Quitate la Mascara (Kyosuke x Tenma / Yuichi x Furetsu)

-Déjame conocer a quien hay detrás de la máscara.- Perdona, pero me es imposible, la máscara es parte de mi Kyosuke Tsurugi.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. LaTeoriaOndulatoriadelaPichula
        +5   +1   -1
     
    .

    User deleted


    Título: Quítate la máscara.
    Autora: LaTeoriaOndulatoriadelaPichula.
    Anime: Inazuma Eleven.
    Pareja: Kyosuke x Tenma y Yuichi x Furetsu.
    Resumen: -Déjame conocer a quien hay detrás de la máscara.- Perdona, pero me es imposible, la máscara es parte de mi Kyosuke Tsurugi.
    Advertencias: Lemon, pero dentro de los siguientes capítulos.
    Categorías: Romance.
    Disclaimer:
    - Inazuma Eleven y todas sus temporadas no me pertenece, es de Level 5 blah blah blah, etc, etc. Ustedes entienden.
    - Al-Mugid no la inventé yo, es una ciudad del juego Ni No Kuni que TAMBIÉN pertenece a Level 5.
    Nota autora: Les advierto que habrá un poco de Furetsu x Tenma y Yuichi x Kyosuke, la verdad es que su cariño entre hermanos llegan al límite pero no pasa de eso, se quieren solo de manera fraternal, nada más. Por último este fanfic no durará más de 4 o 5 capítulos o menos, si mi celular se porta bien y me deja escribir sin pegarse por hacer algo muy largo. Generalmente me pasa y terminó haciendo capítulos muy cortos. Voy a dar aviso, actualmente no tengo computador así que mis fanfic los he escrito desde mi POBRE celular y si ven faltas de ortografía, puntuación, etc. Ya saben :(
    Hago todo mi esfuerzo por escribir lo mejor posible desde mi celular.


    Quítate la máscara.
    Capítulo Uno: "La primera fiesta, el primer encuentro"


    El sultán de Al-Mugid caminaba por los pasillos de su palacio, una vez llegó a una puerta dorada que correspondía a la entrada a sus aposentos, donde lo esperaba un monje para que se confesara de todos sus pecados; se detuvo y miro la gran puerta, como dudando en si entrar o no. Finalmente entró encontrando e su interior a un hombre anciano de larga barba blanca, tan blanca como la nieve virgen que cae sobre las montañas, en aquellos pueblo lejanos de los que su hermano menor le hablaba, esos en donde no se conocía el agonizante calor del desierto del cual el era consciente.

    — Matsukaze —Saludo el anciano con una leve inclinación de cabeza.

    — Orión —Contestó el sultán con la misma cortesía.

    — ¿Me has llamado para observar mi porte o piensas comenzar? —Hablo el hombre con una mirada de diversión y una sonrisa de burla en sus labios.

    — Siempre tan divertido —Respondió el sultán con calma. — Pero te he llamado para confesarme, Orión he pecado, he pecado en la terrible osadía de serle infiel a mi mujer —El anciano no parecía sorprenderse por lo que el sultán dijo y sentándose en la cama del hombre frente a él escuchó atentamente. — No solo eso, le he sido infiel con un hombre, el rey de otro lugar, uno lejano y este a cambio de guardar el secreto a pedido una unión, una alianza, mi hijo ha de casarse con uno de sus dos hijos —El monje nego con la cabeza, parecía decepcionado.

    — ¿Y planeas sacrificar la felicidad de tu hijo por tu pecado? —El sultán negó efusivamente y suspiro.

    — He allí mi otro pecado, he fijido un robo, mi hijo ha sido entregado a una familia campesina a las afueras del reino —En ese momento el monje mostró ira en sua orbes azules y se levantó de la cama.

    — ¡Le has quitado a tu esposa su adorado hijo por tu pecado! —El sultán furioso se dispuso a marchar, pero el sultán le detuvo.

