Fresas con chocolate para Cupido [Akihiko X Misaki]. FINAL + EXTRA - 30/04/14

Dos habitantes de la Tierra han sido elegidos: uno, para remplazar al mismísimo Cupido o Eros; el otro, para asesinarle, pero ¿y si terminan enamorados el uno del otro? Especial de San Valentín.

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  1. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola, hola, fanseses! He aquí vengo con mi sexto trabajo de Junjou Romantica (sí, tengo que actualizar los demás fics, ya lo sé, ya lo sé), con motivo del Día de San Valentin. Esta la primera vez que abordo el tema en un fanfic, esta vez no he usado previamente a los personajes de Naruto.


    Aclaraciones y advertencias: No se apegará a la mitología grecorromana, sólo he utilizado los nombres de Eros y Anteros, la historia de ellos será totalmente diferente. Quise hacerlo así porque se me hace muy choteada la temática que se viene manejando en muchos fanfics, en los que normalmente uno de los personajes le tiene una sorpresa o regalo especial al otro y cosas así. Sin embargo tampoco me voy a poner a desdeñar esta fecha porque creo que algunos lectores se sentirían atacados, y eso es lo que menos quiero. Además yo todavía creo en el concepto del amor (okay, eso sonó un poco cursi, XD). Por otra parte quise subirlo antes porque va a tener más de un capítulo, aunque no será tan extenso como la mayoría de mis fics. Habrá O.o.C, participación de OC's, muerte de personajes, etc., pero trataré de no restarle protagonismo a la pareja Romantica, de quienes tratará este fic. Por último, esta vez las partes de cada capítulo llevan nombre.


    Sin más qué decir por el momento, disfruten de este primer capítulo.


    Disclaymer: Junjou Romantica no me pertenece, de lo contrario no estaría poniendo este disclaymer, XD.





    »Fresas con chocolate para Cupido«




    I.- Meses previos al 14 de Febrero


    Podía oírse el ruido de las teclas golpeadas con rapidez, para luego detenerse y aparecer en una pantalla de plasma gigante los resultados de su búsqueda. El recinto estaba casi a oscuras, excepto por la luz generada por las pantallas y botones de su súper-computadora, y por ello apenas si se apreciaban sus juveniles facciones bajo unos mechones negros.


    –Al fin te encontré –musitó sin despegar su azulina mirada de una imagen en particular– eres tú… no puedo equivocarme –el sonido de unos tacones lo alertó de la presencia de alguien, pero no se inmutó ni un ápice, ya le conocía– Teresa…

    –Ordene usted, señor –respondió una voz femenina.

    –Reúne al comité, diles que ya lo he encontrado… ellos ya saben de qué hablo.

    –Hai… ¿se le ofrece algo más, señor?

    –Sí… tómate la tarde y ponte bella. Después de esto iremos a cenar al restaurante que te prometí.

    –H-hai –farfulló ella tímidamente.


    Un rato más tarde se encontraban siete entes, todos con trajes ejecutivos y alas blancas. Lo relevante de ello era que seis de ellos parecieran representar el arcoíris, pues el color de cabello y ojos de cada uno era precisamente uno de los colores del arcoíris.


    –Como ya les habrá informado mi secretaria, los he reunido aquí para anunciarles que al fin lo he encontrado… se trata de un habitante de la Tierra, él se llama…

    –¡Un mortal no puede…! –increpó un pelirrojo que aparentaba unos 16 años.

    –Un mortal no puede hacer el trabajo de un dios y blah, blah, blah… –interrumpió el pelinegro con parsimonia– Ya lo has dicho hasta el cansancio, pero sabes que no está en discusión.

    –Bien –gruñó el otro, aun contrariado.

    –¿De quién se trata? –inquirió un pelinaranjo de unos 17 años.

    –Bueno, en estas carpetas –dijo, mostrando unas carpetas blancas con varios papeles que previamente Teresa dispuso– encontrarán toda la información. Lo hallé apenas esta mañana.

    –¡¿Es en serio?! –exclamó con desdén una mujer de cabello azul, que aparentaba unos 18 años, observando la fotografía– ¡Esto tiene que ser una broma! Por cierto, de muy mal gusto.

    –¡Moo! –se quejó en un puchero una bonita rubia de unos 19 años– ¡Yo lo quiero! ¡Es demasiado lindo como para que tú lo tengas!

    –Sí, pero yo lo vi primero –respondió el pelinegro de los ojos azules.

    –¿Estás seguro? –preguntó un joven peliverde de unos 20 años– Lo veo un poco ingenuo y timorato.

    –Por eso lo elegí… alguien así es capaz de hacer el trabajo sin cuestionarme.

    –Eso lo explica –murmuró el pelirrojo, no del todo convencido.

    –¿No crees que es muy joven para esto? –inquirió con preocupación una joven de unos 21 años, de larga cabellera violeta– Prácticamente le estás quitando su oportunidad.

    –Lo sé, pero el tiempo se viene encima…

    –¿Y no hay alguien más? –inquirió el peliverde.

    –No… él es el único que puede remplazarme.

    –¿Y cuándo pretendes empezar con su entrenamiento? –preguntó la rubia.

    –Hoy mismo.

    –¡¿Tan pronto?! –exclamaron todos, el pelinegro asintió.

    –Saben que los médicos no me dieron mucho tiempo antes de… ya saben, por eso es preciso iniciar hoy mismo.

    –Pero ¿y si no lo logra? –preguntó la peliazul con preocupación.

    –Tiene que hacerlo, por eso los he reunido a todos. Necesitaré que cada uno lo entrene en un ramo diferente lo más rápido posible, así cuando llegue ese día, estará listo y podré retirarme en paz… ¿puedo contar con ustedes?

    –¡Hai! –respondieron los otros seis al unísono.



    II.- Días previos al 14 de Febrero


    La vida en la Tierra transcurría un poco movida: las grandes tiendas se pintaban de rojo y rosa, los chocolates, flores –sobre todo rosas–, peluches, globos, entre otras cosas, hacían alusión a la fecha que estaba por llegar: 14 de Febrero. Asimismo los enamorados se preparaban para celebrarlo con fiestas, intercambio de tarjetas y regalos, cenas románticas en restaurantes lujosos, declaraciones de amor, peticiones de matrimonio, viajes a la playa… en fin, todo era color de rosa para los enamorados, excepto para aquellos cuyo corazón debía cargar con el dolor que deja un amor que cerró los ojos para nunca volverlos a abrir, o en el peor de los casos, un amor unilateral.


    Este último era el caso del novelista Usami Akihiko, cuyo corazón pertenecía a su amigo y amor secreto Takahashi Takahiro. Lamentablemente éste último ya salía con una mujer llamada Kajiwara Manami, desde el San Valentín pasado; algo simplona a su gusto, pero al final de cuentas su novia. Justo esas fechas terminaban por dejarle el mismo mal sabor que aquel suceso en su momento, y por ello se encontraba encerrado en su apartamento como cada año, para no tener que salir a la calle y ver a las parejas de enamorados tomadas de las manos, ni la hipocresía ni las segundas intenciones ocultas en una caja de chocolates y un ramo de rosas, y mucho menos tener que lidiar con las admiradoras que le enviaban tales obsequios aun cuando no le gustaban los dulces. Incluso había desconectado la línea telefónica, pues seguramente su escandalosa editora y/o su molesto jefe le harían ir a algún evento o dar una firma de sus libros.


    Terminaba de fumar su decimoquinto cigarrillo cuando escuchó algo golpeando su ventana. Le extrañó que pudieran tocar, considerando que vivía en el pent-house en el último piso del edificio. Intrigado se asomó por la ventana, para toparse con una bonita golondrina cuyas plumas negras como azabache brillaban bajo los rayos de mediodía, y que al parecer le miraba fijamente. Se levantó cabreado y se dirigió hacia la golondrina.


    –¡Fuera de aquí! –decía el escritor intentando asustarla con sus manos.


    Pero el ave seguía allí, picoteando el cristal y mirando al escritor. El peliplata se acercó más al animal, pero eso no lo asusto. Hizo un gesto como que la iba a coger, pero eso tampoco funcionó.


    –¿Pero qué...? ¡Maldita sea! ¡Que te vayas, joder!


    Pensó que el animal tendría hambre, por lo que tal vez si le ofrecía algo, se iría. Se dirigió a la cocina por un pan y en cuanto abrió la ventana el ave entró y devoró el pan como si no hubiera mañana. Se disponía a echarla, pero notó que sus plumas adquirían un brillo mucho más intenso hasta casi cegarlo, y luego éste se apagaba para dejar ver a un hombre que aparentaba tener menos de 20 años, de cabellera negro-azulada y unos profundos ojos color escarlata, contrastes con la piel blanca como espuma del mar, resaltando sus bellísimas facciones varoniles.


