La venganza del zorro [NaruSasu] R-18 (Capítulo 10) + OMAKE [FINALIZADO]

Todo comienza cuando la alfa de los zorros es atacada por los cuervos. Llevando así a su único hijo a tener que buscar a los cuervos para recuperar su salud. Por el camino se encuentr...Resumen dentro

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. RedParadiseYaoi
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    OMAKE 1: EL PRIMER ENCUENTRO

    El viento frío del otoño era agradable, le movía los morenos cabellos de un niño de no más de 12 años, dejando sus mejillas heladas. Se puso en pie en la rama del árbol, inspiró fuerte dejando que el frescor entrara en él, pero no solo el olor del bosque entró en sus fosas nasales. Alguien había invadido su territorio. Bajó de la rama para ir a por el intruso, por el camino sacó dos cuchillas de sus muñequeras, aun no podía sacar sus garras porque era un niño pero con esas dos cuchillas le bastaba, estaba muy por encima de sus congéneres de su edad. Pronto encontró al intruso. Se trataba de un zorro, lo podía oler, pero le sorprendió ya que era un niño y no tenía por qué tener un olor de zorro tan fuerte, al igual que él, hasta los 25 no tendría olor a su animal hasta entonces olía a humano y a sus padres.

    Se acercó sigiloso mientras veía como el zorro entrenaba atacando a las raíces de los árboles, le hacía gracia, parecía un perro. Mordía la raíz y después retrocedía como si esperara que el árbol se quejara y lo apartara. Un gruñido, el zorrillo emitía un gruñido cuando miró a donde estaba, no vio a nadie porque se pasó a otra rama pero el pequeño se giró de nuevo y lo, le miraba intensamente.

    — ¿Quién eres? —preguntó el zorrillo con una voz aguda infantil.

    Lo había olido a pesar de que estaba a bastante distancia. Se hizo el valiente y bajó de la rama para dar cara por su territorio. A simple vista era más bajo que él, eso lo hizo sentirse superior.

    — Más bien, ¿Quién eres tú y que haces en mi territorio? —le dijo altivo.

    — ¿Tú territorio? No digas tonterías este es MI territorio —tenía una rabieta— he estado aquí desde hace mucho tiempo.

    Sasuke, mientras el otro hablaba y se quejaba, le olisqueo un poco por encima. Sin duda el olor ya no era tan potente como antes, ahora no era más que una brizna de sensación, podía camuflarse perfectamente con los otros olores que llevaba encima.

    — ¿Por qué hueles así? —le preguntó sin tapujos.

    El otro dejó de hablar y lo miró extrañado acto seguido se olisqueo a sí mismo— yo no huelo nada raro.

    — Olías a zorro.

    — Es que soy de una manada de cambiaformas zorro.

    — No por eso, idiota, el olor venía de ti. Hasta los 25 no desprendemos nuestro olor animal.

    — ¿Eh? —Le miró como si le hubiera hablado chino, pero lo dejó pasar— eres bueno olisqueando, ¿Qué cambiaformas eres? ¿Un lobo?,
    ¿Una pantera? Dime.

    El pequeño chico de cabellos negros no contestó, a su corta edad ya sabía perfectamente que a los otros cambiaformas no les gustaban
    los cuervos. Seguía sin saber el porqué de ese hecho.

    — Hueles bien —el zorro le estaba olisqueando muy cerca. Se había cansado de esperar la contestación— tienes olores que no he olido antes, son agradables —sonreía mientras continuaba olisqueando sin violar el espacio vital del otro— aunque hay un olor que no es muy agradable aunque es muy pequeño —lo último lo dijo con una muesca de asco.

    El moreno enseguida pensó en que era la esencia de cuervo de sus padres, los otros olores podrían ser los de las plantas que dio a su madre esa mañana u otras cosas del bosque.

    — ¿Por qué no lo adivinas? Yo he adivinado el tuyo muy fácilmente —lo dijo con una media sonrisa superior aunque lo hizo para no tener que decir que era un cuervo. No le avergonzaba ser un cuervo pero el chico le resultó interesante por aquel aroma y quería saber más.

