Fresas con chocolate para Cupido [Akihiko X Misaki]. FINAL + EXTRA - 30/04/14

Dos habitantes de la Tierra han sido elegidos: uno, para remplazar al mismísimo Cupido o Eros; el otro, para asesinarle, pero ¿y si terminan enamorados el uno del otro? Especial de San Valentín.

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  1. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola, hola, mis fanseses! He aquí otro capítulo de este fic. Sí, sí, al principio dije que no sería tan largo como mis demás fics, pero es que últimamente la escuela me crispa los nervios y esto de alguna forma me relaja, además que me está gustando el rumbo que toman las cosas. En fin, este cap contiene algunas sorpresas, espero sea de su agrado.


    Disclaymer: los personajes de Junjou Romantica no me pertenecen, pero sí esta historia. Digan no al plagio.



    XVII.- Amor revolucionario – Parte I


    –¿Qué ha pasado? –preguntó Eros con auténtica preocupación, al ver a sus dos subordinados totalmente transformados– ¿Por qué…? –sin embargo su pregunta quedó al aire cuando vio que a su lado se encontraba nadie más ni nadie menos que Akihiko Usami. Por alguna razón aquella presencia le provocó asombro, como si fuera el más grande descubrimiento– Revolucionario…

    –¿Ah? –Akihiko seguía algo atontado por el golpe y los sucesos.

    –Acércate –le indicó el pelinegro. El escritor obedeció, aun sin entender– eso es… –Eros puso su mano encima de la región del corazón del novelista– revolucionario… eso es…

    –¡Eros-sama!


    El grito de Kyöya advirtió lo que venía: en un último intento por cumplir la única orden de su nuevo amo, Misaki se levantó y justo cuando dio el golpe que liquidaría a su antecesor, una nueva barrera no solo lo bloqueó sino también destruyó su arma. Sin embargo esta barrera ya no provenía de Kyöya ni sus nodos, pues estos ya estaban completamente destruidos y el pelirrojo ya había sido derrotado. Esta de hecho era un seto de espinas, que tenía algunas hojas así como rosas blancas, rosas y rojas.


    –¿Qué es esto? –el escritor estaba anonadado, ya no entendía nada de lo que sucedía.

    –Esto, Akihiko-kun, es conocido como amor revolucionario, y viene justamente de aquí –indicó el pelinegro, aludiendo al lugar que todavía ocupaba su mano– ¡Rápido, corta dos, las que sean! –el ojivioleta obedeció, en sus manos tenía dos rosas blancas– Buena elección. Ahora debes ir y clavarlas en sus corazones. Cualquier encantamiento que los haya transformado en eso, desaparecerá.


    Ni lento ni perezoso, el escritor fue tan rápido como pudo hacia donde estaba su adoración. De cierta manera tenía miedo, pues había presenciado el gran poder que tanto Misaki como Teresa poseían y ciertamente dudaba salir vivo de esta, pero lo intentaría por traer de vuelta al dulce y tierno Misaki que le entregó su inocencia. Éste último se encontraba reparando su arma principal, mientras Teresa aun lidiaba con sus demonios internos. Cuando terminó de remplazarla por un arma alternativa, sus ojos verdes y vacíos se toparon con los violeta del escritor, y antes de pensar siquiera en atacarlo, setos de espinas se enredaban alrededor de su cuerpo dejándolo totalmente inmovilizado; lo mismo pasaba con Teresa.


    –Misaki –Akihiko abrazaba cuidadosamente al inmovilizado ojiverde mientras una lágrima fluía por su mejilla– perdóname… perdón… todo esto es mi culpa… debí deshacerme de esas malditas cosas cuando pude…


    Los ojos del muchacho se abrieron de sobremanera cuando sintió una fuerte punzada literalmente en el corazón: efectivamente Akihiko había clavado la rosa blanca y ahora esta se teñía. Asimismo las alas demoniacas se volvían de plumas blancas y suaves al tacto, el cabello negro regresaba a su color original al igual que la pálida piel, la gabardina y el resto de su ropa se convirtieron en un uniforme escolar consistente en una camisa azul pálido, una corbata gris, un pantalón azul marino, un saco blanco con bordes negros y los clásicos zapatos escolares (1). Luego pasó lo mismo con Teresa: las cadenas de su espalda se hicieron añicos igual que los cristales rojo sangre que Anteros le incrustó en las muñecas, su armadura volvió a ser el bonito vestido blanco que lucía antes de ser capturada, y las alas demoniacas pasaron a ser las alas transparentes de color azul. Ambos recuperaban el brillo de sus ojos.


    Lo curioso de los dos casos era que la rosa no tomaba el color propio de la sangre, sino que se coloreaban de negro. Cuando la rosa de Teresa se tiñó por completo, ella recuperó la consciencia de sí misma y sin pensarlo dos veces fue hacia donde Eros.


    –¡Eros-sama! –se aferró al pelinegro mientras se soltaba a llorar– ¡Eros-sama! ¡Eros-sama…!

    –Sabía que volverías, Teresa –y él le dedicaba una cálida sonrisa, como perdonándola por sus faltas.


    En tanto Akihiko seguía al pendiente del pequeño Cupido, pero por alguna razón la rosa en su corazón se pintaba mucho más lento y el ojiverde se retorcía y gritaba por el dolor que le estaba produciendo. Además los cristales en sus muñecas no sufrían cambios como los de Teresa.


