Mi querido vampiro"Segunda Temporada" ACTUALIZADO 29/05/2014

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    Quebrántame, odiame, ámame .... soy masoquista. Pero si te tengo conmigo, el mundo me importa poco
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    Capítulo I: Comienzo de la historia sin fin















    Todo había terminado y comenzado esa misma tarde, la vida que conocía se había esfumado por unos minutos pero luego devuelta para que entre a su cuerpo y respire la bocanada de aire tan indispensable a sus pulmones. El color volvía a su rostro, las mejillas tomarían una tonalidad apetecible a cualquiera que lo mirase. Los ojos, ventanas del alma ahora estaban más vivas que de costumbre, el color esmeralda brillante, realmente era un chico nuevo.



    El viento soplaba despeinando los finos cabellos marrones del menor mientras una mirada se alzaba sobre ellos, los vampiros arrodillados frente a su Señor y el chico mirando a cada uno con sonrisa triste. Ver a ese pequeño, tan vivo en su niñez y ahora entre dos mundos, Nowaki lo veía pero no podía evitar lo que le había pasado.



    ¿Era acaso sentimiento de culpa? Cuidar de su hermanito durante 19 años, verlo crecer desde que había nacido. Escuchar sus primeras palabras dirigidas a su hermano mayor, su primo acompañándole sin interés alguno. Eran sus familiares, su vida y ahora ¿Qué quedaría de esto?





    “Vuelve atrás y recuerda”






    Hubo un tiempo donde el mayor de los Kusama Takahashi compartía su tiempo con un niño de hermosos y penetrantes ojos esmeraldas. Ya el infante había cumplido los 7 años y le habían organizado una fiesta en su honor. Una hermosa casa de troncos y piedras, como era tradición en ese pueblo según las antiguas costumbres, llevar al menor a realizar un paseo por el bosque acompañado de su hermano mayor.




    Los padres esperaban del otro lado, Misaki iba delante mirando las hermosas flores que crecían a lo largo y ancho del bosque mientras que Nowaki le seguía desde atrás mirando que no se tropezara con alguna piedra.





    - Niichan ¿Por qué me miras?
    - Es porque no quiero que te pase nada pequeño - respondía con delicadeza mirando el camino-
    - No vas a estar cuidándome siempre – susurró detenido en un árbol en particular donde crecían flores azules desde la corteza de éste.
    - Nunca digas esas cosas, mientras tenga vida me vas a tener – le sonrió con ternura, era duro para digerir que su hermanito estaba creciendo pero ¿Por qué tenía ese lenguaje a muy temprana edad?





    No se dijeron nada más, las palabras callaron ante el dicho del menor. En su caminata, el niñato reía mirando la naturaleza que le regalaba esa hermosa vista. Una mariposa azul se posaba en una de las ramas y el pequeño corrió a ella para sostenerla en sus delicadas manos. Desde atrás, el peli oscuro le miraba embobado a cada acción que su pequeño hermano hacía. Era el momento de dejarlo solo, sentía que le arrancaban el alma pero era la tradición.





    - Lo lamento, tengo que dejarte – con la mirada baja no quería ni se atrevía a mirarlo. Desde que habían empezado a caminar había guardado todo el coraje para este momento.
    - ¡Onegai! No te vayas – en sus ojos había lagrimas de tristeza-
    - Debo hacerlo, pero… - se arrodilló frente a Él dándole un tierno beso en la mejilla – vence Misaki.





    Le vio partir desapareciendo entre los árboles, un suspiro de sus labios abrazándose como si se quebrara por dentro. Unos pasos más para seguir adelante con esa congoja en su ser. Un cuarto de hora había pasado, el castaño caminaba a la vera de un arroyo de aguas cristalinas. Líquido cristalino de vida, sacia la sed y purifica el alma.





    “Oe niño”




    Sus ojos se abrieron para buscar al dueño de esa voz pero no había encontrado a nadie. Volvió a caminar pero nuevamente la voz le llamaba “Niño… joven Misaki”. El frío recorrió su espina dorsal ganando el estremecimiento ante la voz misteriosa, fantasmal.




    - Quien… me llama




    Musitó viendo a un lado, era una sombra que tenía forma humana. Se acercó conforme a que no parecía peligroso tomando lugar frente al espectro.




    - vaya, eh crecido
    - ¿disculpa? – respondió Misaki –
    - Tú y yo … somos la misma persona
    - Es imposible
    - Si pero a la vez no – acariciando la mejilla – tu y yo somos la misma persona pero en diferente tiempo. Tendrás muchas dificultades pero depende de ti si quieres confrontarlas o no
    - Etto…
    - Pero… tienes que saber que hay personas que querrán matarte como en el pasado y caballeros que están a tu entera disposición – desapareciendo-






    Había llegado a la meta, de fondo sus padres esperándole con un fuerte abrazo mientras que Nowaki sonreía ante el menor.





    - ¿viste? Te dije que eras fuerte
    - Hai Niichan





    El tiempo volvía a su presente, ahora Misaki casi adulto mirando a los cuatro caballeros que darían su vida por el príncipe. Una voz algo tenebrosa se escuchó poniendo en guardia a los mayores mientras que el oji-esmeralda fijaba su mirada en el que había dicho eso.






    - Amado – desde el fondo un joven de mirada oscura y cabellos castaños se mantenía firme.
    - No me llames así – afirmó-
    - ¿Por qué? ¿Acaso hice algo mal para no llamar a mi prometido así?
    - No se le acerques sino quiere perder sus colmillos Mi Lord – Shinobu creaba una barrera invisible para su protección –
    - Niño Shinobu – mirada penetrante – todavía te recuerdo, eras tú el que no aceptaba un no por respuesta. Después de todo… te encariñaste con un mortal, ¿no era tu lema “Mortal es igual a alimento”? parece que lo has olvidado
    - ¿Es eso verdad? – susurró el primo del castaño tragando saliva llamando la atención del vampiro-
    - Hum –examinando con una mirada y una sonrisa algo burlona- ¿Que cosecha es? Debe tener unos 32. Vaya si que eres pervertido – sonriendo a Misaki – Mi rey, prometo que nos veremos… pronto







    El vampiro había desaparecido de su vista llevando a Misaki a un colapso, cayó al suelo pero Hiroki fue más rápido. Lo sostuvo entre sus brazos mirando con tristeza el rostro de su ahijado, quería que viviera una vida distinta a la anterior pero era decisión del pequeño. Nowaki lo llevó dentro de la casa, acostándole en su cama mirando una vez más a aquél joven que había cuidado en su vida. Dejó el cuarto a solas, los pasos por las escaleras de madera se escucharon pero se detuvieron al observar que Shinobu, Hiroki, Takano y Akihiko se encontraban esperando algo de sus labios. Solo miró a otro lado viendo al pequeño Onodera algo triste y a su lado el primo que tanto quería.






    - Está descansando
    - Esto no va a terminar – susurró Massamune recargándose en la pared – debemos terminar nuestro trabajo.
    - Tuvimos una oportunidad pero Él tiene subtitos que dan su vida por esa alimaña – desde el fondo Hiroki hablaba –
    - Hiro san … ¿Qué está pasando? Misaki es alguien normal. Lo ví nacer, no puede ser quien es ahora. Onegai, que alguien me explique!!!







