La venganza del zorro [NaruSasu] R-18 (Capítulo 10) + OMAKE [FINALIZADO]

Todo comienza cuando la alfa de los zorros es atacada por los cuervos. Llevando así a su único hijo a tener que buscar a los cuervos para recuperar su salud. Por el camino se encuentr...Resumen dentro

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  1. RedParadiseYaoi
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    Hola :D Un nuevo capitulo viene aquí. Espero que lo disfruten ^^ (si ven que en alguna palabra falta la letra"P/p" es porque el no me funciona muy bien esa letra.

    Y muchas gracias por sus comentarios me hacen feliz (también siento la tardanza ^^U).


    Capítulo 8: Kushina


    Suigetsu ya había dormido durante 5 horas y ya se comenzaba a levantar. Él nunca fue de dormir mucho por lo que con esas horas se sentía más que complacido. Y para más suerte ara él, era al parecer la hora de comer.

    Abrió la puerta para acordarse de que su guía le dijo que le llamará cuando despierte, pero en ese momento le daba igual, el hambre podía más, y comenzó a caminar por los pasillos. Varias personas se giraban al verlo y comentaban entre ellas mirándole de reojo. La pelirroja le dijo que todos los cambiaformas serían informados sobre que él y Sasuke, ambos cuervos estaban en el lugar, para curar a Kushina, su alfa.

    — Destila amor en el aire —pensaba mientras veía como algunos se alejaban de él. Lo más seguro es que también supieran que era un cuervo albino. Es que él es el pack completo.

    Desde tiempos ancestrales decían que los cuervos albinos tenían propiedades especiales y cada vez que nacía uno, es decir que se transformaba en un cuervo y dicho cuervo era albino, era sacrificado. Utilizaban sus huesos para supuestamente curar cualquier enfermedad. Su sangre para santificar o maldecir a alguien. Que si tenía alguna parte de su cuerpo podía traerle suerte. Entonces él tendría que ser el chico con más suerte del mundo, ¿no? Tan buena suerte que traía.

    Caminado por los pasillos se olvidó donde era la cafetería. Empezaba a dar círculos perdido y con más hambre.


    — ¿Por qué no tiene un mapa o flechas que indiquen cómo llegar? —pensaba mientras seguía caminado. Y como si te un cliché, o algo obvio, se tratase se chocó con una persona —joder cuidado.


    — Eres tú quien se chocó —dijo un chico con pelo anaranjado. El tipo en seguida comenzó a oler el aire — no eres un zorro. ¿Eres un pájaro?

    — Vamos Einstein. Tú puedes. Casi lo tienes —le decía en burla pero el otro no hizo caso y continuo oliendo el aire un poco más cerca de Suigetsu.

    — ¿cuervo?

    — Muy bien, buen cachorro. Ahora dame la patita —no sabía ni porque estaba hablando con ese personaje. Con el mal humor que le pusieron esos zorros que hablaban por su espalda y aparece esté como si solo fuera un pájaro más y no enemigos.

    — ¿Los cuervo no son enemigo?

    — Me ha tocado el retrasado —tocándose la cabeza— A ver, sí. Los cuervos son enemigos pero yo no. Yo vengo a curar a tu alfa.

    — ¿Curarás a Kushina? —dijo el chico más que alegre.

    — Sí, por qué no. Ya que estoy aquí —con voz casual, casualmente sarcástica— Bueno, grandullón, ya que estás aquí ¿dónde está la cafetería?

    — Soy Juugo —con voz tranquila, le coge de ambos hombros y lo gira — y se va por este pasillo.

    — Este pasillo no estaba cuando pase las anteriores cinco veces —dijo mosqueado.


    Comenzó a caminar hacía la cafetería con su estómago rugiendo de hambre —tranquilo bebé ahora comeremos— le decía a su intestinos. Sentía una presencia detrás de él. Gira la cabeza, era el tipo de antes.

    — Oye, ¿no tienes cosas que hacer?

    — Yo también voy a la cafetería —caminando a su lado.

    Suigetsu no le dio importancia y continúo caminando. Pronto llegaron a la cafetería. Se encontraba llena. Había distintos tipos de cánidos, la mayoría eran zorros. También había alguna ave e incluso felino.


    — ¿La comida es gratis o se paga? —le pregunto a Yugo.

    — Es gratis

    Nada más acabar de decir esas palabras Suigetsu se puso en la cola y empezó a coger comida el otro chico también empezó a coger comida pero con más calma que el otro.

    Suigetsu se sienta en una mesa vacía y empieza a zampar todo lo que había en su bandeja. Levanta la mirada para ver otra vez al mismo muchacho sentándose enfrente. Ya lo había visto antes pero esto lo confirmaba. El chico era un solitario o bien no tenía amigos. No, eso puede ser pero eso no era. Los otros cambiaformas evitaban el mínimo contacto con el grandullón. Al entras todos se apartaron de la fila para coger alimentos y la mesa donde ahora se sentaba estaba llena pero comenzó a vaciarse al entrar Yugo a la cafetería.

    — ¡Aaagh! ¡Tú! ¡Te dije que me llamaras cuando te levantaras! —una pelirroja le grita desde una mesa cercana— Comer, lo puedes hacer después.

    — ¡Pero si tú también estás comiendo! —señalando su bandeja.

    La pelirroja coge su bandeja y se pone en la misma mesa que ellos dos. — come y calla.

    — Todas las mujeres están locas —dice mientras agarra un vaso.

    — ¡Cómo te atreves! —ambos comenzaron una pelea sin sentido.

    Juugo simplemente comía mirando a ambos, cuando hablaban respectivamente.



    Sasuke y Naruto al fin pudieron estar solos ya que Naruto pidió mostrar donde se quedaría el moreno. Naruto le echaba miradas a Sasuke el cual hacía como si no lo notara, estaba más que claro que el rubio quería decirle alguna cosa, seguramente relacionada con su primera noche. ¿Disculparse otra vez? No parecía de ese tipo de personas que pedía disculpas. ¿Pedir más? Puede ser. Aunque Sabía que tenía un sentimiento muy grande por ese blondo no pudo evitar pensar que a lo mejor, solo a lo mejor, lo quería por su cuerpo. Ya que muchas personas ya se lo habían demostrado y dicho.

    Sin darse cuenta el rubio se había parado en una puerta, coge una llave y abre dicha puerta, detrás de ella había un pequeño pasillo. En la entrada un mueble donde poner las cosas. Caminando por el pasillo en la primera puerta a la izquierda había una sala de tamaño medio con un sofá de doble plaza en frente del mueble na mesa baja y mirando más se podía apreciar el televisor de gran tamaño que había en la pared.

    El resto de aquel lugar tampoco era menos. Había un cuarto de baño suficientemente completo. Una habitación con gran cama.

    — Sasuke…

    Ahí está lo que tanto el rubio quería decirle. El azabache se gira para mirarlo a la cara. Naruto miraba para abajo hasta que respiro hondo y levanto la vista para mirarle a los ojos. Ambos se miraban a los ojos. Pasó un rato hasta que el rubio se decidió a abrir la boca.

    — Sasuke… Después de que Suigetsu cure a mi madre y ella se encuentre mejor. Me gustaría… Salir a merendar a algún sitio contigo.

    — Ahm, —eso no se lo esperaba— ¿Y dónde me llevaras?

    — Al final de la calle Mayor, al lado de una juguetería, hay una cafetería. Me gustaría conocerte mejor. Ya sabes por lo que pasó en el principio, fue algo que —hizo gestos con las manos para indicar que era algo incómodo.

    — Me encantará. Pero qué te parece si para una primera cita vamos a comer. Tengo un hambre de diablos y después de hablar con tu padre y que me mostraras todo el lugar. Me apetece ver como es esa esplendida comida de la cafetería.

    A pesar de que no le mostraba la cara a Naruto este sabía que estaba sonriendo lo cual lo hizo feliz y no pudo evitar darle un abrazo.

    — No espera, no has dicho que querías hacer lo de esperar a la tercera cita —apartando al rubio sin éxito.

    — Solo un besito —aplastando a Sasuke que intentaba caminar con el otro a cuestas.

    — Pero serás idiota. ¿Dónde está esa promesa? ¿Es que no eres capaz de cumplirla? —con voz baja girando lentamente su cabeza mostrándole una cara terrorífica.
    Naruto asustado lo dejó ir. —Y bien. ¿Vamos a la cafetería?

    — Sí —más o menos recuperado del susto.



    — ¡Como puede ser que tomes tango líquido! ¿¡Qué eres una planta!? —gritaba a Suigetsu porque este solo bebía agua y tomaba un segundo tazón de sopa.

    — Son mis gustos. ¡Sí quiero tomarme solo caldo y agua es cosa mía a ti no te tiene porque importar! —respondía también gritando el otro.

    Por su parte Juugo ya había acabado y solo miraba la conversación de ambos. Juugo se gira a la puerta para ver a Naruto y Sasuke entrar. — ¿Otro cuervo?

    — Este tío está que lo peta hoy —parando de “hablar” con la pelirroja, se fija en lo mismo que el chico.

    — Ah, es cierto tú has venido con Sasuke. ¿Cómo es? —dijo con ganas de averiguar más sobre la pareja de su primo.

    — Pues como lo ves —con simpleza.

    — Eso no idiota. Si no de personalidad y eso… —explicando.

    — A ti te lo iba a contar yo —dijo pensando que Karin querría algo con Sasuke— no ves que tiene pareja. Es ese rubio.

    — ¡A mí me contestas bien! —Le vuelve a gritar— y solo quería saber si mi primito va a estar en buenas manos, gilipollas— le da un golpe en la cara— Juugo no te juntes con esta persona solo puede traerte mal de cabezas.


    Naruto y Sasuke habían visto toda la escena. La mejor sería retirarse de ese lugar lleno de bombas verbales. Suigetsu enseguida se sienta de nuevo para continuar discutiendo hasta que nota a Sasuke justo detrás suyo.

    — Hombre… Suigetsu. Siempre tan tranquilo —Sasuke le pone una mano en el hombro

    Suigetsu sin girarse comenzó a sudar frío —hombre, gracias…

    — Ah, sí. Encantada soy Karin, prima de este —señalando a Naruto— al fin te conozco bien.

    Sasuke no sabía que decir otro familiar de Naruto ¿Y se le ponía a hablar al igual que Minato? Ahora que recordaba ese lobo también dijo que quería hablar con él. —Encantado, soy la pareja de Naruto.

    Karin solo sonreía cortésmente. —Ah, sí y este es Juugo— señalando en frente.

    Sasuke se giró al verle y pudo notar que esa persona era bastante fuerte. Pensó en la posibilidad de que fuera una equivocación pero no había duda ese olor ya lo había sentido antes. Ese chico era el zorro rojo. Capaz de matarte antes de que te des cuenta de que ya comenzó la batalla. Rumores decían que mientras mataba reía y no hay nada más peligro que alguien que disfruta matando a otros. Pero para su sorpresa el muchacho le sonrió con una sonrisa pequeña, inocente diría inclusive, con la mano levantada en modo de saludo.

    — Hey, Juugo. Kushina pronto se pondrá bien —decía mientras le ponía el brazo al lado del hombro.

    — Eso me ha dicho el cuervo albino —al oír esas palabras Suigetsu le miró profundamente maldiciéndole en la mente.