    –No te esfuerces, Akihiko-kun… no funcionará. Misaki me pertenece.

    –Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos, Haru.

    –Lo mismo digo, Haku.



    XVIII.- Amor revolucionario – Parte II


    Efectivamente era Haru-Anteros el que se había aparecido en lo que restaba del centro de operaciones de Amore & Psique. Teresa no dudó ni un segundo en ponerse a la defensiva, frente a su recién despertado amigo.


    –Oi, Teresa-kun, decídete ¿estás de mi lado o del suyo? –dijo el de los ojos escarlata con un fingido y molesto puchero infantil. Luego su voz se tornó sombría–Primero lo dejaste a él y ahora me traicionas a mí… una traidora como tú no merece perdón.

    –Temo que ahora el del error eres tú, nii-chan –respondió el de los ojos azules– el perdón, igual que el amor, es otra de las necesidades de toda alma… el perdón es movido por el amor, y yo la amo… como no tienes idea.

    –Tiernas palabras para alguien que siempre jugó con los sentimientos a su antojo –Haru-Anteros destilaba ira.

    –¡Eros-sama, Anteros-sama, basta ya! –replicó la mujer– ¡Deben terminar con esto de una vez por todas!

    –¡Dilo por él, que fue quien empezó todo!


    Por su parte, Akihiko no pudo hacer otra cosa más que acunar entre sus brazos al castaño, que aún seguía luchando. La rosa todavía no se teñía por completo y los cristales se rehusaban a desaparecer. Lo único que podía hacer en esos momentos era calmarlo un poco. La confrontación de Eros, Teresa y Anteros perdió importancia, lo único que quería era tenerlo de vuelta.


    –Por favor, resiste –cálidas y finas lágrimas fluían de los ojos violeta– resiste, Misaki, no puedes dejarme ¿me oyes?... Misaki, por favor, vuelve… te amo.


    Teresa, Eros-Haku y Anteros-Haru veían con asombro cómo un rosal crecía rápidamente cual enredadera, cubriendo prácticamente todo el lugar. El origen: dos almas enamoradas que luchaban por volver a tenerse la una a la otra. Al igual que la barrera, este tenía rosas blancas, rosas y rojas (2).


    –Revolucionario –ahora era Teresa quien lo dijo.

    –Así es, Teresa… esto era de lo que papá siempre hablaba… amor revolucionario, ese tipo de amor que lo puede todo.

    –No estén tan seguros de eso –musitó Haru con odio. Dicho esto, desplegó unas alas negras cuyas plumas filosas destruían cada rosa.

    –¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Haru, basta!


    –… Misaki… te amo… –el escritor seguía ajeno a la confrontación–… por favor vuelve…


    Aunque las primeras rosas fueron destruidas, nuevas flores nacían y crecían rápidamente. Asimismo algunas empezaban a enredarse en el cuerpo de nadie más ni nadie menos que Anteros-Haru y Eros-Haku.


    –¿Qué demonios es esto?

    –Esto, querido hermano, es el amor en su forma perfecta.


    Al igual que con Teresa y Misaki, las rosas blancas que se clavaban alrededor de ellos se tenían de color negro. Mientras el primero sufría y maldecía, el segundo simplemente se dejaba hacer. Incluso tenía una sonrisa en los labios. Al final, casi todas las rosas blancas terminaron teñidas de negro, y uno de los hermanos se erguía con las energías completamente renovadas. El otro, en cambio, se había corrompido por la obstinación de hacer entrar a su gemelo en razón durante tantos años, que su sistema era odio puro y por ende la muerte estaba cerca.


    –Misaki –farfulló con sus últimas fuerzas, al tiempo que manipulaba unas pocas plumas negras– si no puedes ser mío… no lo serás de nadie…


    Y al mismo tiempo que se extinguía Haru-Anteros, una daga negra atravesó el corazón de Takahashi Misaki, arrebatándole así el brillo a su verde mirar.





    FIN
























    FIN DEL CAPÍTULO, XD




    Notas finales:

    1. Referencia para el uniforme de Misaki. Menciono esto porque, como recordarán, era lo que llevaba en el episodio anterior, cuando conoció a Eros-Haku:

    http://img1.ak.crunchyroll.com/i/spire3/09...539170_full.jpg

    2. Si recuerdan la parte VI: Incluso Cupido llora, cuando Usami y Misaki se besan por primera vez, se menciona que aparecen unos rosales alrededor de sus corazones. En las partes III: Un gran trabajo para un pequeño corazón puro y VII: Una oportunidad para continuar con una sonrisa, se explica que Misaki hace crecer una rosa en los corazones y que estas representan el crecimiento del amor según el trato diario entre los implicados. Asimismo expliqué en las notas que rosa y rosal tenían un significado diferente a pesar de ser el mismo tipo de flor. Espero que con esto quede más que claro. XD.


    Lo sé, seguro quieren matarme por hacerle esto a Misaki y a Usami. En fin, como consuelo solo les digo que aquí no termina la historia. Trataré de traerles la continuación lo más pronto posible.

    Sin más que decir, nos leemos en la próxima entrega. Chaito *se esconde tras el sofá de un posible proyectil*.

    Edited by »Hitch 74 no Danna« - 9/4/2014, 18:59
     
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