    Los demás callaban ante su súplica hasta que el profesor decidió hablar. No tenía sentido callar el secreto…






    - Escucha con atención… esto es lo que nosotros hemos vivido desde hace siglos hasta que nos insertamos en tu mundo.
    - La vida no es como la que conoces ahora humano – susurraba el rubio-
    - Hubo muchas guerras mientras soñabas en esta realidad - el oji avellana miraba al hermano –
    - Y Misaki fue quien nos abrió los ojos sacándonos de nuestras tumbas
    - Solo escucha …





    "Todo empezó cuando se decidió la paz entre lo humano y lo desconocido. Cuando un Rey se alzó contra los humanos y un príncipe profesaba que podía haber algo mejor que "esto". El joven decidió que sería distinto bajo su reinado y asi lo fue... pero el precio que pagó fue su propia sangre. Arrancado de entre nosotros, llevado al mundo de las sombras, todo fue por traición"









    El secreto será revelado de a poco ¿podrá Nowaki aguantar la presión en su pecho? La historia como la que conocen tendrá un final y un comienzo, desde ahora la sangre será el pacto final del cual Misaki no podrá escapar. Bienvenidos a la segunda temporada

    Edited by Misaki_san - 29/5/2014, 23:05
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  2. clown tear
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    si ya volviste al igual que el fic ya tenia rato esperandola...pero me dejo con ganas de mas CONTY
     
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  3. May-Chan31
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    que bien.. esperaba con ansias la segunda temporada de este fic.. escribe muy bien misaki san.. siga así por favor... espero la contii
     
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  4. Yoshikawa Chiharu
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    Por favor suplico la continuación por favor!
     
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    Quebrántame, odiame, ámame .... soy masoquista. Pero si te tengo conmigo, el mundo me importa poco
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    Capítulo II: Una historia manchada.... inconclusa








    Dicen que el tiempo juega con cada persona, cada alma vaga sin rumbo o buscando alguno para poder finalmente descansar en paz. Liberación para unos, atado para otros; solo miraba con unos ojos distintos el lapso de Cronos pasando a su lado.
    Noche de lluvia, truenos y relámpagos rajando el cielo. El firmamento no daba tregua, no podía brillar como siempre lo hacía. Las nubes habían cubrido parte de la región, ninguna de las personas que allí vivía asomaba a la calle.


    El viento recorría las callejuelas pedregosas, las sombras eran las reinantes en ese arrabal. Era el 1800, día indefinido, hora, minuto, segundo ya dejaban de correr para una pareja de reyes. Era el momento para engendrar un sucesor del cual llevaría al reino a un poderío absoluto. No eran cualquier pareja, la vida los había dejado, ya el tiempo no era su amigo.


    En el mes de Abril, el pueblo se regocijó, la corte real anunciaba un nuevo heredero al trono. Un niño de increíbles ojos esmeralda, piel blanca cual porcelana. Tenía un aura particularmente tranquilizadora a quien esté a su lado, la reina admiraba especialmente el rostro de su pequeño hijo mientras que su padre estaba recostado a su lado mirando a su familia.



    Como era costumbre, la corte anunció a todos que había nacido un heredero. Lo presentaron a dicho pueblo mientras que los demás estallaban de alegría al verle. Los años pasaban y ese niño se volvía especial, una mañana de domingo todavía era invierno pero eso no le impedía al joven príncipe de tan solo 5 años de edad recorrer siempre con un guardia el corredor del castillo levantado en una colina mirando al poblado.
    Misaki, así le habían llamado. Su nombre significaba belleza, florecimiento. Por esos, sus padres habían decidido ese nombre para su pequeño y único hijo.


    Era un niño común, con unos padres singulares. Todavía le costaba entender para que había nacido si luego tendría varios problemas por resolver. No eran problemas comunes, sino el llevar una nación a la paz. Su guardián estaba cerca, no le perdía pisada alguna. El peligro todavía acechaba, no había paz…


    - Misaki – sama , su padre lo busca – desde el fondo, un guardia se acercaba haciendo una reverencia del cual el niño agradeció y fue donde él –


    - ¿Quería verme Padre? –
    - Es hora de tu iniciación hijo
    - ¿pero como será padre? – sin comprender lo que se avecinaba




    Solo el Rey agarró la mano del pequeño para guiarlo al salón escarlata. Era un lugar conocido donde los niños de la realeza hacían voto de obediencia a su nación. A medida que entraban, las personas miraban al oji- esmeralda con una sonrisa apagada, las mujeres evitaban mirarle a la cara.



    - Es hora mi niño – susurró la madre arrodillándose delante del joven, una caricia en la mejilla, una lágrima recorriendo la misma –
    - Madre… ¿Por qué llora? Todo estará bien


    Misaki en su inocencia no sabía lo que vendría o si lo sabía…


    - lo lamento mi pequeño retoño pero… esto no estaba planeado. Tu vida es tan valiosa, tu tiempo se detendrá... lo lamento
    - descuide madre… lo entiendo…


    ¿Por qué había mostrado su cuello? ¿De alguna manera sabía lo que iba a pasar?, la piel virgen fue traspasada por los colmillos, el veneno poco a poco entraba al torrente sanguíneo saturando cada célula, haciéndola morir para luego despertar a la vida eterna. Los sentidos se liberaron…



    - No quiero seguir escuchando más esta historia –



    Desde el fondo, Nowaki se tomaba la frente tratando de asimilar lo que estaban contando. ¿Era su hermano del que hablaban? No, simplemente no podía ser. Él lo había visto nacer, como era el de la historia. Mero cuento fantástico, un relato de terror para asustar a quien se lo tomara en serio. Las miradas fueron dirigidas al médico…



    - Es difícil comprender lo inexplicable pero trato de ser digamos… como sería la palabra… a si… Considerable con el relato ya que es solo el principio.
    - ¿Por qué … - montado en cólera – PORQUE MI HERMANO TIENE QUE PASAR ESTO. PORQUE NO PUEDE VIVIR EN PAZ!
    - Basta Nowaki – susurró el sacerdote –
    - Hiro… san
    - ¿Van a proteger a Misaki de ese hombre? – alzando la voz el joven Onodera preguntaba esperanzado de que asi sea –
    - Hicimos una promesa y no la vamos a quebrantar por nada del mundo – dijo Takano –
    - Él es nuestro Señor, el que nos hizo despertar – agregó Shinobu
    - Le debemos obediencia y lealtad- el peli plateado miraba las escaleras –
    - Él es el principe que cambiará todo, pero antes debe aceptar su destino sino estaremos en un serio aprieto
    - Entonces…. – recargado en la pared, Miyagi miraba a los demás con semblante serio – ¿ el destino recarga en los hombros de mi primo? Vaya… eso es cruel
    - No sabes nada de crueldad – dijo Hiroki
    - Si, se de crueldad… Cruel es que Akihiko san haya mordido a Misaki, cruel es que nos hayan tomado el pelo bastante tiempo… ¿Quieres que continúe? Cruel es que mataran a los padres del niño!!!
    - Nosotros no lo matamos, además ellos no eran sus padres
    - NO TE ATREVAS A HABLAR DE SU MEMORIA!
    - ¿No puedo? Ya lo hice – serio respondió Shinobu – tú, humano … tan poco cuesta tu vida que podría obligarte como un títere a que te cortes las venas
    - Chicos por favor… - pedía Ritsu –
    - ¿Podrían calmarse? – alzando la voz, Akihiko miraba la pelea- Misaki no puede dormir



    En el primer piso, el castaño miraba el techo. Había logrado dormir pero algo lo mantenía inquiero. ¿Acaso era su corazón que le dictaba lo que pasaría? Esos sueños por fin dirían algo relativo a su vida pasada, como el niño que jugaba en los rosales lo llamaba. Unos hombres al parecer custodiándolo… Esos sueños… serían sus pesadillas más oscuras…
     
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    Capítulo III: El destino... una muerte anunciada







    La historia volvía a teñirse de sangre, la vida y la muerte resurgían desde lo profundo reviviendo lo que antes estaba enterrado y olvidado. Desde lo profundo del bosque, el niño de tantos años se veía triste mirando el horizontes del cual sus bellos y tristes colores anaranjados casi rojizos pintaban el cielo, ni siquiera un pintor de vivencias podría retratar esa bóveda. Él, seguía mirando mientras sus suaves manos palpaban el cuello y en él, dos orificios hechos por su padre. Toda su vida, o que quedaba de ella era un cuento de hadas.



