ABRACADABRA (Finalizada)

… ¿Solo un cuento infantil o…la realidad?...”Sólo una persona está destinada a romper la maldición…pierde tus esperanzas, príncipe” JR,JE,JT,SH (AU, aventura , Fantasìa,romance) Act:10/10/20

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Misagi_ryuk
        +1   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo... quería ser poema. JG

    Group
    100% Seme
    Posts
    1,791
    Location
    Comiendo panditas rojos, fresas y chocolate :D¡¡

    Status
    Offline
    Hola a todos, ¿cómo están?

    o///O….lo sé ya ha pasado un tiempo, pero como les dije, no pienso dejar inconcluso mi fic :D . Primeramente, muchas gracias por comentar y seguir al pendiente de mi fic ( a pesar de la larguísima espera x´D); espero que hayan pasado unas felices fiestas¡¡¡. Este año ha sido muy complicado para mi, empezando por mi salud, pero poco a poco estoy progresando (es mi meta de año nuevo LOL) y los tramites de mi titulación me están llevando un poco más de tiempo de lo esperado, pero en fin…agradezco mucho su infinito apoyo y en vísperas de la culminación de este “no tan pequeño fic xD” quiero compartir con ustedes que antes de que suba el epilogo de esta historia estaré subiendo un nuevo fic :D¡¡
    Ahora sí, sin otra noticia que dar, respondo sus comentario, después de tanto tiempo :v

    Anne onodera takano:¡Hola, ¿cómo has estado?!, muchas gracias por comentar y estar al pendiente de mi fic. Me alegra que te haya gustado el flash-back de Misaki creo que era importante para conocer el contorno en el que vivía en su infancia. Espero te guste el nuevo cap¡, besitos de chocolate….

    Melyoan: Hola Mely¡¡, después de tanto tiempo D:¡¡ Puedo tardarme horrores en regresar pero no dejaré un fic inconcluso :3¡. Muchas gracias por comentar, ya sé¡ estuve casi 8 meses sin reportarme …me alegra mucho que vayas avanzando con tus fics, y de hecho ya estoy releyendo “Atracción Obsesiva” por AY :D en un día de estos que me saque un tiempito te comentaré. De que se vienen los bebés se vienen¡¡ Esta es la primera parte del ultimo capitulo, faltaría la segunda y un epílogo que está casi listo xD…Me gusta que te guste como va mi fic¡, espero te guste la conty, nos leemos pronto¡, besitos de fresa¡

    Misagi * *




    Capítulo 64: Finales felices…parte I

    – desde este momento y para siempre sus almas y sus destinos se han vuelto uno.

    Misaki solo fue capaz de regresar del profundo trance, al que al parecer había entrado, cuando los aplausos y los vítores estallaron fuertemente en sus oídos. Viró sus ojos justo al frente de él, mirando como si fuera la primera vez a Usami Akihiko, ahora su esposo y mordió sus labios tratando de mitigar el pequeño grito de emoción/nerviosismo que ello le provocaba. Se tomaron de las manos, frente a frente y aún con todo el escandalo como música de fondo se sonrieron tiernamente, el rojo adornando las tiernas mejillas del doncel. Recordó, casi como un chispazo, como hace apenas unos segundos se juraban amor y lealtad frente a familiares, amigos y el celebrador del templo, y el momento exacto en el que Usagi-san lo miraba con adoración, sobre la copa ceremonial en sus manos, esos ojos violetas enmarcados por largas y plateadas pestañas…

    – Misaki -Misaki dio un pequeño saltito cuando apenas se enteró que Akihiko había cortado el espacio entre ellos, juntando sus frentes, con una sonrisa deslumbrante, que fue imposible que no se le contagiara – misión cumplida- anunció risueño y juguetón contra sus labios. Él tan solo atinó a sonrojarse y poner un adorable puchero, que fue gentilmente borrado cuando los delgados labios del príncipe besaron por fin los de su adorado doncel, provocando que, por si fuera posible, aumentaran más los aplausos. La ceremonia por fin había acabado.

