ABRACADABRA (Finalizada)

… ¿Solo un cuento infantil o…la realidad?...”Sólo una persona está destinada a romper la maldición…pierde tus esperanzas, príncipe” JR,JE,JT,SH (AU, aventura , Fantasìa,romance) Act:10/10/20

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  1. Misagi_ryuk
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    Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo... quería ser poema. JG

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    Comiendo panditas rojos, fresas y chocolate :D¡¡

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    Hola, ¿cómo están? :), yo muy bien, por acá hace muchísimo calor, pero estamos sobreviviendo xD. Una vez más muchas gracias por seguir acompañándome en este fic, ¡¡¡se los agradezco mucho!!. Bueno, tambien con la noticia de que ya regresé a clases :( BUUU….en fin, trataré de seguir escribiendo cuando tenga un tiempito :D.
    Esta vez les traigo el esperado regreso de Nowaki, veremos que sucede con las presentaciones de la familia :P y algunas sorpresitas más. A partir del siguiente capítulo comenzamos con el regreso de los príncipes a sus respectivos reinos. Espero les guste un poco el cap y respondo sus comentarios :)

    Arween09: Hola, gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el cap, ya verás que pasará con Nowaki, el cap estará centrado en los egoístas :), gracias por tus buenos deseos, espero te guste la conty de hoy y nos leemos pronto¡¡

    Mei rin: hola, gracis por tu comentario, me alegra que te haya gustado el cap anterior, espero te guste este , saluditos…

    Melyoan: Hola Mely, ¿cómo estás?, Gracias por comentar, me alegra que te haya gustado la conty, sip ya se van resolviendo varios problemas que aquejaban a la mayoría de los personajes. Y este cap verás bastante de la pareja egoísta xD. Ojalá y pronto puedas actualizar tus fics, ya los extraño un montón :´D¡¡, espero te guste la conty , nos leemos pronto :) , besitos de sandía¡¡


    Anne onodera takano: Hola, ¿cómo estás?, gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el cap, sip Por el “bien” los elfos son capaces de hacer muchas cosas. Y varás lo que pasará en este capítulo, espero te guste , saluditos…

    Besos de pay de limón para todos¡¡¡ <3

    Misagi * *





    Capítulo 58: “Calor”




    Hiroki resopló frustrado por milésima vez, haciendo saltar pequeños mechones castaños que caían sobre su frente. Se reacomodó en la inmensa cama de colchas azules y se quedó con la almendrada vista observando fijamente el techo.

    Era un poco más de la una de la madrugada, a estas alturas ya todos en el palacio dormían. Mala noche había elegido su insomnio para reaparecer, pesaba sarcásticamente. Había sido un día increíblemente agotador, sus músculos cansados pedían por un poco de horas de sueño, era una verdadera lástima que su cerebro no pensara lo mismo. Ya había dado muchas vueltas en la cama y no conseguía cerrar los ojos más que para parpadear… y aunque quisiera negarlo sabía muy bien la razón…su precioso tritón. Nowaki le había prometido que llegaría y aún no había señales de su paradero. Hiroki se había mantenido nervioso toda la tarde tanto a su espera como para contarle al resto de la familia el “asunto” de su embarazo, muy a pesar quienes ya lo sabían y que habían recomendado en que contara todo de inmediato, sin embargo había decidido dejarlo como sorpresa… ¡y vaya sorpresa que se llevarían!

    Acariciaba distraídamente su aun plano vientre con una mano, mientras que con la otra abanicaba su acalorado rostro. Había noches en que a pesar de que sabía que la temperatura era bastante baja su cuerpo no parecía estar de acuerdo y despertaba acalorado y jadeante, Hisa-san le había comentado que eran las hormonas de su cuerpo adaptándose al cambio…aunque él pensaba también que aquello era “otro tipo de calor”…sus mejillas se colorearon al recordar las diversas formas que había intentado junto a su tritón para ayudarlo a dormir.

