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»Hitch 74 no Danna«
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Hola, hola. Aquí con nuevo capítulo. Estaba pensando que, de tanto que he alargado esta parte y los OC’s tienen participación más activa, sería bueno poner referencias para que se los imaginen (A excepción de Teresa, Eros y Anteros, todos tienen los ojos del mismo color del cabello).
Kyöya: https://i124.photobucket.com/albums/p15/_pi.../guild/boy2.jpg
Joel: www.foroswebgratis.com/imagenes_for...0Anime82[1].jpg
Aoitsuki: http://stuffpoint.com/anime-paradise/image...-piano-girl.png
Fanny: https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?...64p_zEHaCX9Aq_9
Yukio: http://static.zerochan.net/Akira.%28TNC%29.full.1683308.jpg
Violeta: http://api.ning.com/files/-SMDs77rw4vAS08V...full.253404.jpg
Teresa (de hecho esta es de Claymore y me basé en ella. Como recordarán originalmente era rubia, pero en el cap anterior cambió su pelo a negro): www.theanimegallery.com/data/thumbs.../tAG_105010.jpg
Eros y Anteros (los puse idénticos, excepto porque el primero tiene los ojos azules y el segundo de color rojo. Este vendría siendo Anteros): http://media.animevice.com/uploads/1/11056...8_500_super.jpg
Bien, creo que aclarado este punto, sólo me queda decir ¡A leer se ha dicho!
Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen.
XII.- En la guerra y en el amor todo se vale – parte IV
Cuatrocientos soldados vencidos en batalla; de 300 nodos, los 10 restantes fueron conectados directamente al sistema nervioso de Kyöya para postergar por lo menos unos días el ya inminente hackeo; los signos vitales de Eros aun con tendencia a caer; dos de cuatro torres del castillo parcialmente destruidas; reservas de amor inferiores al 15%... Como si las cosas ya no pudieran ser peores, una especie de explosión puso a temblar el lugar.
–¡¿Qué fue eso?! –inquirió Violeta con fuerza, sin abandonar su puesto.
–¡Código rojo! ¡Intruso de nivel superior a 4,000! –se oía la voz de advertencia del pelirrojo– ¡En el ala norte! ¡Repito: intruso de nivel superior a 4,000 en el ala norte!
–¡Yukio, Joel, encárguense!
–¡Hai!
Los dos varones salieron con sus mejores armas a aquel encuentro: Yukio tenía consigo todo un arsenal con toda clase de proyectiles y armas de fuego (1), además de un uniforme color verde militar; en cambio Joel no tenía más que una simple gabardina, una camisa roja, una pluma de fuego (2), un tintero y papeles mágicos de todo tipo.
–¿Cómo se supone que vas a derrotar al intruso con eso? –le increpó el peliverde.
–Yukio-san, reconozco tu habilidad en el manejo de armas, pero… a veces las palabras pueden matar mejor que un arma –espetó Joel con una sonrisa.
Una sombra se desplegaba sobre el cielo para luego aterrizar en un solo y elegante movimiento. Los dos hombres abrieron los ojos como platos al reconocerla.
–¿T-Teresa-san? –titubeó Yukio, notablemente impresionado– No puede ser, tiene que ser un error de Kyöya-kun.
–Apártense de mi camino –musitó con tono frío.
–¡Oh, no puede ser! –apenas la oyó, Joel sintió un escalofrío siniestro recorrerle el cuerpo entero.
–¿Qué pasa?
–Teresa-san no es Teresa-san.
–¿Qué quieres decir con eso?
–Esta mujer es solo un cascarón... un cascarón vacío de la verdadera Teresa-san.
–¿Cómo lo sabes?
–No hay una sola emoción en sus palabras.
Teresa ciertamente llevaba órdenes de su antiguo señor y amo, así que no dudó ni un segundo en atacar, cortando al instante unos pocos cabellos de ambos hombres. Yukio disparó un primer proyectil, no demasiado potente para no herir de gravedad a Teresa; Joel escribía una palabra en un papel color azul y por arte de magia este se convertía en finas agujas que iban dirigidas a la mujer. Sin embargo sus ataques fueron abatidos por las cadenas que se movían tras la espalda de Teresa cual tentáculos de alguna abominación.
–¡Teresa-san! ¡Somos Joel y Yukio! –el mayor intentaba hacerla entrar en razón– ¡¿Qué no nos reconoces?!
Pero la mujer atacaba sin piedad, dejándolos sumamente heridos.
