EL VUELO DE UNA LIBÉLULA

Esta es la historia de dos jóvenes que su encuentro estaba sellado por una cicatriz, que su amistad revelaría un amor puro y que este se expresaría como el vuelo de una libélula.

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    Aprendiendo Yaoi
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    Un cielo gris, unas nubes lentas en su caminar y un viento tibio y silencioso, la primera gota cae justo sobre la espalda de una libélula de colores negro y azul con unas pequeñas manchas blancas que parecían una cicatriz en su figura. Sus alas emprendieron vuelo tras sentir el amenazante frio de aquel líquido del cielo. La lluvia empezaba su baile solitario en la ciudad solitaria que miraban aquellos ojos cristalinos de aquel insecto que con vuelo presuroso pasaba sobre el pequeño jardín de una casa en un balcón solitario, también pasó justo sobre las luces de un semáforo detenido en rojo. Descendió hacia el anuncio de un restaurante de comida tradicional japonesa, allí tomó un descanso bajo la sombra del toldo para después volar nuevamente hacia el asfalto gris de una carretera vacía y sin movimiento. Las gotas de la lluvia eran bombas para el insecto que luchaba para llegar a su destino. Pudo llegar con aleteos torpes al auto negro fuera de un edificio de 6 plantas, un edificio grande para la libélula. Se posó sobre el parabrisas del auto de lujo, allí se podía reflejar en un borroso resbalón de la lluvia que la obligaba a volar nuevamente en busca de un refugio placentero.

    Subió a duras penas sobre los cristales de aquel edificio, sus torpes pasos en vuelo los reproducían aquellos cristales oscuros que terminaban con una azotea de piso blanco y barandales color plata, allí había una silla de escritorio negra totalmente empapada por la lluvia así como la laptop sobre esta. La sombrilla que debería cubrirles se había caído al suelo, ahora ni la libélula podría cubrirse.
    La pobre hizo un último esfuerzo para entrar por una ventana semi abierta de aquel edificio, al entrar se topó con una oficina, entró por el conducto de ventilación y descendió hasta hallarse en la bodega de auto-partes, pasó por los anaqueles y demás departamentos hasta llegar a una pequeña oficina abandonada por la humanidad, allí se dejó caer sobre un libro con temática de “parabrisas” abierto, allí sacudió su cuerpo cansado y débil para nublar su vista en la completa oscuridad de un sueño.



    <<el VUELO DE UNA LIBÉLULA>>
    POR: Matialvy Dos Santos



    CAPÍTULO 1: EL LIBRO MOJADO.






    Imagínate que todos los días debes levantarte muy temprano para llegar a tu trabajo a tiempo: 30 minutos a pie, 1 hora y medía en el primer autobús y otra hora en el segundo, no me gusta el metro ¡Siento que se me irán las tripas! Además que… no sé… ¡Simplemente prefiero el bus! Frustrante ¿No? pero… es que tener mi trabajo prácticamente al otro lado de la ciudad no eran mis planes pero… las oportunidades de trabajo están escasas como las energías que llevo, soy muy animado pero… tan sólo pensar que me espera otra jornada laboral pesada es frustrante, seguro hoy esos 2 estarán peor que siempre… comienzo de semana y un inicio frustrado me comienza a ahogar.

    El camino que sigo es largo pero siempre me entretiene, es algo que me hace olvidarme un poco de lo muy mañanero que despierto, aún el sol no sale casi es como la noche, un cielo pocamente aclarado. Más adelante en mi viaje el sol va saliendo y la gente uniéndose a mi en mi viaje a la ciudad. Vivo en una zona algo rural donde es normal ver gente con ropas andrajosas por su trabajo o por los bajos recursos que esta presenta, lo siento, Japón también tiene un lado pobre o mejor dicho carente de todo lo que los de ciudad llaman “vida”
    Estoy habituado a la gente que miro, ¡Pues la miro todos los días! Está la mujer que lleva siempre un bebé en brazos, no es su hijo lo que tengo entendido es un niño que se encontró en la calle, si, donde suelen dejar “Esas personas” a sus hijos, cuentan los vecinos que la mujer escuchó los llantos por dos días pensando que era su imaginación pero… en la noche del segundo día decidió ir a ver y encontró al pobre casi muriendo, es por eso que todos los días le dedica los mayores cuidados más que nada por que casi el bebé estaba al borde de la muerte. Está el anciano que también diario se levanta a vender sus artesanías en el centro, suele llevar su gran petaca ocupando dos asientos y un morral cargando con él, a aquel hombre le estimo mucho por que suele consentirme con un gustito mío que sólo él sabe bien tallar en madera, de hecho, ahora mismo llevo uno en mi pecho, je, je, je es mi amuleto. También está un hombre mayor que yo por supuesto que se encarga de su sobrino y de lunes a viernes le lleva a la escuela para luego irse a trabajar. Está también la mujer más bonita del bus, una mujer con seria mirada y un perfume que según me he podido fijar le fascina al señor del sobrinito que por cierto es mi amigo, es más chico que yo pero solemos pasar el rato en pura platica antes de bajar.


    -Mi tío está nuevamente mirando como tarado a la señora— Dijo el pequeñito de primaría que se fue a sentar a mi lado, je, je, es curioso, siempre lleva una bufanda sea la estación que sea.

    -Konohamaru, ¿No comprendes el por qué?— <<llevo casi desde mi adolescencia viendo como aquel hombre no se decide, bueno, es mentira pero ¡Es que nada más mirarlo y nada… bah! ¡Sientes que te haces viejo!>>

    -Más o menos, pero mi tío lo niega.

    -Ahh… a este paso se la gana otro.

    -¿A ti también te gusta la señora?

    -¡No claro que no!



    Por fin llegué a mi destino, después de un poco de caminar llego a la empresa donde trabajo: Refaccionaria y auto-partes “MADARA” una empresa de 6 pisos con un moderno diseño y ventanas más que otra cosa, para muchos es una empresa sencilla pero… no hay parte que no encuentres aquí. Realmente tiene de todo e incluso extranjeras no por nada es muy importante. Yo no tengo auto, como la mayoría de los empleados si pues no llevo mucho trabajando y el dinero no está mal pero… no estoy interesado en lujos ¡Aunque no lo crean tengo una casa modesta y agradable!

    Entro a la oficina donde claramente al cruzar esas puertas deslizantes me encuentro con un aire bastante crudo y si… huele a crudo ¡Estuvo buena la fiesta eh! Lo frustrante es que no me invitaron.



    -¡Buenos días!— Saludo con una amplía sonrisa, pero allí las 4 dependientas encargadas de atender sólo me miran un segundo y luego siguen sus vidas ¡Ja! Con esa cara no van a vender ni de chiste.

    -¡Buenos días señoritas!— Entró el primer cliente…

    -¡¡Buenos días señor!!— Dijeron las 4 con una sonrisa radiante ¡Dios! ¡Que profesionales! O… ¿Pasa algo aquí?


    Sigo mi camino rápidamente al checador de entrada ¡He llegado tarde! Bueno… con los 10 minutos de tolerancia creo que la eh librado. Me dirijo luego al área de oficinas donde no tengo escritorio fijo ni tampoco un lugar fijo, de allá para acá como siempre, bueno, uno se acostumbra. Al entrar me dirijo al escritorio de Sai, un chico de tez pálida, ojos negros inexpresivos al igual que su demás cuerpo, su corto cabello negro y sus gafas le da un aire de imponencia impresionante, esto es de ¡lunes a viernes!

    -¡Buenos días!— Sonrío animado tratando de romper la maldición.

    -… … … …


    Ni un grillo se escuchaba para aliviar la tensión… la maldición sigue.


    -… Ehh… mmm… — Sai ni siquiera me dedica una rápida mirada, nunca lo hace, ignorado por completo por este sujeto es como si yo no existiese— Oye Sai… ¿Y mi silla?— Ahora que voy cayendo en cuenta… ni siquiera mi silla del viernes está para mi ¿Cómo voy a trabajar? ¡Ah! ¡¿Dónde está mi laptop?! ¡Las carpetas de las aseguradoras! ¡Nada! ¡No hay nada! Busco entre las cosas y nada, Sai sigue sin mirarme, no ha parado de teclear en su laptop ¿Qué está haciendo?... Le preguntaré— Oye… ¿Qué estas haciendo?

    ---Fiiiiiiiiuuuuuu—el paso del viento.




    En fin, debo buscar mi silla, mi laptop y mis carpetas ¡Debo entregar el archivo de las actualizaciones de las aseguradoras! No puedo perder más tiempo: Salgo en busca de mis desaparecidas pertenencias ¿Dónde estarán? ¡Oh! ¡Ya sé! ¡Le preguntaré a Sakurita! ¡Si! Ella es muy inteligente, eficaz y hermosa <<¡¡Sirve que le voy a ver, el pretexto perfecto!!>>-- Me pensé y corriendo fui a su oficina unos cuantos pasos delante de Sai.

    Sakura es una chica muy bonita de cabello rosa pálido, unos espectaculares ojos verdes claros y una tez perfecta como la nieve blanca y rosadita en su mejillas, su cuerpo está bien para mi todo lo tiene a cantidades moderadas, la mujer perfecta.


    -¡Hooollllaaaa! ¡Sakuritaaaa!— Le saludé como a nadie suelo saludar, ella es la única.

    -¿Qué quieres Naruto?— Su mirada verde y fría congeló mis dientes, hoy no está de buen humor.

    -Eh… bueno yo…

    -Si no quieres nada lárgate, tengo mucho trabajo— Me dijo golpeadamente.

    -Sakura yo… Sólo quiero saber si sabes donde está mi silla, mi laptop y mis carpetas con las cuales estaba trabajando el viernes— Mi voz temblaba, su belleza y ese ceño fruncido me dilatan.

    -¡No! si es todo vete. — Me dijo cortante y directa, a mi pobre corazonshito se le hizo una hemorragia interna. <<¡Sakurita! ¿Por qué eres tan bella y fea a la vez? ¡¡Waahhh!!>>

    -Gracias. — Dije deteniendo la lagrimita.



    Salí de esa oficina, Sakura no es así todos los días, no, no es así, hoy está más enojada que de costumbre si, si, si nada más. Esas palabras vendaban mi corazonshito. ¿Ahora a quién le pregunto? ¿En dónde busco? Iré con Ino, Chouji y Shikamaru, ellos son más accesibles.


    -¡Hola chicos! ¿Han visto mi…?

    -¡Cállate la boca!— Gritó en orden Ino arrojando una carpeta al aire directo hacia Chouji que como de lunes a viernes se venía con sus golosinas, chicharrones con cueritos y patitas de puerco preparadas, se las comía con un gran placer que…

    -¡No estoy hablando! ¡Estoy comiendo! ¡Tú dedicate a lo tuyo!

    -Ahh… —suspiró Shikamaru— ¿Podrían calmarse ya? Me duele la cabeza con sus gritos.

    -¡¿Calmarme?! ¡¿Calmarme dices?! ¡Dile a este gord…!

    -¡Shhh!—Exclamó apurado Shikamaru, hasta yo sabía que esa palabra es un tabú.

    -¡¡¡¡¿QUEÉ?!!!! ¿¡COMO DIJISTEEEE!?— Chouji se levantó de su silla y tomando un par de carpetas comenzó a arrojarlas.

    -¡Te dije gordo, G O R D O!—Ino tomando otras carpetas se puso a la par de Chouji.

    -¡Ustedes van a acomodar!— Shikamaru salió de la oficina con un gran suspiro.


    Una tras otra caía al suelo desparramada, una tras otra volvía a las manos de uno o del otro para nuevamente ser arrojada y fue entonces que… ¡Allí están! ¡Esas son mis carpetas! ¡Las carpetas que busco! ¡Han estado guerreando con mis carpetas!

    -¡Oi… oigan esperen! ¡Esas carpetas son mías!— Intervine entre la lluvia de carpetas hasta que una me dio en la cara directamente, vi como un hilo de sangre salía de mi nariz al aire, caí al suelo como otra carpeta desparramado.


    No es que estas 3 personas sean malas y se lleven mal pero… ciertamente les envidio… preferiría compañeros así mil veces antes que a ese muñeco perfecto. Ellos están para cuando se necesitan y esto a penas es un juego para ellos pero… Sai… a Sai esto no le importa.
    Ino es una chica muy bonita y rubia que por cierto no se lleva bien con Sakura son algo así como “némesis” y Chouji y Shikamaru son tan buenos amigos que son todo lo contrario a Sakura e Ino. Mientras pienso esto voy recuperándome de mi noqueada veo el techo iluminado por una luz amarilla los gritos lejos y cercas de esos dos aún intercambiándose “carpetazos” mientras cada carpeta va pasando lentamente sobre mi de un lado a otro, puedo ver como sus hojas van “acucharandose” de todo aquel mal uso, para mí cada hoja de estas es como las alas de una ave.

    Al final recuperé mis carpetas, pero sigo sangrando de la nariz y a esos 2 parece no importarles ni su trabajo, pobre Shikamaru lo que vive todos los días ja, ja pero sigo envidiándolos.

    Fui directo a la enfermería donde rápidamente una Hinata preocupadísima me atendió, ella es una chica muy bonita, demasiado diría yo, su tono de piel blanco delata siempre su sonrojo en sus mejillas ¿Estará enferma o así es ella? Ella tiene un hermoso cabello negro azulado largo y perfectamente peinado. Sus ojos claros y lechosos la hacen única, ella me cae muy bien, se podría decir que es la única que se preocupa por mí en este lugar.


    -¡Naruto! ¡¿Qué te pasó?!— Exclamó horrorizada, la sangre no paraba— ¡Ven déjame ver!
    Hinata me llevó a sentar en la camilla y con delicadeza miró mi nariz enrojecida, la observó cuidadosamente y empezó a moverse entre sus cosas preparando el material necesario para hacer algo por mi, no sé de medicina ni primeros auxilios, nada, así que no tengo idea qué tanto me va a hacer.