    Tan pronto el peliplateado fue capaz de soltarle, fue turno de su hermano y Asuka-sama intentarlos asfixiar amorosamente en apretados abrazos y varias lágrimas. Y cuando la elegante mujer anunció que se pasara al gran salón para la celebración de la fiesta todo el mundo empezó a moverse, e inmediatamente Akihiko y él se vieron en problemas para agradecer la asistencia y las felicitación de todas aquellas personas se acercaban a ellos. Divirtiéndose cada vez que entre graciosas muecas Misaki le preguntaba a su oji-violeta quién demonios era esa persona y este le respondía de la misma manera que no tenía ni idea y se largaban a reír…discretamente claro. Todo aconteció de ésta manera por algunos tortuosos minutos más hasta que el oji-verde reconoció una melena castaña y con curiosidad, prisa y tal vez un poco de incredulidad se dirigió hasta allá tirando del brazo de Akihiko.

    –¡tú!- exclamó sin más con una vocecilla descompuesta y señalándolo con el dedo índice, muy a pesar de las risillas para nada disimuladas del aludido y ,su ahora, flamante pareja.

    – hola a ti también, Misaki. ¡Felicitaciones por tu boda!, Muy hermosa ceremonia, por cierto- exclamó divertido, observando la mueca de sorpresa pasando a la de entendimiento.

    – ¿Qué haces aquí? – exclamó aun con sorpresa el oji-verde.

    – Lastimas mi corazón- exclamó fingiéndose ofendido- pero recuerda que yo te avisé que nos veríamos en tu boda…justo aquí. Si no me creíste eso fue asunto tuyo- exclamó travieso, lo cual provocó un tierno puchero avergonzado del otro doncel. Pasaron unos segundos antes de que recibiera el abrazo que gentilmente le ofrecía el pequeño guardián, y recordar, que seguían acompañados, por lo que rápidamente el ojiverde espabiló.

    –¡Usagi-san!...él es Kisa-san el guardián del puente y este de aquí es Yukina-san…te había contado sobre él- les presentó- ellos…

    Y las presentaciones continuaron cuando a unos metros observaron como un puñado de personas bastante conocidas por ellos se acercaban con grandes sonrisas. Hatori, Mino y compañía aparecieron. Todos tuvieron tiempo de felicitar el nuevo matrimonio, avergonzarlo un poco y recordar anécdotas mientras se adentraban al gran salón, y cuando el pequeño Asaki extendió sus manitos hacia Misaki y este lo cargó gustoso ninguno se perdió el fascinante momento en el que Akihiko lo miraba embobado haciéndole gracias al bebito para que riera, haciendo que los donceles sonrieran traviesamente. Una vez Asaki pudo salir de los brazos de Misaki , los recién casados volvieron a gradecer la presencia de los magos y continuaron recorriendo el salón, saludando a todos.

    ………………………………………………….

    En otro lado, justo en el centro del salón, un rubio de mirada grisácea se adelantaba a través de las largas mesas de bocadillos buscando a su gallardo y muy atractivo capitán, al que por cierto, había mandado antes para “apartar” algunos de esos cremosos panecillos rellenos de dulce de arroz…tan sólo recordarlos coronando la mesa de postres se le hacía agua la boca. Saludaba a unos pocos invitados que se acercaban a saludarlos tanto como el príncipe perdido como el nuevo mago que ahora custodiaría, con el tiempo y la práctica, a Usami, cuando divertido recordó la prisa con la que descubrió a Nowaki y a Hiroki escabullirse por las escaleras hacia el ala de las habitaciones. Se mordía los labios ahogando una traviesa risita hasta que pudo divisar a Miyagi.

    Entonces su sonrisa murió.

    Sus ojos coquetos y grises, casi siempre tranquilos como profundos lagos de plata, brillaron como fundidos por las mismas llamas vivas del sol. Rojos. Con la misma intensidad con la que brillaban en su transformación a dragón. Allí, justo frente a sus narices, una mujer que difícilmente pasaba los treinta se colgaba muy cómoda del fuerte brazo de su pareja, pegándole su turgente pecho y sonriendo como boba, a su consideración, intentaba entablar una sucia o/y atrevida conversación con él. El varón, ya con una expresión de fastidio que muy difícilmente lograba ocultar en una mueca inexpresiva, tan solo intentaba poner la mayor distancia con ella, mientras intentaba convencerla de algo. No sabía si era la ira infundada por lo celos o viceversa, pero sintió su piel calentarse a una temperatura que era humanamente anormal, y la conocida y nunca tan placentera bola de fuego subiendo por su garganta. Iba dando pasos largos y rápidos hacia su destino, pisando tan fuerte que era un milagro que las marcas de caliente hollín no ensuciaran los lujosos azulejos. Se detuvo apenas un metro de la “flamante” pelirroja amarrada a su pareja y respirando profundo evocó su última gota de cordura en ello.

