Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Notas del fanfic:


    ¡ Hoooola nuevamente !

    Heme aquí de regreso, la verdad pensaba que tardaría más en regresar, pero lo que sucede es que me hallaba hace un tiempo escuchando música, específicamente rock en español de hace algunos ayeres y resultó que la canción de Soda estéreo : " Persiana americana " echó a volar mi imaginación y no queriendo resistirme, comencé a escribir inspirada en ella.

    Y he aquí lo que se me ha ocurrido, se los publico como un " Intermedio " entre " Lágrimas al viento " y el fic que tengo planeado como continuación. Ésta será una historia sencilla y corta, me parece que sin mayores complicaciones, aunque con mi cabeza nunca sé que más se me ocurrirá.

    Se las dejo esperando se entretengan un poco

    Los personajes ya saben no son míos, sino de Rumiko Takahashi Sensei, pero la loca imaginación es toda mía. :)


    Aclaraciones del capitulo:


    Cambios y más cambios, sobre todo para nuestro querido Inu chan.
    Ya veremos hasta donde lo lleva éstos a él y a los demás personajes, pero mejor leanlo por ustedes mismos.






    Capítulo 1

    " Cambios "








    Siempre parece ocurrir una o varias veces a lo largo de nuestras vidas...

    Cuando suponemos que todo está bien así, que todo está en su lugar, tal como creemos que debe ser y que no se moverá mas… algo sucede… algo cambia provocando lo inesperado, algo se mueve, tal vez alguien se va... o alguien más llega.

    Cuando las cosas podrían parecer sencillas o hasta seguras, la vida nos sorprende una vez más...

    Aunque finalmente, quizás lo que ocurre es que no caemos en la cuenta de que el camino que seguimos no es siempre un cómodo sendero moldeado solo a nuestro gusto. Los altibajos, obstáculos, barrancos y hasta desviaciones también forman parte de él y no solo los gratos paisajes a los que nos acostumbramos tan pronto; así que la mayoría de las veces nos toman por sorpresa, aún en las raras ocasiones en que sepamos que puede ser así, nunca nos preparamos por completo a ésos inesperados cambios.

    Observamos, analizamos, ponemos todos nuestros sentidos en ello, acrecentando así nuestra percepción de lo que nos rodea, añadiendo mayor experiencia, para avanzar relativamente seguros a través de la realidad que nos envuelve.
    Pero ... ¡ Cuidado ! ...

    No siempre la realidad juega limpio, no siempre todo es lo que parece, tal vez sea necesario usar mucho más que nuestra vista para estar seguros de lo que vemos o creemos ver y no vivir un engaño que nos haga desviarnos por un camino equivocado...




    -------------------------------------------------------






    - ¡ Estoy exhausto ! - exclama Inuyasha tras lo que ha sido una larga y muy cansada jornada.



    Es sábado, anochece en Tokio con un nuevo habitante en la ciudad, el joven de 23 años recién se ha mudado desde Kioto a ésta enorme metrópoli, todo por cuestiones de trabajo, aunque él en el fondo sabe que hay uno o varios motivos más que lo movieron a tomar ésta decisión.


    Un amigo suyo y ex condiscípulo de la universidad, le ha contactado con una muy importante empresa en éste lugar. Apenas hace una semana que se ha entrevistado, acreditado y conseguido el empleo gracias a su brillante desempeño durante sus estudios y las amplias recomendaciones que porta.

    Aunque recién ha terminado su licenciatura en diseño gráfico, es sumamente hábil y capaz en su ramo, lo que le ha valido para ser aceptado de inmediato en el empleo, con la condición de que debería mudarse a Tokio, lugar donde se encuentran las oficinas principales de dicha empresa.


    Su vida entonces se vio envuelta en un torbellino de asuntos por modificar, decisiones que tomar, en fin... cambios por realizar en su joven existencia.

    El nació y creció en Kioto, donde había llevado una cómoda vida como tantos otros chicos de clase media, pensaba que en un muy buen tiempo permanecería allá, incluso estaba con la mira puesta en un empleo mucho más sencillo, pero después de todo también le gustan los retos y jamás se ha acobardado ante nada, así que cuando le surgió ésta oportunidad no dudó un instante en tomarla, porque a final de cuentas aparte de sumamente atractiva, le ayudaría a resolver otros asuntos alejándolo de situaciones molestas.

    Sin embargo ahora, aún tiene algunas dudas, leves y comprensibles temores que le hacen preguntarse si estará haciendo lo correcto, ha sido demasiado lo que ha cambiado su vida en solo unos días.



    - ¡ Perfecto Inuyasha ! - se recrimina ahora al pensarlo con más calma mientras se da un largo baño en su tina, relajándose un poco tras el arduo trabajo de éste día, pero sintiendo a la vez el enorme cansancio recorrerle todo su cuerpo, sin embargo continua hablando consigo mismo:


    - ¿ No se te hace que ya es un poco tarde para apenas preguntártelo ? - exclama cerrando los ojos y sumergiéndose casi por completo en la tina...


    - ¡ Keh ! ¿ Qué podría salir mal ahora ? todo luce bastante bien por aquí, finalmente solo depende de mí el provecho que saque de todo esto...después de todo me hacía falta un cambio -




    Y no es que se arrepienta de tomar la decisión, no lo asustan los retos, aunque a veces sus amigos más cercanos le decían que a pesar de su decidida actitud, en el fondo podía ser inmaduro y hasta inocente por más que con su característica terquedad se empeñara en ocultar sus defectos y tratar de aparentar lo contrario. Es a pesar de sus defectos un chico de buenos sentimientos y noble corazón, lo cual refleja aún contra sus voluntad en sus hermosos ojos de un dorado brillo.


    Posee también un físico envidiable, esbelta y alta figura de andar orgulloso más no altivo, largo cabello de un muy peculiar color blanco, aunado todo esto a un atractivo rostro que ha robado miradas y suspiros en muchas ocasiones, aunque él parece no prestar mucha atención a eso…



    - Será mejor irme a dormir- dice en cuanto termina de vestirse al salir de bañarse, un short y una playera solamente – no sé que tengo más… si hambre o sueño – exclama en medio de un bostezo, pues ahora recuerda haber comido solo un par de emparedados en el día.

    - ¡ Definitivamente tengo más sueño que hambre ! – dice en medio de un nuevo bostezo


    Luego casi se arrastra hasta acomodarse en su futón, apenas si logra estirarse para apagar su lamparita de la mesilla al lado y casi al instante es presa de profundo y reparador sueño.






    Cuando despierta ya hay bastante luz en su alcoba, pues ha dejado sus persianas color chocolate entreabiertas, bosteza y se estira una y otra vez , cuando un muy sonoro gruñido le recuerda que será mejor apresurarse a ir a la cocina y almorzar algo antes de que su estómago aumente la intensidad de sus protestas y su genio empeore rápidamente.


    Una vez que ha logrado preparar algo después de buscar los utensilios necesarios tras revolver en las cajas que se hallan apiladas en lo que será su comedor, almuerza lo que sería para dos personas.



    - Bien… ¡ Al ataque se ha dicho ! – exclama ya de un mejor humor, mirando las cajas con sus pertenencias que se hallan por todos lados, se frota las manos y arremete para poner orden en su nuevo apartamento.



    Pasa el día yendo de aquí para allá, acomodando, moviendo, aprovechando éste que será el único día completo que pueda dedicar a dicha labor, pues mañana ya deberá presentarse a su nuevo empleo, pero por ahora trabaja sin parar haciendo que las horas pasan rápidamente cuando…



    - ¡ Ding, dong ! – suena el timbre de su apartamento.

    - ¿ Quién podrá ser ? – se pregunta Inuyasha al tiempo que se dirige a abrir



    No conoce a nadie en Tokio o casi, a menos que se trate de…



    - ¡ Kouga ! ¡ Qué gusto verte por aquí ! – exclama con alegría Inuyasha al ver a su amigo y ex compañero de estudios en la puerta - ¡ Pasa, pasa y disculpa el desorden, pero recién llegué ayer sábado ! – le dice Inuyasha a su inesperado visitante mientras empuja unas cajas con el pie y retira otras más de la sala que ya se encuentra acomodada casi en su totalidad.


    De hecho el apartamento ya comienza a lucir acogedor, en su muy personal estilo moderno y minimalista del cual gusta el chico, pero conservando el más puro estilo japonés, a excepción de las persianas verticales tipo americano que lucen sus ventanales.



    - Recibí tu correo avisándome de tu llegada, supuse que estarías muy ocupado, pero de cualquier forma quise venir hoy, espero no ser tan inoportuno – le dice sonriente el recién llegado.

    - ¡ No, claro que no lo eres ! después de todo siempre es bienvenido un rostro conocido en un lugar desconocido… ¡ Bienvenido a mi nuevo hogar ! –



    Se saludan con un firme apretón de manos, como los buenos amigos que han sido desde que se conocieron hace unos años atrás.



    - ¡ Vaya qué bien luce éste apartamento ! puedo notar que has conseguido un buen puesto Inuyasha ¡ Me alegro de verdad, así como me agrada el tenerte por acá ! – le dice sincero su amigo.

    - No puedo quejarme, me gusta éste sitio, además de que la empresa pagará una parte del alquiler. Y debes saber que no se me olvida que éste trabajo es gracias a ti amigo mío –

    - ¡ Oh vamos Inuyasha, la capacidad en el trabajo es toda tuya, yo solo fui el enlace ! y de verdad que el apartamento está de lujo y digamos que no es lo usual –

    - A decir verdad a mí también me pareció algo extraño, pero en fin… ya estoy aquí –



    Inuyasha lo lleva a recorrer su nuevo hogar y cuando llegan a la cocina Kouga le pregunta a su amigo:



    - Y dime… ¿ Ya comiste algo ? –

    - Yo… etto… no he tenido tiempo – le responde el chico que lleva atada a la cabeza una pañoleta roja recogiendo y protegiendo su largo cabello y aún viste solo con un short y playera.

    - ¡ Como lo suponía, anda comamos juntos Inu ! – le dice Kouga mostrándole dos bolsas de plástico en las que lleva comida preparada.

    - ¡ Pues ya que insistes ! después de todo ya es tarde y ahora que pongo atención, creo que me muero de hambre – responde Inuyasha que se apresura a lavarse las manos y a disponer de todo lo necesario.



    Al poco rato ya han dado cuenta de todo y charlan animadamente mientras beben un par de cervezas.



    - Y dime Kouga ¿ Cómo te va en tu imprenta ? según me decías en tus correos marchaba bien –

    - Así es, aunque aún es pequeña, pero tengo grandes proyectos para hacer lo necesario y ampliarla a una editorial en forma. Ya tengo una buena cartera de clientes, aparte de la empresa a la que recién has ingresado. Tal vez me vendría bien que aceptaras ser mi socio como te lo he venido pidiendo. –

    - Realmente te lo agradezco Kouga, pero por ahora deseo probar suerte en éste nuevo empleo, establecerme aquí por un tiempo y ver que sigue después –

    - Entiendo, aunque seré paciente – replica Kouga.



    Siguen charlando, aunque un rato más tarde y un par de cervezas después, la charla toma rumbos insospechados. A Kouga le brillan los ojos cuando Inuyasha se levanta por otro par de cervezas y sin que el peli plateado lo note, la azul mirada de su amigo lo recorre de arriba abajo.


    - Dime Inu… ¿ Entonces planeas quedarte aquí en Tokio… solo ? –



    Inuyasha se sienta en el sofá frente a Kouga mientras le ofrece la bebida a su amigo y luego de darle un sorbo a la suya, le responde:


    - ¿ Solo ? pues sí, vivo solo desde que mi madre murió, pero eso ya lo sabes ¿ No es así ?-

    - Sí bueno, tú sabes a que me refiero y no es sobre eso exactamente , solo que hasta donde sabía eres novio de esa chica…¿Cuál era su nombre ?... emmmh …-

    - ¿ Kagome ?

    - Sí ella misma… Kagome –

    - Bueno, lo que sucede es que eso… no funcionó, ella era muy posesiva ¿ sabes? . De hecho nunca hubo nada mas con ella, solo un sencillo noviazgo que realmente no duró –

    - ¡ Oh , lo siento, lo lamento ! – “ Bueno siendo sincero… quizás no tanto” , piensa Kouga con cierto alivio y una pizca de remordimiento.

    - Eso ya es parte del pasado, ya lo he dejado atrás –

    - ¡ Y vaya que se veía entusiasmada contigo ! de hecho era más que sabido en toda la universidad – le dice riendo Kouga.

    - Je, je, je – ríe nervioso Inuyasha, apurando su cerveza – lamentablemente me parece que ella era la más entusiasmada , realmente nunca hubo química por completo entre nosotros y … ¡Ya lo ves ahora, soy hombre libre ! – dice Inuyasha sonriendo otra vez, aunque tarde cae en la cuenta de lo que ha dicho y a quien cuando observa la reacción de su amigo.



    Kouga se levanta de su asiento y se coloca a un lado de Inuyasha, se nota nervioso, pero aún así se anima a decirle:



    - ¡ Eso puede cambiar Inu ! ¿Lo sabes o no ? – mientras le dice esto posa su intensa mirada en los ambarinos ojos de su amigo.



    Un leve tono carmín se deja ver en terso rostro de Inuyasha, quien desvía la mirada rápidamente.



    - ¡ ¿ De qué rayos hablas Kouga ?! – exclama atónito Inuyasha - ¡ Lo siento, pero tú sabes que yo… no soy… este… no podría ! ¡ Cielos Kouga ! ¿ Pero que demonios te ocurre ? – le suelta de forma atropellada, luego traga saliva y se aparta de él y añade :

    - Además Kouga, de cualquier forma según sé, tú ya tienes pareja desde hace tiempo… - dice Inuyasha como si concluyera el asunto.

    - ¡ Tenía Inu ! como tú dices, eso es cosa del pasado, ahora tú y yo estamos en igualdad de condiciones.

    - No del todo amigo…¡ Yo no soy homosexual !-



    Inuyasha se nota cada vez más incómodo, se levanta buscando un pretexto para alejarse aún más de ese chico de castaño cabello peinado en una alta coleta, lo primero que se le ocurre es ponerse a acomodar algunas cosas en un librero cercano, lo cual no funciona del todo, pues entonces Kouga es quien se levanta para seguirlo.


    El chico que se aproxima, se ha armado nuevamente de valor, no se dará tan fácil por vencido ahora que han vuelto a verse después de mantenerse alejados por un tiempo, aún cuando nunca se había atrevido a confesarle lo que siente por él hasta ahora en forma silenciosa.



    - Dime al menos que lo pensarás Inu – exclama con suave voz al oído de su amigo, pues se ha parado atrás de él, muy cerca a juicio de Inuyasha.

    - ¡ Baka, deja de decir tales tonterías ! – le responde el chico apartándose nuevamente casi de un salto.



    Al ver el semblante serio y casi asustado de su amigo, Kouga decide no forzar demasiado el asunto y opta por retirarse, aunque algo renuente a dejar ir la oportunidad.



    - Está bien Inuyasha, pero como te dije… seré paciente. Por ahora será mejor retirarme ¡ Nos veremos pronto…Inu ! – le dice al tiempo que tomándolo por sorpresa, lo besa fugazmente en la mejilla.

    - ¡¡ Kouga !! – respinga sorprendido Inuyasha - ¡ Tú sabes que yo no soy como tú ! –

    - No aún Inu… ¿ Pero sí sabes ahora como me atraes no ? así como también sabes ya, que hay alguien a quien le agradas…demasiado. –

    - ¡ Lo siento Kouga ! pero no puedo corresponderte más que como amigo. Ahora si me disculpas, debo apurarme con ésto – le responde a su amigo haciendo un ademán con las manos mostrándole las cajas que aún le faltan por desempacar.

    - ¡ Está bien, está bien ! Solo piénsalo ¿ Sí ? –

    - ¡ Gracias por la comida y la compañía Kouga, hasta pronto ! – le dice al tiempo de que lo acompaña hasta la puerta, donde casi lo empuja para que se retire.

    - ¡ Bye, bye Inu ! – todavía le alcanza a decir su amigo antes de irse - Eres sexy bebé - le guiña de forma traviesa el ojo y todavía se atreve a añadir - Tú… yo… en mi auto… piénsalo -

    - ¡ Adiós ! - dice Inuyasha fastidiado y le cierra la puerta.




    Después de eso se deja resbalar hasta el suelo y suspirando dice:



    -¿Qué hice para merecer esto Kami Sama? –



    Se queda un rato sentado en el piso pensando…

    No habían bebido demasiado, así que ése no es un pretexto para lo que acaba de suceder hace un momento. Su mente se remonta hasta el inicio, cuando conoció a Kouga, éste amigo suyo que ahora ha hecho tal confesión.

    Inuyasha desde siempre ha sabido de sus preferencias sexuales, pues es algo que realmente no le preocupa a su amigo ocultar; sin embargo en su relación como compañeros de estudios, no hubo nunca mayor problema aún cuando Inuyasha podía notar una cierta “ simpatía “ hacia él por parte de Kouga, pero como en aquel entonces éste tenía una pareja amorosa, realmente el asunto nunca dio muestras de pasar a nada más, por lo cual Inuyasha jamás le prestó mayor atención.

    Además de que él mismo se vio envuelto en ésa extraña relación con otra de sus compañeras, es decir con la ya mencionada Kagome. Realmente Inuyasha lo intentó, pensó que había una genuina atracción entre ellos, que el amor era posible en esa relación, aunque desafortunadamente el asunto naufragó aún antes de que tomará siquiera forma y fuerza.

    Inuyasha lo atribuyó siempre al exceso de carga de trabajo al hallarse casi al final de sus estudios, a la falta de tiempo para salir juntos y a la escasa paciencia que a veces tenían el uno para el otro, sin embargo cuando ya habían dado por terminada la relación, Kagome nunca se resignó, convirtiéndose esto en el más importante motivo de su partida rumbo a Tokio, había otras oportunidades de trabajo en su ciudad, pero prefirió poner distancia de por medio entre él y la terquedad de la chica, que sin duda alguna permanecía reacia a dejarlo ir y sus intenciones apuntaban sin lugar a dudas a algo tan permanente como el matrimonio.


    De solo pensarlo a Inuyasha le dá un vuelco en el estómago, no desea ligarse a nadie, no aún al menos, para él las cuestiones del corazón podrían ser aplazadas por tiempo indefinido.


    Aunque ahora se cuestiona seriamente su decisión de mudarse aquí al ver lo que acaba de suceder con Kouga, cuando en realidad el peli plata ni siquiera tiene un lugar en su mente para la homosexualidad , aunque las relaciones con las chicas le parezcan algo complicadas, no piensa en los chicos como una opción en lo absoluto.



    - Debo ser algo así como una extraña mezcla de algo raro, casi como un fenómeno híbrido – murmura fastidiado al ponerse de pie y pensar en las relaciones ya sea con mujeres u hombres y decidido mejor a continuar con lo que hacía antes de la llegada de Kouga.

    - ¡ Demasiados cambios !- susurra mientras acomoda las cosas en lo que será su estudio.



    Ya ha colocado su mesa de dibujo y ordenado los estantes y cajones de todos tamaños, en los que cuidadosamente guarda sus materiales y herramientas de trabajo. Hay lienzos y papeles extendidos de una enorme variedad así como pinceles, lápices, estilógrafos, colores, pinturas, tintas … ¡ En fin! , toda clase de cosas que usa para su trabajo, además de los más modernos artilugios en el diseño.




    Las horas transcurren a la par de su avance, siempre ha sido alguien muy organizado y limpio lo cual se refleja en su persona y los lugares en los que se mueve.






    Ya es bastante tarde cuando decide parar, ya falta menos y lo podrá ir haciendo poco a poco durante la semana; se vuelve a duchar y se viste con algo ligero, luego se dirige al refrigerador de donde toma una bebida gaseosa, con ella en la mano se dirige al balcón con el que cuenta su alcoba, idéntico al de la sala. Ha sido un caluroso día de verano así que corre la puerta de cristal sintiendo al instante la fresca brisa nocturna en la cara y notando como ésta juguetea con sus hermosas hebras de blanco cabello, tras lo cual se recarga en la jardinera y contempla el lugar con más calma.


    Se encuentra en un complejo residencial de buena clase, que consta de dos edificios de no más de 7 pisos, semejantes entre sí con un estilo arquitectónico moderno, pero con ciertas diferencias:


    Puede notar que son de buen nivel, pues no son las típicas edificaciones de minúsculos apartamentos en los que suelen residir los trabajadores de oficina. Jamás imaginó que el contrato incluyera un lugar así, que al modo de ver del chico es casi de lujo.


    Al continuar observando, repara en el bello y bien cuidado jardín que divide a los dos edificios de apartamentos. Los de la construcción de enfrente lucen más elegantes, son además de dos plantas cada uno, con enormes ventanales y bellas jardineras, cuentan además con su propio sitio para aparcar los autos, dotados con puertas automáticas, son realmente soberbios, sin duda alguna destinados para empleados de más alto rango-



    - ¡ Algún día viviré en un lugar como ése ! – se dice Inuyasha sumido en sus cavilaciones, con el firme propósito de esforzarse al máximo en su empleo para conseguirlo – trabajaré muy duro hasta lograr un cambio de tal magnitud en corto tiempo. –



    Su mirada se distrae en ése momento hacia un auto deportivo en color grafito, que ha arribado al conjunto de enfrente, ve como entra lentamente en su sitio cerrándose tras de sí las puertas de aluminio negro



    - ¡ Algún día ! – susurra.




    La noche es realmente deliciosa, cierra un momento los ojos disfrutando del leve viento fresco que sopla en esos momentos, ya está por completo oscuro en el exterior y él solo ha encendido una lámpara de pie en su alcoba cuya luz lo ilumina desde atrás, recortando para quien lo vea desde el exterior, su silueta contra el balcón.



    Mientras tanto, otra luz se enciende en uno de los apartamentos de enfrente, tanto el de Inuyasha como la sala de aquel se ubican en el 7° piso, es decir son los últimos apartamentos de cada edificio.


    Casi sin pensar, su mirada sigue a la silueta que se mueve por aquel sitio, lo hace de forma distraída al principio pero después comienza a poner mayor atención, fija su vista entonces en la manera en que se mueve esa persona, tan diferente, elegante incluso.


    Observa cómo va avanzando por el lugar, apagando y encendiendo luces, hasta llegar al piso superior, seguramente donde se ubica su alcoba, todo en imágenes recortadas por los angostos espacios entre hoja y hoja de las persianas verticales con que cuentan los amplios ventanales de aquel apartamento, pues éstas no se hallan por completo cerradas.

    Ya contempla con bastante atención como el propietario de ese apartamento va de un lado a otro, como una misteriosa sombra a través del lugar sin luz, hasta que nota como se queda inmóvil unos instantes frente a uno de los ventanales y luego se gira lentamente para observarlo… a él.


    Inuyasha ha estado tan concentrado observando todo esto que se sobresalta al notar como ese alto hombre estira una mano seguramente hasta el interruptor y lo acciona, iluminando de golpe el lugar, sin duda alguna también ha sentido la fija mirada de Inuyasha.


    Quien puede notar que se trata de un hombre joven, 25 años a lo sumo, de larguísimo y albo cabello, esbelta e impactante figura y aún cuando no distingue con suficiente detalle aquel rostro, alcanza a percibir que es demasiado atractivo y sobre todo puede ver claramente que ese hombre ha posado su atenta mirada en él.


    Inuyasha apenado por alguna extraña razón, quizás por ser descubierto en ese ingenuo acto de curiosidad, desvía la mirada y retrocede unos pasos hasta quedar él mismo detrás de sus propias persianas similares a las que se hallan enfrente.


    Cuando dirige otra vez su curiosa mirada hacia aquel ventanal, puede ver que ese alto joven ya continua con lo suyo. Ahora ya se ha despojado de su saco, luego sigue con la corbata, la cual arroja con gracia hacia un lado, parece absorto en si mismo, ya no mira a Inuyasha quien embobado ve como se ha girado dándole la espalda. Por sus movimientos Inuyasha puede imaginar que ahora desabotona lentamente su camisa.

    Entonces para sorpresa del indiscreto observador, con un muy lento y sensual movimiento, se acomoda su largo cabello hacia adelante pasándolo por encima de uno de sus hombros, despejando de éste su esbelta espalda, para luego de igual forma hacer que con un grácil movimiento su camisa resbale por su blanquísima piel. Inuyasha observa esa espalda desnuda, tentándolo a desear ver más, lo cual para su mala suerte es imposible, pues desde su posición la jardinera le tapa la vista.

    El chico no puede apartar los ojos de encima de aquel desconocido, ni siquiera atina a parpadear, no hasta que aquel atractivo hombre se gira muy lentamente, dirige nuevamente su penetrante mirada hacia Inuyasha, una mirada que lo inmoviliza, casi lo deja desvalido.

    Pero ése desconocido no se detiene ahí, pues en ese instante le guiña muy sugerentemente un ojo, lo cual detiene la respiración del chico por una fracción de segundo, acelerando su corazón de forma inexplicable.

    Más luego ese hombre hace girar las hojas de las persianas con un elegante movimiento de la mano, cerrándolas de golpe.


    Inuyasha tarda unos instantes en reaccionar…



    - ¡¿ Pero… qué demonios… ha sido eso ?! – tartamudea el chico cuando consigue moverse, parpadeando rápidamente, tratando de aclarar sus pensamientos.



    Luego a toda prisa se mete nuevamente, pues sin darse cuenta de ello ya había dado unos pasos hacia afuera otra vez, cierra el cancel de vidrio y enseguida sus persianas.


    Ahora es consciente del calor en su cara, la cual está seguramente ruborizada y no precisamente por el calor del ambiente, incluso siente su corazón golpeteando contra su pecho a toda prisa.


    Se tira en la cama cubriéndose avergonzado el rostro con ambos brazos, hasta que respirando profundamente se va calmando poco a poco.



    - ¿ Pero por qué seguí mirando ? – se cuestiona en voz baja - ¿ Quién diablos es ese hombre ? – murmura al darse cuenta de que sin duda alguna lo ha perturbado sin que él mismo estuviera plenamente consciente.



    Su orgullo sale a flote nuevamente y reponiéndose casi por completo…



    - ¡ De cualquier forma no me interesa ! – exclama decidido al tiempo que se gira en su cama dispuesto a olvidar ese extraño incidente - después de todo no es de mi incumbencia – se repite un par de veces.



    Después de un rato finalmente se sume en un profundo sueño a causa del enorme cansancio que lo embarga.






    Mientras tanto en otra alcoba, una mirada luce confundida aunque satisfecha, al tiempo que una muy tenue sonrisa se dibuja en ese perfecto rostro al tiempo que murmura:



    - ¡ Interesante, muy interesante y sumamente divertido… ! – exclama con una profunda voz, mientras la brisa nocturna balancea levemente las persianas de su balcón.







    Tal vez y solo tal vez , el viento susurra que ya es tiempo de algunos cambios por esos lugares.











    Continuará. . .





    Notas finales:

    Pues eso es todo por el momento, aunque creo que me quedó un poco corto, espero les guste, como a mi me ha gustado y entretenido escribirla

    Les dejo el link por si alguno no conoce la mencionada canción, aunque lo dudo :


    Video



    Nos leemos pronto, me dará mucho gusto contar con su presencia.


    Bye, bye. :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 18/11/2014, 13:34
     
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  2. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola queridos lectores !
    Aquí tienen el segundo capítulo de mi ff, veamos que sucede con ésto personajes tan curiosos...
    ¿ Qué sucederá cuando decidan hechar otra miradita al vecino de enfrente ? O_o

    Averiguemoslo...

    Espero les guste. :)





    Capítulo 2

    “ En la mira “






    El joven diseñador llega temprano, ha tenido una plácida noche de reparador sueño en el que ha recuperado sus fuerzas después de su ajetreada mudanza, para su fortuna no tardó mucho en conciliar el sueño tras el cansancio que lo agobiaba.

    Aunque sin duda alguna fue mejor que sucediera de esa forma, pues los extraños sucesos de ayer deberían de haberle quitado el sueño por un rato.

    El primero de ellos, el de su atrevido amigo Kouga, que casi podría decirse lo tomó por sorpresa con esa declaración. Luego está ése extraño incidente con su vecino del apartamento de enfrente… ¡¿ Qué demonios le ocurre a ese tipo?! Sin duda alguna es un enfermo exhibicionista

    ¡ En fin, no deseaba tampoco perder el tiempo en esas tonterías; de cualquier forma su ánimo en éste que será su primer día de labores en ésta empresa, es prácticamente inmejorable, siente que tiene sus sueños y su futuro al alcance de sus manos.

    Ahora además se siente complacido de haberse mudado, pues la poca distancia que deberá recorrer hasta su nuevo empleo no lo hará soportar un largo y tedioso trayecto lidiando con los tumultos cotidianos, algo que él detesta sobremanera ,ahora que ha hecho un corto viaje en el tren, pues no cuenta con un vehículo propio.



    Se encuentra parado en la moderna explanada que antecede el acceso principal del conjunto de edificios que conforman las oficinas de ésta imponente empresa que es prácticamente un monstruo dentro de la industria y comercio de Japón, se le hace casi un sueño el haber ingresado a laborar en ella, pues sabe la importancia que tiene ésta no solo a nivel nacional , ya que abarca varios lugares del mundo.


    - “ Industrias No Taisho “ – lee en voz baja al contemplar la placa de metal al pie de un moderno monolito de piedra que se yergue imponente en un muy cuidado jardín, el cual tiene curiosamente la forma de un perro demonio que ostenta una luna menguante en la frente.


    Inuyasha aspira hondo al tiempo que mete la mano en su portafolio de piel, para sacar su gafete que debe portar dentro de las instalaciones y que además le permitirá el acceso no solo para ingresar, sino también para hacer uso de varios de los servicios del lugar.

    Se queda un instante parado, deberá averiguar en donde se encuentra el área de mercadotecnia, diseño y publicidad a la que ahora pertenece, pues desea presentarse puntual, tarea que ahora se le antoja difícil al contemplar la enormidad del lugar.


    Al llegar a la enorme puerta de cristal, ésta se abre deslizándose automáticamente de forma silenciosa al colocar su gafete en el lector óptico, da algunos pasos por el amplio e impecable vestíbulo y se encuentra con un módulo de vigilancia.
    Alguien se encuentra parado dando instrucciones al personal apostado ahí, parece un empleado de cierta importancia.

    Su imagen impone de alguna forma, en un hombre joven, tal vez 25 o 26 años, de oscuro y rizado cabello atado en una alta coleta que deja caer grácil mente algunos mechones a los lados de su atractivo rostro, es de complexión media, de una estatura igual a la del chico. Pero a éste algo que le llama la atención, son sus ojos de un extraño tono rojizo, que sin embargo tienen sin duda gran belleza. Su semblante aparentemente sereno deja sin embargo entrever un carácter fuerte.

    El hombre en cuanto nota al chico que parece buscar algo, fija su mirada en él y apartándose un momento de sus subordinados se cruza en el camino de Inuyasha, quien ha desviado la mirada de inmediato al notar ser observado.



    - ¡ Hola chico lindo ! - escucha su amable voz.

    - ¡ Emmh… ¡ Buen día ¡ - duda Inuyasha un instante tras ruborizarse un poco - ¿ Se refiere a mí ? –

    - ¡ Buen día… y sí… te hablo a ti ! - exclama el hombre sin apartar su penetrante mirada que incomoda al joven peli plata – “ ¡ Vaya, pero que tenemos aquí ! se ve tan tentador con esas rosadas mejillas y esa mirada inocente ! “- piensa el azabache disimulando perfectamente.

    - Eres nuevo aquí ¿ No es así ? – le dice siempre con amabilidad – No recuerdo haberte visto antes … ¿ emmmh ?… - exclama ese hombre tratando de leer el nombre escrito en el gafete y el cual lleva el chico prendido al cinturón .

    - Takahashi Inuyasha – responde rápidamente el chico inclinándose respetuosamente.

    - ¡ Gusto en conocerte Inuyasha San ! – le responde inclinándose amablemente de igual manera – mi nombre es Naraku y soy el jefe del departamento de seguridad. Puedo ver que cuentas con tu gafete provisional, asegúrate de pasar a nuestras oficinas en ocho días para canjearlo por en definitivo –

    - Sí, gracias Naraku San –

    - Bien, nos veremos en otra ocasión… Inuyasha – exclama amable pero con deliberada confianza Naraku, sin dejar de mirarlo a los ojos ni un solo momento - ¡ Ah y Bienvenido a bordo ! – concluye con una sonrisa el pelinegro.

    - Gracias –



    Inuyasha se adentra al ancho pasillo que tiene adelante, tratando de sacudirse la extraña impresión que le ha causado ese hombre. Por el momento solo desea saber hacia donde debe dirigirse… y alejarse de él. Ve una enorme pantalla táctil, que sin duda hace la labor de directorio del lugar, cuando está iniciando su búsqueda, la voz de otro desconocido ( finalmente todos son desconocidos por ahora para Inuyasha) llama su atención.


    - ¡ Hola, buen día ! ¿ Necesitas ayuda ? –


    Inuyasha se voltea de inmediato para hallarse de frente con un hombre algo mayor que él, vestido con un traje azul oscuro y camisa de un color violeta a juego, su corto cabello oscuro atado en una pequeña coleta, bella y azul mirada que le dirige de forma amable. Para descanso de Inuyasha no percibe nada raro en ésos ojos más que amablidad y cordialidad.


    - Yo… etto… busco el área de mercadotecnia, publicidad y diseño, es que hoy es mi primer día y francamente no se hacia donde ir – exclama apenado el chico por su patética situación.

    - ¡ Oh vamos, no te preocupes ! sé perfectamente como te sientes ¿Asusta un poco el lugar verdad ? así me sentí la primera vez, cuando recién llegué aquí y mírame ahora: ¡ Soy Miroku el experto guía de bellas turistas de Industrias No Taisho ! – al ver el desconcierto y el rubor que nuevamente amenaza con aparecer en el rostro de ese chico se apresura al decir apenado a la vez que sonriente:

    - ¡ Gomen, gomen ! no me malinterpretes, también soy guía de agradables personas de reciente ingreso perdidas en la inmensidad de éstas oficinas , no te preocupes, te acostumbrarás pronto –

    - Eso espero - exclama ya sonriente también Inuyasha mientras mira otra vez el directorio.

    - ¡ Deja eso, yo te llevo ! –

    - ¡ Gracias ! – dice el menor mientras se empareja a ese simpático joven que ha echado a andar.

    - Por cierto, como ya notaste mi nombre es Miroku y trabajo en el área de adquisiciones ¿ Y tú ? –

    - ¡ Es un placer Miroku, mi nombre es Inuyasha y soy diseñador gráfico – le responde en el mismo tono informal.

    - ¡ Oh un artista ! – le responde el otro imitando sonriente el acento franés.

    - ¡ Baka ! no es para tanto – tras lo cual ríen juntos , todo parece indicar que pueden llegar a ser buenos amigos.



    Caminan por amplios y bien iluminados pasillos, vuelta por aquí y por allá, algún ascendor, etc. Mientras entablan una ligera platica, hasta que…


    - Hemos llegado Inuyasha, tú trabajarás aquí – le dice Miroku señalándole unas puertas de cristal que dan acceso a unas amplias oficinas.

    - ¡ Gracias Miroku San ! –

    - Solo Miroku…¡ Buena suerte Inuyasha, espero nos veamos pronto ! – se despide echando a andar nuevamente por los pasillos alejándose de él.

    - ¡Hasta pronto entonces !- exclama Inuyasha quien todavía observa como Miroku saluda de modo sumamente amable a unas chicas que pasan por allí:

    - ¡ Hola bellas señoritas, que tengan un muy buen día ! –



    Inuyasha sonríe y haciendo uso de su gafete entra enseguida al lugar. Entre una cosa y otra, apenas ha llegado a tiempo para presentarse ante su jefe y luego a sus nuevos compañeros de trabajo, un grupo heterogéneo de personas, algunas de peculiar aspecto, percibe que todas tienen un excelente nicel en cuanto a profesionalismo y capacidad.


    Mientras toma el sitio que le han asignado, contempla el lugar, es bastante amplio, rodeado por completo de ventanales que brindan una excelente iluminación natural, aparte de las modernas lámparas, cuenta con algunas oficinas para ciertos miembros del personal, tiene también un almacén con un inmenso surtido de materiales para el desarrollo de su trabajo además de que puede apreciar lo último en moderno equipo para diseño.

    Se dirige a la que será su mesa de dibujo, ubicada en una de las esquinas a un lado de los enormes ventanales. En seguida se pone al tanto de lo que será su trabajo de ahora en adelante. La primera impresión que se lleva del lugar es que será grato trabajar ahí.





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    Cuando la tarde comienza a caer…


    - Señor, Naraku San pide autorización para verle – le avisa por el intercomunicador su secretaria.

    - Hágalo pasar – exclama una grave voz.


    A los pocos minutos el jefe de seguridad se dirige a la puerta de roble por donde entra tras ser anunciado.


    - ¡ Hola Sesshoumaru ! – le habla con gran confianza como siempre lo hace cuando están solos o fuera del trabajo, al alto y esbelto hombre que se halla de pie observando algo a través del enorme ventanal mientras separa levemente las hojas de las persianas con un par de dedos, algo sin duda ha captado su atención, pues su penetrante y dorada mirada luce atenta en ello.


    Se vuelve lentamente, como no queriendo perder detalle de lo mira con tanta atención, para hacer frente al pelinegro que a su vez lo mira también y no le falta razón para hacerlo.

    Éste alto e importante empresario es alguien sumamente atractivo a la vez que de porte distinguido, actitud orgullosa y altiva. Su piel es extremadamente blanca, lleva un platinado y larguísimo cabello atado en una alta coleta, sujeto con una cinta de seda negra. Vestido además como acostumbra, con un muy fino traje oscuro de diseñador hecho a la medida, luce impecable y elegante. Incluso las peculiares marcas de nacimiento en su rostro, no hacen más que realzar su ya sumamente interesante e inusual aspecto.
    Imagen que no deja de robarle el aliento al peli negro que ahora lo visita en su lujosa oficina, aunque lo disimula lo mejor que puede.


    - Llegas tarde Naraku – le dice con su serena voz al visitante.

    - Lo lamento Sesshoumaru – le responde éste mientras despreocupado se deja caer en uno de los sillones de piel que se encuentran en la amplia oficina – sucede que tuvimos que ocuparnos de los últimos detalles y ajustes del nuevo sistema de seguridad, pero finalmente ya han quedado listos y funcionando –

    - ¡ Excelente ! – exclama Sesshoumaru al tiempo que ya se coloca su saco y toma su portafolios para salir juntos de la oficina.


    Han sido amigos desde su época de estudiantes en la preparatoria, aunque sus caminos tomaron rumbos diferentes. Sesshoumaru después de terminar sus estudios universitarios, se hizo cargo por completo de las empresas de su familia debido al fallecimiento inesperado de su padre, mientras que Naraku se especializó en lo referente a la Seguridad a muy alto nivel, siendo enseguida contratado por Industrias No Taisho , es sumamente eficaz en su ramo.

    A pesar de la diferencias entre ellos, se llevan bastante bien, hoy por ejemplo han quedado de ir a cenar juntos al terminar su jornada de trabajo.



    Poco después mientras viajan en el auto deportivo rojo del alto empresario, conversan sobre diversos asuntos.


    - Por cierto Sesshoumaru – exclama Naraku retomando la charla después de un momento de silencio – hoy me topé con alguien muy peculiar e interesante a la hora de la entrada.


    Sesshoumaru lo observa en silencio sin inmutarse, para dirigir nuevamente su mirada a la calle por donde transitan.


    - Es uno de tus nuevos empleados, ya averigüé y se trata de un diseñador gráfico que comenzó a laborar justo hoy en la empresa.

    - Dudo que eso se lo que ha llamado tu atención Naraku – le responde seco Sesshoumaru, se nota un cierto aire de molestia.

    - Tienes razón – ríe despreocupado Naraku , pero continua con su charla – es un chico muy lindo ¿ Sabes ? , en cierta forma me recuerda a ti, tiene unos cálidos ojos casi del mismo color que los tuyos, incluso tienen un color de cabello semejante. Además de que es dueño de un bello rostro y aunque trate de ocultarlo me parece que es muy inocente, en fin Sesshoumaru…¡ Toda una lindura venida de Kioto – exclama entusiasmado el acompañante de No Taisho Sama - ¡ Ah , por cierto, vive solo ! –

    - ¡ Sí que te tomas en serio tu papel en la vigilancia ! – le responde aún inexpresivo – me pregunto Naraku…¿ Has podido averiguar todo eso en un fugaz encuentro con él ? –


    Ante lo que le pregunta su amigo, Naraku solo frunce el ceño algo desconcertado; a lo largo de los años que lleva de conocer al ahora empresario multimillonario, ha aprendido a evitar las discusiones con él y aunque Naraku también tiene su carácter hay momentos en los que Sesshoumaru puede llegar a darle miedo.


    Aunque a decir verdad tiene algunos otros motivos más profundos por los que le gusta estar en buenos términos con él, así que por el momento a pesar de que desconoce los motivos de su amigo para su molestia, solo le responde con aire despreocupado:


    - Tu sabes que yo soy un profesional en mi trabajo, pero debo admitir que en ésta ocasión, en específico en éste asunto, le debo una buena parte de la información a mi hermano menor que afortunadamente será compañero de trabajo de éste interesante chico, me pasó un informe muy completo a la hora del almuerzo –

    - ¿ Byakuya, trabajará con ése “modelito de aparador “ ? – le dice en son de burla el joven no Taisho, pero aún así se percibe una velada molestia en sus palabras.

    - Búrlate lo que quieras, pero en verdad es una joya y me ha causado una muy interesante impresión –

    - Si es así de “ especial ” como tú dices, deberás estar alerta Naraku, no se te vaya a adelantar alguien más… - “ Si no es que ya lo tienen en la mira desde antes que tú “ - piensa tras responderle en tono suave, aunque dicho de tal modo que bien podría sonar como una advertencia.

    - Dudo mucho que haya entre todos tus empleados un digno contrincante- exclama con sobrada confianza entornando sus ojos carmín , pero luego suaviza el tono al añadir:

    - Pero después de todo tú sabes que ése chico no entraría por completo dentro de lo que mis parámetros, no es nada despreciable desde luego, pero tengo la mira puesta en alguien mucho más… importante, especial e impactantemente bello y aunque luzca inalcanzable… no me he dado por vencido aún.-



    Al decir éstas palabras, Naraku lo observa de forma intensa, luego lentamente mueve su brazo y posa su mano suavemente en la pierna de Sesshoumaru, comenzando a deslizarla muy lentamente en forma de una sensual caricia. Sesshoumaru solo gira levemente la cabeza y con un rostro totalmente inexpresivo le dirige una helada mirada que hace que el otro retire la mano de donde se hallaba.


    - No vuelvas con lo mismo Naraku, ya sabes desde siempre mi respuesta a eso, yo no tengo las mismas torcidas preferencias que tú – le dice Sesshoumaru en tono casi gélido.

    - ¡ Vaya, pues aquí viene nuevamente el homofóbico número uno del Japón ! - exclama Naraku medio en serio, medio en broma ante lo cual su amigo solo bufa molesto.

    - Hemos llegado y te advierto que deseo comer tranquilamente y si tu no me lo permites, mandaré que te echen de inmediato – le dice entonces Sesshoumaru serio.

    - ¡ Está bien, está bien ! no es necesario ponerse en ese plan – responde Naraku levantando las manos en ademán de tregua.

    Se apean del auto y mientras el valet parking se lo lleva, ellos entran al lujoso restaurante, donde los conducen a un reservado.





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    Inuyasha camina mientras tanto con rumbo a la salida de las oficinas, cuando escucha que alguien se aproxima corriendo y le llama:


    - Inuyasha San –


    El aludido se gira para encontrarse con un delgado y delicado chico de pálida tez y largo oscuro cabello atado en una coleta.


    - ¿ Dime ? – responde Inuyasha al tiempo que reconoce al chico como uno de sus compañeros de trabajo con el que ha hecho buenas migas en éste su primer día, pues al cabo de un rato de que había ingresado a la oficina esa mañana, ya se encontraban platicando animadamente. El chico de la misma edad que Inuyasha, parecía muy interesado en conocerle, pues no terminaba de hacerle toda clase de preguntas.


    El chico peli plata le sonríe amable


    - ¿ Qué se te ofrece Kuroi Kumo Byakuya San ?-

    - Solo llámame Byakuya ¿ de acuerdo ? después de todo ya somos amigos ¿ ne ? –

    - En ese caso yo soy solo Inuyasha –

    - Ok … Inuyasha - le sonríe a su vez el delgado chico y prosigue – tuve que correr para llegar aquí, es que me entretuve un momento con mi hermano y por poco y no logro alcanzarte –

    - ¿ Tú hermano también trabaja aquí ? –

    - Sí, así es, solo que se halla en otra área. Otro día te lo presentaré, pero por ahora, me preguntaba si no aceptarías que te llevará a tu casa, pues por lo que he visto en la mañana, tú no tiene auto ¿ No es así ? si no me equivoco has debido de llegar usando el tren y a éstas horas va abarrotado –

    - En realidad es un trayecto muy corto, no me causa mayor molestia – “ Y yo que suponía que nadie había prestado atención a mi presencia” piensa Inuyasha algo confundido, lo cual seguramente refleja en su expresión.

    - Ja, ja, ja – ríe con ganas Byakuya - ¡ Vamos, no pongas esa cara Inuyasha ! – le dice al tiempo que se detiene a la par de su nuevo amigo.

    - Solo es que cuando llegaba hoy temprano, te ví caminando a unas calles de aquí y seamos honestos, tu aspecto no es de lo más común y pues…llamas bastante la atención - completa Byakuya.

    - ¡ Emmh… bueno… etto yo ! – dice algo confundido y apenado Inuyasha.

    - ¡ Caray Inuyasha, no todos los días se ve a un chico tan lindo como tú caminando por las calles ! –



    Las mejillas de Inuyasha ya han tomado un tono rosado que lo hacen lucir encantador pero Byakuya continua sin parecer inmutarse :



    - ¡ Ven, te llevo ! solo indícame donde vives - dice Byakuya divertido mientras lo toma de la mano como si tal cosa y lo jala para conducirlo a su auto, al ver dudar a Inuyasha le dice riendo:

    - - ¡ Tranquilo Inu, no soy un secuestrador, ni un espía ni nada por el estilo –



    Finalmente Inuyasha se relaja un poco dándose cuenta de que está exagerando la nota y hecha a andar otra vez, guiado por Byakuya y aunque algunas personas se les quedan mirando, a él parece no importarle en lo más mínimo, hasta que llegan ante el auto blanco del chico.

    Al poco rato ya viajan platicando nuevamente de forma por demás animada, mientras una pequeña grulla de papel, se balancea perezosamente colgada del espejo retrovisor del auto. Conforme se aproximan al lugar donde se ha mudado Inuyasha, Byakuya luce confundido al reconocer el sitio.


    - ¿ Vives aquí Inu ? – le pregunta el pelinegro a Inuyasha sin esconder su asombro.

    - Sí así es, pero…¿ Por qué te sorprendes ? debe ser común que aquí vivan muchos de los empelados de Industrias no Taisho ¿ o no ? –

    - No realmente, no cualquier empleado de la empresa vive en éstos conjuntos, solo los de cierto nivel para arriba. Conozco el lugar porque mi hermano y yo vivimos un corto tiempo aquí, debido a que él tiene un cargo importante, hasta que él decidió que buscáramos otro sitio por nuestra cuenta. De cualquier forma el alquiler es elevado ¿No tendrás dificultades para cubrirlo o sí ? , disculpa sé que tienes un cargo superior al mío, pero aún así…-

    - Me parece que no habrá problema, después de todo yo solo debo pagar un porcentaje del alquiler – responde Inuyasha pensando que eso es lo normal.

    - ¡¿ Cómo ?! ¡ Eso si es raro ! – exclama Byakuya en voz baja para sí mismo, mientras Inuyasha ya se ha bajado del auto.

    - ¿ No deseas pasar a tomar algo Byaku ? para celebrar mi primer día y mi primer amigo aquí, bueno en realidad el segundo, puesto que un amigo de Kioto se vino a vivir por aquí antes. – le dice Inuyasha asomándose por la ventanilla del lado del conductor.

    - - Me temo que será en otra ocasión Inu, hoy llevo algo de prisa, tengo varias cosas que terminar para mañana y trabajaré otro rato en casa.-

    - Bien, en otra ocasión entonces y Byakuya…¡Gracias por traerme ! –

    - No fue nada ¡ Nos vemos mañana ! – le responde ese chico mientras arranca en su auto.



    Lo que Inuyasha ya no sabe es lo que Byakuya piensa mientras conduce alejándose de él.



    “ Esto fue muy sencillo, es muy confiado e ingenuo, mi querido oniisan estará complacido al saber que ya he averiguado donde vive éste chico y … ¡ Vaya que es lindo ! pero no me parece tan atractivo e interesante como la persona que yo amo.

    Je,je,je , pero si me lo propusiera, sería sumamente fácil secuestrarlo de verdad.

    ¡ En fín, todo sea por complacer a mi hermano !

    Aunque me parece muy extraño que le hayan dado ésa preferencia en cuanto a su apartamento ¡ Es realmente extraño ! "





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    Se quita los zapatos sentándose en el desnivel a la entrada de ese pulido piso de duela, luego se dirige a su estudio y coloca su portafolio en el sofá que se encuentra ahí, mientras se siente satisfecho por su primer día de trabajo y el nuevo amigo hecho aquí, luego de ponerse algo más cómodo deshaciéndose de la corbata y el traje, se apresura a seguir poniendo orden en su nuevo hogar.

    Pone algo de música en inglés en su moderno aparato de sonido, el cual fue una de las primeras cosas que instaló, pues le agrada acompañarse con la música que siempre va de acuerdo a su estado de ánimo, así que por el momento ésta es bastante alegre y movida. Se coloca su ya acostumbrada mascada roja en su cabello que ya ha trenzado y comienza a trabajar mientras tararea las canciones.

    También le extrañó lo que le ha dicho Byakuya sobre el lugar y acerca de que no cualquier empleado vive allí, pero la verdad entre su afinada voz entonando toda clase de melodías y el ir y venir acomodando sus cosas, en un instante ya ha dejado de prestar atención al asunto; de cualquier forma le gusta el sitio y el aspecto que éste va tomando poco a poco.

    En cierto momento que lleva una caja a su alcoba, un recuerdo involuntario cruza su mente, entonces casi sin pensarlo voltea hacia el ventanal para mirar a el otro que se halla justo enfrente en el edificio contiguo. Aunque para su alivio, tanto el cancel de vidrio como las persianas se encuentran cerradas, de hecho el apartamento luce oscuro.

    Entonces retoma su música y continúa en lo que hacía hace un momento.

    Ya es tarde cuando cansado decide dejar todo por la paz.