    — A comer —Naruto sentado en la misma mesa que ellos comienza a comer. Sasuke se sienta al lado del rubio y comienza a comer una ensalada.

    Naruto pensó que a lo mejor que el azabache cuidaba su línea.


    — ¿Ya habéis acabado de comer? —pregunta una mujer de cabellos rosados.

    — Sí —responde Naruto acabando su cuarto tazón de Ramen.

    — Sasuke has comido ligero verdad. Recuerda que te dije que nada de comidas difíciles de digerir —Sasuke le responde con una pequeña sonrisa de advertencia.

    — Es por… eso de…— pregunta Naruto.

    Sakura enarca una ceja para mostrar que la pregunta sobraba. Todos recogieron sus bandejas y las llevaron a las papeleras.

    —Bien. Suigetsu me has dicho que no necesitabas más que tu pájaro y a Sasuke.

    — Sí, solo podemos entrar nosotros dos a la habitación.

    Sakura lo miró con desconfianza y es normal. Después de dejarlo descasar Sakura pensó en todo lo sucedido y no vio claro el fiarse de dos completos desconocidos. A pesar de que uno de ellos sea la pareja de su mejor amigo y que con el otro haya tenido un buen trato durante la corta estancia. No, no tenía que confiar. Ellos salvarían a su alfa, y poco más podían hacer los médicos de la coalición.

    — Bien. Minato y yo estaremos en frente de la puerta por si necesitáis alguna cosa más —aceptándolo— el cuervo está dentro de la habitación.

    — Gracias por ayudar —dice Suigetsu.

    La chica de cabellos rosados le sonríe y se pone en frente de una puerta, señala a ambos chicos que entren. Ambos se adentraron dentro. Ahora nadie sabría lo que ocurría dentro. Solo quedaba esperar.

    Sasuke sacó al cuervo de la jaula y lo puso a la misma altura de la cabeza. Suigetsu por su parte se acerca a la mujer y le abre los ojos. Sus ojos parecían normales hasta que el cuervo se puso a mirarlo con intensidad, enseguida se volvieron rojos con tres aspas que se movieron haciendo un circulo en los ojos.

    — Ahora le toca a tu hermano —quita sus manos de la cara de la pelirroja ya que esta los tenía muy abiertos.


    En la mente de Kushina se libraba una batalla. Solo entre ella y la persona que lo atacó. El chico le ataca sin cansarse pero Kushina se encontraba ya exhausta. No sabía cuento tiempo había pasado desde que comenzó aquel combate pero de lo que estaba segura es que era una técnica mental. Había habido veces que pudo estar lucida y en los que intentaba hablar con alguien pero aquel sujeto lo perseguía. Lo atacaba pero dañaba otras cosas fue en uno de esos estados de lucidez que se dio cuenta de que le manipulaban la mente por lo que cuando le llevo otra vez a adentrarse a su mente no se resistió y comenzó a pelear con el tipo.

    Aquel hombre tenía la pinta de ser un cuervo, pelo negro todo de negro pero no olía a nada. Ahora en uno de sus innumerables combates en el que comenzaba a tener desventaja apareció un segundo hombre, viva imagen del anterior. Se creía derrotada ya no podría cuidar de su hijo ni de sus subordinados. Ellos la necesitaban sabía que tenía que sobrevivir así que sacó fuerzas de donde no tenía y comenzó a pelear con el que anteriormente luchaba, sería presa más fácil de acabar, solo esperaba que el otro no se uniera a la lucha.

    El recién llegado se quedó observando la batalla de ambos. La mujer parecía tener magulladuras por todo su ser y el otro también a pesar de que mostraba una máscara de cara neutra. Cuando iba a atacar a la mujer detiene a su propio ser y lo tira hacía atrás poniéndose en posición de defensa ante este.

    — Señora Kushina, por favor descanse un poco —pidió educado.

    La mujer de cabellos rojizos no hizo nada, de lo cansada que estaba ya no se podía ni mantener en pie.

    — ¿Quién eres?—pregunta como un susurro.

    — El culpable que quiere remediar su error —al acabar aquellas palabras comienza a luchar contra si mismo.


    La batalla se hizo dura, su yo dentro de ese cuerpo había estado en continua batalla con Kushina por lo que tenía más resistencia y fuerza, solo tenía que conseguir que le mirase a los ojos del sujeto para hacerlo desaparecer pero el desgraciado los tenía todo el rato cerrados por lo que únicamente podía hacer es luchar.

    Al fin había conseguido inmovilizar a su yo. Le obligo a abrir los ojos cortándole los parpados nada más mirarle a los ojos desapareció.
    Se giró y se encaminó hacia la pelirroja, seguía recostada.

    — Tengo que curarte-

    — Cuidado… —le susurro.

    Siente un temblor por todo el lugar acompañado por unos rugidos bestiales. Se gira sobre si mismo y ve a un imponente animal, era un zorro pero no cualquier zorro. Era el Kyubi.

    Por instinto retrocede unos pasos.

    — El otro tipo utilizó sus ojos contra mi animal. Cuando el perdía me mandaba a mi propio animal mientras se recuperaba —realmente era una mujer increíble. Eso era una lucha sin descanso.

    — Le desharé de la técnica y volverá a ser como antes —preparándose de nuevo para la lucha.


    El Kyubi no se dejaba se defendía como podía. Ya había atacado en todas partes, él también se sentía agotado. Comenzó otro intento más. Subió desde una de las patas delanteras, el animal enseguida llevó la otra para quitárselo de encima pero el moreno lo esquivo y se posicionó encima de su hocico e hizo la técnica lo más rápido que pudo. Lo consigue pero el animal lo tira de encima suyo lanzándolo al aire y posteriormente comiéndoselo.

    — ¡Kyubi malo! —le riñe Kushina algo más recuperada— escúpelo, ahora.

    El animal con las orejas bajas obedece dejando a Itachi al lado de Kushina. Kushina se acerca a su animal y le acaricia una pata— se más pequeño —el Kyubi enseguida obedece volviéndose de un tamaño similar al de Kushina. Kushina se abraza de su cuello y se acuesta siendo enroscada por Kyubi.

    Itachi un poco aturdido comienza a levantarse. Ve la estampa de Kushina con el zorro y notó como Kushina se curaba sus heridas. Se quedó sentado enfrente de ella no pasó mucho hasta que ella misma abrió los ojos.

    — ¿Cómo puedo volver a casa? —pregunta aun acurrucada en el zorro.

    — Mírame a los ojos —Kushina no hizo caso ni respondió— cuando abras los ojos estarás en la enfermería de tu coalición. Estará mi hermano y un cuervo más. Ellos llamarán a las personas que están esperando por ti al otro lado de la puerta.

    — Está bien. Creeré en ti —gira su cabeza para mirarlo. Se comenzó a sentir mareada la imagen del lugar se borró y apareció la enfermería. Cerró varias veces los ojos, sentía como si no los hubiera cerrado en mucho tiempo.

    Lo primero que vio fue el techo de la enfermería lo segundo un cuervo al lado de su cabeza. Se sentó de golpe pero sus músculos no los soportaron y se tumbó bruscamente.

    — Tranquilícese, ahora les llamaremos. Están deseando verte —dijo Sasuke con una voz dulce que nunca había puesto ni que pensaba que tenía.

    La mujer lo miró —eres el hermano de ese chico, ¿verdad? —Sasuke se sorprendió un poco por lo dicho— ¿tú también tienes esos ojos?

    — Sí —respondió en su tono normal.

    — ¿Sasuke los llamó? Tienen que revisarla —preguntó Suigetsu.

    Sasuke antes de responderle se sentó en una silla que había al lado de la cama— Sí, querrán verla lo más probable es que se vuelva a dormir pronto, por el cansancio.

    — Vale —Suigetsu agarra al cuervo y lo vuelve a poner en la jaula.

    — Señora Kushina, le debo pedir que no diga nada sobre lo que pasó en su mente. Es un secreto, el secreto de mi clan.


    Kushina respiraba con tranquilidad— tu hermano me ha salvado dos veces estando dentro de mi mente. Pero él fue el causante. ¿Cómo te llamas?

    — Sasuke.

    — Supongo que nada de apellidos. Bien, está bien no diré nada. Es cosa de tu clan pero si alguien que esté bajo mi protección es atacado con algo similar a lo que me ha ocurrido… No dudaré a buscar al causante para matarlo —con una voz muy firme para el aspecto que tenía.

    Enseguida aparecieron Naruto y compañía.

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    Hasta el siguiente capitulo ^^/
     
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  2. I <3 Sasunaru
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    :=WORKIN: Kushinaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Ya despertaste? ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
    Itachi bien hecho!!!
    Sasuke cuando planeas decirle a Kushina que eres el novio de su hijo...
    quiero ver que hace jejeje

    Me encanto el capi
    Espero conty

    Sayonara matane!!!
     
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  3. LizethAriza
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    Jajajajajajajajajaja ya quiero ver la reacción de Kushina al enterarse que Sasuke es la pareja de Naruto, me encantó el capítulo.


    Un beso y un abrazo, gracias por el capítulo
     
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  4. RedParadiseYaoi
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    Gracias por comentas :D y aquí comienza un nuevo capitulo:


    Capítulo 9:
    Naruto no se lo podía creer. Su madre, enfermada desde hace semanas, estaba despierta, consiente y con una sonrisa, una cansada pero estaba ahí.
    — ¿No vas a saludarme cachorro? —dice la pelirroja al ver al rubio a cierta distancia.
    Naruto no dijo ninguna palabra simple y llanamente se acercó a donde estaba su madre y le abrazó. Cuando enfermó también la abrazaba pero ahora era un abrazó completo porque ella correspondía a dicho abrazo. Hace mucho que no sentía su calidez que creía extinta para siempre. Aunque no lo digiera a nadie había un lado suyo que decía que su madre nunca se recuperaría y que lo único que podría hacer con ella sería vengar su muerte. Pero ahí se encontraba sonriéndole y diciéndole apelativos mimosos.
    — ¿Estás llorando, pequeño? —dijo la alfa.
    — No —con voz ahogada. Ante el monosílabo la madre rio y lo abrazó con más fuerza.

