La venganza del zorro [NaruSasu] R-18 (Capítulo 10) + OMAKE [FINALIZADO]

Todo comienza cuando la alfa de los zorros es atacada por los cuervos. Llevando así a su único hijo a tener que buscar a los cuervos para recuperar su salud. Por el camino se encuentr...Resumen dentro

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  1. RedParadiseYaoi
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    daiana99_ Muchas gracias por el comentario >u< y espero que disfrutes del capitulo final y de los otros fics que ponga adelante.

    Capítulo 10:


    Sasuke se encontraba sentado en la parte del copiloto de un automóvil atravesando la ciudad con él. Con la luna iluminando las calles, dejando ver todo el alrededor. Su hermano, conducía en silencio solo el sonido de la radio se escuchaba de fondo, en sus pensamientos. Una canción tranquila casi deprimente acompañaba. Sin duda era el sentimiento que se sentía en el interior del coche.

    — Hermano

    — Lo siento —ambos hablaron al mismo tiempo— sé que lo quieres es volver con tu pareja. Pero sabes perfectamente que no lo puedes hacer. Si te quedas en ese lugar los Uchiha irán a por los zorros y harán todo lo posible para eliminarlos. Y después todo sería masacre y eso no lo pienso permitir.

    — Solo te iba a decir que si podíamos quedarnos en algún lugar a descansar, tengo sueño— inventó las palabras.
    Itachi hizo una pequeña mueca pero accedió a lo dicho por su hermano menor. Supuso algo tenía que ver que el olor a zorro sea más fuerte porque sabía que su hermano en algunas misiones pasaba días sin dormir. Encontraron un hotel en medio de la ciudad, se adentraron y pidieron una habitación para una sola noche. No hubo comunicación entre ellos en todo el trámite ni en el resto de la noche.

    A la mañana siguiente todo continuó en silencio. Bajaron a desayunar al restaurante de en frente del hotel. Sasuke se encontraba ausente de todo, sentía que estuviera de camino al matadero. Seguro que nada más entrar por la puerta de casa olerían en él a Naruto y pedirían explicaciones. Y él no sabía que respondería. –“Es el aroma de mi pareja, madre”. “Encontré a mi pareja de por vida, padre” –no, no podía decir esas palabras, traicionaría a todo su clan. Su madre se sentiría avergonzada. Pero… él solo quería estar con la persona del aroma. Estar en aquellos brazos, tocar las cicatrices de la cara que él mismo hizo, sentir de nuevo aquella estúpida sonrisa en su cuello, escuchar sus estupideces…

    En el desayuno Itachi pudo oler perfectamente el sentimiento de tristeza y odio que tenía su hermano menor, todo era porque lo llevaba de vuelta a casa. Toda la noche estuvo pensando en lo que era correcto para él. Al principio lo tenía claro, su hermano estaría perfectamente con los suyos. Pero con el paso de los minutos comenzaba a dudarlo, apartarlo del lugar en el que sentía feliz, ¿eso no convertía ese lugar en su hogar?

    Mientras su hermano pagaba la cuenta del restaurante, Sasuke salió fuera a esperarle, se quedó mirando el suelo, nunca le había parecido tan interesante como ahora: era una estructura firme, unida, inquebrantable… hasta que viene una fuerza mayor y la rompe –había una parte donde el pavimento está destrozado–. Mientras miraba el suelo en lo que realmente pensaba era en que se parecía en la relación que tuvo con Naruto, parecía tan fuerte, su lazo, pero… -se gira a ver a su hermano-.

    Seguro que a estas horas Naruto se estaría levantando y enseguida se daría cuenta de su desaparición. Suigetsu se lo diría, ese cuervo no sabía mantener el pico cerrado. Hizo un pequeño respingo cuando siento la mano de su hermano en la espalda.

    — Vámonos —fue la orden claro del mayor.

    — Bien —comenzó a dirigirse al parking. Su hermano lo sujeta del hombre.

    — No, vámonos por otro lado.

    Naruto no se encontraba en buenas condiciones, se encerró en su dormitorio. Nadie sabía dónde se encontraba su pareja, su animal pedía caza, quería encontrar a su pareja, a su compañero, a ese pájaro. Intentaba regular la respiración, al igual que las veces que lo hacía cuando su animal pretendía salir sin consentimiento y su madre no estaba. Respiraciones tranquilas y largas. No podía suceder lo mismo que antes.

