ABRACADABRA (Finalizada)

… ¿Solo un cuento infantil o…la realidad?...”Sólo una persona está destinada a romper la maldición…pierde tus esperanzas, príncipe” JR,JE,JT,SH (AU, aventura , Fantasìa,romance) Act:10/10/20

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    Yaoizando
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    me encanto quiero la continuacion pronto :=DFSDFSD:
     
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    Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo... quería ser poema. JG

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    Comiendo panditas rojos, fresas y chocolate :D¡¡

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    Holaaaaa :3

    Lo sé, lo siento, ¡me ha tardado demasiado!, pero había estado muy ocupada, estoy terminando uno de los cuatrimestres más difíciles que he tenido en la Uni, así que he estado muy nerviosa y atareada prácticamente los anteriores tres meses :( , bien…las buenas noticias son que en 4 días salgo de vacaciones…las malas que solo tengo una semana y media para volver a entrar a clases …BUUUU T.T…En fin, espero poder aprovechar un poco el tiempo. Bien ahora si a lo importante, MUCHÍSIMAS GRACIAS por leer y se merecen muchísimos besos tutifruti por apoyarme con su lindos comentarios y no abandonarme x´D...Esta vez les traigo el tan esperado reencuentro y la defensa por parte de la LEGION de usami xD, espero les guste un poco lo que sucederá aquí…¡Realmente espeto actualizar pronto! y les guste este capítulo…Respondo comentarios¡¡ <3

    Arwen09: Hola, muchas gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el cap y las escenas de Hiroki, ya verás cómo le falta dar un poco de pelea más xD. Nos leemos pronto. Saluditos….

    Melyoan: Holaaa, siento que no te leo hace una eternidad :´v. Muchas gracias por comentar, me alegra que te hayas divertido con las escenas del concejo, jajaja ya verás cómo te reirás más cuando ya no tengan nada con qué defenderse xD. Pronto verás cómo procede todo. Espero que te guste la conty, nos leemos pronto, besitos de cereza para tu¡¡….

    Anne onodera takano: Hola hola, Gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado la conty :), ya verás cómo se resuelven muchas cosas en este capítulo, besitos de sandía¡¡¡

    Jazmin Sabaku Tenpouin Luna: hola hola¡¡¡, muchas gracias por comentar, me alegra que te vaya gustando la historia y te haya emocionado el cap xD, espero te guste la conty de hoy… Nos leemos, besitos de chocolate¡¡¡

    Mei rin: Hola, gracias por comentar, me alegra que te haya gustando la conty, espero te gusta la actu de hoy. Nos leemos, saluditos¡¡¡


    ¡¡Muchas gracias a todo por leer!!

    Misagi * *





    Capítulo 57: “Bienvenida”

    Toda la sala se había quedado ensimismada en un profundo silencio. La mirada de toda la familia Usami iba de la enardecida mirada del apuesto joven que decía ser el heredero de Usami al insulso vejete que no decía más que estupideces. Estupefactos, aun incapaces de creer lo que sucedía frente a ellos. Ya había llegado la legión de Usami…los tres que faltaban, habían regresado a casa…y no venían solos.

    Akihiko miraba furiosamente al hombre que pretendía dañar a su familia, importándole bastante poco la palidez en el arrugado rostro; Misaki permanecía a su lado, a punto de un colapso nervioso. Cerró un segundo los ojos tomando una profunda respiración, no era hora de que se pusiera a temblar, en estos momentos Usagi-san lo necesitaba, la familia Usami lo necesitaba, era hora de ser fuerte. Era hora de defender a SU familia. Abrió los ojos y una nueva y determinada mirada inundó su rostro, mientras dejaba que su cuerpo drenara todo sentimiento de inseguridad y miedo, aferrándose con fuerza al brazo de su apuesto prometido.

    El gemido de Asuka fue el único que interrumpió el sepulcral silencio. La hermosa reina no pudo contener el sollozo y un raudal de lágrimas que secundaron a éste. Sintió su corazón deshacerse de un gran peso y rebosante de una gran felicidad sin par. Su bebé…su niño…ya estaba en casa. Se abrazó al pecho de su, también, lloroso esposo. No pudo evitar sonreírle a su muchacho con el rostro colorado y lleno de lágrimas cuando éste le regresó a ver por unos segundos y le sonrió dulcemente…recordaba esa sonrisa de cuando era más pequeño, y le pareció que de repente nada faltaba en su vida... “mi pequeño…estás en casa”…le susurró sordamente, sólo moviendo los labios. Su corazón se regocijó cuanto el alto hombre en el que se había convertido su pequeño asintió, para seguido regresar su mirada al frente, al imbécil hombre del concejo.

    Hiroki mantenía una sonrisa de lado, mientras veía la conmoción que había causado la entrada de estos personajes. Estaba expectante para ver que más sandeces se intentaba inventar el hombre estúpido. Por fin, después de tanto, se permitió respirar tranquilidad un poco, su mano viajó inmediatamente al anillo que pendía de su cuello. Una profunda paz lo inundo de inmediato. Sonrió. Seguro Nowaki venía en camino.

    – Justo a tiempo, ¿no crees? – Hiroki escuchó que Haruhiko le había susurrado, suspiró asintiendo levemente.

    – Malditamente cerca- le respondió con media sonrisa. Pensaba que no soportaría más tiempo.

    – ¿estás bien? – le volvió a preguntar igual el varón. Hiroki asintió…

    – no te preocupes

    Todas las miradas se volvieron a centrar en Akihiko y Misaki contra el viejo que cambió cual pimiento en temporada a un profundo rojo, probablemente de rabia, de ver sus “metas” desmoronarse.

    – T-tu…no deberías estar aquí – murmuró el hombrecillo aterrado y enfurruñado con la vida, mirando con un profundo odio al oji-violeta. Akihiko no inmutó el rostro.

    – ¿no creerás que dejaría sola a mi familia, verdad?, ¿realmente crees que te regalaríamos el reino?, ¿Qué dejaríamos el bienestar de nuestro pueblo, en tus manos?, si lo creías de verdad, debiste haber perdido la cabeza– exclamó con voz profunda e intimidante.

    – tú…. ¡seguramente ni si quieras eres hijo legítimo de Usami! ¡TAN DESESPERADOS ESTÁN QUE TENIAN QUE RECURRIR A UNA MENTIRA! JA, ¡les he descubierto! ¡No podrán engañarme con este farsante!

    Todo el mundo miraba al hombrecillo como si estuviera demente, ¿era una broma, acaso?, el parentesco con Asuka era ridículamente obvio. El viejo estaba perdiendo la cabeza, mientras gruñía y respiraba fuertemente y nervioso, cual pez fuera del agua.

    – ¿estás intentando irritarme? – el tono de advertencia de Akihiko era atroz.

    – tsk…

    El viejo pareció un pequeño ratoncillo encerrado, mirando de un lado a otro, nervioso y siendo devorado a borbotones por la ansiedad. Solo observaba la intensa mirada que recibía por parte de toda esa familia, ¡con un demonio!... ¡estaba tan cerca!, ¡no podía perderlo todo!...tenía que idear un plan, tendría que haber una salida a todo esto…

    Hiroki mantenía una mirada calculadora, desde su asiento, sobre el pequeño vejete que tembloroso seguro seguía maquinando una forma de quedarse con algo...pero él había adivinado, sea lo que dijera, no sería admitido, tal como estaba…solo podrían salir de su boca estupideces…

    – ¡ah!, menos mal que ya estás aquí, ¡Usami al fin tendrá a dos príncipes en el trono! – exclamó con una enloquecida alegría, todos le miraban con profunda seriedad y desprecio.

    – ¿Ahora de que estás hablando? – rugió Akihiko, habló enardecido, sentía una gran ira recorrerlo y sobre todo, una gran necesidad de estrellar su puño sobre el rostro de ese estúpido hombre.

    – ¡sobre tu matrimonio con Hiroki!, ¿de qué otra cosa sería? – exclamaba el hombre. Akihiko se permitió soltar una leve carcajada, Hiroki frunció el ceño bufando, mientras cruzaba sus piernas y se cruzaba de brazos. Misaki sólo descompuso un poco su rostro, preguntándose seriamente si ese hombre pensaba que aún podría lograr algo, la situación se estaba tomando bastante ridícula.

    – ¿y a ti quien te dijo que yo me casaría con Hiroki? – preguntó el oji-violeta aún bastante risueño, lo que provocaba que el viejo se enfureciera…nuevamente, ¡¿acaso toda la familia Usami era tan impertinente?!...por Kami… ¡si aún sentía los ojos de Hiroki clavados como dagas a su lado!

    – pues tendría que ser eso, porque no considero correcto que el linaje, los futuros herederos de Usami queden vilmente manchados con...– miró con desprecio de arriba abajo al oji-vierde de fiera mirada que se había mantenido en silencio a lado del príncipe, lo que hizo que el peli-plateado le mirara con profundo odio –…la sucia sangre de un plebeyo…alguien indigno de la corona…un…

    La sala pronto se llenó de gruñidos, maldiciones y uno que otro grito tragado…pero ninguno mayor que el de Akihiko. Todos parecían alerta, como si fueran a pegar un brinco en cualquier momento.

    – ¿un qué?... – retó la profunda voz encolerizada, que salió más grave de lo normal del pecho de Akihiko, quién apretaba con fuerza sus puños.

    – ¡UN JODIDO HUERFANO!... ¡un bueno para nada, que jamás podrá estar a la altura de un integrante digno de la realeza! …¡¿de verdad quieres hacer tu esposo a un ignorante mendigo?!

    Bien, al parecer alguien había estudiado. Misaki sintió lágrimas arder en sus ojos, sin embargo se extrañó al no sentir tristeza…ni lástima de sí mismo como pensó que sentiría .Sentía rabia, una profunda rabia hacia el hombre frente a ellos. Cuánto podría destruir un solo hombre, cuánto estaba dispuesto a hacer por obtener riquezas, cuántas familias estaba dispuesto a destruir por dinero, sobre cuántas personas estaba dispuesto a pasar para obtener beneficios solo para él…si, Misaki estaba realmente furioso. Por lo que, antes de que Akihihiko fuera sobre el viejo a borrarle esa asquerosa sonrisa de un puñetazo, el oji-verde puso suavemente, pero con firmeza, la palma de su mano, sobre el fuerte y enardecido pecho de su prometido.

    Todos en la sala se quedaron en un profundo silencio, después de algunos jadeos de sorpresa. Los ojos violetas lo vieron dudosos y después a regañadientes asintió levemente…

    – ¿ahora qué?... ¿acaso quieres hacerme cambiar de opinión mostrándome un atisbo de piedad, plebeyo? – exclamó burlón el viejo acercándose demasiado a Misaki, quien también había dado un paso al frente, mirándole con profunda seriedad.

    – No exactamente, señor –exclamó Misaki con seguridad en la mirada, tanta que el hombre dio un paso hacia atrás, expectante. Todos en la habitación contenían el aire en sus pulmones – sólo quería hablarle…

    – ¡¿Tú, hablarme a mí?!...Ja – se mofó el arrugado hombre, interrumpiéndole y mirándole con desprecio de arriba abajo – ¡jamás un doncel estará a la altura de un varón!...si ya me parece lo suficientemente despreciable dirigirle la palabra a un doncel de la realeza… – exclamó mirando de reojo a Hiroki, quien ni se inmutó, cruzado de brazos, con su mirada terriblemente fría clavada en el vejete – hacerlo con un pueblerino me parece una…

    – ¡No importa su opinión acerca de mi condición de doncel!- interrumpió tan fuerte que hizo eco en la cerrada habitación. Sus ojos verdes fijos en el hombre, sus puños apretados a sus costados.

    El hombre, sintiéndose humillado, por ser callado “nuevamente” por un doncel, enfureció de golpe, con su rostro tremendamente rojo – ¡TU…!

    – ¡AH NO!... ¡no volverá a interrumpirme! – exclamó con un coraje naciente en el pecho el castaño, apuntando al hombre con su dedo índice, enardecido- ¿no quiere escucharme?, una verdadera lástima, porque no pienso callarme pronto… ¡usted ya hablo!, ¡AHORA SE CALLA Y ME DEJA HABLAR A MI!