    — No me dejes, dime qué hacer —El monje negó y se marcho. Al tiempo después la esposa del sultán murió de la tristeza de que su hijo le hubiese sido apartado y con la muerte de su mujer el sultán se suicidó dejando su reino a manos de los Tsurugi. Y el niño se crió con campesinos lejos de la vida de realeza a la que pertenecía...

    — ¡Furetsu! ¡Furetsu! —Gritaba un castaño sacudiendo al joven pelirrojo que dormía a la sombra de un árbol.

    — ¿Qué demonios quieres, Tenma? —Contestó el chico abriendo sus ojos y mirando fijamente al castaño, no hubieron más palabras los ojos del castaño ya lo decían todo, ese brillo travieso de aquel que va a cometer una locura y así una sonrisa también se formó en sus labios. — ¿Dónde?

    — Aquí mismo —Los ojos de Furetsu brillaron de la misma forma que los de Tenma.

    — Los príncipes nunca hacen fiestas, esto sera increíble —Tenma sonrió y se acurruco junto al pelirrojo.

    — Sí, la mejor fiesta a la que iremos en toda nuestra vida —Y así ambos se durmieron apoyandose en el otro.

    Oo0ooO0ooOOOo000ooO



    — No puedo creerlo, ustedes se niegan a casarse. Yo estoy envejeciendo y quiero ver a mis nietos —Regañaba un hombre a sus dos hijos quienes parecían no estar prestando atención a sus palabras.

    — Padre, comprendo tu impaciencia, pero quiero casarme con alguien a quien yo ame y esa persona aun no llega —Habló el mayor de ambos muchachos. — Además Kyosuke es aun muy joven para atarse a otra persona.

    — No respondas por él Yuichi, es lo suficientemente mayor para saber qué quiere hacer con su vida —El hombre parecía muy enojado.

    — Padre, Kyosuke se encuentra en una edad difícil —Habló Yuichi dirigiendo su mirada hacia su hermano menor.

    — Yo espero que con esta fiesta encuentres a la persona indicada Yuichi o me veré obligado a buscarte pareja yo mismo —Grito el adulto como último.

    — Lo intentaré, así no me veré interrumpiendo tu trabajo —Y con eso Yuichi salió de la habitación llevándose consigo a su hermano menor. — Kyosuke, debes aprender a decidir por ti, no te defenderé para siempre —Dijo el mayor de los Tsurugi deteniendose una vez estuvo suficientemente lejos del despacho de su padre.

    — Lo sé, Yuichi. Te agradezco la ayuda, pero el viejo me tiene hasta el cansancio —Contestó el muchacho con una pose de chico malo y aire de superioridad.

    — Kyosuke, quiero que tu te cases con una persona a quien ames, incluso si yo tengo que renunciar al amor. Sienta cabeza de una buena vez, yo ya lo hice —Kyosuke miró a todos lados como examinando que nadie más que ellos dos estuvieran y se lanzó a los brazos de su hermano.

    — No quiero que tu arruines tu vida por mi, pero aun no estoy preparado para comprometerme de esa manera —Yuichi sonrió y le acarició los cabellos a su hermano, cada caricia llena de cariño. Su padre siempre fue un hombre ocupado, su madre una mujer muy preocupada de su estatus social y su imagen, ellos habían aprendido a solo ser ellos dos, a vivir con la compañía del otro, sus padres eran punto y aparte en su vida.

    — Lo entiendo, Kyosuke —Susurró mientras continuaba acariciando los cabellos de su hermano.

    Kyosuke tenía 15 años pasando a los 16, aun era pronto para tener esa clase de compromiso con una persona. Si contar que Yuichi tenía claro la curiosidad de su hermano en cuanto al ámbito sexual, el había sido el primer beso del menor gracias a esa inocencia y pura curiosidad.