    Los profundos ojos negros, como la noche de Miyagi lo regresaron a ver con un tinte de exasperación y después con un profundo alivio.

    – Shin…- más Miyagi había dejado inconcluso su comentario cuando vio el estado en el que se encontraba su adorado doncel, e intuyó que esto no sería nada parecido a lo que sucedió en Takatsuki, empezando por lo cerca que se encontraba el príncipe de su transformación a dragón - ¿cariño?- preguntó algo dudoso, tratando con un poco más de ahínco que la insulsa mujer con la que había tenido el infortunio de reencontrarse lo soltara. Pero se quedó inmóvil cuando con una sonrisa sospechosa el rubio solo le puso el dedo índice sobre los labios indicándole mudamente que guardara silencio y que el asunto no era con él…por ahora.

    Los ojos miel de la mujer parecían que al fin lo habían visto cuando notó que el varón tenía su absoluta atención al recién llegado. No estando acostumbrada a que le quiten la atención se volteó encarando al “pobre” encontrándose con el bello doncel de mirada endemoniada. Sonrió satisfecha creyendo saber que no era más que otro arrastrado detrás del hombre que consideraba suyo, celoso.

    – ¿se te ofrece algo, querido? – preguntó socarronamente, levantándose sobre los pocos centímetros que le aventajaba al doncel. Su brazo aferrándose aún al fuerte varón y la mano desocupada a su cintura. La mirada del muchacho se había serenado, pero el silencio aun reinaba entre los tres, lo que hizo que la mujer frunciera un poco el ceño al no comprender bien qué sucedía- si no tienes nada que decir te agradecería…

    –Disculpa…- interrumpió Shinobu con un rostro terriblemente serio- ¿pero podrías explicarme cual es el motivo por el que tus manos estén sobre mi prometido?

    Los rostros de Miyagi y la mujer reflejaban una sorpresa casi cómica, claro ambos con reacciones y por razones diferentes. La sonrisa entre orgullosa y divertida del pelinegro le dio una pista.

    – ¿c-cómo te atreves?- exclamó con un gritito agudo ella mirándolo con ira poco disimulada cuando por fin el habla le regresó al cuerpo, seguido miró al varón -¡Miyagi! ¿Qué significa esto? ¡¿De qué se supone que está hablando?! ¡yo me casaría contigo! ¡Soy Yumiko Ashura, la heredera de la familia más rica del reino vecino! ¡No puede hablar enserio! ¡¿De verdad elijarás a un pueblerino cualquiera sobre mí y toda la fortuna que me precede?!, ¡le entregué a nuestra relación años de mi vida!- los ojos rojos de la mujer no hacían más que causarle fastidio, quizás algo de lástima al varón. Mas sorprendentemente fue Shinobu el que no movió una pestaña alterado por lo mencionado, tan poco era tan estúpido como para pensar que Miyagi no había tenido alguna relación con alguna mujer u doncel en su pasado.

    – Invertiste en mí, querrás decir…o creerás que soy tan estúpido como para pensar que no te interesabas en mi propia fortuna- exclamó con enojo Miyagi, más nunca perdió la calma; entonces la mujer tuvo la decencia de sonrojarse- Mas a mi favor, jamás obtuviste de mí una promesa y sí, solo una “relación” que sólo era alimentada por tu ambición y mi indiferencia por la vida- terminó, sorprendiendo incluso a Shinobu quien después de llorar un poco la soledad de su dulce caballero, miró con furia a la mujer y de un solo movimiento rápido de su mano el brazo de Ashura se separó ,como impulsado por un resorte, de la mano de Miyagi.

    Decir que la pelirroja se había quedado un infierno de horrorizada era poco.

    – tu…

    – que yo sea un mago es el menor de tus problemas, Yumiko Ashura. Mi nombre es Takatsuki Shinobu, y cómo por lo que veo, te interesa mucho la posición socioeconómica de Miyagi, puedes empezar a quedarte tranquila, soy el príncipe de mi reino y mi hermana mayor la reina, quien por cierto gobierna una de las tierras más ricas y prosperas entre decenas y decenas de reinos.