    Las heridas poco a poco se cerraban, el aire se llevó su último suspiro, un aire cargado de pena y de angustia. La saliva iba humedeciendo el tracto mientras seguía mirado, las hojas caían, el otoño al fin comenzaba. Esos orbes esmeraldas brillaban intensamente, era una vida nueva la que iniciaba, una larga, larga vida ¿Increíble no es así? Una eternidad viendo pasar las generaciones, épocas de oro, de esplendor, de hambrunas y de pobreza.
    Era la nueva vida que empezaba, el príncipe comprendía poco a poco sus tareas del cual tenía que obedecer. Los actos, el protocolo estricto que tenía que padecer, sonreír, comportarse. Tenía algo que buscar, los caballeros estaban al servicio del imperio, de su señor y la familia real. Un cumpleaños más, un año más de ver pasar el tiempo y sonreírle como si nada hubiese pasado, como si fuera totalmente un sueño esperando despertar y ver que todo era mentira. Que si se cortaba, sangraría y si sangra le duele… no era así, todo era distinto.


    Esa misma noche, su padre le daría a saber que tenía prometido. Un joven del clan del norte, bien parecido, uno de los linajes más antiguos después de su familia. Ijuiin, joven de la alta aristocracia, comprometido por sangre con el príncipe Misaki. Un pájaro enjaulado, encarcelado, cierra su boca ante la orden inquebrantable de su Rey. Agacho la cabeza, una reverencia ante alteza y finalmente el anillo que comprueba la unión.



    Su alteza real estaba de casería con su prometido, ambas caballerías estaban cuidando a sus futuros reyes. El ego de Su Serenísima era demasiado para Misaki; le veía de vez en cuanto escuchando lo que su compañero hablaba. Todo llegaba a su culmine, levantando la voz protegiendo a un joven de cabellos castaños, mirada perdida algo enojada.





    -Desde ahora Él es mío Ijuiin sama – respondió Su Alteza mirando a los demás- ya no beberemos sangre humana ni matar por placer, si alguien no puede aceptar esta orden es libre de irse
    -¿Acaso me ha cambiado mi Señor? – Besando la mano del príncipe- vaya… ha encontrado un nuevo juguete




    No era un juguete, Él quería reescribir su propia historia y si tenía que sufrir por ello lo haría con gusto. No era como los otros, un niño parido antes de tiempo, un joven hecho y derecho cambiaría el curso de la historia para siempre.




    - Ven Shinobu… es hora de vivir – dijo extendiendo-le la mano al señorito
    - ¿A dónde vamos? – preguntó sin importarle mucho pero desde lo profundo sentía un aroma especial del cual quedo prendado-
    - A conocer a tu Señor, a quién le debes la vida-




    Frente a un carruaje a la lejanía, las grandes ventanas de madera engarzadas en un fino metal, cubiertas por una bella tela color borrabino. Desde su interior emanaba un suave aroma a rosas, Shinobu se a cercó sigilosamente mientras detrás le miraba divertido.




    - ¿Eres Shinobu? – la suave voz resonó desde dentro del carruaje, Éste se limito a afirmar –
    - Si
    - Lamento arrastrarte a este mundo, pero tu deseo fue sincero
    - No se preocupe mi Señor… le protegeré.





    Así fue pasando, cada personaje fue cambiando al lado que le llamaba. Misaki a la cabeza de todo, los caballeros, ellos en primacía estaban a su lado no despegándose de su lado. Protegiendo a su alteza, cuidando sus pasos, guiándole y acompañando las decisiones. Akihiko fue el primer en unírseles, pero éste fue un encuentro un destino especial, señalado por las estrellas. Prepotente, el peli-plateado aún en sus primaveras ya entrando a la adultez le sirvió en especial acatando a lo que el joven pretendía para su persona. Tenía su vida ligada a la del otro, solo le respondería a él, lo miraría, le tocaría. Se lo había prometido un día de primavera, cuando las hojas verdes empezaban a nacer en ese campo minado de flores azules, rosas para ser exacto.






    - Dime Akihiko san ¿estoy equivocado en rehacer las leyes? – preguntó el joven vampiro oliendo una rosa-
    - Si usted está enteramente seguro de lo que hará, sabrá bien que lo seguiré hasta donde me diga – respondió elocuentemente. Ya no era niño, sino un hombre de 22 años, agradable, misterioso a la vista del cual las mujeres de su época se le entregaban cada dos por tres.
    - Por eso te estoy pidiendo una opinión, una respuesta a mi inquietud Usagi san – sonrió mientras cortaba la rosa, cada pétalo caía transformándose en rojo sangre –
    - Misaki… - susurró en su rasposa pero atrayente voz - … lo que hagas, lo que pienses esta perfecto. Porque querés cambiar lo antiguo, yo te seguiré






    Akihiko tomó lugar a su lado mirándole, esa mirada escondía otra cosa pero a los ojos de su Alteza no podía mentir. Misaki le acarició la mejilla sonriendo de lado, se inclinó para cortar otra flor y se la dio pero ésta no había cambiado de color como la otra. Le mostró su rosa ya roja con tonalidades azulinas.






    - Dicen que estas flores predicen el destino de cada persona, el deseo profundo, su estrella… su destino. Al parecer el mío está manchado – silencio su voz- un hermoso color sangre y el tuyo Un bello color azul como el firmamento.
    - No… - su voz se había quebrado, no quería perder a esa persona especial que lo había sacado del abismo. Le abrazo con fuerza, no le importaba las clases sociales, solo le abrazó – no te pasará nada, no morirás, jamás digas eso Misaki
    - Si llega a pasar algo… -solo cerró sus ojos oliendo su tan penetrante perfume-… quiero que no los dejes solos… nos veremos… en la otra vida.





    ***************************************






    Los demás quedaron escuchando el relato de Hiroki con mucha atención. Cada palabra, cada gesto, parecía sacado de una novela pero no, todo era real, ellos estaban allí para contar la historia. Onodera sentado en el sillón trataba de digerir lo que estaba escuchando al igual que toda su familia quedaba muda. El joven rubio comía las galletas sentado en la mesada, a su lado Takano con su rostro completamente serio miraba los demás sin importancia.




    - ¿Y como transformé a Takano san?





    Los comensales dirigieron su mirar al joven castaño que bajaba por las escaleras quedándose en el pequeño descanso. Akihiko le extendió la mano a la cual correspondió.