    Kyosuke había cumplido apenas los 12 años y acababan de celebrarlo, el menor de cabello azul había visto a uno de sus amigos besarse con una chica la cual decía ser su novia. Ambos muchachos estabán dentro de un apacible silencio mientras disfrutaban de distintas lecturas respectivamente.

    — Yuichi... —Había murmurado el menor levantando la vista de su lectura y observando a su hermano con ese brillo de curiosidad que Yuichi había aprendido a temer.

    — ¿Qué sucede Kyosuke? —Preguntó en respuesta el mayor mirando a su hermano con calma, no podía negarle nada, por mucho que aquel brillo en los ojos ambarinos del menor le causara terror.

    — ¿Cómo se siente besar? —Había preguntado agachando la cabeza al momento que un inocente tono bermejo adornaba sus mejillas.

    — Es una pregunta difícil Kyosuke, las sensaciones son diferentes según la personas a quien beses —Respondió Yuichi mientras dejaba el libro a un lado y se acercaba a su hermano para acariciar los cabellos de este con cariño fraternal.

    — ¿Y si te besara a ti? —Murmuró el menor que se había encogido cuando la mano de su hermano revolvió su cabello. Yuichi se había paralizado y cuando menos lo espero su hermano menor había juntado sus labios en un inocente e inexperto beso.

    No fue mucho el tiempo que aquella superficial unión de labios duró y una vez Kyosuke se separó de su hermano con un dulce sonrojo en sus mejillas Yuichi suspiro con cansancio y abrazo a su hermano contra su cuerpo.

    — Ese beso no fue como el de Oliver —Murmuró con molestia en el tono de voz.

    — ¿Quieres intentar un beso así? Kyosuke, lo haré por esta vez, por esta única vez, nunca más me pediras un beso ni comentaras sobre esto —Kyosuke asintió entusiasta y Yuichi sonrió enternecido por la inocencia de su pequeño hermano.

    El mayor tomo el rostro de Kyosuke de la barbilla con delicadeza y lo alzó hasta tenerlo a su altura, se acercó al menor sintiendo la respiración de este contra sus labios, no era la primera vez que lo tenía así de cerca, pero esta vez la razón de ello le parecía completamente incorrecta. Dejando de lado esos pensamientos unió sus labios con su hermano con una caricia lenta, suave, pidiendo permiso al menor para continuar y poco a poco sintió a su hermano relajarse y entreabrió suavemente sus labios permitiendo profundizar el beso. Yuichi delineo los labios del más pequeño con su lengua y pronto se vio invadiendo la boca del menor, explorandola, examinandola lentamente, de manera sensual y erótica, arrancando gemidos que se ahogaban en la boca del más pequeño. Entonces con timidez e inexperiencia el menor enredo su lengua con la del mayor, mezclando saliva, su lenguas se enredaban en una lucha obscena, un hilo de saliva escapó de sus labios recorriendo desde la comisura de sus labios hasta la barbilla.

    El beso se había hecho mucho más de lo que ambos chicos esperaban, Kyosuke sintió que sus piernas no le aguantaron más y su cuerpo pareció caer, mas Yuichi sostuvo al menor de su cintura y por instinto Kyosuke rodeó el cuello de su hermano. Luego de eso Yuichi sintió la excitación de estar teniendo un beso tan sensual, tan erótico y apretó a su hermano contra si mismo empujando su excitación contra la de este. Se había olvidado completamente que era su hermano menor a quien tenía entre sus brazos y ante un fugaz recuerdo de quien era al que besaba y se alejó lentamente, de no ser porque no quería asustar al niño no lo había empujado de golpe.

    — Ya... —Murmuró sonrojado alejando a su hermano, quien había quedado con sus ojos cerrados y un fuerte sonrojo en sus mejillas, sus labios rojizos y entre abiertos y el hilo de saliva que recorría su barbilla, era adorable, no excitante, el menor frente a él era su hermano, nada más.