    Hiroki se acomodó mejor en su silla, con una sonrisa de lado en extremo divertida. Mordió su pulgar preparándose para lo que venía… esta “conversación” se estaba poniendo bastante interesante…

    ***********************************************************

    – ¿qué has dicho? – la pregunta había salido de sus labios en un tono bastante incrédulo. Sus ojos azules miraban a los cuatro personajes que permanecían allí frente a él, extendiendo unas brillantes sonrisas.

    Todo había ocurrido muy rápido para el príncipe tritón de Ayami.

    Primero, la noticia de que su amado reino había sido invadido había provocado que regresara de inmediato, dejando, muy a su pesar, a su precioso doncel enfrentando solo sus problemas. Segundo, la invasión resultaba ser la alianza de 6 reinos. Tercero, al parecer Umi-chan con su declaración, haciéndole sentir por un momento como un ser miserable y después la promesa de que resolverá todo el problema en el que estaba metido su reino. Cuarto, apenas Masumi termina de hablar con su madre y con el Concejo de Ayami le dice que saldrá un momento y sólo desaparece en sus narices sin más… ¿y ahora?...

    – Que ya puedes ir con tu novio, he arreglado este asunto, bobo – sonrió burlonamente Masumi al ver la cara perdida de estupefacción de su amigo de la infancia.

    – ¿Estás bromeando? – exclamó el alto, levantándose como impulsado por un resorte de la banca, en el jardín trasero, donde se había sentado a pensar. La vista del aturdido príncipe viajaba de un rostro al otro de los cuatro sujetos allí. Masumi le sonreía con un guiño divertido y orgulloso, Ino con una sonrisa considerada, Yuna con una tranquila y su madre con una tierna y cariñosa. Muy pronto calló en cuenta que el lindo doncel frente a él no mentía, y entonces su boca y ojos se abrieron al máximo, llenando su corazón al fin de tranquilidad y dicha, aunque también una gran curiosidad – pero… ¡¿cómo?!...¡¿cuándo?! ¿Qué hiciste?... – murmuró en un tono intrigado al joven guardián frente a él.

    – Tengo mis métodos, Nowaki…– exclamó con una sonrisa petulante y graciosa – de algo debe servir ser un guardián de un gran sector – rio suavemente, haciendo un guiño. Nowaki sabía que no iba a obtener más información, había cosas que por muy amigos que fueran, un guardián no podía discutir con otra persona, pero por ahora…para él estaba bien – solo te diré que por el bien de todos y a pesar de quien sea, se firmó la paz…

    Los ojos de Nowaki se convirtieron en una pequeña ranura… Las sirenas de Meire… ¿firmaron la paz?...eso resultaba difícil de creer…no en su era, al menos.

    – no entiendo…

    – No es lo más importante ahora- intervino Yuna – es sólo sentido común – le calló con suavidad. Fue Ino quien continuó.

    – yo creo que cualquiera lo pensaría antes de meterse con la fuerza y la autoridad de un guardián, con más de uno…sería un suicidio. Nowaki volteó a ver sorprendido a Masumi, quien le sonrió sinceramente.

    – ¿les has amenazado, Masumi? – preguntó el peli-azul con una mueca de sorpresa y diversión. El pelirrosa hizo un pucherito al mismo tiempo que hacia una seña de “un poquito” con sus dedos índice y pulgar. Nowaki se largó a reír ruidosamente…al parecer podría ver a su Hiro-san muy pronto… – te agradezco Umi-chan – murmuró serio el príncipe al bello doncel frente a él – no sé cómo pagarte lo que has hecho por mi pueblo…y por mí – exclamó quedando frente al otro.

    Masumi se rio levemente y le regresó una mirada significativa y llena de sentimientos. Suspiró. Nowaki entristeció su rostro ligeramente, recordando el rechazo de la confesión de su mejor amigo…la vida suele traer varias y tristes sorpresas…

    – Umi-chan…

    – Es mi trabajo, Nowaki- interrumpió con una radiante sonrisa el pelirrosa…para sorpresa de Nowaki – debo mantener la paz en este sector…pero también eres mi amigo, el bienestar de nuestro reino y tu felicidad también serán mi prioridad…-recitó con una pequeña sonrisa, mirándole intensamente. Nowaki no fue capaz de responder aquello, por lo que siguió escuchándole, sintiendo con pena, un nudo en la garganta – en fin…debo irme. Y tú también. Estaré al pendiente de lo que pasé por acá, y de tu familia… ¡y no creas que me olvidado, gran bobo!- sonrió traviesamente, mirándole con un dedo acusador- vendré en poco tiempo a hacerles otra visita, quiero hablar con tu “Hiro-san” – exclamó el bello oji-celeste con una sonrisa graciosa. Nowaki también rio…bien, al parecer alguien había hablado con Masumi. Su pequeño hermanito estaba en problemas, pensó divertidamente.

    – Seguro – exclamó Nowaki, viendo como su amigo se alejaba un poco de ellos, les sonrió a todos, y ondeando una vez su rosado cetro, comenzó a brillar. Todos le reverenciaron profundamente antes de que desapareciera de allí.

    Le costó un poco desperezarse. Al sentirse observado fijamente por Ino, Yuna y su madre carraspeó, algo nervioso…quizás un poco más emocionado.

    – mamá…

    – ¿si, cariño?

    – Tengo que ir a ver a Hiro-san…

    – ya lo creo – sonrió divertida la preciosa monarca.

    ***********************************************************

    – ¡¿cómo te atreves, plebeyo?! – rugió el hombre dando un paso al frente, quedando muy cerca del enardecido oji- verde.

    – cuida tu lengua frente a mi prometido, señor – exclamó enfurecido, también Akihiko. Todos se mantenían expectantes a lo que se diría…creían que faltaba muy poco para que ese hombre saliera por su propias pies de allí.

    – ¡SOY UN CONCEJERO, DEBES ATENDER A LO QUE DIGO!

    – Creo que ha encontrado su equivocación señor…- exclamó tranquilo Misaki, lo más que podía al sentir la furia inundarle todo el cuerpo – un rey es el que da órdenes y decide lo mejor para el reino…un consejero…aconseja – murmuró cortante al hombrecillo arrugado, el cual estaba tan colorado que pensó que explotaría. Sin embargo, no quedó hasta allí, ¿El hombre había estudiado?, bien, él también…agradecía eso a Mune – Un miembro del Concejo, por más antiguo que sea, no tiene jurisdicción dentro de las decisiones internas y mucho menos a aspectos de la elección de un miembro de la realeza como prometido…por lo que, sinceramente, me parece bastante ridículo lo que trata de hacer aun aquí…

    – ¡CÁLLATE!

    – ¡Satori, basta! – se escuchó el grito de otro de los ancianos.

    Aquello había sucedió tan rápido que apenas lograron intervenir. Tan pronto Akihiko vio al indeseable sujeto frente a él empujar con malicia y una furia desmedida a su lindo doncel y a este dar un gran tropezón hacia atrás, fue a sostenerle entre sus brazos para evitar que callera. Haruhiko y Masamune habían corrido casi al mismo tiempo a enfrentar al, al parecer, desquiciado hombre. Los reyes dejaron escapar exclamaciones sorprendidas y preocupadas mientras bajaban de las bancas en donde estaban acomodados. Los guardias le rodearon enseguida; mientras un no tan tranquilo Hiroki, iracundo se acercó a grandes zancadas hasta quedar frente del hombre y estampándole no una bofetada, sino un certero puñetazo…

    – ¡pensé que podría seguir escuchando tus estupideces por un rato más, pero ya vez que no!... ¡¿te dolió que Misaki te digiera la verdad?!...¡una pena!, cómo te dije la familia Usami estará unida para salir adelante, así sea para abolir la necesidad de un Concejo externo o para cualquier cosa – gruñó – …ah y una última cosa… – Hiroki respiraba agitado, sujetando el chaleco del varón, con el ceño fuertemente, mientras los guardias le tenían inmovilizado – ¡Mi primo no se casará con nadie más que no sea Misaki!… ¡NO TE METAS CON MI FAMILIA!

    El silencio había invadido todo aquello. Satori era sacado de la habitación a arrastras. Misaki vio como Hitomi-sama y el padre de Haruhiko hablaban con unos avergonzados y derrotados viejos del Concejo; aunque ahora mismo a Misaki eso le importaba muy poco, aun sentía la adrenalina y su corazón golpear dolorosamente en el pecho, incluso ahora que había pasado el momento tenso sentía dolor en todo su cuerpo…y entonces recordó que seguía sobre el cuerpo de Akihiko, regresó a ver hacia atrás con el fin de ver el orgullo en los preciosos ojos violetas, pero su mueca cambió a una dolorosa y preocupada al ver el rostro ceñudo del mayor…estaba soportando dolor…su voz salió ahogada de su garganta cuando divisó un rastro de sangre en el pecho…

    – ¡Usagi-san!

    – M-misak…

    Lo último que vio el oji-violeta fue el rostro de todos acercándose preocupados y murmurando cosas inteligibles para él…

    ………………………..

    Gimió un poco por él, ahora, leve dolor en su pecho. Sintió su cuerpo en una superficie suave y confortable y escuchó murmullos a su alrededor. Seguro estaba recostado en una cama. Una cálida y muy familiar mano, mantenía aprisionada la suya…entonces intentó abrir los ojos…

    – Hola… – murmuró el peliplateado con una sonrisa al ver los ojitos pasar de la preocupación a alivio instantáneamente. Misaki le regaló una linda sonrisa.

    – Hola – susurró el doncel de vuelta con vos ronca. Akihiko apenas tuvo tiempo para extender sus brazos y poder recibir a su precioso oji-verde cuando se aventó sobre él. Le devolvió un abrazo muy fuerte, sintiendo por primera vez, después de mucho tiempo, una calma inundarle el cuerpo…por fin estaban a salvo, por fin no había nada amenazándoles. Apretó con más fuerza la cintura de Misaki, aspirando profundamente sobre su cuello, donde mantenía el enterrado la cabeza…

    – eh Misaki, creo que te agradeceríamos si nos prestaras a mi primo por un rato

    La divertida voz de Hiroki acompañada de algunas risitas de más personas los regresó a la realidad. Misaki avergonzado y con puchero en el rostro se separó de su príncipe, quien poco a poco empezó a incorporarse en la cama, con ayuda de su doncel y de Masamune.

    – No le molestes – amonestó Akihiko con una sonrisa. Más que pronto tuvo a una parte de la familia rodeándole…pero no antes que el gran abrazo en el que se fundió la hermosa reina de cabellos plateados, quien lloraba y hipaba en su hombro, desconsolada. Misaki al fin se levantó de la cama con una sonrisa, observando la íntima escena del reencuentro de una madre y su hijo…observando también como su peliplateado prometido había derramado también algunas lágrimas. Pero no pudo seguir observando más esa escena cuando sintió un pequeño tironcito de su brazo y enseguida se vio encerrado en los brazos de su “suegro”…

    -¡Hitomi-san! – exclamó un poco sorprendido…y ¿por qué no decirlo? quizás también un tanto nervioso. De todas formas devolvió el reconfortante abrazo.

    – Gracias por devolvernos a nuestro niño, cariño. Asuka y yo te estaremos eternamente agradecidos

    Una vez se separaron, Misaki pudo ver en los brillantes ojos grises del hombre el agradecimiento y profundo amor por su familia y no pudo evitar regresarle una sonrisa con su rostro levemente colorado.

    – No debería, Hitomi-san, no sé cuánto debería estar agradecido por haber traído a Akihiko si habrá de compartirlo conmigo ahora…

    La profunda risa del guapo y maduro hombre no tardó en estallar en la sala acompañada de algunas risas e las pocas personas que prestaban atención a ellos. Misaki vio los rostros nostálgicos y felices de Mune y Hiroki…suponían ya extrañaban ese sincera sonrisa en el hombre. Tan pronto Asuka fue capaz de soltar a su hijo, formalmente la hora de las presentaciones y explicaciones dio comienzo…

    ………………………………..

    La cena había sido espléndida.