    -No es nada grave— Sonrió nerviosa— Pero deberías tener más cuidado. — No sé si ya lo dije pero… Hinata tiene un cuerpo que… a cualquier hombre haría feliz, pero esta chica tiene una bondad mucho más grande que cualquier parte de su cuerpo.

    -Je, je, je— Me rio mientras me limpia la nariz con algodón, sus manos tiemblan así como toda ella ¿No que no es nada grave o por qué tiembla?


    Al salir de la enfermería me encuentro con el encargado de empaquetado, Neji primo de Hinata y con un gesto de mal humor se dirige a mi.


    -¡Hey Naruto!— Me grita.

    -¡Si!— Contesto, este tipo me da escalofríos con esas venas entre sus ojos cuando se enoja.

    -¿Qué diablos haz estado haciendo?

    -Eh yo…

    -¡Nada ¿verdad?! Ya vi que estabas con mi prima perdiendo el tiempo en vez de ayudarme a cargar unos parabrisas que me han pedido urgentes y tú ¡Holgazaneando mirándole los pechos a mi prima!

    -¡No! ¡No es verdad Neji! ¡No! ¡No holgazaneo! ¡De veras! Sólo estoy buscando mi silla y mi laptop para ponerme a trabajar pero nadie me ayuda…

    -¡A mi tampoco así que ayúdame tú!— Y como si no fuese ya suficiente esos ojos terroríficos, frunce el ceño y la boca y termino haciendo caso.



    Los parabrisas son uno de los materiales más frágiles, pesados, difíciles de empacar y acomodar para pedido, el último que estrellé era el parabrisas de un camaro que tiene muchos ceros en su precio, aún estoy pagando.


    -Bien Naruto— Dijo Neji al ver los parabrisas en su sitio, una camioneta con la seguridad necesaria para que lleguen con bien— Ahora repasaré lista de ellos para ver si están correctos. ¿Entendido?

    -¡¿Qué?! ¡Pero ya los acomodé! ¿Por qué no lo dijiste antes?

    -No me grites y obedece, aún acomodados se puede ver perfectamente el código así que anda y dime empezando por ese de ahí— Y señala el primero que acomodé ¡Ahh! Será un milagro si no rompo ninguno, si, será un milagro si logro tal hazaña… Neji me frustra.


    Como decía, los parabrisas son un frágil elemento que se debe envolver perfectamente en papel Unicef o cartón alineados de una forma que apenas y haya una separación y que por ningún motivo se muevan de su lugar soportando cualquier ajetreo. Cada parabrisas suele tener su modelo en una esquina ya sea superior o inferior en letras pequeñas y este código describe si es un parabrisas “sombra” es decir con sombreado oscuro o liso si es torna sol, blindado y también indica el modelo de auto al que pertenece si es un Bora, Yary belta, Tacoma, Samuray, corolla, Tiida, Sentra, Fiesta, Altima, Mustag, Toyota etc. etc. y muchos más.Argg… odio los autos.


    Después de un rato deslizándome entre tanto frágil cristal:


    -DW800B2… DV8660… FV3302… DD10498… DS200854… Son todos Neji— Dije con una amplia sonrisa y esté sólo guardo su tabla donde tenía la lista, se dio la media vuelta y se fue— De nada, de nada Neji— Resoplé moviéndome un mechón rubio del cabello.


    -¿Ya puedo llevarme esto? O ¿tú también formas parte del pedido?— Me dice una voz familiar la cual me eriza la piel por un momento mientras vuelvo mi vista hacia él, es Gaara, uno de los choferes de la empresa de ojos verdes muy claros y cabello rojo muy rojo, en el sol se le ve genial pero en estos momentos me mira irritado con el entre cejo sin cejas curvado. Sus ojos agua verde y profundos me intimidan.

    -¡Ah! Es… este ¡Si!— Me bajo de la parte de atrás de la camioneta y sonrío como un tonto, si, me siento como un tonto, es frustrante.
    Gaara no suele hablar mucho pero al menos me dedica una leve sonrisa antes de entrar a la camioneta y salir, parece que con esa sonrisita se soluciona todo.




    Sin darme cuenta ya es hora del almuerzo ¿Cómo pude haber perdido tanto tiempo? Bueno… ayudé a Neji y eso tomó su tiempo pero… ¡Mi silla y la laptop siguen sin aparecer! Les buscaré luego de comer algo.
    La cafetería es concurrida por todos en la empresa cada quien se junta con quien quiere y donde quiere, los lugares ya están apartados sólo hay una mesa donde suele comer Sai el cual ahí está sentado y solitario con su coctel de camarón, galletitas saladas, tostaditas fritas, verdura, etc. muy tranquilo ¿Lo intentaré de nuevo? … bueno, no le hablare sólo me sentaré.


    En cuanto hago eso, todavía no planto bien el trasero en la banca cuando éste se para, toma sus cosas y se va en completo silencio ¡Salió volando como si hubiese visto un fantasma! Ahí va el condenado, y lo que es peor la maldición del “no existe” sigue. ¿Another o qué?
    Termino mis sagrados alimentos, una torta hecha en casa de jamón y queso, sólo calenté y me serví un poco de café, hace frio. Tras terminar sigo mi búsqueda por mi silla y laptop por más que busco en todas partes no las encuentro.


    ¡¡ATENCIÓN!!— Dijo una voz masculina muy molesta para mi— Quien se haya creído que está vacacionando o que tiene algún privilegio dentro de esta empresa y al parecer fuera de esta pues tiene una silla y su laptop bien puestas afuera en la azotea de esta edificio favor de saber que se le multiplicará el trabajo de ahora en adelante. Atentamente: Gerente de la empresa Uchiha Sasuke.



    ¡¿Quéee?! ¡Mi silla y mi laptop!... ¿Qué? ¡No puede ser! ¡Yo no fui! ¡Maldito Sasuke Uchiha! ¡Debió ser él! ¡Lo único que quiere es que me vaya al cocol de aquí!

    Salgo de inmediato a verificar lo dicho y si… todos están burlándose mientras yo no puedo creer lo que veo, incluso hasta con sombrilla el muy descarado se encargó de acomodar ¡Maldito engreído!
    Ignorando las burlas y todo me dirijo a gerencia donde muy jactante se explaya en risotadas ¿Por qué siempre se fija conmigo? ¿¡Por qué no le hace la vida imposible a otro!?


    -¡Oye Sasuke!— Grité enfadado, él seguía riéndose sentado en su cómoda silla giratoria— ¡Te estoy hablando!


    -¡Respeto individuo de clase media! ¿Qué se te ofrece gana pan?— Respondió con una risita burlona— Si haz venido es por que quieres que haga algo por ti ¿No?

    -¡Si! ¡Quiero que dejes de meterte conmigo! ¿Podrías dejar de hacerlo?

    -No. — Dijo determinante con un gesto muy serio.

    -Aunque tú seas el gerente no eres el ¡Dueño!

    -Pero si tengo poder sobre ti aldeano— Defendió tranquilo.

    -¡Eso no importa!

    -Lustra mis zapatos.

    -¿Estás bromeando verdad?

    -No, no es broma, lustra mis zapatos o me veré obligado a decirte: “NA-RU-CI-EN-TA”

    -¡¡¡¡AHH!!!!— Exploté en cólera ¡Como odio que me llame así! ¡No soy su sirvienta ni hijastra!— ¡No soy cenicienta! ¡Ni tú eres mi madrastra! O tal vez debería llamarte ¡Sasumadre!

    -Está más original Narucienta, te queda a la perfección eres rubio y de ojos azules ¡Sólo te faltan los arapos! Ja, ja, ja, ja— En definitiva me odia y yo le correspondo— ¿Ya terminaste la lista de las aseguradoras Narucienta?

    -¿Qué? ¡No, aún no!— Trato de controlarme, desde que llegué aquí este chico de cabello y ojos negro profundo con expresión inquebrantable me llama “Narucienta” y aunque no lo quiera reconocer… en cierta forma lo parezco no hay día en el que no me cargue de trabajo, mi trabajo es peor que el de limpia pisos, eso me frustra.

    -Entonces necesito que termines, bajes esa silla y laptop de la azotea, barras la azotea y limpies vidrios por fuera y por dentro de la empresa y al terminar laves los baños y más tarde trapees los pisos y limpies los escritorios de tus compañeros ya que no se presento el intendente.

    -¡¡¡ ¿QUEEE?!!!!— ¡Les dije! ¡Tengo el peor trabajo en esta empresa!— ¿Algo más su alteza?— Pregunté carcomiendo mi odio ¡Quería ahorcarlo!

    -¡Claro gana pan! Necesito que recibas un pedido de Kyoto que Neji no puede recibir pues para esas horas habrá terminado su jornada laboral ¿Entendido o te lo explico con pan?

    -Por lo que veo planeas dejarme salir hasta tarde. — Rechinaba mis dientes que no me sorprendería que se me acabasen allí mismo.

    -Si, que bueno que lo entiendas, haz perdido mucho tiempo haciéndole al holgazán con esa silla y laptop en la azotea.

    -¡Fuiste tú! ¡No te hagas!

    -Puedes irte Narucienta a cumplir tus deberes caseros.


    Me pregunto si la verdadera nunca deseó darle una patada en el trasero a esa vieja bruja.


    Así es mi trabajo, un puesto indefinido donde no soy capaz más que de obedecer, necesito el empleo y aunque es frustrante debo cumplirlo. Termine la lista se la entregué al gerente y seguí con el resto de mis tareas, limpié la azotea, comencé a limpiar los vidrios mientras mis compañeros salieron dando por concluido su labor por hoy. Odio limpiar vidrios y a la vez no, una porque son entretenidos y entre más tarde peor para mí. Otra por que en el sol puedo quemarme ¿Humm? ¿Qué por qué quiero darme una quemadita? Mmm sólo un poco tampoco es que me guste ser charal pero je, je, je, je en mi mano izquierda llevo un anillo de plata puesto en el dedo anular ¿Qué qué tiene que ver eso? ¡Simple! El anillo de plata es ancho y tiene un sencillo corte en medio de una libélula y una mariposa que como son orificios que dejan libre esa parte al quitarme el anillo puedo ver como si se me hubiese marcado tales dibujos, en mi dedo algo quemadito por el sol se puede ver la marca de una libélula junto a una mariposa eso siempre me saca una sonrisa puesto que soy muy muy muy fans de las libélulas y las mariposas je, je, je también llevo un colgante en mi cuello de una libélula tallada en madera, si, la que me regaló el viejo del autobús y en vez de estar perdiendo el tiempo debería terminar estos vidrios aunque mmm siempre que lavo los vidrios siento que “algo o alguien” me está observando cuidadosamente… ¡HIUUU! ¡Escalofríos!


    Al terminar los santos vidrios voy dirigiéndome hacia los baños para lavarlos y es entonces que me topo con el mismísimo rey.

    -¿Ya terminaste? ¿Ya lavaste los baños?— Esa voz manipuladora me desconcentra de mis labores, el gran Sasuke Uchiha salía de su palacio para revisión de rutina.

    -No, ya voy a eso— Respondí de mala gana.

    -Debes haber terminado cuando llegue el pedido de kyoto.


    Se dio la media vuelta y se fue de nuevo a su palacio ojalá nunca saliese de allí.
    Entré al baño y antes de ponerme a limpiarlos decidí mirarme al espejo y respirar profundamente, estaba cansado y mi cuerpo deseaba un largo sueño mañana me levantaría seguramente con un profundo dolor de músculos ahh… ¿Por qué trabajo aquí? ¿Qué hago aquí si parece que no soy para nada bienvenido? Mi cuerpo me punza y aquel lado sensible mío también comienza a punzarme un poco, si, tengo un lado algo sensible, se trata de mi costado izquierdo donde mi mamá dice que me pasó un accidente. Me levanto la camisa para verme aquella marca que ni siquiera recuerdo cuando…


    -¿Qué estás haciendo Narucienta?— Me preguntó ese bicho raro en el marco de la puerta, ese mendigo gerente que deseo que venga un torbellino y se lo lleve. — Mira que a este paso saldrás más tarde. — Sonrió el muy engreído.

    -Lo que haga conmigo no te incumbe— Le dije acomodándome nuevamente la camisa. — Y si te esfumaras de mi vista tal vez pueda lavar los baños.

    -Olvídalo.

    -¿Qué?

    -Ven conmigo.

    -¿Para qué?

    -Gana pan sólo obedece.

    -Grr…



    No es que desease seguirle realmente, pero no tenía de otra. Caminamos hasta la zona de almacén donde Sasuke se adentró entre los caminos de cientos de anaqueles y demás para llegar hasta una pequeña oficina donde parecía que el tiempo se había adueñado de ella, nunca había visto este pequeño cuartito lleno de polvo y telarañas así como cosas que seguro aún podían servir. Parecía la vieja oficina del almacén claro, abandonada.


    -¿Y aquí qué o qué?— Pregunté, aunque ya sabía más o menos por donde iba la cosa Narucienta al rescate.

    -Quiero que me ayudes a poner en orden este lugar. — Dijo seriamente.

    -Lo sabía. A mí sólo me quieres para limpiar las inmundicias de tu “empresa”



    Sasuke pareció no darle importancia a mi comentario, ciertamente él era el sobrino del dueño y tenían esa relación sanguínea que seguro más de uno estaría orgulloso pero, al parecer decirle algo referente a su tío lo alteraba, no sabía por qué, es más tampoco es que me interese pero esta vez Sasuke Uchiha tenía la vista puesta en un libro con telarañas que sacudió entre sus manos levantando el polvo y enredándose de aquella fina tela algo desagradable donde una araña salía huyendo cayendo al suelo despavorida.