    — Yuichi... eso... —Murmuró Kyosuke mientras cubría sus labios y se ponía rojo hasta las orejas, esas sensaciones eran nuevas y mucho más fuertes en el cuerpo virgen y joven del más pequeño.

    — Ya sabes que se siente, ahora es tu turno de buscar una persona que ames para eso, yo soy tu hermano —Kyosuke asintió, pero al parecer no entendió lo de buscar a una persona que amada, pues apenas cumplió trece el menor parecía abeja, yendo de flor en flor.


    Yuichi dio un largo suspiro después de recordar aquello y liberó a su hermano de aquel abrazo.

    — Kyosuke ¿Por qué no mejor te preparas para la fiesta? Madre arreglo una máscara para ti —Kyosuke pareció molesto ante la mención de aquella mujer o madre desnaturalizada como solía llamarla.

    — Bueno, solo porque tu lo dices —Gruñó caminando en dirección a su cuarto ahora de nuevo con esa faceta de "bad boy" y el aire de "soy mejor que tu", pero Yuichi sabía que detrás de eso estaba su adorable hermano menor, siempre preocupado por las personas que amaba.

    Oo0ooO0ooOOOo000ooO



    — ¿Cómo me veo? —Preguntó cierto castaño arreglando su máscara, esta era azul marino y tenía adornos brillantes de color verde, como líneas curvas que generalmente representaban el viento.

    — Bien, siempre te ves bien —Habló el otro muchacho, este tenía una,máscara azul verdadero y los detalles eras dorados, como puntos rodeando los bordes de la máscara y si pasabas tus dedos por encima eran púas que dolían al tacto.

    — Furetsu, sabes que esto de entrar a fiestas de la realeza a sido únicamente mi idea, tengo un mal presentimiento y tengo miedo de que te suceda... —Fue interrumpido por los dedos del pelirrojo quien sonrió con tranquilidad y negó con la cabeza.

    — No pasará nada, iré contigo de igual manera aun cuando tengas ese presentimiento negativo, algo puede pasarte a ti y yo no voy a permitirlo —Finalizó mientras quitaba sus dedos de sobre los labios de Tenma y cubría su cabello con la capucha de su túnica negra, el castaño imitó el movimiento. En la acogedora oscuridad de la noche, corrieron ágiles cual felino en caza, invisibles de ojos curiosos, protegidos en las sombras, mientras se dirigían al brillante palacio.

    Tenma saltó la pared que dividía al pueblo de la ciudad con agilidad, aquella pared que los separaba de la ciudad real, ellos pertenecían a la basura de aquél reino, lo más bajo y humilde de la chusma. Tenma indignado por aquella división se decidió por ir a las fiestas de la realeza y dejar una y mil conquistas en esas fiestas, humillar a esos bastardos que nadaban en oro.

    — Tenma falta poco —Murmuró Furetsu mientras veía al castillo cada vez más cerca.

    — Usaremos el balcón que da al jardín —Contestó arreglando su máscara y en un salto su capa ondeó como un vampiro, escurridizo, que viaja en la oscuridad, su máscara brillo, era un espectáculo de suma belleza. Un caminante oscuro, una criatura de las tinieblas que rondaba la noche. Danzando con las estrellas y las sobras.

    — Tenma... —Susurró para si mismo el pelirrojo, el llevaba tanto tiempo como Tenma en la oscuridad, pero nunca los haría con tanta belleza como su compañero.

    "Tu belleza pertenece a la luz, Furetsu. Cuando los finos rayos de sol se cuelan por tu ventana y iluminan tu figura dormida, inconsciente, ignorante de que aquellos curiosos rayos bañan tu blanca piel; es cuando más hermoso te ves. O cuando el atardecer te ahoga en un mar de luces anaranjadas, tu no lo notas, el sol te ama, te alumbra para exhibir tu hermosura al mundo y poder poner sus dedos sobre ti, esos dedos brillantes que los mortales conocemos como rayos de sol. Eres de luz, perteneces a esta hora del día." Aquéllas palabras tan hermosas pronunciadas por su mejor amigo, su hermano, Tenma, habían quedado grabadas con fuego en si corazón, si él se pudiera expresar de la misma forma le diría a Tenma como su figura rompía los esquemas de la oscuridad, encontrando en ella no solo miedo o maldad, encontrando una belleza que te seduce lentamente, que te engatuza y atrapa, para finalmente acabar contigo robandote el corazón, el alma.