    – ¡baka! – exclamó colorado y más fuerte de lo que debería, por lo que enseguida llevó su mano a la boca, no era su intención despertar a su “vecinos” de habitación. Sin embargo al sentirse en el profundo silencio de la noche pudo agudizar sus sentidos y escuchó algunas voces, pensó que era en el jardín principal que daba justo enfrente. Pateó con fuerza la delgada sabana que cubría su cuerpo y se paró con rapidez, casi tropezándose, hasta llegar al gran ventanal que daba al susodicho patio.

    Sus ojos se agrandaron y brillaron felizmente.

    – ¡Nowaki! – gritó emocionado, casi colgándose de la ventana, apenas se enteraba que había interrumpido la charla entre su príncipe oji- azul y cuatro miembros de la guardia real. Seguro le estaban impidiendo el paso. Hiroki solo pudo escuchar el sorprendido “¡Hiroki-sama!” de los guardias y el radiante “¡Hiro-san!” del padre de su bebé – déjenle pasar – demandó suavemente. Los cuatro hombres se miraron sorprendidos y curiosos…

    – ¡pero majestad…!

    – Enseguida bajo… – fue lo único que escucharon los 5 personajes en el patio antes de que siquiera pudieran intervenir el precioso doncel había desaparecido de su vista en la ventana. El pecho rebosante del castaño se derretía de dicha al ver a su azabache por fin en Usami, admitía que estaba a punto de perder la cabeza de preocupación también. Bajó con rapidez las escaleras y abrió la puerta principal de par en par para salir corriendo hacia su prometido.

    Nowaki no hizo más que extender los brazos bien abiertos, divertido al ver la poca dificultad que representó el intento de los cuatro guardias por impedir al doncel acercarse a él. Cuando al fin le tuvo en sus brazos, ninguno de los dos dijo nada, no habían pasado más que un par de días, pero para ellos había sido más que suficiente…ya se extrañaban. Mantenía el cuerpo de su castaño pegado al suyo, tanto por las piernas del doncel que se habían enroscado en su cintura y sus manos en su cuello, como por sus brazos que se aferraban a las caderas de su sexy arquero.

    – te extrañé tanto…– murmuró el más alto contra los labios rositas del mayor, por lo que se ganó un suave y rápido beso de regreso y un quedito “yo también”, acompañados de un tierno sonrojo en su mejillas y una apasionada mirada castaña que prometía muchas cosas – lamento llegar tan tarde

    – te he estado esperando toda la tarde – murmuró con un lindo pucherito, que derritió y divirtió por igual al tritón, por lo que no pudo evitar, sostener el peso de su preciosa carga con un solo brazo y jalar un poco el labio inferior rosita de su novio, sonriendo.

    – ya estoy aquí… – susurró el menor, sintiendo al fin la poca ropa que vestía su doncel y al ver sus desnudos pies, no hizo más que reír un poco – siento que ya hemos pasado esto – exclamó juguetón – tenemos que entrar pronto, está haciendo frío, Hiro-san

    – yo tengo calor…- murmuró muy bajito el mayor enterrando su colorado rostro en el cuello de Nowaki, quien al recordar la referencia solo le contesto muy bajito con una sonrisa “ya lo arreglaremos”. Fue hasta entonces que reparó en los cuatro hombres que seguían frente a ellos, bastante sonrojados, cabe mencionar; Nowaki no sabía si enojarse o reír…le parecía bastante gracioso que los muy presentables guardias evitaran “a toda costa” observar las desnudas piernas que se habían descubierto del corto pijama de su doncel, más optó por dejarle un poco en el suelo para reacomodar a su bella cargarle en su brazos, esta vez al estilo “princesa” y sacarle de allí lo más pronto posible, pero al parecer Hiroki había pensado antes que él…

    – ya he corroborado cualquier historia que haya contado el mago aquí presente, así que si no hay otra cosa que hablar, nos marchamos – exclamó implacable y lo más sereno que pudo, aun en brazos del mayor y con el rostro medio escondido por la vergüenza, ante la mirada anonada de los guardias…¡¿dijo “mago”?!…las vestimentas “comunes” del chico no lo delataban, pero más importante… ¡¿Qué relación tenía el príncipe con él?!