    Sasuke no quería estropear la estampa familiar que se veía entre ellos y pasando desapercibido por todos salió de aquella habitación. Sin duda la alfa se recuperaría, su hermano hizo un buen trabajo. Sin saber muy bien donde ir volvió a donde era su apartamento provisional. Para ser sincero consigo mismo le gustaba estar en aquel lugar. Las personas con las se topó no lo veían mal por ser cuervo, bueno había alguna que otro pero no le hacían ni decían nada por ser la pareja del hijo de la alfa. A Suigetsu tampoco lo miraban mal, al contrario, algunas personas ya sabían que él sería quien “curara” a su alfa, aunque también notó cierto miedo entre algunos. Supuso que sería por la creencia de que un cuervo albino traía bueno suerte pero si estaba con vida y le caías mal solo te traía desgracias. Eran pamplinas antiguas pero seguían estando en la mente de algunos.
    Enseguida llego al apartamento, por costumbre dejó sus zapatos en la entrada y camino descalzo hacía la habitación. Sin abrir la puerta ya sabía que había alguien dentro, el aroma que tenía podía identificarlo perfectamente. No hay otro que huela igual.
    — ¿Qué es lo que quieres? —le preguntó a su hermano que se encontraba sentado en su cama.
    — Te lo he dicho antes tenemos que irnos a casa. Nuestros padres estarán preocupados — con voz tranquila.
    — Ya te dije que yo no me voy a ir. Aquí está mi pareja y no me voy a separar de él —le miraba desafiante.
    — Hermano idiota, acaso no sabes lo que pasará si no vuelves a casa —intentaba hacer recapacitar a su hermano—. Claro quisiste estar en el mundo que aquel zorro creó para ti en dónde no tenemos esta habilidad. Podrías estar en peligro. Sasuke sabes perfectamente que lo vuestro no puede ser, estás en este lugar por mera cabezonería tuya. Si me hubieras preguntado qué es lo que me pasaba-
    — Me habrías dicho que no tienes nada que no es nada, solo cansancio —le interrumpió con voz tranquila pero se notaba que estaba molesto— y yo solo estaba preocupado.
    — Sasuke, no. Hermano sabes perfectamente que si no volvemos padre vendrá —con voz más calmada—. A un Uchiha nadie le roba su polluelo. Padre creerá que te han secuestrado, él sabe que no dirás nada sobre nuestros ojos, y teme que te puedan torturar. No te acuerdas como se puso cuando te perdiste una vez con tu primer cambio. Nos movilizó a todos y tu simplemente estabas a unos kilómetros de casa porque te encantaba volar
    Sasuke ya no lo escuchaba sabía perfectamente a lo que se refería, se quedó un momento en silencio. No había disfrutado aun con su pareja, solo con su primer encuentro y los besos tontos en aquella celda, sólo estuvo charlando y poco y ya querían arrebatárselo. No, no, no, no, no, ¡no!
    — Dame tiempo hasta mañana —pidió el menor de la habitación. A pesar de no querer separarse de Naruto tenía que hacerlo, a lo mejor si se lo explicaba a sus padres… Lo intentaría. Pero no podía permitir que cualquiera de la coalición resultase herido por los cuervos Uchiha eso sería una gran masacre. Tenía que volver a su anterior hogar.
    Itachi no hizo ningún movimiento simplemente desvaneció del lugar.

    El moreno se tumbó en su cama. Una sabanas preciosas de color claro, el olor no era desagradable. Todo el piso le transmitía tranquilidad, su rostro también mostraba tranquilidad pero lo que él sentía no era para nada tranquilidad tenía que hablar con Naruto, tenía que explicarle.

    Suigetsu se encontraba en la parte de fuera de la habitación de Kushina, en la habitación solo se encontraba el marido de ella. Karin lo había felicitado por haberlo hecho más después de algunas palabras acabaron en gritos hasta que Sakura los sacó a patadas del lugar, la mujer se encontraba feliz pero no podía con ese dúo de infantiles. Realmente no sabía si eran amigos o eran enemigos. Más tarde preguntaría a Suigetsu.
    En unos minutos toda la coalición ya sabía que Kushina se encontraba bien, estable y que en breve estaría de vuelta con las energías renovadas.
    Kakashi se fue a dar un paseo, después de quedarse con su madre y darle un abrazo. Él creía que ya no había posibilidad para ella pero se equivocó y se alegró de haberse equivocado.

    Con tanta alegría y rencuentro se hizo de noche, ya rozaban las nueve de la noche cuando Naruto entró sin avisar al apartamento del azabache. Este se encontraba durmiendo pero cuando oyó a Naruto gritando su nombre se levantó de golpe.
    — ¿¡Sasuke!? —lo encuentra en la cama— se puede saber por qué no me dijiste que volviste a tu apartamento, estaba preocupado —Sasuke lo miraba con ganas de matarlo, el sujeto, ese sujeto… lo había despertado de su reconfortante sueño. Nadie le despertaba así de golpe y cómo es posible que tuviera las llaves del apartamento eso era una invasión a su intimidad en toda regla.
    No le dijo nada se gira sobre sí mismo dándole la espalda al otro.
    — ¿Sasuke? Oye… te estoy hablando, estaba preocupado y tenía miedo de que hubieras aprovechado y te hayas ido. No sé aprovechado para huir lejos de mí, de que fuera una farsa o algo así —el rubio se encontraba aun pie de la cama de Sasuke— ¿Sasuke? Sé que suena un poco posesivo pero no te dejaré ir nunca.
    Vale suficiente tiempo sin decir nada. Sasuke abre la sabana con la que se tapaba, por el lado de Naruto. No tonto ni perezoso entendió perfectamente la señal, se quitó los zapatos la camiseta y el pantalón quedándose solo con los calzoncillos. Sasuke se gira quedando ambos mirándose en la cara. Los ojos azules chocaban con los ónix del otro, ambos tenían brilla sin duda podían ver como el otro amaba al otro.
    — Yo tampoco te dejaré nunca —evocó una promesa que no podría cumplir— y ahora que no hay nadie que pueda interrumpirnos… —se acerca al rubio pasando su mano por el cuello de Naruto, le acariciaba suavemente, va subiendo hasta llegar a la cabellera, agarra el pelo en un puño. El rubio responde con un pequeño gruñido-quejido. Se encontraba lo suficiente cerca de su oído para susurrarle— hagamos el amor.
    Naruto volvió a gruñir pero esta vez de pura excitación y es que tener a un cuerpo del pecado delante suyo pidiendo sexo no era cosa que se podía esquivar.
    — Y dime a quien se le preguntas ¿a mí? ¿O al zorro? —bajo un poco la cabeza, lo que le dejaba el agarre de su amante, para morderle la mejilla.
    — Ohm, ¿el zorro no está incluido? —le tentaba a continuar mordiendo estirando el cuello para que lo pueda saborear.
    — Ju, mi pequeño zoófilo. Quieres tentar a llamar a mi animal, te aseguro que él está más que ansioso de volver estar en ti pero yo quiero estar en tu mente primero —comienza a toquetear la parte baja del azabache.
    — ¡Ah! —un corto gemido sobresalió de los otros porque el rubio comenzaba a hacerle una experta maniobra manual— Naruto… más —agarra de los hombros al rubio, una de las manos volvió a subir a la cabeza. Las bocas se buscaban para cuando se encontraban se saborearan la una a la otra como si de una droga adictiva se tratase.
    — Solo te verte no te imaginas como tengo a mi amiguito —consiguió decir entre beso y beso mostrando una sonrisa socarrona.
    — No quiero imaginar —el azabache baja la mano hasta llegar al miembro del otro, el miembro ya estaba duro— Oh, sin duda se podría comparar a una roca.
    — Sí, y si lo sigues tocando el zorro saltará —le mostraba con una voz casi ahogada.
    Al notar esa voz no pudo evitar comentar: —Así que eres delicado en esta zona —aprieta bien las dos pelotas. El cambia formas zorro soltó un gruñido de placer.
    — Será mejor que te gires, porque si no te preparo pronto me querré meter dentro. ¡Oh! Hm… Y no quiero hacer daño a ese agujerito —Sasuke soltó su trabajo y se giró mostrando su culo. Naruto le dio un mordisco en una de las nalgas— suculentas, eres realmente delicioso —siguió mordisqueando hasta llegar a la abertura entre las dos nalgas. Un lametón y mordisco.
    — Maldito, hazlo bien. Si… no-¡hm! —Naruto aprovecho que hablaba para meterle la lengua en la entrada y así poder escuchar el grito de placer que producía.
    — Relájate… —da un beso al agujero y comienza a lamerlo jugueteando con la entrada. Profundiza con la lengua, haciendo un buen beso negro— esto solo te lo puedo hacer yo, nadie más te hará sentir placer, solo yo.
    Por extraño que pareciera al azabache le agradaba aquella posesividad, en otras circunstancias habría partido la cara a quien lo intentara tratar como propiedad pero si es aquel rubiales estará bien.
    Jadeante y sudoroso el azabache no parecía poder aguantar más el ritmo que llevaba el otro en su retaguardia— Naruto —su voz más aguda de lo normal— no voy a poder aguantar más —sus manos acariciaban su pelotas intentado aligerar un poco la pesada carga.
    Naruto saca la cara de entre aquellas curvas— solo un poco más. A su lengua ya le acompañaban do dedos.
    — ¡No! Ahm… ¡Mételo! —Trago de saliva— ¡ya! —sin duda ya estaba llegando al clímax orgásmica.
    Naruto desistió. Aparto la mano de Sasuke que continuaba masajeándose a sí mismo para continuar él toqueteando toda la largaría del miembro del azabache— relájate— fue la orden contundente ante de introducirse entre esas paredes. El azabache gruñó al sentir aquella intromisión. Su pelvis calló contra el colchó cuando Naruto tanteaba el lugar con pequeñas estocadas su miembro rosaba el colchón. Abre las piernas para poder sentir el rose de las sabanas en su erecto pene.
    — Quiero hacerlo más fuerte —pidió el rubio besando el pescuezo— Sasuke… ahm —Sasuke comenzó a moverse en el mismo compás no supo como pero le tocaba en un punto que calculo que sería su próstata. Aquel lugar sí que era placentero.
    — Eso no se pide, idiota — quería sentir golpes en ese lugar. Naruto agarra de las caderas al moreno y las eleva dejando de nuevo aquel trasero en pompa. Lo penetro profundo hizo girar un poco la cabeza del otro para darle un beso con lengua. Con aquella penetración consiguió tocarle más la próstata. No podía evitar gemir. Puso el culo más en pompa para acercarse él mismo al otro y sin mucho más trámite comenzó el mete-saca fuerte con el único propósito de dar golpes fuertes y certeros en aquella parte interna de su ser. Aquello hacía enloquecer a ambos.
    Naruto comenzó a moverse con gran rapidez contra la entrada que de vez en cuando se contraía para crearle más placer. Sacó su pene pero antes de que el otro transmitiera algún quejido giró para volver a penetrarlo. El de abajo soltó un quejito: — ¡Ahm! ¡Bruto!... ¡Más! No PA-res —el rubio comenzó a pesar cada parte del dorso dejando claras marcas de su amor. Pronto llegó a la clavícula. Sasuke dejó bastante espacio en el lugar donde el hombro y el cuello se juntan. Se veía claras señales de una anterior mordida
    — ¡Mío! —gritó Naruto antes de volver a clavar sus colmillos caninos en el cuello. Pequeñas gotas de sangre salían del cuello a pesar de que eso producía un gran dolor solo aumentaba el placer que sentía. El azabache no pudo más y se corrió en su propio vientre y algunas gotas en el vientre del otro.
    Naruto siguiendo aun sus instintos profundizó la mordedura mientras embestía con rudeza en el ano de su amante y sin previo aviso soltó la mordedura para pasar a la cara daba besos y mordiscos.
    — Sasuke, Sasuke, Sasuke —cantaba el otro nombre como si de un mantra se tratase. Comenzó a besar con ferocidad los labios produciendo una pequeña mordedura un el labio inferior.
    Sasuke apretaba su interior intentando darle más placer mientras el seguía en una nube. Cuando Naruto pretendía salir de su interior más de lo previsto Sasuke lo detuvo con sus manos y volviendo a introducirlo por completo.
    — Córrete dentro —abraza a Naruto —márcame para siempre como tu pareja. Así nadie se acercará a ti y sabrán que tú también tienes dueño —las palabras salían entrecortadas.
    Una embestida más duras que las anteriores le indicaron que su compañero se corría en su interior. Naruto saco su pene lentamente. Levanto su mano hacía la cara de su pareja.
    — ¿Te hice daño? —le miraba a los ojos. Sasuke no entendía muy bien pero lo estaba corroborando cuando Naruto le limpió una lágrima.
    — No, es realmente placentero hacerlo contigo. Quiero más… mi zorrito — le lame la mejilla tocando las cicatrices que le hizo cuando se conocieron— hazme el amor, uno y otra vez.
    — Mmm… y cuantas quieras más —Naruto restregaba su rostro por la cara de Sasuke— te lo haré todos los días.
    — Sí…


