la detención del internado, Mitsuki se acercó a Anko haciéndola parar.

    -"¡Camina!" le dijo furiosa "mantente detrás de mi"

    Anko se encontró de pie, sintiendo como temblaba cada musculo de su cuerpo "Confía en mi" le dijo Mitsuki asombrándola de repente "no dejaré que te hagan nada, toma" le extendió las carpetas, Anko las tomó parpadeando "ahora sígueme" le dijo mientras caminaba por los bordes del patio.

    -"¡Pakun! ¡Akamaru!" los llamó en voz baja, los pastores la reconocieron y se le acercaron meneando las colas, ella los acarició un poco ignorando el respiro acompasado de Anko a sus espaldas, tomo a ambos animales por el collar y los llevó corriendo hacia la entrada de las habitaciones, tenía que salvar el pellejo de ambas y alejar a los perros de Anko, la cual les tenía un miedo terrible.

    Mitsuki corrió hacia la reja más cercana e hizo que los perros entraran alejándolos de Anko que continuaba temblando en otro límite del jardín, con las mismas, cerró las rejas detrás de ella y corrió hasta donde había dejado a su compañera, la tomo de la mano y corrió hacia las habitaciones, halándola, sin mirar atrás.

    Para cuando iba llegando al final del pasillo, logró ver como encendían las luces del patio central del colegio, Anko finalmente pareció reaccionar, y empezó a correr más a prisa.

    Mitsuki llegó al pasillo de su habitación y se pegó a una de las paredes, colocó un dedo contra su boca señalándole a Anko las rojas en el techo, ambas niñas sortearon las cámaras y finalmente entraron a la habitación respirando aceleradas, Anko se asomó por la ventana intentando ver si alguien las había descubierto, el patio quedaba muy lejos y no podía ver que sucedía

    Mientras Mitsuki se quitaba el suéter por la cabeza, con respiración casi asmática, buscó su inhalador revolviendo sus gavetas, su respiración se tornaba dificultosa y la angustia que tenía no la ayudaba.

    Anko, que ya parecía ser la de antes del ataque de pánico con los perros, se giró a verla sorprendida, Mitsuki encontró finalmente el pequeño inhalador y lo colocó contra sus labios, hundiendo el dispensador.

    Después de dos inhalaciones y de sentarse en su cama pensando en cosas bonitas, como le decía su papá cada vez que sufría una crisis asmática, empezó a respirar con un poco más de calma.

    -"¿Qué es eso?" preguntó Anko señalando su medicina en la mano.

    -"Un inhalador" dijo Mitsuki tratando de respirar cada vez mas profundo "soy asmática" agregó "cuando me altero mucho me da una crisis" tenía los ojos cerrados concentrándose en respirar, Anko volvió a asomarse por la ventana.

    -"No creo que nos hayan descubierto" dijo "no veo a nadie acercarse"

    Mitsuki abrió los ojos "yo tampoco creo que nos hayan visto, los celadores nocturnos no son tan buenos" agregó con conocimiento "pero si descubren que faltan los expedientes estaremos en problemas"

    Anko.caminó hasta donde había dejado las dos carpetas en el escritorio de estudio de Mitsuki.

    -"Yo sólo te dije que tomaras mi expediente" Mitsuki se encogió de hombros.

    -"El otro es mío, puedo leerlo si me provoca" completó encogiéndose de hombros, Anko se cruzó de brazos.

    -"Eres mas valiente de lo que imaginé pecosaa" Mitsuki la vio entre sus pestañas.

    -"Pues tu, le temes a los perros, eso no me lo esperaba" Anko dio un escalofrío con temor.

    -"No voy a explicarte mis fobias a esta hora" dijo tomando su carpeta "me voy" argumentó caminando a la puerta.

    -"¿Y si te atrapan?" dijo Mitsuki de repente asustada, Anko entre abrió la puerta asomándose al pasillo, estaba desierto.

