Konoha High School Of The Dead [+18] Cap 10 (Ultima Actualización 07/01/2015)

Se encontraba a la expectativa, realmente ninguno de los dos podría confiarse, hacia instantes fueron testigos de que si lo hubiesen hecho, toda su supervivencia ya sería en vano. Gaara esperaba impaciente a Sai, no era que no le agradase estar en compañía de Konan y sus pequeños hermanos, al igual que la de Itachi; pero tenía un mal presentimiento, una señal de peligro próximo; que terminaría por acecharlos, tarde o temprano.

Nagato seguía refugiándose detrás de la falda de su hermana, Yahiko por su parte estaba entusiasmado, rogando entrar a causa de un descuido en la aérea de oficinas, para asi zambullirse en lo más profundo de la “Aventura” que rodeaba a su pequeña vida. Por un momento estuvo a punto de lograrlo; Itachi que estaba alerta le tomo de una oreja y le paro a tiempo. Estaba más que claro que no le había agradado, mientras que Nagato empezó a temblar y su hermana mayor… Quedaba encantada con el azabache.

Siguieron aguardando la llegada de Sai y Deidara. Itachi estuvo a punto de mirar la hora, pero su querer saber el tiempo transcurrido, desde que el peli negro y el rubio entraron, le haría dar un paso en falso y no decepcionaría por ningún motivo, por más grande o pequeño que sea, a su primo. Konan siguió admirando su espalda, podría ya asegurar que le gustaba el Uchiha; por esa actitud calma y autoritaria, perfecta para el futuro Padre de sus hermanos, que eran como sus hijos; si tan solo supiera de sus preferencias.

— ¡Ya esperamos demasiado, yo voy!

—Tú te quedas Gaara, no busque que Sai me asesine por descuidarte —hizo una barrera con su brazo, impidiendo sus pasos.

—Pero… quince minutos les dare, solo ese tiempo y tendré que lamentar tu muerte después—advirtió-frunció el entrecejo, mientras mantenían aun sujeto el rifle.



Aguardaron un poco más, sin ser informados de la situación que estaba por dar inicio. Los quince minutos se iban, solo unos pocos segundos para que se cumpliera. Gaara miro su reloj, el mismo fue un regalo de quien con todo su amor le llamaba su “Cerecita”, claro que dependiendo de la ocasión. En ese justo momento que estaba por ingresar un celular resonó en el lugar, era el de Itachi. Desconcertado lo tomo y al ver que se trataba de un número desconocido; dudo en contestar, pero termino por hacerlo.

—Hola…—dijo.

— ¡Dattebayo!—el corazón le latió demasiado rápido, suponiendo después que era producto de su imaginación, tanto la voz como la frase o tal vez que al final, murió a manos de los cadáveres vivientes.—¡Itachi!—exclamo y solo recibió silencio.

—N-Naruto e-eres… r-realmente eres tu…—hablo, Gaara le miro y sin que pudiera verlo, su rubio hermano sonrió. De pronto el llanto de un bebe le distrajo, pero trato de concentrarse en su pequeño (No tanto) hermano.

— ¿¡Y tú eres tú!? ¿No estas contento de escucharme?—pregunto—bajando su entusiasmo, deprimiéndose levemente.

— ¡Para nada, yo solamente… creí que de ustedes solo recibiría ese mensaje de texto!—Sus manos temblaban mientras la situación iba de mal en peor.



Las flores se marchitaron en un abrir y cerrar de ojos, “Ellos” vagaban por la calle y en aquello su camino se desvió hacia el centro comercial. Itachi acababa de recibir la mejor llamada de su vida, Sai y Deidara seguían sin salir, Gaara estaba a punto de entrar por ambos, pero estaba igual que Itachi por la sorpresiva llamada de su primo más querido. Por otro lado la demora del peli negro y el rubio se debía a cierta desilusión que se llevó el mayor de los dos, cuando al subir a la azotea, miro sobre donde debería de estar un helicóptero.

— ¡Rayos, yo creía que tendríamos un transporte para escapar!

—Ya tranquilo, se ve que lo nuestro no es el estilo, para huir.

— ¡Volvamos, esto no es nada bueno…!—se encontraba mirando desde arriba hacia abajo, desde la azotea y Deidara le siguió.