    –Akihiko Usami ¿cierto? –inquirió con voz grave aquel ente, dejando sorprendido al novelista, quien sólo asintió con la cabeza– Muchas gracias por tu amabilidad… como pago por tu buena acción, te concederé un deseo.

    –Hmp –soltó una risita irónica el peliplata– Tengo dinero de sobra, admiradores por montones, atractivo y además mucha fama… ¿Qué podrías darme que no tenga ya?

    –Al responsable de tu sufrimiento.

    –¿Qué?

    –Seguramente habrás escuchado en algún lado… un niño alado y armado con arco y flechas que son disparadas a dioses y humanos, provocando que se enamoren profundamente.

    –Hmp, que estupidez…

    –Por supuesto que existe, ustedes los mortales le conocen como Cupido, o Eros…

    –Sí, claro –dijo el escritor, sarcástico– y yo soy el Conejo de Pascua.

    –Está bien, Akihiko-kun, no tienes que creerme si no quieres, pero… –el pelinegro dibujó una sonrisa un poco siniestra, pero que no inmutó al escritor– toma en cuenta que así como yo existo, él también lo hace.

    –¿Y quién me asegura que tú no eres una ilusión? –Akihiko parecía intrigado.

    –Ustedes los humanos son tan cerrados de mente a veces –suspiró, entre despreocupado y escéptico– En fin, yo venía a ofrecerte venganza por tu amor no correspondido… pero bueno, veo que Takahiro-kun no te interesa tanto como afirmas –le dio la espalda al escritor, como si fuera a irse– Me voy.

    –¡Espera! –pero para satisfacción suya, el ojivioleta lo detuvo– ¿Cómo lo sabes?

    –Yo soy conocido por ustedes como Anteros, que significa…

    –Amor correspondido… –Usami estaba cayendo en lo que fuera que tramase aquél ente.

    –Así es, y como tal conozco todo de aquellos cuyo amor no ha sido bien correspondido. En fin, como podrás intuir, mi hermano fue el que te lanzó la flecha con el nombre de Takahiro-kun, pero a él no le lanzó la tuya, sino la de Manami… lo que te ofrezco es corregir ese error de mi hermano…

    –¿Qué es lo que quieres a cambio? –Akihiko ya había caído.

    –Su cabeza… ayúdame a obtener su cabeza y a cambio tu amor será correspondido ¿Qué dices?

    –Acepto.



    CONTINUARÁ…





    Comentarios finales:

    Bueno, pues de esto va la historia. Como ya he dicho en otros fics, aunque no me deprimo si no me dan reviews, sí me gustaría saber su opinión respecto a la trama, y si creen que merece ser continuado. Que tengan un bonito fin de semana, chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 30/4/2014, 13:29
     
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  2. Kajika Sama
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    Hola »Hitch 74 no Danna«


    Te felicito por haber escrito este hermoso fick y que a la vez nos lo regalas, pobre Misaki lo han elegido para hacer un gran trabajo, debido a su inocencia y bondad, espero que nada malo paso, y bueno Akihiko ha caído en una trampa pobre espero que se dé cuente y se enamore de Misaki pronto. Espero con ansias el próximo capitulo.

    Nos leemos
    :=BIENODOE:
     
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  3. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola de nuevo. He aquí les traigo la continuación de este nuevo proyecto. Gracias, Kajika-sama por tu review. Me has dado una idea para el resumen.


    Notas preliminares: Va a estar un poco más fantasioso y extenso, además que continúa en los días anteriores al 14 de febrero.

    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son creación de Shungiku Nakamura.



    III.- Un gran trabajo para un pequeño corazón puro.

    Revisaba en su Tablet una base de datos con la información sobre la situación sentimental de todos y cada uno de los habitantes de la Tierra. Con base a los criterios que se le enseñaron durante su entrenamiento, debía decidir si intervenir o no; de ser la primera opción, ejecutaba otro programa que parecía ser un catálogo con variedad de ítems, todos ellos útiles para cumplir su misión: hacer a los humanos enamorarse.


    –Eros-sama dice que incluso los triángulos amorosos tienen su razón de ser… –se decía, al tiempo que observaba en su base de datos el nombre de una adolescente con una viñeta en forma de triángulo, que efectivamente representaba a aquellas personas que estuvieran involucradas en un triángulo amoroso– Bueno, si Eros-sama lo dice, debo creerle… él es realmente muy sabio…


    Posterior a esa reflexión, fue al catálogo y luego de aplicar varios criterios de búsqueda, encontró útil una ballesta negra con flechas de cristal rosado, la cual apareció mágicamente. La tomó y luego de acostarse en posición de pecho bajo tierra en la nube sobre la que estaba sentado, apuntó y disparó. De tan rápido que iba aquel disparo, sus ojos humanos ciertamente no podían observar la flecha, pero gracias a su entrenamiento en el uso de armas, tenía la certeza de que llegaría a su destino… o en este caso, destinos, ya que en cierto punto aquella se dividía en dos, cada una tomando dirección en pos de un chico distinto. En cuanto ambas flechas llegaron justo al corazón, estas se transformaron en semillas, y los nombres de los involucrados desaparecieron de la lista, indicando así que ya estaba hecho.


    –Bien, tres menos –suspiró, y luego agregó, con aura deprimente: –Siete mil doscientos doce millones más (1).


    Y así iba, sobrevolando los cielos con su Tablet en mano. Había ocasiones en que no era necesario intervenir directamente en el corazón, como fue el primer caso, sino simplemente darles a los humanos un empujoncito.


    –Bueno, según Eros-sama, algunos humanos ya han recibido la flecha desde hace tiempo, sólo es cuestión de activarla o reactivarla, según sea el caso.


    Dicho esto buscó en el catálogo hasta que encontró adecuada una regadera de jardinero. Más tarde fue al dormitorio de un muchacho que, según los registros en su Tablet, llevaba tiempo sin decidirse si aceptar los sentimientos de su mejor amigo, el cual se le había declarado ya hace varios meses. Echó un poco de aquellas aguas mágicas sobre la región del corazón, y luego que estas penetraran, pudo apreciar –gracias a una aplicación que le permitía usar su Tablet como un visor de rayos X– que una pequeña planta se transformaba en una bonita rosa roja.


    "Según Violeta-sama" pensó, refiriéndose a su sensei de cabello morado "el amor a veces es como una flor…"


    En cuanto aquel ente se fue de la residencia, aquel joven despertó repentinamente y sintió unas enormes ganas de escribir. Se levantó de su cama y buscó una hoja de papel y un lápiz.


    –El viernes en el baile, le diré a William que también lo amo –suspiró.


    –Sabía que no me había equivocado con él… –decía alguien, recostado en una camilla frente a una súper-computadora, conectado a varias máquinas, observando todo aquello– su corazón y su alma son tan puros… –después de eso tuvo que tomar una gran inhalación, pues le costaba trabajo hablar– Teresa…

    –Ordene usted, Eros-sama –respondió su fiel secretaria y ahora también enfermera, inclinándose un poco de tal manera que su rizada cabellera rubio cenizo caía grácilmente sobre sus facciones delicadas.

    –¿Ya te he dicho lo hermosa que eres? –el pelinegro de los ojos azules le sonreía cálidamente a la mujer, que se sonrojó con esas palabras– Te amo tanto…


    En efecto, la salud de Eros había empeorado desde hace algunas semanas, tanto así que tuvo que ser hospitalizado, pero él no había querido quedarse tanto tiempo ahí, por lo que fue trasladado al centro de operaciones, desde donde observaba a su subordinado.



    IV.- Doble vida

    Akihiko Usami miraba con expresión vacía el panorama que ofrecía la ventana del pent-house donde vivía. Todavía faltaban algunos días para el Día de San Valentín, pero la espera por que pasara pronto esa fecha se le hacía tan eterna. Aunque todavía tenía sus dudas respecto a ese ente llamado Anteros, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por tal de que Takahiro correspondiera sus sentimientos… incluso si debía ayudarle a matar a un niño, un niño muy travieso que se divertía manipulando los sentimientos de los humanos, entre esos los suyos.


    –Muy bien, Akihiko-kun –le decía Anteros, quien leía una de las novelas del escritor– Aunque no haya sido meramente tu intención, tu odio a mi hermano ha quedado bastante bien plasmado en estas páginas… esto servirá.


    Colocó los libros en medio de lo que parecía ser una estrella rodeada de símbolos extraños, y luego puso las manos sobre ellos. Las levantaba lentamente al tiempo que se movían de arriba hacia abajo, extrayendo de ellos una especie de energía negativa color negra. Más tarde la moldeó entre sus manos hasta que fue transformado en una bonita caja de fresas con chocolate.