–¡Es Teresa-san! –Kyöya había recibido un mensaje de Joel– ¡El enemigo es Teresa-san!
–No puede ser –Violeta también estaba anonadada. Luego volvió a su posición– ¡Aoitsuki! Cuida de Eros-sama y Kyöya-kun –la mujer sacó unas tijeras y una regadera de jardinero de proporciones colosales (3) –Yo iré allá afuera.
“Fanny, ¿Por qué aun no tienes el antídoto?”
XIII.- En la guerra y en el amor todo se vale – Parte V
Aoitsuki cuidaba de Eros y Kyöya desde el centro de operaciones. Joel, Yukio y Violeta peleaban contra Teresa, tres contra uno. Joel ya había hecho varios papeles escritos, pero sólo los más poderosos lograron debilitar parcialmente las cadenas de Teresa; Yukio hacía lo mismo con sus armas; Violeta hacía el trabajo propio de una jardinera al lanzar semillas que se adherían como plagas al cuerpo de su antes compañera, y luego de regarlas con sus aguas mágicas, estas crecían y le robaban energía. Asimismo agitaba las tijeras para golpearla con las ráfagas de viento que producía, y al mismo tiempo las plantas eran podadas cuantas veces fuera necesario para favorecer su crecimiento. Sin embargo ya pasaba un buen tiempo y Teresa apenas si mostraba señales de cansancio, contraste con los otros tres cuyo arsenal se agotaba.
–¡Tienes que liberarte de lo que sea que te haya hecho ese malnacido, o de lo contrario me obligas a matarte ¿entiendes?! –sentenció Violeta. Sin embargo la expresión vacía de la antes rubia ya le empezaba a fastidiar.
Mientras tanto, Fanny y el escritor salían de la celda sin ser vistos. Anteriormente la rubia lo asperjó con un perfume que lo volvía prácticamente invisible.
–Ahora tenemos que ir al centro de operaciones a investigar el paradero de Misaki-kun.
Tuvieron que subir rápidamente hasta donde estaban Eros, Kyöya y Aoitsuki.
–¡Fanny! ¡¿Dónde rayos estabas?! –le reclamó el pelirrojo, que estaba sentado en medio de la habitación, con varios cables provenientes de su espalda, con los ojos cerrados– ¡No aparecías en la red!
Un estruendo proveniente del techo los puso alerta. Luego de eso, y con un elegante salto inverso, aterrizaba un muchacho muy apuesto vestido de negro, cuyo verde mirar carente de sentimientos provocó escalofríos en todos los presentes.
–¡Misaki! –en un impulso el escritor gritó el nombre de su adoración, haciendo que el recubrimiento perdiera su efecto y por tanto se volviera visible.
–¡Espere, Usami-san! –gritó Kyöya – ¡No!
Al mismo tiempo Akihiko se precipitó hacia el ojiverde, pero nadie contaba con que el muchacho lo apartara con una fuerte ráfaga de viento que produjo con un simple movimiento de brazo.
–Por favor, no interfieran –musitó mecánicamente, mientras con paso arrogante avanzaba hacia donde estaba Eros.
–¡¿Pero qué haces?! –Aoitsuki se horrorizó al ver que el arma en su mano izquierda– ¡Misaki, detente!
–¡Misaki! –Akihiko lo sujetó fuertemente por la espalda, pero el muchacho se lo sacó de encima y le metió una patada en el estómago que terminó por lanzarlo contra una columna. Al instante perdió el conocimiento.
–¡Usami-san! –Fanny fue a donde el mayor yacía– ¡Misaki-kun, ¿Por qué lo hiciste?!
–No tengo intención de pelear con ustedes, solo he venido a cumplir las órdenes de mi amo.
–¿Amo? ¿Quién?
–No tengo órdenes de darles esa información. Ahora, por favor, apártense –Pero Kyöya se lo impidió usando uno de los nodos para crear una barrera impenetrable para su arma– Veo que no tengo otra opción.
Y otra pelea daba inicio. Kyöya no podía hacer mucho, pues debía seguir protegiendo el sistema; Fanny utilizaba algunas sustancias nocivas contra el muchacho, pero éste batía sus alas para evitar que los vapores ingresaran a su sistema respiratorio.
–¡Aoitsuki-san, necesito que me ayudes! –gritó la mujer.
–Hai.