    - ¡ Ya falta poco ! - exclama contento limpiándose la frente con el dorso de la mano- esto ya comienza a lucir casi acogedor… bien ahora me apetece un buen baño –


    Cosa que hace enseguida, pero el cabeza dura olvida su ropa sobre su cama, así que cuando termina de secarse cae en la cuenta de ello, suspira y entonces solo se enrolla la blanca toalla en la cintura y sale hacia su alcoba dispuesto a vestirse ahí.


    Procede a secarse su larguísimo cabello, hace calor así que se encuentra bastante cómodo andando de allá para acá casi desnudo ya que solo se ha colocado sus bóxers.

    Cuando escucha la canción que empieza a sonar…



    Video



    … no puede evitar sonreírse ampliamente al contemplar la situación en la que se halla y comienza a cantarla con ganas a la par de que empieza a moverse al ritmo de la sugerente letra, contoneando su esbelto y nada despreciable cuerpo por toda la alcoba. Luciendo toda su envidiable anatomía, su tentador pecho, sus bien formadas caderas, cintura estrecha y bien provisto trasero. Toma un cepillo y comienza cepillarse el cabello de una forma por demás seductora a la par de sus movimientos mientras se escucha cantar por ese lugar, todo un derroche de sensualidad y una enorme tentación para cualquiera.


    Cuando la canción termina, se recarga de forma distraída a un costado de la puerta de su cancel que había abierto desde antes de bañarse al igual que había corrido por completo las persianas para que entrara aire y luz al lugar.


    Sigue pasando una y otra vez el cepillo por su blanquísima cabellera, una muy leve brisa hace ondear algunas hebras de su cabello y su piel luce aún más blanca y tersa bajo la luz indirecta que le llega desde adentro de su alcoba. Es una bellísima aparición sin duda alguna.
    Sus pensamientos vagan sin rumbo, espera de verdad haber tomado una buena decisión, pues sentía algunas dudas al principio, pero valiente como es piensa que es normal cando alguien se aventura a un cambio drástico en la vida. Además está seguro de sus capacidades y así mismo está dispuesto a poner todo su empeño en lo que hace para lograr todo lo que desea. Tiene grandes esperanzas en el futuro , ya hasta tiene un nuevo amigo y ya que siempre ha sido algo solitario quizás acá todo sea diferente; después de todo, ese chico Byakuya le ha causado una muy buena impresión como amigo, en cuanto a Miroku, le parece también un buen chico, tal vez pueda encontrarse con él de vez en cuando.

    Pero en cuanto a esa otra persona llamada Naraku, algo no le gusta de él, no le agrada la forma en que lo trata, la forma en que lo mira, tan…intensa e insistente…


    … “Intensa e insistente”


    En ese preciso instante, una repentina inquietud hace que Inuyasha se quede inmóvil, solo baja lentamente la mano en la que sostiene el cepillo, algo le incomoda sobremanera.

    Entonces muy lentamente levanta el rostro y poco a poco lo gira para poder observar hacia el apartamento del edificio de enfrente.
    El sobresalto que le invade lo paraliza aún más, a la par de la extraña sensación que le recorre todo el cuerpo, casi un intenso escalofrío…al contemplar la inquietante escena que tiene ante sus ojos:


    Ya hay luz en el apartamento ubicado enfrente, en la alcoba para ser precisos, aunque eso es lo de menos. Esa cálida luz permite ver claramente a la alta silueta recargada a su vez en su propio cancel, de lado, despreocupado. Ese atractivo joven descansa con los brazos cruzados y su largo cabello mecido al compas de la brisa nocturna.

    Pero lo que hiela la sangre de Inuyasha es… la intensa mirada que reluce frente a él, fija muy fija en él.


    ¿ Cuánto tiempo lleva ahí ? ¿Desde qué momento comenzó a observarle ?


    ¡ No lo sabe ! no notó cuando ese imponente hombre se colocó en ese sitio.


    Inuyasha no puede moverse, no atina a hacer absolutamente nada, así que aquel hombre lo mira aún de forma casi insolente, luego sonríe de forma torcida, se yergue derecho cuan alto es y de forma lenta y elegante comienza a aplaudir sin apartar sus dorados ojos de los de
    Inuyasha, luego le vuelve a guiñar un ojo como la primera vez.

    El orgullo de Inuyasha sale en defensa del chico y armándose de todo el aplomo que es capaz, se para erguido también y como si de una obra teatral se tratara, se inclina en dirección de su secreto observador a modo de agradecimiento, para luego comenzar a correr sus persianas que esta vez harán el modo de improvisado telón.

    A su vez el desconocido y atrevido espectador se da la vuelta y de la misma distinguida forma entra a su alcoba cerrando tras de sí sus persianas.

    Inuyasha ya no se queda a observar nada más, cierra por completo su cancel, persianas ¡ Todo ! .

    Termina nuevamente sobre su cama, pero ésta vez su corazón amenaza con salirse de su pecho, no solo es el saberse observado casi desnudo, sino…

    ¿Por cuánto tiempo ?

    Por sobre todo, la manera tan intensamente sensual en que lo contemplaba aquel joven , casi como si lo mirara hasta lo más profundo de su ser.

    ¿ Por qué ?

    ¿ Qué clase de intruso pervertido es ?


    Pero ahora además le avergüenza la actitud propia…¿ En qué rayos estaba pensando para agradecerle como si hubiera estando proporcionándole un espectáculo? aunque…¡¡ Maldición, justo eso es lo que acaba de hacer !!

    Se siente como un idiota, trató de aparentar total seguridad en sí mismo, pues es un chico orgulloso también, pero… ¡ Rayos, a ése que acaba de hacer, se le puede llamar “el señor de todos los ridículos ” !

    Aunque ¿Quién le manda a ése tipo andar mirando a los vecinos por las ventanas, cuando éstos tienen ganas de… bailar… semidesnudos ?


    -¡ Maldición ! – replica molesto – supongo que por la misma razón que a mí se me ocurre andar mirándolo cuando él me mira.. ¡ Ay, pero que estupideces estoy pensando ! – suspira apesadumbrado.


    Pero, la duda le empieza a rondar una vez más, aunque ahora con más persistencia…


    ¿ Quién podrá ser ese indiscreto personaje ?


    - ¡ Tal vez sería bueno averiguarlo ! – exclama mientras no puede creer lo que ha vuelto a ocurrir ésta extraña noche.





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    Byakuya llega apresurado a su apartamento, va contento de verdad.


    - ¡ Oniisan, oniisaaaan ! ¡ Ya llegué ! - llama a voces nada más cruzar la puerta.


    Al no recibir respuesta, se siente algo desanimado, el lugar está completamente a oscuras, su hermano aún no llega.


    - Seguramente salió con Sesshoumaru- dice con desgano.


    Se dirige s su habitación y decide ponerse a trabajar en algunos asuntos urgentes que debe entregar al día siguiente.

    Pasan las horas, ya es bastante tarde cuando escucha la puerta de la entrada, luego unos pasos que suenan pesados, cansados, casi arrastrándose , que llegan hasta la sala.

    Afortunadamente el chico ya terminó y está apagando su PC , se levanta estirándose un poco, está cansado y desea acostarse a dormir, pero no lo hará hasta después de darle las buenas nuevas a su hermano.
    Se encamina a la sala y entonces lo ve, está recostado en uno de los sillones, con un cojín sobre la cara y alumbrado solo con una lámpara de mesa.


    - “ Ha vuelto a beber ” – piensa el esbelto chico molesto, mientras se aproxima, lo conoce demasiado bien.

    - ¿ Oniisan ?- le llama en voz baja, tocándole suavemente en el hombro- ¿ Oniisan ? – repite preocupado.

    - ¿Mmmmh ? – puja medio dormido y molesto su hermano.

    - ¿ Naraku ? – lo mueve más fuerte el menor, ante lo que el otro se molesta más, lanzándole el cojín , el cual apenas si logra esquivar el chico.

    - ¡ Déjame en paz ! –


    Byakuya frunce el ceño, dolido por esa reacción, más no se dará por vencido, lo mira fijamente y le pregunta serio:


    - Te ha vuelto a rechazar ¿ No es así ?-

    - ¡ No es de tu incumbencia! –

    - ¡Eres mi hermano y así entonces, claro que me incumbe cuando te veo así ! – le reprocha Byakuya molesto a su vez.


    Naraku se gira disgustado en el sillón , dándole la espalda a su hermano menor, tapándose los oídos con el cojín.
    Byakuya suspira, busca en el bolsillo de su camisa y saca una tarjeta en la que ha escrito algo previamente, se arrodilla a su lado observándolo un momento antes de hablar.
    Siente una callada rabia…

    ¿ Quién diantres se cree ese engreído para rechazar una y mil veces a su hermano

    ¿ Acaso no lo siente digno como para amarlo ?


    - ¡ Maldito Sesshoumaru ! – murmura por lo bajo.


    Esto ha sucedido casi desde que se conocieron, aunque debe admitir que ya sería tiempo también de que el necio de Naraku se diera de una vez por vencido.

    Aunque… tal vez ahora sea el momento , después de todo Naraku ha mostrado interés por ése nuevo chico que ha entrado a laborar hoy en las oficinas de Industrias no Taisho.

    Byakuya no desea ver sufrir a su hermano de ésa forma, pues bien que sabe como le duele no poder ser la afortunada pareja de Sesshoumaru aunque se haga el fuerte y aparente como si no le importara el constante rechazo de el millonario.
    ¡ Qué no daría ese delgado chico porque su hermano entregará su amor y su ser a aquel que sabe lo ama con locura sin que Naraku parezca enterarse ! .Lo único que quiere Byakuya antes que nada, es que su hermano sea feliz y hará todo lo que esté a su alcance para lograrlo aún cuando él mismo termine destrozado por su causa.


    - Naraku, oniisan – comienza a hablarle con voz suave y rozando apenas su brazo con sus finos dedos.

    - - ¡ Lárgate de una buena vez y déjame en paz ! – le repite ya más molesto ése hombre de rizado cabello sin siquiera voltear a verle.

    - Solo quiero entregarte esto oniisan, estoy seguro de que cambiará tu estado de ánimo cuando veas lo que te conseguí. –

    - ( Silencio) –

    - Es sobre el chico nuevo… Inuyasha…¿ Recuerdas ?-



    Naraku abre los rojizos ojos… ¡ Eso le interesa ! ,se gira lentamente para encarar a Byakuya que sostiene la tarjeta en alto entre su dedo índice y medio de su mano derecha.


    - ¿ Qué es lo que dijiste ?- pregunta con su voz ligeramente afectada por el alcohol.

    - Inuyasha…¿ Si sabes de quien te hablo no es así ? me estuviste preguntando sobre él a la hora del almuerzo… –

    - ¡ Sí, ya sé de quien se trata ! ¿ Me dirás de una maldita vez que pasa con él ? – le dice seco , a la vez que se sienta y cuando cae en la cuenta de la tarjeta que tiene su hermano trata de tomarla, pero su hermano la retira rápidamente.

    - ¡¡ No estoy de humor para juegos estúpidos Byakuya !! ¡ Dime de una vez de que se trata ! – exclama molesto.

    - ¡ Ah, pero no tan rápido ! - le responde Byakuya apartándose de él, lo que ocasiona que Naraku lo traspase con su fría mirada.

    - ¡ No juegues conmigo Byakuya ! – lo amenaza apretando los dientes.



    Byakuya traga saliva nervioso, pero se mantiene firme.


    - Es sencillo oniisan… ¿ Qué me darías por ésta dirección? … ¡ Su dirección! –

    - ¡¿ Conseguiste tan pronto su dirección !? – la pregunta es pronunciada con asombro.

    - No solo eso, lo llevé a su apartamento al salir del trabajo, así que corroboré que ésta está correcta. Debo admitir que me sorprendí bastante cuando llegamos allá… no creerías las prestaciones que le dio la empresa al respecto del lugar. –

    Pero por el momento Naraku solo tiene interés en obtener ésos datos, lo demás ya se lo dirá Byakuya después. Abre los ojos confundido cuando escucha las palabras que pronuncia su hermano menor.

    - Un beso –

    - ¿ Cómo ? –

    - Dije… un beso, es decir… quiero un beso tuyo a cambio de esto – le dice demostrando seguridad en cada una de sus palabras.


    Naraku lo mira unos segundos, luego se levanta lentamente, realmente le interesa el tal Inuyasha, así que hará lo necesario para salirse con la suya, después de todo es un muy buen premio de consolación.

    La petición de Byakuya es extraña, sobre todo viniendo de su hermano, aunque no le sorprende demasiado, pues no es la primera vez que sucede. Ya ha habido otras ocasiones en que su hermano menor ha reclamado esa clase de atenciones por parte de él, casi desde pequeños, así que esto se ha convertido en una especie de juego prohibido entre ellos, saben desde luego que no es correcto, pero… ¡ que más da, si nadie lo sabe ! aunque ya tenía mucho tiempo que Byakuya no le pedía algo así.

    Naraku toma entonces a su hermano por los hombros con suavidad, percibiendo el ligero estremecimiento en él, lo ayuda a ponerse de pie al mismo tiempo que él lo hace, lo toma por la cintura aproximándolo a su tibio cuerpo, proporcionándole a su hermano un tibio y fragante cobijo , después con la otra mano le levanta tiernamente el mentón.
    Puede contemplar los húmedos ojos del menor, antes de que éste los cierre tembloroso.

    Byakuya siente los suaves y cálidos labios de su hermano rozar su delicada boca, le llega el olor a licor que embriaga a su hermano, pero no le importa, se pega más a ese tentador cuerpo, Naraku entonces intensifica ese intruso beso, buscando entrar en esa tierna boca, cosa que en poco tiempo logra, pues su hermano emite un gemido de placer lo cual aprovecha el mayor para invadirlo, acariciando con su lengua de forma intensa, aunque es un beso demasiado corto a juicio del menor, pues acaba demasiado pronto para su gusto, pero… ¡ Ha sido un beso de su hermano de cualquier forma !.

    Cuando Naraku lo suelta y lo aparta un poco de él, observa al chico con ese rostro inocente, con sus ojos cerrados y su tersa piel ruborizada, acaricia levemente esas mejillas para después separarse por completo y le dice en voz baja y amable.


    - Bien, ahora me pertenece ¡ Dámela ! –


    Byakuya abre sus ojos y le entrega la codiciada dirección, tras lo cual Naraku se aparta aún más de él y dándole la espalda exclama en tono frío.


    - Será mejor irnos olvidando de una vez por todas de éstos tontos juegos entre tú y yo, después de todo ya tiene rato que dejaste de ser un niño. Es tiempo también de que busques pareja con quien entretenerte, yo por lo pronto voy tras esto – dice levantando la tarjeta. – Ahora me voy, estoy cansado… ¡Ah… y gracias Byakuya !- le dice retirándose sin voltear siquiera a verle.


    Byakuya se queda parado un momento que le parece eterno, ahí en medio de la sala, en sus mejillas de pronto brillan unas silenciosas lágrimas mientras murmura quedamente:


    - ¿ Por qué oniisan? ¿ Por qué estrujas sin piedad mi dolido corazón entre tus manos ? –







    Continuará . . .






    Notas finales:

    Esto es todo por hoy, agradecería me den su opinión sobre la historia, siempre es agradable saber que piensan.

    Nos leemos.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:12
     
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola a tod@s!
    Nos encontramos nuevamente por aquí, para ver qué harán ésta vez nuestros queridísimos y curiosísimos personajes de mi ff. Pero…¿ Quien les manda andar de curiosos mirando al vecino de enfrente?
    Aunque… je,je,je… ¿ quién no lo haría con unos vecinos como ellos? O_o
    Como ya todos saben, los personajes del manga y anime Inuyasha no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi sensei.






    Capítulo 3

    ¿ Quién eres tú ?









    Un par de hombres muy jovenes y bastante atractivos ( ¿ Por qué no decirlo también?) salen del cine, platican con buen ánimo sobre la película que acaban de ver.

    - Pues debo admitir que aunque los piratas no son mi máximo, ésta película estuvo genial – exclama el chico de cabello castaño, mientras termina con sus palomitas tamaño familiar.
    - A mí me gustó bastante, es un tema que me entusiasma, realmente me gusta – dice Inuyasha al tiempo de que sacude una pequeña caja, mirando desanimado que ha terminado con sus pockys de chocolate con almendras.


    Es sábado por la tarde, el clima es bastante agradable, templado, además de que el cielo luce espectacular con bellos tonos que van desde los dorados hasta los violetas, es sin duda una tarde que se antoja para pasear un rato más.
    Los dos chicos van caminando por una zona bastante tranquila, donde por aquí y por allá se ven negocios de diferente índole, pero sobre todo los relacionados con los alimentos, es un circuito prácticamente para disfrutar de alguna forma algún momento de tranquilidad.

    Cuando pasan por un café al aire libre, al más puro estilo europeo, el ambiente acogedor a pesar de lo informal, el delicioso e intenso aroma del café recién molido les invade los sentidos.


    - ¡ Oye Kouga ! ¿ No te apetece que nos detengamos a tomar algo ? – le pregunta Inuyasha a su amigo haciendo un alto en ése lugar.


    Mas tarda en decirlo, cuando Kouga ya lo ha tomado de la mano y lo jala hacia una de las mesas.


    - ¡ Sí, creo que sí tienes ganas de tomar algo ! – la voz de Inuyasha se escucha como si hablara para sí mismo mientras observa divertido a su amigo y toman asiento a la pequeña mesa que tiene un mantel color chocolate sobre otro color crema, en medio se halla un recipiente redondo de cristal con agua donde flota una pequeña vela que huele a frambuesas de forma muy tenue, así mismo que a cada mesa la cobija una amplia sombrilla de tela color verde oscuro, todo el lugar es bastante agradable con un toque íntimo.

    - ¡ Vamos Inuyasha, tú sabes que nunca desprecio un buen café recién tostado y molido ! –

    - Sí , me parece recordarlo justo ahora en que prácticamente me has arrastrado para sentarnos. – sonríe Inuyasha.

    - ¡ Baka ! –



    Llega entonces el joven mesero, pulcramente vestido, los saluda amable poniéndose a sus órdenes, aunque Kouga puede notar que éste mira con insistencia y atención a su amigo, a la vez que se dirige solo a él de forma sumamente atenta, lo cual le molesta de alguna manera.


    - ¿ Qué van a tomar ? – el amable mesero le sonríe ampliamente a Inuyasha.

    - Sí no me equivoco, pedirás algo dulce como tú – le dice Kouga a Inuyasha tratando de hacerse notar.



    Inuyasha lo mira algo confundido, pero decide dejar pasar el comentario, que hasta cierto punto le resulta divertido, pues puede notar la molestia en el tono de voz de su acompañante, sin duda alguna imagina la causa



    - Pues me apetece probar algo nuevo – dice pensativo el peli plata echándole una mirada a la carta.



    El mesero se próxima a Inuyasha para señalarle algo en la carta casi rozándole el hombro.



    - Le recomiendo el capuchino con crema irlandesa – el joven empleado lo mira entonces fijamente y sin apartar sus ojos de los de Inuyasha - ¡ Está bue- ní-si-mo ! - recalca y luego añade de la misma forma:

    - Al igual que la tarta de queso con frutos rojos del bosque… ¡ Es una ten-ta-ción ! - termina la frase con una cándida sonrisa.

    - Suena bien – responde Inuyasha sonriendo a su vez, pues se divierte con el casi ridículo comportamiento de ese chico, aunque sus propias mejillas tienen ahora un leve tono rosado – tráeme eso por favor –

    - Encantado en atenderle, en seguida se lo traigo – vuelve a sonreírle más ampliamente ahora.



    Kouga ya se está molestando en serio e interviene para hacer notar que él también está ahí con su amigo.


    - ¡ Ejem, ejem… si mi novio ya terminó de ordenar, entonces es mi turno ! –


    Ante tal exclamación, un par de rostros cambian rápidamente de expresión, el mesero luce ahora desilusionado tratando de recomponer su postura, postura que se descompone en cierto chico que abre sorprendido sus dorados ojos, mientras que por debajo de la mesa y aprovechando el largo mantel, le lanza certero puntapié a su atrevido amigo.


    - ¡ Ouch ! – pega Kouga un controlado respingo.

    - ¿ Sucede algo…”amorcito” ? – le dice Inuyasha con una angelical sonrisa, pero traspasándolo con la mirada.

    - ¡ Eh…no…nada…”cariño” ! – responde Kouga mordiéndose el labio para no soltar una sarta de palabrotas – solo es que algo me picó en la pierna, quizás alguna mosca, me parece que hay algunas por aquí – luego se dirige al chico que espera por su orden, mientras lo mira con cara de pocos amigos.

    - Yo quiero un capuchino igual al de él, pero prefiero un strudel de manzana –

    - En seguida se los traigo- responde ya mas serio el mesero.


    Cuando el chico se ha marchado, Kouga voltea molesto a recriminarle a Inuyasha:


    - ¡ Oye ! ¿ Por qué me pateaste así ? ¡ De verdad me dolió ! –

    - ¡ De eso se trataba justamente… “amor mío” – responde sarcástico Inuyasha – Mejor tú dime… ¿ Por qué le dijiste que somos novios ?- completa de modo más serio.


    Kouga luce entonces repentinamente apenado.


    - Yo… bueno… es que… - busca las palabras que parecen haber huido de su cabeza, hasta que finalmente le suelta de forma apresurada:

    - ¡ Bueno, es que me molestó la forma en que te estaba mirando y sonriendo… y… acercándose a ti ! –


    Inuyasha se echa para atrás, recargándose en la silla, lo observa con esos hermosos y tiernos ojos, lo cual no hace más que sonrojar más a su amigo, para luego dar paso a una enorme carcajada que deja perplejo a Kouga.


    - O sea que tú te enojaste porque… ¿ Estabas celoso ? ¡ Celoso por mí ! – le dice divertido Inuyasha.

    - ¡ No te burles, no es gracioso ! – exclama Kouga totalmente ruborizado.

    - ¡ Claro que lo es! - responde aun riendo Inuyasha, aunque al ver la mirada de Kouga, la cual se ha tornado triste además de apenada, deja de reírse.

    - ¡ Oh, Kouga, perdóname ! ¡ Lo siento de verdad ! pero es que esto ha sido tan fuera de lugar y me ha tomado por sorpresa, aunque tal vez contigo ya no debería de sorprenderme tanto, ya que no es la primera vez que te me declaras… -


    Inuyasha sin embargo se interrumpe al ver llegar nuevamente al mesero, quien evidentemente ha escuchado las últimas palabras que ha dicho, pues les entrega lo que han pedido ya sin mucho ánimo, después dirige una triste mirada a Inuyasha y lanzando un dramático suspiro, se retira en silencio.


    - ¡ Maldito, ya le enseñaré a no meterse contigo ! – vuelve a decir Kouga nuevamente molesto, haciendo el intento de levantarse para seguirlo, aunque es detenido por un rápido movimiento de Inuyasha que lo sujeta por un brazo.

    - ¡ Basta Kouga, no voy a permitir una escena tonta de celos absurdos ! – jala aire molesto ante lo que su amigo vuelve a tomar asiento.


    Inuyasha se masajea las sienes cerrando un momento los ojos, suspira calmándose un poco y volviendo a abrirlos lentamente, observa fijamente a Kouga.


    - ¡ Ahora escucha Kouga, amigo mío! – recalca las palabras como para que éste las comprenda mejor – será necesario que aclares tu confundida mente, pues ya me estoy cansando de esto – le dice posando su dedo índice en la frente de su amigo y girándolo lentamente, como si intentara taladrar hasta el centro mismo de sus ideas – me parece que estás más que confundido, ya que a mí me queda bastante claro que tú y yo somos solo amigos, me parece además que es algo que olvidas con facilidad -

    - . . . –

    - ¡ Así que me parece que deberás recordarlo de aquí en adelante ! –


    Kouga suspira, su mirada va recobrando poco a poco la calma, aunque ahora luce vencido, luego replica en voz baja:


    - Yo… supongo que tienes razón, me dejé llevar… ¡ lo lamento Inuyasha ! – su cabeza permanece agachada.


    Al verlo tan decaído, Inuyasha decide hablarle manera más “ amigable ” , estira su mano sobre la mesa tomando la de su amigo que levanta la mirada sorprendido mientras escucha lo que su amigo le dice:


    -¡ Lo siento de verdad Kouga ! – tu sabes que te aprecio mucho, lo he hecho desde que nos conocimos, pero… me parece que te has formado falsas ideas y esperanzas conmigo ¿ Por qué no puedes comprenderlo ? ¡ Tú y yo solo podemos ser amigos, yo no soy como tú ! ¡ No soy homosexual ! sin embargo, no deseo perder tu amistad a causa de un malentendido ¡ No hagas ésta clase de locuras, te lo pido ! ¡ No quiero perderte como…! –



    Están en ésta interesante platica cuando Inuyasha se interrumpe al notar la presencia de un par de hombres que se detienen a un lado de su mesa.


    El más joven de ellos mira la escena perplejo aunque guarda silencio, pero el mayor decide no dejar pasar las cosas así como así.


    - ¡ Pero que grata sorpresa, miren que pequeño es el mundo !- se escucha una amable y suave voz, mientras unos rojizos ojos se clavan en las manos que entrelazadas se posan sobre la mesa.


    El par de chicos se sueltan en el acto, Kouga mira a ese par de desconocidos, no entiende que rayos pasa. Inuyasha por su parte, voltea intrigado para encontrarse con esas personas que ha conocido apenas hace una semana en su nuevo trabajo.


    - ¡ Naraku San , Byakuya ! – exclama algo sorprendido, para una vez repuesto completar diciendo: ¡ Buenas noches, de verdad que es una sorpresa el encontrarnos justo aquí y ahora ! – “ Sí y justo ahora que tomaba la mano de mi amigo ¡ Demonios! ” –


    Kouga lo mira con la interrogante en la cara, así que Inuyasha se los presenta de forma amable sin dar a notar la vergüenza que siente en esos momentos.


    - Mira Kouga, ellos trabajan en la empresa a la que recién entré, él es Naraku San, jefe del departamento de Seguridad y él es Byakuya San, un muy buen compañero que se encuentra en el mismo departamento que yo, también es diseñador gráfico –


    Se saludan adecuadamente con una leve inclinación , pero Naraku desea saber quien es ése chico al que Inuyasha le tomaba la mano y le hablaba tan atentamente.


    - ¿ No me presentas a tuuú …? – hace intencionalmente una pausa para forzar a Inuyasha a que le diga quién es ése chico.

    - ¡ Ah, lo siento, él es Kouga ! – exclama Inuyasha al adivinar lo que ese hombre está pensando, pero sin notar las ocultas intenciones que acompañan sus palabras – él es mi amigo, somos muy buenos amigos desde que estudiábamos en la universidad, por Kouga es que supe acerca del trabajo en Industrias No Taisho. –

    - ¿ Así que es gracias a ti que tenemos ahora a Inuyasha con nosotros ? - dice con malicia - ¡ Es un placer conocerte… Kouga San ! – exclama con una impecable sonrisa el mayor.


    Luego dirigiéndose a Inuyasha le dice sonriente :


    - Solo espero llegar a ser tan buen amigo tuyo como lo es Kouga San, pues puedo notar que se llevan muy bien… ¡Nada me haría más feliz, así que puedes estar seguro Inuyasha de que me esforzaré al máximo para conseguirlo – mientras dice esto, le sonríe de forma inquietante, la carmesí mirada es por demás intensa, con lo cual Inuyasha no puede evitar el sonrojo que le provoca nuevamente esa atrevida forma de ver, algo que por demás está decir le sucede a últimas fechas, gracias a diferentes personas sus mejillas se ven forzadas a lucir sonrojadas con frecuencia y a decir verdad eso ya comienza a inquietarlo… ¡ Definitivamente Tokio está resultando para él un lugar fuera de lo común ! .


    Naraku lanza un último vistazo al par de chicos, la combinación Kouga- Inuyasha molesta sobremanera al peli negro, pero ya se encargará de eso más adelante.

    - Bien, no deseamos importunar más a tan encantadora pareja, Byakuya será mejor seguir nuestro camino – dice Naraku conservando siempre su educado, suave y traicionero modo de hablar – Kouga, ha sido todo un placer conocerte, Inuyasha nos veremos después, que sigan disfrutando de su velada. – se inclina a modo de despedida.

    - ¡ Te veré el lunes Inuyasha ! – alcanza a decir Byakuya quien luce serio y desconcertado.

    - ¡ Hasta pronto Byakuya ! –


    Kouga solo observa la escena en silencio, algo en la actitud de ese hombre le preocupa, pero a diferencia de lo sucedido hace unos momentos con el joven mesero, esto es diferente, tan descarado pero a la vez sutil, que lo ha dejado mudo e incapaz de reaccionar como acostumbra, hasta que logra articular palabra dirigiéndose a su amigo que también luce confundido.


    - Inuyasha… ¿ Podrías explicarme qué ha sido eso? Y perdona , pues no es un reclamo, te lo digo antes de que vuelvas a molestarte conmigo, pero es que esto ha sido de lo más extraño… ese par sí que es raro, casi sentí escalofríos. –

    - Realmente no te podría decir nada más, pues apenas si los conozco – responde Inuyasha serio y pensativo.


    De cualquier forma su salida ya llega al final, así que cuando terminan con lo que han pedido, Inuyasha le dice a su acompañante :


    - Será mejor irnos ya Kouga, ésta ha sido una experiencia de verdad fuera de lo normal –

    - Y que lo digas amigo –


    Por ésta vez, los dos están de acuerdo, así que pagan la cuenta y se retiran del lugar tratando de distraerse hablando de cualquier otra cosa sin importancia.





    ---------------------------------------------------------






    Mientras tanto en un auto negro que es conducido velozmente…


    - ¡ Oniisan, por favor cálmate ya o terminaremos estrellados en cualquier lado ! - es la suplica de un asustado chico que se aferra a su asiento con ambas manos.


    Naraku traspasa a su hermano menor con su sumamente molesta mirada, haciendo que éste guarde silencio de inmediato.


    Aunque después, poco a poco el semblante del mayor va luciendo más tranquilo y para alivio de Byakuya, comienza a disminuir la velocidad.

    Llegan en poco tiempo a su apartamento, Byakuya se apresura a bajar del auto dispuesto a alejarse de su hermano por lo que se encamina en seguida a su propia habitación.


    “¡ En muy mala hora se me ocurrió pedirle a Naraku que saliéramos a cenar juntos ! de haber sabido, ni siquiera abro la boca “ – piensa fastidiado el chico, más cuando ya da los primeros pasos con rumbo a su alcoba, la voz de su hermano lo detiene en seco.


    - ¡ Byakuya, ven aquí por favor ! – le llama usando un tono de voz falsamente tranquilo, pero él lo conoce demasiado bien como para saber que algo se oculta tras su aparente calma.


    El más joven, regresa a la sala a pasos lentos y con la cabeza baja hasta donde lo aguarda su hermano.


    - Dime – le responde, aunque la palabra está de más, pues Byakuya fácilmente puede imaginar de que se trata.

    - Quiero que el lunes me averigües sin falta quien demonios es ese tal Kouga, pues no pienso admitir obstáculos ahora que he decidido ir tras Inuyasha. Me interesa sobremanera saber la relación que sostiene con él ¿ Entendiste Byakuya ? –

    - Pero Naraku… ya lo escuchaste, son solo amigos – intenta replicar aún el menor.

    - ¡ A un amigo no le sostienes la mano, ni le hablas en ese tono, en medio de lo que a mi juicio lucía como una cita – exclama molesto otra vez Naraku - ¡ Tú harás lo que te digo ! –

    - Como tú digas…oniisan, ahora si me disculpas, me retiro pues me siento muy cansado –


    Naraku lo mira y luego extendiendo una mano lo detiene tomándolo por la muñeca, conoce demasiado bien a ese delgado chico y sabe que hacer y como para que haga lo que él quiere. Lo rodea por la espalda con ambos brazos, percibe enseguida el leve temblor que invade al cuerpo de su hermano menor, entonces acerca su boca al oído de éste y le susurra de forma sensual:


    - ¡ Vamos Byakuya, no te molestes conmigo ! – sus labios viajan lentamente del oído del chico, apenas si posándose en su suave y blanca piel y bajan a modo de ligeras caricias hasta detenerse en el cuello de su ototo, las mejillas ya están más que encendidas y la respiración del chico se comienza a agitar conforme Naraku comienza a besar cada vez de modo más intenso recorriendo su cuello, hasta que se apodera finalmente de sus finos labios. El chico siente el tibio aliento tan cercano, sus ojos entrecerrados notan la mirada rojiza del mayor mientras escucha las tenues palabras de éste.

    - ¿ Verdad que puedo contar contigo ? ¿ Tú me ayudarás a lograr lo que deseo ? ¡ Tú sabes que eso me haría muy feliz ! ¿ No es así Byaku chan ? –


    En cuanto susurra esas palabras, sostiene a su hermano por la cintura pegándolo más a su cuerpo al tiempo que aprisiona la boca del chico con la suya, haciéndolo gemir intensamente, pronto es presa de intenso beso, víctima de una intrusa lengua que de forma casi agresiva invade cada centímetro de su boca, dejándolo casi aturdido por un instante.

    Naraku lo suelta lentamente, puede ver en la mirada del chico que éste hará lo que él desea… como siempre.

    Byakuya ruborizado se aparta de él y en silencio se dirige entonces a su alcoba, mientras Naraku camina despreocupado a la pequeña cantina ubicada a un lado de la sala, se sirve un trago y se sienta pensativo en un sillón.


    “Con que amigos… ¿Ne Inuyasha ?”





    -----------------------------------------------------------







    Inuyasha mientras tanto ha llegado a su apartamento, pensado en varias cosas…


    “Éste lugar a final de cuentas está resultando un lugar por demás extraño…
    …se dice que todo cambio tiene algo bueno, para avanzar quizás, para ampliar horizontes, aunque ahora me pregunto que clase de cambios son éstos que estoy viviendo, solo espero que mi existencia no se convierta en una bizarra realidad “ – le da vueltas y vueltas al asunto mientras se sienta en su cómoda sala.

    “ Ese Naraku es … raro y debo admitir que lo es en más de un sentido, además presiento que me debo de andar con más cuidado con él.
    Es más que evidente que algo pretende conmigo, lo cual me lleva a considerar el hablar en algún momento con él para hacer que le quede bien claro que pierde su tiempo conmigo, ya que yo no tengo ni el más mínimo interés ni en él, ni en nadie más del mi mismo género ” – suspira cansado cerrando los ojos, tratando de relajarse.

    “ Con Kouga, las cosas no pasarán a mayores, pues bastará con hacerle el alto y mantenerlo a raya, no me costará ningún trabajo…

    … en cuanto a Byakuya, me parece que no habrá ningún problema, pues a pesar de todo, pienso que él es un buen chico sin segundas intenciones ” –


    Luego decide que a es suficiente atención la que ya ha dedicado s todos esos asuntos, se levanta, toma un libro de su librero y se sienta a leer acomodándose otra vez en el sillón.





    ------------------------------------------------------------






    Naraku ha vuelto a salir, pues además de que para él es muy temprano como para irse a dormir, se siente demasiado fastidiado para permanecer encerrado en su apartamento. Tomó una chamarra de pasada y ahora mientras viaja en su auto, marca un número en su teléfono celular.


    - ¡ Moshi, moshi ! ¿ Sesshoumaru ? –

    - Naraku… ¿ Qué ocurre ? – se escucha la grave y serena voz en la línea.

    - Solo me preguntaba si no te apetece tomar unos tragos conmigo ésta noche –

    - ¿ Acaso sufres insomnio, te caíste de la cama o es que tu cita de ésta noche te plantó ? – le responde en tono de burla el millonario.

    - ¿ Y tú no me digas que ya te hallabas en la cama como niño bueno ? si gustas yo puedo ir a darte el beso de las buenas noches –

    - ¡ Ja, idiota ! todavía tardo para irme a dormir, estoy poniendo orden en algunos asuntos pendientes –

    - De acuerdo, entonces voy para allá – responde Naraku sin esperar respuesta.


    Sesshoumaru se encuentra su lujoso apartamento, en su despacho, ya se ha puesto cómodo después de tomar un tibio baño, enfundado en su fina bata de seda color violeta oscuro, con su ya muy conocido emblema de una luna menguante bordada en el bolsillo izquierdo sobre su pecho.

    Se queda un rato más ante su escritorio, aunque después decide que ya es suficiente por hoy, apaga su computadora y se recarga en su cómodo sillón, cierra sus dorados ojos, posa sus manos sobre ellos, ejerciendo leve presión, lo cual le hace sentir un leve alivio al cansancio en ellos.

    El silencio es absoluto, la noche es fresca, escucha las cigarras cantando incesantes en el exterior, la tenue luz de la luna llena alumbra sus ventanas. Realmente ahora él disfruta el vivir solo, adora el silencio y la calma, así como detesta el parloteo inútil, el ruido molesto de las palabras vacías.
    Tal vez por eso él es un hombre de pocas palabras, de misteriosos y profundos silencios llenos de imparables reflexiones.

    Aunque a veces se pregunta cómo será el compartir la vida con alguien, ceder un poco de su tiempo y espacio, un poco o un mucho de él mismo… pero no como la vida que llevaba hasta hace muy poco en su inmensa mansión, con personas ajenas, sin ningún nexo que los una, mas que el servicio que se ven obligados a realizar, guardando simplemente las apariencias y las costumbres.
    Si tan solo encontrara a la persona adecuada, podría pensar en algo diferente… quizás eso sea lo que lo ha movido a actuar como lo ha hecho, mudándose hace muy poco tiempo a éste apartamento.

    Suspira profundamente mientras abre lentamente sus bellos ojos, se pone de pie, apaga la moderna lamparita de su escritorio y sale lentamente dirigiéndose a su amplia sala, ubicada en el nivel inferior de su muy amplio apartamento.
    Una leve sonrisa adorna su atractivo y fino rostro, mientras su mente continua sumida en reflexiones…


    … “ ¡ Qué ironía, resulta casi ridículo! La mayoría de las personas se quejan continuamente de sentirse solas, incluso aún si se encuentran rodeadas de más gente, aborrecen cada minuto que se ven obligadas a vivir en su aparente soledad, aislados desde su propio interior de aquellos que están a su lado.
    En cambio yo, verdaderamente disfruto cada momento que paso solo, una soledad que resulta extraña para muchos de los que me rodean, pero absolutamente grata para mí, una soledad por elección propia ” .

    - ¡ Pobres y ridículos humanos inconformes, incapaces de estar con ellos mismos ! – murmura casi con desprecio con su suave voz.


    Cae entonces en la cuenta de que sin realmente proponérselo, se ha parado frente al enorme ventanal de su apartamento, junto al cancel que da al balcón de la sala. De hecho casi todo el apartamento de dos niveles se encuentra rodeado de enormes ventanales, con sus ya mencionadas persianas tipo americano, de hojas verticales, en color crema.
    Sus finos dedos se posan entre las tiras plásticas y las apartan suavemente, puede vislumbrar claramente el apartamento de enfrente, el cual es de un solo nivel. La luz de la sala se encuentra encendida, es sin duda la tenue iluminación de una lámpara de mesa.
    Ése peculiar chico debe hallarse recostado en uno de sus sillones, leyendo quizás, pues no lo alcanza a distinguir sentado por ahí y el resto del apartamento se encuentra en penumbras.

    Le vienen a la mente las ocasiones en que lo ha estado observando, le parece solo un interesante entretenimiento , de hecho se ha divertido con sus graciosas reacciones antes y después de sentirse observado. Una nueva sonrisa asoma en sus finos labios, después de todo para Sesshoumaru ha sido solo eso, un asunto sumamente entretenido y divertido.

    Pero no puede negarse a si mismo, que es también verdad que algo más lo orilló a poner su atención en el joven diseñador desde el mismo momento en el que éste fue a solicitar el trabajo, cuando notó por primera vez su peculiar aspecto mientras éste deambulaba distraído por uno de los pasillos y él lo observaba sin que Inuyasha lo notara siquiera.

    ¿ Será acaso que el gran Sesshoumaru no Taisho ha decidido dar un giro de 180° a su vida ?


    - ¡ Bah, tonterías ! – murmura – ¿ Acaso no soy según Naraku, el homofóbico número uno ? ¡ Solo es una pequeña diversión ! –


    Pero sin embargo todavía hecha un último vistazo hacia aquel lugar cubierto apenas por esas persianas color chocolate, entreabiertas y movidas levemente por la brisa nocturna.



    En ése momento suena el portero eléctrico de su apartamento y se dirige entonces a abrirle a su amigo; no es que tenga muchas ganas de desvelarse hoy, pero…¡ Qué diablos, es fin de semana ! no le vendrá mal relajarse un poco.


    - Llegaste rápido ¿ Es que acaso me llamaste a unas calles de aquí o qué ? – pregunta Sesshoumaru al tiempo que lo invita a pasar.

    - A decir verdad sí, pensé que no te negarías a gozar de una buena compañía – le responde Naraku guiñándole un ojo.

    - ¡ Puuuuff ! – puja Sesshoumaru - ¡ Sí claro, como digas ! –


    El peli negro lleva algunas cervezas y algo para picar, aunque a decir verdad no es necesario pues el bar que tiene Sesshoumaru es algo realmente envidiable por su selecto y amplio surtido.


    De cualquier forma ya están al poco rato sentados en los cómodos asientos de madera y piel a un lado de la barra. La plática es informal, van desde las remembranzas, pasando por las aventuras románticas que han corrido uno y otro, hasta llegar a otros asuntos del presente.
    Conforme el tiempo pasa, la plática de Naraku va dando muestras de que la bebida empieza a rondarle más y más por la cabeza.


    - Tal vez sea mejor que dejes de beber Naraku, pues no deseo tener que salir a éstas horas para llevarte a tu apartamento –

    - Pues no es necesario que me vaya Sessh – el atractivo hombre se retira algunos rizos de su negro cabello con un sensual movimiento de la mano, al tiempo que dirige su mirada al alto empresario – me parece que tu amplia y cómoda cama tiene cupo para ti y para mí –


    Sesshoumaru arquea una ceja, él casi no ha bebido, así que se encuentra lúcido y centrado.


    - ¡ No digas sandeces Naraku ! tú mejor que nadie sabe que a nadie le he permitido ese privilegio y menos… a un hombre –

    - ¡ Pues no sabes de lo que te pierdes Sesshy ! tal vez te cambiaría el humor si me dejaras demostrarte mis habilidades –

    - ¡¿ Sesshy ?! ¡ No cabe duda de que estás borracho, has comenzado a decir incoherencias - le dice Sesshoumaru retirándole la bebida que su amigo se ha servido nuevamente.

    - ¡ Oye ! ¿ Tú quién eres, acaso te has autonombrado mi tutor ?-

    - De ninguna manera, solo es que te conozco lo suficiente como para saber lo necio que te pones cuando bebes demasiado y no tengo ánimos para soportarte.


    Sus miradas se encuentran, la de Naraku luce ligeramente desenfocada, pero el deseo asoma ya en ella y Sesshoumaru lo nota enseguida.
    El de negro cabello se levanta de su asiento y sin mediar explicación se sitúa a un lado de Sesshoumaru, sentándose en el apoya brazo del asiento, haciendo que No Taisho Sama se ponga tenso enseguida.


    - Pues déjame decirte que éste necio te admira mucho, pero esto no se reduce a solo admiración , lo que siento por ti va más allá, de solo admirar o apreciar a una persona, la cual siempre me ha sobrepasado en todos los sentidos… -

    - Será mejor que te vayas Naraku, me parece que podrías decir algo de lo que te arrepientas más tarde cuando hayas recuperado la cordura – le recrimina serio Sesshoumaru empezando a ponerse de pie, lo cual no consigue, pues una mano firme lo sujeta de improviso tomándolo por la muñeca de su brazo derecho, reteniéndolo evitando se aleje de él.





    ------------------------------------------------------------







    Inuyasha se despierta por alguna razón, no tiene la menor idea de a que hora fue vencido por el sueño, el libro que leía yace tirado en el suelo a un costado del sillón.


    - ¡ Aaaajjuuuuummmm ! - bosteza largamente, desperezándose y estirándose – creo que me quedé dormido – mira su reloj - ¡Vaya, ya es bastante tarde ! será mejor irme a la cama antes de que se me vaya el sueño-


    Bosteza otra vez y se pone de pie para dirigirse a su alcoba a pasos lentos y perezosos, pero entonces como otras ocasiones, hace algo de forma inconsciente, algo que sospecha ya se está haciendo una costumbre, voltea hacia el apartamento de enfrente. Puede ver que el lugar que corresponde a la sala luce ahora iluminado por las luces del lugar.

    Pareciera que no hay nadie, así que Inuyasha se estira y bosteza nuevamente ¡ Sí que tiene sueño ! pero dicho sueño parece que de pronto lo abandona, se detiene en seco, sin razón aparente, pero lo hace, al posar su mirada en la alta figura que ahora se ve a través de las persianas entreabiertas, tanto de su apartamento, como de aquel que se sitúa a corta distancia.

    Casi sin notarlo, camina hacia el ventanal, separa las hojas de las persianas con ambas manos y se queda mirando atónito lo que ahora sucede frente a sus ojos…


    El alto y atractivo joven, se encuentra de pie, no puede distinguir su expresión pues tiene la cara levemente inclinada y su peculiar fleco le cubre parcialmente el rostro, aunado a esto, la distancia a la que se halla aunque no es demasiada no le permite ver pequeños detalles, sin embargo puede notar que mueve la boca, pareciera hablar con alguien.

    Inuyasha abre los ojos asombrado cuando ve como otro hombre joven aparece en escena y sin más abraza al alto peli plata por detrás, rodeándolo con sus brazos y también puede notar como acerca su rostro al oído del otro y pareciera estarle susurrando algo al dueño que aquel apartamento. Puede ver las manos del intruso, las cuales comienzan a recorrer con ansiedad por sobre la tela el bien formado torso del que pareciera su amante, para enseguida comenzar a abrir la oscura bata que viste el altivo hombre. No distingue el rostro del sujeto de oscuro cabello.

    Por alguna desconocida razón, Inuyasha queda impactado ante lo que ve , el sueño se le ha ido por completo, no sabe con certeza si quedarse ahí mirando o de una vez por todas volverse hacia otro lado e irse simplemente a su alcoba, finalmente es un asunto que no debe importarle.
    Pero así mismo aún contra su voluntad, tal espectáculo causa una silenciosa molestia en su interior. Las pocas veces que ha visto a su peculiar vecino, cierto es que se ha comportado de forma extraña con él, aunque también piensa que el observar de forma indiscreta a través de la ventana, puede llevar a realizar un aventurado juicio que puede ser falso, aunque también puede suceder que lo que se observa, sea la realidad vista sin falsas apariencias que se ocultan en otras circunstancias.

    Pero en ese preciso momento, sus propios pensamientos parecen helarse en su cabeza, pues justo ante su atenta mirada, el alto hombre del blanco cabello voltea en su dirección mirándolo directamente a él.
    Inuyasha casi distingue un destello dorado que lo traspasara , por un instante puede notar una leve turbación en aquel perfecto rostro de quien ahora lo observa a él, expresión que sin embargo, rápidamente desaparece retomando su seria actitud de antes.
    Inuyasha al verse descubierto, vuelve en sí, como si despertara de un sueño y cae en la cuenta de lo está haciendo… ¡ Se halla observando descaradamente a su vecino en una situación muy intima y comprometedora !

    Retrocede sin que sus miradas se aparten todavía, siguen enganchadas en unos eternos segundos , hasta que Inuyasha acierta a lo que debería hacer, retrocede unos pasos para quedar tras las persianas y con un rápido movimiento jala el cordón de éstas cerrándolas de golpe y cortando al fin el contacto visual.

    Dá todavía unos pasos más al tiempo que comienza a dar la vuelta, pero se mueve tan brusco que se encuentra en su camino con una mesita que hay en su sala haciéndolo caer y termina caminando a gatas, conforme avanza trata de levantarse torpemente, alcanza el interruptor y apaga la luz de la sala. Ya de pie se dirige a su recámara, entonces le entra repentina prisa por irse a la cama…¡ Pero eso sí, se asegura de cerrar por completo las persianas antes.

    Es cuando nota lo nervioso que se ha puesto, respira profundo varias veces hasta que logra calmarse.


    - ¡ Maldita sea, eso me pasa por curioso ! Después de todo, es un desconocido… no importa como se ha comportado antes cuando me mira desde su ventana ¡ Yo no soy como él…como ellos…par de…raros !
    ¡ Me he vuelto a comportar como un estúpido, más vale que deje de poner atención a lo que sucede tras esas persianas ! después de todo, yo vine aquí solamente a trabajar, solo a eso ! – sentencia tajante regañándose a sí mismo.


    Después de un rato ya se encuentra más calmado, jala su cobertor acomodándose de lado y exclama en medio de un profundo suspiro:


    - Mejor será dormirme de una buena vez, ya es muy tarde, me olvidaré de éste maldito asunto , ya que… ¡ Qué más da quien sea o con quien esté… o a quien… le permita… tocarlo de ésa manera ! después de todo es un hombre muy atractivo, con ésa mirada taaaaán intensa y sensual y ese cuerpo que… - Inuyasha sacude la cabeza como si con eso arrojara esos extraños pensamientos que ahora le dan vuelta en la cabeza.
    - ¡ Ya duérmete Inuyasha, deja de pensar babosadas ! – murmura cerrando los ojos al fin.- ¡ Ya basta ! –





    ----------------------------------------------------------







    - ¡¡ He dicho que basta Naraku !! – la severa voz suena ahora bastante más molesta que antes.


    Sesshoumaru en un hábil movimiento se quita de encima al pelinegro lanzándolo contra uno de los sillones.


    - ¡ Anímate Sesshoumaru, sí yo sé que también te gusta! ésa supuesta careta de heterosexual es solo una pantalla, lo puedo notar en tu mirada .- le reprocha Naraku arrastrando las palabras a causa de lo que ha bebido.


    Agitando levemente sus rizos al ponerse de pie, se aproxima nuevamente al alto hombre de pálida piel y lo vuelve a tomar por el brazo… o casi, pues un certero manotazo impide que siquiera lo roce, pero Naraku dá algunos traspiés pero no se aleja de su amigo.


    - ¡ No seas tímido Sesshy …! – Naraku posa sus encendidos ojos en el blanco pecho que se deja ver entre la bata entreabierta de Sesshoumaru y posa sus manos en la tersa piel empezando a deslizarlas lentamente .


    Esto desde luego echa por tierra la poca paciencia que le quedaba a No Taisho Sama quien velozmente lo sujeta por el cuello de la camisa y lo arrastra casi levantándolo en vilo, para luego estrellarlo contra la pared, quedando prensado entre ésta y el cuerpo de su amigo, sus pies de Naraku han dejado de tocar el suelo. A pesar de todo, el peli negro al sentir la cercanía de ése tibio cuerpo, sonríe con lujuria, pero la fría mirada que le lanza le hiela la sangre y las ganas de seguir tentando a su suerte.


    - ¡¡¡ Maldita sea Naraku, he dicho que basta !!! ¡ No me hagas olvidar que eres mi “amigo” ! ahora más te vale que te largues de aquí, pues si continuas con esto terminarás molido a golpes… ¡ Es más no tengo ganas te seguir mirando tu desagradable rostro por hoy ! –


    Las secas palabras de Sesshoumaru son dichas con siniestra y calmada furia de tal forma que causan escalofríos a Naraku, quien al ver también la impresionante mirada inyectada de sangre del joven No Taisho y comprende entonces que ha llegado demasiado lejos escudado en su borrachera.


