Persianas - Sessh x Inu (Finalizado)

" Todo es según el cristal con que se mira " reza el conocido refrán. Pero... ¿ Y si lo miramos a través de las persianas, como atrevidos observadores ? Entrando en el íntimo mundo de alguie

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  1. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capítulo:

    ¡ Hooola queridos lectores !
    ¡ Saludos a todos !
    Nos encontramos otra vez en la continuación de la historia, es un gusto como siempre.
    Yo creo que ya fue suficiente de miel, pero debo admitir que me costó trabajo calmar a nuestros guapísimos peli plateados, así que los dejé en paz un poquito más.

    Ahora bien, a pesar de que ésta no es una historia complicada en realidad, me parece que no le vendría mal una poca de acción, ya ven que hay algunos celosos y posesivos en ella y no creo que se resignen a quedarse tan tranquilos.

    En fin los dejo con ellos, veamos que hacen ésta vez o mejor dicho, que hago yo con ellos ;)





    Capítulo 8

    ¿ Romperás mi corazón ?






    Un fuego abrasador ardió esa noche, imparable, intenso, invadiendo hasta lo más profundo de los corazones que salieron a su encuentro.
    Pero sin embargo, su fuerza se sintió en dos lugares distintos y su naturaleza fue de muy diferente índole en cada uno de ellos.
    Aunque irónicamente quien ha motivado ésta inesperada reacción, jamás se haya propuesto ser el causante.

    Ese atractivo chico de blanco cabello nunca imaginó las contradictorias reacciones que su llegada a ésta ciudad causaría.

    ¿ Por qué esperarlas después de todo ? cuando él solo tenía en mente labrarse un mejor futuro que el que ha dejado en su natal Kioto, aún cuando en el plano profesional se sentía satisfecho con sus logros, con una habilidad y creatividad fuera de serie seguramente debida también a lo mucho que disfruta a lo que se dedica. Pero no es ése aspecto de su vida el que más le inquietaba.

    Tal vez lo que más necesitaba dejar atrás eran precisamente los fallidos intentos para lograr una relación sentimental estable, puesto que las que ha tenido solo le han traído mayor soledad, nunca se había sentido pleno y mucho menos realmente enamorado, con ése maravilloso regocijo que revolotea en el corazón cuando se encuentra a la persona indicada para ser nuestra alma gemela que nos impulsa sacando lo mejor de cada uno, con la disposición de crecer en todos sentidos a la par de ése corazón que late junto con el nuestro.

    Pero Inuyasha jamás había encontrado nada parecido siquiera… hasta ahora.

    Sólo hasta ahora mismo comprende el porqué… simplemente porque caminaba en la senda equivocada, cerrando los ojos y el corazón a lo que realmente necesitaba y buscaba.

    Pero a su vez su llegada a Tokio provocó reacciones inesperadas, no solo para él, sino también para las personas con las que su camino se ha cruzado y en las cuales ha causado alguna clase de impresión y efecto.






    --------------------------------------------------------







    Lo que para Sesshoumaru e Inuyasha ha sido una noche inolvidable, de un maravilloso encuentro, descubrimiento, aceptación y entrega, para un par de jóvenes peli negros, se ha convertido en una muy desagradable pesadilla…




    (Flash back)

    Cuando Naraku salió de ése lugar seguido por su hermano, subió a su auto hecho una furia, abandonó el estacionamiento en medio de un rechinido de neumáticos.

    Byakuya en un principio trató de darle alcance en su propio auto, más luego desistió al comprender que eso solo lo ponía en peligro, siendo una completa imprudencia y sabiendo además que él no es tan hábil en el manejo de autos como su hermano mayor.

    Disminuye poco a poco la velocidad mientras observa las luces traseras del auto de Naraku perderse entre el poco tráfico nocturno. Durante el trayecto de regreso se pregunta si realmente desea llegar, claro está que de antemano sabe que encontrará ahí y no será nada agradable.



    - Tal vez debería de considerar el irme ya de su lado y hacer mi vida por mi cuenta – exclama en voz baja en medio de un profundo suspiro, aún cuando conoce bastante bien el motivo por el que no lo ha hecho aún.



    Cuando llegó al fin, Naraku ya tenía un tiempo de haber arribado al apartamento, en parte por la velocidad a la que conducía y por otro lado debido a que Byakuya dio algunas vueltas conduciendo sin rumbo, tratando de aplazar el momento de su llegada.

    Tenía la esperanza de que su hermano mayor se hubiera ido a algún lado a beber, como acostumbra hacer cuando algo le sale mal, aunque a decir verdad, nunca lo había visto tan molesto como lo ha estado hoy.

    Todas sus esperanzas de no encontrarlo en casa dándole la oportunidad de escabullirse hasta su habitación encerrándose en ella, se evaporan cuando ve el auto de su hermano aparcado en su lugar de costumbre. Lanza otro suspiro, mientras abre la puerta del apartamento, de cualquier forma el podría largarse a cualquier sitio y volver mucho más tarde, pero ya son las primeras horas de la madrugada y él se encuentra sumamente cansado, además de que aún cuando no se lo diga a Naraku, él se siente preocupado por su hermano.

    La sangre se le hiela en las venas cuando entra a la sala, donde contempla a su hermano que da vueltas como un energúmeno y voltea hacía Byakuya en cuanto lo escucha entrar, lanzándole una colérica mirada.



    - ¡ Ya llegué ! - le dice Byakuya lo más tranquilo que puede.



    Sin mediar palabra, Naraku prácticamente se abalanza sobre él tomándolo por las solapas de la chamarra, lo empuja hasta hacerlo chocar contra la pared de forma violenta.



    - ¡¿ Lo sabías no es así, tú ya lo sabías ?! – le grita furioso.



    Byakuya vuelve el rostro hacía un lado, se siente amedrentado a la vez que no soporta ser maltratado así por su hermano, al tiempo que apenas si le responde:



    - No entiendo de que me hablas-

    - ¡ No te hagas el idiota conmigo Byakuya ! ¡ Sabes perfectamente de lo que te hablo ! –



    Al no recibir respuesta, vuelve a azotar a su hermano contra la pared al tiempo que aún más furioso le pregunta:



    - ¿ Ya sabías que Inuyasha y Sesshoumaru eran novios ? ¿ Desde cuándo lo sabes, desde cuándo lo son ?-

    - ¡¡ Basta Naraku, me haces daño !! – le grita desesperado Byakuya, empujando a su hermano con fuerza, soltándose y alejándose unos pasos de él.

    - ¡¡ Respóndeme maldita sea !! - le exige Naraku que camina de nueva cuenta hacia él.



    Byakuya ya bastante molesto y dolido, se voltea a encarar a su hermano y más que enojado le responde elevando el volumen de la voz también.



    - ¡¡ No, no lo sabía, no sabía una mierda, me enteré igual que tú en ésa estúpida reunión, unos minutos antes de que tú llegaras !! ¡¿ Satisfecho?! - mira con un profundo enojo hacia esos ojos rojizos que casi lo hacen temblar, pero ahora es mayor el dolor convertido en furia - y te informo que no soy la niñera de “tu amado Inuyasha” para saber todos y cada uno de sus movimientos. Si quieres saber sobre él… ¡ Ocúpate tu mismo de ello y déjame en paz de una maldita vez ! –



    Naraku se queda callado un momento, al contemplar el semblante de su hermano y la manera tan poco usual en que él le ha hablado.



    - ¿ Eso es verdad ?-

    - ¿ Por qué te mentiría ?- le replica Byakuya volviéndose para no mirarle a la cara y cruzando los brazos molesto.



    Su hermano comprende que ha desquitado su ira de forma equivocada con Byakuya, aún cuando no se detiene mucho tiempo a pensar en ello, ni pareciera importarle tampoco gran cosa.



    - Tienes razón Byakuya, yo… ¡ Lo lamento ! tú en realidad no tienes la culpa de esto – le dice sin mayor afectación, sin embargo algo se remueve con molestia en su interior y le dice así de la nada:

    - Después de todo no podrías haberte dado cuenta ya que tú te encontrabas demasiado ocupado besuqueándote con tu “noviecito” –

    - Te recuerdo que Kouga es ahora mi “noviecito” porque así me lo pediste – le reprocha Byakuya.

    - ¡ Yo jamás te dije que te hicieras su novio, esa fue tu decisión, no me vengas con sandeces ! – le dice seco Naraku.



    Byakuya se queda atónito ante lo que escucha, después de todo, él solo trataba de ayudar a su hermano, tratando de apartar a Kouga del camino hacia Inuyasha, todo eso a petición del propio Naraku. Se gira entonces y apretando los puños con rabia, comienza a caminar para dirigirse a su alcoba.



    - Será mejor que me retire ahora – le dice a Naraku de forma helada, aunque su voz comienza a quebrarse, agacha la cabeza tratando de ocultar el par de lágrimas que ya surcan su rostro.

    - ¡ Espera Byakuya ! – le dice con voz queda, quien se aproxima y le levanta el rostro por el mentón para mirarlo.

    - ¡ Déjame, quiero estar solo ! – le dice dolido Byakuya.

    - ¡ Lo siento Byaku ! sólo es que me siento realmente molesto por lo ocurrido con Inuyasha.

    - Y lo mejor que se te ocurrió fue descargar tu rabia conmigo ¿ No es así ? – le dice apartando de golpe su rostro de aquel contacto, para preguntarle muy serio a su hermano mayor - Él te importa demasiado ¿ Es eso ? – quiere saber, aún cuando sabe que la respuesta le dolerá.

    - Así es, de momento él es mi prioridad, alguien a quien no pienso dejar escapar y mucho menos pienso permitir que Sesshoumaru se quede con él, no dejaré que me gane otra vez . –



    Nuevamente las lágrimas surgen de los profundos y bellos ojos de Byakuya. Naraku enjuga esas cristalinas gotas con sus dedos, a pesar de todo le desagrada ver llorar a su hermano, le incomoda de alguna forma.

    Y sin mucho pensarlo, se aproxima al rostro de Byakuya y besa sus mejillas secando sus lágrimas ante lo cual el menor cierra los ojos y respira profundamente.



    - Tal vez pueda compensarte de alguna forma por el mal rato ¿Ne Byaku chan? – le dice Naraku componiendo una leve sonrisa.



    Sin embargo ésta vez Byakuya prefiere alejarlo, separándose de él.



    - Me siento cansado, deseo irme a dormir… ¡ Hasta mañana Naraku ! – se da la vuelta y se retira en silencio.



    Ésta vez Naraku lo deja ir.





    Cuando Byakuya se tiende en su cama deja desbordar al fin el torrente de lágrimas que ha estado conteniendo frente a su hermano.



    - ¿ De verdad piensas romperlo no es así oniisan? No creo ya poder aguantar más – murmura hacia su almohada en medio de profundos sollozos.




    Mientras tanto Naraku solo puede pensar en el odio creciente que se ha formado en su interior contra Sesshoumaru, quien ha sido de alguna forma una especie de “amigo”, pero con quien de alguna forma siente una oculta rivalidad. Tampoco aparta la mirada de Inuyasha quien se ha convertido en su más grande e irracional capricho.



    - No me importa lo que deba hacer Inuyasha, pero te juro que te llevaré a mi lecho usando los métodos que sean necesarios, te arrebataré de sus brazos –







    -------------------------------------------------------------








    - ¿Seguro que te encuentras bien ? – es la pregunta que le hace Miroku a Kouga quien aún luce intranquilo.

    - Sí, de verdad… ¡ Lamento haberte causado éste contratiempo ! – Kouga trata de parecer más tranquilo de lo que realmente está.

    - ¡ Oh, no ha sido nada, de verdad ! me ha quedado de paso tu apartamento – le dice con una sonrisa Miroku.



    Ambos chicos están sentados en la sala del apartamento de Kouga, tomando una taza de café. Miroku insiste en asegurarse de dejarlo hasta que esté de mejor ánimo, después de todo él puede ser muy bueno cuando de usar las palabras se trata, pero por sobre todo, ésta vez ha sido sincero al preocuparse por Kouga.

    Entre charla y charla, Kouga se va tranquilizando, puede sentir como la compañía de Miroku le ha hecho bien a su dolido corazón.


    - Eres un buen amigo Miroku –

    - Cuenta conmigo para cuando lo necesites – le dice sonriente nuevamente Miroku – ahora será mejor retirarme Kouga, ya es bastante tarde. –



    Se levantan los dos y Kouga lo acompaña hasta la puerta.



    - ¡ Gracias de verdad ! –



    Miroku posa su mano en el hombro de ese joven de ojos de un azul tan claro que ahora le parecen interesantes.



    - Recuerda, mantén calmada tu mente, pero también aclara tus sentimientos y si éstos son verdaderos, busquen la manera de fortalecer los lazos que los unen, solo dense un poco de tiempo y después de eso, habla con él, no dejes dudas que les hagan daño – le aconseja Miroku antes de partir.



    Kouga siente ese leve contacto como algo muy grato, algo que le hace bien, aunque no le presta demasiada atención por encontrarse sumamente preocupado por Byakuya.


    Cuando Miroku se ha retirado, saca su teléfono móvil y cuando está a punto de llamarle a su novio para saber cómo se encuentra, se detiene en el último momento.



    - Tal vez Miroku tiene razón y deba darte tiempo… ¡ Descansa Byaku… te amo ! – dice en un susurro y después decide que ya es tiempo para él de irse a descansar.



    (Fin del Flash Back)





    Sin duda alguna… una noche fuera de lo común para todos los implicados, aunque haya sido grata o al contrario una pesadilla, termina al fin dando paso a un día en que todo luce diferente a como lo era hasta el atardecer del día anterior, para bien o para mal, pero diferente.




    Y así amaneció para cada uno de nuestros personajes…







    Cuando Sesshoumaru abrió sus dorados ojos, lo primero que notó fue ese muy grato bienestar que se siente después de dormir una plácida, relajada y muy reconfortante noche de reparador sueño.

    Tenía quizás años que no gozaba de una noche así, tal vez desde su muy temprana infancia, cuando su vida lucía como la de un niño casi “normal” , si es que podemos llamarle normal a una existencia plagada de toda clase de lujos y comodidades reservados a su persona por ser el hijo único de uno de los más importantes y ricos empresarios de Japón.

    Siempre rodeado de sirvientes, institutrices, maestros particulares para todo, una existencia silenciosa, solitaria, fría, sin amigos y casi podría decirse sin padres, ya que ellos casi siempre se encontraban demasiado ocupados para estar siquiera con él.

    ¿ Cercanía por parte de su madre quien se supone sería quien le debería amar sin reservas? solo recuerda que haya sido así cuando era muy pequeño, después conforme fue creciendo todo se fue volviendo silencio y soledad, aún cuando estuviera rodeado de gente. Por si fuera poco, todo esto se acrecentó aún más cuando tiempo después sus padres murieron.

    Pasó a ser el adolescente más rico de todo Japón y quizás del mundo, dueño de una gran cantidad de empresas, pero también se quedó completamente solo.
    Decidió entonces acudir a una escuela, privada desde luego, estaba harto de recibir clases particulares las cuales lo aislaban aún más, ya no deseaba permanecer más tiempo en su enorme mansión, a pesar de ser aparentemente frío y callado, quería experimentar el trato con la demás gente.

    Es ahí donde conoció a Naraku, alguien casi tan solitario como él, metido siempre en problemas que normalmente eran resueltos gracias a las influencias de Sesshoumaru, también huérfano al lado de su hermano menor el cual está bajo su cuidado. Herederos de una mediana fortuna procedente de los oscuros negocios de su padre.

    Han sido compañeros inseparables, al menos hasta ahora, cuando la llegada de Inuyasha lo ha cambiado todo.



    - Inuyasha – susurra ahora Sesshoumaru con lentitud ese nombre.



    Siente su tibio y esbelto cuerpo pegado al suyo, la espalda del chico unida a su pecho, percibe su pausada respiración… ¡ Se siente tan bien ! por primera vez en su vida se siente completo.

    Lo pega más a si mismo jalándolo suavemente y acaricia su cabeza una y otra vez de forma suave y tierna.



    Suspira



    Él mismo está sorprendido por la calidez que ha surgido de su propio interior, de un corazón que creyó helado y solo para siempre. Jamás pensó que ese torrente de sentimientos y sensaciones estuvieran al acecho en su interior, esperando el momento adecuado para cuando llegara la persona correcta, desbordarse en forma de un intenso e imparable torrente.
    Duro ha sido también el darse cuenta que ha estado caminando en la dirección equivocada, pero para su fortuna él ha llegado y él mismo ha aceptado su nueva realidad.
    Se endereza un poco y le da un suave beso en la mejilla, Inuyasha se remueve un poco y lanzando un leve gemido exclama en sus sueños:



    - Sesshoumaru… ¡ Te amo ! –



    El joven No Taisho sonríe complacido, se acurruca nuevamente a su lado para quedarse ahí, no tiene ninguna prisa por separarse de su amante, de su novio, de su todo, no piensa dejarlo salir de su vida.






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    Por su parte en otro lejano lugar…



    Kouga se levantó temprano, a pesar de que se siente agotado, simplemente no puede permanecer en la cama por más tiempo, despertó con un estado de ánimo simplemente pésimo. No puede creer que esto esté sucediendo, no ahora que creyó encontrar por fin a la persona especial, a la que podría amar sin reservas. No cuando todavía recuerda las amargas experiencias pasadas, cuando habiendo aceptado su sexualidad, se enfrentó valiente a su realidad afrontando los problemas que eso implicaría.
    Fue blanco de innumerables burlas y muestras de discriminación, pero no flaqueó nunca; cuando en dos ocasiones parecía haber encontrado a su pareja, con quien compartir su vida y su amor, todo resultó un rotundo fracaso, relaciones en las que él terminaba dando más de lo que recibía, saliendo irremediablemente lastimado y desconfiando profundamente de las relaciones sentimentales.

    Incluso…¿ Qué podría decir de su mejor amigo : Inuyasha. ?

    Para Kouga no es difícil hacer amigos, pero el chico de extraños cabellos blancos, resultó el mejor de todos, ha sido su compañero, confidente y amigo leal, pero solo “amigo ” al fin, de amor con él… ¡ Nada ! pues aunque lo intentó siempre creyó aún contra su voluntad en lo que Inuyasha le decía, él nunca podría corresponderle por ser diferente a Kouga, lo creyó porque parecía verdad. Hasta Inuyasha parecía creerlo así.

    Pero ahora… ¡ Vaya sorpresa ! Kouga está también convencido de que es algo que ha sorprendido también a su amigo, pues podría haber tenido sospechas al respecto, al no conocerle una novia con la que fuera feliz, aunque era algo que enseguida descartaba a causa de la firme heterosexualidad que usaba su amigo en contra de cualquier intento de Kouga para acercarse a él de alguna otra manera.



    - ¡ En fin ! – suspira ahora frente a su taza de café Kouga – Inuyasha no era tampoco para mí –



    Pero… ¡ Byakuya! , Kouga podría jurar que él sí lo es, aunque al verlo anoche alejándose sin siquiera voltear a verle, al recordarlo siente un sordo dolor en su corazón que le impide casi respirar. Ese extraño hermano suyo de verdad le desagrada, pero por sobre eso, le inquieta sobremanera la forma en que éste influye en su novio.



    - “ Extraña relación de los hermanos Kuroi Kumo ” - piensa ahora en medio del silencio de su apartamento.



    Toma otra vez su teléfono para ésta vez sí marcarle, siente que ya le ha dado bastante tiempo a su novio como para calmarse, ya no esperará más a que él le llame, le hablará él. Pero cuando está a punto de marcar, suena el timbre del teléfono, haciéndolo pegar un brinco, mira el número pero de momento no lo reconoce.



    - Moshi, moshi – responde.

    - ¿ Kouga? ¡ Hola, buen día tengas ! habla Miroku – una cordial y ahora conocida voz le saluda desde el otro lado de la línea.

    - ¡ Miroku… hola ! – cierto desazón invade el corazón de Kouga al no ser la voz de quien esperaba con ansias escuchar.

    - Disculpa si te llamo a ésta hora, no es ya muy temprano pero… ¡ Digo, es domingo ! esperé lo más que pude para llamarte tratando de no ser inoportuno, espero no serlo al menos para que cuando te vuelva a ver no me lances el teléfono a la cabeza – bromea Miroku tratando de suavizar el momento, puede percibir en el tono de voz de Kouga que las cosas no marchan nada bien.

    - No te preocupes Miroku, tengo un buen rato despierto –



    Miroku adopta entonces un tono de voz más serio, dejando de lado las bromas.



    - Verás Kouga, decidí llamarte porque estaba preocupado por ti, anoche cuando te dejé no lucías muy bien y hoy quería saber cómo estabas –

    - ¿ Estabas preocupado por… mí ? – pregunta confundido Kouga ante esa inesperada atención por parte de ese joven hombre de azules y profundos ojos.



    No tiene mucho de tratar con él ya que a pesar de haberlo visto algunas ocasiones en las oficinas de No Taisho Industrias, no ha sido hasta hace muy poco cuando Inuyasha los presentó un día, que comenzaron a saludarse y a cruzar algunas palabras durante las pocas ocasiones que se han visto. Así que tampoco puede decir que entre ellos haya un trato tan cercano como para esperar que se preocupe por él.


    - ¿ Y podría saber por qué te preocupas por mí ? – pregunta Kouga con curiosidad.

    - ¡ Caray ! ¿ Es que uno no puede preocuparse por los amigos ? porque… ¿ Eso podemos ser, no Kouga ? ¡ Digo, tampoco es como para que te creas mucho al tener un amigo como yo ! pero es que… eres bastante agradable ¿Sabes? . En pocas palabras, me preocupo porque he comenzado a tomarte aprecio supongo – el tono de voz de Miroku es bastante jovial, pero no dejan de ser sinceras y ciertas sus palabras.

    - ¡ Vaya, pues te lo agradezco de verdad ! – le responde algo sorprendido Kouga, ante la inesperada sinceridad de ese hombre – ahora que en cuanto a lo que quieres saber, pues… estoy bien – exclama Kouga tratando de sonar convincente.

    - ¡ Sí claro, lo puedo notar por la alegría desbordante de tu voz ! –

    - ¡ Baka ! - le dice Kouga, soltando a reír sin proponérselo, lo curioso del asunto es eso, es decir que ese hombre haya logrado sacarle una sonrisa en vez de que le dieran ganas de cortar la llamada simplemente.

    - Es grato escucharte reír de nuevo, pero de cualquier forma… ¡ Mira Kouga, no pretendo inmiscuirme en asuntos que no me conciernen, pero me gustaría que supieras que de verdad puedes contar conmigo como amigo. Ya verás que todo se resolverá entre ustedes, pero acuérdate de mí si en algún momento necesitas algo… ¡ Cualquier cosa ! ¿ OK ? –

    - Ok Miroku y … ¡ Muchas gracias otra vez ! - sin duda alguna Kouga se siente mejor.

    - Bien, pues en ése caso me despido ¡ Cuídate, nos veremos después ! –

    - ¡ Gracias y hasta pronto ! –



    Y quedó Kouga frente a su taza de café nuevamente, algo incrédulo de lo que acaba de suceder, pero un poco más tranquilo. Ha decidido esperar a que Byakuya le llame, le dará tiempo, no desea forzarlo después de todo.


    Esperará… por una llamada que no llegará, al menos por el momento.






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    Conciliar el sueño fue realmente difícil, pero agotado después del intenso llanto y dolido profundamente con su hermano, consiguió dormir ya cerca del amanecer.


    En contraste con su hermano mayor, quien después de varias cervezas se retiró a su alcoba quedándose dormido casi enseguida como si nada hubiera pasado.


    Se levantó cerca del medio día y se fue directo al baño, tal vez el agua de la ducha le ayude a despertar por completo y pueda sacudirse la pesadez que ahora lo abruma.

    Pasado un rato, aún cuando ya ha terminado de ducharse permanece bajo los finos chorros del agua, sin pensar en nada, sin sentir nada.

    Algo en él ha cambiado, tal vez no de forma consciente por completo, pero de alguna forma su mente lo percibe. Aún cuando el dolor lo abruma, ya no derrama más lágrimas, ya no lo hará más, no vale la pena. ha decidido volverse frío, insensible, pues no desea ser lastimado otra vez y mucho menos por aquel que conserva en su corazón.
    Por él, por Naraku, hará lo que sea necesario, no lo perderá tan fácil, no se lo arrebatará ese estúpido empleado nuevo, ése advenedizo… ¡ No lo permitirá !.

    Sale después de un rato del baño y se viste casi como autómata.

    ¿ Quién puede saberlo ahora ? tal vez el frágil equilibrio de su atormentada mente se ha perdido, pero lo que es un hecho es que cuando sale de su alcoba, su mirada ha cambiado a pesar de parecer el mismo par de ojos tiernos y dulces, en el fondo de ellos hay ahora una sombra fría y rencorosa.

    Desayuna cualquier cosa, de todos modos no apetece nada. Naraku desde luego aún duerme, así que con las llaves de su auto en la mano, sale sin hacer ruido.
    Planea perderse en cualquier sitio por el resto del día, no quiere ver a nadie, no desea hablar con nadie.

    Ya mañana… mañana volverá a aparentar que es el mismo de siempre, alguien que tal vez se ha perdido irremediablemente. Un alma dolida que no descansará hasta hacer pagar caro a cada uno de los que se atrevieron a interponerse entre Naraku y él.






    ----------------------------------------------------------







    - “Enorme bostezo” –


    Esos preciosos ojos ámbar aún se niegan a abrirse, después de una noche tan intensa a pesar de lo enormemente placentera quién podría culparlos. La sensación en el corazón y el cuerpo de ese joven chico de revuelto cabello blanco es tan grata, que se niega a despertarse por completo.

    Todo ha sido casi mágicamente atrevido según los detalles que le dan vuelta en la cabeza, tanto que teme se trate solo de un efímero sueño y que en cuanto abra los ojos, todo desaparecerá dejándolo solo una vez más.

    Como aquella lejana mañana en que rogaba que la muerte de su madre, última compañía que le quedaba, hubiera sido una muy amarga pesadilla que se desvanecería cuando amaneciera nuevamente. Tristemente eso no resultó así, encontrándose entonces completamente solo, casi sin amigos ya que se aisló a sí mismo huyendo de cualquier lazo emocional que tarde o temprano podría romperse causándole mayor dolor.

    Logró salir adelante paso a paso, después de todo y a pesar de lo vivido, su temperamento y carácter siempre ha sido luchador y emprendedor. Poco después, se encontró con Kouga, con quien logró una muy sincera amistad, logrando también mayores progresos, no así en lo relacionado a sus relaciones sentimentales, pues el par de novias, Kagome la última, sólo le dejaron un vacío mayor.

    Se dedicó entonces a ocultar sus sentimientos, aparentando siempre que todo estaba bien, aún cuando internamente sufriera esa enorme soledad. Se enfocó entonces por completo en sus estudios y en llevar una vida lo más “ normal ” posible… hasta ahora.


    ¿ Normal ? ¿ Y quién puede decir lo que es “normal ” en ésta vida ? después de todo los parámetros de la gente son tan relativos y cambiantes…


    Trata de estirar su esbelto y blanco cuerpo, pero algo se lo impide, una muy cálida y grata presencia, así que aún sin abrir los ojos se gira y comienza a tocar suavemente. Una sonrisa se dibuja en su rostro al sentir esos finos y bellos rasgos, su afilada nariz, los rasgados ojos aún cerrados, esa boca tan fina y delicada en apariencia, pero insaciable y ardiente en el actuar e intensa y autoritaria a la vez que tierna en el decir.

    Esos fuertes y bien formados brazos que lo retienen, su blanco y escultural pecho cuya piel desnuda se amolda de forma tan perfecta al cuerpo frente a él, el cual se niega a dejar ir. El abdomen, firme, tan firme, las manos siguen bajando, sintiendo, acariciando a la vez que las expresiones en el rostro del menor van cambiando de satisfacción, agrado… sorpresa y… ¡ Enorme sonrojo !

    Sus manos repasan “ esa ” parte que le ha hecho vibrar y retorcerse de placer la noche anterior, sus dedos temblorosos se retiran de golpe, su rostro encendido se oculta apenado contra el cuerpo de ese alto hombre que yace junto a él.



    -“ ¿ Así que no ha sido solo un sueño después de todo, un impresionante y bello sueño ? ” – piensa Inuyasha demasiado apenado aún, pero dichoso de que así sea, aunque ahora mismo trata de calmar la agitación que le ha invadido a causa de su atrevida curiosidad.


    Levanta el rostro levemente apartándose un poco, pero de inmediato vuelve a quedarse inmóvil… esos ojos, esos bellos destellos dorados, se encuentran entreabiertos y fijos, muy fijos en él. Esos brazos entonces lo sujetan más firmemente, acabando con el espacio entre ellos dos y sin que sepa cómo, un rápido giro y ya se encuentra Inuyasha acomodado boca arriba y Sesshoumaru… recostado encima de él.

    Ahora es Inuyasha quien es repasado con la intensa mirada, cuando esa grave y suave voz le susurra:


    - ¿ Por qué te detuviste ? se sentía tan bien el roce de tus manos- Sesshoumaru comienza a besarle muy lentamente el cuello susurrando al mismo tiempo - aunque… ¿ Sabes? Creo que ahora me toca a mí – sus labios ya juguetean con el lóbulo de la oreja de Inuyasha, que ahora debe ser casi la personificación de un tomate, así de carmesí se encuentra su rostro.

    - ¡ Sesshoumaru, perdóname ! yo solo es que pensé que estaba soñando. –

    - ¿ Ah sí ? Y dime ¿ Era una pesadilla o un buen sueño ? – las manos de Sesshoumaru comienzan a hacer el mismo recorrido que han hecho sobre él, solo que ahora es ese lindo cuerpo bajo el suyo el que es tocado.



    La respiración de Inuyasha nunca llegó a calmarse, al contrario, comienza a agitarse nuevamente, se siente tan bien ese contacto así que al escuchar esa pregunta suelta lo que siente sin pensarlo dos veces.



    - ¡ Baka ! ¡ Era un buen sueño desde luego, un excelente sueño contigo, como jamás lo había tenido ! … ¡¡ Uuuppss !! – calla de inmediato apenado de reconocer con tanta facilidad sus sentimientos, desacostumbrado como está a hacerlo así de fácil.



    Se escucha una risa baja de satisfacción, Sesshoumaru sigue recorriendo lentamente a besos el cuello y el pecho de su novio. Siente una secreta alegría al escuchar tales palabras, el saberse el sueño hecho realidad de Inuyasha, el notar los sentimientos que despierta en ese joven adulto, una oculta dicha a la par del placer comienza a hacerse un lugar en el ahora no tan frío corazón de ese solitario hombre.


    El viaje de esas finas manos continúa… ¡ Claro está que cuando llegan a la intimidad del chico, ésta ya clama casi a gritos por ayuda de forma urgente !



    - ¿ Pero qué tenemos aquí mi querido Inuyasha ? – exclama supuestamente sorprendido Sesshoumaru, de forma tan sensual que la piel del chico se eriza de deseo.



    Sesshoumaru regresa hasta el rostro del menor, lo besa apasionadamente, entrando sin tregua a su boca, adueñándose por completo de ella, robándole cada respiro a su amante. Cuando se separan, los dos jadean de placer, encendido el deseo por completo, el mayor confunde con sus palabras al menor.


    - Regreso en seguida amor, tengo que atender un asunto muy importante y urgente –

    - ¿A…a dónde vas ? – pregunta Inuyasha terriblemente inquieto y con las mejillas enrojecidas, lo jala para que no se aleje de él, no puede dejarlo así.



    Sesshoumaru se suelta del agarre y para sorpresa de Inuyasha casi gateando en la enorme cama se pierde bajo las mantas y el edredón y le responde con voz lujuriosa:



    - ¡ Aquí mi vida, voy aquí ! –



    Enseguida Inuyasha siente como apresan su hinchada intimidad y no precisamente con las manos.



    - ¡¡ Oh por Kami Sama, Sesshoumaru aaaaahh !! ¿ Qué rayos haces ? ¡¡¡Aaaaaaggghh !! –

    - Rayos y centellas es lo que te voy a hacer que veas y cimbrarán tu bello cuerpo – se escucha la seductora voz bajo las cobijas.



    Inuyasha puede ver el blanquísimo edredón moviéndose en un intenso y rítmico vaivén, pero más que ver… ¡ Lo que siente es tan endiabladamente placentero !



    - ¡¡ Aaaahh, sssiiíí Sessh, aassííí, sigueee !! ¡¡¡Dame másss!!! - se encuentra pidiendo en poco tiempo.



    Inuyasha arquea la espalda, gimiendo intensamente, sus caderas comienzan a moverse a la par de los más que atrevidos movimientos, besos y caricias proporcionadas por su novio con la boca, al mismo tiempo que esas manos recorren su cuerpo de forma imparable.



    - ¡ Aaaagggh Sesshoumaru, ya no puedo más, apártate ! - gime entre jadeos Inuyasha, quien estruja una y otra vez con las manos la almohada- ¡ Apártate Sessh ! ¡¡¡ AAAaaaaaggggghhh !!! –



    Estalla Inuyasha aferrándose a lo que puede, gruesas lágrimas brotan de sus ojos debido a la fuerte explosión de placer.

    Por fin Sesshoumaru emerge de debajo de las mantas, relamiéndose, mientras su dorada mirada brilla de satisfacción.



    - ¡ Oh Sesshoumaru, no te apartaste ! – dice Inuyasha con las fuerzas que le quedan.



    Por respuesta recibe un intenso beso, un beso diferente y contra lo que podría haber pensado Inuyasha, éste beso en lugar de causarle desagrado le encanta, le provoca un perverso placer que saborea en los labios de su amante.



    - Y perderme esto Inu chan ¡Jamás ! no puedes negar que todo tú eres delicioso –

    - Pues no creo serlo tanto como tú – le responde Inuyasha con un brillo en la mirada y una torcida sonrisa en los labios.



    Sesshoumaru arquea una ceja casi sorprendido.



    - ¿ Así que mi uke ha resultado aún más atrevido de lo que esperaba ? ¡ Qué magnífica sorpresa ! aunque ahora Inu chan – le dice acercándose peligrosamente a él – me pregunto si te atreverías a comprobar lo que me has dicho – la voz del mayor juega traviesa.



    Inuyasha lo mira ahora de forma retadora, se muere de vergüenza, pero terco y orgulloso como es no se echará para atrás.



    - ¿ Acaso dudas de que en realidad lo haría ? –

    - Un poco –

    - ¡ Pues ya verás ! – exclama Inuyasha metiéndose bajo las cobijas.
    “ ¡ Quisiera saber en qué momento me metí yo solo en esto ! ” – piensa Inuyasha mientras se ubica muy cerca de su objetivo.



    Más no piensa perder, así que con temblorosas manos toma la enorme intimidad de Sesshoumaru y comienza a masajearla.



    - ¡ Aaah, Inu chan, estás haciendo trampa ! – le dice su atractivo novio comenzando a gemir.

    - ¡ Ya voy, ya voy ! - exclama Inuyasha bajo las cobijas, toma aire y se apodera de la sensible parte de Sesshoumaru, empezando a besarla y recorrerla con la boca.



    Conforme comienza a repasarla una y otra vez se da cuenta de que él mismo encuentra esto demasiado pervertido, pero para su sorpresa, le comienza a agradar, quizás demasiado.
    Casi se atraganta cuando entra por completo a su boca, pero no retrocede, piensa hacer estallar a Sesshoumaru tal como él lo ha hecho.



    - ¡¡ Aaaaaaah Inu, mmaaaásss , más rápido !! ¡¡ Aaaaaaggghhh !! –



    El menor obedece, sintiendo como el cuerpo de su amante comienza a moverse, a tensarse y como sus manos lo toman por la cabeza, enredándose en su cabello, para dirigir la velocidad de los movimientos.

    Cuando Sesshoumaru siente que no aguanta más, todavía se atreve a decirle:



    - ¡¡ Aaaaaaggghh !! A ver Inu , ahora tú… ¿ Te apartarías ? ¡¡¡¡ Aaaaaaaaahhhh !!! -



    Claro que Inuyasha encendido en deseo como está… no se aparta, ha logrado su objetivo.
    Cuando todo termina, prácticamente escala por sobre Sesshoumaru hasta llegar a la altura de su cara, toma ésta entre sus manos y sin mediar palabra, lo besa posesivamente, siendo respondido de inmediato ese beso, rodeándolo además con los brazos.


    - ¿ Y bien ?- pregunta Sesshoumaru al separarse un poco de él - ¿ No que era tan fácil apartarse ?-

    - ¿ Y perderme esto ? - responde ahora Inuyasha relamiéndose – cuando para mí tu eres el mejor y más delicioso novio… ¡ Y eres todo mío ! –

    - Así es amor, como tú me perteneces ahora por completo, aunque a decir verdad en ese caso, yo declararía un empate. –



    Se dan un último beso, antes de que Sesshoumaru se levante finalmente, ahora su novio no escapará, él no lo permitirá, aunque deduce que Inuyasha tampoco desea escapar. Se dirige entonces a tomar un merecido y cálido baño.
    Después le sigue Inuyasha, quien sale después envuelto en una mullida bata azul oscuro, que le queda enorme.
    Sesshoumaru sonríe al verle, se aproxima a él, lo rodea con sus brazos y lo besa otra vez.


    - ¡ Sí esto es un maravilloso sueño, ruego porque nadie me despierte ! – dice en un susurro aferrándose fuertemente a Inuyasha.

    - Entonces permíteme compartirlo contigo – lo besa en la mejilla su joven amante, haciendo surgir una cálida sonrisa en ese delicado rostro.

    - ¡ Eso querido mío, es un hecho !-



    Al poco rato, ya comparten una deliciosa comida, entre una amena charla, dándose de comer en alguna ocasión en la boca, brindándose tiernas caricias, compartiendo inolvidables momentos que les pertenecerán solo a ellos.




    Más tarde aún contra su voluntad, Inuyasha vuelve a su apartamento, pues tiene cosas que hacer y mañana ya es día de trabajo.



    - ¡ Gracias Sesshoumaru ! ha sido un fin de semana espléndido e inolvidable - le agradece Inuyasha con un beso.

    - Para mí igual Inu chan… ¡ Realmente espléndido ! – lo jala tomándolo por la cintura y lo besa con enorme pasión – igual que mi muy especial y magnífico novio… ¡ Te veré mañana temprano Inu ! –



    Una vez solo, Sesshoumaru se retira a su despacho a realizar algunas cosas pendientes.



    Cuando ya tarde en la noche se encamina a su alcoba, ésta ya no le parece tan fría, el suave y grato aroma a Inuyasha le hace sonreír levemente, algo inusual en él. Su realidad ha cambiado tanto en solo unas horas, aunque mejor dicho, comenzó a cambiar desde que él llegó, desde que lo vio por primera vez a través de las persianas de su oficina.

    La soledad en su interior comienza a evaporarse, mientras una muy grata calidez ocupa su lugar. Un aún desconocido camino se abre frente a él, pero será un placer recorrerlo tomado de la mano de quien ahora es su compañero y va en vertiginosa carrera a convertirse en la persona más importante en su vida, aunque tal vez Sesshoumaru no se ha dado cuenta aún de que ya lo es.



    - ¿ Será que ya te amo Inuyasha ? – se pregunta confundido.



    Voltea hacía las persianas y lo ve, caminando por su apartamento, Inuyasha ha dejado sus persianas abiertas para él.
    A Sesshoumaru le agrada sobremanera contemplarlo, le gustó hacerlo desde un principio, por esa razón cambió su domicilio a éste lujoso apartamento, para estar cerca de él, por esa razón lo ubicó a él en ese otro.

    Se siente feliz de poder verlo ahora desde éste distinto enfoque, lo observa porque sin duda le atrae como un imán, pero ahora no solo le atrae, ahora sin duda lo ha comenzado a amar.
    Entre esos ventanales, entre esa persianas mecidas por el viento, la distancia parece haber desaparecido.






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    Lunes…


    Amanece un nuevo día, comienza una nueva semana, aparentemente igual a cualquier otra, sin embargo en varios aspectos es completamente diferente a la que recién pasó, al menos para algunas personas lo es…



    - ¡ Voy tarde, voy tarde ! – exclama Inuyasha, se ha quedado dormido y seguramente llegará retrasado… bueno algunas cosas no cambian mucho.



    Desayuna a toda prisa, en poco tiempo deja su apartamento, sale del ascensor y a toda velocidad se dirige a el acceso peatonal correspondiente a su edificio el cual está bordeado por frondosos árboles. Está a punto de salir hacía la calle cuando lo ve llegar, es un conocido auto negro que no tiene nada que hacer allí, el cual se aparca cerca de la salida, justo por donde él debe pasar.



    - ¡ Maldición ! – exclama muy molesto Inuyasha, quien se da la vuelta regresando por donde venía, no desea tener un encuentro con ese conductor.



    Inuyasha se dirige entonces a la salida del edificio contiguo, va apresurado, se detiene un momento a ver la hora en su reloj cuando alguien le llama a sus espaldas.



    - ¡ Con que tratando de escapar Inuyasha ! –



    Se voltea pegando un respingo bastante molesto, pero su mal genio desparece de inmediato, para su fortuna es alguien muy diferente a Naraku.



    - ¡ Sesshoumaru ! – se sonríe aún sin darse cuenta.

    - ¿ Acaso tuviste un fin de semana agotador ? puedo notar que te has quedado dormido, si no te apresuras llegarás tarde a trabajar. – exclama el alto empresario que luce como siempre impecable con su fino traje en color azul obscuro hecho a la medida.



    Sesshoumaru rápidamente nota de quien huye Inuyasha, sus ojos adquieren una expresión de molestia al notar el auto negro.


    - Bueno, debo irme ya – exclama apresurado Inuyasha.



    Pero no logra avanzar ni un paso cuando siente como es sujetado por un brazo y lo jalan hasta quedar pegado por completo a ese alto cuerpo, el largo cabello blanco le hace cosquillas en el rostro a Inuyasha, que aspira ese delicioso aroma que emana de su novio.



    - ¡ Pero qué descortés eres Inu chan ! – mientras le habla lo va conduciendo hasta su auto, abre la portezuela y lo obliga a subir sin darle oportunidad de replicar nada.

    - ¡ Oye! ¿ Qué haces ? ¡ Llegaré tarde por tu culpa ! –le reclama Inuyasha una vez que Sesshoumaru sube del lado del conductor, acomodándose en su asiento.

    - No Inu, llegarás a tiempo, te lo aseguro –



    Sesshoumaru comienza a conducir saliendo de su estacionamiento alejándose del lugar, mientras unos ojos rojizos nuevamente lanzan oscuros destellos de rabia al ver a la distancia como Sesshoumaru le ha vuelto a ganar la partida.

    Más adelante el auto de No Taisho Sama se detiene en un semáforo con luz roja.



    - ¿ Qué tramas ésta vez ? – pregunta serio Inuyasha.



    Sesshoumaru voltea a verle y sin más le toma el rostro con una mano y le planta un beso callando las protestas.


    - Eres muy descortés - le repite – no me saludaste hace un momento cuando nos vimos y tampoco me agradeciste por salvarte de Naraku – completa su falso reproche el mayor.

    - Yo… etto… ¡ Lo lamento ! supongo que fue a causa de las prisas y la falta de costumbre ¡ Lo siento y gracias ! – responde Inuyasha con su atractivo rostro encendido.

    - Está bien, aceptaré tus disculpas, pero estaba pensando que tal vez sea conveniente que nos vayamos juntos al trabajo, ya que puedo ver que alguien no se ha dado por vencido. –

    - Pretendía evitar mayores problemas, pero veo que no me quedará más remedio que enfrentarlo de forma más enérgica – responde Inuyasha.

    - No deberías preocuparte tanto, después de todo yo me encargaré del asunto –

    - ¡ Yo puedo hacerlo solo ! – responde Inuyasha comenzando a molestarse – no entiendo porque todo mundo piensa que soy algo así como… “la princesita del cuento ” desvalida, llorona y todo que necesita ser llevada y traída y ahora encima de eso, que me tienen que defender del malvado monstruo devorador de Inus – le replica de modo dramático el chico.


    Sesshoumaru lo contempla serio arqueando una ceja y después le dice a modo de burla:



    - Deja saco mi katana y defiendo a mi amada damisela en peligro –

    - Ja,ja,ja – finge reír irónico Inuyasha.



    Sesshoumaru ya aparca el auto nuevamente, han llegado a el enorme conjunto de oficinas de No Taisho Industrias. El peli plateado mayor desciende del auto a la par de Inuyasha, se para enfrente de él y en forma bastante más seria le dice a su diseñador gráfico:



    - Realmente no me importa si te parece gracioso o no, pero quiero dejar bien claro que para mí es un asunto bastante serio el protegerte como mi novio, mi pareja, amante y mejor amigo que eres para mí. No pienso permitir que nadie se te acerque con segundas intenciones. Me queda bien claro que eres capaz de defenderte solo, pero es necesario que sepas que no lo evitaré desde luego, pero en caso de ser necesario o en caso de que yo lo juzgue conveniente, nada podrá evitar que intervenga para cuidar de ti… ni siquiera tú mismo…. ¡ Te ha quedado claro ! –

    - ¡ Eemh ! – Inuyasha luce nervioso, ya que con la sola mirada que le nota a Sesshoumaru y la determinación con la que le ha dicho las cosas sabe que habla muy en serio - Sí, bastante claro, aunque creo que no será necesario. –

    - Eso ya lo veremos – los rasgos de Sesshoumaru se relajan un poco cuando le dice - Yo puedo actuar en cualquier lado si es preciso, aunque si el acoso continúa aquí mismo en la empresa, tal vez sea preciso tomar otras medidas extras. –

    - ¿ Cómo ir con el mismísimo dueño de ser preciso ? – dice medio en broma Inuyasha – créeme que no deseo tener problemas en mi trabajo ya que me encuentro muy a gusto aquí, pero ya buscaría una solución –

    - Tal vez sería conveniente que fueras con él, supongo que después de todo no podrías acudir al departamento de seguridad, sin embargo estoy convencido de que “el viejo ” te podría ser de alguna utilidad – le dice Sesshoumaru con un extraño brillo en los ojos que Inuyasha no comprende.

    - ¿ Por qué estás tan seguro ? – cuestiona Inuyasha - aunque pensándolo bien, tal vez pierda el tiempo con él, dudo mucho que siquiera me recibiera, seguramente me mandaría con alguien más antes de siquiera escucharme – dice el chico algo desanimado.

    - Te podrías llevar una sorpresa, después de todo la gente como ellos a veces aprecia la compañía de alguien especial como tú –

    - Sí supongo, imagino que aún con todos sus millones, resulte que haya llegado a la vejez podrido en dinero pero irremediablemente solo ¡ Qué patético me parece ! – exclama pensativo.

    - Sí, supongo que es una existencia bastante miserable – responde serio Sesshoumaru. – de cualquier forma yo podría hacérselo saber si lo prefieres.-

    - No gracias, si fuera necesario desearía hacerlo yo mismo, pero por el momento será mejor irme a mi trabajo… ¡ Gracias por todo Sesshoumaru ! –

    - Te veré más tarde Inu – se despide el mayor dándole un último beso a su novio, aunque con un leve rastro de tristeza en la mirada.

    - ¡ Baka, pueden vernos ! – replica Inuyasha, aunque el mismo puede ver que después de todo no hay nadie por los alrededores.

    - ¡ Cierto, podrían despedirnos ! – dice Sesshoumaru fingiendo preocupación.

    - ¡ Baka ! – repite Inuyasha, pero le da otro cálido beso en la mejilla a su novio, para después dirigirse cada uno a sus respectivas ocupaciones.




    Al poco tiempo de que Inuyasha llega a su lugar y después de abrir su caja de pockys nada más verla sobre su mesa, se pone enseguida a trabajar. En eso está cuando ve llegar a Byakuya, quien luce cansado y ojeroso.

    Se aproxima a la mesa del delgado y peli negro diseñador, para darle algunas instrucciones sobre el trabajo que realizarán y aprovecha para hablar con él.


    - ¡ Hola Byaku ! –

    - ¡ Ah, hola Inuyasha ! – saluda Byakuya componiendo lo mejor que puede su expresión aparentando estar de buen humor.



    Inuyasha le hace los comentarios pertinentes sobre el trabajo y al finalizar añade:



    - Byaku, amigo… ¿ Te encuentras bien ? luces cansado – hay genuina preocupación en la voz de su compañero de trabajo.

    - ¡ Eh, sí estoy bien Inu ! solo es que no descansé mucho éste fin de semana, tuve varias cosas que hacer – le responde con su ya conocida sonrisa.

    - Comprendo – Inuyasha hace una pausa y luego decide decirle – no quiero ser entrometido, pero no puedo evitar el preguntar sobre el asunto del sábado con tu hermano, nos quedamos muy preocupados por ti, sobre todo Kouga –

    - ¡ Kouga, sí claro ! – exclama Byakuya como si cayera apenas en la cuenta de ello, pero luego de forma convincente explica a Inuyasha -Todo está bien entre mi hermano y yo, solo es que él a veces es algo… impulsivo ¿Sabes? pero todo está bien ahora. En cuanto a Kouga lamento de verdad lo ocurrido, pienso hablar más tarde con él, lo cierto es que no deseaba inmiscuirlo en esto, por esa razón pensé en dejarlo para hoy. No deseo lastimarlo, lo amo tanto, solo he querido mantenerlo alejado de todo – Inuyasha no nota un brillo oscuro en la mirada de su amigo, así que aparentemente convencido con lo que ha escuchado, le responde:

    - Me alegro de que así sea Byaku, hacen ustedes una muy buena pareja. -

    - Igual que tú y Sesshoumaru – le sonríe Byakuya nuevamente.



    Después de eso, todo continuó entre ellos como si nada hubiera pasado,las cosas parecen indicar que la calma aparentemente ha regresado.

    Comen juntos como siempre, Shippou sigue atendiendo personalmente a Inuyasha, incluso parece consentirlo aún más, justo ahora ellos dos bromean, después de todo se llevan bien.


    - ¿ A qué se deben tantas atenciones Shippou ? ¿ No estarás pensando en conquistarme por medio del estómago verdad ? –

    - Ja,ja,ja , te equivocas Inu, no tiene nada que ver con eso – responde el chef pelirrojo.

    - Porque de ser así, te aviso que ya tengo pareja y debo decir que parece que es bastante celoso. –

    - ¿ En serio ? – exclama Shippou con fingida sorpresa – entonces tendré cuidado de que no se entere de lo nuestro. –le dice riendo.

    - Sí, será lo mejor, le da por arrancar cabezas a la menor provocación – ahora los dos ríen con ganas sin notar la molestia de Byakuya pues alguien los interrumpe.

    - ¡ Caray, pero que mal los tratan ! – es Miroku que llega hambriento y se le van los ojos al contemplar el plato de Inuyasha - ¡ Oye Shippou ! yo quiero un plato como ese –

    - ¡ Qué lástima Miroku, ese es un privilegio solo de Inuyasha ! es lo bueno de estar bien con el alto mando –

    - ¡ Celoso ! – le replica Inuyasha, que luego le dice a Shippou – me preguntaba mi chef favorito, si podrías servirles de igual forma a mis amigos.-

    - Bueno, solo si tú me lo pides, ya que… “ tus deseos son mis órdenes ” – le dice haciéndole una amplia reverencia aunque con la sonrisa burlona en la boca.

    - Entonces mi querido “ genio concede deseos” , te lo pido de la forma más atenta –



    Al poco rato, los tres amigos disfrutan del trato preferencial que Inuyasha ha solicitado.



    - Me agradan la influencias que tienes amigo mío – le dice Miroku dándole un amistoso codazo en las costillas- me pregunto a que se debe –

    - A decir verdad Miroku, yo también me pregunto lo mismo –



    Ya por la tarde Inuyasha, quien se ha quedado un rato más a trabajar, sale con rumbo a otra de las oficinas a llevar algunos documentos, recorre varios pasillos cuando siente unos pasos tras de él, no les da importancia al principio pero comienza a molestarse cuando estos persisten. No saldrá corriendo como la vez anterior, así que se gira bruscamente para ver de quien se trata, para toparse casi de frente con Naraku, lo cual no le sorprende por completo, han quedado a muy corta distancia, se miran fijamente uno al otro.


    - ¡ Naraku, debí suponerlo ! – exclama Inuyasha con desagrado.

    - ¡ Hola Inu ! te he estado buscando, pero tu insistes en alejarte de mí – le dice con una siniestra sonrisa.

    - ¿ Es que no piensas dejarme en paz ? aún cuando sabes que ya tengo alguien conmigo. –

    - Te dije muy claro que no lo haría y el que tengas novio no me importa en realidad, soy alguien muy compartido ¿ Sabes ? –

    - No tengo el más mínimo interés en ti Naraku, será mejor que te olvides de mí –

    - Pero yo si lo tengo en ti – Naraku se aproxima más a él y abriendo una puerta cercana, lo empuja hasta el interior de una oficina vacía.



    En un santiamén ya tiene a Inuyasha contra la pared, sus manos sujetando las del chico y aproximando su rostro al del chico.



    - Inuyasha no has querido comprender por las buenas que yo puedo ser mucho mejor… amante para ti que Sesshoumaru, estoy decidido a que lo compruebes por ti mismo-



    El diseñador ya siente la cálida respiración en su cuello y una de las manos del peli negro ya invade su cuerpo, metiéndose por debajo de su camisa.



    - ¡ Detente maldito ! – exclama Inuyasha, que de un rápido movimiento se suelta y le propina un fuerte golpe en el estómago, el cual hace que Naraku se doble del dolor.

    - ¡ Cof, cof ! – tose Naraku jalando aire - ¿ Así que prefieres por las malas ? – su roja mirada ha tomado de pronto un tono más oscuro.


    Inuyasha se prepara para defenderse, no piensa huir, desea acabar con esto de una buena vez, así sea a golpes. Naraku rápidamente se balanza sobre el diseñador, quien se defiende lanzándole otro golpe que el mayor evita fácilmente, pero castiga el rostro de Inuyasha en la mejilla la cual se enrojece enseguida.
    Intercambian una serie de golpes, Inuyasha no es nada malo para pelear, pero Naraku no lo hace ya de manera tan limpia, ha decidido que tendrá a Inuyasha en ese momento, ya no habrá otra oportunidad, sabe las consecuencias de sus actos y no perderá la oportunidad, después de todo el premio bien vale la pena, ha dejado de pensar de forma razonable.

    Después de que Inuyasha evita otro golpe de Naraku, éste le mete un pie entre los del chico, provocando que éste caiga de bruces, Inuyasha se gira de inmediato, pero Naraku ya se ha colocado sobre de él, dándole otro fuerte golpe que lo deja casi noqueado, por el momento el chico trata inútilmente de defenderse.

    Las manos de Naraku viajan veloces, una le sujeta por el mentón y la otra de dirige peligrosamente hacia el cinturón del chico, mientras con el cuerpo pegado al del menor lo tiene inmovilizado contra el suelo.

    Inuyasha siente como un balde de agua fría el contacto con esos labios que ahora tocan los suyos, intenta zafarse pero Naraku furioso intensifica ese salvaje beso mordiéndole un labio causándole dolor al chico, el cual lo hace reaccionar. Ya sin detenerse por nada, se zafa y comienza a golpear sin tregua a Naraku quitándoselo de encima, cuando de repente observa a su contrincante reacciona, Naraku todavía intenta defenderse pero ya incluso se tambalea. Inuyasha lo toma por las solapas y lo empuja con desprecio.


    - ¡ Mantente lejos de mí, maldito bastardo ! – le dice antes de salir del lugar.

    - ¡ Eso nunca Inuyasha ! - musita quedo Naraku quien yace en el suelo apoyado en las manos.


    Inuyasha tiembla de ira ahora mientras camina en busca de los baños, entra a los primeros que encuentra, cuando se mira al espejo nota el daño causado por Naraku, se acomoda la ropa y el cabello.


    - Golpea fuerte el maldito ¡ Ay! – se queja al tocarse la mejilla, en eso está cuando alguien más entra.

    - ¡ Inuyasha ! – exclama Miroku sorprendido de verle así con ese golpe en el rostro y sangre en la boca. - ¿Qué te ha ocurrido ? –



    Se aproxima a él sacando su pañuelo con el que presiona levemente la boca de Inuyasha limpiándole la sangre.



    - No ha sido nada –

    - ¡ Nada ! ¿Cómo que nada ? – le dice en tono más severo Miroku, quien lo mira un instante, entrecierra los ojos y le pregunta:

    - ¿ Ha sido Naraku, no es así ? –



    Inuyasha lo mira y luego al tiempo que se lava la cara le responde:



    - No tiene importancia, le di su merecido por intentar tocarme –

    - ¿ Intentar tocarte ? pero si te golpeó, mírate nada más, aunque… ¿ No me digas que intentó algo más ? –

    - Algo así, ¿ No pensarás que iba a permitirlo ? –

    - No, claro que no, ahora bien, el problema es que haya sucedido algo así aún dentro de las oficinas y aún peor, que te haya sucedido a ti. –

    - No veo que haga la diferencia conmigo, le pudo suceder a cualquiera – responde confundido Inuyasha –

    - Aún no la ves, pero créeme, debemos informar a la persona indicada sobre esto, no podemos dejarlo así, ese tipo no puede andar haciendo y deshaciendo a su antojo y sobre todo lastimando a la gente – le dice serio Miroku.

    - Supongo que tienes razón, pero me parece que no es necesario ésta vez. –

    - ¡ Claro que lo es ! ¿ Acaso supones que Naraku dejará todo así nada más ? ¡ Anda vamos, te acompaño ! Debo hacerlo porque eres mi amigo y por qué además no querrás ver rodar mi cabeza si no lo hago – le dice con una sonrisa nerviosa Miroku, confundiendo aún más a Inuyasha .



    Miroku lo toma por el brazo y lo jala para llevárselo con él, al principio Inuyasha se resiste, pero luego comprende que es inútil y decide acompañarlo de buen modo, después de todo su amigo tiene razón, no cree que el asunto termine ahí.



    - ¿ A dónde vamos ? –

    - A qué pongas tu queja e informes de lo sucedido desde luego –

    - ¿ Con quién ? desconozco con quién debo de acudir – replica Inuyasha.

    - Pero yo no, sé perfectamente con quien debemos ir, anda no repliques más y apresúrate –

    - De acuerdo – lo sigue Inuyasha ya no muy convencido, después de todo no le gusta parecer un llorón, aunque ahora también sabe que un asunto así, no se debe de dejar impune, por él mismo y por alguien más en el futuro.



    Miroku lo guía por varios pasillos que Inuyasha jamás ha pisado, el ambiente va cambiando conforme avanzan a uno más amplio y más lujoso, llegan incluso a un piso que cuenta incluso con otros sistemas de seguridad, pero Miroku pasa sin problema usando otra tarjeta de identificación que extrae del bolsillo de su camisa. Pasa desde luego con Inuyasha con toda facilidad, caminan otro poco hasta que llegan a una imponente recepción.