    Cuando se enteró de la partida de su pareja su parte de animal salió y comenzó a olisquear el suelo por donde su pareja había pasado pero acabó igual, en el mismo sitio donde la cámara los había visto despegar. Su animal hacía sonido de quejidos mientras miraba arriba, daba vueltas alrededor del olor. Intentaba ver si su pareja estaba volviendo. Si solo había salido un rato y enseguida volvería. Pero no volvía. Después del lamentable espectáculo que daba comenzó a enfurecerse consigo mismo por haberse enamorado de aquel sujeto, aquel sujeto… pero sabía que si volvía lo perdonaría y eso lo enfurecía más.

    Se volvió peor cuando un soldado intentó hablar con él para tranquilizarle, grave error. El animal no quería que nadie se compadeciera de él, no. Él podía solo. Sin darse cuenta atacó al soldado, si no hubiera sido por los reflejos del hombre habría acabado muerto. Ante aquello las alarmas saltaron. Todo se comenzó a llenar de soldados. Los soldados intentaban detener a aquel zorro de 2 metros que comenzaba a crecer más.

    Kushina y Minato también oyeron la alarma y los chillidos de Naruto en su forma de animal. Minato le pidió a su mujer que se quedara a descansar pero no aceptó, su hijo lo necesitaba.

    Nada más llegar comenzó a ver que Naruto comenzaba a superar los 3 metros de alto. Kushina en un movimiento se posicionó delante del animal, el animal al verla bajó para olerla. Kushina le puso una mano en el hocico, al animal la gruñía pero comenzaba a disminuir de tamaño. Enseguida se volvía a convertir en un hombre cayendo rendido al suelo.


    Sin duda no quería hacer eso de nuevo, respirar largo y tendido y analizar. Ahora con más frialdad en su cabeza recordaba lo que le dijo Suigetsu. Sasuke lo amaba, pero tuvo que irse. Y ¿si lo dijo para no herir sus sentimientos?

    Intentaba no comerse la cabeza. Realmente se había enamorado de ese cuervo. No se lo quitarían, no se lo arrebatarían. En su forma animal pudo olerlos, sí, el rastro de olor indicaba que se dirigían a la ciudad.


    — ¡¿Naruto?! ¿Estás en casa? —una vez femenina que le llamaba interrumpe sus pensamientos. Continuaba con su respiración. Necesitaba tranquilidad.

    Los pasos continuaron. La puerta de su habitación se abrió con fuerza. Naruto estaba encima de su cama con los pies cruzados, meditando. Calló al suelo, la persona que había entrado a su habitación le había pegado en la mejilla, no le dio tiempo a defenderse.

    — ¡Capullo insensato, egoísta, mal hijo! ¡Cómo se te ocurre poner en peligro la recuperación de la alfa! —gritaba una mujer de cabellos rosados aún con la bata de médico.

    Naruto no respondió ante los insultos de su amiga era cierto que su madre tuvo que detenerlo pero solo fue porque su animal quería ver a su pareja, no fue su culpa del todo.

    — Se puede saber que te ocurre. Ahora que tu pareja se ha ido te vas a quedar de brazos cruzados deprimido a esperar a que venga la virgen María y te conceda algún deseo. Has follado tanto a ese pájaro que ya no tienes sangre en ninguna parte de tu ser —con el mismo tono de enfado de antes— ¡Naruto…! Muévete de una maldita vez —da una pisoteada al suelo—Tú no eres de esa manera. No te digo siempre que pienses las cosas con calma. Para empezar tendrías que haber visto las cintas hasta el final. Sasuke se fue en dirección la ciudad y si apesta la mitad a zorro de lo que apestas tú a cuervo. Seguro que le podemos seguir el rastro.

    Naruto continuaba en el suelo con la cara contra el suelo— ¿Naruto? — a lo mejor se había pasado con la hostia, cuando iba a tocarle el muchacho se movió de golpe.

    — ¿Qué hora es? —preguntó mirando que todo estaba medio oscuro.

    — llevas todo el día encerrado. Son las 7 de la tarde —responde una voz monótona.

    — Shikamaru…

    — Te ayudaremos a encontrarlo —dijo Suigetsu entrando en la habitación— Ya les expliqué que no sé dónde se encuentra Sasuke ya que suelen cambiar de sitio cada X tiempo. Lo más seguro es buscar su olor por la ciudad.