    -"Me arriesgaré, no pienso dormir aquí, nos vemos pecoda" y sin mas se salió de la habitación dejándola sola, aun vibrando de su reciente crisis asmática y con su expediente en el escritorio de la habitación.

    Mitsuki sacudió la cabeza negándose a preocuparse por algo mas esa noche, se quitó la ropa metiéndose en sus pijamas, aun se sentía ahogada, buscó apoyo en sus almohadas para lograr colocarse lo mas sentada que pudiera e intentó quedarse en calma.

    Por su mente vagaba la posibilidad de que Anko la vendiera a las autoridades del colegio, pero por otro lado, si lo hacia ella caía también, por un segundo se arrepintió de haber tomado su expediente, pero ya no podía hacer mucho mas, cerró sus ojos e intentó quedarse dormida.

    Lo próximo que supo fue que alguien tocaba su puerta con la fuerza de un puño cerrado.

    -«¡Mitsuki! de se lever, petit déjeuner est servi dans hiut! » (Mitsuki ¡a levantarse! ¡El desayuno se sirve a las ocho!) Al escuchar el golpe en la puerta, Mitsuki dio una vuelta en la cama, haciendo que cayera de bruces contra el suelo, abrió su boca del golpe que se dio.

    -« ¡aller! » (¡Voy !) Contestó sentándose de nuevo en el suelo.

    Se colocó torpemente de pie, vio con el ceño fruncido hacia la ventana, era de día... vio su reloj en la pared y se fijó que faltaban quince minutos. Para las ocho de la mañana, abrió sus ojos asombrada, ¿a que hora se había quedado dormida? Y ¿cómo era que la habían venido a buscar para ir a desayunar? ¿No se suponía que para esta hora ya habían descubierto que ella y Anko habían irrumpido en la dirección anoche?

    Estaba aun aturdida, cuando vio en su escritorio de estudio la carpeta con su expediente, se acercó con cautela y tomó la carpeta cuando fue a abrirla volvieron a tocar la puerta haciendo que diera un respingo.

    -« ¡aller! » volvió a repetir, tomó la carpeta y la escondió bajo su colchón, se colocó una muda de ropa y se cepilló los dientes en el lavamanos de su habitación, para salir corriendo al comedor, debía hablar con Anko para establecer una coartada.

    -En Nueva York.-

    -"¡Me voy al trabajo!" gritó Naruto llegando a la puerta, era sábado y hoy era un día fuerte en el "Hokage's", Sasuke estaba esperando con ansias esas palabras, se levantó corriendo del sofá y con una sonrisa enorme se acercó a su espoo.

    -"Déjame ayudarte" dijo sosteniendo la puerta de la entrada, esto se había vuelto mas o menos una rutina, todos los días Sasuke lo acompañaba a su auto y esperaba a que arrancara, por lo que Naruto no le prestó más atención de la necesaria mientras Sasuke caminaba apresurado al Volvo para abrirle la puerta, antes de subirse él se inclinó dándole un beso en la mejilla (cosa que también se había vuelto costumbre diaria).

    -"Que tengas un buen día Naruto" este asintió, todavía se sentía incómodo con su acercamiento, pero le dedicó una media sonrisa y se subió al auto.

    -"Gracias" dijo, "recuerda comportarte ¿sí?" le recordó sin regañarlo, pero sin ser del todo dulce tampoco, Sasuke asintió obediente, puso en marcha el auto mientras él se encaminaba un poco hacia la calle para ver hasta que el auto cruzara en la esquina, Naruto lo vio por el retrovisor de auto y sacudió la cabeza, esa actitud protectora de Sasuke lo sacaba un poco de sus cabales, no estaba acostumbrado a eso.

    Las ultimas semanas habían sido completamente diferentes, desde que lo había tenido que buscar en la estación de policía, Sasuke se había vuelto una persona aun mas diferente, evidentemente no era el mismo de antes, pero Naruto se refería a que había cambiado desde los primeros días después del accidente, ya no era tan dependiente, no le preguntaba tanto antes de hacer las cosas, tratando de vivir con lo que tenía.

