Steal his soul

UA. Misaki se ha convertido en el ladrón más buscado de Japón. Sin embargo sus planes se ven frustrados por los sentimientos que comienza a probocarle Akihiko, su próxima víctima.

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  1. Izanami Kuro
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    Hola~
    Bien no tengo muchas ideas sobre que decir ahora sólo que ojalá les guste este fic intentaré actualizar rápido puesto que ya salí de vacaciones. Disfruten~

    Si hay personas que ya conozcan este Fic, no se preocupen no estoy plagiando, pertence a Vicky-sama (usuario en otro foro) pero
    Yo soy Vicky-sama Ya cambié el usuario también en ese foro así que ya no habrá confusiones, se que me desaparecí en dicho foro pero ya luego les explicaré porque mientras actualizaré los Fics que ya he escrito aquí en Mundo Yaoi


    … Esto significa cambio de escena.
    ::: Esto significa que pasa el tiempo.
    -Diálogo
    -Pensamientos


    Steal his soul


    by: Izanami Kuro



    Capítulo I



    Su respiración era lenta, suave, inaudible. Nadie nunca se daría cuenta de su presencia aún si le pasara en frente.
    Sus movimientos eran precisos y ágiles. No cabía duda de su talento y experiencia, un movimiento más y la caja se abría dándole paso a su premio.

    Fuera de la habitación apenas y se escuchaba el homenaje a Chopin que la orquesta tocaba, todo era perfecto. Mucho más perfecto en este momento.

    La caja se abrió con un ligero “click” y lo vio, el diamante negro.
    Ahora era suyo.

    -Eres precioso- susurró extendiendo su mano para tomar la joya. El diamante negro era la posesión más preciada de la familia de un rico escritor valuada en unos 12, 000,000 de euros y ahora estaba en la palma de su mano –¡Ha! Eso fue fácil- sin embargo era muy pronto para hablar.

    Una ruidosa alarma aturdió sus sentidos por un segundo.

    -¡Maldición!- tomó sus cosas rápidamente al escuchar los pasos apresurados que iban en su dirección. Nadie nunca lo había atrapado y hoy no sería la excepción.

    La manija de la puerta comenzó a moverse con desesperación al estar sellada, pero un gran golpe la abrió. Sin embargo, ya no había nadie dentro de la habitación.




    -¿Pero qué está pasando? ¿Por qué viene la policía?- de la divertida y amena fiesta que se celebraba no quedaba ni rastro. La gente salía rápidamente de la mansión mientras los agentes entraban y revisaban cada rincón del enorme lugar.

    -No lo sé señor Takatsuki, pero se rumorea que esto ha sido un robo.

    -¿¡Un robo?! ¡Imposible! La mansión de la familia Sumi es famosa por su gran seguridad.

    -Sí, lo sé señor. Pero creo que dadas las circunstancias… ya no lo será.

    Los invitados eran presas del movimiento, muchos de ellos habían ocupado sus autos y vuelto a casa con un gran tema de conversación para toda la semana, si no es que el mes. Pero la gran mayoría estaba dispersada en pequeños grupos discutiendo lo acontecido, tal era el caso del señor Takatsuki quien se encontraba charlando con uno de los sirvientes del lugar.

    -¡Dios mío! ¿Cree usted que atrapen al ladrón?- preguntó Takatsuki con un peculiar brillo de adrenalina en los ojos.

    -No lo sé señor- contestó el sirviente –Pero lo más seguro es que así sea, debe ser o muy astuto o muy tonto para meterse a robar en semejante lugar y más aún cuando se encuentra lleno de gente… y vigilantes.

    -En eso tiene razón, sinceramente en mi opinión…

    -Padre, ¿podemos irnos ya? Esto es bastante aburrido- un joven de cabello rubio-castaño y grandes ojos grises había interrumpido al mayor.

    Su tono había sido el de un niño cuando en realidad ese joven arañaba los 21 años.