    Ya eran por la mañana los pajaritos cantaban el “Buenos días, hace buen tiempo. Despierta” Un rubiales se estira por toda la plenitud de la cama — ¿Sasuke? —no encontraba a su amante y según sus cálculos no podría moverse, hicieron mucho trabajo ayer por la noche.
    Mira debajo de la cama para ver si por un casual su fuerza bruta lo engaño e hizo tirarlo, pero no había nadie. Sin preocuparse mucha, ya que lo más seguro es que fuera a ver a Sakura para que le dé una pomada. Con eso en mente fue tranquilo hacía el baño para comenzar a darse una ducha relajante. En su cuerpo pudo ver arañazos de su pareja nada pequeños, su cabello más destrozado de lo habitual. Le comenzaba a gustar aquellas marcas que le hacían un rostro más zorruno.
    Seguro que su amor le gritaría por haber sido muy bestia ayer, pero discretamente no le gusta los escándalos, lo empezaba a conocer mejor. Ayer se saltaron lo de tener tres citas antes de ir a la cama y era feliz. Muy feliz.
    Ya era la hora de almorzar, pasaría por la cafetería cogería algo para él y algo más para Sasuke. Seguro que tenía tanta hambre como él. Con una cara que competía con el astro rey por el brillo que resplandecía.

    Enseguida consiguió las provisiones: Un bol de su delicioso ramen y una rica ensalada con fibra y algo de carne, él último ingrediente fue un pedido que hizo.
    Antes de salir de la cafetería vio al cuervo albino, amigo de su Sasuke. Bueno sería mejor que comiera ahora seguro que el azabache no le dejaría comer.
    Imaginando cosas que no deberían de pensarse desde tan buena mañana se dirigió a la mesa. Karin fue la primera en darse cuenta y le saludo con la mano ya que estaba comiendo lo que parecía ser un mejunje extraño de color verde fango.
    — Buenos días chicos y chica. Suigetsu, sabes dónde está Sasuke —se le pasó por la mente que había la posibilidad de que hubiera ido pronto a la enfermería y ya no estuviera.
    — No lo he visto desde ayer —dijo Juugo.
    — Uhm, yo tampoco lo he visto hoy. Pero eso sí. En la parte del hospital y el gimnasio no está. Acabo de venir de ahí —respondió la pelirroja.
    El único que no respondió fue Suigetsu que evitaba hacer contacto visual con el rubio.
    — Suigetsu… tú sabes dónde está Sasuke, ¿verdad? —dijo la pelirroja al ver que no respondía.
    — Por qué debería saberlo, es la vida de Sasuke. No soy su niñera para saber dónde se encuentra en cada momento.
    Naruto comenzó a comer un poco del bol —está bien no me lo digas. Solo dime donde no está. —se aclaró la voz— en la cafetería, ni en el gimnasio ni aquí están. ¿Está en la biblioteca? —Suigetsu negó con la cabeza— fue a ver las instalaciones— vuelve a negar —mmm… fue a ver la celda para la pomada, se daría vergüenza ir hasta la otra punto solo para pomada.
    —No —al fin habló.
    A Karin no le gustaban las adivinanzas que no entendía y mucho menos hacer preguntas que no llevan a ninguna parte.
    — Chaval, más vale que cantes antes de que aquí vuelen plumas —amenazó al pájaro.
    Suigetsu por extraño que pareciera no entró en conflicto con ella. Para su mala suerte Karin eso le pareció un reto y no paró de molestarle hasta que consiguió que soltara unas palabras.
    — No se encuentra en la coalición. Ya no puedo decir más —con la cara contra la mesa.
    — ¿Por qué? —esta vez fue Naruto. Su tono de voz parecía estar algo furioso.
    El chico de cabellos claros se puso bien en su sitio— él tuvo que volver a su casa
    — Y, ¿Cuándo volverá? —Naruto no le dejó continuar.
    — Naruto, él te quiere, vale —no sabía cómo explicarlo.
    — ¿Cuándo? —volvió a preguntar.
    Suigetsu obvió por no mentir — no creo que vuelva.
    Naruto se mantuvo quieto en su sitio cuando uno de ellos iba a preguntarle cómo se encontraba salió disparado de la cafetería.
    — ¡Naruto! —es lo último que pudo gritar Karin antes de verlo desaparecer por la puerta.


    No… no… no… no era cierto. Seguro que era una broma de ellos y que Sasuke debía estar en alguna parte de la coalición. Pero para eso tenía que ir a ver si alguien salió del lugar.
    Corriendo sin descanso llegó hasta donde era seguridad. Había un montón de ordenadores de varios tamaños.
    — ¡Shikamaru! —grita el nombre.
    El nombrado casi se cae de la silla de donde estaba descansando.
    — ¿Naruto? Que sus to me has dado. No grites a la gente cuando este en la siesta —parecía dispuesto a dormirse de nuevo de no ser porque Naruto se puso a su lado y con ambos manos en el teclado de su ordenador— ¿Qué haces? No toque el teclado el único autorizado soy yo.
    — Bien, entonces muéstrame si alguien ha salido en las últimas horas —a pesar de no saber para qué el castaño comenzó a mover los dedos a gran velocidad. En una pantalla gigante enfrente de ambos apareció varias de las imágenes de las cámaras de seguridad. De enfrente. Del interior. Del garaje…
    Miraba todas para ver si en alguna se encontraba su pareja al ver que no aparecía se comenzó a tranquilizar hasta que unas sombras negras pasaron rápido por una de las cámaras. Era la cámara que grababa si algún cambiaformas volado que no identificaba estuviera.
    La cámara indicaba las 4 de la mañana. Si no recorvaba mal ellos acabaron de hacer el amor por las 3 de la mañana. Y su pájaro estaba durmiendo tranquilamente en sus brazos.
    Otra cámara capto otras imágenes de los sujetos. Sin duda era Sasuke estaba manteniendo una conversación con una persona algo parecida a él, un cuervo lo más seguro. Después de un rato retomaron el vuelo y ya no vuelven a aparecer.

    Naruto no sabía cómo debía sentirse. Su pareja, su persona que creyó destinada se había ido.


    .......


    Y fin de capitulo. Bueno para el siguiente fic de cambiaformas vengativos no sé si poner un Itadei o un Juuego x Suigetsu. ¿alguna sugerencia?

    Bueno, hasta el siguiente capitulo ^^
     
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  5. I <3 Sasunaru
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    :=WORKIN: Sasuke... Sasuke!!!!!!!!!!! no te puedes ir tienes que regresar
    imaginate que hara Naruto sin ti vamos no puedes dejarlo... no Sasuke no te vallas :=SHOROO:

    RedParadiseYaoi-san, lo dejaste en la parte mas buena :=SHOROO: ya quiero saber que pasa...
    mi sugerencia seria ambas opciones pero si tengo que escoger... itadei
    (solo es una sugerencia) me encanto el capi pero lo dejaste en la mejor parte aunque no tengo quejas del lemon... hermoso!!!!!!!!!!!!!!

    bueno espero la conty onegai
    sayonara :=deeaaah:
     
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  6. goaht
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    no sasuke por favor tienes que volver que pasaria que si su padre lo compromete con alguien que naruto no quiere

    quiero que haya kisame x itachi y un suigetsu x jugo y un naruto x sasuke :=BIENODOE: :=FOXXIN:

    y que nadie se comprometa con alguien que no quiere

    que sasuke le aga comprender a su padre como quiere a naruto

    y que kisame tambien sea un zorro

    que no sea mucho pedir, me gustan tus historias me dan inspiración

    que haya kisame x itachi esta pareja me gusta plisssssssssssss

    por favor.......................................................... :=arribarriba: :=arribarriba: :=arribarriba: :=arribarriba: :=arribarriba: :=arribarriba:

    bueno si no es molestia

    estado esperando mucho la continuación :=KITTIYN:
     
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  7. RedParadiseYaoi
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    creo que no lo dije el capítulo nueve era el penúltimo ^^'

    I <3 Sasunaru Sasuke vuelve, a casa vuelve. Vuelve a tu hogar, por navidad -el Almendro- XD
    Al parecer Itadei va tomando cabeza ^u^ Si hacerlos voy hacerlo los dos pero no sabía cual de los dos poner primero.


    goaht ¿Cómo que Minato va a prometer a Naruto? ¡Sobre mi teclado! >C
    Uhm Kisame zorro... e Itachi. Podría ver como... Oh, ah ya sé porque lo dices ok, vale ya veré si puedo si no, po' nah.
    :=WIJIS: Le doy inspiración a alguien *o*
    Bueno como dije antes es el penúltimo capitulo en el siguiente capitulo se cierra la pareja NarutoxSasuke, aunque claro aparecerán de segundones...



    Gracias por los comentarios!
     
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    mmmm quiero ♥
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    Acosando A Maya Hideyuki \(^V^)/ <3

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    Ooooh hermoso!!! Lo amé esta muy buena!!! Porfaaaaa has massss , pero que sea narusasu jeje es mi fic favorito jej mmmm muy buen LEMMMMON! estaba tan assasdaasdasdssssss jej espero seguir leyendo fics de tu autoría
    Besos...! ♥₩♥
     
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  9. RedParadiseYaoi
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    daiana99_ Muchas gracias por el comentario >u< y espero que disfrutes del capitulo final y de los otros fics que ponga adelante.

    Capítulo 10:


    Sasuke se encontraba sentado en la parte del copiloto de un automóvil atravesando la ciudad con él. Con la luna iluminando las calles, dejando ver todo el alrededor. Su hermano, conducía en silencio solo el sonido de la radio se escuchaba de fondo, en sus pensamientos. Una canción tranquila casi deprimente acompañaba. Sin duda era el sentimiento que se sentía en el interior del coche.

    — Hermano

    — Lo siento —ambos hablaron al mismo tiempo— sé que lo quieres es volver con tu pareja. Pero sabes perfectamente que no lo puedes hacer. Si te quedas en ese lugar los Uchiha irán a por los zorros y harán todo lo posible para eliminarlos. Y después todo sería masacre y eso no lo pienso permitir.

    — Solo te iba a decir que si podíamos quedarnos en algún lugar a descansar, tengo sueño— inventó las palabras.
    Itachi hizo una pequeña mueca pero accedió a lo dicho por su hermano menor. Supuso algo tenía que ver que el olor a zorro sea más fuerte porque sabía que su hermano en algunas misiones pasaba días sin dormir. Encontraron un hotel en medio de la ciudad, se adentraron y pidieron una habitación para una sola noche. No hubo comunicación entre ellos en todo el trámite ni en el resto de la noche.