    A veces Naruto se sentía culpable, a veces sentía que era muy rudo con él, sabiendo que se comportaba de forma odiosa y grosera con él, pero existía la posibilidad de que en algún momento él recobraría su memoria y eso significaría que volverían al infierno que normalmente era su matrimonio.

    Llegó al "Hokage's" después de mas o menos cuarenta minutos de camino, ya que milagrosamente no encontró tanto tráfico y pudo acelerar mas su auto, al estacionarse en su lugar de siempre se bajó del auto y al fijarse en el cielo, vio que estaba empezando a nublarse, había alarmas de posibles tormentas para este fin de semana, por lo que sacó del asiento de atrás su abrigo y lo mantuvo en su brazo mientras se dirigía a la puerta de empelados para enfrentarse a un nuevo día.

    Por otro lado Sasuke esperó que el auto de su esposo girara en la curva de la esquina y entró corriendo a casa, tomó su libreta de anotaciones, su guía turística, su chaqueta y sus llaves, hoy tenía planeado un recorrido más largo.

    Salió de la casa y se colocó su chaqueta, el día estaba parcialmente nublado y a lo mejor llovía, ya sabía cómo salir de los suburbios donde vivía, los primeros días en que le había hecho caso a la indicación del Dr. Nara, apenas había caminado en círculos cerca de la casa, tenía terror de perderse nuevamente y no sabía muy bien si había aprendido a leer bien la guía turística que le había facilitado su psiquiatra.

    Sin embargo poco a poco, Sasuke fue sintiéndose más confiando en sus caminatas, la guía que tenía, le facilitaba un mapa de la ciudad de Nueva York, al que se dedicó a estudiar en sus ratos de ocio en la casa, que eran muchos.

    Ya había entendido más o menos la rutina de vivir con Naruto, sabía que trabajaba todos los días, pero que los días, los lunes y uno que otro miércoles, se iba más temprano y llegaba mas tarde de lo normal, los días restantes, exceptuando el domingo, salía cerca del medio día de la casa y llegaba antes de media noche, los domingos eran realmente diferentes, salía a primeras horas de la tarde y llegaba mucho más temprano a casa, cerca de la noche.

    También sabía que una vez por semana iba una señora a limpiar la casa donde vivían, Ayame, se llamaba, era de mediana edad y hablaba muy poco inglés, por lo que Naruto le explicó no habia necesidad de explicarle el inconveniente de la amnesia, Ayame iba los domingos, mientras Naruto estaba en casa, sin embargo para cuando se iba a trabajar, Ayame se quedaba un poco mas haciendo la cena o terminando de arreglar los cuartos, Naruto le dejaba a Sasuke el pago de Ayame, para que se lo entregara una vez la mujer terminara.

    Gracias a haberse aprendido esa rutina, sabia con cuanto tiempo podía contar de soledad, que para sus planes próximos, era mucho.

    Llegó finalmente a la parada del autobús de la ruta 52, esperó paciente a que el enorme vehículo llegara, recordando apenado la primera vez que se subió y no tenía idea de que había que pagar, el chofer lo bajó del autobús creyendo que quería viajar gratis, Sasuke regresó a su casa compungido, pero luego de llevar algo de efectivo, volvió a intentarlo.

    Pasaron entonces dos buses de rutas distintas a los cuales Sasuke no se subió, esperó paciente que su reloj marcara la una y cuarto y vio como con una puntualidad exacta, el bus de la ruta 52 aparecía en la esquina de la calle.

    Todavía, cada vez que colocaba el par de monedas que completaban el pasaje en el recipiente al lado del chofer, esperaba que alguien lo felicitara por hacerlo bien, o en su defecto simplemente le sonriera, él había deducido todo aquello solo y sin memoria, pero nadie siquiera le prestaba atención, así que tenía que conformarse con sentirse realizado solo.

    Cuando llegó al lugar donde había dejado de caminar ayer, pidió amablemente bajarse del autobús, pulsó el botón rojo que le indicaba al conductor que quería bajarse en la siguiente parada, bajó los escalones despidiéndose amablemente de sus ocupantes, que le dedicaron una mirada escéptica, nadie en Nueva York era muy considerado con sus prójimos.