    – ¡p-pero majestad!, si es un mago tenemos que dar aviso a…

    – no hay nada de qué preocuparse, caballeros- comenzó, esta vez regalándoles una serena sonrisa a los hombres, aun sin soltarse del cuello de su prometido – Si nos disculpan, debemos retirarnos…ah…realmente agradecería que mantuvieran en secreto su llegada – exclamó dirigiendo una mirada a su príncipe –…espero sea una sorpresa… para la familia

    Y sin más salieron de allí, el mayor en brazos de su tritón, dejando estupefactos a los cuatro hombres.

    .....

    – ¿tan malo es?

    La pregunta había descolocado un poco a Nowaki, por lo que terminó de descalzarse y regresó a ver la profunda mirada de Hiroki, estaba intrigada…pero también llena de preocupación. A Nowaki no le gustaba tener preocupado a su bello doncel, no era bueno para él bebé, no era bueno para él. Hiroki estaba sentada en el centro de la cama, con sus piernas dobladas, mientras Nowaki tomaba asiento en el mueble y poco a poco se acercaba su prometido.

    – no pienses cosas, Hiro-san

    – entonces no hagas que piense demás…sabes que me preocupo por tonterías con facilidad – medio sonrió el castaño, el menor sabía que el tinte preocupado no había desaparecido por completo. Nowaki le regresó la sonrisa, aun le parecía terriblemente increíble como con tan poco de conocerse Hiroki podía leerlo como un libro abierto. Se acercó mucho a su doncel, tirando de las blancas piernas hasta que tuvo al castaño sentado sobre su regazo.

    – Tengo mucho que contarte – exclamó el alto sonriendo un poco, cerrando sus ojos y juntando su frente con su pareja.

    – te escucho

    Nowaki había contado todo desde el principio: desde el pequeño doncel pelirosa que le seguía a todas partes en su infancia hasta el hermoso y valiente guardián que había salvado su reino. Hiroki tan solo escuchaba todo con gran calma, en un profundo e inquietante (para Nowki) silencio. Le habló sobre lo que hubiera sido la guerra, las respuestas que no encontraba, la posible alianza mediante un matrimonio del que se había escapado, de las hadas sirenas; le habló de su familia y los buenos deseos de todos. Vio pasar por los preciosos orbes avellanados matices de preocupación, de tristeza, de ira y de felicidad…pero no decía nada. Cuando la historia terminó, la habitación se quedó en completo silencio, tan solo con el acompañamiento de los tenues ruidos de la noche coreándoles.

    – ¿y?... ¿qué piensas? – el silencio comenzaba a poner nervioso a Nowaki, quería saber que pensaba Hiroki.

    – pienso que has tenido suerte…eso pienso

    – ¡Hi-ro-san!- puchereó el menor, apachurrando las mejillas de su doncel, que empezaba a enfurruñarse de poco a poco y querer bajarse de sus piernas.

    – ¿Qué quieres que te diga?... ¡no puedes andar prometiendo que te casarás con todos los donceles que te encuentras en el camino!

    Nowaki lo miró sorprendido, en silencio, seriamente, fijamente. El ceño del castaño estaba fuertemente fruncido…pero Nowaki sabía bien que no estaba molesto…su sorprendida cara fue transformándose poco a poco hasta que tenía pintada una enorme sonrisa…

    – ¡estás celoso! – picoteó divertido en la colorada, como granada, mejilla de su novio, que cruzado de brazos aun quería intentar convencerle de que estaba enojado.

    – ¡N-NO!