    - Espérame aquí – le dice Miroku a Inuyasha, señalándole una cómoda sala de espera con sillones color chocolate, el diseñador hace lo que le indican y se pone a contemplar el sitio.



    Tras la secretaria sentada en un amplio escritorio, se encuentra colocado en la pared un enorme letrero de metal de doradas letras formando el nombre y el emblema de No Taisho Industrias.
    La secretaria a su vez tiene un aspecto extraño, de pálida tez, tiene el cabello corto de un blanco inmaculado, su cara es casi inexpresiva, aunque nota a lo lejos como de manera sumamente amable atiende a Miroku.

    El lugar es elegante, sobrio pero elegante, sin muchos elementos, solo lo necesario para hacer del lugar un sitio funcional pero acogedor. Le llega el sonido suave de alguna pieza de música clásica, que proporciona un grato ambiente, en la mesa de centro luce un precioso arreglo floral al más puro estilo del ikebana.
    De alguna forma le tranquiliza estar ahí, le resulta agradable y casi conocido el ambiente.


    Miroku se aproxima otra vez a Inuyasha.



    - ¡ Listo ! te recibirán en un momento Inu –

    - ¿ Qué lugar es éste, crees que siquiera me harán caso ? seguro tardarán mucho en atendernos y yo debo terminar el trabajo que estoy haciendo, es urgente y lo debo de entregar mañana –

    - Estoy seguro que no habrá problema tampoco con eso dadas las circunstancias y créeme… te atenderán pronto –

    - Pero…¿ Dónde estamos, de quién es ésta …? – Inuyasha no logra terminar la pregunta y mucho menos recibirá respuesta por parte de Miroku, pues la secretaria se ha aproximado a ellos y lo llama.

    - Takahashi San, hágame el favor de acompañarme, No Taisho Sama lo recibirá de inmediato. – le dice haciendo una leve inclinación.

    - ¡¿ Quieén ?! - exclama asombrado Inuyasha en voz baja volteando a ver a Miroku - ¿ Me trajiste con No Taisho Sama… e…el dueño de éste lugar –

    - Así es – le dice casi divertido Miroku – pensé que querrías hacerle saber lo ocurrido –

    - Sí bueno, yo sé que lo dije alguna vez, pero justo ahora, me parece exagerado – replica entre susurros Inuyasha.

    - No lo creo Inu, debes hablar justo con él –



    La secretaria insiste:


    - No Taisho Sama ya lo espera, sígame por favor –

    - Yo te veré después Inu – le dice Miroku retirándose del lugar –

    - ¡¡ Queeé !! ¿ Me dejas solo ahora ?-

    - Te dejo en muy buenas manos ¡ Nos vemos luego, cuídate ! –

    - “¡ Maldito Miroku ! ¿ Cómo pudo hacerme esto ? pero ya me las pagará ”– piensa Inuyasha mientras sigue en silencio a la secretaria que lo lleva ante una gran puerta de madera que tiene labrado en el centro una pequeña figura del perro demonio símbolo de los No Taisho, con su luna menguante en la frente.



    La secretaria abre lentamente la puerta y le dice a Inuyasha:


    - Adelante por favor Takahashi San –

    - ¡ G…gracias ! – titubea Inuyasha, quien rápidamente se reacomoda el traje y se alisa un poco el cabello, la secretaria lo deja solo…

    “ Bien Inuyasha, tú decías que hablarías con el anciano ¿ No es así ? ¡ Ahora no seas cobarde ! ” – se da ánimos a sí mismo.



    Entra en silencio a la enorme y lujosa oficina, mientras a sus espalda escucha como la secretaria cierra suavemente la puerta.
    El lugar es bastante amplio y lujoso, con una pequeña sala a un lado, un fino tapete, cómodos sillones, una mesa de centro en la que descansan varios controles, a un costado empotrada en la pared, una enorme pantalla de plasma, junto aésta un moderno aparato de sonido y otro de proyección. Puede notar unos paneles de madera deslizables que ocultan todo si se desea, hay también unos enormes libreros que a pesar de estar completamente llenos de libros se encuentran en perfecto orden, puede ver también un mueble contra otra de las paredes, donde descansan sobre su pedestal un par de soberbias katanas. Hay algunos cuadros cuyo tema principal es el de hermosos paisajes nocturnos.
    Sobrio, elegante y… ¿ Moderno ?

    Se asombra al contemplar con calma el lugar, no esperaba algo así para alguien de avanzada edad.

    Camina ahora hacia un enorme escritorio, donde al igual que el resto de la oficina, todo está en perfecto orden. Unos enormes ventanales con persianas verticales en color beige ocupan todo un lado de la oficina, se encuentran casi cerradas, apenas permitiendo la entrada de un poco de luz del atardecer, no hay luces encendidas en el interior, así que la oficina de momento luce bastante oscura.

    Nota enseguida un cómodo sillón de alto respaldo, se da cuenta de que No Taisho Sama le da la espalda sentado en ese sillón, apenas alcanza a ver la parte superior de una blanca cabeza.


    -“ Bien, ahí está el anciano ” – piensa Inuyasha quien siente que a pesar de que han pasado solo unos segundos de que entró a ese lugar le parece que lleva un buen rato ahí.



    Inuyasha se aclara la garganta y saluda amablemente.



    - ¡ Buena tarde No Taisho Sama, mi nombre es Takahashi Inuyasha !-



    No recibe respuesta, aguarda entonces en silencio, comprende que su aspecto ahora no es tan impecable como debería de serlo, pero dadas la circunstancias, aunque… tal vez sería buena idea regresar otro día…
    Pero sus reflexiones son interrumpidas por el leve rumor del sillón al comenzar a girarse hacía él, escucha una grave voz que le saluda:



    - ¡ Buena tarde Takahashi San ! Me informaron que desea hablar conmigo de un asunto muy importante- la voz es agradablemente conocida, sin embargo suena extrañamente fingida, sin embargo Inuyasha está tan nervioso que no le presta demasiada atención.



    Se inclina respetuoso cuando el sillón está a medio camino hacia él.



    - Le agradezco mucho que me brinde un poco de su valioso tiempo –

    - Es un placer recibirlo… jovencito, siéntese por favor –

    - Sí Señor, gracias – Inuyasha obedece sentándose en uno de los sillones ubicados frente al escritorio.

    - ¿ Y bien? Dígame de que se trata –

    - ¡ Ah sí ! verá lamento quitarle parte de su tiempo, la verdad es que creí que no me recibiría, después de todo es usted una persona muy ocupada – exclama de modo amable Inuyasha mientras busca la manera de abordar el delicado tema.



    Ve entonces como una blanca mano toma un control y acciona un botón, haciendo enseguida que las modernas lámparas de luz indirecta iluminen el lugar que se hallaba en semi penumbra.


    - Así está mejor – exclama ahora una muy conocida voz que hace que Inuyasha enmudezca por completo.



    Ese hombre cuyo aspecto ha dejado petrificado a Inuyasha, se pone de pie sin mirarle todavía, camina hasta pararse a un costado del diseñador gráfico y exclama.



    - ¡ Claro, ahora puedo ver el enorme parecido que tienes con mis nietos... que aún no tengo ! - le dice en tono por demás sarcástico.

    - ¡¡¡ Sesshoumaru !!! ¡¿ Pero qué significa esto ?! ¿ Qué haces aquí ? - Inuyasha está de verdad confundido, trata de pensar de forma coherente - ¿ Acaso No Taisho Sama se retiró temprano y te dejó a cargo ? –

    - Algo así Inu chan – le responde divertido el alto empresario.



    Inuyasha se gira aún sentado en el sillón para encarar a su interlocutor , pero cuando lo hace, la sonrisa que adornaba el blanco rostro de Sesshoumaru se borra enseguida.



    - ¡¿ Qué te ocurrió en el rostro Inuyasha ?! – le apremia por la respuesta al tiempo que se aproxima y le toma la cara por el mentón girándosela para verle mejor, los ojos de Sesshoumaru comienzan a tomar un aspecto atemorizante - ¿Qué te ha sucedido? – su grave voz ahora suena bastante más seria.

    - Verás, por eso es que vine a hablar con No Taisho Sama, aunque ahora me parece ridículo, no pensaba venir en realidad, pero Miroku me encontró después de la pelea y me dijo que viniera, que era lo mejor, aunque aún no entiendo porque me dijo que debía de hacerlo sobre todo por haberme ocurrido esto a mí …-

    - ¡¿ Pelea, qué pelea ?! ¿ Pelea con quién ? – le exige saber Sesshoumaru tomándolo firmemente de los hombros.

    - Bueno… con… Naraku – responde en voz baja Inuyasha.

    - ¿ Otra vez ese maldito infeliz ? - los ojos de Sesshoumaru casi lanzan chispas- ¿ Qué te hizo ése bastardo ? –



    Inuyasha se está poniendo cada vez más nervioso al observar la actitud cada vez más furiosa que está adquiriendo Sesshoumaru, aún cuando aparenta completa calma, así que mejor le cuenta todo...


    - ¡ Ya veo ! - musita con rabia Sesshoumaru después de escucharle.

    - Aunque creo que es mejor que No Taisho Sama no se encuentre, ahora me parece exagerado haber venido.-

    - Inuyasha yo me haré cargo de esto – le dice por demás serio, se encamina entonces al intercomunicador y le dice a su secretaria:

    - -Kanna, haga que venga personal de Servicios Médicos enseguida –

    - Sí No Taisho Sama, enseguida –



    Inuyasha lo mira perplejo, abre los ojos desmesuradamente y exclama poniéndose de pie de un salto.


    - ¡¡¿ Queeé ?!! ¡¿ No Taisho Sama ?! ¿ O se a que tú…? – pregunta sorprendido Inuyasha, quien en ese momento ve la placa metálica sobre el escritorio que tiene la leyenda:


    “ No Taisho Sesshoumaru”


    - No Taisho Sesshoumaru - repite lentamente Inuyasha, levanta la vista hasta posarla en el rostro del ese falso “ejecutivo” -¡ No, por Kami Sama! ¿ Es eso cierto ? ¡ Tú, digo… usted ! ¡ Por todos los cielos ! - Inuyasha comienza a retroceder nervioso - ¿ Usted es No Taisho Sama, el dueño de éste enorme emporio ? y usted y yo somos… y hemos estado… - dice casi sin voz el menor.

    - Pues sí, hasta donde yo sé – responde como si nada Sesshoumaru.

    - Y yo decía que… sería un desagradable anciano con nietos y todo y yo… le dije esas terribles cosas sobre usted y su dinero – Inuyasha recuerda todo lo que ha dicho, sin duda lastimando a Sesshoumaru - ¡ Por favor, lo lamento, lamento tanto todo eso ! - repite inclinándose a modo de disculpa.



    Sesshoumaru lo toma por los hombros.


    - Tranquilo Inu chan y deja de hablarme así, para ti soy solo Sesshoumaru –

    - Pero es que yo además le dije cosas horribles y… -

    - ¡ Basta ! en primera llámame Sesshoumaru solamente, en seguida supongo que tenías razón en lo que me dijiste… ¡ Claro que no tengo nietos pues no soy tan viejo que digamos ! y sobre todo… Inu chan… ya no me siento solo y todo eso gracias a ti –le dice casi con dulzura. – Solo soy Sesshoumaru, alguien que se siente dichoso porque alguien como tú lo ame, por ser solo eso… solo Sesshoumaru… ¿Entiendes a que me refiero ? – al decir eso deposita un tierno beso en la frente de su novio.



    Inuyasha se calma al comprender, después de todo eso es verdad, él lo ama precisamente por eso.



    - Sí Sesshoumaru, entiendo – acaricia entonces el rostro de ese alto hombre – Mi Sesshoumaru, solo eso, el hombre que amo con toda mi alma – exclama sincerándose por completo.

    - Así es amor y quien de igual forma te ama con todo su ser y que no está dispuesto a permitir que nadie lo toque y mucho menos que alguien lo lastime –



    Lo conduce a los sillones, donde toman asiento, le levanta el rostro y lo besa con pasión, pero Inuyasha emite un leve quejido y retrocede adolorido.
    Sesshoumaru se lleva un par de dedos hasta los labios y contempla entonces la sangre que ha quedado en ellos, luego mira la boca de Inuyasha.



    - ¡ Tu boca ! ¿ No me digas que él te lo hizo, te golpeo también ahí ? -

    - No precisamente, bueno al menos este daño no lo hizo a golpes, lo que sucede es que el intentó besarme y… poseerme, pero yo no se lo permití –

    - ¡¡¡¿ Que él queeéé ?!!! – exclama otra vez furioso Sesshoumaru con los ojos inyectados en sangre por la rabia.

    - ¡¡ Cálmate Sessh, yo no se lo permití !! -

    - ¡ Pero lo intentó y además te lastimó ! ¡ Ya me las pagará ! –



    Sesshoumaru acaricia suavemente el rostro lastimado de Inuyasha y luego inclinándose lo besa suavemente repetidas veces, cuando tocan a la puerta, es el médico que rápidamente revisa y cura a Inuyasha.

    Cuando ha terminado su trabajo, el médico se retira y Sesshoumaru le dice a Inuyasha.


    - Espérame un momento, yo te llevo a tu casa –

    - Eso no es necesario –

    - ¡ Dije que te llevo ! – le dice de forma enérgica su alto novio, a lo que no le queda más que acceder al menor.

    - Sólo iré por mis cosas –



    Sesshoumaru hace que un guardia de seguridad acompañe al chico, una vez solo…



    - Kanna –

    - Sí Señor –

    - Encárgate de que mañana a primera hora me tengan la liquidación de Kuroi Kumo Naraku, yo se la entregaré personalmente- exclama con un brillo terrorífico en la mirada.

    - Sí Señor-



    Sale después de su oficina, está de verdad furioso, pero ya arreglará cuentas con Naraku después, por ahora se dirige a encontrarse con Inuyasha para irse juntos, no piensa dejarlo solo ésta noche.







    --------------------------------------------------------








    Cuando Byakuya llegó a su apartamento, le sorprendió notar que Naraku parecía haber llegado desde hacía rato.


    - ¿ Saliste temprano ? – le pregunta tratando de suavizar las cosas con él, después de todo desde el domingo casi no le ha dirigido la palabra a su hermano mayor.

    - Sí, así es – le responde serio Naraku.



    Byakuya llega hasta pararse cerca de él, desea estar a su lado, charlar quizás, pero es entonces cuando nota los hematomas en el rostro de su hermano.



    - ¡¿ Qué te ocurrió ?! – le pregunta preocupado posando suavemente su fina mano en su rostro.

    - ¿ De verdad quieres saber ? – le dice mirándolo fijamente.

    - ¡ Por supuesto ! –

    - De acuerdo – Naraku entonces le cuenta sobre la pelea con Inuyasha, lo cual hace enfurecer a Byakuya, claro que Naraku cuenta las cosas a su modo, aunque lo dijera como lo dijera, esto haría enojar sobremanera a Byakuya de todos modos.



    Se pone enseguida a curar la heridas de su hermano mayor, quien se deja hacer, permanecen un rato en silencio, hasta que Byakuya una vez seguro de que su hermano se encuentra mejor y más tranquilo decide retirarse a su alcoba.

    Una vez allí, toma su teléfono móvil y marca cierto número.



    - ¿ Kouga ? ¡ Hola amor ! – le dice con voz fingidamente cariñosa – Sí lo lamento, no sabes lo mal que me siento. – seguramente Kouga le pregunta por lo acontecido el sábado- … sí, estoy bien, no te preocupes.
    Oye Kouga, amor… ¿ Qué te parece si nos vemos hasta el sábado y charlamos con calma ? lamento que no pueda ser antes, pero es que tengo demasiado trabajo…
    … Sí, yo también estoy ansioso por verte, reunámonos ese día, quiero estar contigo de una forma más… cercana… más íntima, je,je,je ¿ Me entiendes verdad ?...
    … Te veo el sábado cariño, a la salida del trabajo, te prometo una noche inolvidable para compensar el mal rato de ese día… ¡ Bye amor !–



    Cuando Byakuya corta la llamada, sus ojos tienen un aspecto delicadamente maligno, una oscura sombra adorna su cruel mirada.




    - ¡ Claro que será inolvidable mi “amado” Kouga… te lo prometo ! –











    Continuará. . .









    Notas finales:

    Eso es todo por hoy…
    Como verán algunas pocas cosas más están por venir, así que los espero para ver qué es lo que sucederá por aquí.
    Agradezco su compañía y sus comentarios, siempre es muy agradable saber su opinión con respecto al fic.

    Nos leemos pronto.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:26
     
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  2. anime black 53
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    ahhhh!! eh gritado de la emocion, es cada vez mas emocionante y sobresaliente tu fic tengo q decir q soy fan de tus fic, estoy ansiosa de leer la proxima continuacion, espero leerla pronto cuidate muxo bye,bye.
     
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  3. Hoshi no Hikari
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    Ja ja ja ja Me hace muy feliz el saber que te he hecho sentir la historia hasta hacerte gritar, eso es una enorme satisfacción.
    Sin embargo eso quiere decir también que tienes una excelente imaginación y eso ayuda mucho, es una fortuna contar con fans como tú... arigato :)
    Por lo pronto te dejo la continuación, que la disfrutes.

    Saludos !!

    Nos leemos

    Bye bye :D
     
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  4. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Saluuuudos a mis lectores !
    Aquí está la continuación de mi ff, con un poco de movimientos, ajustes de cuentas, traiciones y demás.
    Espero dejar más o menos satisfechas sus ansias de venganza, pero les advierto que esto es solo una parte.
    Sin adelantarles más, mejor los dejo leer…






    Capítulo 9

    “ Traición”








    Se encuentra solo en su habitación, como ha sido durante los últimos cuatro años.

    ¡ Qué más da una noche más !

    Una noche como cualquier otra y como lo ha hecho tantas veces, se sienta sobre su tatami mirando la noche a través de la puerta de cristal abierta, contemplando la solitaria luna llena que hace su recorrido cotidiano surcando las sombras de la noche.
    Un grato silencio envuelve todo…
    Cierra sus azules ojos un momento disfrutando la frescura de la brisa nocturna, el clima comienza a ser más fresco gracias a las fuertes lluvias de verano que han estado cayendo últimamente barriendo con el insoportable calor; las últimas gotas refulgen aún delicadamente en el verde follaje de las plantas que acostumbra tener en los tiestos de barro acomodados en su pequeño balcón.


    - Sonríe –


    Todo luce tan bello, tan apacible, él realmente lo disfruta sobremanera, después de todo tiene un espíritu noble y sensible.

    ¿ Por qué entonces ?

    ¿ Por qué si ahora goza de tan magnífica noche, su alma sin embargo no se encuentra en completa paz.

    En el fondo él sabe porqué…
    Aún cuando todo mundo podría suponer que no sufre de soledad, que constantemente estaría rodeado de bellas jovencitas que caerían rendidas a sus encantos y correctos modales, después de todo él siempre luce tan atrevido, haciendo cuanta conquista puede, podría tener cuantas citas pasajeras quisiera. A final de cuentas es bastante hábil con el lenguaje, agradable de carácter y de atractivo físico, sin mayores pretensiones, pero atractivo al fin.
    Sin embargo una buena parte del tiempo está solo, contra lo que se podría suponer. Ha tenido desde luego sus fugaces encuentros con algunas de ellas, pasajeros después de todo, tras los cuales termina sintiéndose más solo e incompleto que antes.
    En su interior por más que trate de negarlo abiertamente, sabe que todo esto no es verdad, por más que trate de convencerse de lo contrario por el bien de ese frágil equilibrio que sostiene su falsa realidad.


    - ¿ Acaso eres tú ? ¿ Serás tú el que sea capaz de acabar con todo esto ? el que me haga aceptar lo antes inaceptable, lo que siento vibrar imparable en mi interior, que me grita cada vez más fuerte que deje de ser un hipócrita conmigo mismo causándome dolor.
    Mi corazón ha estado latiendo inquieto, no ha encontrado paz desde que contemplé tus bellos ojos celestes. Yo mismo cuestiono ahora mis acciones y mis decisiones, las cuales solo han traído un inmenso vacío, dolor y soledad a mi interior.

    ¿ Acaso traes contigo ese mágico sentimiento capaz de revivir un cansado y triste corazón ?
    Pero… ¡ Soy un estúpido ! después de todo tú ya no estás solo, ya tienes a quien amar.

    Sin embargo… tengo miedo, éste extraño presentimiento tampoco me deja tranquilo, el presagio de que un inminente peligro se cierne sobre ti. Me preocupas, me intranquiliza tu bienestar…

    ¿ Es acaso una señal de que me importas ya más de lo que quiero aceptar ?

    ¿ De que furtivamente has entrado en mi corazón ?

    Sólo espero que no salgas lastimado, que no se atrevan a dañar el noble corazón que puedo sentir posees.

    Pero a pesar de que no puedo intervenir, estaré alerta para tenderte mis brazos, si tú los aceptas… Kouga. -






    -------------------------------------------------








    Llegamos Inu chan –


    Acaban de arribar al edificio de apartamentos, aparcado el lujoso auto, descienden de él.


    - ¡ Gracias Sesshoumaru… Sama ! – responde Inuyasha, todavía le cuesta un poco de trabajo aceptar esa verdad, aún cuando parecía haberla asimilado bien cuando cayó sobre él como una bomba. Sabe desde luego que lo que siente por ese alto hombre es también por completo cierto, pero no deja de ser todo tan impactante al final.


    Sesshoumaru lo mira fijamente entrecerrando los ojos.


    “¿Así que seguimos con eso ” – piensa algo molesto – “ Creí que habías comprendido todo, pero en fin si así lo deseas ahora, después de todo eres demasiado terco e inmaduro a veces” .


    - ¿ Seguro estás bien Inuyasha San ? – le habla entonces de forma menos familiar que como lo venía haciendo, lo cual toma por sorpresa al menor, le desagrada, pero a pesar de todo disimula lo mejor que puede - No has dicho una sola palabra desde que salimos de las oficinas –

    - S...ssí, estoy bien, solo es que deseo descansar y olvidarme un poco de todo, han sucedido demasiadas cosas últimamente y a decir verdad no sé si puedo seguir adelante con todo – exclama de forma cansada.

    - Comprendo – responde algo más serio Sesshoumaru – en ese caso, será mejor que descanses por ahora, te veré después – la voz suena casi dolida aparte de seria, tras lo cual Sesshoumaru se inclina a modo de despedida y se da la vuelta para dirigirse a su apartamento, sin dejarle a Inuyasha más remedio que hacer lo mismo.



    Desde luego ninguno de los dos está nada contento y mucho menos satisfecho con esa forma de separarse , pero a veces al sentirse dolidos el orgullo juaga malas pasadas.


    Sesshoumaru llega directo a su despacho, da vueltas y más vueltas antes de sentarse a trabajar un rato más, como a veces acostumbra hacer, no quiere prestar atención a la creciente molestia que comienza a subírsele a la cabeza.



    - ¡ Baka Inuyasha ! ¿ Por qué no comprendes nada de lo que trato de hacerte entender ? ¿ Por qué te empeñas por hacer más difíciles las cosas ? –




    Por su lado Inuyasha llega y se apresura a mantenerse ocupado, trata de distraerse en algo, pero simplemente sus pensamientos tercos como él, viajan siempre en la misma dirección, es decir hacia el apartamento de enfrente. Se siente de igual forma molesto, incómodo, triste… solo.

    Cuando termina lo que hacía, se sienta a cenar, cualquier cosa le parece bien ahora, pero cuando desganado aparta el plato ha dejado casi todo en él.

    Trata de aclarar su mente…


    ¿ Es que acaso necesitaba todavía más de lo que ya tenía para cambiar su realidad ?

    ¿ No era suficiente con lo acontecido hasta hace poco ?


    - Suspira –


    - “ Sesshoumaru Sama” – repite lentamente - ¿ Así que me vine a enamorar del más cotizado empresario millonario de Japón y anexas ? ¿ Tenía que ser nada menos que el dueño del lugar donde se me ocurrió trabajar ? –


    Una tremenda duda le comienza a rondar la cabeza envenenándolo:


    - ¿ Acaso lo que he logrado es sólo a causa de que él está interesado en mí ? si eso es así… ¡ No deseo nada, no quiero esos falsos reconocimientos ! sé que mi trabajo vale por sí mismo, por tal razón no deseo que me regalen nada, no deseo eso de ninguna forma –




    Decide mejor irse a dormir y olvidarse de todo, llega a su alcoba después de su acostumbrado baño, se enfunda en su pijama, pero al poco rato de haberse acostado, vueltas y más vueltas, no puede dormir así que se levanta otra vez.
    No tiene trabajo pendiente, se siente fastidiado, no quiere estar sentado, no quiere leer, definitivamente no desea sentirse solo.

    Camina lentamente, vencido hasta las persianas y mira hacia aquel apartamento…
    … no cabe duda, lo que más quiere, lo que más desea… lo que ama… se encuentra en ese lugar.
    Esa persona importante y especial, se llame como se llame, haya resultado ser quien sea, no le importa realmente, lo único que le importa saber es que está allá enfrente y él mismo se encargó de alejarlo de su lado.

    Una fuerte opresión en su pecho comienza a convertirse en intenso dolor, el cual no tiene su origen en ninguna falla física. Aparta con una mano las persianas para poder ver mejor, puede observar como Sesshoumaru camina inquieto por su apartamento, ocupado seguramente en alguno de sus multiples asuntos de negocios, pero sin duda alguna su novio siente su mirada pues levanta el rostro hacia él, se pone de pie girando en su dirección, se observan directo a esos dorados ojos, Inuyasha se lleva las manos al pecho, el dolor ya es insoportable, una primera lágrima surca su rostro.

    Sesshoumaru lo observa fijamente, se cruza de brazos y poco después para asombro de Inuyasha… ¡ Cierra de golpe las persianas ! .
    Inuyasha retrocede dolido…



    - ¿ Así que después de todo, es más sencillo para ti el alejarte de mi lado ? aunque… después de todo yo me lo busqué también, él me brindó su apoyo incondicional y yo que hice… ¡ Sencillamente lo aparté de mi lado ! – susurra mientras retrocede para permanecer parado un momento en medio de su sala, desplomándose lentamente después.


    Las lágrimas ya brotan mojando su blanco rostro, aunque ahora eso no le importa mucho, al fin y al cabo no hay nadie que lo mire en ese estado tan patético según él, así que da rienda suelta a su silencioso llanto sentado en el suelo con su blanco cabello cubriéndole parcialmente su cara.

    Ha sido demasiada tensión, demasiados cambios, demasiado de todo, así que es comprensible que necesite desahogar un poco de su agobiada mente.
    Pero por sobre todo, ahora acepta plenamente que no podría estar sin él, por encima de todo sabe que ya lo ama con toda su alma.

    Se oye un muy leve ruido seguido de un sordo rumor que Inuyasha no escucha, ensimismado como se encuentra en lo que siente.
    Pero un notorio estremecimiento recorre su cuerpo cuando alguien se arrodilla tras de él y lo rodea con sus brazos, cobijándolo en más de una forma.
    Inuyasha sin levantarse se gira y apoyándose en ese pecho, se deja llevar humedeciendo esa fina camisa de seda.


    - ¡ Tranquilízate Inu chan, estoy aquí contigo ! – le susurra su voz favorita dándole el consuelo y cariño que necesita.

    - ¡ Perdóname Sesshoumaru ! solo es que han sido demasiadas cosas y yo… ¡ Oh por Dios, soy tan patético ! ¿ A qué viene ésta repentina debilidad ? si yo siempre he salido adelante solo y ahora… yo…yo… -

    - ¡ Shhh, shhht ! - pone un dedo en los labios de Inuyasha silenciándolo - ¡ Cálmate Inu ! Después de todo eso es lo que te hace tan especial y valioso, todo lo que tu interior siente y guarda y justo ahora yo quiero pensar que soy alguien especial para ti, puesto que me muestras eso que con tanto cuidado ocultas a los demás - le dice Sesshoumaru acomodándolo entre sus brazos, mientras él se sienta en el piso.

    - ¿ Yo especial ? – dice entre sollozos Inuyasha – yo soy un sencillo empleado tuyo, tú que eres alguien tan importante, con una posición por encima de todos nosotros y… ¡ Demonios! ¿ Por qué me lo ocultaste ? ¡ Alguien como tú, no debería de amar a alguien como yo ! –



    Sesshoumaru no soporta más y tomando el rostro del menor con una mano, se lo levanta y se apodera de sus labios, callando sus necias palabras.



    - ¡ Ahora escúchame bien Inuyasha ! – le dice con enérgica pero suave voz - yo solo soy un ser humano como tú, que ha llegado a ser quien es por méritos propios, pues al igual que tú no permito que se me conceda nada sin esfuerzo, pero también admito poseo una posición social que yo no pedí, he tenido mis logros personales esmerándome en ellos, pero también a base de dolor y soledad.
    No soy mucho mejor que tú… ¡ Y óyeme bien, no tolero que te menosprecies, que no seas consciente de tu valía !
    Y si te conozco algo más, ahora sé que eres casi tan orgulloso como yo, así que de verdad me extraña tu proceder ahora. Sin embargo quiero que sepas que te comprendo, todo esto no ha sido fácil después de todo.
    Ahora bien, te voy a aclarar algo más:

    El gran Sesshoumaru no Taisho, solo escoge lo mejor, solo se conforma con lo mejor… y mi amado Inuyasha… ¡ Tú superas eso y por mucho ! –



    Inuyasha siente como esas finas manos enjugan su llanto suavemente.



    - ¡ Oh Sessh, lo lamento ! de verdad en éste momento me siento tan… -

    - ¡ Tan especial como solo tú puedes serlo ! –

    - Sessh… ¡ Te amo, te amo tanto ! ¿ Lo sabes verdad ? – se hinca frente a su novio y tomando su rostro entre sus manos, lo besa intensamente.

    - No tanto como yo te amo a ti mi Inu chan – lo envuelve más estrechamente con sus brazos pegándolo a su cuerpo.



    El alto No Taisho Sama, acaba de confesar una verdad que nunca antes había sentido, admitido ni dicho a nadie.



    - Ahora ven, necesitas dormir – Sesshoumaru lo ayuda a levantarse, para después de otro beso inolvidable lo acompaña hasta su alcoba, para después él dirigirse a la puerta de salida, en una intencionada jugarreta para hacer caer a su chico.



    Como esperaba, siente como lo han tomado de la mano antes de que toque siquiera la perilla, se voltea y contempla a un ruborizado Inuyasha, que con la cabeza agachada le dice:



    - Sessh, ahora soy yo el que te pide que no te vayas…. ¡ Quédate conmigo ésta noche, te lo ruego ! –



    Sesshoumaru le sonríe de forma tierna y lo abraza por la cintura.



    - No necesitas rogar por algo que deseaba hacer, anda vamos, solo debo avisarte que mañana me iré temprano ya que tengo un asunto pendiente por atender, procuraré no hacerte ruido al partir -

    - De acuerdo-



    Al poco rato, ambos peli plata se encuentran placida y profundamente dormidos, abrazados sus cuerpos, enlazadas sus almas.







    ------------------------------------------------------








    Naraku cínicamente llega al trabajo confiado, después de todo no sucedió nada anoche como suponía, se sonríe al pensar que tal vez el estúpido de Sesshoumaru ni siquiera se ha enterado de nada, después de todo si conoce bien a su amigo, de haber sabido lo ocurrido con Inuyasha, no habría dejado pasar tanto tiempo antes de hacerle conocer su furia.

    Le llama la atención ver el auto de Sesshoumaru aparcado en su lugar habitual, ya que él acostumbra llegar más tarde, aunque no es por completo inusual.
    Él mismo Naraku llegó antes de lo habitual para sondear el terreno y hasta el momento no ha notado nada fuera de lo normal.
    Entra a su oficina como todos los días, aventando su portafolio sobre el escritorio y colgando su saco en el perchero junto a la puerta. A los pocos minutos suena insistente la extensión de su teléfono.



    - ¡ Moshi, moshi ! –

    - Naraku – la voz grave de su amigo y jefe suena seria como siempre, nada fuera de lo común.

    - ¡ Buen día Sesshoumaru ! ¿ A qué debo que me llames personalmente, acaso no se presentó a trabajar Kanna ? –

    - Aún es temprano, pero ese no es el punto por el que llamo, necesito que vengas a mi oficina ahora mismo.- la voz de Sesshoumaru no da muestras de nada, suena igual que siempre.

    - ¿ Q…qué ocurre ? –pregunta Naraku con recelo.

    - Sólo es que tengo un problema en mi sistema de seguridad y quiero resolverlo de inmediato-

    - ¿ Acaso está fallando algo de lo que apenas se instaló ?-

    - No, se trata de uno de los sistemas más añejos –

    - Bueno, puedo ir para allá en una hora, solo termino unos informes –

    - No, quiero que sea ahora mismo, como te dije deseo resolverlo de inmediato –

    - ¡ Ok, ok , voy para allá de in –me-dia-to ! –

    - Te espero-



    Camina Naraku despreocupado por los amplios y solitarios pasillos.



    “ ¡ Maldición, solo falta que deba mandar sustituir alguno de esos sofisticados sistemas ! ” - piensa con fastidio.



    Conforme se aproxima a las oficinas principales, va comprobando que todo funciona bien, saca su tarjeta especial y pasa el último acceso, se pregunta dónde estará la falla, contempla el escritorio vacio de Kanna el cual está vacío, pues es temprano, así que llega directo ante la puerta de madera que accede a la oficina principal del lugar.



    - Adelante – escucha la conocida voz desde adentro después de llamar a ella.



    Cuando entra no puede evitar contener un instante el aliento…



    “¡ Qué diablos ! ¿ Por qué Sesshoumaru tiene que lucir siempre tan bien, tan malditamente atractivo ? “.



    No Taisho Sama se encuentra de pie, mirando a través de las persianas, siente desde luego la intensa mirada pero no le da la más mínima importancia.
    Voltea y mira un instante a Naraku, quien ésta ocasión espera de pie cerca del escritorio, de alguna manera lo acontecido con Inuyasha se refleja de modo muy sutil en su comportamiento, ya que en otras ocasiones habría llegado y se sentaría sin esperar nada.


    - Siéntate – le dice en tono seco Sesshoumaru, quien en cuanto ve esos rojizos ojos, aprieta disimuladamente los puños con fuerza.



    Sesshoumaru camina lentamente por la oficina hasta posarse cerca de Naraku, recargándose en la esquina de su escritorio, cruza los brazos y observa fijamente a su “ amigo” , impasible, en silencio, un perfecto autocontrol no cabe duda.



    - Y bien…¿ Me dirás que ocurre de una vez Sesshoumaru ? – pregunta Naraku comenzando a impacientarse.

    - Sesshoumaru Sama para ti, a partir de ahora –



    Naraku lo mira sorprendido, pero aún sonríe.



    - ¿ Qué sucede, acaso bromeas, desde cuando tan delicado al respecto ? no hay nadie aquí que pudiera escuchar como te hablo – le dice Naraku aparentando una calma que ya no siente.

    - Sesshoumaru Sama – repite seco.

    - Está bien… “ Sesshoumaru Sama ” –

    - Lo que ocurre… Naraku, es que me dí cuenta de un error en mi sistema de seguridad, una grave falla, producto del exceso de confianza, el cual pienso corregir ahora mismo –

    - ¿ De qué hablas? Todo parece funcionar perfectamente –



    Sesshoumaru todavía se dá el lujo de juguetear con un sobre que toma de su escritorio antes de continuar.



    - Tenemos varios años de conocernos ¿ No es así ? –

    - Sí claro – Naraku se comienza a intranquilizar más ya no hay salida.



    Sesshoumaru deja el sobre nuevamente donde estaba y comienza a caminar lentamente cerca del peli negro mientras le habla.



    - Tú me conoces bien, hemos pasado muchas cosas juntos, de hecho te he sacado de innumerables aprietos ¿ No es así ?-



    Naraku asiente en silencio.



    - Sabes entonces perfectamente que hay cosas que me enojan y sabes también que no soporto que se metan con mis cosas… con lo que me importa – la voz de Sesshoumaru tiene un tono peligrosamente tranquilo.



    Naraku se pone de pie, pero de inmediato Sesshoumaru se coloca frente de él, cerrándole el paso, sus ojos fijos en él los cuales comienzan casi a lanzar destellos dorados de furia.
    Kuroi Kumo comprende de inmediato aún cuando es demasiado tarde, que ha sido excesivamente confiado, ha cometido un grave error, ha caído en las manos de Sesshoumaru, debió largarse de la ciudad cuando pudo hacerlo. Aunque también sabe que de cualquier forma ya no tenía escape, pues si Sesshoumaru lo desea, bien podría buscarlo hasta dar con él en cualquier momento.



    - ¡ No sé de qué me hablas ! ¿ A qué quieres llegar ? – dice fingiendo no saber nada .



    Sesshoumaru se aproxima a él y antes de que Naraku pueda evitarlo, ya lo ha tomado fuertemente de las solapas y con la furia en la mirada le aclara sus “dudas” a Naraku.



    - ¡¿ Ahora me vas a decir maldito bastardo que ignoras de que te hablo ?! cuando sabes perfectamente lo que hiciste con Inuyasha, cuando claramente te advertí que no te acercaras siquiera a él, que no te atrevieras a tocarlo porque te las verías conmigo.



    Naraku se pone a la defensiva enseguida, se prepara para soltarse a como dé lugar, pero antes de que siquiera lo intente recibe un fuerte puñetazo en el rostro, que lo manda directo al suelo, enfureciéndolo de inmediato, se pone de pie rápidamente.



    - Haces demasiado ruido por ese insignificante diseñador, después de todo no tenías gran interés que yo supiera en él – le dice venenoso Naraku al tiempo que se limpia la sangre de la boca con el dorso de su mano – de hecho no tenías interés por ningún hombre. –

    - Dices bien: “Que tú supieras” y además ¡Qué si yo decidí fijarme en él en algún momento.!
    Por otro lado, ese “insignificante diseñador” como tú le llamas, tiene todo lo que tú nunca tendrás, a lo que ni siquiera podrás aspirar jamás.-



    Naraku siente emerger la rabia desde su interior al momento que le replica con furia:



    - Yo iba tras él tú lo sabías, él era para mí – trata entonces de golpear a Sesshoumaru, ha perdido el control de su enojo, pero pese a su enorme habilidad para pelear, es superado fácilmente por su jefe, quien lo golpea una y otra vez, lanzándolo de nuevo al suelo.

    - ¡ Tú sabes que eso no es cierto por completo ! que te haya dejado hacer tus patéticos intentos sabiendo que no eras rival para mí no quiere decir que tú te hubieras fijado primero en él. Desde el momento mismo que llegó yo hice los movimientos necesarios para tenerlo cerca de mí, mucho después de eso fué que tú te enteraste de mi interés por él. Tú simplemente te interesaste por Inuyasha para competir conmigo si no me equivoco, él no es para ti más que un trofeo a conseguir, una noche pasajera de sexo. En todo caso él ha elegido, ha decidido que es lo que quiere y a quien prefiere.
    Ahora… ¡ Escúchame bien ! ¡ Yo lo amo ! dudo que puedas entenderlo pero así es y ahora… es mío ¡ Por completo mío ! puesto que él me ha correspondido y yo mismo le pertenezco ya a él totalmente. No hay nada que tú puedas hacer al respecto más que alejarte de Inuyasha por tu propio bien – le dice en tono tajantemente helado.



    Naraku todavía intenta írsele encima con los puños, pero Sesshoumaru fácilmente lo evita, castigándolo nuevamente con fuertes golpes por todo su cuerpo, así que en un abrir y cerrar de ojos, ya lo tiene inmovilizado contra el suelo aplicándole una fuerte llave que le impide llevar a cabo cualquier acción.



    - He sido más que tolerante contigo en nombre de la amistad que nos unía… hasta ahora, gracias a eso no te acabo a golpes ahora mismo, pues no soy un traidor como tú, pero no voy a permitir que le hagas daño, he permitido que se defienda él solo ésta vez, pero eso no se repetirá si intentas algo nuevamente. Y si realmente me conoces y sabes lo que te conviene, será mejor que recojas tu liquidación y tus cosas y salgas de MI empresa en éste momento. – la voz de Sesshoumaru suena aterradoramente amenazadora aún cuando no ha elevado el volumen en ningún momento - te aconsejo que no intentes nada más porque sabes que no me detendré de nuevo. –



    Sesshoumaru afloja poco a poco el agarre, permitiendo a Naraku que se ponga por completo de pie, los rojizos ojos lo miran con rencor y desprecio, sabe que mucho de lo que ha logrado es gracias a ese alto hombre y sabe también que en todo momento le ha brindado una amistad y apoyo sinceros. Pero por sobre todo, sabe que Sesshoumaru es un contrincante muy peligroso, así que opta mejor por retirarse en ese momento, ya decidirá si vale la pena arriesgarse enfrentándolo más adelante o mandar definitivamente todo al diablo.
    Toma el sobre con su liquidación que No Taisho Sama le tiende y echándole una última y fulminante mirada sale del lugar sin decir una sola palabra más.

    Mientras Naraku se dirige de mala gana y maltrecho a la que será su oficina hasta que termine de recoger sus cosas, Sesshoumaru hace las llamadas necesarias para que se haga lo pertinente en la empresa para mantenerla segura, cambio de sistemas, claves tarjetas, etc. Todo para no dejar vulnerable el sitio ante cualquier posible intento de revancha por parte de Naraku.
    Le desagrada la situación, después de todo de verdad le tenía aprecio a ese hombre, pero sin embargo no pondrá en peligro a quién ahora ama, quien es su prioridad por proteger.






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    Cuando Byakuya llega a las oficinas, se topa con Inuyasha en el vestíbulo de la empresa, tiene una especie de conflicto interno, pues a pesar de todo Inuyasha se ha portado como un buen amigo con él, pero por otro lado le siente un odio irracional y creciente debido a lo que ha ocurrido con Naraku, así que recompone la cara lo mejor que puede, mostrando su ya característica y tierna cara al saludarle, tras lo cual se van caminando juntos charlando de cualquier cosa sin importancia cuando de uno de los ascensores sale Naraku con sus pertenencias metidas en un contenedor el cual lleva en los brazos. Byakuya e Inuyasha en seguida notan el rostro bastante más golpeado de lo que lucía la última vez que lo vieron.
    Byakuya corre a su encuentro.


    - ¡ Oniisan ! ¿ Qué te ha ocurrido ? - le pregunta preocupado.



    Naraku mira de forma molesta a Inuyasha, Byakuya comprende todo en el acto cuando sigue la mirada de su hermano hasta el peli plateado.
    Inuyasha no desea verse inmiscuido otra vez en cualquier asunto relacionado con Naraku , así que decide dejarlos solos, se dirige al primer ascensor y oprime el botón.



    - Te veré luego Byakuya – le dice serio a su amigo, sin embargo en lo que espera el ascensor escucha parte de la conversación.

    - ¿ Por qué traes todas tus cosas Naraku ? – pregunta atónito el menor de los Kuroi Kumo que al contemplar la expresión de su hermano se da cuenta de lo que ha sucedido - ¡ Nooo ! ¿No me digas que Sesshoumaru se atrevió a…? –

    - Hablaremos después,te veré en casa Byakuya, no trabajo más aquí ya que parece que mi “ amigo ” decidió darme la espalda por una insignificancia como “esa” - exclama lanzando una mirada de desprecio hacia Inuyasha.



    El joven diseñador de ojos ámbar se contiene para no lanzarse sobre Naraku en consideración a Byakuya, llega en ese momento el ascensor y decide alejarse de ahí antes de cometer una locura, por ésta ocasión será prudente.

    Byakuya ayuda a su hermano a llevar sus cosas hasta su auto.


    - ¿ Piensas dejar todo así oniisan ? – pregunta enojado el menor.

    - ¿ Y enfrentar a Sesshoumaru en su territorio ? ¡ No estoy loco ! además de que tú aún trabajarás aquí ! –

    - ¡ Eso no importa ! -

    - Ya decidiré que hacer después Byakuya, por ahora lo único que deseo es largarme de aquí-

    - Entiendo… ¡ Cuídate Naraku, te veré después ! –



    Byakuya se dirige entonces a su trabajo, pero de verdad le costará un enorme esfuerzo disimular su rabia frente al que siente es el causante de todo lo que sucede con su hermano. Lo que por ahora ronda su cabeza es la venganza… ya se encargará de ajustar cuentas, golpeará donde más les duela a ese par de demonios de blanco cabello.





    A la hora del almuerzo comen juntos como si nada pasará, pues no desea levantar sospechas. Como ya es costumbre se les une Miroku, pues según ha dicho de verdad se come mejor estando al lado de Inuyasha, además de que ha hecho una sincera amistad con éste testarudo chico y con el joven chef del lugar, se siente tan bien en su compañía aún cuando Byakuya sigue dándole mala espina.

    Suena el teléfono de Inuyasha.



    - ¡ Moshi moshi ! –

    - ¡ Hola Inu chan ! – lo saluda la agradable voz de su novio.

    - Sesshoumaru Sama – en cuanto se escucha ese nombre se hace presente cierta tensión en el lugar, desde luego a causa de Byakuya.

    - Lamento haberme ido sin despedirme de tí en la mañana, no quise despertarte antes de tiempo, pero en verdad tenía algo muy importante que hacer hoy temprano –

    - Sí, creo que sé a qué te refieres – dice Incómodo Inuyasha levantándose y alejándose un poco. –

    - Pero no es eso precisamente por lo que te hablo, de eso ya platicaremos después, por ahora deseo saber cuál es tu color favorito, aunque creo saberlo deseo confirmarlo. –

    - ¿ Mi color favorito ? ¿ Por qué deseas saberlo ? –

    - Es una sorpresa, no seas curioso –

    - Bueno ok, es el rojo –

    - Lo suponía mi cálido novio – dice satisfecho Sesshoumaru – bien Inu, eso era todo, te espero en mi oficina cuando salgas para regresarnos juntos. –

    - De acuerdo, te veo por la tarde –



    Regresa a la mesa con sus amigos.


    - Disculpen… ¿ En qué estábamos ? – pregunta.

    - En que yo esperaba que me dijeras que postre deseabas – le dice Shippou, pero poniendo entonces una sonrisa pícara le pregunta:

    - ¿ Acaso era mi muy atractivo “jefecito” ? –

    - ¿ Atractivo jefecito ? – pregunta Inuyasha entrecerrando los ojos con los celos asomando a ellos.



    Byakuya no soporta más y se levanta.



    - Tengo cosas que hacer, será mejor que me adelante –



    Se aleja del lugar, seguido por una azul mirada, mientras Shippou e Inuyasha se enfrentan uno al otro.



    - ¿ Así que de eso se trata semejante zorro ? – pregunta Inuyasha apretando los dientes.



    Miroku al darse cuenta de la situación, exclama con voz tranquila tratando de mediar entre ellos:



    - ¡ Vamos cálmense, Inu no te precipites en tus juicios, escucha primero, podrías estar equivocado ! –

    - ¡ Pero sí lo acaba de decir cínicamente ! ¿ Qué otra cosa podría pensar ? lo que ha hecho no era por mí, sino por Sesshoumaru. – dice comenzando a molestarse el peli plateado.

    - ¡ Pues claro que era por Sesshoumaru ! - reafirma Shippou para empeorar las cosas.

    - ¡¡ Queeeé, pero que fresco !! – Replica Inuyasha poniéndose de pie y elevando la voz.

    - ¡ Tranquilo Inu, escucha antes de atacar, no seas impulsivo ! – habla Miroku obligando a Inuyasha a tomar asiento.

    - ¡ Keh ! no veo que puedas alegar ahora en su defensa – dice Inuyasha cruzándose de brazos y volviéndose hacia otro lado.

    - Bueno, es que de hecho, los dos hemos actuado por Sesshoumaru, al menos al principio ya que ahora es bastante grato hacerlo también por ti – dice Miroku mirando atento y divertido la reacción de Inuyasha.

    - ¡¡¡ Queeeéé´!!! ¡¿Tú también ?! – los ojos ámbar del chico comienzan a brillar peligrosamente, se levanta de golpe otra vez.



    El par de amigos lo empujan por los hombros haciéndolo que se siente nuevamente.


    - ¡ Pero que baka eres Inuyasha ! – le dice Shippou moviendo la cabeza- eres más inmaduro que yo y eso que yo soy menor que tú. –

    - ¡ Ahora verás enano del demonio, me las vas a pagar ! – le grita Inuyasha, afortunadamente ya casi no hay nadie cerca de ellos en el comedor.

    - ¡¡ Inuyasha, siéntate de una vez por todas !! – le ordena Miroku suspirando – déjame explicarte.



    Inuyasha obedece de mala gana, Miroku continúa:



    - Nosotros no tenemos ningún interés en Sesshoumaru Sama, solo seguimos sus órdenes –

    - ¿ C…cómo, a qué te refieres ? – pregunta ahora confundido y más calmado Inuyasha dispuesto a escuchar.

    - ¡ Vaya, así sí se puede hablar contigo ! – dice Shippou más paciente – como dice Miroku, solo seguimos órdenes, digo… Sesshoumaru es muy guapo, pero… no es mi tipo ¿Sabes? -



    Inuyasha lo fulmina con la mirada pero permanece callado.



    - Además, ahora que somos tus amigos, esto es más agradable, ya no es solo por obedecer indicaciones… ¡ Realmente te apreciamos semejante tonto! -

    - ¡ Oye! –

    - Shippou tiene razón - interviene Miroku – Sesshoumaru Sama nos dio indicaciones precisas al respecto.
    ¿Acaso pensabas que el equipamiento de tu área fue solo rutinario? ¿ Así de rápido ? al igual que todos los pedidos especiales que nos has solicitado, ha ocurrido igual –



    Inuyasha se queda mudo ante lo que ahora escucha.



    - Por mi parte – toma la palabra Shippou – supongo que ahora no tiene ningún sentido ya el ocultártelo. Yo fui traído expresamente para encargarme de que estuvieras a gusto en lo que a comida respecta, incluyendo cierta comida exclusiva de Kioto, lo cual ha beneficiado a todos, pero la meta principal se ha cumplido. –

    - ¡ Pero esto es casi terrorífico! – exclama Inuyasha nervioso.- Así que todo lo que me ha rodeado haciéndome sentir tan bien… ¿ Es por órdenes de Sesshoumaru? Pero si esto comenzó al poco tiempo de mi llegada. –

    - Desde ese mismo momento supongo, aunque ¿ No sé ? con Sesshoumaru nunca se sabe – dice Miroku tan tranquilo.

    - ¿ O sea que también es obra de ustedes el encargarse de otras cosas, como las cajas de pockys, el vino, las rosas…? – dice con un hilo de voz Inuyasha.

    - ¡ No sé de qué nos hablas ! – exclama Sihppou confundido después de mirar a Miroku y mover ambos la cabeza de forma negativa.

    - Supongo que Sesshoumaru Sama se ha ocupado personalmente de otros detalles Inu. – dice Miroku.

    - Esto es… demasiada información para tan pocos días – dice Inuyasha llevándose la mano a la frente.

    - Mira Inuyasha, a como yo lo veo, ese solitario hombre de verdad ha estado y sigue estando demasiado interesado en ti – le habla Miroku con calma – me parece que todo lo que quiere es que tú estés bien, te protege, te cuida, te consiente incluso. No voy a decir cosas que no me corresponden, pero amigo…¡ De verdad le importas y mucho más que eso y créeme… ¡Eso en Sesshoumaru No Taisho, es demasiado decir ! –



    Inuyasha baja la mirada y guarda silencio un momento.



    - Supongo que tienes razón Miroku – levanta el rostro y una enorme sonrisa se ha dibujado en su rostro.- “ Se siente tan bien ser importante para alguien, ser amado sin reservas, ser cobijado bajo un cariño como ese, cuando se ha ido por el mundo entre sombras y soledad por un buen tiempo ” – piensa el joven empleado.-

    -¡ Gracias amigos por lo que me han dicho y por lo que han hecho por mí, realmente ya no me siento solo ! – exclama con dificultad, después de todo no es muy bueno expresando lo que siente.

    - ¡ Ha sido y seguirá siendo un completo placer Inu ! – exclama Miroku amable.

    - Lo mismo digo, semejante cachorro tonto – le dice Shippou dándole un afectuoso golpe en el hombro.




    Más tarde se dirige a la oficina de Sesshoumaru, se siente feliz, notando ese clásico cosquilleo en el estómago a causa de la intensa emoción. El aceptar sus sentimientos por completo, ha sido difícil pero vale la pena el despertar a ellos, pues ahora aprecia todo desde un punto de vista diferente, más pleno y feliz.
    Kanna lo anuncia, es recibido enseguida, ya es más de la hora de salida así que Sesshoumaru solo se encuentra finalizando con algo de papeleo.


    - Termino enseguida Inu chan - le dice en cuanto lo ve entrar.

    - No hay problema –



    Se sienta en la sala ubicada dentro de la misma oficina y contempla con más calma todo, juguetea un poco con los controles que se encuentran sobre la mesa, enciende la enorme pantalla digital.



    - ¡ Demasiados canales ! – murmura al tiempo que la apaga.



    Luego enciende el aparato de sonido, selecciona una pieza de música instrumental a un volumen bajo, no le vendría mal tratar de relajarse un poco.



    - ¡ Woooow, qué excelente sonido ! – exclama embobado mientras ajusta el ecualizador, pues él también gusta de la música y de los sofisticados aparatos de sonido, aunque nunca había visto uno tan impresionante y moderno como éste.



    Se recarga en el respaldo cerrando los ojos, echando para atrás la cabeza en el cómodo sillón, suspira mientras se comienza a relajar.
    Sesshoumaru ha terminado, voltea a ver complacido a su querido Inuyasha, sonríe levemente, se aproxima a él, se agacha por atrás del sillón rodeándolo con sus brazos y besándole repetidas veces el cuello de forma muy lenta y sensual. Puede ver como Inuyasha sonríe ruborizándose aún cuando permanece con los ojos cerrados.



    - Si mi inquieto y curioso Inu chan ya terminó de jugar, nos podemos ir ya – le susurra al oído.

    - ¡ Oh lo siento Sessh, yo no debí ! – exclama abriendo los ojos, luce apenado.

    - No hay problema amor, no me molesta en lo absoluto… tú puedes tocar todo lo que te plazca de mis cosas… o de mi persona – le dice de forma sugerente.

    - ¡ Pervertido ! –

    - Sí cariño, tu pervertido personal – le besa intensamente robándole el aliento.



    Inuyasha cierra nuevamente los ojos, aspirando el fresco y muy agradable aroma de su novio, luego al volver a mirarle, lo toma también de la mano y lo obliga a sentarse a su lado.



    - ¡ Ven Sessh, siéntate aquí conmigo! Quisiera que habláramos un momento. –

    - ¿ Qué ocurre ? no se te habrán vuelto a alborotar todas esas locas ideas tuyas otra vez ? – le dice sin apartar la mirada de él.

    - No Sessh, bueno… solo un poco –



    Sesshoumaru suspira.



    - ¿ Qué ocurre Inu ? –

    - Lo que ocurre es que estuve hablando con Shippou y Miroku y ellos me contaron algunas cosas – le dice Inuyasha mientras juguetea con una hebras del plateado cabello de Sesshoumaru.

    - Cosas… ¿ Qué cosas ? –

    - Pues solo sobre las cosas que tú les ordenaste, sobre la comida, las cosas especiales que yo requería para trabajar, materiales, mesas, etc. –

    - ¡ Ah ya comprendo ! ¡Par de lenguas sueltas ! tendré que llamarles la atención. –

    - No lo hagas Sesshoumaru, por favor, ellos son mis amigos ¿ Sabes? Después de todo ellos me han ayudado a entender algunas cosas y me llevan a querer saber otras –

    - ¿ Cómo cuáles ? –

    - Esto comenzó casi desde que llegué… ¿ Por qué Sesshoumaru ? después de todo entre tú y yo no había nada aún ¿ Por qué te tomaste esas molestias ?-

    - ¿ Así que es eso ? – le dice acariciando su mejilla con el dorso de su mano.- bien, supongo que ahora puedo explicarte todo - lo abraza pegándolo más a él, apoyándolo en su pecho, ante lo cual, el menor solo se acomoda acurrucándose entre sus brazos.

    - Aunque de alguna manera ya te lo había dicho... sencillamente porque desde que te vi supe que eras alguien muy especial, alguien con quién yo presentía podía surgir algo verdadero, muy fuerte e intenso. Ahora sé que no me equivoqué al respecto, yo creo que no puedes culparme por querer eso, por desear tenerte cerca de mí, después de todo así nos podríamos conocer mejor y saber si esto era posible, además tampoco es condenable el querer hacerte sentir a gusto.
    Conforme esto crecía y maduraba, procuré ocuparme de esos pequeños detalles, quería hacerte saber que me importabas, que quería que estuvieras bien ya que te habías mudado a una ciudad extraña para ti.-

    - ¿ Así que le encargaste a Shippou y Miroku que se ocuparan de todo lo que ahora sé han hecho por mí ? –

    - En parte sí –

    - Aunque ellos no saben nada con respecto a algunas otras cosas, como los pockys, las flores, el vino… -

    - Eso… mi querido Inu, lo hice yo personalmente, ahora me parece que debo confesarte que contigo estoy aprendiendo mucho al respecto, pues es algo que nunca había hecho por alguien y admito que es algo bastante grato el escoger un pequeño detalle para compartir con quien en verdad te importa –

    - Pues para ser la primera vez, lo haces más que bien – le responde sonriendo Inuyasha- me has hecho muy feliz éstas semanas.-

    - ¡ Gracias amor, de eso se trataba ! –

    - Hay algo más Sessh, me ha estado rondando la cabeza desde que supe quien eras en realidad – Inuyasha duda un poco antes de continuar.

    - Dime, te escucho – le responde Sesshoumaru al tiempo que le acomoda un mechón de blanco cabello tras la oreja.

    - Es sobre… mi trabajo. He pensado durante todo éste tiempo que lo estaba haciendo bien, que me estaba esforzando lo suficiente, que me habían otorgado el puesto por mis capacidades y que mi reciente ascenso era producto de eso, pero ahora… ya no estoy tan seguro. A decir verdad no soportaría ni aceptaría el saber que todo ha sido simplemente por… -

    - ¿ Obedecer órdenes mías, que todo ha sido demasiado fácil para ti por mi causa, es eso ? –

    - Sí, a decir verdad eso he pensado y… ¡ No lo toleraría ! -

    - ¡ Ni yo tampoco Inuyasha ! no al menos en mis empresas en las cuales siempre exijo lo mejor, simplemente no lo permitiría. En ése aspecto se te exigió tanto o más incluso que a los demás que solicitaron el puesto. Te has desempeñado de manera excelente, de lo contrario no habrías obtenido el puesto, eres excepcional en varios aspectos y … modestia aparte… ¡ Yo siempre elijo lo mejor, recuérdalo ! – le dice con una sonrisa torcida, para continuar hablando:
    No puedo negar que me has dejado muy gratamente sorprendido, de hecho lo hiciste desde la primera vez que te contemplé a través de mis persianas.-



    Inuyasha guarda silencio por un momento, luego algo más le viene a la mente, abre los ojos sorprendido y exclama:



    - ¡ Oye y ahora que lo pienso con calma ! ¿ Las flores me las dejaste tú, es decir tú personalmente ? –

    - Sí, las llevé a tu apartamento –

    - Y anoche, yo no te abrí la puerta y tú solo… llegaste hasta mí y…me abrazaste y… ¡¡ Oye Sesshoumaru !! ¡¿ Cómo demonios entraste ?! –



    Se escucha la baja risa grave del mayor al momento de responder:



    - Esto Inu… es algo por lo que tendrás que perdonarme – dice sacando un juego de llaves de su bolsillo, idéntico al del apartamento de Inuyasha – pues resultó algo muy útil conservarlas cuando ordené te asignaran ese apartamento frente al mío –



    Inuyasha abre los ojos como platos.