    Sasuke subió el cierre de su chaqueta y se emprendió en su caminata diaria, de vez en cuando sacaba de su bolsillo el mapa, que le indicaba donde se encontraba, por pura curiosidad entró a la tienda Bed, Bath and Beyond, porque le llamó mucho la atención el nombre, caminó fascinado con todas las cosas de cuidado de la casa que se encontró.

    Para cuando estaba de nuevo en la calle empezó a llover un poco, subió la capucha de su chaqueta cubriéndose la cabeza, pensó en regresar a casa, nunca había estado afuera con lluvia y había algo en el sonido de la lluvia chocando contra la superficie de la calle y de su chaqueta, que lo incomodaba, sacudió la cabeza mientras empezaba caminar calle abajo.

    "Tac, tac, tac, tac."

    La lluvia seguía chocando con todas y cada una de las superficies, haciendo que se descontrolara cada vez más, haciendo que sus nervios se pusieran a flor de piel, su respiración se tornó difícil y áspera.

    "Tac, tac, tac, tac."

    Colocó sus manos cubriendo sus oídos mientras el sonido desesperante le taladraba el cerebro, ¿Qué le sucedía? ¿Por qué ese sonido lo descontrolaba tanto?

    Tropezó con algo o con alguien en medio de la acera, pero continuó su camino, escuchó unos improperios desde su espalda, provenientes de la persona a la que se había llevado por delante, pero no se devolvió sobre sus pasos, no se giró a ver quien le insultaba, siguió caminando perseguido por ese sonido infernal que inundaba su mente.

    "Tac, tac, tac, tac."

    -"¡AGGGG!" gritó sosteniéndose la cabeza con ambas manos, de todas las personas que pasaban a su lado muy pocas siquiera se fijaban en el ataque de pánico que estaba teniendo, la mayoría de ellos llevaban paraguas, haciendo que el "Tac, tac" fuera inclusive más insoportable.

    De repente, sin saber cómo, sus pies siguieron caminando y se encontró en la mitad de una calle, estaba parado sobre el pavimento, las rayas blancas dibujadas en el suelo le indicaron que estaba en la mitad de una vía.

    Todo sucedió muy rápido, unas luces cegadoras y escalofriantemente familiares alumbraron a Sasuke en la mitad de la calle, sus ojos se abrieron como los de un gato encandilado y su cuerpo no reaccionó ni siquiera un poco, ni siquiera cuando el chirrido ensordecedor de los neumáticos, ni cuando el auto se detuvo a escasos centímetros de sus rodillas.

    -"¿¡ESTÁS LOCO!" gritó una voz perteneciente a un doncel sacando la cabeza por la ventanilla del auto, Sasuke no se movió un ápice.

    El ocupante del auto se bajó en el inclemente aguacero.

    -"¿Oye estás bien? ¿te pegué con el auto? ¿Necesitas atención medica?" preguntó asustado al ver lo inmóvil que estaba el hombre frente a su auto.

    -"¡Oye!" gritó sacudiéndolo un poco, eso hizo que Sasuke parpadeara regresando a la realidad, enfocó entonces al doncel frente a el.

    -"¿Estás bien?" preguntó el chico sacudiéndolo de nuevo, él asintió atontado, la bocina del auto de atrás de l doncel compezó a pitar desesperada.

    -"¿ESPÉRATE QUIERES? ¡CASI HUBO UN ACCIDENTE AQUÍ IMBECIL!" gritó el chico de manera fuerte y no muy delicada, Sasuke parpadeó nuevamente y sintió como finalmente podía mover sus piernas, sin despedirse del doncel se encaminó a la acera más cercana y se sentó en ella aun respirando acelerado, tratando de sacar de su cabeza el "Tac, tac" que aun producía la lluvia cayendo sobre todas las superficies.