    A la mañana siguiente todo continuó en silencio. Bajaron a desayunar al restaurante de en frente del hotel. Sasuke se encontraba ausente de todo, sentía que estuviera de camino al matadero. Seguro que nada más entrar por la puerta de casa olerían en él a Naruto y pedirían explicaciones. Y él no sabía que respondería. –“Es el aroma de mi pareja, madre”. “Encontré a mi pareja de por vida, padre” –no, no podía decir esas palabras, traicionaría a todo su clan. Su madre se sentiría avergonzada. Pero… él solo quería estar con la persona del aroma. Estar en aquellos brazos, tocar las cicatrices de la cara que él mismo hizo, sentir de nuevo aquella estúpida sonrisa en su cuello, escuchar sus estupideces…

    En el desayuno Itachi pudo oler perfectamente el sentimiento de tristeza y odio que tenía su hermano menor, todo era porque lo llevaba de vuelta a casa. Toda la noche estuvo pensando en lo que era correcto para él. Al principio lo tenía claro, su hermano estaría perfectamente con los suyos. Pero con el paso de los minutos comenzaba a dudarlo, apartarlo del lugar en el que sentía feliz, ¿eso no convertía ese lugar en su hogar?

    Mientras su hermano pagaba la cuenta del restaurante, Sasuke salió fuera a esperarle, se quedó mirando el suelo, nunca le había parecido tan interesante como ahora: era una estructura firme, unida, inquebrantable… hasta que viene una fuerza mayor y la rompe –había una parte donde el pavimento está destrozado–. Mientras miraba el suelo en lo que realmente pensaba era en que se parecía en la relación que tuvo con Naruto, parecía tan fuerte, su lazo, pero… -se gira a ver a su hermano-.

    Seguro que a estas horas Naruto se estaría levantando y enseguida se daría cuenta de su desaparición. Suigetsu se lo diría, ese cuervo no sabía mantener el pico cerrado. Hizo un pequeño respingo cuando siento la mano de su hermano en la espalda.

    — Vámonos —fue la orden claro del mayor.

    — Bien —comenzó a dirigirse al parking. Su hermano lo sujeta del hombre.

    — No, vámonos por otro lado.

    Naruto no se encontraba en buenas condiciones, se encerró en su dormitorio. Nadie sabía dónde se encontraba su pareja, su animal pedía caza, quería encontrar a su pareja, a su compañero, a ese pájaro. Intentaba regular la respiración, al igual que las veces que lo hacía cuando su animal pretendía salir sin consentimiento y su madre no estaba. Respiraciones tranquilas y largas. No podía suceder lo mismo que antes.

    Cuando se enteró de la partida de su pareja su parte de animal salió y comenzó a olisquear el suelo por donde su pareja había pasado pero acabó igual, en el mismo sitio donde la cámara los había visto despegar. Su animal hacía sonido de quejidos mientras miraba arriba, daba vueltas alrededor del olor. Intentaba ver si su pareja estaba volviendo. Si solo había salido un rato y enseguida volvería. Pero no volvía. Después del lamentable espectáculo que daba comenzó a enfurecerse consigo mismo por haberse enamorado de aquel sujeto, aquel sujeto… pero sabía que si volvía lo perdonaría y eso lo enfurecía más.

    Se volvió peor cuando un soldado intentó hablar con él para tranquilizarle, grave error. El animal no quería que nadie se compadeciera de él, no. Él podía solo. Sin darse cuenta atacó al soldado, si no hubiera sido por los reflejos del hombre habría acabado muerto. Ante aquello las alarmas saltaron. Todo se comenzó a llenar de soldados. Los soldados intentaban detener a aquel zorro de 2 metros que comenzaba a crecer más.

    Kushina y Minato también oyeron la alarma y los chillidos de Naruto en su forma de animal. Minato le pidió a su mujer que se quedara a descansar pero no aceptó, su hijo lo necesitaba.

    Nada más llegar comenzó a ver que Naruto comenzaba a superar los 3 metros de alto. Kushina en un movimiento se posicionó delante del animal, el animal al verla bajó para olerla. Kushina le puso una mano en el hocico, al animal la gruñía pero comenzaba a disminuir de tamaño. Enseguida se volvía a convertir en un hombre cayendo rendido al suelo.


    Sin duda no quería hacer eso de nuevo, respirar largo y tendido y analizar. Ahora con más frialdad en su cabeza recordaba lo que le dijo Suigetsu. Sasuke lo amaba, pero tuvo que irse. Y ¿si lo dijo para no herir sus sentimientos?

    Intentaba no comerse la cabeza. Realmente se había enamorado de ese cuervo. No se lo quitarían, no se lo arrebatarían. En su forma animal pudo olerlos, sí, el rastro de olor indicaba que se dirigían a la ciudad.


    — ¡¿Naruto?! ¿Estás en casa? —una vez femenina que le llamaba interrumpe sus pensamientos. Continuaba con su respiración. Necesitaba tranquilidad.

    Los pasos continuaron. La puerta de su habitación se abrió con fuerza. Naruto estaba encima de su cama con los pies cruzados, meditando. Calló al suelo, la persona que había entrado a su habitación le había pegado en la mejilla, no le dio tiempo a defenderse.

    — ¡Capullo insensato, egoísta, mal hijo! ¡Cómo se te ocurre poner en peligro la recuperación de la alfa! —gritaba una mujer de cabellos rosados aún con la bata de médico.

    Naruto no respondió ante los insultos de su amiga era cierto que su madre tuvo que detenerlo pero solo fue porque su animal quería ver a su pareja, no fue su culpa del todo.

    — Se puede saber que te ocurre. Ahora que tu pareja se ha ido te vas a quedar de brazos cruzados deprimido a esperar a que venga la virgen María y te conceda algún deseo. Has follado tanto a ese pájaro que ya no tienes sangre en ninguna parte de tu ser —con el mismo tono de enfado de antes— ¡Naruto…! Muévete de una maldita vez —da una pisoteada al suelo—Tú no eres de esa manera. No te digo siempre que pienses las cosas con calma. Para empezar tendrías que haber visto las cintas hasta el final. Sasuke se fue en dirección la ciudad y si apesta la mitad a zorro de lo que apestas tú a cuervo. Seguro que le podemos seguir el rastro.

    Naruto continuaba en el suelo con la cara contra el suelo— ¿Naruto? — a lo mejor se había pasado con la hostia, cuando iba a tocarle el muchacho se movió de golpe.

    — ¿Qué hora es? —preguntó mirando que todo estaba medio oscuro.

    — llevas todo el día encerrado. Son las 7 de la tarde —responde una voz monótona.

    — Shikamaru…

    — Te ayudaremos a encontrarlo —dijo Suigetsu entrando en la habitación— Ya les expliqué que no sé dónde se encuentra Sasuke ya que suelen cambiar de sitio cada X tiempo. Lo más seguro es buscar su olor por la ciudad.

    Karin y Juugo estaban en la puerta, la muchacha mostraba un rostro serio y el otro el rostro de siempre, tranquilo.

    — Gracias chicos —decía emocionado Naruto.

    Todos irían y perseguirían, mejor dicho, rescatarían a la pareja de su amigo. Todos estaban listos. Solo tenían que ir a los vehículos.




    El cuervo menor por primera vez en su vida sentía que su casa no era su casa. Que las cosas que encontraba en su habitación no eran suyas, a pesar de que si le traían recuerdos, ese no era su lugar. No lo era en absoluto, se sentía perdido y desorientado.

    Su madre y su padre les recibieron con los brazos abiertos. Y aunque les regañaron por estar ausentes no hicieron preguntas sobre su olor a zorro solo le dijo que la comida estaría lista para las nueve. Su padre le dio una caricia en la espalda y le dijo que descansara.

    Su hermano fue directo a su habitación. Y ahora él estaba sentado en su cama— Naruto… —se echa con los brazos abiertos en su cama— intentaré hablar con ellos, lo prometo —lanzó la promesa al viento.

    Itachi por su parte se encontraba delante de la ventana viendo el paisaje que les ofrecía su casa, agacha la cabeza. Sin duda no estaba orgullo de lo que le hizo a su hermano, pero tenía que hacerlo. Luego lo arreglaría. Cierra los ojos y se concentra. Cruza sus pies, su respiración se comienza a ser suave. Una suave brisa lo atraviesa cerca de la mejilla. Abre sus ojos, mostrando su Sharingan.
    Se pone en pie y baja del sillón al lado de la ventana, había un tipo de flecha clavada en la espalda. Lo quita y ve que es una carta para él.

    Comité Central 01:00

    Era una reunión y urgente. Desde hace un tiempo en el clan Uchiha se reunían personas. Porque tenían unos planes, no muy sanos para el mundo.





    Naruto y compañía iban por la ciudad buscando olor a cuervo, habían pasado algunas horas y el olor era leve pero pudieron sentirlo. El olor los llevó hasta un hotel, pero se cortaba en un callejón cercano, se habían ido volando. Y aunque encontraron el coche de poco le sirvió. Lo habían perdido.

    Ya comenzaba la noche pero no quería irse. Tenía que intentarlo de nuevo. Ya no era que lo había abandonado era que a lo mejor su pareja estaba en peligro. Su hermano lo llevó a la fuerza. No, no. Seguro que le contó alguna mentira y su Sasuke inocente le creyó —“Oh, hermano te creo. Iré contigo” — y seguro, seguro…

    — Naruto, vayamos hoy a casa mañana continuaremos —Una chica pelirroja le tomaba del brazo para llevarle hasta el coche de Kiba.

    — Yo…

    — Ahora que lo pienso, no es como si su príncipe fuera a por su princesa —dijo Suigetsu intentando cambiar el ambiente que había en el coche
    — Las princesas se rescatan solas, y Sasuke no es ninguna princesa —Karin mosqueada.

    — Lo sé, es un princeso. —aunque sus intentos de animar fueron nulos.


    Llegó la hora de comer Itachi le pasó la hoja a su padre cuando él le pidió sal. Mikoto haciéndose la despistada no dijo nada, Sasuke se encontraba ausente por lo ocurrido así que solo estaba atento a su plato. La cena pasó normal. Sin mucha charla.

    — Que descansen chicos —dijo con una sonrisa la mujer— Sasuke descansa, pareces agotado.

    — Buenas noche mamá, buenas noches papá, buenas noche Itachi —se despidió Sasuke. Se sentía cansado a pesar de haber dormido más horas de lo habitual. Antes de irse vio de reojo como sus padres se miraban, estaba claro que iban a hablar. Mañana seguro que le hablarían sobre lo ocurrido seguro.





    Pasaron uno, dos, tres días… Naruto cada vez comía menos. El olor a cuervo perduraba en él, levemente pero ahí se encontraba. Se frustraba cada vez que una pista les llevaba a un nuevo fracaso. Salía a primera hora de la mañana y volvía por la noche. Hasta que un día capturaron a un tipo. Era un renegado de los cuervos, les guardaba rencor a todos los pájaros.

    — Sabes dónde está la coalición de los cuervos —era Karin quien estaba haciendo la interrogación. Ya que si ponían a Naruto este se pondría nervioso por no tener paciencia.

    El señor le mira con una media sonrisa— No lo llaman coalición lo llaman nido, el nido principal es una casa de campo en la que aparentemente solo viven dos ancianos de edad avanzada. A quien buscáis y por la descripción debe de ser el hijo menor de Fugaku y Mikoto.
    — ¿Dónde se encuentran ellos? —la pelirroja se sienta en frente del hombre.