    Karin y Juugo estaban en la puerta, la muchacha mostraba un rostro serio y el otro el rostro de siempre, tranquilo.

    — Gracias chicos —decía emocionado Naruto.

    Todos irían y perseguirían, mejor dicho, rescatarían a la pareja de su amigo. Todos estaban listos. Solo tenían que ir a los vehículos.




    El cuervo menor por primera vez en su vida sentía que su casa no era su casa. Que las cosas que encontraba en su habitación no eran suyas, a pesar de que si le traían recuerdos, ese no era su lugar. No lo era en absoluto, se sentía perdido y desorientado.

    Su madre y su padre les recibieron con los brazos abiertos. Y aunque les regañaron por estar ausentes no hicieron preguntas sobre su olor a zorro solo le dijo que la comida estaría lista para las nueve. Su padre le dio una caricia en la espalda y le dijo que descansara.

    Su hermano fue directo a su habitación. Y ahora él estaba sentado en su cama— Naruto… —se echa con los brazos abiertos en su cama— intentaré hablar con ellos, lo prometo —lanzó la promesa al viento.

    Itachi por su parte se encontraba delante de la ventana viendo el paisaje que les ofrecía su casa, agacha la cabeza. Sin duda no estaba orgullo de lo que le hizo a su hermano, pero tenía que hacerlo. Luego lo arreglaría. Cierra los ojos y se concentra. Cruza sus pies, su respiración se comienza a ser suave. Una suave brisa lo atraviesa cerca de la mejilla. Abre sus ojos, mostrando su Sharingan.
    Se pone en pie y baja del sillón al lado de la ventana, había un tipo de flecha clavada en la espalda. Lo quita y ve que es una carta para él.

    Comité Central 01:00

    Era una reunión y urgente. Desde hace un tiempo en el clan Uchiha se reunían personas. Porque tenían unos planes, no muy sanos para el mundo.





    Naruto y compañía iban por la ciudad buscando olor a cuervo, habían pasado algunas horas y el olor era leve pero pudieron sentirlo. El olor los llevó hasta un hotel, pero se cortaba en un callejón cercano, se habían ido volando. Y aunque encontraron el coche de poco le sirvió. Lo habían perdido.

    Ya comenzaba la noche pero no quería irse. Tenía que intentarlo de nuevo. Ya no era que lo había abandonado era que a lo mejor su pareja estaba en peligro. Su hermano lo llevó a la fuerza. No, no. Seguro que le contó alguna mentira y su Sasuke inocente le creyó —“Oh, hermano te creo. Iré contigo” — y seguro, seguro…

    — Naruto, vayamos hoy a casa mañana continuaremos —Una chica pelirroja le tomaba del brazo para llevarle hasta el coche de Kiba.

    — Yo…

    — Ahora que lo pienso, no es como si su príncipe fuera a por su princesa —dijo Suigetsu intentando cambiar el ambiente que había en el coche
    — Las princesas se rescatan solas, y Sasuke no es ninguna princesa —Karin mosqueada.

    — Lo sé, es un princeso. —aunque sus intentos de animar fueron nulos.


    Llegó la hora de comer Itachi le pasó la hoja a su padre cuando él le pidió sal. Mikoto haciéndose la despistada no dijo nada, Sasuke se encontraba ausente por lo ocurrido así que solo estaba atento a su plato. La cena pasó normal. Sin mucha charla.

    — Que descansen chicos —dijo con una sonrisa la mujer— Sasuke descansa, pareces agotado.

    — Buenas noche mamá, buenas noches papá, buenas noche Itachi —se despidió Sasuke. Se sentía cansado a pesar de haber dormido más horas de lo habitual. Antes de irse vio de reojo como sus padres se miraban, estaba claro que iban a hablar. Mañana seguro que le hablarían sobre lo ocurrido seguro.





    Pasaron uno, dos, tres días… Naruto cada vez comía menos. El olor a cuervo perduraba en él, levemente pero ahí se encontraba. Se frustraba cada vez que una pista les llevaba a un nuevo fracaso. Salía a primera hora de la mañana y volvía por la noche. Hasta que un día capturaron a un tipo. Era un renegado de los cuervos, les guardaba rencor a todos los pájaros.

    — Sabes dónde está la coalición de los cuervos —era Karin quien estaba haciendo la interrogación. Ya que si ponían a Naruto este se pondría nervioso por no tener paciencia.