    Ya era muy tarde cuando Asuka había invitado a todos a tomar asiento en el gran comedor. Misaki había estado seguro que la oji-violeta monarca estaba radiante y a punto de explotar de la felicidad, pensaba que era difícil que casi toda la familia se reuniera, después fue Hiroki quien le había contado que de no ser por su padre y los padres de Mune habrían estado todos completos. Durante la cena se puso al tanto de todo a todos, hubo risas, hubo comentarios burlones, coquetos y atrevidos…pero también hubo lágrimas. A Misaki se le había roto el corazón una vez más cuando se narraron las peripecias que habían pasado después del encuentro con la Gorgona Taya y las sirenas en Meire y Asuka derramó más lágrimas. Hubo pláticas acerca del futuro….de identidades…de poderes, tal era el caso de Shinobu y Ritsu. Cabe mencionar que esos dos se volvieron otro pequeño trocito de corazón de la resplandeciente reina y prometió toda su ayuda a lo que necesitaran tanto el precioso dragón dorado como su fiel capitán Miyagi…había sentido empatía de inmediato con la madre de Shinobu. Quería compartir la alegría de encontrar a su hijo y saberla feliz y radiante como ella lo estaba ahora; en cuanto a Ritsu, todos mostraron su sorpresa , su admiración y su apoyo también y prometían estar con él fuera lo que fuera a pasar con Onodera Seiji. Por último, pero no menos importante, Misaki preguntó por su querido hermano; cabe mencionar que casi se va para atrás por la respuesta que recibió, el “al parecer tu hermano será mi cuñado…” que le dedicó Haruhiko con una sonrisa fue suficiente para dejarlo con la boca y los ojos bien abiertos, Asuka sólo había rematado todo diciéndole un “ah…por cierto, se fue con Manami a América, pero no te aflijas, regresarán pronto”

    Bien, él no estaba afligido…quizás un poco ¡JODIDAMENTE ESTUPEFACTO!

    Bien, trataría de tomar las cosas con calma…

    …………

    La profunda y silenciosa noche cubría Usami. Después de tanto tiempo, era una noche tranquila en él, ahora sí, completo y próspero reino. Pasaba de la media noche, pero eso no era impedimento para algunos siguieran despiertos.

    – ¿cómo te sientes ahora, Usagi-san? – preguntó el menor acariciando el pecho recién vendado de su príncipe. Estaba sentado, justo sobre su vientre. Al mayor parecía tranquilizarle…alegaba que le relajaba sentirle cerca y seguro a su lado. Él no podría negarle nada…además secretamente, le encantaba dormitar sobre el pecho de su prometido…pensaba que sus ojos brillaban más hermosamente cuando lo veía desde arriba…

    – Como si todo estuviera perfecto – sonrió, jalando a sus brazos al menor, dejándole recostado sobre su pecho, al mismo tiempo que tomaba profundamente sus labios en un beso arrasador. Akihiko, había metido sus manos por debajo de la holgada camisa de pijama que usaba su doncel, adorando la tibia piel de su cintura bajo sus dedos, mientras Misaki enredaba sus delgados dedos en sus hebras plateadas…había descubierto que él realmente amaba hacer eso…el Usami también le disfrutaba en demasía.

    El beso no había durado más que un par de minutos, pero para ellos había sido perfecto. Pero sabía también, que aún había cosas que hablar…y supo de inmediato que no eran nada agradables cuando Misaki entristeció su rostro. Ambos se habían incorporado en la cama para poder hablar mejor, frente a frente.

    – ¿qué pasó con los elfos, Misaki? – preguntó seriamente, mientras mantenía las años de su doncel dentro de las suyas. Vio y sintió un estremecimiento en Misaki…eso no le agradó ni un poco, y frunció el ceño – ¿qué te dijo Juro-san?...en ambas ocasiones – especificó. Misaki tardó un poco en contestar aquello, bajando el rostro. Akihiko se preocupó importantemente cuando vio caer las lágrimas de sus ojos, mojando las celestes sábanas. Sujeto con suavidad sus rojas mejillas, levantándole el rostro para mirarlo – Misaki , ¿qué fue lo que pidieron primero?– solicitó de nuevo.

    – e-ellos lo querían…iban a arrebatármelo… – empezó con lagrimones en sus ojos, hipando.

    – ¿arrebatarte qué, bebé? – preguntó intrigado, sacudiendo levemente los hombros de su doncel.

    – e-ellos dijeron que la paga por salvarnos…era que tendría que, q-que tendría que darles a nuestro primer hijo…¡NO PODÍA ACEPTARLO!...yo no podía…y ella dijo…y yo…sé que es una tontería…ni siquiera…digo…yo sólo sé que…¡qué no podría hacerlo!…¡ay Usagi-san!....yo…ella dijo que Kanaye-san q-querría probar algo con él y d-después…

    En algún momento el Usami había dejado de escuchar y deteniendo los tartamudeaos y sollozos de su prometido le había abrazados a su pecho, reconfortándolo y no pudo evitar enjugar sus ojos…¡Malditos!, así fuera mentira fue completamente cruel haberlo dicho eso a su querido oji-verde; sin embargo algo le decía que aquella propuesta que comentaba el líder Kanaye no había sido del todo falsa…sabía de varias fuentes de la crueldad por una “buena causa” que ejecutaban los elfos…por algo eran respetados y temidos por igual…y agradeció profundamente fuera como fuera que aquella no hubiera sido la “verdadera paga” que pidieron, Kami-sama sabía que él tampoco hubiera sido capaz de entregar a su primogénito a costa de su propia vida…

    – Tranquilo, ya ha pasado – consolaba el mayor, acariciando la espalda de su tembloroso amor.

    – Ellos finalmente han pedido otra cosa – murmuró el oji-verde. Akihiko asintió aun sin despegarse de él, dándole a entender que le escuchaba – que querrían conocerle…y nombrarle también

    El de cabello plateado le había despegado de su pecho, observándole fija y preocupadamente…eso no se escuchaba muy bien tampoco.

    – Misaki… – Akihiko no quería perturbar a su precioso doncel, pero la idea no sonaba tan alentadora.

    – Sé lo que piensas, Usagi-san…pero ellos me han dado su palabra, Juro-san lo ha hecho…quieren hacerle su protegido – murmuró casi incrédulamente. Akihiko le imitó…¡¿qué?!, ¡¿acaso había escuchado bien y los jodidos elfos de los bosques del este querían apadrinar a su primogénito?!

    Tenía que pensar, ¡con un demonio si era frustrante hablar del peligro en un futuro, y probablemente a largo plazo!… tenía que pensar y dormir, quizás no en el mismo orden…

    – discutiremos eso, cariño…necesitamos descansar por ahora – exclamó el mayor acomodándose al fin en la cama, jalando a su lindo doncel, ya más tranquilo sobre él.

    – ¿ya se ha acabo todo, no es así, Usagi- san? – preguntó el menor acomodándose en el cálido pecho contrario. Akihiko sonrió, acariciando tiernamente el cabello castaño de su doncel.

    – no, Misaki. Esto apenas comienza…

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    Continuará…
     
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  3. Arwen09
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    Siiiii contiiii, qué felicidad!! Lo primero es el estudio y te deseo todo lo mejor en eso.
    Me encantó cuando Misaki enfrentó al vejete jajajaja amo esos actos de valentía.
    Nowaki ya va a ir a ver a nuestro querido Hiroki, que bueno que se solucionó el problema. Nowaki tiene un gran amigo.
    Otro interesante capitulo, muchas gracias
     
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    Yaoizando
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    peruana

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    me encanto el capitulo , me gusto que misaki enfrentara al viejo espero que actualize pronto
     
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    "El Yaoi no es solo un gusto,ni mi pasión...¡Es mi vida!"
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    Hola Misagi ryuk!! que maravilloso que regresaras con la conti *w* si lo sé yo si que me perdí, en serio lo siento, pero ya me vendrá la inspiración

    Ese maldito viejo ya no sabe de donde agarrarse, quiso incluso que Akihiko se casara con Hiroki O_OU si que está mal, pero ya Akihiko lo puso en su lugar y Misaki es muy valiente también, Hiroki explotó y le dio si merecido al viejete ese *o* por eso y más adoro a Hiroki

    Wiii los problemas en Ayami ya se resolvieron, que genial! Masumi es el mejor, me da penita que no sea correspondido pero así es el amor y Nowaki ya está listo para ir a ver a su amado Hiro san

    Ohhhh no sé por qué pero también pensé que los elfos pediría a hijo de Misaki y Akihiko O_OU si que son crueles, pero más bien des dieron una opción mucho más aceptable y nada riesgosa, que bueno

    Me gustó mucho la tan esperada conti Misagi ryuk, esperaré ansiosa por más, ya quiero el reencuentro de Nowaki y Hiroki *w* cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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    Maestr@ en Yaoi
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    Me ha encantado el capítulo.
    No te preocupes tus estudios don lo primero. Espero que te vaya bien.
    Entre Misaki, Hiroki y Akihiko le dieron su merecido a ese viejo idiota.
    Me asusté cuando Misaki le dijo a Akihiko que los elfos habían pedido a su primer hijo, menos mal que al final solo es apadrinarlo.
    Esperare con ansias la conti.
     
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    Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo... quería ser poema. JG

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    Comiendo panditas rojos, fresas y chocolate :D¡¡

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    Hola, ¿cómo están? :), yo muy bien, por acá hace muchísimo calor, pero estamos sobreviviendo xD. Una vez más muchas gracias por seguir acompañándome en este fic, ¡¡¡se los agradezco mucho!!. Bueno, tambien con la noticia de que ya regresé a clases :( BUUU….en fin, trataré de seguir escribiendo cuando tenga un tiempito :D.
    Esta vez les traigo el esperado regreso de Nowaki, veremos que sucede con las presentaciones de la familia :P y algunas sorpresitas más. A partir del siguiente capítulo comenzamos con el regreso de los príncipes a sus respectivos reinos. Espero les guste un poco el cap y respondo sus comentarios :)

    Arween09: Hola, gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el cap, ya verás que pasará con Nowaki, el cap estará centrado en los egoístas :), gracias por tus buenos deseos, espero te guste la conty de hoy y nos leemos pronto¡¡

    Mei rin: hola, gracis por tu comentario, me alegra que te haya gustado el cap anterior, espero te guste este , saluditos…

    Melyoan: Hola Mely, ¿cómo estás?, Gracias por comentar, me alegra que te haya gustado la conty, sip ya se van resolviendo varios problemas que aquejaban a la mayoría de los personajes. Y este cap verás bastante de la pareja egoísta xD. Ojalá y pronto puedas actualizar tus fics, ya los extraño un montón :´D¡¡, espero te guste la conty , nos leemos pronto :) , besitos de sandía¡¡


    Anne onodera takano: Hola, ¿cómo estás?, gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el cap, sip Por el “bien” los elfos son capaces de hacer muchas cosas. Y varás lo que pasará en este capítulo, espero te guste , saluditos…

    Besos de pay de limón para todos¡¡¡ <3

    Misagi * *





    Capítulo 58: “Calor”




    Hiroki resopló frustrado por milésima vez, haciendo saltar pequeños mechones castaños que caían sobre su frente. Se reacomodó en la inmensa cama de colchas azules y se quedó con la almendrada vista observando fijamente el techo.

    Era un poco más de la una de la madrugada, a estas alturas ya todos en el palacio dormían. Mala noche había elegido su insomnio para reaparecer, pesaba sarcásticamente. Había sido un día increíblemente agotador, sus músculos cansados pedían por un poco de horas de sueño, era una verdadera lástima que su cerebro no pensara lo mismo. Ya había dado muchas vueltas en la cama y no conseguía cerrar los ojos más que para parpadear… y aunque quisiera negarlo sabía muy bien la razón…su precioso tritón. Nowaki le había prometido que llegaría y aún no había señales de su paradero. Hiroki se había mantenido nervioso toda la tarde tanto a su espera como para contarle al resto de la familia el “asunto” de su embarazo, muy a pesar quienes ya lo sabían y que habían recomendado en que contara todo de inmediato, sin embargo había decidido dejarlo como sorpresa… ¡y vaya sorpresa que se llevarían!

    Acariciaba distraídamente su aun plano vientre con una mano, mientras que con la otra abanicaba su acalorado rostro. Había noches en que a pesar de que sabía que la temperatura era bastante baja su cuerpo no parecía estar de acuerdo y despertaba acalorado y jadeante, Hisa-san le había comentado que eran las hormonas de su cuerpo adaptándose al cambio…aunque él pensaba también que aquello era “otro tipo de calor”…sus mejillas se colorearon al recordar las diversas formas que había intentado junto a su tritón para ayudarlo a dormir.

    – ¡baka! – exclamó colorado y más fuerte de lo que debería, por lo que enseguida llevó su mano a la boca, no era su intención despertar a su “vecinos” de habitación. Sin embargo al sentirse en el profundo silencio de la noche pudo agudizar sus sentidos y escuchó algunas voces, pensó que era en el jardín principal que daba justo enfrente. Pateó con fuerza la delgada sabana que cubría su cuerpo y se paró con rapidez, casi tropezándose, hasta llegar al gran ventanal que daba al susodicho patio.