    — ¡¿Qué?! ¡Por supuesto que lo adivinaré! —alzó un puño en alto dándose apoyo a sí mismo.

    — Muy bien, ahora lárgate. Este es mi territorio.

    — Es mío, ya te lo he dicho —ambos se pusieron a mirarse a los ojos, la mirada se volvía profunda, ninguno de los dos pestañeaba— ¿Vas a hacer algo ahora? —preguntó el zorro.

    — Ohm… no —respondió sorpresivo por el cambio de tema.

    — Me llamo Naruto, soy un cambiaformas zorro, ¿Y tú? —le tiende la mano en frente del otro muchacho

    — Soy Sasuke y tienes que adivinar que cambiaformas soy, Naruto —agarra su mano.

    — Tc’ Casi. Bien Sasuke, entrenemos juntos. Tengo que hacerme alguien fuerte así podré proteger a Sakura cuando seamos pareja —dijo sonriente.

    Sasuke no entendía eso, ¿Acaso ya sabía que esa chica era su pareja? ¿Proteger una pareja? Nunca lo había pensado, a lo mejor él también tendría que proteger a su pareja. Sus padres siempre era muy pegajosos y ellos no pasaban mucho tiempo separados a pesar de que ambos tenían misiones. Igualmente esa era una buena oportunidad de ver que tan bueno era con otros cambiaformas.

    —Bien, pero qué me darás cuando gane —eso molesto a Naruto.

    — ¡Yo te ganaré! ¡Y el premio será el territorio! —gritó el rubial.

    — Bien comencemos —Sasuke había guardado las cuchillas en su muñecas, solo pelearía con sus puños al igual que el otro.

    — ¡Prepárate para morder el polvo! —respondió el oponente poniéndose en una posición de combate similar a la de un zorro. Agachó su cuerpo poniendo sus extremidades en el suelo e impulsándose con sus piernas, similar al salto de un zorro, corrió hacía Sasuke que saltó enseguida cuando notó como lo iba a atacar.

    — Demasiado lento —le picaba el chico de pelo moreno y lo conseguía porque el otro se ponía furioso.


    Al cabo de pocos minutos pudo derrotar al zorro sin problemas, ya que Naruto solo daba golpes al aire y no a él y no era porque fuera lento sino que los sentimientos de rabia le cegaron.

    — Maldita sea, ¿cómo me has podido ganar? —Naruto estaba tumbado en el suelo y en su espalda estaba el moreno. Sólo produjo una pequeña risa. Se levanta de encima de él, aún no era tarde pero ya se había ido demasiado tiempo de casa, seguro estarán preocupados por él.

    — Ya te he ganado, así que este territorio es mío. Así que lárgate.

    — No, ¡quiero la revancha!

    Sasuke le miró molesto— te he ganado, y lo dijimos antes, el territorio es mío.

    — ¿Acaso tienes miedo a que pueda derrotarte? —picó el rubio al moreno.

    A Sasuke le molestó ese comentario y estaba listo para pelear otra vez.


    La tarde se fue en un santiamén y acabó con los dos chicos agotados. La respiración de ambos era acelerada, el rubio al parecer no era tan poca cosa. Sin duda es más fuerte que los cuervos con los que había luchado en su nido, incluso pensó que estaban en el mismo nivel. Pero verlo más pequeño que él le hacía sentir mal, seguro que era más pequeño que él y ya estaba a su nivel.

    — Está bien. Esto es un empate pero ya verás que te venceré en la próxima, Enano —Sasuke quiso molestarle antes de subirse a una rama del árbol más cercano y marcharse. El rubio se quedó berreando en el suelo mientras se iba el otro.

    Al día siguiente de igual manera los dos comenzaron a pelear él uno contra el otro en duelos que acaban siempre en “empate” y quedaban a un día siguiente para desempatar. Así llegó a pasar un mes entero.

    — Sabes dentro de unos días cumplo 13 años —dijo el rubial cuando habían acabado de pelear.

    — ¿13? —Sasuke se siente dejando de descansar— ¿Vas a cumplir 13? Yo en julio cumplí los 12. Creía que eras más pequeño que yo.