    -“Catalogo de parabrisas año 1993” demasiado viejo jé.— Lo cerró para luego dejarlo nuevamente sobre la mesa.— Vamos Narucienta ayúdame a limpiar esto y te abstengo de tus otros deberes.

    -¡Ja! ¡Vaya alivio! ¡Prefiero ir a lavar los baños y demás que limpiar este nido de bichos!— <<dónde tú quedas perfecto, bicho raro>>
    Mis pensamientos deseaban materializarse mientras aquel hombre simplemente salió de aquel cuartito y me dedicó esa sonrisa engreída de siempre.

    -Algún día renunciaré. — Dije entre suspiros mientras comenzaba a deshacerme primeramente de un par de cajas que estorbaban en el camino, las saqué afuera y cada caja al caer dejaba una cortina de polvo impresionante así como yo completo ya estaba más tiznado que el tizne de sucio.— ¡En verdad algún día voy a renunciar! ¡Maldito Uchiha!


    Regresé adentro para seguir con otros escombros que alguna vez fueron útiles supongo, me topé con una defensa oxidada que pesaba como una vaca, tal vez exagero pero en serio, era de esas defensas que parecían hechas para soportar un toro.


    -¡¡Ahh!!— Grité al sentir el cosquilleo de unas patillas caminando en mis manos, una araña de tantas que seguro me encontraré por aquí. — Dejé ir a la mendiga por que salió como la otra desapareciendo de mi vista. Además tenía esa defensa y mi cuerpo luchando por quién era más fuerte.

    Fue entonces que choqué contra la mesilla esa donde se cayó por el impacto el libro de los parabrisas al suelo abriéndose todo desparramado, lo tomé con esfuerzo sin soltar la defensa y lo dejé como caiga otra vez en su lugar, quedó abierto pero eso era lo de menos debía luchar por no perder fuerzas y de una vez por todas deshacerme de esa cosa que ojalá le cayera a esa cucaracha que tengo por patrón.


    -¡¡¿Qué diablos estás haciendo Naruto?!!— Me llamó la atención algo exaltado la cucaracha. La cucaracha me quitó fuera de la defensa esa tomándola él, aquello debo de confesar que me sorprendía. — Esta cosa es demasiado para ti, debes cuidarte.

    -¿Cuidarme? ¡Bah! ¿Desde cuando me cuidas tú? ¡Te la pasas ordenándome como chacha que limpie acá que limpie allá y que haga más acá y más allá y un tanto a cuyá! ¡Eh!— Pero… ahora que caigo en cuenta… siempre me ordena varias cosas y… de aquellas cosas termino haciendo menos de la mitad y la mayoría no es trabajo pesado. Ahora que me fijo… esta cucaracha no es tan mala.

    -No lo digo por ti en realidad, lo digo por que debes cuidarte de no deber nada, ni esta chatarra que vale más que tú aún vieja y oxidada.— Me dijo con tono de superioridad que… ¡Olviden lo que dije antes! ¡Este hombre es mi enemigo!

    -Ahora, toma aquellas franelas y la escoba y ha sacudir Narucienta. — Dijo tras dejar fuera por fin esa defensa infernal.


    Obedecí nuevamente tomando escoba y trapos mientras él nuevamente ingresaba al cuartito y me di cuenta que observaba aquel libro nuevamente, si, el de los parabrisas esta vez lo tomaba con delicadeza y le miraba atento entre sus hojas para luego decirme extrañado:

    -¿Tú mojaste este libro?

    -¿Mojarlo? ¿Cómo iba a mojarlo si lo único que hay allí es polvo y telarañas?— Contesté algo enfadado, ahora resulta que yo tengo la culpa hasta de que ese libro “llore” aunque… ¿De donde se mojo?

    -Si mira, está mojado— Me enseñó las hojas y efectivamente aquellas hojas donde había quedado abierto tenían unas ligeras gotas de agua impregnadas entre el texto y el papel sucio.

    -¡Pues yo no sé! ¡Sólo se cayó hace rato cuando intenté sacar esa defensa y lo levanté así nada más sin fijarme! Pero no hay agua, ni una gota por aquí, el suelo está limpio… bueno… seco. — Corregí.

    -Bueno, no es importante. — Dijo, volviendo a cerrar el libro y ha suspirar cansado, él también estaba cansado se le notaba en los ojos negros que expresaban cierta soledad que… ¡tampoco me importa saber!— Naruto…

    -¿Eh?

    -¿No tienes hambre?

    -No.

    ~~~Gruuuuuúúúú~~~




    Mendiga tripa mía, siempre me delata en el preciso momento.


    -No mucha. — Agregué. — ~~~Gruuuuuúúúú~~~— A lo mejor un poco más de la normal. — ~~~Gruuuuuúúúú~~~— Maldición.


    Mi pucherillo pareció darle risa, risa que también pareció esforzarse por contener y cerrando aquella oficina se sacudió el polvo y me sonrió, una sonrisilla que cada mil años veía en él.

    -Vamos a comer, te invito a comer ramen.


    Ahhhh ay ay ay… “Ramen” es la llave de mi estomago que… si, los decepciono… acepté la invitación a penas y resistencia puse:


    -¿Cómo sabes que me gusta el ramen?— Pregunté luchando por no ser tan obvio en mi emoción.

    -Tengo entendido que te gusta el ramen por que… en tu curriculum decía. — Me dijo mirando hacia otra parte sabe Dios donde mientras yo me preguntaba si en realidad se tomaba la molestia de leer esos detalles.

    -Pero… yo vivo muy lejos y… además esta aún el pedido de kyoto.

    -¡Yo te llevo más tarde! y ese lo recibirá el guardia— Me dijo interrumpiéndome. Realmente no entendía este cambio. ¿Por qué de repente el gran Sasuke Uchiha me invitaba ramen ¡a mi! Un gana pan Naruciento?

    -Es que… en verdad vivo muy lejos— Insistí.

    -No importa, yo te llevo.


    ¿Se sentía culpable o qué? ¿Era su forma de remediar todo este tiempo de maltrato y miseria viviendo ante él como la chacha de su castillo? ¿A cuanto me iba a salir la cena con el príncipe? ¿Una zapatilla de cristal que no puedo pagar? ¿La calabaza junto con la manzana envenenada de una blanca nieves? ¿Ser la comida de un par de lobos feroces? ¡¡ ¿Qué?!! Suponiendo que el príncipe tiene su carroza ultimo modelo con no sé cuantos caballos y yeguas de fuerza… la gasolinita le saldría carita.


    -Vamos— Me dijo tomándome del brazo y arrastrándome al estacionamiento. Lo sé, soy un debilucho puesto mi defensa no duró ni el primer impacto.




    Salimos fuera de la empresa donde pasé mi tarjeta de salida al igual que Sasuke antes de subir al auto e irnos. El encargado de vigilancia nos miraba con ojos picaros como si fuese el cómplice de la huida del príncipe y el plebeyo ¿Humm? ¿Qué tonterías estoy diciendo? ¡¿De dónde saco eso?! Si quiera… ¿Por qué me pongo nervioso y hasta algo contento estoy de estar en el asiento de este Lamborghini negro? Que por cierto… es muy bonito, es tan refinado que hasta miedo da pisarlo o siquiera cerrar la puertecita. Sasuke mira como volteo a todas partes observando el automóvil cosa que parece darle cierta gracia a esa sonrisilla que sigo impresionado de ver.


    -¿Te gusta?

    -¡¿Quién?!— Contesté sin pensar todo nervioso.

    -El auto tonto. ¿Quién más?— No apartaba la vista del camino pero sabía que tenía un ojo al gato y otro al garabato.

    -Pues… es… es muy caro.

    -No te pregunté eso. Deberías de estar acostumbrado. — Dijo casi en murmullo.

    -¿Eh?

    -Que deberías estar acostumbrado a ver cosas más caras que todo tú con todo y zapatos, incluso calzones.

    -¡¡Ehh!!— Su frasesita me sacó una expresión que a penas reconocía, rechinaba los dientes y quería golpearlo pero sólo llevé mis manos al cuello de su camisa deteniéndome allí mientras él dejaba ir una leve expresión de sorpresa.

    -¿Ibas a ahorcarme?— Preguntó.

    -No. — Retrocedí calmando mis latidos ¿Qué les pasaba?



    El camino no fue muy largo, de hecho tardamos como 15 minutos y estacionando el auto cuidadosamente Sasuke bajó y yo junto con él siguiéndole a una distancia de medio metro, me sentía tan aturdido pensando y pensando por qué me sentía así ¿Irónico cierto? Pero sentía que por alguna razón… una corazonada en mi piel, en mis huesos, en mi vista era… era… era como un dejavú… sentía que aquello…


    -Aquí es. Entremos.


    Salí por un momento de mis pensamientos y me encontré con un restaurante de comida tradicional japonesa mmm ¡Huele tan rico! Entré tras él y nos sentamos en la barra para pedir nuestra orden el hombre que me atendió me miró con un semblante de sorpresa para luego desviar su mirada y preguntar ¿Qué van a llevar? Sasuke respondió todo por mí.


    -Oye ¿Qué te pasa?

    -Nada… ¿Cómo se llama este lugar?— Pregunté con cierto miedo ¿Por qué tenía miedo?

    -Ichiraku. ¿Lo conoces?

    -No


    Sasuke me miró por un largo rato mientras mi platillo era servido en mis narices y mi inseguridad se acrecentaba como el humo topaba con mi rostro ¿Qué estaba pasándome? ¿Por qué temblaba de esa forma? ¡Sólo es ramen! ¡Mi favorito!


    -Si no te sientes bien dímelo. — Me dijo aquel Uchiha con una voz que no era la de siempre.

    -Estoy bien…

    -Relájate… Quiero comer a gusto este ramen contigo.

    -¡Si ni te gusta!— Dije sin pensar a boca suelta, él mismo abrió la suya y sus ojos como platos.

    -¿Có… cómo lo sabes?— Me preguntó con una clara voz de sorpresa.

    -¡Yo…! ¡Yo sólo bromeaba! Je, je, je, je.



    No, no bromeaba, mi mente estaba segura de aquello sin siquiera estar segura realmente… una revolución de sensaciones invadían mi ser. ¿Por qué Sasuke Uchiha que siempre se la pasaba haciéndome la vida de cuadritos y aumentando sus puntos de odio hacia él ahora me invitaba ramen y me dejaba subir a su valioso auto de lujo? ¿Por qué sentía que… aquello ya lo había vivido?





    FIN DEL CAPÍTULO.






    Y este es el primer capítulo de una seríe de mmm sabe Dios cuantos! Muajajá como primer cap debo confesar que se me hizo largo a comparación de otros y que incluso estoy muy emocionada por seguir. Sencillamente le traigo ganas a este proyecto desde cuando y pues disculpen mi demora como dije, cada capitulo al igual que “El sol tras la ventana” serán publicados cada mes por motivos que ya mencioné en el reciente terminado “El camino que elegiste”

    Esta historia me llena de muchas emociones, estaré algo loca tal vez pero, espero mucho de esta y saber desenvolver una trama que tengo pensada que probablemente algunos ya se huelan por donde va. No es la trama más elaborada ni mucho menos inesperada del mundo que seguro es predecible pero… es una trama que a mi, por lo personal me ha encantado tomar para llevar esta historia nueva de mis dos amores. Me gustan las metáforas y me gusta tomar algo de aquí algo de allá. Sinceramente espero que les guste mi esfuerzo que mi deseo más profundo quiere mostrarles.


    Gracias por su paciencia y lealtad y gracias a los nuevos lectores que dieron clic y le dieron su oportunidad a esta historia. También cabe mencionar que no habrá en esta historia lemon si... sera romántica al estilo sencillito pero eso no le quita lo bueno. Espero me comprendan y gracias por todo.







    EXTRA DEL CAPÍTULO:



    -Estamos aquí con el gerente de la empresa raíz de: Refaccionaria y Auto partes MADARA. Uchiha Sasuke sobrino de…

    -Con mi nombre está bien.

    -Disculpe señor Sasuke… estamos en una entrevista para nuestra nueva sección de “Negocios e industrias” de nuestra revista JAMP dígame por favor… ¿Quién de sus empleados sería el más listo?

    -¿Listo?

    -Si, listo, el empleado que tome las riendas de su trabajo y sepa llevarlas al máximo como un eficiente empleado, aquel empleado que su empresa…

    -No es mi empresa.

    -Si disculpe, que la empresa necesite prácticamente indispensablemente.

    -Mmm… ¿Un empleado tan listo como para que “mi” empresa no pueda deshacerse de él tan fácilmente?

    -Si, por ahí va la cosa.

    -Naruto Namikaze. Ese sería.

    -Mmmm ¿Naruto Namikaze?

    -Si.

    -¿Por qué señor Sasuke? Tenemos entendido que es un rubio de ojos azules algo atolondrado y holgazán según las opiniones de sus compañeros.

    -¿No sabe acaso que… nada es lo que parece?

    -¿Entonces cómo lo describiría usted?

    -“Imagínese una abeja de caricatura tierna y dulce a la que nadie teme con el veneno de una abeja real de donde su aguijón provoca miedo incluso al más duro de piel”

    -No entiendo señor.

    -Yo tampoco.





    FIN DEL EXTRA. PRÓXIMO CAPÍTULO EL: 26 DE SEPTIEMBRE 2015

    Edited by Matialvy Dos Santos - 26/11/2017, 18:10
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    PORTADA OFICIAL LIBELULA

     
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    Esta interesante!!!!

    Estoy sumamente intrigada... Y eso es uno de los aspectos que más me gustan de las historias, te dejan con un montón de preguntas y lo maravilloso es que conforme vas leyendo se van respondiento todas las interrogantes...

    Sinseramente estoy muy emocionada por leer el resto de la historia... Ya que con ese final de capitulo me deja queriendo más...

    Espero con ansias el siguiente capitulo...
     