    -Está bien Shinobu- contestó resignado el señor Takatsuki –Me despido, ha sido… muy interesante nuestra plática.

    -Lo mismo digo señor- en cuanto vio partir al señor Takatsuki y su hijo una sonrisa retorcida surcó su rostro, también él debería de irse.

    Salió sin problema del bullicio que él mismo había causado, se deshizo del traje de sirviente y con joya en mano se abrió paso a su hogar, al día siguiente lo vería y le entregaría su “encarguito”.

    Él lo había dicho, nadie atrapaba a Misaki Takahashi.

    :::



    Como siempre el lugar estaba pulcro, la limpieza era algo de lo que gustaba el jefe, eso y la luz del sol entrar por su ventanal. Un lugar bastante fresco a decir verdad.
    La puerta se abrió dejando ver a su asistente.

    -Señor Ijuuin, ya ha llegado.

    -¡Ah, siempre tan puntual! Déjale pasar Shizuko- respondió relajado y con una agradable sonrisa.

    El aludido asintió y dio paso a un joven de cabello castaño oscuro y hermoso ojos verdes, era bastante apuesto y a pesar de todo seguí conservando ese toque inocente en cada movimiento.

    -Otro trabajo perfecto supongo.

    -Sí, así fue. Y he aquí la prueba- el joven depositó una caja blanca en el escritorio del mayor, quien inmediatamente la tomó y abrió viendo su contenido.

    -Hermoso, simplemente hermoso. Es obvio el buen gusto de los Sumi, sabía que lo lograrías Misaki, eres increíble.

    -M-Muchas gracias señor- respondió sonrojándose ligeramente por el cumplido. Podía ser un famoso y buscado ladrón, podía acabar el solo con toda la seguridad de un lugar e irse sin dejar huella, pero nunca dejaría de ser él, siempre sería ese joven frágil que se sonrojaba por cualquier cosa.

    -Ha sido fascinante verte madurar Misaki. De ese niño torpe no queda nada. Tienes a toda la policía de Japón sobre ti pero nunca han logrado verte ni la sombra, lo digo enserio…- se levantó y avanzó hacia el joven, deteniéndose a unos pasos de él y enfocando su mirada viéndole a los ojos -…eres increíble, y sabes que eso me gusta.

    -Gracias señor, pero no hace falta tanto alarde- Misaki retrocedió un paso, ese era terreno peligroso, él lo sabía –Si no tiene nada más que decirme me retiro, mi hermano viene mañana.

    -Sí, sí claro, obtuviste tu descanso, disfruta de tu familia. Por cierto- agregó antes de que el chico se fuera –Sólo una más Misaki.

    Una más, sólo una misión más y sería libre.

    Cuando salió de la oficina se despidió de Shizuko y partió a su hogar. Él tenía razón, a pesar de que muchas de sus actitudes seguían siendo las mismas, ya no quedaba nada de ese niño.

    -Flash Back-

    La luz de la habitación contigua entraba por la rendija de la puerta al igual que la suave voz de su hermano y la de las personas que estaba con él.

    -¿Cómo voy a decírselo? ¡Es sólo un niño!- Takahiro escondió su rostro entre sus temblorosas manos, sus ojos se habían cansado de llorar y ahora estaban hinchados y rojos, su cabello estaba desordenado y su camisa desaliñada y manchada con el rastro de sus lágrimas –Sólo tiene ocho años, por Dios ¿por qué tuvo que pasar esto?

    -De verdad lamentamos sus perdida joven Takahashi, pero no podemos perder el control, tenemos que resolver su situación- dijo una mujer de aproximadamente veintiocho años, ojos grises y el cabello oscuro sujeto en una coleta –Usted aún es muy joven y está por entrar a la Universidad así que…

    -¿Qué quiere decir con eso?- Takahiro la interrumpió levantando la cabeza de golpe, no le gustaba el rumbo de las palabras de esa mujer.