    - ¡¿ O sea que yo estoy viviendo ahí, también porque tú lo decidiste así ?! ¡ Me ubicaron justo frente al lugar donde vivías ! –



    Sesshoumaru sonríe con cara de culpable.



    - A decir verdad, yo me mudé ahí, solo unos días antes que tú, después de que fuiste contratado, pues yo vivía en otro sitio muy diferente, es decir en la mansión No Taisho –

    - ¡ Pero qué demonios ! ¡¡ Una mansión!! ¡¿ Por qué hiciste tal cosa ?! –

    - ¿ Y de que otra forma podría verte más seguido ? – le dice guiñándole un ojo de forma traviesa.

    - ¡ Eres, eres… un maldito pervertido ! – le dice fingiendo molestia Inuyasha, ya que después de todo él ha disfrutado también de tan maravillosa vista frente a su apartamento.

    - Sí, un maldito pervertido… ¡ TODO TUYO ! y que además está loco por ti y todo comenzó mirándonos a través de esas persianas y… ¿ Quieres que te diga algo?... ¡¡ No me arrepiento de absolutamente nada !! –



    Se prende de la boca de Inuyasha, entrelazando lenguas, brazos y cuerpos en un atrevido y muy cálido abrazo.




    Durante el viaje de regreso, en otro de los lujosos autos de Sesshoumaru, éste todavía lo vuelve a sorprender.


    - Por cierto, en dos días te entregarán tu automóvil nuevo – le dice tan despreocupado como siempre.

    - ¡¡¿ Mi queeéé ?! –

    - Tu auto –

    - Pero… ¿ Un auto, por qué, para qué ? ¡ No es necesario !-

    - ¡ Claro que lo es ! – le dice tajante el mayor – es para las ocasiones en que no pueda llevar o traer a “ mi damisela” o quiera moverse por su cuenta a donde desee – luego añade en tono más serio:
    Además de que no quiero que vuelvas a viajar al lado de Byakuya –

    - No, tú también desconfías de él –

    - Así es, yo que tú me andaría con cuidado con él –

    - Me parece que exageran, Byakuya es un buen chico y es mi amigo, no creo que haya nada de que cuidarme. –

    - Sólo te pido que tengas cuidado, de cualquier forma el auto ya es un hecho – le dice serio.

    - ¿ Y supongo que no tengo derecho de réplica ? –

    - ¡ Supones bien Inuyasha ! como a te irás dando cuenta, hay cosas en las que no admito negativas –

    - Pues… ¡ Gracias ! … supongo –





    Esa noche desde luego la pasan juntos nuevamente, pero ésta vez es a petición de ambos.






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    Justo como se lo habían dicho, a los dos días Inuyasha recibió su flamante Ferrari… rojo desde luego. Sobra decir que Inuyasha tardó un buen rato en reponerse de la impresión.


    - ¿ Hasta cuándo planeas dejar de sorprenderme Sesshoumaru ? – susurra al tiempo que se desploma en el cómodo asiento de su auto.






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    Y así pasó la semana, todo tan “ normal” como siempre…


    Cuando el fin de semana se acercaba, Kouga se va sintiendo cada vez más emocionado, podrá ver a Byakuya nuevamente, han quedado de pasar juntos la tarde y la noche del sábado en el apartamento de Kouga, aprovechando que Naraku se ha ido fuera de la ciudad por unos días, tratando de aplacar la ira que siente; así Byakuya tendrá libertad de movimientos.




    Por su parte Sesshoumaru ha tenido trabajo extra por encontrarse ocupado con nuevas inversiones, así que Inuyasha ha tenido oportunidad de viajar a placer en su nuevo auto, causando muchos suspiros y uno que otro pequeño percance por la manera en que llama la atención y distrae a los y las conductoras.

    Pero cuando termina el día, ya bien entrada la noche, esas persianas ocultan el momento en que su alto amante se desliza entre sus sábanas para abrazarse al tentador cuerpo de su novio.






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    Llega el sábado finalmente…



    Byakuya estará con Kouga, según lo planeado.


    Miroku irá al cine en compañía de Shippou que ha resultado un muy buen amigo.


    Mientras tanto Inuyasha tiene sus propios planes para ese día…


    Son precisamente Inuyasha y Sesshoumaru los que se ven más temprano; el ocupado empresario terminó sus asuntos pendientes para poder pasar el día con su novio.



    - Y bien Inu chan ¿ A dónde quieres que vayamos ? – has estado muy misterioso al respecto desde ayer – pregunta Sesshoumaru cuando llega por él a mediodía.



    Anoche Sesshoumaru llegó a su despacho directamente, pues todavía tenía algunos asuntos pendientes, así que cada quien pasó la noche en su apartamento, por primera vez en esa semana. En cuanto se ven, No Taisho Sama lo ha besado como acostumbra, es decir pegándolo estrechamente a su cuerpo y le ha robado el aliento con la intensidad de su saludo.


    - Yo solo quiero pasar el día contigo Sessh, en realidad el lugar no importa – le responde Inuyasha en cuanto logra apartarse un poco y recobra el aliento.

    - Tú sólo dime lo que deseas hacer y yo me encargo de hacer las reservaciones en éste momento – le dice al tiempo que saca su modernísimo teléfono móvil.



    Inuyasha le retira suavemente de las manos el aparato.



    - No Sessh, hoy yo quiero pasar el día a mi modo , no con el “Gran Sesshoumaru Sama” el empresario o el millonario, deseo que hoy solo seamos Sesshoumaru e Inuyasha, así de sencillo, así que… déjalo en mis manos ¿ Ok ?

    - Está bien, como tú prefieras, mientras estemos los dos solos lo demás no me importa - dice Sesshoumaru guardando el teléfono.



    Salen juntos entonces, pero cuando el alto empresario ya se está encaminando hacía su impresionante auto, Inuyasha lo jala de la mano.



    - A mi estilo ¿Recuerdas ? así que… viajaremos en tren –

    - ¿ En tren ? – exclama Sesshoumaru casi confundido.

    - ¡ Claro ! ¿ Querías conocer más de mí no ? entonces te voy a compartir un poco de lo que es mi vida como Inuyasha solamente.

    - Pero es que yo…nunca he viajado en el tren – le dice como si en realidad lo estuviera invitando a viajar en una nave interplanetaria.

    - Supongo que no, me basta ver los “sencillos ” autos en los que acostumbras moverte y supongo que así ha sido siempre, pero no te preocupes, traes un buen guía. – le responde Inuyasha dándole un apretón en la mano que lleva entrelazada con la suya.



    Y ahí van con rumbo al tren, comenzando lo que promete ser un día sumamente interesante.





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    - Paso por ti a las 5:00 pm Shippou, estaba pensando además en que ¿ Por qué no vamos después juntos a cenar, conozco un pequeño restaurante en el que se come muy bien – le comunica Miroku a su joven amigo lo que ha planeado.


    Éste fin de semana tampoco hay ninguna cita con alguna chica que haya conocido durante la semana, así que le ha parecido buena idea salir un rato con su nuevo amigo para variar.


    - Me parece perfecto Miroku, hace tiempo que no voy al cine – responde entusiasmado el joven chef.






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    Kouga por su parte, pasa puntual por Byakuya, que se ha esmerado bastante en su arreglo, desea que todo sea perfecto en su “ cita especial” .



    - Byakuya… ¡ Te extrañé ! – lo saluda con gusto, aunque al principio se muestra algo receloso recordando la manera en que se separaron la última vez, pero tampoco tiene ánimo de reñirle de forma muy severa, aún cuando se sintió dolido por el proceder de su chico, sin embargo es tanto su gusto por verle que simplemente lo abraza con fuerza aspirando el dulce olor que le inunda los sentidos en un instante.

    - ¡ Kouga, yo lo lamento tanto ! – comienza a disculparse - ¡ Perdóname, pero fue algo tan repentino y además el ver a mi hermano hecho una furia, yo sólo deseaba sacarlo de ahí para no arruinar más el cumpleaños de Inuyasha…¡ Me he sentido tan mal por lo ocurrido, yo… -



    Kouga toma su fino rostro de Byakuya entre sus manos, lo besa varias veces antes de decirle en tono dulce:



    - ¡ Ya basta Byakuya, no es necesario que me pidas perdón, sólo te pido que me tengas más confianza, que no me hagas a un lado ni me dejes atrás… ¡ Yo te amo Byaku, tú bien lo sabes ! he estado muy preocupado por ti. Espero que si estás en problemas con tu hermano, si hay algo que yo pueda hacer por ti, me lo digas, cuentas con mi apoyo incondicional para lo que necesites-

    - ¡ Gracias Kouga ! – pero no es necesario, entre él y yo todo está bien, lo sucedido ese día fue algo totalmente inusual entre nosotros. – le dice con una tierna sonrisa en la boca que cautiva a su novio.

    - ¡ Vamos entonces amor, te invito a comer ! ¿ A dónde quieres ir más tarde ? –



    Byakuya se cuelga del cuello de Kouga y aproximando su boca su oído le susurra de forma insinuante:



    - Yo quiero estar a sola contigo, como te dije antes, quiero que nos conozcamos mejor pero ahora de una forma más… cercana - deposita entonces in intenso beso en los labios de Kouga.

    - ¿ Estás seguro de que eso es lo que deseas, de que es el momento ?-

    - ¡ Es el mejor momento amor…por favor ! – pide de forma casi tierna.

    - De acuerdo Byaku, he estado esperando por ese importante acontecimiento, pero no quería forzarte a nada –

    - No lo harás cariño, créeme –



    En poco tiempo ya viajan en el auto de Kouga, entre una agradable charla, suaves caricias e intensos besos de vez en vez. Así la tarde transcurre de forma muy agradable, más para uno que para el otro.






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    - ¡ Qué agradable sitio Inuyasha ! – exclama Sesshoumaru mientras caminan por ese lugar tomados de la mano.

    - Es un parque realmente bello ¿ No crees ? – Inuyasha luce contento, con la sonrisa asomando a su rostro y un peculiar brillo en su mirada.



    Sesshoumaru contempla todo desde un punto de vista nuevo para él, en la amada compañía de Inuyasha, es una sensación dulce y cálida, la cual nunca antes había experimentado.


    - Recién llegué a Tokio, me gustaba venir aquí a sentarme a las orillas del pequeño lago, me recargaba en éste árbol y dibujaba los sakuras en flor – dice mostrándole un enorme árbol de frondosa sombra – ahora aún sin flores, el lugar luce bello con tantos tonos en los árboles, el intenso azul del cielo, los reflejos en el agua y el suave y fresco aroma de la lluvia de anoche



    Se sientan los dos bajo el árbol a contemplar un buen rato juntos lo que ha narrado Inuyasha hace un momento, les acompañan los trinos de las aves y el incesante chirrido de la cigarras. Sesshoumaru poco después se recuesta apoyando la cabeza en las piernas de Inuyasha, quien acaricia entonces tiernamente ese rostro y su plateada cabellera, se encuentran en un apartado y solitario lugar del parque, así que quedan libres de cualquier mirada curiosa.
    Charlan animados al principio, pero después se van quedando callados, gozando del silencio, pero no por eso han dejado de comunicarse de mil un diferentes formas.

    Todo transcurre en completa calma, salvo las tibias caricias y los besos robados, tan apacible… hasta que un leve ruido proveniente del estómago de Sesshoumaru hace sonreír a Inuyasha, ocasionando que pueda contemplar algo muy difícil de ver en ese perfecto rostro : un tenue sonrojo colorea su atractivo y pálido aspecto, haciéndolo lucir aún más irresistible.


    - Parece que alguien tiene hambre - dice Inuyasha agachándose a besarlo en la frente – será mejor ir a comer algo, ya es tarde.

    - Estando contigo me siento tan bien que el tiempo prácticamente vuela – exclama Sesshoumaru poniéndose de pie - ¿ Hay algún restaurante que conozcas por aquí Inu chan, si no es así yo sé de algunos –

    - ¿ Restaurante ? ¡Sí claro, ya me imagino que los conoces, alguno de los lujosos lugares que acostumbras frecuentar ! pero no es ahí donde iremos -



    El menor jala nuevamente de la mano a su invitado especial y lo conduce entre varias callejuelas, hasta una parte muy pintoresca de la ciudad, que él ha visitado varias veces, sobre todo en el transcurso de tiempo en que montaba su nuevo hogar tras la mudanza.

    Es un sitio muy peculiar, desconocido por supuesto para Sesshoumaru, en el que puede contemplar toda clase de establecimientos y puestos ambulantes de comida preparada de todo tipo.

    El par de atractivos hombres llaman la atención desde luego, robando miradas y suspiros, sobre todo éstas atenciones se dirigen hacia Sesshoumaru, para molestia y celos de Inuyasha, que no ha notado a cuantos mirones su alto novio ha fulminado con la mirada, pero al cabo de un rato ensimismados en ellos mismos, esto deja de importarles, después de todo cuando alguien persiste en sus vanos intentos por atraer su atención, ellos solamente se rodean por la cintura o se dan un fugaz beso, acabando con todo de tajo.

    Comen juntos desde ramen preparado, para regocijo de Inuyasha pues es su favorito, dangos, yakimeshi, brochetas de calamar, hasta pescados asados al carbón ensartados en una varita, dándose pequeñas porciones en la boca o comiendo del mismo plato.

    El mundo puede girar a su alrededor como sea, pero éste es su momento.



    - No puedo más, si como algo más enfermaré – exclama Sesshoumaru llevándose las manos al vientre, totalmente desacostumbrado a comer de esa forma, pero no puede negar que ha estado delicioso.

    - Yo tampoco puedo más – le responde Inuyasha resoplando, doblado por la cintura y apoyando las manos en las rodillas.



    Caminan otro rato más, finalmente no tienen ninguna prisa, mirando el atardecer que despliega una enorme gama de colores para ellos, entre las nubes que han comenzado a amontonarse en el cielo presagiando lluvia.

    Se detienen más tarde a tomar un café en un lugar al aire libre, ha sido una tarde muy especial, incluso la expresión de Sesshoumaru se ha suavizado bastante, de hecho su rostro de ha visto adornado en varias ocasiones por un gesto nada común en él, se trata de una leve sonrisa que ofrece solo a Inuyasha.

    Más adelante en un kiosko de golosinas, le compra a su chico unas cajitas de pockys, abre unos de fresa y se lleva uno a la boca, se aproxima a Inuyasha para que tome el otro extremo con sus labios, lo comen juntos terminando en un intenso beso sabor chocolate.

    La noche ya comienza a caer cuando viajan de regreso en el tren, la lluvia empieza a caer en leves gotas cuando salen de la estación, Inuyasha entonces accede al fin a que tomen un taxi que los lleva a las afueras de los edificios de apartamentos donde viven.

    Pero para su sorpresa la lluvia arrecia sorprendiéndolos a medio camino hacia la entrada del edificio de Inuyasha.


    - Será mejor darnos un buen baño caliente – dice Inuyasha sacudiendo la cabeza lanzando una lluvia de gotas a su alrededor.

    - Esa me parece una excelente idea – exclama Sesshoumaru que ha tomado un mechón de su lacia cabellera que gotea incesante, lanzándole una atrevida mirada a Inuyasha – aunque me parece que mi tina es más grande que la tuya, ahí cabremos los dos –



    Toma a Inuyasha de la mano y corre bajo la lluvia con él hacía la entrada del edificio de enfrente, así que cuando llegan allá de verdad que están más que empapados, pero felices entran al apartamento de Sesshoumaru.

    Mientras la tina se llena se desnudan uno al otro, proporcionándose placer mutuo con sus manos, uniendo sus bocas incontables veces.
    Se dan una rápida ducha, para luego hundirse en la cálida agua de la enorme tina la cual termina siendo mudo testigo de su pasión, la cual acaba corriendo a la par del agua, en lo que parecía una noche de un fuego imparable.

    Pero lo cierto es que ésta vez Sesshoumaru sucumbe a las caricias de Inuyasha que le recorre la espalda con las manos, pero éste al notar que ya no le responde, se coloca frente a él en su amplia cama y se encuentra mirando sorprendido esos dorados ojos que se han cerrado vencidos por el sueño y el cansancio.
    Inuyasha lo arropa para luego acomodarse a su lado, deposita un último beso en sus delicados labios.


    - Mi amado Sesshoumaru, tal parece que mi mundo fue demasiado para ti- se pega a su tibio cuerpo recargándose en su pecho para caer dormido poco después.






    -------------------------------------------------------








    Para Miroku y Shippou fue una tranquila tarde de amigos, el cine primero para luego ir a cenar como habían quedado a un sencillo pero magnífico lugar.
    En la sobremesa, acompañados por una buena taza de humeante café, la charla se torna más interesante.


    - Así que Shippou ¿ Tú trabajas apenas hace poco en el comedor de No Taisho Industrias ?-

    - Sí, así es, lo que ocurrió es que recién salí de la escuela, fui recomendado para unirme al equipo de cocineros de la mansión No Taisho, pero después por órdenes de Sesshoumaru me trasladé acá.

    - Ya veo, lo que es un hecho es que a todos nos convino el cambio, no sólo a Inuyasha –

    - Hemos llegado a ser un muy buen grupo de amigos, incluyendo a Kouga ¿ No crees ? – Shippou observa detenidamente a Miroku al decir esto último.



    Entonces Shippou le dice de forma directa a Miroku:



    - ¿ Hasta cuándo planeas seguir con tu engaño amigo mío ? –

    - No entiendo Shippou ¿ A qué te refieres ? – pegunta Miroku aparentemente sorprendido.

    - A tu supuesta heterosexualidad… ¡ Vamos tú sabes que eso es una falacia ! –

    - No sé de que hablas – exclama Miroku aparentando no darle importancia mientras da un nervioso sorbo a su café – me parece que estás confundido –

    - No, a mí me parece que el confundido eres tú – responde Shippou mirándolo fijamente – te he venido observando, me parece que he podido ver más allá de lo que aparentas, tan sólo he podido notar como miras a Kouga cuando crees que nadie te ve … ¿ Cuándo planeas decirle lo que sientes por él ?-



    Miroku guarda silencio un instante, mira fijamente a Shippou y le dice:


    - Debo admitir que eres bueno observando a la gente…y sí supongo que tienes razón en cuanto a mí, se supone que era un secreto aún para mí, no tienes idea de cómo he luchado por negármelo a mí mismo.

    - ¿ Y qué sentido tiene eso ? ¿ No te sientes infeliz viviendo así? –



    Miroku lanza un profundo suspiro antes de responder:



    - Eso, amigo mío, es la mayor paradoja de mi vida, he tratado todo el tiempo de ser lo que la gente esperaba de mi, ya fueran mis padres, maestros, superiores… pero nunca lo que yo soy en realidad, no al menos en ese sentido, creo que así comenzó mi carrera como supuesto galán atrevido conquistador de cuanta jovencita se me cruzaba por mi camino, volviéndose una manía tratando de convencerme de una falsa realidad.-

    - ¿ Piensas seguir torturándote así ? –

    - No lo sé Shippou, aunque de verdad tiene tiempo que me cansé de esto-

    - Deberías de ser más honesto contigo mismo primero y con respecto a los demás ya sabrías que hacer con ellos después… empezando por Kouga – le dice el menor poniendo el dedo en la llaga –

    - Estas en lo cierto sin duda alguna, pero de cualquier manera él ya tiene a Byakuya – dice desanimado.

    - Pues lamento decirlo, pero tengo la corazonada de que eso no acabará muy bien que digamos –

    - Yo también amigo, yo también – responde pensativo Miroku.






    --------------------------------------------------------








    Kouga y Byakuya llegan al apartamento del primero, anochece ya, han pasado una buena tarde sin mayores pretensiones, no cuando lo mejor está por venir opacando cualquier otra cosa.
    Kouga sabe que es un momento importante, la entrega por amor no es cualquier cosa y quiere que la de ellos sea en verdad especial.

    Beben juntos un par de tragos, supuestamente tratando de calmar el nerviosismo que sin duda los invade.

    En cierto momento cuando Kouga va por otro par de cervezas a la cocina, Byakuya siente un breve momento de duda, casi de arrepentimiento que desafortunadamente es demasiado fugaz.

    Cuando su novio regresa, trata de mantener en su mente la imagen de su hermano con el rostro castigado y maltratado por los puños de Inuyasha y Sesshoumaru por causa del primero, el mayor obstáculo entre él y su hermano mayor.
    Le quita las cervezas de las manos y se acerca tímido a él.


    - Ya es suficiente de eso ¿ No crees mi querido Kouga ? –

    - Tienes razón amor, no creo que tenga caso interponer más tiempo y espacio entre tú y yo –



    Kouga se aproxima más a Byakuya y lo abraza por la cintura, para conducirlo lentamente a la alcoba. De pie en medio de ésta, acaricia tiernamente el rostro del joven de pelo largo y negro.



    - Byakuya, amor mío… ¿ De verdad quieres entregarte a mí ? ¿ Aceptarás a éste solitario lobo, como tu compañero y amante, para pertenecernos por siempre ? – le dice con los ojos brillando por el deseo pero también por el profundo amor que siente por él.

    - Kouga – le susurra Byakuya al sentir el roce de esas manos, que comienzan a acariciarlo con mayor intensidad, abriendo poco a poco la camisa del delgado chico, dejando al descubierto el pálido pecho.



    Siente los intensos besos de su futuro amante recorrerle el cuello, de forma tierna a la vez que apasionada. Cierra los ojos, lo que Kouga interpreta como señal de que eso es lo que desea su novio.
    Lo toma por la cintura comenzando a recorrerlo lentamente con las manos, bajando poco a poco, mientras sus labios se unen nuevamente robándose el aliento mutuamente.


    Pero sin que Kouga lo espere siquiera, todo en un instante da un inesperado giro, todo cambia para tomar el curso que Byakuya ha planeado.
    Byakuya abre los ojos lentamente y tomando el rostro de Kouga entre sus manos, lo mira fijamente, pero ya no es más la tierna mirada que su novio ha conocido hasta ahora. Esos ojos están cargados de odio y rencor, una expresión que toma desprevenido a Kouga, traspasándolo, lastimándolo.



    - ¿ Qué si te aceptaré ? ¿ Qué si me tomarás tú… a mí ? ¡ Eso jamás ! - le dice con una voz cargada de desprecio.- ¿ Unirme a una escoria como tú, alguien a quien jamás he amado y que encima me causa una enorme repugnancia ? ¡ Nunca ! ¿ Me oyes ? ¡ Nunca en tu asquerosa vida! –

    - Pero Byakuya… ¿ Qué ocurre ? – le dice con un hilo de voz - ¿ Esto es a causa de Naraku, tú hermano te ha hecho daño, te ha amenazado de alguna forma ? – le pregunta tratando de convencerse de que no puede ser cierto lo que escucha.

    - ¿ Mi hermano ? ¡ Ja, ja, ja ! . se ríe Byakuya como si perdiera por momentos la cordura. - ¡ Pobre idiota ! ¿Tú supones que mi hermano me obliga a esto ? ...
    ... ¡ Pues te informo que no es así ! Lo único que yo puedo sentir por él, es justamente lo que no siento por ti …
    ... ¡ Yo amo a mi hermano ! ¿ Me oyes ? ¡ Como no podré amar a nadie más ! –



    Kouga simplemente no puede articular palabra por la enorme sorpresa que le invade.



    - Tú sólo eras un obstáculo que yo me encargué de quitar del camino, un infeliz estorbo en el camino de mi hermano – le escupe casi al rostro Byakuya.



    En otras condiciones Kouga ya habría molido a golpes a quien se atreviera a hablarle así, pero esto es demasiado, lo ha tomado por sorpresa la manera en que éste frágil chico ha tomado su corazón y sus sentimientos para estrujarlos haciéndolos pedazos y arrojándolos al suelo.
    Está perplejo, así que cuando intenta reaccionar ya es demasiado tarde, Byakuya con hábiles movimientos lo deja prácticamente fuera de combate.



    - Como verás, mi hermano me ha enseñado a defenderme bastante bien – le dice al tiempo que derribándolo le propina luego un puntapié en las costillas, las cuales emiten un ruido sordo al romperse.

    - ¡¡ Aaaaaayyy, Byakuya detente !! yo sé que en realidad no deseas esto –

    - ¿ Qué no lo deseo ? he esperado toda la semana por esto –

    - ¡ Cof, cof , espera Byaku, las cosas no tienen que ser así –

    - ¡ No tengo por qué esperar nada, tú no tienes nada que puedas ofrecerme, que me interese ! – vuelve a golpear a Kouga en el rostro, éste al fin trata de defenderse , pero Byakuya es realmente hábil y ágil y en un rápido movimiento lo sujeta por un brazo, torciéndoselo en una llave a tal grado que éste termina por fracturarse también.

    - ¡¡¡ AAAAaaaaaayyyyy !!! –



    Byakuya lo arroja a la cama, donde a base de golpes lo deja sem inconsciente, le arranca prácticamente la ropa haciéndosela jirones y volteándolo salvajemente boca abajo le dice:



    - Y si alguien va a poseer a otro… ¡ Ese voy a ser yo ! – dice al tiempo que de forma brutal lo penetra lastimando profundamente al joven de celeste mirada, haciéndolo suyo de la forma más inhumana, inesperada para él.



    Poco a poco los gemidos de dolor cesan, Byakuya lo suelta aventándolo al lecho como un simple despojo mirándolo con repugnancia, entonces vuelve a vestirse como si nada hubiera pasado, más luego le dice:



    - Bien, querido amigo de Inuyasha, espero que te quede claro lo que siento por ti, ahora puedes ir con él y si te atreves, puedes contarle como “ el frágil e inocente Byakuya ” logró someterte y poseerte, dejándote convertido en solo un remedo de hombre sin honra, pero si aprecias en algo la vida de tu amigo te quedarás callado. –




    Los azules ojos de Kouga se cierran finalmente antes de lograr ver como ese que creía la persona más tierna y bella de la tierra sale del lugar dejándolo hundido en las sombras.



    ¿Cuánto tiempo pasó? no lo sabe, pero logra abrir apenas los ojos, alcanza a gatas el teléfono y marca un número.



    - ¿Moshi, moshi ? – se oye una voz somnolienta.

    - ¿ M… Miro…ku ? – apenas si logra balbucear.

    - ¿ Quién es ? – pregunta empezando a molestarse por haber sido despertado.

    - S…ssoy Kouga… -

    - ¡¡¡ Kouga !!! ¡¿ Qué te ocurre ?! – exclama despabilándose de golpe.

    - Miroku… ¡ Ayúdame… onegai ! –





    Continuará . . .







    Notas finales:

    Así que así están las cosas, a decir verdad no fue agradable lo sé, pero éste Byakuya resultó algo diferente a otras ocasiones por aquí, pero yo recuerdo que en el anime no se tentaba mucho el corazón para hacer lo que Naraku le mandaba por muy delicado de aspecto que resultara y me parece también que no era tan delicadito para hablar, pero bueno aquí en la loca imaginación… todo se vale.

    Nos leemos para ver qué rumbo toma la historia.

    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:28
     
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  5. anime black 53
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    ohhh me dan ganas de darle una bofetaa a se Byakuya como pudo maltratar asi a kouga, cada vez me gusta mas tu fic espro ansiosa leer la continuacion,los bellos peli plata se aman cada vez mas q pasa me muero de curiosidad, te felicito x tu fic nos leeremos pronto cuidate muxo.

    bye,bye.
     
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  6. Hoshi no Hikari
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    Hola Anime black !
    Te mando muchos saludos :)

    Pues bien, sí dan ganas de abofetear, patear y demás a éste Byakuya, ya veremos si recibe su merecido, muajajajajá
    Te dejo a los peliplateados para que te entretengan un rato ;)
    Gracias por seguir acompañándome y por tus comentarios.
    Nos seguimos leyendo
    Bye bye D
     
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  7. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola queridos lectores y lectoras !
    Vamos con lo que sigue en la historia, que dicho sea de paso tiene un poco de todo, con decirles que hasta un lemon corto alcanza a aparecer por aquí.
    Espero les guste a unos, otros ojalá no me quieran asesinar y al resto los entretenga un rato a costillas de los personajes por supuesto, que como saben no son míos, son de Rumiko Takahashi sensei.
    Sin más aquí está:






    Capítulo 10

    “ Verdades y mentiras ”





    Un muy agradable olor flota en el aire, puede percibirlo a pesar de estar dormido o casi, pues hay algo ahora que le molesta impidiéndole conciliar el sueño por completo.

    Abre poco a poco los dorados ojos y descubre lo que motiva su molestia:
    Uno es un inoportuno rayo de sol que le da directo en el rostro.


    “¡ Maldición, debí cerrar esas persianas por completo anoche !” –piensa molesto mientras termina de despertar girándose en el amplio lecho, entonces al palpar a su lado descubre otra cosa que le desagrada… se encuentra solo en la cama.

    -Inuyasha – susurra el nombre de su amante con el que ha compartido otra vez la noche, algo que se ha vuelto un muy grato hábito.



    Se levanta lentamente recordando poco a poco el día anterior, tan enormemente agradable dentro de su sencillez.


    “No cabe duda de que eres alguien muy especial y lo mejor de todo es que… eres solo para mí, nadie te apartará de mi lado ya.”


    Envuelto en una de sus finas batas de seda color azul oscuro, se dirige hacia donde escucha unos leves ruidos y de donde proviene también el delicioso aroma de comida recién preparada.
    Baja la escalera y lo ve entonces, su amado chico enfundado en una de sus camisas, con solo los bóxers por debajo, las mangas arremangadas pues le queda bastante grande, pero a pesar de todo luce tan bien… tan atractivo y tentador.

    El joven peli plateado se mueve en la amplia y bien equipada cocina, con su blanco cabello atado en una coleta alta, al notar ese detalle, Sesshoumaru levanta una ceja con una leve molestia.

    Se aproxima en silencio, lo abraza por la espalda posando su cabeza en el hombro del menor, tomándolo por sorpresa.



    - ¡ Huele de verdad delicioso ! – exclama con su suave voz en el oído de Inuyasha.

    - ¡ Sesshoumaru, me sorprendiste ! – Inuyasha deja por un lado el sartén que sostenía después de lavarlo.- ¡ Emmmh… gracias ! solo es que quería preparar algo delicioso para ti, no quiero que vuelvas a malpasarte por mi causa –

    - No hablaba de la comida… amor –

    - ¡¿ Eeeeh?! ¡Pero qué cosas dices ! – exclama Inuyasha con las mejillas sonrojadas.

    - Nada más que la verdad – responde Sesshoumaru – hueles tentadoramente delicioso, tanto que me dan ganas de devorarte ahora mismo. -



    Sesshoumaru lo gira tomándolo por la cintura, acaricia su rostro con ternura, lo mira a los ojos. Ahora esa mirada luce apacible, un brillo luminoso se aloja en ellos, un detalle que Inuyasha nota enseguida aún cuando no diga nada.
    Inuyasha espera ya el explosivo beso cargado de deseo que muy frecuentemente le da su ardiente novio pero… éste no llega.

    En lugar de eso, toma su rostro con ambas manos y roza sus labios con su boca, muy lentamente, aspirando ese embriagador aroma de su novio. Lo besa sí, pero de una forma tierna, dulce mientras sus manos acarician su rostro.
    Las manos de Inuyasha por su parte, descansan en ese fuerte pecho, donde sienten la acompasada cadencia que late en su interior.
    Esos besos tranquilos aún cuando llevan la intensidad implícita dentro de la ternura con que son dados, junto con esos latidos que percibe, solo le adelantan en un lenguaje diferente lo que escucha después.
    Sesshoumaru se aparta un poco de esa boca y abrazándolo estrechamente le susurra en medio de un profundo suspiro:


    - ¡ Te amo Inuyasha, te amo tanto !- Jamás creí ser capaz de profesar un sentimiento así, pensé estaba negado para mí, pero es tan sencillo y tan complejo esto, que aunque lo pueda sentir ahora, hay momentos en que aún me es difícil de asimilar ¡ Me importas tanto, te necesito tanto, te amo tanto tanto ! Y me siento dichoso porque me sé correspondido-


    Inuyasha se queda así inmóvil aferrado a su novio que lo rodea ahora con sus brazos y deja salir nuevamente la verdad que bulle en su interior, pero que ya no le cuesta tanto trabajo expresarla con palabras.


    - Mi amado Sesshoumaru, me siento tan feliz, ya no me siento solo, pero no solo es eso, tengo a mi persona especial en la cual volcar todo lo que guardaba en mi interior esperando solo por ti, solo podría ser posible contigo ¡Te amo demasiado, te amo mi Sesshoumaru ! –



    Cuando se separan después de brindarse otros besos más intensos, Sesshoumaru lo suelta lentamente, Inuyasha tuerce el gesto confundido.


    - ¿Ocurre algo amor? – pregunta en seguida Sesshoumaru.

    - Sólo…sólo es que por un momento pensé que… me arrastrarías otra vez a la cama como lo has hecho otras veces – le dice casi avergonzado.


    Sesshoumaru lo mira, sonríe levemente, camina hacia él con la mirada traviesa que siempre termina por poner nervioso a Inuyasha.


    - ¿ Eso es lo que quieres cariño ?-

    - Bueno… no sé, yo realmente… - titubea Inuyasha.



    La voz de Sesshoumaru es calmadamente sensual cuando nuevamente lo abraza pegándolo a su cuerpo, toma su cara por el mentón mientras lo sujeta por la cintura, lo encara otra vez.



    - Mira amor, mi Inuyasha, me conoces ya muy bien según puedo notar, pero ésta vez te equivocas. Cierto es que jamás tengo suficiente de ti y de tu cuerpo, pero justo ahora, también quiero que sepas que algo me has hecho, porque para mí ya no eres solo sexo, de hecho nunca lo fuiste, me inspiras mucho para eso, me enciendes pero no significas solo eso para mí. Inuyasha significa demasiado para mí, demasiado de muchas cosas nuevas que yo desconocía, las cuales sin duda han cambiado para bien mi realidad y mi mundo. Por eso ahora sólo deseo decirte :
    ¡ Gracias Inu, te amo !


    Permanecen unos minutos así, fundido uno en el otro compartiendo sin duda lo que significa descubrir muchas cosas juntos.

    Al cabo de un momento Inuyasha toma la mano de Sesshoumaru y lo conduce a la mesa.


    - Vamos Sessh o se enfriará nuestro almuerzo –


    El desayuno refleja de verdad el esmero que ha puesto Inuyasha ( además del amplio surtido de ingredientes existente en la despensa de Sesshoumaru) la mesa luce una espléndida y deliciosa variedad.
    Comparten entonces su almuerzo, una suave música de fondo, una muy grata y amada compañía, comida deliciosa… ¡ Qué más podrían pedir !


    - ¡ Oye Inu ! me has dicho que te gusta dibujar en el parque ¿ Te gusta también el dibujo artístico ?- pregunta Sesshoumaru ahora en medio de su amena plática.

    - En efecto – responde Inuyasha que apura un onigiri – de hecho aparte del diseño en sí, me gusta también el dibujo artístico y algo de pintura –


    Sesshoumaru se queda pensativo un momento, pero cuando observa a Inuyasha nota que está tramando algo, sale enseguida de la duda cuando escucha.


    - Oye Sesshoumaru … me preguntaba si me permitirías hacer un retrato tuyo –

    - ¿ Un retrato mío ?-

    - Sí, es que eres tan perfecto que me complacería mucho dibujarte, sería una excelente manera de pasar el día juntos… ¿ Qué opinas ?-



    Los ojos de Sesshoumaru brillan maliciosos por un momento.


    - ¿Puedo posar como yo quiera ? esa sería mi única condición Inu –

    - ¡ OK , cómo tú quieras ! – responde Inuyasha sin pensarlo mucho.



    Una vez que el comedor y la cocina han quedado de nuevo impecables, Inuyasha va a toda velocidad a su apartamento donde se cambia a toda prisa para luego ir a su estudio donde recoge todo lo que necesita, sale con su enorme block de bocetos y todo lo demás, de regreso al edificio de enfrente.


    - ¡ Bien, manos a la obra ! – exclama cuando llega con Sesshoumaru -¿ A dónde será bueno que poses ? – se pregunta Inuyasha mirando alrededor, contemplando la luz que entra por los ventanales.

    - ¡ Será por acá ! – exclama Sesshoumaru mientras lo toma de la mano y lo conduce a la planta alta, llegando directo a la alcoba.


    Entreabre las persianas logrando un efecto de luz bastante bueno, luego se dirige a su enorme vestidor donde abre un par de puertas y buscando en una enorme caja aparta el papel de arroz que cuidadosamente envuelve lo que toma entre sus manos, es una gran estola de piel blanquísimia, afelpada y suavecita. Sale con ella entre los brazos.


    - ¿ Y eso ? – pregunta confundido Inuyasha al verle.

    - Es una herencia de mi padre, siempre me ha gustado mucho y la uso cuando me visto a la usanza tradicional -

    - ¡ Eso estaría digno de verse, ya me imagino, todo un aristócrata !-



    Inuyasha se acerca a tocarla…



    - ¡¡ Wooow, es tan suavecita !! – dice al tiempo que recarga su mejilla en ella – pero dime…¿ Para que la ocuparás ahora ?-

    - Para esto – Sesshoumaru toma la gran estola y la acomoda sobre su cama, dándole un aspecto de un mullido y suave colchón peludito –

    - “ Fluffy ” – exclama Inuyasha.

    - ¿ Fluffy ? – repite confundido Sesshoumaru.

    - Es lo que se me viene a la mente al verla tan esponjocita –

    - “Esponjocita ” – repite Sesshoumaru levantando una ceja.

    - ¿ Y ahora que sigue ? – le pregunta Inuyasha que ya acomoda todo su material sobre un escritorio que hay en el lugar.



    Sesshoumaru entonces abre su bata y la hace caer deslizándola sensualmente sobre su blanca piel, cuando está a punto de quitarse los bóxers Inuyasha exclama alarmado:



    - ¡¿ Pero qué haces ?! –



    Sesshoumaru le responde malicioso mientras termina de desnudarse.


    - Tú dijiste que como yo quisiera –

    - ¡ Sí, pero, pero… - exclama sumamente ruborizado Inuyasha.

    - ¡ Nada de peros ! ¿ Eres un artista no? –

    - Sí, pero… tú no eres cualquier modelo, me costará mucho siquiera concentrarme contigo en esas condiciones enfrente de mí –



    Sesshoumaru sólo ríe de forma queda, se acomoda con gracia tendido cuan largo es boca abajo sobre su estola y se queda inmóvil, con una expresión entre cínica, seductora e inocente. –


    - ¡ Listo ! – exclama tranquilamente.

    - Bien, al menos lo intentaré – exclama Inuyasha pasando saliva con dificultad.


    Pero lo cierto es que al poco rato ya se ha concentrado por completo en lo que hace, su portaminas de gruesa mina suave vuela ágilmente sobre el papel bocetando rápidamente.
    Inuyasha es realmente bueno, se esmera sobre todo en la bella mirada de Sesshoumaru, que desea poner como punto focal de su dibujo.

    Así pasarán un buen domingo juntos, lo importante para ellos es eso justamente compartir y disfrutar la mutua compañía.






    ------------------------------------------------------







    La espera es tortuosa, no ha pegado el ojo en toda la noche y no piensa hacerlo pronto.

    Se encuentra en la pequeña sala de urgencias del hospital, que es a donde llegó a toda prisa, lo que ha sucedido lo tomó por sorpresa o casi, ya que lamentablemente ahora mientras espera el parte médico, se da cuenta con pesar que sus malos presentimientos resultaron ciertos.
    Cansado y preocupado se sienta en un sillón a esperar y a hacer un recuento de lo acontecido las últimas horas.



    ( Flash back )

    Eran cerca de la 12:00 am cuando su teléfono sonó, tenía poco tiempo de haberse quedado dormido.
    El sobresalto inicial dio paso rápidamente a la molestia al mirar el reloj… ¿Quién podría hacer una llamada tan inoportuna ?
    Pero cuando contestó, al escuchar esa voz, al reconocer quien hablaba de forma quebrada y jadeante el sueño prácticamente lo había abandonado de golpe.
    Se vistió de inmediato, tomó las llaves de su auto y salió corriendo de su apartamento para conducir a toda velocidad, afortunadamente el tráfico vehicular ya era escaso a esas horas.
    Su primer impulso mientras conducía, fue llamar a Inuyasha para avisarle y preguntarle sí sabía de algún familiar al que debía llamar, pero por alguna causa no lo hizo.

    Cuando llegó al lugar, encontró la puerta entreabierta y ahí tirado en medio de la sala entre un rastro de sangre…


    - ¡¡ Kouga !! ¡¡ Por Kami !! ¡¿ Pero qué te ha ocurrido?! –


    Escucha como respira con dificultad, lleva restos de ropa hecha jirones, muestra golpes por todos lados, un ojo cerrado por la hinchazón…
    Lo gira con cuidado, se le ha revuelto el estómago por la impresión.
    Escucha un gemido de dolor al tiempo que lo toma con delicadeza entre sus brazos, un celeste ojo se entreabre y una mueca que trata de imitar algo parecido a una sonrisa aparece en su maltrecho rostro.


    - ¡ Llegas tarde ! – susurra con dificultad.

    - ¡ Kouga Baka ! ¿ En qué líos te metes o que amistades tienes ? ¡ Mira como te han dejado ! –musita Miroku preocupado al tiempo que acaricia suavemente su lastimado rostro.


    Kouga lo mira un instante, suspira y le pregunta con cierta dificultad a Miroku.


    - ¿ Me sostendrás amigo ? –

    - ¡ Todo el tiempo que sea necesario ! – le responde sin dudar, mientras le toma una de sus manos firmemente.



    Tras lo cual los párpados de Kouga se cierran lentamente velados por la inconsciencia, simplemente ya no puede más.

    Después Miroku se encargó de todo lo necesario para que sea atendido, viaja con él en la ambulancia, lo acompaña hasta la puerta misma del cubículo en la sala de urgencias donde ha estado desde hace ya un buen rato.

    ( Fin del flash back )



    Así que ahora se encuentra ahí sentado esperando por noticias. Pasa todavía media hora más hasta que sale un médico.


    - Familiares de Okami Kouga – llama en medio de la sala.

    - Soy yo – responde Miroku poniéndose de pie a toda prisa sin dar mayores detalles.

    - Venga conmigo por favor – le dice el médico de semblante cansado pero con calmada voz.



    Conduce a Miroku a otra pequeña sala para hablar con él en privado.



    - ¿ Cómo se encuentra mi amigo doctor ? –

    - Ya lo hemos estabilizado, le administramos calmantes, pues se encontraba sumamente nervioso – el doctor mira por un momento a Miroku y continua - en general su estado es crítico, no pone en peligro su vida, pero si se encuentra bastante delicado. Presenta varias fracturas, contusiones, escoriaciones, en fin, lo maltrataron
    bastante. –

    - ¿Pero se repondrá por completo no es así? – insiste.

    - Tardará un poco, pero su condición física es muy buena, es un hombre joven, así que eso ayudará bastante, aunque no es eso lo que me preocupa. –

    - ¿ A qué se refiere doctor, qué más hay ? -

    - Quisiera que me dijera que es exactamente lo que ocurrió – pregunta el médico.

    - Lamento no poder responder a eso – contesta Miroku calmado aún cuando una tremenda inquietud crece en su interior – lo que sucede es que él me llamó pidiendo ayuda cuando todo había ocurrido y ya era demasiado tarde, lo encontré en el estado en que ustedes lo vieron. No he podido hablar mayor cosa con él pues cayó inconsciente.-



    El doctor contempla nuevamente a Miroku, seguramente tratando de averiguar si ese hombre dice a verdad, le parece que tiene una mirada honesta lo que de laguna forma le convence y continúa hablando.


    - Lo que ocurre es que no son sólo golpes lo que presenta su amigo. -

    - ¿ Qué quiere decir ?-

    - De hecho me parece que es lo que más angustia a nuestro paciente… lo que sucede es que presenta rastros y heridas debidas a que fue víctima… de abuso sexual. -

    - ¡¡¡ Queeé !!! ¡ Oh por Kami Sama ! ¿ Pero quién ha sido capaz de algo así ? – exclama Miroku elevando la voz por primera vez.

    - Eso es justamente lo que habrá que averiguar, como comprenderá debemos dar parte a las autoridades, pero Kouga San se niega a decir una palabra al respecto y además se opone rotundamente a declarar o denunciar nada.

    - Comprendo – exclama Miroku cabizbajo- ¿ Puedo verlo ?-

    - De hecho necesitamos alguien que pase la noche a su lado, algún familiar –

    - Vive sólo en ésta ciudad, no hay nadie más que yo, pero no hay problema lo acompañaré el tiempo que sea necesario. –

    - De acuerdo, pase por favor a la recepción para llenar algunos formularios y luego le conducirán con él.-

    - ¡ Gracias doctor ! – se inclina respetuoso Miroku.



    Un rato después, cuando entra a la habitación de su amigo, siente un tremendo nudo en la garganta, contemplarlo así tan vulnerable, tan lastimado.



    - ¿ Quién pudo hacerte algo así amigo mío ? habrá que esperar a que estés en condiciones de hablar – susurra.



    Se sienta a su lado, lo mira, toma una de sus manos entre las suyas, no puede negar más lo que siente, lo que crece en su interior a pasos agigantados. A su mente vienen las palabras que Shippou le ha dicho apenas hace poco:


    “¿Hasta cuándo planeas seguir con tu engaño amigo mío ?...
    … ¿ Cuándo planeas decirle lo que sientes por él ?... me parece que es aún peor engañarse a uno mismo…”


    - Tienes razón Shippou…¡ Al diablo todo ! – exclama con determinación poniéndose de pie.



    Lentamente una de sus manos se mueve hacia ese lastimado rostro y se posa en él, lo acaricia muy suavemente, se agacha y deposita un delicado beso en su frente. Después aproximándose a su oído susurra suavemente:


    - Recupérate pronto Kouga, hay alguien aquí que espera por ti, lo haré el tiempo que sea necesario, para estrecharte entre mis brazos, para sostener tus pasos, para enjugar tus lágrimas, para entregarte mi corazón si lo aceptas –



    Le da otro beso en la mejilla, acomoda su almohada, lo arropa con cuidado, después se sienta nuevamente a acompañarle… a esperar.





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    -¡Bueno, ya está listo ! terminé por el momento – exclama satisfecho Inuyasha, la tarde ya casi llega a su fin, han tomado un par de cortos descansos para luego continuar.


    Pero ahora Inuyasha levanta su enorme block de bocetos y lo mueve frente a él contemplando su dibujo… sonríe.



    - No está nada mal – exclama contento por su trabajo – no tan bueno como el original pero aún así es bastante bueno –



    Sesshoumaru se levanta cubriéndose parcialmente con su estola y se aproxima a mirar.


    - ¡ Eres realmente bueno mi terco artista !- sonríe – aunque tienes razón… no tan bueno como el original pero… -

    - ¡ Vaya con el engreído, presumido, egocéntrico…! – puja molesto y ofendido Inuyasha.

    - ¡ Oh vamos, mi sensible artista, sólo bromeaba !- le dice abrazándolo estrechamente.



    Inuyasha deja su block sobre el escritorio.



    - Lo detallaré con calma después, ahora me siento cansado – se estira y bosteza, pero no se aparta del cálido abrazo.



    Se voltea hacia Sesshoumaru quién puede observar como esos ojos ámbar cambian de expresión a una más pícara y atrevida, el mayor lo mira con la sospecha en la cara.



    - ¿ Qué tramas ahora ?-



    Inuyasha lo va empujando poco a poco hacia la cama.



    - Me preguntaba si tu “fluffy” es tan acogedor y tibio como parece, si será capaz de entibiar mi cuerpo, justo ahora siento algo de frío –

    - ¿ Así que quieres averiguarlo ?- pregunta Sesshoumaru con la sonrisa torcida.

    - ¿ Y por qué no ? me parece que ya me gané el derecho a disfrutarlo, después de contemplar a su atrevido dueño posando de esa forma tan… atrevida sobre él –

    - Supongo que no puedo negarme amor… ¡ Pero por supuesto que calentara tu bello cuerpo, de eso me encargo yo !-



    Los ojos de Sesshoumaru se tornan mucho más cálidos y encendidos, en un parpadeo despoja de su estorbosa ropa a Inuyasha, lo arropa con su estola y lo recuesta en la cama.



    - No debiste tentarme de esa forma Inu – le sonríe malicioso.



    Y sin que Inuyasha pueda siquiera replicar nada más, es presa de una creciente pasión que lo envuelve a la par de la estola.


    - ¡ Ya no te tengo miedo Sessh ! – le replica Inuyasha retándolo.

    - No sabes en lo que te metes mi atrevido y temerario uke –

    - Tal vez no, pero tengo una idea – le dice con una sonrisa torcida el menor.

    - ¿ Acaso quieres que te devore vivo ?- exclama Sesshoumaru posando su boca en el blanco cuello de Inuyasha y deslizándose por él con la lengua, entibiándolo con su aliento.

    - Tal vez lo que ocurre es que me apetece sentir tu fuerte dominio sobre mí, me seduce el pensar que mi desbocada impulsividad pueda ser controlada por alguien y ese alguien no puede ser nadie más que tú – le dice cerrando los ojos, echando para atrás la cabeza, dejándose invadir poco a poco por las caricias de su amante.



    Por esas hábiles manos que saben el punto exacto para encenderlo de placer.
    La estola sirve ahora otra vez como mullido y tibio colchón, para en ésta ocasión depositar el más preciado tesoro de Sesshoumaru.



    - ¡ Eso cariño, es un hecho ! – responde el mayor a las palabras de Inuyasha.



    Las caricias se vuelven más atrevidas, más intensas, incluso leves manchas violáceas producto de los labios de Sesshoumaru, comienzan a aparecer por todo el blanco cuerpo que se ofrece sólo para él.
    Inuyasha gime al sentir un leve mordisco en su hombro.



    - ¡ Aaaaaaagggh Sesshoumaru, me duele ! –

    - Lo mejor está por venir amor, cuando el dolor se transforme en éxtasis –



    Le sujeta de pronto ambas manos inmovilizándolo, colocando una de sus rodillas entre sus piernas del chico, rozando su ya inquieta intimidad. Se apodera otra vez de sus labios repasándolos intensamente, quitándole el aliento por completo, su otra mano se ocupa entonces de estimularlo, de ponerlo al límite. El mayor comienza a gemir al sentir como el deseo lo comienza a envolver, el placer dirige sus movimientos haciendo que su amante prácticamente comience a incendiarse por dentro.



    - ¡¡ Ya Sesshoumaru, ya… ya no puedo más !! – gime con el rostro encendido Inuyasha.

    - Pues vas a tener que poder Inu chan, quiero que realmente me sientas con todo tu ser antes de que realmente no puedas contenerte –



    En menos de un minuto Inuyasha ya ha sido volteado boca abajo ubicado en 4 puntos, siente como lo sujeta con una mano en la cadera y otro en la nuca, con sus hebras plata sirviendo para el agarre. La invasión llega de golpe, mostrándole toda la intensidad y dominio de la que es capaz su seme.



    - ¡ Aaaaaaay, aaaaagggghhh ! – gime su chico en una mezcla de dolor y placer creciente.

    - ¿ Eso es lo que querías mi insaciable Inu chan ? ¡¡ Pues aquí lo tienes, disfrútalo!! ¡ Todo tuyo ! -



    Comienza el ir y venir…



    - ¡¡¡ SSssssiííí´, asssiiííí´, sigueeee !!! –



    Los gemidos aumentan por ambas partes en intensidad y frecuencia, las caricias se intensifican, los besos se multiplican… el punto máximo llega…
    … el éxtasis los embriaga, las sensaciones los encienden estallando entre exclamaciones de puro placer. La estola los acoge y los cobija cuando agotados se desploman abrazados.


    - ¿ Satisfecho Inu? –

    - ¡ Por completo amor ! –

    - Descansa –

    - ¡ Te amo ! –

    - ¡ Y yo más ! –





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    Amanece una semana común y corriente, al menos en apariencia.


    Byakuya se presenta como de costumbre a trabajar, tienen mucho trabajo por terminar en los próximos días, así que casi no hay tiempo para charlar, el delgado chico pelinegro luce tan alegre y calmado como siempre.





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    Por otro lado en una habitación de cierto hospital…

    Kouga se agita inquieto en la cama, en el desagradable preámbulo de recobrar la consciencia, tarda un poco en abrir lentamente los ojos pero cuando lo logra se encuentra con la grata sorpresa de que el entorno para él ha cambiado.
    Alguien sostiene su mano, su primer impulso es retirarla rápidamente, pero al contemplar de quien se trata y quien además ahora duerme tras ser vencido finalmente por el cansancio y el sueño, apoyando su cabeza muy cerca del pecho del paciente, decide quedarse quieto para no despertarlo.


    - ¡ Miroku ! ¿ Así que te quedaste a mi lado como lo prometiste ?-


    Conforme sus sentidos se estabilizan y su mente se aclara, regresan también los desagradables recuerdos, gime casi con dolor ante las imágenes que torturan sus pensamientos.


    - ¡¡ Noooo, por Kami nooo !! – exclama finalmente aún contra su voluntad no pudiendo contenerse más.



    Miroku se despierta de inmediato de su leve sueño y comienza a acariciar la negra cabellera de Kouga.



    - ¡Tranquilo Kouga, ya estás a salvo ! – le habla suavemente infundiéndole la calma que necesita.



    Kouga abre nuevamente los ojos y lo mira, primero asustado, pero va logrando sentir algo de tranquilidad al ver ese sereno rostro de quien ahora le acompaña.



    - ¿D…dónde estoy ? – pregunta mientras siente como si su cabeza diera vueltas.

    - En el hospital, cálmate ya te han atendido, estás seguro aquí – “ ¡Cielo santo, qué te habrá ocurrido ! ¿ A qué le temes tanto o que te causa tanto dolor ?-

    - ¿ Estamos solos ? - pregunta Kouga angustiado.

    - Sí Kouga, sólo tú y yo… ¿ Qué ocurre ?– la preocupación flota entre las palabras de Miroku.

    - ¡ Solos ! – Kouga suspira y se relaja notablemente.- ¡ Así es mejor !-

    - ¿Podrías decirme que es lo que pasa Kouga, que te ocurrió ?-


    El primer impulso de Kouga es contarle a Miroku todo lo sucedido, pero siente entonces un intenso escalofrío recorrerle toda la espalda al recordar la amenaza de Byakuya. Odia lo que ha pasado, el vivir ésa terrible pesadilla, le duele hasta lo más profundo por haber sido causada por quien ya amaba tanto y por quién creía ser correspondido.
    ¡No, no desea que nadie pase por lo que él ha sufrido ! ¡ No arriesgará a su mejor amigo !


    Se piensa rápidamente las cosas y exclama con toda la calma con la que es capaz de expresarse:



    - ¡ Oh Miroku, fue algo espantoso, realmente horrible ! – se revuelve en la cama otra vez.

    - ¡ Cálmate o te harás daño ! si no te sientes con la fuerza para hablar del asunto, no te obligues a ello por ahora –


    Kouga respira profundamente un par de veces, fija su celeste mirada en el techo y comienza a hablar nuevamente.



    - Creo que puedo hacerlo, es más deseo hacerlo, tengo que sacar algo de todo lo que me está carcomiendo por dentro o me destrozará por completo – voltea para mirar a Miroku a la cara, comienza a darle su propia versión de los hechos:

    - Lo que ocurrió fue que me asaltaron, abrí sin cuidado mi puerta cuando alguien llamó a ella y entraron por la fuerza a mi apartamento, al no encontrar gran cosa se enfurecieron y comenzaron a golpearme al negarme según ellos a decirles donde guardaba mis cosas de valor, lo siguieron haciendo hasta cansarse – suspira de forma entrecortada por el esfuerzo que implica hablar de ello y … mentir.

    - ¡Tranquilo amigo, no pueden dañarte más ! – lo reconforta Miroku.



    Se queda con Kouga por el resto del día, por la tarde regresa a su propio apartamento a comer algo y a bañarse, para volver al hospital cuando la noche ya cae. Cuando llega le extraña el saber que Byakuya no ha puesto un pie en el lugar aún.



    - ¿ Byakuya vendrá a verte ? . pregunta de forma inocente Miroku.

    - ¡¡ Byakuya !! – exclama repentinamente alterado Kouga - ¡ No Byakuya no vendrá ! – exclama tajante.

    - ¿ Qué sucede Kouga, que pasa con Byakuya ?- pregunta sobresaltado Miroku ante la reacción de su amigo.



    Kouga lucha por calmarse lo más posible.



    - ¡ Lo siento ! sólo es que yo no le he avisado. –

    - ¿ Pero por qué, quieres que yo lo haga ? –

    - ¡¡ Noo!! Digo… no gracias, lo que ocurre es que no quiero preocuparlo, él es tan sensible y no quiero que sufra innecesariamente –

    - ¿ Innecesariamente? ¡ Pero es tú novio, debería enterarse !-

    - ¡ No por favor, no aún, eso es algo que yo haré cuando crea conveniente !-

    - Comprendo…¿ Prefieres que le avise a Inuyasha ?-

    - No, a él tampoco… te pido, déjame recuperarme un poco para hablar con ellos, no sé si me entiendas, pero no deseo que me vean así –

    - ¡ De acuerdo, de acuerdo, como tú prefieras ! ahora es importante que te mantengas tranquilo. –



    Después de un momento de silencio en que los dos se encuentran sumidos en sus propios pensamientos.


    - ¿ Oye Miroku, no tendrás problemas en tu trabajo ?-

    - En lo absoluto, solicité que me adelantaran mis vacaciones y asunto arreglado – le responde sonriente Miroku.

    - ¡ Lamento causarte tantas molestias ! yo espero poder pagarte todo esto… - explica apesadumbrado y apenado Kouga.



    No termina la frase debido a que Miroku pone uno de sus dedos sobre los labios de Kouga.


    - ¡ No seas tonto ! nadie te está cobrando nada –

    - ¡ Pero es que…! –

    - ¡ Pero nada ! yo no acostumbro cobrarle los favores a mis amigos y mucho menos la ayuda que les pueda brindar y todavía menos tratándose de ti – le dice tajante
    Miroku.