    –¿Y ahora qué?

    –Ve con Takahiro-kun y asegúrate de que su hermanito se encuentre ahí.

    –¿Misaki? –Anteros asintió– ¿Qué tiene que ver él en esto?

    –Tengo entendido que mi hermanito reclutó a alguien para hacer su trabajo, alguien joven, lindo y además noble… de ser él, tendrás que engatusarlo y dárselas –le entregó la caja de fresas– Hecho esto yo me encargaré del resto.

    –¿Por qué yo?

    –Si resulta ser el remplazo de Eros, es probable que se le haya hablado sobre mí… por eso no puedo encontrarme personalmente con él… en cambio alguien cercano a él o a Takahiro podría dárselas sin ningún problema.

    –Entiendo.

    –Otra cosa…

    –¿Qué?

    –De no ser él… no se te ocurra dárselas a nadie más, mucho menos a Manami –el escritor le miraba, intrigado– Morirá inmediatamente y Takahiro-kun no dudará en culparte. Si eso pasa, ahí sí ya no podré hacer nada por ayudarte.

    –Entiendo.


    Unas horas más tarde, y como si el destino lo hubiera querido, Takahiro lo llamaba para invitarlo a su casa a comer. El motivo de aquello era simple: Takahashi Misaki, quien estudió fuera del país una temporada, volvería a casa.


    "… ¿Qué es exactamente esto?" pensaba de camino a la casa de Takahiro, refiriéndose a las fresas "Dijo que si se las daba a alguien que no fuera el remplazo de Eros, moriría… pero… si realmente tiene esa capacidad, y Misaki resulta ser ese remplazo ¿también morirá?"


    Por un momento se sintió horrorizado por la idea, pues él sería el asesino de la persona por la que Takahiro lo daba todo.


    "…pero, ahora que lo pienso bien, Anteros nunca mencionó que Misaki moriría. Solo dijo que moriría quien no fuera el remplazo de Eros… lo que significaría que…"


    Antes de poder formular otra idea, ya se encontraba frente a la puerta de la casa Takahashi, y para colmo Takahiro ya le había abierto la puerta. Como fiel enamorado, se sentía feliz por poder estar al lado del peliazul aunque fuera solo un amigo, sin embargo esa felicidad se desvaneció en cuanto divisó a la segunda culpable de su desdicha, sirviendo ya la comida: Kajiwara Manami. Un rato de conversación después, se escuchó el toque de la puerta y luego de unos breves momentos, entraba la razón por la que aceptó ir a la casa Takahashi: un jovencito de unos 17 años, cabello castaño un poco desordenado, tez inmaculada y un poco acanelada, grandes y bonitos ojos esmeralda, expresión alegre y complexión pequeña, entraba con maletas en mano.


    –Manami, Usagi… quiero presentarles a mi hermanito, Takahashi Misaki.

    –Un placer.

    –Mucho gusto.


    La tarde había pasado entre pláticas y otras cosas: resultó que Misaki había salido del país dos años como estudiante de intercambio en Londres. El chico platicaba de todo lo que hizo en ese tiempo, pero el escritor notó algo en la narración: el castaño sólo hablaba de lo que hacía de lunes a viernes, nunca los sábados y domingos. Por otra parte, se preguntaba qué tanto hacía en esa Tablet que no soltó para nada en el transcurso de la comida, y por qué la escondía de la vista de todos.


    –Perdón, debo contestar –espetó el ojiesmeralda en cuanto sonó su móvil, quien se levantó de la mesa y fue al baño. Usami tuvo que esperar un buen rato para disimular, y luego de un rato también fue al baño con una excusa– Violeta-sama… –oyó al muchacho tras la puerta– ¿Qué pasa?... ¿tiene que ser ahora? Acabo de llegar a casa de nii-san… ¿estás en el techo?... enseguida voy…


    Entró al baño fingiendo que no sabía que el castaño estaba ahí, pero lo que vio al hacerlo le heló la sangre: primero el joven abría la ventana y subía hasta ella, y cuando pensó que el muchacho debía haber enloquecido como para pretender lanzarse desde ahí, vio que este nunca cayó, sino que de su espalda salían un par de alas blancas y se elevaba por los cielos.


    CONTINUARÁ…





    Notas de la autora:

    1.- Se supone que es la población mundial actual, así que ya se imaginarán al pobre Misaki viajando en todo el mundo, XD.


    Espero que haya sido de su agrado el cap. El próximo ya lo andaré subiendo el viernes, y si no, pues en este fin de semana. Chaito.
     
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  4. KokoroSR
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    ¡¡KIWAAAAAAII!! Es simplemente increible. Continua porfavor (que sino me morire del suspenso y creeme que no quires eso). Aqui

    Kokoro-san a tus servicios y, como dice una amiga, la "experta" en literatura universal ;)
     
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  5. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola, hola! Se supone que tenía que actualizar ayer 14 de Febrero, pero con eso de que hubo celebración en mi casa y demás, ya no me dio tiempo sino hasta la una de la madrugada de hoy 15. En fin, ojalá la hayan pasado chido no sólo con el novio o novia (en caso de que tengan) sino también con su familia y amigos.


    Bien, sin más qué decir, aquí tienen el cap.


    Disclaymer: Junjou Romantica es de su creadora Shungiku Nakamura.



    V.- Preparando la trampa

    Nuevo día. La impresión del día anterior ciertamente no se borraba de su mente, tanto así que no pudo pegar ni un ojo en toda la noche. Al fin había encontrado al niño que, desde la época mitológica, hacía de las suyas con los sentimientos humanos.


    "Anteros tenía razón… físicamente es joven y además muy lindo" pensaba, recostado en el sillón con la cabeza recargada sobre Suzuki-san "Debo suponer que también es noble, pues de lo contrario Eros no lo habría elegido. Sin embargo, si realmente es el remplazo de Eros… ¿sabrá de mis sentimientos por…?"


    Mientras el escritor estaba en esos pensamientos, cierto jovencito se encontraba encerrado en su cuarto con su Tablet, aprendiendo a usar la nueva versión de una aplicación que le fue enseñada como parte de su entrenamiento: se trataba de una vasta colección de plantas para fabricar perfumes, extractos, tinturas, mezclas de esencias, arreglos, entre otros productos que servían de medicina –como decía su rubia sensei, Fanny-sama– para las enfermedades propias del amor.


    –Según las especificaciones –decía mientras guardaba en un frasquito verde esmerilado su primera creación– esto debería reducir al menos en un 30% los niveles de celos… hmm… tendré que probarlo antes de usarlo…


    Un bostezo largo advirtió la necesidad de dormir un poco antes de salir de casa –con una buena coartada– y hacer el trabajo, pero antes de que pudiera siquiera pegar un ojo, una llamada entró a su móvil.


    –Moshi moshi –preguntó, un poco extrañado al no reconocer el número

    –Habla Usami –le dijeron al otro lado– ¿Estás ocupado?

    –Etto… no realmente –dicho esto guardó celosamente la Tablet y el frasquito– ¿Se le ofrece algo?

    –No dije esto delante de tu hermano porque no quería agobiarte después de un viaje tan largo, pero… me caíste bien y quiero invitarte a comer solo tú y yo ¿Qué dices?

    –Etto… yo… –eso tomó un poco desprevenido al muchacho, quien por alguna razón se ruborizó– bueno… no sé qué decir…

    –Por favor di que sí –el escritor sonaba suplicante.

    –Emm… ¡Hai! –algo en la profunda voz del amigo de su hermano lo obligó a aceptar sin pensar siquiera en el cómo éste obtuvo su número.

    –¿Te gustaría mañana a las ocho? –Misaki asintió– Entonces paso por ti. Hasta entonces.


    Una vez terminada la llamada, se llevó a la boca el sexto cigarrillo del día.


    –¡Vaya, sí que tienes el toque! –como el día anterior, Anteros se aparecía en casa del escritor– Si no te conociera, diría que el mismo Eros te dio parte de su encanto… ¿A qué linda criatura usarás como pasatiempo esta vez?

    –Al mismísimo remplazo de Eros –Anteros se veía intrigado– Tenías razón, Misaki resultó ser el elegido… yo mismo lo vi.

    –Ya decía que su cara de niña resultaba sospechosa… en fin, supongo que vas a darle las…

    –Antes de hacer cualquier cosa –interrumpió Akihiko– quiero saber si…

    –Misaki no morirá –respondió Anteros, como leyéndole la mente– él sólo ya no podrá…

    –Manipular los sentimientos humanos.