—Están ingresando para hacernos compañía, muy amables de su parte…

—Pero no les recibiremos—sonrieron.

Bajaron a prisa las escaleras. De dos en dos eran recorridos los escalones, hasta que aterrizaron en la aérea de oficinas. Pararon unos momentos para tomar aire y Sai fue quien primero tomo el suficiente para salir, en eso no tuvo más remedio que disparar a Deidara. El rifle hizo demasiado escalando, el proyectil a toda velocidad paso a un lado del rubio de coleta, quien se petrifico y se vio obligo a agacharse, cuando uno más de “ellos” aparecieron.

— ¡DEBEMOS IRNOS, GAARA, ITACHI…!—grito—el peli-negro, seguido de Deidara que tenía más confianza que nunca, disparando sin errores. Konan, Yahiko y Nagato temblaron, Gaara no dudo en ir ayudar a Sai. Itachi apenas les prestó atención, estaba demasiado concentrado en escuchar a Naruto, quien aunque no quería dejar pasar por alto los llantos del bebe, era imposible.

—Itachi… Me alegro que el Teme te haya mandado un mensaje. No es mi intención hacer lo que él quiere…—Itachi se encontraba confundido, el sollozo de Nagato le atormentaba, los disparos de Sai, Deidara y ahora Gaara le aturdían y aunque no tenía miedo, Itachi Uchiha no tenía miedo, en estos momentos lo tenía y todo por no saber cuándo volvería a hablar con sus hermanos y sin saber, si lograrían escapar de “ellos” quienes eran cada vez más, emergiendo del área de oficina.

—Debemos irnos…—escucho Naruto. —Me necesitan, temporalmente soy miembro del ejercito…—Naruto sonrió e Itachi supo que lo hizo. —Mientras se llamen asi de nuevo, estoy seguro que no se separan y aunque no quieras, iras a donde vaya… Hasta luego…

—Hasta luego…—cortaron a la vez y volvieron a sonreír. Itachi fue rápido al guardar su celular, cogió su rifle y se cargó a unos cuantos de “ellos” que ya se habían abalanzado.

— ¡¿Cuál es tu estrategia Sai?!—el peli-negro recargo.

—Toma…—fijo la puntería y disparo—Yo y Gaara iremos con la chica, tú y Deidara con los niños, nos encontraremos luego. Es imposible mantener un solo grupo.

— ¡Como mandes! ¡Ya escucharon, Yahiko y Nagato conmigo y Deidara!—los niños y Konan lo miraron, no estaban para nada de acuerdo.

— ¡No puedo separarme de mis hermanos!

—Es la única manera, Sai sabe lo que hace.

— ¿P-Por qué no podemos ir los tres con ustedes dos?

—División de trabajo. Temporalmente formaremos parte de la unidad de rescate, por lo que cada grupo de dos, ejemplo yo y Gaara—miro al peli-rojo—iremos por un camino. ¡Maldición!—pateo a uno. Le disparo a otro y a otro llego a darle un puñetazo.—Los niños al ser niños, de alguna forman unidos a un solo ser, como si fuera un único rescatado e Itachi tanto como Deidara se ocuparan de protegerlos, yendo por otro camino y al final tendremos un mismo punto de encuentro.

—Estarán bien—aseguro con una sonrisa Itachi. Konan le correspondió tímidamente.

—Bien, confiare en ustedes pero…

— ¡Las flores están marchitas, no se puede hacer nada!—miraron a Gaara. — ¡Ya pude verlas, perdón por ausentarme, no te molestes conmigo Sai!—este lo miro sorprendido, en ninguno momento se dio cuenta de su partida. — ¿No es hora de irnos?

Frunce el ceño—esto sucede por detenernos a hablar y explicar.

—Ya, ya… ¡Niños andando!—Nagato se aferró a su hermana. Yahiko se encontraba entusiasmado.

—No te preocupes Yahiko, volveremos con nii-san. —Le sonrió, estirando su pequeña mano y Nagato con dudas y utilizando su pequeña mano, se fue con él, mirando una última vez a Konan, quien termino por irse con Gaara y Sai, hacia la derecha, el otro grupo, formado por Deidara e Itachi fue hacia la izquierda.

