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  1. •Shena
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    Al parecer y, según su posterior reacción, no había notado mis intenciones al besarte "Que ingénuo"Recuerdo que pensé, antes de ser alejado bruscamente de un empujó... pero ya era tarde; ya había conseguido que tragase la pastilla, mas el vaso acabó en el suelo y derramando el líquido que contenía. Entonces me miró de tal forma que consiguó que me recorriese un escalofrío antes de escucharle hablar y que se me abalanzase, tratando de ahorcarme y acabar con mi vida allí mismo. Agarré con fuerza sus manos, tratando de desencajarlas de donde se aferraban, impidiendo el paso de aire a mis pulmones... Llegué a pensar que iba a morirme allí, pero no fue así, la pastilla había hecho efecto. Llevé una mano con cuidado a mi cuello al ser liberado, tosiendo sin poder controlarme; me había faltado poco para ir a ver la luz al final del túnel. "En ocasiones es molesto..."Pensaba al escucharle, como si él no hubiese tenido nada que ver... Pero bueno, era una enfermedad mental, ¿Qué iba a hacer? Tiró de mi muñeca, abrazándome contra su pecho -S-si... en parte-Hablé, ronco y aun con cierta dificultad a la hora de respirar, notandk su cabeza apoyada sobre mi pelo y sus brazos eodeando mi cintura, disculpándose y besando mis oscuros mechones antes de apartarme, con sus manos sosteniendo mi cara y sin dejar de miearme en ningún momento. Yo aun no era capaz de reaccionar bien, no me entraba en la cabeza como podía ser tan físicamente inútil frente a él cuando me sometía a entrenamientos diarios casi diariamente "Quién lo diría"Suspiré, algo más recuperado, sin querer decir nada más al respecto.

    -No lo sé... Supongo que por lo mismo por lo que soy incapaz de matarte o de luchar correctamente frente a ti...-No me dejó continuar, pues tomó mi rostro entre sus manos nuevamente y me besó hasta casi asfixiarme de nuevo, regañándome por mis actos -Claro que lo soy, pero tú lo eres tanto como yo, Ramsay-No me negué a nada, todo habría sido mucho más fácil si me hubiese largado con Jack y así informar de la identidad del asesino ... Si lo hubiese hecho él ya estaría entre rejas pues la policía aprovecharía su estado de debilidad para atraparle sin problemas y tomar las pruebas de su intento de matarme... sin embargo yo no había sido capaz de dejar atrás a un jodido asesino en serie ni de descubrirle. De nuevo me empujó, esta vez contra la cama, desvistiéndome por completo mientras yo permanecía en silencio; chaqueta, camisa, pantalones, ropa interior, calcetines y zapatos fueron retirados mientras yo me dejaba hacer sin quejas entre besos, mordiscos y arañazos a lo largo y a lo ancho de mi cuerpo para que luego se apoderarse de mis labios de nuevo, con pasión, lo peor fue que yo le correspondía con la misma intensidad. Su susurro contra mi oído consiguió que un escalofrío recorriese mi esparda mientras mis manos desataban, temblorosas tras ser besadas por él, los botones de su camisa para después deshacerme de ella tras haber hecho lo mismo con la chaqueta; seguidos de la camisa los pantalones y su ropa interior, después los calcetines y sus zapatos. Acaricié su cuerpo desnudo con vegüenza y una estúpida timidez, sintiendo mis mejillas arder ante el contacto entre ambos cuerpos desnudos y el problema que comenzaba a formarse en mis partes íntimas. Besé su cuello y su mentón, deslizando mis manos por su espalda y su cintura para después hacerlas subir por su pecho, sin atreverme a ir más abajo y repartiendo varios arañazos en lugares lo más visibles posible, hundiendo mis dientes en su piel sin demasiado cuidado. "Deja de mentir..."Eso era lo que mi mente quería pensar, mas mi corazón sabía que era cierto, y es que si no lo fuese ya habría muerto. Tomó mis piernas, cruzándolas alrededor de su cintura, y, poco después, sentí su miembro hundirse en mi interior y causando que mi espalda se arquease ante el dolor de las heridas abiertas en tan privado lugar por él durante todas las noches desde que nos habíamos conocido. Gracias a lo que fuese que hubiese en su mente en aquel momento no entró bruscamente y no lo empeoró, para mi sorpresa no solo entró despacio, sino que se movió gentilmente mientras me besaba para acallar los sonidos que luchaban por escaparse. Al final aceleró sus movimientos, provocándome el placer tan esperado hasta hacerme llegar al clímax, cosa que él mismo hizo en mi interior "No estaría mal que salieses para hacerlo..."Recuerdo que pensaba, acurrucándome poco a poco en la cama como si me hubiesen dado una paliza al ir dándome cuenta de lo que ocurría según iba recuperando la respiración y la claridad en mi mente, con aquella sensación de suciedad siempre presente. Después sentí sus brazos rodear mi estrecha cintura desde atrás, atrayéndome a su pecho para acabar la frase que momentos atrás había comenzado. Cerré los ojos, sintiendo como si un punzante dolor me atacase de nuevo, y esta vez no físico -Como si fuese tan fácil...-Ese fue mi último susurro, antes de caer profundamente dormido, siendo plenamente consciente de que para cuando abriese los ojos él ya no estaría allí... y quizás eso era lo mejor.