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  3. Ayami-chan
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    Nueva historia, se ve interesante, eres malvada ahora mi sufrimiento por la espera será el doble, pero que le vamos a hacer no me queda de otra más que ser niña buena y esperar
    espera la conty sayo
     
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  4. Aileen Montenegro
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    Muy buena excelente me encanta!!!! Tiene otros aires me gusta todo me hizo reír mucho cada diálogo lo saborie y sasuke es un aprovechado pero me fascina naruto es una lindura y sai jaja la hace del niño sabio k ni se junta con la chusma y jaja narucienta y gana pan jaja esa frasés me mataron de risa muy buenos y felicidadez espero conty muy pronto...

    Sayonara y saludos jiji
     
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    Había un pescado, un pescado gris y con ojos saltones, murió con la boca abierta y lo último que miró fueron los colores azul y negro de aquel insecto al lado suyo acompañándole en su agonía el pez había muerto impactado… no por su muerte rápida y doliente si no por que había visto en aquella libélula la danza más hermosa de unas alas trasparentes y largas, el pez quería permanecer despierto para ver el final de aquella danza pero… murió.

    La libélula le acompañó hasta que ya no pudo más aletear el pobre pez, miró entonces como este perdía algo de vigor en sus ojos, como si algo hubiese parado su andar congelándose para siempre en estos. La libélula siguió su camino no sin antes no ofrecerle al pez el final de su danza.

    El día estaba nublado pero no había indicios del caer de la lluvia por esa razón, voló hacía el mar y surcó las aguas a su compás cuidando de no caer si no… sería su fin. El insecto danzó nuevamente sobre el agua rosando con sus patillas aquel liquido que alguna vez fue su casa durante mucho tiempo, empapó un poco sus alas de aquel salpicar en su danza las cuales resbalaron con facilidad. Entonces saltó, ascendió en un vuelo tan parecido a un salto, muy rápida para encontrarse a los segundos junto al microbús verde que manejaba solitario sin ningún pasajero. Siguió al camión en su pedregoso sendero, esquivaba el lodo que levantaba el vehículo en su movimiento hasta que una pequeña chispa de lodo pudo alcanzarle y así hacerle caer.

    El aterrizaje al suelo fue duro, el pobre insecto miraba a todas partes intentando levantarse, deshacerse de aquel lodo en sus alas, debía hacerlas volar y poder seguir… tan frágil, tan pequeña para aquel gramo de lodo, tan fácil de caer. Pero ella no podía dejar su vuelo allí, debía seguir, su voluntad por vivir y llegar a su ser amado debía ser más fuerte que cualquier impedimento.

    Se levantó, agitó sus alas y emprendió su vuelo torpe pero seguro hacia un taller mecánico donde limpió sus rostro del lodo gracias al parabrisas de un auto negro, ascendió hacia el cielo donde su magnifica vista pudo ver una ventana abierta, la ventana abierta de una casa verde donde se lanzó en picada hacia su interior buscando donde descansar su vuelo pesado pues, aún había lodo entorpeciendo sus alas. La habitación allí era muy acogedora pero su vista parecía pedir más, el camino que tomaba hacia la puerta abierta a otra habitación contigua buscando encontrar el calor que parecía desvanecerse en un frio que entraba desde aquella ventana, las cortinas oleaban blancas al paso de aquel viento frio que la libélula acercándose a la ventana sintió de golpe, así como el golpe que la tela blanca de aquella cortina la hacia caer al suelo nuevamente, allí desde abajo miró por ultima vez antes de caer dormida el ultimo oleo de aquella blancura.





    <<el VUELO DE UNA LIBÉLULA>>
    POR: Matialvy Dos Santos


    CAPÍTULO 2: LA MANCHA EN LA CORTINA.





    El ramen que comí… me supo como los hilos de una trama que no comprendía, la sensación de algo que me llamaba y no podía acudir a su ferviente llamado. ¿Eh? Un momento… alguien está gritando… ¿Sasuke Uchiha?


    -¡Naruto! ¡Naruto! ¿Qué diablos pasa contigo?— Abrí los ojos, puesto que lo primero que vi fue el blanco de la porcelana con unos cuantos fideos pegados a ella y ahora a mi, mi rostro estaba hecho sopa plantado en nada más y nada menos que en el plato de ramen que comí.

    -¡¡¡AHHH!!!— Me quité los fideos como pude los demás reían por mi reacción mientras Sasuke suspiraba al parecer aliviado.

    -Menos mal.

    -¿¡Qué no morí verdad!?

    -¿Qué?

    -¡Si! ¡Seguro tú me arrojaste al plato!

    -¿Y para que querría yo hacer eso?— Preguntó indignado, pero estaba yo más indignado por que no supe ni cómo fue ¡Él me oculta algo!

    -¡No sé! ¡Haz de tener tus razones para aventarme al plato! ¿¡O es que intentas envenenarme!?

    -Deja de hacer el ridículo y vámonos— Sasuke se levantó y pidiendo 2 ordenes más para llevar se dispuso a marcharse dejándome a mi como un idiota ignorante.

    -¡Explícame qué pasó!

    -No si te pones en plan de que yo fui. ¿Acaso no recuerdas nada?

    -No.

    -Ahhh…


    Se detuvo frente a su auto y haciéndome señas para entrar al auto en el asiento del copiloto subí con regañadientes no me explicaba nada y yo seguía inseguro. Él subió al auto y antes de encenderlo sacó un pañuelo de su bolsillo del pantalón y tomándome del mentón limpió mi rostro que aún seguía empapado de sopa.

    -¡Oye!... — Me quedé como piedra, quería apartarlo pero… mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes de mi cerebro.

    -Estábamos comiendo y terminaste por caer al plato desmallado así de repente. Ni yo sé qué te ocurrió.

    -¿En serio?— Sus ojos mostraban preocupación y aquello me daba miedo, ver esos ojos me hacia sufrir, mi corazón se estrujaba ¿Por qué?

    -Si…— Se apartó guardándose el pañuelo— Te llevaré al médico.

    -No es necesario— Dije, recuperando la compostura, no podía dejar que esas extrañas emociones me tomaran. ¿Por qué quería llorar? Una lagrimita estaba amenazándome con aventarse por el acantilado. — Llévame a mi casa por favor— Dije entre cortante evadiendo cualquier contacto visual.

    -¿Estás seguro? ¿Ya te había pasado?

    -¡No sé!— Grité sin saber por qué. ¿Qué estaba pasando?

    -Naruto, cálmate, te llevaré a casa.

    -Gracias.



    El camino se me hizo eterno, mi corazón no se calmaba y mi mente intentaba buscar algo que no sabía si tenía nombre ni forma, Sasuke de vez en cuando me miraba de reojo, lo notaba por que sentía su mirada una mirada que no comprendía. ¿Por qué de la nada Sasuke Uchiha me invitaba ramen y era “amable” conmigo? Quería dejar todo como una simple casualidad pero… incluso mi cuerpo reaccionaba inesperadamente.

    Llegamos a la zona prácticamente rural de mi barrio. Un barrio bajo donde es difícil ver un carro de “lujo” pasar, nadie es tan rico como para dejar que su auto de lujo termine cochino como seguro terminará este.


    -Aquí está bien, esta zona es muy peligrosa tiene un camino muy desgastante y lodoso. Suelo caminar esto antes de subir al camión— Expliqué para que ese día raro terminase y Sasuke se fuese por donde vino.

    -Lo sé y créeme que a mi ni a mi Lamborghini le interesa perder el “Fashion” ante tanta piedra y lodo— Sonrió y aquella decisión tan valiente me hizo pensar que no era como cualquier otro riquito.


    Siguió avanzando con precaución lo vi tan confiado que me aterraba que por asares de mi maldición terminase pagando no sólo las llantas nuevas si no… llantas, gato, tornillos, neumáticos, pintura, seguro del auto y además unas citas al psicólogo por el estrés y el trauma que Sasuke Uchiha pudiera haber estado expuesto al ver a su “pequeño” en lodo y ponchado. Claro todo esto estaba en mi loca imaginación… dudo que el destino sea tan…


    -¡Diablos se atascó!

    -Cruel…— ¡¡ ¿Es en serio?!! ¡VIDA! ¡¿Qué tienes contra mí?!


    Me desinflé hundiéndome en el asiento mientras Sasuke bajaba a mirar el gran bache tipo cráter donde había quedado su “Precioso”
    -El Precioso quedó bien atascado.

    ¡¡Adiviné!! ¡Mera casualidad! Pensé que llamaría a una grúa a protección civil, brigada animal, ejercito etc. etc. como luego unos finos le hacen pero ¡no! se trepó al Precioso y con fuerza y determinación se plantó sobre el acelerador el auto chapoteaba dándose un bonito baño de lodo.


    -Oye… yo creo que es mejor…

    -No, no es la primera vez que este auto se queda atascado… ¡Mi Precioso es un titán!

    Hay ajá ¡Terco! Sólo espero no pagar los platos rotos.

    -¡Aquí voy!


    ¡WOOH! ¡Épico! ¡Titánico! Este Lamborghini ha demostrado que no sólo es finura sobre ruedas. ¡El condenado auto sale airoso de su batalla junto con su jinete acomodándose el copete! Me inunda una gran emoción cualquier chica mirando a este hombre y su asaña seguro suspiraría corazones ¡Hump! Pero yo como todo un hombre me haré el digno.

    -¡Já! Hasta yo podía hacer eso. — Sasuke sólo me miró de reojo y siguió el camino lo extraño fue que no me ha pedido indicación alguna excepto mi dirección o ¿Tan buen chofer es que no necesita más indicaciones? Cualquiera en este infernal camino hubiese pedido más de una indicación.



    Mi barrio suele ser tierra de pescadores y como tierra de pescadores no tiene una buena vista, el olor a pescado está en todo el barrio y esta es otra razón por la cual los finos aristócratas no suelen visitarlo.

    Llegamos a mi casa donde muchos me han confundido por un “noble” mi casa es modesta pero al lado de otras parece un palacio según palabras de mis vecinos. Dispone de 2 pisos y una terraza donde mamá justamente tiene colgada la ropa recién lavada. Mi casa de color verde pistache y puerta color beige con una jardinera en cada lado y ventanas con tejadito me hacen pensar que no soy tan “maldecido”


    -Aquí es mi casa gracias por traerme— Dije bajándome modestamente del auto, miré lo “Precioso que había quedado el precioso” y me dio tanta vergüenza que no pude callar— ¡Te ruego y aceptes que mañana lave tu auto en la empresa! ¡A primera hora!— ¡Cállate Naruto! ¡Grr! Ya me eché la soga al cuello.

    -Por supuesto Narucienta— Sonrió el engreído— Es lo mínimo y lo único que un pobre gana pan como tú puede hacer.

    -Rechiné los dientes deseando arrojarlo al lodo de hace un momento.


    Bajó las 2 raciones de ramen en caja que ordenó en Ichiraku y pasando de mí tocó al timbre de mi casa, le miré por un momento sin reaccionar hasta que mamá salió a la puerta y le miró con sorpresa, Sasuke sonrió con toda amabilidad que incluso a mi me deslumbró.

    -Buenas tardes.

    -Buenas NOCHES— Remarcó mi madre, en verdad el día había desaparecido durante el camino.

    -Disculpe— Ofreció una reverencia que no podía creer, Sasuke Uchiha mostraba respeto a la madre de este gana pan— Pido disculpas por la hora en la que su hijo ha llegado, me tomé la molestia de invitarle a comer y os traje una ración de ramen a usted y a su esposo— Sasuke le ofreció las 2 cajas las cuales tomó mi madre y con una media sonrisa y un suspiro le invitó a…. ¡¡ ¿Qué?!! ¡¿Entrat?! ¡Mamá!
    ¡Mamá no dejes esa cucaracha entrar! Le gritaba en mis adentros ¡Va a infestar nuestra casa con su huevesillos de tiranía! ¡NNNOOOO!
    Aunque mis ojos imploraban socorro mi madre seguía su plan de “¡Manipulada por la cucaracha!” ¡Ohh! ¡¿Por qué a mí?!


    -Siéntate por favor Uchiha Sasuke.

    -Con Sasuke está bien.

    -Ok. ¡Naruto!

    -¿Qué?— Pregunté hartado
    .
    -Por favor pon cómodo a Sasuke ofreciéndole algo de pan y café.

    -Está lleno— Dije— Tragó y abasteció su barriga en Ichiraku.

    -¿Ichiraku?

    -Eh si señora Namikaze, así estoy bien.

    -¡No! ¡Naruto! ¡Tú comes más y aún se te da pan! Ve y trae lo que te ordeno.


    Contra la palabra de una madre no se puede… Así que terminé accediendo llevándole al rey un manjar de pan de varias formas, sabores y tamaños para que tuviera el gusto de elegir lo que gustase. El hombre me miró y comenzó a comer y beber del pan y café con tanta educación que me molestaba.

    -Naruto.

    -¿Qué?

    -¡Contéstame bien!— Me jaloneó del cabello.

    -¡Si perdón!

    -Ve ahora y prepara la habitación de huéspedes por favor.

    -¿Qué? ¿Cuál habitación de huéspedes? ¡Si no tenemos!

    -Grr…

    -¡¡AAAYYYY Jalisco no te rajes!— Grité, la mujer me había pisoteado un juanete.

    -¿seguro?

    -No… deja ver— ¡Esto tiene que ser obra de aquel demonio ponzoñoso! que esboza una sonrisa, parece gustarle ver como a su plebeyo lo tratan mal incluso en sus tierras ¡Hump!

    -Sasuke ya es muy tarde te ruego que aceptes pasar la noche aquí además que tu auto se ve terrible.