    Llegaron al castillo, Furetsu se inclinó para ver mejor las hermosas flores que había en aquel jardín. Las farolas no habían sido encendidas y todo se encontraba en penumbra. Tenma desapareció de la vista del pelirrojo y cuando menos lo espero una cuerda apareció desde el balcón y un suave susurro enviado con el viento le avisó que debía subir.

    Una vez ambos jóvenes dentro del castillo caminaron por los pasillos hasta llegar al gran salón, donde, ya sin capa negra; se mezclaron con los demás invitados que se quedaban prendados de la belleza de ambos jóvenes, miles de damas rogando al cielo que alguno aquellos muchachos las sacara a bailar y los hombres golpeandose entre ellos para alcanzar la oportunidad de danzar una pieza con uno de los dos chicos.

    — Tenma ¿Qué buscamos? —Preguntó el de exóticos ojos, que aún no comprendía la razón de caminar tanto por el salón.

    — Nada, Furetsu. Nos licimos ante los invitados para que los dos principales objetivos se fijen en nosotros —Respondió dando una señal con la cara para que Furetsu mirara a los príncipes.

    — Yo no estoy interesado en los príncipes —Dijo Furetsu deteniendo su marcha de golpe.

    — Entonces busca con quien bailar, diviértete, yo no me rendiré hasta tener a uno de esos dos mimados a mis pies —Furetsu rió suavemente y se alejó de Tenma, si el chico tenía un objetivo no se detendría hasta obtenerlo.

    — Esto es aburrido —Se quejaba cierto príncipe de 16 años.

    — Comportate Kyosuke, no le des una mala imagen a los invitados —Le reprendió su hermano mayor.

    — ¡Pero! ¡Yuichi! —Se volvió a quejar el menor.

    — Nada de peros, saca a bailar a alguien, yo ya encontré con quien tener mi primera pieza musical -o quizá todas-. Vamos Kyosuke trata de buscarle el lado bueno —Y con eso finalizó el mayor mientras caminaba hacia el niño de ojos exóticos que había capturado su alma con una pequeña mirada, quería ver esas hermosas orbes de cerca.

    — ¡Demonios! ¡Y ahora me deja sólo! —Gruñe el menor mientras caminaba en dirección a la mesa de comida, pero antes de llegar cierto castaño capturó su mirada, le siguió el paso hasta que el chico se detuvo y tomo delicadamente un dulce de la mesa, con lentitud y sensual elegancia lo puso en su boca y con ello tenía la mirada de más de un invitado, sin contar que su objetivo estaba cumplido, tenía al menor de los príncipes babeando por él.

    — Perfecto —Susurró para si mismo y una sonrisa de satisfacción adorno su rostro por unos segundos. El príncipe Kyosuke se acercó a él, demostrando como siempre ese porte superior y la esencia de rebelde que enloquecia a todos, como si todos nos sentiesemos atraídos por los chicos malos.

    — Tendrá el placer de concederme esta pieza —Habló el de cabello azul ofreciendo su mano al joven castaño.

    Tenma sin decir palabras dejó su mano al alcance del príncipe, el cual no dudó en tomarla y guiar al menor al centro del salón, donde las personas bailaban al son de la elegante música y solo a unos metros se encontraba el mayor de los Tsurugi con el joven de cabello anaranjado.

    Oo0ooO0ooOOOo000ooO



    — Me concederias esta pieza de baile —Le dijo una voz a su espalda. Furetsu se giró para encontrarse con un nada más ni nada menos que el hijo mayor del sultán.