    A la mañana siguiente, tal y como había pensado, me encontré solo en su cama. "Joder..."Pensaba, en cierta forma disgustado. Sobé mi retaguardia, adolorido y asqueado ante mi propio olor a sudor y cierto líquido saliendo de mí, notando poco después la nota a mi lado en la almohada. -Serás idiota... no te contradigas-Sonreí levemente, pensando en voz alta y arrugando la nota para quemarla poco después; no me apetecía nada que aquello pudiese ser utilizado contra mí. Me senté al borde de la cama, cubriendo mi rostro y sintiendo ese típico ardor en los ojos que poco después fue seguido por las lágrimas; no sabía que me dolía más, si saber que realmente la próxima vez que le viese era realmente para mantpdarle a la silla eléctrica o mi propio orgullo como policía por tener tles pensamientos hacia un jodido criminal al cual debería haber matado ya.

    Una vez que pude controlar mis emociones me duché en su propio piso, no pensaba salir al pasillo en aquellas condiciones, solo me puse los pantalones ya que el muy capullo realmente se había llevado mi ropa interior, recogiendo zapatos, calcetines, camisa y chaqueta para irme a casa, donde volví a ducharme por segunda vez y a ponerme ropa limpia... Aun así y después de esa segunda ducha continuaba sintiéndome sucio, por mucho que frotaba y frotaba mi piel hasta hacerla enrojecer, esa sensación seguía ahí... quizás las secuelas tras haber tenido que recordar todo mi pasado nuevamente al contárselo se estaban cobrando factura de nuevo. Después de sentirme al menos algo mejor conmigo mismo volví a la casa de Ramsay, rebuscando entre sus cosas y quedándome con una fotografía suya cualquiera y cualquier cosa que me ayudase a la hora de culparle, quizás con aquello no podría hacer mucho, pero era mejor que nada, y además aun podía utilizar a Jack, seguro se había fijado en el estado de mi casa, también en el fonógrafo que el propio Ramsay se había llevado... Luego recogí mis armas, poniéndome guantes a la hora de coger el chaleco antibalas; sus huellas aun debían estar en él... no pensaba llevar mi ropa la cual también había tocado, pues entonces pensarían en algo más que no me convenía, lo de que me hubiera quitado el chaleco lo podía atribuir a que hubiese ocurrido en medio de una pelea prácticamente inexistente pero...¿Qué explicación daría a que me hubiese quitado los pantalones? Hice lo mismo con mi pistola inutilizada al haber sido cortada por uno de sus cuchillos. Ya me inventaría después algo para decir como había escapado. Tras guardar las pruebas improvisadas fui directo al trabajo, yendo a cambiarme cuando, al abrir la taquilla, me di cuenta de que había sido forzada, entonces vi mi ropa interior dentro y una nota la cual leí rápidamente, sintiendo mi corazón bombear con fuerza "Él... ¿Quién es el idiota que lo has dejado entrar?"Pensaba, tenso, aunque supuse que ya se habría ido y me fui a sentar al ordenador, con la intención de revisar si había estado husmeando; para mi sorpresa había otro post-it -¿Pero qué...?-Me tensé al instante, dándome la vuelta lentamente y sintiendo aquellos fuertes brazos rodearme en un abrazo inesperado "¿De verdad soy tan predecible?"Pensaba, dándome cuenta después de lo que posiblemente pretendía y tratando de gritar o golpearle, pero mi boca fue cubierta con un trozo de cinta aislante. -¡Mgfh!-Traté de quejarme mientras mis esposas me eran arrebatadas y ataba una de mis muñecas a la pata de la mesa... "Maldito capullo..."Pensaba, tratando de golpearle con la mano libre, pero cuando fuipe a cerrar la puerta con pestillo me fue imposible. Traté de revolverme, llevando mi mano libre a mis pantalones, rebuscando para tratar de encontrar la llave, pero sus actos detuvieron todos mis movimientos... Y es que me encontraba con la chaqueta y la camisa medio abiertas y los pantalones desabrochados con su mano dentro de la ropa interior. Pateé la mesa, echando la cabeza hacia atrás, completamente abochornado y humillado a la par de avergonzado y excitado... y es que me estaba volviendo loco. Entre su mano en mi erección, la otra en mis pezones y su boca jugueteando a placer con mi cuello no tardé mucho en correrme en su mano -¡Ah!-Me quitó la cinta de un tirón, dejando mis labios enrojecidos y la zona adolorida, pero poco le importó porque tras quitarla se apoderó de mis labios, subiéndome la ropa interior y abrochando mis pantalones. -Maldito... pervertido-Jadeé, extasiado, mientras él se largaba y me dejaba ahí de nuevo... menuda visita. Acomodé mi ropa rápidamente, sacando la llave de mi pantalón y liberándome para ir derecho a culparle para así iniciar su búsqueda y captura... Tal y como esperaba, entregando su foto dieron con quién era y, como era de esperarse, no tardaron en encontrar sus huellas en el chaleco antibalas, las cuales coincidían con las de su ficha, su desequilibrio de cuando era niño parecía ajustarse al perfil de psicópata que poseía hoy en día, también informé de que había visto a su perro destrozar una foto suya con la mujer asesinada en la trituradora. Por otro lado Jack me apoyó diciendo lo que había visto en mi habitación antes de que le dijese que se fuese, después de eso le ignoré durante el restro del dia... tratando de hallar el hotel donde se encontraba aquel hombre que hace horas se había jugado el culo solo para venir a avergonzarme y a burlarse de mi debilidad ante ciertas formas de trato.