    No supo más del doncel, la verdad ni levantó la vista a ver si se había ido o si seguía ahí, gritándole a alguien más, se limitó únicamente a hundir la cabeza entre sus rodillas, como le había indicado Shikamaru en algunas de sus consultas cuando se sentía amenazado por latentes ataques de pánico al no recordar su pasado.

    Alguien entonces pateó ligeramente su pie.

    -"Hey" dijo una voz firme pero delicada, Sasuke no levantó la cabeza, estaba aun concentrándose en respirar profundo.

    -"Enserio, si te golpeé con el auto deberíamos ir a un hospital o clínica" era el dueño del auto, Sasuke incorporó su rostro, el doncel estaba parado delante de él con un paraguas sostenido en su mano.

    -"Estoy bien" dijo y tuvo que aclarar su garganta, su voz sonaba extraña "estoy bien" repitió.

    -"Pues no pareces bien, estas sentado en una acera en pleno aguacero y pareces un perrito remojado, levántate ¿quieres?" Sasuke le hizo caso, pero por lo atorrante que era el chico intentó cubrirlo con su paraguas, Sasuke lo rechazó por el molesto sonido.

    -"¿Dónde vives?" preguntó el chico.

    -"No es tu asunto" dijo él empezando a caminar en otra dirección, la lluvia empezaba a amainar y por fin empezaba a pensar un poco más claro.

    -"¡Oye!" gritó el doncel atacado "no seas grosero, sólo intento ayudar en caso de que sufras una contusión, ¡no quiero vivir con el peso de tu muerte sobre mis hombros!" Sasuke se giró viéndolo estupefacto.

    -"¿Qué demonios te sucede?" preguntó extrañado.

    -"Mira" dijo el doncel acercándose "me diste un susto de mil demonios, casi estrello mi coche y eso podría causar mi muerte ¿lo sabías? Pero como no te atropellé y pareces realmente perdido no puedo simplemente dejarte así, ¿dónde vives? ¿Te llevo?"

    -"Déjame es paz ¿si?" pidió Sasuke encaminándose en la acera, de repente subió su vista, no recordaba esa calle, por ahí no era su itinerario del día de hoy, se giró en redondo viendo por primera vez, desde que había empezado a llover su alrededor, nada le era familiar.

    El doncel lo vio levantando sus cejas mientras él giraba como loco en la calle, buscando algo en los anuncios de las esquinas.

    -"¿Estás bien?" preguntó en la tercera vuelta de él.

    -"¿Don.. Dónde estoy?" preguntó aterrado, el chico no supo a que se refería realmente, pues para el Sasuke parecía no más que simplemente extraviado.

    -"Estados Unidos de América, Estado de Nueva York, New York City, Zona Cero o antiguo World Trade Center" dijo despacio, Sasuke pasó por alto el tono sarcástico del chico, básicamente porque no lo detectó.

    Finalmente la lluvia había desaparecido y la gente empezó a llenar las calles como era costumbre en esa parte tan concurrida de NYC, Sasuke se llenó de pánico a ver algo mas, el sol parecía empezar a ocultarse.

    -"¿Qué hora es?" le preguntó al doncel que aun no se marchaba.

    -"Casi las siete" dijo el, Sasuke se sostuvo de una de las paredes de un comercio.

    -"Por Kami "Hombre Blanco", ¿qué demonios te sucede?" preguntó el doncel acercándose de nuevo a él.

    -"Nada, nada" dijo él alejándose de su agarre, "necesito llegar a casa, eso es todo" dijo de repente asustado.

    -"¿Dónde es eso?" preguntó el chico por enésima vez.

    -"Los suburbios" dijo, el chico soltó algo parecido a una maldición.

    -"Que extraño que un "Hombre Blanco" viva en los suburbios" dijo colocando sus ojos en blanco "¿la ciudad es muy escandalosa para ti?" preguntó, Sasuke lo veía sin entenderlo, a lo que el doncel volvió a resoplar.