    — Príncipe Tsurugi —Exclamó con sorpresa el joven mientras un suave tono rojizo adornaba sus mejillas, el príncipe era mucho más atractivo de cerca.

    — Llámame solo Yuichi —Dijo el mayor con una cálida sonrisa se apoderaba de sus labios. — ¿Y bien? ¿Bailarias conmigo? —Volvió a preguntar y Furetsu asintió dejándose guiar por el más alto, su corazón se había acelerado a niveles insospechados, sus ojos se encontraban hipnotizados por el mayor.

    ¿Qué era esa extraña calidez que nacía en su pecho?

    Ambos bailaron lentamente, al son de la música, el mayor apegaba al más pequeño hacia si por la cintura, la cual tenía gentilmente abrazada. Furetsu sentía que todo había desaparecido, que solo se encontraban ellos dos en aquel salón, ya ni siquiera existía la música.

    — Te habían dicho antes que las luces te aman, te siguen a donde tu vayas y te hacen deslumbrar y sobresalir por encima de los otros mortales —Susurró el príncipe, Tenma le había dicho algo así, pero... no tenía porque decirle ¿verdad?

    — Gracias, pri-... Yuichi —La vista era adorable, el blanco rostro del menor se encontraba gentilmente adornado por ese tono bermejo de sus mejillas y esos ojos llenos de timidez, para Yuichi eran perfectos, adorables, allí estaba la persona que tanto había buscado.

    Furetsu también sintió eso, allí estaba lo que su corazón tanto anhelaba, lo tenía rodeado con sus brazos y le miraba directamente a los ojos. Ninguno se dio cuenta cuando habían dejado de bailarcuando se habían detenido y sus rostros se aproximaban el uno al otro.

    — ¡Furetsu! —Gritó sorprendido Tenma mientras se liberaba de Kyosuke y cubría su boca con sus manos.

    El pelirrojo se sonrojo fuertemente y se alejó de Yuichi sonriendo nervioso.

    — Fue un placer príncipe Yuichi, ya s-... se ha hecho tarde y yo tengo que irme —Y sin permitir que el mayor dijera algo ambos jóvenes salieron del salón.

    Los chicos buscaron sus capas en silencio y saltaron del balcón.

    — En casa tendrás tiempo de explicarme mi coqueto hermano Furetsu —Bromeó Tenma al instante que se perdía en la oscuridad sin permitir que Furetsu le siguiera.

    — Idiota —Gruñó Furetsu mientras también corría de vuelta a casa, protegido el en negro de su capa.

    De vuelta en el palacio Yuichi no había querido volver a bailar con nadie, entonces escuchó a un par de personas hablando.

    — ¿Le dijo Furetsu? —Habló la voz femenina con sorpresa.

    — Sí, he oído que ellos son como fantasmas, entran en una fiesta, brillan con luz propia, bailan y comen, finalmente desaparecen en la oscuridad de la noche —Contestó la otra chica,, Yuichi no pudo evitar poner atención.

    — Solo aparecen en las fiestas según sé y no son ladrones, nunca han robado nada más que el corazón de muchas personas.

    — Son tan misteriosos, tan atractivos...

    — ¡Kyosuke! —Gritó Yuichi y su hermano apareció con calma a su lado.

    — De hoy en adelante tendremos muchas fiestas así —Kyosuke no entendió pero asintió.

    — Como quieras, Yuichi —Finalizó para luego volver a perderse entre la gente.

    — Así podré volver a verte —Murmuró con una sonrisa en sus labios.

    La fiesta siguió hasta muy entrada la noche, pero Yuichi no estuvo hasta tan tarde, no tenía ganas, solo quería poder tener a aquel hermoso muchacho entre sus brazos, sentir esa delgada figura, perderse en esos exóticos ojos.

    Lo necesitaba.