    Sus ojos se agrandaron y brillaron felizmente.

    – ¡Nowaki! – gritó emocionado, casi colgándose de la ventana, apenas se enteraba que había interrumpido la charla entre su príncipe oji- azul y cuatro miembros de la guardia real. Seguro le estaban impidiendo el paso. Hiroki solo pudo escuchar el sorprendido “¡Hiroki-sama!” de los guardias y el radiante “¡Hiro-san!” del padre de su bebé – déjenle pasar – demandó suavemente. Los cuatro hombres se miraron sorprendidos y curiosos…

    – ¡pero majestad…!

    – Enseguida bajo… – fue lo único que escucharon los 5 personajes en el patio antes de que siquiera pudieran intervenir el precioso doncel había desaparecido de su vista en la ventana. El pecho rebosante del castaño se derretía de dicha al ver a su azabache por fin en Usami, admitía que estaba a punto de perder la cabeza de preocupación también. Bajó con rapidez las escaleras y abrió la puerta principal de par en par para salir corriendo hacia su prometido.

    Nowaki no hizo más que extender los brazos bien abiertos, divertido al ver la poca dificultad que representó el intento de los cuatro guardias por impedir al doncel acercarse a él. Cuando al fin le tuvo en sus brazos, ninguno de los dos dijo nada, no habían pasado más que un par de días, pero para ellos había sido más que suficiente…ya se extrañaban. Mantenía el cuerpo de su castaño pegado al suyo, tanto por las piernas del doncel que se habían enroscado en su cintura y sus manos en su cuello, como por sus brazos que se aferraban a las caderas de su sexy arquero.

    – te extrañé tanto…– murmuró el más alto contra los labios rositas del mayor, por lo que se ganó un suave y rápido beso de regreso y un quedito “yo también”, acompañados de un tierno sonrojo en su mejillas y una apasionada mirada castaña que prometía muchas cosas – lamento llegar tan tarde

    – te he estado esperando toda la tarde – murmuró con un lindo pucherito, que derritió y divirtió por igual al tritón, por lo que no pudo evitar, sostener el peso de su preciosa carga con un solo brazo y jalar un poco el labio inferior rosita de su novio, sonriendo.

    – ya estoy aquí… – susurró el menor, sintiendo al fin la poca ropa que vestía su doncel y al ver sus desnudos pies, no hizo más que reír un poco – siento que ya hemos pasado esto – exclamó juguetón – tenemos que entrar pronto, está haciendo frío, Hiro-san

    – yo tengo calor…- murmuró muy bajito el mayor enterrando su colorado rostro en el cuello de Nowaki, quien al recordar la referencia solo le contesto muy bajito con una sonrisa “ya lo arreglaremos”. Fue hasta entonces que reparó en los cuatro hombres que seguían frente a ellos, bastante sonrojados, cabe mencionar; Nowaki no sabía si enojarse o reír…le parecía bastante gracioso que los muy presentables guardias evitaran “a toda costa” observar las desnudas piernas que se habían descubierto del corto pijama de su doncel, más optó por dejarle un poco en el suelo para reacomodar a su bella cargarle en su brazos, esta vez al estilo “princesa” y sacarle de allí lo más pronto posible, pero al parecer Hiroki había pensado antes que él…

    – ya he corroborado cualquier historia que haya contado el mago aquí presente, así que si no hay otra cosa que hablar, nos marchamos – exclamó implacable y lo más sereno que pudo, aun en brazos del mayor y con el rostro medio escondido por la vergüenza, ante la mirada anonada de los guardias…¡¿dijo “mago”?!…las vestimentas “comunes” del chico no lo delataban, pero más importante… ¡¿Qué relación tenía el príncipe con él?!

    – ¡p-pero majestad!, si es un mago tenemos que dar aviso a…

    – no hay nada de qué preocuparse, caballeros- comenzó, esta vez regalándoles una serena sonrisa a los hombres, aun sin soltarse del cuello de su prometido – Si nos disculpan, debemos retirarnos…ah…realmente agradecería que mantuvieran en secreto su llegada – exclamó dirigiendo una mirada a su príncipe –…espero sea una sorpresa… para la familia

    Y sin más salieron de allí, el mayor en brazos de su tritón, dejando estupefactos a los cuatro hombres.

    .....

    – ¿tan malo es?

    La pregunta había descolocado un poco a Nowaki, por lo que terminó de descalzarse y regresó a ver la profunda mirada de Hiroki, estaba intrigada…pero también llena de preocupación. A Nowaki no le gustaba tener preocupado a su bello doncel, no era bueno para él bebé, no era bueno para él. Hiroki estaba sentada en el centro de la cama, con sus piernas dobladas, mientras Nowaki tomaba asiento en el mueble y poco a poco se acercaba su prometido.

    – no pienses cosas, Hiro-san

    – entonces no hagas que piense demás…sabes que me preocupo por tonterías con facilidad – medio sonrió el castaño, el menor sabía que el tinte preocupado no había desaparecido por completo. Nowaki le regresó la sonrisa, aun le parecía terriblemente increíble como con tan poco de conocerse Hiroki podía leerlo como un libro abierto. Se acercó mucho a su doncel, tirando de las blancas piernas hasta que tuvo al castaño sentado sobre su regazo.

    – Tengo mucho que contarte – exclamó el alto sonriendo un poco, cerrando sus ojos y juntando su frente con su pareja.

    – te escucho

    Nowaki había contado todo desde el principio: desde el pequeño doncel pelirosa que le seguía a todas partes en su infancia hasta el hermoso y valiente guardián que había salvado su reino. Hiroki tan solo escuchaba todo con gran calma, en un profundo e inquietante (para Nowki) silencio. Le habló sobre lo que hubiera sido la guerra, las respuestas que no encontraba, la posible alianza mediante un matrimonio del que se había escapado, de las hadas sirenas; le habló de su familia y los buenos deseos de todos. Vio pasar por los preciosos orbes avellanados matices de preocupación, de tristeza, de ira y de felicidad…pero no decía nada. Cuando la historia terminó, la habitación se quedó en completo silencio, tan solo con el acompañamiento de los tenues ruidos de la noche coreándoles.

    – ¿y?... ¿qué piensas? – el silencio comenzaba a poner nervioso a Nowaki, quería saber que pensaba Hiroki.

    – pienso que has tenido suerte…eso pienso

    – ¡Hi-ro-san!- puchereó el menor, apachurrando las mejillas de su doncel, que empezaba a enfurruñarse de poco a poco y querer bajarse de sus piernas.

    – ¿Qué quieres que te diga?... ¡no puedes andar prometiendo que te casarás con todos los donceles que te encuentras en el camino!

    Nowaki lo miró sorprendido, en silencio, seriamente, fijamente. El ceño del castaño estaba fuertemente fruncido…pero Nowaki sabía bien que no estaba molesto…su sorprendida cara fue transformándose poco a poco hasta que tenía pintada una enorme sonrisa…

    – ¡estás celoso! – picoteó divertido en la colorada, como granada, mejilla de su novio, que cruzado de brazos aun quería intentar convencerle de que estaba enojado.

    – ¡N-NO!

    – Es una tontería Hiro-san– sonreía el menor, tumbándolo sobre las frescas sábanas de la majestuosa cama, colocándose sobre Hiroki sin aplastarle e inmovilizando sus brazos sujetándole por las muñecas. Nowaki estaba enterado de la revolución hormonal dentro de su doncel, pero le costaba creer el grado de inseguridad que expresaba en esos momentos su precioso prometido, sintió oprimírsele el pecho al pensar en lo preocupado y temeroso que debió sentirse su doncel cuando además de enfrentar sus propios problemas tenía la mente ocupada en los suyos. Enterró su rostro en el cálido cuello de su pareja aspirando el olor mentolado…

    – ¡o-oie!, mocoso idiota, suéltame ¿Qué te crees que soy? – intentaba reclamar el más bajo, retorciéndose entre los brazos de su sonriente tritón, notando también que el mayor comenzaba a jadear bajito, como si quisiera evitarlo.

    – un tonto, eso me parece que eres – exclamó el oji-azul mirándole fijamente al mismo tiempo que le daba un corto beso a los besos contrarios. Hiroki no despegaba su mirada e él, pero había dejado de moverse y en sus labios comenzaba formarse un puchero adorable – ¿Cuándo vas a entender que eres tú la única persona a lo que amo? …no hay razón para estar celoso…además él quiere conocerte…

    – ¡q-qué no estoy celoso!... ¡y yo también quiero conocerle! – la respuesta solo hizo que el azabache besara en precioso puchero en los labios de su prometido, la risita sensual y divertida del menor murió en los cálidos besos que su pareja respondía sin ser capaz de oponerse. No sabía por qué pero ya intuía la respuesta del doncel.

    – Te amo– murmuró Nowaki, besando tiernamente la frente contraria

    – yo también…

    La sonrisa de satisfacción no tardó en aparecer en los delgados labios del tritón, observando con atención las coloradas mejillas de su doncel, que gemía quedito, tal vez por la cercanía, tal vez por la anticipación. Se colocó cómodamente entre las largas y suaves piernas de su castaño, compartiendo un profundo beso que hizo mitigar los gemidos de ambos en los labios ajenos.

    – eh, ¿Hiro-san?…– los dientes mordían suavemente el blanco cuello, y las grandes y cálidas manos recorrían, traviesas, la sonrosada piel que reconocían a la perfección. Adorando intensamente la sensibilidad de su embarazado y celoso doncel. El mayor no dejaba de retorcerse, intentando pegar inconscientemente su cuerpo al otro…sentía volar en una burbuja de calor y pasión, derritiendo su cerebro en un gran charco…tanto que apenas recordó que Nowaki le había hecho una pregunta.

    – ¿q-qué?

    – ¿aun tienes calor?...

    Las mejillas del “fiero” doncel tomaron un profundo color escarlata y sin más se abrazó al cuerpo del mayor cual Koala, enterrando su avergonzado rostro en el fuerte cuello del varón, que le miraba pasionalmente…insistentemente.

    – si…

    ………………………………….

    TOC, TOC, TOC

    Los ojos azules se abrieron levemente sobresaltados. Muy pronto recordó todo lo acontecido algunas horas atrás. Sonrió. Regresó a ver los rayos brillantes que luchaban por pasar entre las cálidas cortinas celestes, después centró su mirada en el guapo, y muy probablemente desnudo, doncel bajo las sábanas, quién dormía tranquila y pesadamente…una pequeña sonrisa salió de sus labios y besó los rosados labios, el castaño solo se movió un poco, murmuró algo inteligible y se volvió a acomodar para seguir durmiendo…estaba a punto de reír un poco, cuando recordó el motivo de su despertar…
    TOC TOC TOC

    – ¿Hiroki?, ¿cariño?... ¿aun duermes?

    Nowaki levantó la mirada rápidamente observando de manera fija la puerta. Se levantó de la cama con premura y se metió en sus pantalones. ¿Quién sería?...no se escuchaba la voz como de su “suegra”, Mitsuki-sama.

    TOC TOC TOC

    – ¡Hiroki, vamos!, ya es tarde, cariño, el desayuno está a punto de servirse, todos están a punto de irse, ¡seguro que estarás molesto si no logras despedirte de ellos!

    Nowaki frunció un poco el ceño, conociendo a Hiroki, seguro que se molestaría, vaya, así que el “percance” en Usami había hecho que casi toda la familia viniera. Con tantas cosas él y Hiroki no habían podido platicar con detalle como aconteció esa reunión. Se apresuró a acercarse a su doncel y a moverlo gentilmente para despertarle, pero nada pareció funcionar y solo se escuchaba de sus labios algo así como “déjame dormir...mocoso idiota”…o eso creía el menor .En cualquier momento eso le hubiera parecido gracioso e incluso extrañamente tierno, pero la persona tras la puerta empezaba a ponerse ansiosa y al parecer lo estaba contagiando a él.

    – ¡Hiro-chan! – gritaban a través de la puerta

    – ¡Hiro-san! – murmuraba también de este lado Nowaki. El castaño no despertó. Frunció los labios, ni modos, no había de otra. Tendría que abrir la puerta, a pesar de que sabía que su precioso doncel quería ser el primero en presentarle a la gente de allí. Pero, realmente pensaba que si no le daban paso a la desesperada mujer afuera de la habitación tiraría de una patada la puerta. Levantó la holgada camisa azul marino con detalles dorados del suelo y se le puso lo más rápido que pudo al mismo tiempo que se acercaba a la puerta y zafaba el seguro…

    …..