    -"Por Kami, me van a matar en casa" dijo y lo tomó por un brazo "camina" le dijo con seguridad, Sasuke no pudo hacer más que seguirlo, se vio frente a un auto increiblemente escandaloso, igual que su dueño, era largo, negro como la noche con espirales que simulaban el color del fuego en ambos costados, el doncel abrió la puerta y señaló hacia adentro.

    -"Sube" Sasuke lo vio extrañado, colocó sus ojos en blanco.

    -"Sube" volvió a decir "no te voy a hacer nada "Hombre Blanco", sólo te llevare a casa, no quiero que me demandes por casi atropellarte, ahora sube"

    Sin saber por qué Sasuke obedeció al doncel, estaba empapado de pies a cabeza pero los asientos eran de vinil por lo que el chico no se preocupó en que mojara el auto, el se subió a su lado y encendió el vehículo, que rugió escandalosamente.

    -"Sabes llegar a tu casa por lo menos ¿no?" él sacó de su bolsillo interno de su chaqueta su libreta, intentando en vano no mojarla con su atuendo, en la primera pagina estaba escrita la dirección, estaba un poco húmeda pero se leía con claridad, el doncel dio un silbido bajo.

    -"Eso está a mínimo una hora de aquí" dijo, él se vio apenado.

    -"Si puedes dejarme donde pase un autobús de la ruta 52, puedo regresar solo" el lo vio con cejas levantadas.

    -"Eso queda lejos también, además, a mi me enseñaron a enmendar mis metidas de pata así que me tocara llevarte" dijo arrancando el auto "no eres un sicópata ni nada por el estilo ¿verdad?" preguntó viéndolo de reojo, él negó extrañado.

    -"No, no lo soy ¿y tú?" preguntó, el doncel rio alto.

    -"Tampoco, "Hombre Blanco", tampoco lo soy"

    -"Sasuke" dijo él, "no me llamo "Hombre Blanco", me llamo Sasuke" el asintió lentamente.

    -"Kankurou" dijo después de pensarlo un segundo.

    -"Bien Sasuke, vamos a estar aquí un buen rato, se bueno y consíguenos algo de buena música ¿sí?" dijo extendiéndole un estuche enorme con una cantidad asombrosa de CD's, Sasuke los vio asombrado y extrañado, obviamente ningún título le era familiar.

    Kankurou se burló un poco diciéndole que su falta de gusto musical era debido a su color de piel, por lo que el eligió y tomó el último álbum de Eminem, Sasuke escuchó asombrado las letras de las canciones, mientras aquel desconocido lo llevaba a su casa.

    -"¿Cuál de todas estas es tu casa?" preguntó Kankurou al entrar a la calle, Sasuke contó desde el principio y señaló la numero diez.

    -"Esa" Kankurou dio un silbido por lo bajo.

    -"Hombre tienes plata" dijo, él sacudió la cabeza.

    -"Según mi esposo no somos millonarios, esta casa es de mis padres" dijo, el doncel frunció la boca.

    -"Pues parece una casa hermosa"

    -"Lo es" dijo Sasuke "gracias por traerme Kankurou" dijo extendiendo su mano, el chico la tomó con una expresión divertida, casi nadie se despedía de el con esos modales.

    -"Ni te preocupes "Hombre Blanco" dijo sonriendo, "ve con cuidado y no te le lances a los autos ¿okey?"

    Él asintió y se bajó del auto, sin siquiera esperar Kankurou subió el volumen de la música y dio la vuelta en el auto perdiéndose en la avenida, Sasuke entró directo a la casa que estaba completamente a oscuras, prendió absolutamente todas las luces y subió hasta su recamara, se despojó de la ropa y tomando su toalla se encaminó al baño de pasillo, entró de inmediato a una ducha caliente, todavía se sentía abrumado por todo lo que había pasado, pensaba que tenía que hablar con el Dr. Nara de inmediato, pero era ya tarde y mañana tenía su consulta semanal con él, así que esperaría para contarle su episodio del día de hoy.