    –Iba a decir obedecer la voluntad de Eros, pero eso también es correcto. Como te dije, debes dárselas y así perderá sus poderes…

    –Pensé que querías su cabeza.

    –Quiero la de Eros… Misaki sólo es mi boleto para ello, y el tuyo para obtener el amor de Takahiro-kun ¿cierto? –Usami asintió– Bueno, entonces diviértete, pero no lo ilusiones demasiado.

    –¿Ah?

    –Soy Anteros ¿recuerdas? Como tal debo vengar a aquellos cuyo amor no es correspondido, y eso incluye al mismo Misaki en caso de que tú o alguien más lo lastime… después de todo aún posee un corazón humano.



    VI.- Incluso Cupido llora

    Otro día soleado. Agradecía enormemente que faltaran sólo dos días para el tan esperado San Valentín, y menos de la septuagésima parte de la población mundial para completar el trabajo, pues entre éste y sus estudios para el examen de ingreso a la universidad, apenas si tenía tiempo para darse un respiro.


    Love is in the air
    everywhere I look around
    Love is in the air
    every sight and every sound

    And I don't know if I'm being foolish
    don't know if I'm being wise
    But it's something that I must believe in
    and it's there when I look in your eyes

    (El amor está en el aire
    En todas partes que mire alrededor
    El amor está en el aire
    En cada vista y en cada sonido

    Y no sé si estoy siendo insensato
    No sé si estoy siendo prudente
    Pero es algo en lo que debo creer
    Y está allí cuando miro a tus ojos) (1)



    Mientras éste clásico sonaba desde la casa de algún vecino, él se alistaba para su encuentro con Usami-san. Después de vestirse cargó consigo su Tablet, su móvil y la billetera, y ya listo se sentó en las escalinatas de la entrada a esperar al peliplateado, cantando mientras avanzaba un poco del trabajo.


    And I'd give up forever to touch you
    Cause I know that you feel me somehow
    You're the closest to heaven that I'll ever be
    and I don't want to go home right now

    (Y abandonaría por siempre tocarte
    Porque sé que me sientes de algún modo
    Tú estás más cerca del cielo de lo que yo jamás estaré
    Y no quiero irme a casa justo ahora) (2)



    Estaba programando un playlist que ejecutaría exactamente el 14 de febrero, interviniendo la señal de radio como su pelirrojo sensei Kyoya le enseñó, cuando el chirrido de los neumáticos de un Ferrari rojo lo trajo de vuelta a la realidad.


    –¿Listo? –inquirió Usami, a modo de saludo.

    –Listo


    Un breve intercambio de palabras y quince minutos más tarde se encontraban en un lujoso restaurante, acomodados junto a una ventana con vista a la luminosa ciudad. Platicaban de cualquier cosa, aunque realmente Akihiko no le prestaba mucha atención. Sin embargo empezaba a preguntarse cómo había sido su reclutamiento y bajo qué circunstancias, pues a leguas se notaba que el chico era demasiado ingenuo como para jugar con los sentimientos tal y como Anteros decía.


    –¿Sabe? Nii-san luce más feliz desde que sale con Manami-san… es como si Cupido-sama le estuviera recompensando por todos sus esfuerzos.


    "En efecto Eros-sama así lo hizo hace un año… me pregunto cómo estará él. Por alguna razón nadie quiso decirme nada, ni siquiera Teresa-sama"


    –No pude haberlo dicho mejor –sonrió falsamente el escritor.


    "Tenía que recordarme eso justo ahora…" murmuró el mayor en su pensamiento.

    "¿Por qué? ¿Por qué sólo la boca de Usami-san sonríe, pero no sus ojos?" se preguntaba el muchachito "Aoitsuki-sama (3) decía que los ojos son las ventanas del alma y como tal un buen indicio del estado sentimental de las personas, aunque no tan preciso como la base de datos…"


    –Misaki… Misaki… oye ¿estás bien?

    –¿Ah?

    –¿Pasa algo? Parecías estar en piloto automático.

    –¿En serio? –el novelista asintió– No es nada, no tiene de qué preocuparse.


    "Para ser el remplazo de Eros, es bastante distraído"


    –Lo que sea que te aqueje, puedes decírmelo –el escritor se sorprendía a sí mismo, las palabras salían por sí solas– Te prometo guardar el secreto.


    "Usami-san es tan amable… pero su mirada expresa dolor… ¿Qué es eso que le aqueja?... ¿Cómo puedo saberlo sin preguntárselo y sin herirlo?... ¡La base de datos!"


    –Etto… ¿me permite un momento, Usami-san?

    –Por supuesto.


    Akihiko chasqueó disimuladamente la lengua en cuanto vio que aún tenía consigo la Tablet, y pensó en lo maleducado que era al traerla en su cita, pero aquello perdió importancia cuando el chico volvió, con un semblante muy distinto al anterior.


    –Ya está, Usami-san.

    –Misaki –ya era hora de dar otro paso– Sé que suena absurdo esto que voy a decirte, pero… me gustas, y me gustaría salir contigo.


    Un silencio se hizo presente, un breve silencio que se hizo eterno para ambos.


    –¡No! –exclamó el ojiesmeralda con los ojos acuosos– ¡No intente engañarme ni engañarse a sí mismo! ¡Usted ama a nii-san!


    Akihiko Usami esperaba que el chico pusiera algún pretexto como el hecho de ser ambos hombres, el apenas conocerse… ¡o los abismales diez años de diferencia!, pero el que mencionara sus sentimientos por Takahiro fue simplemente inesperado. Estático y lento para reaccionar, lo vio salir corriendo y en cuanto se espabiló fue tras él.


    –No puedo hacer nada por Usami-san… –gimoteaba muy despacio, bajo la farola de una calle solitaria– no tengo permitido intervenir… si tan solo Eros-sama me dejara…


    Anteriormente había consultado el estado sentimental de Usami Akihiko en su base de datos, topándose con un amor silencioso de casi 10 años cuyo causante no culpable era precisamente su hermano. Sabía perfectamente que no debía interponerse, pues Takahiro ya era correspondido por Manami. Asimismo dentro del corazón del novelista había un ítem completamente nuevo y desconocido para él, un ítem que no podía ser sustraído ni destruido. Por ende Usami seguiría igual hasta que Eros decidiera lo contrario.


    –Eros-sama sabe lo que hace, pero… por alguna razón… por alguna razón… a mí también me duele… ¿Por qué?


    Sus lamentos se oían tenues, pero con tal fuerza que incluso llegaron a lo más profundo del corazón de cierto escritor, que al fin le daba alcance.


    –Yo lo siento... –farfulló el castaño en cuanto se percató de la presencia del mayor– Es culpa mía que nii-san nunca se haya dado cuenta de sus sentimientos… él… se ocupaba todo el tiempo de mí que… apenas si tenía tiempo para él mismo… él… yo… –las palabras de Misaki perdían coherencia– está bien si me odia… viviré con eso…


    El ojivioleta retiró algunos mechones que cubrían su frente, para luego dejar sobre esta un beso. Eventualmente el de los ojos color esmeralda le miró y empezó a temblar como cervatillo asustado, más cuando un segundo beso fue a dar justamente sobre sus labios, al tiempo que Usami le rodeaba con ambos brazos y una de sus lágrimas caía sobre su mejilla para mezclarse con las suyas.


    "Tu corazón es tan puro, remplazo de Eros…"

    "Si tan sólo pudiera quedarme con esta persona para siempre… si tan sólo Eros-sama me lo permitiera"



    De lo que ambos no tenían idea en esos momentos era que alrededor de sus corazones crecía un rosal con flores blancas, rojas y rosas, y que una tercera presencia les miraba con aversión.



    CONTINUARÁ…





    Notas de la autora:

    1.- Love is in the air, de John Paul Young, del álbum Love is in the air (1978).

    2.- Iris, de Goo goo Dolls. Originalmente compuesta para la banda sonora de la película de 1998; City of Angels, fue posteriormente incluida en el sexto álbum de la banda; Dizzy up the girl (1998).

    Encontré un AMV de la pareja Romantica con esta canción que me encantó y recomiendo ver (de hecho puse esta canción pensando en el AMV):



    3.- Aoitsuki significa Luna azul. Ya lo había dicho en mi fic El Cuartel del Metal, pero hago la aclaración porque me refiero a la chica de pelo azul que sale en el primer cap.