    Asuka estaba a punto de gritar algunas cuantas cosas a su hermoso sobrino, cuando vio que quien abría la puerta era alguien completamente diferente.

    Nowaki observó casi en cámara lenta las diversas reacciones en el precioso rostro de una mujer de piel blanca y cabello grises peinados de lado sobre su hombro. Parecía algo mayor, pero su belleza le regalaba años y años de juventud. Estaba ataviada en un largo vestido púrpura. Aunque de todas las reacciones le pareció realmente cómica la última mueca que hizo: sus ojos imposiblemente más abiertos de sorpresa y los delgados labios separados. Entonces comprendió que quien estaba frente a él, era ni más ni menos que la reina del lugar y la señora de la casa, la querida tía de Hiroki, Asuka-sama.

    – Buenos días, Asuka-sama, alteza- Nowaki se paró firme, intentando no soltar una risotada por el estado de shock que presentaba la mujer frente a él, se inclinó un poco para una reverencia, pero… - es un placer conocerle, yo soy…

    – ¡¡¡ KAMIJOU HIROKI, EPLÍCAME AHORA MISMO QUE HACES ENCERRADO CON UN VARÓN EN TU HABITACIÓN!!!

    Ahora fue el turno de Nowaki de abrir en demasía los ojos, asombrado. Apenas fue consciente de como su adorado doncel se levantaba de un saltó de su profundo sueño con cara de terror. Nowaki ahora sí que no pudo evitar la pequeña carcajada que se escapaba de su garganta, más aun cuando se escuchaba por las escaleras y pasillos el resonar de los pasos de varias personas dirigiéndose con rapidez hacia donde estaban ellos…

    Vaya, eso prometía…

    Si Hiroki quería causar una sorpresa, ya la tenía…pensó con gracia.

    ****************************

    – ¿Estás seguro de que es lo que quieres hacer primero, príncipe?- exclamó Masamune con calma y buscando la certeza en su pareja – yo no tendría inconvenientes en que fuéramos a hablar con tu pa...con Seiji-san – corrigió rápidamente – antes de ir con mis padres. Ritsu había asentido lentamente pero de manera segura.

    – Creo que es lo mejor, Mune, me dará unos instantes más para pensar claramente – explicó con calma. Mientras terminaba de calzarse. El varón asintió.

    – siempre te apoyaré en todo, mi amor, recuérdalo por favor

    – lo sé, te lo agradezco…te amo – las mejillas sonrojadas haciendo acto de presencia. El mayor no pudo evitar reír un poco…y pensar que hace un par de semanas aun lloraba por el paradero de su precioso doncel…no sabría qué hacer si el destino hubiera decidido no volver a encontrar sus caminos, seguro hubiera enloquecido.

    – yo también te amo mi príncipe

    Suavemente juntaron sus labios en un silencioso juramente de amor y un compromiso con el brillante futuro que les deparaba juntos.

    Para la pareja la mañana era bastante productiva, así preferían que fuera. Más aún si pretendían que les rindiera el día si querían llegar temprano a Marukawa, el reino de Mune. En ese momento se encontraban preparándose para bajar a desayunar, tan pronto eso ocurriera la mayoría de la familia se despediría para partir a sus respectivos reinos. Aunque Ritsu aún le daba vuelta a una propuesta que había le había comentado Hiroki el día de ayer después de la cena: “sería muy bueno que pudiéramos reunirnos, ya sabes, los príncipes y cónyuges, para enseñar lo que sepamos a Akihiko y a los =próximos= reyes antes de tomar sus responsabilidades”…si, eso podía ser de mucha ayuda, para el mismo sería gratificante. Un sonrojo adornó sus mejillas. Su mente pensaba en clases de baile, política y etiqueta cuando escucharon el estruendoso grito de tía Asuka, algo deformado:

    “¡¡¡ KAMIJOU HIROKI, EPLÍCAME AHORA MISMO QUE HACES ENCERRADO CON UN VARÓN EN TU HABITACIÓN!!!”

    Los ojos miel y los verdes se regresaron a ver sorprendidos y curiosos y segundos después simplemente se soltaron a reír como maniáticos.

    – Parece que Nowaki-san ya llegó – exclamó en doncel entre pequeñas risitas.

    – Seguro, vamos, tengo que ver esto – explayó el príncipe con una sonrisa divertida, saliendo de la habitación con su pequeño mago castaño tras él.

    ***************************

    Aquella escena fue simplemente…hilarante.

    Hiroki vio aparecer por el umbral de la puerta de su habitación a cada uno de sus familiares que se acercaban curiosos a presenciar la escena. Los primeros en llegar fueron Mune y Ritsu, ya que estaban a dos habitaciones de la suya; seguidos de Shinobu y el capitán Yoo; Haruhiko y Keiichi; después su tío Toshio y su tía Kyiko, los padres de Haruhiko; a continuación Akihiko y Misaki y como no podría faltar su madre y su pequeña hermanita. Todos metidos ahí y el a punto de desmayarse, sus manos no parecían ser suficiente para cubrir su colorado rostro y optó por echarse la colcha en la cabeza, cubriendo así todo su cuerpo…escuchando algunas risitas divertidas, entre ellas la de Kusama “traidor” Nowaki…hizo un puchero aún más avergonzado… ¡el solo quería darles una sorpresa normal!..

    El pequeño silencio que se había formado en la habitación fue roto por e grito emocionado de una pequeña de diez años.

    – ¡Nowaki-nii!

    “¡¡¡¿nii?!!!”…el coreo fue colectivo. Un gemido de frustración se escuchó desde el tumulto de sabanas que era Hiroki en ese momento.

    – Explícame que quiere decir Mikoto, Hiroki, cariño – Asuka parecía haber conseguido calmar su sorpresa. El menor parecía murmurar algo inteligible. Nowaki permanecía parado justo al lado de la cama – no entiendo, bebé…

    A Nowaki le apreció gracioso el ceño fruncido de la reina, y sonrió un poco. Sus ojos violetas giraron hacia él.

    – ¿supongo, que tú joven, eres su…novio? – preguntó la reina al menor. Nowaki estaba feliz de que hubiera gente que protegiera a toda costa a su doncel, pero aquello estaba resultando un tanto divertido.

    – en cierta forma, si, alteza – respondió con su inagotable sonrisa divertida – realmente soy su…

    Y eso era todo…¡Hiroki empezaba a perder la paciencia y para colmo…tenía hambre!

    – ¡¡¡ES MI PROMETIDO, TÍA!!! Si, llegó anoche; no, no se te avisó de su llegada porque yo lo pedí a los guardias. Nos casaremos tan pronto podamos, su familia ya lo sabe, ahora la mía también, la noticia que queríamos darles juntos es que tendremos un bebé, justo ahora me está doliendo la cabeza y los pies, me estoy muriendo de hambre y sólo quiero ¡que todos salgan del jodido cuarto!... ¡¿ME HE OLVIDADO DE ALGO?!....

    Las caras de sorpresa de los mayores no se hicieron esperar y las risitas de sus primos, su madre y el mismo Nowaki se dejaron escuchar. Lo que siguió después fueron felicitaciones, besos, lágrimas y preguntas que el menor se negó rotundamente en contestar en ese momento y corriendo a todos de su habitación se quedó al fin a solas con su azabache.

    – hey, al menos salió mejor de lo que esperabas, ¿no?- murmuró divertido el menor, acercándose a su doncel y dándole un corto beso en los labios.

    – cállate, mocoso traidor – sus mejillas rojas, encendidas como faroles y un puchero inundaban su rostro avergonzado.

    Al parecer el drama era innato de la familia Usami…

    **************************************************************

    El sol todavía se asomaba tímido por las montañas. El clima estaba bastante fresco, parecía ser un buen día…un buen día para cualquier persona, menos para él. No podría ser un buen día desde que su amado hijo ya no está a su lado. El hombre de rosto demacrado, cansado y vencido por la vida se encontraba sentado en una silla de madera que había colocado justo debajo de la sombra del gran árbol donde colgaba el columpio que había hecho con tanto esmero para su precioso doncel. La taza de café que reposaba en sus manos tembló terriblemente, hasta el punto que el líquido amargo y caliente se regaba en sus manos, pero en el afán de sentirse más miserable y regodearse en su tristeza, no lo sentía.

    Ya había pasado un tiempo, y parecía cuestión de horarios fijos el que sus ojos verdes opacados de tristeza le lloraban a su hijo. Hace mucho que las ganas de vivir, y se convenció de seguir en este mundo cruel, fue por la promesa que le había hecho a aquella bella mujer que conoció una vez…a la mujer de su sueños y a qué, ingenuamente, aun guardaba la esperanza de volver a ver, aunque sea por última vez, a su amado hijo…no importaba si sólo recibir apalabras de odio y de desprecio de su parte por lo que pensaba había hecho. Aun guardaba las esperanzas de poder contarle todo lo que no pudo contarlo una vez…La verdad.

    Su adorada hadita…su preciosa oji-verde… ¿qué habrá sido de su mujercita de cabellos castaños?...

    – Seiji…

    El hombre rio histéricamente, tanta era su pena que ya escuchaba la voz de su amor… ¡vaya, que se había tardado!…al fin había llegado a la locura. Su cabeza siguió agachada sin molestarse en enterarse que no había nadie frente a él.

    – Seiji, cariño, no soy un sueño…

    Los ojos del cansado hombre se levantaron con un poco de letargo, observando con atención a la persona frente a él. Su boca seca y abierta, no daba crédito a lo que veía, sus ojos abiertos a más no poder, los ojos verdes y brillantes mirándole con profundidad, pero no sabría describir el sentimiento que emanaban. El hombre calló de rodillas en el suelo y convulsionó en doloroso llanto…

    – ¡es mi culpa, todo es culpa mía! ¡No pude cumplir la promesa, lo siento tanto. Te fallé!

    La mujer vestida de manera simple, pero presentable, pasó su blanca mano por el rostro de descuido y sin afeitar del hombre.

    – no me has fallado, cariño mío. Todo estará bien, ya he regresado. Todo se va arreglar, la verdad será revelada cuando él llegue a nosotros…toda la verdad. Hay mucho de qué hablar.

    El hombre la miró con profundo amor, con profunda ternura, con profunda admiración…elevó sus ojos. Y sostuvo con su tosca mano la suave y pequeña de la mujer frente a él…

    – Mei…

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    Continuará…
     
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  8. Arwen09
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    Siiii capítulo egoísta!!!!
    Cómo ame cada puchero de Hiroki,cuando fue a recibir a su amado Nowaki!! No puede ser tan tiernooooo
    Me morí de risa con el grito de Hiroki "salgan del jodido cuarto" jajajaja
    Y Kusama traidor Nowaki jajajaja
    Me encanta ese toque de humor, es genial.
    Yo estoy entrando en exámenes así que estoy a full jeje
    Gracias por la conty
     
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    Hola Misagi Ryuk todo bien, aquí también mucha calor.
    Me ha encantado el capítulo, muy tierno y gracioso con Hiroki y sus pucheros y sus ocurrencias de Kusama traidor Nowaki Jajajjajaja.
    No te preocupes actualiza cuando puedas, y suerte en tus clases.
    Esperare con ansias la conti.
    Besitos de melón.
     
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    Hola Misagi ryuk!!! que mal que tus vacaciones hayan terminado u_u

    Siempre es un placer leer tus contis n_n yo aquí me estoy muriendo de frío, estamos a los extremos D:

    Siento tardarme demasiado con las contis, es que no salgo de una para entrar en otra :( en serio soy un desastre con la organización de mi tiempo

    Wiiii un capítulo con mucho de mis adorados egoístas; que lindo fue el reencuentro de ellos y vaya que dejaron sorprendidos a los guardias, siendo Nowaki yo me hubiera molestado que los guardias vean las sexys piernas de Hiroki, pero Nowaki se controló bien

    Pobre de mi adorado Hiroki XD todos descubrieron de la peor manera que ya tenía novio, en serio Nowaki es un tanto desconsiderado por dejar que vean a su amado en tan bochornosas fachas, todos lo vieron a penas cubierto por una sábana, en serio trágame tierra XDDD pero bueno al menos pasó rápido

    Ohh pobre de Seiji, sufre tanto por su hijo, de verdad se pondrá muy feliz cuando lo vea sano y salvo, espero que Ritsu sepa entenderlo

    Gracias por este hermoso capítulo y tan lleno de mis amados egoístas, también te mando un gran abrazo de oso, cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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    Espero todo bien y que pronto puedas traernos la conti.
     