    Oo0ooO0ooOOOo000ooO



    — ¡Estuviste a punto de besarlo! —Gritó Tenma emocionado, ambos chicos estaban acostados en la misma cama y el pelirrojo se encontraba sumamente sonrojado. — ¡Y él! ¡El príncipe Yuichi también quería! ¡Tu no viste como te miraba! ¡Se habían perdido en los ojos del otro! ¡Fue como un hermoso escenario de amor! ¡Es hermoso! ¡Estaban enamorados! ¡Indudablemente! —Gritaba emocionado moviendo sus brazos.

    — ¡Tenma! —El de ojos azul-amarillo no podía encontrarse más abochornado, su mejor amigo no dejaba de hablar de lo sucedido y parecía muy emocionado.

    — Ojalá organicen otro baile, me encantaría verte felíz y tengo el presentimiento que con Yuichi lo serás —Furetsu miró a Tenma sorprendido y luego recordó algo que el mismo castaño había dicho.

    — ¿Y tu mal presentimiento, Tenma? —Preguntó con una sonrisa burlona.

    — Debí de haberme confundido, lo único que pasó en esa fiesta fueron cosas buenas —Dijo acurrucandose junto al niño de mirada azul-amarillo.

    — Si fue tan bueno... ¿Por qué nos fuimos antes? —Preguntó acorralando a Tenma contra la cama.

    — Cosas que pasan Furetsu, fue la sorpresa, sin contar que el hermanito de tu amor prácticamente me comía con la mirada —Sonrió escogiendose de hombros.

    — Eres muy extraño Tenma —Susurró juntando su nariz con la del castaño. — ¿Qué sería de mi si no te hubiese conocido? —Preguntó cerrando sus ojos y volviendo a acomodarse junto a su mejor amigo.

    — No lo sé, seguro seguirías en la calle o muerto. No sé —Habló con tranquilidad.

    — Te debo tanto... Tenma... —Musitó antes de quedarse profundamente dormido.

    — No, Furetsu. Ya lo has pagado todo... —Tenma sonrió y cerró sus ojos. — Tu amistad es más que suficiente para mi...

    — ¡Largate! —Gritó un guardia del castillo empujando a un chico de cabello naranja.

    El niño se quedó sentado en el suelo, no debía tener más de 8 años, su rostro estaba manchado de lágrimas.

    — ¿Por qué lloras? —Habló una dulce voz y en cuanto el pelirrojo levantó la mirada se encontró con unos grandes y curiosos ojos azules.

    — Me sacaron del castillo porque no puedo hacer el trabajo tan bien como mi mamá —Susurró limpiando las lágrimas que seguían callendo.

    — No llores, te invito a mi casa —Dijo el castaño, mas el niño seguía llorando. El de ojos azules se comenzó a desesperar. — No llores... yo... voy... —Los ojos azules del menor se cristalizaron y pronto lloraba él también.

    Después de que ambos lloraron juntos sentados en el suelo por un buen rato hasta que les dolió la cabeza. El castaño miró a su compañero e hipo, esa mirada fue correspondida por el pelirrojo y pronto y quien sabe por qué ambos se reían.

    — ¿Por qué estabas llorando tú? —Preguntó entre risas el niño de exótica mirada.

    — No lo sé —Respondió el castaño y limpió su cara de los restos de sus lágrimas.

    Ambos formaron una linda amistad, el pelirrojo se fue a vivir con los padres de su amigo.

    — ¡Mamá encontré un niño! ¡Lo adoptamos! —Y ese simple grito que profirió Tenma al momento en que llegaron a la casa tomados de la mano cambió la vida de Furetsu, su mundo se volvió risas y alegría, horas de lágrimas compartidas con su mejor amigo, Furetsu agradecía a los cielos por permitirle conocer a Tenma.