    - ¿ Tratándose de mí ?- se señala confundido Kouga a sí mismo con su mano vendada. - ¿ Qué ocurre conmigo ?-



    Miroku toma esa mano entre las suyas, le da un suave beso y le responde:



    - Lo que ocurre mi querido Kouga, es que te considero más especial que un amigo – un leve y repentino rubor colorea las mejillas de Miroku al comprender que ha hablado de más.



    Kouga vuelve el rostro hacia otro lado y una furtiva lágrima rueda por su mejilla. Miroku se preocupa ante la reacción de su amigo.



    - ¡ Lo siento Kouga, he dicho algo que no debía ! ¡ Perdóname ! –



    Kouga voltea a verle, su azul mirada tiene una profunda sombra de tristeza cuando le responde.


    - No es eso Miroku, sólo pensaba que me hubiera gustado conocerte en diferentes circunstancias, yo también creo que eres alguien especial. –



    Acto seguido, frunce el ceño y le pregunta:



    - ¿Aunque sabes algo ? me confundes, tú siempre tan “acompañado por chicas bonitas” y justo ahora pareces tan “diferente ” conmigo –

    - Pues lo que sucede Kouga, es que quizá he aceptado una verdad que me negaba a ver, convirtiendo mi vida con eso en una mentira – responde Miroku enjugando suavemente los ojos de Kouga con su pañuelo – pero disculpa, ahora ésta plática está fuera de lugar, no quisiera incomodarte. –

    - Espero encontremos el momento adecuado para continuarla – le dice Kouga sonriendo triste – nada me haría más feliz –

    - Eso espero Kouga, amigo mío, eso espero –




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    Fue un día cansado, ha dado la hora de la salida en la oficinas de No Taisho industrias, Inuyasha espera paciente a que Sesshoumaru termine los últimos asuntos de la jornada.
    Regresan juntos hoy, durante el trayecto Sesshoumaru le comunica a Inuyasha sus planes de esa semana, los cuales tomarán un giro inesperado.


    - ¿ Cuándo regresaras Sesshoumaru ? –

    - Debo entrevistarme con varias personas y ver varios asuntos pendientes en Estados Unidos, así que creo que estaré de regreso hasta la próxima semana, lunes o martes espero. –

    - ¡ Es demasiado tiempo, te voy a extrañar ! –

    - ¡Yo también, pero ya ves son gajes del oficio Inu ! y vamos ya tienes varios amigos por acá, estoy seguro que encontrarán algo interesante que hacer con su tiempo libre- Sesshoumaru se lo piensa mejor, después de todo no puede dejar de ser demasiado posesivo – aunque… ¡ Sólo como amigos! ¿ Entiendes ? ¡ Nada más allá de eso ! –

    - ¡ Ok, ok ! y… sí, supongo que algo podremos hacer, aunque ahora que lo mencionas, no he sabido de Kouga en varios días, le llamaré para ver como está, supongo que igual que nosotros se encuentra muy ocupado –

    - Es buena idea –



    Cada quien pasará la noche en su apartamento, pues ambos tienen cosas que hacer, aunque Inuyasha ha insistido en llevar a Sesshoumaru al aeropuerto mañana.



    - Puede llevarme alguno de mis choferes, no es necesario que tú lo hagas –

    - Tal vez para ti no lo sea, pero para mí sí, quiero despedirte yo mismo – insiste Inuyasha.

    - ¡ Está bien mi terco novio ! – acepta el mayor peli plata.



    Por lo pronto se despiden esa noche con un muy intenso beso acompañado de múltiples caricias.


    Después de cenar, Inuyasha toma el teléfono y le llama a Kouga.


    - ¡ Moshi moshi ! – le responde una voz distinta a la que esperaba oír.

    - ¡ Miroku? – exclama extrañado Inuyasha al reconocerla.- acaso me equivoqué al marcar, se suponen que le llamé a Kouga –

    - No Inu, no te equivocaste, es el teléfono de Kouga –

    - ¿ Está contigo ? – la voz de Inuyasha sigue sonando confundida.

    - Sí está aquí, pero se encuentra dormido a un lado mío –

    - ¡¿ Cómo !? – exclama aún más sorprendido Inuyasha. - ¿ O sea que tú y él ? ¡¡ Pero si él tiene…no…!! –

    - ¡¡ Inu baaka !! - lo interrumpe Miroku al darse cuenta de que Inuyasha está imaginando algo muy diferente a lo que en realidad sucede.



    Suspira profundamente y le explica:



    - Ocurre mi mal pensado amigo, que no debería de decirte nada, porque así me lo pidió Kouga, pero me parece que será peor si no lo hago, me parece que tu mente es muy pervertida –

    - ¡ Entonces explícate, porque dicho así ha sonado muy sospechoso ! – le dice impaciente Inuyasha.



    Así que no le queda más remedio a Miroku que decirle lo sucedido y el lugar donde se encuentran…



    - ¿ Por qué no me avisaste de inmediato Miroku ?- reclama molesto el diseñador.

    - Ya te lo dije, así me lo pidió Kouga y ahora espero que no se moleste demasiado conmigo al saber que te lo he dicho. –

    - ¡ Voy para allá de inmediato ! – exclama Inuyasha apresurado.

    - No es necesario Inu, de hecho la hora de visitas terminó hace ya un tiempo, yo estoy quedándome con él por las noches, sería mejor si lo vienes a ver mañana –

    - De acuerdo, mañana después de llevar a Sesshoumaru a su hangar, me dirigiré hacia el hospital -

    - Perfecto Inu… y algo más –

    - ¿ Qué ocurre ?-

    - Kouga no quiere que Byakuya sepa nada, me lo pidió más encarecidamente que en tu caso –

    - ¿ Pero por qué ?-

    - No lo sé, él dice que no quiere preocuparlo y me parece que debemos respetar al menos esa decisión de Kouga –

    - De acuerdo – exclama Inuyasha antes de despedirse.





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    A la mañana siguiente Inuyasha y Sesshoumaru se despiden al pie del jet privado del alto empresario. Se abrazan y se besan con creciente sentimiento, antes de que No Taisho Sama parta en uno de sus acostumbrados viajes de negocios.

    Inuyasha ha decidido no importunar a Sesshoumaru con sus problemas permitiéndole irse tranquilo, no le ha contado nada de lo sucedido con Kouga.

    Pero una vez en su automóvil se comunica con su jefe para avisarle que llegará tarde y se dirige entonces al hospital.

    Cuando entra a la habitación del nosocomio y contempla a su maltrecho amigo lo recrimina preocupado, sin poner mucha atención a la cara de asombro de su amigo al verle.


    - ¡ Kouga eres un idiota ! ¿ Por qué rayos no me avisaste ? –

    - ¡ Sí Inuyasha, también me da gusto verte ! – le responde irónico y luego le lanza una mirada de reproche a Miroku quien avergonzado le explica:

    - ¡ No me mires así, no tuve otra opción ! es que éste terco y mal pensado amigo tuyo no me dejó alternativa, cuando le dije que estabas dormido a un lado mío se imaginó toda clase de cosas pervertidas –



    Kouga mira a uno y a otro, después se miran los tres y sueltan a reír juntos por la perspectiva que ha tomado por un instante el asunto.

    Después Kouga suspira profundamente y exclama resignado:


    - En fin, tarde o temprano te enterarías y sí… ¡ Eres un terco de primera !-



    Miroku entonces decide dejarlos solos.



    - Entonces, mejor aprovecho que estás aquí para ir a ocuparme de algunos asuntos, volveré después – dice despidiéndose de ellos con un ademán de la mano.

    - Nos vemos luego –



    Ya solos, Kouga le repite su relato a Inuyasha, sostiene desde luego la misma mentira que ha contado a Miroku.



    - Hay algo que no entiendo Kouga… ¿ Por qué no me hablaste y por qué no le has avisado a Byakuya ? después de todo él es tu pareja. –

    - Te suplico no le digas nada, no deseo incomodarlo ni que me vea así –

    - ¡ Pero Kouga él debe saberlo, estoy seguro de que él entenderá !-

    - ¡ Por favor Inuyasha, ya se lo diré yo después ! – repite Kouga enérgico.

    - ¡ De acuerdo, de acuerdo, no se lo diré ! … ¿Y me dices terco a mí ? – acepta Inuyasha sin querer importunar a su amigo en ese momento, que sin duda no le aclara sus dudas.

    - ¡ Gracias amigo !-



    Entra la enfermera y entonces Inuyasha le ayuda a asear y poner cómodo a Kouga,le ayuda a desayunar y para cuando Miroku regresa él se despide para dirigirse a su trabajo.



    El resto de la semana Inuyasha pide permiso en su trabajo para llegar más tarde, así podrá relevar a ratos a Miroku, así lo hacen hasta el jueves por la mañana, día en que le permiten a Kouga irse a su casa.
    Miroku insiste en llevarlo a su apartamento para poder cuidarlo mejor, en lo cual Kouga está de acuerdo, Inuyasha ayuda en su traslado desde luego, se retira después más tranquilo al contemplar la mejoría de su amigo, quien sin duda parece más calmado.


    El viernes lo visita nuevamente, Kouga luce mucho mejor, en parte gracias a los esmerados cuidados de Miroku. El resto del día lo dedica a ponerse al corriente con su trabajo.

    Cuando salen por la tarde-noche, Byakuya lo alcanza y le dice:


    - ¿Sabes Inu ? ha sido una semana muy pesada ¿ Qué te parece si salimos mañana a cenar juntos ?- exclama sonriente.


    Inuyasha no esperaba eso, después de todo al recordar a Kouga le resulta algo difícil de asimilar.


    - Pero yo pensé que te verías con Kouga éste fin de semana – sondea el terreno Inuyasha para averiguar hasta donde sabe Byakuya.

    - No saldré con él éstos próximos días, hablé con él pues parece que está muy ocupado – le miente el peli negro.



    Takahashi San comprende que aún no le han dicho nada y él piensa respetar la decisión de Kouga, lo piensa un poco, Sesshoumaru no está y su advertencia le parece algo exagerada, Miroku no se apartará de Kouga, así que después de todo no es mala idea.


    - De acuerdo, nos vemos mañana a las 6:00 pm ¿ Te parece ? -

    - ¡ Perfecto… hasta mañana entonces ! –



    Se separan para irse cada uno en su propio auto.





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    En su viaje, Sesshoumaru ha visto complacido que las cosas marchan a pedir de boca, acaba de llamar a Inuyasha, lo cual lo deja de buen humor. Si todo sigue así, incluso podría volver antes de lo previsto a Japón, lo cual le causa alivio pues un extraño presentimiento lo ha inquietado durante toda la semana.





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    El sábado por la mañana Inuyasha visita a Kouga que sigue mejorando, charlan los tres un buen rato, comen juntos y luego se despide.

    Cuando Miroku lo deja en la puerta aprovecha para preguntarle:


    - ¿ Por qué no te quedas un rato más, parece que eso le anima bastante ?-

    - Lo siento Miroku, pero si te parece vendré mañana, sucede que Byakuya se siente solo y me pidió saliéramos a cenar. Deseo hacer eso en parte como un favor hacia Kouga.

    - Ya veo, está bien entonces… ¡ Nos veremos mañana ! –

    - ¡Hasta mañana Miroku ! –



    Llega Inuyasha a su apartamento, toma un buen baño y se arregla, ya está listo cuando tocan el interfón de su apartamento.


    - ¡ Hola Byaku, ya estoy listo, bajo enseguida ! – exclama alegre Inuyasha.

    - De acuerdo Inu –



    Al poco rato salen los dos en el auto de Inuyasha, con rumbo a un restaurante ubicado en el centro de la ciudad.





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    Esa mañana cuando Naraku llegó de su viaje, lucía más calmado que cuando se fue, aún no está resignado a perder, pero aún no ha decidido cuál será su próximo movimiento.
    Ahora mismo le extraña la actitud de Byakuya, quien al poco rato de haber llegado él le confundió con sus palabras.


    - Oniisan, pronto ya no tendrás obstáculos en tu camino, ya me he encargado del primero y hoy mismo te libraré de otro dolor de cabeza –

    - ¿ A qué te refieres ? – le pregunta el mayor con el ceño fruncido.

    - A que te quedará el camino libre hacia el amor verdadero –



    Le dijo su hermano con una sonrisa en la boca, para luego salir sin decirle nada más.

    Ahora horas después, su hermano menor no ha vuelto, está seguro de que está metido en algo extraño. Sale a comer algo y cuando regresa de nueva cuenta, va a buscar a Byakuya, toca la puerta de su alcoba, al no haber respuesta entra.
    Observa el lugar sin notar nada raro, hasta el momento de salir, algo llama su atención, se agacha a recoger una pequeña cajita del bote de basura.


    - ¡ Byakuya idiota ! ¿ Qué demonios andas haciendo ? –



    Es la cajilla vacía de un potente narcótico, que en alguna ocasión él mismo explicó a su hermano que unas cuantas gotas de eso bastaban para mandar a dormir a alguien o incluso acabar con su existencia.

    Ya anochece, marca el teléfono de su hermano sin recibir respuesta, bufa molesto mientras toma las llaves de su auto y sale enseguida, se le ocurren algunos lugares a donde pudo haber ido su hermano.




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    En Estados Unidos hace ya bastantes horas…

    Sesshoumaru ha apresurado sus asuntos con éxito, pero sigue intranquilo, anoche incluso no pudo dormir bien presa de extraños presentimientos, espera poder estar de vuelta en Japón en el transcurso del domingo.





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    La cena entre Byakuya e Inuyasha transcurre tranquila, han pasado un buen rato juntos. Cuando suena el teléfono de Inuyasha, éste se levanta un momento.


    - Vuelvo enseguida, es Sesshoumaru, parece que llegará antes de lo previsto, tal vez con suerte mañana por la noche – exclama Inuyasha para luego dirigirse a un lugar más privado para tomar con más calma la llamada.


    En cuanto él se aparta de la mesa, Byakuya mira hacia todos lados, al comprobar que nadie lo observa saca un pequeño frasco, lo destapa y con el gotero deposita una gota en la bebida de Inuyasha.


    - ¡ Es ahora o nunca ! – exclama en voz baja.


    Llega a los pocos minutos Inuyasha, la cena continua como si nada, pero al poco rato el peli plata se lleva la mano a la cabeza mientras hace una mueca.


    - ¿ Te encuentras bien Inu ?- pregunta Byakuya supuestamente preocupado.

    - Me siento mareado, je,je,je – exclama Inuyasha nervioso – seguramente es el vino, se me pasará pronto.-


    Pero no sólo no se le pasa, sino que se siente cada vez peor, más mareado a cada momento.


    - Será mejor irnos Byaku ¡ Lo siento ! - dice comenzando a sudar - no me siento muy bien que digamos –

    - Yo te llevo a tu apartamento Inu, no puedes conducir en esas condiciones –

    - De acuerdo ¡ Gracias Byakuya ! – le dice al tiempo que le entrega las llaves de su auto.


    Byakuya ayuda a Inuyasha a subir a su automóvil y lo lleva presuroso a su apartamento. Cuando entran en éste, Inuyasha ya tiene que ser ayudado para llegar a uno de los sillones.
    Sin que Inuyasha lo note, Byakuya se apresura a regresar y cierra con llave la puerta, le ha sacado las llaves de la bolsa a su amigo sin que él se dé cuenta.


    - No entiendo q…qué me pasa Byakuya… me siento realmente mal – dice Inuyasha que ha palidecido.

    - ¿ Quieres que te lleve al médico ?-

    - No creo que sea necesario, se me pasará en un rato. –

    - Quédate sentado, te traeré un vaso con agua, tal vez eso te ayude –

    - ¡ Gracias Byaku, eres un buen amigo ! –



    Inuyasha se queda donde está, recargando la cabeza en el respaldo del sillón. En la cocina Byakuya sirve agua en un vaso y saca el frasquito otra vez, agrega entonces otra gota del misterioso líquido, para llevárselo a quien espera en la sala.



    - Toma Inu, espero te ayude a sentirte mejor –



    Inuyasha bebe el contenido casi de golpe, así que a los pocos minutos siente que todo el cuarto le da vueltas, incluso le cuesta trabajo moverse, ya no puede coordinarse.
    Byakuya se pone de pie frente a él, pero para sorpresa de Inuyasha puede ver como su amigo comienza a sonreír malicioso, para luego helarlo con sus palabras.


    - Parece que ya ha hecho efecto mi “regalito” ¿ Ne Inu chan ? – al ver la cara de confusión de su amigo saca entonces de su bolsillo la botellita y la mueve burlón frente a Inuyasha.

    - ¿ Q…qué…ocurre…Bya…ku…ya, de qué… hablas ? – exclama sorprendido y con mucha dificultad Inuyasha.


    Byakuya se agacha hasta quedara nivel de la cara de Inuyasha, le toma ésta por la barbilla, la mirada de Kuroi Kumo muestra una expresión de profundo odio.


    - Significa Inuyasha, que llegó la hora de que tú y yo saldemos deudas, es tiempo de que pagues lo que le has causado a mi hermano… y a mí . – le dice con desprecio.


    Inuyasha trata de moverse, recuerda con alarma las palabras de advertencia de Sesshoumaru las cuales tercamente ha ignorado, intenta incluso gritar pidiendo ayuda, pero ningún sonido sale de su boca y su cuerpo prácticamente no le obedece.


    - ¡ Ja,ja,ja ! – escucha la malvada risa de Byakuya – ese narcótico que te di te impedirá cualquier acción, cualquier ruido, pero he querido mantenerte consciente para que no pierdas detalle de la manera en que me las pagarás –


    Inuyasha abre los ojos como platos cuando Byakuya toma su teléfono móvil del bolsillo del peli plateado y lo apaga, para luego ir al registro del teléfono del domicilio y de un jalón lo desconecta también.


    - No queremos interrupciones ¿ Verdad ?-


    Inuyasha ve como Byakuya se aproxima a él, lo levanta y se lo hecha al hombro para llevárselo hasta su propia alcoba, dónde con macabra mirada le dice mientras lo recuesta en el lecho.


    - Veremos que opina Sesshoumaru cuando encuentre tu cuerpo ya frío, inerte y mancillado mil veces, en la misma cama que seguramente han compartido. –



    Lo que Inuyasha siente a continuación le causa un profundo terror y nauseas.


    Esas finas manos toman su camisa y lenta, muy lentamente comienzan a desabotonarla…







    Continuará. . .





    Notas finales:

    ¡OK… eso es todo! yo sé que muchas querrán matarme, pero van a tener que esperarse por lo menos hasta saber qué pasa con esto que les dejo en continuación.
    Como tal vez ya habrán notado, ya no resta mucho por decir, sólo deshago mis embrollos y de hecho estaríamos llegando casi al final de la historia… ¡ Se los prometo ! ( al menos es mi intención no alargar demasiado esto)
    Los espero la semana próxima y me agradaría mucho saber sus opiniones, por cierto agradezco a quienes han sido tan amables de hacérmelas saber.
    Nos leemos.
    Bye, bye :D

    Edited by Hoshi no Hikari - 2/9/2014, 21:07
     
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  8. anime black 53
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    OHHHH X KAMI

    noooooooo!! pobre inu q le espera con ese loco, caray cada vez esta mejor tu historia aunq me entristece un poco q ya va acabar, me e enamorado de tu fic en verdad es muy bueno esperare ansiosa la conti cuidate muxo y nos leemos pronto.

    bye,bye. n.n
     
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  9. Hoshi no Hikari
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    Hola querida amiga, me da gusto saludarte otra vez :=starss:

    Pues sí ésto se pone cada vez más feo... y más que le falta, bujubujú pero no te diré nada más, mejor nos vemos al próximo,
    sabes también a mi me da tristeza cuando las historias se acaban o cuando terminas un libro, pero ni modo también es agradable saber los desenlaces ne?
    Nos seguimos leyendo.

    Bye bye :D
     
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  10. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:
    ¡ Hooola mis queridos lectores!
    Aprovechando que tengo algo de tiempo les dejo la continuación, sé que muchas querrán matarme, así que será mejor que me retire a toda velocidad a mi refugio anti lectoras enfurecidas.

    Por lo tanto, mejor los dejo leer tranquilamente mientras me voy…






    Capìtulo 11

    “Furia imparable”





    Luna menguante…

    …las nubes hechas jirones viajan veloces, dejado ver por cortos intervalos la silueta entrecortada de la brillante e incompleta figura entre los retazos del oscuro cielo…

    Un viento frio sopla presagiando el otoño que se aproxima, pero justo ahora pareciera susurrar algo más…





    -----------------------------------------------------







    En algún lugar hace 2 horas...

    Miroku lleva la cena en una charola hacia la recámara como lo ha hecho los últimos días, ha servido suficiente para dos puesto que se ha vuelto una costumbre ya el que compartan juntos los alimentos y debido a que Kouga no puede levantarse aún, entonces Miroku acude a su lado.
    Acomoda la pequeña mesa auxiliar a un lado de la cama, coloca la charola encima y luego se dedica a auxiliar a Kouga, con mucho cuidado lo ayuda a sentarse colocando varios cojines, una vez todo listo, le dice sonriendo cordialmente:



    - ¡ Ahora amigo mío… a cenar ! –



    Kouga entonces dirige una significativa mirada a su amigo, anfitrión y benefactor, toma sus manos entre las suyas y las besa suavemente.



    - ¡ Gracias Miroku ! ¡ Gracias por todo lo que haces por mí ! No solo ayudas a sanar mis heridas físicas, también haces renacer poco a poco mi esperanza, reconfortando mi corazón que se desmorona en pedazos –



    Miroku lo contempla en silencio, sabe que hay mucho de fondo en sus palabras, aunque no tenga mayor idea de la verdad que oculta, pero intuye que la hora de hablar al respecto se acerca, lo percibe en la azul mirada de Kouga, que luce un velo de tristeza que cubre el hermoso brillo en ellos, similar a las nubes de esa noche.
    Se agacha y deposita un cálido y tierno beso en la frente de Kouga, pero casi en seguida se disculpa, más por sistema que por arrepentimiento.



    - ¡ Lo siento Kouga, yo… me dejé llevar ! no pretendía ofenderte, después de todo tú ya tienes… novio ! –



    Kouga suspira tristemente, clava sus celestes ojos en los de azul profundo de Miroku y haciendo un enorme esfuerzo exclama bajando la mirada:



    - Eso… mi querido amigo… ya no es en lo absoluto cierto-



    Miroku se sorprende, pero ahora al contemplar el semblante de Kouga que se ha tornado sombrío, el dolor de su amigo le afecta también, entonces le dice de forma calmada aun cuando en su interior una extraña alarma a comenzado a sonar:



    - ¡ Kouga, yo no he querido afligirte ni causarte dolor ! ¡ Perdóname ! Anda tranquilízate, será mejor que cenemos con buen ánimo y si tú así lo decides charlamos después ¿Te parece ? –

    - Estoy de acuerdo Miroku, pero de verdad te suplico me cedas otro poco de tú tiempo al terminar, sé que te estoy forzando demasiado tan solo con mi presencia aquí, pero te lo suplico, pues ya no puedo aguantar más ésta pesada y cruel carga que a momentos siento terminará aplastándome.-

    - Tú en lo absoluto has significado una carga para mí, al contrario estoy contento de poder ayudarte y compartir mí tiempo y espacio contigo, ruego por que sea posible hacerlo bajo otras circunstancias. –



    Kouga lo mira en silencio tranquilizando su semblante, más no dice nada aun.



    - Y si eso te calma y ayuda, tendrás todo mi tiempo para ti cuando terminemos, pero ahora… ¡ Mira, te he preparado tu platillo favorito ! No me quedó como a Shippou, pero… ¡ No está mal ! – la franca sonrisa siempre acompaña cada una de las palabras que pronuncia.



    Así que Miroku se sienta a su lado para compartir los alimentos y su compañía, ayudando en todo momento de forma solícita a Kouga que aún luce bastante adolorido.







    --------------------------------------------------------








    Naraku ha buscado por varios sitios sin resultado alguno, recuerda que Byakuya le comentó que cenaría fuera, que no lo esperara, pero no le dio mayores detalles al respecto, no mencionó ningún lugar en particular.

    El mayor de los Kuroi Kumo ha visitado ya los lugares a los que acostumbra asistir Byakuya, ahora mismo se dirige al último de ellos.






    ---------------------------------------------------------








    Sesshoumaru cierra los ojos cansado, sentado en ese cómodo asiento, nuevamente no ha podido conciliar por completo el sueño, ese creciente presentimiento ya le intranquiliza demasiado.






    -----------------------------------------------------------







    Y en una recámara tenuemente alumbrada solo por una lámpara de mesa…



    - ¿ Por… qué ? – musita con mucha dificultad el joven peli plateado que de forma débil y sin coordinación trata de asestar algún golpe a Byakuya para apartarlo de su lado sin conseguirlo.

    - ¿Acaso eres estúpido Inuyasha ? – le responde Byakuya con rabia, deteniéndose por un momento de lo que hace.



    Ha despojado ya de la camisa a su supuesto amigo y observa con negra lujuria ese cuerpo perfecto que tiene por completo a su merced y aunque muy en el fondo un vago remordimiento lo atormenta, trata de acallarlo sobreponiendo la furia e impotencia que le causa el rechazo de su hermano y los supuestos contratiempos que le ha causado ése que ahora es su víctima.

    Sabe perfectamente que no es en lo absoluto justo lo que hace, sabe que Inuyasha no ha dado pie a lo que siente su hermano por él, sabe incluso que Sesshoumaru solo ha hecho lo suyo, de la manera que acostumbra y esa es… como siempre el esmerarse en todo lo que hace, en todo lo que se dedica, en obtener lo que se propone, en hacer siempre las cosas lo mejor posible, llevándole la delantera en cualquier asunto a su hermano sin siquiera proponérselo… aun cuando ese asunto se llame Inuyasha.

    Pero… ¡ Así es Sesshoumaru, así de perfecto ! y justamente así de perfecto… ¡ Lo odia con todas sus fuerzas.


    Conoce desde siempre la debilidad que Sesshoumaru representa para su hermano mayor, la fuerte atracción hacia él que domina a Naraku, sin haber sido en lo absoluto correspondido.
    Y justo ahora que su hermano había encontrado a quien “amar” distrayéndolo de Sesshoumaru, también eso le ha sido arrebatado, superándolo nuevamente.
    Ese sucio y oscuro veneno nubla la mente de Byakuya, sabe perfectamente que ya no se detendrá, no ahora que ha llegado tan lejos en su afán de quitar de en medio a todo aquel que se interponga en su camino para ser el único que ame a su hermano y una vez que sea solo él, se esforzará por conseguir que ese fuerte sentimiento que le abrasa le sea correspondido por completo.

    Byakuya suelta por un momento a Inuyasha, el peli plateado nota la confusión mental y sobre todo emocional que abruma al que creía su amigo. Debe ganar tiempo, aunque… ¿Tiempo para qué ? No hay nadie que pudiera ayudarle, incluso los ocupantes del apartamento de al lado están ausentes esa noche, pareciera que la fortuna se confabula en su contra.

    Apenas si puede hablar, casi no puede moverse y tampoco sabe cuánto tiempo durará el efecto de la maldita droga que le ha dado Byakuya, pero sin embargo no se dará por vencido.
    Haciendo un enorme esfuerzo logra articular algunas palabras.



    - No…entiendo Byakuya…creí…creí que éramos…amigos – la frente de Inuyasha comienza a perlarse de sudor mientras trata infructuosamente de levantarse – No creo… haberte hecho nada para… que…me odies tanto –



    Byakuya lo mira afectado, le parece absurdo que Inuyasha pregunte eso, cuando para èl es un asunto tan claro, más sin embargo, finalmente comprende que Takahashi San no tendría por qué saber sobre sus sentimientos, después de todo se trata de un molesto intruso que ha llegado a trastocar toda su realidad, una cuestión de la que se encargará para que no le cause más contratiempos.

    Se yergue casi ofendido mientras Inuyasha se desploma sin fuerzas, suspira con un ápice de alivio al ver como Byakuya se aparta de su lado, supone equivocadamente que sus palabras han movido algo en el interior de su compañero de trabajo, vanas esperanzas que se evaporan pronto.

    Byakuya arroja al suelo con desprecio la camisa de Inuyasha, camina algunos pasos de aquí para allá, finalmente jala una silla que se encuentra en la habitación, la coloca con el respaldo hacia el frente sentándose después a horcajadas, mira a Inuyasha confundido, pero pronto esa mirada se torna en otra llena de rabia al ver el atractivo semblante se quien se encuentra en la cama, sabe que ese bello rostro ha robado la razón a su hermano apartándolo aún más de él , con duro semblante entonces comienza a hablar.



    - Todo estaba bien anteriormente, todo era más llevadero, todo era mejor… antes de que tú llegaras. El trato entre Naraku y yo era más…aceptable, aun cuando la “relación” entre mi oniisan y Sesshoumaru me hacía daño podía sobrellevarla – suelta Byakuya la primera dosis de veneno en sus palabras poniendo atención a la reacción de Inuyasha.


    Takahashi San se queda atónito.


    “¿Entonces sí había algo entre ellos, pero acaso entonces…Sesshoumaru me mintió? "– son los pensamientos que comienzan a colarse en la nublada mente de Inuyasha.

    Byakuya comprende que ha dado en el clavo cuando contempla la atormentada mirada ámbar, una sonrisa maligna se dibuja en su rostro y decide causarle mayor daño a Inuyasha aprovechando que los pensamientos de éste se hayan confusos debido a la droga, decide hacerle compartir el dolor que él mismo ha soportado.


    - ¿ Acaso no lo sabías Inu chan? – le dice en un tono falsamente ingenuo y burlón - ¿ No te dijo Sesshoumaru que él y mi hermano sostenían una relación sentimental hasta que tú llegaste a darle al traste con tu presencia?

    ¡ Pero claro que no lo haría ! El perfecto Sesshoumaru es excelente hasta para mentir!

    ¡ Pero no pongas esa cara de sorpresa Inuyasha, es la verdad ! Ellos se llevaban muy bien, incluso eso continuaba aun cuando tú y Sesshoumaru ya tenían algo, pero…¡ Claro que él te lo ocultaba ! –

    - ¡ Eso… no es… verdad, estás… mintiendo ! – casi grita Inuyasha en medio de su desesperación al escuchar sus palabras.

    - ¿ Y por qué lo haría ? ¡ Es por completo cierto ! – afirma de forma cínica Byakuya - todo era así hasta que llegaste a interponerte entre ellos y entre mi hermano y yo. Al principio me pareció bien que mi hermano se fijara en ti, eso lo alejaría de Sesshoumaru ya que me parecías de menor peligro, después de todo no te comparas con el gran no Taisho Sama, pero resultó peor porque él se encaprichó contigo apartándose de Sesshoumaru es verdad, pero también de mí –



    Inuyasha no solo no termina de asimilar lo primero que escucha cuando algo más surge ante él.



    - ¿Entre Naraku y… tú ? No comprendo - jadea cada palabra.

    - ¡ Imbécil ! ¿ Es que no lo entiendes ? - Byakuya aproxima su rostro al de Inuyasha, lo toma por el mentón para que lo mire a la cara y añade:

    - Es tan sencillo como esto : ¡¡ Yo… a- m-o a mi her- ma- no !!
    ¿ Comprendes ahora ? – remarca cada sílaba compartiendo su más íntimo secreto en lo que él determina serán los últimos momentos de la vida de Inuyasha, secreto que se llevará a su tumba.



    Inuyasha abre los ojos como platos, comprendiendo demasiadas cosas de golpe.



    - ¡ Esa es mi verdad ! ¿ Entiendes ahora porque me estorbas, porque te voy a quitar de en medio?
    Tú y tu amado Sesshoumaru interfieren entre mi hermano y yo – sentencia tajante Byakuya soltando de golpe el rostro de Inuyasha.



    Se pone de pie, se encuentra demasiado alterado, nervioso, dolido, el estado ideal para cometer toda clase de estupideces.
    Camina de un lado a otro de la habitación, se pasa la mano por el cabello, se desabotona un par de botones de la camisa como si ésta le asfixiara. Se gira lentamente hasta que ese pálido rostro encara a Inuyasha, su mirada es fría e inexpresiva cuando exclama:



    - ¡ Pagarás caro todo esto, incluso lo que he tenido que soportar con tu amiguito Kouga, sus estúpidas caricias y besos que solo me causaban repulsión. Te haré mío, te causaré tanto daño, de tal forma que cuando Sesshoumaru te vea se sienta destrozado también, y después… después me encargaré de él cuando menos lo espere ! –

    - ¡ Nooo! – apenas si logra gemir Inuyasha con las pocas fuerzas que le quedan, mientras ve como Byakuya se aproxima lentamente a él.






    ----------------------------------------------------------








    En el apartamento de Miroku, hace una hora…


    - Y bien Kouga ¿ De qué querías hablarme? – se escucha la calmada voz de Miroku una vez que han terminado de cenar, su azul mirada le infunde completa confianza a su acompañante.



    Ya ha recogido todo el servicio, quedando el lugar en orden y limpio otra vez. Se ha sentado a un costado de la cama y contempla a Kouga esperando a que se decida a hablar. Kouga jala aire como si con ello reuniera el valor necesario para lo que arrancará prácticamente de su corazón tratando de que deje de lastimarlo más.

    Miroku toma una de las manos de su amigo entre las suyas, realmente le gustaría poder transmitir esa “¿Intensa estima? ” ¿O es acaso cariño en lo que se ha transformado el aprecio que sentía hasta hace poco? ¿ Es tal vez ya algo mucho más intenso lo que está surgiendo entre ellos? Lo que sea en lo que se esté tornando esto es mucho más que amistad, él lo sabe y es precisamente eso lo que intenta hacerle llegar a Kouga, dándole consuelo al hablar.



    - Tómate tu tiempo, esperaré lo que sea necesario, sabes que puedes confiar en mí. –

    - ¡ Sí Miroku, bien lo sé ! - sus ojos brillan intensamente al fijarlos en los de su interlocutor – Sólo es que no sé por dónde comenzar-

    - Bueno, se me ocurre que podrías empezar por decirme acerca del asunto entre Byakuya y tú, debido al cometario que hiciste antes de comer… ¿ Debo suponer que entre él y tú ya no hay nada? – Miroku casi se siente mal, sabe que no es correcto lo que percibe en lo más profundo de él, pero por algún ya no tan desconocido motivo, le causa una oculta alegría el saberlo y mayor aún será si lo confirma. Hace ya tiempo que intuía que esa relación no era del todo buena para Kouga, lo que ignora aún es la magnitud de esa suposición.



    La mirada de Kouga se posa cansada en ese rostro sereno de quien le brinda todo con su sola presencia.



    - Sí, así es, entre él y yo… todo terminó – el semblante de Kouga refleja un enorme dolor incomprensible aún para Miroku.

    - ¡ Vaya Kouga, yo lo siento tanto ! – a pesar de todo las palabras de Miroku son sinceras pues se da cuenta que éste hecho le causa pesar a su amigo, aun cuando a él le brinda una extraña sensación de alegría.

    - Ya no importa…créeme, es mejor así – dice con tristeza Kouga.



    Se quedan en silencio por un instante, a la mente de Miroku llega un detalle sobre algo relacionado con eso.



    - ¡ Caray, de haberlo sabido antes, Inuyasha podría haberse quedado hoy con nosotros! – exclama Miroku casi sin pensar.

    - ¿ A qué te refieres? – suena la confundida pregunta,

    - A que Inuyasha se fue hace un rato pensado en ayudar en algo, es decir, quería hacer algo por ti haciendo algo por tu “novio” , esa es la razón de que no permaneciera un rato más con nosotros-

    - ¿ Q…qué quieres decir con eso Miroku ?- exclama Kouga inquietándose, trata de enderezarse de la cama con dificultad.

    - ¡ Cálmate Kouga ! – trata de tranquilizarlo Miroku, lo toma por los hombros intentando que se recueste nuevamente mientras le habla – lo que sucede es que según me dijo Inuyasha, Byakuya se sentía muy solo porque no podía ver a su novio o sea tú, aunque ahora eso no me cuadra muy bien… ¿ Por qué diría algo así, como si tú y el aún…? ¡ En fin! El caso es que Byakuya le pidió a Inuyasha que salieran hoy a cenar juntos y como comprenderás nuestro amigo aceptó pensando en ayudarte, por la amistad que los une y por tratarse de tú novio – explica tranquilo Miroku que se comienza a preocupar al notar en ese instante la expresión de Kouga la cual ha cambiado drásticamente,



    Ahora luce pálido, se ha quedado prácticamente boquiabierto y la mano que sostiene otra vez Miroku ha comenzado a temblar notablemente.



    - ¿ Qué pasa Kouga, qué te ocurre? –

    - ¡ Oh por todos los cielos Miroku ! – susurra con miedo.

    - ¿ Qué sucede Kouga? Me estás asustando de verdad –

    - ¡Es Inuyasha… está en grave peligro Miroku ! ¡ Tenemos que avisarle ! –

    - ¿ De qué hablas, peligro de qué o por qué? –

    - ¡¡ Está en peligro por estar con Byakuya precisamente!! - Kouga ya luce desesperado , inhala profundamente, la inquietud resuena en su voz cuando al fin lo dice:

    - ¡¡ Fue Byakuya… oh por Kami… él fue el que me hizo esto !! – exclama con un ademán de sus manos señalándose a sí mismo.

    - ¡¡¿ Queeeèèè?!! - casi grita Miroku incrédulo.

    - ¡ Escúchame por favor Miroku, él me atacó de la manera más cruel, me avergüenza decirlo ahora, pero me vi imposibilitado a defenderme debido al amor que siento… sentía por él, sé que es casi patético, pero así sucedió. Todo esto es parte de una venganza que ahora no hay tiempo de explicarte, debemos actuar enseguida si queremos evitar que vuelva a suceder algo similar o incluso peor con Inuyasha. Él me dijo que después de ocuparse de mí, si yo me atrevía a comentarlo con alguien, él iría tras Inuyasha, esa es la razón por la que yo me negaba a decir una sola palabra al respecto, deseaba proteger a mi amigo, sin embargo ahora comprendo que no esperará para cumplir su venganza. –

    - ¡ Explícate por favor ! ¿ Qué ha pasado exactamente ? – Miroku comienza a impacientarse.

    - ¡ De acuerdo, de acuerdo, te lo explicaré! – Kouga comienza a contarle rápidamente lo ocurrido a Miroku:

    - Lo que ocurrió fue esto… el sábado pasado Byakuya y yo salimos a cenar juntos y entonces… -



    Cuando termina Miroku ha quedado helado, comprende también que Byakuya les ha mentido y que Inuyasha se encuentra en grave peligro, para colmo quien podría ayudarles se encuentra demasiado lejos


    - ¡ Pero eso es terrible, santo cielo Kouga, debemos avisarle a Inuyasha enseguida ! - exclama apresurado Miroku sacando su teléfono móvil, marca entonces el número de Inuyasha rápidamente. -

    -¡ No contesta, maldición ! –

    - ¡ Inténtalo otra vez por favor ! – pide Kouga.



    Miroku lo vuelve a hacer, una, dos, tres veces…



    - ¡ Es inútil, algo está mal, es como si estuviera… apagado ! – dice casi sin voz Miroku al comprender que es muy probable que así sea, ya se encuentra bastante preocupado.

    - ¿Qué podemos hacer Miroku ? – pregunta Kouga cada vez más nervioso.

    - Lo único que se me ocurre es ir a su apartamento, espero encontrarlo ahí, ojalá que ya haya vuelto.-

    - ¡ Yo iré contigo! – exclama Kouga tratando de levantarse.

    - ¡ Un momento ! ¿ Acaso estás loco ? Te harías daño – replica de inmediato Miroku – además no te ofendas, pero ahora mismo no estás en condiciones de andar de aquí para allá, de hecho… podré moverme más aprisa si voy solo –



    Kouga guarda silencio, sabe que Miroku solo está siendo razonable, baja la mirada al decir.



    - Tienes razón, solo sería un estorbo – se deja caer en la cama otra vez.



    Miroku se agacha y lo besa en la mejilla.



    - Tú nunca serías un estorbo para mí, solo es que me preocupo por ti, no deseo que te vuelvan a lastimar, así que hazme un favor y espera aquí –



    Kouga sonríe levemente y un tenue rubor aparece e sus mejillas.



    - De acuerdo pero te pido que me hagas saber en cuanto tengas noticias sobre Inuyasha.

    - ¡ Es un hecho, cuenta con ello ! – responde Miroku que toma entonces apresurado una chamarra y las llaves de su auto saliendo a toda prisa del apartamento.


    “ Después de todo Inuyasha no es tan débil, no está atado de manos y no tiene un lazo con Byakuya como Kouga, tan solo espero que se encuentre bien – la mente de Miroku no permanece en paz mientras conduce velozmente.






    -------------------------------------------------------








    Naraku está furioso, no tiene rastro alguno de Byakuya, viaja en su auto sin rumbo fijo ya. Ha ido a todos los lugares que acostumbra frecuentar Byakuya sin éxito.



    - ¿ Dónde demonios te has metido? – exclama Naraku golpeado el volante con el puño.



    De repente frena de golpe su auto, abre los ojos desmesuradamente al comprender en un instante que ha dejado a un lado lo obvio, escucha los claxonazos de los autos que van tras él, saca la mano por la ventanilla y les hace una seña obscena.

    Da la vuelta sobre la avenida en medio de un chirrido de neumáticos, para regresar por donde venía, su mente trabaja a mil por hora, aunque ya no hay mucho que descubrir… está recordando :


    “ Oniisan, pronto ya no tendrás obstáculos en tu camino, ya me encargué del primero y hoy mismo te libraré de otro dolor de cabeza…
    …te quedará el camino libre para el amor verdadero…”


    Son las palabras que Byakuya le ha dicho hace unas horas a las cuales en realidad no prestó mucha atención, pero ahora cobran un significado diferente, dándole sentido a todo.



    - ¡ Inuyasha ! - exclama en un susurro al comprender a qué obstáculo se refería su hermano - ¡ Qué idiota he sido ! –


    “El amor verdadero” – piensa una y otra vez.


    - ¡ Semejante imbécil ! ¿ Pero qué mierda estás pensando ? ¿ Qué maldita cosa vas a hacer ? – pisa el acelerador a fondo, ahora sabe a dónde ir… el apartamento de Inuyasha es su meta.






    ---------------------------------------------------







    Jamás se había sentido tan intranquilo, es un fuerte presentimiento casi palpable de que algo está por ocurrir. Ahora encima de todo, ha estado intentando comunicarse con Inuyasha sin conseguirlo, lo cual solo empeora todo.
    Ya ha enviado a alguien a investigar al apartamento de su novio hace algún tiempo, pero se encontraron con que había salido, según parecía por motivos de diversión, sin que ellos lo supieran justo en ese momento se encontraba cenando con Byakuya, así que dan por sentado que todo está en orden con él.






    ------------------------------------------------------








    Esas finas manos se posan temblorosas sobre su blanco pecho recorriéndolo lentamente, aun percibe cierto conflicto en Byakuya, pero esto no parece afectar su determinación de seguir adelante.



    - ¡ De…ten…te, esto no tiene…que…ser así ! – salen las palabras con mucha dificultad de la boca de Inuyasha – prometo…ayudarte…pero no…empeores las cosas –

    - ¿Ayudarme? – exclama sarcástico Byakuya – si yo te dijera que tu amiguito Kouga también suplicó para que no le hiciera daño, porque no siguiera adelante , argumentando que me amaba… blandía su patético amor por mí como un argumento contra mi venganza –

    - ¡¿ Dañar a Kouga?! ¡¿Venganza?! - Inuyasha comienza a revolverse en la cama al comprender de que le habla Byakuya – ¡¿ Fuiste tú… el que… atacó y lastimó… a Kouga ?! – la sorpresa e incredulidad están plasmadas en el rostro de Inuyasha.

    - ¡Así es ! – dice con cínica satisfacción el delgado chico – mi Oniisan quería que lo quitara de en medio para acercarse a ti ya que Kouga parecía interesado en que le hicieras caso como algo más que un amigo y eso no podíamos permitírselo, así que yo solo lo ayudé – termina de hablar con una sonrisa en la boca.

    - ¡ No…no es posible ! –



    Inuyasha cae en la cuenta ahora de la magnitud del asunto, el peligro en el que se encuentra, el peligro que se cierne también sobre Sesshoumaru, comprende que los Kuroi Kumo no se detendrán ante nada por conseguir lo que desean sin importar los métodos que utilicen.



    - Pero…¿ Sabes algo? Debo decirte que fui muy considerado con tu amiguito-



    Inuyasha no puede dar crédito a lo que escucha, pero Byakuya continua antes de que él pueda decir cualquier cosa.



    - A él lo dejé vivo… pero contigo y tu amado Sesshoumaru… me parece que no seré tan considerado, tomando en cuenta que tu noviecito es sumamente peligroso.



    Inuyasha hace acopio de todas sus fuerzas y logra empujar a Byakuya hacia un lado, se gira rápidamente cayendo estrepitosamente de la cama, Kuroi Kumo se levanta rápidamente mientras Inuyasha se arrastra desesperado por el suelo tratando de alejarse, sus piernas y brazos simplemente ya casi no le responden.



    - ¡ Ja,ja,ja, vaya que eres terco! – exclama Byakuya con burla - ¿ Acaso no has entendido que la droga que te di te impedirá cada vez más moverte.



    Se agacha para tomar a Inuyasha por la cintura y lo jala hacia él, pero el peli plata logra girarse y haciendo un enorme esfuerzo patea a Byakuya en el estómago, los dos se desploman al mismo tiempo vencidos por un instante.
    Byakuya se enfurece y mientras jadea para recuperar el aliento, se aproxima a Inuyasha nuevamente.



    - ¿ Así que aún puedes moverte bastante, maldito terco? – exclama mientras le da certero puñetazo en la cara del peli plateado, dejándolo tendido en el suelo, se monta sobre él y comienza a golpearlo sin piedad.



    Inuyasha lanza golpes aunque de forma errática, logrando asestarle algunos a Byakuya y tratando también de cubrirse. Pero finalmente éste logra someterlo con otro golpe en la mejilla que noquea momentáneamente a Inuyasha quien se había defendido con todo tratando de no someterse.



    - ¡ Ahora verás, no podrás casi ni pestañear ! –



    Saca nuevamente el frasquito y después de abrirlo, toma la mandíbula de Inuyasha presionándola para lograr que abra la boca, en la que vierte unas gotas más de esa droga, le cierra la boca a la fuerza y le aprieta la nariz para obligarlo a que trague dentro de su aturdimiento.


    Lo vuelve a cargar, lo lleva nuevamente hasta la cama donde lo arroja.



    - ¡Ahora estás por completo a mi merced! – exclama Byakuya entre jadeos por el esfuerzo, más luego sonríe y agrega:

    - Aunque con ésta dosis… no te aseguro que sobrevivas, pero pensándolo bien ¡Esa era la idea desde un principio! –



    A Inuyasha se le comienza a borrar la visión por momentos, siente nauseas a la vez que repulsión por la manera en que Byakuya comienza a recorrer su piel de forma sucia, sin que él pueda mover ya un solo dedo.






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    Naraku ha llegado a toda velocidad a los edificios de apartamentos, nota enseguida el auto de su hermano aparcado en el sitio. Contempla las pocas luces encendidas en los apartamentos, casi la totalidad de ellos se encuentran a oscuras pues es un día y una hora en que la mayoría acostumbra salir a divertirse. Desde luego también sabe por Byakuya, que Sesshoumaru se encuentra de viaje.
    Baja apresurado de su auto y prácticamente hecha a correr al apartamento de Inuyasha.






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    Mientras tanto en ese apartamento…



    - Eres bastante atractivo Inuyasha, muy tentador, ahora comprendo porque Sesshoumaru se encaprichó contigo y botó a mi hermano. Aunque a decir verdad no es de extrañar, después de todo el gran “ No Taisho Sama” siempre obtiene lo que desea, no hay capricho que no logre conseguir, pero eso me habría convenido en este caso, pues así Naraku sería solo mío. –



    Los ojos ámbar es lo único que se mueve ya, estupefacto de todos modos por las palabras que escucha.


    “¿ Un capricho, soy solo un capricho para él? ¡ Nooo, no es posible, eso no es cierto! ” – repite en su mente, cierra los ojos apretando fuertemente los párpados, tratando de no ver esa posibilidad.



    - Pero no te sientas tan mal, pues me parece que tú le interesabas un poco más de la cuenta que los otros, creo que habría tardado un poco más en desecharte como lo hace siempre con sus parejas cuando se aburre de ellas. –



    Byakuya sin duda disfruta el daño que causan sus palabras, pero éstas ahora lo distraen de su objetivo…



    - ¡Pero basta de charla, es hora de divertirse o mejor dicho, es tiempo de que yo me divierta! –



    Afloja ya el cinturón de Inuyasha con una mano, mientras con la otra repasa el rostro del diseñador, jadea presa del deseo al tiempo que se agacha aproximando su cara a la de su presa, observa esos sensuales labios, se acerca hasta rozarlos con los suyos, lentamente comienza a repasarlos con la lengua. Ha desabotonado ya el pantalón, baja poco a poco el zipper, es entonces cuando contempla esos enfurecidos ojos ámbar que lo miran trapazándolo hasta lo más profundo, haciendo que algo en su interior se remueva, algo como… ¿Miedo?
    ¡ Esa mirada le causa miedo, aún si no está acompañada de palabras o acciones!


    Byakuya se estremece levemente, cierra los ojos y retoma el control, no volverá a fijarse en esa inquisidora mirada, baja los pantalones de golpe, los movimientos de Inuyasha ahora se reducen a un persistente tic en la pierna, incluso ha comenzado a sudar frio por el esfuerzo que realiza sin obtener resultado alguno.



    - ¡ Maldito! ¿Por qué tuviste que llegar, por qué tenías que aparecer en nuestro camino? – reclama de improviso Byakuya con furia y arremete con rabia contra Inuyasha.



    Violentos besos, agresivas caricias, sus manos recorren con rudeza su fina piel, dejando marcas y rasguños.



    - Me encantaría ver la cara de Sesshoumaru cuando encuentre tu cuerpo sin vida – escupe con la maldad implícita en sus palabras.



    Inuyasha ya está alarmado, sobrepasado… ¿ Será este su fin ? se rehúsa a pensar así, pero no ve la manera de que pueda escapar con vida de las manos de ese desequilibrado chico en el que no reconoce ya a su antiguo amigo y compañero de trabajo. Se muerde los labios acallado los gemidos de dolor, no le dará ese gusto a su verdugo.
    Aunque deja escapar finalmente un ahogado gemido, que calla casi enseguida que este sale de su boca, cuando siente como Byakuya arranca de golpe sus boxers, lo tiene ahora a su merced, completamente desnudo, ante lo cual no puede evitar un tenue rubor en sus mejillas.

    Byakuya no puede apartar sus ojos de él, se sonríe malicioso y se frota las manos lujurioso, presagio de lo que vendrá a continuación.
    Inuyasha traga saliva, no hay manera de que se prepare mentalmente para esto.



    - ¡ Ja,ja,ja me las pagarás todas juntas! – ríe Byakuya, para después reclinarse sobre Inuyasha, posa su lengua en su cuello y comienza a bajar por este, llega a su pecho y sigue bajando, el rastro húmedo brilla sobre esa tersa piel. Cruza el ombligo, se acerca a su objetivo… sus manos ya masajean los muslos de Inuyasha, no cabe duda que está disfrutando el momento… pero…

    - ¡¡ Byakuya, sé que estás ahí, ábreme enseguida!! – se escuchan los gritos a través de la puerta de entrada, parando en seco los movimientos del chico a escasos centímetros de la intimidad de Inuyasha.

    - ¡¡ Maldita sea… Naraku!! ¿ Por qué ahora? – mastica esas palabras con rabia.

    - ¡¡ Ábreme, maldición, no seas idiota!! – lo apremia la enfurecida voz del mayor.



    Echa un vistazo a Inuyasha, quien tampoco le quita la mirada de encima, como respuesta a eso Byakuya lo abofetea al exclamar:



    - Ya te quitaré esa insolente mirada, no creas que te has escapado de esto –



    Se aparta de Inuyasha contra su voluntad y se dirige con rabia hacia la puerta, obedeciendo un extraño impulso que lo domina sin que él lo desee.


    - ¡¡ Byakuya!! –

    - ¡ Ya voy, ya voy! –



    Abre la puerta lentamente, apenas si para verle la cara a su hermano, en cuanto contempla su expresión siente un escalofrío recorrerle la espalda, toda la voluntad y energía que aparentaba frente a Inuyasha, se desploma ante la rojiza mirada de Naraku, haciéndose añicos a sus pies.



    - Naraku… ¿ Qué haces aquí? –

    - ¡ Yo soy el que te pregunta eso Byakuya! ¿ Qué demonios supones que haces aquí ! –

    - No entiendo a qué viene tu pregunta, solo estoy de visita con Inuyasha. –

    - ¿ Dónde está él? – pregunta Naraku arqueando las cejas y con la acusación en las palabras.

    - Es… sólo que… él está algo indispuesto, algo le sentó mal de la cena y… -

    - ¿ De la cena o de esto ? – le interrumpe con enorme enojo Naraku mostrándole la cajilla que encontró en la habitación de este –

    - ¡ No sé de dónde ha salido eso! – miente descaradamente el menor.

    - ¡ Basta Byakuya, déjame pasar ! – exclama enérgico Naraku empujando con fuerza la puerta y luego a Byakuya, apartándolo del camino.

    - ¡ Espera oniisama, no puedes pasar ! – trata de detenerlo tomándolo por el brazo.



    Naraku da un tirón a su brazo zafándose con facilidad del agarre de su hermano.



    - ¿Ah no? ¡ Sólo mírame hacerlo ! – responde con sorna Naraku.



    Camina entonces el mayor con pasos decididos hacia la alcoba, Byakuya solo atina a quedarse ahí parado un momento apretando los puños impotente, para después de un instante seguir los pasos de Naraku.

    Cuando el mayor de los Kuroi Kumo entra a la recámara del peli plata se queda de una pieza ante lo que ve ahí, no es que se sorprenda por completo, puesto que imaginaba que su hermano tramaba algo malo, sólo es que esto supera sus expectativas, después de todo Byakuya siempre le había parecido alguien mucho más calmado, sin malas intenciones, siempre bajo su amparo, casi débil y delicado. Pero tampoco es idiota, sabe que su hermano ha estado bajo presión, presión ejercida por él mismo.

    Comprende que ha llegado demasiado lejos con el menor, sabe en lo que se ha metido su hermano por su causa, pisa el terreno de Sesshoumaru y sabe lo peligroso que eso puede ser.
    Se voltea para encarar a Byakuya que llega en ese momento a su lado, lo mira con furia y sin que este se lo espere lo tira de un fuerte puñetazo en el rostro, habrá que admitir que Naraku es en lo absoluto el mejor hermano.
    Byakuya ha caído un poco más allá, queda sentado en el piso, se lleva la mano lentamente a la mejilla y contempla resentido a Naraku.



    - ¿ Acaso no tienes cerebro? ¡ Semejante idiota ! – recrimina molesto el mayor. - ¿ En qué diablos estabas pensando? ¿ Acaso no sabes con quién te estás metiendo ? ¿ Tienes una idea de lo que hará Sesshoumaru cuando se entere? –

    - Pero oniisama, yo sólo… sólo trataba de ayudarle – responde molesto Byakuya poniéndose de pie .

    - ¡¿ Ayudar?! i Si serás imbécil ?! –

    - ¡Deja de insultarme! – el rostro de Byakuya refleja molestia y hastío - ¿ Acaso no puedes entender que todo lo hago por ti ? –

    - ¿ Por mí? ¡ Explícate! -



    Byakuya se yergue y armándose de valor habla con algo de dificultad.



    - Yo… sólo quería ayudarte, quitarte los obstáculos en tu camino, después de todo tú me pediste que quitara a Kouga del paso –

    - ¡ Te dije que lo distrajeras simplemente, no que llegaras a esto! –

    - ¿ Acaso no puedes entender que he actuado movido por lo que siento por tì ! – exclama casi con desesperación Byakuya.

    - ¿ Por mí ? ¡ Habla claro de una maldita vez ! –

    - Todo esto es para tratar de allanar el camino para llegar… a ti, para que comprendas de una vez por todas lo que yo siento por ti –



    Naraku sabe ahora también que sus “ inocentes jugueteos” entre ellos han llegado demasiado lejos, aunque a decir verdad nunca los tomó demasiado en serio, incluso últimamente los utilizó para manejar a su hermano.


    - ¡ No digas sandeces Byakuya, no quiero escuchar más…somos hermanos solamente ! Entre tú y yo no puede existir nada más que eso, ya deberías haberlo entendido. –

    - ¡¡ No Naraku, eso no es cierto !! – grita Byakuya perdiendo la paciencia finalmente, dejando salir las primeras lágrimas producto de sus sentimientos contenidos por tanto tiempo, dando rienda suelta a sus palabras:

    - ¿ Por qué no lo ves Naraku, por qué no te das cuenta de una vez por todas lo que yo siento por ti ? ¡ Esto va mucho más allá que un simple sentimiento fraterno !
    ¡¿ No puedes ver que… que yo te amo?! –

    - ¡¡Zaaaazzzz !! – tremenda bofetada cruza el delicado rostro de Byakuya.

    - ¡ Largo de aquí antes de que te haga callar a golpes, deja de decir estupideces! – el semblante de Naraku es bastante enérgico, ocultando uno de sus más ocultos secretos y temores, de los cuales desde luego no hablará en ese momento.

    - Pero… - casi gime Byakuya.

    - ¡ He dicho que largo ! – repite amenazador Naraku.- ahora escúchame bien, no creo que nadie venga por aquí hoy, pero de cualquier forma encárgate de vigilar allá abajo, no permitas que nadie llegue hasta este apartamento, en lo que yo trato de solucionar ésta estupidez tuya –



    Byakuya solamente recoge a toda prisa sus cosas y echando una última mirada de desprecio a Inuyasha, sale velozmente mientras su rostro es surcado por un imparable llanto, el cual limpia con la manga en cuanto está a punto de bajar del ascensor en la planta baja. Sale hacia el recibidor desde donde se aprecia el estacionamiento del lugar y entonces ve llegar el auto de Miroku, sabe que debe alejarlo del lugar cuanto antes, ya no tiene tiempo para llorar el intenso dolor que lo destroza por dentro.


    Echa a andar apresurado hacia su auto pero procurando que Miroku lo vea, cuando está a punto de abordar el vehículo, efectivamente el recién llegado le da alcance, puede ver que luce preocupado.


    - ¡ Byakuya, espera ! – lo llama Miroku aparentando calma, espera lograr más de ese modo, no quiere alertar a Byakuya haciéndole ver que ya sabe todo, sabe que la vida de Inuyasha podría depender de ello.