La peliazul se arrancó algunos cabellos y rápidamente los moldeó con sus manos, formando una bonita lira plateada (4) con la que empezó a tocar. Aunque era una melodía triste (5) y sonaba más como un piano, Aoitsuki la interpretaba con tanto amor que enfermaba a Misaki, quien cayó de rodillas y se cubrió los oídos en una clara señal de que le estaba doliendo. Sin embargo pronto volvió a batir las alas para generar ruido y así librarse de esa música.
–No está funcionando –susurró la ojiazul, por lo que cambió el ritmo y ahora las notas musicales literalmente se desprendían del pentagrama para formar shurikens, agujas, estrellas, entre otras armas que se dirigían a las alas, hiriéndolas un poco– eso está mejor.
–¡Aoitsuki-san, sigue así! Voy a ocuparme de Usami-san y Eros-sama.
No obstante Misaki lanzó una cuchilla que cortó las cuerdas de la lira. Molesta por eso, Aoitsuki unió las cuerdas con su magia y tocó de nueva cuenta. Aunque la melodía seguía sonando con el mismo sentimiento, cada nota se volvía un arma más agresiva y precisa que la anterior. No obstante Misaki también aprendía a evadirlas y destruirlas.
–¿Qué pasó? –era Akihiko, que al fin despertaba.
–Por favor manténgase dentro de la barrera –en efecto Fanny lo había colocado dentro de la barrera creada por Kyöya– Debe mantenerse vivo o el antídoto no funcionará.
–¡Espera! ¡¿Qué hay de Misaki?!
–Él… –la rubia agachó la mirada– yo… lo siento, Usami-san, tengo que…
–Entiendo –musitó él– sólo lo lastimes demasiado, por favor.
Fanny se fue para ayudar a Aoitsuki. Las dos mujeres se sentían sumamente dolidas por combatir contra quien fuera su aprendiz, a quien le tenían mucho cariño. Sin embargo él no sentía lo mismo por sus mentoras y las atacaba sin piedad. Al cabo de un rato Aoitsuki ya había caído, pues Misaki ya había roto sus cuerdas varias veces y no le dejaba ni una décima de segundo para repararlas. Fanny tampoco se encontraba en las mejores condiciones. Como uno de sus últimos recursos, utilizó el mismo aliento corrosivo con el que liberó a Akihiko. Luego de eso cayó en la inconsciencia.
–Terminé –en ese momento apareció Teresa.
–Yo también –musitó el más joven.
–¿Qué hay de él? –Teresa se refirió a Kyöya, quien seguía en su puesto.
–Sólo puede hacer dos cosas al mismo tiempo. Tendrá que decidir a quién debe desproteger para atacarnos.
–Yo me ocuparé de él. Tú sólo cumple con la orden de Anteros-sama.
–Hai.
Kyöya se concentraba tanto como podía para evitar que Misaki destruyera la barrera, y al mismo tiempo resistía los daños que Teresa le hacía con sus cadenas; pero dos entes tan poderosos contra uno que no empleaba la fuerza bruta ciertamente no era justo. Al poco tiempo toda la red de seguridad fue destruida y la computadora principal quedó vulnerable. Misaki estaba a punto de decapitar a su desahuciado predecesor cuando este abrió los ojos.
–Teresa... Misaki...
CONTINUARÁ…
Notas finales:
1.- Armas de Yukio: http://fc04.deviantart.net/fs70/i/2012/292...ly3-d5iae5y.jpg
2.- Pluma de Joel (sin puntilla): http://2.bp.blogspot.com/-2taMIAN7ofc/Ux4S...-fuego-3888.jpg
3.-Armas de Violeta (imagínenlas mucho más grandes, XD): http://i27.tinypic.com/2e0tqw0.jpg
www.cosplayhouse.com/images/D/2-1642[1].jpg
4.- Lira de Aoitsuki: http://sp2.fotolog.com/photo/2/61/92/kingn...893344733_f.jpg
5.- La melodía que Aoitsuki es un solo de piano de una canción que me gusta mucho. La canción se llama Trois Vierges de Epica, del álbum Consign to Oblivion.
Cover de piano:
Video
Canción original (es un AMV de Gravitation que adoré):
Video
Bueno, ya está. Perdón por las notas tan kilométricas, pero he notado que parece costarles trabajo imaginarse a tantos OC’s. Como sea, un review con una crítica constructiva, un comentario, sugerencia o felicitación siempre es bienvenido. Chaito.
Edited by »Hitch 74 no Danna« - 16/2/2015, 10:02
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