    El señor le mira con una media sonrisa— No lo llaman coalición lo llaman nido, el nido principal es una casa de campo en la que aparentemente solo viven dos ancianos de edad avanzada. A quien buscáis y por la descripción debe de ser el hijo menor de Fugaku y Mikoto.
    — ¿Dónde se encuentran ellos? —la pelirroja se sienta en frente del hombre.

    El señor se acerca a ella— Mira guapa, puede que les tenga mucho rencor pero hay cosas que por muy renegado que sea no puedo hacer.
    — Si no lo haces nosotros te haremos las cosas malas— le amenaza.

    La puerta se abre de par en par, era Suigetsu— ¿Cuándo lo atrapasteis?

    La pelirroja lo mira. Señala la puerta y salen del cubículo— lo encontramos esta tarde. Es un cuervo, uno renegado. Si es de por aquí lo más seguro es que sepa donde

    — No —le interrumpe Suigetsu— no dirá nada. Los cuervos tienen sus métodos para silenciar a las personas y más cuando son renegados.

    — Me da igual yo haré que cante. No me gusta ver a mi primo de esta manera y cuando tengamos de vuelta a su pareja le cantaré las cuarenta por abandonarlo, y me da igual si fue en contra de su voluntad tendría que haberse quedado —.Antes de que Suigetsu dijera alguna cosa la mujer volvió a entrar a la sala.

    Nadie que no fuera cuervo sabía esto: Los cuervos Uchiha antes de desterrar a alguien utilizaban el Sharingan por si quería soltar información sobre ellos, la más mínima información que dieran les provocaría pesadillas continuas que te harían estar días sin poder dormir correctamente y cuando crees que ha acabado vienen las alucinaciones, hasta matarte. Eso es realmente peligroso.

    Juugo apareció en el pasillo— ¿Sabes dónde está Naruto? —le preguntó el chico de cabellos anaranjados.

    — Creo que estaba de caminó, la última vez que lo vi estaba con Sakura porque no comía bien y le tuvo que poner una dieta para que regulara su masa muscular, bla, bla. Lo entiendes ¿no? Puede que aun esté con ella.

    — Chicos —dijo Naruto apareciendo con Sakura— ¿Ha contado alguna cosa?

    Justo en el preciso momento en el que todos se encontraban frente a la puerta Karin abrió la puerta sonriente.

    — Oh, adivinad quien ha cantado —dijo con voz socarrona y con una sonrisa escalofriante.

    — Imposible… —era imposible que un renegado hablara sobre el nido. Era exponerse mucho, en ese momento Suigetsu temió un poco a Karin.
    — ¿Qué es lo que ha dicho?

    — Dime lugar.

    — ¿Cómo lo has hecho?

    Las preguntas rondaban el ambiente pero Karin estaba saboreando su momento de gloria hasta que acabaron las preguntas — Me lo dijo todo —al decir las palabras se fijaba en Suigetsu. Este le mira con el ceño fruncido —Me dijo que el nido está en la otra parte de la ciudad llegando casi al pueblo vecino. Las montañas que la rodean son en realidad casas de cambiaformas y en lo alto de ese lugar está el nido principal.

    — ¿Y Sasuke? —preguntó Naruto.

    — Me dijo que sí, que había vuelto con su familia pero que es lo poco que sabía de eso. Le pregunté por la casa dónde vivía y me dijo que no me lo podía decir. Pero lo dejaré descansar un rato y enseguida hablará más. Seguro que le entran ganas—dijo orgullosa limpiándose polvo imaginario de las uñas.

    Naruto quiso entrar en la habitación para hablar con el cuervo pero Suigetsu se le adelanto— No hay nadie —dijeron ambos sorprendidos

    Karin les quitó de delante entrando ella— es imposible. ¿Cómo ha salido?

    — Sakura avisa a los guardias —dijo gritando Naruto— yo comenzaré a buscarlo.

    La mujer de cabellos rosa enseguida se puso de camino.





    La hora de cenar llegó a la casa de los Uchiha. Como en los días anteriores Sasuke comía en silencio. Si no fuera porque de vez en cuando algún miembro de su familia le hablaba no sabrían ni que estaba en casa. Su padre paró de cenar y comenzó a mirarlo pero él seguía comiendo ignorándolo.

    — Sasuke… —dijo la madre.

    — Ya sabemos que te acoplaste con un zorro —soltó el padre, no supo clasificar el tono con el que lo decía. Eso hizo que Sasuke dejara su comida y le mirara.