    - Tengo prisa Miroku – exclama Byakuya subiendo a su auto, ya tiene algo en mente.



    Miroku detiene la portezuela con una mano.



    - ¿ Qué ocurre Byakuya ? Luces nervioso… ¿ Te puedo ayudar en algo? –

    - No lo sé… tal vez…-

    - Verás, yo vengo a visitar a Inuyasha –

    - Él no está en su apartamento, vengo de allá –

    - Necesito hablar con él sobre algunos asuntos que dejamos pendientes… ¿Acaso tú sabrás en donde se encuentra? –

    - Aún no lo sé con certeza, pero me parece que tú me podrás ayudar, ocurre que tengo prisa porque acabo de recibir una llamada suya con carácter de urgente, parece que estaba en aprietos y me pedía que me reuniera con él, me llamará en un rato más para darme datos más precisos de su ubicación, pero no deseo perder tiempo y me encaminaré hacia el sitio –

    - ¿ Puedo preguntarte entonces que haces aquí? – exclama Miroku arqueando una ceja.

    - Ocurre que él y yo habíamos quedado en salir juntos ésta noche, vine a buscarle pero como no está en su apartamento decidí retirarme y llamarle más tarde, pero cuando estaba a punto de irme recibí su llamada.

    - ¡ Entonces no hay tiempo que perder, vamos! – Miroku no cree por completo en lo que le dice Byakuya, pero tampoco puede descartar totalmente lo que le dice.

    - Sígueme en tu auto, así si es necesario podremos movernos por partida doble. - lo apresura Byakuya subiendo por fin a su auto.



    Así que en unos minutos viajan rápidamente uno tras el otro, dirigiéndose hacia las afueras de la ciudad.


    Irónicamente lo que nunca vio Miroku fue el automóvil de Inuyasha, por encontrarse semi oculto por una enorme camioneta aparcada a su lado.






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    Naraku en cuanto salió su hermano, cerró nuevamente la puerta con llave y regresó a la alcoba de Inuyasha, contempla con más calma al diseñador tendido desnudo sobre el lecho, los dorados ojos del chico lo miran con desconfianza y temor, a su vez Inuyasha detesta sobremanera que esa rojiza mirada recorra su cuerpo inmóvil, puede notar como un insano deseo se está haciendo presente en ella.


    - ¡ Inuyasha, no sabes cuánto lamento todo esto ! Las cosas se han salido por completo de control - la falsamente amable voz de Naraku se escucha de forma suave mientras toma asiento en la cama a un lado del chico.



    Inuyasha entrecierra sus ojos preocupado, su respiración es pesada, un frio sudor cubre su cuerpo, enfoca otra vez su atención en ese hombre que a pesar de que llegó para evitar lo que ocurría con Byakuya, no le causa tampoco el más mínimo consuelo su presencia… al contrario.
    Ve como Naraku levanta una mano lentamente y la aproxima a su rostro, para luego sentir el suave roce de esos dedos, la mirada intensa acompaña sus acciones.



    - ¡ Eres hermoso Inuyasha, deberías haberlo sido solo para mí ! Te habrías evitado demasiados problemas – susurra con calma.



    Esa intrusa mano se desliza entonces con toda calma desde el rostro de Inuyasha, toca con delicadeza su cuello, para continuar su camino hasta su pecho, percibiendo sus intranquilos y erráticos latidos.



    - Pareces un cervatillo acorralado – Naraku esboza una media sonrisa al hablar, sin perder detalle de ese perfecto cuerpo.- ¿ Sabes Inuyasha? Desde que llegaste me gustaste demasiado, debiste elegirme a mí, yo te habría dejado más que satisfecho en todos aspectos…al menos por un tiempo – le dice cínico. - pero ahora todo deberá ser distinto- aparta los blanquísimos cabellos que cubren parcialmente ese bello rostro. - Sin embargo ahora que has elegido a otro y dadas las circunstancias… como comprenderás no puedo dejar las cosas como están...
    ...Byakuya a pesar de haberse comportado como un idiota, es mi hermano y es mi deber protegerlo – toma a Inuyasha por el mentón y lo obliga a girar el rostro hacía él - Y además te voy confiar un pequeño secreto… tampoco tolero que esté con nadie más, que otro pueda besar sus tiernos labios, que otro lo posea en la cama… porque ¿ Sabes? Le he dicho que tenga otras parejas, que salga a divertirse, pero en el fondo eso es algo que me causa mucho daño.
    ¡ Pobrecillo ! ¿ No crees? Hace tiempo que lo que más desea… es una prohibida realidad, sin embargo quise hacer lo correcto, alejarlo de mí, pero ahora sé que eso es imposible.-

    Las palabras que escucha Inuyasha le parecen repugnantes, saber los detalles de una relación tan enfermiza. Pero las sorpresas no terminan ahí, lo que oye a continuación le hiela la sangre.


    - ¡ Lo lamento de verdad, pero no puedo dejarte… escapar, no puedo permitir que continúes con vida, después de lo que ha hecho Byakuya, no puedo darme el lujo de que Sesshoumaru se entere de lo ocurrido – le explica Naraku tan tranquilo, como si de cualquier cosa se tratara.



    Toma una de las manos de Inuyasha y después de darle un sugerente beso en ella, exclama:



    - Pero sería una lástima no aprovechar la oportunidad y el esfuerzo hecho por mi hermano para mí ¿ No crees? - lo mira con oscura lujuria – después de todo siempre he deseado hacerte mío –



    Inuyasha abre los ojos como platos…
    ¡ Esto no puede estarle pasando a él, debe tratarse de una terrible pesadilla de la que simplemente no puede despertar !


    ¡¡ Sesshoumaru, Sesshoumaru !!


    Su corazón clama por ayuda, sin embargo su amado novio se encuentra tan lejos y su mismo cuerpo le está abandonando poco a poco.







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    - Lleve mis maletas a mi habitación – ordena en cuanto entra.

    - Sí Señor, como diga –



    Se quita el abrigo después lo deja junto con su fino portafolio de piel sobre uno de los sillones del lugar. Su chofer baja después de hacer lo que le han dicho.



    - ¿ Se le ofrece algo más? –

    - Es todo, puede retirarse –

    - Si Señor –



    Sale el hombre de la habitación, quedando solo y en silencio…

    …Pero de pronto, una especie de sensación totalmente desconocida empieza a recorrer su cuerpo.
    Siente como si unas finas manos lo fueran recorriendo lentamente, una manos delgadas pero llenas de maldad mancillando su piel desnuda.
    Desconcertado, no atina sino a ver que sucede en su entorno, se encuentra completamente solo en esa habitación, notando que en absoluto puede ser posible lo que siente.

    Tal efecto sigue, entonces aunado a eso, empieza a apoderarse de él una sensación de miedo y desesperación aunque totalmente ajena a su propio sentir, como si perteneciera a alguien más.
    Tales emociones lo superan definitivamente, agotan totalmente su paciencia cuando lo que percibe claramente, es la sutil sensación de unos labios ajenos que se posan atrevidos sobre los suyos.
    Se lleva la mano hasta la boca posando suavemente sus dedos recorriendo sus finos labios, limpiándolos de tan sucio contacto.
    Finalmente, abriendo los ojos totalmente asombrado, musita, alarmado:



    - ¡¡Inuyasha…!! -



    No puede ser otra cosa ¿Quién más, sino Inuyasha estaría conectado a él con un lazo tan fuerte como para sentir su sentir, percibir lo que él percibe?

    Con todas sus fuerzas desea que esas alucinaciones sean solo eso y que su amado Inuyasha se encuentre bien.


    Mientras afloja la corbata y la arroja por un lado, saca nuevamente su teléfono móvil y marca aquel conocido número caminando lentamente hacia los ventanales, levanta la vista de su celular para posarla hacia el frente, el móvil escapa prácticamente de sus manos al contemplar la escena que se aprecia a través de sus persianas:


    Una tenue luz alumbra esa alcoba enmarcando una figura, reconocería esa silueta donde fuera, esa persona se encuentra sentada en la orilla de la cama puede ver que pareciera hablar con alguien, después nota como se va reclinando lentamente hacia esa persona…


    Todo pareciera teñirse de rojo, su fría mirada de oro fundido ha adquirido un peligroso aspecto, casi lanza destellos de furia cuando exclama:



    - ¡ No puede ser, no serías capaz de traicionarme, no tú ! ¿ Qué maldita cosa ocurre allí ? - sus dientes apretados con furia.



    Recoge su teléfono de un manotazo, se dirige a toda velocidad a la salida del lugar, toma antes un juego de llaves de un cajón cercano y sale dando un portazo.

    Una vez afuera se encamina sin pérdida de tiempo al edificio de enfrente, comprende su premura por llegar, mil y un cosas dan vuelta por su cabeza, no puede ser verdad lo que ha visto, no una traición así en su ausencia, aunque… algo más no le checa en esto…desconoce aún el porqué de la extraña experiencia que ha tenido hace un momento, está confundido, algo está mal, muy mal y el no parará hasta saber todo al respecto y hacer pagar a quien deba hacerlo.


    Aprieta los puños con fuerza mientras sube por el ascensor, se le hace un viaje interminable.


    Siente una amarga satisfacción al comprender que tenía razón al apresurar sus asuntos para volver antes de lo previsto, más ahora al contemplar lo que sucedía en aquella alcoba, se pregunta si no ha tardado demasiado de todos modos, todo parece indicar que no ha errado al tener ese extraño presentimiento. Pretendía sorprenderlo llegando antes, pero para su desgracia el sorprendido ha sido él.

    Haciendo acopio de toda la calma que aún conserva introduce la llave en la cerradura, la gira de forma silenciosa abriendo después la puerta de igual forma, cerrándola tras de sí.

    Con su andar silencioso se dirige hacia la alcoba de su chico, cuando entra, no puede detener un momento más la furia que recorre todo su cuerpo…
    …contempla con rabia como Naraku ha posado sus labios en los de Inuyasha quien además se encuentra totalmente desnudo y no ofrece resistencia alguna, las delgadas manos del de negro y rizado cabello recorriendo ese rostro que le pertenece solo a él.



    - ¡¡¡ Maldito bastardo, quita tus asquerosas manos de su cuerpo y retira tu inmunda boca de sus labios !!! - se hace escuchar la helada y filosa voz de quien contempla la escena.

    - ¡¡¡ Sesshoumaru !!! – exclama con enorme sorpresa y alarma creciente Naraku al escuchar esa voz , al sentirse descubierto se aparta de un salto del chico, cuando voltea y ve el furioso e impresionante aspecto del altivo empresario comprende que está perdido.



    La sangre de Sesshoumaru hierve en ira y dolor al contemplar el cuerpo de su amante postrado en la cama al alcance de ese hombre, se lanza en una fracción de segundo sobre Naraku sin darle tiempo de nada.

    Es cuando nota que algo marcha más mal de lo que pensaba, cuando contempla como Inuyasha cierra los ojos con fuerza y gruesas lágrimas surcan su rostro, pero continúa sin decir una sola palabra ni se mueve en lo absoluto, puede notar su pecho subiendo y bajando de forma irregular y su blanca piel perlada de sudor.



    - ¿ Te encuentras bien Inuyasha ? –



    No hay respuesta alguna, solo ese creciente torrente de lágrimas. De forma imparable el dolor cede su lugar a la preocupación.

    Ya ha sujetado a Naraku y mientras comienza a golpearlo una y otra vez descargando su ira y alejándolo de Inuyasha, le pregunta:



    - ¿ Qué le has hecho maldito desgraciado ?-



    Sesshoumaru lo toma por el cuello y comienza a apretar.



    - Yo… no…hice nada – responde con dificultad Naraku por la falta de aire y con la desesperación en los rojizos ojos.



    En un movimiento desesperado por liberarse, golpea ambos oídos del peli plata con las palmas de sus manos en forma cóncava.

    Sesshoumaru pierde el equilibrio momentáneamente aflojando el agarre de sobre Naraku y posando una mano en la pared para recuperarse.

    El de rojiza mirada jadea a pocos pasos de él, inclinado apoyando las manos en las rodillas, estuvo a punto de perder el conocimiento.
    No Taisho Sama no es alguien fácil de vencer, antes de atacar nuevamente, hecha una rápida mirada a Inuyasha, posa su mano fugazmente sobre ese maltrecho rostro, puede ver ahora los golpes que ha soportado, le alarma además la inmovilidad del chico, solo persiste ese silencioso llanto a través de los ojos cerrados.


    Cuando Sesshoumaru levanta lentamente su rostro hacia Naraku, bajo su fleco relucen un par de llamaradas de dorado brillo con destellos rojizos, la mandíbula apretada, un gruñido surgido desde lo más profundo de su garganta aflora al fijar su enardecida mirada en aquel que ha osado lastimar de esa forma a quien ama por sobre todo.
    Siente además un enorme arrepentimiento por haber dudado de la fidelidad de Inuyasha, comienza a aproximarse peligrosamente, le hará pagar con su vida todo el daño que le ha causado a Inuyasha.



    - ¡ Espera Sesshoumaru, yo sólo llegué y lo encontré así, desconozco que le ha sucedido – Naraku trata de hacerse escuchar, irguiéndose poco a poco, retrocediendo paso a paso, intentando alcanzar la salida.



    La grave voz peligrosamente calmada lo hace estremecerse, jamás había visto a Sesshoumaru en ese estado, le atemoriza de verdad y eso que él no se ha enfrentado pocas veces a feroces contrincantes asì que ahora hará lo que sea necesario para salir con vida de ahí .



    - ¿ Por eso lo besabas, maldita escoria, aprovechando el estado en que se encuentra? –

    - Yo sólo lo encontré así y simplemente trataba de reanimarlo – esas palabras son la patética excusa de Naraku.



    Sesshoumaru no tolerará más sandeces ni pérdida de tiempo cuando es evidente que Inuyasha requiere atención médica inmediata. Se abalanza nuevamente sobre Naraku rodando los dos por el piso, salen dando golpes y tumbos de la alcoba del chico, se escucha a su alrededor el estruendo de objetos al romperse.



    - ¡ Me ofendes al creerme idiota ¿ Acaso piensas que no sé la clase de bazofia que eres? Te morías por tenerlo, simplemente por tu maldito deseo, simplemente penar en tocarlo te enloquecía. -


    En medio del forcejeo Sesshoumaru se pone de pie rápidamente y permite que su contrincante lo haga también.


    - ¡ Levántate maldito, no soy un cobarde para atacarte en el suelo ! Aunque ese es el lugar al que pertenece una basura como tú. El precio de lo que has hecho será esa miserable vida inútil, será el costo por atreverte a profanarlo.



    Naraku se levanta velozmente, escupiendo sangre, se limpia la boca con el dorso de la mano y encara al que fuera una vez su amigo.



    - ¡ Cómo si lo fuera a permitir ! – exclama furioso dispuesto a vender cara su vida.



    Para mala fortuna, al ponerse de pie se le ha caído la cajilla de la droga administrada por Byakuya a Inuyasha, la cual termina a los pies de Sesshoumaru quien la recoge y observa de que se trata.

    La golpiza que siguió a continuación dura varios minutos, pero sobra decir que nuevamente Naraku es superado por mucho. Sesshoumaru ya no se detiene ante nada, la furia imparable guía ahora sus acciones aunque mantenga fría y clara la mente, toda una vida de disciplina no es para menos.
    Naraku está siendo castigado sin piedad, ya solo atina a medio cubrirse torpemente cuando…



    - ¡¡ Abran, abran !! ¿Qué ocurre ahí dentro ? Somos del equipo de vigilancia ¡Takahashi San ! ¿ Se encuentra bien? - prácticamente la puerta es aporreada sin cesar.

    - ¡¡ Ineptos !! - es la fría respuesta que sale de la boca de Sesshoumaru.



    Toma nuevamente el debilitado y quebrantado cuerpo de Naraku, aferrándolo por el cuello con una sola mano, los pies de este dejan de tocar el suelo y comienza a asfixiarlo sin tregua.

    La mirada de Sesshoumaru tiene un tinte rojizo por la cólera cuando dicta su sentencia :



    - ¡ Ahora Naraku… muere! – sus palabras cortan como cuchillos el breve instante de silencio.

    - ¡¡ Abran o derribaremos la puerta!! - sin esperar más, se escucha como comienzan a arremeter contra ella.



    Y en medio de los ahogados gemidos de un Naraku en agonía y los golpes en la puerta, es una débil voz pronunciada con esfuerzo la que trae de vuelta la razón de Sesshoumaru y no es que la haya perdido, pero si logra distraerlo de su cometido.



    - ¡¡ S…esshou…ma…ru, de…ten…te o…ne…gai !! ¡¡ Te lo supli…co , no lo ha…gas !! - se escucha proveniente de la recámara.

    - ¡ Maldición! – exclama Sesshoumaru, luchando contra lo que desea hacer.



    Se escucha finalmente el estruendo de la puerta al ser abierta a golpes.
    Sesshoumaru cierra los dorados ojos un instante, los abre al escuchar nuevamente.



    - ¡¡ Sesshou…ma…ru por…favor !! –



    Abre su mano contra su voluntad, se escucha el cuerpo caer y la entrecortada y débil respiración proveniente de él.

    Entran los agentes de vigilancia en tropel, rodeando a Naraku.



    - Sesshoumaru Sama…¿ Se encuentra bien? - pregunta alguno de ellos.



    Como respuesta reciben una helada mirada que los paraliza, seguida de una orden.



    - ¡ Llévense ésta basura de mi vista y pobres de ustedes si escapa ! –



    Levantan en seguida a Naraku que se lleva las manos al cuello tratando de recuperar el aliento.
    Sesshoumaru añade:



    - Llamen a una de nuestras ambulancias… ¡ Qué venga cuanto antes! –

    - Si Señor –



    No Taisho Sama se gira rápidamente para dirigirse hacia la recámara, pero son las necias palabras de Naraku las que se escuchan en el lugar, deteniéndolo en seco, inundando el lugar con su veneno.



    - ¿ Ya se lo dijiste Sesshoumaru?- le pregunta tajante.



    Ha captado su atención y es observado por esos dorados ojos incrédulo de que aún lo desafíe.



    - ¿ Ya le dijiste a Inuyasha que él sólo fue tu premio a la apuesta hecha entre tú y yo, por ver quien lograba tenerlo en la cama primero ? – el magullado e hinchado rostro del peli negro aún luce una sonrisa de triunfo.



    Sesshoumaru retrocede a una enorme velocidad, dándole tremendo golpe en el estómago, el cual le hace que pierda el poco aire que había logrado recuperar. Lo toma por el mentón apretando con furia y le susurra:



    - ¡ Escúchame bien, estás vivo solo gracias a la intervención de Inuyasha, pero eso sólo es temporal… te lo prometo ! –



    Cuando lo suelta, este cae como pesado fardo, perdiendo entonces el sentido.



    - ¡ Llévenselo antes de que me arrepienta y acabe con él ! –



    Levantan entonces el inerte cuerpo y salen del lugar a toda prisa.






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    A Miroku comienza a extrañarle el rumbo que siguen ahora, han salido de la ciudad tomando una de las autopistas que ahora cruza un terreno accidentado entre las colinas cercanas.



    - ¿ Hacia dónde nos dirigiremos ? – exclama quedo, ya no está tan convencido de continuar ese camino, comienza entonces a disminuir la velocidad.



    Byakuya comprende lo que sucede con su acompañante cuando mira por el espejo retrovisor, el auto que le sigue comienza a rezagarse.



    - Ni creas que escaparás tan fácil – susurra Byakuya.



    Aprieta el volante y frena de golpe, gira en redondo para regresar por donde venía. Miroku confundido lo ve aproximarse, comienza a alarmarse de verdad cuando ve como aquel chico acelera conforme se acerca.



    - ¿ Pero qué le pasa a ese tipo, acaso está loco ? – exclama alarmado Miroku, analizando rápidamente la situación, buscando una ruta de escape en esa angosta carretera.



    El choque parece inminente, Miroku se prepara para lo peor, tratará de evitar el mayor daño posible para conservar la vida.
    Pero cuando parece que colisionarán de frente…justo… ¡Ahora!

    En el último momento Byakuya se desvía, Miroku hunde el pie en el freno, su auto derrapa en el asfalto, aún así parece que lo podrá controlar pero…
    … al pasar a su lado, Byakuya hace un hábil movimiento con el volante que hace golpear su auto por el costado con el vehículo de Miroku, empujándolo fuertemente , haciendo que pierda el control.

    Miroku aprieta el volante con fuerza, su auto sale sin control, los neumáticos hacen un ruidoso chirrido para perder después el contacto con la carretera.

    Byakuya observa por los espejos retrovisores como ese automóvil se pierde de vista al caer por la pendiente que bordea la carretera, dando tumbos.

    Una maligna sonrisa de satisfacción adorna su rostro mientras retoma el rumbo y la velocidad adecuada, regresando a la ciudad como si nada hubiera pasado.






    -------------------------------------------------------








    Sesshoumaru ya se encuentra al lado de Inuyasha, sólo han pasado algunos minutos desde que llegó a toda prisa al apartamento , pero le parece que ha sido toda una eternidad para poder reunirse con èl.
    Se inclina con la preocupación oculta tras su aparente calma. Posa sus dedos en el cuello de su novio, puede percibir los irregulares latidos, lo toca en varios puntos, su cuerpo se siente frío y anormalmente pegajoso por el sudor que lo cubría hasta hace poco.
    Lo arropa apresurado con la ropa de cama, no sin notar con rabia los moretones y rasguños que cubren su cuerpo.
    Aproxima su rostro al de Inuyasha que continúa con los ojos cerrados, lo cual angustia sobremanera a Sesshoumaru.


    “ ¿ Por qué tarda tanto esa ambulancia?” - lo atormenta su mente.


    Comienza a acariciar con ternura ese amado rostro, unas pocas hebras plata caen rozándolo apenas mientras se inclina para hablarle con sumo cariño.



    - Inuyasha, amor… ya pasó todo, estás a salvo ¡ Estoy contigo ! –



    Los párpados del menor tiemblan levemente, hasta que lentamente se abren dejando ver un par de vidriosas gemas ámbar que luchan por enfocar la imagen que tiene enfrente.
    Sesshoumaru intenta sonreír a pesar de la preocupación. Una temblorosa mano se levanta débil, trata de alcanzar la mejilla de Sesshoumaru, es apenas un débil roce antes de que esa mano de desplome sin fuerzas.



    - ¡ Tranquilo Inu, no te esfuerces ! –



    Inuyasha se estremece entonces.



    - ¡ Sesshou…maru…tengo frio ! –



    El mayor lo consuela posando su tibia mano en su rostro para después acomodarlo entre sus brazos pegándolo a su cuerpo para brindarle su calor.
    Lo besa con ternura, los ojos llorosos de Inuyasha lo miran fijamente cuando pregunta.



    - ¿ Tú de verdad me amas, no es así ? ¿ Verdad que es así? – suena angustiado, temeroso de la respuesta.



    Sesshoumaru vuelve a posar sus labios repetidas veces en la boca de su novio y le responde con una intensa mirada de oro fundido.



    - ¡ Con todas mis fuerzas, con todo mi ser, con toda mi alma! ¡ Te amo como jamás he amado a nadie ! -



    Al escuchar la respuesta, los ojos de Inuyasha se cierran entonces poco a poco privando de su bella luz a Sesshoumaru, quien siente una angustia creciente al contemplarlo, al sentir como si ese maravilloso ser se alejara de su lado, como si la oscuridad lo envolviera poco a poco… irremediablemente.

    Los pálidos labios de Inuyasha se abren apenas, tratando de articular palabra sin conseguirlo, para quedar después inmóvil por completo.

    Sesshoumaru desesperado lo cobija en sus brazos pegándolo aún más a su cuerpo, besándolo incontables veces, tratando de retenerlo de que no se escurra de entre ellos, sus ojos lucen húmedos cuando exclama pegando su rostro al de su novio.



    - ¡¡¡ Inuyasha, Inuyasha, no te vayas, quédate a mí lado… te amo !!! -



    Pero el silencio ya es la única respuesta que recibe, al tiempo que las lágrimas surgen de esas doradas joyas cayendo sobre la pálida faz de su amado.








    Continuará. . .



    Notas finales:
    Agradezco infinitamente su presencia, paciencia y apoyo

    ¡ Gracias también por sus reviews ! Son un enoooorme aliciente para mí, me alegra recibirlos y saber sus opiniones.
    Agradezco a mi amiga Anime Black por aompañarnos a los largo de ésta historia.

    En fin… que lo disfruten, me despido. :)

    Nos leemos.
    Bye, bye :D
     
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  11. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    ¡ Hooola a tod@s, como siempre es un gusto encontrarme con ustedes en este magnífico lugar !

    Sé que no los dejé con un muy buen sabor de boca que digamos con el capítulo anterior, así que ahora tras algunas amenazas después, les traigo la continuación.
    Estos hermanitos Kuroi Kumo han hecho de las suyas, pero ya saben, tampoco es tan sencillo meterse con los peli plateados, tan solo con el genio del guapo No Taisho y más cuando le tocan a su amorcito.

    Pero en fin, aquí los dejo con un poco más de calma…antes de otra tormenta…



    Capítulo 12

    Vivir… ¿ Para qué?





    Cuando las sombras te envuelven oscureciendo el sendero mientras caminas vacilante entre las intimidantes nieblas de tus propios miedos…
    Cuando todo lo que puedes alcanzar al extender la mano es una abrumadora soledad…
    Tan solo la memoria te juega malas pasadas, te duele el recordar aun cuando de sublimes momentos se trate, el vacío te mata, el respirar… el respirar ya no es necesario…

    Vivir… ¿ Para qué? …

    Las ocasiones en que la vida te ha brindado la oportunidad de saber, conocer, percibir los más intensos sentimientos, haciendo vibrar hasta la última fibra de tu ser, te permite gozar del enorme placer de amar, de encontrar esa luz en tu andar, de tú mismo ser quien alumbre el sendero de la persona a la que le has brindado tu corazón.
    Peor aún, cuando no has sabido apreciar ese enorme tesoro en toda su magnitud pensado que estará ahí para siempre… y en un parpadeo simplemente se esfuma ante tus ojos, se escurre entre tus dedos…

    Vivir… ¿ Para qué?...

    Es tan sencillo simplemente sentirse abatido, derrotado, abandonado en un mar de tristeza…
    Pero la vida seguirá su andar cotidiano… contigo o sin ti, desplegando como acostumbra todas las maravillas y regalos, oportunidades y elecciones, siempre a la par de toda su contraparte… en eso consiste todo, en nuestro libre albedrío, en lo que el valor de nuestro corazón elija…

    Así que… Vivir ¿ Para qué?...

    ¡ Vivir para levantarse y seguir, enjugar nuestros ojos para poder ver hacia adelante, continuar luchando, para descubrir, para descubrirnos, para crecer, para creer… para compartir.

    Porque al caer siempre habrá la oportunidad de levantarse…

    Porque habrá una soledad que compartir con alguien, para tornar mutuamente en plenitud el vacío.

    Para mejorar y llegar a ser la guía de alguien más, con la humildad para seguir aprendiendo siempre…

    Porque al descubrir nuestra propia oscuridad sabremos que a pesar de que no la vemos aún, esa luz… continúa ahí…


    “ Porque sé que tú esperas por mí, llegarás solo para mí… yo estoy hecho solo para ti…

    Porque sé que volverás a mí…”


    Vivir… ¿ Para qué?...


    Para poder amar con toda el alma y con gran intensidad… aunque sea solo una fracción de tiempo de esta eternidad.






    -------------------------------------------------------------







    El mundo no ha parado de girar, la vida misma ha dado giros y más giros poniendo de cabeza la realidad cuando todo parecía haberse acomodado de la mejor manera… al menos eso parecía…


    - ¡ Ouch, cómo duele! - se oye el quejido dentro de ese auto que ha quedado con las llantas hacia arriba.


    Las primeras luces del alba dejan ver el sitio en el que se encuentra ahora. Una leve bruma envuelve el sitio empañando los vidrios del vehículo.
    Miroku se lleva las manos a la cabeza, un dolor punzante retumba en su interior, cuando toca suavemente descubre un enorme chichón.


    - ¡ Aaaayy! – gime retirando las manos rápidamente.


    Cierra los ojos tratando de retomar la calma y el control de la situación, respira profundamente varias veces.


    - Bien Miroku, todo está bien, al menos estás vivo y eso… ¡ Ya es ganancia ! –


    Abre los ojos lentamente y contempla con más calma lo que le rodea.

    Se encuentra aún sujeto a su asiento, da unas suaves palmaditas al cinturón de seguridad y exclama sonriendo a pesar de la situación:


    - ¡ Vaya, ya decía yo que es una muy buena costumbre el usarlo! –


    Se mueve poco a poco sintiendo cada parte de su cuerpo, haciendo una rápido recuento:


    - Brazo izquierdo… bien,
    Brazo derecho… bien,
    Ambas manos… funcionando,
    Pierna izquierda… más bien que mal,
    Pierna derecha… ¡ Aaaah, me duele!

    ¡ Diablos parece que tengo la pierna rota y… atascada! –



    Suspira, forcejea un rato, puja molesto, se queja por el dolor.
    Ha logrado sacar medio cuerpo por la ventanilla y contempla el cielo azul, las alondras revolotean entre las ramas de los árboles, el aroma fresco de la mañana inunda sus sentidos mientras yace cansado de forcejear, tendido sobre la hierba húmeda por el rocío.



    - Además parece que perdí el conocimiento, pues según recuerdo todo sucedió ya pasadas las 10 de la noche y ya está amaneciendo –



    Puede ver hacia quien debe estar agradecido por haberle salvado la vida… un enorme pino que se interpuso entre él y el fondo del barranco, afortunadamente también la pendiente no es tan pronunciada como parecía mientras caía.



    - ¡ Mi respetable y añejo árbol, estoy en deuda con usted ! – dice tratando de aligerarse el desagradable momento que ha vivido - ¡ Por eso amo la naturaleza ! –



    Ya ha dejado de luchar para tratar de liberarse, solo ha conseguido lastimarse más y después de todo, aparte del chichón en la cabeza, la pierna rota y algunos golpes y moretones, todo parece indicar que se encuentra bastante bien dadas las circunstancias.



    - ¡ Maldito Byakuya, además de loco…maniaco pseudo homicida ! – exclama refunfuñando al recordar al causante de todo, su mente sin duda comienza a trabajar con mayor claridad.-


    ¡¡ Inuyasha… por Kami Sama !!

    ¡¡ Santo cielo !! ¿ Cómo se encontrará él ?

    Espero esté bien, debo avisarle a… ¿ A quién ? Sesshoumaru está muy lejos -



    Suena en ese momento el timbre de su teléfono.



    - ¡ Al menos sirve todavía ! – dice sacando el aparato del bolsillo de su camisa.- Diga –

    - ¡ Miroku, gracias al cielo! Me tenías muy preocupado, no sabía nada de ti y como no volviste pensé que algo te había pasado – la voz de Kouga suena preocupada de verdad.


    - ¡ Tranquilo Kouga, estoy bien ! Sólo tuve un “pequeño” contratiempo con mi auto, pero todo está bajo control - “ ¡ Sí claro, sólo estoy
    tomado el sol” piensa irónico Miroku, aunque lo que busca desde luego es no preocupar a Kouga.

    - ¿Qué sabes de Inuyasha ? –

    - Yo… este… aún no sé nada pero en eso estoy. Lo que yo quiero es que tú estés calmado, yo me encargo de todo ¿ De acuerdo ? Ya te lo dije, en cuanto sepa algo te aviso ¿ OK? –

    - Está bien, al menos me tranquiliza un poco el que tú estés bien – escucha la grata voz de quien aguarda por él, quien suena algo más sosegado al expresar lo que siente.

    - ¿ Sólo un poco? – pregunta Miroku con un pesar nuevo en él.

    - ¡ Bueno, bueno, me calma bastante el saber que estás a salvo, si he de serte sincero! Yo… me sentía muy… preocupado por ti – breve silencio

    - ¡ Baaka realmente me importas ! - suelta Kouga, aunque ésta vez no lo hace sin pensar.

    - ¡ Ah…sì…pues ¡ Gracias Kouga! – Miroku está gratamente sorprendido por el sincero comentario y entonces decide corresponderle – Yo también lo estaba por tì… ¡ Demonios Kouga, al día de hoy te has convertido en la persona que más me importa ¿ OK? Así que hazme un favor y no hagas tonterías… ¡ Cuídate! ¿ Si? - exclama Miroku de forma por demás emotiva.

    - Está bien Miroku… ¡ Esperaré por ti y por noticias acerca de Inuyasha –



    En cuanto corta la llamada Miroku se desploma nuevamente sobre la fresca hierba, reflexiona un poco sobre lo que acaba de suceder en esa conversación, un nuevo panorama se abre para él, mucho más rico en experiencias y sentimientos, algo que lo atrae enormemente.



    - Debo salir de aquí con vida, no importa como… no pienso dejarte esperando mi querido Kouga… ¡ Quiero vivir, vivir para…amarte con todas mis fuerzas! –



    Piensa en sus opciones, llamará a los servicios de emergencias antes de que se le agote la batería de su teléfono, pero cuando está a punto de marcar, se le ocurre una mejor idea, por el momento tal vez convenga que no se divulgue su rescate, así que marca otro número.



    - Kanna podrá ayudarme, ella sabrá lo que debe hacer, después de todo es muy capaz, no en balde le aguanta el paso a Sesshoumaru al trabajar para él –



    Suena el tono de llamada varias veces, no contestan ante lo cual Miroku mira su reloj cayendo en la cuenta.



    - ¡ Claro Miroku ! ¿ Ya viste la hora? - habla consigo mismo – son las 7:05 am , demasiado temprano-



    A pesar de todo no está dispuesto a perder más tiempo, así que marca otro número, no se dará por vencido.



    - ¡ Maldición! El teléfono de Inuyasha sigue sin funcionar – cuelga nuevamente - ¡ Piensa Miroku! … ¡ Rayos, cómo me duele la cabeza ! - cierra los ojos nuevamente.

    - ¡ Si seré idiota, no importa dónde se encuentre Sesshoumaru Sama, si le llamo él sabrá que hacer ! –



    Mientras marca el teléfono de su jefe se recrimina mentalmente:



    “ Debí hacer esto desde un principio, seguro me dará el primer lugar al premio del idiota del año… además de un estupendo regaño. ” –



    Suena el timbre… suena…sigue sonando…



    - ¡ Maldita sea Sesshoumaru contesta ! –




    En otro lugar, alguien sale de una habitación de terapia intensiva con pesados pasos y de mala gana decide contestar el teléfono.



    - Diga – la voz suena más helada de lo normal, casi gélida, apagada.

    - ¿ Sesshoumaru Sama? Soy yo… Miroku . Lamento molestarlo a su número personal, pero se trata de un asunto urgente –

    - No tengo tiempo ni ánimo para esto Miroku, llama más tarde a mi secretaria –



    Miroku escucha el tono de voz de No Taisho Sama, suena bastante molesto, fastidiado casi, pero hay algo más, de igual forma sabe que debe aprovechar la oportunidad antes de que Sesshoumaru corte la llamada.



    - ¡ Espere por favor, es muy urgente! –

    - Ya te dije que no me interesa ahora – Sesshoumaru está por colgar.

    - ¡ Por favor escúcheme… se trata de Inuyasha! – “ Y de mí desde luego” , casi grita Miroku desesperado, ha logrado captar la atención de Sesshoumaru.

    - ¡¡¿ Inuyasha?!! ¿ Qué sabes acerca de Inuyasha? ¡ Habla de una vez! – le ordena Sesshoumaru, sabe en parte lo que ha pasado con Takahashi San, pero quiere saber los detalles de todo o cualquier otra cosa relacionada con lo acontecido.

    - Han sucedido demasiadas cosas desde antes de que usted de ausentara. Lamentablemente de algunas de ellas recién me enteré… Para empezar no he podido comunicarme con Inuyasha desde ayer, lo he estado buscando sin éxito. Kouga me ha dicho anoche que él se encontraba en un enorme peligro a causa de Byakuya … -

    - ¡¿ Byakuya?! ¡¡ Habla de una maldita vez !! – lo apremia Sesshoumaru.- ¿ Qué ocurrió entre ellos dos? –

    - Pues verá, todo empezó cuando Byakuya atacó y abusó sexualmente de Kouga y dijo que después iría tras Inuyasha –

    - ¿¡ Byakuya has dicho !? –

    - Sí Señor, dejó en muy mal estado a Kouga y quedó con Inuyasha para salir a cenar juntos anoche, lamentablemente yo me enteré de la identidad del atacante de Kouga hasta anoche mismo.-



    Miroku le cuenta a grandes rasgos a Sesshoumaru lo sucedido desde el ataque a Kouga y la amenaza que pendía sobre él si lo delataba, hasta el atentado del que él mismo fue víctima y el lugar en donde se encuentra.



    -¡¡¿ Me estás hablado desde tu auto accidentado en un barranco?!!
    ¡¡ Semejante idiota!! ¿Por qué no comenzaste diciéndome eso ? – lo regaña Sesshoumaru sumamente molesto.

    - Yo… es que estaba muy preocupado por Inuyasha y temía que fuera demasiado tarde –



    Sesshoumaru mira con pesar hacìa el interior de la habitaciòn donde yace esa persona que le interesa tanto y escucha lo que Miroku le dice todavía.



    - A decir verdad también estoy preocupado por Kouga, está herido y solo en mi apartamento y desconozco de que más sea capaz Byakuya.

    - Indícame el lugar aproximado de donde te encuentras y te enviaré ayuda de inmediato. Será conveniente manejar todo en completo secreto por el momento.-

    - Eso pensé Señor, por eso le llamé a usted –



    Miroku le da los detalles sobre el lugar donde se encuentra, ya se siente más que agotado, adolorido y encima preocupado y hambriento.



    - Por cierto Miroku… Inuyasha ya está conmigo – le dice en tono inexpresivo Sesshoumaru. – volví anoche de mi viaje –

    - ¿ Ya está de vuelta? ¡ Qué excelente noticia el saber que Inuyasha se encuentra a salvo con usted ! Porque…¿ Él se encuentra bien, no es así? –

    - Tú solo ocúpate de salir vivo de ahí , te enviaré gente de inmediato para que te rescaten, así mismo mandaré personal de vigilancia para Kouga – le dice en tono serio Sesshoumaru – Yo me encargo de Inuyasha. –

    - Si Señor ¡ Gracias! - Miroku se siente mucho más aliviado al saber que sus amigos estarán protegidos, por el momento solo se ocupará de sí mismo.



    Está más tranquilo sí, pero no por completo, sabe que algo más ha sucedido, ya que si eso es posible, Sesshoumaru se escuchaba aún más serio que de costumbre.
    Por ahora no puede hacer nada más, así que cierra los ojos, dejándose vencer por un suave letargo producto de la tensión y el cansancio.





    -------------------------------------------------------







    Llegó a altas horas de la madrugada, encerrándose en su habitación de inmediato, no deseaba saber de nada ni de nadie. Lo que él ignoraba es que su hermano no llegaría esa noche para atormentarlo más.

    La adrenalina acumulada en su cuerpo debido a lo que se ha obligado a vivir le comienza a causar estragos.
    Tratando de poner su mente en blanco, se metió a la tibia agua de su tina, pero ni con eso encontró consuelo ni tranquilidad, optando mejor por salirse, se vistió a toda prisa y se dejó caer en la cama, se sentía muerto en vida. Todo por lo que ha actuado , por lo que ha sobrepasado sus propios límites, lo que realmente le importa, todo pareciera haber dejado de tener sentido, al menos por ahora.


    En pocos minutos se encuentra bañado en llanto, ese intenso torrente que se obligó a contener hasta haber terminado con lo que tenía propuesto.
    Y ahora que ya el silencio lo envuelve en su habitación, poco a poco se va haciendo consciente de lo que ha hecho…



    - ¡ Me he convertido en un asesino…oh por Kami Sama ! – le cae de peso la realidad.



    Aunque…¿En verdad le pesará lo que ha realizado? O es sólo el hecho de que todo lo que esperaba obtener ahora parece imposible… quizás son ambas.
    La realidad es que todo ha terminado mal, pero desafortunadamente es algo que sucede con más frecuencia de lo que se podría imaginar.

    Muchas de las peores locuras, las más crueles venganzas o grandes tragedias, son motivadas por arrebatos del corazón, por la ceguera y locura motivada por el amor llevado por caminos equivocados.
    Relaciones prohibidas o enfermizas en mentes débiles o desequilibradas que llevan a trastocar uno de los más sublimes sentimientos que es capaz de experimentar el ser humano.

    Byakuya lo ha vivido en carne propia, pero ahora su falta de sensatez y de cordura le ha llevado a cometer actos de los que quizás nunca se creyó capaz. Pero ahora no hay marcha atrás, deberá pagar por sus actos y encima de todo ha quedado con las manos vacías y un gran dolor en su corazón.

    Todo esto revolotea en su abrumada y adolorida mente en forma de oscuras sombras que lo estremecen desde lo más profundo.
    No le resta por ahora más que esperar a que Naraku regrese, necesita saber que ha pasado con Inuyasha, saber qué es lo que su hermano ha tenido que hacer para acallar esa inocente voz. Ese joven diseñador que ingenuamente tuvo la mala fortuna de cruzarse en el camino de los Kuroi Kumo.

    Sabe además lo que le espera, su hinchado rostro se lo recuerda.
    Las lágrimas siguen brotando sin parar, ahora vivir se le atoja una pesada carga sin sentido.
    La expiación de sus culpas… apenas ha comenzado.





    ------------------------------------------------------







    No se ha apartado un solo instante de su lado, solamente los escasos minutos que duró su llamada con Miroku.
    La espera ha sido angustiosa, cada minuto que se arrastra tortuoso en el reloj le ha parecido eterno.


    (Flash back)

    Cuando esos bellos ojos del color del más bello rayo de sol se cerraron pesados, fue como si las más espesas sombras se cernieran sobre ellos.
    Apretaba ese frío e inerte cuerpo contra sì como si con eso pudiera darle además del calor que perdía a cada minuto, la fuerza para continuar aferrándose a la vida.

    Enjugó sus propias lágrimas cuando escuchó las voces aproximarse con prisa y también apresuró a los paramédicos para que auxiliaran a quien parecía evaporarse ante sus ojos.

    Los latidos del corazón de Inuyasha se hacían cada vez más débiles, su respiración se volvió lenta y superficial. Observó atentamente y en silencio como luchaban por salvarlo… oxigeno, intravenosas, inyecciones de esto y de lo otro, lo intubaron… lo anclaron por la fuerza a este mundo.
    Sumido en la angustia bajo esa máscara de hielo, Sesshoumaru fue presa por primera vez del enorme temor de perder el sentido de su vida.

    Él que ha avanzado con pasos firmes por su solitaria existencia, él que no se doblega ante nadie, que ha probado ahora el dulce sabor del más puro y sincero sentimiento brindado por alguien tan especial y honesto, a la vez que intenso en su sentir.
    El vivir todas esas inigualables sensaciones al mismo tiempo que ha aprendido a entregar por completo lo que ha ido descubriendo de sí mismo.

    Sabe que si esa vida se detiene, si su amado Inuyasha se va sin remedio, él mismo quedará muerto en vida.
    Pero su amado novio no se ha rendido y él mismo jamos lo hace, así que continuará en la lucha, hará todo lo que esté a su alcance, blandirá su férrea voluntad y esperanza a la par de sus recursos, como eficaz arma para volver a la vida a quien tanto ama.

    ( Fin del Flash back)





    ---------------------------------------------------------







    El ruido lo despertó, escuchó como se hacía más fuerte conforme se acercaba, era el inconfundible sonido de un helicóptero.

    Miroku parpadea varias veces y vuelve a arrastrarse fuera del auto, ve su reloj, no ha pasado ni una hora desde que habló con Sesshoumaru cuando ve el enorme aparato sobrevolando la zona, agita sus brazos tratando de llamar la atención y grita pidiendo auxilio a pesar de que sabe que el ruido ahoga su voz, mero instinto de supervivencia.

    El helicóptero negro con el emblema No Taisho, comienza a volar en círculos sobre él, baja los brazos cansado pero feliz al comprender que lo han visto entre las copas de los árboles que lo rodean.


    En pocos minutos escucha allá arriba en la autopista, como se aproximan otros vehículos de rescate, al poco rato ya está envuelto en una eficaz maniobra para sacarlo de ahì.
    Los socorristas expertos en esa clase de accidentes lo liberan en un abrir y cerrar de ojos, así qué en menos de lo que piensa, lo reconfortan con palabras de aliento mientras con la pierna inmovilizada, recostado sobre la camilla y asegurado con correas ya lo llevan directo al helicóptero que ha descendido a corta distancia en un pequeño claro.

    Lo conducen al mismo hospital a donde se encuentra Inuyasha, a dónde es atendido sin pérdida de tiempo.

    Efectivamente sus lesiones no son de gravedad pero se quedará esa noche en observación. Algo muy adecuado además para Sesshoumaru, pues podrá hablar con él sin apartarse demasiado de Inuyasha.

    Así mismo Sesshoumaru ya ha girado órdenes para la atención y cuidados de Kouga.





    --------------------------------------------------------







    - ¡Malditos, no pueden retenerme, no he hecho nada ! No hay pruebas en mi contra – replica una y otra vez Naraku cuando ve entrar al jefe de los investigadores de la policía y a los abogados de No Taisho Sama.
    Pero nadie parece prestarle atención.





    ---------------------------------------------------------







    Byakuya ha dormido hasta bastante entrada la tarde, puesto que tardó demasiado en conciliar el sueño.
    La enorme carga que lleva a cuestas aunada al intenso dolor por el desprecio de su hermano han comenzado a causarle problemas, bastante más rápido de lo que hubiera podido pensar.

    Por su mente han pasado en una desordenada maraña de ideas, diferentes puntos difíciles de seguir sosteniendo en su autoengaño al que se aferra antes, durante y después del daño que ha causado.
    Ha tenido que silenciar las voces internas que le gritan repetidas veces que ha cometido error tras error… graves y aberrantes errores.

    Tan solo en el caso de Inuyasha, ese joven compañero suyo en realidad no hizo nada por voluntad propia para causarles contratiempos, de hecho lo único que él hizo en cuanto llegó a su vida del peli negro fue ofrecerle una sincera amistad y una ayuda incondicional dentro y fuera del trabajo. Sólo tuvo la mala fortuna de llamar la atención de su hermano sin dar muestras de que eso le interesara.



    “¿ Tal vez al que debería de odiar es a… Naraku ?” – pasa ese pensamiento fugaz por su mente, pero tal como aparece la desecha.

    “¡ No, eso nunca, nunca podrìa odiarlo! ¡ Yo a él… solo lo puedo…! – comienza a llorar antes de poder terminar la frase.



    Bloquea entonces cualquier pensamiento razonable y coherente, compleja como es la mente humana, vuelve a levantar su muralla para evitar desmoronarse, justificando cada paso que ha dado.



    - En cuanto a Kouga y Miroku… ¡ Simplemente se interpusieron en nuestro camino ! – exclama de forma monocorde antes de que se suma en un intranquilo sueño donde las culpas se yerguen amenazadoras atormentando su ya de por sí frágil cordura.





    --------------------------------------------------------







    Más que el dolor físico,

    Más que el miedo que por momentos lo acechó,

    Más que la rabia e indignación,

    Más allá de todo eso…

    Está el dolor de la cruel duda, el posible desengaño, el sentirse usado y humillado…

    Es la amargura del amor fugaz, del amor incierto, del amor… inexistente…

    La terrible posibilidad de que todo el increíble y maravilloso torrente de emociones, la muy grata experiencia vivida, el atreverse a aceptar el amar bajo esas condiciones descubriéndose a sí mismo, todo… podría ser absolutamente falso.

    Eso es justamente lo que está deteniendo su corazón, lo que provoca que su respiración se vuelva pesada y superficial.



    “ Yo solo vine buscando nuevos horizontes, tratando de hacer los cambios necesarios para superarme, ser un mejor profesional, una mejor persona, lograr un excelente desempeño en todos los ámbitos… una mejor vida.
    Lo que aquí encontré sin embargo rebasó todas mis expectativas, sobrepasó cualquier cosa que hubiera esperado hallar en ésta ciudad. Aun así acepté los retos, avancé aprendiendo, descubriendo.
    Y buscando mi camino, me encontré a mí mismo, me acepté tal cual soy, decidí amar bajo esos parámetros.
    Encontré a la persona más increíblemente maravillosa que jamás creí conocer y venciendo mis ataduras e ideas preconcebidas, decidí amarlo… amarlo con todo el corazón y el alma. Lo que es más…me sentí aceptado, valorado…me sentí amado de verdad.
    He sido valiente, he luchado sin reservas, me he mantenido firme…
    ¿Por qué entonces…por qué todo me abandona de golpe?
    ¿ Por qué Sesshoumaru, por qué ?
    ¿ Así que he sido solo un juego para un excéntrico millonario, un simple entretenimiento ?

    ¡ Te amo como no he amado nunca a nadie!

    ¿Debería creerte ahora?
    Cuando lo que he escuchado me ha destrozado el alma y el corazón, arrancando de tajo mis ilusiones.
    Supongo que debería creer en ti, pero justo en este momento no soy tan fuerte, no me siento tan seguro…no sé qué hacer…

    ¿ Vivir Sesshoumaru… vivir para qué ? ”




    Sesshoumaru contempla ese rostro atormentado que luce ausente, esa maravillosa persona que yace aparentemente dormido, sin embargo él puede notar los cambios sutiles en su expresión.

    Sufre en silencio a la par de Inuyasha y más cuando ve surgir las silenciosas lágrimas de los ojos cerrados, humedeciendo esa faz amada. Con delicadeza limpia esas persistentes gotas muestra del dolor que atormenta a su pareja. Toma nuevamente las manos de su chico entre las suyas y presa de terrible agonía susurra un perdón y una petición en los oídos de Inuyasha:



    - ¡ Inuyasha…perdóname, no pude protegerte de los peligros que te acechaban ! ¡ Perdóname amor mío por no poder evitarte este dolor innecesario e inmerecido, por estar ausente cuando más lo necesitabas ! – los dorados ojos húmedos como jamás lo habían estado, anegados por mudas muestras de sufrimiento.



    Así mismo recuerda las necias palabras de Naraku, rememora cómo empezó todo…
    El asunto parecía un sencillo entretenimiento, un pasatiempo fugaz, incluso hizo las modificaciones necesarias en su vida para no perder detalle, para como acostumbra, lograr su propósito.

    Y aunque ahora el recordar esto le lastima desde adentro como certeros puñales, sabe también que algo más movió sus acciones.
    Es un hecho que si no hubiera percibido algo más en ese chico, algo realmente especial, no habría llegado tan lejos para acercarse a él, es demasiado orgulloso y selectivo al respecto.

    Las palabras de Naraku aunque cercanas a la verdad, no son del todo acertadas.
    Y Sesshoumaru No Taisho lo sabe mejor que nadie…

    Ha ido tras lo que deseaba es cierto, lo ha conseguido como siempre, pero no es solo eso lo que ha obtenido, ha logrado más de lo que esperaba.
    Observando a través de esas persianas, ha descubierto mucho más de lo que imaginaba, descubriendo a Inuyasha… se ha descubierto a sí mismo.
    Amando a Inuyasha como jamás esperó hacerlo, ha encontrado para sí mismo el amor verdadero, incondicional y puro, sin privarlo de la pasión que envuelve todo.

    Y ahora… todo está escapando de su lado.

    Sufre, sufre intensamente en silencio, tras la enorme coraza que le rodea, esa que sólo su amado Inuyasha ha podido franquear.
    Besa ese rostro dormido, posa sus labios en la fría boca que permanece desesperantemente silenciosa.

    Está llegando a sus límites en ese aspecto, así que desborda todo lo que siente, lo que con todas sus fuerzas desea pueda ser percibido por quien ahora parece querer abandonarlo:



    - ¡ Te amo Inuyasha, es lo único que debes saber ahora ! No hay nada que pueda cambiar lo que siento por ti, no hay poder humano que logre destruir lo que ahora vivo gracias a ti.
    ¡ Amor mío, mi mayor y único tesoro…vuelve a mí, no te vayas, no me dejes…no sufras por mi causa !
    ¡ Vuelve, vive Inuyasha !
    Es necesario que sepas, que estés seguro de lo que siento por ti…
    Amo tu cálido cuerpo,
    Tu cascada de níveo y suave cabello,
    Tu rostro precioso,
    Tu sonrisa franca y cristalina,
    Esas joyas ámbar que son tus ojos,
    Tus manos finas, hábiles y suaves.

    Pero por encima de todo…¡ Te amo a ti ! La más pura esencia, la luz más intensa, el ama más noble, valiente y terca que me he preciado de conocer.

    ¡ Te amo a ti… Inuyasha ! -



    En ésta vida hay misterios insondables a los cuales no se les encuentra una completa explicación, hay momentos mágicos… y este es uno de ellos.
    Las sinceras palabras pronunciadas, viajan distancias enormes, iluminan profundas sombras, cruzan la fría oscuridad y llegan a su destino certeras.
    Sesshoumaru siente en ese momento como la mano que sostiene sujeta la suya con suavidad, aún si esos bellos ojos permanecen sumidos en la inconsciencia.






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    Miroku llegó al hospital en muy poco tiempo, lo sometieron a los exámenes pertinentes, tomografías, radiografías, etc. Para asegurarse de que lo único que tenía era la fractura en la pierna, una contusión en la cabeza que resultó menos grave de lo que se esperaba, además de múltiples golpes y escoriaciones.



    - Ha sido usted muy afortunado al toparse en su camino con ese árbol que nos refiere, eso y el uso del cinturón, de lo contrario tal vez no lo estuviera contando – le dice el médico que lo ha examinado.

    - ¡ Gracias doctor ! Afortunadamente lo estoy haciendo – exclama de verdad agradecido con la fortuna y con todos los dioses que invocó en su desesperación mientras caía, abarrotando seguramente con ellos su auto.

    - Permanecerá ésta noche aquí para tenerlo en observación, no queremos correr riesgos - añade el médico mientras firma el reporte.

    - ¡ No, espere doctor, yo no puedo quedarme aquí, yo… tengo a alguien…digo, algo que atender en mi domicilio ! – insiste Miroku que de verdad desea volver allá esa noche.



    Después de todo, tiene un enorme motivo de ojos celestes para regresar cuanto antes a su apartamento.



    “ Oh Kouga… ¿ Quién te preparará tu comida? ¿ Quién te ayudará a levantarte… a bañarte ? ¿ Quién te hará compañía… mi amado Kouga ? ” – revolotean esas palabras en su mente, cuya última frase lo sorprende a él mismo.


    - Lo lamento pero no puedo dejarlo salir – reafirma el doctor.



    Miroku se pone de pie con algo de trabajo, a saltitos se dirige al pequeño armario en donde está guardada su ropa para cambiarse.



    - Le firmaré los documentos pertinentes liberándolo de toda responsabilidad, pero ésta noche no puedo permanecer aquí, volveré mañana si es necesario – ya se ha enfundado los pantalones para luego seguir con la camisa.

    - ¡ No puede hacer eso Miroku San, es por su propia salud, por su seguridad – insiste el médico, aunque duda que pueda lograr algo contra la determinación que percibe en la actitud de ese joven hombre.

    - Créame que en otras circunstancias no desafiaría su autoridad, pero ahora, no hay poder humano que pueda hacerme cambiar de parecer – dice con determinación Miroku acomodando las muletas bajo sus brazos y decidido dà los primeros pasos para salir, pero choca contra ese poder humano que lo podría “convencer ” de lo contrario.



    Levanta el rostro para encarar a quien le cierra el paso, para toparse con dos dorados y helados motivos como para persuadirlo de lo contrario.
    Sin que lo escucharan por estar discutiendo, ese alto hombre ha entrado en el cuarto, la puerta estaba entreabierta después de todo.



    - Me pareció escuchar que te debías quedar aquí hoy ¿Me equivoco acaso? – pregunta esa grave e imponente voz.

    - ¡ Sesshoumaru Sama ! Yo…etto…realmente me debo ir… no puedo quedarme aquí – exclama sorprendido de verle ahí pero sin ceder en su decisión.



    Sesshoumaru lo toma con suavidad por el brazo y sin que pueda oponer resistencia, lo ayuda a regresar hasta la cama.



    - Es un logro el que estés vivo hoy aquí, así que no hagas tonterías – le reprende serio.



    Miroku se repone de la impresión inicial y decide encarar a su jefe.



    - Perdone el atrevimiento, pero me parece que ésta vez se trata de mi propia decisión y por ésta ocasión no pienso obedecerle… si lo cree pertinente incluso puede despedirme, no me importaría – dice mirándolo a los ojos.

    - Doctor…¿ Podría dejarnos solos un momento ?-

    - ¡Por supuesto No Taisho Sama ! – exclama el mèdico inclinándose respetuosamente antes de salir.



    Una vez solos, Sesshoumaru voltea hacia Miroku, quien está decidido a enfrentarlo si es necesario, aunque por dentro esté temblando por la sola idea. Ya espera el enorme regaño por parte de su jefe, pero para su sorpresa el semblante de Sesshoumaru no es precisamente de enojo como él esperaba.

    Sesshoumaru se aproxima a él y posando su mano en el hombro de Miroku, exclama con su voz serena que ahora suena además cansada mientras lo empuja suavemente para que se siente en la orilla de la cama.
    Luego él mismo jala una silla y toma asiento cerca de Miroku.



    - No tienes que preocuparte Miroku, èl estará bien –



    Miroku lo mira sorprendido casi sin comprender lo obvio.



    - ¿ Cómo ? ¡ No entiendo ! –

    - Se trata de Kouga ¿ No es así? Estás preocupado por él – afirma seguro de lo que dice el alto peli plata.

    - Pues… sí, así es – exclama apenado Miroku – pero… ¿ Cómo lo sabe? –

    - ¿ Que cómo lo sé ? – dice sin darle demasiada importancia Sesshoumaru - ¡ Simple! Lo veo en tu mirada cuando te refieres a él y por la manera en que me hablaste de la agresión que sufrió. – suspira suavemente Sesshoumaru.

    - Entonces si es así… entenderá porque debo irme – insiste Miroku.

    - Comprendo perfectamente por qué quieres irte, más de lo que puedas imaginarte- pasa sus finos dedos por entre las finas hebras plata – pero de cualquier forma no es conveniente. Mi opinión es que hagas lo que el médico te ha ordenado, aunque…¡ Claro ! la decisión es tuya. –



    Miroku está sorprendido de la actitud condescendiente de Sesshoumaru, así que solo atina a seguir escuchándolo.



    - Piénsalo de ésta manera, él está delicado de salud, necesita muchos cuidados aún y tú afortunadamente no estás tan mal, él te necesita en buenas condiciones y por él debes cuidarte –

    - Pero Sesshoumaru Sama, él tendrá hambre… necesita cuidados precisamente y yo… quiero volver a su lado –

    - Te repito, lo entiendo más allá de lo que imaginas – le oye decir a ese hombre con un tinte de profunda tristeza. - ¿ Has pensado que si algo más te sucede por tu terquedad, èl se preocupara aún más y probablemente tu regreso se aplazaría sin que tú pudieras ya evitarlo, dejándolo solo por más tiempo –



    Miroku baja la mirada, no encuentra un argumento válido ante esa palabras.