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    Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo... quería ser poema. JG

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    Hoooola .-. ….¿cómo están?
    Ok, antes de que empiecen a despotricar contra mi holgazán trasero x,D quiero decirles que agradezco mucho su apoyo y el que estuvieran al pendientes de la actu. Bueno, sé que me tardé demasiado y creo que tengo un nuevo record de tardanza o.oU 4 meses es un tiempo bastante largo D: Es verdad que he tenido momentos complicados en la uni, entre mis materias y el servicio social me traen cortita xD, pero también tenía problemas de estrés e inspiración: p, lo que se resume también en que no me sentía tan cómoda con la pareja principal de hoy (ahora ya xD) y apenas hace una horas termine de escribirlo xD….En fin, agradezco nuevamente a todos los que esperaban la conty, espero les guste y contesto sus comentarios :3¡¡¡

    Arwen09: ¡Hola!, muchas gracias por tu comentario, me alegra que te gustara el capítulo anterior, jajajaja y mira que me cuesta bastante la comedia¡¡, creo que ,como todo, sale mejor cuando no lo planeo xD. Espero te guste la conty de hoy, saluditos.

    Anne onodera takano: ¡Holaaa!, ¿cómo estás?, muchas gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el cap anterior. Gracias por tus buenos deseos en mis estudios. Me encanta poner a Hiroki todo modoso :P y el embarazo tan solo me da un gran pretexto xD. Espero te guste la conty, besitos de pera.

    Melyoan: hola Mely¡¡¡, ¿cómo estás? Muchas gracias por tu gran comentario, me alegra que te haya gustado :) , conste que la culpa no es del guapo Nowaki, Hiro-chan no se despertaba :P, bueno, pues esta vez te traigo una conty con un poquito de todo, ya sabrás cual va a ser la pareja protagonista xD, espero te guste la conty, ¡suerte con la organización de tu tiempo! (aun extraño tus fics x,D)…besitos de cereza para tu <3







    Capítulo 59: “Hablemos del pasado” parte I

    – y… ¿Qué te parece?, ¿te gusta?

    – es impresionante, Mune

    Los esmeraldas orbes repasaban con fascinación el impecable y hermoso recibidor del palacio del reino Marukawa. Anteriormente, había admirado por largas horas el impresionante castillo, después de todo creció en ese reino, pero siempre lo miraba desde lejos. Jamás había tenido una oportunidad para entrar; después, cuando Masamune apareció en su vida no había sido capaz de darle un “si” definitivo de inmediato, pues su nervioso cerebro solo registraba una presentación con los padres del apuesto príncipe y un compromiso, ¿y mira donde estaba ahora? Pensó con sarcasmo que la vida daba muchas vueltas. Aun así, algunas cosas nunca cambiaban, como su nervioso cerebro, el profundo amor que sentía por ese varón de ojos claros y el repentino ataque de temblores que asaltaba a sus piernas cada vez que Masamune extendía una mano hacia él para que la tomara y le regalaba esa preciosa sonrisa.

    Reprimió un gemido cuando sintió los fuertes brazos de su novio enredándolo por la espalda. Sintió los vellos de su nuca erizarse cuando escuchó un susurro por parte del varón deslizarse por su oído izquierdo, y no pudo evitar colorearse por completo cuando su entumecido cerebro captó el “mensaje”.

    –“me alegra que te guste, cariño. Si hubiera algo que no te gustara ten por hecho que se cambiaría, quiero que pienses en este palacio como tu hogar…nuestro hogar”

    No había tenido suficiente tiempo para regresar a ver la honestidad y un poco de ¿nerviosismo? en los ojos avellana del guapo príncipe. Ya estaban frente a frente. El mayor permanecía con sus manos sosteniendo por los hombros al bello doncel, Ritsu miraba levemente hacia arriba a su atractiva pareja.

    – Mune, yo…

    ¡Vaya con la peculiar propuesta de matrimonio!

    No. Más bien, parecía que el más alto ya lo daba por hecho, un puchero se formó en los labios rositas del menor. Pero pensándolo mejor, Mune le había hecho “la gran pregunta” anteriormente, hace mucho tiempo, ¡y no tan solo una sola vez! Una sonrisa tonta brotó inconscientemente en sus labios al recordar su época de adolescentes, cuando el mayor lo cortejaba. Sus mejillas seguían coloradas. Viró su mirada al hombre frente a él, reparando en que la insistente mirada de su novio no se había despegado de él…como esperando la respuesta a su aparentemente muda pregunta.

    Onodera no pudo evitar recordar, con una sonrisa, cuando estaban aún en el palacio rojo de Aikawa y Akihiko le había preguntado acerca de qué respuesta le daría a Masamune. Ahora teniendo al hombre frente a él, sabía perfectamente la respuesta, estaba en los ojos de ambos.

    –siempre has sabido la respuesta, baka

    El impresionante hombre sonrió y sus rodillas temblaron, amenazando con caer de cara al suelo. Otra vez.



    Habían jugueteado por aquí y por allá. Mune le había enseñado prácticamente todo el castillo, con sótano y jardines incluidos. Onodera sospechaba muy seriamente que era para distraerle un poco tanto por la presentación con sus padres como por la visita pendiente a Seiji. Ritsu agradecía silenciosamente el gesto. Cuando habían llegado a Marukawa los porteros le habían dado la bienvenida y habían informado que los reyes habían tenido una pequeña reunión con los encargados de algunos propietarios de negocios, nada grave, y que pronto llegarían.

    Era un poco pasado de medio día cuando se escucharon los cascos de asombrosos caballos negros tirar de un carruaje. La pareja, que se encontraba nuevamente visitando la caballeriza a petición del doncel, se apresuró a llegar a la entrada principal. Ritsu sentía que su corazón iba a salirse del pecho, vaya con los nervios, pensó que la mayoría de su nerviosismo se había quedado atrás, en la mansión de Aikawa, pero tal parece que no. Tan pronto había llegado Mune a su vida todos sus sentimientos y pasiones parecían hacer fiesta en su interior. Sintió a alguien apretando su mano.

    – hey, todo estará bien, hermoso

    Las mejillas del menor regresaron al brillante escarlata. Sonrió a su “prometido”, fijando su mirada en esos orbes claros que tanto adoraba. Se perdió en ellos más de lo que pensaba, pues apenas fue consciente de que los reyes del lugar se encontraban junto a ellos cuando escuchó la suave voz de la mujer hablarle.

    – Rit-chan, cariño… ¿eres tú?

    Los ojos esmeraldas admiraron impresionado a las dos figuras frente a él… ¿ellos eran los padres de Masamune?, ¿Por qué parecía como si no concordaran para nada, pero a la vez era la familia perfecta?, se veían tan jóvenes…especialmente la reina.

    La dulce voz que había escuchado pertenecía a ella. No recordaba par nada haber sido presentados, pero por la forma en la que lo miraba parecía como si ella lo conociera de años. Los ojos verdes, tiernos y amorosos apretujaron un poco su corazón, recordándole irremediablemente a los de Mei, su madre, la que había muerto y de la cual él, dolorosamente, no recordaba más que borrosos pasajes. Sin embargo, desperezándose, reverenció levemente frente a ellos. Afortunadamente Takano había intervenido de manera oportuna y poniéndose en medio. O eso pensaba.

    –Ritsu, ella es mi querida madre, Kai Usami. Y mi padre Akeno Marukawa

    –h-hola, mucho gusto, mi nombre es Ritsu.

    Ambos monarcas observaron por algunos segundos al nervioso muchacho y sonrieron con ternura. Kai incluso se permitió una pequeña risita.

    – Mal respuesta, cariño- exclamó ella con cierto retintín.

    Ritsu apenas se dio cuenta cuando estaba encerrado en los brazos de la bella mujer. Abrió los ojos muy sorprendido y miró el rostro travieso de su novio y la sonrisa resignada del rey, quien los miraba desde cierta distancia, con diversión en sus claros ojos. Y supo de inmediato, con cierto humor, que quien mandaba en casa era “mamá”.

    – bienvenido a la familia, Rit-chan

    **********************************************

    – Basta ya Usagi-san, harás que se enoje de verdad – murmuraba Misaki a su prometido despacito, tirando de su brazo para salir de la habitación, debatiéndose si sentirse enternecido o divertido al ver la escena frente a él.

    Como era de esperarse, tan pronto Hiroki había entrado en estado de “mataré al que aun sigua en mi habitación dentro de tres segundos” todos salieron de allí a paso veloz. Todos excepto Akihiko quien se negaba a perderse el mal humor y sobre todo la vergüenza de su adorado primo. La pareja embarazada se encontraba “discutiendo” en murmullos gritados. Misaki intuía, con gracia, que eran quejas y acusaciones sin razones las que alteraban a Hiroki y Nowaki parecía solo tratar de calmar los nervios de su embarazado novio. Akihiko había lanzado una carcajada limpia. Había visto que a pesar de que Hiroki estaba colorado de furia, Nowaki refutaba con dulzura y una relajada sonrisa todo lo que el otro despotricaba contra él y contra el mundo. Silbó por la bajo…al menos tendría que darle crédito al tritón. Su primo ya era una persona “complicada” sin estar embarazado, ahora que lo estaba. Que valiente.

    – Hiro-san, ya pasó todo, tienes que bajar a desayunar…tus primos…

    – ¡No me importa!- interrumpió al oji-azul Hiroki, con un puchero que difícilmente se podría tomar como un comentario serio – jamás nadie lo olvidará, no saldré de aquí por el resto que queda del año, al menos

    Misaki intentaba aguantarse la risa. Conoció a Hiroki en su estado “guerrero”, en el intelectual, en el líder, en el valiente, incluso en el tierno, pero esto era nuevo y muy cómico. El que no pudo evitar reír fue el peliplateado. Quien prontamente fue mirado con ojos de dagas por parte del doncel oji-avellana.

    – LAR- GO

    Akihiko solo había sonreído traviesamente, sin mostrar signos de quererse ir pronto en realidad. Se cruzó de brazos y se recargó en el umbral de la puerta.

    – deberías hacerle caso a Nowaki, Hiro-sa…

    – ¡con un infierno, que salgas!

    – Hiro-san…- está vez había sido Nowaki.

    – ya cálmate Hiro-chan, a este paso, el sobrino nos va nacer enojado

    -¡FUERA, MALDICIÓN!

    …..


    Akihiko y Misaki apenas fueron capaces de salir de la habitación y cerrar con fuerza la puerta antes de que un jarrón de plata se estrellara contra esta. Akihiko casi ahogándose de la risa y Misaki negando lentamente, mientras trataba de borrar la media sonrisa de su rostro.

    – Eres bastante irritante cuando te lo propones – exclamó el oji-verde, tomando el brazo de su novio y dirigiéndose, por fin, a la planta baja.

    – Es un talento natural- sonrió traviesamente, mientras robaba un beso al irresistible puchero del oji-verde

    – baka- exclamó el otro con sus mejillas levemente sonrojadas – solo espero que no lo hayas alterado de más, se enojará contigo

    – descuida, realmente no se puede enojar conmigo, siempre ha sido sí desde pequeños

    Misaki sonreía resignado. Vaya que la familia había resultado mucho más refrescante de lo que había pensado que sería una “perfecta” familia Real. Al parecer era verdad lo que le decía Juro-san acerca de que junto al oji-violeta nunca se aburriría. Los brillantes ojos de su príncipe le regresaron a ver antes de entrar al comedor, repleto de personas que gritaban y reían con las personas de extremo a extremo. Él le sonrió tirando más rápido de su mano. Misaki le regresó la sonrisa de inmediato. Rápidamente fueron incluidos en pláticas que parecían sin sentido y sólo para pasar un buen rato. Eran momentos como este los que dejaban a Misaki expectante y emocionado por lo que vendría después.