    -No es necesario señora Namikaze— Dijo levantándose y tomando su saco dispuesto a largarse ¡Si! ¡Vete, vete! ¡Vete cucaracha!— Eh de ir a atender unos asuntos de suma importancia esta noche y no puedo faltar. Discúlpeme— Se reverenció— Y os doy las gracias. Tengo que irme y me saluda por favor a su esposo.

    -Está bien Sasuke. Ya será en otra ocasión.

    -Si, gracias.


    ¿Ocasión? ¡Ocasión la cual no pienso permitir! ¿Qué tiene en la cabeza mi madre para ser tan amable con él? ¡No me hagan pensar cosas!
    Sasuke salió y yo tras él obligado a acompañar al Rey, este se sube muy galante y yo en el asiento del copiloto. Mi labor de acompañante es hasta que el Rey pase el camino infestado, lodoso y tenebroso y de allí ya seré libre.

    -Tu madre es una lindura— Dijo con una sonrisita que no me cayó— Tu padre es muy afortudado.

    ¡¿Qué?! ¿Por qué de repente dice esas cosas? No me digas que…

    -¿Y qué con eso?— Pregunté molesto.

    -Nada, sólo que no sé cómo esa belleza de mujer puede ser madre de un adefesio amarillo como tú, je, je, je, je.

    -Grr… ¡Ahora si me llenaste el buche de piedritas!


    Me iba a lanzar hacia él ahorcarlo hasta que suplicara e implorara mi perdón pero… el “Precioso” se me adelantó y se ponchó de la llanta superior derecha y “BBBIIIIUUUUUUUSSSSSSHHHH” mi plan de “asesinato” fue frustrado.

    -Creo que tendré que quedarme en tu casa— Sonrió el muy sínico ¡Ni siquiera su precioso le importó!— Tu madre estará feliz de recibirme je,je, je, je.


    ¡Es en serio Dios! ¡Mundo! ¡Colonias de cucarachas! ¡¿Por qué me mandaron a esta cucaracha inmunda de dos patas?!


    -¿No que tienes asuntos muy importantes que atender que hasta tu presencia es de vida o muerte?— Dije realmente molesto.

    -Bueno— Y sacó el móvil— No me importaría cancelar mis asuntos por una noche en tu casa— Sonrió mientras al parecer mandaba un mensaje.

    -¡Yo no te quiero en mi casa!— Dije.

    -Pues tu linda mamá si.


    Aquello que decía no me gustaba… ¿Lo hacía para molestarme o por otra cosa? ¡Grr! El caso es que le tenía sonriéndole a mi mamá y ella a él mientras lo ponía cómodo en la habitación de huéspedes. ¡Maldita habitación ¿Por qué existes?!


    -No te preocupes Sasuke, el señor Yamato del taller es muy bueno en este barrio todos los autos se descomponen y él es nuestra salvación.

    -Muchas gracias, fue un alivio que estuviese cerca del taller, Naruto me hizo favor de llevarme amablemente así como usted por su hospitalidad.


    ¿Amable? ¡No hay nada amable en mis acciones! Lo hice por que tenía las esperanzas de que se largara ¡Pero claro! ¡El mundo está en mi contra y yo soy el malo de la película!

    Mi padre aún no llegaba, el llegaba muy tarde y algunas noches no regresaba hasta el día siguiente, es un hombre que aún pelea su puesto de doctor en el hospital de Tokio es un residente que dejó sus estudios de joven para poder atender a su novia embarazada, si, algunos dijeron que yo les eché a perder la vida otros dijeron que la mejoré pues desde que nací no he visto que estos 2 no luchen por mi. Les amo.
    En todo caso, la situación es esta: Sasuke en la habitación contigua de la de mis padres donde ahora mi madre está sola seguramente peinándose y con su pijama tan delgada que se pone y yo en la habitación de hasta el fondo del pasillo. Nunca había pensado en que esto era una desventaja. En fin tal vez estoy alucinando puesto que sólo son ideas precipitadas mías sobre la inexplicable amabilidad de mi madre y los inexplicables cumpliditos que la cucaracha tiene hacia ella.


    Decidí dormir, tratando de desvanecer cualquier idea loca de mi cabeza no tenía más que esperar que el día siguiente me despertara con la cucaracha fregándome a ya irnos a trabajar y con su precioso ya listo en el taller, no sé tal vez… espero demasiado de mi suerte.
    Escuché un ruido, mi sueño era tan ligero que desperté de inmediato encontrando mi puerta entre abierta, pensé en mi mamá o en el viento, viento el cual no podía entrar mi ventana estaba cerradísima y era pequeñita dando a la casa del vecino. Así que me enderecé y decidí bajar de la cama no sin antes encender la luz, no había nada ni nadie ¿O será que olvidé cerrar la puerta? Pero… ¿Y el ruido?

    Planté mi pie derecho al tapete y enseguida el izquierdo y entonces al dar el primer paso ¡Zaz! Una fuerza inesperada me tomaba del tobillo izquierdo y me succionaba al suelo, caí de de panzazo al suelo quise voltear hacia atrás, huir de tal fuerza pero aquel poder ya estaba atrayéndome hacia él con tanta facilidad que me aterraba ¡Oh Dios un monstruo! ¡Unos ojos rojos con símbolos tan extraños como líneas orbitantes, aspas de algo tan filoso! ¡No sé! ¡No sabría cómo describir tal abominación! Quería gritar, pero de inmediato ya tenía sus garras sobre mi… no… no sus garras, eran dedos tan humanos como yo, dedos cálidos que se hundían en mi boca provocándome un cierto placer que no comprendía, temblor y desenfrenético latir en mi pecho, el sudor se apoderaba de mi sin poder moverme bajo la cama apretujado a alguien que no sabía qué era.

    Aquel de ojos rojos me mostraba su mejor sonrisa blanca de comercial, parecía un vampiro sus dientes mordían mi labio inferior como no me esperaba… en eso comenzó el involuntario movimiento de mis labios saboreando mi propia sangre, saboreando los labios de aquel ser que aprisionaba sus labios contra los míos en una pasión que no tenía control y fue entonces que… escuché otro ruido más…


    Abrí los ojos y estaba de nuevo en la cama con la puerta semi abierta y mi corazón confundido y palpitante. Tomé las sabanas cubriéndome el pecho como si aquella acción solucionase algo, miré la puerta respirando aceleradamente, agaché mi cuerpo hasta por debajo de la cama esperando ver algo con la lámpara encendida y en mano, pero no había nada, sólo aquellas chanclas de peluche que tenía perdidas hace un buen rato ¡Pero este no es el caso! ¡Ya lavaré esas chanclas y me las pondré! Así que bajé de la cama con todo el miedo y a la vez la excitación posible pues aún sentía aquellos labios sobre mí. Miré en el espejo cualquier indicio de que aquello haya sido real pero mis labios estaban sentidos más no físicamente mordidos ni nada por el estilo, así como aquella sensación de aún tener aquellos dedos en mi boca.

    Salí de mi habitación y vi todo tan vacio que un miedo me inundó. Respiré profundo y caminando hacia la habitación de mi madre no sin antes pasar la de Sasuke por un momento y caer en la tentación de llamarle pero no… mi prioridad era mi madre pero… ¿Y si Sasuke había sido el del ruido? ¿Y si le había pasado algo y yo ignorando su habitación? Estaba a punto de retroceder y dejar la puerta de mi madre e ir a tocar a la de Sasuke cuando escuché unos mormullos tras la puerta de mamá. ¿Qué pasaba? ¿Era mi padre que ya había llegado? ¿O era mi imaginación?

    Planté mi oído en la puerta y no tardé en identificar la voz de esa cucaracha. Pero antes de hacer escándalo fui a rectificar su habitación y si… efectivamente no estaba, el condenado ni siquiera había deshecho la cama… entonces… ¡Ha estado en la habitación de mi madre todo este tiempo!

    Entré de portazo como esposo cachando a su esposa con el amante y con el entrecejo fruncido grité:


    -¡¿Qué diablos pasa aquí?!

    Y mis ojos presenciaron a su más sagrada imagen maternal bajo el cuerpo de aquel inmundo ser muy cerca de su rostro, ¡El rostro de mi madre! Que parecía sufrir, tenía lágrimas en su rostro rodándoles victimas de aquella cucaracha acosadora.


    -¡Mal nacido!— Me abalancé hacia él dándole un golpe en la cara. Mi furia era tanta como para esperar alguna explicación. ¡Quería matarlo!

    -¡Naruto por favor…!— Rogó mi madre levantándose del suelo en lágrimas.

    -¡NADA NI QUE 8 CUARTOS! ¡TE MATARÉ!

    Me fui de nuevo hacia él, no se defendió más evitaba mis golpes lo cual me hacía enfurecer más y de un mordisco en el brazo lo hice gritar hasta que una fuerza me hizo retroceder, era mi padre que ya había llegado.

    -¡Naruto! ¡¿Qué pasa aquí?!— Preguntó asustado, mirando como aquel brazo de la cucaracha sangraba.

    -¡PAPÁ!— Me giré hacia él— ¡Este monstruo intentó abusar de mi madre! ¡Mira cómo la tenía! ¡Llorando y en pijama! ¡La pijama trasparente de seda que se pone sólo para ti cuando van a…!

    -¡¡Ehhh ya no expliques por qué se la pone por favor!!

    -¡Pero la tenía bajo él!— Y apunté con el dedo a ese imbécil— ¡La estaba forzando seguramente! ¡PAPÁ QUERÍA ABUSAR!

    -¡Cálmate Naruto! Para mi es más creíble que este hombre— Y también lo señaló— Abuse de ti.

    -¿Qué?— Pregunté confundido.

    -¡No, no, nada! ¡Lo que quiero decir hijo mío es que debe haber una explicación!

    -¡Papá te estaban poniendo el cuerno a fuerzas y tú todavía defiendes a este!

    -¡Naruto! Todo tiene una explicación, tal vez si miraras a tu alrededor te darías cuenta que al lado de tu madre hay un ropero viejo, con todo el respeto señor— Le dijo a mi padre— que estaba a punto de caer sobre nosotros dos y lo que hice fue salvarla, caí sobre ella para protegerla.

    -¡Hay sí ajá!— Dije incrédulo— ¡Vayas casualidades de la vida!

    -Pues le creo— Dijo mi padre— Ese ropero viejo ya estaba muy apolillado de una pata, ya se balanceaba y tenía cara de “Me voy a caer encima de uno de ustedes un día de estos”

    -Papá… ¿Es en serio? ¡¿Y las lágrimas qué?!

    -Estaba llorando del susto. ¡Imagínate hijo que tu madre casi era aplastada por esa viejura que tu padre no cambiaba!

    -Antes deberías de estar agradecido— Dijo mi padre sonriendo— Este hombre acaba de salvar a tu madre de ser aplastada por esa caja infernal.





    Le miré por un segundo y sus ojos parecían también estar humedecidos en una nostalgia que no comprendía nuevamente… Sasuke Uchiha me mostraba una mirada que me ponía los pelos de punta. Me fui de la habitación y salí corriendo a la mía, ya no quería saber más explicaciones extrañas para cada movimiento de aquel hombre… si era verdad lo del ropero y todo ese rollo ¿Qué hacia en la habitación de mi madre? ¿Tan sitico era para saber que en ese justo momento caería encima de ella? Todo este día ha sido tan extraño que… no sé por donde decir que todo ha sido sólo casualidad.


    No supe en qué momento pude dormir… tal vez muy pronto, tal vez muy tarde… lo cierto es que la mañana es hermosa y promete varias cosas como un sol a punto de salir permanente en el cielo hasta atardecer y un día común y corriente en esta casa… claro… acabo de recordar a esa cucaracha… y mis fuertes ganas de ir al baño. Así que salgo expulsado de mi cuarto hasta el baño sujetando mi propio trasero a más no poder, entro y ni me preocupo por encender o apagar la luz, bajo mis pantalones, mis calzoncillos y dispuesto a sentarme en el trono noto algo muy extraño… la… la luz… estaba ya encendida y… en el trono… hay alguien muy cerca de mi…


    -No pensaras hacerte sobre mi ¿verdad?

    -¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!!!!


    SI fuese un anciano… seguro abría muerto por un infarto. Sasuke… la maldita cucaracha infernal… estaba ocupando el baño y lo que es peor… me ha visto en mi cara menos presentable. Salí del baño como pude, subiéndome los pantalones antes que los calzones y con paso atropellado me encerré en mi habitación… ¡Maldición! ¡Soy un estúpido! ¡Claro! Como estoy acostumbrado que a esas horas nadie se mete con mi “hora de ir al baño” salí como alma que lleva el diablo y ni me fije en pequeñas cosas como lo es ¡Una luz! ¡Una persona en el trono! ¡Grrr waaahhh! ¡Dios mátame!



    Después de recuperar un poco mi calma me vestí para salir, me habían espantado el torzón y no sabía ni cómo mirar a la cara a ese hombre… se va a burlar de mi… se va a burlar de mi… lo sé… lo sé… ¡Lo sé!

    Salí de mi habitación y caminado con cautela noté esta vez la habitación de Sasuke abierta de par en par, la brisa de la ventana soplaba en mis rubios cabellos y me hacia girar hacia ella dándome cuenta de un Sasuke realmente pensativo y con los ojos cerrados respirando el aire fresco, dejando que sus cabellos bailen con el viento y entonces… miré algo muy peculiar, Sasuke estiraba su mano derecha y entre cerraba su palma como si esperara que un pajarillo se coloque en ella… aquello… aquello no lo podía creer… eso yo…


    -¿Estás ahí… Narucienta?— Me dijo aún con los ojos cerrados llevándolos así hasta que me giró a ver y apartó su mano de la ventana.

    -¿Qué haces? ¿De dónde sacaste eso?

    -¿Qué? ¿Qué te recuerda?— Preguntó extrañamente ¿Por qué eligió esa pregunta como respuesta? ¿Por qué?

    -… … Nada…— Mentí, pero no estaba seguro de nada.