    — ¿Qué? —el rubial le mira enfadado— soy bajo porque no he acabado de crecer. Cuando llegue mi cambio creceré más rápido. Me lo ha dicho mi madre— dice lo último con unos pucheros y susurrando.

    — ¿Vas a esperar hasta los 25 para crecer? —Sasuke se rio de Naruto.

    — No a partir de mis 13 años ya podré cambiar a un zorro —enseguida rebotó al sentir que se burlaba de él.

    Sasuke dejó de reírse— ¿Los zorros cambian a su parte animal a partir de los 13?

    Naruto iba a contestarle pero se acordó que su madre le había prohibido hablar de qué tipo de zorro era ante nadie, solo los más cercanos sabían que la alfa tenía un hijo. La guerra entre varias coaliciones no había acabado y no querían que lo raptara. Eso sería lo de menos, lo importante era que nadie supiera de él porque su madre lo tendría castigado mucho tiempo.

    Imaginando su castigo negó con fuerza su cabeza.

    — ¿No, qué? —Sasuke seguía esperando su respuesta.

    — ¿Eh? Nada, sí hasta los 25. Me tengo que ir a casa. Nos vemos mañana —evitando cualquier contacto visual con moreno se marcha.

    El otro solo lo vio marcharse sin hacer nada.


    Naruto llegó a su casa, sus padres no estaban muy pendiente de él pero a él no preocupaba sabía que le querían. El que si le vigilaba era su hermano, pero era un vago, así que él se aprovechaba para entrenar.

    – Hey, Naruto —Su hermano mayor, Kakashi, se acerca a él y le sacude el pelo— Te estaba a punto de buscar.

    — ¿Para qué?

    — Papá y mamá quieren hablar contigo— como respuesta el otro solo hizo un puchero pensando que le reñirían por haberse ido a entrenar solo.

    Los dos caminaron a pasa lento hacía el despacho provisional de su madre. Nada más entrar veía como sus padres estaban haciendo papeleo y hablando con algunas personas sobre establecer una alianza con una aldea de leones o algo así.

    — Naruto ya estás aquí —su padre fue el primero en darse cuenta.

    — Mi niño — deja los papeleos y va abrazarle— pero que mono eres, has visto que cosa tan pequeña y hermosa en nuestro niño Minato.

    Todos los presentes en la sala veían la escena sin decir nada, Kushina no iba para actriz.

    — ¿Mamá qué pasa? —ni siquiera Naruto era tonto para no darse cuenta de que algo quería su madre.

    — Demasiado obvio —se pone en pie— verás hijo, ya sabes que vas a tener tu cambio cuando cumplas los 13 por eso… no podrás celebrar tu cumpleaños con tus amigos.

    — ¡¿Qué?! ¿Por qué? ¡Yo quiero celebrarlo con ellos! Así podré saber si Sakura es mi pareja y mostrarle mi increíble cambio a zorro.

    Su madre suspiró. Sabía que tendría que haberle dicho todo esto antes, pero con los papeleos poco tiempo tenía.

    — Hijo… en el primer cambio los descendientes del zorro Kyubi es diferente a los otros zorros porque… bueno, es diferente y es mejor que no haya mucha gente alrededor.

    — No lo entiendo... —el infante bajó la cabeza

    — Puedes hacer daño a alguien porque no vas a poder controlarlo —Esta vez fue el hermano quien habló.

    — ¿Es en serio?, Kakashi. ¿Mamá? — Naruto miró preocupado a sus familiares.

    — No te preocupes, yo estaré contigo y no dejaré que hagas nada de lo que te puedas arrepentir. Ahora tienes que descansar saldremos mañana por la tarde.


    Naruto salió del despacho, estaba cansado pero no quería dormirse, no entendían bien cómo podría hacer daño a alguien, las pocas veces que vio a alguien por primera vez estaban aturdidos. Parecían animales pero al minuto eran conscientes de ellos mismos. ¿Por qué el suyo había de ser diferente? Era injusto.