    - ¡ Yo… lo siento mucho Sesshoumaru ! – logra exclamar en voz baja Naraku desviando la mirada, simplemente su valor ha desaparecido y no se atreve a mirarlo a la cara, no al menos en ese momento.


    Sesshoumaru lo suelta entonces, con lo cual el otro resbala como un muñeco de trapo hasta el suelo, el orgulloso empresario lo mira casi con desprecio, da la vuelta con rumbo a la cocina dejando a un Naraku sumamente mareado y confundido pero a la vez contrariado.


    Para cuando Sesshoumaru vuelve, lo encuentra prácticamente inconsciente sobre uno de los sillones.


    - ¡ Maldición como detesto lidiar con borrachos ! – exclama molesto, al tiempo que deja sobre la mesa de centro la taza con café cargado que llevaba.


    Sacude a su amigo, el cual no da muestras de poder despertar, así que mejor opta por acomodarlo bien el sillón, lo cubre a medias con una manta y se retira a dormir.


    Al caminar con sus andar elegante, mira hacia las ventanas del apartamento de enfrente las cuales lucen oscuras, puja molesto y se mete a su mullida, cómoda y amplia cama, en la cual como Naraku ha señalado, cabe más de uno, aunque Sesshoumaru no tenga en mente compartirla con nadie más.





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    Al día siguiente, es domingo muy de mañana y ya Inuyasha regresa de su carrera matutina, va enfundado en un pantalón deportivo gris oscuro, sudadera roja y una gorra del mismo color. Por años ha acostumbrado salir a correr para ejercitarse antes de iniciar sus actividades cotidianas y a partir de hoy ha decidido retomar esa costumbre ahora que ya se ha establecido por completo en Tokio.

    Es una mañana luminosa de verano , se detiene un momento en el jardín que divide ambos edificios, en uno de los caminos de piedrecillas , la brisa matutina le llega perfumada con el aroma de los ciruelos con sus frutos ya maduros que rebozan en los árboles y el aroma propio de la tierra húmeda aún por el rocío nocturno.
    A pesar de que aún está fresco el clima, Inuyasha se encuentra sudoroso y con las mejillas encendidas a causa del ejercicio, toma su botella con agua y da algunos sorbos, está fresca y él sediento.

    Pero de súbito se atraganta al ver salir por el acceso principal del edificio de apartamentos de lujo, a alguien que al darse cuenta de su presencia, clava insistente su mirada en él.


    - ¡ Cof, cof, cof ! – se inclina el chico apoyando las manos en sus rodillas, tratando de recobrar el aire, dejando de prestar atención a ésa persona por un momento.


    Al menos hasta que siente unas suaves palmadas en su espalda, al tiempo que una calmada voz le dice amable:


    - ¡ Tranquilo Inu, tranquilo ! ¿ Piensas acaso ahogarte en una botella de agua ? – escucha esas palabras demasiado cerca.


    Una vez que Inuyasha recupera el aliento, se endereza para ver al que le habla, su rostro luce un intenso color rojo.


    - ¿ Sabías que el color rojo te hace lucir realmente encantador ? – le dice en tono suave el hombre de rojiza mirada, mientras le sonríe ampliamente, pero sin retirar su mano del hombro del chico.


    Al ver que Inuyasha no le responde, Naraku piensa que es debido a que aún no se recupera por completo, además de que el color de su cara se ha tornado más intenso aún


    - ¡ Tranquilo, tómate tu tiempo ! – “ No sé cómo me puedo contener y no me apodero de tu linda boca de una vez por todas… ¡ Luces tan tentador Inuyasha ! “, son los pensamientos que cruzan por la mente de éste hombre mientras observa con calma al joven diseñador .

    - ¡ Lo siento, ejemm… buen día Naraku San ! es que bebí demasiado rápido – se excusa Inuyasha, quien se aparta sutilmente de ese hombre, simplemente no soporta que lo toque, pues al observarlo mientras salía del edificio, pudo reconocer en él, la figura del hombre que abrazaba de tan intensa forma a su vecino de apartamento.

    - ¿Ocurre algo Inuyasha ? - le pregunta Naraku al ver su reacción.

    - ¡ Oh no es nada ¡ solo es que no esperaba verlo por aquí – responde turbado y molesto el chico.

    - ¡ Ah comprendo ! verás lo que ocurre es que me hallaba de visita con un muy buen amigo, pero te vi venir mientras me retiraba ya – dice Naraku mientras se aproxima lentamente a Inuyasha, que comienza a sentirse incomodo nuevamente, vuelve a sonrojarse aunque más levemente al recordar la clase de visita que realizó ese hombre a su vecino y no puede evitar sentirse cada vez más molesto.

    - Sabe Narku San, yo también tengo que retirarme ya, así que si me disculpa… - Inuyasha da un par de pasos, desea irse cuanto antes de ahí, pero Naraku lo sujeta de pronto de una mano.

    - Te agradecería que me llamaras solo Naraku, no soy tan mayor como lo haces parecer si me llamas así, además me gustaría que nos tratáramos con más… confianza. – le dice sonriendo.- además no miento cuando te digo que ese color te sienta bien, el contraste con tu blanca piel es tan…tentador.


    Inuyasha observa esa atrevida mano que lo retiene.


    “ Maldito pervertido “ – ruge con rabia en su interior, para luego decirle a ese hombre:


    - Ahora escúcheme usted a mí, debo irme además de que tengo cosas que hacer, no tengo tiempo para escuchar absurdas palabras sin sentido. – su voz denota molestia, definitivamente la paciencia se le está acabando.

    - ¡ Está bien Inuyasha, nos veremos mañana en el trabajo, disculpa si te molesté, no era mi intención ! – se disculpa de forma cortes el hombre de negro cabello, al tiempo que habla, Naraku lo mira intensamente , levanta una mano y toca la mejilla del chico en un fugaz roce - ¡ Créeme que no deseo que te molestes conmigo, sino todo lo contrario ! –


    Inuyasha ya no le responde, solo aparta su rostro volviéndose para otro lado y se apresura a alejarse de él, encaminándose velozmente a la entrada de su edificio, mientras una sonrisa de satisfacción se dibuja en el rostro del joven de negro cabello.


    Sin embargo dicha sonrisa se desvanece mientras se dirige a su auto, pues rememora unos instantes atrás, cuando salió del apartamento de Sesshoumaru, la frialdad con que lo trató y como ni siquiera lo volteó a ver cuando le avisó que se retiraba.
    Ésta vez Sesshoumaru realmente se molestó, así que piensa seriamente en replantearse el asunto, es decir, olvidarse de esa vieja atracción que siente por su orgulloso amigo y centrarse en una nueva relación ya que para empezar ésta ni siquiera comenzó con Sesshoumaru y francamente no se le ve futuro, así que será mejor centrarse en su nuevo prospecto que ya tiene en la mira.


    Algo que tanto Naraku como Inuyasha ignoran, es que todos y cada uno de sus movimientos, han sido seguidos con atención desde un alto ventanal. Las persianas de cierto apartamento han sido corridas abriéndolas por completo, mientras un alto peli plata frunce molesto el ceño entrecierra los dorados ojos, debido a que lo que ha observado le desagrada ya demasiado.


    - Me parece que ya va siendo tiempo de que tome cartas en el asunto de forma más activa, pues no estoy dispuesto a ceder mi diversión a nadie más...

    ...Naraku, será preciso que te recuerde quien te seguirá llevando la delantera en todo… siempre. –






    Continuará. . .




    Notas finales:

    Esto es todo por ahora, así que les agradezco que anden por aquí leyendo mi historia, también agradezco y agradeceré sus reviews con sus opiniones, que siempre me ayudan mucho además de que me ponen muy contenta.
    Como siempre nos encontraremos aquí el próximo domingo.
    ¡ Que tengan una excelente semana !

    Nos leemos.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:14
     
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  4. Shippo Kun
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    Esteeee fic ya lo leí por Amor Yaoi y quiero decir que es demasiado bueno...es mi fic numero 5 de mis favoritos *-*
     
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  5. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Saludos a tod@s !

    Para todos mis queridos lectores que quieren saber que pasará en mi ff, les dejo la continuación.
    ¿ Quién le manda a Inu ser tan guapo y apetecible ?

    ¡ Ya ven, los admiradores lo persiguen ! (Lo siento por sus admiradoras, pero aquí, puros chicos pueden competir por él ) T_T

    Aunque no me parece que a él le cause mucha gracia… ¡ Ah, pero ahí está de curioso mirando a través de las persianas !
    Pero mejor léanlo por ustedes mismos. :)




    Capítulo 4

    “Obstáculos ”








    Lunes por la mañana, es inevitable sentir cierta pesadez al retomar la rutina diaria, al menos lo es para muchos después de un agradable fin de semana, pero no así para Inuyasha, quien aunque disfrutó los días de descanso aún a pesar de lo inusuales que hayan resultado, pues el siempre ha sido alguien sumamente responsable y entusiasta cuando de emprender algo se trata y más ahora que está realmente motivado con su “nueva vida” y su nuevo trabajo. Después de todo ama lo que hace, disfruta sobremanera su profesión y además está dispuesto a poner todo su empeño en ir logrando todas y cada una de sus metas que se ha trazado.

    Cuando dobla a la esquina para dirigirse al acceso del enorme edificio de Industrias no Taisho ve pasar a su lado un auto que enseguida disminuye la marcha, evidentemente para esperarlo…

    - ¡ Buen día Inuyasha ! – es la amable voz de Naraku que lo saluda tomándolo por sorpresa

    - ¡ Emmmh … buen día Naraku Sa… ! – saluda sin lograr terminar la frase, tratando a la vez de parecer calmado.

    - ¡ Sólo Naraku, recuerda ! de verdad deseo ser muy buen amigo tuyo - lo interrumpe el conductor del auto sin apartar la carmesí mirada del diseñador .


    Byakuya viaja a su lado, observa todo en silencio, con un sordo dolor interno que solo él conoce.


    - Ssí…claro Naraku – responde Inuyasha aparentando que no pasa nada, tratando de hacer caso ésta vez a la alarma interna que ya tiene rato sonando en su interior emprendiendo la retirada, se agacha para dirigirse a Byakuya a través de la ventanilla.

    - ¡ Te veo en la oficina Byaku ! debemos apurarnos con el diseño de la campaña para el lanzamiento de los productos de cerámica en la Ciudad de México, será la entrada de Industrias No Taisho a Latinoamérica - dice tratando de llevar la atención hacia otro sitio.

    - Te alcanzo enseguida Inu – la voz de Byakuya suena tímida.


    Sin esperar más, apresura el paso para ingresar cuanto antes a las oficinas, dejando atrás ese auto que se dirige entonces hacia el estacionamiento.


    - ¡ Vaya con el cachorrito asustado ! realmente es una presa muy tentadora – exclama Naraku al seguir con su penetrante mirada a Inuyasha mientras se aleja.


    Mientras estaciona el auto le dice a su hermano, quien precavido guarda silencio, no puede negar que la personalidad de Naraku siempre lo ha intimidado un poco.


    - No olvides lo que te he encargado Byakuya, debes investigar quién es el tal Kouga y qué clase se relación tiene con Inuyasha… ¡ Amigos, sí cómo no ! en base a eso será el siguiente movimiento a realizar –


    Al notar que Byakuya no le responde, además de permanecer con la vista baja, le dice con voz más enérgica y engañosamente amable:


    - ¿ Has entendido “ hermanito ”? - al decir esto levanta su mano y roza suavemente el rostro de su hermano menor , deslizándola lentamente por su mejilla, haciendo surgir un rosado color en ese delicado rostro - tal vez pueda “ recompensarte ” por ello Byaku – asoma ahora una retorcida sonrisa cínica en el atractivo rostro enmarcado por aquellos negros y largos rizos.

    - Entiendo- responde el delgado chico con un leve estremecimiento, esa es una oferta que no puede rechazar. Él hará lo que sea por darle gusto a su hermano y si además de ello también obtiene algo más… ¡ Bien vale la pena para él ! – veré que puedo averiguar, pero después de esto deberás de incluir un sustancioso aumento, ¿ne? - dice Byaku tomando su chamarra, baja del auto y se marcha a su trabajo y a cumplir su cometido.





    ----------------------------------------------------------







    - ¿Habla en serio Sesshoumaru Sama ? ¿De verdad planea hacer esto hoy? – preguntan sus colaboradores más cercanos del alto millonario, sus rostros lucen entre sorprendidos y preocupados.


    El imponente hombre los observa fijamente denotando molestia, prácticamente los traspasa con la mirada.


    - ¿Desde cuándo se cuestionan mis decisiones? ¿Acaso acostumbro bromear ? – su grave voz se deja escuchar en esa oficina, a pesar de que no eleva el volumen, ésta resuena imponente por el lugar.

    - ¡ No señor, desde luego que no, le ruego nos disculpe ! – dice el hombre de mediana edad a nombre de los que se encuentran en ese momento con Sesshoumaru Sama, al tiempo que todos hacen una respetuosa inclinación a modo de disculpa.



    Aunque después de todo, no sea muy común por parte de su jefe lo que acaba de comunicarles, pues él es muy dado a seguir cierto orden y protocolos con los asuntos del trabajo, sin embargo también es cierto que siempre acostumbra hacer las cosas a su manera obteniendo lo que desea sin réplica alguna.

    Lo que Sesshoumaru ha decidido hacer ahora, es un recorrido sorpresa por ciertas áreas de las oficinas de la empresa, algo nada común en él, pues acostumbra moverse casi por completo en el amplio nivel que ocupa su oficina y la sala de consejo, es decir el área de mayor rango de todo el lugar, así que lo que pretende hacer es del todo inusual. Siempre ha dejado que sus subordinados se encarguen de todo lo referente a cada sección de la enorme empresa, así que hay lugares que jamás ha visitado.

    Ha decidido, tomando por sorpresa a sus allegados, que desea visitar y observar la actividad de uno de los departamentos más alejados y por decirlo así más aislados de la empresa, a pesar de la repercusión que llega a tener su trabajo en todas las áreas, el cual no es otro que el departamento de Diseño, Mercadotecnia y Publicidad.

    A el personal que labora ahí se le ve en ocasiones de forma extraña, “son raros” dicen algunos y como sucede en muchas ocasiones, la gente dedicada a la labor creativa y con un cierto grado de sensibilidad artística no siempre es comprendida del todo.
    No es difícil de entender el asombro mostrado ahora por los empleados de Sesshoumaru, aún si ellos saben que no cambiará de opinión. Además piensa realizarlo hoy sin previo aviso y solo acompañado de su secretaria y por si fuera poco les ha ordenado que no revelen su identidad.


    - Estaré por aquel departamento después del almuerzo- exclama tajante, tras lo cual todos asienten y al poco rato se retiran de la lujosa y amplia oficina.





    -----------------------------------------------------------







    Inuyasha camina con rumbo al comedor- cafetería acompañado por Byakuya hace rato que dio inicio la hora del receso para almorzar.


    - ¡ Me muero de hambre ! pero era importante entregar todo lo relacionado con esa campaña, teníamos la fecha de entrega encima – dice Inuyasha poniendo sus manos sobre su estómago, mientras caminan por los corredores.

    - En realidad yo pensaba que no lo lograríamos, pues a pesar de haber comenzado a trabajar en ella desde antes de tu llegada parecía que no avanzábamos, de no ser por ti, me parece que no hubiera estado a tiempo…¡ Eres bastante bueno en esto! – dice Byakuya sincero, pues a pesar de todo le está tomando aprecio a Inuyasha en el corto tiempo que llevan de conocerse.

    - ¡ Oh vamos no exageres, tú no te quedas atrás ! mejor vayamos a ver que hay para comer hoy, afortunadamente la comida aquí es bastante buena – dice Inuyasha relamiéndose al observar todo lo que se exhibe en las vitrinas.

    - En realidad ha mejorado bastante últimamente, no era mala, pero ahora es mejor, he escuchado rumores de que acaban de contratar a un nuevo chef encargado del comedor de nuestra área, es muy joven pero también muy bueno, según creo eso nos beneficiará. – responde Byakuya paciente, aún cuando lo único que espera ahora, es el momento para abordar el tema del que desea hablar con Inuyasha.



    Cuando ya se encuentran sentados a una de las mesas, contemplan satisfechos sus alimentos, Byakuya por cierto asombrado por la cantidad que ha ordenado Inuyasha quien sumamente contento exclama:


    - ¡ Pues esto luce y huele muy bien ! –

    - ¡ Sí que ha habido un cambio bastante notorio, es casi como comida de restaurant de lujo a un precio preferencial ! . Parece que al fin se han dado cuenta de la importancia de nuestro departamento en la empresa- comenta entusiasmado Byakuya que saborea un buen plato de tallarines con vegetales y camarones.


    La comida transcurre entre una ligera plática, bromas y risas, pero han comido rápido debido al enorme apetito que ya tenían, así que cuando terminan aún falta un poco para que vuelvan al trabajo, por lo cual se quedan un rato más charlando ante una excelente taza de té.


    - Y dime Inuyasha ¿ Qué te parece Tokio ? – pregunta Byakuya recargándose cómodamente en el respaldo de su silla.

    - Pues hasta el momento todo luce muy bien, es después de todo una ciudad imponente, no deja de sorprenderlo a uno, pareciera que me toparé con una sorpresa a la vuelta de la esquina – “ Sí, sobre todo con el atrevido de tu hermano y mi extraño vecino “ piensa Inuyasha distraído.

    - ¿ Y acerca del trabajo ?-

    - Pienso que éste es un lugar bastante agradable para trabajar y estoy más que satisfecho hasta el momento, sobre todo por estar rodeado de los mejores diseñadores de Japón, puedo aprender muchísimo y hay muy buenas expectativas para desarrollarse a nivel personal. Además tomando en cuenta que estoy casi recién egresado de la universidad, pienso que ha sido una excelente oportunidad el entrar a laborar aquí. Sin duda me parece un muy buen cambio en mi vida- responde Inuyasha convencido de que debe secar el mayor provecho de todo, dando así mismo su mayor esfuerzo.

    - Pues tú ya eres bastante bueno, profesionalmente hablando , eres alguien muy creativo y capaz. -

    - Aún hay mucho que aprender y mucho que dar, es un error el pensar que ya se sabe todo, pues pienso que en ése momento se deja de aprender y aprovechar la inmensidad de cosas que podríamos tener incluso al alcance de la mano. Además, debo decirte también que es bueno contar con nuevos amigos por aquí, como tú Byakuya, ya no me siento tan solo en ésta ajena ciudad. –


    Byakuya ve la oportunidad que esperaba y decide no dejarla ir.


    - Pero, Inuyasha… según pude darme cuenta el otro día, tú no estás por completo solo aquí en Tokio, pues está aquel chico con el que estabas aquella tarde en ese café, Kouga me parece que se llama, después de todo lo conoces de hace tiempo ¿ No es así ? –

    - Nos conocimos al ingresar en la universidad y desde entonces somos buenos amigos, de hecho el labora por fuera para Industrias no Taisho –

    - ¡ Ya decía yo que lo había visto antes ! aunque no he tratado con él, me parecía conocido de algún lado. –



    Ahora le brillan con sagacidad los ojos a Byakuya, así que no espera más para salir de dudas:


    - Pues se nota que ustedes dos son… “ muy buenos amigos” ¿ Ne Inuyasha? - le dice recalcando esas últimas palabras.

    - Emmh, sí… eso “ buenos amigos” - exclama confundido por un momento Inuyasha por la manera en que lo ha dicho Byakuya.

    - ¡ Lo siento Inu ! pero lo pude notar por la manera en que te miraba y tú le sostenías la mano. Deben… quererse mucho – la expresión de Byakuya muestra una sonrisa maliciosa.

    - ¿ Cómo dices? ¡¡ No espera Byaku !! – “Maldito Kouga , todo por sus ideas raras” - ¡ No es como tú piensas! -

    - ¡ Oh lo siento, no sabía que no lo aceptabas abiertamente, lamento haberme inmiscuido en tus asuntos personales ! – le dice Byakuya falsamente apenado.

    - ¡ Oye Byakuya, no sé qué estás pensando o que idea equivocada te has formado de mí ! pero no es cómo crees- se apresura a replicar el peli blanco – Kouga y yo no somos… -

    - ¿ Homosexuales? –

    - ¡ Pareja ! –


    Ambos han hablado casi al unísono, se miran un instante y sueltan a reír, rompiendo el bochornoso momento.


    - ¡ Perdóname Inuyasha, es que yo creí que…! –

    - ¿Qué soy homosexual y pareja de mi amigo Kouga? ¿ Es eso? – los dorados ojos del chico lucen húmedos a causa de la risa.

    - ¡ Pues sí, justo eso! No puedo negar que lo pensé al verlos así, ahí sentados –

    - ¡¡ Baaaka !! ¡ Pues ahora sabes que no es así !, aunque creo que será mejor aclararte las cosas ! – dice Inuyasha moviendo la cabeza convencido de que es lo mejor si desea dejar bien en claro su posición, sobre todo para el hermano mayor de Byakuya.- Verás, lo que sucede es que… -



    En poco tiempo ya le ha platicado la situación con su amigo, después de todo, según se lo ha dicho el mismo Kouga, su homosexualidad es algo que no tiene interés en ocultar, así como deja bien claro que él no tiene el más mínimo interés en su amigo ni en nadie más, tratándose de un hombre desde luego.


    - Es decir que Kouga es homosexual, pero tú no y aún así él quería ser más que un amigo para ti y tú solo lo rechazaste tratando de no herir sus sentimientos…¿ Entendí bien ?-

    - ¡ Correcto ! él es una excelente persona y un muy buen amigo, pero no hay nada más entre él y yo… ¡ Ni lo habrá ! no al menos como tú lo habías pensado- concluye Inuyasha sintiéndose más tranquilo al haber aclarado todo.

    - Te agradezco la confianza Inuyasha, seré discreto en nombre de la sincera amistad que ha surgido entre nosotros .–

    - ¡ Gracias Byakuya ! ahora será mejor volver al trabajo pues tenemos mucho por delante todavía. – Inuyasha ya se está poniendo de pie mientras mira la hora en su reloj.



    Cuando abordan el elevador y éste ya cierra las puertas, son alcanzados por alguien que mete un brazo y una pierna entre las puertas impidiendo que éstas cierren, es el encargado del departamento de adquisiciones, aquel joven con bellos ojos azules y oscuros cabellos atados en una pequeña coleta.


    - ¡ Esperen, yo también subo ! – grita al tiempo de que apresurado logra entrar al elevador.

    - ¡ Miroku, que sorpresa ! – dice Byakuya de forma amable.

    - ¡ Hola Byaku ! ¡Hola…Inuyasha! ¿Ese es tu nombre verdad? – saluda sonriendo el recién llegado.

    - ¡ Ese mismo ! – responde a su vez el aludido.

    - Y…¿ qué me cuentas, ya no te pierdes?-

    - No, ya no - exclama riendo Inuyasha – además tengo ahora a un excelente guía del lugar – dice al tiempo que voltea a ver a Byakuya y posa suavemente su mano en el hombro de éste.- Inuyasha vuelve su mirada a Miroku y entrecerrando los ojos le dice:

    - Por cierto ahora que te encuentro… ¿ Tú estás a cargo del departamento de Adquisiciones no es así ? –

    - Sí , así es… oye… ¡ Un momento ! ¿No estarás pensando ya tan pronto en solicitarme algo ?-

    - ¡ Vaya, veo que nos comenzamos a entender! – le dice de forma maliciosa Inuyasha.

    - Pues te advierto que mi lista de espera es larga… aunque dime... ¿ Qué necesitas? - pregunta Miroku picado por la curiosidad

    - No mucho en realidad, estaba pensando en que a nuestro departamento le vendrían bien unas mesas de luz, nos ayudarían mucho para ciertos trabajos, así como un mayor surtido de pinceles ingleses de todas las series, pelo natural y sintético y también unas… y unos... y... - le dicta una larga lista de materiales con los que no cuentan ahora y luego añade -¡ Ah… ¡ y una nueva lámpara para mi mesa de dibujo – dice como si nada Inuyasha con la sonrisa en la boca y ante el asombro de Byakuya.

    - ¿Algo más Inuyasha ? ¿ No se te ofrece un cafecito o un pastelito?-

    - Bueno, si no es mucho pedir – dice Inuyasha sonriendo burlón.

    - ¿ Hablas en serio? – pregunta Miroku al notar que el chico no se retracta de lo que ha dicho.

    - Estoy hablando en serio, realmente nos hacen falta esas cosas, aunque si gustas, el café y el pastel me lo puedes invitar después. –

    - Bueno, en ese caso veré que puedo hacer, habla con tu jefe de sección y me hacen llegar el pedido de forma oficial, una vez hecho eso espero poder cumplir sus peticiones … a no muy largo plazo –

    - Tú dime qué hacer, si necesito hablar con el mismísimo dueño, lo haré sin duda alguna –

    - ¿ Bromeas? ¿Hablar con No Taisho Sama ?- con decirte que ni yo he hablado nunca con él, es más ni lo conozco. Dicen que es una persona bastante misteriosa y que pocas, muy pocas veces se deja ver por ahí, así que…¡ Mejor canaliza las cosas con tu jefe y luego conmigo y deja de soñar. – le dice ya más serio Miroku.



    Cuando llegan al piso que han solicitado, bajan todos, pero Miroku parece apurado, pero se apresura aún más cuando ve a un grupo de guapas chicas que van por el pasillo con rumbo a alguna oficina.


    - Los veré luego y más valdría que se apresuren, pues hay rumores de una visita sorpresa por parte de un alto ejecutivo de la compañía por ésta sección, se supone que es un secreto, así que como comprenderán no todos están enterados – mientras se aleja exclama sonriente:

    - ¡ Disculpen señoritas ! ¿ Podrían ayudarme ? –

    - ¡ Ese Miroku, no cambiará nunca ! ¡ Mujeriego como siempre ! - dice Byakuya divertido, luego voleando a ver a Inuyasha le pregunta:

    - ¿ De verdad pedirás lo que le has dicho a Miroku? –

    - Sí, eso pienso hacer, lo necesitamos ya –

    - Pues espero que sepas esperar – dice irónico Byakuya.

    - ¡ Hola Inuyasha, qué tal Byakuya ! – una suave voz los saluda.


    Cuando se giran, Inuyasha ha reconocido ya ésa voz y no piensa permanecer ahí por más tiempo.


    - ¡ Buen día Naraku ! – lo saluda cortes - Byaku, me adelantaré pues ya escuchaste a Miroku… ¡ Hasta pronto Naraku ! – alejándose enseguida.

    - ¡Espera Inuyasha, me voy contigo! – le replica el delgado chico, decidido a seguirlo, pero no sin cruzar algunas palabras apresuradas con su hermano.

    - Ya tengo lo que querías Naraku –

    - Dímelo entonces –

    - No hay tiempo, parece que alguien vendrá por aquí hoy, según sé alguien importante y debo apresurarme, además prefiero que
    hablemos más tarde en casa…solos –

    - Comprendo, entonces nos veremos después – responde seco Naraku, resignado a esperar.



    Ambos hermanos se separan tomando cada quien el camino hacia sus respectivas obligaciones.


    Inuyasha ya se encuentra en su mesa de trabajo, quiere terminar hoy mismo el proyecto que está haciendo, así que no desea distraerse con nada y está metido de lleno en su computadora.
    Muy cerca de él, en la mesa contigua, Byakuya trabaja de igual forma, aunque en su mente desea que el día acabe pronto para reunirse con su hermano y comprobar si amerita aquello que éste le ha prometido.

    Los últimos toques están siendo dados a el diseño que desarrolla Inuyasha, está observando bastante satisfecho su trabajo casi terminado cuando escucha la apagada exclamación por parte de su amigo en la mesa cercana.


    - ¿ Pero qué rayos hace él aquí ?- su tono de voz deja traslucir la enorme molestia que siente.

    - ¡ Vamos Byakuya, no hagas corajes o te hará daño la deliciosa comida que hemos tenido !- le dice Inuyasha en son de burla sin levantar la vista de la pantalla que tiene enfrente, él es así dedicado en su trabajo y cuando se lo propone nada puede distraerlo, de modo que no le da demasiada importancia a lo que ha escuchado.

    - Eso es lo de menos Inuyasha, es que esto es por completo fuera de lo común- murmura el delgado diseñador.

    - Solo permíteme un momento y veré a que te refieres…solo…un poco más… un detalle más… ¡ Listo ! ¡ Terminé ! – exclama triunfal Inuyasha, decide entonces averiguar que sucede con su amigo que de golpe se ha quedado callado, pero al momento que levanta la vista para ver a que se refiere su amigo…


    Prácticamente se queda petrificado al encontrarse muy de cerca a una persona que se ha detenido un instante a un lado de su mesa observando su trabajo, luego lo mira a él con sus dorados ojos que le roban hasta el aliento al joven empleado, una intensa e inexpresiva mirada que no atina a interpretar. Luego éste hombre continúa su camino hacía una de las oficinas de los superiores del lugar, sin pronunciar una sola palabra y sin dar muestras de siquiera reconocerlo. Lo ve como se aleja entre las mesas con movimientos sumamente elegantes y una actitud altiva.

    Esa alta figura que ha dejado momentáneamente sin habla y sin movimiento al joven peli plata no es otro que… ¡ Su desconocido y extraño vecino que ha observado a través de las persianas de su apartamento !

    Cuando al fin reacciona, debido a la sorpresa Inuyasha vuelca un portalápices que se encontraba sobre su mesa, derramando su contenido que al caer en el suelo de madera hace tremendo escándalo.
    El atractivo ejecutivo voltea a medias hacia donde proviene le ruido, dirige su mirada de reojo a Inuyasha, quien juraría que por unos segundos le pareció que se sonreía levemente, pero enseguida observa como recobra enseguida su expresión fría e impasible, tal parece que traspasara a Inuyasha, no da muestras de nada, casi como si el chico fuera invisible y como si aquel sutil gesto hubiera sido solo producto de la imaginación de éste.

    Inuyasha se apresura a recoger lo que se le ha caído aprovechando que ése hombre ha seguido con su camino, cuando tiene todo nuevamente en el portalápices, se sienta en su lugar, volteando a ver a Byakuya le pregunta:


    - ¿Quién es él y por qué te molesta su presencia ? –


    Aunque Inuyasha intuye la respuesta a el fastidio mostrado por Byakuya, pues recuerda la mañana del domingo cuando regresaba de correr y vio salir a Naraku del edificio de enfrente al suyo, después de haber visto esa escena tan candente entre él y el hombre que acaba de pasar a su lado.


    - Es comprensible que no lo conozcas, pues eres nuevo aquí, aunque a decir verdad pocos lo conocen, debido a que nunca se deja ver tan fácilmente a menos que sea en su oficina y ¡ Créeme, eso es casi imposible ! - le dice Byakuya en voz baja, aprovechando que no le alcanza a ver, aunque se encuentran de espaldas al sitio donde se ha ido – y sí tienes razón… ¡ No me agrada en lo absoluto !-

    - Pero, ¿ Quién es? No me lo has dicho, solo puedo imaginar que es alguien sumamente importante y que sin duda es la visita sorpresa que nos han dicho hace rato.- Inuyasha quiere averiguar más sobre ese misterioso personaje.

    - Pues resulta que él es nada más y nada menos que… -

    - ¡ Un asesor del Gerente General de la empresa ! – exclama una grave y seria voz a sus espaldas que los sorprende tanto que pegan un salto poniéndose de pie de inmediato e inclinándose respetuosamente para saludarle.

    - ¡ Buenas tardes ! –


    Los intensos ojos miran primero al de oscuro cabello de forma sumamente seria para luego clavarse en Inuyasha, su apariencia y actitud desconciertan al chico a tal grado que llega a pensar que no se trata del mismo hombre que ha observado a través de los ventanales.
    Tal vez se ha equivocado y se trata de otra persona, aunque lo duda pues tampoco le parece fácil pretender encontrar a alguien con esa peculiar apariencia en cualquier otro lado. De cualquier forma no piensa mencionar absolutamente nada al respecto.


    - ¿Asesor del Gerente General ? – pregunta confundido Byakuya, lo cual seguramente considera ese importante hombre como una osadía pues enseguida lo traspasa con la fría mirada.

    - ¡ Eso dije ! ¿ Acaso no me escuchaste bien ?- repite en tono helado.

    - ¡ Disculpe Señor ! ¡ Lamento mi atrevimiento ! – dice sumamente apenado el chico.


    El altivo hombre voltea a ver nuevamente a Inuyasha y de forma menos fría le pregunta:


    - ¿ Y tú eres…? –

    - Takahashi Inuyasha Señor – responde de inmediato inclinándose nuevamente como muestra de respeto.

    - ¿ Inuyasha San, eres nuevo aquí ? –

    - Sí Señor, es mi segunda semana laborando para ésta empresa.

    - Pude observar hace un momento que eres alguien muy dedicado en tu trabajo, me complace sobremanera el tenerte con nosotros, espero que hagas tu mejor esfuerzo… Inuyasha – le dice llamándolo solo por su nombre, mostrando mayor confianza con ese solo detalle, enseguida añade:

    - Bien, continúen con su trabajo, no deseo interrumpir sus labores- todos asienten y continúan en sus actividades como les han ordenado.


    El peli plateado mayor se aproxima más a la mesa de Inuyasha e inclinándose hacia él le dice en voz baja:


    - Por cierto… mi nombre es Sesshoumaru –

    - Sesshoumaru ... Sama - repite Inuyasha esperando le sea dicho el apellido según la costumbre japonesa.

    - Solo Sesshoumaru… tu puedes llamarme así – dice tajante con su muy agradable voz, luego se dirige a un lado de Byakuya quien al sentir la presencia voltea solo para escucharle decir:

    - Espero que haya quedado bastante claro quién soy –

    - Sssí…señor, bastante claro – responde nervioso el chico.


    Y con ese mismo andar distinguido se aleja entonces caminando silenciosamente entre las mesas, el mismo andar elegante que Inuyasha le conoció mientras curioseaba tras sus persianas.


    Inuyasha ha quedado sumamente nervioso sin que le quede bien claro por qué, aunque es bastante consciente de que ese hombre puede descontrolar a cualquiera, quiere suponer erróneamente que ha causado el mismo efecto en todos ahí, de cualquier forma continua trabajando tratando de que nadie note la tensión que tarda en alejarse de él.


    El resto de la tarde, la cabeza de Inuyasha le da vueltas y vueltas al mismo asunto, el lugar ha quedado en silencio después de esa inesperada visita y debido también a que tienen que apresurarse para terminar a tiempo una de las campañas publicitarias para lanzar el nuevo libro de un tal Usami Akihiko, que según le hicieron saber a Inuyasha, escribe novelas BL, las cuales son editadas y publicadas por una de las empresas propiedad reciente de Industrias No Taisho en su ramal de editoriales.

    Así que ahora sumido en el silencio, el chico tiene tiempo de sobra para atender a sus pensamientos, además Byakuya luce bastante molesto y concentrado en su trabajo, sin cruzar palabra alguna con nadie.


    “Estoy seguro que es el mismo hombre que he visto en ese apartamento, no me cabe la menor duda, después de todo tiene un rostro tan… inconfundiblemente atractivo ” – piensa ahora Inuyasha, quien cae en la cuenta que su mente está tomando un rumbo absurdamente extraño –


    “ ¡ Keh ! ¿ Pero qué diablos? ¿ Y eso a mí qué ? ¡ Por mi puede ser todo lo atractivo, elegante, distinguido… ¡ Assshhhh! ¡ Maldición ! ¡ Me viene dando igual, eso me pasa por andar criticando a Kouga y sus preferencias!
    Además su comportamiento es diferente a como luce a través de las persianas, el ambiente ahora a su alrededor era gélido y aquellas veces me pareció tan cálido. Y su nombre…
    Sesshoumaru… ¡ Sesshoumaru qué ! ¡ Vaya manía que tienen por aquí para no usar sus apellidos… ¡ Tokio es un lugar extraño ! ” – cierra los ojos un momento y se frota las sienes, cansado y tenso se recarga un momento en su mesa dejando que su blanquísimo cabello caiga como cascada sobre ésta.

    Aún agachado exclama de forma decidida:


    - ¡ Al diablo, yo vine aquí solo a trabajar, no a fijarme en idioteces o en gente rara! – suspira al fin más tranquilo.

    - ¿ Inuyasha ? – repite por tercera vez Byakuya que se encuentra ahora parado a su lado.


    El joven diseñador de ojos ámbar, no creía estar tan absorto en sus pensamientos, pero lo estaba, pues no había notado la presencia de su compañero de trabajo.


    - ¿ Eh ? ¡ Oh, lo siento Byakuya ! no te había escuchado. –

    - Pude notarlo, dime ¿ Te encuentras bien ? – le pregunta preocupado el chico frente a él.

    - Sí, sí, solo estoy cansado –

    - Pues ya es hora de irnos, ya tiene rato que todos se fueron –


    Cuando Inuyasha voltea a ver a su alrededor, nota que el lugar ya esta vacío.


    - ¡ Cielos, no me di cuenta !-

    - Eso es evidente…¿ Nos vamos?- Byakuya no se nota de muy buen humor e Inuyasha no quiere contrariarlo más.

    - Me parece que será lo mejor, afortunadamente logré un buen avance en ésta campaña, mañana haré la selección de color – dice Inuyasha mostrándole lo que ha hecho.

    - ¡ De verdad que eres bueno Inuyasha, tienes un talento excepcional – le dice Byakuya echando un vistazo al diseño.


    Salen juntos y como ya se va haciendo costumbre, Byakuya lo lleva en su auto a su apartamento. Byakuya ya luce más relajado así que su amigo se anima a preguntar:


    - ¿ Oye Byakuya? –

    - Dime –

    - Me preguntaba… ¿ Son frecuentes las visitas como la de hoy ? –

    - ¡ En lo absoluto ! – bufa molesto otra vez Byakuya – Afortunadamente no lo son, aunque formamos parte de la misma empresa, nuestro departamento ha gozado de un cierto grado de independencia, así que esto fue por así decirlo… ¡Algo nada común ! –

    - Además del desagrado que sientes por ese hombre ¿ Me equivoco ?-

    - ¡ En lo absoluto ! no es alguien que me simpatice mucho que digamos, además de lo engreído, antipático, pedante, sobrado de sí mismo que es y por si fuera poco se carga un genio de los mil diablos –

    - ¡ Sí creo que puedo notar que no te cae muy bien que digamos ! – dice sarcástico Inuyasha – sin embargo me parece que es alguien importante aquí –

    - ¡ Y que lo digas Inuyasha ! – el delgado chico está por contarle quién es ese hombre, cuando recuerda la condenada mirada de advertencia que recibió de Sesshoumaru y piensa dos veces lo que estaba a punto de decir, corrigiéndose a tiempo:

    - Él es… nada más y nada menos que… la mano derecha de quien es la cabeza de éste monstruo de empresa –


    Ahora viajan en el auto de Byakuya, están a punto de llegar al apartamento de Inuyasha, al conductor de hecho le urge llegar cuanto antes con su hermano, para comunicarle lo que ahora sabe.


    - Me pregunto a que habrá ido a nuestro departamento, quizás como tú dices ya se dieron cuenta de la enorme importancia de nuestra área – dice a modo de broma Inuyasha – seguramente fué a conocer al valioso personal que trabajamos ahí – agrega sonriendo, sin tener idea en lo absoluto sobre las posibles intenciones de ese serio hombre.

    - Yo me hago la misma pregunta – responde Byakuya pensativo.


    Llegan poco después al conjunto de departamentos en el que vive Inuyasha, quien desciende del auto de su amigo, subiendo enseguida con rumbo a su apartamento, pues no desea tener más encuentros inesperados como los que han ocurrido ultimamente.



    Entra a la sala, dejando su portafolio en uno de los sillones, después va de aquí para allá encargándose de el trabajo que le espera aún ahí, prepara algo de cenar y durante su tranquila cena, mira de vez en vez en dirección a los ventanales vecinos. Debajo de su aparente calma, no todo es tranquilidad, pues simplemente no puede terminar de comprender a los hombres que se han cruzado en su camino desde que llegó aquí, incluyendo ahora a su “amigo” Kouga.
    ¿ Es que acaso no les alcanzan las mujeres en ésta ciudad? ¿ O medio mundo se ha vuelto homosexual últimamente ?

    Le inquieta el solo recordar la mirada y la presencia de ése tal Sesshoumaru, siente escalofríos recorrerle la espalda, tan solo el hecho de descubrir que ése importante ejecutivo de la empresa es sin duda alguna su vecino… ¡ Eso es preocupante! La manera en que han coincidido sus miradas a través de las persianas, en situaciones incluso complicadas.
    Aunque durante su visita a sus oficinas del departamento al que pertenece Inuyasha, le pareció que su comportamiento era por mucho, bastante más serio y frío.


    - ¿ Y qué esperabas Inuyasha ? – reflexiona el chico en voz alta como acostumbra hacerlo algunas veces – que ése hombre llegara y dijera : Sí hola, soy asesor del Gerente General de ésta compañía, además de ser tú vecino que te vio bailando el otro día en ropa interior, por si fuera poco tengo un amante hombre cómo pudiste ver por la ventana… ¡ Sí claro, mucho gusto Sesshoumaru Sama! … ¡ Lo saludaría con una sonrisa y ya ! -

    – Suspiro-

    -Es más que obvio que no le interesan más que asuntos de trabajo como debe ser, pero sin embargo…

    ¿ A qué vino ese comentario que hizo solo para mí ?

    ¿ Por qué razón yo podría llamarlo “solo Sesshoumaru” a pesar del alto rango que se ve que posee ?

    ¿ Y por qué ese extraño comportamiento que muestra a través de las persianas ?

    ¡ Ay… solo espero que no se una a la fila de mis inesperados “admiradores” !

    ¡ Sería una molestia más que añadir a las otras dos llamadas Kouga y Naraku !

    ¡ Semejante idiotas !

    ¡ Ni homosexual soy ! – suspira molesto y mejor se ocupa de sus cosas para mantener la mente lejos de ese tema, aunque la imagen de unos dorados y penetrantes ojos le impide concentrarse por completo. – ¡Sí lo fuera, hasta diría que ese hombre es lindo de verdad y no lo dejaría ir vivo! – sonríe ante lo que considera una estupidez.





    -------------------------------------------------








    Más tarde cuando Byakuya llega a su propio apartamento, no le sorprende encontrar a Naraku en la sala leyendo el diario mientras le espera.


    - ¡ Ya llegué! – anuncia el menor en cuanto deja sus zapatos en la entrada y se dirige a él.

    - Tardaste demasiado Byakuya – le reprocha Naraku en cuanto lo ve.

    - ¡ Lo siento! Pero es que llevé a Inuyasha como siempre y nos entretuvimos charlando un poco en el auto. Quedé de pasar por él mañana temprano también. –

    - ¿ Sólo charlando? – Naraku lo mira entrecerrando los ojos – fue demasiado tiempo.

    - ¿ Estás celoso de mí? No seas tonto Naraku, al que le gusta Inuyasha es a ti no a mí, aunque… él es lindo, tal vez no sería mala idea darle una probadita para ver si es bueno para mi hermano mayor, al fin que parece que me está tomando bastante confianza, sería sencillo para mí – exclama Byakuya malicioso.


    La mirada de Naraku se oscurece de improviso y levantándose de golpe, toma a Byakuya por los hombros y sacudiéndolo molesto le dice en tono amenazador.


    - ¡ Mas te vale que ni se te ocurra tocarlo ! ¿ Me oyes bien? ¡ Ni lo pienses o atente a las consecuencias!-


    A Byakuya le atemoriza el aspecto y la actitud de su hermano, además de el dolor que le causa que incluso lo amenace a causa de otro hombre.


    - ¡ Tranquilo Naraku, solo bromeaba ! desde luego que no tengo interés en él, somos amigos y nada más…¡ No me interesa interponerme entre él y tú ! – le sonríe tímido tratando de calmar a su hermano, pero hace un enorme esfuerzo para que sus ojos no se llenen de lágrimas.


    Naraku reacciona ante lo que está haciendo y lo suelta poco a poco.


    - ¡ Tienes razón, lo siento, me dejé llevar Byaku, perdóname ! – lo toma de la mano y se sienta al lado del chico – mejor cuéntame… ¿ Qué es lo que averiguaste? –


    La mirada de Naraku luce ahora mucho más tranquila, aunque Byakuya puede notar que la mente de su hermano está trabajando, seguramente tramando algo. La voz del mayor se vuelve a escuchar interrumpiendo antes de que su hermano comience a hablar.


    - ¿Sabes Byaku? Estoy seguro de que pronto conseguiré lo que deseo, lo atraeré hacía mí y en menos de lo que se pueda imaginar y antes de que tenga tiempo de reaccionar, ya se encontrará comiendo de mi mano – dice sonriendo incluso.

    - ¿ A qué te refieres Naraku? –

    - A que pienso ocuparme personalmente de él, para empezar planeo pasar por él para llevarlo al trabajo, así mismo me ocuparé de regresarlo a su apartamento por l tarde, justo ahora tengo el pretexto perfecto para comenzar a partir de mañana.-

    - ¿ Sí y cuál es ése pretexto?- pregunta con genuina curiosidad su hermano menor.

    - Esto – exclama Naraku, mostrándole a Byakuya una tarjeta de identificación que sostiene entre sus dedos, la tarjeta de identificación e ingreso a las oficinas de Industrias No Taisho perteneciente a Inuyasha.

    - ¿ Por qué la tienes tú? –


    Naraku lo mira con una actitud de sobrada satisfacción.


    - Pues porque el distraído de tu amigo, olvidó pasar por ella a nuestras oficinas y la tarjeta provisional que él porta se ha vencido hoy, así que si desea ingresar a tiempo mañana, le daré la oportunidad de lograrlo… pero solo si acepta mi propuesta para llevarlo y traerlo conmigo en el auto… para empezar. Estoy seguro que ni siquiera se ha dado cuenta, pero lo haría mañana al llegar allá y pues yo quiero ayudarle a solucionarlo – dice con falsa voz de amabilidad.

    - ¡ Qué situación tan conveniente para ti ! –

    - Ya sabes que yo no dejo ir las oportunidades tan fácilmente – le sonríe satisfecho su hermano mayor, luego lo mira con atención y exclama – ahora sí quiero saber sobre ese tal Kouga ¿ Qué lograste averiguar sobre el “ amiguito ” de Inuyasha ? –



    A Byakuya le vuelve el ánimo que había perdido tras escuchar el enorme interés que tiene su hermano por lo que él quiere decirle.


    - Primero quiero saber que me darás a cambio – exclama posando suavemente su mano sobre la de Naraku.

    - Antes que nada debo ver la magnitud de lo que has averiguado y en base a eso… llegaremos a un acuerdo tú yo – le dice tajante, pero desliza su mano en una suave caricia sobre la de su ototo.

    - De acuerdo- dice ruborizado el chico, aunque no de muy buen grado, pero ha decidido luchar por lo que desea y le cuenta lo que el mismo Inuyasha le ha contado al respecto…

    - ¿Así que ése maldito Kouga desea ser pareja de mi Inuyasha? – dice molesto Naraku.


    Ese mi pronunciado por Naraku, le desagrada demasiado a Byakuya, por mucho que su hermano tenga el derecho de hacer su vida como mejor le plazca, no puede evitar los celos que siente por él. Siempre han sido solo ellos dos, el uno para el otro…como hermanos desde luego, pero sin nadie que se interponga. Cierto es que Naraku ha tenido amoríos en el pasado, pero el mismo Byakuya reconoce que eran relaciones sin futuro, sin trascendencia, sobre todo debido al amor casi platónico que su hermano mayor tiene por Sesshoumaru, un amor prácticamente imposible, pues el millonario no tiene el más mínimo interés en él; aunque ahora puede darse cuenta que va en serio por Inuyasha, tal vez ésta ocasión se trate de algo más que un capricho.

    De cualquier forma no le gusta en lo absoluto, pues él desearía ser mucho más que el hermano menor de Naraku. Quien en éste momento lo saca de sus pensamientos.


    - ¿ Y dices que Inuyasha asegura no ser homosexual? –

    - Así es y me parece que es verdad –

    - ¡ Eso lo veremos, de que lo sea me encargo yo! –


    Se quedan en silencio unos minutos, reflexionando cada uno acerca de sus sentimientos y deseos, hasta que Byakuya recuerda algo más.


    - Por cierto Naraku… ¿ Tú sabes a que se debió la visita sorpresa que realizó hoy a nuestras oficinas Sesshoumaru en persona ?-

    - ¡¿ Qué Sesshoumaru estuvo allá ?! – dice Naraku sorprendido ante lo que ha escuchado.

    - Sí y no solo eso, insistió en presentarse solamente como “Asesor del Director General ” , ¿Lo puedes creer? –

    - ¡¡ Queeeeé!! ¿ Asi que ese engreído quiso pasar desapercibido? – exclama sorprendido e intrigado Naraku.



    Byakuya lo mira esperando una respuesta, ante la interrogante en el rostro de su ototo, Naraku le responde:



    - ¡ Y yo que sé , no tengo la más mínima idea al respecto ! – responde exasperado Naraku – aunque no lo creas , Sesshoumaru es todo un misterio incluso para mí, la mayoría de las ocasiones yo no tengo ni la más mínima idea de lo que ronda por su cabeza. –

    - Entiendo… está bien Naraku, ahora a lo nuestro – le dice Byakuya aproximándose más a su hermano – yo ya cumplí con mi parte, ahora te toca a ti. –

    - ¡ Ah es verdad ! - dice en tono serio Naraku – pero antes quiero algo más de ti Byaku chan –

    - ¿ De qué se trata ahora Naraku? – exclama casi con fastidio su hermano menor.

    - ¡ Quiero que te ocupes del tal Kouga ! – dice con desprecio el mayor.

    - ¿ A qué te refieres exactamente? –

    - A que me lo quites de en medio, usa el método que te plazca, pero quiero que apartes su inoportuna atención de encima de Inuyasha –



    El chico se queda perplejo ante la petición de su hermano y no responde nada, ante lo cual Naraku le dice molesto.



    - ¡Promete que lo harás o no te daré ahora parte de tu recompensa! –



    Byakuya baja la cabeza y vencido accede.



    - Está bien… lo prometo Naraku –

    - ¡ Muy bien mi ototo, entonces ven conmigo! – le dice cariñosamente Naraku levantándose y jalándolo de la mano.

    - ¿ A dónde? – exclama curioso Byakuya.

    - Tomaremos un baño juntos… ¿ No te apetece hermanito ? – le dice con una atrevida mirada, fija en él, la cual lo ruboriza tremendamente.

    - ¡ Claro que sí oniisan ! – le responde entusiasmado.

    - Ese será mi pago por tu favor y tal vez lo volvamos a repetir si tú haces bien lo que te he encargado ahora – le dice sonriéndole tiernamente Naraku.



    Los ojos del menor brillan intensamente, siente como su hermano lo conduce en silencio tomándolo por la muñeca de forma posesiva y lo lleva hasta su alcoba.