    -Lo que mi compañera quiere decir señor Takahashi es que usted tiene que decidir sobre el futuro de su hermano, nosotros podemos llevárnoslo a un lugar donde no le hará falta nada hasta que usted pueda hacerse cargo de él- dijo el hombre a lado derecho de la mujer.

    Aunque el hombre frente a él parecía amable, sus palabras no lo fueron para Takahiro.

    -No, no voy a abandonar a Misaki.

    -Pero usted es muy joven y aún es un estudiante- replicó la mujer.

    -Pues dejaré mis estudios si es necesario, pero no voy a separarme de mi hermano- el tono que uso Takahiro dejaba claro que no iba a cambiar de opinión, algo que en cierto modo enorgulleció a los presentes, definitivamente sería un buen ejemplo para su hermano.

    -Está bien señor Takahashi- dijo el hombre después de un suspiro –Cualquier cosa que necesite no dude en consultarnos.

    -Lo haré.

    Después de que los “invitados” se fueron Takahiro se derrumbo en el sofá de la sala, ¿cómo iba a decirle a su hermano que sus padres murieron? ¿Qué sus vidas cambiarían a partir de ahora?

    -¿Hermano?- un pequeño niño castaño y de grandes ojos verdes interrumpió sus pensamientos -¿Estás bien?

    -¡Misaki! N-No te preocupes estoy bien- respondió sonriéndole tiernamente, pero sabía que tenía que actuar rápido no podía ocultarle algo tan importante, tenía que decirle la verdad a su hermano –Misaki… hay algo que quiero decirte, ven, siéntate a mi lado.

    Misaki obedeció y se acomodó cerca de su hermano viéndolo con los ojos extrañamente tristes y opacos, como esperando algo.

    -Misaki, nuestros padres…- comenzó suavemente.

    -Ellos no volverán ¿verdad?

    Takahiro abrió los ojos con sorpresa, pero luego lo comprendió todo.

    -Lo escuchaste- aunque no fue una pregunta Misaki asintió apenado –No Misaki, no volverán- dijo abrazando fuerte mente al menor, quien correspondió rompiendo a llorar silenciosamente –Pero te prometo, que voy a protegerte.

    Era cierto que la vida de los Takahashi cambio radicalmente, Takahiro comenzó a trabajar de tiempo completo llegando bastante cansado pero feliz de ser útil, Misaki cambio los juegos, televisión y berrinches por el estudio, la cocina y la limpieza, pero en ningún momento dejo de sonreír sinceramente. Sí, sus vidas no eran las de alguien de sus edades pero nunca les hizo falta algo, Takahiro nunca dejó que a Misaki le hiciera falta una madre o un padre, como él lo había prometido, lo protegía contra todo.
    Pero aproximadamente seis meses después del cumpleaños número doce de Misaki, Takahiro no estuvo ahí.

    -¡Hey, Takahashi!- dos niños corrían en su dirección. Era una tarde nublada, había estado haciendo frío y esa era la razón por la cual todos vestían ropa abrigadora.

    -¿Qué pasa Yoshida? Estaba por ir a casa.

    -¿Por qué tanta prisa? ¿No fue una suerte que pudiéramos salir temprano?- preguntó el antes mencionado. Un niño de cabello oscuro y algo rizado, ojos marrones y una enorme sonrisa traviesa.

    -Bueno supongo que sí, fue una suerte- respondió Misaki.

    -¡Exacto! Y como la fue, ¿por qué no vamos al centro de video juegos un rato eh?

    -No lo sé, mi hermano…

    -¡Vamos!- lo interrumpió el segundo niño que hasta el momento permanecía callado –Sólo será un rato.
    Misaki suspiró derrotado.

    -Está bien, iré con ustedes.

    Sinceramente Misaki la había pasado bastante bien, pero siempre que te diviertes las horas pasan volando y era por lo mismo que Misaki corría rumbo a su hogar. Faltaban dos horas para que su hermano llegara, aunque parecía un buen tiempo para él no lo era.