    – yo…s-señor…a-alteza…

    – imaginemos que no ha ocurrido nada de esto y el momento de disgusto solo ha sido momentáneo; y aunque imagino que no es lo que esperabas te invitó a que sigas disfrutando de la fiesta…odiaría que Misaki y el resto de la familia real fueran molestados solo por un malentendido… ¿no crees?- Exclamó el rubio con cierto retintín. La mujer tan solo atinó a bajar la cabeza en una reverencia exagerada y huir con la poca dignidad que le quedaba pues había notado que, aunque disimuladas, muchas personas prestaban atención al pequeño circo. El rubio terminó de acortar la distancia con su apuesto capitán y besó superficialmente sus labios, justo antes de jalar las solapas de el fino y caro traje del varón haciendo que el pobre diera un ligero quejido de sorpresa encarándolo y ajustándose a su altura – y tú… como descubra de la misma manera una o uno de tus ex amantes…o vea a cualquiera detrás de tu atractivo rostro…le convertiré en una lagartija…no querrás ser responsable de eso ¿verdad? ¿Entendiste, cariño?

    El varón tan sólo sonrió divertido y enternecido, más aún cuando mostró el pequeño plato que escondía detrás de él. Casi estaba envidioso de los jodidos bollitos rellenos cuando los ojitos grises brillaron dulcemente.

    ****************************************************

    Cuando la noche cayó, la música dejó de sonar, los cántaros de licor fueron vaciados y los grandes platones en las mesas elegantes dejaron de reaparecer llenos de aperitivos algunos invitados empezaron a despedirse; sin embargo, como era costumbre, la familia real extendió la invitación para que los invitados se quedaran y pudieran acompañarlos los días posteriores a una gran serie de celebraciones de bailes en honor a la nueva unión. Una vez, todos los pisos limpiados y la mayoría de las habitaciones ocupadas, el nuevo matrimonio y el resto de la familia real Usami se despidió y agradeció por última vez la asistencia y los buenos deseos antes de subir a sus propias habitaciones.

    – ¿estás bien?

    La preocupada voz del hermoso varón a su lado hizo que Misaki al fin le pusiera atención. Le sonrió con dulzura al peliplateado. El pobre había tenido prácticamente que arrastrarlo/cargarlo al menos las últimas dos horas; sus pies se habían rendido más o menos después de su primer baile como pareja (milagrosamente aún conservaba ambos pies), más el cansancio emocional y físico que significó la celebración de la fiesta no tenían mucho que ver con el fuerte palpitar de sus corazones, que emocionados y un tanto temerosos esperaban con expectación el momento, en que en mutuo silencio, habían acordado consumar todos los sentimientos que se albergaban con locura en sus corazones.

    – Estoy bien – sonrió tímidamente y dejó que el mayor los guiara hasta su habitación.

    ********************************************

    Después de lo que parecía una eternidad Akihiko por fin cerró la puerta de la habitación y soltó un largo suspiro recargándose sobre ésta, resintiendo todo el ajetreo de la fiesta y el caos en general de los últimos días, se permitió saborear con detenimiento el título de “esposo” que ahora lo enlazaba a su precioso castaño. De tan sólo recordar todas las peripecias que tuvieron que pasar para llegar hasta este preciso momento se le estrujaba el corazón, y sin embargo estaba completamente seguro que lo volvería a hacer todo exactamente igual si al final podría sostener entre sus brazos a su dulce doncel.

    Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó un pequeño murmullo entre dientes y regresó a ver con una enorme sonrisa a su pareja: Misaki batallaba un poco con los adornos que habían puesto en su cabello, y sentado frente al tocador hacia su mejor esfuerzo porque los mencionados pasadores y adornitos no se enredaran en sus largos cabellos y de cuando en cuando sus mejillas tomaban un ligero toque sonrosado cuando se encontraban con los suyos. Río un poco. Una sensación de ternura lo invadió y sacándose el saco principal de su traje de gala sólo se limitó a enrollar las mangas de su camisa, poniéndose un poco más cómodo, y lentamente y con paciencia retiró todo del precioso cabello café, cuidando no tirar de más y lastimar al muchacho.