Bajaron los pisos hasta el último. Desde la calle ingresaban cada vez más. Hablar alto y disparar casi a mansalva les había atraído de sobremanera. Cuando Konan iba protegida tras las espaldas de Gaara y Sai, vio a uno de “ellos” anteriormente le restó importancia, pero ahora no era el caso y al verlo, trato de ocultarse.

—Les atrae el ruido—miro a Gaara, este cubría la espalda de Sai—mientras no descubran nuestra posición mediamente el, podremos pasar entre “ellos” sin problemas. —Le dedico una sonrisa y dejo de lado lo de ocultarse, confiando en el peli-rojo que no era su hermano menor y en el peli-negro, que no era el Uchiha peli-largo, pero aparentaban ser parientes.

Del otro lado, demasiado alejados y por una salida menos concurrida por “ellos” y que Deidara encontró, salió el mismo con los niños e Itachi. Deidara cubría la espalda del Uchiha, mientras que trataba de alejar a Yahiko de todo peligro, pues este se encontraba muy interesado en batallar. Por otra parte, Nagato no decía ni pio, ya comprendía que a “ellos” les atraía el ruido, que era la manera de que tenían para verlos y… también se encontraba asustado.

—No estoy seguro, es irresponsable, pero debido a la situación…—miro el arma en sus manos—tendría que hacerlo, por que bien podrían ser mis hermanos pequeños. Solo úsala si es necesario…—abrió los ojos con sorpresa—veo que a tu hermano le asustan estas cosas, pero tu pareces más entusiasmado—le sonrió, el otro le correspondió.

— ¿De verdad puedo…?

—Tómala, es tuya hasta que estemos todos juntos. Mira…—se puso detrás, se agacho y le enseño como apuntar. Le hizo dar un disparo de práctica, dicho disparo dio en la cabeza de uno de “ellos” que deambulaba solo por la calle.

— ¡Gracias Itachi-san!

—De nada. Debemos seguir, Deidara, Nagato. —Ambos asintieron y terminaron de salir del shopping, al mismo tiempo que el otro grupo, pero nada era color de rosa y no pudieron encontrar, no había un punto de reencuentro y escapando, disparando, protegiéndose las espaldas y haciendo demás cosas, se alejaron aún más…

…

—Hola…—dijo—era el, no podía creerlo, una enorme felicidad lo embargaba, por lo que atino a pronunciar su típica y reconocible frase.

— ¡Dattebayo!—Si bien a Itachi le latió rápidamente el corazón, con Naruto no fue la excepción. Ambos creían al otro, muerto a manos de los cadáveres vivientes. — ¡Itachi!—exclamo y solo recibió silencio. Espero que le hablara, esperaba que nada fuera parte de un sueño y entonces volvió a escuchar a su hermano mayor numero uno.

—N-Naruto e-eres… r-realmente eres tu…—era raro que Itachi tartamudeara, pero después de la situación que vivían, las cosas debían cambiar aunque sea un poco, estaba claro que no todo permanecería en su lugar. Lo importante era que le hablo nuevamente y aunque tenía sospechas, Itachi estaba con Gaara quien le miro. Entonces Naruto sonrió. No solo a Itachi le distrajo el llanto del bebe, el llanto de Utakata, a Naruto le paso lo mismo, pero mentalmente se repetía “No tardare bebe, lo prometo-ttebayo”

Volvió con Itachi y sin terminar de creer pregunto— ¿¡Y tú eres tú!? ¿No estas contento de escucharme?—formulo otra pregunta—bajando su entusiasmo, deprimiéndose levemente. La situación no era para que todos estén felices, pero después de días hablaban de vuelta y sabían algo del otro.

— ¡Para nada, yo solamente… creí que de ustedes solo recibiría ese mensaje de texto!—No podía ver las manos de Itachi, debido a la situación que iba de mal en peor en donde se encontraba, pero la pausa del su hermano mayor, le daba un indicio. Entonces reparo en lo dicho.