    Tenía que preparar la cena, limpiar la casa y terminar su tarea, era un niño bastante ocupado.
    Corría al límite que le permitían sus pequeñas piernas, era bastante rápido y ágil, nadie le prestaba atención ya que casi nadie lograba distinguirle.

    Decidió tomar un pequeño atajo, ese callejón siempre le había dado miedo, pero hoy era su única salvación.
    O eso creía él…

    -¿Por qué tanta prisa Takahashi-kun?

    En su carrera había chocado con un joven, mismo que ahora hacía esa pregunta.

    -D-Disculpe, no me di cuenta- Misaki había comenzado a usar todas las disculpas que se sabía sólo para continuar en su camino si no fuera por un pequeño detalle… -¿Takahashi-kun?- ¿acaso le conocía? –Perdón… ¿cómo sabe mi nombre?

    -Eso es simple- respondió el joven, un chico alto de ojos y cabello oscuro, bastante apuesto a decir verdad –Porque te conozco.

    -N-No entiendo… perdón, pero yo no le conozco.

    -¡Ah, sí! Un pequeño detalle. Pero te conozco Takahashi-kun a ti y a tu hermano, aunque él tampoco sabe de mi existencia.

    Todo era confuso, ese chico hablaba con un tono algo altanero, pero demasiado relajado, de alguna manera le estaba agradando y eso era lago que asustaba al pequeño Misaki.

    -Perdóneme, pero tengo que…

    -Irte, lo sé, pero no te preocupes llegaras antes de que tu hermano lo haga. Pero antes sólo quería hablar de un pequeño asunto contigo, no será mucho. ¿Está bien?

    Inseguro Misaki asintió dando permiso al mayor de continuar.

    -Bueno, seré breve. Te necesitamos Takahashi-kun y no puedes negarte.

    -¿A qué se refiere?- algo le decía que no quería escuchar la respuesta.

    -Tus padres no murieron en una accidente… y lo sabes- y ahí estaba la respuesta, obviamente no le había agradado, mucho menos el hecho de que supiera lo que él ya sospechaba –Yo podría decirte el por qué y cómo murieron.

    -¡¿Lo sabe?! ¿¡Usted lo sabe!?

    -Hey… no te alteres tanto amiguito- soltó una ligera risita –Sí, lo sé. Pero la información cuesta, y esta ya tiene precio.

    -¿C-Cuál?- esa pregunta fue un susurro, él quería saberlo todo pero el pequeño presentimiento en él había incrementado alertándole que se alejara y olvidara todo.

    -Algo bastante sencillo…

    -End Flash Back-

    El trato había sido simple, el porqué lo había elegido a él, bueno ninguna de las respuestas que le dieron le pareció válida pero hoy se daba cuenta de que era el indicado. Le dolía decirlo pero hacer su trabajo le era realmente sencillo.
    Ahora esa era su vida, el pasado que llevaría a cuestas.




    -Te felicito, es una excelente noticia. ¡El premio Naomori, por segunda vez! Haz llegado lejos amigo.

    -Sí claro… pero te llamé porque quería tu opinión sobre algo.

    -¿Sobre algo? ¡Tan rápido estás escribiendo otra cosa! Bueno está bien, dámelo.

    Como cada reunión se encontraban en un café familiar dos viejos amigos que se reunían cuando sus trabajos les daban especio. Akihiko Usami, un famoso escritor con un gran complejo infantil y Hiroki Kamijou un profesor de Literatura bendecido con el don de la paciencia, acompañado de un gran y cálido humor[1].

    Este último tomo el manuscrito que su amigo le ofrecía y comenzó a leerlo, sin embargo pronto se arrepintió de hacerlo.

    -Akihiko… por milésima vez en nuestras vidas… ¡Deja de usarme para estas cosas!- explotó el hombre castaño y ojos miel.