    Cerró sus ojos con el chorro de agua golpeándole en la nuca y recordó los faros incandescentes del auto de Kankurou, pero inmediatamente se volvieron unos faros distintos, mas blancos, mas altos, cerró sus ojos con fuerza y fue capaz de escuchar en su memoria una bocina fuerte y amenazadora que se dirigía justo a él, cerró aun mas sus ojos produciendo destellos verdes en sus recuerdos, y escuchó como esas luces impactaban con algo, sintió como millones de espectros brillantes se acercaban a una velocidad aterradora hacia él.

    -"¡SASUKE!" gritó Naruto desde la puerta del baño de ese piso que sólo él utilizaba, sacándolo de sus cavilaciones, ¿Naruto había llegado? ¿Qué hora era? ¿Cuánto tenía bajo la regadera?"

    -"Sasuke" volvió a llamarlo, su voz parecía preocupada, aclaró su garganta y se apresuró en contestar.

    -"Estoy en la ducha" respondió con voz extraña, parecía mas bien en tono de pregunta, aclaró su garganta nuevamente "estoy bien" completó "¿hace cuanto llegaste?"

    La voz obstinada de su esposo respondió de detrás de la puerta de su baño personal.

    -"Hace unos minutos, nadie fue a comer por el tiempo y decidimos cerrar temprano"

    -"Ahhh" fue lo único que articuló mientras cerraba las llaves de agua.

    Naruto se quedó unos segundos en silencio, luego sacudió la cabeza.

    -"El Dr. Nara me llamó" dijo recostándose de la pared del pasillo "no va a poder atenderte mañana, dijo que tenía una emergencia familiar, que la semana que viene te atiende con la regularidad de siempre" Sasuke casi palidece, abrió la puerta con rapidez aun con tan solo una toalla en su cuerpo.

    -"¡¿Qué?" preguntó atacado saliendo al pasillo, Naruto dio dos pasos hacia atrás "¿no... no va a atenderme mañana?" preguntó Sasuke tartamudeando.

    Naruto sacudió la cabeza.

    -"No, no puede, ya te lo dije" completó colocando sus ojos en blanco, la semi desnudez de su esposo lp hacía sentir incomodo, volteó la mirada para no tener que verlo pero no pudo pasar por alto la cicatriz que tenía en el costado derecho, Sasuke se fijó a donde sus ojos lo veían.

    -"Me quedó después del accidente" dijo pasándose las manos por la larga cicatriz "de hecho desde que desperté la tengo, no, no me parece extraña, es casi que normal el verla" dijo apenado, Naruto sacudió la cabeza, Sasuke había pasado por tanto y estaba ahí, viviendo con lo poco que su cabeza recordaba.

    Naruto comprendió que nada, absolutamente nada a su alrededor le era familiar, ni siquiera el mismo, ni siquiera ese pasillo, esa casa, él estaba aquí porque alguien le había dicho que esta era su vida, estaba confiando a ciegas en que las personas a su alrededor le decían la verdad.

    ¿Era egoísta? ¿Sasuke se merecía estar en esa zozobra continua y en esa incertidumbre? ¿Era un bastardo sin corazón por no ayudarlo?

    Sacudió de nuevo la cabeza al ver que él lo veía extrañado.

    -"Ehhh, voy a hacer algo de cenar" dijo improvisando "¿tienes hambre?" preguntó, Sasuke asintió sonriendo de lado, normalmente cenaba solo, habían sido en contadas oportunidades que él y Naruto se sentaban a la misma hora en la misma mesa.

    -"Vístete entonces, yo, yo bajo y preparo algo" completó dándose media vuelta saliendo de la habitación, Sasuke asintió y caminó hasta su habitación para colocarse algo de ropa.

    Para cuando bajó Naruto tenía a medio preparar Filetes, puré y ensalada, había metido los filetes al horno mientras trituraba las papas en un bol de acero inoxidable.

    -"¿Te ayudo en algo?" preguntó él entrando tímidamente a la cocina, el asintió.