    Tras la intensa jornada de búsqueda no logré encontrar nada, quise quedarme para investigar un poco más, pero era huir o quedarme y tener que enfrentarme a lo que quisiese decirme Jack, y no me apetecía nada... así que en cuanto acabó mi turno salí rápidamente de allí directo a casa. Por alguna razón al salir me sentía observado, pero tampoco era algo tan anormal en mí, así que no le di mayor importancia y me fui en taxi a casa, bueno, casi... Pues al doblar una esquina alguien fui asaltado por la espalda, yo traté de revolverme y defenderme, pero el cloroformo del pañuelo que cubrió mi nariz y mi boca me lo impidó, pues perdí el conocimiento al segundo...

    "¿Ramsay...?"

    El fuerte ruido de una sierra mecánica fue el que hizo que poco a poco fuese espabilando... Entonces me di cuenta de que mi cuerpo estaba en el aire y la presión y el fuerte dolor en mis muñecas por las cuales sostenían el peso de mi cuerpo en el aire al estar maniatado y colgado de un gancho... "¿Dónde estoy?"Mi cabeza daba vueltas y mi vista no parecía querer aclararse. Miré hacia abajo, consiguiendo distinguir una cinta transportadora en movimiento, y luego hacia el frente, donde a pocos metros se encontraba lo que producía el ruido que me había hecho despertar -¿Ramsay?-Murmuré al reconocer su voz en medio de una conversación que no conseguía entender... Ppco después el dolor desgarrador de mis muñecas y hombros fue aliviado al ser agarrado por las piernas y alzado. Observé a quien, al parecer, estaba ayudándome, aun a pesar de que mi mente no quería colaborar, acabé por darme cuenta -Ramsay...-Repetí en respuesta a mi murmullo anterior, sonriendo tontamente en medio del tiroteo repentino para que después las sirenas de policía perforaran mis oídos "Si Ramsay no me ha hecho esto... ¿Quién? ¿Por qué?"Pensaba, antes de notar como comenzábamos a avanzar por la cinta transportadora. Entonces fui espabilando -Vete...-Murmuraba, notando el traqueteo que se llevaba entre manos con el candado que me mantenía fuertemente atado, no veía modo de que pudiera sacarme de esta, así que solo podía decirle que se fuera antes de que muriese conmigo... No quería que esto acabase así. Para colmo se colocó frente a mí, colgado también del hierro y haciendo fuerza para tratar de romperlo. A penas a centímetros de la sierra consiguió romper la barra y me liberó, cayendo ambos al suelo tras habernos salvado de un fatal destino. Jadeé, mirando al techo, escuchando sus gritos con claridad -Eres un... maldito idiota-Apoyé mi cabeza en su pecho, apretando los dientes al punto en que se podía escuchar como chirriaban mientras los policías se acercaban en nuestra dirección, posiblemente habrían visto como me había sacado de aquella, pero después de haber comenzado la operación de su captura aquella tarde, no había nada que le pudiese librar de lo que le esperaba. -Debiste haberte largado...-Le susurré antes de que mis compañeros me alejasen rápidamente de él, reconociéndole por la fotografía que había llevado a comisaría y no tardando en esposarle mientras forzaban las esposas que llevaba yo para dejar mis muñecas libres. Las lágrimas se arremolinaron en mis ojos, pero no las dejé salir, y no era por que hubiese estado a punto de morir, no, sino por la culpa de saber que el pelirrojo iba a ser capturado y condenado después de haberme salvado. A mí, a pesar de mis protestas, me dejaron con Jack, el cual no había parado de tocarme innecesariamente, causándome más de una arcada que se atribuyó a la presión tras lo ocurrido; nada más lejos de la realidad. Por otro lado a Ramsay se lo llevaron para interrogarlo, revisando las heridas leves que yo había informado que le había hecho, también los cuchillos y la pistola le fueron requisados desde un principio, también se comprobó que uno de sus cuchillos coincidiese con el corte de la pistola que yo había llevado el día en que se supone que debería haberle matado... No había duda de que era él.