    –Listo, ya estás libre- bromeó un poco el peliplata, revolviendo juguetonamente los rebeldes cabellos.

    – ¡ya, Usagi-san!- exclamó el doncel intentando no reírse, poniendo sus pequeñas manos, sobre las fuertes del varón. Sus miradas jamás se perdieron de vista en el espejo, aún menos cuando las más grandes pasaron de recorrer el cabello a deslizarse por los tiernos lóbulos de las orejas, las mejillas sonrojadas y después la barbilla. Las juguetonas sonrisas habían desaparecido de los rostros para dar paso a una mirada un poco más seria, intrigada y expectante. Cuando las manos llegaron al cuello se detuvieron al tocar con cariño la fina cadena dorada que sostenía la medallita del gracioso conejo, ese regalo que Akihiko sabía bien Misaki jamás se quitaba por considerarlo muy importante. Fue Misaki quien acabó con el hipnotizante juego de miradas para finalmente darse la vuelta y encararlo, aun sentado frente al tocador.

    Akihiko vio fascinado el momento en el que aun con la mirada baja y sus mejillas sonrosadas su ahora esposo se puso de pie dándole la espalda, sujetando con un poco de dificultad el gran moño de su obi.
    – ¿puedes?...

    Cuando pudo superar la sorpresa, caminó lentamente hacía el colocándose muy cerca atrás de él con una sonrisa suave y una mirada intensa, acariciando superficialmente los hombros y los brazos de su pareja y finalmente dirigir sus manos al gran listón rojo amarrado a la delgada cintura.

    – Por supuesto- murmuró al oído contrario, sintiendo con satisfacción el pequeño estremecimiento del suave cuerpo.



    El obi se deslizó con facilidad hasta el suelo, exponiendo a cada segundo un trozo más de piel desconocida a la avariciosa mirada violeta. El primer gemido en toda regla vino por parte del castaño cuando el mayor empezó a marcar el blanco cuello con sus labios, besándolo lentamente mientras se abrazaba a la desnuda cintura. El doncel, con las piernas temblorosas, tan sólo atinó a echar la cabeza hacia atrás recargándose en el fuerte pecho de su amante, permitiendo que el varón hiciera lo que le placiera con su cuerpo mientras sus manos encontraban un muy buen lugar detrás del cuello de él, enredando los cortos mechones plateados en sus dedos.

    – Usagi-san- gimoteó el menor cuando sintió los dientes romos del príncipe mordisqueando su oreja.

    – Aquí cariño- le respondió con voz ronca y sin poder evitarlo por mucho tiempo más lo volteó y finalmente tomó los suaves labios entre los suyos, bebiéndose gustoso los gemidos y suspiros de su doncel. Lo levantó por las caderas haciendo que el doncel enredara sus bonitas piernas en su cintura, al mismo tiempo que el mayor pasaba las manos sobre esos pequeños y abombados montículos dándoles un buen apretón que provocó el gemido ahogado y un brinquito del oji-verde.

    Ambos cayeron a la cama, el menor rebotando graciosamente unos segundos, mientras que Akihiko lo miraba con veneración desde arriba, sosteniéndose en su brazos, contemplándolo.

    – te amo- le confió, pegando su frente a la contraria, observando encantado como las mejillas del muchacho tomaban color, más un lapso de sorpresa momentánea tomo parte de él cuando Misaki tiró de su rostro para juntar sus labios apasionadamente, saboreándose sin prisa pero un toque de emoción y desesperación. Las manos para nada tranquilas del varón repasaban a conciencia las piernas y el pecho de su esposo, concentrándose en los tiernos botoncitos rosados que se estremecían de placer al ser tocados de esa manera, y sus delgados labios pasaron de dejar de hacer pequeñas marcas en el cuello a explorar de primera mano la suavidad de los pequeños montículos de carne rosada haciendo que el castaño se retorciera entre sus brazos presa de un profundo placer. Besó a conciencia el blanco pecho y el suave abdomen del menor, que se estremecía en pequeños espasmos por la respiración agitada; se concentró en seguir descendiendo por ese suave y tentador cuerpo, haciéndole el amor con sus labios y lengua.

    –¡usagi-san!