    -Entonces vámonos. — Dijo cerrando la ventana y en ese momento miró una mancha café en la cortina, parecía tierra. — ¿Uhhm? ¿Lodo?— La tocó y la difuminó entre sus dedos acertando en su pregunta. — No importa, Narucienta la lavará.

    -¡Todo yo!

    -Oye ¿Y no vas a ir al baño?

    -¿Qué?

    -Recuerdo que sólo me mostraste tu trasero en todo su esplendor y saliste huyendo como ratón asustado. — De nuevo esa sonrisita burlona… odio a esta persona.

    -¡Cállate y déjame en paz!

    -En paz en el panteón. Por que ya ni en el baño. Yo no tengo la culpa que un idiota como tú no se fije por donde baja sus pantalones, en todo caso debería ser yo el ofendido ¡Yo fui el interrumpido y encima tuve que ver tan cerca aquella alcancía!

    -¡¡!!— Mi cara se torno de todos los colores, estoy seguro, sentía el calor arder en mi cuerpo, aquello… no podía enfrentarlo.

    -Vaya… ¿Con aquello te quedas callado? Ja, ja, ja lo pillo. — Salió el hombre y mi dignidad junto con él. Si ayer había sido horrible… frustrante más hoy… mi día comenzaba de la peor forma.


    Imagínate ahora, justo detrás de aquella persona que ha visto lo peor de ti y que seguro no olvidarás jamás en tu vida, jamás harás que se le olvide y encima jamás podrás superarlo… o al menos para mí sería así, su sonrisita burlona sólo me hacía sentir degradado, un bicho feo que ahora había perdido incluso su dignidad como bicho. Debí haberme quedado en casa.

    -¡Buenos días señor…!

    -Yamato por favor, joven Sasuke. — Dijo el mecánico, habíamos salido a primera hora sólo con el desayuno exprés de mi madre, sin mencionar ni una palabra, ni ella tampoco, de hecho, aún tenía pendiente el hecho del por qué esos dos estaban solos a tales horas de la noche.

    -Sé que es una gran exigencia, prácticamente imposible que tenga mi auto listo ¿Verdad?

    -Disculpe joven Sasuke, debo aceptar que está en lo cierto, no sólo es la llanta ponchada, tiene varias averías, por ejemplo ayer lo forzó mucho y debo checar los frenos y el motor, al parecer también está fallando su batería y hay fuga de aceite ¡ha! y hay que darle un buen baño.


    ¡Me salve!


    -Oh… vaya que tiene sus detalles. No lo eh podido revisar como es debido. Pero confío en usted, me lo han recomendado mucho.

    -No se preocupe, está en buenas manos ¿Verdad Naruto?

    -Si.



    Tuvimos que tomar el público, de nuevo la gente de siempre pero con la gran diferencia de este hombre a mi lado. Los demás me miraban raro justamente por la cucaracha que obligado llevaba a mi costado.

    -Supongo que un hombre de traje muy vistoso no se ve a diario ¿Verdad?— Me preguntó sintiendo también las miradas.

    -Me imagino. — Dije cortante.


    De nuevo estaba allí la mujer del bebé, el anciano de las artesanías y por supuesto la mujer perfumada y el hombre embriagado de tal perfume junto con su sobrino que ahora no sabía si hablarme o quedarse sólo mirando.

    -¿Puedo ver tu anillo?— Preguntó de repente la cucaracha. Eso me sacaba de onda.

    -No. ¿Para qué?

    -Deja de estar a la defensiva “Alcancía”

    -¡Grr!— No pude evitar sonrojarme, ¡ahora me chantajearía de esa forma!


    Le presté mi anillo sacándomelo del dedo y lo miró detenidamente observándolo de todos los ángulos como si buscase en él algo. El anciano nos miraba de reojo pero sus penetrantes ojos estaban tan clavados en nosotros dos que sentí escalofríos. De hecho, estas personas parecían tan diferentes a como antes, como si miraran algo que yo no puedo ver ¿Qué hay frente a mi que no veo y los demás si? ¿Por qué incluso yo mismo lo siento y a la vez… no siento nada?


    -¿Por qué estabas en la habitación de mi madre?— Pregunté escapando de mis miedos pero entraba a otros.

    -Nada, sólo quería agradecerle su hospitalidad. — Dejó de ver el anillo y tomando mi mano sin previo aviso se disponía a incrustarme el anillo en el dedo como si de una doncella se tratase.

    -¡No!— Exclamé ariscado, alejando mi mano de la suya y llamando la atención de todos. Me sonrojé nuevamente, debía calmarme. ¡Cálmate Naruto!

    -¿Qué pasa? Sólo quiero ponerte el anillo.

    -¡No tienes que hacer eso!— Dije, mientras uno de los pasajeros pedía su bajada y las puertas traseras se abrían de par en par.

    -¡Pero aún así lo quiero hacer!


    Forcejeamos hasta que ninguno de los dos tenía aquel anillo si no el aire jugando a la suerte que tanto detesto, el anillo escapaba de nuestras manos justo a la calle mientras las puertas del bus se cerraban completamente, fue demasiado tarde para que yo pudiera alcanzarle.


    -¡¡NNNOOO!!

    -¡Naruto! ¡Cuidado te vayas a hacer daño!— me detuvo en mi intento por cruzar las puertas prácticamente cerradas en mis narices. La gente se sobresaltó así cómo el chofer paró asustado. — ¡Tengo que recuperarlo!— Grité.

    -¡Espera! Estamos en plena carretera y encima rural.

    -¡NO! ¡No me vayas a salir con que lo olvide! ¡BAJAN!— Ordené molesto, frenético, descontrolado, aquel anillo por extraño que sonase era tan preciado para mi, algo en mi gritaba desesperado por recuperarlo.


    Bajé sin molestarme si aquel hombre me seguía o no, yo debía encontrar aquel anillo, debía hacerlo. Comencé a buscar entre el matorral, comencé y escarbé, aparte, miré y miré y busqué, no me importaba si llegaba tarde al trabajo, si había perdido incluso el camión y si perdía todo el rato allí buscando algo tan pequeño en un sitio tan grande.
    Debía… debía encontrarlo…







    FIN DEL CAPÍTULO.




    Hola, hola, aquí el cap tan esperado incluso por mi, jojojojo no será el mejor pero me esforcé en llevarles un buen contenido y pues a estas alturas del partido espero tengan sus ideas y sus apuestas jajajaja ¿Creen que Naruto va a poder recuperar aquel anillo o… se perderá igual que él en sus temores y dudas sobre algo que no puede ver? ¿Y que tanto rollo trae esa libélula dejando su existencia en todos lados? Pues yo no sé mucho, a ver que me contesto yo misma jojojo gracias y saludos a todos. Y….


    Perdón si me ven casí de pasada por aquí... tengo unos asuntos en la escuela que atender y ya le están dando las 12 aquí a la cenicienta (en mi ciudad son las 3 para las 12 de la tarde y tengo un compromiso) pero no se preocupen! la ventana la subo en la noche a más tardar. y pues me tengo que ir que el carruaje se me hace calabaza jijiji



    EXTRA DEL CAPÍTULO:


    Después de que Naruto y Sasuke saliesen muy temprano la señora y el señor Namikaze estaban desayunando, le mujer preparando café y el hombre sentado en la mesa de la cocina pensando y razonando varias cosas…

    -Amor… eh estado pensado esto mucho…

    -¿Qué? Cariño.

    -Estabas con tu pijama “Hot sexy” y con tu cabello suelto y rojo sola, con el niño dormido y un desconocido en tu habitación sin que tu esposo aún diese señas de llagar… ¿No será que en verdad pensabas engañarme y el roperito te aguadó la fiesta???

    -¡EHH! ¡¿Cómo puedes pensar siquiera en eso?!

    -Un hombre nunca deja de ser hombre.

    -Hay… de tal palo tal astilla.



    FIN DEL EXTRA. PRÓXIMO CAPÍTULO EL: 26 de octubre
     
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    La verdad es que creo que ya me empiezo a hacer una idea de que va la historia... aunque tengo más dudas que certezas...

    Muy buen capitulo, me gustó... jejeje

    Me pregunto si el ruido en realidad no fue un sueño...

    Espero ansiosa la continuación...
     
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    Hola muchas gracias por tu comentario y jijiji si falta saber muchas cosas raras que pasaron en este capitulo estoy por subir la ventana por eso ando aquí de a rapido que me corren del ciber si... soy una chika sin cel por ahora que no puede más que ir a comunicarse con el mundo esterior a un ciber jajajaja pero aquí ando eh!!

    jijiji ese naruto tiene mucha suerte la pregunta es de la buena o la mala???
     
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  8. Syo-chan-kun
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    Hola matialvy san me gusto mucho tu fic. Una adevertencia no pongas sukes por favor sinceramente no me agradan mucho solo si son sukes en la relación actual y no en otra porque se me hace denigrante para el uke. Este no te creas bueno un poquito si. Gracias por recomndarme este fic me gusto mucho hasta ahorita. Te dije por lo de los sukes porque me acorde de un manga que leí hace poco y no me gusto mucho porque el protagonista seme fue uke antes en otra relacion y el pobtecito del protagonista uke no tuvo oportoñunidad de ser seme en esa relación. No se si me explique bien y eso Fue un poco frustrante para mi. Bueno ya dejo de contar mis traumas y mejor espero la conty

    Posdata: el manga creó yo es totally captived algo así por si lo quieres leer o tal vez ya lo hayas leído. Y perdón por desaogarme en tu fic a y por mis faltas de ortografía y comprensión cuando escribo sin mas que decir



    Matta
     
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    Ohhhh gracias Shyo-kun mm mm pues gracias por tu opinión sinceramente tomo mucho en cuenta la opinión de mi gente jijiji soy muy feliz y pues jejehe esta historia no es como el sol tras la ventana allí podríamos decir que ambos compiten por ser los semen y pues ya se ha cerca mi publicación y yo aun sin transcribir jojojojo ahora si estoy en aprietos muajaja
     
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  10. Syo-chan-kun
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    Tienes que hacerla o saldrá mi personalidad gore jaja sigo esperando paciente conty eh
     
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    El viento estaba quieto, demasiado quieto para aquel día nublado, la ya conocida libélula azul y negra vigilaba desde su puesto de mando su presa, una mariposa de un color realmente difícil de encontrar en una: Rojo, un rojo vivo y radiante, ni el mismo cielo donde surcaba como una bailarina de ballet podía nublar su belleza, las orillas de sus alas eran de un negro profundo y siendo aún más impresionante parecía haber sido entintada de un brochazo blanco en forma de grieta en su ala derecha. Una pequeña línea que llamaba más la atención de aquel insecto depredador que estaba a punto de atacar.

    La mariposa se ha dado cuenta y comienza a huir volando lejos del peligro. La libélula no ve visiones y rápidamente la ataca atrapándola entre sus patas, la mariposa aletea asustada tratando de zafarse y su cazador listo para dar la tarascada se detiene por el último milisegundo de su acto.

    ¿Qué ha pasado? La libélula dejar ir a la mariposa la cual huye despavorida con aleteos bajos, está herida pero viva.

    La libélula se limpia el rostro girándolo de una forma que sólo ella sabe sus grandes ojos divisan a lo lejos un brillo plateado, un brillo entre el lodo del suelo y los matorrales, ahí hay algo, algo muy importante siente. Emprende su vuelo hacia aquel brillo y posándose sobre él mira hacia el cielo donde le pareció ver algo sobre ella.




    <<el VUELO DE UNA LIBÉLULA>>
    POR: Matialvy Dos Santos


    CAPÍTULO 3: El brillo plateado.




    Mi vista se nublaba, veía tan borroso y mi rostro percibía sólo humedad, desesperación, unas ramas por aquí unas ramas por allá, una piedrita por allá y otra a cuyá. ¿Dónde? ¿Dónde está? ¡¡ ¿Dónde?!! Estaba perdiendo el juicio, enloquecí mis lágrimas se volvieron rabia en gritos y mis manos un torrente que arrasaba con aquella yerba que no tenía culpa de mi pena… pero… estaba tan desesperado, asustado como para ver más allá de mis acciones.

    ¡¡PARA!!— Me gritó esa voz tan familiar ¡¡Para por favor!! ¡Estás destrozando la yerba!— Me volvió a decir pero no quería escuchar ¡El no sabe cómo me siento! Él no sabe cuan importante es para mi ese anillo…

    -¡Para ya!— Me tomó desde atrás, él tras mío abrazándome aprisionando mis brazos con los suyos y yo vuelto un llanto colérico. — Te lo pido Naruto… para por favor, te has hecho daño.

    Era verdad, mis manos lodosas, resecas, talladas y mis uñas mugrientas y los dedos despellejados me regresaban un poco a la realidad, pero aún así mi mente estaba en aquel anillo.

    -¡No importa!— Dije zafándome de sus brazos y reanudando mi búsqueda, tenía el pantalón echo un asco, el lodo se había apoderado de mis pies, codos y manos, incluso mi saco y la corbata estaban como un cochino en el establo.

    -¿Tan importante… es para ti?— Me preguntó allí hincado mirándome cómo seguía mi búsqueda. Me volví hacia él con una mirada fría le respondí.

    -¡Si!

    No se lo pedí pero enseguida él comenzó a buscar conmigo enlodándose, rebajándose al lodo como un puerquito todo para… ¿Ayudarme? ¿En verdad Sasuke Uchiha estaba en medio de un campo buscando un anillo que seguramente no alcanzaba el precio de ese traje que llevaba? En verdad… aquella acción suya me conmocionaba tanto, un hombre no debería romper a llorar pero… era demasiado tarde mis lágrimas salían y salían, mis gemidos no callaban por más que luchaba. La cucaracha se acercó a mi y mirándome con esa mirada que no entiendo me abrazó fuertemente olvidándose de lo sucio que estábamos, ambos siendo el espectáculo de los autos y gente que pasaban, siendo así el momento más desastroso y calmoso que recuerdo hasta ahora donde perdí algo y a la vez sentía que lo tenía tan cerca de mi.