    - Kouga estará bien, te ausentarás solo ésta noche, podrás explicarle lo necesario cuando vuelvas a su lado. Por mi parte ya he girado instrucciones precisas para que sea atendido como lo requiere, se han dispuesto dos enfermeras para que se encarguen de su cuidado. Además de que ya tengo hombres custodiando el lugar sin que sean notados por él para evitar preocuparlo innecesariamente. –



    Miroku comprende que ha perdido, no hay nada que pueda argumentar más que..



    - ¡Muchas gracias Sesshoumaru Sama, se lo agradezco de verdad ! –

    - Soy yo el que debe agradecer, arriesgaste tu propia vida por tratar de proteger a Inuyasha –



    Miroku cae en la cuenta de algo más.



    - ¡ Es verdad ! ¿Cómo está él ? Supongo que bien, estando a su lado está seguro – dice Miroku, al apartar la atención de Kouga su atención recae sobre Inuyasha.



    Sesshoumaru lo observa con una mirada que Miroku no sabe identificar por completo, desviándola después y exclama con voz queda:



    - Llegué tarde Miroku – exclama casi inexpresivo.

    - ¡¿ Cómo ?! ¿ De qué habla ?- exclama alarmado Miroku.

    - Él está internado en este mismo hospital, fue drogado y golpeado, afortunadamente llegué antes de que sucediera algo más, aunque está sumamente delicado – continua hablando Sesshoumaru, aparenta una tranquilidad que está lejos de sentir. – Estoy esperando que vuelva en sí, está sumido en un coma –

    - ¡ Es justo lo que quería evitar ! – dice con pesar Miroku - ¡ Maldito Byakuya, ha causado ya demasiado daño ! Todo debido a su trastornada mente y su estúpida obsesión, esa enfermiza atracción hacia su hermano –



    Tal declaración llama por supuesto la atención de Sesshoumaru, ya tenía sus propias sospechas y certezas, pero el confirmarlo es otra cosa.



    - ¿ Estás seguro de lo que dices ? Ya que cuando yo llegué al apartamento de Inuyasha, el que estaba con él era Naraku –

    - ¿ Naraku ? ¡ No comprendo! Se suponía que con el que se vería era con Byakuya, Inuyasha mismo nos lo dijo.
    Además… ¿ Así que... Inuyasha sì estaba en el apartamento? –

    - ¿ Por qué lo dices? –

    - Porque cuando yo llegué, me encontré a Byakuya en el estacionamiento y me dijo que había ido a buscar a Inuyasha y él no estaba ahí, serían cerca de las 10:00 pm cuando nos fuimos de ahí, pues me dijo que supuestamente Inuyasha había llamado pidiéndole auxilio, después sucedió lo que ya le he contado, intentó matarme en la carretera. –

    - Yo llegué no mucho después de eso, Naraku estaba arriba con Inuyasha… es obvio que estaban juntos en esto, aunque aún no puedo probarlo. Necesito que me digas con todo detalle lo que sepas desde antes de que ocurriera todo, yo me encargaré de lo demás –



    Guarda silencio un momento, es la voz de Miroku la que vuelve a escucharse.



    - ¿ Puedo hacerle una pregunta acerca de Inuyasha? –

    - Adelante –

    - ¿ Inuyasha tiene posibilidades de despertar verdad? –



    Sesshoumaru lo mira repentinamente serio y le dice de forma casi ruda.



    - ¡ Él va a despertar me oyes, él volverá en sí ! –



    Miroku siente temor al verle, comprende que ha demostrado poco tacto al respecto.



    - ¡ Lo siento mucho ! No quise decir que no lo haría – Miroku es ahora quien posa su mano en el hombro del millonario – Estoy seguro de que seguirá luchando sin rendirse. – le dice Miroku tratando de infundirle ánimos.



    Después procede a contarle todo lo que sabe al respecto, según se lo contó Kouga y lo poco que ha podido comprobar en carne viva. Cuando termina, vuelve a recostarse en la cama, después de que Sesshoumaru sale nuevamente para dirigirse al lado de Inuyasha donde consigue estar a pesar de tratarse de cuidados intensivos, simplemente por tratarse de él.


    Se ha ausentado solo el tiempo en que debió salir debido a nuevos exámenes que le han hecho a Inuyasha. Al llegar a la habitación de su pareja, los médicos ya salen, el médico principal lo llama aparte para explicarle la situación:



    - ¿ Cuánto tardará en despertar Inuyasha ? – pregunta Sesshoumaru sin mayores preámbulos.

    - Eso es precisamente lo que nos desconcierta No Taisho Sama, los resultados de los exámenes nos indican que ya debería de haberlo hecho –

    - ¿ Entonces por qué sigue inconsciente ? – reclama saber el peli plata .

    - No lo sabemos con certeza, pero la actividad cerebral nos indica que es presa de alguna clase de sufrimiento, además basándome en la experiencia, me atrevería a decir que… ha dejado de luchar -

    - ¿ Me está diciendo que se ha dado por vencido ? –

    - ¡ Así es ! Me temo que ese es el caso –

    - ¡ No, no puede ser, él no haría algo así ! – se aferra a creer Sesshoumaru.

    - Desconozco con detalle lo que le ha ocurrido, que ha sufrido, que ha escuchado, pero es seguro que algo lo ha llevado a decidir no volver –



    Sesshoumaru se queda de una pieza, su ágil mente comprende al instante lo que ha orillado a Inuyasha a dejar de pelear contra la inconsciencia.
    Cuando percibió ese leve apretón de manos, pensó que había logrado un avance, más ahora ya no está tan convencido al respecto.

    Se despide del médico y entra a la habitación de Inuyasha, se aproxima a su cama y recorre su inmóvil cuerpo con la mirada, ya le han retirado el tubo de la garganta y ahora respira con ayuda de una mascarilla.



    - Inuyasha – susurra con enorme pesar en su mirada.- ¿Así que esas necias palabras de Naraku te han causado tanto daño que ahora te has rendido?-



    Pasa su mano por la frente de su chico, despejando su rostro de sus blancos cabellos.



    - No tengo la certeza de que me escuchas, pero me inclino a creer lo que los especialistas dicen al respecto y solo deseo que de verdad escuches mis palabras… sé que con seguridad te sientes herido, traicionado por mí. Me pesa sobremanera saber que me creas una de las causas de tu sufrimiento.

    Como te dije antes…

    ¡ Te amo, de verdad te amo, de eso no tengas la menor duda !
    Pero ahora lo importante es que encuentres el camino de regreso, que actúes con valentía.

    ¡ Tienes que luchar Inuyasha ! ¿ Me escuchas? - Ya se ha sentado a un lado del diseñador y entonces comienza a hablarle en un tono más enérgico:

    ¡ Semejante necio, terco como pocos !

    ¡¡ Baka Inuyasha !! Tal vez haya sido un error el que me ames, resultando herido por mi causa…

    ¡ Pero no dejaré que te des por vencido ! ¿ Me oyes ?

    Vales demasiado, eres un ser humano increíble como para que prives a este mundo de tu presencia, eres demasiado especial - La voz de
    Sesshoumaru amenaza con quebrarse, algo que no se permitirá así que se recompone :

    - ¡ Déjame de amar, si el amarme te daña !

    ¡ Olvídate de mí, aléjate de mí lado ! Pero te pido… no… ¡ Te exijo que no te rindas Inuyasha !

    ¡¡ No seas tan cobarde !! - exclama sumamente molesto debido a la preocupación, por la sola idea de que Inuyasha no vuelva a despertar jamás, antes que eso suceda está dispuesto a separarse de él, para no causarle más daño.



    Recarga su cabeza en el pecho de Inuyasha, dejando salir algunas lágrimas que han logrado escapar a su férrea voluntad que ha tratado de contenerlas.



    Pasa algo de tiempo…¿ Quién puede saber cuánto ? Cuando con un enorme sobresalto Sesshoumaru siente como lenta y suavemente una fina mano se posa en su cabeza acariciando su sedoso cabello plata.



    - ¿ A quién… demonios llamas… cobarde ? – escucha con enorme regocijo la débil pero clara voz que susurra molesta a través de la mascarilla de oxígeno.



    Sesshoumaru levanta el rostro rápidamente y sus húmedos ojos se topan con esa dulce aunque airada mirada que temió no volver a contemplar.

    - ¿ Pues a quién más si no a ti ? ¡ Semejante tonto, no sabes lo preocupado que estaba por ti ! –



    La mano de Inuyasha se dirige temblorosa a ese rostro que temió no volver a ver y con delicadeza limpia con sus dedos esas lágrimas que ahora surcan esas tersas mejillas y han sido derramadas por él.



    - ¡¡ Me alegro tanto de volver a verte Sesshoumaru !! Por un momento temí… ¡ Oh Sesshoumaru tuve miedo de no volver a verte ! – exclama Inuyasha, ahora son sus ojos lo que se ven anegados.



    Sesshoumaru se aproxima más a él y deposita un cálido y tierno beso en esos bellos labios que han recobrado levemente ese hermoso tono rosado que los caracteriza.



    - ¡ Calla Inuyasha, no lo digas ! – musita quedo Sesshoumaru aún posado sobre sus labios – Eso no ha ocurrido, lo importante es que ahora estás a salvo y estamos juntos de nuevo … ¡ Ahora debes descansar para que te recuperes por completo –



    Inuyasha baja la mirada, trata de ocultar el oscuro pesar que ahora le acompaña.



    - Aunque hay muchas cosas que deberás aclararme Sesshoumaru – le dice en voz baja.



    Cuando Sesshoumaru dirige sus dorados ojos a los del chico, nota sin embargo un trasfondo de tristeza y dolor, comprende de lo que habla.



    - Ya habrá tiempo para eso Inuyasha ¡ Te lo prometo ! Pero ahora necesitas recuperarte de todo esto – le dice Sesshoumaru besándolo en la frente.



    Inuyasha cierra los ojos, ya no puede contener las lágrimas que ahora se desbordan.



    - ¡ Jamás esperé esto de Byakuya ! –

    - No hables de eso amor, ya lo harás después –

    - Tienes razón Sessh, me siento cansado –



    Sesshoumaru se dedica a enjugar esos bellos ojos con sus suaves labios, bebiendo ese llanto tratando de alejar ese dolor que atormenta a su chico.



    - ¡ Te amo Inuyasha, no lo dudes jamás ! –



    Como respuesta, su amado solo suspira profundamente antes de caer vencido, pero ésta vez se trata sólo de un reparador sueño. Sesshoumaru toma nuevamente su mano y la sostiene velando por èl, sin soltarla ni un solo momento.






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    - Naraku, Oniisan ! ¿ Dónde estás ? – gime entre sueños Byakuya hecho un ovillo bajo las mantas, presa de inquietantes sueños que estremecen su mente- ¡ Tengo miedo Oniisan , no me dejes sólo ! –


    La imagen de alguien que ya no es un chiquillo, lamentándose de esa manera es casi patética, pero sólo él sabe el tormento a que lo está sometiendo su atormentada mente y su adolorido corazón.

    Despierta en medio de un sobresalto, jadeando desesperado a causa de lo que sus sueños le mostraban.
    Se levanta tembloroso aferrándose con ambas manos al colchón, su cuerpo está cubierto de sudor.

    Ya es entrada la tarde, se levanta y se da un baño, después de vestirse sale de su habitación. Sabe que no puede aplazarlo más, tarde o temprano tendrá que enfrentar a su hermano, escuchar toda la clase de horribles cosas que con toda seguridad le gritará… quizás llegue incluso a los golpes otra vez.

    Pero se arma de valor y se encamina a la alcoba de su hermano, prefiere encararlo y pasar por ese amargo momento a no verle más.
    Tímido toca a la puerta, pero pasados unos minutos no obtiene respuesta, vuelve a llamar más fuerte, pero obtiene el mismo resultado, así que decide entrar hallando la recámara fría y vacía, todo parece indicar que él no volvió anoche a dormir.

    Alarmado sale de ahí para buscarlo por el apartamento, que es amplio, pero no le toma más que unos pocos minutos recorrerlo. Se sienta en el sillón con la cabeza agachada y sumamente preocupado.



    - ¡ Todo esto es mi culpa ! Si algo le ha ocurrido a Naraku, jamás me lo perdonaré –



    Así que una nueva y enorme carga se suma a su ya de por sí atribulada conciencia.






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    Ya han pasado dos días e Inuyasha ha ido mejorando paulatinamente y de forma satisfactoria, la droga finalmente está abandonando su sistemas gracias a los enormes cuidados, las grandes cantidades de soluciones salinas vía intravenosa, atención médica de primera, pero sobre todo lo más importante para el joven diseñador ha sido la solicita y cálida compañía de Sesshoumaru, quien solo se ha ausentado por cortos periodos atendiendo a los reclamos de sus obligaciones, ha aplazado y relegado a su personal tantos asuntos como ha podido tan solo para poder estar con quien lo necesita ahora más que nunca. A pesar de todo sabe que no todo entre ellos está bien, algo ha empañado su felicidad, algo impalpable e invisible que se cierne oscureciendo su antes dichosa relación.

    Pero por el momento solo se aleja cuando de verdad es necesario, como ésta mañana en que el mayor de los peli platas le ha explicado al menor que tardará un poco más en volver, pues tiene un asunto que atender, algo que no puede dejar de lado. Aunque como ya es habitual, lo ha dejado fuertemente custodiado, Sesshoumaru no piensa correr más riesgos.






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    Miroku por su parte, regresó ayer más que ansioso por volver a estar al lado de Kouga, a pesar de lo hablado con Sesshoumaru, no había dejado de preocuparse por él.


    (Flash back)

    En cuanto llega a su apartamento, puede darse cuenta de que Sesshoumaru ha cumplido como siempre lo que promete de forma excelente.
    Desde luego que lo que el millonario no pudo evitar, es el hecho de que Kouga se encontrara de igual forma que Miroku, sumamente preocupado por no saber nada, nadie le da mayores explicaciones, según le han dicho, ya se ocuparía de eso Miroku personalmente a su regreso.
    Cuando Kouga ve llegar a su anfitrión y amigo, andando en muletas y con vendoletes y parches por aquí y por allá, Miroku simplemente no puede evitar que quien aguardaba por él, se levantara ignorando el esfuerzo que eso le causaba y se lanzara hacia él para recibirlo con un enorme abrazo.



    - ¡Cuidado baka ! – exclama Miroku tambaleándose peligrosamente en las muletas, rodeándolo con uno de sus brazos, pero no puede ocultar tampoco la expresión de felicidad en su rostro.



    Miroku apoya cariñosamente su barbilla sobre la cabeza de Kouga que ha ocultado su rostro contra ese tibio pecho.



    - ¡ Miroku, te extrañé tanto, estaba tan preocupado por ti, el no saber nada me estaba matando ! – la voz brusca de Kouga se escucha preocupada.

    - ¡ Y yo a ti Kouga, te extrañé demasiado ! – explica Miroku apartando ese bello rostro tras tomarlo entre ambas manos, para contemplarlo directo a los ojos. – No tienes idea de lo ansioso que estaba por volver a tu lado, pero los médicos y Sesshoumaru me impidieron hacerlo, necesitaba permanecer una noche en el hospital, solo me atreví a hacerlo cuando Sesshoumaru Sama se comprometió a encargarse de que todo estuviera bien contigo y según puedo ver no te ha ido nada mal. – exclama Miroku al contemplar cómo es atendido Kouga en seguida por una guapa enfermera que le ayuda a tomar asiento nuevamente después de colocar una mesa auxiliar con una charola en la que luce un almuerzo realmente espectacular.

    - Guapa señorita, sería mucho pedir uno igual para mí – exclama Miroku con su encanto habitual mientras señala los alimentos de Kouga.

    - Desde luego, en seguida se lo traigo – responde amable la enfermera saliendo de la habitación, seguida por la pícara mirada de Miroku.

    - ¡ Ejem, ejem ! – escucha carraspear disimuladamente a Kouga haciéndolo voltear hacia él.

    - ¡ Oh Kouga, lo siento ! Es que tengo mucha hambre – exclama apenado y sonrojado Miroku.

    - ¡ Claro, claro ! – le responde simulando enojo Kouga, aunque después no pueden evitar el reír juntos con ganas.



    Después almuerzan juntos, uno muy cerca del otro, sus miradas se encuentran de vez en vez, ante la enfermera que finge no darse cuenta y se dedica únicamente a hacer su trabajo de forma amable. La expresión en sus rostros ha cambiado, incluso un leve rubor cubre sus mejillas cuando “accidentalmente” sus manos se rozan de vez en vez y “charlan” una secreta conversación sin decir una sola palabra.

    Desde luego se dejan consentir sin reservas por el personal enviado por Sesshoumaru, el cual consta de dos enfermeras y una doncella que se encargará de todo lo relacionado con el orden del apartamento de Miroku, aparte del personal de vigilancia que permanecerá montando guardia hasta nuevas indicaciones.


    A lo largo del día, sutiles y cómplices sonrisas acortan calladas la distancia existente ellos, confirmando que entre ese par de jóvenes hombres ha surgido de la desgracia y el dolor algo más fuerte e inquebrantable que una sencilla amistad.







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    Sesshoumaru por su parte se encuentra en las oficinas del cuerpo especial de investigación de la policía, la cual se encarga del caso de Naraku.
    Ha llegado a un acuerdo con los investigadores, lo cual desde luego no significó un problema para él.

    Naraku se encuentra recostado en el camastro de su celda provisional, cuando los guardias llegan por él para entregarle su ropa, esperan a que su confundido prisionero se cambie y lo sacan esposado del lugar.

    Luce cansado, sus rojizos ojos enmarcados por violáceas ojeras que los hacen lucir más malévolos.
    Cuando llegan a la oficina del investigador que conduce el caso, nota enseguida a los altivos abogados de Sesshoumaru no Taisho.



    - Recoja sus cosas, puede retirarse, no hay cargos en su contra – le dice ese hombre con seca voz.



    Naraku casi lo asesina con la mirada.



    - ¿Así simplemente?... solamente un… “Usted disculpe, nos equivocamos, puede irse ” ¿ Eso es todo ? - puja tremendamente molesto antes de continuar - ¡ Malditos bastardos, se los dije, se los grité todo el tiempo !
    ¡ Yo no había hecho absolutamente nada ! Y ustedes simplemente me ignoraron…¡ Claro, pesaron más los millones de ese engreído No Taisho…¡ Maldito perro de pelo blanco ! –suelta con profundo rencor - ¡ Pero ya se enterarán de quien soy yo, ya les visitarán mis abogados ! –

    - Yo que tú no tentaría mi suerte…Naraku ! – se escucha la grave voz de quien entra en ese momento a la oficina acompañado del jefe de toda el área.

    - ¡¡ Tú maldito bastardo, mal amigo, me las pagarás !! –

    - ¿ Me amenazas, tú…a mí ? – exclama sarcástico Sesshoumaru mirándolo con penetrante mirada, haciendo sentir a ese hombre de rizado cabello oscuro un siniestro escalofrío recorrerle la espalda.

    - Serà mejor que se comporte o nos veremos precisados a volverle a encerrar – le dice enérgico el hombre de gafas que acompaña a Sesshoumaru.



    Naraku recapacita rápidamente, está en suelo pantanoso, más le vale calmarse y largarse cuanto antes, percibe la disimulada amenaza que esos dorados ojos le envían como un gélido y mortal soplo.



    - No Taisho Sama ha retirado los cargos, ahora será mejor que se vaya, debería estar agradecido – le dice serio el dueño de la oficina.

    - ¡ Yo no le debo nada a ese malnacido ! Simplemente me sueltan porque no hay nada en mi contra – exclama con una cínica y oscura sonrisa en la boca.



    El hombre continua como si no hubiera escuchado nada:



    - Hemos encontrado al agresor de Takahashi San- comienza a explicar el detective a su superior, lo cual hiela la sangre de Naraku que ahora le pone toda su atención, ante la atenta mirada de Sesshoumaru.



    Kuroi kumo sabe lo valioso que es el silencio en esos casos, así que se dedica a escuchar solamente.



    - Resultó ser un bandido de poca monta, un desgraciado de edad madura que entró según parece a robar, aprovechando que un amigo de la víctima había salido por unos momentos. De cualquier forma ya se encuentra tras las rejas –



    La sonrisa de Naraku se hace más notoria cuando exclama al tiempo que recoge sus cosas que le entregan dentro de una bolsa plástica y le retiran las esposas.



    - ¿ Así que el gran e infalible Sesshoumaru No Taisho se equivocó ésta vez ? – se frota las muñecas donde han quedado unas leves marcas rojizas.



    - ¡ Sólo lárguese de una vez !- lo apremia el detective de menor rango.



    Los guardias se aprestan a hacer que eso se cumpla, pero Naraku los aparta levantando casi con asco las manos.



    - ¡ No se atrevan a tocarme otra vez, yo puedo hacerlo solo ! –



    Echa una última e insolente mirada a Sesshoumaru quien lo observa inexpresivo y sale arrogante de la oficina.


    A sus espaldas, esos dorados ojos observan fijamente a ese que ahora es su enemigo y una muy sutil sonrisa asoma a esos perfectos labios.






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    Cuando cae la noche, Sesshoumaru No Taisho ya se encuentra otra vez al lado de Inuyasha que afortunadamente sigue mejorando.






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    En otro lugar Kouga y Miroku ya se encuentran en calma, ha sido un día apacible y francamente se han dejado mimar un poco olvidándose de todo o casi, pues es evidente a la situación con Inuyasha los mantiene con un buen grado de preocupación. Sin embargo Miroku ha logrado calmar un poco a Kouga al convencerlo de que Sesshoumaru hará todo lo posible por ayudar a Inuyasha a recuperarse.


    - Ni siquiera puedo ir a ver a mi amigo – se lamentaba Kouga por la mañana.

    - Entonces, ese puede ser un buen aliciente para que te cuides y así podremos ir pronto a verle. –

    - Si tan solo no hubiera callado lo que sabìa…- exclama con pesar el mejor amigo del peli plateado.

    - No tiene sentido que te culpes, tu situación era bastante delicada, sólo tratabas de protegerlo- trata de reanimarlo Miroku

    - Pues no resultaron nada bien las cosas – baja su celeste mirada tratando de ocultar su pesar, pues es un hecho que por Inuyasha siente un muy fuerte aprecio.

    - No te tortures más, no tiene ningún sentido, anda terminemos de cenar, lo mejor será dormir y descansar para recuperarnos pronto, así por lo menos podremos visitarlo – dice con su serena voz Miroku, haciéndole comprender que eso es lo mejor por ahora.



    Miroku se despide de él, para después dirigirse a la sala y dormir en uno de los sillones como lo ha estado haciendo.

    Sin embargo a los pocos minutos de haber salido de la alcoba, Miroku escucha la voz de Kouga llamándole.



    - ¿ Qué ocurre Kouga? – pregunta Miroku quien llega tan pronto como sus muletas se lo permiten - ¿ Te sientes mal Kouga ? –

    - No, no es eso Miroku – responde desde la cama con una leve sonrisa, mirándolo fijamente.



    Miroku se voltea para hablar con la enfermera que se queda de guardia, quien se ha aprestado para auxiliarlos de ser necesario.



    - Yo me encargo, gracias – tras lo cual la chica hace una leve inclinación y se retira.

    - ¿ Se te ofrece algo ? – le pregunta Miroku a Kouga aproximándose a su lecho.



    Kouga lo toma entonces de la mano y con voz suave expresa lo que necesita.



    - Sólo quería decirte que no tienes por qué dormir en el sillón… tu cama es bastante amplia ¿ Sabes ? Me parece que cabemos los dos – le dice con un leve tono carmín en las mejillas, el cual es pronto compartido por el rostro de su amigo.

    - ¿ Qué quieres decir ? – pregunta apenado y curioso Miroku.

    - Que lo que necesito, que lo que me gustaría ésta noche…es que tú también descanses… aquí en tu lecho…conmigo –

    - Kouga…¿Estás seguro de eso? Podrìa lastimarte – exclama Miroku, aunque no parece que sea el único motivo de el repentino sonrojo en su rostro.

    - ¡ Mira quién habla ! “El hombre saludable en persona” – se burla Kouga relajando el momento - ¡ Anda ven ! - le dice jalándolo de la mano hacia el lecho - ¡ Vamos, no soy el lobo hambriento que amenaza con comerte ! –



    Así que Miroku sin necesitar mucha insistencia, se tiende con cuidado al lado de Kouga, cuidando de que ninguno de los dos salga lastimado.

    Sin embargo una cosa lleva a la otra, Miroku arropa con ternura a Kouga, quien se acurruca cerca del tibio cuerpo de su ahora compañero de cama.

    La sensación de esa cercanía es tan agradable, muy distinta a la que Kouga sentía al lado de Byakuya, ésta es abrigadoramente sincera, verdadera. Así que lentamente rodea a Miroku con sus brazos.
    Miroku a su vez se acomoda de lado para poder dar mejor cobijo entre ellos a Kouga…sin lastimar su pierna.

    Sus respiraciones como es natural se inquietan un poco, sus manos comienzan a moverse, primero casi imperceptiblemente, pero luego con mayor confianza empiezan a prodigarse lentas y tiernas caricias, percibiendo la tibieza y suavidad de la piel de quien yace a su lado.
    Sus miradas se encuentran, sus barreras se han hecho añicos…


    - Supongo que se venía venir…¿ Ne Kouga? – susurra lentamente Miroku.

    - Supongo que sí – suspira Kouga.



    Miroku tiene ahora el mismo intenso brillo en sus ojos azul profundo, el mismo que observa en la mirada celeste de Kouga.
    Suave, muy suavemente Miroku lo toma por el mentón, Kouga puede ver como ese calmado rostro se aproxima al suyo, un leve temblor recorre ambos cuerpos cuando sus labios encuentran el camino, cuando se unen en una suave y tierna caricia mutua, cerrando los ojos… gozando el momento.

    Sus cuerpos se amoldan a la perfección, sólo besos y caricias, sólo el cobijo y consuelo que se brindan mutuamente… sólo eso necesitan por el momento.

    Entrelazadas sus almas, se abandonan en los brazos que ahora se abren para ellos.






    ---------------------------------------------------------








    Cuando Naraku llegó a su apartamento, no podía creer lo afortunados que eran, habían quedado libres de sospecha de una forma casi absurda. Del pobre diablo que resultó inculpado, simplemente no le interesa saber nada.
    Byakuya sale a su encuentro, contento de oírlo regresar, pero su entusiasmo se evapora, decide no demostrarle el gusto que siente, se detiene antes de llegar a él y lo mira con recelo a cierta distancia, desde el otro lado de la sala.


    - ¿Estás bien? – pregunta sin embargo, preocupado al observar el semblante desmejorado de su hermano.



    Uno y otro contemplan en sus rostros los estragos que han causado los acontecimientos de los últimos días en ellos.
    Naraku observa a su hermano, sintiendo sus culpas removerse en su interior, sabe que siempre ha tratado de cuidarlo, pero sabe también que le ha causado mucho daño, recuerda la última vez que se vieron y algo semejante a remordimiento cruza por su mente. Aún se nota el rastro del golpe que le propinó en la mejilla, un leve tono violáceo se deja ver en su pálida piel.

    Sabe mejor que nadie, lo que en el fondo siente por él, aun cuando sabe que no debería de ser así.
    Se aproxima lentamente sin decir palabra a su hermano menor, posa su mano en el rostro maltratado por él mismo, Byakuya tiembla levemente, atemorizado sin duda cierra los ojos esperando el violento regaño del que seguramente será víctima.



    - ¡ Tranquilo Byaku chan, no te haré daño ! – Le susurra en el oído su hermano mayor.



    La frágil mente de Byakuya no comprende, por un instante su hermano se muestra agresivo y violento y luego le demuestra ternura.
    Siente como internamente se balancea peligrosamente su equilibrio emocional y mental.

    Pero se ha sentido tan mal, ha tenido tanto miedo de perder a su hermano, que por ahora se aferra a ese frágil apoyo que le ofrece Naraku por el momento.



    - Ya hablaremos después sobre lo que has hecho Byakuya, ya te reprenderè por eso de la manera que yo elija. –



    Su mirada tiene un oscuro brillo, casi como el aura que ahora despide , lo cual no deja de causarle miedo al menor de los Kumo, que agacha la mirada y no logra ver el halo de lujuria que ahora domina esos ojos carmines.



    - ¿ Qué ha sucedido, qué pasò con Inuyasha? – pregunta Byakuya sin poder contenerse más.

    - ¡ No lo sé ! Sesshoumaru llegó antes de que me deshiciera de él y supongo que lo puso a salvo, aunque no estoy del todo seguro al respecto, pero ya lo averiguaré. –

    - Con la dosis que le di… sus posibilidades de sobrevivir son prácticamente nulas – dice en voz baja Byakuya.

    - Eso ya lo sabré después – exclama Naraku mientras lo conduce hasta uno de los sillones donde se sientan, Byakuya apoyado en el hombro de su hermano.

    - Lo único que me importa ahora, es que hemos burlado a Sesshoumaru, se ha quedado con un palmo de narices y además han aprehendido a algún idiota que de alguna manera se vio implicado en el asunto, por esa razón tuvieron que soltarme hoy –

    - ¡¿ Te tenìan arrestado ?! - exclama preocupado Byakuya.

    - ¿ Y qué esperabas que hiciera Sesshoumaru, que me felicitara ? – le responde molesto Naraku.

    - ¡Lo siento Oniisan! –

    - Simplemente no pudieron detenerme por más tiempo por falta de pruebas. Deberías de haber visto la cara de Sesshoumaru cuando tuvieron que dejarme ir. Desde luego eso me hace pensar en que Inuyasha está fuera de combate y no pudo decir nada. - dice pensativo Naraku.

    - Seguramente no sobrevivió – completa Byakuya.

    - De cualquier forma, él ya no podrá ser mío – dice con rencor Naraku – ahora tendré que buscar un remplazo que valga la pena – exclama mirando a su hermano de forma perturbadora.



    Naraku se levanta del sillón y jalando a su hermano de la mano le dice:



    - Por ahora todo lo que deseo es darme un muy buen y largo baño y descansar, así que…¿ Me acompañas ototo? – la mirada de Naraku lo recorre por entero.



    Byakuya sabe que no puede negarse, además de que no desea hacerlo.



    - Sí Oniisan, será un placer .- responde con un hilo de voz.- “ ¿ Qué ha sido lo que nos ha orillado a tomar este camino sin retorno Naraku ?” – piensa mientras camina de la mano de su hermano – “ Me pregunto si a pesar de todo, lo nuestro es posible” – sus pensamientos son interrumpidos cuando escucha la voz de su hermano.

    - Mañana mismo comenzaremos a buscar un nuevo lugar para vivir, después de todo no sé cuánto tiempo nos dure la buena suerte, tenemos que irnos lo antes posible de aquí -

    - Imagino que tienes razón hermano. –

    - Por ahora ototo, le hemos ganado la partida a Sesshoumaru, podemos vivir tranquilos si sabemos cómo hacerlo– dice sonriendo Naraku con un brillo maligno en la mirada.











    Continuarà . . .


    Notas finales:

    Así quedarán las cosas esta vez, no desesperen mis vengativas lectoras, ya me encargaré de hacer justicia.
    Calculo que nos quedan dos o tres capítulos, a menos que los personajes se pongan inquietos y pongan a trabajar mi imaginación, pero a mi modo de ver esto ya casi llega a su fin.

    Nos leemos.

    Bye, bye :D
     
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  12. anime black 53
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    siiiii, inuyasha se salvo aunq no estoy contenta de q b
    esos hermanos se hayan atrevido a atacar a mi lindo inu-chan eso no se los perdonare lo bueno esq ya esta con senssh, espero ansiosa la conty nos vemos pronto cuidate muxo.

    bye,bye. n.n
     
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  13. Hoshi no Hikari
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    Hooola Anime Black !!
    Me da un enorme gusto saludarte :=starss:
    Sí, ha sido un enorme alivio el que Inu se salve
    Y los Kumo se han salvado y están tan tranquilos... o eso creen.
    Mejor te dejo la continuación

    ¡ Que la disfrutes!

    Nos leemos
    Bye bye :D
     
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  14. Hoshi no Hikari
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    Aclaraciones del capitulo:

    Antes que nada…. ¡Hooola a tod@s ! …

    Prácticamente ya estamos en el desenlace, según me parece el próximo capítulo será el final, así que no se lo pierdan. :)

    Aquí están éstos personajes, que no son míos, haciendo cosas que sí se me ocurrieron a mí, veamos que planean esta vez ( incluyendo el toque de lemon) .
    Les aviso que les puse dos canciones solamente para ambientar, yo las escuchaba mientras escribía esas partes de la historia.










    Capìtulo 13

    “ Luz y sombra”








    Y todo parecía transcurrir como siempre, como si todo hubiera vuelto a la normalidad.

    Curiosos espejismos que engañan a nuestra mente, aunque deberíamos admitir sin duda que la mayoría de las ocasiones ese artilugio funciona sólo porque nosotros así lo permitimos, así lo queremos o así lo necesitamos.
    Cuando el engaño luce convincente haciéndonos sentir falsamente tranquilos, es cuando con mayor frecuencia nos toma desprevenidos, cuando finalmente nos damos cuenta que solo hemos pretendido ocultar lo evidente, maquillando la realidad a nuestro gusto.

    Y es cuando resulta demasiado tarde para querer negar lo que a nosotros se muestra con cruda y cruel realidad…







    ----------------------- Hoshi -------------------------------








    Han pasado ya dos meses desde el terrible incidente de aquella noche en contra de Inuyasha.

    Èsta fría noche de otoño, èl se encuentra acomodando algunas cosas en su apartamento, tal como aquella ocasión lo hiciera… pero ésta vez no es la alegría ni la novedad la que lo embarga, así como tampoco es en Tokio donde se halla.

    Varias cosas han cambiado últimamente…



    (Flash back)

    Después de su recuperación que resultó más rápida de lo que se esperaba, Inuyasha se empeñó en retomar su vida a como era antes del ataque de que fue víctima por parte de quien se decía su amigo.


    ¡ Lo intentó, vaya que lo hizo !


    En cuanto fue dado de alta, se reincorporó a su trabajo, pero a insistencia de Sesshoumaru no regresó a laborar a las oficinas. Su novio lo convenció de permanecer oculto por un tiempo, pues según le dijo, convenía que los Kumo lo creyeran muerto por su propia seguridad.
    Así que trabajaba en el estudio de su apartamento, Sesshoumaru intentó persuadirlo sin lograrlo, le dijo que no era necesario que lo hiciera, que él se haría cargo de todos sus gastos, cosa que desde luego Inuyasha rechazó terminantemente, su orgullo le dolía de solo pensarlo.
    Sesshoumaru entonces arregló todo con su personal de mayor confianza para que le facilitaran las cosas a Inuyasha, cubriéndolo frente a los demás. Algo muy similar se efectuó con Miroku, haciéndolo desaparecer al menos temporalmente de escena.

    Pero a la vez de que seguía con su vida, su menteque ya había empezado a desglosar todo lo que le había sucedido, comenzó a ser más consciente y a ver de forma más clara de todo lo que había pasado, lo que había vivido, lo que había escuchado y empezó a sentir una creciente necesidad de alejarse de todo y de todos.

    Necesitaba tiempo y espacio para aclarar su mente y sus sentimientos. El regocijo que experimentó por volver a ver a Sesshoumaru, por casi volver de la muerte, era genuino al igual que el enorme amor que le profesa.

    Pero el amor es a veces demasiado complejo, pues en ocasiones exige respuestas donde no es fácil hallarlas o donde sería mejor no buscarlas.
    Y para Inuyasha eso fue como un poderoso miasma, un veneno en el alma, inyectado de forma certera por los Kumo en el centro mismo de su corazón.
    Así que sin realmente proponérselo, se fue mostrando cada vez más distante y frio con Sesshoumaru, quien lo contemplaba en silencio quizás comprendiendo la confusión interna que agobiaba a su amante, de la cual el mismo Inuyasha lo mantenía apartado.



    Sucedió una fría noche en la que el viento soplaba con insistencia su triste y melancólica canción de otoño…

    En cuanto Inuyasha vio luz en el apartamento de Sesshoumaru, se encaminó hacia allá, acallando por la fuerza el creciente dolor que comenzó a punzar en su pecho, aviso certero de que lo que iba a hacer era casi un suicidio, sabía perfectamente que el amor no es un sentimiento para tomar a la ligera, que no se le borra del corazón así como así, pero así mismo tampoco estaba dispuesto a continuar de la misma forma por tiempo indefinido, con las innumerables dudas atormentando su mente.
    El momento de hablar se había aplazado demasiado, ambos peli platas se habían dejado absorber casi por completo por el trabajo, los dos sabían que tendrían que enfrentar sus demonios, admitir la verdad fuera cual fuera.


    Sesshoumaru acaba de dejar su portafolio en su despacho, se dirige a su alcoba para ponerse una ropa más cómoda, planea visitar a su amado vecino de enfrente, hace ya dos días que apenas si se han mirado a través de las persianas, ahora parece que la distancia que media entre ellas hubiera aumentado.
    El alto millonario en su camino de regreso de la oficina se ha detenido en una enorme tienda de dulces para comprarle a su chico un buen surtido de pockys, pues debido a que Inuyasha ya no asiste a la oficina, la costumbre de dejarle su golosina favorita en su mesa de trabajo ha caído en el olvido.

    Antes de salir de su alcoba,toma la bolsa con las cajillas de pockys de sabores surtidos y baja las escaleras, a la par que comienza a pensar en cómo la rutina parece haberlos absorbido, ahora puede darse cuenta de que es absurdo el que haya sucedido así…¿ En qué momento se han dejado arrastrar por ella relegando su relación a un segundo lugar ? Algo tan intenso, tan autentico a pesar de las circunstancias que los han rodeado, parecía casi imposible que eso pasara, sin embargo ha sucedido. Pero sabe también que no es demasiado tarde para enmendar los errores.

    Aunque al mismo tiempo al analizar una y otra vez sus sentimientos, no hay lugar en lo absoluto para la más mínima duda, sabe perfectamente que él no ha dejado de amar a Inuyasha, su amor no ha disminuido ni un ápice.
    Pero tampoco puede negar que ha permitido la distancia entre ellos, con la finalidad de darle tiempo a Inuyasha, no pretende agobiarlo, no quiere ahogarlo, después de todo aun cuando con él ha cedido bastante como no lo ha hecho con nadie más, está consciente de que Inuyasha también tiene su carácter y requiere moverse con cierta libertad.

    Además de que por nada de este mundo desea lastimarlo y si su chico decide que quiere saber más de lo que Naraku ha dicho, sabe lo testarudo que Inuyasha puede ser y cómo podría tomar de mal las cosas al saberlas.
    Sin embargo Sesshoumaru está consciente también de que le ha dado su palabra de hablar con él y aclararle sus dudas.
    Dudas que también le duelen al altivo empresario, desearía que Inuyasha no dudara, que ya hubiera comprendido y asimilado la magnitud de los sentimientos que le profesa alguien que no había amado nunca de esa forma. Le duele que unas maliciosas palabras dichas con toda la intensión de causar el mayor daño posible, puedan pesar más que lo que él ha demostrado con hechos.

    En ese instante la burbuja de sus pensamientos es reventada por el sonido proveniente del timbre de su apartamento. Una muy leve sonrisa se dibuja en su rostro al saber enseguida de quien se trata, la manera en que toca a su puerta Inuyasha es ya inconfundible para él.

    Abre la puerta de buen humor a pesar de lo cansado que se siente, su inusual sonrisa se nota aún más… sin embargo…

    En cuanto Sesshoumaru lo ve entrar esa noche sabe que algo está mal, algo muy grave sucede y siente como un notorio frio estruja su corazón, una helada sensación que creía haber olvidado gracias a ese chico que ahora mismo se encuentra frente a su puerta, pero ahora sabe que le anuncia un dolor enorme, deja la bolsa con pockys sobre un mueble cercano.


    - ¡ Hola Inu chan ! –


    Se aproxima a su diseñador gráfico favorito, nada más cerrar la puerta del apartamento tras de él. Lo rodea como tantas otras veces por la espalda apretándolo contra su cuerpo, desea estar equivocado sobre lo que presiente ahora, pero la actitud de Inuyasha casi lo confirma, pues el joven de blanco cabello no lo ha mirado ni una sola vez a la cara desde que lo saludó al entrar.
    Sesshoumaru siente un terrible dolor y confusión cuando Inuyasha toma las manos de quien lo abraza y las retira suave pero firmemente del contacto que tenían con su cuerpo.


    - ¡ Buenas noches Sesshoumaru, espero no te encuentres demasiado ocupado. – exclama en un tono informal, pero no como se dirige normalmente a su alto novio.

    - ¡ Nunca lo estoy tanto para ti amor ! – Le dice Sesshoumaru aproximándose nuevamente, puesto que Inuyasha ha dado algunos pasos hacia la amplia y cómoda sala del millonario.

    - ¡Espera Sesshoumaru, por favor no sigas con eso! – exclama Inuyasha levantando las manos en un claro ademán para que su novio se detenga y no siga avanzando hacia él, lo que casi enoja a Sesshoumaru.

    - ¿ Qué ocurre Inuyasha, acaso estás molesto por algo? – exclama clavando su penetrante mirada en el chico tratando de descifrar la actitud de este, a pesar de todo se muestra condescendiente – aunque... podría entenderlo, casi no nos hemos visto últimamente, sin duda alguna nuestras obligaciones nos lo han impedido – exclama Sesshoumaru al tiempo que ambos se sientan en los sillones, uno al lado del otro.

    - Sí, tal parece que ahora no tenemos tiempo para nosotros, lo cual me parece extraño, antes nunca fue así, siempre encontrábamos sitio para estar juntos, la distancia de algún modo encontró el tiempo y espacio para interponerse en nuestra relación –

    - Eso no tiene que ser así, en nosotros está la solución Inu chan – trata de razonar con calma Sesshoumaru.

    - Tal vez tengas razón, sólo que ahora puedo notar que lo nuestro tiene algunos rincones oscuros que sin duda ha sido más cómodo ignorar – la voz de Inuyasha tiene un tono de reproche, mira a Sesshoumaru a la cara por primera vez desde que llegó y se sorprende de la molestia y tinte de tristeza que ahora reflejan esos ojos claros.

    - ¡ Está bien, está bien Inuyasha, tú ganas! – exclama Sesshoumaru recargándose en el respaldo y cruzando los brazos – supongo que ya sé de lo que quieres hablar… Por qué a eso vienes ¿ No es así ? A que hablemos ¿ Me equivoco acaso? – le dice No Taisho Sama entrecerrado los ojos.

    - No, no te equivocas, efectivamente deseo que hablemos, despuès de todo me diste tu palabra ¿ Recuerdas? –

    - Nunca olvido cuando lo hago Inuyasha – responde casi con amargura Sesshoumaru.

    - Entonces no tendrás inconveniente en aclararme algunos puntos sobre nosotros ¿ No es así? –

    - ¿ Está seguro sobre esto Inuyasha? – pregunta todavía Sesshoumaru – podrías estar buscando problemas inexistentes.-

    - ¡ Estoy seguro! – Inuyasha mira fijamente a su pareja…¡ Desde luego que está seguro, enfrentará las consecuencias pues no desea tener ya ninguna duda al respecto, aunque sabe que casi se estaría jugando el todo por el todo y comprende que no soportará perder.

    - ¿Sobre qué quieres hablar? -

    - ¡Tú lo sabes bien! –

    - Preferiría que me lo dijeras, tu percepción de las cosas no es igual a la mía – le dice con serenidad Sesshoumaru aun cuando luce serio.

    - Bien… - Inuyasha toma aire y pregunta con cierto temor por escuchar la respuesta. - ¿ Quiero saber todo sobre la apuesta entre Naraku y tú? … ¿ Es verdad que yo fui sólo un premio a obtener ? –

    - No es así exactamente –

    - Entonces…¿ Cómo es exactamente Sesshoumaru ? ¡ Sí existía entonces esa apuesta ! – exclama Inuyasha profundamente dolido

    - No como tal Inuyasha – suspira profundamente, sabe que esto no acabará bien – Todo se debió a la terquedad de Naraku por poseerte, yo sólo quería evitarlo, no pensaba permitir que él llegara a ti … -

    - ¡ Tú sólo querías ganarle la partida! ¿ No es así? Después de todo entre ustedes siempre existía esa estúpida rivalidad – Inuyasha comienza a sentirse sumamente molesto.

    - ¡ Yo me fijé en ti primero, sabía con solo verte que eras alguien muy especial... diferente ! – exclama Sesshoumaru tajante aun cuando no eleva su voz ésta resuena por el lugar - ¿ Acaso pensabas que permitiría que ese bastardo se acercara a ti? Tú me gustaste desde la primera vez que te vi, quería conocerte, verte más seguido… estar cerca de ti –

    - Ahora comprendo mejor – exclama Inuyasha profundamente dolido – el gran Sesshoumaru quería cumplir su deseo simplemente, no permitiría que alguien más le ganara su capricho. Por eso la clase de apartamento que me asignaste, muy cerca del tuyo, donde te mudaste para facilitarte las cosas, por eso me mirabas a través de esas estúpidas persianas…¡ Tenías que ganar, eso era todo ! No exactamente una apuesta, pero si una idiota competencia. – Estalla Inuyasha elevando un poco la voz , sus ojos ya dan muestras de que no soportaran mucho más tiempo sin derramar su dolor.

    - ¡¡ Espera un poco Takahashi San !! – le dice ya bastante serio Sesshoumaru - ¡ En primera tú no eras un simple capricho, trofeo o lo que sea que tú pienses ! Tú me has gustado desde siempre y no me puedes culpar por querer acercarme a ti, por querer conquistarte, por querer amarte… - las palabras dichas con cierta molestia son sin embargo sinceras por completo.- Para mí tu siempre has sido mucho más que solo un simple deseo pasajero -



    Inuyasha lo mira un momento, su expresión es sumamente seria, dolida, no está convencido con lo que ha escuchado.



    - ¿ Tienes acaso una idea de cómo me siento Sesshoumaru? ¡ Me enamoré de ti, te he amado con locura! Deseaba con todas mis fuerzas que esto fuera verdad, que me hicieras tuyo, que me amaras por completo – dice ya con la voz algo quebrada Inuyasha, su orgullo lo mantiene erguido, no desea llorar frente al arrogante de su novio.



    Pero el amor es el amor, un sentimiento complejo y como tal causa extrañas reacciones en nuestra mente y nuestro corazón, así como también duele mortalmente.

    Inuyasha traga saliva pero se mantiene firme:



    - ¿ Cómo puedo creer por completo que me amas si no has sido del todo sincero conmigo, si te han movido motivos tan egoístas? –

    - ¡ Pues deberías creerlo Inuyasha, puesto que te lo he demostrado a cada momento, a cada paso que he dado a tu lado! Ahora yo te pregunto… - exclama Sesshoumaru dolido y seco, poniéndose de pie, alejándose unos pasos de Inuyasha, se detiene y voltea a verle directo a los ojos con cierto resentimiento:

    - ¿ Cómo supones entonces que me siento yo cuando puedo ver que pese a que te he dado muestras incontables de lo mucho que te amo, de que me he abierto contigo como nunca antes con nadie…
    ...¿Acaso supones que es fácil ver como unas cuantas palabras arrojadas como el más sucio veneno hayan podido tener mayor efecto en ti, anulando lo nuestro? –

    - Tú mismo lo has echado a perder al actuar desde un principio por motivos tan vanos…¿ Es mucho pedir el que me amaras solo por ser yo y no movido por una falsa verdad, una absurda competencia de egos y de capacidades? –

    - ¡ Pero yo te amo Inuyasha, esa es la única verdad que debes saber! – insiste Sesshoumaru tratando de aproximarse a él – si hay algo cierto en todo es el amor que siente por ese terco chico y también el que nunca se da por vencido tan fácil.



    Aunque la terquedad y el orgullo no los están llevando a ninguna parte, de hecho solo se están alejando cada vez más.
    A Inuyasha el dolor y el orgullo solo lo está llevando a dejar de escuchar aun cuando si pide que lo oigan a él.



    - ¡ Ya basta Sesshoumaru, no digas algo que no es cierto! – se cubre Inuyasha los oídos como si con eso evitara que las palabras y el dolor entraran en él. Se pone de pie tratando de no estar cerca del mayor, le duele sobremanera su proximidad.

    - ¿ Por qué tienes que ser siempre tan testarudo y obstinado, dando por sentadas las cosas sin averiguar nada más? – le dice Sesshoumaru ya bastante molesto.

    - ¡Pues entonces no veo por qué tengas que seguir soportando mis necedades ni yo tu infinito orgullo! –

    - ¿ De qué demonios hablas?- la paciencia de Sesshoumaru está llegando a su límite.

    - De que al no ser verdadero esto, no tiene sentido continuarlo – dice bastante molesto Inuyasha, disfrazando de enorme enojo su dolor.- Ya no deseo sentir dolor Sesshoumaru, si no me amas de verdad te pido ya no me lastimes más – concluye resentido.



    Sesshoumaru estaba a punto de decirle unas cuantas verdades a Inuyasha…¡¿ Còmo rayos se atreve a poner en duda sus sentimientos? Pero éstas últimas palabras lo sacan por completo de balance, causándole un terrible efecto puesto que lo último que él desea es causarle dolor, lo que busca evitar es que resulte lastimado ese chico que ama tanto.



    - ¿ Eso es lo que crees que he estado haciendo, es lo único que puedes ver en este tiempo que hemos estado juntos? ¿ De verdad crees que soy motivo de tu sufrimiento?- una enorme y gruesa barrera helada está cayendo nuevamente en torno a Sesshoumaru neutralizando por el momento el gran dolor que amenaza con derribarlo, aunado a su enorme orgullo logra controlarse estupendamente.

    - Pues tan solo mira como han resultado las cosas, ahora mismo estamos más distantes que nunca y tus amigos no se han portado muy bien conmigo –



    Sesshoumaru aprieta puños y dientes ante el golpe bajo que le ha asestado Inuyasha, así que haciendo acopio de todas sus fuerzas exclama sumamente serio:



    - Entiendo... entonces que sea como tú deseas Inuyasha – suena la cruel sentencia…para ambos.

    - ¡ Bien, eso deseo justamente! – exclama testarudo el diseñador.



    Sesshoumaru se da la vuelta para alejarse definitivamente de Inuyasha, se encamina a su despacho no sin antes decirle:



    - Ahora si no hay nada más que decir, te pido me disculpes, tengo varias cosas que hacer - Ya no puede mirarle, ese solo acto lo destrozaría por completo.



    Sin embargo todavía cierra un instante sus dorados ojos y exclama:



    - Sólo cuídate Inuyasha, de verdad que eres alguien especial –



    Inuyasha siente la enorme necesidad de ir tras Sesshoumaru, decirle que no se vaya, que olviden todo…que él lo ama demasiado. Extiende el brazo como si quisiera alcanzarlo, pero no sale un solo sonido de su boca, cierra el puño con fuerza y baja lentamente el brazo.



    - ¡ Gracias por todo, tú también…cuídate…adiós Sesshoumaru ! – Inuyasha arroja la terquedad y el orgullo por delante.



    Sesshoumaru escucha como su ahora ex novio deja unas llaves sobre el mismo mueble en el que se halla la bolsa con pockys .



    - Te devuelvo el auto, no lo necesito – dice Inuyasha sin dirigir ya su mirada ámbar a ese hombre altivo y orgulloso pero al cual no dejará de amar nunca.

    - No… no es necesario… - comienza a decir Sesshoumaru, cuando oye la puerta cerrarse, voltea sólo para darse cuenta de que se encuentra solo nuevamente.




    Video




    El sentimiento que embarga a Sesshoumaru es el de una helada y mortal pérdida, se dirige a su despacho, todo pareciera moverse casi en cámara lenta a su alrededor, con una gran pesadez se dirige a el enorme ventanal que ocupa todo el costado de su oficina y de un sólo tirón cierra las persianas.

    Se sienta ante su escritorio, se lleva ambas manos a su platinada cabellera entrelazando sus delgados dedos entre sus finos cabellos, agacha la cabeza un instante hasta casi tocar con su frente los papeles que se encuentran sobre el escritorio, cierra los ojos con fuerza, no permitirá que sus ojos lo traicionen, que den la más mínima muestra de nada.
    Pero eso es lo ùnico que se permitirà ahora, despuès de todo siempre ha enfrentado los momentos difìciles...solo. Sabe sin embago que ahora serà mucho màs difìcil, puesto que ahora sabe lo que significa una càlida y sincera compañìa, una imparable pasiòn, un autèntico amor... aùn sì su racional mente pudiera aceptarlo...¿ Còmo explicarle a su corazòn que todo ha terminado de golpe, que debe ignorar el dolor, que debe dejar de sentir. Suspira profundamente, bloquea cualquier cosa que su interior sienta, despuès de todo siempre lo ha hecho. Se recompone, se yergue y se deja hundir en su trabajo, el cual no es urgente de realizar, pero servirá para sepultar su dolor y sus pensamientos, sus ocupaciones le valdrán para evitar que esto lo envuelva y lo destroce implacable.







    Video






    Inuyasha por su parte baja apresurado por las escaleras, tiene que sacar las enormes ansias que lo embargan, la inmensa opresiòn que le asfixia, cuando dejò ese departamento sòlo pensò en salir corriedo poniendo distancia de por medio, no pararìa hasta esar demasiado lejos, pero conforme llega a la planta baja comienza a aminorar la velocidad de su huida hasta que lentamente sus pasos lo llevan hasta el pequeño jardín ubicado entre los edificios y con andar pesado se dirige hacìa allì, a ese mismo lugar donde hace ya un tiempo se encontró con él cual bella apariciòn sin las persianas de por medio; donde sentados en esa misma banca compartieron el momento gozando de la belleza de la noche, se acompañaron del silencio pues las palabras sobraban en ese instante, sus miradas hablaban por sì solas, cobijados por el màgico firmamento nocturno.
    Sin embago en èsta ocasiòn las lágrimas en sus ojos le impiden ver la estrellas, solo contempla la cruel oscuridad que lo envuelve en frìa soledad poco a poco.


    ¡ Maldito orgullo, maldita terquedad !

    Sólo que ésta ocasión el precio por no ceder ante algo más valioso que eso… les costará demasiado caro…


    (Fin del Flash back)






    -------------------------- No ---------------------------------








    En el aquí y ahora…


    En una noche muy diferente y con muy distintas circunstancias, una pareja goza de una plácida caminata nocturna, es viernes así que no hay prisas, sólo les queda disfrutar uno del otro.


    - No imaginas como ha gozado de ésta semana…sin muletas al fin – dice Miroku con genuina alegría.

    - Tengo una muy cercana idea amor - dice Kouga que ha levantando un poco la mano que mantiene entrelazada con la del chico que va a su lado, la cual ya no
    luce enyesada pues se ha recuperado por completo.



    Ese par de jóvenes adultos lucen muy contentos y enamorados puesto que han comenzado una relación más seria, hace sólo dos semanas que han formalizado su situación.
    Kouga aún permanece en el apartamento de Miroku, hace una semana apenas, los han dado de alta, sin embargo por una u otra causa han ido aplazándo la partida del de celestes ojos.
    Sus miradas ahora lucen felices y calmadas…

    Miroku por su lado, al hacer a un lado la careta que se empeñaba en llevar, se siente más pleno, más en paz consigo mismo. Únicamente sus compañeras de trabajo se preguntan dónde quedó Miroku el conquistador, les costó trabajo asimilarlo, pero ahora admiran su valentía para encarar su realidad sin avergonzarse y ¿ Por qué no? Disfrutan de su conocida amabilidad a sabiendas de que no pretende nada más con ellas.
    Y Kouga… con Kouga las cosas han sido un poco más complejas, el dolor dejado por quién llegó a amar de forma genuina aún le trae malos recuerdos, pero las sabias palabras de Miroku han ido trayendo calma a su espíritu. Además de que esos cálidos y protectores brazos lo han cobijado durante los aterradores momentos de pesadillas que lo torturan algunas veces mientras duerme. Pero sí hay algo que puede decir con toda certeza, ama a Miroku profundamente, de forma limpia y sincera de la mismo forma que sabe que su novio lo hace.


    Se han alejado poco a poco del bullicio de la gente, caminan ahora bajo un camino bordeado de árboles que lucen sus fantasmagóricas figuras bajo la luz de la luna de otoño, el viento sopla suave y hace revolotear las amarillas hojas que los rodean en el suelo, al tiempo que sus pisadas resuenan con el característico sonido de la hojarasca seca.


    - Amo este sonido – exclama Kouga después de un momento de silencio- el murmullo de una caminata de otoño.

    - Debo admitir que suena bien y aún mejor si son dos los que lo producen – responde Miroku mirándolo con dulzura al tiempo que despliega para èl una bella sonrisa.



    Se aproxima a Kouga que ahora no pierde detalle de los movimientos de su novio.



    - Deberías de ver los hermosos destellos que se desprenden de tus ojos con la luz de la luna –



    Miroku ha tomado el rostro de ese hombre al cual ha aprendido a amar con todo el corazón, y deposita en un solo beso todo lo que ahora siente por él.



    - ¡ Te amo Kouga, te amo tanto! – le susurra con ternura en el oído.



    Kouga corresponde en seguida con otro beso, pero este va impregnado con más pasión. Entreabren sus bocas para permitir el paso a sus lenguas que buscan adentrarse de forma más profunda en un claro lenguaje de lo que sus cuerpos buscan.

    Al momento de separarse, un frío vientecillo hace estremecer a Kouga pues lleva una camisa muy ligera. Al percibirlo Miroku, solicito se deshace de su chaqueta y se la coloca en la espalda a Kouga, abrigándolo además con su cuerpo en un tibio abrazo.



    - Será mejor regresar, la noche comienza a volverse aún más fresca –

    - Estoy de acuerdo contigo cariño –



    Así que juntos regresan al apartamento, una vez allí, Kouga luce intranquilo, casi nervioso, Miroku lo nota al instante cuando regresa a la sala donde su novio lo espera.


    - ¿ Qué ocurre Kouga, algo te preocupa? –



    Kouga desvía la mirada, Miroku puede ver un sonrojo cuando su novio vuelve a mirarlo.



    - ¿ Te… te sientes bien amor? – pregunta Miroku entre nervioso y preocupado.



    Ahora es Kouga el que toma la iniciativa al hablar, se apropia de Miroku tomándolo por la cintura y acercando su boca al oído le susurra en un tono de voz que no había usado con él, suena varonil, sensual… cálido.



    - ¿ Te has dado cuenta Miroku, que ya no hay impedimentos para gozar de una mayor… cercanía? – le dice refiriéndose a las vendas, yesos, muletas y demás.