    Cuando llegan y mientras la tina se llena, Naraku se dispone a darle gusto a su hermano, así que lo comienza a desnudar lentamente, sin apartar su rojiza mirada, recorriendo cada centímetro del esbelto cuerpo de su hermano, al contemplar el enorme sonrojo en el rostro de éste y el leve temblor del que es ahora presa , se acerca a su oído y le susurra:


    - Descuida Byaku chan, será solo un baño… y nada más. –


    Pero no deja de recorrer una y otra vez con sus suaves manos esa tersa y blanca piel, comenzando a lograr que escapen leves gemidos de los labios de su hermano.


    - Ahora es tú turno – le dice al tiempo que dirige las temblorosas manos del chico hacia los botones de su propia camisa, invitándolo con una intensa sonrisa a que lo despoje de todo lo que se interpone para permitir un intenso contacto entre sus cuerpos.


    El mayor ríe malicioso al contemplar el trabajo que le cuesta a su hermano el desabotonarle, así que posa sus manos sobre las de Byakuya para lentamente dirigirle.


    Al poco rato ya se encuentran desnudos, Byakuya con el rostro completamente encendido, no puede apartar la mirada de aquel cuerpo que lo hace arder en deseo, su hermano entonces lo toma de ambas manos y lo conduce a la amplia tina en la que ambos se sumergen, sin dejar de prodigarse caricias cada vez más intensas, entre los tímidos gemidos del menor, los cuales sin embargo se van volviendo cada vez más frecuentes y sonoros a la par de que el toque de las manos de su hermano se vuelve más y más atrevido.
    Unas expertas manos que ya han llegado a la parte más intima de Byakuya, subiendo y bajando, recorriendo toda su hombría, despertando su deseo.


    - ¡ Aaaaaaggh, Naraku, así, así, sigueeee!!!! –

    - Solo disfrútalo mi Byaku chan, gózalo –

    - ¡¡Aaaaaaah aniki, sigueee!!! –


    Las caricias de Naraku no se detienen hasta que logran su objetivo, hacer estallar de placer a su hermano, derramándose todo él en las tibias aguas que les rodean. Acompañándolo con intensos besos por aquí y por allá, recorriendo completamente con sus labios cada centímetro de la piel de su hermano.


    Sin embargo, la mente de Naraku no se encuentra ahí, está calculando cada uno de sus próximos movimientos, a la vez que la interrogante le revolotea en la cabeza:


    - ¿Qué planeas Sesshoumaru?

    ¿Qué maldita cosa te traes entre manos? –









    Continuará . . .





    Notas finales :

    ¡ Gracias a todos por leer y gracias a los que se toman su tiempo para hacerme saber su opinión ! la cual es muy importante para mí.
    Nos seguimos leyendo.
    Bye bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:16
     
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  6. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hoooola mis queridos lectores !
    Ya les dejo lo que sigue en ésta historia, agradezco cu compañía.

    Ahora veamos que andan haciendo nuestros queridos personajes, además de estar espiando al de al lado.

    ¿Quiénes se animarán a decir lo que sienten y quienes seguirán aparentando lo que no son ?

    ¿ Hasta dónde los llevará su curiosidad ?

    Mejor les dejo que sigan con la historia, donde las cosas quise que se dieran con más calma, al menos por el momento, porque siempre andan de acelerados.






    Capítulo 5

    " Encuentros inesperados "






    - ¡ Cielos ya se me ha hecho muy tarde ! – la voz apresurada de Inuyasha se escucha desde la cocina donde a toda prisa más que desayunar se atraganta con sus alimentos.


    En eso…


    ¡ Ding, dong ! ya suena el intercomunicador, lo cual hace correr aún más al chico que ya va bastante retrasado.

    - ¡ Demonios, ya ha llegado Byakuya ! - termina de recoger su cocina a mil por hora y corre a contestar apresurado.

    - Bajo enseguida Byaku, solo dame unos minutos – se escucha en la pequeña bocina de abajo.



    Ante lo cual la persona que espera por Inuyasha solo observa su reloj y se recarga en la pared para esperar.

    Arriba en su apartamento, Inuyasha corre apresurado a su estudio, guarda en su portafolio velozmente el trabajo en el que estuvo ocupado la noche anterior, por el cual se desveló y por consecuencia le impidió despertar a tiempo.
    Se calza sus zapatos dando pequeños saltitos, sale entonces, sube al elevador y casi cuenta nervioso los segundos, uno a uno los que éste tarda en llegar a la planta baja.

    Cuando desciende del elevador, va ocupado en algunos asuntos, la vista fija en su teléfono móvil, puesta casi toda su atención en él.

    Alguien cruza por el lugar para apagar su cigarrillo en uno de los ceniceros del lobby del edificio, Inuyasha va tan distraído que no nota que ésa persona está ahora justo enfrente de él, hasta que chocan y las manos de éste se posan en los hombros del chico.


    - ¡ Oh, yo… lo siento ! venía distraído… ¡ Lo siento es que…! – se interrumpe sin embargo cuando levanta la vista solo para descubrir una rojiza mirada que se encuentra demasiado cerca de él.


    Trata de apartarse rápidamente, pero éste hombre lo retiene un momento, que a Inuyasha le parece eterno y molesto.


    - ¡ Naraku San ! ¡ Lo siento, no vi que estaba por aquí, de hecho no vi por donde iba ! – dice al tiempo que logra zafarse del ligero agarre del cual es víctima por parte del jefe de seguridad, pero éste se sonríe levemente y lo atrapa rápidamente otra vez por el brazo, impidiéndole alejarse más.

    - Pues yo no lo lamento en lo absoluto Inuyasha, siempre es un enorme placer encontrarme contigo - le dice Naraku usando su tono de voz suave y amable.

    - ¡Discúlpeme… pero… pero debo irme, voy retrasado, Byakuya ya debe de estar esperándome en el estacionamiento para irnos juntos y no deseo hacerlo esperar más –

    - ¡ Byakuya, es verdad ! – dice con mucha calma, fingiendo como si recordara algo en ése momento.- Lamento decirte que mi hermano no vendrá hoy, le ha sido imposible- “ Y seguramente no vuelva a llevarte o traerte más mi precioso Inuyasha , de eso me encargaré yo personalmente ” , piensa divertido y satisfecho Naraku.

    - ¿ A qué se refiere ? él no me llamó para avisarme de nada – dice Inuyasha apartándose de él.

    - No tenía sentido que él lo hiciera, después de todo si yo vendría por ti, yo mismo podría decírtelo –

    - No entiendo… ¿ Tuvo Byakuya algún contratiempo ? -

    - No, a decir verdad ninguno, aunque para serte sincero… tú si lo tendrías si yo no vengo por ti hoy -

    - Sigo sin entender – exclama confundido Inuyasha.

    - Ya veo – ese hombre juguetea con uno de sus largos y oscuros rizos, divertido al observar cada una de las reacciones de ese atractivo
    chico, así que con la sonrisa en los labios y en tono amable le dice:

    - Mejor será irnos o llegaremos tarde, en el camino te lo explico – la mano de Naraku ya se halla posada suavemente en la espalda de Inuyasha, dejando al chico más intrigado que antes, sin posibilidad efectiva de negarse y sintiendo desagrado por esa forzada cercanía.


    Inuyasha observa nervioso su reloj y para colmo se da cuenta de que si se va por su cuenta ya no llegará a tiempo, así que tal vez sea mejor irse con Naraku…solo por ésta vez, pero rebelde como es, replica aún.


    - No debería molestarse en llevarme, después de todo las oficinas no quedan tan lejos, puedo llegar en poco tiempo - “ Sí llegarás pero tarde Inuyasha baka ” se recrimina el peli plateado a sí mismo.

    - Permíteme insistir – le dice Naraku, aunque a decir verdad ya se encuentran caminando y con su mano lo empuja levemente, guiándolo hacia su auto negro, luego añade – ya que es infinitamente mejor conducir acompañado por alguien tan agradablemente lindo como tú -

    - Yo…etto… - trata de decir algo más Inuyasha, pero Naraku ya le cierra la portezuela después de hacerlo entrar al auto, así que el chico solo se limita a suspirar sintiendo un calorcillo subirle por el rostro – “ ¡ Demonios, otra vez ! ” piensa molesto tocándose fugazmente la cara.


    Naraku sube al auto y enseguida parten con rumbo al trabajo, el inicio del trayecto transcurre en absoluto silencio, hasta que éste es roto por Naraku, que ha ido observando de reojo al chico que va a su lado.


    - ¿ Inuyasha ? –

    - Dígame –

    - Ya te dije que no seas tan formal conmigo, me haces sentir viejo –

    - Lo siento… Naraku… dime –

    - ¡ Así está mejor ! –


    Naraku lo mira y le dice con una voz suave y casi sensual:


    - ¿ Te han dicho alguna vez que tienes un rostro encantador y una preciosa mirada ? –


    Ahora sí los colores se le han subido al rostro a Inuyasha, se queda pasmado, cierto es que notaba algo de las intenciones de Naraku sobre él, pero nunca imaginó que éste hombre fuera tan directo y tan persistente.


    - Ese es un comentario extraño sobre todo… viniendo de otro hombre, además de estar completamente fuera de lugar, ¿ No te parece Naraku ? – replica serio el joven diseñador gráfico.

    - No, no me lo parece, sobre todo porque digo la verdad así que pienso que no tiene nada de malo decirlo, es por demás evidente que tú me resultas bastante atractivo, así que… ¿ Por qué negarlo o callarlo ? – las palabras de Naraku no denotan la más mínima duda o vergüenza al ser dichas.


    Inuyasha luce molesto ahora además de confundido.


    - A mí me parece que te estás equivocando conmigo, pues ni soy lindo, ni atractivo ni nada, sobre todo para ningún hombre. Lamento decirte… ¡ No a decir verdad no lo lamento en absoluto ! decirte que te has equivocado de persona ¿Comprendes ? , será mejor que me permitas bajar, me parece que tomaré el tren para ir la oficina. – dice en tono seco Inuyasha.

    - Ja,ja,ja - ríe despreocupado Naraku – debo admitir que tienes buen sentido del humor… ¿ Qué tú no eres sumamente lindo y atractivo ? pues a mí me parece que necesitas lentes o mirarte con más calma al espejo, además créeme, jamás he estado más seguro de algo, así que no creo estar equivocado de persona. Pero no te pongas así, yo me ofrecí a llevarte, prometo portarme bien contigo – le dice lanzándole una inofensiva mirada que calma un poco los ánimos del chico.


    Naraku se siente contento al poder contemplar tan de cerca esos bellos ojos ámbar, aún cuando ahora lucen confundidos y molestos, nota como relucen por el orgullo y el valor con que cuenta Inuyasha, sin dejar de tener un enorme aire inocente.


    - Naraku… ¿ Puedo preguntarte algo ?- dice Inuyasha sin voltear a verle.

    - Lo que gustes Inuyasha – responde el conductor desviando levemente la mirada del camino que siguen.

    - Sé que va a ser una redundancia sobre lo evidente, pero no puedo dejar de preguntar, dime… ¿ Acaso eres homosexual ?-


    Inuyasha se pregunta además si no será una trampa, un sucio truco o un extraño juego por parte de éste hombre del cual desconfía.


    “ ¡Al toro por los cuernos ! ” piensa decidido Naraku y le responde:

    - ¡ Pues sí , sí lo soy! – su voz suena calmada pero firme.

    - Así lo creí… ¡ Digo un hombre cualquiera no andaría con ésos comentarios que tu me has hecho ! pero ahora déjame decirte una cosa … ¡ Yo no lo soy ! – aclara Inuyasha recalcando esas palabras – así que será mejor que me veas solo como un compañero de trabajo y nada más –

    - Me pides imposibles Inuyasha – responde Naraku aún sonriendo – aunque ahora permíteme decirte algo yo… no tienes idea de cuantos
    “ hombres” andan por ahí pregonando su hombría incluso su “machismo”, sin darse cuenta ellos mismos que es una falsa careta, un desesperado intento por negar lo que en el fondo son, haciendo infelices a quienes les rodean , sean hombres o mujeres. Me parece que solo vuelven un infierno su existencia envueltos en una cruel mentira –

    - Lo lamento si es así, pero ésta que te he dicho es “ mi verdad ” y no creo estar en un error – dice firme y serio Inuyasha – respeto tus preferencias y las de los que son como tú y te pido que no me incluyas en ellas, pero así mismo te pido respetes las mías. –


    Naraku lo mira de forma condescendiente , le sonríe una vez más.


    - ¡ Sí claro, como tú digas Inuyasha, repítelo hasta que lo creas ! –


    Ante esto Inuyasha mueve en forma negativa la cabeza, pero guarda silencio, ya han llegado al estacionamiento de Industrias no Taisho, Naraku termina de aparcar el auto y enseguida Inuyasha se desabrocha el cinturón de seguridad y se dispone a bajar cuanto antes.


    - ¿ No olvidas algo ? – pregunta Naraku, viéndolo fijamente, lo cual hace que Inuyasha desvíe la mirada incómodo, aunque luego recordándo algo exclama:

    - ¡Es verdad! ¿ A qué te referías con que yo sí tendría contratiempos para entrar a trabajar ?- pregunta Inuyasha con curiosidad, ya con la mano puesta en la manija de la portezuela.

    - Pues simplemente… ¡ A esto ! - exclama Naraku sacando algo del bolsillo de su camisa y mostrándoselo a Inuyasha.

    - ¡¡ Mi identificación !! - dice Inuyasha sorprendido al ver la tarjeta plástica, con su foto, chip de seguridad y código de barras, que sostiene en la mano Naraku. - ¡ Lo olvidé por completo ! -

    - La recogí por ti Inuyasha, ya que al no pasar por ella, hoy habrías tenido que perder tiempo, sin ella no podrías entrar, no a tiempo al menos. Así que decidí recogerla, como jefe de seguridad que soy no tuve ningún contratiempo, lo hice así para facilitarte las cosas –



    Ambos ya bajan del auto, pero Naraku aún conserva la tarjeta consigo. Inuyasha se empareja con él, quien ya ha echado a andar, esperando le entregue su identificación.



    - ¡ Gracias Naraku ! aunque no era necesario ir por mí, simplemente podrías habérmela mandado con Byakuya –

    - Pues debes entender de una vez por todas que ésto es algo que deseaba hacer, no me habría perdido la oportunidad de la compañía ni de la interesante charla que hemos tenido-



    El espacio entre ambos se acorta poco a poco a insistencia del peli negro, para mayor nerviosismo del chico.

    A poca distancia mientras tanto, un alto hombre desciende de su auto el cual ha aparcado en un lugar preferencial, ha notado desde su llegada a esa desigual pareja, sin dar muestra alguna de la molestia que surge en su interior, sin duda se da cuenta enseguida de que Naraku se encuentra en plena cacería, pero lo que más le ha ¿Enojado? es que ha visto como Inuyasha ha llegado en el mismo auto de su amigo y ahora mismo nota los esfuerzos del menor por alejarse de Naraku, los cuales no están dándole muy buenos resultados, ya que la distancia entre ellos en vez de aumentar disminuye.

    Así mismo sabe tras lo que Naraku va, se lo ha dicho con toda claridad en charlas anteriores y conoce lo sumamente persistente que puede ser cuando de obtener algo o alguien se trata… aunque no tanto como él.

    Cierra la puerta de su auto de lujo, tal vez con más fuerza de la necesaria y con semblante serio y frío se dirige hacia ellos.



    Quienes están ocupados en sus propios asuntos…



    - ¿ Podrías hacer el favor de entregarme ya mi identificación ?- pide Inuyasha de forma seria pero amable , apartándose por enésima vez de Naraku – lograrás que se me haga tarde de todos modos. –

    - ¡ Claro que te la daré Inuyasha ! – lo mira de forma intensa y entonces se detiene, obligando a Inuyasha a hacer lo mismo – solo que lo haré con una pequeña condición –

    - ¡¿ Una condición?! – simplemente Inuyasha no puede creer lo que escucha…¡ Pero qué descaro el de ése hombre ! .

    - Sí una condición, el que me permitas recogerte por las mañanas para venirnos juntos y después llevarte a tu apartamento…¿ No es mucho pedir ó sí ? – Naraku le sonríe de forma encantadora.

    - ¡ Pero Naraku, eso no es necesario, en todo caso si Byakuya no puede llevarme por algún motivo ¡ Yo puedo moverme solo! ¡ No nací andando en auto ! –

    - Ciertamente Byakuya ya no lo hará, pero permíteme darme el gusto de hacerlo por él –

    - ¡ No hay razón para eso ! – exclama Inuyasha haciendo un ademán de fastidio - ¿ Es que acaso debo poner mi queja en la empresa por acoso hacia mi persona?-

    - ¿ Ante quién, en el departamento de seguridad acaso ? está bien , te espero entonces en mi oficina. – responde en son de burla Naraku.

    - ¡¡Keh !! ¡ Esto es completamente absurdo ! –



    Naraku se aproxima otra vez a él, le toma el rostro suavemente con una de sus manos y lo hace presa de su rojiza mirada.



    - Lo que es necesario, es que sepas que yo no me doy tan fácilmente por vencido y aunque te resistas a creerlo, sí hay una razón para hacer lo que pretendo contigo. –

    - Pues yo no veo cual – dice Inuyasha tomando la mano de Naraku y retirándosela casi de un golpe.

    - ¡ Definitivamente estás ciego Inuyasha ! si deseo hacerlo, es simple y sencillamente porque… ¡ Tú me gustas demasiado ! –

    - ¡¡ Queeeé !! - Inuyasha no puede evitar levantar un poco la voz para replicar - ¿ Acaso eres idiota o qué ? ¡ Ya te dije que yo no…! –



    Pero no acaba la frase, debido a que una mano se posa suavemente pero sorpresiva en su hombro y cuando levanta la vista enojado para ver quién se atreve ahora a tocarlo, sus ambarinos ojos refulgen de enojo primero, pero después por la sorpresa y calla de golpe.


    - ¿ Todo en orden Takahashi San? ¿ Es que acaso Naraku anda tendiendo sus redes nuevamente y pretende atraparte en ellas ? – la voz se escucha grave y serena, pero por sobre todo , sumamente atractiva, agradable a los oídos de Inuyasha, sin razón aparente siente como ésta hace vibrar cada fibra interna de su cuerpo.



    Inuyasha lo mira a esos cristalinos y dorados ojos, un escalofrío le recorre la espalda, junto con un indiscreto estremecimiento que inicia desde el punto de contacto con ése joven hombre, el cual desde luego es notado por quien lo provoca, pues éste esboza una ligera sonrisa solo para él.



    - ¡ Pero qué mal pensado eres Sesshoumaru ! solo lo traje en mi auto porque yo tenía su identificación la cual olvidó recoger, solo una cortesía sin ninguna mala intención. – replica en tono de falsa inocencia el peli negro.-

    - ¡ Claro , tú tan bondadoso y desinteresado que eres ! – replica el que lleva su blanco y larguísimo cabello atado en una coleta que lo hace lucir bastante bien, una atractiva apariencia casi andrógina - entonces no veo por que no se la entregas de una vez por todas, harás que se presente tarde a trabajar –



    Y antes de que Naraku reaccione, Sesshoumaru toma la tarjeta deslizándola de la mano de éste, la cual mantenía en ese momento en alto, se voltea hacía el atónito chico, toma su mano en un suave movimiento, la vuelve hacia arriba y coloca encima la tarjeta, roza sutilmente la piel de Inuyasha, en un ligero movimiento, imperceptible para Naraku, pero bastante claro para Inuyasha. Sesshoumaru sonríe complacido al notar el leve rubor en las mejillas del joven empleado.



    - Ahora será mejor que te apresures – le dice ya aparentando seriedad, sin dar a notar ninguna muestra de nada más.

    - Sí señor … ¡ Gracias! – es lo único que atina a decir Inuyasha antes de salir con rumbo a la entrada, alcanzando a escuchar esa grave voz nuevamente cuando le dice:

    - Cuando gustes… Inuyasha –

    - ¡ No olvides, te esperaré por la tarde para irnos juntos ! – le dice aún en voz alta Naraku.



    Inuyasha se da el lujo de voltear y le dice en tono más serio aún:



    - ¡ Ya te dije que no es necesario... prefiero irme solo ! –



    Se aleja entonces a pasos apresurados, pues no desea que su inquieto corazón vaya a saltarle por la boca, pues a tal grado se siente agitado y no precisamente por Naraku.



    - ¡ Ouch ! – exclama burlón Sesshoumaru.

    - ¿ Ouch qué ? – replica molesto Naraku echando a andar rumbo al edificio a la par de Sesshoumaru.

    - Ouch , que me parece que acaban de batear a alguien. –

    - ¡ No digas estupideces ! eso es lo que él cree, pero ¡ Ya veremos ! – el enojo de Naraku es más que evidente.

    - Solo te recuerdo que no admito ésta clase de comportamiento en horas y lugares de trabajo – le dice ya en tono más serio Sesshoumaru, mirando divertido de reojo como la rabia se le sube a la cabeza de su empleado y amigo pero aún así continua:

    - Por cierto Naraku, necesito que nos veamos a la hora de la salida, hay algo que quiero tratar contigo sobre la seguridad en el acceso a mi oficina - el alto empresario casi saborea el arruinarle los planes a Naraku, mientras éste lo mira atónito y más que furioso.

    - ¿ No puede ser mañana ? –

    - No, quiero que sea hoy – le dice tajante Sesshoumaru.

    - Como ordenes… " jefe " - responde sumamente disgustado Naraku, retirándose a grandes pasos con rumbo a su oficina.



    Sesshoumaru lo observa mientras se aleja al tiempo que una discreta sonrisa se dibuja en su rostro.





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    - ¿ Entonces qué opinas Inuyasha ? – pregunta por segunda vez Byakuya a su compañero, al darse cuenta que éste pareciera no prestarle mucha atención a lo que le dice, ya de antemano lo había notado llegar muy nervioso y con el rostro encendido, pero lo atribuyó a que iba apresurado para no llegar tarde, pero ahora no está tan seguro, ya que aún después de un rato Inuyasha sigue sin parecer escucharle siquiera.

    Y así es en realidad, pues la mente de Inuyasha pareciera conectarse y desconectarse de forma intermitente, pues sus pensamientos no lo dejan concentrarse por completo ni en su trabajo ni en la persistente plática de Byakuya, pensamientos que van por éste rumbo:


    - “ ¡ Demonios ! ¿ Por qué no puedo apartar esos penetrantes ojos del color del oro de mi mente? ¿Acaso me he vuelto loco, idiota o qué ?
    ¡ Parezco quinceañera ilusionada !

    ¡ Baka, baka, baaaaka ! ”– se repite.



    Pero a pesar de sus inútiles intentos , no puede quitarse de encima la mirada aparentemente fría e inexpresiva de ese hombre, aunque por un pequeño instante le haya dado la impresión de haberse tornado cálida para él. Ese hombre que casi surgió de la nada mientras luchaba por deshacerse de Naraku, salvándolo de una situación por demás molesta.
    Está además el sutil y agradable toque en su hombro y el roce de sus finas manos al tomar las suyas en el momento que le entregó su tarjeta.

    Algo le queda bastante claro a Inuyasha, una cosa es observar a Sesshoumaru a la distancia con las persianas de por medio y otra muy diferente el fugaz encuentro el otro día aquí en la oficina o como hoy el mirarlo tan de cerca y sentir su electrizante toque.
    Ese hombre tiene una presencia altiva, dominante y sin embargo sumamente atractiva, lo quiera admitir o no. Aún cuando su nerviosismo le impidió fijarse demasiado en los detalles tanto de apariencia como de personalidad, con lo que pudo apreciar, le bastó para afectarlo más de lo que habría esperado, su inquieto corazón tan solo tardó mucho en calmarse e incluso antes de llegar a la oficina hizo un alto en los servicios para refrescarse un poco su ruborizado rostro.

    No pudo evitar el caer en la cuenta de forma por demás clara, en que ese mismo hombre es el que lo ha estado observando también desde su ventana, incluso lo vio bailar semidesnudo e Inuyasha mismo lo ha espiado varias veces, aún en situaciones más comprometedoras.



    - “ ¿ Qué anda mal conmigo, acaso estoy perdiendo la razón? ”- se preguntó a sí mismo frente al espejo del baño.
    ¡ No, esto no puede estar disfrazado bajo la máscara de la locura ! … aunque para muchos, esto es exactamente un tipo de locura, una que tiene otro nombre y en cuyo nombre se hacen muchas absurdas tonterías…”-
    A su mente llegan las palabras de Naraku cuando viajaban en su auto:
    …”no tienes idea de cuantos hombres andan por ahí pregonando su hombría incluso su “machismo”, sin darse cuenta ellos mismos que es una falsa careta, un desesperado intento por negar lo que en el fondo son…”


    - “ ¡ Pero no, yo no soy así ! ¡ Algo sin duda está mal conmigo, pero no algo así… no me lo voy a permitir ¡¡ Yo no caeré tan bajo !! ” – se repite en su cabeza tratando de echar fuera lo que le inquieta.

    - ¡ Inuyasha, Inuyasha! ¿ Te encuentras bien? – le pregunta Byakuya nuevamente, dando ya muestras de preocupación.

    - ¡¿ Eh… aah …. ?! ¡ Perdón no te escuché ! –

    - ¡ Eso me queda claro ! - el delgado chico se encuentra mirándolo fijamente a la cara, después posa su delgada mano en la frente de Inuyasha, seguramente preguntándose si estará enfermo.

    - ¡ Lo siento Byakuya ! estoy bien, solo es que estaba un poco distraído – se disculpa Inuyasha.
    Sorprendido se da cuenta de que lo que tiene sobre su superficie de corte y ya dejó hecho trizas, no es la pantalla que usaría para el fondo de una imagen, sino su boceto de un tríptico que había terminado ya.

    - ¡ Demonios ! – dice molesto al darse cuenta, ante lo cual Byakuya retrocede apartando la mano y después solo mueve la cabeza sonriendo.



    Inuyasha deja a un lado lo que hacía por un momento para poner atención a su amigo, no quiere destrozar nada más.



    - ¡ Perdón ! ¿ Me decías ? -

    - Simplemente te proponía salir los tres juntos, tu amigo Kouga, tú y yo, el próximo viernes, es el estreno de una muy buena película – le repite Byakuya a Inuyasha lo que ya le había dicho anteriormente un par de veces.

    - No es mala idea – responde Inuyasha – le avisaré a Kouga, estoy seguro de que aceptará venir con nosotros.

    - ¡ Genial ! ese amigo tuyo se ve que es bastante agradable. – responde Byakuya muy entusiasmado.

    - Lo es, será una buena oportunidad para que se conozcan, estoy seguro de que simpatizarán enseguida – la respuesta de Inuyasha es totalmente inocente, no así las intenciones de Byakuya, que solo tiene en mente lo que Naraku le ha ordenado.

    - ¡ Entonces el viernes será ! – exclama sonriente Byakuya, contento de haber dado el primer paso para lograr su objetivo.






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    Naraku está que echa chispas por los ojos, ya ha dado la hora de la salida desde hace un muy buen rato y el aún se encuentra con “ su jefe” viendo algunos asuntos en la oficina, asuntos que no eran urgentes en lo absoluto, bien podrían haber esperado para el día siguiente.

    El trabajo extra nunca le ha causado problemas , está siempre más que dispuesto para hacer lo que sea necesario, pero ahora que ya tenía planes, planes ni más ni menos que con el chico que le interesa, realmente el trabajo fuera de horario le molesta sobremanera.


    - “ Seguramente Inuyasha ya se fue, lo más probable es que Byakuya al ver mi ausencia lo haya llevado ” - piensa Naraku mientras espera por centésima vez a que Sesshoumaru se desocupe de otros asuntos, para continuar con lo suyo.



    Lo que Naraku ignora, es que “misteriosamente” a su hermano menor también le surgieron algunos asuntos imprevistos, por lo que aún se encuentra en su respectivo departamento, mientras Inuyasha aprovechó para irse lo antes posible y así evitar un desagradable encuentro con Naraku.



    - Por hoy logré escabullirme, ya veré que hago mañana para irme por mi cuenta al trabajo – se dice satisfecho y contento Inuyasha al tiempo que viaja aliviado en el tren son rumbo a su apartamento.



    Cuando Inuyasha llega a su recién establecido hogar y sin poderlo evitar, mira hacía los ventanales vecinos, suspira y se dirige a cerrar todas las persianas del lugar, aún cuando ahora aquel apartamento no da señales de que haya alguien ahí.

    Se siente hastiado aunque inquieto también, pero dispuesto a olvidar todo lo que ha sucedido hoy, lo cual ha sido bastante.
    Simplemente se promete ignorar a partir de hoy a todos esos “desviados pervertidos” , no les permitirá arruinar sus planes y sueños, aunque más bien pareciera un vano intento por callar los persistentes murmullos de su subconsciente que claman por ser oidos. Con ése firme propósito se entrega al sueño, que lo aísla al menos por unas horas de ésta extraña realidad.


    Al día siguiente se levanta más temprano de lo normal, está decidido a irse antes de lo usual, no esperará para ver a quien rayos se le ocurrirá ir por él, aunque claramente supone que será justamente a quien menos desea ver, es decir… Naraku.
    Se baña y se prepara a toda velocidad, toma solo una taza de té, ya comerá algo más en la cafetería más tarde. Así que es muy buena hora cuando sale de su apartamento, baja por el ascensor y cruza por el jardín invadido por el aroma a ciruelos, silbando alegremente, no había nadie en el lobby esperando por él, lo cual lo pone de mejor humor.

    Pero ese alegre silbido cesa de golpe cuando llega al estacionamiento correspondiente a el edificio que él habita, el cual es diferente al de los lujosos apartamentos de al lado, pues aquí los autos se acomodan en un solo y amplio espacio dividido en sus respectivos cajones alineados ordenadamente; lo que ha alterado su grata calma es el observar que cerca de la salida por donde él debe pasar, se encuentra aparcado un muy lujoso y conocido auto deportivo color grafito y recargado en éste, con los brazos cruzados y la vista fija en el chico, está ni más ni menos que su misterioso vecino y alto ejecutivo de la empresa.

    Luce relajado, además de sumamente atractivo vestido como siempre en su fino traje color oscuro, su apariencia es tan distinguida dentro de su semblante frío e inexpresivo, que Inuyasha pierde el aliento por unos segundos, se tensa al instante, pero al reflexionar en ello tercamente se empeña en no darle importancia después de todo esto no tiene que ver con él, aún cuando le extraña sobremanera el verlo ahí.


    Al llegar por donde ése hombre se encuentra, se detiene a saludarle como amerita al tratarse de alguien de alto rango en la empresa para la que trabaja, así que educadamente le dice:


    - ¡ Buen día Sesshoumaru Sama ! – acompaña sus palabras con una inclinación como corresponde.

    - ¡ Buen día Takahashi San ! – sus ojos relucen en dorado, así de intensa es su mirada. – veo que vas temprano al trabajo hoy. –

    - Así es Señor, tengo algunas cosas que urge me ocupe de ellas.
    “ Sí, como el evitar a Naraku ” – piensa Sesshoumaru complacido.

    - Parece que tuvimos la misma idea – le dice al chico con su suave voz.

    - ¿ A qué se refiere? -

    - A qué yo también quiero ocuparme de algo personalmente, ya que no me gusta que otros se metan con mis asuntos – le explica Sesshoumaru, aunque lo deja con más dudas que antes.



    La expresión de Inuyasha deja ver que no comprende de que le habla ese alto hombre, quien ahora le dice:



    - De hecho me apresuré a estar aquí más temprano de lo habitual para esperar por alguien - en su interior la situación que se presenta con ese joven diseñador le causa una secreta y perversa diversión.

    - Entonces en ese caso, si me disculpa me retiro, no deseo ser inoportuno – se disculpa Inuyasha, mientras su mente viaja muy lejos, al suponer que seguramente es a Naraku por quien aguarda Sesshoumaru, después de todo cree que hay algo entre ellos, seguramente ha vuelto a pasar la noche con él.



    Lo cual hace que su aversión por el de rizado cabello negro sea aún mayor, la cual no comprende del todo, pues no solo es el hecho de que lo acose a él teniendo ya una pareja como Sesshoumaru, hay algo más que no permite que aflore por completo de forma consciente .

    Así mismo esto solo logra confundirlo más con respecto a el comportamiento de éste hombre que ahora tiene frente a él, aunque pensándolo bien, por mucho que a Inuyasha le disguste, no tendría nada de malo que Sesshoumaru pase la noche con quien le plazca y espere por él como lo hace, pero entonces…
    “ ¿ Por qué me molesta tanto ? ” – es el persistente pensamiento que ahora le da vueltas en su cabeza.


    En ese preciso momento Inuyasha cae en la cuenta de algo más que evidente:
    Sí Sesshoumaru espera por Naraku, quien supone pasó la noche con él…¿ Qué demonios hace en ése estacionamiento , cuando cuenta con el suyo propio?

    Un escalofrío inexplicable le recorre la espalda, pero no tiene tiempo de pensar nada más, ya que Sesshoumaru vuelve a hablar sin darle tiempo a que se vaya de ahí.


    - No le veo caso realmente a que te retires… Inuyasha - le habla con demasiada familiaridad ésta vez, para el escaso trato que han tenido.

    - A mí me parece lo más adecuado, yo tengo prisa y usted espera por alguien más, estoy seguro que Naraku San no tardará en llegar pues supongo que es a él a quien espera – dice Inuyasha en un atrevido comentario.

    - ¡¿ Qué yo espero a Naraku?! – exclama confundido Sesshoumaru, pero su mente rápida comprende que Inuyasha recuerda seguramente aquel incidente en el que Naraku intentó llegar más lejos con él, siendo el chico un inesperado testigo a través de las persianas.

    - ¿Sabes Inuyasha? no deberías de sacar conclusiones tan apresuradas…¿ Se te ha ocurrido pensar que podrías estar equivocado? - le dice Sesshoumaru con toda calma y acompañando sus palabras con una muy sutil sonrisa.



    Inuyasha se avergüenza al comprender que ha hablado de más, metiéndose en un asunto ajeno, el haberlo presenciado de la forma indiscreta en que lo ha hecho no le da derecho de eso, aunque lo comprende demasiado tarde, haciendo que sus mejillas luzcan un leve tono rosado y desvíe su mirada apenado.
    Sin embargo Sesshoumaru está de muy buen humor, realmente se está divirtiendo al observar a éste interesante joven, se siente complacido ante la reacción de descontrol y vergüenza de él, ahora está convencido que él, el gran Sesshoumaru no le es indiferente a ese lindo chico. Así que sigue adelante con lo que ha pensado hacer esa mañana…aunque a decir verdad…¡ Lo haría de todos modos ! y eso es… juguetear un poco más con la inquieta mente de Inuyasha.



    - Le ruego me disculpe… yo no debí… - sin embargo Inuyasha se interrumpe al ver como ese alto e impactante hombre, se retira de su auto y comienza a caminar lentamente en círculos a su alrededor, observándolo detenidamente, acto que comienza a poner todavía más nervioso al menor.



    Se siente como una presa siendo acechada por un peligroso depredador y su instinto le dice a gritos que debe huir de ahí.


    - Es mejor que me vaya, con su permiso –



    Sesshoumaru detiene su andar alrededor de Inuyasha , para pararse justo enfrente de él, cerrándole el paso.



    - Etto…Sesshoumaru Sama… ¿ Se le ofrece algo más ? – le pregunta serio y nervioso el menor de los peli platas, pero le sostiene firme la mirada al mayor.

    - A decir verdad sí – el tono con el que le habla No Taisho Sama es calmado, pero deja entrever cierta arrogancia y una seguridad en sí mismo absoluta.

    - Dígame entonces –

    - Hace un momento te decía que no debes precipitarte en tus juicios –

    - . . . –

    - Te explicaré:
    A decir verdad acostumbro irme más tarde a trabajar a mi oficina, pero ahora me parece que deseo hacer algunos cambios a mi rutina, después de todo tengo un buen motivo y no es para nada el que tú supones –

    - Me temo que sigo sin comprender a que se refiere – replica Inuyasha empezando a perder la paciencia.

    - Es simple en realidad, no es a Naraku a quien espero – Sesshoumaru sigue poniendo a prueba la resistencia del chico, pues sabe perfectamente el efecto que su persona puede causar en los demás y puede darse cuenta que Inuyasha ha resultado mucho más sensible a eso.



    Así que se aproxima más a Inuyasha , levanta lentamente sus manos y en un delicado ademán, comienza a acomodarle el nudo de la corbata, tomándose su tiempo, ante el asombro de Inuyasha que no atina aún a moverse, esas finas manos rozan entonces levemente la mejilla del chico al retirarlas al fin.
    Sesshoumaru mismo a pesar de creer tener el control, está descubriendo algo nuevo, una forma diferente de sentir, algo que jamás pensó que formaría parte de él, ahora sin embargo le fascina, le causa casi la misma extraña sensación que a Inuyasha, puede notarlo en la confusión que observa por un pequeño instante en esos hermosos ojos… ¡ Sí, así es , en ese momento le parecen los ojos más hermosos que haya contemplado! Es solo un momento, pero ha bastado para que queden enganchados en la mirada de quien tienen enfrente.


    - En realidad a quien esperaba es… a ti – esa sencilla frase, ahora parece tener un significado mucho más amplio que el solo hecho de esperar a ese chico ésa mañana para ir a trabajar.



    Sesshoumaru le dedica entonces una leve y retorcida sonrisa, sin poder apartar la mirada de aquellos ojos que lucen tan cándidos, tan inocentes, tan confundidos. Ese bello rostro que luce ruborizado, esa cercanía por parte de No Taisho Sama, ha resultado demasiado para Inuyasha, que al fin logra retroceder un par de pasos.

    ¡ Cómo desearía Inuyasha tener la distancia y las persianas de por medio en esos momentos ! y a la vez no puede negar lo bien que siente la presencia de ese hombre a su lado.


    - ¡¿ Por mí ?! – pregunta sorprendido a Sesshoumaru.

    - Sí Inuyasha, ¿ Acaso suponías que me contentaría con mirarte solo desde lejos ? eso ya no es suficiente para mí – le dice sacando las palabras del sentimiento que ha comenzado a nacer justo en ese momento en su interior. Esto sin duda alguna para Sesshoumaru ha dejado de ser solo un juego, ahora es algo más, ha sentido como ha comenzado a palpitar muy levemente en su interior, causándole inmensa curiosidad e inquietud.



    Inuyasha percibe algo similar dentro suyo, pero a diferencia de Sesshoumaru, odia no saber con certeza que ocurre, su espíritu rebelde reclama tener el control de la situación, no tolera sentirse en desventaja ante nadie, así que reacciona arrebatadamente como era de suponer.


    - ¡ No, espere un momento ! – replica dejándose llevar por esa rara sensación que le provoca en él ese hombre, sacándolo de balance - ¡ Esto no tiene sentido ! Usted y yo apenas si nos hemos visto… bueno quizás en algunas ocasiones, pero solo desde lejos… ehm mejor dicho, apenas si hemos cruzado palabra y como acaba de decir, no debe sacar conclusiones antes de tiempo, así que ignoro que pretende, pero déjeme aclararle que conmigo pierde su tiempo… ¡ Yo no tengo el más mínimo interés en usted y… -

    - Eso no es lo que me ha parecido observar allá arriba a través de las persianas- Sesshoumaru se recompone también, ésta es una situación que lo ha sacado de control también, aún cuando no lo demuestre, así que rehace sus movimientos, retomando su posición al menos como le gusta sentirse, manejando los hechos, tomando su postura dominante nuevamente.

    - Ahora bien, no sé hasta donde haya llegado tu imaginación, pero yo solo te esperaba para ver si aceptabas nos fuéramos juntos al trabajo, después de todo vivimos uno al lado del otro y nos dirigimos al mismo lugar – le dice Sesshoumaru conteniendo una leve sonrisa, en su mente sin embargo piensa: “ Solo eso, al menos por el momento” .

    - La verdad no es necesario que nadie me lleve, no sé porque todo mundo piensa que soy algo así como una persona desvalida que necesita toda clase de atenciones, como si no fuera capaz de cuidarme o moverme por mí mismo. De cualquier forma no deseo causar molestias innecesarias –

    - No es una molestia, al menos para mí – exclama el alto empresario posando su mano en el hombro del chico ejerciendo una leve y cálida presión – sería al contrario de cómo lo supones, un completo placer el llevarte conmigo ¿ Comprendes? –



    ¡ Y hasta ahí llega la paciencia, el autocontrol y la resistencia de Inuyasha! ese aparentemente sutil contacto, esa mano posada tan a la ligera , esos dorados ojos que se meten sin su permiso hasta sus más ocultos e insospechados sentimientos… ¡ Es simplemente demasiado ! .
    Así que hace acopio de lo que le queda de seguridad, lo mezcla con terquedad y… reacciona, rompiendo el contacto, como si de un conjuro se tratara. Sus ojos relucen, quizás por la confusión y la rabia que comienza a invadirlo, tal vez es su empeño de negar lo evidente.
    Lo que es un hecho es que el aspecto que tiene su rostro con las mejillas encantadoramente encendidas, su largo y blanco cabello agitándose por el brusco movimiento y su esbelta figura enfundada en ese traje gris oscuro, causan un efecto hasta ahora desconocido en Sesshoumaru, podría decirse que… le gusta, le atrae. Aunque a la vez le distrae y provoca que tarde unos segundos en reaccionar, ya que cuando lo hace, cae en la cuenta de que ese joven empleado ya ha dado unos pasos poniendo distancia de por medio entre ellos.


    - ¡ Desconozco los motivos por los que usted actúa así, es más usted todo es un completo extraño para mí, un misterio ! Y aunque sé que tal vez me meta en problemas dada la importancia que se ve que tiene en la empresa, le suplico… no… ¡ Le exijo que no se atreva a tocarme otra vez o no respondo !
    ¡ No toleraré otro atrevimiento semejante ! ¡ Déjeme en paz ! o me veré obligado a tomar medidas más drásticas, no dudaré en acudir a las autoridades pertinentes o incluso llegar hasta arriba de Industrias No Taisho para que lo pongan en su lugar… ¡ Así deba hablar con el mismo dueño si es necesario… ¿ Le ha quedado claro? –

    - ¡ Absolutamente ! – le dice Sesshoumaru divertido, mirándolo entrecerrando los ojos.

    - Ahora bien yo he venido a ésta ciudad a trabajar, aunque medio mundo se empeñe en complicarme las cosas, éste trabajo es muy importante para mí y no deseo incumplirlo o llegar tarde… ¡ Qué tenga un buen día Sesshoumaru Sama ! – exclama serio.


    Y así sin más, Inuyasha se da la vuelta y echa a andar saliendo del estacionamiento, dejando a un Sesshoumaru impávido e inmóvil, el cual no puede terminar de creer lo que ha sucedido.
    Pareciera como si a un feroz e imponente tigre a punto de atacar, le hubieran dado un golpe en la nariz, sacándolo de balance.
    Sigue con la mirada a ése interesante y atractivo diseñador gráfico, frunce el ceño disimulando su molestia dentro de su fría apariencia.


    - ¡¿ Así que un pobre iluso me acaba de rechazar ?! es la primera ve que esto me sucede…y… ¡¡ Nadie, absolutamente nadie rechaza a Sesshoumaru No Taisho ! –


    Su voz suena aparentemente tranquila, oculta muy bien su descontrol, ya que sin duda alguna, lo sucedido ha herido su orgullo, el enorme orgullo de quien tiene siempre el control y dominio sobre lo que quiere y lo que le rodea.
    Aunque ahora hay algo más en todo esto:

    Ese insolente ha demostrado más valor y aplomo que muchas de las personas con las que ha tratado, lo ha enfrentado y ha salido victorioso… por ésta ocasión, incluso ha tenido el atrevimiento de amenazarlo con acudir con el mismísimo dueño de Industrias no Taisho, eso será digno de verse.
    Eso le causa un delicioso placer, un curiosos efecto al joven millonario, ya que en lugar de mandar todo simplemente al diablo…¿ Qué más daría hacerlo ? cuando él es capaz de tener a muchos más si así lo quisiera, si descubriera que en verdad le gustan los hombres, aunque sabe que no es así. Pero entonces…¿ Por qué Inuyasha le atrae, le interesa ?
    Esto es ahora un reto y a él, a Sesshoumaru No Taisho… le encantan los retos y ha descubierto que le gustan aún más cuando vienen acompañados de un muy lindo rostro, de ojos ámbar además de un terco e inquebrantable espíritu.

    ¡ Sí, ésto ha dejado de ser solo un juego, para convertirse en mucho más !





    --------------------------------------------------------







    Esa misma mañana, Inuyasha llega apresurado hasta su mesa de trabajo, le agrada encontrarse con el sitio aún vacío, pues le da oportunidad de calmarse.
    Ahora está más consciente de lo que acaba de ocurrir y se siente bastante nervioso, trata de asimilar lo que ha sucedido con ese alto ejecutivo.
    Lo que le parecía solo un inofensivo entretenimiento absurdo, casi divertido y sin importancia, ha adquirido otro aspecto, incluso de cierto cuidado. El observar a su vecino a través de las persianas y él mismo ser observado ha empezado a tener consecuencias insospechadas.
    Deberá conducirse con sumo cuidado de ahora en adelante, pues si Naraku le parece peligroso, ahora intuye que éste otro hombre llamado Sesshoumaru, hace que aquel parezca casi inofensivo, presiente que tras su aparente serenidad y frío aspecto se oculta mucho más.

    Ahora sin embargo, trata de concentrarse en su trabajo sin conseguirlo y como aún es temprano baja a la cafetería para tomarse un café. Al pasar enfrente a las máquinas expendedoras de golosinas que están a la entrada del comedor, observa las cajas de pockys, su debilidad sin duda, tras depositar algunas monedas, se hace de tres cajas de ellos.
    Al ir después por el café, se topa con el chef en jefe, quien es joven, pero también excelente en su trabajo, con el cual ya se lleva bien, incluso lo ha felicitado en varias ocasiones por la comida.


    - He podido notar que te gustan los pockys Inuyasha – le dice sonriente el joven pelirrojo observando las cajas que lleva en la mano.

    - No lo niego Shippou San , me encantan, lástima que las máquinas no tengan mayor surtido –

    - ¿ Cuáles son tus favoritos ? – pregunta el chef con genuina curiosidad .

    - Justo de los que no encuentro aquí ahora, los de chocolate con almendras y los de fresa rellenos de ese mismo sabor. –

    - Veré que puedo hacer al respecto - le dice sonriente el joven encargado del comedor – por cierto Inuyasha San, me preguntaba ¿ Cuáles son tus platillos favoritos ? –

    - ¿ A qué viene la pregunta ? ¿ Acaso ya soy cliente consentido tan pronto ? –

    - Ja, ja,ja… pues algo así –



    Inuyasha se le queda mirando entre incrédulo y sorprendido mientras piensa:


    “ ¡ Ay no, otro más tras de mí ya no ! ”


    - ¿ Y puedo saber a qué se debe la curiosidad ? – pregunta Inuyasha mirándolo desconfiado.

    - ¡ Caray Inuyasha, no seas mal pensado ! No tengo segundas intenciones contigo, lo que sucede es que has sido tan amable conmigo, de hecho eres el único que me ha felicitado y agradecido por la comida, que se me ocurrió que alguien con tan buen gusto y apetito, me podría ayudar dándome más ideas para el menú y de paso te dejas consentir un poco. -

    - ¿ Seguro solo es eso ?-

    - Es la verdad cuando te digo que yo no tengo ninguna intención oculta contigo –

    - Bueno, siendo así, prepárate para anotar, sobre todo me encanta el ramen, en sopa, frito ¡ Cómo sea ! también me encanta el Sukiyaky y el Shabushabu y el beef tataky y … -



    Shippou no pierde detalle, anotando todo.



    - Eso es de lo que me acuerdo ahora – dice sonriente ya Inuyasha, le ha hecho bien estar con ese chico, al menos lo ha distraído.

    - ¡ Gracias Inuyasha, con eso es más que suficiente ! –

    - No es nada, ahora me voy, ya debería de estar trabajando, nos veremos después – se despide Inuyasha, caminando mientras mordisquea un pocky.



    En cuanto Inuyasha se va, el joven chef mira la larga lista y sonriendo exclama:



    - ¡ Misión cumplida ! Ahora manos a la obra. –






    -----------------------------------------------------------








    El resto de la semana transcurre sin novedad para la fortuna de Inuyasha…

    A Naraku inexplicablemente le han estado surgiendo asuntos de último minuto, lo cual le ha impedido cumplir con lo que se había propuesto e Inuyasha no lo ha vuelto a ver cerca de él dispuesto a llevarlo o traerlo.

    Incluso Byakuya ha tenido que quedarse en varias ocasiones ocupándose de varios trabajos extra que su jefe le ha pedido, eso aunado a la eficaz forma de trabajar de Inuyasha a provocado que no se regresen juntos al término del día.

    En cuanto a su atrevido vecino, solo ha podido observarlo a través de las persianas, en pocas ocasiones por cierto, debido a que pareciera que no coinciden como antes o a que alguno de los dos cierra las persianas dejando al otro con un palmo de narices al estar espiando.

    Sin embargo en las escasas ocasiones en que sus dorados ojos han permanecido observándose por un momento, la mirada de aquel hombre pareciera haber cambiado de algún modo, como si su actitud de suavizara un poco al mirar a Inuyasha y éste a su vez termina con el corazón inexplicablemente más inquieto en cada ocasión, para molestia de su terco orgullo del chico.

    En general Inuyasha ha tenido una muy grata semana, incluso se ha llevado una deliciosa sorpresa en el comedor, ya que cada día le es servido uno de sus platillos favoritos, sin que a esto Shippou le dé una satisfactoria explicación y finalmente Inuyasha ha decidido simplemente disfrutar sus alimentos que parecieran hechos especialmente para él. Así que aunque Byakuya o alguien más ordene lo mismo, el plato del peli plateado siempre luce mejor que los demás Lo cual hace que Byakuya tenga cada vez más sospechas sobre las causas de la situación, pero para su desconsuelo, no puede acusar de nada al joven chef, pues él no da muestras más que de una sincera amistad para con Inuyasha, además de que se ve que disfruta sobremanera su trabajo.





    Viernes…


    Han llegado ésta vez juntos Inuyasha y Byakuya, han coincidido por única ocasión en la semana.


    - … como te digo, Kouga se encontrará con nosotros al terminar nuestro horario de trabajo-

    - Solo espero que no surja nada extra hoy, de verdad deseo salir, ha sido una semana estresante - exclama tenso Byakuya.

    - A decir verdad para mí no ha estado nada mal. – dice sonriente Inuyasha.

    - Sí, puedo imaginar que dejarte consentir por Shippou te ha sentado muy bien – le dice con pesar el delgado chico. - pero para mí ha sido como un maratón.-

    - - No lo niego Byaku, pero míralo de ésta forma, soy más creativo cuando tengo el estómago lleno. – dice el de blanco cabello sobándose con satisfacción el estómago.

    - ¡ Baka, lo peor es que tienes razón, siempre trabajas más rápido y mejor que yo ! – dice mientras se encamina a su mesa de dibujo.