    – Es una tontería Hiro-san– sonreía el menor, tumbándolo sobre las frescas sábanas de la majestuosa cama, colocándose sobre Hiroki sin aplastarle e inmovilizando sus brazos sujetándole por las muñecas. Nowaki estaba enterado de la revolución hormonal dentro de su doncel, pero le costaba creer el grado de inseguridad que expresaba en esos momentos su precioso prometido, sintió oprimírsele el pecho al pensar en lo preocupado y temeroso que debió sentirse su doncel cuando además de enfrentar sus propios problemas tenía la mente ocupada en los suyos. Enterró su rostro en el cálido cuello de su pareja aspirando el olor mentolado…

    – ¡o-oie!, mocoso idiota, suéltame ¿Qué te crees que soy? – intentaba reclamar el más bajo, retorciéndose entre los brazos de su sonriente tritón, notando también que el mayor comenzaba a jadear bajito, como si quisiera evitarlo.

    – un tonto, eso me parece que eres – exclamó el oji-azul mirándole fijamente al mismo tiempo que le daba un corto beso a los besos contrarios. Hiroki no despegaba su mirada e él, pero había dejado de moverse y en sus labios comenzaba formarse un puchero adorable – ¿Cuándo vas a entender que eres tú la única persona a lo que amo? …no hay razón para estar celoso…además él quiere conocerte…

    – ¡q-qué no estoy celoso!... ¡y yo también quiero conocerle! – la respuesta solo hizo que el azabache besara en precioso puchero en los labios de su prometido, la risita sensual y divertida del menor murió en los cálidos besos que su pareja respondía sin ser capaz de oponerse. No sabía por qué pero ya intuía la respuesta del doncel.

    – Te amo– murmuró Nowaki, besando tiernamente la frente contraria

    – yo también…

    La sonrisa de satisfacción no tardó en aparecer en los delgados labios del tritón, observando con atención las coloradas mejillas de su doncel, que gemía quedito, tal vez por la cercanía, tal vez por la anticipación. Se colocó cómodamente entre las largas y suaves piernas de su castaño, compartiendo un profundo beso que hizo mitigar los gemidos de ambos en los labios ajenos.

    – eh, ¿Hiro-san?…– los dientes mordían suavemente el blanco cuello, y las grandes y cálidas manos recorrían, traviesas, la sonrosada piel que reconocían a la perfección. Adorando intensamente la sensibilidad de su embarazado y celoso doncel. El mayor no dejaba de retorcerse, intentando pegar inconscientemente su cuerpo al otro…sentía volar en una burbuja de calor y pasión, derritiendo su cerebro en un gran charco…tanto que apenas recordó que Nowaki le había hecho una pregunta.

    – ¿q-qué?

    – ¿aun tienes calor?...

    Las mejillas del “fiero” doncel tomaron un profundo color escarlata y sin más se abrazó al cuerpo del mayor cual Koala, enterrando su avergonzado rostro en el fuerte cuello del varón, que le miraba pasionalmente…insistentemente.

    – si…

    ………………………………….

    TOC, TOC, TOC

    Los ojos azules se abrieron levemente sobresaltados. Muy pronto recordó todo lo acontecido algunas horas atrás. Sonrió. Regresó a ver los rayos brillantes que luchaban por pasar entre las cálidas cortinas celestes, después centró su mirada en el guapo, y muy probablemente desnudo, doncel bajo las sábanas, quién dormía tranquila y pesadamente…una pequeña sonrisa salió de sus labios y besó los rosados labios, el castaño solo se movió un poco, murmuró algo inteligible y se volvió a acomodar para seguir durmiendo…estaba a punto de reír un poco, cuando recordó el motivo de su despertar…
    TOC TOC TOC

    – ¿Hiroki?, ¿cariño?... ¿aun duermes?

    Nowaki levantó la mirada rápidamente observando de manera fija la puerta. Se levantó de la cama con premura y se metió en sus pantalones. ¿Quién sería?...no se escuchaba la voz como de su “suegra”, Mitsuki-sama.

    TOC TOC TOC

    – ¡Hiroki, vamos!, ya es tarde, cariño, el desayuno está a punto de servirse, todos están a punto de irse, ¡seguro que estarás molesto si no logras despedirte de ellos!