    - Misaki, deberías estar descansando – intervino el sacerdote-
    - ¿Cuántos años descanse? – redobló sus palabras con algo de sarcasmo - ¿ochenta, cien años? ¿Cuántos?
    - Cuatrocientos años, cinco meses, dos semanas – susurró el azabache-
    - Como… fue que te transformé Takano san …
    - Hermanito, no es momento..
    - ¿Cuándo o será? Esperemos otros cuatrocientos años…
    - No quise… decir eso…
    - Lo se niichan… pero.. – los pasos se escucharon dando un pequeño retumbe – Takano san… ¿Cómo te transformé?
    - A…. la fuerza…. A sangre fría… sin piedad…
     
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  7. clown tear
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    me imagino a misaki bebiendo sangre de un cuello \(*o*)/ me encanto aunque quiero mas CONTY
     
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    Capítulo IV: Un niño completamente distinto






    Los demás en la sala quedaron estupefactos al escuchar la petición del joven castaño que estaba de piel frente al mayor quien no se inmutaba. Hiroki se recogió de brazos mientras miraba la actitud de su ahijado ¿Cuando había crecido tanto? Siempre le veía en un campo de flores a temprana edad. Parecía que su mirada traspasaba todo problema porque cuando tenía algún problema que escondía muy bien, ese pequeño se daba la maña para descubrirlo.



    Todos los recuerdos del pequeño pasaban por su mente dedicando una sonrisa soñadora del cual Nowaki lo vio. Pasando por los demás le tomó la mano y allí reaccionó quitando-la. Si, salvaje, indomable pero el doctor le había conquistado aunque no lo demostrara muy a menudo. Tragó saliva viendo que no obtenía respuesta del relato, su corazón latía a mil por segundo ¿Taquicardia? no, era la adrenalina por saber, por querer conocer su pasado oscuro. Ese pasado que tantas veces se había presentado en sus sueños.


    Takano le miró sin decir nada más, Misaki se ponía impaciente mirando a los demás que también mantenía el mismo silencio sepulcral. Ya no aguanto, tenía que saberlo. Tomó aire, los ojos se oscurecieron , la mirada helada como en aquellos días...



    - Dime.... como fue


    Solo le palmeó la espalda en señal de aprobación, los demás se callaron ante la voz dominante ¿Como ese chico podría mostrar esa faceta? Misaki era un chico dulce, algo temperamental pero nunca se llegaba a enojar como ahora. Sentado en el sillón, empezó el relato, sombrío sin poder creer lo que escucharían. Ese joven castaño como lo conocían ahora no era el mismo, verían a alguien completamente distinto.



    - Ese día llovía, me acuerdo porque había unos ojos que me observaban desde lejos, sombríos, lejanos... Hacía mucho frío, tanto que carcomía los huesos y rajaba la piel. Me nombraron el general mas joven del regimiento, solo tenía 16 años...



    "El tiempo volvía a sus orígenes donde el relato parecía cobrar vida"




    La casería empezaba para los jovenes, regido por el principe quien se divertía viendo como las personas corrían para salvar sus vidas. Una pequeña risita se formó en sus labios, sus compañeros no paraban de cazar a su manera. Ya estando aburrido de mirar y mirar como gritaban, las caras que ponían decidió ir por su alimento. A lo lejos, la caballería del pueblo se formó para tratar de aplacar la peste como ellos les llamaban a la raza desconocida. Algunos murieron en el enfrentamiento, pero el joven castaño miraba sin decir nada, solo hincado viendo al joven de cabellera oscura mandar a los subordinados. Relamió los labios, la tormenta empezaba a crecer mojando la tierra, partiendo con sus truenos los oídos y los relámpagos iluminando el campo de batalla. Esos ojos rojos que poco a poco se teñían se cruzaron con los de color avellana. El miedo le carcomía la espina dorsal mientras de lejos reía muy quedado. Takano sin dejar de luchar disparó contra un vampiro que asechaba cayendo muerto a sus pies ¿Irónico no? El humano matando a un no vivo, tenían su propia debilidad y no dudarían en utilizarla para su beneficio.



    Quedaban muy pocos, emprendían la retirada. Misaki todavía veía ese espectáculo que se le hacía agua la boca. Un vampiro le había tirado del caballo haciendo que Takano golpee de lleno contra el barro. Mostró sus dientes pero se detuvo sin que nadie le haga alguna señal. - Tienes suerte - susurró alejándose dando paso al joven de ojos esmeraldas que miraba de arriba abajo de forma sarcástica.



    - Granaderito a caballo - rió por lo bajo atrayendo la cólera del otro


    - Niño engreído


    - ¿A mi? - se inclino para verle bien, esa mirada descara sobre su cuerpo le ardía la sangre - No estás en condiciones para decir nada


    - Vas a caer - sacando un puñal se lo enterró en el corazón, Éste gimió agarrándose del mayor -


    - agr!!!!! .... - el dolor era pasable, cayendo en sus brazos solo rio. Esa mirada de hielo dirigida al gendarme lo había congelado mientras se sacaba el puñal mostrándole divertido - tks, tks, tks en gesto negativo con la mano - eso no se hace....




    La mejilla se enrojeció mientras lo mandaba a volar cayendo de lleno contra el suelo, Misaki reía un poco sin sacar la vista de encima del joven. ¿Como podía tener tanta fuerza? Era solo un niño. Se agachó tomando el rostro sin consideración alguna, mirando ese lindo rostro, pasando el dedo por su sangre, probando su sabor, exquisito. Los ojos se tornaron ocre, se acercó más oliendo el temor... ese sabroso temor que recorría su sangre.


    - Serás mi pequeño juguete personal... sentite dichoso



    **************




    Después de ver a sus amigos de caza fue a su habitación, se tiró aburrido mirando el techo. Otra noche más, otra noche en soledad; solo recordó la mirada del joven avellana y sonrió lascivo relamiendo sus labios. Solo un susurro de sus labios y se abrieron las piertas mostrando su premio.



    - Que haré contigo Masamune


    - No me llames asi -


    - ¿Porque, acaso no sabes quien soy?


    - Si, se muy bien - con voz rencorosa - eres el que mató a mis padres, y vengo a vengarlos


    - No .... - susurró tapando sus ojos - no los maté, fueron del otro clan. Yo no mato por placer, solo por necesidad.


    - Mentira


    - No sabes cuando me enojo lo que soy capaz de hacer - sus ojos se tornaron oscuros.


    - Demuestrame ....
     
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    Capítulo IV.... SEGUNDA PARTE




    VampireHottie2





    Necesario era hacerlo enojar, puesto que los orbes avellana miraban con total desprecio al chico que estaba en la cama disfrutando de tales facetas. El príncipe no dijo nada a tal invitación, sino que se dedicó a examinar las heridas de la guerrilla. Sus ropas estaban algo harapientas, se podía ver la carne del mismo con algo de barro. No le habían atendido, apenas había terminado la batalla le mandaron a las mazmorras. Allí, entre gritos de llanto por los distintos castigos que pasaban los condenados Él cerraba los ojos y los oídos para no escucharlos. Le hacía recordar el dolor de sus padres, como suplicaban porque les dejen con vida. Nuevamente esa sombra negra atentaba contra el escondite del niño de apenas 12 años, sus padres apenas oyeron los alaridos de las personas no dudaron ni un segundo en esconderlo bajo los maderos de aquella cabaña.