    El señor se acerca a ella— Mira guapa, puede que les tenga mucho rencor pero hay cosas que por muy renegado que sea no puedo hacer.
    — Si no lo haces nosotros te haremos las cosas malas— le amenaza.

    La puerta se abre de par en par, era Suigetsu— ¿Cuándo lo atrapasteis?

    La pelirroja lo mira. Señala la puerta y salen del cubículo— lo encontramos esta tarde. Es un cuervo, uno renegado. Si es de por aquí lo más seguro es que sepa donde

    — No —le interrumpe Suigetsu— no dirá nada. Los cuervos tienen sus métodos para silenciar a las personas y más cuando son renegados.

    — Me da igual yo haré que cante. No me gusta ver a mi primo de esta manera y cuando tengamos de vuelta a su pareja le cantaré las cuarenta por abandonarlo, y me da igual si fue en contra de su voluntad tendría que haberse quedado —.Antes de que Suigetsu dijera alguna cosa la mujer volvió a entrar a la sala.

    Nadie que no fuera cuervo sabía esto: Los cuervos Uchiha antes de desterrar a alguien utilizaban el Sharingan por si quería soltar información sobre ellos, la más mínima información que dieran les provocaría pesadillas continuas que te harían estar días sin poder dormir correctamente y cuando crees que ha acabado vienen las alucinaciones, hasta matarte. Eso es realmente peligroso.

    Juugo apareció en el pasillo— ¿Sabes dónde está Naruto? —le preguntó el chico de cabellos anaranjados.

    — Creo que estaba de caminó, la última vez que lo vi estaba con Sakura porque no comía bien y le tuvo que poner una dieta para que regulara su masa muscular, bla, bla. Lo entiendes ¿no? Puede que aun esté con ella.

    — Chicos —dijo Naruto apareciendo con Sakura— ¿Ha contado alguna cosa?

    Justo en el preciso momento en el que todos se encontraban frente a la puerta Karin abrió la puerta sonriente.

    — Oh, adivinad quien ha cantado —dijo con voz socarrona y con una sonrisa escalofriante.

    — Imposible… —era imposible que un renegado hablara sobre el nido. Era exponerse mucho, en ese momento Suigetsu temió un poco a Karin.
    — ¿Qué es lo que ha dicho?

    — Dime lugar.

    — ¿Cómo lo has hecho?

    Las preguntas rondaban el ambiente pero Karin estaba saboreando su momento de gloria hasta que acabaron las preguntas — Me lo dijo todo —al decir las palabras se fijaba en Suigetsu. Este le mira con el ceño fruncido —Me dijo que el nido está en la otra parte de la ciudad llegando casi al pueblo vecino. Las montañas que la rodean son en realidad casas de cambiaformas y en lo alto de ese lugar está el nido principal.

    — ¿Y Sasuke? —preguntó Naruto.

    — Me dijo que sí, que había vuelto con su familia pero que es lo poco que sabía de eso. Le pregunté por la casa dónde vivía y me dijo que no me lo podía decir. Pero lo dejaré descansar un rato y enseguida hablará más. Seguro que le entran ganas—dijo orgullosa limpiándose polvo imaginario de las uñas.

    Naruto quiso entrar en la habitación para hablar con el cuervo pero Suigetsu se le adelanto— No hay nadie —dijeron ambos sorprendidos

    Karin les quitó de delante entrando ella— es imposible. ¿Cómo ha salido?

    — Sakura avisa a los guardias —dijo gritando Naruto— yo comenzaré a buscarlo.

    La mujer de cabellos rosa enseguida se puso de camino.





    La hora de cenar llegó a la casa de los Uchiha. Como en los días anteriores Sasuke comía en silencio. Si no fuera porque de vez en cuando algún miembro de su familia le hablaba no sabrían ni que estaba en casa. Su padre paró de cenar y comenzó a mirarlo pero él seguía comiendo ignorándolo.

    — Sasuke… —dijo la madre.

    — Ya sabemos que te acoplaste con un zorro —soltó el padre, no supo clasificar el tono con el que lo decía. Eso hizo que Sasuke dejara su comida y le mirara.

    El azabache estaba preparado para esa ocasión, sus padres no le dijeron nada sobre su olor a zorro en los anteriores días, eso le extraño pero en su mente pensaba que los había decepcionado tanto que buscaban información para saber si era cierto. Estaba listo para el sermón.

    — Oh, cariño… —Mikoto se levantó de su asiento y se colocó a su lado tocándole la cara— te has mirado en algún espejo— No, él no lo había hecho. No quería ya sabía que estaba demacrado. Se pasaba las noches sollozando intentando no llorar, algunas comidas que comía las devolvía por el estrés. En su vida se imaginó que estar separado de su pareja de acoplamiento sería tan duro— tienes los ojos rojísimos, y tu hermosa piel parece enferma.

    — Hijo —oyó a su padre. Se gira para mirarle. Y sin saber cómo su padre le estaba abrazando— está bien, tranquilo… —le acariciaba la cabeza. No sabía desde cuándo pero tenía unos pucheros en sus labios, estaba sollozando. A quien quería mentir después de intentar prepararse para el sermón temió que sus padres le odiaran.

    — Seguro que te está buscando. Los cambia formas zorros son muy posesivos con sus parejas. Y la mordedura que tienes es como un anillo de bodas —dice su madre acariciándole la cara— enhorabuena por tu pareja, hijo.

    Sasuke se sentía extraña amaba a su familia pero quería estar con Naruto.

    — Lo quiero, lo quiero mucho —dice, al fin, Sasuke. ¿Qué hago? —Mira a su padre. El hombre pasa la mirada a su mujer, ella asiente la cabeza.

    — Esa es tu pareja, por caprichos del destino es un zorro. Pero si es esa la persona a la que amas y te hace feliz, estoy de acuerdo. Te seguiremos queriendo.

    Ambos aún estaban con el abrazo— gracias…— no sabía muy bien su todo era enserio. Pero al ver a su madre, lo vio, era en serio. Lo decían de verdad— yo también los quiero.

    — Muy bien. Hermano menor idiota, vamos, te acompañaré hasta mitad de camino. Solo hasta la mitad porque si me ve tu pareja me intentará matar por obligarte a ir y no queremos que él salga herido

    Sasuke se tragó un “él es más fuerte” para mostrar solo una sonrisa.

    — Vamos hijo, te ayudare con la maleta —le dijo la madre.


    Sasuke no quiso llevarse una maleta solo una mochila con alguna de sus cosas. Ya que quería darse prisa, irían volando.




    Naruto seguía el olor del señor del interrogatorio. Pudo notar que no cambio a cuervo para salir huyendo, Sakura le llamó diciéndole que iban de camino, él le indicó donde estaba y que continuaría. La mujer aceptó dándole buena suerte.

    Naruto podía oler el aroma más fuerte, ese cuervo iba a decirle donde estaba su pareja. Lo haría hablar de cualquier manera y si eso significaba que lo hiciera sufrir hasta casi morir. Calculando las distancias ahora se encontraba al otro lado de la ciudad, había recorrido bastante territorio, pronto llegó a un claro.

    Sí, ahí se encontraba el cuervo pero parecía extraño. Lo vio cuando lo trajeron y parecía una persona normal pero ahora estaba tumbado en el suelo moviéndose como una serpiente dirigiéndose a un árbol cercano.

    — ¡¡NO!! ¡No, yo no fui! ¡No! —El hombre gritaba con una voz desgarrada— ¡NO, FUERA! ¡Fuera! —ya se encontraba de pie miraba el suelo intentando darle a alguien con la palma de su mano.

    Naruto lo veía confuso pero el hombre de repente calló y se puso de pie como si estuviera lucido. Naruto iba ir hacía el pero aquel hombre le comenzó a atacar poniendo sus manos firmes y alargando sus uñas. Naruto ya lo había visto cuando Sasuke le atacó al conocerse. Pudo esquivarlas. El señor daba golpes poco certeros, Naruto intentó darle varios golpes pero el hombre los esquivaba con facilidad, es en ese momento cuando se dio cuenta de que no fue buena idea salir solo y sin armas.

    Podría transformarse en zorro y atacarle, pero es que su animal estaba inestable porque no encontraba a su pareja, si dejaba salir a su animal iría a buscar a su pareja y no pensaría las cosas con claridad. Solo podía atarle en su forma humana.

    El hombre le volvió a atacar con un directo a la cara, Naruto pudo esquivarlo agachándose. Aprovechando el espacio que dejó el hombre al hacer el ataque, le golpea en la cara. Alejándole tirado en el suelo a cierta distancia.

    El hombre intentó cambiar a su forma animal, Naruto estaba preparado para atarle otra vez pero no para lo que vio, aquel hombre no cambió por completo. Había partes en el que aún eran humanas. Una de sus alas era un brazo con astillas y con alguna que otra pluma, una de las patas era completamente humana. La cabeza, de menor tamaño que el resto del ser, era una mezcla de ambas especies dándole un aspecto grotesco de algo inimaginable: parte del labio superior era un pico, el iris de sus ojos era de color carmín y las formas totalmente redondas y no rasgadas, las plumas acompañaban haciendo per partes oscuras en la piel. Parecía que intentaba decir alguna cosa y solo salía medio rugidos y gritos. Y lo peor no era el aspecto si no el tamaño en el que se convirtió, serían unos dos metros y medio de altura.


    Naruto se aleja unos pasos atrás ya que la altura no hacía mella en su rapidez. Aquel ser extraño corría hacía él. En cierto modo le daba miedo. Los gritos que daba inundaban sus tímpanos, tenía que taparse sus oídos ya que le resultaba insoportable. Cae al suelo. El sujeto estaba llegando a él. Su pulso se aceleraba. Se suponía que el equipo de búsqueda tendría que estar cerca de él.

    Todo se volvió oscuro, la luna fue totalmente tapada, podía oír el fuerte batir de alas que hicieron callar al cuervo deforme. Abrió los ojos y vio como un cuervo de negras plumas hacía frente contra el deforme.

    Al parecer le había tirado una especie de mochila deportiva a su cabeza. Ambos continuaban luchando mientras Naruto los observaba. Al principio no hizo nada, pero al poco rato notó como el olor del cuervo se hizo familiar, muy familiar.




    El equipo de búsqueda se encontraba formado por: Kiba y su hermano, Sakura, Shikamaru, Kakashi, Suigetsu, Karin y Juugo. Hace pocos segundos todos pudieron oír claramente un rugido. Reconocían el rugido de su amigo. No sabían lo que estaba pasando. Podía ocurrir cualquier cosa. Sakura se estaba maldiciendo por haber dejado que Naruto fuera solo, ni siquiera vio si tenía alguna arma.

    — Vamos, deprisa —decía ella. Posicionándose delante de todos.

    Los rugidos y gritos les indicaban en qué dirección ir pero todo se silenció de golpe. Todos frenaron más que nada por haber oído antes el sonido de algo romperse. Todos ahí presentes levantaron los morros y comenzaron a correr hacía la dirección donde olía a sangre.

    Volvieron a frenar cuando lo primero que vieron, al llegar, fue al cuervo deforme con la miraba en ellos. Todos alzaron su arma apuntándole. Otra vez el sonido de algo rompiéndose. La cabeza de aquella cosa calló al suelo rodando un poco.