    Inuyasha se sienta ante la suya dispuesto a comenzar a trabajar cuanto antes, pero entonces cae en la cuenta de que sobre ella se encuentra un pequeño paquete, envuelto cuidadosamente en fino papel de arroz y atado con un delgado listón de seda rojo.



    - ¿ Y esto ? – se pregunta en voz baja tomando el pequeño obsequio, voltea a ver a Byakuya y le pregunta, aunque duda que haya sido obra de él.

    - ¿ Has sido tú quien me ha dejado esto?- le dice levantando el envoltorio para que su amigo lo vea, él cual ya se encuentra ocupado, y echando un rápido vistazo, le responde sin darle mayor importancia.

    - No he sido yo, tal vez debas preguntarle a tu admirador…es decir Shippou –

    - ¡ Celoso ! –

    - ¡ Bah! ¿ Celoso yo? – replica Byakuya, concentrándose nuevamente en lo que hacía.



    Inuyasha voltea una pequeña tarjeta beige que está atada con el listón y observa lo que está escrito en ella con una pulcra caligrafía en tinta sepia:



    “ Inuyasha ” – susurra el joven diseñador al leer. - ¿ Pero quién me ha dejado esto aquí ? –



    La curiosidad puede más, así que desenvuelve con cuidado de no romper el papel, desata el listón, descubre entonces el contenido, el cual no es otra cosa que un par de cajillas de pockys, una de chocolate con almendras y otra de fresa.



    - ¡ Vaya ! – dice para sí, volteando para todos lados, preguntándose primero… ¿ Quién? y luego… ¿ Por qué ?.



    Precavido sin embargo,no las abre para probar su contenido, envuelve otra vez las cajas y las coloca a un lado sobre su escritorio que tiene a un lado de la mesa y se pone a trabajar pensativo.


    “ Tal vez Byakuya tenga razón y sea un regalo de parte de Shippou, pues el al único que le he dicho mis sabores preferidos de pockys ”



    Así que cuando da la hora de comer y al tiempo que Shippou lo sorprende son un buen suriyaki, aprovecha para decirle:


    - Por cierto Shippou chan… ¡ Gracias por los pockys!-

    - ¿ Pockys? ¿ Qué pockys? Me temo que no sé de qué me hablas – le responde confundido el chef.

    - ¿ No has sido tú el que los dejó en mi mesa de trabajo ? –

    - ¡ No, Inuyasha y no tengo la más mínima idea de nada ! – dice Shippou con una expresión que le hace saber a Inuyasha que dice la verdad, tras lo cual decide no preguntar nada más.





    Por la tarde, ya se encuentran reunidos en el lobby de la empresa, Kouga ya esperaba por ellos y charlando alegremente se dirigen al cine, para disfrutar al fin de un relajado momento disfrutando de la ya tan mencionada y esperada película que han decidido ver.
    Kouga luce también de muy buen humor, ya que aunque tiene varios buenos compañeros de trabajo, hay ocasiones en que se siente algo solo, por eso se alegró cuando Inuyasha llegó a Tokio a vivir. Lamenta sin embargo que lo que siente en el fondo por su amigo, parezca no tener futuro.
    Pero ahora además, puede notar otra insistente mirada sobre él, por parte del delicado compañero de Inuyasha, pero por el momento trata de no prestar demasiada atención.


    Minutos más tarde, provistos de una buena dotación de palomitas y un enorme vaso de refresco, ya toman asiento en las cómodas y amplias butacas de la sala. Todavía bromean un rato más, hasta que las luces se apagan.


    La película es realmente buena, los mantiene al borde de sus asientos, los jóvenes adultos, no despegan prácticamente la vista de la pantalla, pero solo dos de ellos, pues el otro no le quita la mirada al joven de castaño cabello que tiene a su lado, sobre el cual la dirige constantemente.

    En ese instante un amistoso codazo llama la atención de Inuyasha, quien se encuentra sentado a la izquierda de Kouga .



    - ¡ Hola muchachos, qué gusto encontrarlos aquí ! así no me sentiré solo – el que habla es Miroku, que se sienta junto al de plateados cabellos.

    - ¡ Miroku, qué sorpresa ! no esperábamos verte por aquí - le dice Inuyasha

    - ¡ Y perderme el estreno, ni loco ! – responde sonriente el hombre de azules ojos.



    En un instante Miroku e Inuyasha ya están sumamente atentos a lo que sucede en la pantalla, haciendo breves comentarios en voz baja.

    Kouga por su parte se ve emocionado y metido en la película, sin embargo su atención es interrumpida de improviso, cuando sin previo aviso siente como una delicada mano se posa suavemente sobre la suya, la cual apoya en el descansabrazos de la butaca.

    Cuando voltea sorprendido hacia su derecha, se encuentra con una insistente mirada que no se aparta de él, así como tampoco lo hace esa mano.

    Kouga no puede evitar el leve sonrojo que le colorea el rostro, cuando siente como estrechan su mano firmemente y ese delgado chico de azabaches cabellos le sonríe casi con ternura, sin dejar de mirarle.


    Y sin saber por qué, Kouga le corresponde a su vez con otra sonrisa.


    Pero lo que sin duda lo deja atónito, es lo que esos finos labios susurran solo para él:


    - Kouga… tú... me gustas -




    Continuará. . .









    Notas finales:

    Aquí se acaba por hoy, espero que nos leamos pronto, haré lo posible.
    ¡ Cómo siempre es un enorme placer andar por aquí dejándoles mis ocurrencias!
    Espero me dejen saber su opinión.

    Nos leemos.

    Bye,bye. :D


    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:18
     
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  7. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola a tod@s !
    Me alegra encontrarnos por aquí, otra vez
    Aquí está la continuación, así que… ¿ Qué les parece si vamos a espiar un poco por ahí, para ver que andan haciendo nuestro inquietos personajes ?
    ¡ Andando pues !






    Capítulo 6

    “ Trampas del corazón ”










    Las cajitas de pockys se han ido acumulando en el escritorio de Inuyasha, afortunadamente cuenta con él, de lo contrario ya se hubieran apilado en su mesa de dibujo y le estorbarían para trabajar, debido a que no ha querido llevárselas a su apartamento. Ya se han juntado más de una docena de ellas, ya no le sorprende tanto el encontrar un par de ellas cada mañana, pero sin embargo es en lo primero que se fija cuando llega ante su mesa cada mañana y hoy no es la excepción, toma el envoltorio pero ésta vez algo le llama la atención, en ésta ocasión la tarjeta aparte de su nombre tiene escrito algo más:


    “ Puedo notar que mis pequeños regalos no han sido de tu agrado como yo equivocadamente había pensado que sería, tal vez deba buscar algo que te guste más. Y como puedo ver que se están apilando sin que siquiera los toques, tal vez sea necesario hacer algo al respecto.”


    Inuyasha piensa un momento en el asunto , aunque no demasiado, ya que casi enseguida llega su jefe para hacerle entrega de el nuevo proyecto que deberá desarrollar, así que con un distraído movimiento coloca el pequeño paquete con los demás.





    ----------------------------------------------------------






    En su oficina Sesshoumaru se encuentra ocupado como siempre, firmando, revisando, organizando, en fin, todo lo que su alto rango le exige, acostumbra llevar su trabajo al día, pues no permite que se le acumule. Está echando un vistazo a los papeles relacionados con una nueva alianza con alguna gran empresa europea que busca relacionarse con Industrias no Taisho, cuando suena la voz de su secretaria por medio del intercomunicador .



    - Sesshoumaru Sama, el jefe de adquisiciones acaba de llamar, dice que su pedido estará listo para ser entregado como le había informado con anterioridad –

    - Dígale que así lo espero, no aceptaré excusas, quiero que se cumplan mis especificaciones al pie de la letra, sobre todo el pedido especial que le hice, sin falta todo hoy por la noche. –

    - Sí Señor, enseguida.-



    Cuando corta la comunicación, se levanta de su cómodo sillón de piel, camina hasta posarse a un lado de su enorme ventanal, la cual da aun enorme y bello jardín al más puro estilo japonés que se despliega en toda clase de tonalidades de verde, aún cuando éste se encuentra varios metros por debajo de su oficina, disfruta del paisaje al tiempo que sus pensamientos vuelan a través de la ventana abiertas…



    - Veremos cómo te las ingenias ahora para rechazarme… ¡ Cómo me gustaría poder observar tu expresión mañana cuando llegues ! pero ya habrá tiempo para contemplarte con calma. – susurra pensativo, pero sus pensamientos continúan profundizando en sí mismo:

    “ ¿ Quién diría que unas imágenes observadas a través de las persianas cambiarían a tal grado mi manera de apreciar las cosas ? aunque debería admitir que de hecho llamaste poderosamente mi atención desde la primera vez que te vi por aquí .
    Aún cuando no te conozco, cuando no sé mayor cosa de ti, has logrado inquietar ni interior, has abierto opciones inimaginables por mí con anterioridad, de hecho éstas eran repulsivas e imposibles en mi mente.
    Aunque ahora, ambos deberemos aclarar nuestras dudas, reacomodar nuestra realidad o al menos… yo debo hacerlo, no me permitiré tenerlas por mucho más tiempo, sin embargo puedo notar la misma inquietud en tu mirada y tu proceder.
    Pero sobre todo, me temo que mi prudencia y mi paciencia se agotan… Inuyasha."






    -----------------------------------------------------------







    La noche llega apacible trayendo con ella un clima más fresco para consuelo del calor que ha predominado a lo largo del día, agobiándolos a todos, se aproxima el verano, así que…¿ Por qué no disfrutar de la agradable temperatura nocturna ?

    Cuando Inuyasha regresa del trabajo, se ha quitado el saco que lleva colgando de un dedo por sobre su hombro, va disfrutando de su caminata, cuando llega al borde del jardín que se ubica entre los edificios de apartamentos, se detiene un momento, aspira profundamente y echa a andar otra vez, pero en lugar de dirigirse a la entrada de su edificio, camina lentamente por el jardín hasta que llega a una banca de piedra a un lado de un pequeño estanque y se sienta en ella tranquilamente.

    La fragancia fresca le invade los sentidos, cierra un momento los ojos y se deja absorber por el ruido de las cigarras y los grillos, a la vez del viento que canturrea entre los árboles meciendo suavemente su blanco cabello, se ha sentado echándose para atrás, apoyado en sus manos.

    Una bella aparición desde luego la del chico en medio de la noche, en ese lugar solitario, solo alguno que otro empleado que regresa extenuado de las labores del día, que apresurados lo único que quieren es llegar y meterse a su apartamento a descansar, así que no le prestan ninguna atención a Inuyasha , nadie lo mira… a excepción de una persona que lo observa desde arriba a través de un gran ventanal, pero luego desaparece de detrás de las persianas, cuyas hojas quedan moviéndose lentamente.


    Es una noche de cielo despejado, la luna brilla tímida en su apariencia creciente aún, una noche en la que lo normal brilla con un halo casi sobrenatural y extraño…

    No lo sintió llegar, no escuchó los sigilosos pasos, se ha dejado llevar por la absoluta calma del lugar, acompasando su respiración con la tranquilidad que siente en éstos momentos , ha tenido un buen día, se siente cansado pero satisfecho con su trabajo, son su vida… se siente en paz.
    Una paz que transmite, que contagia, que ahora sin que él lo sepa, comparte con alguien más.
    Lanza un prolongado suspiro, para luego abrir sus bellos ojos lentamente, solo para llevarse la sorpresa de que otros ojos dorados lo miran con calma, cerca… demasiado cerca, pues el dueño de ellos se encuentra sentado tranquilamente a su lado.


    - ¡ Sesshoumaru Sama… yo… no lo escuché llegar ! –

    - No quise molestarte, lucías tan… tranquilo –



    Inuyasha hace el intento de levantarse, pero una suave mano le detiene tomándolo por una de las suyas.



    - ¡Espera Inuyasha… no te vayas ! –



    Algo en el tono de voz que usa ese hombre, tal vez la soledad que refleja en su mirada, no lo sabe con certeza, pero hace que Inuyasha se detenga, aún cuando no voltea a verle enseguida, no quiere que Sesshoumaru note la inquietud en su mirada, el inevitable nerviosismo que ya le causa su presencia.


    - ¡Siéntate por favor Inuyasha, comparte la noche conmigo ! – pide Sesshoumaru con esa voz que seduce, que aniquila el pensamiento.

    - ¿ Cómo dice ? – responde Inuyasha sorprendido, preguntándose a qué se refiere exactamente ese hombre, quien mantiene el agarre sobre él.

    - Solo a eso , a que te sientes conmigo a contemplar la noche, justo como lo hacías hasta hace un momento.



    Inuyasha aún no muy seguro sobre lo que quiere hacer, si irse o quedarse, decide sentarse otra vez, aunque un poco más separado de Sesshoumaru.



    - ¡ Gracias Inuyasha ! – susurra su vecino con una leve sonrisa, soltándolo finalmente.



    Se quedan en silencio, un incómodo y extraño silencio que no es roto por ninguno de los dos, pero van dejándose envolver nuevamente por la noche a la luz tenue y cálida de los faroles, que le dan al lugar un ambiente casi acogedor.

    La tensa cercanía entre Inuyasha y Sesshoumaru se va transformando poco a poco en algo más grato, donde uno y otro comienzan a disfrutar la presencia de su acompañante nocturno.
    Escuchan el leve rumor del agua en la fuente de bambú , que va tranquilizando su interior, contemplan el cielo estrellado sobre sus cabezas, sienten como paulatinamente el tedio y la tensión del día ceden el lugar a una más grata sensación.

    Y todo lo que hacen es justo eso: comparten todo lo que les rodea, lo bueno que la noche les trae, sumidos en el silencio que en muchas ocasiones es el mejor intérprete de los sentimientos y sin decir una sola palabra, los dos sienten que se han conectado en éste delicioso momento, casi entendiendo un poco de lo que el otro guarda en su interior.

    Sin embargo, Inuyasha puede sentir de vez en vez, la persistente mirada del mayor sobre él, quien lo contempla como si se tratara de una enorme interrogante por resolver.

    Sesshoumaru por su parte, siente en varias ocasiones como tímidamente es visto disimuladamente y con enorme curiosidad, hasta que éste chico se nota más inquieto, terminando por voltear a verle de forma más directa y armándose de valor le pregunta a Sesshoumaru:


    - ¿ Por qué Sesshoumaru ?-

    - ¿ Por qué que ? – pregunta entonces casi divertido Sesshoumaru.

    - ¿ Por qué te comportas así conmigo ?- sin que se lo proponga ni lo note, Inuyasha ha comenzado a hablarle con mucha más confianza a ese importante hombre.



    Sesshoumaru lo mira nuevamente, con calma, como si él mismo buscara la respuesta que aclare sus propios pensamientos, parece meditarlo un momento, hasta que un brillo, tenue al principio, pero que va adquiriendo mayor fuerza, hace relucir el oro líquido de sus ojos.

    Se aproxima más a Inuyasha y viéndolo fijamente a sus ojos ámbar, le dice con calma :



    - Supongo Inuyasha, que la respuesta ya es más que evidente para ambos, la veo en tus ojos y la siento palpitar en mi interior, aunque también puedo notar que aceptarla no es fácil ni para ti ni para mí. La he percibido mientras nos vemos a través de las persianas, me doy cuenta en la inquietud que te abruma cuando nos encontramos cerca, en la calidez que siento en mi interior cuando la distancia se acorta entre los dos –



    Inuyasha lo mira sorprendido y luego se voltea hacia otro lado casi ofendido.



    - ¡No sé de que hablas! – responde con rebeldía – mi modo de pensar y de sentir no es como el tuyo –

    - ¿ Lo ves ? tengo razón al decir que no es fácil asimilarlo – le dice sonriendo levemente el mayor.



    Sesshoumaru lo contempla un poco más, entrecierra los ojos y extendiendo uno de sus brazos, aproxima su mano al rostro del chico y tomándolo suavemente por el mentón lo hace girar suavemente su cabeza hacia él.



    - ¡ Oye suéltame ! – le dice Inuyasha tratando de zafarse.

    - ¿ O sí no qué? Como me dijiste aquella vez… “¡ O no respondo !” ¿ Qué harás, me golpearás? –

    - ¡ Keh… yo que tu no tentaría mi suerte! – replica molesto Inuyasha, aunque no hace nada aún, ni siquiera lo mira.

    - ¡ Mírame Inuyasha! – le exige entonces el mayor.

    - ¡¡¡ Queeeé!!! ¿ Y para qué haría eso? – exclama nervioso Inuyasha.

    - Mírame a los ojos Inuyasha y dime entonces… que lo que supongo es falso, que lo que siento en mi interior y percibo en el tuyo es solo producto de mi imaginación. – le dice en tono suave pero serio Sesshoumaru.



    Inuyasha levanta la cara…



    - Yo… Sesshoumaru… - traga saliva, lo mira directo a los ojos y se hunde sin remedio en ellos, en el dorado océano que le envuelve y lo arrastra a una maraña de confusos sentimientos, pero aún así ¡ Tan gratos ! descubriendo en el fondo de éste, la verdad que él se niega a ver dentro de sí.



    Ante el silencio que no puede romper Inuyasha, Sesshoumaru toma nuevamente la palabra.



    - No es fácil para mi tampoco el aceptarlo, el darme cuenta que algo ha cruzado la barrera de las ventanas y las persianas que nos separan, es más de la ideología y lo socialmente aceptable, de lo correcto y lo incorrecto. Algo ha despertado en mi interior al menos… escúchame bien Inuyasha, pues la verdad que se ha revelado para mí es…

    ¡ Tú me gustas Inuyasha… me agradas y me gustas mucho !

    Te pido que me permitas descubrir juntos tu verdad y la mía, desentrañar la confusión interna que ahora nos invade…

    ¡ Déjame hacerlo a tú lado ! para saber si debo dejarte ir o retenerte para siempre –



    Inuyasha siente un nudo en la garganta y una opresión en el pecho, tal vez se trate de esa verdad de la que habla Sesshoumaru, esa extraña verdad que trata de salir aún en contra de la voluntad del chico.



    - Esto es demasiado para mí Sesshoumaru, no puedo negar por completo lo que dices – se atreve a decir por fin Inuyasha tremendamente ruborizado – pero tampoco lo puedo aceptar, necesito tiempo, tiempo y espacio para aclarar mi mente y… mi corazón.
    Esto va en contra de lo que soy, de lo que he sido siempre o al menos de lo que he creído ser.

    ¡ Necesito pensar Sesshoumaru !

    ¡ No me presiones por favor ! – dice Inuyasha soltándose de la mano de Sesshoumaru, apretando los puños y cerrando los ojos, tratando de calmarse.

    - ¡Tranquilo Inuyasha ! no lo haré, pero te advierto que no pienso dejar esto así, no creas que lo mandaré al olvido o que me daré por vencido. –



    Inuyasha se levanta, siente que es mejor irse ya de ahí.



    - Será mejor que me retire ya , es tarde –

    - Tienes razón, después de todo mañana es un día de trabajo , pero de cualquier forma agradezco infinitamente tu compañía, es realmente grata y muy bella la luz de tu mirada. –



    Sesshoumaru ya se ha puesto de pie también, se aproxima a Inuyasha y después de decir lo anterior, se inclina acercándose a su rostro y sorprendiendo aún más a Inuyasha, deposita en su mejilla un tierno y cálido beso que hace estremecer al chico.



    - ¡ Gracias ! …descansa Inuyasha –



    Los ojos de ambos brillan con intensidad, pero el mágico momento ha llegado a su fin …

    Sesshoumaru se gira entonces y en silencio se aleja de él, para dirigirse a su apartamento. Inuyasha por su parte lo sigue con la mirada, a la vez que lentamente dirige su mano a su mejilla, tocando con la punta de sus dedos el lugar donde aún puede sentir ese tibio contacto.



    - ¡ Tú también Sesshoumaru ! – pronuncia en un susurro, una frase que bien podría haber sido dicha por varias razones.



    Después él mismo sube a su apartamento, las persianas de ambas alcobas no se cierran por completo ésta vez, dejando abierta la posibilidad de que entre a través de ellas lo que la noche lleve consigo.






    ----------------------------------------------------------








    El día llega antes de lo previsto, así que a Inuyasha le parece que su despertador sonaba demasiado pronto.
    Contra lo que pensaba que pasaría, disfrutó de un sueño tranquilo, aún cuando pensó que debido a lo ocurrido lesa noche, le costaría trabajo conciliarlo, en realidad no tardó en quedar dormido, de hecho disfrutó de una calma enormemente placentera.
    Sin que él lo sepa, su muy peculiar vecino, ha gozado de una noche similar, como hacía mucho tiempo no la tenía.

    Cuando Inuyasha baja, nuevamente va silbando alegre, una lucecita extraña brilla en su interior, a pesar de que él no lo note plenamente aún.
    No hay nadie esperando por él y aunque le extraña agradece también por ello, pues comprende que Sesshoumaru sin duda está cumpliendo su palabra de darle tiempo y espacio y en cuanto a Naraku…se siente profundamente aliviado.



    Al llegar al edificio de Industrias No Taisho…

    - ¡ Buen día Inuyasha, qué bueno que ya has llegado ! – es Miroku que alegre lo saluda.

    - ¡ Buen día ! ¿ Ocurre algo acaso para lo que sea necesaria mi presencia ? – pregunta Inuyasha con curiosidad.

    - Solo quería decirte personalmente: ¡ Misión cumplida ! – le dice El joven de oscuro cabello guiñándole un ojo.

    - ¿ De qué hablas Miroku ? –

    - ¡ Ya lo verás Inuyasha, ya lo verás ! créeme que desconozco de que privilegios gozas, pero de verdad que me sorprendes – le dice mirándolo de arriba a abajo, como si tratara de descubrir algo en su persona.

    - Pero…¿ Me dirás de una buena vez a qué te refieres ? –

    - Tal vez sea mejor que lo veas por ti mismo ya que yo debo de irme ya, además de que será mejor así a que te lo diga con palabras, de cualquier forma…¡ Que lo disfrutes, te veré luego ! – le dice Miroku palmeándole la espalda amistosamente para alejarse apresurado después por uno de los pasillos.

    - ¿ De qué se tratará todo esto? – susurra confundido Inuyasha.



    Mas cuando llega a su área, se encuentra con cierto revuelo por parte de sus compañeros de trabajo que se arremolinan a la entrada del lugar. En cuanto Byakuya lo ve venir, se acerca apresurado y sonriendo le dice:



    - ¡ Ven Inuyasha, tienes que ver esto !-

    - ¿ Cómo…qué ocurre allá adentro? –

    - Ven conmigo y sabrá de que hablo –



    Y muy al estilo de Byakuya, éste lo toma de la mano y lo jala hasta que logran entrar a la sala de diseñadores, donde Inuyasha abre los ojos asombrado, pues el lugar luce diferente ya que ahora puede ver el motivo del alboroto: por aquí y por allí, contempla unas modernas e impresionantes mesas de dibujo, tanto tradicionales, como mesas de luz, y no es que las anteriores estuvieran mal o deterioradas, aún cuando ya tenían sus años sin embargo no demasiados, pero éstas… éstas son soberbias, modernas, funcionales, perfectamente equipadas y cada una cuenta con un par de excelentes lámparas.

    Pero lo mejor para Inuyasha, puede notarlo cuando llega a su lugar, pues en lugar de su antigua mesa, ahora hay la mejor mesa de dibujo que haya visto en su vida, con dos lámparas aún mejores que las de los demás.

    Aunque eso no es todo, ya que desplegados sobre su mesa, se encuentra varias series completas de bellísimos pinceles, japoneses, alemanes e ingleses, de todo tipo: de cerdas, sintéticas, pelo de marta, pelo de camello, salida corta, planos, afilados, lengua de gato salida larga, en fin un excelente surtido. Según se entera después, son idénticos a los que forman otro paquete igual, pero asignado al material de uso de todos los demás diseñadores, pero éstos que contempla como cualquier otro amante de las herramientas de trabajo para su área, es decir completamente embobado, colocados en su mesa, son solo suyos, incluso tienen grabado su nombre ne el cuerpo de madera del pincel, sus kanjis impresos en color dorado. Puede ver otra buena cantidad de diferentes objetos que le serán de utilidad, pero por alguna causa, él siempre ha sido amante de los pinceles, así que se siente sumamente contento.



    - ¡ Esto es… increíble ! – dice con los ojos brillando de alegría- ¿ Pero cómo es posible, no habían dicho acaso, que lo que pedíamos solía tardar mucho más tiempo.? –

    - Lo ignoro, pero lo que es un hecho, es que te has convertido en la envidia del lugar – le susurra Byakuya que se encuentra otra vez a su lado.



    Y como no falta en ningún lado, se aproxima a él otro de los diseñadores, que en forma por demás venenosa le dice:



    - ¡ Felicidades Inuyasha San ! veo que en muy poco tiempo ya eres el consentido en éste lugar, me pregunto a qué se debe tal distinción hacia tu persona o quisiera saber… ¿ Qué clase de “ méritos ” has hecho ? – le dice con una sonrisa hipócrita.



    Inuyasha lo mira desconcertado al principio, pero luego siente el enojo subirle hasta la cabeza y le replica molesto.



    - Ignoro a qué clase de “meritos” te refieres, tal vez así hayas logrado llegar hasta aquí, pues dudo mucho que sea por tu desempeño, pero yo estoy aquí a base de mi trabajo y … ¡ nada más! –

    - ¡ Sí claro, trabajo ! – le dice con sorna el hombre, que por cierto es bastante mayor que Inuyasha.

    - ¿ Tienes algún problema con eso, Nakamura San ! –se escucha de pronto una voz a espaldas de los dos.

    - ¡ Jefe… yo ! – exclama ése empleado quien ha sido sorprendido por su superior inmediato - ¡ No en lo absoluto ! – dice inclinándose a modo de disculpa- ¡ Lo siento ! –

    - Veo que te afecta el trato que se le ha dado a Inuyasha, pero te aclaro que esto no depende de él, ni siquiera de mí, la orden del suministro de todo lo nuevo que ves aquí, viene de arriba, muy arriba y te aconsejo que no te metas en eso, es más deberías de agradecer a Inuyasha que haya hecho el pedido, pues gracias a él todos contamos ahora con mejor equipo para trabajar en poco tiempo – le llama la atención a Nakamura tal hombre y luego dice en voz más alta para que todos lo oigan:
    Solo te aclaro que los “ méritos”, como tu les llamas, que ha hecho Inuyasha, te superan y por mucho, pues él en el corto tiempo que lleva con nosotros, ha logrado sacar exitosamente una buena carga de trabajo, además de que varias campañas suyas, han resultado un rotundo éxito. Algo que tú nos has logrado aún a pesar del tiempo que ya tienes con nosotros –


    El jefe de diseñadores comprende que la situación de Inuyasha está algo comprometida sin él proponérselo y decide acabar con las habladurías que puedan surgir.



    - Bien, es hora de que todos vuelvan a su trabajo – se aproxima entonces al lugar de Inuyasha y le dice:

    - Tengo un trabajo especial para ti, se trata de una campaña completa de introducción y deseo que te encargues de ella, harás todo el trabajo y la presentarás en una junta ex profeso para ello, frente a altos ejecutivos extranjeros y de nuestra propia empresa, incluso tal vez se encuentre allí el dueño de Industrias No Taisho y como comprenderás… ¡ No puedes fallar ! ¿ Comprendes ?-

    - Sí Señor – responde firme Inuyasha.

    - Ahora, ven conmigo para darte toda la información. –

    - Puede estar seguro de qué haré mi mejor esfuerzo –

    - Estoy seguro de eso –



    Se van enseguida a la oficina de su jefe donde se encierran para que reciba todos los detalles.


    Después de un buen rato, regresa y se acomoda en su reluciente mesa, pero sin dejar de notar su acostumbrado paquete envuelto y con su moño formado por una cinta de seda azul oscuro ésta vez, lo toma contemplándolo por un momento y lo pone con los demás como siempre. Casi enseguida ya se encuentra sumamente concentrado.


    Pasa así una buena parte de la semana, de hecho se queda trabajando hasta tarde en su apartamento, sin notar en muchas ocasiones, como una alta silueta se para frente a el ventanal del apartamento de enfrente y clava su dorada mirada en el chico por un buen rato, sin que él siquiera lo note, debido a lo ensimismado que se encuentra en lo que hace.



    En cuanto a Nakamura San, se ha mantenido a raya los primeros días, pero vuelve a las andadas, lanzando a cada momento habladurías con el único fin de fastidiar a Inuyasha.


    - ¿ Has escuchado Inuyasha ? – le pregunta otro de los empleados – se han iniciado las apuestas sobre el ridículo que harás con tu presentación, pues algunos dudan que solo dependa de tu trabajo. –

    - ¡ Me tiene sin cuidado lo que digan sobre mí ! - dice tajante sin siquiera levantar la vista de su mesa.



    Inuyasha hace caso omiso en un principio, pero no aguanta más cuando Nakamura dice en voz alta:



    - Deberías de aclararnos… ¿ Qué clase de “trabajos haces” , para que se diga que los haces muy bien –

    - ¡ Ahora mismo te aclaro tus estúpidas dudas imbécil – replica al fin Inuyasha perdiendo la paciencia, se levanta de su banco y enfrenta a Nakamura, quien envalentonado se ríe en su cara. Cuando Inuyasha lo toma por las solapas de su traje y está dispuesto a todo, pero como la vez anterior, se escucha la voz de su jefe:

    - ¡ Regresa a tu trabajo Takahashi San ! debes acabar a tiempo-

    - ¿ Emh? ¡ Sí Señor ! – obedece casi contra su voluntad, soltando con desdén a ese hombre.

    - ¡ Nakamura, ven conmigo ! –

    - Sí Señor – exclama sumamente molesto al que han llamado.



    En cuanto entran a ésa oficina…



    - Veo que no has quedado satisfecho aún ¿ No es así? – le dice en tono por demás seco su jefe – y como me desagrada ésta clase de conflictos y no pienso permitirlos, te voy a mandar con alguien más, que te dejará más que satisfecho con sus explicaciones. – termina de hablar ese hombre, ocultando una secreta satisfacción.

    - Pero… señor, no es necesario – comienza a decir, pero lo interrumpen nuevamente.

    - ¡ No te estoy preguntando y si es que quieres seguir trabajando aquí, vas a obedecer lo que te ordeno… ¿ Entendido ? –

    - Sí… señor –



    Enseguida su jefe toma el teléfono y se comunica a su vez con su superior y éste a su vez con alguien más. Un momento más tarde se han comunicado lo que sucede.


    Cuando suena el teléfono otra vez y contesta algunas frases cortas, frente a un muy confundido Nakamura.



    - Sí, entiendo, enseguida lo mando para allá – cuelga y se dirige entonces al hombre que espera sentado en silencio, evidentemente cada vez más incómodo, quien ve como su superior escribe algo en una tarjeta que luego le entrega.

    - Dirígete de inmediato a ésta oficina y … ¡ He dicho de inmediato! Pues ya te esperan.



    Cuando Nakamura ve los datos exclama sorprendido:



    - ¡ Pero esto es en los pisos de máxima seguridad, los de más alta jerarquía ! –

    - No importa, te dejarán pasar sin problema, ya están sobre aviso –

    - Sí señor – responde Nakamura resignado al comprender que no tiene opción si quiere conservar su trabajo, ésta vez su enorme boca lo ha llevado demasiado lejos, literalmente hablando.



    Al cruzar la sala de diseñadores, todos le miran en silencio, todos menos Inuyasha, concentrado como siempre en su trabajo.


    Al cabo de un buen rato, lo ven regresar, pero ahora su semblante luce muy diferente, incluso está sumamente pálido y casi demacrado. Se dirige de inmediato a la mesa en la que se encuentra Inuyasha, quien supone que le dirá otra sarta de idioteces, pero no es así.



    - ¿ Takahashi San ? –la actitud es completamente avergonzada ahora, ni siquiera lo mira a la cara.

    - Dime – le responde seco Inuyasha.

    - ¡ Te pido me perdones mi atrevimiento, lamento todo ,lo que te dije, no volverá a ocurrir ¡ Lo siento ! – se inclina ampliamente a modo de disculpa ante Inuyasha, quien luce desconcertado.



    En seguida, Nakamura se vuelve hacia sus demás compañeros y les dice:


    - Les pido acepten mis disculpas, he pronunciado palabras estúpidas y absurdas, producto de la enorme envidia que siento ante el trabajo de Takahashi San. Necedades sin fundamento alguno… ¡ Lo lamento ! – Se inclina nuevamente y luego en silencio se retira a su lugar a trabajar, sin decir una sola palabra más por el resto del día, pero Inuyasha pudo notar incluso, como sus manos temblaban levemente al trabajar.


    Lo que en ese momento nadie sospechaba, es que Nakamura renunciaría a la semana siguiente, dejando a Inuyasha en paz.






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    Cuando el viernes Inuyasha sale de trabajar, se encuentra con Kouga en el pasillo que conduce al área en donde trabaja, es decir el de diseño.


    - ¡ Hola Kouga ! ¿ Qué te trae por aquí ? ¿ Acaso me vienes a saludar ?- le dice sonriendo Inuyasha mientras chocan las manos.

    - Ja,ja,ja … ¡ Hola Inuyasha ! no niego que me da gusto saludarte, pero ésta vez no vengo exactamente por ti ¡ No te hagas ilusiones ! –

    - ¡ Baaaka ! – Inuyasha le da una palmada en la espalda mientras le pregunta:

    - Algún asunto de trabajo supongo –

    - No exactamente –

    - ¡ Como sea ! – agrega Inuyasha sin preguntar más – se me ocurre que podríamos salir a cenar en cuanto te desocupes, puedo esperar por ti –

    - Lo siento Inu, pero ya tengo un compromiso previo – le dice Kouga apenado – pero si gustas… -

    - ¡ Hola Kouga ! – se escucha otra voz de alguien que se aproxima – lamento haberte hecho esperar-

    - ¡ Qué tal Byakuya ! – saluda Kouga sonriente.

    - ¿ Nos vamos ? – pregunta el delgado chico de negro y largo cabello, sin borrar la sonrisa de su rostro.la cual lo hace lucir encantador.

    - ¡ Claro, andando ! – responde Kouga, luego voltea a ver a Inuyasha que los observa perplejo - ¡ Nos vemos otro día Inu ! –

    - ¡ Hasta el lunes Inuyasha ! – se despide alegre Byakuya agitando la mano, quien además camina muy cerca de Kouga

    - Sí muchacho… nos vemos… que les vaya bien –



    El confundido chico de ojos ámbar los mira alejarse, se ha quedado parado ahí solo a medio pasillo.



    - “ ¿ Y ese par ? ¿ De cuándo acá tan juntitos ?” – piensa Inuyasha mientras echa a andar lentamente con rumbo a la salida – “ ¿ Y ahora qué hago ? me quedé más solo que una ostra, supongo que mejor me voy a mi casa, de cualquier forma tengo demasiado trabajo por hacer… ¡ Pero caray una pequeña distracción no me hubiera venido mal ! ” –




    Cuando sigue caminando y da los primeros pasos tomando la vuelta hacia los ascensores, alcanza a ver a lo lejos como de uno de ellos sale Naraku, Inuyasha pega un brinco para retroceder y ocultarse rápidamente tras un enorme macetón con un inmenso helecho, su mente se mueve rápido también:


    “ ¡ Oh por Kami Sama… ahí viene Naraku, alias el “acosa Inus “!



    Lo ve pasar a su lado sin que éste lo note y mira como éste se mete al departamento de publicidad y diseño, aprovecha entonces para salir de su escondite y se dispone a escapar antes de que Naraku regrese, pero no tiene tiempo de llevar a cabo su huida, pues casi enseguida se escucha la voz de ese de quien huye, quien ya viene de regreso , éste viene hablando consigo mismo.



    - ¡ Maldito Sesshoumaru, por su culpa se me volvió a escapar Inuyasha ! no sé cómo le hace el condenado, aparte de guapísimo , es sumamente inteligente, ya no me he topado con él por ningún lado, tal parece que se escondiera de mí, pero de cualquier forma ya caerá – se le escucha molesto y aproximándose.



    Inuyasha ya se encuentra en el área de ascensores, muy lejos de su verde escondite anterior, pero ve una puerta que conduce a las escaleras de emergencia ubicada a un costado de los ascensores. La abre apresurado y casi se lanza a través de ella, la cual hace un quedo “ click” al cerrarse nuevamente, pero el experto oído del jefe de vigilancia lo nota enseguida, volteando hacia el lugar donde escuchó el sonido.



    - ¡¿ Qué fue eso ?! se supone que ya no hay nadie en éste piso – se pregunta confundido – Será mejor que vea que sucede. –



    El joven peli plateado mientras tanto, baja a toda velocidad, al escuchar cómo se abre la puerta, seguida de unos pasos que comienzan a bajar aprisa.

    Inuyasha sale entonces por otra puerta que da a uno de tantos pasillos echando a correr nuevamente.



    - ¡ Maldición ! ¿ Por qué me pasan éstas cosas a mí ?-



    Escucha los pasos como se aproximan, Naraku ha comenzado a correr también, siguiéndolo cada vez más cerca, no en balde es muy bueno en su trabajo.



    - ¡ Pero qué ridícula situación ! – exclama en voz baja Inuyasha buscando desesperado donde ocultarse.



    Esos pasos suenan cada vez más cerca, no lo alcanzan a ver debido a las múltiples vueltas que va dando en los pasillos, va probando puertas, pero como ya tiene rato que dio la hora de la salida, éstas ya se encuentran cerradas.
    Sale a un corredor más amplio y después de dar vuelta por enésima vez, se recarga en una pared sumamente agitado.



    - Tal vez sea mejor darme por vencido y caminar como si nada a su encuentro – murmura pasando los dedos por su fleco – Sí y ¿ qué le diría?... “ Disculpa pero es que ando haciendo un poco de ejercicio, corriendo por los pasillos ” … ¡ Pero que excusa más estúpida, soy patético ! –



    Está pensando mientras busca con la mirada otra posible salida, sin encontrar ninguna, cuando una puerta casi a sus espaldas se abre de improviso y solo siente como una mano le cubre la boca, mientras otra lo toma por un brazo y lo jala hacia adentro de esa habitación.



    - ¡¡ Mmmmmpghhh !! – intenta zafarse, cuando alguien lo calla.

    - ¡¡ Silencio !! – le susurran al oído.



    Por el corredor se escuchan los pasos de Naraku, como pasan de largo alejándose de ahí.
    Inuyasha pasados unos pocos minutos, siente como lo sueltan poco a poco y se gira furioso para enfrentar entonces a aquel que se atrevió a tratarlo de ésa manera, pero abre los ojos asombrado cuando ve de quien se trata, quien además lo mira fijamente, le sonríe levemente y exclama:



    - ¡ Hola Inuyasha ! –


    “ ¡¡ No, ésa mirada noooo !! ”


    - ¡¡ Sess… Sesshoumaru !! –

    - Al menos parece que logramos despistarlo – le dice como si tal cosa el alto hombre situado muy cerca de él.

    - Sí eso creo – contesta nervioso Inuyasha.



    Sesshoumaru se aleja un poco de él, lo mira de arriba a abajo, levanta una ceja …



    - Aunque …¿ Sabes algo Inuyasha ? esto es algo inaudito, es decir el hecho de que te ayude a escapar del jefe de seguridad – le dice serio ese atractivo hombre, aunque por dentro esté más que divertido.

    - Bueno… es qué … - comienza a decir sumamente apenado el joven hombre oji ámbar - ¡ Oye, yo no estaba escapando ! y además… ahora que lo pienso con más calma… ¿ Por qué me ayudaste ? ¿ Cómo supiste que yo andaba por aquí ? – pregunta entre confundido y apenado.

    - Simple, te vi a través de las vidrieras del piso superior y después de todo, conozco algunos atajos del lugar – frunce entonces el seño aparentando ,molestia y le dice:

    - Ahora que si quieres no te ayudo – hace ahora el ademán de abrir la puerta para llamar a Naraku.

    - ¡ Nooo, espera ! …- baja la voz y añade vencido - ¡ Aaaassshhh , está bien !... es decir… ¡ Te agradezco la ayuda ! –

    - Puedo suponer que Naraku no te simpatiza mucho o es que realmente te escondes por algo más –

    - ¡ No claro que no ! -suspira – en realidad si escapaba de él, no es que me caiga del todo mal, solo es que él me… me… -



    Sesshoumaru entrecierra los ojos y completa la frase burlón:



    - ¿ Él te… gusta ?-


    Inuyasha abre aún más los ojos y responde apresurado:


    - ¡¡¡ Noooo, por Kami Sama !!! ¡¿ Cómo se te ocurre eso ?! –

    - Bueno, yo supuse eso por lo nervioso que estás –
    “ ¡ No es por él…baaaka ! ” – piensa Inuyasha molesto y le dice con toda la calma de la que es capaz en ese momento:

    - Lo que ocurre es que él me persigue demasiado y yo solo intentaba escabullirme para irme solo –

    - Así que sigue tras de ti el muy terco – exclama Sesshoumaru como si no supiera nada del asunto- tal vez como me dijiste a mí, sea tiempo de hablar con alguien para poner tu queja… Quizás aunque tengas que ir con el mismísimo dueño de la empresa –

    - ¿ Bromeas? – dice Inuyasha mirándole fugazmente – me imagino que será una persona sumamente ocupada como me han dicho, una persona ya mayor, con un genio de los mil diablos, chapada a la antigua que seguramente se me quedará mirando como bicho raro y pensará que solo le hago perder el tiempo.

    - ¡ Eres extraño Inuyasha, sigues formándote juicios de las personas antes de saber nada ! – le dice Sesshoumaru sonriendo y moviendo la cabeza. – tal vez “ ese anciano arcaico si te escucharía más de los que supones –

    - ¿ Tú lo conoces? … ¡ Pero qué digo, seguramente que sí ! sin duda alguna te mueves muy cerca de él.-

    - Algo así, aunque tienes razón, él es un poco difícil de comprender, a veces hasta da miedo tratar con él, pero tengo la impresión de que contigo sería muuuuuy paciente-

    - ¡ Ah sí ! ¿ Y por qué supones eso ?-

    - ¡ No sé ! pero me da la impresión de que tú le simpatizarías mucho, tal vez le recordarías a alguno de sus nietos –

    - Tal vez me plantee la opción de ir a verle un día de éstos si es que al personal de aquí le sigue dando por ir tras de mí – dice Inuyasha lanzándole una significativa mirada a Sesshoumaru.

    - Es una buena opción- Sesshoumaru ríe de buena gana – ahora por lo pronto ven, conozco otro camino para salir de aquí . – lo llama el alto ejecutivo que es seguido por Inuyasha.



    Atraviesan por lugares que el chico no conocía, dando varias vueltas y atravesando algunas puertas, así que Inuyasha se sorprende cuando se da cuenta de que ya salen al estacionamiento , cerca del lugar donde Sesshoumaru tiene su sitio privado para aparcar su auto.
    Inuyasha no ve llegar el momento para poder alejarse de esa presencia que cada vez lo pone más nervioso.



    - Bien… ¡ Gracias Sesshoumaru Sama ! pero ahora será mejor que me vaya – dice apresurado una vez que está afuera del edificio, tratando de poner tierra de por medio.

    - ¿No desea que te lleve ? – pregunta amable el peli plateado mayor.

    - No es necesario, ya ha sido suficiente ayuda de tu parte por hoy – dice Inuyasha echando a andar.



    Cuando Sesshoumaru ve hacia donde se dirige ese terco diseñador, sonríe malicioso. Ya que justo hacia donde Inuyasha camina, Naraku se ve venir a lo lejos, debido a que su auto se encuentra aparcado cerca del lugar.


    Inuyasha lo ve venir sin duda, se da cuenta de que no le queda otro camino mas que volver sobre sus pasos, se gira y echa a andar más rápido, ve a Sesshoumaru que con toda calma se dispone a subir a su lujoso auto, éste lo mira con una leve sonrisa.



    - ¿Cambiaste de opinión acaso… Inuyasha ?-



    Y contra todo lo que desea, el menor se agacha y solo responde:



    - Creo que no me queda de otra –

    - ¡ Anda sube ! – lo apremia Sesshoumaru al tiempo que él ya se acomoda en su asiento, cerrando la portezuela. Inuyasha se apresura a hacer lo mismo, aunque sabe que se arrepentirá de cualquier forma, pero es eso o… Naraku.



    Así que esos rojizos ojos solo contemplan a lo lejos como ese par de atractivos hombres se alejan juntos, saliendo del estacionamiento.
    Naraku furioso llega a un lado de su auto, patea con rabia un neumático, golpea el toldo con el puño cerrado y bufa molesto.



    - ¿ Con que ésas tenemos Sesshoumaru maldito ? –





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    Aunque adentro de ése auto que se aleja, las cosas no van tan bien para Inuyasha… ¿ O tal vez, mejor dicho, van demasiado bien para alguien más ?.

    Cuando el más joven adulto de blancos cabellos se acomodó en el auto, se siente aliviado de poder evitar a Naraku, pero el alivio le dura poco cuando es consciente con mayor fuerza de que ahora se encuentra con alguien que lo pone aún más nervioso.
    Lo cual puede notar claramente cuando intenta ponerse el cinturón de seguridad, ya que comienza a tener problemas para abrochárselo con sus temblorosos dedos. Desde luego Sesshoumaru lo mira de reojo y sonríe disimulado, hasta que llegan al primer semáforo en rojo.



    - Si me permites –



    Al decir esto, ya ha posado sus manos en las del chico, quien de inmediato trata de zafarlas, pero solo consigue que sean tomadas más firmemente, sintiendo el suave y tibio contacto de esas delicadas y finas manos.


    “ Toda una contradicción… ”- piensa Inuyasha absorto en ellas – “ que alguien de aspecto tan frío, tenga un tacto tan suave y cálido ” .



    Para ese momento, desde luego que las mejillas del menor ya se tiñen de carmín.



    - Sólo le hacías así… y así – lo guía con toda calma Sesshoumaru, aprovechando la oportunidad para retener un poco más las manos del chico, que al final logra soltarse.

    - ¡ Gr…gracias ! –

    - No tienes porque agradecerlo, me gusta ayudarte – le dice con su suave y grave voz Sesshoumaru para añadir mientras posa su mirada divertida en el acalorado rostro de su acompañante:

    - Aunque también podrías haber hecho esto – oprime entonces un pequeño botón ubicado a un costado del asiento de Inuyasha, el cual acciona un oculto mecanismo, que hace correr el cinturón colocándolo en su lugar de forma automática.



    Inuyasha se queda mudo, contemplando de forma alternada el cinturón, el botón y la cara de Sesshoumaru.



    - ¿ Así que había otra forma de hacerlo? – le pregunta, casi le reprocha.

    - Sí, pero yo prefiero usar la otra contigo – le responde pícaro ese atractivo hombre de nívea piel.



    Inuyasha opta por no decir nada más y guarda silencio por un rato, pero no deja de sentir como es observado de forma cada vez más insistente.
    En cierto momento al hacer el cambio de velocidad con la palanca, la mano del alto empresario “resbala” de ésta y roza suavemente la pierna de Inuyasha, deslizando lentamente sus dedos, para dejar su mano ahí quieta.
    Inuyasha no piensa darle el gusto de hacer aspavientos, así que solo toma la mano de Sesshoumaru y la vuelve a colocar en la palanca y mirándolo fijamente a los ojos le dice:



    - Me parece que me bajo en la siguiente esquina, me parece que tu auto es demasiado estrecho y no cabemos los dos, además acabo de recordar que necesito comprar algunos víveres para la cena, así que agradecería que me dejes ahí-



    Sesshoumaru desde luego no lo dejará ir tan fácil…



    - Si es por la cena…¡ No te preocupes ! ¿ Qué te parece si vamos a cenar juntos a algún lado ? –



    Inuyasha comienza a plantearse si no habría sido mejor el irse con Naraku e involuntariamente agita la cabeza negando con ella al pensar en esa loca idea.



    - ¿ Y por qué no ? – pregunta Sesshoumaru al verle – conozco algunos excelentes lugares.-

    - ¿ Eh? ¡ Ah, no… es que yo… estaba pensando en otra cosa!-

    - ¿ Entonces aceptas ? –

    - ¡ No, tampoco ! – dice nervioso Inuyasha, sabe que está haciendo el ridículo de su vida y eso le molesta, así que hace lo posible por hablar con más calma. - ¡ No, gracias, es que estoy cansado y deseo llegar a mi casa !-

    - Entiendo, en ese caso, yo también necesito comprar algunas cosas, así que te acompaño a hacer tus compras.-

    - ¡ Ah… sí claro, vamos ! – dice Inuyasha lanzando un suspiro.



    Así que ahí van a una tienda de conveniencia a comprar víveres juntos, víveres que desde luego Sesshoumaru no necesita. Al llegar a cierto estante, Sesshoumaru toma una cajita y mostrándosela a Inuyasha le pregunta:



    - ¿ No llevarás pockys de chocolate con almendras ? –

    - ¿Eh? No… ésta vez no – responde distraído Inuyasha al tiempo que escoge un surtido de su ramen favorita.

    - De acuerdo- responde Sesshoumaru devolviendo la caja a su sitio.



    Cuando llegan más tarde a su destino, Sesshoumaru se estaciona en su propio garaje, apaga el auto cuando observa a Inuyasha quitarse el cinturón de seguridad.


    - ¿ Inuyasha ? –

    - Dime – pregunta confundido el menor, deteniéndose antes de abrir la portezuela del auto.

    - ¿ Puedo preguntarte algo ? –

    - Sí, claro - “ ¡ Ay no ! ¿ Y ahora qué!”.

    - ¿ Yo te caigo mal también… como Naraku ? ¿ Te desagrado? –

    - ¿ Cómo dices ? –

    - Sólo eso, es que me gustaría saberlo –

    - Etto… Sesshoumaru… no, no podría decir eso, digo Naraku es diferente a ti y yo… bueno no te conozco , pero no, no puedo decir que me caigas mal, al contrario – responde sincero Inuyasha.



    Sesshoumaru sonríe fugazmente, satisfecho por lo que ha escuchado.



    - ¿ Entonces, aceptarías que saliéramos juntos un día de éstos ? –



    Inuyasha ahora sí está planeando lanzarse por la ventanilla del auto. Para huir de allí.



    - Lo siento, pero tengo mucho trabajo que hacer éste fin de semana – lo cual es cierto.

    - ¿ Y dentro de una semana ? –

    - Tampoco será posible, es que es mi cumpleaños y… - Inuyasha se interrumpe, siente que ha hablado de más.

    - ¿ En serio, será tu cumpleaños? ¿Cuándo es eso ? podríamos ir entonces a festejarlo –

    - No tiene importancia… creo que estaré ocupado también trabajando… etto… ¡ Gracias por todo Sesshoumaru ! tengo trabajo que hacer
    – Inuyasha mete su dedo índice entre su cuello y el de su camisa, tratando de aflojárselo, como si le asfixiara.