    **********************************************************

    Era una hermosa y etérea imagen. La dama de largos cabellos negros al igual que sus ojos, de un mirada amable y amorosa pero terriblemente segura, estaba ataviada con un bonito vestido verde de discretos holanes. El hombre a su lado, de gallardo porte y cabello largo a los hombros y oscuro peinado hacia atrás, vestía orgulloso el uniforme que lo distinguía capitán de las fuerzas militares del reino. En sus apaciguados ojos verdes aceitunados se podía ver el amor que profesaba a su familia y a su trabajo. En medio de tan elegantes personajes, aparecía un pequeño que muy probablemente no pasaba los 6 años de edad, vestido con un bonito traje azul marino y un coqueto corbatín rojo; pero sin duda era su sonrisa, esa dulce, desinteresada e inocente que mostraban los niños a todo el mundo, la que el pequeño lucía mejor. A simple vista se podría ver el amor que guardaba en si la preciosa pintura frente él.

    El rubio ni siquiera era consciente de que llevaba un buen tiempo mirando la enorme pintura que adornaba esa pared, junto a las escaleras que daban al segundo piso. Tampoco era consiente que no estaba solo, tan solo fue capaz de recordarlo cuando una voz lo sacó de su pequeño trance.

    – Ellos dos eran los compañeros más unidos que he conocido. Cuando el señor Yoo se fue para siempre aquella terrible noche, mi pobre ama no tardó mucho en seguirle. Muy mal para el niño Miyagi, fue muy duro para él tomar las riendas de la casa y superar la muerte de su padre a los diez años y la de su madre a los catorce

    Shinobu regresó a ver a la viejecita de mirada dulce que le había hablado. El rubio algo sabía de esa historia, pero poco le había contado Miyagi sobre la bella dama que fue su madre. Y aunque agradecía mucho a la mujer por lo que, a él concierte, contar datos muy personales a un desconocido y así no caminar a ciegas acerca del tema, siempre iba a preferir que las palabras salieran de los labios de Miyagi.

    – Habla muy poco sobre sus padres conmigo…- eso había sido un comentario que no necesariamente tenía que salir de su pensamientos. La arrugada mano de la mujer en su mejilla lo sorprendió de nuevo. Sus ojos grises vieron los de ella con un poco de asombro, al ver la sonrisa que más que indicar cariño, que si lo hacía, pedían a gritos paciencia y esperanza.

    – no es nada extraño, cariño. Es un pasaje muy doloroso para él el que tendrá que recordar cuando te cuente, porque lo hará. Un tiempo muy oscuro que en el que la ira y la venganza estuvieron a punto de ganar la guerra dentro de él. Todos en la casa estamos muy felices de que él encontrara el camino correcto justo a tiempo – a Shinobu se le partió el corazón pensar en la soledad que debió sentir su guapo caballero en ese tiempo, pero también sufrió al ver a la anciana derramar lagrimones – Asuka-sama tuvo un buen corazón para aconsejarlo y cuidar de él…

    – y usted también…- finalizó el rubio con una tierna sonrisa, mientras limpiaba las arrugadas mejillas mojadas.

    – Kami-sama sabe que lo intenté con todas mis fuerzas, cielo. Estaba tan perdido que temía fuera solo a empujar mi mano como lo hizo con el resto de la gente que intentó ayudarlo – la mujer tomó varias respiraciones antes de continuar, sorprendiéndole con una gran sonrisa– ahora, ese chico es tu responsabilidad cariño. Siento en estos viejos huesos que vienes a llenar de dicha y color esta casa…y su vida.

    El rubio agradeció silenciosamente y con las mejillas sonrojadas solo fue capaz de asentir una vez y reverenciar a la tierna mujer, quien dio la vuelta y continuó el recorrido, la siguió, dejando que ésta siguiera mostrándole parte de la casa.

    Habían salido del castillo de Usami pasado el mediodía. Miyagi parecía bastante emocionado por mostrarle su casa. La mansión Yoo era increíble, o al menos lo que llevaba recorrido era increíble. Habían estado caminando tranquilos, tomados de la mano y robándose uno que otro beso. Shinobu se divertía mucho cuando Miyagi lo presentaba como “su doncel” y todos le miraban embobados, algunos solo reverenciando levemente y presentándose y otros sonrojándose. La situación mejoraba cuando se enteraban que era un usuario de la magia. Vaya…eso era nuevo para él, no sabía que esperar de ellos al principio. Shinobnu no conocía otra manera que la agresividad y la ira para las personas “como él”, pues en su reino eran perseguidos y aniquilados apenas se sabía de su existencia. Pero para su sorpresa los habitantes del reino lo reverenciaban y unos besaban su mano con respeto, muy a su vergonzoso pesar. Habían paseado sin que nadie le interrumpiera, pero el rubio no iba admitir que le ponían nervioso las personas que al observarle junto al pelinegro allí le miraran como si fuera un ángel, en ese entonces no entendía el porqué. No fue unos minutos más tarde cuando fueron interrumpidos por un acongojado muchacho que, en pocas palabras, informaba al actual capitán del ejército lo necesario que era ponerse de acuerdo con los acontecimientos bélicos recién ocurridos. Fue ese el motivo por el que Miyagi, con pesar, dejo a Fuyo-san a cargo del oji-gris.

    Los ojos del doncel brillaron cuando se encontró doblando el pasillo hacia ellos a Miyagi, quien antes parecía voltear hacia todos lados buscando a alguien.

    – ¡Miyagi!

    El aludido mostró una impresionante sonrisa que hizo que las rodillas del rubio temblaron y su cuerpo estuviera a punto de derretirse. Suspiró de felicidad cuando se perpetuó el encuentro entre ambos y ahora mismo el mayor le sostenía entre sus fuertes brazos y el enroscando sus piernas a la cintura del varón, antes de darle un profundo beso.

    No fue hasta que escuchó un ligero carraspeó seguido de una risita cuando el rubio se acordó, nuevamente, que no estaban solos. Estaba oficial y jodidamente avergonzado y solo se le ocurrió enterrar su cara en el cuello de su novio. Podía escuchar a Miyagi agradeciendo a Fuyo por acompañarle y reclamándole un poco que tenía casi quince minutos buscándoles. La refrescante risa de la anciana se escuchó junto con un “hasta pronto, cariño”

    – hasta pronto, Fuyo-san – si la anciana fue capaz de entenderle aun con su boca aplastada en el cuello del capitán era un misterio, y uno que no estaba dispuesto a resolver justo ahora.

    Miyagi rio.

    Suspiró. Era tan sorprendente cuan correcto se sentía junto a su varón. Shinobu había comprobado con gran alegría que Miyagi era la otra mitad de su alma, su destino, incluso antes de que éste rompiera la maldición que le había impuesto Aikawa. Él se esforzaría al máximo para ser lo que Miyagi necesitaba en su vida. Una sonrisa remarcó la convicción en su rostro.

    ********************************************************

    La noche había llegado muy pronto. No era una noche plagada de estrellas, no. Era como pocas veces, en contadas noches frías de invierno, un manto negrísimo cubriendo el cielo, sin ninguna mancha, sin ninguna imperfección estrellada. Solamente iluminada por la brillante luz de luna.

    Ritsu había acabado mental y físicamente agotado de todo el día, aunque con su corazón rebosante de alegría y agradecimiento; jamás se hubiera imaginado que fuera recibido de tan buena manera por toda la familia de Masamune. Bien era cierto que las pocas veces que tuvo la oportunidad de hablar o conocer a alguno de ellos antes, como fue el caso de Hiroki, Haruhiko y Manami, lo trataron respetuosamente, pero nunca imaginó que fuera sido aceptado tan pronto en el círculo familiar. Tomó un gran respiro y abanicó sus brillosos ojos antes de derramar algunas lágrimas de alegría. Él no iba a ser un gran bebé. Se decidió mejor por terminar, de una vez por todas, su relajante baño. Sacó del agua la esponja, salió de la tina llena agua ya no tan caliente y secó su cuerpo a conciencia.

    Tan pronto había insinuado, camino a la habitación de Mune, que quería tomar un baño, la madre de este había dado la orden de preparar su baño de manera rápida, con aceites aromáticos y deliciosa agua caliente incluido. Con vergüenza y dicha por igual había dado las gracias.

    Ritsu salió al fin del cuarto del baño, con el vapor tras él. Sus ojos esmeraldas se encontraron muy pronto con los color “leche enchocolatada” de su novio, y capturó, con fascinación, un mirada un tanto diferente a la que le haya dedicado antes. Él le sonrió bajo las tupidas y oscuras pestañas, Ritsu había reprimido la necesidad de abrir la boca y tragarse todo el aire en un suspiro, mientras intentaba no mostrarle la sonrisa más estúpida en su repertorio de sonrisas estúpidas.

    – ¿has disfrutado el baño, bebé?

    La voz gruesa de Mune le tenía bobo.

    – uh- uh…

    La sonrisa del mayor se extendió por su hermosa cara, extendió la mano hacia el menor para que este se acercara hasta él, justo en la orilla de la cama de sábanas blancas y detalles salmón. Como es natural, y un tanto costumbre, el oji-esmeralda no fue capaz de negarse y a un paso difícilmente lento se acercó hasta que la mano del varón pudo sujetarlo y tirar de él, hasta que hizo que se sentara en su regazo, con cada una de sus piernas a sus musculosos costados. Sus rostros quedaron muy juntos, a nada de tocarse. El varón sonrió.

    – quiero darte algo...

    Irremediablemente el rostro del doncel se coloreó de rojo y sus ojos cómicamente muy abiertos. El mayor, irremediablemente, tampoco pudo evitar soltar una divertida carcajada, provocando que su hermoso castaño enrojeciera tanto que su rostro parecía de un color violeta. Resignado a vivir en la vergüenza al menos por los siguientes 30 segundos, enterró el rostro el en cuello del mayor.

    – no es eso bebé- sonrió con travesura, separando a su novio, para que este pudiera verle a los ojos, este a regañadientes había aceptado y puso toda su atención a lo que Masamune había extendido en su mano y el atractivo rostro de su príncipe que repentinamente se había puso serio mientras le hablaba – es para ti, es para que nunca olvides que te amo y mi promesa de que voy a hacer todo lo posible por hacerte feliz, Ritsu…

    Entonces sí que no pudo evitar las saladas gotitas que resbalaron por sus mejillas. A penas su temblorosa mano podía sostener la dorada cadena con un bello dije de corazón.

    – ¿me dejarás ponerla, cariño?

    – uh, si – Le dio la espalda, para que así el gran hombre pudiera trabajar en la cadena. Gracias a Dios, Ritsu había recuperado su, aparentemente perdida, capacidad de habla, y trató con ganas de tragar el nudo en su garganta mientras sentía los tibios dedos de su prometido abrochando la delicada pieza de joyería en su cuello. Su piel se estremeció por completo cuando un beso suave mimó la parte detrás de su cuello, seguido, sintió las grandes palmas de la mano del mayor recorrer sus brazos desnudos. Su espalda se arqueó un poco y soltó un suspiro suave, haciendo así que su cuerpo quedara casi en su totalidad recargado en el pecho del mayor, quien, sin mucha prisa, deslizaba sus manos por el cuerpo suave del doncel, acariciando gentilmente con las yemas de los dedos sus brazos y sus costados por debajo de la camiseta que servía como piyama.

    El oji-verde gimió suavemente cuando sintió el pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja…regresó a ver hacia atrás, revisando lo que hacía el varón.

    – Mune…- las esmeraldas se clavaron en los bonitos ojos del heredero de Marukawa. Y vio, si, un profundo rastro de amor en ellos. Sin embargo las claras orbes también tenían claros tintes de pasión y una promesa de travesura que hacía arder su sangre.

    Su corazón palpitó fuerte y escandalosamente, al verse de espaldas a las elegantes sábanas de la cama, recostado, viendo sobre él a Masamune y sus claros ojos observarlo con detenida fascinación. Juraba que jamás entendería ese extraño prendimiento del mayor por su persona. Ritsu nunca se había considerado un doncel “poco agraciado” o feo en todo caso, pero tampoco se sabía excepcionalmente hermoso como, sentía, debía ser alguien relacionado íntimamente con la realeza. Y a pesar de la gran lista de pretendientes que intentaban evadir a como diera lugar a su sobreprotector padre durante su adolescencia, jamás había tenido claro el extraño atractivo que lo hacía merecedor de tanta atención. Masamune solía decirle, desde siempre, que adoraba sus grandes y expresivos ojos verdes, que eran los que dominaban en su “angelical rostro” y eran también su personal y muy hermosa perdición.