    Era demasiado tarde como para presentarnos al trabajo, por Sasuke no había problema, por mí no lo sé, tal vez no… pues estoy ahora en mi casa tomando una ducha y con el gerente en casa bebiéndose un cafecito con mi madre. Aún no me creo el cuento de anoche pero mi mente sigue allí… en aquel campo, aún siento esa tristeza, una gran y profunda tristeza.

    El lodo se resbalaba entre mis dedos, mis muslos, mis pies, mi rubio cabello comienza a tener vigor pero mis ojos rojos e hinchados de tanto llorar aún no pueden volver a ser como antes, mi corazón golpea y sigo sintiendo ese vacio hiriente ¿Cómo puede un objeto ser tan importante?... Ni siquiera yo mismo lo sé, no tengo idea de su valor en realidad pero… sigue siendo importante.


    Toc, toc, sonó el vidrio de mi ducha sólo para mirar que tras ese vidrio pañoso se encontraba Sasuke Uchiha ¡¿Qué hace aquí?! ¡Él ya se baño! Deslicé la puerta y ocultándome tras ella le miré con el entrecejo fruncido.

    -¿Qué quieres?

    -Me mandó tu madre— Y puso frente a mi la toalla limpia— Ensucié la que estaba aquí, por eso vine.
    Sasuke se veía tan tranquilo que su semblante me provocaba otra sensación era como llenar el vacio con un aire fresco y caliente a la vez, capaz de hacerme olvidar de esa tristeza.

    -Gracias— Dije tomando la toalla y cerrando de un desliz tosco la puerta. Me quedé parado de espaldas a aquel vidrio con el corazón palpitando fuerte y mi rostro caliente. No era la ducha, no era el agua caliente y el vapor… no, estaba nervioso por que aquel ser tan misterioso para mi, seguía allí mirando hacia mi, nuestros cuerpos sólo eran separados por aquel vidrio, él llevando una bata mía de “solesitos” y yo desnudo y mojado. Me siento como una quinceañera.

    Terminé de secarme, me puse una bata con “Espirales naranjas” y salí al corredor donde mamá tenía la comida lista, el agradable olor del pan al vapor, el arroz y la sopa de miso me hacían sentirme tranquilo sin pensar más que en comer. Allí estaba él comiendo finamente mientras mamá seguía siendo amabilidad pura.

    -Tal vez te agrade más sopa de miso o pan ¿Sasuke?

    -Así está bien Kushina.

    ¡¡¡¡ ¿Ku…Kushina?!!!! ¿Y él “señora”? ¿Dónde está? ¡No puede ser, voy a matarlo!

    -Yo le pedí que me llamara sólo por mi nombre y me tuteara Naruto— Me dijo la mujer antes de que me lanzara al canalla.

    -¡Hump! ¿Y porqué tantas confianzas? Quiero saber. — Crucé los brazos y miré retante a mi madre la cual sólo sonrió.

    -Decidí quedarme este día también y se me hace muy feo e irrespetuoso llamarle “señora” a una mujer tan joven y bella como lo es Kushina.

    -¡Hijo de…!

    -¡Naruto!— Me llamó la atención muy molesta, contra su genio no puedo— Si él está aquí es por tu mera culpa.

    -¡Bah!— Tomé 3 panes y llevándome uno a la boca y los otros dos en mi mano me fui molesto a mi habitación.


    Me senté tras la puerta y allí comí con enfado, masticaba y masticaba con ferocidad, verlo allí comiendo tan tranquilo era como ver algo inexplicable. Mi mente, mi cuerpo y mi corazón no estaban de acuerdo, uno sentía una cosa y otro otra ¿Qué me pasa?




    “No abre está atascada” “¡¿Qué?! ¡Naruto! ¡Naruto abre la puerta!” “Parece que algo puso para retenerla”
    ¡PUUAAAFF! Salí disparado de hocico al suelo pues el gran Sasuke presumiendo de sus fuerzas le lanzó una patada a mi puerta, puerta que no abría a causa de que me había quedado dormido tras ella, tarde reaccioné ya estando en el suelo y con un raspón en el labio y nariz lancé mi furia a esos 2 que osaban allanar mi habitación.

    -¡Naruto! ¿Qué hacías atrancando la puerta?— Preguntó desconcertada mi madre mientras 4 ojos se miraban furiosos y retantes 2 negros y 2 azules fuerzas diferentes contraatacándose visualmente.

    -¡Nada! Sólo dormía— Me levanté sacudiéndome y limpiando mi labio sangrado.

    -¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Hijo te has hecho daño!— Mi madre se desmalló dando el azotón en los brazos de Sasuke ¡Grr! En estos casos preferiría que cayera al suelo.

    -¡Mira lo que provocas Narucienta!— Me dijo— Al parecer a tu madre le da pavor ver a su adefesio sangrando ¡Y a quién no! tan feo que estás y luego raapandote como cuete en el suelo ¡Peor!

    -¡Cállate!— No era sólo un raspón me había cortado un poco el labio y dolía, ardía y quemaba, Sasuke dejó en mi cama a mi madre y consiguiendo la cajita de primeros auxilios de la cocina se dispuso a curarme pero…

    -¡No!— Grité rechazando el algodón preparado y todo tipo de molestia por parte de la cucaracha.

    -Tranquilo sólo quiero ayudarte, creo exageré al abrir esa puerta, pero como no contestabas estábamos preocupados.

    -¡Me importa un comino!— Salí de la habitación y Sasuke tras mío y… un mareo, una visión, algo blanco y negro apareció frente a mi— ¡Ahh!— En un flashazo vi a uno de cabello blanco bajar las escaleras con rapidez con sus ojos llorantes y uno de cabello negro tras él gritándole ¡Espera! Ya no pude ver nada… mi vista se hizo negra y caí al suelo sintiéndome en un abismo tengo miedo… mucho miedo… ¿Qué fue eso? Me duele la cabeza…



    Desperté y lo primero que vi fue el techo de mi habitación y luego la cara preocupada de mi madre, me sentí extraño como si viniera de otro mundo… aquella sensación me asustaba.

    -¡Hijo!— Me abrazó fuertemente, noté como mi labio y mi nariz ya estaban curados ¿Quién?... — ¡Ya no mates a tu madre! ¡Por favor!

    -Ma… ¿Matarte?— Miré a un lado, al lado izquierdo donde tenía a Sasuke sentado sobre la cama muy cerca de mi mano… de hecho… la siento tan cálida… estuvo a caso…


    No tenía la fuerza ni tampoco las ganas de discutir o siquiera preguntas ¿Qué estaba pasando allí?

    La tarde a penas y la escuché irse, ya era noche y mi madre seguía junto a mi deteniendo lágrima tras lágrima ¡No es para tanto! ¿Por qué sufre así? Miré a mi alrededor y me percaté de que aquel insecto no estaba… por extraño que pareciera… yo también quería llorar.

    -Naruto… ¿Y tu anillo?— Preguntó mi madre secándose la última lágrima que resbalaba de ella.

    -Fue la causa de haber llegado así de sucio esta mañana mamá— Sonreí aguantándome el llanto, mi corazón nuevamente se sentía vacio recordando la frustración de aquel objeto que jamás volveré a ver.

    -Debió ser algo muy duro para ti perder algo tan importante.

    -Si… — Dije sin prestar atención a su frase, debí de haber pensado que todo era un sueño…




    Escucho algo… algo muy raro… ¿Una mosca?... no… ¿Un sancudo?... no… ¿Un avión acaso? No… es algo más grande que una mosca pero más pequeño que un avión…

    Veo algo… ¿Un hada? No… ja, ja, ja las hadas no existen… es… está volando, es hermoso vuela sobre el mar vuela rápido y se acerca a tierra, puedo ver la altura en la que está, puedo ver el mar desde el cielo, puedo ver lo azul del océano, la brisa, las nubes sobre mi… estoy en medio… se siente tan bien…

    Siento algo… ya no es el mar, ya no es la brisa, es el suave tocar de unas ramas verdes ¿Pasto? Todo es verde y siento la frescura del lugar la humedad.

    ¡Veo algo más! Algo tan grande, una sombra, un coloso, sus movimientos me asustan ¿Qué es? Parece un gran oso… no… no es un oso… ¿Un hombre? ¿Qué está haciendo? Se abre paso entre las hiervas ¿Quién… que… cómo?... Me duele…




    ¡Ah!— Eh despertado ¿Era un sueño entonces? Fue… tan extraño…

    Me enderezo de la cama y me cercioro de que mamá ya no está conmigo… ¿Y la cucaracha? ¡Je! Mejor es para mí ya no tenerla aquí fregando. Vuelve a estar… todo oscuro…



    “Te prometo que lo tendrás nuevamente”



    El día siguiente llegó junto con mis lagañas impidiéndome abrir los ojos ¡Waaahhh! ¡Ahh!... ¡Logré despegarlos! ¿Acaso me lloraron los ojos o qué? Me fui como costumbre al baño pero esta vez abrir la puerta sigilosamente esperando no cometer el mismo error y… no, no hay nadie ¡Uff! Al menos podré estar tranquilo.

    Tras terminar de vestirme me alisté para el trabajo y miré mi mano, el dedo donde alguna vez estuvo aquel anillo… la marca de que allí estaba se está desvaneciendo…

    -¿Estás listo?— Preguntó esa voz molesta llamando a la puerta— Fui por mi auto y ya está listo. Vámonos.

    -¡No pienso ir a ningún lado contigo! ¡Hump!— No le abrí y ni pensaba, pero él abrió la puerta y me miró con una sonrisa ¡¿Qué se siente?!

    -Alcancía ¿Estás molesta por que hoy no te vi la rayita?— Ese maldito…

    -¡CÁLLATE!— Tomé mi portafolio y salí haciéndolo a un lado pero su mano me detuvo bruscamente del brazo— ¡Ahh!

    -¿Seguro que estás bien…? Tus heridas…

    -¡Déjame en paz!— Traté de zafarme pero cuando volví mi mirada a su mano la vi tan lastimada como si se hubiese pasado raspando algo. — Tu… mano…

    -No es nada— Se escondió aquellos dedos desgastados, me recordaban a los míos cuando me la pasé buscando ese anillo ¡Ah! Tal vez los tiene así desde ayer que me ayudó.

    Desayunamos con mamá, papá llegó muy tarde que no le vi la cara. También se fue muy temprano mucho más que yo. Apenas y duerme a veces a penas y le veo, deseo ayudar a mis padres me dieron una carrera, una vida pero… aún con todos mis estudios no tengo el empleo deseado ni mucho menos lo deseo dentro de esa empresa. Estoy allí por… ni siquiera lo sé. Yo deseo volar ir a donde quiera sin estas ataduras ¿Qué es lo que quiero hacer de mi vida? Je, je, je para muchos es una estupidez.


    Tomamos nuestras cosas y nos fuimos Sasuke subió a su auto y yo le miré por un momento, el “Precioso” estaba como nuevo, tan negro y brillante como los pelos de su dueño con esos ojos blancos y cristalizados que le daban un aire de impotencia y misterio, muy perecido a su dueño. Debo aceptar que es muy cómodo el Precioso, hasta podría dormir aquí ¡Pero no! ¡Este auto es territorio enemigo!

    -¿Y cómo están tus heridas?— Me preguntó la cucaracha mientras manejaba cuidadosamente.

    -Pues no te importa. ¡Tú tienes la culpa de estas!

    -No te quejes, fue accidente, en ese caso yo qué diré sobre la mordida que me hiciste hace 2 noches.

    La había olvidado, aquella noche estaba tan molesto que le mordí hasta sangrar un poco su delicada piel de bebé.

    -Tú te lo buscaste.

    -Supongo.

    -¿Sólo eso vas a decir?

    -Supongo.

    -¡Hump!



    Llegamos por fin ala empresa donde el vigilante nos miró con una sonrisa nuevamente picara como si viera a través de nosotros algo que ni yo puedo ver. Al bajar noté las miradas furiosas y cuchicheantes del personal, parece ser que bajar del auto del gerente es una gran proeza digna de envidiar.

    -Nos vemos Narucienta, de rato te hablo para seguir con la limpieza del otro día— Sonrió y desapareció de mi vista. Ahora estoy solo de nuevo y frente a mi un ambiente que detesto… no me gusta.

    Llegué a mi escritorio donde gracias a Dios todo está en su lugar inclusive Sai como siempre.

    -¡Buenos días!— Dije esforzándome por sonreírle a esa piedra.

    -… … … — De nuevo me ignora, es lo de todos los días ¿Por qué me molesto es ser bueno con él? Debería darle la misma cara.
    Me senté y no sabía por dónde empezar tenía una fila de pendientes del día de ayer y además lo de hoy. Ser “capturista” no es mi apasionado trabajo que desearía pero ¡Je! Ahora verán por qué soy un capturista.

    El sonido de las teclas parecía el sonar de un aguacero fuerte y rápido. Sai me ignoraba incluso cuando aquel sonido tal vez se volviese molesto. Había veces que notaba que para “ignorar mi aguacero” se ponía los auriculares y escuchaba música pero aún así nunca me volteaba a ver.


    Terminé 3 pendientes dándoles carpetazo. Tomé los siguiente y agradecido por que no tenía interrupción alguna llega Sakurita e Ino casi aventándose entre ellas con la cadera y codos para ver quién llega antes a mi con una pregunta tan tonta.

    -¡Naruto!— Dijeron ambas, ignoré a Ino y miré fijamente a Sakurita.

    -¿Si?

    -¡¿Es verdad que ayer pasaste todo el día con el gerente Sasuke Uchiha?!— Preguntaron ambas tan sincronizadas que seguro era molesto para ellas. Sai desvió los ojos hacia mí ¡Por primera vez!