    Sesshoumaru clava entonces sus dorados ojos en él- “ ¡ Ay Inuyasha, eres tan lindo! Cuando te darás cuenta de que ya no estoy tan convencido de dejarte ir ! ” – piensa al tiempo que se retira también el cinturón, se gira y empieza a aproximarse al chico que se pone cada vez más nervioso, el espacio entre ellos se reduce, pero Inuyasha no sabe si es porque se está quedando petrificado o si realmente hay otra causa, pero el caso es que tampoco retrocede.

    Sesshoumaru posa muy lentamente sus manos en el nudo de la corbata de Inuyasha y sin dejar de mirarle, comienza a deshacer ese incómodo nudo, poco a poco, atrayendo cada vez a sí mismo al atónito chico, quien había hecho un débil intento por apartar esas atrevidas manos, pero se siente tan descontrolado que las baja casi en seguida, después de rozar apenas las del mayor, dejándose hacer.
    Las hábiles manos del empresario le retiran ya la corbata, tirando suavemente de ella, pero luego procede a desabotonarle la camisa, moviendo elegantemente sus manos, abriendo la blanca tela, para dejar más despejado el también blanco cuello, sus dedos aprovechan para ir acariciando sutilmente la suave piel, recorriendo lentamente, lo que provoca en Inuyasha un leve e involuntario suspiro, muestra segura de que inconscientemente disfruta ese lento contacto.

    Sus miradas se vuelven a encontrar, lo cual seguramente es un punto clave para el contacto entre ellos, se unen una en la otra, encendiendo algo en su interior.

    Inuyasha está inmóvil, pero ya es tarde para él intentar huir, aunque quizás ya no se lo plantea tanto como antes; Sesshoumaru está más que satisfecho, pero a la vez confundido, desea tanto aclarar tantas cosas de la que éste lindo chico le provoca, nadie antes le había hecho sentirse así. Por eso mismo desea acabar con la distancia que los separa, se ha hecho un completo silencio en el lugar, lleno de tensión, pero de algo más, mucho más grato que solo nerviosismo .

    El más joven comienza a percibir el tibio y perfumado aliento de su acompañante, lo siente ya en su cuello, para pasar de ahí a su rostro, ve esas dos llamas doradas contemplarlo de una forma muchos más intensa, sensual pero sin dejar de ser tierna, lo cual provoca que Inuyasha quede casi hipnotizado, para luego lentamente cerrar sus ojos ámbar lentamente, casi complacido por esa cercanía.
    Sesshoumaru sonríe, pero su sonrisa ya no es de burla, sus ojos brillan de forma diferente, como nunca antes lo han hecho, termina con el espacio entre ellos y tomando ese bello rostro por la barbilla, lo levanta un poco, puede sentir ahora la respiración de Inuyasha, la cual se ha tornado más agitada, contempla esos tersos, sonrosados y tentadores labios entreabiertos. Pasa entonces uno de sus dedos por el contorno de esa boca, sintiendo enseguida un leve estremecimiento por parte de ese chico que ahora ya no muestra resistencia.

    Cierra sus felinos ojos e inclinando la cabeza posa con toda calma y delicadeza al fin sus perfectos labios sobre los de Inuyasha, es un beso tierno en un inicio, siente como Inuyasha se tensa al principio, pero con su otra mano lo atrae hacia su cuerpo, acariciando su espalda, calmándolo, brindándole la confianza que necesita.
    Hasta que ese beso se vuelve una tibia caricia compartida, la lengua del mayor pasea inquieta por el contorno de la boca de ese joven diseñador que siente un impulso más fuerte que él, una creciente pasión que lo hace querer más. Lenta, muy lentamente abre su boca, invitando de alguna manera a que ese intruso deje de serlo y pase con su permiso, para compartir mucho más que los labios.

    Siguen así por un pequeño instante que se vuelve eterno, hasta que Inuyasha se comienza a inquietar, Sesshoumaru comprende que debe soltarlo ya, no desea forzarlo más, ha recibido más de lo que esperaba en ésta ocasión. Puede notar las manos de Inuyasha que se posaron en algún momento en el pecho de quien le ha dado su primer beso, podría llamarle así, su primer beso apasionado y cargado de mucho más que solo eso, sin duda ese chico ha notado también lo inquieto que late ahora el corazón de Sesshoumaru.

    Se sueltan, aflojan ese inesperado e intenso abrazo… ¡ Es suficiente por el momento, quizás demasiado para ese par de jóvenes “ heterosexuales ! ”

    Se apartan poco a poco, dejando ir el cálido momento, llevándose sin duda lo que a cada quien corresponde, sus ojos de ambos brillan de una muy bella forma.

    Inuyasha parpadea repetidas veces, como si despertara de un sueño y tratara de despabilarse. Se agacha apenado y solo puede susurrar al tiempo que retira sus manos de donde las había posado, luce sin duda avergonzado.



    - Será mejor que me vaya – toma entonces sus cosas y abre la puerta del auto.



    Escucha entonces esa sensual voz que le retiene unos segundos más:



    - ¡ Gracias Inuyasha, es el más hermoso beso que haya yo podido recibir ! –



    Inuyasha solo sonríe sonrojado y baja a toda prisa, no quiere pensar siquiera, no quiere sentir ese vacío que le invadió al momento de separarse de Sesshoumaru, prefiere alejarse, antes de que esto se convierta en una locura.
    Aunque para estas alturas, Inuyasha casi podría escuchar una pequeña vocecita a modo de su conciencia o sentido común o como sea que se llame diciéndole al oído:



    - ¿ Aún más Inuyasha? … ¡ Por favor, no seas iluso semejante tonto! ¡¡ Esto ya es una locura !! .



    Casi corre hasta su apartamento, entra apresurado cerrando tras de sí la puerta recargándose en ella, cierra un momento los ojos, trata de calmarse pues su respiración y su corazón no logran recuperar su ritmo.



    - ¡¿ Qué demonios ha sido eso ?!

    ¡¿ Pero qué he hecho ?!

    ¿ Cómo ha podido suceder, es más cómo lo he permitido ?

    Hace tan poco tiempo apenas que yo mismo rechacé a Kouga, le dije en su cara que yo no soy homo… homosexual – se dice con dificultad a sí mismo - ¡¿ Y ahora resulta que me acabo de besar con Sesshoumaru?! -




    Y a todo esto, ni siquiera es que él se considere homofóbico o algo por el estilo, ha tratado con “ ellos”…”ellos” , curiosa forma de llamarles, como si se tratara de otra clase aparte de seres humanos, de los cuales se olvida la gente que tienen derecho a sentir, a soñar… a vivir. Siempre se les ve como asunto aparte, un muy molesto e incómodo asunto. No ha tenido mayor problema Inuyasha cuando se ha cruzado con alguien así,, bueno… solo a veces, cuando se daban situaciones algo complicadas, todo como siempre debido a su muy llamativo y agradable aspecto de él o quizás porque “ellos” percibían en él, algo que ni Inuyasha mismo ha querido ver. Sin embargo siempre había salido de esa clase de asuntos sin mayor complicación.

    Pero ahora con Sesshoumaru, la situación es bastante más complicada, simplemente le está resultando sumamente difícil el siquiera mantener la calma, cada vez es más complicado no sucumbir ante esa penetrante y bella mirada, sobreponerse a la sola presencia de esa arrolladora personalidad.

    Y como si eso fuera poco… Sesshoumaru le ha confesado que le gusta y encima de todo… ¡ Lo ha besado !
    ¿ Cómo seguir adelante enfrentando eso? Continuar como si nada hubiera pasado.
    Si él mismo puede sentir su corazón latir inquieto, como nunca antes lo había hecho por nadie, cuando ni siquiera fue capaz de evitar el atrevido contacto… cuando él mismo debería aceptar que la experiencia ha resultado demasiado grata como para simplemente olvidarla.
    Como lograr olvidar, cuando ahora él mismo empieza a notar en su interior “ esa respuesta” de la que le ha hablado Sesshoumaru, una respuesta que siente palpitar cada vez con más fuerza en su interior y se le antoja imposible ignorar.



    - ¡ Nada es imposible ! – se dice a sí mismo tratando de retomar el control de su cuerpo y su mente- No permitiré que esto crezca más, lo detendré de alguna forma.-



    Tenaz como siempre, ahora que está lejos de la influencia de ese alto y atractivo hombre, siente tener otra vez el control de la situación, piensa mantenerse así a base de carácter y terquedad, siguiendo ,los lineamientos de lo que él cree que debe ser y lo que él mismo es.
    Repentinamente a su mente llega un detalle más, que dejó pasar sin prestarle atención…



    - ¡ Un momento ! ¿ Cómo demonios sabe Sesshoumaru que me gustan los pockys de chocolate con almendras ?-



    Se siente sumamente molesto otra vez, se dirige entonces a cerrar todas las persianas para ir luego a la cocina, prepara su cena la cual a pesar de todo disfruta enormemente, para luego retirarse a dormir.


    Recostado en su cama, en ése fugaz momento de calma que precede la llegada del sueño, se lleva lentamente la mano a la boca, recordando el suave, tibio y atrevido contacto. Suspira profundamente y es vencido finalmente por el sueño, sin ser consciente por completo de la bella sonrisa que asoma a su rostro, mientras su mente recuerda una intensa y dorada mirada.


    Por su parte Sesshoumaru permaneció en su auto un rato mas, aún después de que Inuyasha, a quien siguió con la mirada, despareció al entrar al edificio donde vide.
    Hombre de profundas reflexiones, se sume pronto en sus pensamientos y de la misma forma que Inuyasha lo ha hecho, se lleva la mano a sus finos labios, saboreando aún aliento y el tacto, la deliciosa sensación al tocar la tersa piel de ese joven hombre. Ha besado a diversas chicas en el pasado, pero han sido vanas experiencias que le han dejado un vacío interno cada vez mayor.

    Sin embargo, ahora que ha besado a Inuyasha, siente casi un hormigueo de placer en su boca, percibe como su sangre corre intranquila por sus venas. Comprende que ésta nueva sensación que lo invade es algo poderoso que casi podría rebasarlo.
    ¿Le quedan dudas aún ? ¡ Quizás ! aunque no se detendrá hasta aclararlas.
    Y si como él sospecha y de hecho casi puede asegurar, él no le es indiferente en lo absoluto a Inuyasha, entonces no se detendrá ya.
    ¿Aversión de solo pensar en las relaciones entre hombres ?
    Seguramente creyó sentirla en algún momento… pero ahora al llegar a algo más con Inuyasha, la idea le seduce, le agrada demasiado y desea saber más, sentir más, tener más.
    ¿ En qué momento esto dejó de ser divertido, dejó de ser solo un juego ?
    Él mismo siente que ha quedado atrapado en su mismo entretenimiento, en lo que creyó simple curiosidad.

    Se lleva la mano hasta el pecho, colocándola sobre su corazón, donde percibe los intranquilos latidos, suspira y como si charlara con él, comienza a hablarle:


    - ¿ Así qué de eso se trata todo ?

    ¿ Me has tendido una trampa, no es así ?

    Me estás arrastrando hacía algo que antes me parecía un absurdo, pero ahora…

    ¡ Sólo te advierto que sí esto no funciona y no resulta ser como pienso y deseo…¡ Tú serás el que sufra el mayor golpe !

    Después de vivir casi congelado en mi interior, tal vez después de un dolor de esa magnitud, no sobrevivas –



    Suspira nuevamente, cierra los ojos, se siente a pesar de todo, sumamente relajado, al abrirlos otra vez, pareciera que algo ha cambiado a su alrededor, algo sutil, pero definitivo.

    Baja de su auto y sube hasta su apartamento, cuando está cerrando la puerta, suena su teléfono móvil, pero al ver quien es el que llama, oprime el botón para apagarlo.



    - ¡ Naraku, ya mañana te veré la cara, pero hoy tengo un sabor tan dulce en mi interior que no quiero amargarlo con nada –



    Voltea entonces hacia el apartamento de Inuyasha y al contemplar las persianas cerradas, mueve la cabeza y con una leve sonrisa en los labios exclama:



    - ¡ Así que fue demasiado para ti ! ¿ Ne Inuyasha ? ¡ Y pensar que yo tuve que contenerme para no seguir adelante, para no llegar mucho más lejos contigo ! –






    No mucho tiempo después, las luces en ese apartamento se apagan también.






    ---------------------------------------------------







    En algún otro lugar, un par de jóvenes adultos se despiden mientras se encuentran dentro de un auto estacionado cerca del apartamento de

    uno de ellos.



    - ¡ Gracias Kouga ! ha sido una velada estupenda – dice Byakuya sin borrar la sonrisa de su rostro.



    Han regresado después de salir juntos a cenar, después de una amena charla, algunas intensas miradas y uno que otro roce de manos.
    Kouga ha simpatizado por completo con ese chico de finas facciones y esbelta figura, ha disfrutado de verdad la compañía, así como parece que Byakuya ha estado a gusto con él.



    - ¡ Ha sido todo un placer el estar contigo Byaku, de verdad tu compañía es algo muy grato de compartir ! ¡ Eres una persona maravillosa ! – le dice Kouga con un brillo especial en la mirada.

    - ¡ Tú eres alguien de verdad especial ! – responde Byakuya – ahora comprendo porque Inuyasha habla tan bien de ti como su amigo. Sería bueno vernos más seguido ¿ No crees ? ¡ A menos claro ! que tú ya tengas otro compromiso con alguien más –

    - ¿ Alguien más ? ¡ No en realidad ! – responde Kouga contemplando la posibilidad, la cual no le desagrada en lo absoluto.

    - Bien, entonces estaremos en contacto – desde luego ya han intercambiado los datos necesarios para mantenerse comunicados.



    El ambiente en el auto es bastante agradable, el silencio se abre paso por unos minutos…
    Byakuya lanza entonces una intensa mirada sobre Kouga, quien nota como esos bellos ojos van de sus propios ojos a su boca un par de veces, en una señal universal de lo que ese chico desea.

    Kouga lo piensa solo un instante, se desabrocha el cinturón y lentamente se aproxima al chico, Byakuya vuelve a sonreír y siente como ese hombre de mirada azul lo toma con ambas manos su rostro. Inclinan entonces la cabeza, cierran los ojos y dejándose llevar, unen sus bocas en un beso que comienza lento y suave, pero ambos chicos jalan al otro, atrayéndolo hacía sí, para unirse más en un estrecho abrazo, entonces sus respiraciones comienzan a agitarse.

    La lengua de Kouga roza los labios de Byakuya, pidiendo su autorización para entrar, permiso que no tarda en ser conseguido, permitiéndose tibias y húmedas caricias. El beso se prolonga aún más, un beso que no desea ser finalizado.
    Pero termina sin remedio, dicho beso se ha llevado el aire de ambos, quienes además tardan un poco en calmar la agitación que los invade. Los ojos de ambos brillan con intensidad.


    - Te llamaré Byaku chan-

    - ¡ Estaré esperando por ti ! – dice Byakuya antes de bajar del auto y alejarse.



    Kouga lo mira, sonríe y susurra:



    - ¿ Y por qué no ? –






    Continuará . . .



    Notas finales:

    Terminamos por hoy, pero espero nos encontremos pronto por aquí.
    Veré si puedo convencer a nuestros personajes para lograr algo más intenso entre ellos y podamos acomodarnos tras las persianas para descubrir sus secretos. >o<

    Nos leemos.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:20
     
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  8. anime black 53
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    hola hoshi no hikari, ya e leido todos los capitulos y me has dejado con la intriga y emocionada de ver ,pronto la conty bye,bye n.n
     
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  9. Hoshi no Hikari
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    Hooola Anime black !!

    Me dá un enorme gusto saludarte.

    He andado muy poco por aquí, de hecho entro, publico y me voy, es que ando demasiado escasa de tiempo, justo ahora te dejo la continuación.
    Espero volver por acá con más tiempo un día de éstos, para ponerme al corriente con la lectura de los fics ( sobre todo los tuyos )


    Saludos.

    Nos leemos.

    Bye bye :D
     
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  10. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capítulo:

    ¡ Hoooola a tod@s !
    Escribí éste capítulo que les publico hoy, solo que me quedó muuuy largo y mejor lo dividí en dos partes.
    Así que aquí tienen la primera de ellas, espero no estarme pasando de melosa y los deje demasiado empalagados, pero es que éstos cachorritos andan medio dulces..

    Espero les guste. :)






    Capítulo 7 ( Primera parte )


    ¿ Quieres amarme ?









    El amor dentro de su complejidad debería ser un asunto sencillo.
    Debería estar al alcance de todos, sí se supone está a nuestro alrededor todo el tiempo.

    La teoría es : el amor mueve todo, motiva todo, es el impulso invisible y poderoso que activa todo lo que nos rodea, ya sea dirigido a una persona, actividad, profesión o cualquier asunto que implique cierta pasión y entrega. Es el combustible perfecto que mueve el complejo engranaje que forma nuestra ilimitada realidad.

    Todos lo buscamos, anhelamos su encuentro, darlo, recibirlo y casi respirarlo. Sin él nuestra vida languidece, nuestro corazón muere en
    vida, nuestra alma cae presa de helada, solitaria y oscura soledad.

    Nuestro corazón ansia vivir inmerso en esa etérea calidez , envuelto en un remolino intermitente de ternura y pasión, escuchando y emparejándose con el eco del de aquel que nos cobija con su amor y al cual entregamos todos cuanto somos.

    Si es así…

    ¿Por qué es tan difícil tenerlo de verdad ?

    ¿Por qué huye de nosotros cuando lo perseguimos ?

    ¿ Por qué nos persigue cuando huimos de él ?

    ¿ Por qué es tan complejo y esquivo ?

    Quizás lo que sucede es que lo que lo hace tan tentador es precisamente eso… lo casi inalcanzable, lo difícil que es tenerlo en las manos y mejor aún… en el alma.

    Quizás el problema no está en el amor mismo, sino en los obstáculos y ataduras que se encuentran en nuestro interior, muchas de las cuales han sido puestas por nosotros mismos en un afán por protegernos contra el dolor.

    Deberíamos escuchar con más atención a nuestro corazón, poner más atención a los anhelos de nuestra alma… deberíamos escucharnos a nosotros mismos y por encima de todo… no perder de vista nuestros verdaderos sueños.

    Así tal vez, podríamos entregarnos al placer infinito del amor.

    Dejaría así de ser solo un inalcanzable sueño…







    … sueños, plácidos sueños han acompañado a Inuyasha a lo largo de la noche, inquietantes dentro de lo grato que puedan resultarle

    Ha pasado la mayor parte de la noche sumergido en gratos sueños donde el común denominador ha sido una muy especial presencia, un par de bellos destellos dorados, tibias , manos que le prodigan cálidas caricias y unos labios que se aferran a los suyos, robándole el aliento y le entregan un sensual roce, que le altera el corazón y le estremece el alma.

    Aunque para su desconsuelo, la llegada del nuevo día lleno de posibilidades, también trae consigo la cordura, la plena consciencia y las limitantes que él mismo se pone en sus actos.

    Al abrir los ojos, se pregunta si todo lo que recuerda ocurrió en realidad o fue solo parte de un largo sueño o simplemente una jugarreta de su confundida mente.

    Conforme retoma su rutina matutina, la realidad va retornando de forma paulatina a él.


    “ ¡ Esto es tan difícil de asimilar !
    Ya no me cabe la menor duda de realmente ocurrió, no puedo negarlo más pues recuerdo vívidamente cada detalle, cada roce, cada inquieto latido de mi corazón… aún lo, percibo todo.
    Sesshoumaru, has sembrado la duda en mi interior o mejor dicho, has revelado una inquietante e inesperada respuesta dentro de mí ”.


    Sus ojos se abren asombrados al comprender lo que ya siente en su interior lo cual es inútil negar.



    - ¡¡ No, eso no ! ¡ No puede ser posible, todo esto es un error !
    Un error que no me permitiré – exclama ya en vos alta, echando a correr con todas sus fuerzas, apretando los puños, durante el último ramo de su cotidiana carrera matutina. – así sea contra mi voluntad… ¡Esto es algo que no me permitiré ! –



    No quiere pensar más en el asunto, no sea que las cosas le queden aún más claras de lo que ahora lucen ya.






    -----------------------------------------------------








    Más tarde sin embargo al llegar a su trabajo y contemplar lo que sucede ante su mesa de trabajo, una buena parte de su determinación se evapora.

    Puede ver como un empleado encargado de la limpieza del lugar está terminando de asear su sitio, pero Inuyasha ha llegado en el momento justo en el que el hombre coloca en una enorme bolsa uno de los últimos paquetes que contienen pockys, los cuales el diseñador había ido acumulando sin tocarlos.

    A su mente llega como un flashazo un reciente recuerdo:


    “ ¿ No llevarás pockys de chocolate con almendras ? ”


    Esa “ inocente pregunta” hecha por Sesshoumaru la noche anterior le ayuda a aclarar de golpe la duda sobre los misteriosos obsequios, después de todo ¿ cuánta gente ahí sabe un detalle así, sobre sus gustos personales.
    Shippou al parecer no tiene nada que ver… tal vez sea solo una sospecha, pero todo apunta hacia el mismo lado.



    - ¿ Oiga, qué supone que hace? – le dice aproximándose al empleado.

    - Disculpe… ¿ A qué se refiere? – le pregunta ese hombre volteando a verle intrigado.

    - Le pregunté que… ¿ Qué cree que hace con mis cosas? –

    - ¿ Se refiere a todos éstos paquetes? – le dice levantando uno con la mano que tiene libre, mostrándosela a Inuyasha.

    - - Sí, justo a esos –

    - - Sólo obedezco órdenes, librándolo a usted de éste molesto estorbo –

    - ¿ Estorbo? – exclama Inuyasha tomando la bolsa de las manos del empleado, inclusive quitándole el paquete que tiene en la mano.

    - ¡ Hágame el favor de dejar mis cosas en su lugar, no me estorban en lo absoluto y en todo caso, pensaba llevármelas hoy a mi casa. –



    El hombre se disculpa inclinándose ante Inuyasha.



    - Lo lamento, pero solo le aclaro nuevamente que yo solo obedecía órdenes explícitas de retirarle los paquetes que parecían no ser importantes para usted y podrían entorpecerle su trabajo, así que yo debía de ocuparme de desecharlos –

    - ¡ Desechar nada ! le agradeceré deje mis cosas como están –

    - Sí señor, como diga –



    Cuando el hombre se retira ya, Inuyasha le detiene de improviso para hacerle una pregunta.



    - Disculpe ¿ Podría decirme si había un paquete como éstos sobre mi mesa cuando usted llegó ? –

    - No, sol los que se apilaban sobre su escritorio –

    - ¡ Gracias! – responde Inuyasha tras lo cual el hombre se retira del lugar.


    “ Seguramente al ver mi desinterés en los obsequios, ya no aparecerán más” – piensa Inuyasha con cierto aire de desanimo.



    Minutos más tarde cuando Byakuya llega de muy buen humor y se aproxima a la mesa de Inuyasha, éste ya se encuentra concentrado en su trabajo, una cajita de pockys de fresa ya se encuentra a su lado abierta y uno de ellos ya es saboreado por Inuyasha.



    - ¡ Hola Inuyasha! Veo que decidiste finalmente comerlos –

    - Sería un desperdicio no hacerlo -

    - ¿Ya tienes idea de quien los deja todos los días en tu mesa? –

    - ¡ En lo absoluto !, no puedo imaginar quién sea – por alguna razón Inuyasha le miente a Byakuya y viendo con más calma a su amigo,
    le pregunta.

    - Hoy luces de muy buen humor ¿ Qué tal tu salida de ayer? – de verdad Inuyasha tiene curiosidad por saber qué pasa con ese delgado chico y su amigo de la universidad

    - ¡ De maravilla Inu chan! De verdad que Kouga es un muy buen chico y un excelente amigo –

    - ¿Amigo solamente? Tengo la sospecha de que no solo de esa manera te interesas en él ¿ Me equivoco? –

    - Ya somos buenos amigos… por el momento – le responde Byakuya guiñándole un ojo de forma pícara.

    - ¡ Ah, comprendo ! tenía razón… no te conformarás solo con eso-

    - Me parece que Kouga y yo podemos ser mucho más que amigos –

    - ¡ Enhorabuena Byaku ! me dará mucho gusto por los dos – Inuyasha es sincero en lo que le dice . “Estoy seguro que será una buena pareja para Kouga, ya merece ser feliz de verdad ” , son los pensamientos que cruzan por la mente de Inuyasha, quien está a punto de decir algo más, pero prefiere dejar la charla para más tarde, pues debe apurarse , la presentación de la campaña de la que se ocupa será en dos días y aún le faltan algunos detalles para terminar.






    ---------------------------------------------------------








    - ¿ Sesshoumaru Sama ? le traigo lo que me pidió –



    Es su secretaria que se ha detenido en la puerta de la oficina, esperando la autorización para entrar.



    - Adelante Kanna –

    - Aquí está el expediente de Takahashi Inuyasha San con toda su información –

    - Muy bien, puedes retirarte –



    En seguida Sesshoumaru se pone a revisar con calma la carpeta del diseñador gráfico.



    - ¿ Así que tu cumpleaños es el próximo viernes? – murmura mientras sigue leyendo – solo eres 3 años menor que yo. En cuanto al festejo de tu cumpleaños… yo me encargo – dice pensativo – aunque me parece conveniente dejarlo para el día siguiente.-



    Oprime el botón del intercomunicador.



    - Kanna, necesito que me hagas un par de reservaciones para el próximo sábado.

    - Sí señor , enseguida me ocupo de ello –




    No pasa mucho tiempo, cuando al dar la hora del almuerzo Sesshoumaru se queda un rato más en su oficina ocupándose de algunos papeles.



    - Señor, Naraku san pide hablar con usted – se vuelve a escuchar la voz de Kanna.

    - Supongo que era de esperarse – murmura Sesshoumaru molesto – Hágalo pasar –

    - Esto será interesante – dice para sí el joven No Taisho .



    Casi enseguida se abre la puerta de la oficina y sin mediar palabra, ingresa Naraku a dicho lugar y se sienta sin más en el sillón ubicado frente a el escritorio de Sesshoumaru, quien lo observa fijamente, arquea una ceja y molesto exclama:



    - ¡ Sí adelante, puedes pasar y ponerte cómodo ! –

    - ¡ Gracias… jefe ! - le dice seco Naraku.

    - Puedo ver que vienes de “ buen humor” – le dice irónico Sesshoumaru.

    - Déjate de tonterías ¿ Quieres? Será mejor que vayamos al grano… Supongo que sabes a que vengo –

    - No tengo idea – dice de modo burlonamente ingenuo Sesshoumatu- ignoro que asunto te trae por aquí –

    - ¿ Te suena acaso un asunto llamado Inuyasha ? –

    - ¿ Inuyasha, Inuyasha ? como que me suena el nombre –

    - ¡No te hagas el tonto ! sabes perfectamente de quien hablo y sabes también de mi interés por él –

    - ¿ Y qué con eso ? –

    - ¡¿ Que qué con eso? ¡ Vengo a exigirte me digas que demonios planeas con él! –

    - ¿ Sobre qué ? – Sesshoumaru está disfrutando realmente hacer perder la paciencia a su amigo.

    - Sobre la grandiosa idea de llevarlo en tu auto, cuando sabes que yo ando tras de él –

    - Yo no tengo la culpa de haberme encontrado con él y que prefiriera regresar conmigo en lugar de contigo –

    - Pero tú sabes que deseo acercarme a él, lo vi primero y me interesa… ¡ Yo mismo te lo dije ! - exclama ya de forma más molesta
    Naraku.



    Sesshoumaru comprende que no dejará llegar más lejos a Naraku, así como no tolerará que le exijan explicaciones de sus actos.



    - Me parece Naraku que va siendo tiempo de poner las cosas claras para ti :
    Para empezar, ni tú ni nadie me va a decir a quien puedo o no llevar en mi auto,
    En seguida, yo no forcé a Inuyasha a viajar conmigo… de hecho fue tú tu presencia la que lo hizo.-

    - ¿ Cómo dices? ¿ Que mi presencia quueeeé? –

    - ¡ Déjame terminar ! – le ordena Sesshoumaru de forma helada.- Pues bien , así es ¿ Acaso crees que porque tú tienes interés en Inuyasha, él inmediatamente te aceptaría? Ya viste que él incluso que te evade, lo único que quiere es que lo dejes en paz…
    Por último ¿ Quién te dijo que fuiste el primero en poner su atención en Inuyasha ? –

    - ¡¡ No me vengas con eso Sesshoumaru !! ¡¡ No me fastidies !! ¡¡ Si a ti no te gustan los hombres !! tú siempre me demostraste que no eras homosexual cada que he intentado acercarme a ti… ¡ Mierda no te entiendo Sesshoumaru, me he pasado una eternidad tratando de ser algo más que un amigo para ti – le suelta casi con desesperación -

    - Entonces cuarto punto – añade Sesshoumaru con toda calma:
    El que tú no me atraigas no quiere decir que no pueda gustarme algún otro hombre si descubro que mis preferencias han cambiado o nunca fueron lo que yo creía. En todo caso soy libre de aceptar un cambio e incluso aceptar en verdad quien soy y en eso no niego que Inuyasha ha tenido un papel determinante –

    - ¡¡¡ Queeeé !!! – Naraku lo mira con los ojos abiertos como platos, que ahora además parece que lanzarán chispas en cualquier momento.


    Sin embargo Sesshoumaru continua como si nada pasara:



    - Ahora déjame aclararte algo, te dejé actuar solo para ver como hacías tus inútiles intentos, pues yo sabía que no pasarían de ser solo eso, sin embargo se agotó mi paciencia… ¡ Ya no más ! –

    - ¡ Así que es solo eso lo que te mueve ! ¿ Tu maldito ego y tus ansias de sentirte el vencedor en una estúpida competencia por alcanzar un codiciado trofeo de linda cara?

    - ¿ Y tú que sabes de mis verdaderos motivos? ¡¡ Tú no sabes nada !! en todo caso … ¿ Qué me dices de ti? Cuando solo se trata de conseguir uno más para llevarlo a tu cama, para agregar un número a tu cuenta, sin importar el daño que puedas causarle –



    Naraku lo mira con rabia, pues sabe que Sesshoumaru ha acertado, sin duda lo conoce demasiado bien.



    - Yo me fijé primero en Inuyasha, desde el momento mismo en que él llegó a solicitar el trabajo y ni tú ni nadie me va a decir lo que debo o no debo hacer ¿Entendiste? Y si tanto te interesa tendrás que competir conmigo, pero el que tendrá la última palabra será Inuyasha. – La mirada de Sesshoumaru se torna entonces rojiza cuando mira de forma más directa a Naraku y su voz se vuelve a oír:

    - Pero te advierto una cosa Naraku… ¡ Cuídate de intentar siquiera lastimar a Inuyasha porque no te lo perdonaré y sufrirás las consecuencias de ello bajo mi propia mano ! ¡¡ Espero haber sido bastante claro!! –



    Naraku se sonríe burlón…



    - ¿ Así que el gran Sesshoumaru Sama se ha enganchado más de lo que yo hubiera imaginado y más de lo que él se atreve a aceptar, con ese insignificante diseñador ? está bien… ¡ Acepto el reto! –

    - ¿Insignificante dices? Ja,ja,ja … pero él ha logrado lo que ni tú ni nadie ha podido antes – le dice con desprecio, lo cual sin duda lastima en lo más profundo al joven de rojiza mirada.

    - Pero… - aún trata de replicar algo Naraku, a pesar de que se ha quedado sin argumentos.

    - ¡ Pero nada ! así son las cosas y me tiene sin cuidado si estás de acuerdo o no, en todo caso Inuyasha será mío y yo le perteneceré solo a él y más vale que te vayas haciendo a la idea. –

    - ¡ Eso ya lo veremos ! – exclama Naraku poniéndose de pie y saliendo como tromba azotando la puerta.

    - ¡ Ya lo veremos! - susurra Sesshoumaru pensativo- haré todo lo que esté a mi alcance para tenerte conmigo Inuyasha, pero no pienso obligarte a nada si esto no resulta verdadero, solo me pregunto…¿ De verdad quieres amarme ? ¿ De verdad soy capaz de amarte? –





    ----------------------------------------------------------







    Mientras tanto Inuyasha… estornudó, va caminando con rumbo a los ascensores para ir al comedor.



    - ¡ Demonios ! ¿ Quién rayos estará hablando de mí ? - refunfuña enfadado.



    Pero le espera una no muy grata sorpresa cuando el elevador se abre, pues justo en él viaja a quien menos quiere ver quien además luce una cara que da miedo.



    - ¡ Naraku ! - exclama sorprendido Inuyasha que además retrocede un par de pasos.

    - ¡ Hola Inuyasha , justo estaba buscándote ! –



    El diseñador de ojos ámbar, duda un instante entre subir al elevador o alejarse y usar las escaleras, de lo cual Naraku se percata rápidamente.



    - ¿ No irás a escapar otra vez por ahí verdad ? ¿ Acaso saldrás huyendo de mí como aquella tarde ? –

    - Naraku, acaso tú ¿ Sabías que era yo? –

    - ¡ Por supuesto ! para tu mala fortuna, reconocería tu gratísimo olor en cualquier lado, ahora ven, pues si no me equivoco ibas al
    comedor según acostumbras hacer a ésta hora – le dice componiendo una sonrisa encantadora y tomando a Inuyasha por el brazo, lo jala para el interior del ascensor.

    - ¡ Oye, espera ! – trata de decir Inuyasha a modo de protesta, pero ya las puertas se cierran tras de sí, quedando encerrados a solas sin remedio, con ese hombre que no aparta sus extraños ojos rojos.

    “Esto no es bueno, no es nada bueno ” – piensa Inuyasha sintiéndose cada vez más incómodo.



    Naraku percibe el creciente nerviosismo en el chico, sonríe levemente con secreta perversión y comienza a acortar la distancia entre ellos dos.



    - ¿ Sabes Inuyasha ? he estado buscándote inútilmente todos éstos días, pero pareciera que me evadieras ¿ Estoy en lo correcto? –

    - Yo… Naraku… verás, lo que ocurre es que tengo demasiado trabajo y yo… etto…-



    Naraku ya está prácticamente encima de él, quién además toma un mechón de su blanquísimo cabello y se lo lleva a la cara aspirando profundamente.



    - ¡ Aaaaah, hueles tan…delicioso… tan ingenuamente delicioso ! –



    Inuyasha retrocede hasta topar con la pared del ascensor.



    - No debes temerme Inuyasha, si tu lo deseas, podemos llevarnos muy bien, excelentemente bien –



    El rostro de Inuyasha se ha encendido, en parte por lo que éste hombre le dice y por otro lado por la rabia que comienza a sentir, sus ojos chispean molestos por lo que Naraku retrocede un poco.



    - Tranquilo Inu, todo lo que deseo por el momento es charlar contigo –

    - Pues entonces más te vale que dejes de estar encima de mí si no quieres que estampe tu desagradable rostro en la pared –

    - ¡Vamos, no hay necesidad de ponerse violentos…! –


    “ Ding” – suena el timbre anunciando la llegada al piso deseado, cuando se abren las puertas del ascensor, para fortuna de Inuyasha, otras personas aguardan por él, así que al verse sorprendido así, Naraku se aparta del chico y descienden , aunque sin darse por vencido toma a Inuyasha por el hombro y lo conduce a una de las mesas.


    - Ven, comamos juntos – le pide Naraku, aunque en realidad no parece una propuesta.

    - Yo prefiero comer como siempre con Byakuya – replica Inuyasha sacudiéndose el contacto de Naraku de encima.

    - ¡ Oh, lo lamento! – dice con falso pesar Naraku – pero como podrás notar él se encuentra ocupado – le dice señalándole hacía una de
    las mesas - ¡ Anda no seas tan esquivo conmigo ! –



    Inuyasha voltea hacia donde le indica Naraku, solo para ver como Byakuya se encuentra compartiendo una mesa con Kouga y lucen además muy contentos. Ahora recuerda que Byakuya le había dicho que Kouga iría a entregar no sé qué asunto relacionado con unas impresiones.


    “ ¡ Maldición ! ¿ Y ahora como rayos me libro de él ? -


    Pero un aliado con el que no cuenta Inuyasha, al observar a lo lejos la escena y notando lo evidentemente incómodo que luce su amigo, se prepara para entrar en acción.



    Mientras tanto en ésa mesa…


    - Y dime Inuyasha… ¿ Es que ya cambiaste de opinión en cuanto a tus motivos para rechazarme ?-

    - ¡ No sé a que te refieres! – responde molesto Inuyasha.

    - No te hagas el ingenuo conmigo, sabes perfectamente que me refiero a que si no tienes impedimento para salir con Sesshoumaru Sama, entonces no lo habría para salir conmigo –

    - ¡¿ Queeé yo qué ?! ¡ Un momento, yo no estoy saliendo con él ! –

    - Pues a mí no me lo pareció así el otro día cuando te fuiste con él en su auto –

    - En todo caso… ¿ Qué hay de malo en dejar que me llevara a mi apartamento, después de todo vivimos muy cerca uno del otro como ya sabes... ¡ Finalmente no es de tu incumbencia ! –

    - ¡ Claro que me incumbe, pues tú sabes que yo deseo hacerlo, es decir acompañarte, llevarte y traerte, en resumen pasar un buen rato contigo, podríamos disfrutarlo bastante los dos –

    - ¡ Pero yo no, no es de ninguna manera algo que yo desee hacer ! ¿ Es que no puedes entenderlo ? no deseo sentirme forzado a nada. –



    Llega entonces Shippou, haciéndose el desentendido, aunque se ha escuchado perfectamente las últimas frases que han pronunciado.



    - ¡ Buenas tardes ! hoy los atenderé yo personalmente – los saludo inclinándose, siempre con una sonrisa en la boca – Inuyasha hoy tenemos uno de tus platillos predilectos, estoy seguro de que te encantará –

    - ¡ Hola Shippou ! estoy seguro de eso, como todos los días –



    Naraku mira a uno y a otro, tuerce el gesto, al notar la confianza con que se hablan entre ellos, luego ordena lo que desea, con cierta molestia por haber sido interrumpido.


    Una vez que quedan solos nuevamente, Naraku vuelve al ataque:


    - ¿ Sabes Inuyasha ? puedo asegurarte además, que conmigo la pasarías muy bien, mucho mejor al menos que con ese aburrido de Sesshoumaru ¡ Es tan frío!

    “ ¡ Sí claro, no tienes ni idea de lo “aburrido ” que me he sentido con él en los fugaces encuentros que he tenido, tan aburrido y frío, que de recordarlo tan solo se me agita incontrolablemente el corazón” - piensa Inuyasha moviendo la cabeza al escuchar esas necias palabras.


    - Pues a mí me parece una persona bastante interesante y agradable – dice firme Inuyasha.



    Aparece Shippou otra vez…



    - Disculpa Inu chan – le dice colocándole la mano en el hombro al aludido, contacto e intromisión que molestan aún más a Naraku.

    - ¿ Qué no ya tomaste la orden hace un momento ? – le dice serio el peli negro.

    - Sí, lo siento, pero es que olvidé decirle a Inu chan que también tenemos ramen especial con mariscos –

    - ¡ En serio ! - se saborea Inuyasha – pues tráemelos también por favor –

    - ¡ Ya lo decía yo ! – dice Shippou- lo que pidas, ya sabes que eres mi cliente consentido. –

    - ¡ Inu chan, vaya con el descarado ! – musita enfadado Naraku.


    Se retira nuevamente el joven chef, luciendo una enorme sonrisa.


    - ¡ Por fin ! - bufa molesto Naraku.- luego continua con lo que estaba.

    - Te decía, he pensado que podrías darme la oportunidad de conocernos mejor – Naraku toma la mano de Inuyasha, la cual reposaba sobre la mesa, lo que hace hervir la sangre del peli- plata.

    - ¡ Suéltame, ya te dije que no soy como tú ! ¿ Es que no puedes entenderlo de una maldita vez ? ¿ Eres idiota o qué ? – le dice zafándole la mano bruscamente.

    - ¡ No me salgas con eso ! ¿ Así que no eres como yo, pero sí como Sesshoumaru ?-

    - ¿ Y si así fuera qué ? -



    Shippou no pierde detalle desde lejos.



    - ¡ Maldito bastardo ! no lo piensa dejar en paz , si sigue así hará que se vaya sin probar lo que le preparé – murmura mientras se acerca nuevamente a la mesa de ese par.

    - ¡ Perdonen, perdonen! – dice siempre sin perder la sonrisa que dirige sobre todo a Inuyasha.

    - ¡ Otra vez tú ! – explota Naraku furioso - ¿ Qué no se supone que tu lugar es en la cocina como el chef en jefe que se supone que eres
    ?-

    - ¡ Gomen ! es que olvidé mencionarles que tenemos un postre especial, casi hecho especialmente para ti – le dice a Inuyasha- es tarta de queso con arándanos frescos .



    Inuyasha lo mira, al principio confundido, pero luego al comprender, le dice también sonriendo.



    - ¡ Eso suena bien, tráeme una buena rebanada! -



    Naraku lo mira con rabia y nuevamente ataca al chico.



    - ¿ Por qué no te concretas a tu maldito trabajo y nos dejas de una buena vez en paz ?, además no veo por qué tanta confianza con alguien que es prácticamente a quien debes servir y nada más –



    A pesar de ser cas fulminado con la mirada, Shippou mantiene su actitud relajada y alegre.



    - Disculpe Naraku San, pero tiene razón en que mi deber es atenderles y sobre todo cuando mi misión es consentir a Inu chan, pero algo también muy cierto es que él y yo somos amigos ¿ No es así Inu ? – dice el chef al tiempo que rodea con su brazo a Inuyasha por la espalda, ante lo cual Naraku casi echa chispas por los ojos.

    - Así es, Shippou y yo somos buenos amigos – responde Inuyasha, poniendo su mano sobre la que posa el chef en su hombro.

    - ¡ Bien, es suficiente! – exclama Naraku levantándose sumamente molesto – te buscaré después Inuyasha, pues nuestra charla no ha
    terminado, pero será cuando podamos tener mayor privacidad y no rodeados por gente insolente –



    Arroja la servilleta sobre la mesa y se retira del lugar a grandes pasos.
    Shippou e Inuyasha se miran un instante y enseguida estallan en sonoras carcajadas.



    - ¡ Gracias Shippou ! te debo una –

    - Me alegra haberte librado de él, pude notar que te tenía harto –

    - ¡ Y que lo digas amigo ! – Inuyasha recobra la compostura, mira de reojo a Byakuya y a Kouga quienes sentados en una lejana mesa, parecen no haber notado nada, ya que parecen sumidos en su propio mundo.



    Inuyasha mira a Shippou y le pregunta:



    - Oye Shippou y ¿ Qué es eso que dijiste acerca de consentirme ? –

    - Es la verdad Inu, ese es uno de mis trabajos –

    - ¿ Qué razón hay para que hagas eso ? – pregunta Inuyasha con curiosidad.

    - Ya lo sabes, eres mi cliente consentido, solo eso así que… ¡ Solo disfrútalo ! ahora si me disculpas, de verdad debo ir a la cocina –

    - De acuerdo y… ¡ Gracias otra vez ! –



    Inuyasha le echa una mirada a su plato y armado con su par de palillos exclama de mejor humor:



    - ¡ Bien, ahora sí a comer ! –






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    Definitivamente no ha sido el día de Naraku, de principio a fin ha estado pésimo.

    Por la tarde cuando ya llega a su apartamento, a lo lejos ve un auto aparcado cerca de la entrada del edificio.

    Adentro de éste, un par de jóvenes adultos, charlan animadamente…



    - ¿ Sabes Kouga? Disfruto mucho de tu compañía – le dice a su acompañante tomando una de sus manos, Kouga luce realmente contento...



    …Ha tenido otras relaciones anteriormente, no demasiadas y debe de admitir que solo han sido encuentros fugaces sin mayor trascendencia, de hecho su alma ansía encontrar el amor verdadero, hallar la verdadera compañía que lo complemente de forma sincera.
    No fue sencillo al principio aceptar su preferencia para escoger parejas, pero valiente como siempre lo ha sido, encaro a todos los que se opusieron a su forma de amar, incluso se separó de aquellos que se interpusieron en el camino a lo que él sabía sería su felicidad, aún cuando se tratara de su propia familia, con la cual mantiene contacto pero sin llegar a un acercamiento.

    Y ahora parece haber encontrado a alguien especial, siente que se trata de alguien de corazón noble del cual es sencillo enamorarse, con ese aire tierno e inocente que le ha cautivado aunque también nota algo en él que le inquieta, tal vez se trate solo de cierta inseguridad, pero piensa también que él puede lograr ayudarle a superarla, en pocas palabras se siente dichoso de haber encontrado alguien como Byakuya.

    Muy en el fondo sabe que solo hay otra persona capaz de ocupar ese lugar especial en su corazón, pero desgraciadamente ése chico de bellos ojos ámbar, le ha dejado claro que no puede corresponderle como él necesita.


    Ahora después de una maravillosa tarde con Byakuya, se siente capaza de abrir su corazón de forma más completa.



    - Lo mismo digo Byaku, en el poco tiempo que tengo de conocerte, puedo afirmar que ya eres alguien muy especial para mí. –



    Kouga lo mira intensamente, sus ojos azules recorren cada detalle de ese tierno rostro que está comenzando a amar, mientras su corazón late con fuerza, haciéndole saber que es tiempo de dejar salir sus sentimientos.



    - Hay algo que quisiera preguntarte Byaku –

    - Te escucho – exclama con voz queda El delgado chico, aún cuando ya intuye de que se trata.

    - Bien, es realmente corto el tiempo que ha pasado desde que te conocí, pero sé también que hay cosas que escapan al yugo de el tiempo, son tan intensas y ciertas que no podemos medirlas solo por el correr de ese tiempo. Es por eso que a pesar de todo, quiero que ahora sepas que siento como si ya te conociera lo suficiente – Kouga toma entonces ambas manos del peli negro, esos ojos azules del que habla lucen húmedos y brillantes, miran intensamente aun cuando sea de forma tierna y sincera a ese chico que luce muy atento a lo que le dicen a continuación:

    - Lo que quisiera saber Byaku, es si tu quisieras permitirme amarte como me lo dicta mi corazón, es decir con todas mis fuerzas, con toda mi alma… ¿ Quisieras para eso… aceptarías… ser mi novio? –

    - ¡¿ Tú novio ?! – exclama a pesar de todo sorprendido Byakuya, ha sentido un vuelco en su corazón al escuchar la sincera declaración de Kouga, sin duda alguna algo se revela ante esas palabras reflejándolo en la confusión de su mirada.

    - Sí, mi novio ¿ Es que te resulta desagradable la idea acaso ? – pregunta preocupado Kouga.

    - ¡ No Kouga, no ! – responde apresurado Byakuya recomponiendo su semblante – solo es que me has tomado por sorpresa, una muy grata sorpresa.



    Kouga sonríe al escucharlo, de verdad desea que esto funcione, está dispuesto a amar a ése chico, ha hacerlo feliz, a caminar a su lado.



    - ¿ Entonces tu respuesta es…? –

    - ¡ Sí Kouga, claro que acepto, nada me haría más feliz ! - le responde al tiempo que se arroja a los brazos de ese hombre, a pesar del escaso espacio dentro del auto.

    - ¡ Byaku, me haces tan dichoso ! – exclama Kouga llenándolo de intensos besos, mientras retiene contra su pecho a su ahora novio, quien levanta la cara mirándolo tiernamente. Kouga entonces le toma el rostro con una de sus manos, repasando esa tersa piel en una suave caricia. Busca entonces esos delgados labios y le entrega en un profundo beso la promesa de amarlo con todo su corazón.

    - ¿ De verdad Byaku, quieres amarme ? – le susurra entre beso y beso que le prodiga, con el alma llena de ilusión.

    - Quiero amarte por completo Kouga, con todas mis fuerzas y deseo sentirme amado de igual forma – se recarga en ese fuerte pecho que está ahí solo para él.



    Éstas últimas palabras salen desde lo más hondo, desde un rincón de su alma de donde son arrancadas con demasiado dolor. Un par de lágrimas surcan sus blancas mejillas y un cruel pensamiento cruza su mente:



    “¡ Ya caíste Kouga ! Desgraciadamente para ti, solo puedo amar con todo mi ser y desear ser amado por alguien que no eres tú ! ”



    Kouga levanta el rostro de Byakuya para besarlo nuevamente, pero al contemplar sus mejillas húmedas le habla con preocupación y cierta ansiedad en la voz:



    - ¿ Lloras Byakuya ? ¿ Qué te ocurre amor ? – le acaricia el rostro una y otra vez, enjugando el silencioso llanto.

    - ¡ Oh, no me hagas caso ! solo es que me siento tan… contento, es que nunca me habían dicho algo así, nunca me habían amado como tú lo haces. – le miente en parte a Kouga.

    - ¡ Pues han sido unos verdaderos idiotas al no enamorarse y apreciar un alma tan bella como la tuya ! –



    Se unen en un beso más apasionado en el que Byakuya, no sin cierta desesperación se entrega por completo.
    Los cristales del auto se han comenzado a empañar, pero eso no impide que Naraku al aproximarse se agache para mirar al reconocer a su hermano menor como uno de esos nocturnos enamorados. Desde luego su estado de ánimo no es de lo mejor, pero al contemplar la intensa escena sin que los protagonistas se den cuenta, le causa una oculta molestia, un agudo espasmo en el corazón.



    ¡ Toc, toc ! – toca con los nudillos en el cristal, interrumpiéndolos con toda la intención.

    - ¡ Naraku ! – exclama avergonzado Byakuya, al ver a su hermano que los observa, se aparta de Kouga de inmediato, solo para ver como éste da la vuelta molesto y se dirige al interior del edificio de dos plantas.

    - ¿ Quién es Byakuya ? – pregunta Kouga al mirar el descontrol de su pareja.

    - Es… es mi hermano mayor –

    - Parecía bastante molesto –

    - No es nada, supongo que solo es porque yo nunca he tenido un “ novio formal” , no hasta ahora – exclama nervioso el chico – sería mejor despedirnos, mañana debo ir temprano a trabajar –



    Se despiden con un fugaz beso, Kouga parte con rumbo a su casa y Byakuya entra a su apartamento donde ya lo espera Naraku parado en medio de la sala.


    - ¡ Hola Naraku, ya llegué, se me hizo un poco tarde ! - Byakuya no puede dejar de sentirse estúpido al dar tal explicación, después de todo ya no es un niño.

    - Ya lo pude notar – le dice serio Naraku – aunque no parecías muy preocupado mientras te besuqueabas con ése –

    - ¡¿ Queé, por eso estás molesto?! ¡ No te entiendo Naraku ! después de todo me dijiste que lo alejara de Inuyasha como fuera y justo eso es lo que estoy haciendo – exclama Byakuya molesto.



    Naraku se aproxima a él y lo encara con el ceño fruncido.



    - Sí eso dije, pero estás llegando demasiado lejos –

    - No veo por qué, después de todo eso que hacíamos es lo normal entre novios –

    - ¡¿ Novios ?! – casi grita Naraku.

    - ¡ Sí eso dije : Novios !… ¡ Vamos Naraku ! ¿ Acaso estás celoso ? – le dice Byakuya mirándolo de lado, con una fugaz esperanza en su interior.