Utakata lloraba en los brazos de la peli-roja, esta permanecía dentro del auto meciéndolo en sus brazos. Sasuke se había bajado del Nissan, traqueteaba sus dedos en el techo, mirando sin descanso enfrente, donde había perdido la vista del rubio y del guardia de seguridad, Jugo. Suigetsu chocaba repetidamente su cabeza en el volante, le exasperaba que Jugo no regresara y también que Naruto no lo hiciera. Se imaginaba que ahora mismo, el medio hermano menor de Uchiha Sasuke, se lo devora dentro de la tienda y si fuera el caso, el mismo eliminaría al blondo.

— ¡Ya cállalo!—dirigió su mirada a Karin, esta dio un “Tsk” imitando a Sasuke a propósito y siguió con su intento de calmar al bebe, entonces, ante una mirada al frente a la par de Suigetsu, vieron a “ellos” que se acercaban a pasos lentos, se amontaban en un solo de grupo de cinco, pronto podrían contar ocho. Utakata no paraba de llorar. Sasuke traqueteo con más insistencia los dedos y se preparó para exterminar a “ellos” que a pesar de tener el paso lento, cuando hicieran la vista hacia otro lado, ya estarían acompañándolos.

—No se diga más. ¡Karin ve por Jugo y Naruto!—lo miro—este salió por la ventana del Nissan.

—Suigetsu…

—Ya le oíste…—Sasuke se posó al lado de Suigetsu, ambos sujetaron firmes los bates. Karin no lo pensó mas, hizo al asiento hacia adelante y con cuidado, meciendo unos instantes al bebe, se encamino hacia el rubio y el peli-naranja, de lejos vio como “ellos” llegaron y tanto el alvino, como el moreno se cargaron a dos.

— ¡QUE TANTO HACEN, YA ES HORA, DEBEMOS IRNOS O ESTAMOS MUERTOS!—grito Karin, sabía que el escandalo atraería a más de “ellos” pero aun no era tarde para escapar.

— ¡DEBEMOS IRNOS, GAARA, ITACHI…!—grito Sai a la par de Karin. El a su grupo y ella al suyo también, aunque uno distinto. Naruto e Itachi apenas les prestaron atención, estaban demasiado concentrados en escuchar al otro. Por otra parte, el Uchiha rubio no quería pasar por alto el llanto del bebe y el Uchiha azabache no quería hacer de cuenta que estaba solo y que nadie, le advertía, para ambos eran imposible ignorar.

—Itachi…—supo que le prestaría atención a lo que le diría—. Me alegro que el Teme te haya mandado un mensaje. No es mi intención hacer lo que él quiere—para que negarlo, sabría que después de todo, su hermano mayor numero uno descubriría que en parte, tenía intención de obedecer a Sasuke.

Itachi se encontraba confundido, sin que Naruto supiera. A Itachi le atormento el sollozo de Nagato a Naruto que en cualquier momento sea definitivamente parte de “ellos”. Itachi se aturdió con los disparos de Sai, Deidara y luego Gaara, mientras que a Naruto, el llanto de Utakata, los gritos de Karin. Itachi Uchiha no tenía miedo, aunque ahora una pequeña cantidad le invadía y a Naruto, una enorme cantidad, todo por no saber cuándo volverían a hablarse (Aunque a Naruto, el hecho de convertir a su grupo en cualquier momento) y sin saber, si lograrían escapar de “ellos” quienes eran cada vez más.

—Debemos irnos…—escucho Naruto. —Me necesitan, temporalmente soy miembro del ejercito…—Naruto sonrió e Itachi supo que lo hizo y Naruto, sabía que Itachi supo de su sonrisa —Mientras se llamen asi de nuevo, estoy seguro que no se separan y aunque no quieras, iras a donde vaya—no se equivocaba. —Hasta luego—era triste, pero confiaban que se volvieran a encontrar, aunque sea una esperanza tenían.

—Hasta luego…—dijeron a la vez—cortaron al mismo tiempo y volvieron a sonreír. Itachi fue rápido al guardar su celular, cogió su rifle y se cargó a unos cuantos de “ellos” que ya se habían abalanzado. Naruto también fue rápido, salto por encima del mostrador y junto con jugo salieron finalmente.

— ¡Se tardaron, debemos irnos!—repitió Karin.

—Dámelo, lo llevare yo—Naruto no alcanzo a sujetar al bebe.