    El juicio fue llevado a cabo, yo tuve que ir a declarar al igual que Jack e incluso su padre había conseguido que le dejaran asistir con cierta ayuda mía, claro que atado, custodiado y alejado del resto de los presentes. Recuerdo que en cuanto acabé de declarar me largué y me eché a llorar como una magdalena, no podía soportar verle sabiendo que estaba allí por mi jodida culpa. ¿El resultado del juicio? Obviamente culpable, sobretodo con su reacción al ver a su progenitor. A penas dos días después del juicio, cuando el día de su ejecución estaba fijado, nuevos asesinatos comenzaron a aparecer aun con Ramsay en la cárcel que seguían en modo de asesinato de este... Yo no dudé ni un segundo: era el que me había llevado al matadero. Me encargué de reunir a mis compañeros y plantear la hipótesis, ninguno se opuso. Pero yo tenía algo más en mente, lgo que quizás podría salvar de la muerte al hombre que anteriormente me había salvado. Tuve que ir a los juzgados de nuevo para pedirle el permiso al juez: Utilizar la mente retorcida de Ramsay para capturar al nuevo psicópata. Mientras yo negociaba con el juez, envié un portavoz para que le llevase directamente una carta al recluso firmada por mí donde le explicaba lo que quería que hiciese a cambio de evitar su muerte y reducir su pena de muerte a condena perpétua. Una vez se dio el visto bueno del preso y con unos cuantos empujones más, el juez acabó aceptando. Incluso aceptó mi petición de llevarlo conmigo a un piso de protección oficial donde ambos estaríamos más seguros a posibles ataques del nuevo criminal, claro que para eso le iba a llevar con un collar de corrientes eléctriccas cuyo mando poseería yo en caso de que tratase de hacerme algo, como si fuese un perro... aunque pensándolo bien sería bastante divertido, bueno, para mí.

    Yo fui el primero en ir al piso, solo se me permitía llevar ropa pues ya había mobiliario y se habían encargado de llevar comida para unas cuantas semanas para así no tener que dar viajes innecesarios. El piso contaba con dos habitaciones separadas, un baño, un salón-comedor y una cocina. La decoración era mayoritariamente gris o de metal, además los cubiertos eran de plástico por mayor seguridad y el encargado de cocinar sería yo. Además, en mi habitación contaba con varios ordenadores con los que podría trabajar sin necesidad de ir y venir de comisaría y las cuchillas de afeitar debería tenerlas bajo llave al igual que bolígrafos u objetos punzantes... también contaba con esposas, por si acaso. Me senté en uno de los sofás a esperar a que la escolta llegase con el recluso al cual supongo que ya le habrían explicado las reglas de la convivencia, mi corazón palpitaba con fuerza, nervioso por como actuaría al verme, estaba claro que muy contento conmigo no podía estar.

    "Por favor, no me odies, porque ya sabes que yo no puedo odiarte..."
     
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67 replies since 19/6/2014, 18:06   1048 views
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