    El azabache estaba preparado para esa ocasión, sus padres no le dijeron nada sobre su olor a zorro en los anteriores días, eso le extraño pero en su mente pensaba que los había decepcionado tanto que buscaban información para saber si era cierto. Estaba listo para el sermón.

    — Oh, cariño… —Mikoto se levantó de su asiento y se colocó a su lado tocándole la cara— te has mirado en algún espejo— No, él no lo había hecho. No quería ya sabía que estaba demacrado. Se pasaba las noches sollozando intentando no llorar, algunas comidas que comía las devolvía por el estrés. En su vida se imaginó que estar separado de su pareja de acoplamiento sería tan duro— tienes los ojos rojísimos, y tu hermosa piel parece enferma.

    — Hijo —oyó a su padre. Se gira para mirarle. Y sin saber cómo su padre le estaba abrazando— está bien, tranquilo… —le acariciaba la cabeza. No sabía desde cuándo pero tenía unos pucheros en sus labios, estaba sollozando. A quien quería mentir después de intentar prepararse para el sermón temió que sus padres le odiaran.

    — Seguro que te está buscando. Los cambia formas zorros son muy posesivos con sus parejas. Y la mordedura que tienes es como un anillo de bodas —dice su madre acariciándole la cara— enhorabuena por tu pareja, hijo.

    Sasuke se sentía extraña amaba a su familia pero quería estar con Naruto.

    — Lo quiero, lo quiero mucho —dice, al fin, Sasuke. ¿Qué hago? —Mira a su padre. El hombre pasa la mirada a su mujer, ella asiente la cabeza.

    — Esa es tu pareja, por caprichos del destino es un zorro. Pero si es esa la persona a la que amas y te hace feliz, estoy de acuerdo. Te seguiremos queriendo.

    Ambos aún estaban con el abrazo— gracias…— no sabía muy bien su todo era enserio. Pero al ver a su madre, lo vio, era en serio. Lo decían de verdad— yo también los quiero.

    — Muy bien. Hermano menor idiota, vamos, te acompañaré hasta mitad de camino. Solo hasta la mitad porque si me ve tu pareja me intentará matar por obligarte a ir y no queremos que él salga herido

    Sasuke se tragó un “él es más fuerte” para mostrar solo una sonrisa.

    — Vamos hijo, te ayudare con la maleta —le dijo la madre.


    Sasuke no quiso llevarse una maleta solo una mochila con alguna de sus cosas. Ya que quería darse prisa, irían volando.




    Naruto seguía el olor del señor del interrogatorio. Pudo notar que no cambio a cuervo para salir huyendo, Sakura le llamó diciéndole que iban de camino, él le indicó donde estaba y que continuaría. La mujer aceptó dándole buena suerte.

    Naruto podía oler el aroma más fuerte, ese cuervo iba a decirle donde estaba su pareja. Lo haría hablar de cualquier manera y si eso significaba que lo hiciera sufrir hasta casi morir. Calculando las distancias ahora se encontraba al otro lado de la ciudad, había recorrido bastante territorio, pronto llegó a un claro.

    Sí, ahí se encontraba el cuervo pero parecía extraño. Lo vio cuando lo trajeron y parecía una persona normal pero ahora estaba tumbado en el suelo moviéndose como una serpiente dirigiéndose a un árbol cercano.

    — ¡¡NO!! ¡No, yo no fui! ¡No! —El hombre gritaba con una voz desgarrada— ¡NO, FUERA! ¡Fuera! —ya se encontraba de pie miraba el suelo intentando darle a alguien con la palma de su mano.

    Naruto lo veía confuso pero el hombre de repente calló y se puso de pie como si estuviera lucido. Naruto iba ir hacía el pero aquel hombre le comenzó a atacar poniendo sus manos firmes y alargando sus uñas. Naruto ya lo había visto cuando Sasuke le atacó al conocerse. Pudo esquivarlas. El señor daba golpes poco certeros, Naruto intentó darle varios golpes pero el hombre los esquivaba con facilidad, es en ese momento cuando se dio cuenta de que no fue buena idea salir solo y sin armas.

    Podría transformarse en zorro y atacarle, pero es que su animal estaba inestable porque no encontraba a su pareja, si dejaba salir a su animal iría a buscar a su pareja y no pensaría las cosas con claridad. Solo podía atarle en su forma humana.