    -Nunca dije que se tratara de ti ¿o sí?, en ninguna parte está escrito tu nombre- respondió el escritor, un hombre alto y cabellos grises el cual resaltaba y combinaba perfectamente con sus no muy comunes ojos violetas.

    -¡Pero es obvio que soy yo!, además ¿por qué tienes que usarlo también a él?

    -¿Por qué? Bueno no creo que quieras ver a tu lindo médico con alguien más… aunque sea sólo en fantasía, ¿o sí?- Kamijou se sonrojó al entender el mensaje de su amigo -¿O no me digas que las cosas no van bien en el paraíso?

    -Deja de hacerme preguntas remedo de escritor, eres como el estúpido de Miyagi, ambos aman meterse en asuntos que no les importan. De haber sabido que saldrías con estas cosas no habría venido. ¡Ambos deberían de conseguirse una vida!

    -¡Ah! Eso dolió Hiroki- dramatizó el escritor.

    -Si como no. Mencionaste otra cosa, ¿qué es?

    Akihiko suspiró y tomó aire inmediato, era el momento de hablarlo y que mejor que con Hiroki, quien le había apoyado desde siempre.

    -Takahiro viene a Japón- los ojos del castaño se abrieron al escuchar aquello –Y… bueno… él, él se va a casar Hiroki.

    Kamijou pudo ver el dolor e incluso escuchar como el corazón de su amigo se detuvo al decir eso. Akihiko había amado a Takahiro desde los 17 años, sin embargo nunca se lo dijo y el otro jamás se dio cuenta. Para Takahiro no era más que una gran amistad.

    -A-Akihiko… yo…

    -Estoy feliz por él Hiroki- interrumpió el peliplata –No te puedo mentir al decir que no duele… la verdad es que lo hace, y mucho… pero estoy feliz de cualquier forma- sus palabras eran sinceras, ¿no se trataba el amor de velar por la felicidad del otro? –Planeo ir a la boda, sé que es un poco masoquista pero bueno, no puedo quejarme de perder una batalla que ni siquiera peleé ¿no?

    -Sabes que eres mi mejor amigo ¿verdad? ¿Quieres que valla contigo?- Hiroki no tenía más que dar su hombro.

    -Te lo agradezco.

    :::



    Los números rojos en el reloj cambian marcando las siete en punto y comenzando así un horrible sonido que hacía esfumar su sueño.
    Misaki no tenía muchas ganas de levantarse, pero ese día era importante, su hermano llegaría esa tarde de USA, y no sólo él, traería consigo a su prometida.

    El ojiverde comenzó su día con la extraña emoción de ver a su hermano sonriendo, aunque ahora que lo pensaba… ¿dónde iba a vivir él?, esa era la casa de sus padres que ahora sería de Takahiro y su próxima esposa y aunque casi podía escuchar a su hermano diciéndole que se quedara no era algo muy normal que dos recién casados vivieran con un tercero en casa.
    Tal parecía que debía comenzar a buscar un hogar.
    El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, revisó el número y luego contestó inmediatamente.

    -Señor- dijo a modo de saludo.

    -Dije una más ¿no es asá Misaki?

    -S-Sí señor- no pudo evitar sentir una gran emoción al escuchar eso.

    -Pues que mejor que cerrar con broche de oro, te mandaré los datos por fax y no te preocupes, la misión comienza después de la boda de tu hermano.

    -Gracias, gracias señor.

    -Nos estaremos viendo pequeño.

    En cuanto colgó el teléfono pudo escuchar el ruido del fax indicando un nuevo mensaje. Las manos le temblaban por la emoción, tuvo que respirar varias veces para distinguir las letras impresas en el papel. Cuidadosamente analizó cada párrafo ahí escrito.
    Akihiko Usami.
    Él sería su último trabajo, su boleto a la libertad.




    Aclaraciones~
    1.- Nótese el sarcasmo xD

    Nos leemos la próxima :3


    Edited by Izanami Kuro - 6/7/2014, 14:40
     
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