    El gimoteo del menor no hizo más que incitarlo a continuar, mientras sus dientes jugueteaban ya con las adorables cintas que adornaban la única prenda que le quedaba al doncel: unas bonitas bragas para doncel en color blanco. No tardó en deshacerse de la ropa a pesar de lo bien que la lucía su castaño y demoró aún menos en acomodarse entre las piernas del menor y sumergirse en un exquisito placer que rápidamente los llevaba a ambos a la locura. Prueba de aquello eran los gemidos casi gritados de Misaki quien no sabía si tirar aún más de los cabellos plateados o intentar apretar aún más sus piernas sobre su ahora esposo. Ni siquiera tuvo tiempo de reclamar el repentino momento en que toda aquella maravillosa sensación se acabó de repente dejándolo sin nada, cuando sintió dos dedos húmedos y largos profanar su entrada, provocándole un intenso y prolongado orgasmo que su marido se preocupó por alargar.

    – Aquí estoy cariño…tan sólo para cumplir todos tus deseos – murmuró el oji-violeta mirándolo intensamente mientras dejaba un reguero de besos en el interior de su muslo izquierdo. Con un surgimiento de valentía y picardía de las que el menor no reconocía dentro de él, llamó a su marido extendiéndole los brazos y acariciando todo lo tuvo a su paso tan pronto lo tuvo enfrente murmurándole un pequeño “te necesito ahora, Akihiko”

    Y con la sensación cálida en su pecho y el corazón acelerado como un puberto el apuesto príncipe apretó su cuerpo al ajeno, besándolo con ardor al mismo tiempo que penetraba poco a poco la rosada entrada palpitante del menor. Los siseos y primeros gemidos de incomodad fueron consolados por las tiernas palabras susurradas del heredero del reino al oído contrario ,al igual que las lágrimas lavadas con sus dulces besos; pero también los ojos violetas, aún más brillantes por la luz de la Luna que los acompañaba esta noche, fueron testigos de la transformación de su adorable y encantador hombrecito a un doncel extraordinariamente sensual, con los ojos nublados por el deseo y con la piel tan caliente como el sol de verano de un reino costero. Sostener entre sus brazos a su castaño cada vez que explotaba de placer sonrojándose todo su cuerpo era la sensación más increíble y poderosa del universo. Sentirse merecedor de la confianza, entrega, y sobre todo, amor del doncel hacia latir su corazón desbocado.

    – ahh…Usagi-san- gimoteaba el oji-verde, venciéndose a los placeres carnales por primera vez, enloqueciendo ante un tumulto de sensaciones que no podía ni quería controlar. La boca de Akihiko se la había tomado contra su cuello y besaba y mordía cuanto podía echando la cabeza hacia atrás inconscientemente para darle más espacio; y cada vez que su ahora marido arremetía contra su sensible entrada sentía corrientes eléctricas recorrerle todo cuerpo haciendo que enroscara los dedos de los pies y las uñas de sus manos hicieran un desastre en la espalda musculosa del peli-plata.

    -sólo un poco, cariño– murmuró el peliplata contra el oído ajeno al ver que el menor cada vez gimoteaba más agudo, clara señal de que estaba cerca de correrse. Sintió profunda satisfacción al ver y sentir bajo las yemas de sus dedos como el vientre de su castaño se contraía en espasmos de placer cada vez que lo tocaba sutilmente y cuando su miembro se encontraba más profundamente enterrado en él. Fijó su mirada nuevamente en los ojos esmeralda que lo habían cautivado desde la primera vez y no pudo evitar besarlo apasionadamente por lo que el menor correspondió como pudo enredando sus brazos en el cuello de su amado. En un rápido movimiento el alto los cambió a ambos de posición, dejando al oji-verde sobre él, haciendo que se sonrojara un poco al principio, pero después incitándole a continuar acariciando sus nalgas y sus piernas éste empezó a moverse por su cuenta hasta dar pequeños saltitos que los llevó a la perdición rápidamente.

    – te amo pequeño- exclamó el peliplata extasiado, viéndole desde abajo disfrutar por primera vez de la pasión- eres tan hermoso…tan sensual- murmuró agitado y conmovido por la ternura y la fogosidad que poseía de manera innata su doncel, moviéndose de manera pecaminosa sobre él y gimiendo suavecito echando la cabeza para atrás, mientras él lo sostenía con fuerza de la cintura y lo ayudaba tomándolo de vez en cuando de las caderas.