    -¡Déjame hablar, tú cállate!

    -¡Claro que no, rosada!

    -¡Oxigenada!

    -Chicas… eeehhh— Sonreí tratando de calmarlas pero entonces una gritó.

    -¡Dilo de una vez Naruto Namikaze!— Ino se veía enojadísima— ¡¿Qué te traes con nuestro gerente de nuevo?!

    -¿De… de nuevo?— ¿Cuándo fue la primera vez si no fue esta? Hasta donde sé ni yo se a qué se refiere mmm… tal vez lo diga por lo del lunes.


    Mientras yo me hacia esas cuestiones Sai se levantó de su escritorio tomó unas carpetas e impresiones que había sado de la impresora y se fue sin decir nada hasta que Sakurita llamó su atención a medio camino.

    -¡Hey Sai!— Y Sai se detuvo pero sin mirar atrás— ¿No vas a hacer algo al respecto? Sasuke…

    -No es mi problema— Dijo yéndose de una vez.

    ¿Qué pasaba aquí? ¿Qué de especial tenía ese gerente y encima qué responsabilidad tenía el señor silencio? Como sea, por primera vez quería sacar a estas 2 incluyendo a Sakurita de mi oficinita.

    -Chicas tengo mucho trabajo así que…

    -¡Al parecer nada ha cambiado!— Dijo Sakura que parecía querer llorar.

    -¡Ya veremos qué pasa cuando el señor Madara se entere!— E Ino se largó por fin echando humo.

    -¿Qué pasa aquí Sakurita? ¿Qué le pasa?— Pregunté.

    -Naruto…— Me sonrió, una sonrisa que nuevamente no comprendía. — ¡Naruto!


    Debo aceptar que… este día está muy loco, ahora tenía a Sakurita la que siempre me ha tratado brusco, contestándome de mala gana siempre enfadada conmigo y haciéndome un tonto ante todo mundo abrazándome, dándome un fuerte abrazo, su calidez me transmitía un sentimiento que no entendía. ¡Bah! Cada movimiento y palabras de estas personas me frustraban.



    Más tarde terminé mis labores y en todo el rato no vi ni un pelo de Sai parece que se fue, ¡Mejor para mí! Así no me siento incomodo. Tomé mi trabajo y lo entregué a Shikamaru que se encarga de archivarlo. Fui con Njei para entregarle la captura del pedido de Kyoto del lunes. Me tropecé con Hinata en el camino la cual estaba más rara de lo normal me vio y corrió. Y al fin… me encontraba con el gerente de la empresa con un café en mano y una dona de azúcar.

    -Creí que no te gustaba mucho el dulce…— Dije sin pensar para luego callarme.


    -Un poco pero esta dona no se compara a las conchas de tu madre.
    -¡¡ ¿Qué?!!— Grité molesto.

    -Digo, digo a las que me ofreció tu madre.

    -Hijo de…

    -Narucienta ¿Ya terminaste?

    -¡Si! ¿Qué quieres?— Contesté golpeadamente.

    -Me gusta tu fiereza, pero eh de dominar nuevamente a la fiera, ven Narucienta— Y se giró para darme la espalda y caminar hacia aquella vieja oficina del lunes seguro quiere que la limpie.— Por cierto…— Me dijo— No les hagas caso a esas mujeres locas.

    << ¿Mujeres locas?>> Me pregunté en mis adentros.

    -No dejes que te confundan— Me dijo, cosa que no hace más que confundirme más.

    Llegamos pues y en una silla vieja y polvorienta Sasuke postró su mirada maliciosa, creo tengo una idea que quiere.

    -¡Sacúdela!— Ordenó.

    -Claro…



    Saqué la silla y la sacudí, limpié y dejé reluciente casi ni se le notaba lo vieja. El rey se aplastó en ella junto con su dona y su café a medio comer. Miró a su súbdito frente a él y luego miró el alrededor de su fúnebre palacio.

    -Naruto, quiero que me ayudes a este lugar sea la mejor oficina que jamás has visto. La podrás acomodar a como tu gustes con lo que quieras y como quieras, no escatimes en gastos ¿Entiendes?

    -¡¿Qué?! ¡No entendí esta vez!— Creo que mis oídos me traicionan— Podrías… podrías repetírmelo… y con manzanitas por favor.

    -Je, je, je, je Eh dicho Naruto, que quiero que arregles esta oficina vieja a tu gusto como si fuese para ti, un espacio personalizado del suelo hasta el techo, de una pared a otra tuyo, sólo de tu gusto sin importar cuanto te lleve en tiempo y gasto. ¿Qué por qué? Por que yo quiero.

    -Ok…— Sigo sin entender— ¿Para qué?

    -Ya verás, sólo hazlo.

    -¡Es… ¿Es enserio?!— Pregunté nervioso, tal vez era otra de sus bromas de “Madrastra malvada”

    -Totalmente en serio, te prometo que es en serio y yo… nunca rompo mis promesas.

    En verdad parece esa vieja malvada.

    -Bueno te dejo que comiences, si necesitas ayuda te puedo mandar a Neji anda desocupado.

    -No… así está bien— Con Neji a mi lado no quiero levantar ni un tostón ¡Su mirada me aterroriza!

    -Bueno, como quieras, tienes para comenzar hasta la salida hoy te vas a casa temprano.

    -Si.

    Se fue y ahora… solo… no sé que hacer.


    El toque de ida sonó y todos comenzaron a tomar sus cosas y dejar todo en su lugar y checar hora de salida por huella. Dejé mi labor en donde quedó. Tomé mis cosas y nuevamente… nuevamente no estaba el señor silencio, por alguna extraña razón… sentí un golpe en mi pecho ¿Lo extrañaba? ¡Bah que bah! Ese señor silencio debe ser un cero a la izquierda para mi como yo lo soy para él.


    -¡Naruto!— Me llamó la voz de Sasuke me giré para verlo listo para marcharse— Te llevo a casa, ve al estacionamiento ahora te alcanzo— Y se volvió a su oficina, parece que olvidaba algo… ¡Un momento! ¡¿Irme otra vez con él?! ¡Oh Dios! ¡¿Qué hago?! ¿Me voy con él o no?


    Por si fuera poco mi cuerpo ya estaba decidido se iba directo al estacionamiento y esperaba paciente recargado en la pared cerca de las escaleras donde esperaba que bajase Sasuke para irnos de una vez antes de que me arrepintiera. Escuché unos pasos, sabía que no podría ser otro más que Sasuke.

    -¡Sasuke tar…!— Dije incompletamente cuando apareció frente a mi dueño de esos pasos… el señor silencio— ¡S…Sai…!

    No supe qué hacer ni qué decir, él me estaba mirando muy feo, muy enojado, me gustaría saber qué pasa por su mente para mirarme así de feo. Puso una mano en la pared cerca de mi, mis ojos giraron a verla asustados, estaba inexplicablemente asustado, luego su otra mano terminó por encerrarme entre la pared y él mismo Sai muy cerca mío. ¡¡¿Qui… quiere golpearme?!! Tragué saliva ante la posibilidad… no había deseado en mi vida que aquella cucaracha llegase a espantarme otro bicho como ahora ¡La pulga! Sedienta de mi sangre al seguro golpearme… ¿Qué hago? ¿Cómo huyo? ¡¿Qué digo?!

    -Como que…— Dije nervioso, sudoroso miraba para todas partes— Como que hace… — ¡Desearía ser invisible!— ¡Dejé la hoya en los frijoles!— Y traté de moverme pero Sai se acercaba más a mi y seguía cada movimiento torpe de mi cuerpo— ¡Digo, digo! ¡Dejé los frijoles en la hoya! ¡No!— Intenté de nuevo pero en vano— ¡No! ¡La hoya de los frijoles en la estufa! ¡No le di de comer a mi gato! ¡No cerré la ventana! ¡No regué las plantas!— Un intento tras otro, no podía moverme— ¡Tengo que irme!

    Intenté aventarlo pero él me regresó a la pared de sopetón plantándome un beso en la boca ¡OHH DIOSS! ¡¿Qué diablo se le ha metido a Sai?! ¡Está… está besando a un hombre!

    -Mmm… mmm…— Me intenté zafar con mis manos las cuales con una sola mano tomó y las llevó a mi entrepierna junto con la suya ¡Hay Dios mío! ¡Agárrame confesado! Está… está frotando con ¡Todo y todo!— ¡Basta!— Grité en mi oportunidad, pero la otra mano de esa pulga mañosa me tomó de la barbilla y me obligó a estar quieto, otro beso no se hizo esperar ¡Yo juro que luchaba por mantener los labios cerrados incluso abriendo mi herida del labio el cual comenzaba a sangrar, pero este hombre férreo metía su lengua a como diera lugar estuviese yo sangrando o no!


    En ese instante vi bajar a Sasuke el cual tenía una sonrisa que se borró mágicamente de su rostro, me quedé petrificado al igual que su expresión, Sai seguía frotando y besándome, una lágrima salía de mi rostro sin razón, mi corazón estaba roto, ver a Sasuke allí para no hacer nada más que tomar su auto e irse… era la peor vergüenza de mi vida, incluso mil veces hubiese preferido que me viese en el baño con la alcancía a todo su esplendor que esto…

    Sai dejó de besarme y yo sin fuerzas eh quedado, me siento violado, como si hubiesen perforado algo en mi que era tan valioso. Mis ojos llorosos apenas y vieron a aquel Sai alejarse sin decir ni una palabra… cuando estuve seguro de que se había largado… Mis lágrimas corrieron silenciosas… me dejé caer al suelo y me acurruqué en mí mismo ¿Qué había pasado? ¿Por qué? ¡¿Por qué a mí?!



    Cuando terminé de llorar en silencio… pude ver frente a mí tirado en el suelo lo que seguro a Sasuke lo había hecho volver a la oficina… aquel brillo plateado… mi anillo perdido…
    ¡¡Que vergüenza!!





    FIN DEL CAPÍTULO.



    ¡Por fin el capitulo 3! Jo, jo, jo, jo las cosas han dado un giro que pues… mmm tal vez ya se esperaban pero de igual forma me emocionan, ahora pues… ¿Qué onda con Sai y su “violada express”? ¿Qué pensaría nuestro Sasuke al ver a esos dos allí prácticamente comiéndose y ni siquiera le llevaron invitación? ¿Qué está pasando aquí? Pues… espero resolver alguna duda si quiera en el siguiente capitulo. Disfruté bastante este capitulo uno largo a mi ver y que le eché mucho de mi amor y esfuerzo para dejarlo lo mejor posible a mis posibilidades, espero les haya gustado y espero sus comentarios que son mi paga por ustedes sigo aquí. Ooohhh y claro por mi amor que tanto quiero jojojo mi inspiración!




    EXTRA DEL CAPÍTULO:
    -Seguimos aquí en la entrevista para la revista JAMP con el gerente de una de las empresas más competentes de las industrias japonesas internacionales del mundo: Auto partes MADARA con el señor Sasuke Uchiha, un joven muy apuesto al cual muchas chicas seguro han de querer si quiera una sonrisa de él ¿Cierto?

    -Hump.

    -Esa no es una sonrisa joven Sasuke.

    -No estoy de humor, tengo que comprar un insecticida de inmediato.

    -¿Un insecticida? ¿Acaso ha visto usted un bicho en esta oficina? Que por cierto es la suya.

    -Anda rondando como plaga en toda la empresa…

    -¡¡ ¿QUÉ?!!

    -¡Eh de aniquilar a esa escoria!

    -Joven Sasuke, cálmese por favor, recuerde que está en una entrevista y…

    -Eh dicho que no estoy de humor y si interfieren en mi camino… ¡Os aniquilaré a ustedes también!

    -¡Diablos! ¡Corta esa parte por favor! ¡Córtala! ¡Empecemos de nuevo!





    FIN DEL EXTRA. PRÓXIMO CAPÍTULO EL: 26 DE Noviembre
     
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    Waaaaa!!! Estuve esperando cada segundo del día por este capitulo... jejeje... valió la pena...

    Por cierto, quiero matar a Sai!!!! Cómo se atreve?! :=angrys: :=angrys: :=angrys:

    En fin, aún sigo con más dudas que certezas y por primera vez el 26 de noviembre se me hace una eternidad!!!

    Me gustó mucho el capitulo, en especial la parte en que al parecer Naru ve a través de los ojos de la libélula...

    Pero definitivamente me dolió y mucho el final...

    Espero pase volando el tiempo y que en serio en el próximo capitulo si se resuelvan las dudas que tengo...

    Gracias por seguir con tan bella historia...
     
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    Hola muchas gracias Danny Tsubasa es que andaba muy ocupada y no podía subirlo antes pero aquí esta y si ese Sai es un odioso jaja al menos aquí supongo jaja y Naruto pobre en medio de todo y si esa parte es la visión a través de la libélula y pues espero tener el cap antes pero siempre no falta que se me atore y pues esperó tener te aquí para el próximo vuelo donde Naruto tendrá que enfrentar a Sai y al mismo Sasuke que igual que piensan estos dos en esa expresión tan inexpresiva
     
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  14. Syo-chan-kun
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    Matialvy dos santos sensei etto etto mi querer conty ay ese sai porque habrá hecho eso por que? Por que?
    Conty conty conty


    Matta
     
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    Hola holaaaaa aki reportandome y a deciros k aver si acabo el cap para el 26 de noviembre esk me dio gripa y fuerte y no eh podido mas que robarme el telefono por ahora y mandar este mensaje me tienen encerrada y fuera de la civilizacion!!!! jijijiji no tan exagerado pero si. pero no crean k estoy olvidandome de ustedes el cap ya esta hecho solo falta transcribir!!!!
     
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126 replies since 27/8/2015, 00:12   2384 views
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