    Sakura comenzó a inspeccionar el terreno.

    — Ahí está —dijo con voz calmada, cambiando el arma a una paralizante.

    Naruto estaba en su forma de zorro, estaba de espalda a ellos. Era una animal enorme. Sin duda sobrepasaba los dos metros y sus nueve colas lo hacían parecer más enorme. Parecía estar lamiéndose así mismo. Sakura se preocupó por si tenía alguna herida profunda.

    — ¡Naruto! ¡Me oyes, soy Sakura! —decía la muchacha intentando comunicarse con su amigo.

    El zorro al ver acercarse a muchas personas, comenzó a gruñir colocándose sobre sus cuatro patas. Al levantarse los presentes pudieron ver que era lo que estaba lamiendo. Era un cuervo, estaba lamiéndolo, lo protegía. Era Sasuke.

    — ¡Naruto! ¡Somos amigos! —grito menos fuerte para que el zorro no se sintiera amenazado. Ella había tratado con el instinto de zorro con anterioridad, pero solo para que no se llegara a cambiar, no cuando estaba en forma de zorro. Por eso sentía temor.

    Kakashi probó suerte haciendo lo mismo que Sakura pero tampoco hubo efecto en el zorro que comenzaba a mostrar sus dientes, amenazándolos con que se fueran si no querían morir.

    Una extraña luz oscura se hizo a un lado del zorro. El zorro se giró hacía la luz y olisqueó al hombre que se veía, comenzó a lamerlo. Había una herida en el hombro del hombre. Ahora el grupo de personas sabía que era Sasuke y estaba malherido.

    — Sasuke, pide a Naruto que cambie —dijo Sakura.

    Sasuke pudo oírle— Naruto, me oyes. Soy yo, Sasuke —dijo acariciando el hocico. El animal aún estaba lamiendo la herida— Vamos.

    El animal se apartó un poco y comenzó a cambiar. A pesar de que ahora humano, continuaba lamiendo la herida.

    — No para de salir sangre —le dijo preocupado. Giro la cabeza y puso ver a sus amigos— ¡Sakura, Sasuke herido!

    La mujer no le dijo nada y solo fue hacía ellos corriendo. Nada más llegar pidió a Sasuke echarse al suelo.

    — Tienes incrustado algo. Tengo que quitártelo ahora, si no llegaras hasta la coalición. Lo comprendes —Sasuke asintió — Karin extiende todos los utensilios.

    La pelirroja así lo hizo. La mujer de cabellos rosados le echó un líquido translucido a la piel del herido— te anestesiara el lugar. —Karin le pasó unas pinzas de tamaño medio. Sakura portaba una linterna en la boca con la cual veía el interior del pequeño agujero en la piel— lo tengo —dijo Sakura. Pero el resto no pudo entenderla hasta que sacó una especie de garra pequeña.

    Karin comenzó a hacer la limpieza en la zona y coser la herida. Sakura se dirigió a Naruto que se había colocado su ropa.

    — ¿Cómo está? —preguntó rápidamente. Antes se encontraba alejado para que no interfiriera en la operación.

    — Está bien. No paraba de sangrar porque tenía una cosa incrustado en su ser. Pero ahora está bien. Se pondrá. Tranquilízate y alégrate de haber encontrado a tu compañero —decía la mujer para animarle— Vamos —le estira para llevarlo donde está su pareja.
    Al llegar Karin ya había acabado de poner la gaza para tapar la herida.

    — ¿Por qué tiene sangre? No habías dicho que está bien —le replicaba a Sakura.

    — No es sangre, no todo, le he puesto desinfectante. El desinfectante tiene ese color —respondió Karin por Sakura.

    — He llamado a la coalición. Enseguida traerán unos vehículos para llevarnos de vuelta y una ambulancia para Sasuke.




    Sasuke se despertó en algún momento había perdido la conciencia, ahora estaba viendo un techo de color blanco. Había un peso a un costado. Se gira y ahí estaba su pareja.

    — Naruto… —su voz estaba algo ronca. No sabía cuánto tiempo estaba en ese lugar, pero tenía la garganta seca— agua —pidió. Movió un poco a Naruto. Este roncaba— ¡Naruto! —le grita.

    Y por fin se despierta. Naruto al principio estaba medio .adormilado, no era muy consiente.

    — Quiero agua —volvió a repetir Sasuke con la voz algo mejor.

    Naruto lo miró con sorpresa y con una enorme sonrisa en su rostro— Sasuke —con movimientos poco coherentes comenzó a servir agua en un vaso que había en la mesilla, al lado de la cama. Le pasa el vaso temblando— Sasuke…

    El nombrado bebe el agua con tranquilidad y le vuelve a dar el vaso— Estás horrible ¿qué te ha pasado? —dice el moreno preocupado.

    — No estabas y me sentí…

    — Traicionado —acaba la frase por Naruto.

    Un pequeño silenció se hizo.

    — Perdóname —dijo Sasuke.

    — Ya sé que no querías irte. Suigetsu me lo recordaba cada dos por tres. Había veces que lo pensaba pero… yo no quiero estar sin ti.

    Sasuke sonrió— ¿Me das un beso? —Antes de completar la pregunta Naruto ya le estaba besando.

    — Nunca, nunca te separarás de mi otra vez —mataré a quien te intente alejar de mí —a pesar de que la amenaza era en serio Sasuke la aceptó. Nadie lo separaría de nuevo.

    FIN

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    Muy bien aquí se acaba. U.U Nos vemos en setiembre, o antes, con la siguiente entrega. Muchas gracias a las personas que leyeron y comentaron el fic ^o^
     
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    Chocolate :D y viva México y simpre ayudamos nuestra gente
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    Me encantó espero la conty^W^
     
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  11. RedParadiseYaoi
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    Buenas a todas y todos :D Vengo a mostrarles el segundo fanfic de la serie "cambiaformas vengativos" es ItaDei.

    Resumen: Deidara, halcón cambiaformas de una aldea cercana a las montañas del norte del país. Había huido del nido de Oonoki al ser acusado por haber ayudado en el ataque de los cuervos. Deidara sabía que él no había sido ya que no tenía ningún recuerdo sobre el suceso pero eso cambio cuando le acusaron con los testimonios de ciudadanos moribundos. Pudo huir pero estuvo a la deriva por unos meses hasta que tuvo que entrar en aquella vida a la que a los demás solo les gusta ver en las peliculas.

    Ya más acostumbrado a aquel tipo de vida escucha acerca de una ciudad costera donde hay una gran población de cuervos cambiaformas. En el momento recordó la frustración e ira que sintió al ser tratado en esa forma por culpa de los cuervos. Por ello decide tomar venganza, encontrar aquel ser que lo manipuló, es lo único que creía lo que podían haberle hecho, y matarlo, matarlo de la manera más horrible que se le ocurriera. La desgracia de la venganza es que lo único que recordaba es el aroma de aquel cuervo y que aquel cambiaformas olía a pareja. Una pareja que tenía que ser suya.

    enlace: Mundo yaoi, amor yaoi

    Nos vemos ^u^
     
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  12. RedParadiseYaoi
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    OMAKE 1: EL PRIMER ENCUENTRO

    El viento frío del otoño era agradable, le movía los morenos cabellos de un niño de no más de 12 años, dejando sus mejillas heladas. Se puso en pie en la rama del árbol, inspiró fuerte dejando que el frescor entrara en él, pero no solo el olor del bosque entró en sus fosas nasales. Alguien había invadido su territorio. Bajó de la rama para ir a por el intruso, por el camino sacó dos cuchillas de sus muñequeras, aun no podía sacar sus garras porque era un niño pero con esas dos cuchillas le bastaba, estaba muy por encima de sus congéneres de su edad. Pronto encontró al intruso. Se trataba de un zorro, lo podía oler, pero le sorprendió ya que era un niño y no tenía por qué tener un olor de zorro tan fuerte, al igual que él, hasta los 25 no tendría olor a su animal hasta entonces olía a humano y a sus padres.

    Se acercó sigiloso mientras veía como el zorro entrenaba atacando a las raíces de los árboles, le hacía gracia, parecía un perro. Mordía la raíz y después retrocedía como si esperara que el árbol se quejara y lo apartara. Un gruñido, el zorrillo emitía un gruñido cuando miró a donde estaba, no vio a nadie porque se pasó a otra rama pero el pequeño se giró de nuevo y lo, le miraba intensamente.

    — ¿Quién eres? —preguntó el zorrillo con una voz aguda infantil.

    Lo había olido a pesar de que estaba a bastante distancia. Se hizo el valiente y bajó de la rama para dar cara por su territorio. A simple vista era más bajo que él, eso lo hizo sentirse superior.

    — Más bien, ¿Quién eres tú y que haces en mi territorio? —le dijo altivo.

    — ¿Tú territorio? No digas tonterías este es MI territorio —tenía una rabieta— he estado aquí desde hace mucho tiempo.

    Sasuke, mientras el otro hablaba y se quejaba, le olisqueo un poco por encima. Sin duda el olor ya no era tan potente como antes, ahora no era más que una brizna de sensación, podía camuflarse perfectamente con los otros olores que llevaba encima.

    — ¿Por qué hueles así? —le preguntó sin tapujos.

    El otro dejó de hablar y lo miró extrañado acto seguido se olisqueo a sí mismo— yo no huelo nada raro.

    — Olías a zorro.

    — Es que soy de una manada de cambiaformas zorro.

    — No por eso, idiota, el olor venía de ti. Hasta los 25 no desprendemos nuestro olor animal.

    — ¿Eh? —Le miró como si le hubiera hablado chino, pero lo dejó pasar— eres bueno olisqueando, ¿Qué cambiaformas eres? ¿Un lobo?,
    ¿Una pantera? Dime.

    El pequeño chico de cabellos negros no contestó, a su corta edad ya sabía perfectamente que a los otros cambiaformas no les gustaban
    los cuervos. Seguía sin saber el porqué de ese hecho.

    — Hueles bien —el zorro le estaba olisqueando muy cerca. Se había cansado de esperar la contestación— tienes olores que no he olido antes, son agradables —sonreía mientras continuaba olisqueando sin violar el espacio vital del otro— aunque hay un olor que no es muy agradable aunque es muy pequeño —lo último lo dijo con una muesca de asco.

    El moreno enseguida pensó en que era la esencia de cuervo de sus padres, los otros olores podrían ser los de las plantas que dio a su madre esa mañana u otras cosas del bosque.

    — ¿Por qué no lo adivinas? Yo he adivinado el tuyo muy fácilmente —lo dijo con una media sonrisa superior aunque lo hizo para no tener que decir que era un cuervo. No le avergonzaba ser un cuervo pero el chico le resultó interesante por aquel aroma y quería saber más.

    — ¡¿Qué?! ¡Por supuesto que lo adivinaré! —alzó un puño en alto dándose apoyo a sí mismo.

    — Muy bien, ahora lárgate. Este es mi territorio.

    — Es mío, ya te lo he dicho —ambos se pusieron a mirarse a los ojos, la mirada se volvía profunda, ninguno de los dos pestañeaba— ¿Vas a hacer algo ahora? —preguntó el zorro.

    — Ohm… no —respondió sorpresivo por el cambio de tema.

    — Me llamo Naruto, soy un cambiaformas zorro, ¿Y tú? —le tiende la mano en frente del otro muchacho

    — Soy Sasuke y tienes que adivinar que cambiaformas soy, Naruto —agarra su mano.