    Miroku se sorprende bastante, de alguna forma la dirección de la relación creía llevarla él.



    - ¿ A… a qué te refieres Kouga, no estarás pensando en…? – Miroku pasa saliva con dificultad al comprender el rumbo que ahora toman las cosas.

    - ¿ Y por qué no amor mío? ¿ Acaso no te gustaría que nos perteneciéramos por completo? -

    - Yo… es que… es que yo nunca…yo no…- exclama sumamente nervioso.



    Se escucha una risa suave.



    - ¿ Te refieres a que nunca lo has hecho con un hombre, es eso? –

    - Bueno sí, yo no sé mucho al respecto, no sé cómo conducirme en ese caso –

    - Tú solo dime si estás dispuesto a entregarte a mí por completo y yo me encargo de lo demás – exclama Kouga con un brillo intenso en los ojos.



    Miroku lo mira un corto momento con la interrogante que no se queda solo en su mente.



    - ¿ Y dime, desde cuando eres el dominante?-

    - ¡ Vaya creí que no sabías nada! –

    - Eso es básico –

    - Pues supongo que está en mi naturaleza y además por cierto, soy el que sabe más ahora al respecto – responde orgulloso Kouga.

    - Pues no me causa ninguna gracia ser uno más en esa cadena de experiencia – exclama dolido Miroku.

    - No Miroku, no eres uno más, tu eres el afortunado en gozar de la experiencia que he recopilado sólo para ti, para mi más grande amor, el único, el verdadero.-



    Miroku lo observa casi embobado ¿ Còmo se las ha arreglado para hacerlo sentir tan bien con unas cuantas palabras? Sin duda se debe a que puede sentir que éstas provienen directo de su corazón de ese chico que en tan poco tiempo lo ha conquistado.



    - Pero es que no sé si yo sea lo que tú esperas en ese aspecto Kouga – dice cohibido Miroku.

    - De que lo eres no me cabe la menor duda, estoy completamente seguro de ello, sólo déjame guiarte, déjame quererte…déjame amarte.



    Los suaves besos que Kouga deposita en el cuello de Miroku se van intensificando impregnándose cada vez con mayor pasión que los va envolviendo a los dos. Kouga todavía se detiene, contempla a Miroku esperando una respuesta.



    - Supongo que era de esperarse ¿ No? Después de todo es parte de amarse – le susurra Kouga con ternura.



    Miroku suspira, tratando de calmar su respiración que ya se ha agitado un poco y responde clavando su azul mirada en ese rostro de ese hombre especial que ahora lo tienta a dar el siguiente paso en su relación.



    - Nada me haría más dichoso amor, sé que estaremos bien, que estaremos seguros uno en brazos del otro. – exclama al fin dando su consentimiento.

    - Entonces vamos cariño, una larga noche nos espera … - le dice Kouga mientras lo toma de la mano jalándolo para que lo siga.






    -------------------------Hikari ---------------------------------








    Byakuya y Naraku ya se han establecido desde hace varias semanas en la ciudad de Kioto, incluso ya se encuentran trabajando.

    Byakuya ha conseguido un buen trabajo en una editorial de mediano tamaño, no hay comparación en lo absoluto con No Taisho Industrias, pero por el momento para él está bien, mientras siga viviendo con su hermano.
    Naraku trabaja de igual forma en un empleo de menor importancia, coordina la seguridad de una pequeña cadena de tiendas de autoservicio, por el momento lo ha tomado, ya buscará algo mejor.

    La vida ha resultado aceptablemente cómoda para ellos, el cambio de ambiente les ha ayudado en sus vanos intentos de olvidar a ratos lo que han causado en Tokio.

    Aunque eso de “olvidar” no es del todo cierto, pues es en la soledad, es en esos momentos en que están consigo mismos, principalmente por las noches, cuando los recuerdos vuelven incesantes. Es evidente que a uno le afecta más que al otro, pues para Byakuya esas remembranzas son todo un tormento.

    El menor de los Kuroi Kumo ha despertado infinidad de veces presa del yugo de su consciencia en forma de terror nocturno, un castigo semejante al que sufre quien fue su primer víctima pero de forma más intensa.
    Naraku acude en esas ocasiones a su lado cuando escucha sus aterrados gritos tratando de calmarlo, aunque nunca lo consigue por completo, compartiendo el castigo de su hermano de alguna forma.


    - ¡ Soy un asesino Naraku, no tengo perdón por ello ! – gime entre el llanto que en esas ocasiones lo invade.


    Y es que así lo cree, mejor dicho, así se los han hecho creer de forma muy eficaz.

    Oficialmente Inuyasha falleció por culpa de un sujeto que entró a robar a su apartamento, se dijo que se sumió en un coma del cual nunca despertó.


    Miroku por su parte sucumbiò ante las heridas sufridas en un misterioso accidente automovilístico que nunca se aclaró por completo.


    En un inicio cuando recién se mudaron, los Kumo parecían haberse distanciado, pues Naraku no le perdona el que lo haya privado de la presencia de Inuyasha, el que haya truncado sus planes de poseerlo. Aunque a últimas fechas la relación entre ellos pareciera seguir ya como si nada hubiera pasado, sin embargo Byakuya conoce a su hermano y sabe que no olvidará lo sucedido tan fácil.
    Èstas ùltimas semanas Byakuya se ha sentido intranquilo, pues ha ido notando un cambio en la forma en que Naraku lo mira, un cambio sutil en un principio, pero ahora ya es más evidente.

    Tal cambio comenzó desde el incidente con Inuyasha, pudo percibir un oscuro y oculto rencor que anidó en los rojizos ojos de su hermano. A eso se ha unido ahora la actitud , la forma en que lo mira, puede leer una turbia pasión… lujuria incluso, envueltas en un halo de rencor.
    Así que la calma que han creído encontrar al mudarse a otro lugar es sólo aparente, pues su propio infierno personal los acompañará a donde quiera que vayan.


    Ésta noche de viernes, Byakuya espera por su hermano, sentado en a sala intentando leer un libro elegido simplemente al azar. Naraku le dijo que esperara por él ya que debían hablar sobre algo que no puede esperar más.
    De esa forma entonces… Byakuya espera, con una inquietante presentimiento que le atemoriza desde adentro.






    ----------------------------- Hoshi -----------------------------------








    Ésta noche luce especialmente hermosa, noche de luna llena, luna de otoño que alumbra hermosa con su nítida y bella luz todos los sueños y deseos de los frágiles mortales, los acompaña en medio de su oscuridad, de su incesante andar.

    Pero ésta noche su luz hace relucir, hace brillar no los sueños… sino las lágrimas que brotan imparables de ese par de bellos ojos ámbar…

    Inuyasha ha hecho un pequeño alto en su labor, ha salido al minúsculo balcón con que cuenta su nuevo apartamento, ha acudido llamado por el silencioso murmullo de la noche, ese que le hace levantar la mirada para contemplar la luna en el cielo, el solo verla hace que no pueda más, sus ojos se humedecen reflejando esa claridad que lo alumbra desde lo alto, haciéndole recordar aún con más dolor esa luz de luna que fue su más grande amor, esa que tanto extraña ahora sumido en incesantes sombras, esa que ahora se encuentra tan lejos…

    Sin poder enfrentar más esa magnífica imagen entra a su apartamento cerrando tras de sí las puertas de cristal y enseguida la blancas persianas, cuando contempla estas últimas de sus ojos escapan sin remedio cristalinas lágrimas.


    - ¡Mañana mismo las quitarè! - exclama con dolor - colocarè cortinas de tela, un panel de papel... ¡ Lo que sea, menos persianas! -



    Ésta mudanza es tan diferente a la anterior, aquella que estuvo llena de júbilo, entusiasmo por el cambio hecho, esperanza en la nueva vida que comenzaba, por las enormes expectativas y sueños que creía poder realizar en varios aspectos de su vida.
    Pero ahora todo es tan tristemente distinto… después de todo lo único que quería cuando se alejó de Tokio era irse, huir, escapar de lo que ha vivido, de lo que ahora es su pasado, del pasado que ahora ensombreces su presente, de aquello que era su vida y se volvió su mayor tristeza. Solo quiere dejar atrás todos los rastros de aquel sueño vuelto pesadilla.


    Huir, escapar…


    Solo eso…


    ¿Pero es posible escapar de nuestras propias sombras, de nuestras propias dudas, del miedo a aclararlas acallando nuestro orgullo, aceptando nuestros errores? ¿Acaso se puede huir de nuestro propio destino?


    Él sabe la respuesta, y sabe también que por más que corra llegará un momento en que deba enfrentarse a lo que rehúye. Entiende que en un momento dado deberá mirar al frente y confrontarlo.

    Pero ahora él solo quiere huir de todo aquello… huir de él…


    Ha ido acomodando las pocas cosa que se trajo, pues muchas otras las dejó en el apartamento de Tokio, piensa mandar por ellas en unos días más.

    Ya ha obtenido un trabajo de cierto nivel ¿ Quién no contrataría a alguien tan profesional y capaz, que además porta unas excelentes cartas de recomendación ganadas a pulso en la empresa más importante de Japón ?
    Sin embargo no siente el entusiasmo que debería, aquella tranquilidad que esperaba sentir al alejarse. Lo que es un hecho es que cada día que pasa le pesa en el alma, cada momento que transcurre su voz interna clama con mayor fuerza que se ha equivocado, que ha tomado la peor decisión de su vida.

    Le va quedando claro que no volverá a encontrar la felicidad que tenía, puesto que la mitad de su alma, el completo de su corazón, la luz cálida que lo envolvió por un fugaz tiempo, la mitad de él mismo… se ha quedado en Tokio sin remedio.


    Por ahora continua con una mudanza bañado en lágrimas.






    ------------------------------ No -----------------------------------








    Cuando entra en su apartamento pareciera que la temperatura misma del lugar bajara drásticamente, el increíble cambio logrado gracias a esa increíble relación ha quedado en el pasado.
    Sus dorados ojos ahora lucen severos nuevamente, fríos, sin brillo. Al tiempo que se quita el abrigo voltea hacia el mueble que se encuentra en el pequeño recibidor, la bolsa de pockys que permaneció ahí por semanas por fin ha desaparecido. Seguramente las empleadas que acuden a realizar el aseo se han dado por vencidas retirándolas de ahí, incluso ellas han resentido la partida del novio de su jefe, ya que nunca fue un secreto su relación, ahora incluso el contemplar el aún más serio y frío semblante de la persona a quien sirven les causa escalofríos.

    Como ya es habitual nuevamente se dirige a su despacho, pues por muy cansado que esté no se permite el descanso hasta que prácticamente se siente agotado, no deja que exista un solo momento en el cual su mente tenga la oportunidad de pensar en él, es suficiente con saber que su imagen y recuerdo está siempre presente oculta tras sus vanos intentos por olvidarlo.

    Cuando lleva como una hora concentrado en su trabajo, nota los tenues rayos de luna en forma de delgadas franjas sobre su escritorio, éstos pasan indiscretos entre las hojas de las persianas.
    Ya es demasiado tarde para bloquear lo que siente, se pone de pie aproximándose al ventanal, con sus finos dedos separa las hojas de las persianas y contempla la plateada luna solitaria en el cielo, suspira profundamente y lentamente baja la mirada hasta posarla en el apartamento de enfrente, tan oscuro, tan solo… tan frio.

    Sin pensar en nada más, sale de su propio apartamento tras tomar esas llaves, se encamina rápidamente hasta el edificio de enfrente, en un momento ya ha entrado al lugar.

    Contempla con su sombría mirada el lugar, cada objeto, cada recuerdo, cada detalle ahí le duele en lo más profundo.
    Con paso lento se dirige a la alcoba y ahí es donde se derrumban todas sus defensas… recuerda claramente cada instante vivido ahí, puede percibir incluso el aroma de su amado Inuyasha.


    - ¡ Tú siempre serás mío y yo tuyo, no importa donde estemos ! – susurra mientras se sienta en la cama pasando suavemente su mano por sobre la colcha, rememorando la imagen de ellos dos abrazàndose con fuerza, entregándose por completo, amándose sin reservas.


    ¿En qué momento se recuesta en la cama? No lo sabe, pero seguramente ocurre cuando su voluntad se desploma permitiéndose un momento de debilidad que nadie notara. Recorre una y otra vez con sus delicadas manos el lecho vacío.
    Jamás había sentido dolor semejante, vacío tan profundo como el que su corazón experimenta ahora abrumado por el suave aroma de quien ama... impregnado en esa cama.


    - ¡ Nada se compara a ti Inu chan !

    ¡ Nadie más podrá entrar nunca en mi corazón !

    ¡ Te amo tanto… y lo haré por siempre ! – es el débil susurro que se escucha en esa alcoba alumbrada por la luna, su interior envuelto en las sombras, en la soledad… en la nada.



    Cierra sus ojos vencido, no quiere sentir, le duele recordar pero no desea olvidar.

    ¿ Son acaso silenciosas lágrimas lo que moja la colcha ?

    ¡ Imposible… Sesshoumaru No Taisho no acostumbra llorar…!






    ----------------------------Hikari ----------------------------------







    - ¿ Byakuya ? – escucha la voz de su hermano por el teléfono.

    - - Sí Oniisan, dime – responde medio aletargado el delgado chico debido a la larga espera, ha estado a punto de quedarse dormido varias veces pero lo ha evitado a toda costa mientras espera por Naraku.

    - Será mejor que ya no me esperes, llegaré demasiado tarde- explica su hermano mayor – hemos tenido varios contra tiempos y a decir verdad todavía nos tomará mucho tiempo el resolverlos.



    El menor hace una mueca de desagrado, ya es más de media noche, podría al menos haberle avisado antes, prácticamente ya se cae de sueño.


    - Está bien, te veré mañana – responde Byakuya en medio de un bostezo.

    - Pospondremos lo de hoy para mañana en la noche – le responde Naraku con voz cansada.



    En cuanto cortan la llamada, Byakuya se va a dormir su intranquilo sueño, tal como le ha estado sucediendo noche tras noche, pero ahora le desagrada por completo la idea de dormir solo ésta noche.







    -------------------------------- Hoshi ----------------------------------








    El par de enamorados se encuentran de pie en la alcoba, Miroku fue conducido hasta ahí por Kouga quien lo ha jalado suavemente de la mano.

    Sus miradas encontradas, azul contra azul…

    Miroku a pesar de no ser nuevo en éstas lides las cuales ha vivido pero en muy distintas circunstancias y otro tipo de compañìas, ahora se siente casi como un adolescente inexperto, es presa de un extraño nerviosismo, una especie de temor hacia lo desconocido.
    Estàn a punto de besarse nuevamente cuando Kouga se detiene…


    - Permíteme un momento – exclama dirigiéndose hacia la ventana para cerrar por completo las persianas.


    Miroku enciende las lámparas de mesa que iluminan con una tenue luz el lugar confiriéndole un ambiente cálido y acogedor.


    - Prefiero un ambiente más “privado”, uno nunca sabe quién podría estar mirando lo que no le incumbe – exclama Kouga.


    Miroku no dice una palabra, solo traga saliva con dificultad cuando ve a Kouga acercarse a él recorriéndolo con la mirada.


    - ¡ Oh vamos cariño, no hay porque estar nerviosos, no te devoraré entero… bueno casi ! – le guiña el ojo de forma traviesa.

    - No es exactamente miedo lo que siento… bueno tal vez solo un poco, pero además no es a ti a quien temo, es sólo que todo esto es nuevo para mí… es algo… extraño y … - Miroku contempla la tierna sonrisa que le brinda su futuro amante y exclama levantando la voz nervioso:
    - ¡ Y no me malentiendas ! No es que no desee el estar contigo… y …y…no te rías, que sólo has conseguido que me ponga peor de nervioso. –

    - Pues si no estoy burlándome de ti, pero es que tu expresión y tu actitud son tan tiernas que debo admitir que me provocas con ello aún más. –



    Esto sólo provoca que un intenso color rojo adorne las tersas mejillas de Miroku, quien sólo se queda mirando a ese chico que lo está sorprendiendo cada vez más.



    - Además, tú no eres lo que se dice tímido, en lo absoluto, de hecho siempre se te veía tan atrevido y coqueto que parecía tratarse de otra persona y no del sonrojado y guapo hombre que tengo enfrente. –

    - ¡ Pero qué cosas dices Kouga ! Eso sólo era un juego, parte de mi pantalla, yo no…no… ¡ Mmmmh ! – los ojos de Miroku se abren redondos y enormes al sentir esos suaves labios contra los suyos, moviéndose inquietos, callando sus palabras.



    Esos ojos azul profundo se relajan paulatinamente hasta que terminan cerrándose al tiempo que se entrega a ese beso. Debe admitir que se ha vuelto adicto a los labios de Kouga, no se atrevería a desperdiciar uno solo de sus besos.



    - ¿ A quién crees que engañas Miroku ? Tu temperamento es tan intenso y abrasador como lo es mi deseo, el cual crece a la par del amor que siento por ti- le dice Kouga mientras acaricia suavemente el rostro de su novio,

    - Bueno… tal vez tengas razón – responde Miroku cuando nota que unas hábiles manos ya están desabotonando su camisa, él decide que no se quedará atrás, tal vez no sepa mucho al respecto, pero si siente el creciente deseo bullir en su interior.



    A pasos lentos y con los labios rozándose, prodigándose interminables besos, se han acercado a la cama dejando un rastro de prendas faltando solo los bòxers que aún llevan puestos.



    - Tú primero – exclama Miroku señalando la prenda restante de Kouga.

    - ¿ Si gustas yo te ayudo con la tuya? – le responde pícaro Kouga.

    - ¡ Mmmmh , mejor al mismo tiempo ! – contesta Miroku.

    - De acuerdo –

    - Uno, dos…- cuenta Miroku divertido – y… ¡ Tres ! –



    Caen los dos bóxer al suelo, las respiraciones se detienen, los sonrojos aumentan, unos brazos empujan suavemente a Miroku sobre la cama, posándose luego sobre él.



    - ¡ Oye ! ¿ Y por qué tienes que ir tú arriba ? – exclama ruborizado al extremo Miroku.

    - ¿ Acaso quieres dominar ésta noche amor? Podemos turnarnos, tratándose de ti yo no tengo ningún inconveniente - le dice con una sonrisa atrevida Kouga.



    Miroku se lo piensa mejor “ ¿ Y cómo demonios dirijo lo que no conozco? ”.



    - No, creo que por ésta vez estamos bien así – la mirada de Miroku se torna algo más atrevida cuando continua hablando - ¡ Pero espera a que sepa más y ya verás ! –

    - No lo dudo amor y creme, estaré esperando por ello, pero por hoy me parece coincidir en que yo me encargo. –



    Kouga lo sigue besando con intensidad creciente mientras le pregunta:



    - Dime ¿ Confías en mí ? –

    - ¡ Caray, pues claro que sí, sólo mírame… estoy completamente desnudo bajo de ti ! –

    - ¡ Gracias Miroku, pero es que necesitaba oírlo ! Eso me hace muy feliz, ahora sólo entrégate por completo, déjate llevar… disfrútalo… -



    Las caricias por parte de Kouga son cálidas y gentiles, subiendo poco a poco de intensidad, pero consideradas con aquel que se entrega en una relación homosexual por primera vez.

    Miroku por su parte, que había estado sumamente nervioso en un principio, siente la confianza y el profundo amor y respeto que le entrega Kouga y pasa rápidamente a un estado de mayor calma y de ahí a la pasión sin límites, una inmensa pasión cobijada por el amor mutuo.



    - ¡ Hagamos el amor Miroku, porque lo nuestro no es mero deseo físico ! Yo amo todo de ti, ese inmenso y noble espíritu me ha conquistado por completo. Por eso te entrego todo lo que soy, a ti que viviste conmigo todo mi dolor y sufrimiento, te entrego a ti mi renacer del cual tu eres el mayor responsable ¡ Gracias mi amado Miroku, te amo ! –

    - Kouga, amor mío, no cabe duda de que yo sufría en silencio a la par tuya, por eso no sabes lo dichoso que me hace el sentir tu alegría, el verte sonreír de nuevo ¡ Tómame Kouga, tómame por completo ! –



    Y así arde la noche en esa habitación, entregándose ambos entre besos y caricias.
    Kouga descubre lo hábil que es su aprendiz y amante, que se deja guiar dócilmente, pero respondiéndole con la pasión a flor de piel, aprendiendo rápidamente.



    Pronto entre profundos encuentros de sus labios, sus cuerpos se amoldan, encajando las piezas a la perfección.
    Y con ternura y amor, la húmeda pasión los envuelve, dejando saciados sus cuerpos, plenas sus almas, jubilosos sus corazones.

    Abrazados formando un solo ser, se unen en un sentimiento que saben que será para siempre.
    Jadeando y sudorosos se separan sólo para reacomodarse, rendidos reposan tan intensa emoción envueltos en un estrecho abrazo.



    - ¡Gracias Miroku, ahora mi vida te pertenece al igual que mi corazón ! –

    - ¡ Somos uno solo Kouga, amor mío ! – responde Miroku satisfecho en todos aspectos como no lo había estado nunca.






    --------------------------------No --------------------------------







    La noche pasó apacible para el par de recién amantes…

    Pesada y triste para quienes hace tan poco se han separado…





    Miroku balbucea molesto al escuchar el timbre del teléfono.


    - ¡ Maldición ! ¿ Por qué tan temprano? –



    Se levanta zafándose del abrazo que lo mantenía pegado al cuerpo de Kouga, quien sólo suspira profundamente pero continúa dormido.



    - ¿Diga? – Al escuchar la voz de quien le habla Miroku se despabila de golpe – Sí Sesshoumaru Sama, en un rato más estoy allá –



    Regresa al lecho pero sólo para depositar un suave beso en la mejilla de su dormido novio, luego se dà un baño y se viste rápidamente para luego despedirse con otro beso.



    - Kouga, tengo que salir por un rato, espero no tardar –

    - ¿ A dónde vas ? – se escucha somnolienta la voz de Kouga.

    - Asuntos de trabajo, es algo que estaba pendiente, pero mi jefe me ha citado para ultimar detalles, ya que ha llegado el momento de poner manos a la obra – explica de forma ligera Miroku.

    - ¿De qué asunto se trata, acaso no puede esperar al lunes ? –

    - Me temo que a Sesshoumaru Sama no se le puede decir que no cuando dà una orden, pero es trabajo solamente Kouga, nada especial pero ahora es necesario ocuparse de ello. Trataré de volver pronto de mi inesperada junta de trabajo –

    - De acuerdo – exclama Kouga dándole un beso, para luego reacomodarse en el lecho dispuesto a retomar su interrumpido sueño.





    Algo más tarde ya se encuentra Miroku en cierto despacho ante Sesshoumaru No Taisho que refleja cansancio en su fría mirada.


    - ¡ Buen día Sesshoumaru Sama ! – saluda amable el recién llegado.

    - ¡ Buen día, siéntate Miroku, gracias por venir hoy! –

    - No hay problema Señor – exclama tomando asiento.



    Sesshoumaru lo mira serio al exclamar:



    - Sabes perfectamente porque te he llamado –

    - Así es señor –

    - Seré breve Miroku – el alto millonario posa sus manos entrelazadas sobre su escritorio - Me parece que sabes lo que voy a hacer ésta noche, supongo que también sabes que tengo mis objetivos bien ubicados, los he tenido siempre. También recuerdo perfectamente lo que me has pedido –

    - Estoy seguro de ello señor –

    - Pero ahora quiero que sepas que ya no estoy de acuerdo con eso, puedo arreglármelas solo perfectamente –

    - Yo no lo pongo en duda en ningún momento Sesshoumaru Sama, pero le pido que reconsidere, yo sigo firme en lo pactado, no me cabe la menor duda al
    respecto –

    - Eso lo sè perfectamente, sólo que me parece que ya has arriesgado demasiado tu vida, preferiría dejarte a un lado de todo esto –

    - ¡ Por favor le pido que no lo haga ! Ahora más que nunca estoy dispuesto a acompañarlo. Se lo debo a quien amo y estoy seguro de que usted me entiende…
    ¡ Permítame ir con usted y tomar parte ! – exclama Miroku con incuestionable firmeza.



    Sesshoumaru se lo piensa un instante, nota la determinación en esa mirada, no puede culpar a ese hombre por lo que siente, lo comprende demasiado bien.



    - Espero que estés convencido y seguro de lo que has pedido –

    - Más que nunca, se lo aseguro –

    - Entonces te espero en mi hangar hoy a las 4:00 pm, sé puntual pues no retrasaré mi partida –

    - ¡Gracias Sesshoumaru Sama, ahí estaré ! –



    Cuando está a punto de salir Miroku, se voltea y se dirige nuevamente a Sesshoumaru.



    - Por cierto y perdone mi atrevimiento, pero quisiera saber cómo se encuentra Inuyasha, sucede que tiene una semana que no sabemos de él, Kouga ha ido un par de veces a su apartamento pero no ha podido verle, parece que no se encontraba.-



    La mirada de Sesshoumaru adquiere una expresión apagada, como si el brillo abandonara sus bellos ojos.
    Se levanta y dando algunos pasos se voltea hacia el ventanal, guardando silencio por un momento.

    Uno de sus característicos presentimientos de Miroku, el cual lo ha perseguido los últimos días, parece cobrar fuerza.
    Tratando de romper la tensión que se ha apoderado del lugar, se anima a preguntar:



    - ¿ Él se encuentra bien, no es así ? Incluso Shippou nos visitó hace un par de días y también está preocupado, me ha dicho que Inuyasha no le responde las llamadas que le hace al apartamento –

    - Él ya no vive ahí – responde seco Sesshoumaru.

    - ¿ Còmo ? – pregunta Miroku aún sin comprender del todo.

    - Lo que dije, él se ha mudado de ese lugar –

    - ¡ Ah, ya comprendo ! ¿ Es por cuestiones de seguridad ? – Miroku sonríe creyendo que ha acertado – Entonces, ¿Podría facilitarnos su nueva dirección para ir a visitarle? –

    - No creo que sea adecuado, además de que se mudó de ésta ciudad –

    - Pero… - comienza a decir Miroku, aunque calla sus palabras, podría decir algo inadecuado “¿Pero entonces ellos…?”



    Sesshoumaru que había estado dándole la espalda, se voltea para encararlo nuevamente.



    - Él se ha ido de aquí para hacer su vida…solo. Y si entiendes lo que te digo, comprenderás que no es conveniente que le visiten, pues él supone que yo desconozco el lugar al que se ha mudado, de lo cual desde luego está equivocado, no podría déjarlo sin protección, al menos hasta que me asegure de que ya no corre ningún peligro –

    - Comprendo Sesshoumaru Sama – responde Miroku entendiendo perfectamente de que le habla y sin preguntar nada más.

    - Te espero en mi hangar como hemos acordado – concluye la charla el empresario.

    - Ahí estaré -



    Miroku sale del apartamento de Sesshoumaru pensativo.



    - “Esto no está nada bien… ¿ Qué ha ocurrido aquí? ¿Por qué se fue Inuyasha sin siquiera despedirse? No puede ser que ellos ya no sean pareja…
    ...Todo debe ser a causa de lo ocurrido con Naraku y Byakuya
    ¡ Malditos ! ” – piensa cuando va conduciendo de regreso a su apartamento, donde no mucho después le confía a Kouga lo sucedido con su amigo.



    - ¡ Inuyasha idiota ! Aunque no me extraña, con el maldito carácter que se carga… y luego su novio otro tanto, seguro algo entre ellos acabó mal. De cualquier forma no me daré por vencido, le seguiré llamando hasta conseguir que me responda – exclama molesto Kouga – puedo imaginar que en estos momentos él se encuentra bastante mal, podría necesitarnos. Debo decir también, que es una auténtica lástima el que hayan terminado, si es que eso es así, de verdad que hacían una excelente pareja – concluye con cierto pesar Kouga.


    - Por cierto Kouga, voy a salir de la ciudad quizás por un par de días –

    - ¿ Y eso por qué ? – pregunta Kouga con curiosidad.

    - Acompañaré a Sesshoumaru Sama a resolver el pequeño negocio del que te hablé hoy por la mañana, mero trámite, así que volveré en dos días máximo tres, pero de cualquier forma te llamaré cuando venga en camino de regreso. –

    - ¡ Te voy a extrañar demasiado amor ! –

    - ¡ Y yo a ti ! -

    - Pero ya me encargaré de ponernos al corriente cuando regreses – le dice con una sonrisa maliciosa Kouga.

    - No lo dudo – responde Miroku con un beso.



    Por la tarde como lo habían acordado, Miroku llega puntual hasta donde Sesshoumaru espera para abordar su jet privado.


    - Te vuelvo a preguntar – exclama Sesshoumaru unos instantes antes de emprender el viaje - ¿ Estás seguro? Te advierto que no será nada agradable?-

    - Lo sé, estoy consciente de eso, pero estoy decidido a hacerlo, no perdonaré lo que han hecho – dice serio y decidido Miroku – no me gusta meterme en problemas o pleitos inútiles, pero eso no quiere decir que no tenga agallas para presentar batalla y aún más cuando han lastimado a quien tanto amo, eso por un lado y por el otro han dañado a quienes más aprecio.-

    - Entonces andando, a partir de aquí, no habrá marcha atrás. – contesta Sesshoumaru echando a andar para abordar la blanca aeronave.







    ----------------------------- Hikari -------------------------------








    La noche comienza a caer en esa ciudad que conoce perfectamente, adonde creyó que no volvería, al menos en mucho tiempo.

    Inuyasha se encuentra muy cansado, casi ha terminado de acomodar sus cosas pero no se detendrá hasta sentirse realmente cansado, a tal grado que cuando se vaya a la cama, no pueda pensar en nada, pues ahora aparte de la pena que lo embarga, se siente muy inquieto, como si algo malo fuera a suceder.
    Así que arremete contra sus cosas para mantenerse ocupado.






    --------------------------------- Hoshi -----------------------------------








    Naraku llegó a su apartamento ya muy entrada la mañana, prácticamente sólo tenía fuerzas como para llegar hasta su cama, donde se desplomó presa del cansancio durmiéndose enseguida.

    Byakuya ha salido a realizar algunas compras, pero trata de no demorar demasiado para que al menos puedan cenar juntos. Cuando vuelve al apartamento ya es más de media tarde, encuentra a Naraku ya despierto, sentado en la sala, luce recién bañado, impecable vestido con un pantalòn negro y una camisa de seda color azul oscuro desabotonados los dos primeros botones, dejando ver parte de su blanco pecho, lleva su rizado cabello suelto cayendo como negra cascada por su espalda, sus ojos brillan de una extraña manera en cuanto ve entrar a su hermano.


    - He vuelto oniisama – le saluda el menor al llegar.

    - Ya veo, te estaba esperando – le responde con su agradable voz el mayor de los Kumo.

    - En seguida prepararé la cena, no demoraré mucho – exclama Byakuya encaminándose hacia la cocina con las bolsas de víveres que lleva en las manos.

    - Es demasiado tarde para eso, me muero de hambre debido a que anoche ni tiempo tuve de cenar, pidamos algo de comida preparada – le dice Naraku con fastidio desde la sala.

    - De acuerdo, como tú quieras – dice Byakuya asomándose por la puerta de la cocina, no tiene intención de contradecir a su hermano, puede notar una actitud extraña en él y aún no averigua de que se trata, de cualquier forma él tampoco tenía muchas ganas de pasarse un buen rato en la cocina guisando.



    Byakuya hace el pedido de lo que desean cenar desde el teléfono de la cocina, cuando sale de ésta se topa con Naraku que acude a buscarlo.



    - Espero recuerdes que hoy tú y yo tenemos un asunto pendiente por tratar – le dice Naraku mientras se ha hecho de una hebra del cabello ébano de su hermano y juguetea enrollándola entre sus dedos.

    - Sí… yo… lo recuerdo muy bien – exclama nervioso Byakuya, se pregunta de que se tratará aquello de lo que quiere hablar su hermano, aunque desde luego le viene a la mente que seguramente tiene que ver con lo sucedido en Tokio antes de su partida. –



    El esbelto chico retrocede un par de pasos apartándose de su hermano.



    - Si me disculpas iré a tomar una rápida ducha, ha sido un día algo atareado. –

    - De acuerdo – responde Naraku que lo observa en silencio mientras se encamina hacia el cuarto de baño, recorriéndolo con sus rojizos ojos de arriba hasta abajo, luego se dirige a la sala para ocuparse de su diario nuevamente.







    --------------------------------- No -----------------------------------









    En cuanto aterrizan se pone en contacto con sus hombres que le hacen saber eficazmente la situación.



    - Tenemos todo bajo control señor, nuestros dos objetivos se encuentran en el mismo lugar, nuestro equipo ha mantenido vigilado el sitio. Le comunico así mismo que hace unos 10 minutos de interceptó a un mensajero que llevaba un pedido de comida al lugar, ya se hizo el cambio de sujeto, el chico que habían enviado no fue difícil de convencer, no dirá nada al respecto pues se le ha compensado bien. Se aprovechó para colocar la mercancía en el paquete, de hecho este suceso nos facilitó las cosas, ya no será necesario que usted use la fuerza como se había pensado, de cualquier forma estamos preparados para cualquier imprevisto. Todo se ha hecho de acuerdo a lo que usted ordenó – termina su informe el encargado de la operación.

    - Bien, voy para allá, manténganme informado de cualquier cambio.- ordena esa grave y autoritaria voz.

    - Sí señor -






    ----------------------------------- Hikari -------------------------------------








    Los hermanos Kuroi Kumo han terminado de cenar, se sientan en la sala un momento, Byakuya a la expectativa de lo que su hermano haga y diga, aunque no aguanta mucho más la espera y decide preguntar para salir de dudas de una vez por todas.



    - ¿ Naraku ? –

    - Sí –

    - ¿ De qué quieres hablar conmigo ? –



    Naraku lo mira tranquilamente, solo sus ojos delatan que algo está por ocurrir, pues tienen un maligno brillo.



    - ¿ Hablar? – responde con cierta burla en la voz cuando al fin se digna a contestar – En realidad es muy poco lo que tengo que decir, no así lo que deseo hacer
    – exclama con una torcida sonrisa que no le da buena espina a Byakuya, que ve como su hermano mayor se levanta para sentarse a su lado, siente esa peculiar mirada clavada en su rostro, como si recorriera cada uno de sus finos rasgos con ella.

    - ¿ Me pregunto Byaku chan… si tú eres tan ingenuo en realidad como aparentas? –

    - ¿ Còmo dices… no sé que quieres decir con eso ? – Byakuya está más que confundido.

    - Me refiero hermanito a que si en realidad eres tan ingenuo como para creer que todo estaba olvidado -

    - ¿ De qué hablas Naraku ? ¡ Explícate por favor ! –

    - ¿ Acaso pensaste que yo estaría tan tranquilo eternamente, después de lo que hiciste en Tokio? ¿ Pensaste en realidad que ya lo había olvidado? –

    - E…estoy seguro que no… -

    - ¡ Claro que no, no soy idiota ! – exclama elevando un poco la voz y usando un tono más severo exclama:

    - ¡ Tú debiste de seguir mis órdenes , no tenías que actuar por cuenta propia y hacer estupidez tras estupidez !-

    - ¡¡ Pero Naraku…yo sólo… !! – intenta explicarse Byakuya sin conseguirlo.

    - ¡ Tú solo me privaste de mi diversión hermanito ! Así que ahora tú mismo deberás enmendar tus errores.- Toma a su hermano por el mentón y lo obliga a que lo mire directamente – Aunque no creo que sea tan difícil para ti, después de todo conozco lo que sientes por mí – dice tajante Naraku, robándole el aliento a su hermano con sus palabras.

    - ¿ Lo…lo sabes ? - dice Byakuya con un hilo de voz.

    - ¡ Por supuesto! ¿Pensabas que no notaría algo tan evidente? –



    Naraku lo suelta lentamente pero no se aleja de él.



    - Quiero que sepas que yo traté de evitarlo, de alejarte y alejarme de ésta extraña y prohibida relación, pero tú sólo has empeorado todo. –



    Naraku se aproxima cada vez más a Byakuya.



    - Te dije que pagarías por lo que has hecho ¿ Recuerdas? –

    - S…sí – Byakuya comienza a preocuparse en serio, esto no es lo que deseaba cuando pensaba en aproximarse a su hermano.

    - Y puesto que ya no podré tener a Inuyasha por tu culpa…ahora tú tendrás que pagar las consecuencias… tendrás que suplirlo – Naraku acaricia suavemente el rostro de su hermano. - Será tu virginal cuerpo el que calme mis frustradas ansias por aquel tentador cuerpo del que me privaste- Naraku habla de una forma más sensual pero a la vez peligrosa - ¿ Sabes algo Byakuya ? Te voy a confiar un secreto… ¡ Desde siempre has sido correspondido por mí ! Tú siempre pensaste que no me fijaba en ti, que no me daba cuenta de tus sentimientos, pero ahora sabes que no es así – Le dice con una mirada cargada de deseo.



    Byakuya abre los ojos asombrado por lo que escucha.



    - Sí, así es Byaku chan, siempre me has gustado, siempre me has tentado –son las inverosímiles palabras que escucha Byakuya, pero no tiene tiempo de decir nada pues su hermano no ha terminado de sorprenderlo

    - Como te digo, yo sabía que esto estaba mal, trate de alejarme de ti y a decir verdad pensé que sería imposible…hasta que conocí a Sesshoumaru, con él supuse que había encontrado alguien verdaderamente hermoso, sumamente especial, a la medida de mi deseo y necesidades, pero el muy maldito nunca me correspondió, ya que resultó inalcanzable para mí – la voz de Naraku suena profundamente resentida.- Luego encontré a Inuyasha, un inmejorable premio de consolación y cuando creí que lograría lo que deseaba…
    … ¡ Tú tenías que arruinarlo todo ! Así que ahora estamos como al principio hermanito, sólo somos tú y yo –

    - ¡ Espera Naraku…yo…yo te amo, ya lo sabes, yo no deseo que esto sea así ! – interrumpe Byakuya a su hermano mayor, cierto es que él había soñado con estar con Naraku de esa forma , pero nunca bajo unas circunstancias como éstas.

    - ¡ No estás en posición de decir nada Byaku chan, él que decide como son las cosas…soy yo ! Y para serte sincero, me hubiera gustado también que esto fuera diferente, pero ahora de hecho estoy sumamente molesto contigo por lo que hiciste, así que no esperes demasiadas consideraciones de mi parte – le dice Naraku con ese halo oscuro que pareciera enmarcarle ahora.



    Byakuya comienza a sentir miedo, no esperaba algo así, decide entonces que tiene que alejarse de su hermano… ¡Tremenda ironía del destino, cuando su hermano le confiesa que le corresponderá, él se da cuenta de lo peligroso que puede resultar todo esto y ya no se siente tan seguro al respecto ! Ahora solo piensa en huir.
    El menor se recorre en el sillón hasta llegar a la orilla de este, entonces lentamente se pone de pie.



    - Yo… me parece que no es buena idea, los dos nos sentimos muy tensos ahora y… - busca excusas para anteponerlas a los deseos de su hermano, comienza a sentir que todo le da vueltas, comprende que está demasiado nervioso, seguramente por eso las manos le tiemblan, jamás se había sentido así, un malestar causado por la cercanía de su hermano, nunca lo hubiera imaginado.



    Naraku no espera más y se levanta rápidamente para impedir que su hermano huya de él, no permitirá que se escabulla ahora que ha decidido que llegó la hora de que sea suyo.
    Pero al ponerse de pie, un intenso mareo casi le nubla la vista haciendo además que un vértigo inesperado haga que se tambalee, se sujeta del respaldo del sillón evitando caer, ante lo cual Byakuya no puede evitar el preocuparse por su hermano y se apresura a ayudarle.



    - ¿ Qué ocurre Naraku, te sientes bien? –

    - Me…me siento mareado, algo de lo que comí debió sentarme mal –

    - Descansa un momento – le dice Byakuya al tiempo que le ayuda a sentarse.



    A pesar de todo, Naraku no se ha dado por vencido.



    - Pero no creas que así se quedará todo, solo dame unos minutos y ya nos veremos otra vez tú y yo – sentencia Naraku.



    Suena en ese momento el timbre de la puerta.



    - ¡ Ding, dong ! –

    - ¿ Quién podrá ser, no esperamos a nadie ? – dice intrigado Byakuya.



    Byakuya se dirige a la puerta, se lleva la mano a la frente, es cuando la siente perlada en frío sudor que limpia con el dorso de la mano, da unos pasos más pero ahora es él quien es atacado por un fuerte malestar que hace que como le ha sucedido hace unos minutos a Naraku, pierda el equilibrio al caminar y casi cae, derribado a su paso un perchero.
    Naraku lo observa confundido, ante lo cual Byakuya se apresura a responder:



    - No ha sido nada, sólo me tropecé – se apresura a abrir la puerta cuando el timbre vuelve a sonar. –



    Al entreabrir la puerta observa a un desconocido ante ella.



    - ¡ Buena noche, disculpe la molestia, vengo de la administración a realizar el cobro correspondiente al mantenimiento.

    - ¡Oh sí, permítame un momento ! – “Lo había olvidado por completo ” , piensa el delgado chico que ha comenzado a marearse de verdad y puede notar que Naraku no está mucho mejor.



    Cuando Byakuya va a cerrar la puerta nuevamente para ir por el dinero para pagar la mencionada cuota, algo le llega a su confusa mente, así que abre un poco más la puerta y pregunta:


    - ¿ Que no se supone que dicho pago se deposita en el banco? –



    El desconocido empuja sin previo aviso la puerta, abriéndola de golpe, haciendo además que Byakuya casi caiga de nuevo, se tambalea torpemente y retrocede apoyándose en la pared, Naraku al darse cuenta de que algo anda mal, intenta ponerse de pie, pero ya no le es posible debido a que su cuerpo casi no le responde, así que solo le resta observar como entran apresurados 3 hombres más, listos para dar pelea.



    - ¿ Pero… qué demonios… ocurre? – pregunta con dificultad Naraku presa de la furia.



    Esos hombres no le responden, se ubican en torno a ellos, pero es en ese instante cuando Naraku se da cuenta de algo que lo alarma aún más.

    ¡ Esos pasos que escucha aproximarse, los reconocería con los ojos cerrados, unas pisadas pausadas, ligeras… peligrosas.

    El miedo es evidente en la mirada de Byakuya que a trompicones ha retrocedido hasta ubicarse a un lado de su hermano, se desploma finalmente en el sillón, debido a que al igual que a Naraku, las fuerzas lo están abandonando.
    Con la mirada fija en el marco de la puerta, sienten un escalofrío recorrerles la espalda cuando lo ven entrar, alto, arrogante, envuelto en su abrigo largo de color negro…



    - ¡¡¡ Sesshoumaru !!! – exclaman a coro ambos hermanos con el pánico adornando esa palabra.

    - ¡¿ Pero qué… còmo… es posible ?! – logra preguntar con enorme esfuerzo Byakuya.



    Unos pasos más atrás de Sesshoumaru Sama… distingue a alguien que bien podría ser una macabra aparición para el chico, se trata de quien creyó muerto…es Miroku en persona, cuyo serio semblante no se parece en nada al jovial hombre que estaban acostumbrados a ver.



    - ¡ Maldito ! ¿ Qué haces…aquí? – pregunta con furia Naraku al alto hombre de largo y blanco cabello. - ¿ Còmo diste con nosotros ? –



    Sesshoumaru dirige su fría y arrogante mirada cargada de desprecio a aquel que hace semejante pregunta, entonces hace oir su grave voz.



    - No cabe duda de que nunca cambiarás, sigues siendo igual de idiota – No Taisho Sama ya se encuentra dentro del apartamento y se planta entonces frente a esos hermanos que han hecho tanto daño últimamente- De verdad que no me conoces lo suficiente, deberías de haber sabido que nunca podrían escapar tan fácilmente de mí, de hecho no podrían huir de mí bajo ninguna circunstancia- se escucha una risa baja cargada de burla y de forma por demás arrogante le dice:

    - No cabe duda que los golpes que te di te dañaron más el cerebro… ¿ De verdad pensaste que me podrías vencer ? –



    Naraku intenta ponerse de pie nuevamente, pero su cuerpo ya no le obedece, de igual forma ocurre con Byakuya de quien la alarma y el miedo ya están haciendo presa.



    - ¡ Ah, supongo que ya no pueden moverse ! – les dice con una malévola sonrisa en ese perfecto rostro



    Mete la mano en uno de sus bolsillos y saca un pequeño frasquito y sosteniéndolo entre sus finos dedos se los muestra a los hermanos Kumo que lo reconocen en el acto, abriendo los ojos con enorme sorpresa.



    - ¡¡¡ Nooo !!! – exclama alarmado Byakuya.

    - Me tomè la libertad de mandar “condimentar” sus alimentos el día de hoy – exclama despreocupado mientras juguetea con el frasco entre sus dedos.



    Los Kumo están más que alarmados, la sensación por demás desagradable domina sus cuerpos por completo, dejándolos a merced de ese peligroso hombre.

    Sesshoumaru se aproxima a Byakuya… lentamente infundiéndole mayor temor, sonriendo lo toma por el mentón y lo observa con detenimiento, con esa dorada mirada que luce fría y aterradoramente bella.
    De improviso ese agarre pasa de lo suave a lo brusco y la voz de Sesshoumaru resuena ahora por el lugar de forma atemorizante.



    - ¡¿ Qué se siente maldito bastardo, qué se siente estar a merced del enemigo… y no poder mover un sólo dedo ?! ¿ Lo disfrutas ahora de la misma forma que lo hiciste con Inuyasha? –



    Byakuya pierde el control y emitiendo un gemido producto del temor trata de huir, pero sólo consigue desplomarse en el suelo cual pesado fardo.



    - ¡¡ Yo no quería matarlo, lo juro, nunca quise que él muriera !! – casi lloriquea Byakuya hecho un ovillo en el piso cubriéndose el rostro como si con eso pudiera evitar el ver la realidad, la pesadilla que se ha vuelto para él tan solo el recordar lo que ha hecho, volviendo cada vez más pesado su andar cotidiano.

    - ¡ Pero lo hiciste inmundo infeliz, acabaste con él haciéndolo sufrir lo inimaginable ! – Sesshoumaru usa cual cuchillas sus palabras, hiriendo cada vez más la ya de por sí frágil estabilidad de ese chico.

    - ¡ Ahora pagarán por todo lo que nos han hecho y eso desde luego incluye a Kouga, yo he venido hoy para vengarlo con mis propias manos ! – se escucha la voz de Miroku por primera vez, la cual suena impregnada de un profundo rencor.



    Sesshoumaru empuja con el pie a Byakuya para darle la vuelta, con la punta de la bota aparta las manos del chico con las que continuaba cubriéndose los ojos. No permitirá que escape de su castigo, lo obliga a enfrentarse a ese par de llamaradas doradas que por momentos parecieran lanzar destellos rojizos, provocando que la sangre de Byakuya se le hiele en las venas.


    - ¡ Ahora sentirán en carne propia lo que han obligado a vivir a sus inocentes víctimas, sabrán cómo se sufre al ver como maltratan y mancillan a quien aman… sin que puedan hacer absolutamente nada, exactamente como lo hicieron con Inuyasha y Kouga – sentencia la voz helada de Sesshoumaru No Taisho.



    A una señal, los hombres que los acompañan salen del lugar para vigilar que nadie interrumpa, aunque es un hecho que ni la policía acudirá en auxilio de esos infelices, de eso se ha encargado ya el personal de Sesshoumaru.

    Mientras tanto Miroku se aproxima a Naraku y Sesshoumaru a Byakuya, prácticamente los arrastran hasta la alcoba principal ante sus inútiles esfuerzos por liberarse.



    - ¡ Ahora es nuestro turno! – exclama Sesshoumaru con una expresión aterradora dentro de la aparente inexpresividad de su bello rostro.









    Continuarà. . .




    Notas finales:

    Así es como casi llegamos al final de la historia

    ¡ Gracias por la paciencia ! ¡ Gracias por sus lecturas y comentarios! :)


    Nos leemos.

    Bye, bye :D
     
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    .
  15. Hoshi no Hikari
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    User deleted


    Aclaraciones del capítulo:

    ¡ Hooola a tod@s!
    Así que aquí estamos para el final de mi fanfic, por tercera vez, me siento feliz de haber escrito, que les atrajera y les gustara.
    Pero a la vez no puedo evitar sentir nostalgia cuando esto se termina, lo que puedo decirles es que lo disfruto mucho, espero que ustedes también.

    Aquí les dejo el desenlace, deshago mis embrollos, separo, reúno, sufren, odian, aman... y hablando de odiar, espero no me odien mucho, sé que es difícil llenar todas las expectativas, pero... pues a mí me gustó así, ojalá a ustedes también.
    Pensé en dividir el capítulo ya que me quedó algo largo, pero me dije: Ya les anuncié el final, ya lo tengo... ¡ De una vez ahí les va todo.
    !
    Los personajes no son míos, son de Rumiko Takahashi sensei, la loca historia es toda mía.






    Capítulo 14

    "Persianas"
    (Final)










    Y sólo recuerdos quedan...

    Recuerdos que comenzaron como hechos iniciados en la nada, para paso a paso convertirse en un todo.

    " Bastaron solo unas fugaces miradas a través de las persianas para entrecruzar nuestros caminos, algo que fue tomado como un suceso fortuito, visto muy a la ligera... al menos en el inicio... fuimos un par de desconocidos buscando descubrirse, jugando a enamorarse, entrando sin permiso en el secreto mundo de alguien más, pero terminando dentro de uno mismo.

    ¿Un juego ? Eso pensamos...¡ Simplemente un juego impregnado de curiosidad !

    Y terminó siendo una dulce trampa, una jugarreta del destino, porque al final de todo... el amor de verdad surgió atrapándonos desprevenidos a los dos .

    Y es que el amor no es algo que deba tomarse de forma superficial, como un simple pasatiempo, un asunto para satisfacer la curiosidad, ya que si no lo tomas en serio èl mismo se encajará de que lo mires con más respeto, con más calma, si bien no en el presente cuando tienes la oportunidad de disfrutarlo, lo hará cruelmente en tus recuerdos, efímeros y volátiles recuerdos que se tornarán dolorosos cuando mires a tu alrededor dándote cuenta que no queda nada más que eso... sólo recuerdos.

    Recuerdos que nos encargamos de forjar juntos, creando cada instante compartido, un rastro fugaz en la memoria.

    Y ahora además siento éste terrible dolor en mi interior...

    ¿Será acaso que mi corazón no concuerda conmigo?

    ¿Será que a gritos me reclama por la decisión que he tomado?

    ¿Será que sabe mejor lo que existe en mi interior y que es mucho mas que sòlo recuerdos?

    ¿Será que tal vez ... me equivoqué...?







    ------------------------------------------------








    Esas ambarinas ventanas que dejan ver un corazón que sufre, se encuentran fijas en ese tembloroso reflejo plasmado en el agua, el llanto solitario lo ha dominado por unos minutos, más sin embargo ha cesado ya, ante la imparable cascada de recuerdos que ahora inundan su mente.
    Sentado en la húmeda hierba, sus veloces y desesperados pasos lo llevaron hasta aquel sitio plagado de recuerdos para él.
    Su refugio, su consuelo, ese tranquilo lugar que tantas tardes lo recibió apacible al sentarse ahí mismo, donde comenzó trazando desde sus primeros garabatos hasta sus más bellas creaciones.

    Ahora en medio de la fragante noche, después de huir nuevamente, algo que anteriormente le pareciera impensable, acostumbrado a enfrentar con valentía lo que se le presentara en el camino; sin embargo ahora... en ésta ocasión lo ha vuelto a hacer, escapó para darse finalmente cuenta mientras contempla la luna, esa incompleta figura reflejada en el agua, que los recuerdos no lo abandonarán, no importa donde vaya le seguirán sin piedad, siempre habrá algo que detonará su mente invadiéndola de alegría o dolor.

    No había detenido su frenética mudanza, no lo haría hasta terminar, pero el destino ha encontrado la manera de hacerle saber que estará presente donde sea que vaya.

    Sucedió mientras desempacaba unas cajas en medio de lo que serà su nuevo estudio, sacaba con cuidado el contenido de una de ellas, cuando un objeto lo tomó por sorpresa. Sabía desde luego de que se trataba ese cuadro envuelto cuidadosamente para evitar que se dañara.

    Con nerviosas manos quitó con sumo cuidado la envoltura, pero a pesar de que lo conoce a la perfección, al contemplarlo simplemente no pudo evitar que escapara de ente sus dedos haciéndose añicos el cristal al chocar ese querido retrato contra el suelo.
    Su visión se tornó borrosa casi de inmediato debido a las inesperadas lágrimas cuando se arrodilló para recogerlo, pues ahí observándolo de forma muda, se encontró de frente con esa bella, pícara e intensa mirada de oro fundido.

    Sus finos dedos recorrieron esos delicados rasgos, esa expresión que refleja tantas cosas, tantos sentimientos y aunque quisiera negarlo, sabe que él mismo inspiraba a su modelo a reflejar en su rostro y en su mirada eso que por él sentía.

    Las lágrimas simplemente se negaron a detenerse mientras sostenía con fuerza el dibujo entre sus brazos.



    - ¡¡ Sesshoumaru... te extraño tanto!! - exclama en un ahogado susurro- ¡¡¡ Te amo tanto!!! -



    Una tremenda desesperación comenzó a tomar forma en su interior, una perturbadora certeza...
    Esos ojos, sus bellos ojos... esa expresión en ellos, esa que le regalaba al clavar su mirada en él.


    ¡ No le cabe duda sobre la sinceridad de esos reflejos dorados !


    " No puede ser falso todo lo que me demostraba, después de todo para él también fue difícil el aceptar todo esto y sin embargo nunca se acobardó, jamás ocultó lo que sentía "



    Aunque Inuyasha mismo sabe también que él ha sido valiente y se había mantenido firme ante lo que creyó verdadero, podría haber luchado contra quien fuera, más no pudo hacerlo contra esa supuesta falsedad.

    Jadeó desesperado al empezar a ver todo de la misma forma que se lo muestran esos transparentes ojos dorados.
    Acomodó con cuidado el retrato sobre su escritorio...



    - ¡Por todos los cielos! ¿En qué momento me volví tan ciego? ¿En qué instante me permití escuchar esas necias y malvadas palabras dándoles mayor importancia que lo que yo veía, lo que yo sentía, lo que èl me mostraba... lo que mi corazón sabía? ¡¿Qué he hecho?!-



    La claridad mental le llegó de golpe, corriendo ese telón de confusión, duda y dolor que le cubría los ojos y la mente.



    - Él sólo me protegía, me cuidaba de los ataques de lo Kumo, simplemente deseaba amarme y protegerme, y yo... yo lo abandoné -



    Casi gimió las últimas palabras, no pudo más, se levanto y salió apresurado de su apartamento. Necesitaba caminar, le urgía tomar aire fresco, sentía que se ahogaba.

    Caminó con un rumbo definido en su confundida mente, iría al parque de su infancia, a ese rinconcito personal aquí en su natal Kioto...


    Así es como ahora se encuentra ahí sentado recordando...

    Ese reflejo de la luna luce tan solitario en ese oscuro cielo, como el mismo se siente ahora.

    La rojiza luna le recuerda las viejas creencias sobre los malos presagios que la gente de antaño creía que ocurrían cuando la noche lucía así.
    Inuyasha ha estado inquieto aún cuando no sepa el porqué, siente una repentina preocupación que anida en su pecho...

    ¿Acaso su preciosa luna corre peligro?

    Esa luz que ha alumbrado su corazón disipando las sombras... ¿Será presa de la oscuridad de esa noche?

    Un repentino escalofrío le recorre el cuerpo robándole aún más la calma.

    Una pregunta cruza su mente apretujando su corazón:


    "¿Me extrañas tú como yo te extraño a ti?

    ¿Me amas con la misma intensidad que yo lo hago?

    ¡Deseo con todas mis fuerzas luna mía que así sea en verdad! "






    -------------------------------------------------------








    Kouga permanece despierto, algo no permite que duerma, ha dado vueltas y màs vueltas en la cama que luce demasiado grande para èl solo, hasta que harto de los inútiles intentos por conciliar el sueño, se da por vencido.


    - ¡Ok, parece que el dormir no es lo mío ahora! - exclama fastidiado levantándose para luego dirigirse a la cocina para servirse un vaso con agua, la cual bebe con toda calma recargado en uno de los gabinetes de la cocina - ¡Rayos Miroku! ¿A dónde demonios fuiste? -



    A Kouga le queda bastante claro que uno de los motivos por los que no puede dormir, es precisamente porque se ha acostumbrado demasiado pronto a sentir ese tibio cuerpo a su lado, ama con todo su ser esa cálida presencia
    Una torcida sonrisa aparece en su rostro al pensar que sin embargo a últimas fechas, la cama no seguirá siendo compartida únicamente para dormir.



    - En fin amor mío... - sus celestes ojos se posan en el pedazo de oscuro cielo que se aprecia desde la ventana de la cocina - Tan sólo espero que no te metas en problemas, que no te pongas en riesgo a causa de lo que sea que hayas ido a hacer con Sesshoumaru Sama, pues tengo el presentimiento que no se trata precisamente de trabajo... ¡Si supieras que tus bellos ojos no saben mentir ! -



    Suspira cansado, entonces por algún extraño sentimiento se acuerda de Inuyasha, ese testarudo amigo suyo y si lo conoce bien, sabe que no está pasando los mejores momentos precisamente.



    - ¡Inuyasha baka! Veamos si te tomo por sorpresa y al menos logro que me contestes el teléfono -



    Se dirige a la alcoba donde ha dejado su teléfono celular y marca el número de su amigo.



    - Suena el tono de llamada...suena… suena...suena y vuelve a sonar... -

    - ¡¡ Maldición!! ¿Por qué tienes que ser tan obstinado? - tras mirar su reloj reflexiona- bueno... tal vez sólo estás dormi... -

    - ¿ Moshi... moshi? - se escucha esa voz con el característico sonido de quien ha llorado mucho, aún cuando según él se recompone lo mejor que puede.



    ¿Por qué ha contestado ésta vez? Soledad sin duda.



    - ¡Vaya hombre, hasta que me contestas la llamada ! - le dice Kouga enfadado pero a la vez contento de escucharlo.

    - ¿Kouga, qué ocurre? - pregunta casi sin pensar el diseñador.

    - ¡¿Que qué pasa?! ¡¡ Semejante tonto!! Te vas sin decir una palabra, dejándonos sumamente preocupados a todos y me preguntas... ¿Que qué pasa? -

    - ¿A todos? - pregunta más impulsado por las ansias que cosquillean en su interior que por voluntad propia - ¡ Emh, sí digo, supongo que tú y Miroku estaban muy preocupados, lo siento ! -

    - ¿A dónde quieres llegar semejante necio? ¡Cuando digo todos, es a TODOS!
    No te hagas el listo conmigo... ¡¡ Sí, principalmente a Sesshoumaru, prácticamente lo mataste en vida!!- Kouga toma aire sólo para continuar con su "amigable" regaño - Ignoro que pasó entre ustedes y créeme, no pretendo inmiscuirme en sus asuntos, pero de verdad... no sé qué rayos estabas pensando cuando decidiste irte y dejar a tu pareja aquí, pero lo que si creo es que Sesshoumaru la ha estado pasando muy mal, aunque el Señor hielo ambulante pretenda ocultarlo, pues si antes nos daba miedo ahora nos da pavor el verle. - Kouga trata de sonar lo menos agresivo posible, pero tampoco sabe ser muy sutil.