    El hombre le volvió a atacar con un directo a la cara, Naruto pudo esquivarlo agachándose. Aprovechando el espacio que dejó el hombre al hacer el ataque, le golpea en la cara. Alejándole tirado en el suelo a cierta distancia.

    El hombre intentó cambiar a su forma animal, Naruto estaba preparado para atarle otra vez pero no para lo que vio, aquel hombre no cambió por completo. Había partes en el que aún eran humanas. Una de sus alas era un brazo con astillas y con alguna que otra pluma, una de las patas era completamente humana. La cabeza, de menor tamaño que el resto del ser, era una mezcla de ambas especies dándole un aspecto grotesco de algo inimaginable: parte del labio superior era un pico, el iris de sus ojos era de color carmín y las formas totalmente redondas y no rasgadas, las plumas acompañaban haciendo per partes oscuras en la piel. Parecía que intentaba decir alguna cosa y solo salía medio rugidos y gritos. Y lo peor no era el aspecto si no el tamaño en el que se convirtió, serían unos dos metros y medio de altura.


    Naruto se aleja unos pasos atrás ya que la altura no hacía mella en su rapidez. Aquel ser extraño corría hacía él. En cierto modo le daba miedo. Los gritos que daba inundaban sus tímpanos, tenía que taparse sus oídos ya que le resultaba insoportable. Cae al suelo. El sujeto estaba llegando a él. Su pulso se aceleraba. Se suponía que el equipo de búsqueda tendría que estar cerca de él.

    Todo se volvió oscuro, la luna fue totalmente tapada, podía oír el fuerte batir de alas que hicieron callar al cuervo deforme. Abrió los ojos y vio como un cuervo de negras plumas hacía frente contra el deforme.

    Al parecer le había tirado una especie de mochila deportiva a su cabeza. Ambos continuaban luchando mientras Naruto los observaba. Al principio no hizo nada, pero al poco rato notó como el olor del cuervo se hizo familiar, muy familiar.




    El equipo de búsqueda se encontraba formado por: Kiba y su hermano, Sakura, Shikamaru, Kakashi, Suigetsu, Karin y Juugo. Hace pocos segundos todos pudieron oír claramente un rugido. Reconocían el rugido de su amigo. No sabían lo que estaba pasando. Podía ocurrir cualquier cosa. Sakura se estaba maldiciendo por haber dejado que Naruto fuera solo, ni siquiera vio si tenía alguna arma.

    — Vamos, deprisa —decía ella. Posicionándose delante de todos.

    Los rugidos y gritos les indicaban en qué dirección ir pero todo se silenció de golpe. Todos frenaron más que nada por haber oído antes el sonido de algo romperse. Todos ahí presentes levantaron los morros y comenzaron a correr hacía la dirección donde olía a sangre.

    Volvieron a frenar cuando lo primero que vieron, al llegar, fue al cuervo deforme con la miraba en ellos. Todos alzaron su arma apuntándole. Otra vez el sonido de algo rompiéndose. La cabeza de aquella cosa calló al suelo rodando un poco.

    Sakura comenzó a inspeccionar el terreno.

    — Ahí está —dijo con voz calmada, cambiando el arma a una paralizante.

    Naruto estaba en su forma de zorro, estaba de espalda a ellos. Era una animal enorme. Sin duda sobrepasaba los dos metros y sus nueve colas lo hacían parecer más enorme. Parecía estar lamiéndose así mismo. Sakura se preocupó por si tenía alguna herida profunda.

    — ¡Naruto! ¡Me oyes, soy Sakura! —decía la muchacha intentando comunicarse con su amigo.

    El zorro al ver acercarse a muchas personas, comenzó a gruñir colocándose sobre sus cuatro patas. Al levantarse los presentes pudieron ver que era lo que estaba lamiendo. Era un cuervo, estaba lamiéndolo, lo protegía. Era Sasuke.

    — ¡Naruto! ¡Somos amigos! —grito menos fuerte para que el zorro no se sintiera amenazado. Ella había tratado con el instinto de zorro con anterioridad, pero solo para que no se llegara a cambiar, no cuando estaba en forma de zorro. Por eso sentía temor.

    Kakashi probó suerte haciendo lo mismo que Sakura pero tampoco hubo efecto en el zorro que comenzaba a mostrar sus dientes, amenazándolos con que se fueran si no querían morir.