    Nowaki frunció un poco el ceño, conociendo a Hiroki, seguro que se molestaría, vaya, así que el “percance” en Usami había hecho que casi toda la familia viniera. Con tantas cosas él y Hiroki no habían podido platicar con detalle como aconteció esa reunión. Se apresuró a acercarse a su doncel y a moverlo gentilmente para despertarle, pero nada pareció funcionar y solo se escuchaba de sus labios algo así como “déjame dormir...mocoso idiota”…o eso creía el menor .En cualquier momento eso le hubiera parecido gracioso e incluso extrañamente tierno, pero la persona tras la puerta empezaba a ponerse ansiosa y al parecer lo estaba contagiando a él.

    – ¡Hiro-chan! – gritaban a través de la puerta

    – ¡Hiro-san! – murmuraba también de este lado Nowaki. El castaño no despertó. Frunció los labios, ni modos, no había de otra. Tendría que abrir la puerta, a pesar de que sabía que su precioso doncel quería ser el primero en presentarle a la gente de allí. Pero, realmente pensaba que si no le daban paso a la desesperada mujer afuera de la habitación tiraría de una patada la puerta. Levantó la holgada camisa azul marino con detalles dorados del suelo y se le puso lo más rápido que pudo al mismo tiempo que se acercaba a la puerta y zafaba el seguro…

    …..

    Asuka estaba a punto de gritar algunas cuantas cosas a su hermoso sobrino, cuando vio que quien abría la puerta era alguien completamente diferente.

    Nowaki observó casi en cámara lenta las diversas reacciones en el precioso rostro de una mujer de piel blanca y cabello grises peinados de lado sobre su hombro. Parecía algo mayor, pero su belleza le regalaba años y años de juventud. Estaba ataviada en un largo vestido púrpura. Aunque de todas las reacciones le pareció realmente cómica la última mueca que hizo: sus ojos imposiblemente más abiertos de sorpresa y los delgados labios separados. Entonces comprendió que quien estaba frente a él, era ni más ni menos que la reina del lugar y la señora de la casa, la querida tía de Hiroki, Asuka-sama.

    – Buenos días, Asuka-sama, alteza- Nowaki se paró firme, intentando no soltar una risotada por el estado de shock que presentaba la mujer frente a él, se inclinó un poco para una reverencia, pero… - es un placer conocerle, yo soy…

    – ¡¡¡ KAMIJOU HIROKI, EPLÍCAME AHORA MISMO QUE HACES ENCERRADO CON UN VARÓN EN TU HABITACIÓN!!!

    Ahora fue el turno de Nowaki de abrir en demasía los ojos, asombrado. Apenas fue consciente de como su adorado doncel se levantaba de un saltó de su profundo sueño con cara de terror. Nowaki ahora sí que no pudo evitar la pequeña carcajada que se escapaba de su garganta, más aun cuando se escuchaba por las escaleras y pasillos el resonar de los pasos de varias personas dirigiéndose con rapidez hacia donde estaban ellos…

    Vaya, eso prometía…

    Si Hiroki quería causar una sorpresa, ya la tenía…pensó con gracia.

    ****************************

    – ¿Estás seguro de que es lo que quieres hacer primero, príncipe?- exclamó Masamune con calma y buscando la certeza en su pareja – yo no tendría inconvenientes en que fuéramos a hablar con tu pa...con Seiji-san – corrigió rápidamente – antes de ir con mis padres. Ritsu había asentido lentamente pero de manera segura.

    – Creo que es lo mejor, Mune, me dará unos instantes más para pensar claramente – explicó con calma. Mientras terminaba de calzarse. El varón asintió.

    – siempre te apoyaré en todo, mi amor, recuérdalo por favor

    – lo sé, te lo agradezco…te amo – las mejillas sonrojadas haciendo acto de presencia. El mayor no pudo evitar reír un poco…y pensar que hace un par de semanas aun lloraba por el paradero de su precioso doncel…no sabría qué hacer si el destino hubiera decidido no volver a encontrar sus caminos, seguro hubiera enloquecido.