    -"Pásame un poco de leche del refrigerador por favor" dijo sin apartar la vista de su tarea, Sasuke se apresuró y le pasó el recipiente de cartón blanco, luego se dedicó a colocar la mesa para los dos.

    Para cuando iban por la mitad de la cena, Naruto le ofreció una copa de vino tinto, él la tomó escéptico y Naruto volvió a insistir.

    -"Pruébalo" le dijo "es vino" Sasuke tomó la copa y llevó lentamente uno de los bordes a su boca, frunció los labios e hizo una mueca.

    -"Quema" dijo tosiendo un poco, Naruto medio se sonrió.

    -"Tú me enseñaste a tomar este vino, de hecho este es tu favorito" dijo moviendo un poco la botella, él se vio derrotado.

    -"¿Qué sucede?" preguntó.

    -"Naruto" le llamó, el prestó atención y Sasuke respiró profundo preguntando algo totalmente diferente a lo que pensaba.

    -"¿Cómo fue mi…. mi accidente?" preguntó en voz baja, Naruto respiró profundo y lo vio a los ojos.

    -"No sé si deberíamos hablar de eso" dijo en voz baja, él cerró sus ojos, Naruto esperó un poco y volvió a hablar.

    -"Debes tocar ese tema con el Dr. Naa, sabes que es delicado"

    -"Pero quiero saber" dijo él abriendo sus ojos, "esta tarde llovió" dijo omitiendo la parte en que había salido de la casa, no quería que Naruto se enterara "el sonido me volvió loco, casi, casi enloquezco, no, no coordinaba" dijo asustado, Naruto lo vio impresionado.

    -"¿La lluvia?" preguntó, él asintió.

    -"Y ahora, cada vez que cierro los ojos veo luces, luces incandescentes que se me acercan muy rápido"

    Naruto estiró su mano colocándola sobre la de él, inmediatamente él se tranquilizó, ambos se sorprendieron con el hecho, pero ninguno comento nada, se vieron a los ojos un segundo.

    -"Yo no estaba contigo cuando sucedió, estaba…" dijo y de repente recordó que estaba con Gaara ese día, estaba acostándose con su amante mientras su marido, el padre de su hija, casi moría en el cruce de la interestatal.

    Naruto retiró la mano de la de él y se colocó de pie abruptamente, él dio un respingo por su reacción.

    -"Naruto" lo llamó de nuevo, el negó alejándose.

    -"No sé qué paso ese día, yo, yo estaba trabajando, me, me llamaron y fui a la clínica, no, no sé, no me preguntes" dijo alterado, un nudo se pegó a su garganta, Sasuke se colocó de pie sosteniéndolo por uno de sus brazos, el se sacudió.

    -"No" pidió en voz baja, la culpa se estaba adueñando de el, crecía cada vez más en su interior, no quería que lo tocara porque se sentía sucio, se sentía una cualquiera

    -"Naruto sólo pido tu ayuda, eres el única que me conoce, ¿cómo voy a recordar sin que me ayudes?" pidió él casi suplicante, con los ojos brillantes, el día de hoy había sido casi tan traumático como el día que había hablado con su hija, cosa que Naruto todavía no sabía, Sasuke volvió a acercarse a el sosteniéndolo por los hombros.

    -"Por favor" pidió suplicante, Naruto lo vio a los ojos y se sintió la peor persona del planeta, dio un paso hacia atrás.

    -"Sólo sé que un camión barrió tu auto, recibiste un fuerte golpe en tu cabeza y en el resto de tu torso, los vidrios rotos te dañaron la piel" cerró los ojos con brusquedad recordando la imagen de su esposo desvalido e inconsciente en la cama de cuidados intensivos "no puedo ayudarte mas, Busca a alguien más, el Dr. Nara, el sabrá ayudarte mejor que yo, no, no puedo" completó con voz baja y se encaminó a las escaleras, Sasuke escuchó como lanzaba la puerta de su cuarto.

    Se quedó ahí, en la mitad de la sala, solo, traumatizado, furioso y a la vez aterrado de no recordar quién era.
     
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