    - Yo... siento haberlos preocupado, pero necesitaba estar solo... y...y... - la voz de Inuyasha amenaza con perder firmeza comenzando a sonar casi quebrada.

    - ¡¿Inuyasha?! ¡Oye amigo! ¿Estás bien? ¡Cielos perdóname, yo solo quería saber si estabas bien y... oh rayos, qué tonto soy! Pero dime... ¿Estás llorando acaso... tú llorando? - Kouga se siente pésimo, no solo ha regañado a su amigo sin realmente proponérselo... ¡Bueno sí, quizás si quería hacerlo! pero no esperaba hacerle sentir tan mal, jamás había escuchado a Inuyasha de esa forma, siempre se ha mostrado tan fuerte, tan inquebrantable...

    - Silencio -


    Kouga pasa saliva con dificultad y le dice a su amigo con mayor calma:



    - A ver, comencemos otra vez, yo... ¡Lo siento Inuyasha! no pretendía hacerte sentir mal, no pensaba que sonara como un reclamo, yo solo estaba muy preocupado por tì y... es verdad lo que te he dicho ¡Todos lo estamos! -
    Se escucha como Inuyasha aún lucha contra el llanto que pugna por salir nuevamente al aceptar lo que a continuación le dice:

    - ¡Oh Kouga, he sido un verdadero idiota, he cometido estupidez tras estupidez! -

    - Bueno, eso no me extraña - dice irónico Kouga tratando de aligerarle la confesión a Inuyasha, que reacciona de acuerdo a su costumbre de forma agresiva.

    - ¡¡ Baka!! Lo que quiero decir es que me equivoqué, me dejé llevar y no es que no tuviera razón, se que también la tenía... aunque... no toda y además... yo no quiera lastimarlo, yo de verdad lo amo y es por eso...- deja salir las palabras a toda velocidad.

    - ¡ Woow, woow, wow, detente un momento Inuyasha ! - interviene Kouga tratando de entender de qué demonios habla. - ¿Qué te parece sí me cuentas para empezar de que hablas, como tú comprenderás No Taisho Expresividad Sama, no nos ha dicho una sola palabra al respecto, así que nosotros sólo suponemos lo que pasó entre ustedes - Kouga se recuesta en la cama pues se da cuenta de que será una larga charla.



    Por su parte Inuyasha se recarga en el árbol en que acostumbra hacerlo, para hablar con su amigo.
    Hay momentos en que aún en medio del dolor y la rabia, se bajan las defensas en busca de apoyo y consuelo y éste es sin duda uno de ellos para Inuyasha, así que con el bello escenario alumbrado por la luna, deja escapar hacia el frio viento de otoño todo el dolor y dudas que lo abruman con su mejor amigo.





    -----------------------------------------------------------







    Si todo el odio, rencor, dolor, ansiedad, deseos de venganza y demás sentimientos negativos se pudieran mostrar en esa habitación como una oscura niebla, es un hecho que sería sumamente difícil distinguir casi nada en esa alcoba.
    Las manos de Miroku tiemblan levemente mientras levanta a Naraku y lo arroja sobre un sillón largo que hay en la alcoba, a la vez que Sesshoumaru avienta a un Byakuya sumamente pálido y tembloroso sobre la cama.
    Los movimientos de ambos ya son erráticos y hacen débiles intentos que definitivamente no les servirán en lo absoluto para defenderse y mucho menos escapar.
    Sin embargo Naraku al contemplar el aparentemente serio semblante de Miroku, deja escapar una baja risa burlona y oscura, después de todo no han perdido la capacidad de hablar aún cuando sea con dificultad, sin duda Sesshoumaru desea que estén lo suficientemente conscientes de lo que sucederá a continuación,


    -¿Nervioso... acaso ? - los penetrantes ojos de Naraku van de las manos al rostro de su captor.

    - ¡¡ Silencio!! - lo calla el aludido propinándole una bofetada.

    - ¡ Ja ja ja ! - se escucha la sonora risa por la habitación - ¿A quién engañas Miroku... tú jugando a ser el rudo, el "malo"? ¡Eso no te lo cree nadie! -



    Un muy breve instante de duda se vislumbra en el semblante de Miroku, para deleite de Naraku.
    Sesshoumaru lo observa también, en esos dorados ojos no hay el menor asomo de duda cuando con seca voz exclama:



    - Simples palabras necias de quien sabe que no tiene escapatoria! -



    Le lanza entonces una significativa y fría mirada a Miroku, la cual le congela cualquier intento de retractarse, sabe perfectamente que llegados a éste punto no hay marcha atrás, no hay lugar para las dudas.
    Pero es el propio Naraku el que sella su destino aclarando brutalmente los pensamientos de Miroku.



    - ¡Eres... patético...tanto o más que tu... estúpido novio. Casi puedo escuchar...sus lastimeras súplicas...dirigidas a ..Byakuya...¡ No cabe duda, son tal para...cual... -



    Lo que sea que haya intentado decir después fue acallado por certero puñetazo de parte de Miroku, esa apacible mirada que comúnmente posee, ahora muestra una temible aura que la hace lucir casi oscura por la rabia.



    - ¡Maldito estúpido hijo de...! ¡No te atrevas a volver a mencionar siquiera a mi pareja, ahora verás lo que éste patético hombre es capaz de hacerte sentir - exclama con furia.



    En ese instante, un gemido producido por el miedo es emitido a una cierta distancia de ellos, sin duda alguna Sesshoumaru no le dará mayor oportunidad a los Kuroi Kumo de sacar ventaja de la situación, el sonido ha sido producido desde luego por Byakuya.

    Prácticamente Sesshoumaru le ha arrancado la camisa al chico que yace en la cama, haciéndola trizas, para seguir luego con el pantalón. El menor de los hermanos comienza a temblar como una hoja, pues cierto es que su hermano siempre le ha impuesto su personalidad la cual considera fuerte, pero de eso a Sesshoumaru Sama... hay una enorme diferencia. El sólo contemplar esa helada mirada le causaría escalofríos en condiciones normales, cuánto y más toda su amenazadora presencia bajo éstas circunstancias.

    Naraku ha desviado la atención que tenía puesta en Miroku, para fijarla en su hermano.



    - ¡¿Nooo,...no te atrevas Sesshoumaru, no te atrevas...a ... tocarlo o... te mataré!! - casi jadea las palabras por la droga y por la rabia.



    Sesshoumaru voltea a verle y una tétrica sonrisa asoma a sus finos labios.



    - ¿En serio? - se escucha su fría risa en tono bajo - ¿Y desde cuándo los muertos pueden regresar para matar a los vivos?-



    Naraku se queda con la boca abierta... ¿Se suponía que son... o... fueron amigos, no? simplemente no puede creer que Sesshoumaru vaya a llegar a eso, pero lo que contempla en esa mirada lo deja helado, pero es Byakuya entonces el que reacciona.



    - ¡¡ No por favor, no le hagas... daño! - pide clemencia para su hermano mayor.



    Miroku no pierde el tiempo y con la rabia en sus acciones, imita a Sesshoumaru haciendo otro tanto con Naraku, el cual queda en poco tiempo con el torso desnudo.



    - ¡Nooo, déjalo por favor! - gime Byakuya.

    - ¿Qué decías sobre patéticas y lastimeras súplicas? - pregunta sonriendo burlón Miroku.

    - ¡¡ Me las pagarán...se...los...aseguro!! -



    Naraku está rabioso, por un lado no tolera ver como Sesshoumaru profana el frágil cuerpo de su hermano, pero su pervertida mente tiene un enfoque ambivalente:

    Siempre ha pensado en el cuerpo de su hermano como algo de su propiedad, alguien que tarde o tempano haría suyo.
    Por otro lado, le hace hervir la sangre con malsano deseo el ver a ese perfecto hombre tocando a alguien más que no es él. Esas fina manos deslizándose con sensual e intensa habilidad por una piel que no es la suya... ¡Con lo que ha deseado ser poseído por Sesshoumaru sin lograrlo jamás! y encima de todo... ¡Esto!

    Simplemente un negro y sucio pensamiento lo carcome por dentro.

    Sesshoumaru ha sentido su mirada sobre ellos desde un principio, pero es hasta pasados unos minutos que voltea lentamente hacia èl, sus miradas se encuentran leyéndose mutuamente.

    El alto empresario lo contempla serio, se aparta entonces con lentitud de Byakuya para dirigirse a él.



    - Nada te gustaría más ¿No es así? - los movimientos de Sesshoumaru son por demás sensuales, finos, delicados y elegantes, los hace sin ningún esfuerzo pues son algo natural en él.



    Sacude su blanquísima y sedosa cabellera de tal forma que la respiración de tres hombres en esa habitación se detiene por un instante ante la tentadora y agradable visión.

    Miroku mueve la cabeza despabilándose y se aparta de Naraku dejándoselo por un instante a Sesshoumaru.



    - ¿Esto es lo que deseas, no es así? - exclama el peli plateado recorriendo lentamente su propio cuerpo con sus blancas manos de forma seductora y lenta.

    - Tú lo sabes mejor que nadie - exclama Naraku firme.



    Sesshoumaru se agacha y aproxima peligrosamente su boca a los finos y pérfidos labios de Naraku pero apenas si los roza. El peli negro siente ese perfumado y cálido aliento acariciando su rostro, cierra los ojos por un instante dejándose llevar por sus sentidos suponiendo lo que sucederá.

    Una risa baja, sensual le llega a sus oídos haciéndolo abrir los ojos, Sesshoumaru se aleja poco a poco de su rostro, pero lo contempla con una aparentemente ardiente mirada de arriba a abajo, haciendo aparecer un indiscreto sonrojo en la pálida tez de Naraku.
    No Taisho Sama toma un rizo de negro cabello, juguetea con el, lo suelta con gracia, esos finos dedos revolotean ahora apenas sobre la desnuda piel de su pecho de Naraku, apartándose sin llegar a tocarlo en realidad, mientras Naraku comienza a respirar apresurado víctima del deseo.
    Sesshoumaru lo mira ahí tendido, ofreciéndosele por completo.

    Pero para sorpresa y humillación de Naraku, el millonario se yergue altivo, lo mira entonces de forma arrogante con profundo desprecio y exclama con su suave y grave voz.


    - Y tú sabes perfectamente que yo no caería tan bajo como para compartir mi cuerpo con una escoria como tù, de hecho... ¡Nunca me has inspirado nada! -



    Y con paso cadencioso se aleja de èl a la vez que le dice a Miroku:



    - ¡Adelante es todo tuyo, sólo cuida de no ensuciarte con la basura! -

    - ¡¡ Eres un desgraciado malnacido!! - le escupe con rabia Naraku, luego añade - ¡Voy a acabar contigo, lo juro! -



    Como respuesta a su amenaza, Sesshoumaru abre violentamente los pantalones de Byakuya y se los saca rápidamente, más Naraku no tiene oportunidad de decir nada, ya que en un segundo siente como su propia ropa es arrojada lejos de él.
    El llanto imparable moja ya el rostro de Byakuya, pero sigue pidiendo clemencia, no para él, sino para su hermano.



    - ¡Te lo suplico Sesshoumaru, deja ir a Naraku! Después de todo... yo fui el que realizó los ataques a... Kouga e Inuyasha... -

    - ¿Es eso una confesión? - exclama con malévola sensualidad Sesshoumaru, mientras sus dedos lo despojan de la ropa interior para después recorrerlo con lujuria por el rostro y por el pecho.



    Byakuya puede contemplar ese bello y peligroso rostro a través de las lágrimas, está a escasos centímetros del suyo. Un intenso sudor comienza a perlarle el rostro, incluso el cuarto pareciera empezar a dar vueltas.
    Naraku a su vez siente como Miroku lo toma por el rostro y comienza a recorrerlo paso a paso con sus manos, esos ojos comienzan a inquietarle, se siente en completa desventaja... y lo está de hecho, además de ya encontrarse por completo desnudo también.

    Miroku se ha puesto a horcajadas sobre él y ante cualquier intento de resistencia recibe golpe tras golpe, castigando así su atractivo rostro.



    - ¡Nooo, ya no por favor! - se escucha la alarmada voz de Byakuya.



    Cuando voltea Naraku para ver qué ocurre, sólo lo hace para darse cuenta que Sesshoumaru baja el zipper de su propio pantalón para después deslizar sus finas manos por las delicadas y blancas piernas de su hermano menor, mirando siempre de reojo a Naraku, disfrutando enormemente sus reacciones, después posa sus dorados ojos en el chico, se sonríe maliciosamente y le separa las piernas de golpe.



    - ¡¡ Nooo maldito bastardo, maldito demonio de plateado cabello, tus ojos son reflejo del mismo infierno!! ¡¡ Él debe ser mío, no lo toques!! ¡No en vano he cuidado que nadie más ponga sus manos en él... - Naraku calla al comprender que acaba de hablar de más, una malévola expresión aparece en el rostro de No Taisho Sama.

    - ¿Así que eres virgen, te han conservado virgen hasta ahora? - la voz de Sesshoumaru suena falsamente amable -



    Posa sus manos en el pecho de Byakuya y lenta, muy lentamente las va deslizando dirigiéndose hacia su entrepierna, haciendo que un fuerte estremecimiento recorra ese frágil cuerpo.



    - ¡Debí acabar contigo cuando pude hacerlo, maldito engreído! ¡Siempre he querido hacerlo! Así como debí matar a Inuyasha esa noche como me lo proponía, debí hacerlo antes de que tú llegaras a interrumpir nuestra diversión -



    La expresión de Naraku está casi enloquecida, sus rojizos ojos lucen desenfocados por la droga, pero también por la rabia, no soporta ver a su hermano siendo tocado de esa forma.

    Miroku que se había quedado inmóvil ante la atrevida escena que tiene lugar frente a sus ojos, reacciona y sujeta a Naraku por la cadera y de un rápido movimiento lo voltea boca abajo, le separa las piernas bruscamente haciendo jadear de la rabia y la sorpresa a Naraku.



    - No te atreverás maldito cobarde! - sentencia el de rizado cabello.

    - ¿No? Sólo prepara tus patéticas suplicas, porque te harán falta - le responde Miroku obligándolo a voltear sujetando sus largos cabellos con furia.



    A pesar de la rabia que siente, Naraku evita mirarle, ante lo cual Miroku le suelta la coleta de su cabello y se pega de forma violenta a ese cuerpo que le causa repulsión, quitándole el aliento al peli negro cuando percibe ese miembro que amenazador se posiciona muy cerca suyo.



    - ¡Ya déjenlo por favor, no le hagan nada, firmaré lo que sea... - un salvaje beso le impide seguir hablando, de forma por demás agresiva invaden esos delgados labios, mientras lo sujetan por la nuca apresándolo por los lacios y oscuros cabellos, la otra mano ejerciendo presión en la intima parte de Byakuya haciéndolo jadear.



    Naraku no soporta más cuando contempla la situación por demás desesperada en que se encuentran, él mismo siente como Miroku comienza a ejercer presión en su entrada, más allá de eso, el dorado y el rojo se enfrentan en una feroz lucha.


    - ¡Está bien, está bien, ustedes ganan, haremos lo que sea, firmaremos los documentos necesarios, pero ya suéltalo! - grita Naraku ya con los ojos anegándose en lágrimas de rabia.



    Sesshoumaru lo contempla y todavía con una sonrisa en los labios, pasea su lengua desde el cuello hasta el vientre del menor de los Kumo, para luego soltarlo de golpe arrojándolo en la cama, donde se queda lloriqueando, cubriéndose el rostro con ambas manos. El peli plateado por su parte se limpia la boca con el dorso de la mano, en un claro gesto de repugnancia.

    Miroku hace otro tanto con Naraku, él simplemente se ha limitado a seguir varios de los pasos de Sesshoumaru, pues ha mantenido su mente casi bloqueada ante lo que están haciendo, aun cuando sienta esa enorme rabia al recordar lo que éste par han hecho.
    Naraku entonces con enorme esfuerzo voltea a encarar a su verdugo, descubriendo con enorme rabia que su agresor lo ha engañado, pues ni siquiera se ha despojado de los pantalones, su atemorizada y drogada mente le ha acrecentado las sensaciones que vivía.
    Pero Sesshoumaru no se conformará con sólo escuchar esas palabras, no él.



    - A mi parecer aún hacen demasiado ruido... ¡Son realmente mediocres y patéticos, realmente ruidosos!- exclama con una expresión de fastidio, luego mete la mano en el bolsillo de su pantalón y le muestra a Miroku el frasquito de la droga que han usado, idéntica a la que los Kumo administraron a Inuyasha.



    Se agacha nuevamente sobre Byakuya, de hecho está montado sobre él encima de la cama, tal imagen ha enloquecido a Naraku, unos enfermizos celos lo han abrumado todo el tiempo, aunque cabría preguntarse:

    ¿Éstos son por Byakuya o por Sesshoumaru?



    El alto empresario ya ha abierto el frasco y toma a Byakuya por el mentón apretando con fuerza lo obliga a abrir la boca y entonces hace caer en ella 5... 10...15...20 o más gotas del liquido rosado.

    Y como hiciera Byakuya con Inuyasha, Sesshoumaru lo obliga a tragar el líquido.



    - ¡Noooo, maldito, mil veces maldito! Qué has hecho! - ruge desesperado Naraku.



    Byakuya comienza a temblar de verdad, el llanto ya es un manantial imparable en ese fino rostro.
    Sesshoumaru lo contempla impasible y luego volviéndose hacia Miroku le lanza el frasquito, que éste atrapa entre sus manos, el de azules ojos dirige una mirada con cierta angustia al peli plateado, ante lo que Sesshoumaru sólo asiente en silencio.

    Miroku imita nuevamente los movimientos de su jefe, haciendo tragar a Naraku de igual forma, después arroja el frasco de regreso siendo atrapado por Sesshoumaru.
    No Taisho Sama levanta a Byakuya tomándolo por el negro cabello, aproximándolo a su rostro, la llameante mirada se clava en los aterrados ojos del chico, quien intenta articular palabra pero ya no lo consigue.
    Sesshoumaru entonces al fin sonríe satisfecho, dejando caer a Byakuya que queda inmóvil en la cama, sólo sus ojos se mueven aún, inquietos mirando de un lado a otro.

    Miroku le propina un último puñetazo a Naraku y se aparta de él con asco, el de rizado cabello se ha quedado mudo también, ahora sabe que todo acabó...

    Sesshoumaru se acomoda la ropa, se yergue arrogante y exclama en voz alta.



    - ¿Lo tienen todo? -



    Se escucha la puerta principal del apartamento al abrirse y luego alguien le responde:


    - ¡Absolutamente todo No Taisho Sama! -



    Aparece entonces en escena un grupo de hombres, entre policías, detectives, los abogados de No Taisho Sama que esgrimen en alto la orden del juez para que sea válida la confesión.

    Los Kuroi Kumo abren los ojos enormemente sorprendidos, cuando ven que dos hombres que deben ser especialistas en el asunto, se dirigen a puntos estratégicos de la habitación y retiran sendos micrófonos ocultos.

    Byakuya no da crédito a lo que ve, todo esto ha sido demasiado para él, mientras Naraku en un principio aturdido, comienza a cambiar su expresión por una de triunfo y haciendo un sobrehumano y último esfuerzo logra decir.



    - ¿Te crees muy... listo... no es así... Sesshoumaru? -



    El millonario lo mira sin decir una sola palabra.



    - Eres...un pobre...idiota, nuestra declaración... no es válida, tenemos derecho... a un abogado, sin él... esto no te...servirá de...nada -



    Aunque Naraku sabe que su tiempo está contado, aún así suelta su veneno antes de morir.



    - No tiene sentido contar con un abogado cuando ya estás muerto - le dice seco Sesshoumaru- pero si insistes...-



    Otro hombre aparece proveniente del otro cuarto, haciendo que la sonrisa prácticamente se escurra del rostro de Naraku.



    - ¡No... puede... ser ! - exclama entre pesados jadeos.



    Ahí frente a sus narices, se encuentra su propio abogado, quién en varias ocasiones lo ha representado.



    - ¡Buenas noches Naraku San! - se inclina respetuoso, para luego aproximarse a los abogados de Sesshoumaru, estrechan las manos y exclama:

    - Me parece que mis clientes y yo estamos listos para llegar a un acuerdo - el hombre echa un vistazo a Naraku y Byakuya.- Aunque me parece que éste será mi último trabajo para ellos.



    Sesshoumaru contempla impasible a Naraku antes de preguntarle.



    - ¿Decías? -

    - ¡¡ No... puede ser...maldita sea...maldito dinero!! - protesta Naraku, pero ya le es imposible articular una sola palabra más y además siente que los ojos se le cierran sin poderlo evitar ya.

    - ¡Llévenselos de una vez por todas! - exclama Sesshoumaru y enseguida ve como se siguen sus indicaciones en medio del ya silencioso llanto de Byakuya.

    -¡Ah... y asegúrense de ponerlos en celdas separadas - finaliza Sesshoumaru- no pienso concederles el que estén juntos los últimos momentos de vida que les quedan.



    Miroku que ha contemplado todo lo que ha sucedido al final casi como un autómata, al fin reacciona y dirigiéndose a su jefe le dice:



    - Yo lo espero abajo Sesshoumaru Sama, necesito tomar aire, esto de hacerle al malo es sumamente difícil y estresante - exclama más que agotado, para salir después del lugar, ante la atenta mirada de Sesshoumaru que sabe que ese hombre ha sido rebasado por los acontecimientos.



    El jefe de investigadores de la policía se aproxima entonces a Sesshoumaru, se inclina con respeto ante él y le dice casi abrumado.



    - Debo admitir que sus métodos no son para nada ortodoxos y sin embargo se necesita carácter para realizarlos a la perfección, pero lo más sorprendente es que funcionan, eso sin mencionar los abogados que lo representan, no cabe duda éste caso ya es suyo, ha ganado... como siempre -

    - Nunca lo dudé - dice serio Sesshoumaru.



    Después de una última charla, afinando detalles, sale del lugar, le urge alejarse de ahí, mientras le da vuelta a las palabras del policía...



    ¿Ha ganado?


    Siente un enorme vacío en su interior, nadie nunca sabrá en realidad como se encuentra ahora, al tener que luchar con el que creyó su amigo, compañero inseparable por algún tiempo, tan sólo para descubrir que no había tal amistad.

    Ahora encima de todo " ha ganado" , pero sin embargo se encuentra con las manos vacías , vacías de lo que más ama en éste mundo, sin esa preciada presencia...

    Sonríe sin embargo en medio de su malestar.



    - ¡Sí, he ganado, de eso me encargo yo Inuyasha! La espera y la paciencia terminan hoy, ya veremos si no decides volver -



    Baja para reunirse con Miroku que fuma nervioso un cigarrillo, dando vueltas y más vueltas en la acera.



    - ¡Larguémonos de aquí! - le dice Sesshoumaru con un movimiento de cabeza, indicándole que lo siga al auto.



    Ya no voltean a ver como ese par son sacados en camillas para meterlos en una camioneta de la policía y llevarlos a enfrentar su fatal desenlace.






    -------------------------------------------------------







    El camino de regreso al aeropuerto fue en absoluto silencio, Sesshoumaru sumido en sus propias reflexiones.


    Miroku casi en shock, comienza a sentirse mal, un sentimiento de enorme repulsión comienza a invadirlo.
    Sesshoumaru mira de reojo a ese hombre que ahora luce pálido y demacrado.



    - ¿Te encuentras bien? -

    - En realidad no - exclama en un susurro su acompañante a quien impresiona la aparente serenidad de quien le habla.

    - Por tu propio bien y el de Kouga, será mejor que dejes esto detrás o terminará destruyéndote. - le dice con calma Sesshoumaru- después de todo es lo que deseabas ¿No es así? -

    - Ya no estoy tan seguro de eso - responde casi abatido Miroku.



    Tiempo después, en cuanto llegan al hangar de No Taisho Sama, Miroku sale disparado al baño, es tal su malestar que tiene que ir a vomitar, tratando de sacar esa repulsiva sensación que ahora lo abruma.
    Regresa sumamente pálido al lado de Sesshoumaru, que mueve la cabeza y sonríe muy levemente.



    - ¡Débiles humanos! - exclama poniéndole la mano en el hombro.



    Ante esa exclamación la poca paciencia que aún conservaba Miroku se evapora.


    - ¿Débiles humanos? ¿Y tú que eres... un youkai insensible acaso? ¿ Cómo puedes sonreír ante esto? ¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de lo que hemos hecho? ¡¡ Los hemos matado!! -



    Sesshoumaru se encoge de hombros impasible.



    - Supongo que es porque he vengado a quien amo, después de todo siempre tengo claras mis metas.-



    Miroku sacude la cabeza, su voluntad y deseo de venganza que le han inyectado la adrenalina necesaria para actuar, tiene rato que están dejando de tener efecto en él y comienza a derrumbarse.

    Se sientan en unos cómodos sillones esperando para abordar el moderno jet privado blanco.

    Le dan ganas de golpear a Sesshoumaru cuando lo escucha reír por lo bajo, lo ha sacado de sus casillas, pero se detiene cuando se voltea para encararlo quedándose en silencio.

    Puede ve como Sesshoumaru vuelve a sacar de su bolsillo el frasquito de la droga y lo destapa.



    - ¡¿Qué... qué haces?! - pegunta Miroku sumamente confundido.



    Sesshoumaru se levanta y toma un vaso el cual llena hasta la mitad con agua, vierte entonces el resto del contenido del frasco en el vaso.
    Miroku abre los ojos tremendamente sorprendido cuando ve a Sesshoumaru beber toda el agua mezclada con la droga, ha apurado por completo el lìquido rosa.



    - ¡¡¿Pero qué demonios?!! ¡¡¡ Sesshoumaru Sama, eso es suicidio!!! - exclama sumamente alarmado Miroku, poniéndose de pie dispuesto a correr en busca de ayuda.



    Sesshoumaru responde con calma.



    - No Miroku, esto se llamaba agua - le muestra el vaso vacío.

    - ¡Sí ya lo sé! ¡Pero te has bebido esa...esa droga con el agua! -



    La expresión en el rostro de Sesshoumaru es casi divertida.



    - ¿Quieres calmarte de una buena vez? - Sesshoumaru se sienta tranquilamente en el sillón, ante un Miroku que no atina a qué debe hacer.

    - Esto mi querido Miroku - le dice mostrándole el frasquito - era sólo agua con un poco de colorante, y esto - saca Sesshoumaru otro frasco de otro de sus bolsillos - son las primeras gotas que les dimos a los Kumo para inmovilizarlos.



    Miroku toma los dos frascos y los observa, son idénticos salvo que uno de ellos tiene una pequeña marca con tinta negra en la base.



    - ¡Pero, pero ellos... - balbucea nervioso Miroku.

    - La segunda dosis que les dimos fue de éste frasco con agua, del mismo que acabo de beber - explica con calma Sesshoumaru interrumpiéndolo.

    - Pero... ¡Yo los vi, ya no podían hablar, ni moverse, después de darles esa enorme cantidad de droga... -

    - Eso Miroku, se llama miedo, es el poder de la mente trabajando en su contra y a mi favor -

    - ¿O sea que ellos no...? -

    - ¡No Miroku, ellos no pueden morir por darles sólo agua! ¡No te tortures, no hemos matado a nadie! -



    Miroku suspira enormemente aliviado, siente como todo su cuerpo se relaja poco a poco. Pero una duda comienza a darle vueltas por la cabeza.



    - Sesshoumaru Sama... ¿Puedo preguntarle algo? - casi imperceptiblemente el trato entre ellos ha cambiado, seguramente gracias a lo que han compartido, el alto empresario pasa por alto que le hable con mayor confianza.

    - Adelante -

    - ¿Por qué? -

    - ¿Por qué...qué? -

    - ¿Por qué decidiste no matarlos, si después de todo eso era lo que pensabas hacer, al menos eso es lo que me habías dicho? - esto ultimo es casi como un reproche al no comentarle nada sobre su cambio de planes.



    Sesshoumaru lo mira un instante, suspira profundamente y decide que ya se ha ganado el derecho ese hombre a que le explique ya que la ha pasado tan mal, sabía que su conciencia lo estaba torturando.



    - Verás Miroku, tienes razón al decirlo, yo en realidad iba a acabar con ellos, era lo que más deseaba, debido a la rabia que me produjo el ver cómo habían hecho tanto daño, todo lo que hicieron con Kouga y luego con Inuyasha, como comprenderás, con Inuyasha sobre todo.
    No pensaba tener clemencia con ellos, así como ellos no la tuvieron con nadie, después de todo sería lo más justo.
    Más sin embargo, y eso lo sabes tú ahora, no es ya tan sencillo, es decir es algo tan fácil y a la vez tan complicado. Simplemente el dejarse llevar por ese instinto casi animal, vengativo y destructor, saciar simplemente los oscuros deseos de revancha.
    Pero si algo he aprendido últimamente, si algo he descubierto gracias a aquel que amo tanto como para permitirle lograr cambios en mí, no podía simplemente actuar... sin pensar en èl.
    Inuyasha ha logrado sacar algo bueno de mi interior, ha tenido esa enorme capacidad, después de todo... el amar y que te amen trata también de eso, de ser mejores para entregar de igual manera lo mejor de tì a quien amas y merecer que alguien tan especial te ame a tì.

    Así que Miroku, en pocas palabras todo termina siendo por quien amo con todo mi ser, todo es por Inuyasha.
    Y eso... créeme, es más valioso que cualquier venganza.
    Y puedo saber al mirarte a los ojos que eso es igual para ti - Sesshoumaru lo piensa un poco y exclama con voz más fría y un brillo siniestro en los ojos - aunque supongo que no podré ser siempre tan condescendiente si alguien vuelve a meterse con él -



    Miroku no puede estar más de acuerdo y poco a poco su semblante comienza a relajarse y una apacible sonrisa aparece en ese cansado rostro.



    - ¡Gracias Sesshoumaru Sama! - exclama con sinceridad.

    - ¿Por qué? -

    - Por todo -



    Un miembro de la tripulación se aproxima a ellos terminando con la charla.



    - Señor, todo está listo para partir en cuanto lo ordene -

    - Entonces que sea de inmediato - le responde Sesshoumaru y luego le dice de forma calmada a Miroku - ¡Anda, volvamos a casa! -

    - Sí señor -



    Ambos hombres suben exhaustos al jet que los llevará de regreso al lugar de donde partieron, acercando a uno de ellos a quien ama y alejando al otro de lo que necesita para seguir viviendo.





    ---------------------------------------------------------







    Inuyasha camina de regreso a su apartamento, su andar es pausado, ya no siente ese angustiante presentimiento que lo inquietaba.

    Le ha hecho tanto bien el hablar con Kouga, ese amigo suyo no ha hecho demasiados comentarios ésta vez, pareciera encontrarse más calmado que antes e Inuyasha no puede dejar de pensar en que la relación que sostiene con Miroku, sin duda alguna le ha ayudado bastante, se alegra por ello.

    Ésta vez Kouga se ha limitado más que nada a hacerle algunas observaciones, pero lo realmente valioso ha sido que lo ha escuchado, pacientemente, atento, permitiendo a Inuyasha desahogarse, sacar toda la preocupación, tristeza y dolor que le agobian. Ha sido de una enorme ayuda, aún más que si le hubiera soltado un largo y elaborado discurso, al prestarle toda su atenciòn, ha permitido a su amigo sacar de su mente y su corazón eso que lo oprimía en todas direcciones y que no le permitía pensar sensata y claramente.

    Ha acomodado todo en su mente, dándole un nuevo enfoque, lo mira todo ahora desde una nueva perspectiva, ha podido vislumbrar una salida en esa enorme telaraña de ideas que se atoraban en su interior.
    El dolor no ha disminuido tanto como quisiera, pero para su consuelo ahora se permite pensar que esto podría tener solución o al menos piensa intentarlo.
    Ahora sólo resta hacer a un lado su enorme orgullo para no entorpecer su andar.
    Tiene aún mucho que pensar, pero se le antoja menos complicado.


    Cuando sube las escaleras hacia su apartamento, sólo desea llegar y tirarse en su cama, ha sido un día agotador.
    Pero cuando llega ante su puerta, se queda prácticamente petrificado, pues ahí en la perilla de su puerta, colgando de un fino listón de seda roja, se encuentra un pequeño paquete perfectamente envuelto y con una tarjeta beige en donde se puede leer en fina caligrafía:

    "Inuyasha"

    El corazón comienza a latirle con fuerza, mira para todos lados pero no ve a nadie, así que con mano temblorosa toma el paquete, lo observa un instante, unos segundos antes de que los ojos se le empañen por las lágrimas.
    Oprime el pequeño envoltorio contra su pecho, cierra los ojos y suspira su nombre:


    "Sesshoumaru"


    Se mete a su apartamento, observando todo atentamente, sin embargo no parece haber cambio alguno, todo luce tal y como él lo dejó.
    Se deja caer pesadamente en el sillón, trata de tranquilizarse, mientras siente el rítmico golpeteo de su corazón por todo su pecho.
    Pasados unos minutos, con sus finos dedos aún intranquilos, toma la pequeña tarjeta y lee al reverso lo que está escrito:


    "¡Nunca olvides que tú eres mío y yo soy tuyo... por siempre!

    No importa la distancia que aparentemente nos separe, estamos juntos.

    ¡Te amo!


    Sesshoumaru."





    Lo que Inuyasha ignora, es que el propio Sesshoumaru en persona ha hecho un alto durante su regreso a Tokio.






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    (Flash back)

    En el camino con rumbo al aeropuerto después de encargarse de los Kuroi Kumo, Sesshoumaru le ordena a su chofer lo lleve a una dirección que le ha indicado previamente.
    Voltea a ver a Miroku que al menos por un momento luce algo más tranquilo, aunque su semblante sigue estando bastante desmejorado.



    - Pienso hacer una pequeña parada antes de ir al aeropuerto, espero puedas aguantar un poco más. -

    - Desde luego Sesshoumaru Sama - responde por costumbre Miroku.

    - ¡Ya deja el sama por ahora! Despuès de lo sucedido ésta noche, realmente eso lo podemos dejar pasar - dice Sesshoumaru con fastidio- si lo prefieres puedo mandarte en un taxi si es que te sientes muy mal. -

    - No será necesario, creo que sobreviviré- exclama Miroku tratando de componer la cara.

    - De acuerdo -



    Cuando llegaron a un modesto edificio de dos plantas formado por 6 apartamentos, Miroku no pudo dejar de poner atención a lo que sucedía a pesar de su creciente malestar.

    Sesshoumaru se quedó mirando con aire de tristeza ese sitio, luego de que el chofer le abriera la puerta, descendió y Miroku juraría haberle escuchado emitir un profundo suspiro, mientras decía:



    - Vuelvo en seguida -



    Miroku lo vio alejarse en dirección de esos apartamentos, para luego subir las escaleras externas para ir a la segunda planta, con ese andar elegante tan suyo.
    El joven empleado se pregunta qué rayos ha ido a buscar su jefe en ese lugar tan sencillo.
    Sesshoumaru por su parte se dirige a uno de los últimos apartamentos del corredor, ni siquiera ha consultado su agenda para corroborar la dirección, puesto que se la ha aprendido de memoria desde el primer momento que la escuchó.

    Contempla el lugar con una mirada seria, helada, triste, posa su mano extendida sobre la puerta, como si con eso pudiera hacer contacto con quien supone equivocadamente se encuentra adentro, se inclina lentamente hasta posar la frente en la puerta, gime levemente.

    Si por él fuera, derribaría esa puerta, no habría poder humano que se lo impidiera si él así lo decidiera. Pero no lo hará... por ahora, se dedica a lo que ha
    venido, mete su mano al bolsillo de su abrigo y saca un paquete muy bien envuelto, acomoda el moño de seda roja, lo aproxima a su boca, cierra los ojos y deposita en la pequeña tarjeta un muy sentido beso.
    Después cuelga ese pequeño presente en la perilla de la puerta, mira por última vez el lugar y se retira dejando que las sombras devoren su presencia y sus sigilosos pasos.



    "Ahora depende de ti Inuyasha, no habrá otra oportunidad si lo quieres hacer a tu manera... después será a la mía. " - va pensando al alejarse de la puerta.



    Su chofer lo ve venir y se apresura a abrirle la portezuela, cerrándola nuevamente una vez que el millonario ha subido.
    Miroku le mira disimuladamente con cierta curiosidad, pero al contemplar la tenue humedad reprimida en esos dorados ojos, comprende todo de golpe.



    "¿Será posible que... él... viva ahí...? " - piensa casi con la certeza en su mente.



    No puede aguantar más y exclama en el tono más calmado que puede.



    -Sesshoumaru... ese lugar... ¡Perdón, yo sé que no debería preguntar! Pero... ¿Es acaso ahí dónde vive ahora Inuyasha ? - la sola idea comienza a hacer que el malestar que experimenta pase casi a segundo término.



    Sesshoumaru lo mira serio y sólo comenta:



    - Entonces si sabes que no debes hacerlo, simplemente no lo hagas, no preguntes lo obvio - concluye respondiéndole a todo con esas sencillas palabras Sesshoumaru.

    (Fin del Flash back)





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    Durante el vuelo de regreso todo transcurre con calma, Miroku incluso siente una enorme mejoría al saber que no es un homicida.


    Pero a pesar de que van sentados, uno frente al otro, con sólo una pequeña mesa de por medio, pareciera que sus mentes se hallan muy lejos, cada uno sumido en sus propias cavilaciones; desde luego y a pesar de la aparente calma ninguno de los dos duerme un sólo minuto.
    Miroku en cierto momento fija su mirada en esos dorados ojos ausentes y se atreve a preguntar.



    - ¿Sesshoumaru? -

    - ¿Emmh? - responde distraído el alto hombre.

    - ¿Por qué no entraste a buscarlo? -

    - ¿Cómo dices? - pregunta a su vez Sesshoumaru intrigado por la pregunta y casi sorprendido por el atrevimiento de ese empleado suyo, con el que ya siente mayor confianza por lo cual le tiene algo de paciencia, escucha su voz nuevamente:

    - ¿Por qué estando en su puerta no simplemente llamaste a ésta y lo enfrentaste? -



    Sesshoumaru puja molesto y guarda silencio por un momento, ante lo cual Miroku supone que éste no se tomará la molestia de responderle, así que se sorprende cuando éste lo hace.



    - ¡Todo a su tiempo! Cierto es que podría haberlo hecho si así lo deseara, pero si lo conozco bien, sé que necesita tiempo al menos para aclarar esa terca y temperamental mente suya, aunque yo no puedo presumir de ser muy paciente, sé que ya no queda tiempo para esperar. -

    - Entiendo - responde sencillamente Miroku, comprende que ya ha abusado de su suerte.



    Suena el aviso del descenso y se preparan para aterrizar poniéndose los cinturones, tocando tierra en pocos minutos.




    Cuando llegan a sus respectivos apartamentos...


    A Miroku lo espera Kouga, impaciente y preocupado, aún cuando le había dicho que tardaría más en volver su novio, se despertó intranquilo en cuanto lo sintió meterse bajo las sábanas.



    - ¡Miroku, has vuelto! ¡Me tenías muy preocupado! - le dice aferrándose a él, lo mira y puede notar la inquietud en la mirada de quien ama - ¿Qué ha ocurrido, a dónde has ido? ¿Está bien? - le recorre el rostro mientras su mirada escrutadora lo analiza.

    - ¡Ahora estoy mejor que nunca cariño! A tu lado todo luce mucho mejor - Miroku deposita un muy dulce beso en esos labios tan cercanos a él - Pero ahora duerme, sólo abrázate a mí y durmamos juntos.

    - Está bien, por ahora lo dejaremos así, pero mañana me contarás todo ¿De acuerdo? -

    - De acuerdo - Miroku le da un beso más, se abrazan estrechamente, Miroku posando su cabeza en el pecho desnudo de Kouga, ahí se siente bien, ahí se siente en paz.



    En pocos minutos ya comparten sus sueños que ahora lucen sin sombras oscuras que los amenacen.





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    Y Sesshoumaru...


    A él lo esperan los fríos y crueles recuerdos que lo atormentan un rato más, tardando en conciliar el sueño, pero todavía murmura antes de ser vencido:


    - Muy poca paciencia Inuyasha... realmente me queda muy poca... -






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    Inuyasha ha dado vueltas y vueltas por su apartamento, el sólo pensar que Sesshoumaru estuvo tan cerca y no pudo verle... ¡Sólo verle, con eso sería suficiente, el pensar en no haberlo hecho casi le enferma, le hace sentir furioso consigo mismo.
    Sabe que la plática con Kouga fue muy productiva, pero ahora el saber que pudo haberse encontrado con él, podrían haber hablado, él estaba dispuesto a escuchar, ésta vez sí lo haría y no fue así...

    Ya una vez entre sus sábanas que le parecen más frías de lo habitual, trata de consolarse:



    - Seguramente mandó a alguien hasta aquí, no creo que haya venido personalmente, con lo ocupado que está. -


    Esto lo lleva a reflexionar acerca del " pequeño" e inquietante detalle de que Sesshoumaru siempre ha sabido dónde estaba, él ingenuamente supuso que no le seguiría el rastro.



    - Era de esperarse - exclama sonriendo levemente - él no se da tan fácilmente por vencido -



    Según le dicta su testaruda mente, no irá tras de él, pero ahora el saber que sigue presente en los pensamientos de No Taisho Sama le permite calmarse lo suficiente como para conciliar el sueño con un agradable calorcito en sus pecho.






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    Los Kuroi Kumo han sido encerrados en celdas separadas según lo indicado por Sesshoumaru.
    Están sufriendo tremenda tortura, leves gemidos se escuchan provenientes de la celda donde se encuentra Byakuya que llora de forma entrecortada, agotado.

    Se encuentran postrados en los camastros, aún ignoran que no están muriendo, tardarán un buen rato en notarlo, pues la dosis administrada les dejará inmóviles por algunas horas más, pero por ahora, lo creen por completo.
    Les aterra sobre manera el estar separados los últimos minutos que les quedan de vida.
    Naraku siente tremenda furia, pero ésta no sólo se reduce a odiar con todas sus fuerzas a Sesshoumaru, odia la situación en la que se encuentran, odia el haber arrastrado a su hermano hasta ésta desesperada situación... odia lo estúpido que ha sido.

    Byakuya es presa mientras tanto de tremendo miedo, desesperación y remordimiento, lo peor de todo es que todo por lo que creyó luchar, por lo que ha actuado de esa forma irracional... ahora se encuentra alejado para siempre de èl.
    Llora por aquel a quien ama con todas sus fuerzas, simplemente dejará de existir igual que él... vencido y solo.

    Su propia mente de los hermanos Kumo, será su verdugo, viviendo el lento pasar del tiempo en espera del final, escuchando los gemidos de agonía del otro, sintiendo, imaginando, cargando con todos esos demonios luchando entre sí, dentro de ellos mismos, con la letal semilla sembrada por Sesshoumaru, creciendo a base de sus más profundos temores.







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    La vida después de todos éstos terribles acontecimientos se calmó, volvió a tomar su rumbo, ese que seguía antes de la aparición de Inuyasha... han pasado dos semanas que han parecido eternas...

    Desde luego el pretender que esos sucesos no ocurrieron, que él no estuvo ahí, es como negar que esos fuertes sentimientos siguen existiendo en su interior, cuando claman por su presencia todo el tiempo, es pues prácticamente imposible de suponer.


    Sesshoumaru ha retomado sus actividades habituales, el único rastro visible que deja notar, es la helada tristeza que anidó en el fondo de su corazón y su mirada.
    Pero eso es lo que las personas que supieran observarle notaría... porque para todos es el mismo de siempre.

    La realidad en el mundo secreto y privado es otra, una que sólo él conoce.

    Hoy ha decidido que basta de perder el tiempo, supuestamente para pensar cuando las cosas son tan claras al menos para él, ha decidido que irá personalmente a aclararle todas sus dudas a quien lo ha alejado de su lado a pesar de ser la persona que ama y a la que por ningún motivo ha pensado en dejar ir.
    Y si ese testarudo diseñador de verdad ha decidido que ya no lo quiere volver a ver nunca más, si de verdad ya no lo ama, lo obligará a que se lo diga frente a frente mirándolo directamente a los ojos.

    Mañana sábado piensa concluir con éste asunto, aunque desde luego apuesta a su favor, pero no piensa seguir así con la cruel ausencia e incertidumbre, llegará hasta las últimas consecuencias como siempre.
    Ahora mismo al regresar a su apartamento, sabe que retorna a la oscuridad más absoluta, es como si la luna y las estrellas le negaran su luz, su guía para continuar.

    El hallarse solo no es nuevo para èl, pero el encontrase sin él después de conocerle, es definitivamente la peor de las torturas.
    Si todo terminara así, en el peor de los casos, ya ha decidido mudarse de ahí, no tendría caso su estancia en ese apartamento, además de que no soportaría el mirar a través de esas mismas persianas.

    Aprieta con fuerza el volante, ha pensado tantas veces en lo mismo, doblegando su orgullo, ha tenido incluso que admitir que en parte Inuyasha tiene algo de razón en sentirse herido.



    "Y yo que creí que esto sólo era un juego, un asunto divertido para entretenerse" - acepta su mente aun en contra de su voluntad.-
    "Me he comportado como un verdadero idiota al suponer que Inuyasha sería sólo algo temporal, aún si yo mismo no estaba consciente, aún si no podía saber el alcance que tendría el relacionarme con él. La lección que he recibido ha sido muy cruel al final, con su indudable veracidad.
    Sin embargo, sin duda alguna yo mismo me lo busqué, pero ahora mismo no tolero saber que yo lo lastimé siendo que ya lo amo tanto"



    Estaciona su auto en su garaje personal y mientras acciona la puerta automática del sitio exclama tajante, como si ese chico pudiera oírle:



    - Iré a verte Inuyasha, así sólo sea para que no te vayas con la idea de que no te amo, que no tiene nada que ver en esto lo que otros digan o piensen, Debo sacar ese dolor de tu interior, aún si después de ello no deseas volver a verme. -



    Abre su apartamento con esa ambivalencia de ánimo, por un lado se siente cansado, desea tenderse en su cama, pero por el otro lado, contempla ese vacío lugar y no desea estar más ahí.

    Como tantas veces, deja su portafolios y su abrigo sobre el mismo sillón, como las noches ya son más frías lleva una larga y mullida bufanda color violeta oscuro y comienza a desenrollara lentamente de su cuello, en eso está cuando algo lo hace levantar la vista... la bufanda cae al suelo sin hacer ruido.

    Esos bellos ojos dorados no dan crédito a lo que observan, así que Sesshoumaru da algunos pasos hacia el ventanal, mirando con más calma... ahora ya no le cabe la menor duda...
    ... una silueta se percibe recortada entre las hojas de las persianas del departamento de enfrente. Sesshoumaru observa en silencio, ese apartamento se encuentra en penumbras y sólo se distingue esa amada figura que dirige su ambarina mirada en su dirección.

    Ese par de dorados ojos se abren sorprendidos a la par de sus pies que se mueven lentamente hacia el ventanal, traspasado las persianas hasta detenerse en el balcón.

    Todo lo que sucede a partir de ese instante parece rememorar aquel bello momento en que se miraron así.
    Sesshoumaru ve todo sin perder un sólo detalle, aquel que le contempla extiende su mano hacia un lado y acciona el interruptor de la luz, haciendo emitir un jadeo al peli plateado mayor, cuando esa cálida luz alumbra desde atrás esa espigada figura en el ventanal de enfrente, no Taisho Sama disfruta sin duda lo que contemplan sus ojos.

    Ese joven diseñador gráfico, está ahora recargado de lado en el cancel que dà hacia el balcón, ha traspasado la barrera de las persianas al igual que su vecino.

    Sesshoumaru ve como ese chico saca algo del bolsillo de su camisa, puede notar que se trata de una cajilla larga de la que saca una conocida golosina, lo observa nuevamente pero ésta vez de forma pícara y se lleva lentamente un pocky a la boca, puede ver como lo saborea, dando cuenta de él... lo vuelve a mirar, reflejos de ámbar sobre el oro fundido cruzan esa corta distancia conectándose de inmediato.

    Una casi imperceptible sonrisa se dibuja en el rostro de Sesshoumaru y una leve humedad se acumula en sus ojos, pero ésta vez el motivo es muy diferente a la tristeza que lo ha acompañado desde su partida.
    Como si captara los sentimientos de ese alto empresario, Inuyasha se lleva la mano al pecho en dirección a su corazón, luego la posa en sus labios para a continuación hacer un ademán con esa mano como si lanzara algo al viento, justo en su dirección de Sesshoumaru.

    La sonrisa a pesar de ser tan sutil es verdadera en ese habitualmente serio rostro cuando levanta la mano y como lo hiciera en aquella ocasión Inuyasha, captura ese furtivo beso con ella, para llevarla enseguida a sus labios, recibiendo esa carga de sentimientos que le muestra Inuyasha quien le guiña un ojo travieso, extiende su mano hacia Sesshoumaru como si lo invitara a tomarla.

    Después de ese significativo gesto, Inuyasha comienza a retroceder hacia el interior de su apartamento dándole la espalda a su vecino, pero cuando se gira para volver a verle, resulta ser ahora èl el sorprendido, pues contempla como Sesshoumaru se ha colocado tras las persianas y sin un gesto de nada... simplemente las cierra.

    Inuyasha permanece de pie unos pocos minutos más, su mirada ahora luce triste, por un momento ingenuamente pensó que Sesshoumaru le correspondía, más ahora ya no está tan seguro, todo parece indicar que su separación ha hecho más daño del que suponía.
    Las lágrimas amenazan con rodar nuevamente por sus mejillas, lentamente se aleja de las persianas que continúan abiertas, ahora que actuó en contra de su orgullo pareciera que ha sido en vano, así que lo mejor será marcharse antes de humillarse más.
    Se retira a su recámara donde se limpia los ojos avergonzado y sumamente dolido, sólo recogerá algunas cosas y regresará a Kioto.

    En eso está cuando escucha un muy leve ruido en la otra habitación, por un instante piensa que quizás no se ha equivocado, al menos eso desea con toda su alma.
    Se queda parado inmóvil cerca del ventanal dando la espalda a la puerta, no se atreve a mirar, podría ser su mente jugando con sus deseos, cierra los ojos y respira profundamente...cuando unos fuertes brazos lo envuelven cariñosamente por la espalda casi deteniendo los latidos de su inquieto corazón, una tierna sonrisa aparece en su rostro... ¡No, no se ha equivocado al mirar nuevamente a través de esas persianas!

    Esa persona especial que lo cobija de forma inconfundible recarga ahora su frente en la cabeza del chico sin decir una sola palabra aún.
    El estar juntos así, abrazados sin nada más que hacer o decir resulta el mejor de los bálsamos para ese par de heridos corazones.
    Ahora Inuyasha está más seguro que nunca de que ha hecho lo correcto al volver, no piensa huir más de él, desea enfrentar lo que venga con todas sus fuerzas, las fuerzas que le da el sentirse amado de verdad.

    Pero de repente Inuyasha siente una leve humedad en su camisa, la preocupación aparece en su interior, se voltea rápidamente y contempla otro par de lágrimas que resbalan por esas tersas mejillas que nunca había contemplado así.
    Toma su amado rostro con ambas manos y muy suavemente en forma de tiernas caricias enjuga esos húmedos ojos.
    Sesshoumaru lo abraza con fuerza y le susurra al oído algo que bien podría sonar amenazante.



    - ¡No vuelvas a hacer esto Inuyasha, simplemente no lo toleraré! ¿Me oyes? - le dice encarando al menor penetrándolo con su mirada.



    Inuyasha se queda pasmado ante su imponente forma de mirarle y para no variar, reacciona según su costumbre.



    -¡Vaya contigo, recién acabo de regresar y ya estás recriminándome! - le reprocha enérgico.



    Como única respuesta, Sesshoumaru le pregunta con semblante severo:



    - Vienes para quedarte definitivamente ¿No es así? - aunque más bien suena como una orden.

    - ¡Un momento Sesshoumaru Sama! te informo que no estoy aquí para obedecer tus ordenes, no es tu autoridad la que me ha hecho venir hoy aquí ¿Me oyes? Ni tú ni nadie me dirán lo que debo hacer con mis sentimientos - exclama sumamente serio Inuyasha cruzándose de brazos.



    Los ojos de Sesshoumaru comienzan a lanzar leves destellos rojizos.



    - ¿Entonces a qué has venido? - pregunta No Taisho Sama dolido, apartándose de èl.

    - ¡Escúchame semejante orgulloso, egocéntrico, sobrado de ti mismo Sama... yo he vuelto simplemente para mirar aunque sea una sola vez más a través de mis persianas, quiera comprobar si lo que me atrapó en aquel entonces despertando en mí un nuevo modo de sentir, una forma diferente de amar, si ese ser tan especial...sigue ahí dispuesto a amarme de verdad y permitir que yo le entregue todo lo que soy, todo lo que tengo... todo lo que mi corazón lo ama. -



    Sesshoumaru ladea la cabeza y le sonríe sutilmente, con esa sonrisa que desarma a Inuyasha con sólo mirarle.



    - ¿Y dime, lo hallaste ahí todavía? - pregunta en tono suave.



    Inuyasha se aproxima a Sesshoumaru, le toma ambas manos y le dice:



    - Todo lo que he esperado, lo que he anhelado y soñado, todo absolutamente todo lo que amo, lo he visto nuevamente a través de esas persianas - A pesar de que no acostumbra exteriorizar sus sentimientos de esa forma, Inuyasha descubre que el hacerlo con Sesshoumaru le resulta una experiencia gratificante, enriquecedora que le brinda enorme tranquilidad a su interior, así que decide dar otro enorme paso en esa nueva apertura frente a quien ama.

    - ¡Lamento haberme ido así, realmente se que ha sido muy difícil para ambos! No niego que me ha servido mucho éste tiempo que he pensado sobre esto, pero sin embargo, lo último que yo quería era lastimarte -

    - ¿Lastimarme a mí? - pregunta incrédulo Sesshoumaru, aún cuando sabe que Inuyasha tiene razón, estos días separados han sido todo un infierno para él - pero si tú me dijiste que yo te estaba lastimando, de hecho esa fue la única razón válida por la que yo accedí a apartarme de tu lado, pues de cualquier otra forma no lo habría hecho-

    - Recuerdo lo que dije y quiero que sepas que pienso que tengo la razón, al menos en parte y no pienso retractarme de ello - exclama firme Inuyasha.

    - Lo sé, bien que lo sé ahora y te pido me perdones, siempre has sido mucho más que sólo un juego movido por la curiosidad o la competencia, lamento haberte hecho sentir así, sin embargo, henos aquí nuevamente, todo parece indicar que esto es mucho más que un estúpido juego o una irracional apuesta ¿No crees? ...
    ...Te lo repito una y mil veces Inuyasha... ¡Yo te amo de verdad! ¡Te amo como no había aprendido a amar antes, pues nada me inspiró a hacerlo.
    ¡Te amo más que a mi vida y como tal te protegeré!
    Inuyasha... ¡Tú eres mi vida! -



    Inuyasha se aferra con más fuerza a ese cuerpo tibio que le inspira tantas cosas tan complejas, pero sin el cual no puede continuar y comienza a recorrerlo suavemente con sus manos, deslizándolas sobre la ropa.
    Sesshoumaru le pregunta antes de dejarse llevar, aunque debe admitir que ya no podría detenerse ni lo desea tampoco.



    - ¿Te quedarás? -

    - ¡Me quedaré! Quiero que sepas que no concibo la vida sin ti ¡Te amo tanto tanto y más aún ahora que se que no hay obstáculos entre tú y yo... y si los hubiera lucharé contra ellos por ti! -



    Video



    Los besos y las caricias ya se hacen presentes, Sesshoumaru toma a Inuyasha con ambas manos por la nuca y lo besa posesivamente, cobrándole todas las noches de fría soledad a que lo condenó por su partida.


    - Ahora ya no tienes escapatoria ¿Lo sabes, ne Inuyasha? No voy a permitir que te alejes de mi lado nuevamente - exclama tajante Sesshoumaru mientras sus brazos lo cobijan de varias maneras, posesivos, casi salvajes, tiernos cálidos, protectores, de las mil y un maneras que enloquecen a Inuyasha.



    El diseñador gráfico comienza a sentir los estragos de la separación y justo ahora con el reencuentro, se siente sobrepasado.
    Sus respiraciones se agitan, sus camisas caen dando paso a sus esbeltos y desnudos torsos.



    - ¡Tómame Sesshoumaru, tómame ahora mismo, te he extrañado de todas las formas posibles, pero debo admitir que he extrañado enormemente el fundirme en pasión contigo !-

    - ¡Mi Inu chan, no tienes una idea de lo que tu ausencia me ha hecho, así que deberás estar preparado pues me parece que no me podré contener!-

    - Eso será digno de verse... y de sentirse mi adorado youkai seductor - le dice ya de forma más intensa Inuyasha, jalándolo poco a poco hacia la cama.



    Pero Sesshoumaru se detiene, voltea hacia las persianas y le dice:



    - Aguarda un momento Inu, hay que tomar ciertas precauciones -



    Inuyasha lo observa confundido, los dos ya están por demás ansiosos por continuar... ¿Por qué esperar entonces?


    Sesshoumaru echa un vistazo a través de las hojas de las persianas, hacia un lado y otro y exclama.



    - No lo sé... quizás haya miradas indiscretas sobre nosotros y la verdad éste momento es sólo tuyo y mío. - dice con una sonrisa torcida.
    Sesshoumaru Sama entonces mira en dirección de quienes los hemos estado mirando entre sus persianas, tanto tú como yo quienes hemos sido atrevidas observadoras, nos guiña travieso un ojo, para después de un tirón cerrarlas por completo, se dirige entonces hacia su amado Inuyasha para compartir la noche, sus cuerpos, su amor...sin testigos... por siempre.









    FIN.











    Notas finales:


    Pues eso es todo mis queridos lectores y seguidores, no me resta más que darles las gracias como siempre por su compañía, paciencia, ánimos y demás.

    ¡Gracias por sus comentarios!

    ¡Gracias también a mis lectores anónimos, ocultos tras sus persianas!

    Espero nos leamos en un no muy largo tiempo, pues ésta vez sí se que voy a volver o al menos eso espero, tengo una historia que continuar.
    Sería muy grato que juntos veamos que sucederá con esas lágrimas que nuestros amados peli plateados han dejado ir con el viento ;)

    Nos leemos.

    Bye, bye :D
     
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