    — Tc’ Casi. Bien Sasuke, entrenemos juntos. Tengo que hacerme alguien fuerte así podré proteger a Sakura cuando seamos pareja —dijo sonriente.

    Sasuke no entendía eso, ¿Acaso ya sabía que esa chica era su pareja? ¿Proteger una pareja? Nunca lo había pensado, a lo mejor él también tendría que proteger a su pareja. Sus padres siempre era muy pegajosos y ellos no pasaban mucho tiempo separados a pesar de que ambos tenían misiones. Igualmente esa era una buena oportunidad de ver que tan bueno era con otros cambiaformas.

    —Bien, pero qué me darás cuando gane —eso molesto a Naruto.

    — ¡Yo te ganaré! ¡Y el premio será el territorio! —gritó el rubial.

    — Bien comencemos —Sasuke había guardado las cuchillas en su muñecas, solo pelearía con sus puños al igual que el otro.

    — ¡Prepárate para morder el polvo! —respondió el oponente poniéndose en una posición de combate similar a la de un zorro. Agachó su cuerpo poniendo sus extremidades en el suelo e impulsándose con sus piernas, similar al salto de un zorro, corrió hacía Sasuke que saltó enseguida cuando notó como lo iba a atacar.

    — Demasiado lento —le picaba el chico de pelo moreno y lo conseguía porque el otro se ponía furioso.


    Al cabo de pocos minutos pudo derrotar al zorro sin problemas, ya que Naruto solo daba golpes al aire y no a él y no era porque fuera lento sino que los sentimientos de rabia le cegaron.

    — Maldita sea, ¿cómo me has podido ganar? —Naruto estaba tumbado en el suelo y en su espalda estaba el moreno. Sólo produjo una pequeña risa. Se levanta de encima de él, aún no era tarde pero ya se había ido demasiado tiempo de casa, seguro estarán preocupados por él.

    — Ya te he ganado, así que este territorio es mío. Así que lárgate.

    — No, ¡quiero la revancha!

    Sasuke le miró molesto— te he ganado, y lo dijimos antes, el territorio es mío.

    — ¿Acaso tienes miedo a que pueda derrotarte? —picó el rubio al moreno.

    A Sasuke le molestó ese comentario y estaba listo para pelear otra vez.


    La tarde se fue en un santiamén y acabó con los dos chicos agotados. La respiración de ambos era acelerada, el rubio al parecer no era tan poca cosa. Sin duda es más fuerte que los cuervos con los que había luchado en su nido, incluso pensó que estaban en el mismo nivel. Pero verlo más pequeño que él le hacía sentir mal, seguro que era más pequeño que él y ya estaba a su nivel.

    — Está bien. Esto es un empate pero ya verás que te venceré en la próxima, Enano —Sasuke quiso molestarle antes de subirse a una rama del árbol más cercano y marcharse. El rubio se quedó berreando en el suelo mientras se iba el otro.

    Al día siguiente de igual manera los dos comenzaron a pelear él uno contra el otro en duelos que acaban siempre en “empate” y quedaban a un día siguiente para desempatar. Así llegó a pasar un mes entero.

    — Sabes dentro de unos días cumplo 13 años —dijo el rubial cuando habían acabado de pelear.

    — ¿13? —Sasuke se siente dejando de descansar— ¿Vas a cumplir 13? Yo en julio cumplí los 12. Creía que eras más pequeño que yo.

    — ¿Qué? —el rubial le mira enfadado— soy bajo porque no he acabado de crecer. Cuando llegue mi cambio creceré más rápido. Me lo ha dicho mi madre— dice lo último con unos pucheros y susurrando.

    — ¿Vas a esperar hasta los 25 para crecer? —Sasuke se rio de Naruto.

    — No a partir de mis 13 años ya podré cambiar a un zorro —enseguida rebotó al sentir que se burlaba de él.

    Sasuke dejó de reírse— ¿Los zorros cambian a su parte animal a partir de los 13?

    Naruto iba a contestarle pero se acordó que su madre le había prohibido hablar de qué tipo de zorro era ante nadie, solo los más cercanos sabían que la alfa tenía un hijo. La guerra entre varias coaliciones no había acabado y no querían que lo raptara. Eso sería lo de menos, lo importante era que nadie supiera de él porque su madre lo tendría castigado mucho tiempo.

    Imaginando su castigo negó con fuerza su cabeza.

    — ¿No, qué? —Sasuke seguía esperando su respuesta.

    — ¿Eh? Nada, sí hasta los 25. Me tengo que ir a casa. Nos vemos mañana —evitando cualquier contacto visual con moreno se marcha.

    El otro solo lo vio marcharse sin hacer nada.


    Naruto llegó a su casa, sus padres no estaban muy pendiente de él pero a él no preocupaba sabía que le querían. El que si le vigilaba era su hermano, pero era un vago, así que él se aprovechaba para entrenar.

    – Hey, Naruto —Su hermano mayor, Kakashi, se acerca a él y le sacude el pelo— Te estaba a punto de buscar.

    — ¿Para qué?

    — Papá y mamá quieren hablar contigo— como respuesta el otro solo hizo un puchero pensando que le reñirían por haberse ido a entrenar solo.

    Los dos caminaron a pasa lento hacía el despacho provisional de su madre. Nada más entrar veía como sus padres estaban haciendo papeleo y hablando con algunas personas sobre establecer una alianza con una aldea de leones o algo así.

    — Naruto ya estás aquí —su padre fue el primero en darse cuenta.

    — Mi niño — deja los papeleos y va abrazarle— pero que mono eres, has visto que cosa tan pequeña y hermosa en nuestro niño Minato.

    Todos los presentes en la sala veían la escena sin decir nada, Kushina no iba para actriz.

    — ¿Mamá qué pasa? —ni siquiera Naruto era tonto para no darse cuenta de que algo quería su madre.

    — Demasiado obvio —se pone en pie— verás hijo, ya sabes que vas a tener tu cambio cuando cumplas los 13 por eso… no podrás celebrar tu cumpleaños con tus amigos.

    — ¡¿Qué?! ¿Por qué? ¡Yo quiero celebrarlo con ellos! Así podré saber si Sakura es mi pareja y mostrarle mi increíble cambio a zorro.

    Su madre suspiró. Sabía que tendría que haberle dicho todo esto antes, pero con los papeleos poco tiempo tenía.

    — Hijo… en el primer cambio los descendientes del zorro Kyubi es diferente a los otros zorros porque… bueno, es diferente y es mejor que no haya mucha gente alrededor.

    — No lo entiendo... —el infante bajó la cabeza

    — Puedes hacer daño a alguien porque no vas a poder controlarlo —Esta vez fue el hermano quien habló.

    — ¿Es en serio?, Kakashi. ¿Mamá? — Naruto miró preocupado a sus familiares.

    — No te preocupes, yo estaré contigo y no dejaré que hagas nada de lo que te puedas arrepentir. Ahora tienes que descansar saldremos mañana por la tarde.


    Naruto salió del despacho, estaba cansado pero no quería dormirse, no entendían bien cómo podría hacer daño a alguien, las pocas veces que vio a alguien por primera vez estaban aturdidos. Parecían animales pero al minuto eran conscientes de ellos mismos. ¿Por qué el suyo había de ser diferente? Era injusto.

    Cuando estuvo tumbado en su cama, listo para dormir, se recordó del nuevo amigo que había hecho, no sabía qué tipo de cambiaformas era aún, le caía bien. Le hubiera invitado a su cumple y así sus padres le conocerían y sabría qué tipo de cambiaformas es. Sus planes estaban frustrados y tendría que esperarse después de su cambio para poder verlo...

    Se sienta de golpe en su cama.

    No lo vería, no había caído en que no lo vería. Ellos se veían algunas veces a la semana pero el otro aprovechaba esos días para entrenar en solitario pero ¿cuándo tiempo pasaría él para volver a casa? Su pequeña cabeza iba a mil. No quería estar mucho tiempo fuera. Y si se iban pronto volverían pronto es de lógica.

    Se pone en pie y sale corriendo de su habitación y se dirige hacia sus padres, podía olerles y sabía que aún estaban en aquella habitación que hacía de despacho. Al llegar a la puerta nota que esta estaba cerrada, eso significaba que no querían que los molestaran. Haciendo un puchero para sí mismo se volvió a su casa, se lo diría por la mañana.


    La mañana llegó y el pequeño rubial estaba en su cama durmiendo como él solo dormía, en posturas más que raras. Su madre ingresó en la habitación y vio a su hijo, se rio al ver como tenía sus pies en la almohada y estaba totalmente cubierto y solo se veían sus pies.


    — Venga, tenemos que irnos — dijo la madre mientras despertaba a su hijo.

    — Sí… —Naruto se movía automáticamente a mandatos de su madre, cuando ya era consciente de lo que ocurría ya estaba en el coche.



    Esa misma tarde Sasuke se dirigió al lugar de costumbre, estuvo ahí toda la tarde esperándole, incluso preparó unas piedras para tirarle por su tardanza. No llegó, al día siguiente lo mismo, así hasta cinco días. Sasuke estaba decepcionado, no sabía por qué no venía su amigo y se enfadó consigo mismo por esperar algo de otro cambiaformas.
    Volvió a su casa por encima de las ramas para olvidar esas semanas que pasó con aquel niño rubio y no volverlas a recordar más.





    Un golpe es dado en las costillas de Naruto consiguiendo que se despertara de su relajante sueño con fuerte dolor.

    — Maldito —dijo un chico moreno que estaba a su lado.

    — ¿Qué he hecho? —preguntó el rubio al recuperar un poco su aliento, poniéndose en posición fetal.

    Sasuke se levantó de la cama y se dirigió al sofá que había saliendo de la habitación. Naruto lo vio irse y fue tras él agarrando su abdomen

    — Sasuke…

    — Me he acordado de cuando era niño, yo me acerqué mucho al territorio de la alfa. Tú estabas entrenando.

    Sasuke le miraba con una mirada furiosa, no había sentido esa rabia y decepción desde aquellos días.

    — Sí que me acuerdo —tosió— de esos días. Me parecías maravilloso, quería hacerme más fuerte que tú. Quería superarte y después… —se sienta al lado de Sasuke algo avergonzado por sus palabras.

    — ¿Por qué no me dijiste nada? —empuja a Naruto alejándolo del sofá. Se sentía infantil pero es que lo que tenía ocurrió durante su infancia.

    — La primera vez que te tuve cerca dude si eras tú pero mi animal sí que lo sabía y no pude evitar hacer aquello. Y si te lo hubiera dicho antes me hubieras dado una paliza peor —se soba la parte adolorida— duele, ¿sabes?

    — Tendrías que haber asumido la paliza como se debe no guardártelo —Sasuke estaba con los brazos cruzados mirando de mala gana a Naruto.
    — Puedo hacer algo para compensártelo… — se agacha fuera del sofá y se pone entre las piernas de Sasuke.

    — Tendrás que hacer algo más que eso —su mirada cambio, ahora aparte de furia mostraba deseo— algo con ese culo tuyo —le acaricia la cabellera rubia mientras se acerca más a él.

    — Todo lo que quieras.


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    Pondré un Omake cada vez que acabe con una pereja ;D Nos vemos
     
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