    Bueno, hasta aquí le dejo. Seguiré actualizando el fic en este mes, ya que realmente es corto en comparación con los otros. Un review con una crítica constructiva, felicitación o sugerencia nunca le caen mal a nadie. Chaito.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 15/2/2014, 12:35
     
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  6. Jude
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    Oh ya he estado siguiendo sus trabajos desde antes pero debo admitir que me encanto mucho más lo que hizo ahora:3 bueno todos me gustan, pienso que Eros estaba planeando la relación de Misaki y Akihiko, o tal vez solo fue de imprevisto. La canción ya la conocía y es de mis favoritas, espero poder seguir leyendo más, siga así. Hasta pronto c:
     
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  7. Yûko-chan
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    owwwww :=uuum: :=uuum:
    que lindo misaki es cupido kyaaa :=uuum: :=uuum:
    me gusta voy a esperar la conty
    no creo que usagi le haga algo a misaki es que estan tierno que hace que
    vomite arco iris :P
    saludos y que no se te vaya la inspiracion porfavor
    :=amors: :=amors:
    :=deeaaah: :=deeaaah:
     
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  8. »Hitch 74 no Danna«
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    Hehehey! Hola, mis fanseses ¿Qué dice la vida? Lo sé, tardé demasiado en subir la continuación, pero asumo que la mayoría va a la escuela y como tal entienden que absorbe mucho tiempo e incluso corta la inspiración. Como sea, no vine para quejarme sino para traer el capítulo de este proyecto. Espero que sea de su agrado.


    Disclaymer: Junjou Romantica es de su creadora Shungiku Nakamura




    VII.- Una oportunidad para continuar con una sonrisa


    Día D. Entre dulces, chocolates, flores, tarjetas y todo cuanto la imaginación humana creara y materializara para esta ocasión, los enamorados recibían al día de San Valentín, entre ellos él mismo. Si le hubieran planteado la idea semanas antes, se lo habría tomado como una broma de mal gusto; sin embargo su situación actual distaba mucho de ser eso, pues en estos momentos se encontraba en el mismo restaurante de hace dos días, disfrutando de la compañía de nadie más ni nadie menos que el mismísimo remplazo de Eros.


    There were bells on a hill
    But I never heard them ringing
    No I never heard them at all
    Till there was you…

    (Había campanas en una colina
    Pero nunca las escuché sonar
    No, nunca las escuché para nada
    Hasta que llegaste tú…) (1)



    De fondo se escuchaba éste y otros clásicos que Misaki programó previamente. Aunque todavía no terminaba su trabajo, el chico agradecía que hubiera acabado la semana preliminar a este día, pues ciertamente los preparativos eran la parte más difícil: en toda la semana viajó por todo el mundo regando o podando las rosas que representaban los sentimientos cultivados por la amistad y el trato diario (2); colocando unas dos gotitas diarias de esencia para reducir los celos, tres gotas de extracto para aumentar la expresividad de las parejas frías, un té para el dolor de corazón causado por una ruptura, entre otras; corrigiendo las cartas, tarjetas, carteles, mails, etc., que las personas escribían, de tal forma que las palabras fueran las correctas según fuera su objetivo; disparando cual francotirador flechas que actuaban directamente en el corazón; programando diferentes playlist dependiendo del país y la edad promedio de sus pobladores, e interviniendo los medios de comunicación masiva… todo sin ser detectado.


    Bajo estas condiciones ahora solamente faltaba que los humanos hicieran su parte, es decir, que ellos mismos conquistaran a su Valentín, movidos precisamente por el amor que él se encargaba de sembrar o renovar, según fuera el caso, así como vigilar muy de vez en cuando que los índices de amor no disminuyeran.


    "¿Cómo? ¿Por qué yo? Digo, no es que me queje, de hecho me hace sentir halagado, pero… ¿Cómo pudo cambiar el corazón de Usami-san sin que yo…? Y tan rápido…"


    Por otra parte, no entendía del todo cómo había terminado en esta situación con Usami, pues ciertamente no entraba dentro del trabajo, y para colmo el visor de rayos X no le permitía diagnosticarse a sí mismo debido a su nueva naturaleza. Sin embargo los síntomas del enamoramiento –como Aoitsuki-sensei decía siempre– ya empezaban a notarse.


    "Latidos acelerados, mejillas acaloradas, cosquilleo en el estómago, pupilas dilatadas, tendencia a sonreír o suspirar demasiado, nerviosismo… todo tan solo con ver o pensar en él… entonces yo… ¿en verdad estoy…?"


    Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que apenas si pudo reaccionar cuando Akihiko acortó las distancias entre ellos para dejar un beso sobre sus labios. Consecuentemente sus pómulos se tiñeron de carmín.


    –N-no ha-haga eso… e-estamos en un lugar público –balbuceó lo primero que se le ocurrió.


    "Incluso siendo el remplazo del mismo dios del amor, es tan inocente… demo…"


    Si bien era cierto que Takahiro fue y sería siempre su primer amor, la sensación que Misaki producía en su corazón no podía compararse con eso, y aunque no estaba seguro que fuera realmente amor o sólo atracción, sí estaba cien por ciento seguro de algunas cosas: una, el chico no intervino, o al menos tenía la certeza de que no lo haría, según lo que alcanzó a escuchar esa noche; dos, ya no veía necesario darle las fresas con chocolate; y tres…


    –Misaki… quiero que lo intentemos –habló con total sinceridad.

    –¿Ah?

    –Necesito saber qué es este sentimiento… y tú eres el único que puede ayudarme ¿Qué dices?

    –Etto… yo… –eso tomó desprevenido al otro, pero al parecer no tuvo que pensar mucho para dar su respuesta– también pienso lo mismo.


    Y sintió latir su corazón con fuerza ante el corto y casto beso que el menor le devolvía.



    VIII.- Plan B


    Por otra parte, Anteros no daba crédito a lo que sus ojos presenciaron los últimos días. El que Akihiko prácticamente estuviera renunciando a su oportunidad de ser correspondido por Takahiro, al querer darse una oportunidad con el mismo Misaki, ciertamente frustraba sus planes.


    "Aunque… no debería culpar del todo al chico, de hecho se me antoja encantador y digno de mí, pero… no puedo dejarme llevar... mi meta es primero: obtener tu cabeza, Eros"


    En ese momento se encontraba en su forma de golondrina, parado sobre el barandal de una bonita terraza.


    –¡Maldición! –escuchó a alguien quejarse.

    –¿Qué pasa? –preguntaba otro hombre, desde dentro.

    –Del otro lado, hasta la esquina, junto a la ventana…

    –¿Qué?

    –Es el estúpido de Akihiko –espetó con desdén– y por lo visto ya tiene nuevo juguete.

    –No digas esas cosas, es sólo un niño.

    –¡Vamos, hombre! Te compadeces como si el mocoso no supiera lo que hace…

    –Puede ser, pero… si observas bien, se ve feliz.

    –¡Es obvio que ese niño lo está engatusando! –el primero sonaba renuente.

    –No deberías estar celoso de él… sólo pasaron una noche ¿recuerdas?

    –¡No me lo recuerdes!

    –Ah, Sumi-chan –suspiró– Supéralo de una vez por todas o terminarás haciéndote daño a ti mismo.

    –Estúpido Cupido –masculló entre dientes.


    El vengador del amor no correspondido sonreía con satisfacción conforme iba recorriendo algunos puntos cercanos de la ciudad, topándose con situaciones parecidas, llegando a una contundente conclusión: Misaki dejó casos sin interceder, siguiendo la premisa –a su opinión estúpida– de Eros, que todo debía hacerse en su tiempo y forma.


    El tiempo transcurría relativamente tranquilo para los enamorados en la Tierra, entre ellos el escritor y el pequeño Cupido, quienes ahora se encontraban en el apartamento del mayor. En tanto, en el centro de operaciones, el personal transportaba tanquecillos que se iban llenando conforme los índices de amor en la Tierra aumentaban, a un almacén. Aunque la colecta era mejor que en otros años, no todo era color de rosa, pues la salud de Eros cada vez iba de mal en peor. Ahora tenía incluso un respirador artificial.


    –Te-re-sa –deletreó con mucha dificultad.

    –¿Sí, Eros-sama?

    –Por fa-vor… lláma-me… por mi verdadero… nom-bre…

    –H-hai, Haku-sama.

    –Ve por Misaki… y los o-tros… ya-es-hora…

    –Demo…

    –Estaré-bien… por favor, ve por ellos.

    –Hai.


    Con una lágrima sobre su mejilla y con la mirada ensombrecida, Teresa desplegó unas bonitas alas transparentes color azul turquesa y luego de un rato de sobrevolar los cielos, reunió a Violeta, Fanny, Aoitsuki y los otros.


    –Ahora sólo falta Misaki-kun.


    Sacó de su vestido blanco una especie de polvera que contenía dentro algunas perlas plateadas, y luego de ingerir una quedó convertida en una mariposa azul. Entró a la residencia Takahashi pero no encontró a nadie, y justo cuando pretendía salir por la ventana, sintió el gran peso de una enorme red de mariposa (3) que le impidió toda escapatoria.