    - ¿ Celoso ? ¡ No seas idiota ! – replica con frialdad Naraku – eres libre de estar con quien te plazca y mejor aún si con eso me dejas la vía libre hasta Inuyasha –



    A Naraku ni siquiera le importa observar el efecto que causan sus crueles palabras en su hermano menor, cuyos ojos brillan a causa de las lágrimas que amenazan con derramarse de sus ojos. Simplemente se dirige al pequeño bar y se sirve un trago, para dejarse caer después en uno de los sillones de la sala.



    - ¡ Muy bien, comprendo ! entonces ocúpate de tu Inuyasha y déjame a mí en paz con mis asuntos – le dice molesto Byakuya, dándose la vuelta para dirigirse a su alcoba.

    - Puedes estar seguro de eso Byakuya – musita de forma helada Naraku.






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    Miércoles…


    Inuyasha está nervioso, aunque no demasiado, llegó el día de la presentación de la campaña en la que ha estado trabajando tanto. No ha sido presa por completo de los traicioneros nervios pues se siente bastante seguro de su trabajo
    Le causa gracia también el saber que las apuestas a favor y en contra de su fracaso han continuado, aún a pesar de que Nakamura San ya no ha intervenido.

    Ya tiene todo listo cuando su jefe lo llama para que se vayan a una de las salas de conferencias de la compañía, la cual aún está vacía, así que Inuyasha tiene tiempo de preparar todo.



    - ¿ Vendrá el dueño de Industrias no Taisho? – pregunta Inuyasha , tiene curiosidad ya que sería la primera vez que tendría oportunidad de conocerle y desea además causar una buena impresión.

    - Me parece que no esta vez, según supe, tuvo que atender otro compromiso inesperado – responde su superior, quien sin que lo sepa el diseñador, también recibe ciertas ordenes “especiales” - pero según fui informado, vendrá algún otro representante de alto rango.-

    - ¡ Qué lamentable ! – se desanima un poco Inuyasha.- “ Supongo que ya habrá alguna otra oportunidad de conocer al abuelo “ piensa mientras termina de preparar todo.



    Justo a tiempo, cuando ve ingresar a la sala a los primeros inversionistas extranjeros, alemanes, seguidos de otros británicos y finalmente otro grupo de franceses, todos acompañados por ejecutivos de Industrias no Taisho. Al final para su sorpresa ve entrar a Sesshoumaru, que ocupa el lugar desde donde presidirá la reunión, acompañado por su secretaria.


    “ Se nota que tienes un alto cargo como para que te hayan mandado como representante principal ” - son los pensamientos que ocupan a Inuyasha que trata de controlar los nervios crecientes que de pronto le han invadido y no precisamente por la presentación.


    Puede vera además como todos se dirigen a el alto peli plata con mucho respeto. Entran los últimos ejecutivos e inversionistas a la sala, dando inicio enseguida la presentación.



    - ¡ Buenos días, mi nombre es Takahashi Inuyasha ! – se inclina respetuoso a modo de saludo – seré el encargado de presentar el siguiente proyecto –



    Durante la siguiente hora, Inuyasha hace una presentación soberbia, impecable, apoyado en el excelente material que ha preparado.
    Para su mayor tranquilidad, Sesshoumaru parece tan serio y frío como acostumbra, no parece fijarse en lo absoluto en Inuyasha, pero sí en su trabajo, además de hacer de vez en vez, algunos comentarios. Fugazmente dirige su atenta mirada al chico de platinado cabello, pero no denota nada más que la atención que presta a la explicación que éste da.

    A la sesión de aclaración de dudas, comentarios, anotaciones y demás, Inuyasha siempre responde seguro de sí mismo, resolviendo perfectamente cada uno de los puntos que surgen.


    Cuando todo termina salen todos satisfechos y decididos a apoyar el proyecto que ampara la campaña que acaban de presenciar.

    Inuyasha se despide respetuoso y a la par de los presentes que todavía resuelven algunos asuntos con los ejecutivos pertinentes y otros más cruzan algunas palabras con Sesshoumaru, él se concentra en recoger todo el material que ha ocupado.

    Sin embargo puede notar a un alto ejecutivo alemán que se aproxima a él, para felicitarlo por su magnífico trabajo.
    Inuyasha agradece a su vez al rubio hombre de transparentes ojos azules, atractivo sin duda, aunque no tanto como el más alto ejecutivo peli plateado que a lo lejos no quita los ojos de la escena aún de forma disimulada.
    El hombre estrecha la mano de Inuyasha pero el chico comienza a sentirse incómodo cuando su mano es retenida más de lo necesario y mira de forma demasiado directa al chico, acompañando sus palabras con una amplia y cálida sonrisa, algo totalmente fuera de lugar tratándose de una reunión de negocios y hallándose en un país donde las costumbres son diferentes en muchos aspectos a las de occidente.

    Sesshoumaru experimenta entonces una hasta ahora desconocida sensación, como si la sangre le empezara a subir de temperatura y amenazara con hacer erupción dentro de su mismo cuerpo, a pesar de que su aspecto continua siendo tan helado como acostumbra.

    El empresario alemán, cruza algunas palabras más con Inuyasha en inglés, todo referente al trabajo, demasiado cerca de Inuyasha. Cuando se despide, le entrega su tarjeta personal a Takahashi San, tomando ahora con ambas manos las del chico. Al ver la mirada directa y sugerente que aquel empresario alemán le dedica , las mejillas de Inuyasha se comienzan a teñir levemente de carmín, pero son sus palabras las que le causan mayor efecto, sin embargo Inuyasha nunca pierde la compostura.

    Sesshoumaru no puede soportar más y despacha hábilmente a los últimos inversionistas que quedaban en la sala, para dirigirse a ese atrevido sujeto y llega justo a tiempo para escuchar las siguientes palabras dirigidas a Inuyasha, con más confianza de la debida y sin percatarse de la presencia de no Taisho Sama.



    - Sería una fortuna contar con alguien con tantos talentos en nuestra empresa, podría tener un prometedor futuro en su carrera. Aunque debo de confesar que mi interés primordial sería que formaras parte de mi equipo personal de asesores, me interesa tu trabajo, aprovechar tu brillante desempeño, pero sobre todo… gozar de tu presencia – le sonríe nuevamente en una abierta insinuación.



    A pesar de todo Inuyasha con su ética impecable, se mantiene firme y de igual forma le responde:



    - Yo lo siento, pero formo parte del equipo de trabajo de Industrias no Taisho y desde luego no tengo interés en… - comienza a decir mientras suelta sus manos de entre las de ese hombre y retrocede unos pasos cuando…

    - Me parece poco ético de su parte abordar así a mi empleado - se escucha la grave voz de alguien que además de manera sutil se interpone entre los que charlaban – además de que Takahashi San forma parte de MI EQUIPO PERSONAL de asesores y no pienso cederlo a ninguna compañía, pues él tiene un futuro muy prometedor a mi lado – le dice sin demostrar mayor emoción en el rostro, lo cual suena además casi como una velada amenaza.



    Inuyasha se queda inmóvil unos segundos para luego sorprenderse de la manera tan hábil que Sesshoumaru lo libra de ese molesto asunto a la vez que lo ha retirado de él, sin afectar en lo absoluto la relación comercial entre ellos.



    - Ahora si tiene alguna duda al respecto – Sesshoumaru le sonríe de tal forma que descontrola por completo al joven extranjero , deslumbrándolo por completo – no dude en consultarme, con gusto se la puedo aclarar.

    - Yo lo lamento no Taisho Sama… eh… y gracias, pero me parece que todo ha quedado bastante claro –



    Inuyasha ve como se retiran y se dedica de nueva cuenta a terminar con su trabajo, forzándose a no prestar mayor atención al asunto, notando apenas como se escucha el leve sonido de la puerta al cerrarse. Suspira aliviado al sentirse por fin solo.

    Ya tiene todo, toma por último su portafolios de piel y se da la vuelta para salir del lugar , pero al hacerlo… se topa de frente con Sesshoumaru, que en silencio ha regresado y se ha aproximado a él.
    Es tal el sobresalto que se caen algunas de las cosas que llevaba en las manos.



    - ¡ Sesshoumaru Sama, lo siento ! no le escuché pensaba ue estaba solo – le dice apenado y nervioso mientras se agacha a recoger apresurado sus cosas…

    … cosas que Sesshoumaru le retira de las manos poniéndolas a un lado, para poder hacer lo que sigue, es decir, observa a Inuyasha fijamente y se acerca cada vez más a él, quien retrocede y replica molesto:


    - ¡¿ Qué haces, acaso estás loco?! Alguien puede vernos. –

    - No será así, ordené que no nos interrumpieran, pues yo quería hablar algunos asuntos contigo en privado –

    - ¿ Sobre qué ? - pregunta Inuyasha quien sigue retrocediendo.

    - ¡ Deja de hacer eso ! ¡ No voy a comerte! – le dice sonriendo de lado.

    - ¿ Hacer qué ? –

    - Retroceder… me impides hacer esto… -



    Le da alcance al fin y lo rodea por la cintura con uno de sus brazos e Inuyasha apenas si puede darse cuenta hasta que ya lo tiene pegado a su cuerpo.



    - ¡¿ Qué… qué crees que haces ?! – le dice nervioso, pero ya Sesshoumaru le levanta el rostro con la otra mano.

    - ¡ Te felicito realmente lo hiciste muy bien ! todos estaban muy complacidos, aunque… tal vez demasiado – exclama molesto al final.



    Inuyasha comienza a sentir el efecto de la mirada que lo apresa rápidamente, siente que las piernas amenazan con fallarle.



    - ¿ Y no puedes felicitarme sencillamente como a cualquier otro empleado? – replica Inuyasha tratando de aflojar ese apretado abrazo por parte del alto No Taisho Sama.


    - No, no puedo, porque para mí tú no eres cualquier empleado…¡ Eres tú ! y puedes estar seguro de que me has dejado gratamente impresionado. –

    - ¡ Sesshoumaru espera… - comienza a decir al ver como inclina su cabeza y sigue acercándose más a él. – no es el mmmmmhhh…! - Inuyasha se ve imposibilitado para decir nada más, pues su boca es ocupada para algo más que hablar.



    Sesshoumaru lo hace presa de un beso inesperado, que comienza de la misma tierna forma que aquel que se dieron hace tan poco en el auto, pero poco a poco se va intensificando. Inuyasha es sujetado firmemente a él tibio cuerpo del alto ejecutivo, mientras esas finas manos repasan de forma incesante su espalda y en poco tiempo ya está rendido ante ese contacto. Puede sentir en su interior una extraña reacción, algo en su interior le grita que desea más, que quiere sentir de forma mas intensa ese contacto.

    En poco tiempo Inuyasha le ha concedido la entrada a su boca que el mayor recorre lentamente, haciendo estremecer hasta lo más profundo a ese diseñador que a momentos pareciera reacio a aceptar lo que siente ya con tanta fuerza.

    Cuando el beso termina, Inuyasha permanece un instante con los ojos cerrados, tratando de calmar su agitado interior, sin duda alguna ha dejado ir en ese beso la tensión acumulada, pero Sesshoumaru ha podido notar también mayor entrega por parte del menor.
    Inuyasha abre los ojos lentamente, cobijado aún en los brazos de Sesshoumaru quien lo mira y le muestra poco a poco una sutil sonrisa, de esas que nunca muestra a nadie más. El diseñador desvía la mirada cohibido.



    - ¡ Deja de mirarme así ! y… ¿ Podrías soltarme ya? – protesta Inuyasha, aunque no lucha abiertamente por zafarse.

    - Inuyasha… luces tan encantadoramente bello y tentador cada vez que te contemplo de cerca y puedo afirmar que cada vez luces mejor –

    - ¡ Baka! – replica otra vez Inuyasha con el rostro encendido.



    Sesshoumaru lo va soltando poco a poco, algo que aprovecha Inuyashapara ir nuevamente por sus cosas.


    “ ¿ Encantador ? ” – piensa Inuyasha mientras bufa supuestamente molesto, pero no puede evitar sentir una cálida satisfacción en su interior.

    Puede sentir esa mirada sobre de él, en silencio, lo cual no ayuda mucho aInuyasha para calmarse.



    - Bien, he terminado, es hora de irme –

    - ¡ Espera Inuyasha ! – lo detiene con esas palabras Sesshoumaru – no mentía cuando dije que tengo algo que decirte. – ya han llegado casi a la puerta.

    - ¿ Ah sí, de que se trata ? –

    - Verás, según sé de acuerdo a l que dijiste, el viernes será tu cumpleaños y me preguntaba si aceptarías que saliéramos a festejarlo el sábado –

    - ¿ El sábado? Yo lo siento, pero tenía planeado salir con mis amigos, es decir con Kouga, Byakuya y Miroku –

    - ¿ Yo no entro dentro de “ tus amigos” ? – pregunta serio Sesshoumaru.

    - Bueno, pues aún no lo sé pero supongo que…-

    - Aunque me alegro que así sea, porque yo quiero ser más que un amigo para ti. En cuanto a tus amigos no habría problema, si tu lo prefieres así, podemos ir todos, puedo arreglar lo de la reservación –

    - ¡ Eh… supongo que no es mala idea ! – dice Inuyasha pensativo, ya que no le desagrada del todo, aunque piensa que le gustaría pensarlo un poco.

    - ¡ Perfecto ! entonces es un hecho, te daré los datos del lugar más tarde para que se los des a tus amigos, pues yo pasaré por ti el sábado a las dos. – dice dando por concluido el asunto.

    - ¡ Oye todavía no acepto ! y cómo está eso de que ya hasta tienes reservación ? –

    - No pensarías que realmente dejaría pasar tu cumpleaños así como así. Ahora si me disculpas me tengo que ir, ya voy tarde para una cita con otro inversionista- le revuelve un poco el cabello y sale del lugar sin darle oportunidad de replicar nada más. - ¡ Recuerda a las dos !-

    - ¡ Espera, yo no… ! - suspira profundamente y luego al ver que ya no tiene sentido discutir nada más mejor dice para sí mismo:

    - ¿ Y cómo sabes que mi cumpleaños es exactamente el viernes ? yo nunca te dije la fecha exacta. –



    Resignado decide irse a trabajar otra vez.




    Cuando Byakuya lo ve llegar, lo primero que le llama la atención es el aspecto de su compañero de trabajo, pero está que se muerde las uñas también por saber cómo ha ido todo. Se dirige a su lado y lo mira de cerca temiendo lo peor, aunque en realidad tiene más de media docena de pares de ojos puestos sobre él. después de todo las apuestas siguen en pie.



    -¿ Todo está bien Inuyasha ? ¿ Te ocurre algo ? – le dice poniéndole la mano en la frente y alisándole además su blanco cabello revuelto.


    Después de todo el aspecto de Inuyasha luce… distinto, los ojos le brillan de un modo diferente, sus mejillas aún conservan un leve rubor y el cabello se encuentra algo despeinado.

    Inuyasha reacciona al fin, amablemente retira la mano de Byakuya de su cabeza y mirando a todos, puede notar que tienen la atención puesta en él, toma aire y exclama:



    - ¡ Todo salió muy bien ! parece que ha sido todo un éxito –



    Se escuchan aplausos y vivas, chocan las manos, lo felicitan y varios más desde luego cobran sus apuestas, mientras Nakamura se sume en su asiento, tratando de pasar desapercibido, pero no puede evitar notar la fija mirada que le lanza por un instante el peli plata, con lo cual mejor desearía desaparecer del lugar, sin duda alguna es lo que termina de convencerlo de presentar su renuncia dos días después.






    ---------------------------------------------------------








    Los dos días restantes de la semana, pasan como un suspiro…


    A Inuyasha se le han asignado otros proyectos importantes, pero ahora tiene a su cargo un pequeño grupo de diseñadores entre los que se encuentra desde luego Byakuya.



    Por la tarde del viernes, el día del cumpleaños de Inuyasha, sus amigos se reúnen a la salida del enorme edificio, donde Kouga, Miroku y Byakuya lo felicitan.
    Así mismo él les informa del “festejo ” del día siguiente con Sesshoumaru, lo cual no deja de sorprenderlos, pero ahora lo que llama la atención de Inuyasha es la repentina molestia por parte de Byakuya, aunque decide no comentar nada. Después de psarles los datos del lugar todos parten con rumbo a sus respectivos domicilios.


    Inuyasha emprende solo el regreso, se siente sin embargo casi melancólico. Algo le hace falta el día de hoy o mejor dicho la presencia de alguien. Cierto es que en la mañana al llegar a su mesa de dibujo, encontró una cesta con un surtido inimaginable de pockys, lo cual le da casi la certeza de la procedencia de ellos. También es cierto que Shippou le preparó un menú especial y su pastel favorito, lo cual disfrutó enormemente.

    Ahora con la cesta en brazos, regresa solitario a su apartamento, entra cerrando con el pie la puerta y caminando en la penumbra se dirige a la cocina a depositar la canasta de pockys en la barra.


    Es entonces cuando lo notó, es un leve aroma dulce y fresco, que lo hace cerrar los ojos y aspirar deleitándose al reconocer el conocido aroma, se irige apresurado a accionar el interruptor de la luz y puede entonces ver de donde procede el olor que inunda su apartamento.


    Sobre la mesa de la sala, se encuentra un enorme ramo de rosas de un encendido color rojo, impresionantemente bellas, colocadas con un gusto exquisito en un fino florero de cerámica y colocada a un lado de ellas, una botella de un fino vino afrutado, justo como le gustan a Inuyasha, así mismo puede ver una copa de fino cristal sobre la mesa.
    Está más que impresionado, en ese momento, nota una tarjeta muy semejante a las que ha encontrado en los paquetes de pockys, colocada entre las rosas.

    Le tiembla levemente la mano al tomarla paran leer lo que tiene escrito con una fina y pulcra caligrafía:




    “ Para la más bella e inigualable visión
    que haya yo podido contemplar desde mi ventana a través de las persianas.
    Espero que pase a ser de solo una fugaz ilusión
    a una palpable realidad… a mi lado.
    ¡ Feliz cumpleaños Inuyasha !
    Aprovecho para reafirmar: Tú futuro se encuentra junto a mí.
    Piénsalo.
    Sesshoumaru.





    La tarjeta escapa de sus manos, Inuyasha se ha dado cuenta desde luego del interés que tiene Sesshoumaru en él, pero ahora la realidad le grita que esto es un asunto mucho más serio de lo que pensaba, pero para su mayor sorpresa, eso no le parece ya tan desagradable como hubiera pensado antes, una sensación cada vez más cálida ha ido invadiendo su interior cuando piensa en Sesshoumaru.
    Toma la tarjeta del suelo y la coloca otra vez entre las rosas y luego dirige su atención a la botella de vino, le llama la atención que ésta ya haya sido abierta, pues no tiene el sello de metal.



    - ¡ Qué extraño ! – piensa al tiempo que restira el corcho – lo piensa un instante.. ¡ Qué diablos, es su cumpleaños, por qué no ! – se sirve un poco de vino en la copa, aspira el delicioso aroma que emana.



    No puede evitar el suspirar desanimado al pensar que hará un brindis solitario por su cumpleaños, sin embargo justo en ese momento una conocida sensación recorre su cuerpo, levanta la vista y contempla a través del ventanal, juraría que cuando llegó aquel apartamento se encontraba en penumbras, pero ahora puede ver claramente, recortado contra la luz que procede del interior , la alta silueta de quien lo contempla con mucha atención. Inuyasha lo mira también y movido por un impulso interno, camina hacía su balcón, haciendo a un lado las persianas.

    Puede sentir el efecto electrizante que Sesshoumaru ejerce sobre él aún a esa distancia, observa entonces como extiende un brazo y parece tomar algo de alguna superficie cercana, levanta entonces esa mano ofreciéndole con ella una copa de vino idéntica a la que Inuyasha ahora sostiene en su mano.

    Lentamente Inuyasha hace el mismo ademán con su copa, hecho esto llevan la copa de vino a sus labios compartiendo ese momento en un simbólico brindis a la distancia, por su cumpleaños.

    Sesshoumaru le sonríe, le guiña un ojo, Inuyasha le corresponde con una sonrisa. No Taisho Sama entrecierra complacido los dorados ojos y lentamente lleva su mano hasta su pecho a la altura de su corazón y luego la dirige hasta sus labios, para después en un suave movimiento dirige su brazo hacía él, lanzándole un beso.

    Beso que Inuyasha atrapa significativo movimiento con su mano, para después posarla sobre su boca, cerrando los ojos un momento, como si realmente lo sintiera rozar sus labios.
    Se sonríen una vez más, para luego lentamente dar la vuelta y regresar cada quien al interior de su apartamento, con un dulce sabor jugueteando por sus labios.

    Indudablemente los dos están traspasando sus propias barreras para seguir un camino que no habían pensado recorrerían.







    ( Fin de primera parte)





    Continuará. . .




    Notas finales:

    Me despido, los espero la semana que entra con la segunda parte.
    Y ahora… yo les pregunto:
    ¿ Les gusta la miel con “lemon” ?
    ¿ Qué les parece una probadita para la segunda parte ? >o<
    Espero saber su opinión .

    Nos leemos.

    Bye, bye :D[/font][/size]

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:22
     
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  11. anime black 53
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    hola hoshi no hikari

    me haz dejado muy emocionada y sobre todo entusiasmada, espero ansiosa la segunda parte y mi opinion es q si tenga miel con lemon aunq sea una probada. Me encanta tu trabajo n.n cuidate muxo.

    bye,bye.
     
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  12. Hoshi no Hikari
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    Hooola Anime Black !

    Saludos querida amiga, me alegra el que mi historia te cause emociones y ganas por seguir leyéndola, así que aquí te dejo la segunda parte de éste cap, con su miel con lemon incluida, je je je
    Que lo disfrutes !!
    Nos seguimos leyendo

    Bye bye :D
     
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  13. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capítulo:

    ¡ Hooola, ya estoy de nueva cuenta con ustedes !

    Espero que tengan unas excelentes vacaciones para los que ya han salido de la escuela, por lo pronto para alegrárselas un poco más, les publico la segunda parte de éste capítulo.
    Como les había comentado le ponemos un sabor “lemon” a la miel que destilan nuestros personajes principales.
    Aunque a pesar de que dividí el capítulo, me quedó muy larga la segunda parte, espero lo disfruten de todos modos.
    Los dejo con los protagonistas, que no son míos, como ya lo saben son propiedad de Rumiko Takahashi, por lo menos ésta vez los he tratado menos mal que en mis otros ff.

    Aquí tienen…




    Capítulo 7 ( Segunda parte)

    ¿ Quieres amarme ?











    Temprano por la mañana todavía el rocío nocturno brilla con los primeros rayos del sol, cuando Inuyasha regresa de su carrera matutina, está disfrutando de verdad éste nuevo y prometedor día, se siente más animado que nunca, llega a su apartamento y va de aquí para allá tarareando alegremente decidido a poner orden y limpieza en su hogar antes de preparase… ¿ Para su festejo de cumpleaños ? aunque más bien un secreto regocijo le recuerda su sentir, pues más que una celebración todo le da un aire como de una cita.

    Entonces con la mente abierta y la luz en su mirada se dedicó a prepararse para su “ cita”, la cual dicho sea de paso ya no le pareció tan desagradable pero si le causaba un extraño hormigueo en el estómago.

    Una vez que terminó con lo que se había propuesto, tomó un relajante baño y se arregló, incluso más de lo normal, vistiéndose informal pero impecable luciendo sensacional con su camisa en color rojo profundo, pantalón de mezclilla negra y chamarra de piel a juego, su cabello impecablemente cepillado y atado en una alta coleta.
    El tiempo se ha escurrido entre sus manos, al menos así lo percibe él, porque aunque ya está listo le sobresalta el timbre de su puerta cuando llaman a ella, siente pues un profundo vuelco en el estómago, no puede negar que está profundamente emocionado, pero terco como siempre se lo niega a él mismo disimulando lo mejor que puede.


    - ¡ Hola Inuyasha ! – lo saluda No Taisho Sama luciendo una sonrisa torcida y un brillo travieso en los ojos.

    - ¡ Hola ! pasa Sesshoumaru – invita a la bella aparición que espera ante la puerta.



    Es oficialmente la primera vez que él pisa ese apartamento que ha contemplado a lo lejos ( Sin contar claro la furtiva intromisión anoche, cuando llevó las rosas y el vino, aunque ahora que Inuyasha se encuentra ahí es diferente)
    Nada más trasponer el umbral de la puerta, se aproxima a Inuyasha, se agacha hacia él y lo toma suavemente por el mentón, se miran un momento, Inuyasha ya sabe lo que sigue aunque todavía le cuesta un poco asimilarlo y se jala nervioso, aunque no demasiado, pero el rápido brazo de Sesshoumaru lo rodea por la cintura pegándolo a su cuerpo, notando enseguida como ese joven adulto se estremece al contacto.


    - ¡ Sesshoumaru, detente ! – le dice casi en un susurro pues siente que incluso la voz le falta.

    - ¿ Por qué ? –pregunta en tono falsamente ingenuo Sesshoumaru - después de todo debía de hacerte entrega en persona de lo que anoche hice a la distancia.



    Se agacha entonces, en cuanto Inuyasha siente el primer contacto con esos sensuales labios cierra los ojos lentamente, dejándose invadir por las sensaciones que ahora lo envuelven, lenta muy lentamente transcurre ese beso, con la pasión acechando tras la calma.

    Cuando se separan el menor decide detener todo…


    - Será mejor irnos – su voz suena nerviosa.

    - ¡ Cobarde ! – le susurra al oído Sesshoumaru.

    - Cobarde no, solo precavido –



    Sobra decir que Sesshoumaru luce como siempre soberbio, a juicio de Inuyasha que lo contempla vestido informal, después de verlo siempre de traje en el trabajo es un muy grato cambio, informal pero no deja de verse distinguido, vestido todo de negro, pantalón, camisa de seda con los dos primeros botones desabrochados dejando ver parte de su blanco pecho, chamarra de piel y botas ocultas bajo las piernas del pantalón. En fin le roba el aliento a Inuyasha, aunque eso no quiere decir que él no lo haya hecho de igual forma con el mayor.
    Cuando llegan al estacionamiento de Sesshoumaru, éste lo invita a subir a su auto…


    - ¡¿ Es tuyo ?! – pregunta sorprendido el chico al contemplar el impresionante Ferrari Spider convertible.

    - Sí, desde luego –

    - ¡ Caray, si que deja ser ejecutivo en esa empresa ! –

    - Supongo que algo así – responde Sesshoumaru sin darle mayor importancia.

    - ¿ A dónde vamos ? – pregunta curioso Inuyasha.

    - Bien, por la hora, puedo suponer que tendrás hambre ¿ Me equivoco ? –

    - No, en realidad- Inuyasha comprende que es la hora a la que acostumbra estar siendo “ consentido” por Shippou y al recordarlo, un inquieto ruido en su estómago se hace presente para vergüenza del chico.



    Se escucha una grave risita baja.



    - Sí, evidentemente es hora de ir a comer - comenta Sesshoumaru divertido.

    - ¡ Tonto estómago ! – exclama avergonzado Inuyasha.



    No Taisho Sama lo lleva a un muy buen restaurante donde para regocijo del festejado, comparten una excelente comida, los han ubicado en un lugar especial, un apartado donde disfrutan de un ambiente más privado.
    Le llama sobremanera la atención a Inuyasha la forma en que en todos lados tratan a Sesshoumaru, ha disimulado muy bien todo el tiempo, hasta que ingenuamente hace un comentario al respecto:



    - ¿ Sabes Sesshoumaru ? aún debo de hacer un mejor esfuerzo en mi trabajo para ocupar un puesto como el tuyo… ¡ Vaya que te tratan bien donde sea que te pares !-



    Sesshoumaru vuelve a sonreír, se acerca al oído de Inuyasha y le susurra:



    - Tú solo quédate a mi lado –



    Inuyasha lo mira en silencio, ya que el contemplar la posibilidad de quedarse al lado de Sesshoumaru con quien cada vez se siente más a gusto le parece ahora una muy buena idea, sin embargo no se atreve a decir nada.

    El ambiente es tan grato que permanecen ahí un muy buen rato, conforme pasa el tiempo el trato entre ellos se va volviendo más cordial, con mayor confianza al irse conociendo mejor, aunque se acoplan de tal manera que cualquiera diría que ya se llevan bien desde hace tiempo.
    No cabe duda de que esos momentos que comparten son ahora disfrutados y atesorados por uno y otro.
    Sesshoumaru va volviendo el ambiente más íntimo, guiando hábilmente al chico, que de alguna forma podría decirse que lo está permitiendo.

    Cuando el momento le parece propicio al mayor, lleva la plática por otros rumbos, clava su bella mirada intensa en sí misma captando toda la atención de Inuyasha, al cual los nervios lo invaden poco a poco.


    - Inuyasha, hay tantas cosas que deseo decirte, que quisiera comprendieras con toda claridad, pues quiero que sepas que jamás había sentido el deseo tan profundo de comunicarle algo así a nadie.



    Inuyasha puede darse cuenta que pese a la elocuencia y firmeza de lo que pronuncia Sesshoumaru, sus ojos brillan inquietos, sin duda es verdad lo que le dice, él guarda silencio atento a lo que le dice mientras Sesshoumaru continua:



    - Quiero que sepas… ¡ Que realmente me gustas mucho , más de lo que yo mismo me atrevería a aceptar ! pero quiero hacerte saber también que ya no solo es eso, pues pasado éste tiempo desde que me empecé a fijar en ti, lo he comprendido. Estoy comenzando a reusarme a estar lejos de ti, cada vez me es más difícil – le dice con esa voz grave impregnada por completo de sinceridad, la forma en que lo dice suena casi como una caricia.

    - ¡ Baka ! ¡ Pero qué cosas dices! – responde inquieto Inuyasha, aunque luce apenado.

    - Dime Inuyasha… ¿ Tú que sientes por mí ? – pregunta con su serena voz mientras lo mira con esos ojos lanzando dorados destellos de sol.

    - Yo… bueno… verás, no soy muy bueno con las palabras ¿ Sabes? – Inuyasha se ruboriza demasiado, la respuesta ya grita en su interior, pero su orgullo le impide salir, siente entonces como Sesshoumaru comienza a acariciar su mejilla lentamente, mirándolo esperando su respuesta.

    - ¡Bueno… no me caes mal ! – responde Inuyasha en un primer impulso.

    - ¡ Vaya, eso es un gran logro ! – le responde irónico Sesshoumaru, aunque puede darse cuenta del enorme esfuerzo que le cuesta a Inuyasha expresar sus sentimientos.



    Inuyasha se siente realmente bien al lado de ese hombre, su corazón late inquieto. Aún cuando mantiene cierta resistencia a aceptar abiertamente lo que siente, pero ahora puede darse cuenta de que esa resistencia le está causando más daño que si se decide a ceder ante ella. En cierto momento siente como de tanto luchar en su interior algo se rompe en mil pedazos, sin duda se trata de algún tipo de atadura que ha sido vencida por fin, a causa de éste trato mucho más cercano y cálido con Sesshoumaru.
    Inuyasha lo mira directo a los ojos, suspira profundamente y le entrega en palabras lo que puede sentir con claridad ahora, aún si le cuesta trabajo expresarlo.



    - Tú… tú también me gustas mucho Sesshoumaru – siente como si la garganta se le cerrara, pasa saliva y continúa:
    Tal vez no comprenda por completo mis sentimientos por la enorme cantidad de sensaciones que has comenzado a mover en mi interior, pero aún sin quedarme por entero claros, si puedo decirte con certeza que me siento feliz y pleno ahora que he tenido oportunidad de pasar tiempo a tu lado.



    Los ojos de Sesshoumaru relucen, se aproxima a besarle tiernamente y deja salir las palabras que ha esperado tanto tiempo para poder decirle a la persona indicada, palabras que claman por salir justo ahora.



    - Eres muy especial Inuyasha ¿ Lo sabías ? Tan especial ahora solo para mí, justo como yo espero serlo para ti. Es necesario que sepas que al paso del tiempo de estarte observando y en las escasas ocasiones que he logrado estar cerca de ti, has causado un gran revuelo en mi interior, volcando todas mis creencias sobre mi ser y mi sentir. Comprendo también que esto no es fácil ni para tí ni para mí, sin embargo ahora me siento con el ánimo para confesarte que han sido noches en vela con tu imagen clavada en mi mente, ante una inútil resistencia por mi parte, algo que jamás me había pasado. Hasta que finalmente he comprendido que mi lucha es una lucha perdida, donde al perder he ganado.
    Ignoro así mismo si esto que siento es juzgado como pecado, algo correcto e inaceptable para los que nos rodean, aunque para serte sincero, en verdad ya no me importa. Solo tengo la convicción de que mis sentimientos son sinceros, aún cuando haya mucho que descubrir en ellos.
    Y al contemplar ahora tu mirada, sé que tenemos una oportunidad esperando porque la tomemos. No deseo seguir engañándome, no deseo vivir con estas implacables dudas y justo en éste momento deseo de verdad que la mayor de ellas sea aclarada.
    Te pido… ¡ Mírame y dime si los dos creemos lo mismo, si nuestros sentimientos son semejantes ya que puedo notar que en tu interior ocultas demasiado de lo que tú mismo eres, me parece que en más de un sentido, tú y yo somos muy semejantes.-




    Sesshoumaru no aparta ni un instante su mirada de la de Inuyasha causando un mayor impacto las palabras que éste escucha, puede notar una expresión en ellos que se vuelve más intensa cuando No Taisho Sama vuelve a hablar:



    - Inuyasha… quisiera saber si tú… ¿ Estarías dispuesto a amarme y a permitir que yo lo haga ? ¿ Me dejarías permanecer a tu lado como deseo hacerlo ?…
    ...¿ Me permitirías amarte… como mi novio ?-



    Inuyasha se siente de pronto en las nubes, debe estar soñando pues por un instante le parece difícil de saber con certeza si es verdad lo que ha escuchado, pero la cálida caricia que le prodiga Sesshoumaru en su rostro es sin duda real, suspira nuevamente y responde a su vez:



    - No te equivocas al decir que esto no es fácil, yo mismo me encuentro sorprendido de estar aquí y ahora de ésta forma contigo. Ha sido casi repentino, inesperado – logra decir con cierta dificultad.

    - ¿ Te arrepientes Inuyasha ? ¿ Quieres detener todo esto en realidad ? quedarte con la duda de lo que pudo ser, déjame decirte que yo no estoy tan convencido de eso – pregunta Sesshoumaru con calma, aunque no es exactamente lo que desea- pero sin embargo, si eso es lo que quieres… -



    Inuyasha inclina levemente la cabeza pensativo, pero luego la mueve lentamente negando en silencio.



    - No pretendo forzarte a nada y…¡ Créeme que podría hacerlo ! pero no quiero que las cosas sean así – le aclara Sesshoumaru con calma.

    - No estés tan seguro de que yo lo permitiría – responde con cierto orgullo Inuyasha, dirige entonces su mirada ámbar a la de Sesshoumaru otra vez, a pesar del orgullo del mayor, éste no podría negar que él también es presa de esa dulce inocente y tierna mirada, dentro de la fuerza que expresa también.



    Takahashi San le habla firme y claro ahora:



    - Tú eres todo lo que yo jamás esperé encontrar en mi camino, me desconciertas, me intrigas, me sacas de balance. Supongo que podría salir huyendo en cualquier momento pero… ¡ Desde luego que no lo haré !
    Tú como yo sabemos que esto ahora también está tornándose en algo difícil de dejar, una duda imposible de ser olvidada sin buscarle respuesta. Sin embargo debo ser honesto y decirte que tengo miedo, miedo quizá a lo que descubra y que después de aceptarlo eso termine y me vea solo otra vez, quedando nuevamente vacío , muerto en vida… ¡ Tengo miedo de creer en algo que no sea verdadero ! pues ya en el pasado lo que he amado, me ha dejado solo. – Su voz de Inuyasha deja oír un silencioso eco de dolor captado de inmediato por Sesshoumaru.



    Sesshoumaru lo mira en silencio detenidamente, una mirada cargada de todo lo que percibe en Inuyasha, de lo que él mismo siente.
    Toma entonces la mano de Inuyasha, la acaricia por un momento y luego sin apartar la mirada de él, le susurra mientras pone esa mano del chico en su propio pecho.



    - Dime Inuyasha… ¿ Lo escuchas ? –



    Inuyasha lo mira confundido al principio. Después con calma pone atención y entonces lo percibe, son los fuertes latidos del corazón de ese alto hombre que ahora le habla:



    - ¿ Escuchas lo que te dice ? ahora… ¡ Mírame y responde ! ¿ Puedes creerme Inuyasha?
    ¿ Puedes amarme? ¿Puedes dejar que te ame con todas mis fuerzas?-



    Inuyasha entonces comienza a entender ese extraño y secreto lenguaje en que Sesshoumaru le habla, haciéndole comprender lo que trata de comunicarle, algo que nunca antes había escuchado y mucho menos sentido.
    Lentamente el joven diseñador sonríe y responde al fin:



    - ¡ Sesshoumaru… para mí… para mí sería todo un placer… yo… acepto con gusto ! – los ojos ámbar de Inuyasha lucen realmente hermosos con esa luz interna tan suya.



    Sesshoumaru toma ambas manos del chico y se las besa lentamente.



    - ¡ Gracias Inu chan ! no imaginas la alegría que haces surgir en mi interior con solo mirarte, así que imagina lo que logran tus palabras –



    Se quedan un rato compartiendo el silencio, en uno de esos momentos en los que las palabras ya sobran.


    Cuando salen del lugar, la tarde ya comienza a caer.



    - Será mejor regresar ya Sesshoumaru, se hace tarde – dice Inuyasha mientras caminan tomados de la mano hasta el sitio en donde les entregarán el auto.

    - ¿ Bromeas verdad Inu chan? ¡ Esto apenas comienza amor ! – le dice con una traviesa mirada que estremece a Inuyasha.






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    - ¿ Con que una reunión de cumpleaños? – pregunta Naraku de forma tan gélida que a Byakuya le causa miedo.

    - Sí, así es, fue idea de Sesshoumaru – dice tímido el delgado chico que se disponía a salir.

    - ¡ Dame los datos del lugar ! –

    - Pero Naraku –

    - ¡ Dámelos he dicho ! – le ordena Naraku.

    - Está bien – al menor no le queda más remedio que obedecer, aunque sabe que no es buena idea, aunque tampoco lo era callar la información.



    Suena entonces el timbre del apartamento, lo cual alivia a Byakuya que sale de inmediato al encuentro de Kouga quien ha llegado para irse juntos en el auto de su novio.



    - Sería una descortesía de mi parte no ir a darte un abrazo de felicitación… Inuyasha – dice Naraku al quedarse solo, con una siniestra sonrisa y un destello rojizo en la mirada.






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    Viajan el par de peli plateados en el impresionante auto negro del importante ejecutivo, Inuyasha ignora hacia donde se dirigen, ya que según Sesshoumaru se trata de una sorpresa.
    El tiempo que tardan en llegar a su destino le brinda a Inuyasha la oportunidad de pensar con más calma en todo lo que ha ocurrido en tan poco tiempo.


    “ Todo ha sido tan rápido… vine a Tokio buscando un cambio, pero jamás pensé la magnitud que tomaría dicho cambio. Ni en mis más locas ideas me imaginé que algo así sucedería ”.


    Mira de reojo a Sesshoumaru que por instantes parece también inmerso en sus propias reflexiones.


    “ Ya no sé si pensar en si esto estará correcto, aún cuando sé que el camino que hemos elegido no será fácil, aunque si soy sincero… no siento arrepentimiento alguno.”


    Después de todo éste impresionante hombre le ha ayudado a descubrirse a sí mismo, a aceptarse tal cual sus sentimientos le dictan, aunque de alguna manera también se da cuenta de que esto es algo nuevo también para Sesshoumaru, con seguridad ha sido un descubrimiento mutuo después de todo.


    “ ¿ Arrepentido? ¡ No definitivamente no me siento así ! “ – se repite Inuyasha mentalmente y completamente seguro ahora que contempla a ese sereno hombre a su lado.


    - ¿ Ocurre algo Inu chan ? – le pregunta intrigado Sesshoumaru al sentir la insistencia con que lo mira Inuyasha.

    - ¡ No, nada ! – responde rápidamente el menor de ellos.

    - A mí no me parece que sea “nada” - le replica Sesshoumaru.



    Inuyasha se da cuenta enseguida que no será sencillo negarse a cualquier cosa con Sesshoumaru, sabe que al menos no lo dejará en paz hasta saber que le ocurre.



    - Solo pensaba… pensaba en que… - Inuyasha toma la mano de Sesshoumaru y la coloca con el dorso contra su mejilla, en un tierno gesto mientras inclina su cabeza recargándose en el hombro de su ahora novio - … que me siento realmente bien a tu lado.



    Sesshoumaru no deja de sorprenderse por la calidez de ese chico terco, mientras aparca el auto pues ya han llegado a su destino.


    - Inuyasha – lo llama suavemente, cuando el diseñador voltea a verle le toma su rostro con ambas manos y una vez más lo hace prisionero de sus labios - Hemos llegado, ahora bien déjame hacer algo que he deseado desde que te recogí. –



    Inuyasha lo mira sin saber a qué se refiere pero ve como Sesshoumaru dirige sus manos hacia su cabello y con un hábil movimiento le retira la cinta de seda que lo sujeta en una coleta, liberándolo de ella, desliza después sus finos dedos entre las hebras plata una y otra vez hasta que se lo acomoda para que caiga nuevamente como cascada sobre los hombros del chico.



    - ¿ Qué haces ? –

    - Me encanta como luces con tu hermoso cabello suelto, no es que te veas mal cuando lo atas, pero a mí me gusta más así… - pasa sus dedos una vez más - … eso es… ¡ Así está mejor ! ahora vamos Inu, espero te guste éste sitio –

    - ¿ Qué lugar es éste ? – pregunta Inuyasha contemplando el lugar mientras desciende del auto.

    - ¿ No lo adivinas ? – la voz de Sesshoumaru oculta un tono divertido en ella.



    Inuyasha puede notar que es una especie de bar-antro-disco, pero de un excelente nivel, puede darse cuenta de eso por la distinguida pinta de los clientes, pero… ¡ Un momento !... solo ve hombres por los alrededores, con un comportamiento muy peculiar por cierto.



    - ¡¿ Me trajiste a un sitio gay Sesshoumaru, no es así ?! ¡¿ Me has traído a un lugar para homosexuales ?! – casi le grita escandalizado Inuyasha al darse cuenta, aunque baja enseguida la voz al fijarse como varios de los que esperan para entrar voltean a verle confundidos, aunque sin duda prestando demasiada atención a su apariencia primero y luego a la de Sesshoumaru donde sus miradas se quedan un buen rato.



    Sesshoumaru se aproxima entonces a él rodeando el auto y acercando su rostro al de Inuyasha le pregunta con una burlona sonrisa en los labios:



    - Mi querido Inu chan ¿ Acaso no has caído en la cuenta ? ¿ Qué crees que hemos descubierto que somos tú y yo ? ¡ Anda te va a encantar ! –



    El sonrojo en el rostro de Inuyasha ahora es más que evidente al darse cuenta de lo certero de esas palabras, pero luego frunce el ceño y aproximándose ahora él a el rostro de Sesshoumaru le dice bastante serio:



    - ¡ Un momento Sesshoumaru! Si no me equivoco estuviste haciendo reservaciones con anticipación, así que dime ¿ Cómo sabías que sí vendríamos hoy aquí ? ¿ Cómo podrías estar tan seguro de que yo aceptaría salir hoy contigo ? -



    Entonces Sesshoumaru lo mira con una actitud de sobrada confianza.



    - Sencillamente tenía la sospecha de que me aceptarías como tu novio y en ese caso, un lugar así sería conveniente para nosotros. –

    - ¡¡ No había ninguna seguridad de que aceptara, no seas engreído!! –

    - Bueno Inu chan… dime ¿ Acaso me equivoqué en mis suposiciones? ¡ Henos aquí ahora como… novios !

    - ¡ Eres un… eres un presumido, engreído, orgulloso de lo peor ! – le dice molesto Inuyasha, aunque debe admitir que tiene razón quien le responde con toda calma:

    - Lo sé – sonríe de lado – pero también comienzo a conocerte mejor y mientras más te conozco más me gustas y también sé que así te
    gusto –

    - ¡¡ Keh!! – presumido.



    Sesshoumaru se inclina y deposita un suave beso en los labios de su novio.



    - ¡ Lo único que deseo es que te sientas a gusto ! ahora es necesario que sepas que jamás he entrado aquí pero investigué muy bien las opciones antes de elegir un lugar para tu cumpleaños. –



    Inuyasha siente como lo toma de la mano entrelazando los dedos, con lo cual se siente incómodo, hasta que cae en la cuenta de que eso ahí es lo más normal.



    - ¡ Solo relájate ! – le dice todavía Sesshoumaru – y disfruta de tu cumpleaños.-



    Entran enseguida sin siquiera tener que hacer fila, casi con la pura presencia del joven No Taisho Sama es suficiente para que les franqueen el paso, atendiéndolos de inmediato, un edecán los conduce a su mesa, nuevamente ubicada en un lugar privado desde donde dominan todo el lugar. A lo lejos Inuyasha puede ver que en ese sitio ya los esperan Miroku, Kouga y Byakuya, quienes los saludan desde lejos muy sonrientes.

    El lugar luce espléndido, muy moderno y enorme, la música es buenísima con un sonido inmejorable, con un excelente juego de luces y efectos especiales, pantallas por aquí y por allá, Inuyasha está realmente impresionado, sin duda alguna le ha encantado el lugar. Nota a Miroku algo incómodo al principio, comprende que ahora está fuera de lugar de alguna manera, pero al poco rato lo puede ver mucho más relajado, se han hecho buenos amigos y le agrada que los acompañe en “ su festejo” .
    Kouga y Byakuya se levantan varias veces a bailar en la moderna pista que se ubica en el lugar, perfectamente acoplada a la decoración del sitio.

    La están pasando realmente bien, por demás está decir que ambos chicos de blanco cabello llaman terriblemente la atención.
    En cierto momento que Sesshoumaru se ausenta un momento para contestar una importante llamada , Kouga se sienta a un lado de su amigo de la universidad y sin aguantar más le pregunta:


    - Inuyasha… ¿ No piensas decirnos verdad ? – al escuchar esto Miroku y sobre todo Byakuya comienzan a poner atención a la charla.

    - ¿ De qué hablas ? – pregunta Inuyasha aunque sabe por dónde va su amigo.

    - ¡ Digo Inuyasha ! ya es más que evidente, si no por qué Sesshoumaru te ha traído a un lugar como éste, por Byaku y por mí está más que bien, aunque lo siento por ti Miroku - le dice burlón a éste, quien le sonríe, mientras se mueve al compas de la música respondiéndole.

    - A decir verdad, tampoco está tan mal –

    - Eso es cierto – continua Kouga - como te decía Inuyasha, solo hay que ver lo cerca que se mantiene de ti, como te trata, como te mira… -

    - ¡ Basta Kouga, ya entendí el punto ! supongo que necesitaban estar ciegos para no notarlo – Inuyasha sonríe ampliamente con las mejillas encendidas, explicándoles lo que ellos ya suponen, tomándolos por sorpresa de algún modo.

    - Pues sí mi querido Kouga, tus sospechas son ciertas… Sesshoumaru y yo nos llevamos bastante bien –

    - ¡ Ya decía yo ! – exclama Miroku interrumpiendo – ya decía yo que ese pedido de mesas de dibujo y todo lo demás que Sesshoumaru Sama me solicitó personalmente con tanta urgencia… ¡¡ Uuuupppsss!! - calla de improviso al darse cuenta de que ha hablado de más.

    - ¡¡ ¿ Que Sesshoumaru queeeé ?!! - exclama sorprendido Inuyasha.

    - ¡ Ah no, no me cambies el tema Inuyasha, no creo que eso sea todo ! – le recrimina Kouga.



    Inuyasha comprende que no lo dejarán en paz, no al menos hasta que lo diga abiertamente. Suspira profundamente y …



    - Lo que ocurre es que Sesshoumaru y yo… recién… somos novios – les dice con el rubor trepando por sus mejillas.

    - ¡ Ya decía yo ! – exclama otra vez Miroku, que eras demasiado lindo para ser hetero… - pero se interrumpe al escuchar algo de vidrio que se rompe.



    Voltean todos a ver a Byakuya que luce desencajado y con la mirada fija en algún punto inexistente, ha soltado el vaso que sostenía en las manos.


    - ¡ Byaku amor ! ¿ Te encuentras bien ! - le pregunta Kouga preocupado.

    - Sí… solo es que… -



    Inuyasha y Miroku lo miran extrañados.



    - Solo que me siento algo mareado, tal vez necesito un poco de aire fresco – responde Byakuya tratando de disimular.

    - Vamos amor, te llevaré al salón de descanso, pude ver un jardín por ahí, te hará bien – le dice Kouga ayudándole a levantarse – volvemos en un momento – les dice a los demás.



    Miroku e Inuyasha se quedan solos.



    - Ese chico es extraño – dice Miroku refiriéndose a Byakuya.

    - Es un buen hombre y un buen amigo – sale Inuyasha en su defensa.

    - No sé, hay algo que no me gusta – dice pensativo Miroku, quien ahora dirige su mirada hacia otro lado, algo que llama más fuertemente su atención.

    - Por cierto Inu, espero que tu paciencia sea infinita –

    - ¿ Por qué lo dices ?-

    - Pues porque supongo que será difícil que te acostumbres a que tu novio sea el centro de atención. –

    - ¿ A qué te refie… ? – Inuyasha se queda callado cuando dirige la mirada hacia donde lo hace Miroku.



    Allá del otro lado del lugar, se encuentra Sesshoumaru rodeado por algunos chicos que intentan que vaya a bailar con ellos o a tomar un trago con otros, impidiéndole el paso.



    - ¡ Ah no, eso sí que no ! – y allá va Inuyasha en busca de su novio.

    - Sí, puedo ver tu infinita paciencia – dice con calma Miroku mientras da un sorbo con toda calma a su bebida.



    Cuando Inuyasha llega al lado de Sesshoumaru lo toma del brazo y lo jala para que se vaya con él.


    - ¡ Oye tú, eso no es justo ! nosotros lo vimos primero – empiezan a decirle molestos los que le rodean.

    - Aunque viéndolo bien, tú no estás nada mal – dice otro.

    - ¡ Háganse a un lado y déjenos en paz ! – dice ya molesto Inuyasha.



    Pero otro chico de cabello rubio se enoja más de la cuenta y aproximándose a Inuyasha lo jala de la camisa.



    - ¡ Si deseas bailar con él, espera tu turno imbécil ! - le grita molesto.



    Inuyasha se prepara entonces para defenderse, pero Sesshoumaru se adelanta y con un aspecto que los amedrenta a todos, toma al chico rubio por el cuello y le dice con helada voz:



    - ¡ Y si tú quieres conservar la cabeza en su lugar, más vale que no vuelvas a ponerle una mano encima a mi pareja – dice aclarándole a todos la situación, logrando que los dejen tranquilos de una vez por todas.



    Llegan enseguida varios miembros de seguridad del lugar.