    Los gritos de las personas hacían rasgar la tierra en mil grietas, tres caballeros vestidos de ropas elegantes pisaban el barro del pueblucho. Una cincuentena de personas agarraba a algunas mujeres para experimentos y alguna que otra diversión, hombres para alimento pues eran “ricas en vitaminas”.
    La voz del mandamás se escuchó por todo el pasillo atrayendo la vista de los condenados “ESTAN ACÁ PARA SERVIR A SU SEÑOR”
    Fue lo único que escuchó antes de que le llevaran frente al que le llamaban “príncipe”. Era el mismo joven que le había arrastrado al fango, derribado del caballo, derribado el propio orgullo. Ahora lo tenía frente a frente, si era un joven adolescente ¿Por qué le tenían tanto miedo? No le importaba si era un despiadado asesino, un violador empedernido o un hombre sombrío que practicara con la persona lo que quisiese, sino que era un hombre de carne y hueso sin corazón, sin vida, sin alma.

    Misaki le veía de arriba abajo sin decir absolutamente nada, solo analizaba el cuerpo del mayor, la temperatura, su mirada. De alguna manera, esos ojos estaba cargados de odio, ametrallando contra quien le trajo aquí, prendido a su suerte. Un loco que si le daban un arma blanca la usaría sin dudar contra el chico.

    - Cuidado con que sentimientos me miras, dije que te haré mi juguete personal y lo cumpliré. Soy un hombre de palabra

    Solo eso dijo para que arda en cólera el oji avellana ¿Cómo se atrevía a decir eso con tanta haraganería?

    -Vamos, no tengo todo el día

    A esa orden, definitivamente se cruzó de brazos igualando su mirar. El príncipe había ordenado que nadie, nadie les interrumpiera y el que lo hiciera se ganaría despedirse de ese mundo.


    - No te voy a lamer las botas


    Amaba los retos, más si su pequeña mascota era rebelde. Los ojos del joven se tiñeron de un hermoso e impactante color plateado. Eran profundos, crueles como su mirada; el ambiente se ponía pesado y somnoliento. Takano, trataba de luchar contra la pesadez pero era casi imposible, igualmente daba batalla.
    Cayó de rodillas frente al chico, Éste le tomó el mentón mirando cada facción de ya hombre maduro a la fuerza. Le encantaba ese mirar, nadie le replicaba y ahora llegaba ese muchacho para prácticamente, volver el mundo al revés.


    - Granaderito, no seré gentil


    Esos ojos, infinitos mares de lujuria y deseo en la tierra le estaban declarando la guerra. Dos dedos sosteniendo el mentón, la lengua recorriendo los labios desquebrajados por el frío de la noche, seco necesitados de agua. A esto escupió, la saliva se derramaba en los labios del oji-esmeralda.


    - Quieres jugar granaderito, bien, no esperemos más…


    La fuerza usada en su cráneo hizo que el mayor se quejara, un niño le estaba tratando como un animal sin importarle nada. Su rostro era hundido en la entrepierna. Se adentró a su mente “si me muerdes te mataré lentamente” . El oji-avellana abrió fuertemente los ojos, ¿Era la voz del joven que hablaba en su mente? . Rudo, sin sentimiento le embarraba sus partes en la cara y con firme voz mirando-le a los ojos no se prohibió de nada.


    - ¡¡Lame como el perro que eres!!
    - En tus sueños

    Como era que aún tenía fuerzas suficientes para decirle que no. Misaki era de increíble belleza misteriosa, sus ojos esmeraldas tenían un brillo atrapante que quien lo mirase quedaba prendado. Siempre recibía ofertas de humanos, no sabiendo la realidad de su naturaleza. Le divertía, como un alma prácticamente se arrastraba por un rato de compañía y de placer. Verlos a sus pies, entregándole si pudieran el mundo entero solo para sentarse a la mesa, para salir, para llevarlo a la cama.
    Takano había pasado esa barrera del cual hacía encender al menor sin propuesta alguna. El aire se sentía cada vez más pesado, una neblina de aroma atrayente al olfato le dejaba medio adormitado. Todos sus sentidos se vieron perturbados, el vampiro miraba divertido con algo de perversión.


    - Masamune… - ese nombre le arrastró - … ¿Porque no me muestras tu lindo trasero?


    El cuerpo se movió por si solo aún maldiciendo con voz alta. Se puso sobre el madero de aquella cama de dos plazas mostrando el rasgado pantalón. Se le hacía agua la boca, definitivamente el granaderito tenía buena contextura física ¿aguantaría cada castigo? Las lastimosas manos se alzaron por el cuerpo palpando la madera, los pasos se escucharon sobre el parquet y tomando éstas las ató con una soga. Buen cuerpo para sus adentros, fornido, se vé que luchaba bien y eso se veía. Descarado, pasaba la mano por la espalda ganando el estreñimiento del joven. Estaba fría, era un no vivo, no tenía temperatura.

    - que mierda me vas hacer

    No contestó a esa estúpida pregunta, sino que arrancó la ropa. Estaba rasgada por el tiempo pasado en ese lugar frío, húmedo y oscuro. Nuevamente le preguntaba sacando de su centro, la nalga derecha se fue enrojeciendo, la voz cayó y un castaño se alzaba con una leve sonrisa.

    - Parece que te gusta sentir mi mano en tu cuerpo, más si soy rudo.
    - Te juro que te cortaré los dedos si sigues tocándome de esa manera
    - Mmm… violento… va hacer muy fácil

    Edited by Misaki_san - 25/4/2014, 16:59
     
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  10. usami_takahashi
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    holaaa jejej *risa nerviosa* :=ummse: he querido leer el cap 1 de este fic pero me doy cuenta de que es la segunda temporada :=BUABUA: ejejeje alguien podría hacerme el grandisisisimo favor de pasarme el link de la primera, muero de ganas por leerlo :=DFSDFSD: pero no tiene caso leer la segunda y no la primera, onegaiiii :=SHOROO: ,besos y abrazos sayoooooooooooo :=amors:
     
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  11. clown tear
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    ahora los ukes se revelan contra los semes? osea que pedo? O.o
    me encanto quiero saber que mas sucede
    CONTY
    po favor?
     
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    QUOTE (usami_takahashi @ 27/4/2014, 00:34) 
    holaaa jejej *risa nerviosa* :=ummse: he querido leer el cap 1 de este fic pero me doy cuenta de que es la segunda temporada :=BUABUA: ejejeje alguien podría hacerme el grandisisisimo favor de pasarme el link de la primera, muero de ganas por leerlo :=DFSDFSD: pero no tiene caso leer la segunda y no la primera, onegaiiii :=SHOROO: ,besos y abrazos sayoooooooooooo :=amors:

    RTA: Querido Usami... no te preocupes por esa sonrisa nerviosa, no soy del todo malo... sino que mmm dejaré para despues la venganza. Por ahora disfruta la primera temporada.....


    https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=65124281
     
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    Capítulo anterior…


    - Masamune… - ese nombre le arrastró - … ¿Porque no me muestras tu lindo trasero?


    El cuerpo se movió por si solo aún maldiciendo con voz alta. Se puso sobre el madero de aquella cama de dos plazas mostrando el rasgado pantalón. Se le hacía agua la boca, definitivamente el granaderito tenía buena contextura física ¿aguantaría cada castigo? Las lastimosas manos se alzaron por el cuerpo palpando la madera, los pasos se escucharon sobre el parquet y tomando éstas las ató con una soga. Buen cuerpo para sus adentros, fornido, se vé que luchaba bien y eso se veía. Descarado, pasaba la mano por la espalda ganando el estreñimiento del joven. Estaba fría, era un no vivo, no tenía temperatura.



    - que mierda me vas hacer



    No contestó a esa estúpida pregunta, sino que arrancó la ropa. Estaba rasgada por el tiempo pasado en ese lugar frío, húmedo y oscuro. Nuevamente le preguntaba sacando de su centro, la nalga derecha se fue enrojeciendo, la voz cayó y un castaño se alzaba con una leve sonrisa.