    –Han pasado dos siglos desde la última vez que nos vimos… Teresa.

    –A-Anteros-san…



    Ajenos a todo esto, el escritor y Cupido se dejaban llevar por el dulce aroma de una pasión latente. Para el muchacho todas esas sensaciones resultaban nuevas, aun cuando se le habló del tema infinidad de veces durante su entrenamiento, y eso lo demostraba su ya eterno rubor; pero no sólo era él, al escritor también se le hacía nuevo el hecho de preocuparse –por primera vez en la vida– en darle a su amante una experiencia inolvidable. Entre besos y caricias cuya intensidad subía, se demostraban el uno al otro que estaban dispuestos a poner todo el corazón en esta nueva aventura. Akihiko embestía al muchacho con fuerza, pero a la vez con cuidado, en tanto que Misaki se aferraba al cuerpo del mayor y un par de lágrimas de amor fluían por sus mejillas.


    Al final de aquel acto ambos cayeron rendidos, pero uno seguía despierto.


    "Creo que… creo que lo amo, Usami-san"


    Notó una pequeña caja con una etiqueta con su nombre, sobre la mesita de noche. La abrió y se llevó a la boca uno de los tantos bocaditos que la llenaban. En cuanto lo ingirió todo se tornó confuso y antes de caer por completo en la inconsciencia, una sombra se dejó ver bajo la luz de la luna, afilando sus ojos rojos como sangre.


    –Al fin te tengo… Cupido.



    CONTINUARÁ…





    Notas de la autora:


    1.- Till there was you. Alude a la versión de The Beatles, que se incluyó en los álbumes de With The Beatles (en el Reino Unido, 1963) y Meet the Beatles! (en los Estados Unidos, 1964). La versión original es una canción escrita por Meredith Willson para su musical de 1957 The Music Man (aunque creo que a nadie le interesa este último dato, XD).

    2.- En el capítulo anterior mencioné que en el corazón de Akihiko y Misaki surgieron unos rosales, pero no tiene el mismo significado. Lo explicaré más adelante.

    3.- Si han visto el episodio de Los padrinos mágicos, ¡Abra catástrofe! (español latino), recordarán que Crocker atrapa a Wanda precisamente con una red de mariposa.


    Sí, sí… chance y esperaban lemon, pero ya saben que me quedan como para un capítulo entero y esa no era mi intención. En fin, de momento es todo lo que tengo que decir. De todas maneras intentaré terminar el fic antes de que termine el mes. Que tengan un bonito fin de semana, chaito.
     
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  9. May-Chan31
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    Hola!!! que lindo es este fic... me encanta la historia en si de tú fic.. en verdad esperó que continúe...y espero que a misaki no le pase nada ni a Teresa san.. pobre eros está muriendo.. espero con ansias de su conti
     
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  10. KokoroSR
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    ¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! ¡¡QUE NI SE TE OCURRA QUITARLE LOS PODERES A MISAKI!! ¡¡SERIA MI RUINA!! ¡¡POR FAVOR NO SE LOS QUITES!! Pero has que la relación de Usagi-san y Misaki se bonita y demás.

    Aquí a tus servicios, Kokoro-sama, la "experta" en literatura universal. ;)
     
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  11. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola, hola. Heme aquí con otra entrega. Sí, sí, sé que debí terminarlo ya desde hace más de una semana, pero ya saben cómo es la escuela (más ahorita que estoy con lo de mi proyecto de titulación y blah, blah, blah). En fin, no quise abandonar este fic como pasó con “De tradiciones y amor está hecho el invierno”. Lamentablemente, por las razones que acabo de mencionar, suspenderé ese fic y lo retomaré hasta las próximas vacaciones de diciembre. En tanto que este no lo dejaré, puesto que ya estoy haciendo los últimos capítulos.

    Bien, este capítulo y tal vez los que vienen sólo constarán de una parte, pero con la misma extensión de dos. Espero de antemano su comprensión, y que disfruten el cap tanto como hago yo al escribirlos.


    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son de su creadora Shungiku Nakamura.



    IX.- En la guerra y en el amor todo se vale – parte I


    En un lugar cercano a Londres –donde todavía seguía siendo 14 de febrero– podía apreciarse una especie de castillo de cristal rosa construido entre las fuertes ramas de un gigantesco y frondoso árbol de sakura que se erguía entre las nubes y el cielo azul. Dentro, todo mundo se movilizaba siguiendo las órdenes de Violeta, quien tomó el mando en remplazo de Eros y Teresa.


    –Fanny… estado actual de Eros-sama…

    –Respiración y pulso regularizados, aun en estado de inconsciencia –decía la rubia– demo… mis medicinas se agotan y de seguir así ya no podré hacer nada…

    –Explícate.

    –Ya pude regularizar sus signos, pero exactamente cada media hora vuelven a caer.

    –Entiendo… haz lo que puedas, Eros-sama está en tus manos.

    –Hai.

    –Aoitsuki… índices de amor en la Tierra…

    –Flujo constante… bajo, pero constante.

    –Kyöya… ¿Qué hay de Misaki-kun y Teresa-san? ¿Algún indicio?

    –Localicé la Tablet de Misaki –dijo el pelirrojo, frente a la computadora– Por suerte aún no ha sido apagada, reiniciada, infectada o hackeada.

    –¿Dónde?

    –En Japón, en la casa de un humano… Usami Akihiko.

    –¡Yukio, Joel! –al momento aparecieron un peliverde y un pelinaranjo– ¡Vayan por la Tablet y por ese tal Usami! ¡Traigan también todo lo que pueda servir de evidencia o indicio y envíenlo al laboratorio! ¡A él llévenlo a la sala de interrogación!

    –¡Hai!


    Ambos varones desplegaron sus alas, semejantes a las de una libélula, y emprendieron su marcha. Entraron a la residencia sin hacer ruido, encontrándose a cierto escritor sumergido en el mundo de los sueños.


    –¿Por qué la ropa de Misaki está tirada? –preguntó Joel.

    –Mira esto, Joel-kun.


    »Para: Takahashi Misaki

    De: Usami Akihiko«



    Se trataba de una tarjeta que venía dentro de una cajita de fresas con chocolate.


    –Ropa tirada, luces apagadas, fresas con chocolate para Misaki, Usami desnudo… –Yukio parecía tener una teoría–…es obvio que lo hicieron y ahora son amantes.

    –¿En serio? –Joel estaba algo sonrojado.

    –Lo que explicaría por qué la Tablet fue localizada justo aquí –Yukio tomó el objeto de la mesita de noche, pero sintió una punzada.

    –¿Pasa algo?

    –No, nada –dijo el peliverde, atribuyéndolo a su imaginación– Bien, hay que llevarnos a Usami antes de que despierte.

    –Hmm… supongo que a Misaki no le molestará si tomo uno…

    –¡Deja eso, Joel-kun, no es tuyo!


    Pero ya era demasiado tarde, pues el pelinaranjo se había comido una fresa y ahora caía en la inconsciencia.


    –¡Joel-kun! –Yukio intentaba despertarlo– ¡Oi, Joel-kun!


    En tanto, en otro lugar más apartado pero tampoco lejos de la Tierra, dos almas enamoradas luchaban por deshacerse de sus ataduras. Los dos subordinados de Eros estaban encerrados en una enorme jaula que pendía de una cadena en el techo. A Teresa se le clavaron unos cristales rojo sangre en cada muñeca, al igual que Misaki pero en color negro.


    –Vaya, pensé que jamás despertarías, Misaki-kun –espetó cierto pelinegro de ojos escarlata, que les miraba desde abajo.

    –¿Quién eres? ¿Por qué estamos encerrados? ¿Por qué…?

    –Una pregunta a la vez, pequeño, una pregunta a la vez…

    –Anteros-san –susurró Teresa.

    –¿Lo conoces?

    –¡¿Conocerme?! –exclamó Anteros con tono burlesco– ¡Esta cara bonita era mi mano derecha!

    –¿Teresa-sama?

    –Yo… –la mujer agachó la mirada– Misaki-kun, yo…

    –¡Vamos, no te hagas la desentendida! –y luego miró al chico– ¡Por supuesto que ella era mi mano derecha! ¡Ella se infiltró al centro de operaciones de tu jefe Eros! ¡Su misión era seducirlo y traerme su cabeza!

    –¡Basta, por favor! –Teresa no lo soportó y se llevó las manos a la cabeza, soltando algunos sollozos.

    –¡Y hay más! –por lo visto el azabache disfrutaba esto– No sólo era mi mano derecha, sino también mi amante.