    Cuando estuvo tumbado en su cama, listo para dormir, se recordó del nuevo amigo que había hecho, no sabía qué tipo de cambiaformas era aún, le caía bien. Le hubiera invitado a su cumple y así sus padres le conocerían y sabría qué tipo de cambiaformas es. Sus planes estaban frustrados y tendría que esperarse después de su cambio para poder verlo...

    Se sienta de golpe en su cama.

    No lo vería, no había caído en que no lo vería. Ellos se veían algunas veces a la semana pero el otro aprovechaba esos días para entrenar en solitario pero ¿cuándo tiempo pasaría él para volver a casa? Su pequeña cabeza iba a mil. No quería estar mucho tiempo fuera. Y si se iban pronto volverían pronto es de lógica.

    Se pone en pie y sale corriendo de su habitación y se dirige hacia sus padres, podía olerles y sabía que aún estaban en aquella habitación que hacía de despacho. Al llegar a la puerta nota que esta estaba cerrada, eso significaba que no querían que los molestaran. Haciendo un puchero para sí mismo se volvió a su casa, se lo diría por la mañana.


    La mañana llegó y el pequeño rubial estaba en su cama durmiendo como él solo dormía, en posturas más que raras. Su madre ingresó en la habitación y vio a su hijo, se rio al ver como tenía sus pies en la almohada y estaba totalmente cubierto y solo se veían sus pies.


    — Venga, tenemos que irnos — dijo la madre mientras despertaba a su hijo.

    — Sí… —Naruto se movía automáticamente a mandatos de su madre, cuando ya era consciente de lo que ocurría ya estaba en el coche.



    Esa misma tarde Sasuke se dirigió al lugar de costumbre, estuvo ahí toda la tarde esperándole, incluso preparó unas piedras para tirarle por su tardanza. No llegó, al día siguiente lo mismo, así hasta cinco días. Sasuke estaba decepcionado, no sabía por qué no venía su amigo y se enfadó consigo mismo por esperar algo de otro cambiaformas.
    Volvió a su casa por encima de las ramas para olvidar esas semanas que pasó con aquel niño rubio y no volverlas a recordar más.





    Un golpe es dado en las costillas de Naruto consiguiendo que se despertara de su relajante sueño con fuerte dolor.

    — Maldito —dijo un chico moreno que estaba a su lado.

    — ¿Qué he hecho? —preguntó el rubio al recuperar un poco su aliento, poniéndose en posición fetal.

    Sasuke se levantó de la cama y se dirigió al sofá que había saliendo de la habitación. Naruto lo vio irse y fue tras él agarrando su abdomen

    — Sasuke…

    — Me he acordado de cuando era niño, yo me acerqué mucho al territorio de la alfa. Tú estabas entrenando.

    Sasuke le miraba con una mirada furiosa, no había sentido esa rabia y decepción desde aquellos días.

    — Sí que me acuerdo —tosió— de esos días. Me parecías maravilloso, quería hacerme más fuerte que tú. Quería superarte y después… —se sienta al lado de Sasuke algo avergonzado por sus palabras.

    — ¿Por qué no me dijiste nada? —empuja a Naruto alejándolo del sofá. Se sentía infantil pero es que lo que tenía ocurrió durante su infancia.

    — La primera vez que te tuve cerca dude si eras tú pero mi animal sí que lo sabía y no pude evitar hacer aquello. Y si te lo hubiera dicho antes me hubieras dado una paliza peor —se soba la parte adolorida— duele, ¿sabes?

    — Tendrías que haber asumido la paliza como se debe no guardártelo —Sasuke estaba con los brazos cruzados mirando de mala gana a Naruto.
    — Puedo hacer algo para compensártelo… — se agacha fuera del sofá y se pone entre las piernas de Sasuke.

    — Tendrás que hacer algo más que eso —su mirada cambio, ahora aparte de furia mostraba deseo— algo con ese culo tuyo —le acaricia la cabellera rubia mientras se acerca más a él.

    — Todo lo que quieras.


    -------------------

    Pondré un Omake cada vez que acabe con una pereja ;D Nos vemos
     
    Top
    .
28 replies since 1/6/2014, 08:56   2865 views
  Share  
.