—Deja que las mujeres se encarguen de los bebes, tu toma esto…—miro a Sasuke y cogió el bate que le dio. —¡¡Allí vienen!!—exclamo. Jugo le dio el cartón de leche a Karin y esta lo tomo, cargando aun en sus brazos al bebe, que no paraba de llorar. Naruto era el único que le calmaría, pero ahora estaba ocupado y no estaba mal ayudar a exterminar a “ellos” quienes no les daban ni un respiro.

—Estamos rodeados Teme ¿Qué haremos?

—Nos separaremos…

— ¿¡Que!? ¿¡Estas demente!?

—Una vez escuche decir a Sai una estrategia suya, que me parece muy buena. División de trabajo. Si nos separamos en dos grupos podremos crear un nuevo camino, ya que dividiremos a “ellos”. ¡Jugo y Suigetsu llévense a Karin y el bebe, yo y Naruto nos vamos juntos!—lo tomo del brazo sano. —Nuestro punto de encuentro será el cine, vayan con el auto allí.

—P-Pero… Teme…—se deshizo de su agarre— ¿Volveremos?

—Si…—le dio la espalda—.Vámonos.

— ¡Confiamos en tu palabra!—dijeron todos.

— ¡Que esperan!—exclamo Sasuke. Jugo y Suigetsu se alejaron, protegiendo a la peli-roja y él bebe. Sasuke jalo del brazo a Naruto, irguió su bata y golpeo repetidamente un poste de luz en la calle. “Ellos” no tardaron en levantar la cabeza y siguieron el ruido, sin dejar de gemir y arrastrar sus pies. Naruto se vio espantado, del otro lado. El otro grupo, ahora conformado por Utakata, Karin, Suigetsu y Jugo, hicieron ruido con el motor. Sasuke frunció el ceño e hizo más ruido, fue una larga competencia de ruidos y asi, cada uno tomo un camino diferente.

—Ya no puedo…—siguió jalándolo, ya no le importaban sus quejas.

—Pronto llegaremos al cine.

— ¿De verdad les volveremos a ver?

—Si…

— ¿Lo prometes?—le hizo detenerse. La luz de un faro, el único faro prendido en todo el parque que parecía desierto, les alumbraba. —Coff… S-Sasuke… P-Promételo…—los ojos de Sasuke se tornaron blancos, Naruto se sujetó fuerte su brazo y escupía sangre, entonces cayó al suelo, haciéndole reaccionar.

— ¡NARUTO!—grito, intentando auxiliarlo.

Al dia siguiente



—¡¡No por favor, no lo hagas, te lo ruego!!

— ¡Jajajaja…! ¡Disfrutare mucho, cuando te despedace!

—Vamos Kimimaro, hazlo ya… A lo lejos vienen unos cuantos de “Ellos” y quiero divertirme con algo vivo, que no sea un tonto cadáver viviente.

—No me desesperes Kakuzu, el que busca encuentra y si tú lo haces, te aseguro que varios que no sean “Ellos” se ocultan por allí, listos o no para ser encontrados.

—¡¡Yo la vi primero!!

—Vamos, no peleen y háganlo los dos a la vez.

— ¡Como digas Hidan!—le sonrieron al peli plata y entraron en acción.

Arrodillada pidiendo a los gritos que los tres locos desalmados, no comentan lo que pasaba por sus cabezas enfermas. En su turismo, Kakuzu miro cada rincón en busca de una víctima y valla que la había encontrado, la misma tenia tatuado el terror sobre su rostro, no solo por “Ellos” de los cuales apenas pudo escapar, sino de quienes en este momento sonreían.

La ropa del centro mental de Konoha seguían vistiéndolas y las mismas poseían ese color carmesí; tanto de sangre seca, como fresca. Fueron lentos y rieron sádicamente, a lo lejos “ellos” seguían aumentando y se encontraban cada vez más cerca. Ambos levantaron el hacha a la vez y cruelmente cortaron la cabeza de la mujer, varias de extremidades también disfrutando del baño de sangre en el asfalto… finalmente se fueron de allí, directo a su escondite, allí donde sus siguientes víctimas, no esperaban ver mas gente en su defecto “Mas locos con vida”.