    –¡Basta!

    –¿Por qué? –preguntó el menor, con la mirada ensombrecida y unas pocas lágrimas fluyendo por sus mejillas– ¿Por qué quieres la cabeza de una persona tan pura como Eros-sama? ¿Qué te ha hecho él para que quiera verlo muerto?

    –Tú deberías saberlo mejor que nadie… Cupido-kun –lo último fue dicho con rabia– Tú sabes perfectamente las locuras que humanos y dioses cometen por amor… lo único que quiero es acabar con su sufrimiento, que nunca más sufran por amor… y la única forma de lograrlo es acabando con el causante.

    –¡Pero es parte de la vida! –Misaki levantaba la voz– ¡La única forma en la que las personas valoramos a nuestros seres queridos es cuando nuestros sentimientos son puestos a prueba! ¡Por ello el amor a primera vista, los romances furtivos, los amores unilaterales! ¡Incluso los triángulos amorosos! ¡Todos tienen su razón de ser!

    –La misma estúpida premisa de Eros –Anteros destilaba odio en cada palabra– Para ustedes es fácil decirlo porque no tienen que lidiar con todos esos corazones heridos o rotos –Misaki iba a repelar algo más, pero un soldado negro interrumpió, hablando cosas inteligibles sólo para Anteros. Luego éste empezaba a caminar en señal de marcharse– Por cierto, Cupido-kun… ¿Sabías que tu amado Akihiko te vendió a mí a cambio de ser correspondido por Takahiro?

    –¿Qué?

    –Apuesto a que ya no piensas igual que hace unos segundos.


    El pelinegro le dedicó una sonrisa altanera y sin más se marchó, dejando al castaño con el corazón colgando de un hilo. En tanto Akihiko ya había sido llevado con Violeta, gracias a una granada de tele-transportación que Yukio lanzó, llevándose consigo a Joel, Usami, la Tablet y la caja de fresas con chocolate.


    –¿Qué demonios? –fue lo primero que soltó el escritor en cuanto despertó y se vio en un cuarto interrogatorio, ataviado con un uniforme gris propio de un reo, esposado y sentado frente a un escritorio con un micrófono.

    –Usami Akihiko –frente a él estaba una mujer que debía andar por los 21 años, de largo cabello y ojos color morado, vestida al más puro estilo militar, al parecer grado teniente– usted ha sido arrestado por su implicación en el posible secuestro de Takahashi Misaki.

    –¡¿Qué?! –eso sí que lo tomó por sorpresa– ¡¿Cómo que Misaki fue secuestrado?! ¡¿Quién…?! ¡¿Cuándo...?! ¡¿Cómo que arrestado?!

    –¡Aquí las preguntas las hago yo! –soltó la mujer, no demasiado alto, pero con tono contrariado– Bien, como decía, usted ha sido arrestado por la implicación en el posible secuestro de Misaki-kun, y antes de que diga cualquier cosa, tenemos indicios que nos hacen sospechar fuertemente de usted –dicho esto Violeta colocó sobre la mesa la Tablet color blanco y la caja de fresas con chocolate, y grande fue su indignación al ver la reacción de sorpresa que Akihiko los reconoció.

    –Faltan dos –susurró el peliplata para sí mismo, horrorizado por la teoría que se formulaba en su mente.

    –Así es, Usami-san, y por su reacción veo que mis sospechas eran ciertas –y luego estalló: – ¡¿Con qué propósito?! –sujetaba fuertemente la camisa del escritor y tiraba de ella– ¡¿Con qué propósito trató de envenenar a Misaki-kun?!

    –Yo… –Usami agachó la mirada y se quedó en silencio. Este gesto ofendió sumamente a la mujer, quien lo soltó de un empujón.

    –¡Violeta-sama, Violeta-sama! –sin embargo aquello no le duró demasiado, pues Yukio entraba repentinamente con unos documentos en mano– ¡Laboratorio ya tiene los resultados! –Yukio le entregó una pequeña carpeta que la teniente revisó.

    –Justo lo que temía –bufó con pesadez.

    –¿Qué sucede, Violeta-san?

    –Saca a esta escoria de mi vista –masculló entre dientes– llévalo al confinamiento de máxima seguridad.

    –¿Qué hay de Misaki? –inquirió el novelista.

    –¡Dije que usted no está en posición de nada! ¡Yukio, llévatelo de una vez!

    –Por favor no se resista –espetó el peliverde.


    Dicho esto lanzó otra granada y luego de unos segundos fueron a dar al exterior de una celda. Akihiko fue conducido dentro, y casi se le sale el corazón de la impresión, pues no había paredes o piso como tal sino que parecía más un abismo o uno de esos agujeros negros.


    –¿Qué tiene que decir al respecto, Usami-san?

    –¿Ah?

    –Vamos, no se haga el desentendido. Los resultados de laboratorio arrojaron que esas fresas que usted le dio a Misaki están hechas de odio puro, lo cual nos indica que usted tuvo tratos con el único capaz de moldearlo de esta manera: Anteros… ¿me equivoco? –Akihiko negó en silencio– No sé qué le haya ofrecido o qué le haya dicho Anteros, pero sí le digo una cosa, Usami-san... ese odio es veneno para el dios del amor, o semidiós en el caso de Misaki-kun, y está corriendo por sus venas. Si no recibe un antídoto pronto… –Yukio apretó los puños de la impotencia–… morirá.



    CONTINUARÁ…




    Notas finales:

    Un review con una crítica constructiva, sugerencia, comentario o felicitación nunca le vienen mal a nadie. Gracias por leer. Chaito.
     
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  12. Micaelitha
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    me gusta esta muy hermoso :D !!!!!!!!!!! :=duouou: :=duouou: :=duouou: :=duouou: :=duouou: :=duouou: tan bello :=BUABUA: :=dgdgdf: :=dgdgdf: :=dgdgdf:
     
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  13. BlackLady713
        +2   +1   -1
     
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    Dios!!!!

    he seguido todas tus historias (si... TODAS) y la verdad me sigues poniendo al filo de la silla cuando leo un nuevo capi

    sigue asi!!!!
     
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  14. »Hitch 74 no Danna«
        +1   +1   -1
     
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    Hola, hola!!! Ya vengo con nuevo cap. En esta ocasión sí son dos partes como lo he venido manejando. Se llevarán algunas sorpresas que explicaré en capítulos posteriores.

    Bien, pues ¡A leer se ha dicho!


    Disclaymer: el fandom de Junjou Romantica no me pertenece, de lo contrario no estaría poniendo este disclaymer, XD.


    X.- En la guerra y en el amor todo se vale – parte II


    Una semana. Había transcurrido una semana desde el arresto de Usami Akihiko, y el cautiverio de Takahashi Misaki y Teresa. Los habitantes de la Tierra ciertamente vivían ignorante de esto, pues –por decisión de Violeta– el tiempo terrestre fue detenido, más no el tiempo del resto del universo.


    En el centro de operaciones de Amore & Psique (1), todo mundo se movilizaba: Kyöya, Yukio y Violeta estaban al frente de las tropas que combatían al enemigo; al mismo tiempo Kyöya vigilaba que ni las comunicaciones ni la computadora principal fueran intervenidas; Aoitsuki y los médicos se ocupaban de Eros, quien de puro milagro sobrevivió la semana; Fanny trabajaba en el laboratorio en búsqueda de un antídoto para Joel, quien aún no se recuperaba de la intoxicación por la fresa con chocolate que se comió, y que estaba a su cuidado.


    –¿Cuántas bajas tenemos? –inquirió Violeta, que observaba todo desde una torre.

    –Doscientos uno –respondió Yukio, desde el segundo nivel.

    –Estado del sistema.

    –La computadora principal sigue sin cambios, pero los hombres de Anteros dañaron varios nodos (2) periféricos–espetó el pelirrojo frente a la pantalla gigante.

    –Estado de Eros-sama.

    –Tuvo un paro respiratorio hace quince minutos –respondió Aoitsuki– Logramos estabilizarlo, pero su estado aún sigue siendo crítico.

    –¡Tsk! –la teniente chasqueó los dientes– ¿Es que nadie puede darme buenas noticias?

    –¡Violeta-sama!

    –¿Qué sucede, Fanny?

    –¡Solicito permiso para liberar temporalmente al prisionero!

    –¡¿Te has vuelto loca?! ¡¿Para qué lo quieres?!

    –Etto… quizá él sepa algo que hayan pasado por alto.

    –¿En qué te basas?

    –Etto… en realidad… es una corazonada…

    –¡No estamos para corazonadas! ¡De ninguna manera!

    –Pero…

    –¡Permiso denegado! ¡Cambio y fuera!