    - Parece que te gusta sentir mi mano en tu cuerpo, más si soy rudo.
    - Te juro que te cortaré los dedos si sigues tocándome de esa manera
    - Mmm… violento… va hacer muy fácil.




    Capítulo V: Escarlata






    ¿Habría una calificación en este mundo para lo que sentía? Simplemente, era asco, asco de ser un juguete humano a beneficio de ese chupa sangre que venía a su vida para vivir un infierno aquí en la tierra. Como esas manos descaradas, mugrosas se paseaban por ese cuerpo fornido y trabajado por años y años de entrenamiento para ser guardián de su gente. El tener una vida sin lujos, no esperando nada a cambio sino que trabaja duro para mantener su estilo de vivir y ahora, verse destruido por un niño que no entiende razones.

    Carente de sentimiento alguno, marcando con sus labios, profanando la piel ajena continuaba sin descanso la dulce tortura y los quejidos con algunas maldiciones que tenía que escuchar, realmente poco le importaba. Lascivo le miraba, analizando cada movimiento, escrutando desde su distancia el alma salvaje.


    - No quiero ser tan rudo como para partirte en dos


    Eso fue lo único que dijo mientras rasgaba la poca ropa y así dejarlo como dios lo había traído al mundo. Se quedó congelado, su respiración se detuvo al mirar cada músculo delineado. Su lindo culo como si fuera una manzana digna de morder, pecado mortal que cometería pero … ¿Qué importa? Si su alma no existe mas y se iría al mismo Hades sin escala. Nuevamente resonó la palma de la mano en esa nalga enrojecida, el grito de “Vete al demonio” y éste reía sádico ante lo escuchado.

    Ya no había más toque, el corazón del joven Masamune quedó congelado y tan solo esos mechones que caían libremente sobre su frente hasta tapar alguna visión de sus ojos vieron lo que era culpable de no decir absolutamente nada. Esa fusta sacada del cajón, las cintas de cuero que poco a poco el mismo veía como las trenzaba sentado a su lado mientras poco luchaba contra sus cadenas opresoras. Siempre la mirada atenta a ese chico que sufría, le encantaba ese rostro demacrado por el tiempo que estuvo en las mazmorras.


    - nos vamos a divertir mucho … - susurró pegando con la parte dura de aquel elemento de tortura en su mentón.


    El otro abrió grande sus ojos y luego chilló, las cuerdas pegaban con rudeza sobre sus piernas mientras le miraba con una de las cejar arqueadas. Prepotente, sin nada que hacer solo mirar como se retorcía bajo su dominio. Nuevamente resonó en esas cuatro paredes aquella tortura, pero algo le llamó la atención. Takano estaba mordiéndose los labios para no gritar, gemir o lo que sentía y emitía en ese momento.


    - Vamos … Gime para mi


    Negó, ese fue el explosivo para que sea más, cada vez más duro. No tuvo piedad, levantando aquella pierna como el marfil le penetró con la fusta. Takano gritó, no hubo imagen que le hiciera volar a lugares amados, solo el dolor desgarrante de ser prácticamente violado por aquella bestia sin sangre, sin alma.
    Nuevamente, arremetía contra todo orgullo. Le movía en círculos, definiendo la circunferencia de su ano. Mas grande, cada vez mas grande le rompía haciéndolo sangrar. El oji- esmeralda reía algo quedado, ¿esa entrada le estaba llamando? Si, la fusta poco a poco desaparecía por esa entrada virgen que absorbía el cuero negro.


    - Eso es… ahora viene lo mejor
    -

    Sacando le dio a chupar, que pruebe el propio sabor a la humillación. El ser violado por un vampiro, la criatura que Él mismo decidió odiar con todas sus fuerzas ahora estaba siendo sometido por ella. La piel poco a poco se iba consumiendo en esa boca, principalmente en aquellos colmillos que agujereaban la piel. Divinas gotas de sangre que derramaba, ¿tan atrayente era su sabor que no dejaba de alimentarse? Ese ardor sumado al placer que le daba era la droga perfecta.
    Crujido seguido por el grito desgarrante de su ser, Misaki se lo había metido, sin pudor, sin pedir permiso. No se quedó, sino que enterró el sexo tomando-le esos cabellos oscuros y tironeando gemía. Takano tenía ocupada su boca por esa deliciosa fusta que entraba y salía a ritmo del sexo ajeno.
    Sus piernas temblaron, no podía aguantar el dolor más la frustración de no pode liberarse, de no hacer nada para detenerlo. Le tomaba más y más odio, su sangre por alguna forma hervía al sentir esas caricias sobre la piel. Ese tono como casi parecido a un gruñido resonaba en su cabeza, quedando en cada fibra de su ser grabada como tatuaje.
    El dolor se hacía cada vez más profundo, desgarrante, mísero hasta que su engreimiento fue botado a la basura. El semen recorrió gran parte como catarata desde el interior hasta el suelo. El vampiro se había corrido en su interior y el guardián derramando gran parte sobre la madera. Ésta se vio teñida de un color parecido al blanco.


    - sos una gran puta… bien hecho


    subió la cremallera y le liberó, aquellos ojos estaban idos, ¿Quién sabe que estaba pensando? ¿ A donde se habrían ido sus pensamientos? Solo cayó al suelo y como pudo se arrastraba a la cama mientras que Misaki le veía entrar en su lecho. Estaba acostumbrado, mujeres y hombres se entregaban a libre voluntad y hasta algunos desesperados por estar una sola noche con su majestad. Había violado, hubo un tiempo donde era un cazador sediento de sangre y sexo y éste era uno de esos momentos. Le vio tan apetecible que se paró a su lado…


    - Ahora eres mío para siempre. Si intentas matarme mis hombres te harán diez cosas peores de las que hoy te hice. No hagas algo estúpido… y quien sabe … capaz llegaremos a ser algo mas.


    La voz se fue apagando hasta que en aquella habitación no se encontró nadie más que Takano hundiendo el rostro en la almohada. Olía a Él, hasta sabía a ese demonio de rostro bello.
    Las mucamas le llevaban comida, casi parecido a un gran banquete del cual Él rechazaba sin decir nada, solo en absoluto silencio tratando de centrarse en aquello que era importante: MISAKI
    Los días pasaron, el príncipe como siempre tenía los deberes reales que tenía que cumplir como futuro rey del clan. Había dado ordenes específicas referente a ese humano que estaba en su cuarto: “El que lo toque me encargaré personalmente de desaparecerlo” su palabra era la ley, ley absoluta que era irrevocable y ninguno se atrevía a llevarle la contraria.
    El aire de aquella tarde era frío, el sol se escondía sobre las colinas de verde pasto. Los últimos rayos de ese crepúsculo fue apagando hasta no quedar casi rastro del día que paso. La calma relativa, esos ojos avellanas estaban examinando el momento para hacerlo. Desde uno de los árboles, expectante esperaba ese “tiempo” , el joven príncipe no miraba nada más que el sol morir sobre el firmamento.


    - no quiero jugar … por ahora … Masamune

    como arte de un hipnotizador, salio de su escondite para estar a su lado. Todavía luchaba contra esa voz que le odiaba con todas sus fuerzas pero, si le odiaba ¿Por qué le hacía caso?
    No intentó nada, ni toque, ni beso, ni sometimiento. Sus ojos estaban compenetrados en el desaparecer del sol.