    - No se preocupe Sesshoumaru Sama, éste imbécil no volverá a molestarle – dicen mientras toman al chico y lo sacan casi a rastras del lugar.

    - ¡ Eso espero ! – dice en tono frío Sesshoumaru.



    Todos se dispersan rápidamente, sin hacer intento desde luego de nada más.



    - Vamos Inu chan, no permitiré que arruinen tu cumpleaños – le dice jalándolo de la mano para conducirlo hasta su mesa.




    Por su parte Byakuya y Kouga se encuentran sentados cerca de una de las barras próxima al jardín.



    - ¿ Seguro que te sientes mejor Byaku ?-

    - Sí amor, ya estoy bien –

    - Permíteme un momento entonces, enseguida vuelvo – le dice Kouga al tiempo que le da un tierno beso en la mejilla y lo deja sentado en un alto banco.



    Byakuya se siente algo aliviado después de tomar un poco de aire fresco haciendo un esfuerzo enorme por tratar de calmarse después de lo que ha escuchado, pero sabe que solo será una calma temporal... pero dicha calma se evapora antes de tiempo cuando siente una mano posarse en su hombro y voltea a ver dándose cuenta de quien se trata.



    - ¡¡ Naraku !! ¿ Qué haces aquí ? – exclama sorprendido.

    - ¿ Acaso no es evidente? Vengo a felicitar a Inuyasha – le responde su hermano mayor con una sonrisa que le hiela la sangre.




    Y en la mesa de Inuyasha…


    - No sabía que eras tan celoso y posesivo – le susurra Sesshoumaru a su novio, para luego plantarle un beso.

    - ¡ Mira quién habla ! el que anda arrancando cabezas por ahí a la menor provocación.

    - Todavía no lo hago – le responde sonriendo.

    - Pero poco faltó –

    - Así aprenderán a respetar a MI novio –

    - Lo dices como si fuera de tu propiedad – le replica testarudo y molesto Inuyasha.

    - Aún no, pero falta poco – le dice Sesshoumaru paseando sensualmente sus labios por la oreja del chico.

    - ¡ Deja de hacer eso, nos pueden ver ! -

    - ¿Ah sí , quién ? aparte de Miroku que ahora charla con ese chico que se le ha acercado , no veo quien no esté haciendo algo similar en algún momento. –

    - ¡ Baaaka ! –



    Es anunciado entonces un bloque de música retro, la iluminación cambia, puede verse como bajan 4 enormes jaulas , una en cada esquina de la enorme pista, dentro de las cuales unos jóvenes hombres de bastante buen ver, bailan vestidos con ropa de likra que se amolda a su bien formado cuerpo, simulando ser grandes felinos con orejas e incluso colas. Contonean su cuerpo al ritmo de la música que invita a bailar, dejando embobados a muchos de los presentes.
    Incluso Inuyasha voltea a verles un momento, todo esto es nuevo para él, pero no se da cuenta de que esto provoca unos dorados destellos en unos ojos que le observan atentos. No lo nota al menos hasta que siente unos finos dedos que lo toman por la barbilla y lo obligan a encarar al dueño de esos rasgados ojos, que no le envidian nada a los de cualquier felino.
    Inuyasha lo mira quedándole clara cierta molestia en ellos, la grave voz de Sesshoumaru le llega bastante clara y posesiva aún cuando habla solo para él.


    - Tu mirada me pertenece solo a mí ahora Inuyasha, asegúrate de recordarlo –

    - Yo…solo miraba lo que sucede a mi alrededor y… ¡¡ mmmmmh !! – no puede decir nada más, pues recibe un atrevido beso que es observado a la distancia, provocando la ira de un par de destellos rojos.




    Naraku decide que es hora de hacerse presente, pero se enfurece cuando alguien se interpone en su camino invitándole un trago, mientras tanto Byakuya aprovecha para escabullirse alcanzando a Kouga para reunirse los dos con Miroku y los demás.


    Suena en ese instante una conocida canción al más puro estilo de la época disco…



    Video



    En cuanto suenan la primeras notas, Sesshoumaru mira de forma traviesa e incluso atrevida a Inuyasha y levantándose lo jala de la mano, mientras le dice:



    - ¿ Bailamos Inu chan ? esa es la nuestra. – le guiña un ojo y se encaminan juntos a la pista de baile.



    Los acordes de esa canción van encendiendo el lugar, a pesar de tratarse de una melodía de bastantes años atrás, ahora al sentirse vibrar en ese lugar aunado al moderno juego de luces y demás recursos técnicos, realzan sobre manera el efecto que ésta causa en el lugar.
    Todos en la pista se dejan envolver por la insinuante música, al tiempo que el par de atractivos peli plateados llegan a ella.


    Sesshoumaru fija sus ojos en los de Inuyasha y comienza a moverse solo para él, su cuerpo sigue el ritmo de la música y… de sus instintos.
    Inuyasha no atina en un principio a moverse , es tal el impacto de ver a ese imponente hombre bailando de esa forma, pero poco a poco el joven diseñador empieza a sentir casi como si de magia se tratara un fuerte impulso surgiendo de su interior.
    Su alto y atractivo novio se mueve con soltura a su alrededor, la camisa abierta deja ver su blanco pecho y sus finas manos revolotean sensualmente alrededor del cuerpo del chico, a la par de que el larguísimo y sedoso cabello blanco se agita al compas de los movimientos de su cadera, sus dorados ojos lanzan intensos destellos.

    Es imposible que no comiencen a llamar la atención de los que les rodean, esa nada común pareja ocasiona que les vayan abriendo espacio en la pista, replegándose todos poco a poco a las orillas.
    Inuyasha cohibido al principio, ahora ya no lo está tanto, se deja envolver entonces en los brazos de Sesshoumaru que de vez en vez lo toma por la espalda, al tiempo que le va cantando al oído algunas de las frases de la canción, haciendo vibrar al chico, quien finalmente se deja llevar por completo.



    - ¿ Y por qué demonios no? – se dice a sí mismo.



    En un instante el par de peli plateados se mueven de manera sumamente sensual, coordinados perfectamente, uniendo y separando sus tibios cuerpos, robándose ocasionalmente un intenso beso, arrancando suspiros por aquí y por allá.


    Naraku los observa casi embobado además de furioso a la distancia, ese par de tentadores hombres que mantenía bajo la mira, le han sorprendido al llevarle ventaja en la que creía su jugada. Aprieta los puños con fuerza , quiere llegar hasta ellos y arrebatarle a Sesshoumaru su trofeo, ése chico que ya pensaba tener casi bajo su dominio.

    Pero la multitud que rodea la pista se lo impide.

    Todos se mueven al mismo ritmo en sus lugares, aunque ya los únicos que bailan al centro de la pista en un muy intenso vaivén, mientras su cabellos forman blancos remolinos, son Sesshoumaru e Inuyasha.
    Se alejan, se aproximan, danzan uno alrededor del otro, sus manos jugueteando como sutiles caricias en el contorno de aquel que se mueve a su ritmo.


    Después de su intenso baile, terminan a la par de la canción, fundidos en un muy apasionado beso, sujeto Inuyasha al cuerpo de Sesshoumaru, rodeado por sus fuertes brazos que lo pegan por completo a su cuerpo.

    Se escuchan fuertes gritos y aplausos, hasta entonces todos caen en la cuenta de que las jaulas habían sido izadas, las cuales ahora bajan nuevamente, pues lo más llamativo no estaba en ellas sino al centro de la pista.
    Después de la fuerte ovación que se dejó escuchar por ese lugar dedicada por completo a ese par de sumamente atractivos hombres, el ambiente regresa poco a poco a la normalidad, calmándose lentamente la agitación que envolvió todo hace un momento.

    Sesshoumaru e Inuyasha llegan a su mesa, más que contentos, prodigándose varias discretas muestras de esa sensualidad que por un momento sentían se desbordaría.


    - No cabe duda que éste ha sido el mejor cumpleaños que he tenido – exclama Inuyasha sonriente y agitado.

    - De eso se trataba amor – le dice Sesshoumaru besándolo en la mejilla mientras toman asiento nuevamente.


    - ¡ Espero no interrumpir a … los enamorados ! – se escucha la voz fría de Naraku - quien siente la furia arder de solo contemplar ese beso dado por Sesshoumaru .



    Inuyasha voltea de inmediato para ver al que llega de forma tan inoportuna.



    - ¡ Naraku ! –

    - ¿ Qué haces tú aquí ? – es la pregunta en tono seco que recibe por parte de Sesshoumaru.



    Naraku lo mira con rencor en la mirada, pero su tono de voz es tan suave y falsamente amable, conteniendo toda la rabia que lo carcome por dentro.



    - Bien, pues sucede que Byakuya me comentó que venía a celebrar con ustedes el cumpleaños de Inuyasha y no quise dejar pasar la oportunidad para felicitarlo – una ladina sonrisa adorna su rostro.



    Miroku, Kouga y Byakuya observan todo en silencio, pueden notar la enorme tensión que flota ahora en el lugar, pero nadie atina a moverse.



    - Pues ya lo has hecho ¡Ahora lárgate , ya que tú no has sido invitado ! – casi le ordena Sesshoumaru.

    - ¡Pero qué descortés eres Sesshoumaru ! - le dice Naraku al alto empresario suavizando aún más la voz. – te informo que Inuyasha también es mi amigo, así que tú no vas a impedirme que lo felicite apropiadamente – comienza a aproximarse al diseñador.

    - Eso depende de a que llames “felicitarlo apropiadamente” – casi le escupe Sesshoumaru sin perder la compostura, pero poniéndose de pie.

    - Solo hablo de un abrazo – le dice inocente Naraku y agrega en voz más baja- ¡ Claro que a mi estilo ! –



    Sesshoumaru se interpone en su camino hacia Inuyasha y con voz helada le dice:



    - ¡Ja ! como si fuera a permitirlo, pues déjame informarte entonces, que nadie y sobre todo tú le da ninguna clase de abrazo a MI NOVIO –

    - ¡¡¿ Tu queeeeé ?!! ¡Explícame eso maldito bastardo ! ¿ De que estúpida cosa hablas ? – le pregunta Naraku que ha palidecido a causa de la rabia.



    Pero ahora es Inuyasha el que habla al tiempo que se levanta y se sitúa a un lado de Sesshoumaru y permite que éste lo rodee con su brazo por la cintura, pegándolo a su cuerpo.



    - Es la verdad Naraku, Sesshoumaru y yo ahora somos novios – el tono de Inuyasha no denota la más mínima duda.



    Naraku le dirige entonces una mirada de desprecio al menor de los peli platas.



    - ¿ Y eras tú el que pregonaba ser heterosexual y que no podías interesarte en tener algo conmigo ?-

    - ¡ Así es ! – los ojos de Inuyasha han tomado un aspecto amenazador – y lo que yo sea o deje de ser no es tu maldito asunto, nunca lo ha sido y… ¡ Sí, tienes razón, de cualquier forma no tengo ningún interés de nada contigo ! que seas un maldito imbécil que no lo vea no es mi culpa – le dice furioso Inuyasha que al hacer el intento de acercarse aún más a Naraku para ponerlo en su lugar de una vez por todas, siente como es retenido con fuerza al lado de Sesshoumaru quien exclama:

    - ¡ Ya escuchaste ! ahora o te largas o te hecho yo mismo! - comienza a caminar hacia Naraku colocando a Inuyasha tras de él.



    Naraku en ese momento siente como lo jalan del brazo, es Byakuya que luce muy pálido, puede notar como incluso le tiémbla la mano.



    - ¡ Vámonos oniisan, es lo mejor !-



    Naraku se jala zafándose y dándose la vuelta fulminándolo con la mirada, mira de reojo al par de peli platas y les dice amenazador:



    - ¡ Esto no se quedará así ! – dirigiéndose a Byakuya le ordena:

    - ¡ Vámonos ! –



    El chico se agacha y sin decir nada se retira junto con su hermano, dejando el ambiente tenso y a un Kouga que se queda perplejo, parado sin saber que rayos ocurre con su novio.
    Todos toman asiento otra vez, permanecen un momento en un incómodo silencio, hasta que Sesshoumaru lanzándoles una rápida mirada les dice como si nada:



    - ¿ Qué no es esto un festejo ? - todos asienten en silencio – pues entonces no veo como algo tan insignificante podría arruinarlo.-



    Al poco rato la charla ha retomado casi su nivel normal que tenía antes de ser interrumpidos.


    Miroku observa atentamente a Kouga ahora que Sesshoumaru e Inuyasha se han levantado nuevamente a bailar, éste luce intranquilo y sin que él lo note le toma la mano con toda calma y con una tranquila voz que inexplicablemente le sirve de consuelo a Kouga, le dice:



    - ¡ Tranquilo amigo ! dale tiempo, ya te buscará cuando esté más calmado, por ahora debes entender que no le quedaba alternativa – aunque en el fondo Miroku sabe que esto no es así exactamente, pues si ese chico realmente amara a Kouga, no habría poder humano que logrará que lastimara así a quien ama. Pero lo que si es cierto es que le afecta de alguna forma ver a ese joven afligido de esa manera.

    - ¡ Te lo agradezco ! – responde Kouga en un suspiro, sin embargo la noche se ha arruinado para Kouga, quien pasado un rato decide irse.

    - Me retiro Inu – le dice a su amigo cuando toma asiento otra vez cerca de él – ha sido una noche de sorpresas, la pasé genial con ustedes y sobre todo… ¡ Felicidades a los dos ! son una pareja fuera de serie – al abrazar a Inuyasha a modo de despedida le susurra:

    - No cabe duda que ha sido mejor así amigo, deberías de ver la expresión en tu rostro, con toda seguridad Sesshoumaru es lo mejor para ti –

    - ¡ Gracias Kouga ! no pierdas el ánimo, es solo un pequeño tropiezo entre ustedes, ya verás que para mañana toda volverá a la normalidad – le dice Inuyasha a modo de consuelo.



    Al despedirse de Sesshoumaru…



    - ¡ Gracias Sesshoumaru! ¡ Cuídalo es un muy buen hombre !-

    - No necesitas decirlo, lo sé bastante bien – Sesshoumaru le dice unas palabras solo para él:

    - Tal vez parezca insensible, pero si yo fuera tú no me preocuparía tanto por Byakuya, de hecho me alejaría de él –



    Kouga lo mira más que intrigado.



    - Pero allá tú, finalmente es tú asunto – completa Sesshoumaru alejándose de él.

    - Así es Sesshoumaru… en fin… ¡ Nos vemos! -



    Miroku se aproxima a Kouga.



    - ¿ Traes automóvil ?-

    - No, de hecho hoy llegamos en el auto de Byakuya –

    - Entonces te llevo, yo ya pensaba retirarme también –



    Ambos jóvenes felicitan una vez más a Inuyasha, bajo la atenta mirada de Sesshoumaru para luego salir juntos del lugar.



    - ¿ Preocupado ? – le pregunta No Taisho Sama a Inuyasha al ver la mirada con que éste sigue a los que se retiran.

    - Solo es que… no desearía que Kouga pase por alguna situación desagradable, no lo merece, ya anteriormente ha tenido finales desafortunados en algunas relaciones – dice con cierta preocupación.

    - ¡ Tranquilo Inu, estará bien ! –

    - Supongo que tienes razón –

    - Ahora solo somos tú y yo ¡ Y nada más! ¿ Comprendes? –

    - Ss…ssí, comprendo – dice titubeando Inuyasha mientras siente la calidez de Sesshoumaru que se aproxima aún más a él.



    Permanecen un rato mas bebiendo juntos el que será su último trago, disfrutando de la música, mientras Sesshoumaru mantiene abrazado a Inuyasha muy cerca de él, rodeándolo con uno de sus brazos.



    - Aunque…¿ Sabes Inu chan? – le dice Sesshoumaru mirándolo de una forma extrañamente intensa – a mí me parece que aún así hay demasiada gente aquí ¿ Qué opinas, nos vamos a un lugar más… privado? –

    - Más bien, me parece que ya es hora de regresar, me siento cansado - le dice Inuyasha, tratando de evitar lo que se cierne sobre él.

    - Como gustes amor, vámonos entonces – le responde Sesshoumaru poniéndose los dos de pie, tomando el mayor a su pareja rodeándolo por la cintura para pegarlo más a su cuerpo, una cercanía que no deja de ser aún extraña para Inuyasha a pesar de lo grata que le pueda resultar.



    El camino de regreso nuevamente transcurrió casi en silencio, aunque los dos saben perfectamente que las cosas han cambiado sustancialmente desde el mediodía que se reunieron para salir. En tan poco tiempo todo ha dado un giro tal vez no tan sorpresivo pero aún así inesperadamente rápido, pero en los asuntos del corazón podría decirse que estas cosas suceden.
    De vez en vez se toman de la mano y comentan algo de lo que ha sucedido en el día, sin embargo ninguno de los dos menciona nada sobre el asunto de Kouga y mucho menos del más que cálido baile que compartieron los dos, el cual los dejó más que inquietos. Tal vez al inicio de todo podrían haber pensado que había posibilidades de llevarse bien, pero aún así les ha llamado fuertemente la atención la manera en que se han entendido sus mentes y sus cuerpos encendiendo una hasta entonces desconocida pasión entre ambos, la cual los hace desear por más, sus corazones incluso no han podido recobrar la calma habitual.

    Cuando más tarde llegan a los edificios donde viven, Sesshoumaru desde luego llega directo a su lugar privado y aparca su auto.
    Al descender los dos, se forma un momento algo… incómodo, al menos diferente, ya que es la primera vez que se despedirán como novios. Sesshoumaru llega a un lado de Inuyasha, lo mira con calma y una leve y torcida sonrisa asoma a su rostro, tal vez esto sea incómodo solo para Inuyasha.



    - ¿ Qu…qué ocurre Sesshoumaru ? – dice algo nervioso al notar la atención puesta en él.

    - Es simplemente que me parece tan increíblemente grato el poder mirarte ahora de ésta otra forma –

    - ¿ Qué forma, de qué hablas ? –



    Sesshoumaru se aproxima a él rodeándolo por la espalda con sus brazos, brindándole un tibio cobijo con el cual lo ajusta por completo a su cuerpo.



    - Pues así, como mi novio ¿ Acaso no te gusta ? –



    Inuyasha se estremece, sus mejillas se encienden con ese tono sonrosado tan suyo y sus manos tiemblan levemente mientras las mantiene sobre las de Sesshoumaru.



    - ¿ Y cómo voy a saberlo ? – responde Inuyasha con su natural rebeldía, como suele hacerlo cuando alguna situación amenaza con rebasarlo. – después de todo esto es nuevo para mí –

    - También para mí lo es Inu chan – responde Sesshoumaru girándolo para verlo a la cara – pero es tan sencillo como el que solo me respondas , solo eso… ¿ Te gusta o no ? – sus ojos fijos en los del menor.

    - ¡ Cómo esperas que pueda concentrarme en algo si permaneces mirándome de esa forma, deberías de saber que tus ojos son tan… tan … - Inuyasha comienza a tartamudea completamente ruborizado.



    Sesshoumaru lo mira más fijamente, más cerca observando a detalle el rostro de ese joven empleado suyo quien poco a poco se ha ido apoderando de su atención y ahora de sus sentimientos. Pero a la vez le causa una perversa satisfacción el contemplar las reacciones que puede causar en él.



    - ¿ Tan qué, mi querido Inu chan ? ¿ Qué pasa con mis ojos ? –



    Inuyasha queda desvalido ante el oro líquido de esos ojos que gotea invadiendo irremediablemente su interior.



    “¿ Cómo pueden ser tan malditamente perversos sin dejar de ser impresionantemente bellos ? ” – piensa Inuyasha mientras permanece embobado en ellos.



    - ¿ Y bien, mi reluciente novio ? – insiste divertido Sesshoumaru.

    - Deja de decir esa clase de cosas, me pones nervioso – le reclama Inuyasha tratando de zafarse de sus brazos – y ya suéltame que deseo descansar, ha sido un estupendo día pero me siento agotado, solo deseo tenderme cuan largo soy en mi cama –

    - Pues la mía es bastante amplia y cómoda – responde de inmediato Sesshoumaru.

    - ¡ Keh, pervertido ! –



    Pero de todos modos no consigue aflojar esos brazos que lo retienen, Inuyasha se ha dado la vuelta una vez más quedando de espaldas a Sesshoumaru, siente entonces como éste se inclina sobre su hombro apoyando su cabeza y comienza a aflojar el abrazo.



    - No quiero que te vayas – exclama Sesshoumaru con una voz queda que no tiene ya ningún rastro de burla o diversión, al contrario suena sumamente sincera. – cuando estás cerca de mí, tu calidez reconforta mi corazón –

    - ¡ Sesshoumaru ! – dice Inuyasha sorprendido - ¿ Qué pretendes ? – la sospecha está implícita en sus palabras, entonces decide encararlo.



    Cuando lo hace, toma con ambas manos el bello rostro de Sesshoumaru y ahora es él quien hace que lo mire.



    - ¿ Qué estás tramando Sesshoumaru Sama ? –

    - ¿ Ya eres mi pareja no ? deseo entonces que seas mío por completo desde hoy ¿ Comprendes de que te hablo? –



    El rojo debe de ser el color de moda, pues Inuyasha lo luce cada vez con mayor intensidad en su rostro.



    - ¡ Baka ! ¿ No pretenderás que estemos de “esa forma ” ó si ? – “ Como la pareja que somos desde luego… supongo… ¡ Demonios ! ¿ Por qué mi corazón late tan de prisa ? siento además que mis piernas no me sostendrán por más tiempo, pero sobre todo siento un intenso fuego en mi interior que amenaza con consumirme ” – Inuyasha retrocede asustado, pero no solo por Sesshoumaru… ¡ Bueno sí y bastante ! pero… ahora también tiene miedo de sí mismo.



    Pero se queda paralizado cuando Sesshoumaru lo contempla nuevamente, pues sus ojos han adquirido un brillo diferente, un dorado fuego arde en el fondo de ellos. El alto No Taisho Sama lo recorre con la mirada, con el deseo implícito en ella, lo cual hace sentir a Inuyasha un escalofrío descender por su espalda.



    - ¡ No, espera Sesshoumaru, tenemos tan poco tiempo de conocernos… de ser novios !- trata inútilmente de razonar con él, convencerlo de lo contrario, retrocede paso a paso hasta chocar contra la pared de fondo del garaje.



    La presencia de Sesshoumaru ahora es casi intimidante, siente como se acerca demasiado a él tomándolo por el mentón.
    Lo último que recuerda Inuyasha es ese atrevido destello en los dorados ojos de Sesshoumaru, porque cuando siente el roce de sus tersos labios él mismo es arrastrado por el fuego que arde en su propio interior.
    Casi sin resistencia Sesshoumaru entra en la boca de Inuyasha, puede sentir la húmeda tibieza, mientras sus lenguas se tocan mutuamente recorriendo cada rincón hasta que se separan entre jadeos.
    Inuyasha se sorprende al hallarse aferrado con ambas manos al pecho de su novio, quien lo abraza posesivamente por la cintura.


    - ¿ Sigues pensando que esto es cuestión de dejar pasar más tiempo Inu chan ? cuando yo mismo puedo sentir tu pasión desbordándose a la par de la mía –



    Las palabras salen de los labios de Inuyasha, no sin cierta dificultad.



    - Tal vez lo que ocurre es que… tengo miedo Sesshoumaru, tengo miedo a lo desconocido, a mí mismo, a recorrer un camino extraño para ambos, sin saber que esperar a lo largo de éste. Pero ahora sobre todo no quiero sentirme solo otra vez, es decir volvernos uno tu y yo y… despertar mañana y saber que sigo solo, después de haber probado la maravilla de sentirme amado de verdad por alguien como tú. –



    Sesshoumaru acaricia con ternura el rostro del menor mientras le susurra:



    - ¡Confía en mí Inuyasha ! lo que hacemos es nuevo para los dos, pero no estás ni estarás solo de ninguna manera… ¡ Te lo prometo ! ¡ Prometo que mis brazos te cobijarán ! sé perfectamente que es un situación de cierta vulnerabilidad, pero yo estaré a tu lado, pero más allá de eso, nos volveremos uno solo, nos entregaremos por completo, pues yo deseo entregarte para ésta ocasión otro de mis regalos de cumpleaños Inu chan – le da otro beso pero mucho más tierno.

    - ¡Aférrate a mí , puedes estar seguro que después de esto, no permitiré que te alejes de mi lado, serás solo mío ! ahora dime Inuyasha… ¿ Confías en mí ?



    Inuyasha puede percibir como Sesshoumaru le inspira completa confianza, se abraza a él, recarga su cabeza en ese fuerte pecho, luego mientras lentamente lo mira, exclama de forma suave pero firme:



    - ¡ Sí Sesshoumaru, confío en ti ! llévame contigo, solo no me dejes atrás. –

    - ¡ Eso nunca Inu ! –



    Sesshoumaru lo cobija entre sus brazos, besa su blanca cabellera, para sin soltarlo echar a andar juntos con rumbo al apartamento del mayor, quien acciona el interruptor cerrando las puertas del garaje de forma automática, llegan al elevador que da directo al apartamento de Sesshoumaru, las puertas se abren en el hall de un amplio lugar que Inuyasha pisará por primera vez, después de haberlo contemplado tantas veces a través de sus persianas.



    - ¡ Wooow, tu apartamento es espectacular ! –



    Inuyasha contempla el enorme sitio, con una decoración japonesa moderna, aunque conservando el estilo, con un gusto exquisito, pulcro y limpio al extremo.
    El joven diseñador camina hasta el balcón donde ve claramente su apartamento, no puede evitar sentir un vuelco en el estómago al pensar en las ocasiones en que él mismo ha sido observado desde ese lugar.


    - Y puedo gozar de una espléndida vista – le susurra una cálida voz al oído – pero nada se compara con tener esa bella visión en vivo y a todo color aquí conmigo. –



    Sesshoumaru lo toma de la mano y lo jala suavemente escaleras arriba, Inuyasha se aferra a esa tibia mano dejándose conducir. Luego es invitado a pasar a la enorme alcoba de Sesshoumaru, en cuanto entra es como ingresar a otro mundo, luce tan apacible, tan tranquilo, tan… frío. Un frío que le transmite cierto sentimiento de soledad que flota en el lugar. Contempla una pequeña sala de estar junto a la chimenea, una puerta que comunica a un amplio vestidor y seguramente el baño, nuevamente Inuyasha voltea para ver a través de las persianas.


    Sesshoumaru sonríe complacido al contemplar a ese cálido joven que se mueve curioso de aquí para allá, dándole color y calor a su rincón más íntimo.

    Es entonces cuando Inuyasha cae en la cuenta de la enorme cama que ubicada al otro extremo de la habitación, luce tan cómoda, blanquísima y mullida con sus enormes cojines encima… pero ese mismo sentimiento de frialdad le abruma el alma.



    - ¡ Qué cama tan enorme ! - dice sorprendido, aunque un pensamiento amenaza con amargar su momento.

    “ Sí, seguramente muy útil para alguien tan irresistible como tú, sin duda ha sido un lugar muy… concurrido, tan solo Naraku, aquella vez que lo vi con él “ – Inuyasha cierra los ojos fuertemente, no debería pensar en eso, no es de su incumbencia, además del daño que siente que esto le causa.


    - Inuyasha ¿ Qué ocurre ? - le pregunta Sesshoumaru preocupado al ver el cambio en el semblante de su chico.

    - Yo… no nada – los ojos de Inuyasha lucen un aire triste.

    - Pregunté ¿ Qué ocurre? –

    - Bien, si te empeñas en saberlo – le dice encarándolo serio – solo recordaba el otro día que desde mi ventana… te vi esa noche… pero no estabas solo, aún así tú me dices que todo esto es nuevo para ti… - Inuyasha recapacita pero ya es tarde para retractarse de lo que ha dicho - ¡ Lo siento, después de todo no es asunto mío el que tú y Naraku… después de todo tú y yo todavía no… -

    - ¡ Silencio ! - lo calla la pausada voz de Sesshoumaru - ¿ Así que tú estás celoso por algo que supones sucedió antes de ti ? -

    - ¡ Lo siento !

    - ¡ Inuyasha, Inuyasha ! tienes razón no tienes derecho de juzgar mi pasado –



    Esas palabras hacen sentir sumamente mal a Inuyasha que ahora desea salir de ahí cuanto antes.



    - ¿ Cuántas veces ya te he dicho que no debes sacar conclusiones precipitadas ? –

    - . . . –

    - No voy a negar que he salido algunas veces con algunas mujeres en el pasado. Pero para consuelo de tus enoooormes celos, te lo voy a aclarar y vaya que eso es algo que no acostumbro hacer con nadie. Pues bien como te decía, yo jamás llegué a nada realmente serio.

    -En cuanto a Naraku – Sesshoumaru se aproxima a Inuyasha toma su rostro firmemente y le habla mirándolo fijamente:

    - Entre él y yo jamás ha habido nada, nos conocemos desde hace tiempo, fuimos compañeros de estudios, amigos, pero nada más. Cuando te he dicho que esto es nuevo para mí estoy diciendo la verdad, éste cambio tan drástico, éste descubrimiento o aceptación de mi mismo si así le quieres llamar, en gran medida ha sido gracias a ti, así que tus dudas son infundadas. Ahora bien, te informo que jamás había permitido a nadie traspasar ésa puerta, ya fuera mujer y mucho menos hombre… hasta ahora. – le dice señalando la puerta de su alcoba. – nadie ha compartido mi lecho…¡ Nadie ha tenido ese privilegio antes ! – aproxima su rostro hasta el de Inuyasha, casi roza nariz con nariz, los ojos mantienen una mirada intensa.- ¿ Comprendes lo que te estoy diciendo ? ¡ Eres el primero, semejante baka terco e inseguro ! - le dá un tierno beso en la nariz a su diseñador gráfico favorito- apartándose un poco prosigue:

    - Llámalo como prefieras, presentimiento, corazonada, o ¡ Qué se yo ! pero cuando te vi, supe que serías alguien muy especial en mi vida. Ahora te pido que me permitas saber si eso es verdad, aunque puedo sentir que no me he equivocado, porque debes saber que jamás doy explicaciones de este tipo, también eres el primero.
    Ahora bien – Sesshoumaru se pega a ese tibio cuerpo que es más que una tentación – déjate de tonterías, ahora mismo hay algo más importante amor ¿ Acaso no te das cuenta, no lo percibes en el aire ?
    Eres el primero en estar aquí conmigo, así que… permíteme compartir mi lecho contigo, deja que nos volvamos uno solo y yo sé que muchas de tus dudas se aclararán por completo – Sesshoumaru le sonríe como no lo ha hecho con nadie mas mientras acaricia ese bello rostro muy suavemente con la yema de sus largos y finos dedos. Inuyasha percibe que a pesar de la aparente y absoluta seguridad de ese hombre, un muy leve temblor hace presa de esa mano.


    El menor de los peli plateados se ha quedado mudo, inmóvil, avergonzado.



    - ¡ Lo lamento tanto Sesshoumaru, he cometido una tremenda indiscreción ! – le dice bajando la mirada.

    - No te disculpes Inu, solo puedo ver que eres casi tan posesivo como yo… así que por esa razón, asegúrate de recordar que después de unirte a mí, no permitiré que nadie más que te toque siquiera… pues serás solo mío- exclama tajante Sesshoumaru- aunque no me has dicho si deseas estar de ésa forma conmigo –



    Inuyasha lo mira y con la seguridad y el deseo en sus ojos ámbar, asiente en silencio. El alto No Taisho camina hacia las persianas cerrándolas todas de golpe.



    - ¿ No queremos curiosos verdad Inu chan ?-

    - S..ssupongo que no – dice Inuyasha nervioso –

    - Tranquilo Inu chan, te prometo ser amable contigo, después de todo es la primera vez de ambos, aunque te advierto que ya me tomé la libertad de investigar sobre el asunto, así mismo no te haré… por ahora… algo que tú no desees, nada que tú no quieras compartir conmigo.
    ¡ Vayamos lento Inu, aférrate a mi, descubramos esto juntos ! –



    Los ojitos de Inuyasha brillan intensamente, solo atina a asentir nuevamente en silencio, ante lo cual Sesshoumaru como acostumbra, toma la iniciativa, lleva la voz de mando.



    - ¡ Relájate ! ehmm… ya sé, estoy seguro que esto te ayudará – se aproxima a su moderno aparato de sonido empotrado en una pared , selecciona algo y casi enseguida se comienzan a escuchar las suaves notas de una melodía a un volumen muy suave – El bolero de Maurice Ravel, seguro lo conoces, a mí me gusta escucharla, siento que lleva una sensualidad implícita en cada nota. Ahora solo déjate guiar, déjate llevar por mí y por lo que tú mismo sientes… no te reprimas en nada Inu, estás seguro conmigo –



    Acaricia lentamente el rostro de Inuyasha con una mano mientras con la otra comienza a recorrer pausadamente su espalda.



    - ¡ Me gustas Inuyasha, me gustaste desde el primer día que te vi, aquella ocasión en que te contemplé a la distancia a través de mis persianas, la primera vez que fuiste a las oficinas –

    - ¿ Cómo, entonces desde esa vez me miraste así, me conocías desde ese día?-

    - Tanto como conocerte no desde luego – le dice sonriendo Sesshoumaru mientras lo pega más a su cuerpo y le habla en susurros a la vez que comienza a recorrer ese blanco cuello con sus labios, sintiendo enseguida el leve estremecimiento que esto provoca en Inuyasha. – pero la impresión que causaste en mí nos ha llevado hasta éste momento – juguetea ahora mordisqueando y paseando su lengua por la oreja de Inuyasha.

    - ¡ Aaah ! – gime suavemente el menor ante ésta nueva y placentera sensación.



    El joven diseñador gráfico comienza a ser consciente de que éste alto y sumamente atractivo hombre está provocando una hasta ahora desconocida reacción en él, sus manos del chico ya rodean casi con ansiedad ese cuerpo impresionante, puede sentir un leve temblor en ellas, está entrando en una lucha, entre seguir o retroceder en esto…


    “ ¡ No te reprimas en nada, estás seguro conmigo ! “ – resuena en su mente y con toda certeza ahora siente que eso puede ser verdad.



    Sin embargo la presencia de Sesshoumaru es demasiado para él, pero con la cordura que le permiten sus intensas caricias, quiere tener bien claro que esto es lo que desea.



    - ¡ Relájate amor, solo déjate llevar, siénteme estoy contigo, estás bajo mi cobijo y no pienso dejarte ir ya ! – la sensual voz baja le llega clara.



    Esas palabras de alguna forma alivian la tensión que el más joven siente, empieza entonces a concentrarse precisamente en lo que su cuerpo está percibiendo ahora, pero sobre todo lo que desde el fondo de su corazón éste necesita, su alma anhela cariño, su cuerpo necesita esa pasión, ese calor que Sesshoumaru le brinda ahora por medio de sus manos, de su cuerpo, de su mente, de todo él… su corazón necesita amar y ser amado.

    Sesshoumaru comienza a intensificar el roce de sus labios, él mismo está descubriendo y disfrutando enormemente las nuevas sensaciones, desconocidas para él también, hasta ahora. No es que sea un novato en las relaciones sexuales, ha vivido la experiencia desde edades tempranas con alguna mujeres… pero nunca era suficiente, nunca era lo que el deseaba, por eso las fue desechando, Pero esto… ¡Esto es completamente diferente ! ¡ Esto es más que un simple contacto físico, esto está basado en mucho más que eso… es el inicio de algo mucho más completo, significativo y profundo !

    Se besan una y otra vez, sus labios repasan repetidas veces los de su pareja, sus ágiles manos se han encargado de desabotonar la camisa de su futuro amante, perdiendo uno y otro el aliento al contemplar la blanca y tersa piel bajo la tela que la cubría.
    Sesshoumaru comienza a empujar a Inuyasha posando una mano en su pecho hasta que lentamente lo recuesta en la suave cama, sus respiraciones ya suceden inquietas, profundas, el mayor lo mira travieso y con el deseo y la sensualidad desbordándose en cada uno de sus movimientos, lo contempla recostado en su cama, con la respiración agitada, en espera de llegar juntos a ser consumidos por ese intenso fuego que les abrasa.

    No Taisho Sama se sube a la cama, se sienta colocando una rodilla a cada lado del cuerpo de Inuyasha, sintiendo los dos la cálida presencia, luego se agacha y entrecerrando sus dorados ojos roza su rostro con el de Inuyasha, compartiendo sus respiraciones y de manera por demás sensual le dice:



    - ¡ Solo sé libre se sentir Inu, no más barreras entre tú y yo ! –



    Inuyasha contempla en su interior esa respuesta descubierta hace tan poco… SU VERDAD brilla ahora con intensidad y él en un instante decide aferrarse a ella.
    Levanta sus brazos y sujetando firmemente a Sesshoumaru por los hombros, lo jala hacia él mientras los ojos de ambos comienzan a arder lanzando dorados destellos de deseo.
    Sus manos repasan una y otra vez el cuerpo de otro, sus lenguas buscan ansiosas el contacto en medio de esos intensos besos, se besan una, dos, diez, mil veces con pasión.

    Sesshoumaru comienza entonces a moverse lentamente , su cadera se mece cadenciosa encendiendo la intimidad de Inuyasha con ese intenso contacto aún por sobre la ropa, quien empieza a gemir sin poderse contener.



    - ¡ Aaaaagggh Sesshoumaru esto es tan… intenso , se siente tan bien tu cuerpo contra el mio ! ¡ Sigueee, sigue asssiiíí ! –



    Las finas manos de Sesshoumaru ya inquietas, bajan al cinturón de Inuyasha y lo aflojan, entonces el siente como Inuyasha comienza a hacer lo mismo. Sesshoumaru se mueve hacia un lado permitiendo a Inuyasha incorporarse un poco. En un momento dado uno y otro ya están hincados en la cama, sin dejar descansar sus bocas y en medio de jadeos de placer, se despojan mutuamente de cualquier prenda que impida el contacto de piel a piel.



    - Ya decía yo Inu chan, que el fuego acechaba tras tu inocente mirada –

    - ¡ Quiero más Sesshoumaru, quiero más de ti ! – casi gime de deseo Inuyasha.

    - Con gusto amor – Sesshoumaru clava sus ojos en los de él después de recorrer su cuerpo desnudo con su mirada ámbar.



    Toma las manos del menor y las dirige hacía su parte más íntima, para luego él hacer lo mismo con su amante, tocándolo de forma intensa. Inuyasha siente un sobresalto, se sonroja tremendamente e intenta en un reflejo retirar sus manos, que son colocadas nuevamente en esa enorme extensión de su novio quien le dice:



    - Mi regalo Inu chan ¿ Recuerdas que te lo dije ? ¿ Qué más podría ofrecerte que valiera la pena ? te entrego lo que realmente poseo, lo que soy , te lo entrego por completo… ¡ Me ofrezco a ti por entero ! ¡ Entrégate a mí, sé mío, como yo seré tuyo ! –



    Y a partir de ahí, si es que Inuyasha había sentido un melancólico frío en esa habitación cuando entró, ahora puede notar como la temperatura se comenzó a elevar notablemente, rodeados por la sensual cadencia de la melodía que los envuelve.
    Aquel chico de mirada inocente, reflejo de su interior, de manos temblorosas, se deja guiar, deja que las sensaciones lo invadan por completo, despertando su libido a algo mucho más intenso, más placentero que lo que pudiera haber imaginado que podría sentir alguna vez.
    Por su parte Sesshoumaru tomó posesión de la situación, guiando, acompasando las caricias, encendiendo el ambiente, disfrutando a su vez como nunca lo había hecho.
    La manos de los dos, han despertando con su intenso roce la parte más íntima de su pareja, el enorme deseo contenido, aquel guardado por mucho tiempo para ser descubierto por la persona indicada, han llegado a su punto cumbre a punto de estallar.


    - ¡ Aaaaahhh Sesshoumaru , te deseo tanto !-

    - ¡¡Aaaaaaggggghhhhh !! no tanto como yo a ti !! ¡ Sigue, sigue, lleguemos juntos ! -



    Hincados uno frente al otro, recorriéndose intensamente, sus bocas unidas, un vaivén desenfrenado… estallan sus cuerpos humedeciendo sus vientres en medio de inquietos espasmos.

    Sesshoumaru recuesta a Inuyasha, pues el fuego aún arde incontrolable, mantiene una de sus manos en la entrepierna de su amante y con la otra se prende de ese rosado pezón que le tienta.
    Inuyasha extiende sus brazos a los lados y cerrando los ojos, con la boca entreabierta, estruja entre sus dedos el blanco edredón que cubre la cama.


    - ¡¡¡ Aaaaaaahhhhh Sesshoumaru, maáss, quiero maaaásss !!! –



    Siente entonces como lo estimula más intensamente, nota como su cuerpo se comienza a encender aún más, pero su hinchado miembro es dejado libre de pronto, el dolor se vuelve casi insoportable.



    - ¡¡ Noooo Sessh, no pares !! –

    - Paciencia amor, llegó el momento de que me sientas por completo, de que sepas quien será tu dueño a partir de hoy, de que me sientas desde lo más profundo de tu ser –



    Una caricia suave y lenta en su rostro, los finos dedos juguetean en el contorno de su boca, Inuyasha instintivamente separa sus labios permitiendo la entrada , lamiéndolos repasándolos hasta dejarlos húmedos.



    - ¡ Ahora cariño, será necesario que me ayudes a llevar la cuenta ! – la respiración del mayor se escucha agitada por el intenso deseo de que es presa.

    - ¿ Cómo dices, de qué hablas? –

    - De esto – le dice al tiempo que le separa las piernas - ¡ Aaaah Inu chan, luces tan… tentador, tan virgen, solo para mí ! –



    Sesshoumaru levanta su mano frente al chico mostrándole el primer dedo, húmedo por completo.



    - ¿ Y bien ? – musita en forma de orden Sesshoumaru.
    - ¡ U…uuno ! – cuenta Inuyasha jadeando, intuyendo lo que sigue, cierra los ojos dejándose llevar por las sensaciones.



    Siente casi enseguida una leve presión, algo que intenta abrirse paso en su estrecha entrada, hasta que logra introducirse poco a poco.



    - Todavía eres muy estrecho debido a tu virginidad, tal vez duela Inu, pero pasará y estoy seguro de que rogarás por más – le susurra Sesshoumaru de forma cálida.

    - ¡ Aaaay ! – se queja al sentir cuando entra por completo, aunque se muerde los labios tratando de acallar su voz, le molesta sentirse en desventaja o dar muestras de debilidad. Realmente duele al principio , pero ese fino intruso comienza a moverse logrando ir estimulando más a Inuyasha, sin previo aviso siente de pronto como sale haciéndolo jadear un poco, ahora Sesshoumaru le muestra nuevamente su mano pero ahora son dos dedos los que levanta frente a él.

    - ¡ Doos ! – dice de forma queda Inuyasha, la mano desaparece de su vista.

    - ¡ Aaaaagggh! – gime casi enseguida, ese par de dígitos han entrado lentamente, pero comienzan a moverse en su interior enseguida.



    Después de un corto tiempo…


    - ¡¡ Treeesss !! – exclama asombrado Inuyasha, pues no cree aún que sea posible dar paso a tanto.

    - ¡¡¡ Aaaaaay, aaaagggghhh Sesshoumaru me duele !!! – se queja nuevamente, pero comprueba que su novio es muy hábil moviendo sus dedos dentro de él, preparándolo para lo que vendrá a continuación, comienza a ceder el dolor dando paso a una nueva sensación de placer, que se siente verdaderamente bien, las exclamaciones de dolor van dando paso a unos cortos gemidos que denotan lo grato que resulta ahora esto para Inuyasha.



    Siente ahora como su cuerpo comienza a responder, su cadera se está moviendo al ritmo de los intensos espasmos que siente en la parte baja de su vientre. Pero lo invade una sensación de vacío cuando Sesshoumaru saca a los hábiles intrusos dejándole un vacío que le desagrada.


    - ¡ Sessh nooo! ¿ Por qué? – gime, está a punto de soltar una sarta de protestas que simplemente se evaporan en su boca cuando Sesshoumaru se yergue llevándose las manos a quien será el protagonista de ahora en adelante, encargándose de proporcionarle todo el placer que su amante ha estado pidiendo.

    - ¡ Ahora es mi turno ! – exclama de forma lujuriosa Sesshoumaru jadeando de placer.

    - ¡ No, espera amor, no creo que algo tan enorme me pueda, no creo en realidad que…! – dice con temor en la mirada. Siente como sus piernas son levantadas nuevamente hasta los hombros de Sesshoumaru y siente también la calidez de ese cuerpo que ahora se ha aproximado hasta quedar pegado a él.

    - ¡¡ Aaaaaggggghhh Sesshoumaaaarruuuu, duele, me duele mucho ! – casi llora sus palabras, mientras las lágrimas brotan sin su permiso cruzándole el rostro.



    Sesshoumaru se detiene un momento, se agacha para besar sus lágrimas, al mismo tiempo estimula otra vez la extensión de Inuyasha para lograr que al hacerlo el dolor ceda poco a poco, entrando lentamente.



    - ¡ Tranquilo mi Inu chan, pasará pronto, solo date un poco de tiempo ! – vuelve a quedarse inmóvil, aumentando el movimiento de sus manos.

    - ¡ Ssssiiííí , así está mejor ! – exclama Inuyasha, su cadera comienza a moverse otra vez al ritmo de su placer que se acrecienta.

    - Ahora Inu, serás mío, me entregas tu virginidad y yo te entregaré mi esencia a modo de mi marca personal –



    La pelvis de ambos ahora se ha sincronizado de forma perfecta, facilitando las penetraciones, cuando Sesshoumaru entra por completo Inuyasha arquea su espalda por el dolor y el placer que lo invade a la par de su amante. Que ahora masajea lentamente los muslos del chico.



    - ¡¡ Aaagggghhh detente Sesshoumaru, te lo ruego !! –

    - No puedo hacerlo ya, pero lo que sí puedo hacer es esto –



    Vuelve a tomar su erecta hombría de Inuyasha y la recorre con su mano, aprisionándola, recorriéndola hasta que sus dedos se humedecen otra vez.
    Los gemidos graves de Sesshoumaru ya se hacen presentes al sentir como su amante lo estimula con su cuerpo, esa cálida sensación lo está enloqueciendo, entra y sale cada vez más rápido al escuchar como los gemidos de dolor de Inuyasha se han vuelto gemidos de puro placer, mientras ruega por más.



    - ¡¡ Aaaaaaagggghhh!! Inu ¿ Puedes notarlo? ¡ Nos hemos vuelto uno solo! A partir de ahora nos pertenecemos, somos solo tú y yo – los gemidos del mayor se intensifican a la par del placer que siente al ser aprisionado en el interior de su chico.- ¡¡ Eres solo mío!! –

    - ¡¡ Y tú eres todo mío!! – responde entre jadeos Inuyasha, completamente dichoso de lo que eso significa.



    Inuyasha ya no puede más, al sentir como en su interior estalla Sesshoumaru entre espasmos, la cálida y húmeda sensación lo abruma completamente, él mismo también llega al clímax, mojando sus pieles con su blanca esencia.
    Sesshoumaru se apodera de la boca de su amante tomando su rostro con ambas manos con ansiedad, lo besa con el beso más intenso de la noche, depositando las últimas fuerzas que le quedan. Al tiempo que va dejando ese tibio cuerpo que lo ha acogido por primera vez, va recostándolo suavemente cobijándolo en un cálido abrazo, que Inuyasha corresponde enseguida pegándose aún más a su tersa piel.



    - ¿ Me sientes Inu? Estoy aquí contigo y no pienso soltarte, no pienso dejarte ir – lo besa en la frente suspirando - ¿ Escuchas los acompasados latidos de nuestros corazones? laten a la par, saben que ahora están entrelazados… para siempre – ahora Inuyasha percibe cierta dulzura en esas palabras, aunque después éstas se impregnan de un halo de tristeza cuando exclaman:

    - Dime amor… ¿ Te quedarás conmigo, no me dejarás solo? ¿ Verdad que no lo harás? –



    Inuyasha lo mira directo a los ojos, lo besa con inmensa ternura, para luego decirle lo que siente desde lo más profundo de su ser:


    - ¡ No pienso soltarte baka ! eres ya la persona más importante en mi vida . Solo dime algo –

    - Lo que sea cariño –

    - ¿ Quieres amarme en realidad ? ¿ Podré ser tan importante para ti como lo eres ahora para mí? –



    Sesshoumaru entrecierra los ojos, sonríe y responde enseguida.



    - ¡ Tonto! ¿ A qué viene esa pregunta ahora ? lo que acabo de hacer contigo no fue solo sexo amor mío, estoy seguro de que lo sentiste…¿ Acaso no te das cuenta de la magnitud de nuestro acto? Más que sexo, fue una entrega por amor, un amor que inicia hoy, así lo percibí también en ti y tengo la firme intención de crecer éste sentimiento que ha surgido dentro de mí, así como pienso que tú puedes hacerlo.-



    Inuyasha sonríe, iluminando el rostro de Sesshoumaru con ese solo gesto.



    - ¡ Sí Sessh, ahora estoy seguro… ¡ De verdad podemos amarnos ! – exclama con gran alegría.



    Deposita un último beso en la perfecta y tentadora boca, para agotado recostarse en el pecho de Sesshoumaru… ¡ Su Sesshoumaru !, donde escucha los sonoros latidos de ese corazón, un corazón mucho más cálido de lo que esa fría actitud aparenta.


    Se quedan escuchando el susurro del silencio a su alrededor, ni siquiera notaron cuando cesó la música que les ha hecho más grato aún el ambiente de esa ahora cálida habitación, susurros que les dicen a voces que el tiempo de amar se ha abierto para ellos.



    Finalmente las llamas doradas se dejan llevar en un apacible sueño compartido, mientras la brisa nocturna mueve suavemente las persianas que los han acompañado desde el inicio de todo.











    Continuará. . .



    Notas finales:

    Deseo de verdad les haya gustado, porque aquí el ambiente quedó muy cálido por culpa de ese par de guapísimos peli plateados, je,je,je
    Supongo que es el calor del verano ;)
    Les agradezco su compañía como siempre y sus valiosos comentarios.

    Nos leemos espero el próximo domingo.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:24
     
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  14. anime black 53
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    Oohhhhh x dios m muero mi inu-chan al fin a descubierto q le quiere y vaya q lo demostro (sangrando de la nariz) me has dejado impaciente quiero saber q hara naraku encontra d esos sensuales peli platas ahhhh cada vez se pone mas emocionante espero la conti pronto saludos y cuiat mucho amiga mia.
     
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  15. Hoshi no Hikari
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    Saludos mi querida amiga Anime Black !

    Sí, hasta que al fín se están dando una oportunidad éste par de guapérrimos peliplateados, ya era tiempo, pero tienes razón, habrá que ver que opinan de ésto los hermanitos Kuroi Kumo, ja ja ja ja
    Pero ya lo iremos averiguando pronto, muy pronto.
    Para no dejarte con la curiosidad, te subo enseguida la continuación... ¡ Que la disfrutes !
    Saudos.
    Nos seguimos leyendo.

    Bye bye :D
     
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31 replies since 21/2/2014, 04:48   2021 views
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