    – yo también te amo mi príncipe

    Suavemente juntaron sus labios en un silencioso juramente de amor y un compromiso con el brillante futuro que les deparaba juntos.

    Para la pareja la mañana era bastante productiva, así preferían que fuera. Más aún si pretendían que les rindiera el día si querían llegar temprano a Marukawa, el reino de Mune. En ese momento se encontraban preparándose para bajar a desayunar, tan pronto eso ocurriera la mayoría de la familia se despediría para partir a sus respectivos reinos. Aunque Ritsu aún le daba vuelta a una propuesta que había le había comentado Hiroki el día de ayer después de la cena: “sería muy bueno que pudiéramos reunirnos, ya sabes, los príncipes y cónyuges, para enseñar lo que sepamos a Akihiko y a los =próximos= reyes antes de tomar sus responsabilidades”…si, eso podía ser de mucha ayuda, para el mismo sería gratificante. Un sonrojo adornó sus mejillas. Su mente pensaba en clases de baile, política y etiqueta cuando escucharon el estruendoso grito de tía Asuka, algo deformado:

    “¡¡¡ KAMIJOU HIROKI, EPLÍCAME AHORA MISMO QUE HACES ENCERRADO CON UN VARÓN EN TU HABITACIÓN!!!”

    Los ojos miel y los verdes se regresaron a ver sorprendidos y curiosos y segundos después simplemente se soltaron a reír como maniáticos.

    – Parece que Nowaki-san ya llegó – exclamó en doncel entre pequeñas risitas.

    – Seguro, vamos, tengo que ver esto – explayó el príncipe con una sonrisa divertida, saliendo de la habitación con su pequeño mago castaño tras él.

    ***************************

    Aquella escena fue simplemente…hilarante.

    Hiroki vio aparecer por el umbral de la puerta de su habitación a cada uno de sus familiares que se acercaban curiosos a presenciar la escena. Los primeros en llegar fueron Mune y Ritsu, ya que estaban a dos habitaciones de la suya; seguidos de Shinobu y el capitán Yoo; Haruhiko y Keiichi; después su tío Toshio y su tía Kyiko, los padres de Haruhiko; a continuación Akihiko y Misaki y como no podría faltar su madre y su pequeña hermanita. Todos metidos ahí y el a punto de desmayarse, sus manos no parecían ser suficiente para cubrir su colorado rostro y optó por echarse la colcha en la cabeza, cubriendo así todo su cuerpo…escuchando algunas risitas divertidas, entre ellas la de Kusama “traidor” Nowaki…hizo un puchero aún más avergonzado… ¡el solo quería darles una sorpresa normal!..

    El pequeño silencio que se había formado en la habitación fue roto por e grito emocionado de una pequeña de diez años.

    – ¡Nowaki-nii!

    “¡¡¡¿nii?!!!”…el coreo fue colectivo. Un gemido de frustración se escuchó desde el tumulto de sabanas que era Hiroki en ese momento.

    – Explícame que quiere decir Mikoto, Hiroki, cariño – Asuka parecía haber conseguido calmar su sorpresa. El menor parecía murmurar algo inteligible. Nowaki permanecía parado justo al lado de la cama – no entiendo, bebé…

    A Nowaki le apreció gracioso el ceño fruncido de la reina, y sonrió un poco. Sus ojos violetas giraron hacia él.

    – ¿supongo, que tú joven, eres su…novio? – preguntó la reina al menor. Nowaki estaba feliz de que hubiera gente que protegiera a toda costa a su doncel, pero aquello estaba resultando un tanto divertido.

    – en cierta forma, si, alteza – respondió con su inagotable sonrisa divertida – realmente soy su…

    Y eso era todo…¡Hiroki empezaba a perder la paciencia y para colmo…tenía hambre!