    La noche dio paso a una hermosa mañana, Furetsu dormía plácidamente cuando el castaño despertó, el chico se quedó mirando la belleza de su mejor amigo y luego salió de casa a recorrer los arenosos caminos de Al-Mugid, era un paseó bellísimo si te gustaba el desierto.

    Al-Mugid había sido construido en un oasis en el desierto, era una ciudad preciosa. Tenma apreciaba mucho su reino y le gustaban esos paseos matutinos, le ayudaba a pensar, recordar y disfrutar de esa pequeña cantidad de tiempo a solas.

    — Furetsu será feliz con él. Yo hice todo lo que me correspondía, ahora es su turno de seguir adelante y encontrar a alguien que le haga feliz... ¿Y quien mejor que aquel que con solo una mirada le construyó un mundo de rosas y corazones —Susurraba con tranquilidad sentado en la arena a las afueras de la ciudad. — Yo también tengo que seguir adelante...

    Y con eso dicho se levantó y camino de vuelta a la ciudad, tenía cosas que arreglar.

    La mirada del castaño fue capturado por un tumulto de gente que parecía emocionada por lo que había en la pared, el menor camino hasta allí y se escurrió por entre la gente hastver lo que tanto llamaba la atención.

    "Los príncipes invitan cordialmente a su reino a un baile en el castillo el día *** de este mes.

    El castillo."

    — Muy bien, esta noticia le vendrá muy bien a Furetsu —Habló Tenma con felicidad brillando en su mirada.

    Oo0ooO0ooOOOo000ooO



    — Yuichi, ¿estas seguro de esto? —Preguntó el menor de los Tsurugi jugando con un gato sobre sus piernas.
    — Al 100% Kyosuke, quiero ver a ese hermoso chico de nuevo —Comentó Yuichi mientras dejaba salir un suspiro de enamorado, Kyosuke sonrió de lado y se acercó a su hermano y se subió sobre este a gatas.

    — Y te casaras con él y te olvidaras de mi, que haría yo sin ti —Habló en burla el menor mientras se sentaba sobre la cadera de su hermano mayor.

    — Yo jamás me olvidaría de ti Kyosuke —Susurró con una sonrisa y acarició la mejilla de su hermano menor.

    — Yuichi, eres un idiota... —Sonrió Kyosuke. — Y por cierto tengo una queja, tarde mucho en encontrar una pareja de baile y apenas tú y tu niño hicieron su show mi pareja de baile me dejó. Exijo remuneración —Ante el comentario Yuichi no pudo evitar reír y atraer a su hermano hacia si y le revolvió cariñosamente el cabello.

    — ¿Qué quieres a cambio? —Preguntó con tranquilidad.

    — Que hagas tu vida sin girarte a pensar que hago yo con la mia, que no tengas el peso constante de mi existencia en tus hombros mientras formas tu camino como hombre de familia —Yuichi pareció dudar un poco pero finalizó negando con la cabeza.

    — Kyosuke no eres un peso sobre mis hombros, hasta ahora eres la persona más importante de mi vida y quiero que tu presencia este siempre en mi cabeza, haré mi vida, sí, pero nunca te haré a un lado. Quiero que seas el malvado tío que malcrie a mis hijos, quiero que mis hijos jueguen con los tuyos y quiero que tu seas feliz. No descansare hasta que lo seas —Kyosuke no sabía que decir dejó caer su cabeza sobre el pecho de su hermano con pesadez.

    "Eres el mejor hermano del mundo, Yuichi" Pensó el menor dejando que el sueño le superará y quedándose dormido.

    Capítulo 1 Fin.

    Notas finales: Este es solo como un Prólogo de lo que se viene. Esperó les haya gustado.
    :( Al final igual se me pegó el celular.
    Por ultimo dejo en claro que quede MUY insatisfecha con el fanfic y apenas tenga computador lo voy a corregir.

    Atte: LaTeoriaOndulatoriadelaPichula
     
    Top
    .
19 replies since 6/7/2014, 05:02   1631 views
  Share  
.