    Mientras tanto, en el interior de una especie de castillo construido en una zona cavernosa, Anteros estaba en su propio centro de operaciones, sentado frente a una mesa sobre la que había una especie de tablero holográfico. Este mostraba el exterior de Amore & Psique. A diferencia de Eros, él no tenía subordinados como Violeta, Fanny, Kyöya, etc., pero tenía la ventaja de hacer aparecer en la periferia cuantos soldados fueran necesarios para destruir poco a poco sus defensas. El ruido de unos pasos lo puso alerta, pero no se inmutó ni un poco.


    –Anteros-sama –habló un soldado negro con voz grave– Los dos prisioneros ya están listos, la última fase fue exitosa.

    –Tráemelos.

    –Hai.


    Este y tres soldados más trazaron en el suelo la misma estrella con símbolos extraños que Anteros usaba. Esta se tornó de color rojo y de ella emergió una enorme jaula. Dentro de ella podían verse a los dos prisioneros: Teresa seguía igual de hermosa, pero sus gráciles alas y su blanco vestido fueron sustituidos por unas alas demoniacas y una armadura, ambos en colores negro y rojo (3); por otro lado Misaki estaba más pálido de lo normal y sus alas eran iguales a las de Teresa, pero él no poseía armadura, sino una larga gabardina negra que le llegaba al tobillo, así como varios aditamentos (4). Ambos tenían el cabello negro, pero sus rostros y ojos carecían de emoción.


    –Déjenos solos.

    –Hai– dicho esto los hombres de Anteros se retiraron.

    –Misaki-kun –Anteros entró a la jaula y una vez que estuvo frente al muchacho, acarició su mejilla y le sostuvo suavemente del mentón, para depositar sobre sus labios un fugaz beso que el pequeño no rechazó– ¿Cómo te sientes?

    –Mejor que nunca, mi amo.

    –¿Qué hay de ti, Teresa-kun? –hizo la misma acción, a excepción del beso– ¿Algo que tengas que decirme?

    –¿Cuáles son sus órdenes, amo?

    –Así me gusta –sonrió con gran satisfacción– Bien… –apenas dijo esto, chasqueó los dedos e inmediatamente la jaula desapareció. Con una seña los instó a que tomaran asiento, Teresa a su izquierda y Misaki a su derecha– En estos momentos mis hombres están debilitando las defensas de nuestro enemigo. En cuanto el momento llegue –volteó a su izquierda– combatirás contra Violeta y el resto –en ese momento el tablero mostraba a los seis subordinados de Eros. Luego volteó a su derecha– En cuanto a ti, Misaki-kun, tu único objetivo será traerme la cabeza de Eros ¿Entendido?

    –Entendido.




    XI.- En la guerra y en el amor todo se vale – parte III


    El combate entre las tropas de Eros y Anteros seguía desarrollándose afuera. Dentro, Fanny corría a hurtadillas entre escaleras y pasadizos, hasta llegar al confinamiento de máxima seguridad donde se encontraba Akihiko Usami. Notó que había unos ocho soldados que, no dudaba, seguían únicamente órdenes de Violeta.


    –Lo siento chicos, pero es necesario –dijo en un susurro para luego soplar un polvo mágico que hizo a base de plantas venenosas. Al instante los soldados quedaron sedados– Ahora la siguiente fase… –con un gesto coqueto, lanzó una especie de vaho (5) corrosivo que deshizo la cerradura– Etto… ¿Usami-san?

    –¿Sabes algo de Misaki? –fue lo primero que preguntó el escritor.

    –Lamentablemente no –suspiró ella con pesar– Pero he venido a sacarlo de aquí –el peliplata le miró, dudoso– Sí, Violeta-sama me matará cuando se entere, pero estoy consciente de que todos cometemos errores, la mayoría enmendables –dicho esto sacó un frasquito color morado de entre sus ropas– Al igual que Misaki-kun, mi compañero Joel-kun comió una de esas benditas fresas que encontró en su casa –Akihiko agachó la mirada, consciente de lo que había provocado– Está bien, no tiene de qué preocuparse. Joel-kun ya se ha recuperado.

    –Pero Yukio dijo…

    –Es cierto, el odio puro es dañino para seres como Misaki-kun, como Joel-kun o como yo… la diferencia está en que Joel y yo no somos dioses del amor, por ello sólo caemos en estado de intoxicación. En cambio Misaki-kun sí representa al amor, por lo que el veneno se disemina con más lentitud, pero una vez que haga efecto… morirá. Por ello quiero que tenga esto –Fanny le entregó el frasquito y apretó la mano del ojivioleta.

    –¿Qué es esto?

    –Con base en las pruebas que hice con Joel-kun, desarrollé éste antídoto. Tengo fe en que será útil para Misaki-kun.

    –Pero… ¿Por qué me lo das a mí? Considerando que –su gesto se tornó amargo– envenené a Misaki…

    –Como dije antes, estoy consciente de que todos cometemos errores. Pero… tenemos dos opciones: lamentarnos o enmendarlos –con una horquilla que se quitó del cabello, abrió las esposas de Usami, dejándose oír su sonido una vez que cayeron de sus manos– Si realmente ama a Misaki-kun, entonces enmiende su error ¿de acuerdo?

    –Hai.



    Las horas transcurrían y las cosas se ponían feas para los subordinados de Eros: cerca de cuatrocientos soldados habían caído ante los hombres de Anteros, que al parecer eran inextinguibles; de los trescientos nodos que conformaban toda la red de seguridad, sólo quedaban diez y la computadora principal corría peligro de ser hackeada si seguían así; los recursos de Amore & Psique se acababan, pues al detener el tiempo ya no había suficiente amor para suministrarse, y el ya almacenado escaseaba; la vida de Eros seguía latente, pero igual corría riesgo de morir en cualquier momento; lo único bueno de todo fue que Joel ya había despertado y ahora se alistaba para ayudar a sus compañeros.


    –Teresa –ordenaba Anteros, quien enviaba una última tropa– prepárate, después de ellos es tu turno.

    –Hai –la mujer hizo una reverencia y emprendió su marcha. Cuando se encontró arriba en el cielo, desplegó aún más sus alas, y de su espalda brotaron varias cadenas plateadas con un eslabón triangular como punta, dispuestas a destruir todo lo que se les atravesara.

    –Misaki-kun… –el chico estaba a punto de irse, pero el vengador del amor no correspondido lo detuvo.

    –Ordene usted, amo.


    El de los ojos color escarlata lo haló de la gabardina y acortó las distancias en un beso demandante. Misaki parecía no tener problema con eso, al contrario, permitía que la húmeda y caliente lengua de su nuevo amo se aventurara en su cavidad. Lentamente se separaron una vez que fue necesario.


    –Procura volver vivo –sentenció– te estaré esperando.

    –Sí, mi amo.


    Anteros no pudo evitar sonreír de la satisfacción, mientras veía que Misaki también levantaba vuelo, siguiendo la misma ruta que Teresa.


    –Después de todo debería darle crédito a Akihiko-kun… después de todo su afán de ser correspondido por Takahiro pudo más que el amor que le empezaba a tener al pequeño.


    No obstante, el vengador del amor no correspondido no tenía la menor idea de cuán equivocado estaba.



    CONTINUARÁ…





    Notas finales:

    1.- Amore & Psique. Si han leído “El Perfume: historia de un asesino” de Patrick Süskind, publicada en 1985, recordarán entonces que es el nombre de un perfume que estaba mucho de moda en París, y que Grenouille mejoró.

    2.- Según Wikipedia, en informática y en telecomunicación, de forma muy general, un nodo es un punto de intersección, conexión o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar. Ahora bien, dentro de la informática la palabra nodo puede referirse a conceptos diferentes según el ámbito en el que nos movamos. En redes de computadoras cada una de las máquinas es un nodo, y si la red es Internet, cada servidor constituye también un nodo.

    3.- No encontré una referencia que me gustara para Teresa, así que tendrán que usar su imaginación, XD.
    https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?...hDPi8ZiVF685MHk

    4.- Por suerte para Misaki sí hallé. Aquí tienen: www.imagenestop.com/angeles1/angeles-hombres-anime-40249.jpg

    5.- Si han visto Naruto Shippüden, recordarán que en uno de los episodios (no me acuerdo en cual), cuando Sasuke llega a irrumpir la reunión de los Kages, la Mizukage Mei Terumi lo ataca con una niebla ácida capaz de fundir los huesos del Susanoo.


    Bueno, de momento no tengo más qué agregar. Nos leemos en la próxima entrega, chaito.
     
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  15. Usami Momo-chan
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    conty conty :3 esto se pone aun mas interesante
     
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39 replies since 7/2/2014, 19:29   2447 views
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