    – ¡¡¡ES MI PROMETIDO, TÍA!!! Si, llegó anoche; no, no se te avisó de su llegada porque yo lo pedí a los guardias. Nos casaremos tan pronto podamos, su familia ya lo sabe, ahora la mía también, la noticia que queríamos darles juntos es que tendremos un bebé, justo ahora me está doliendo la cabeza y los pies, me estoy muriendo de hambre y sólo quiero ¡que todos salgan del jodido cuarto!... ¡¿ME HE OLVIDADO DE ALGO?!....

    Las caras de sorpresa de los mayores no se hicieron esperar y las risitas de sus primos, su madre y el mismo Nowaki se dejaron escuchar. Lo que siguió después fueron felicitaciones, besos, lágrimas y preguntas que el menor se negó rotundamente en contestar en ese momento y corriendo a todos de su habitación se quedó al fin a solas con su azabache.

    – hey, al menos salió mejor de lo que esperabas, ¿no?- murmuró divertido el menor, acercándose a su doncel y dándole un corto beso en los labios.

    – cállate, mocoso traidor – sus mejillas rojas, encendidas como faroles y un puchero inundaban su rostro avergonzado.

    Al parecer el drama era innato de la familia Usami…

    **************************************************************

    El sol todavía se asomaba tímido por las montañas. El clima estaba bastante fresco, parecía ser un buen día…un buen día para cualquier persona, menos para él. No podría ser un buen día desde que su amado hijo ya no está a su lado. El hombre de rosto demacrado, cansado y vencido por la vida se encontraba sentado en una silla de madera que había colocado justo debajo de la sombra del gran árbol donde colgaba el columpio que había hecho con tanto esmero para su precioso doncel. La taza de café que reposaba en sus manos tembló terriblemente, hasta el punto que el líquido amargo y caliente se regaba en sus manos, pero en el afán de sentirse más miserable y regodearse en su tristeza, no lo sentía.

    Ya había pasado un tiempo, y parecía cuestión de horarios fijos el que sus ojos verdes opacados de tristeza le lloraban a su hijo. Hace mucho que las ganas de vivir, y se convenció de seguir en este mundo cruel, fue por la promesa que le había hecho a aquella bella mujer que conoció una vez…a la mujer de su sueños y a qué, ingenuamente, aun guardaba la esperanza de volver a ver, aunque sea por última vez, a su amado hijo…no importaba si sólo recibir apalabras de odio y de desprecio de su parte por lo que pensaba había hecho. Aun guardaba las esperanzas de poder contarle todo lo que no pudo contarlo una vez…La verdad.

    Su adorada hadita…su preciosa oji-verde… ¿qué habrá sido de su mujercita de cabellos castaños?...

    – Seiji…

    El hombre rio histéricamente, tanta era su pena que ya escuchaba la voz de su amor… ¡vaya, que se había tardado!…al fin había llegado a la locura. Su cabeza siguió agachada sin molestarse en enterarse que no había nadie frente a él.

    – Seiji, cariño, no soy un sueño…

    Los ojos del cansado hombre se levantaron con un poco de letargo, observando con atención a la persona frente a él. Su boca seca y abierta, no daba crédito a lo que veía, sus ojos abiertos a más no poder, los ojos verdes y brillantes mirándole con profundidad, pero no sabría describir el sentimiento que emanaban. El hombre calló de rodillas en el suelo y convulsionó en doloroso llanto…

    – ¡es mi culpa, todo es culpa mía! ¡No pude cumplir la promesa, lo siento tanto. Te fallé!

    La mujer vestida de manera simple, pero presentable, pasó su blanca mano por el rostro de descuido y sin afeitar del hombre.

    – no me has fallado, cariño mío. Todo estará bien, ya he regresado. Todo se va arreglar, la verdad será revelada cuando él llegue a nosotros…toda la verdad. Hay mucho de qué hablar.

    El hombre la miró con profundo amor, con profunda ternura, con profunda admiración…elevó sus ojos. Y sostuvo con su tosca mano la suave y pequeña de la mujer frente a él…

    – Mei…

    .
    .
    .

    Continuará…
     
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