    Una extraña luz oscura se hizo a un lado del zorro. El zorro se giró hacía la luz y olisqueó al hombre que se veía, comenzó a lamerlo. Había una herida en el hombro del hombre. Ahora el grupo de personas sabía que era Sasuke y estaba malherido.

    — Sasuke, pide a Naruto que cambie —dijo Sakura.

    Sasuke pudo oírle— Naruto, me oyes. Soy yo, Sasuke —dijo acariciando el hocico. El animal aún estaba lamiendo la herida— Vamos.

    El animal se apartó un poco y comenzó a cambiar. A pesar de que ahora humano, continuaba lamiendo la herida.

    — No para de salir sangre —le dijo preocupado. Giro la cabeza y puso ver a sus amigos— ¡Sakura, Sasuke herido!

    La mujer no le dijo nada y solo fue hacía ellos corriendo. Nada más llegar pidió a Sasuke echarse al suelo.

    — Tienes incrustado algo. Tengo que quitártelo ahora, si no llegaras hasta la coalición. Lo comprendes —Sasuke asintió — Karin extiende todos los utensilios.

    La pelirroja así lo hizo. La mujer de cabellos rosados le echó un líquido translucido a la piel del herido— te anestesiara el lugar. —Karin le pasó unas pinzas de tamaño medio. Sakura portaba una linterna en la boca con la cual veía el interior del pequeño agujero en la piel— lo tengo —dijo Sakura. Pero el resto no pudo entenderla hasta que sacó una especie de garra pequeña.

    Karin comenzó a hacer la limpieza en la zona y coser la herida. Sakura se dirigió a Naruto que se había colocado su ropa.

    — ¿Cómo está? —preguntó rápidamente. Antes se encontraba alejado para que no interfiriera en la operación.

    — Está bien. No paraba de sangrar porque tenía una cosa incrustado en su ser. Pero ahora está bien. Se pondrá. Tranquilízate y alégrate de haber encontrado a tu compañero —decía la mujer para animarle— Vamos —le estira para llevarlo donde está su pareja.
    Al llegar Karin ya había acabado de poner la gaza para tapar la herida.

    — ¿Por qué tiene sangre? No habías dicho que está bien —le replicaba a Sakura.

    — No es sangre, no todo, le he puesto desinfectante. El desinfectante tiene ese color —respondió Karin por Sakura.

    — He llamado a la coalición. Enseguida traerán unos vehículos para llevarnos de vuelta y una ambulancia para Sasuke.




    Sasuke se despertó en algún momento había perdido la conciencia, ahora estaba viendo un techo de color blanco. Había un peso a un costado. Se gira y ahí estaba su pareja.

    — Naruto… —su voz estaba algo ronca. No sabía cuánto tiempo estaba en ese lugar, pero tenía la garganta seca— agua —pidió. Movió un poco a Naruto. Este roncaba— ¡Naruto! —le grita.

    Y por fin se despierta. Naruto al principio estaba medio .adormilado, no era muy consiente.

    — Quiero agua —volvió a repetir Sasuke con la voz algo mejor.

    Naruto lo miró con sorpresa y con una enorme sonrisa en su rostro— Sasuke —con movimientos poco coherentes comenzó a servir agua en un vaso que había en la mesilla, al lado de la cama. Le pasa el vaso temblando— Sasuke…

    El nombrado bebe el agua con tranquilidad y le vuelve a dar el vaso— Estás horrible ¿qué te ha pasado? —dice el moreno preocupado.

    — No estabas y me sentí…

    — Traicionado —acaba la frase por Naruto.

    Un pequeño silenció se hizo.

    — Perdóname —dijo Sasuke.

    — Ya sé que no querías irte. Suigetsu me lo recordaba cada dos por tres. Había veces que lo pensaba pero… yo no quiero estar sin ti.

    Sasuke sonrió— ¿Me das un beso? —Antes de completar la pregunta Naruto ya le estaba besando.

    — Nunca, nunca te separarás de mi otra vez —mataré a quien te intente alejar de mí —a pesar de que la amenaza era en serio Sasuke la aceptó. Nadie lo separaría de nuevo.

    FIN

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    Muy bien aquí se acaba. U.U Nos vemos en setiembre, o antes, con la siguiente entrega. Muchas gracias a las personas que leyeron y comentaron el fic ^o^
     
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28 replies since 1/6/2014, 08:56   2865 views
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