    – mmm…n-no digas…eso, es vergonzoso…t-también te amo- exclamó entre gemidos un abochornado Misaki, mientras el peliplata reía contento cuanto el esfuerzo se lo permitía.

    Misaki sintió como de repente una inmensa bruma caliente lo invadía por completo y su cuerpo convulsionar de placer contrayendo sus músculos internos y con ellos “el invasor” que se movía ya erráticamente dentro de él. Apenas y fue consciente de cómo el mayor volvía a ponerlo contra la cama dando las últimas envestidas a su cuerpo mientras acariciaba lánguidamente sus muslos y atrapaba entre sus delgados labios uno de sus pezones aun erguidos y sensibles ocasionándole un último e intenso grito de placer que se desvaneció en los labios del oji-violeta, acompañando por fin su orgasmo. El primero de muchos en la noche antes de que el menor se dejara dormir, agotado, en los brazos de su príncipe conejo…

    ****************************************************

    Muy pronto las semanas de celebración por una de las bodas más esperadas en mucho tiempo terminó, y después de una maratónica temporada de bailes, cenas, despedidas, felicitaciones e invitaciones de alianzas próximas que la familia Usami rechazó amablemente (Akihiko y Misaki con más ahínco, pues no querían saber absolutamente nada de compromisos entre naciones y menos que involucraran a futuros bebés suyos…ya tenían suficiente con los elfos) todo regresaba a la normalidad. Casi.

    Apenas había pasado un mes de la boda del nuevo matrimonio Usami cuando llegaban noticias de una nueva boda…¿o dos? Misaki no recordaba si había reído más que en ese momento cuando entre gritos y comentarios enfurruñados Hiroki y Keiichi fueron a verlo para contarle la buena nueva. Resulta que una tarde Keiichi había coincidido con Yuki en un evento de caridad, y éste con lo deslenguado que era le había presumido en la cara a su querido cuñado “tan engreído como siempre”, según el rubio, lo fabulosa que iba a ser la próxima boda que se acercaba, tan elegante y con estilo…la suya por supuesto. El chico Sumi había visto rojo con el comentario y sin medir palabras realmente, porque en el momento no pensó en otra cosa, le comentó como quien no quiere la cosa que su “fiestucha” iba a quedar opacada por la suya…porque él se casaría primero.

    Aquella conversación había llegado a los oídos curiosos de un embarazado castaño. Ese día precisamente se encontraba muy a gusto dormitando a flote en las orillas del lago mientras esperaba a que su amado tritón terminara su clase con Shinobu (el dragón había sido inflexible cuando pidió con una pronunciada reverencia a Nowaki un día que lo entrenara un poco con el control de sus poderes, pues a pesar de que sabía que era muy fuerte y capaz, era propenso a perder el control…y quién mejor que Nowaki para enseñarle. El oji-azul tan solo le había sonreído con gentileza asintiendo) cuando Keiichi llegó contándole tal ultraje; cabe mencionar que Keiichi esperaba cualquier comentario de su castaño e irritable amigo pero se encontró con una mueca incrédula, un ceño fruncido y un “ni lo sueñes…ese derecho me corresponde a mi” haciendo hincapié tocando su vientre en que realmente “lo requería…el tiempo apremiaba”. Fueron unos minutos de acalorada discusión que iban desde “¡que no iré rodando hacia al altar” hasta “¡No es culpa mía que no sepan esperar!” hasta que el rubio dragón, fastidiado por el ruido y la interrupción de su entrenamiento los mandó a callar gritándoles.

    – ¡pues si tanta prisa tienen cásense el jodido mismo día!

    Y tan fácil como eso se callaron. Hubo unos segundos en lo que los que los dos chicos se miraron y parecieron ponerse de acuerdo. De pronto la mirada castaña de Hiroki se había clavado en la azul de un divertido Nowaki quien al recibir “el mensaje” borró su sonrisa y se pudo serió para seguido sonreírle de manera deslumbrante a su “futuro esposo”. Keiichi parloteaba sólo dando vueltas por todo el lugar hablando sobre preparativos para ¡La fiesta del año!...mientras Shinobu los miraba a todos incrédulo murmurando un: “¡¿en serio?!

    .

    .

    .

    Continuará
     
    Top
    .
264 replies since 24/7/2014, 19:31   7243 views
  Share  
.