    - Quiero ser como el astro mayor, morir para luego volver a vivir un nuevo ciclo.
    - Si quieres, podemos probar esa teoría – musitó Takano deseando que diga si –
    - Eres estúpido… - señalaba su pecho, el lugar donde había sido enterrada con anterioridad la daga – la daga no me hizo nada…


    Era cierto, como matar a un muerto si ya su vida mortal le había dejado. No se dijeron nada más, solo se quedaron en silencio.
    La noche comenzó a hacerse presente, el canto de los pájaros enmudecieron y las estrellas adornaban el firmamento. Los guardias custodiaban a su Alteza Real, como le llamaban por el grado de ser único hijo de sus majestades. El viento comenzó a soplar, algo estaba mal. Takano se interpuso delante del joven, la sangre comenzó a brotar de su pecho mientras que Misaki quedó helado. Los agentes empezaron a actuar de inmediato aprisionando al culpable.
    En sus brazos recibía el cuerpo casi muerto del guardián. El otro abrió como dos botones el mirar, ¿estaba húmedo? Si, Misaki derramaba lágrimas por su cazador. La transformación no estaba completa, su idea era dejarlo ir después de cansarse como todos. “Llévenlo a mis aposentos” gritó para que se hiciera su voluntad. La sonrisa tétrica y sin vida, dos hombres sosteniendo al culpable que se arrodillaba y se reía en su cara.


    - Tendría que hacerte añicos por tal osadía – dijo el príncipe tronando sus dedos, el otro no se inmutaba sino se reía a carcajadas.
    - El clan triunfará y tus huesos estarán en tierra …


    No hubo nada para hacer, nada que perdonar. El rostro empezó a descascararse frente a los ojos del que sostenía esa cara sin dejar de mirarlo. Despreciado, desechado por sus propias manos.


    - Limpien el desastre –




    ***********************************





    Yacía allí entre las sabanas que poco a poco se teñían del color escarlata. Ese olor volvía casi locos a los que le atendían; reapareciendo los hizo como de la nada acallar sus deseos. La mirada compenetrada en ese adulto, los demás pasando a su lado no dijeron absolutamente nada y le dejaron solo. Los pasos dados hasta llegar a su lado, el mismo tono de siempre…



    - ¿Por que mierda lo hiciste?

    En un intento forzoso le respondió llamando la atención por la osadía.

    - Porque sino no tendría a quien matar.
    - Buena respuesta


    El colchón recibía a otro cuerpo, poco le importaba si se manchaba la ropa con sangre. Solo quería estar a su lado, mirando las expresiones del peli- oscuro. Masamune apretaba con fuerza las sábanas con ese puño, era signo del dolor, de que el final se acercaba.


    - ¿Tienes miedo?
    - Es solo una vida que se va, no creo en cuentos de fantasía –
    - Crees en vampiros – replicó el castaño
    - Asesinos…
    - Algunos tienen otras intenciones
    - ¿Cuáles? Tks! – agarrandose fuertemente el pecho, ya no había venda que resistiera el caudal de sangre. – Todos quieren ver morir a la gente, verlos sufrir, rogar…
    - Si piensas eso… ¿porqué te atravesaste?


    Esa pregunta hizo estragos en el mayor quien trataba de encontrar una respuesta lógica ante ese impulso por ¿protegerlo? No, era imposible, traicionar lo que una vez juró a sus padres frente a la tumba, a su pueblo ahora… ¿iba a darle la espalda? Negó como si nada, peor Misaki le miró con algo de diferencia. Esos ojos demostraban dulzura del cual Takano no dejó de ser prendado con ella.


    - Perdóname
    - ¿ah?
    - Me salvaste y te devolveré el favor … aunque niegues el sentimiento o el “deber” como quieras llamarlo.
    - Mocoso….
    - Pedante ….


    Los colmillos se hundieron en su propia muñeca, la sangre comenzó a destilar sobre la mano hasta la herida que el mayor tenía en el pecho. Fuertes latidos casi desgarrantes volvía su cuerpo con esa fiebre impetuosa. “Lo lamento, no quiero que sufras, por eso… tendrá que ser de esta manera” Fueron sus palabras viendo como se transformaba. Ojos como de fuego, sed impulsiva por el manantial. “bebe” y abalanzándose sobre su alteza bebía cada gota como si fuera la última. Esa noche, había nacido un nuevo caballero.
    Fue distinto que los demás, Misaki le permitía ser la mano derecha de sus tareas hasta antes del asesinato. Su amante, su juguete personal, pero no tenía tantos privilegios sino que estaría en el mismo estatus que Shinobu, Hiroki y Usami.







    *********************************






    La realidad ahora era otra, Misaki había despertado de ese letargo sumido durante siglos y los caballeros habían vuelto para buscar esa alma. Sin pestañear, Takano no hacía nada más que terminar su relato, su verdad al dueño de su “vida”.
    Nowaki estaba con la boca abierta al igual que Onodera; los demás no se hacían problemas pero la mirada alilada se mantenía en su señor.


    - Perdóname
    - No hay nada que perdonar, ambos lo decidimos y se termino la discusión.
    - ¡ NO ES VERDAD! – gritó fuerte haciendose escuchar – yo … fui un tirano, un maldito… yo … yo …
    - Tu fuiste una gran persona con errores como todos – agregaba Shinobu –
    - Uniste a los clanes después de todas las batallas – Takano –
    - Tuviste un reino de paz y justicia – Hitoki –
    - Nos enseñaste el sentido de vivir y luchar por lo que amamos – por último, Usami se acercó tomándole la mano, éste se sonrojo sacándola al instante –
    - Rit…Ritsu … ¿Quieres dormir conmigo esta noche?
    - Ah… yo… si Misaki
    - Gracias … Buenas noches… Pueden irse, todo esta bien


    Ambos castaños desaparecieron a mitad de la noche, los demás comprendían que todo era muy rápido para ser comprendido. Los caballeros no iban a dejarlo solo por ningún motivo, ahora más que la guerra estaba a punto de empezar.





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    Capítulo VI: Te propongo








    La noche había caído en ese lugar pero aquellos ojos esmeraldas no podían cerrarse y dejar que Morfeo se lo lleve en sus alas. Suspirando, apoyaba delicadamente las manos en su estómago mientras miraba el techo sin decir nada, analizando, pensando en todo lo que había escuchado, todo lo que había hecho. Ritsu también pensaba en lo que había escuchado y a veces, la mirada se dirigía al compañero ¿Era esa misma persona, el de la historia? Creer o reventar.
    No se dijeron nada porque no había nada para decir, solo sobraban algunas preguntas pero no sabían si era el momento justo para atreverse a hablarlo. El príncipe se dio vuelta mirando a su mejor amigo, el que siempre había estado a su lado. Abrió los labios, quería hablar pero su voz no podía salir.


    - ¿No puedes dormir? – corriéndose un poco le miraba –
    - Todo parece un cuento fantástico
    - También para mí, pero tú eres tú, el de ahora, no el de antes
    - ¿Y si en el futuro me transformo en eso? – preguntó acarreando con la pena en su corazón, pero Onodera le abrazó sin razón –
    - Eres Misaki Takahashi


    Solo dijo eso para luego quedar profundamente dormidos. Desde las sombras, ya tomando forma, el oji- lila miraba a los dos humanos que estaban en esa posición. Quedó en completo silencio, ¿Por qué su corazón se desquebrajaba? ¿Por qué sentía que el fuego recorría el pecho? Celos, ese sentimiento era celos.





