La fruta prohibida {ČÅP 2 / 5}

Ya en la cocina el pelinaranja suspiró. Hacía tiempo que sentía algo más por su "hermano" que simple amor fraternal, pensaba mientras cortaba una rebanada de pan.

Eran hermanastros. El problema es que sólo sus padres y el lo sabían, a lo que tenía un debate mental entre dejarle creer que eran hermanos o decirle la verdad, cosa que aunque haría posible una relación, haría que ha Kinsuke se sintiera engañado y le dolería mucho el hecho de no pertenecer biológicamente a su familia. Y no quería eso, quería verlo feliz.

Casi como una sola persona los alumnos se fijaron en su pecho, esperando ver allí la respuesta a su duda, pero al ver que la holgada camiseta blanca estaba más plana que una tabla de planchar, sus ilusiones se fueron al garete. El hombre, estaba seguro ahora, prosiguió hablando:

Cuando creía que todos estarían ocupados bailando un clásico vals, se fue como quien no quiere la cosa al aseo, pero al intentar abrir el picaporte de la puerta otra mano se posó sobre la suya. Miró al portador de la mano, un chico con grandes gafas blancas y parte de su pelo de color rojizo atado en dos coletas. El otro la retiró como si una corriente eléctrica le hubiese electrocutado, que en parte era verdad. Se observaron y los dos entraron a la misma vez al baño. Después lo único que se oyó fue unos <<asjsubddnidlwburuburbje>> que provenían de las modernas cabinas. Al escupir hasta la madre en el WC, se limpiaron con el papel higiénico ( que estaba hecho de fibras de oro ) y salieron fuera.

-Tanta azúcar no es buena para el cuerpo, ¿no?- intentó dar un tema de conversación Hamano mientras se acomodaba el esmoquin

El de pelo morado dando un respingo lo miró directamente a los ojos, cosa que le extrañó, especialmente que le sostuviera la mirada, jamás alguien lo había mirado así ya que era consciente de que imponía desconfianza e inseguridad. Ironías de la vida, no inspiraba confianza y se había puesto a estudiar medicina.

-¡¡¡Ah!!! ¡¡¡Qué bien!!! ¡¡¡Podré hablar con alguien!!! Neh, Kariya-san ¿Tú carrera es interesante?- exclamó con toda la alegría del mundo

Masaki se quedó totalmente descolocado ante esa respuesta, aunque claro, no lo demostró. Esperaba que como mínimo que su paciente le mirara mal.

-¡Bien! ¡Has hecho algo razonable, idiota!- el pañuelo se movía de un lado a otro por la agitación de su dueño

-¡Eso lo serás tú, afeminado!- mientras expendía su mano para cerrar el misterioso acuerdo

-Hola Kyousuke, ¿Me vas a presentar a tu amigo?- dijo con una amable mirada, muy típica de él

-Emh, si, este es mi baka mejor amigo, Furetsu Hayami- el chico, ahora que se fijaba bien, tenía unos exóticos ojos, que dirigían un brillo asesino a Tsurugi

-Un placer- Furetsu aceptó con gusto la mano que le extendía el Tsurugi más mayor, estrechándola

-¿Bueno que os parece que invite a una merienda?-

-¡Es una grandiosa idea!- exclamó relamiéndose los labios Furetsu, a lo que Yuuichi solo rió, pensando que era un gesto realmente adorable de parte de ese chico, al que sacaría como unos ocho años.

Emh, lo que sea Furetsu.

-¿Cómo te llamas?- preguntó

-Tenma Matsukaze- ya no sabía que quería; seguir o no seguir, perder o ganar la apuesta