    *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*







    El aura de aquél joven era aún más brillante que años anteriores, con sus manos extendidas, meditaba los escritos mientras que ese poder se extendía cada vez más en aquella sala. Dos hombres le miraban mientras que un tercero era su maestro.


    - Mas fuerza
    - Hai … - tratando de contener el pequeño dolor –
    - Puedes hacerlo mejor
    - S…si – ya las gotas de sudor recorrían la cien y las mejillas –
    - ¡MI ABUELA PUEDE HACERLO MEJOR!
    - ¡YA BASTA! – calló con el rostro en tierra cansado por tanta energía puesta en ese campo -
    - ¿No fuiste muy duro? – el menor de los jóvenes entraba con algo para comer –
    - Es verdad, mi abuela que tiene 90 puede hacerlo mejor
    - Ca…llate
    - Esto que te estamos enseñando no es un juego, sino que es el don más fácil y no lo sabes moldear. Si tu pueblo está en peligro ¿Cómo harás? – agregó el de hermosura sin igual sosteniendo un pequeño libro –
    - Déjenme solo – musitaba el menor mirando el suelo –
    - Pero…
    - AHORA





    La puerta se cerró quedando esa alma en soledad. Mirando el suelo, dejándose llevar hasta en lo profundo del silencio. No sentía nada más que vergüenza, tristeza, impotencia por no poder hacer ese simple hechizo. Sus padres eran dos grandes hechiceros, admirados por todos y ahora su hijo no podía hacerlo. Lo que el mediano le dijo se le quedó grabado a fuego “¿Qué harías por tu pueblo?” eso le movió el piso.




    Las velas se apagaban una por una dejando que el humo negro se eleve en su presencia, las manos elevadas y una leve ventisca envolvía el lugar. Los hombres entraron viendo el espectáculo, varios orbes levitaban alrededor del castaño. En un abrir y cerrar de ojos, ese domo dorado aparecía frente a ellos. El menor intentó pasar sin éxito, los otros le miraban aprobando lo que había aprendido. El que estaba dentro sonrió para luego desaparecer aquel domo.





    - Gracias





    Las eras pasaban, seguían detenidos en el tiempo atrayendo varias miradas, varios deseos que se harían realidad. Allí, mirando el horizonte como todos los días, por el resto de sus días, Misaki veía el morir de aquel ocaso. Detrás de él, el aroma atrayente de aquel joven de cabellos plateados estaba a su lado.



    - Es hermoso ¿No? – decía admirando la vista cosa que el oji- lila también admiraba
    - Nunca es el mismo, sino que siempre hay algo nuevo
    - Tienes razón mi señor
    - Cuantas veces te dije que no me llames asi. Me hace sentir viejo … sin ofender
    - Misaki – sin razón le abrazó aspirando el dulce aroma de sus cabellos – te propongo…
    - ¿Ah? – algo nervioso temblaba ¿Por qué le provocaba eso? Si ya tenía su juguete personal –
    - Disfrutar de cada mañana hasta lo largo de nuestras vidas. Me enamoré de mi señor – sin pelos en la lengua, sin esconder el rostro se le declaraba al oído-
    - Akihiko …
    - Misaki – le dio vuelta para que le mirase, esos ojos lilas correspondían al igual que su corazón – si me lo pides te daría el mundo… quédate conmigo
    - ¿Estas seguro? – le pregunto un tanto socarrón – Entonces quiero el sol
    - Como ordene mi señor-





    El castaño de por si estaba nervioso, tanto que se sonrojaba y le temblaban las manos de marfil. Akihiko tomó con cuidado, como si se tratase de un fino cristal. “cierra los ojos” éste los cerro y alineando las dulces y finas manos le pidió que abriera los ojos. Los orbes se abrieron y los labios solo se podían ver el vacío. Allí, Misaki se quedó enamorado del gesto que recibió, tenía el sol entre sus manos. Ese astro mayor era suyo por unos minutos hasta que se escondió. Usagi le miraba con una sonrisa y alzando la cabeza lo beso.


    - mi … Misaki … te protegeré
    - Akihiko



    *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*






    - A…kihiko –


    Susurraba el durmiente envuelto en las sábanas mientras que atendiendo a su llamado, se acercó para tomarle las manos y con su voz tan suave y protectora se acercó al oído.


    - Te propongo… - mientras decía esto le acariciaba las mejillas - … adueñarte de mi alma, de mi vida. Que la noche y el mar hasta el más claro y transparente lugar, eleven tu mente, tu corazón hasta donde esté. Te propongo amarnos sin reservas, como un sueño, un delirio, efímero, certero…
    - Si


    Selló aquella renovación de promesas con un tierno beso, ahora era por siempre…








    Aclaración: Espero que dejen su comentario ya que es importante ¿como vamos a saber si lo hacemos bien, si captamos sus sentimientos? A veces mendigar es bueno, es aprender... Gracias
     
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    Ojos de cielo, recordando el pasado…. Parte I


    El sol despuntaba el alba del nuevo día, sobre la tierra acariciando con sus suaves caricias él se asomaba. Aquellos rayos iluminaban de forma tenue la habitación donde dos jóvenes dormían tranquilos. Unos orbes verdes aparecían de forma remolona, la cama haciendo un rechinar se podía apreciar esa figura durmiente, despeinado, dormido. Una segunda persona interfirió, esa señal de “no lo despiertes” hizo que Ritsu se levantara con mucho cuidado de la cama y bajar no sin antes dedicar una mirada a ese caballero de platinados cabellos.
    Una sola mirada bastó para saber que no tenía que interferir, no con su trabajo sino con el compromiso, honrado compromiso que no rompería jamás con su príncipe. La puerta se había cerrado, el estudiante trataba de comprender o digerir lo que en este tan poco tiempo significaba toda la historia. No decía que mentían, había visto, experimentado lo suficiente como para negar como un necio.
    Akihiko se quedó solo con su príncipe admirando ese misterio del cual se le negó a muy temprana edad. A pesar que había sido transformado en la adolescencia, tenía mucho que aprender. Allí, la mirada alilada del hombre no despegaba de aquel lecho, viendo como el de cabellos castaños se removía lento entre las sábanas. Sentía la necesidad de besarle, nunca había sentido ese deseo y pareciera que al pasar los siglos se hacía más fuerte que antes.
    No tardó mucho en despertar, sus ojos se abrían dejando ver ese hermoso y algo distante color esmeralda. Akihiko, al verle se le acerco rozando la mano en la frente y éste la sacó estrepitosamente

    - Que haces Usagi
    - Solo… nada – se alejó haciendo una reverencia.
    - Por qué … haces eso, ya te dije que no quiero… soy un chico común
    - Misaki… no lo eres.
    - SI LO SOY
    - Escúchame…
    - NO QUIERO; YA BASTA…. QUIERO SER NORMAL, QUIERO IR AL COLEGIO, CONVERTIRME EN MÉDICO, TENER UN TRABAJO, AMIGOS, PAREJA….
    - MISAKI!!!!


    Aquellos labios se unieron con el del menor, Misaki quedó inmóvil aunque podía moverse y alejarlo por algún motivo no hizo eso sino que se quedó en su lugar. Poco a poco, comenzaban a profundizar aquella unión hasta que ambos se separaron.

    - Que ….
    - Misaki quiero que recuerdes, mírame solo a mi… onegai – arrodillado apoyaba la cabeza en las piernas del chico mientras que el otro se quedaba con el corazón en la boca
     
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