    – ¿Qué piensas, precioso? – fue un murmullo susurrado contra sus labios justo antes de robarle un desarmador beso que el oji- esmeralda no tardó en responder con las mejillas sonrojadas , abriéndose para el varón sintiendo muy pronto la lengua ajena encontrarse con la suya. Se separaron cuando la falta de oxígeno hizo de las suyas, dando oportunidad al doncel de contestar a pregunta con la poca cordura que le quedaba, con los ojos vidriosos, el rostro coloreado y la mirada media perdida y perpleja.

    – que todavía estoy soñando…

    Una fresca carcajada se escuchó en la silenciosa habitación. Los ojos del príncipe brillaban con diversión.

    – yo todos los días me despierto pensando lo mismo, cariño

    Ritsu sintió la necesidad de acurrucarse cual gato en la gran y cálida mano que acariciaba su mejilla. El aire abandonó momentáneamente su cuerpo cuando sintió la mano del mayor subir su camiseta hasta arriba de su pecho y una briza fresca erizó su piel desnuda. Gimió entre excitado y aterrorizado cuando sus pezones se endurecieron ante la vista de ambos.

    – M-Mune…

    – shhh, tranquilo, bebé. Todo está bien. Tan pronto me digas que pare lo haré…Ritsu, no tienes idea de lo hermoso que te ves justo ahora.

    Tomó un par de respiraciones intentando tranquilizar los latidos descontrolados de su corazón, centrando su mirada en la de su sonriente novio y sus sentidos en que el hombre frente a él jamás le haría daño y lo amaba con todo se ser, igual que él. El mayor había vuelto a acercarse a él y capturó sus labios en un beso profundo y dulce. El oji-verde lanzó los brazos al cuello del otro, abrazándose con fuerza, mientras gemía quedamente al sentir al varón totalmente vestido restregarse a su cuerpo semi-desnudo. Sus ojos, húmedos por el placer que empezaba a explotar dentro de él, se cerraron fuertemente cuando los labios del varón se desviaron a su cuello, mordiéndolo gentilmente, y después saborearon su pecho hasta encontrarse con el botón endurecido y rosado.

    – aaaah…- el dulce gemido fue inevitable cuando sintió su sensible carne ser succionada con fuerza. Ritsu siseó mientras enredaba sus dedos en las castañas hebras de Masamune y tiraba de ellas sin saber exactamente si quería que el hombre se detuviera o que no se atreviera a soltarle jamás. Mune sonrió complacido con el tierno brote aun entre sus labios cuando sintió a su precioso amante jalonear su camisa. Desabotonó la molesta prenda deslizándola fuera de su cuerpo cuando vio las temblorosas manos de su doncel salir de la delgada camiseta, dejando totalmente expuesto su delgado y tentador torso.

    –tan lindo…- murmuró Takano contra las sensibles orejas del oji-verde, mientras su mano coqueteaba con él cordón de los holgados pantalones del doncel. Bajó a la altura del suave vientre repartiendo tiernos besitos sobre la blanca piel al mismo tiempo que bajaba poco a poco los pantalones. Sintió a su pareja moverse quedando sobre sus antebrazos para poder ver lo que él hacía con su cuerpo. Los ojos verdes tenían pinceladas de miedo, pero no podía negar que en su mayoría estaban llenos de excitación y curiosidad por “llegar” al final. Mune le dio una tranquilizadora sonrisa mientras terminaba de deshacerse de la prenda. Dejando al menor tan solo en su delgada ropa interior y temblando de placer y nerviosismo. Con el rostro colorado y mordiendo sus labios Ritsu le devolvió la nerviosa sonrisa.

    El castaño sintió su corazón derretirse lentamente, un doncel debía tener una profunda confianza en su amante para entregarse tan sumisamente. Ritsu confiaba en él. Robó un corto beso. El príncipe se deshizo de sus pantalones lentamente, quedando en las mismas condiciones que su novio, lo sostuvo por las caderas haciendo fuerzas para cambiar de posición y sentarse en la cama con él doncel sobre él. Escuchó a Ritsu dar un gritito por la sorpresa, antes de repartir besos a lo largo del suave cuello del menor que se movía rítmicamente en su regazo. Las suaves carcajadas lo hicieron sonreír también…

    – ¿Qué pasa? –murmuró aun con una sonrisa sobre el cuello ajeno.

    – No hagas eso, me da cosquillas – la suave risa se escapaba de sus labios entre mezclados con largos suspiros y algunos gimoteos, estos últimos cuando acariciaban la espalda de arriba abajo y seguido darle un apretón a una redonda nalga. Los ojos avergonzados del menor se encontraron con los del varón.

    – calma, amor. Recuerda mi promesa…hasta donde tú decidas, bebé. No tienes por qué preocuparte – todo esto mientras seguía acariciando gentilmente el cuerpo del doncel y dándole cortos besitos por todo el rostro – piensa que sólo nos estamos conociendo uno al otro, cariño…vamos, diviértete un poco conmigo – murmuró con voz grave el mayor, haciendo vibrar el cuerpo del castaño. Masamune probó su punto cuando tomó la delgada mano de su bello doncel y la colocó sobre su pecho, moviéndola lentamente de arriba abajo, pasando por su duro abdomen. El oji-verde gimió levemente, sonrojado, sin ser capaz ni de ver los ojos color avellana nublados por el placer ni de dejar de tocar la firme piel bajo sus yemas.

    Ambos se entregaban al placer lentamente, conociéndose a conciencia, como queriendo recordar hasta los pequeños detalles aun después de mucho tiempo. Cierto era que Ritsu había visto el “brillo travieso” en los ojos claros de su novio muchas veces, pero muy pocas habían pasado si quiera de los besos profundos. Intuía que el mayor querría ir lento con él. No se equivocaba…y seguro que lo agradecía. De pronto los problemas por resolver volvieron a su mente, gruño internamente, eso no tenía por qué interrumpir sus momento con su amado príncipe, sin embargo no pudo evitar preguntar…

    – M- mune…- la voz había salida agitada por culpa del reciente largo beso que habían compartido. Muy pronto los oscurecidos ojos de su amante lo miraron con toda su atención.

    – ¿si?

    – mañana estarás conmigo, ¿verdad? – Mune lo miró seriamente y asintió.

    – mañana y siempre, precioso. Pase lo que pase

    Y aquello fue todo lo que necesito para derrumbar las casi nulas barreras acerca de todo lo que tenía con su bello príncipe. Las gotitas saladas le traicionaron y resbalaron por sus mejillas. Aun así, tiró del cuello de su novio compartiendo un beso salado. Mune le sonrió y supo que todo estaría bien.

    – te amo Ritsu

    – también te amo, Mune

    Un beso arrasador primero, un bello y acalorado doncel contra la cama después y dos pares de manos recorriendo el cuerpo ajeno con dulzura al final. La única prenda que les quedaba estorbó muy pronto y aún más rápido estuvo fuera de sus cuerpos.

    El oji-verde se retorció en la cama y siseó cerrando muy fuerte los ojos cuando sintió un húmedo dedo palpar su agujero y seguido penetrarlo lentamente pero sin pausa. Ritsu mantuvo su mirada en el techo, tratando de relajar su cuerpo cuando un segundo dedo se unió al primero, entrando y saliendo y buscando ir más profundo en su cuerpo. Movió las caderas un poco incómodo, pero muy pronto un gemido salió de su garganta al sentir la suave lengua del varón saborear el interior de sus muslos y dar leves mordiscos que le hacían, inconscientemente, extender más sus piernas. Escuchó vagamente un “tócate para mí, cariño” e intentó ignorarlo por la vergüenza, pero cuando los dedos de su amante tocaron un punto dentro de él que lo hizo gritar de placer, su mano viajó por si sola a su adolorido erección, palpándola primera y después apretándola suavemente al mismo tiempo que su mano se deslizaba de arriba abajo. Su espalda se arqueó al mismo tiempo que un tercer dedo se abría paso en su interior; sus gemidos empezaron a ser constantes y a llenar la habitación. Muy poco le importó que no fueran los únicos “residentes” en casa. Sintió al mayor abandonar por un momento el lugar entre sus piernas y subir hasta su rostro demandando un acalorado beso de su parte, que por supuesto, no dudo en complacer. Sus mejillas seguían coloradas, su respiración errática. Los bonitos ojos café de su novio le miraron intensamente una vez se separaron agitados. Los tres dedos que jugueteaban en su interior habían desaparecido lentamente dejando un devastador vacío. La mirada pedía permiso y Ritsu no pensaba en otra cosa más que concederlo. Por lo que solo se limitó a asentir levemente y abrazarse al más alto, escondiendo el rostro vergonzoso en su pecho. Su corazón latía como demente cuando sintió al varón acomodarse entre sus piernas abiertas, palpando con su miembro su estirada entrada, “relájate, mi amor” escuchó como un murmullo lejano…

    – aaaaghhh – no había manera de que lo hubiera evitado. Sus ojos se llenaron de lágrimas…dolía. Ardía. Pero por alguna extraña razón se negaba a que el mayor se detuviera. Era extraño, pero el simple hecho de saber que era su príncipe el hombre que se encontraba dentro de él, amándolo, siendo el primero en tocar su cuerpo de esa manera, lo hacía excitante. Gimoteó mitad excitado, mitad dolorido cuando el grueso miembro del varón recorrió todo el camino hasta tocar fondo dentro de él. Dio un profundo respiró, sintiendo las manos del mayor tocando todo su cuerpo, tratando se relajarlo mientras intentaba controlar su propia respiración entrecortada. Se besaron y mordieron sus labios calmando el dolor y la ansiedad. Después de unos minutos el menor empezó a mover sus caderas y eso hecho fue el principio de todo.

    Los gemidos no se hicieron esperar. El mayor gruñía empujando sus caderas con la fuerza necesaria como para provocarles un inmenso placer. El doncel gritaba arcando su espalda y sintiendo como el mayor abría mucho más sus piernas, dándose más espacio para “maniobrar”. Gracias a Kami-sama era flexible. Sentía el caliente miembro friccionase de una manera deliciosa en su interior y se sentía más cerca cada vez que su pequeña glándula era acariciada…

    – ¡ugghh!...Mune…ahí…yo estoy…tan cercaah…ah..¡MUNE

    Los ojos claros conectaron con los suyos justo en el momento exacto en el que casi se vuelven blancos.

    – déjate ir, bebé…también... estoy allí…

    Y como si de una orden se tratará el oji-verde explotó de placer, gritando quedito, lazos blancos de esperma aterrizaron en su estómago y pecho. Muy pronto el varón hizo lo mismo corriéndose con fuerza en el interior de su hermoso amante y compañero de vida. Se unió en la cama con él, tirando su ligero cuerpo sobre el suyo, haciendo que se recostara sobre él.

    – Mune…

    – ¿Qué pasa?

    – Estoy cansado…- la risa retumbó en su pecho, arrullando más al agotado y saciado doncel. Mune pasó su mano por la delgada espalda, cubrió a ambos por una sabana, besó la frente de su adormilada pareja y se dispuso a disfrutar el hermoso momento que acaba de vivir con su doncel antes de que amaneciera y tuvieran que enfrentar situaciones importantes.

    – descansa, amor…

    ………………………….

    Mune tenía una gran sonrisa pintada en su rostro. Ritsu tan solo lo veía de reojo de cuando en cuando, bufando avergonzado. La carroza hacía el lento recorrido desde el palacio hasta la hermosa casa que toda su infancia le había traído nada más que alegrías. Masamune se había resignado a no viajar a caballo, como había sido su idea original, cuando se dio cuenta del gracioso caminar del menor. Cabe mencionar que después de un buen par de minutos recibiendo cualquier objeto que el avergonzado doncel usara como proyectil contra él cuando despertó, no le quedó más que ayudar en todo al menor…no que se quejara por su puesto.

    Ritsu sentía su corazón sereno después de muchas horas de estrés y ansiedad en la mañana, y tras haber hablado con Mune y con la reina había llegado a un acuerdo: quería escucharlo, quería escuchar toda la versión. Quería la verdad, la versión de su padre. Y quería saber de su madre. Tenía planeado exigir al hombre que le hablara de Mei. Tenía derecho.

    Con esa convicción dio un largo suspiró y fijó su mirada esmeralda en la de su novio cuando la carroza al fin se detuvo. Masamune tomó su mano y la apretó fuerte. Besó con ternura los suaves labios y susurró contra ellos “pase lo que pase, cariño, no lo olvides”. Ritsu asintió conmovido, negándose a derramar lágrimas justo antes de bajar del coche.

    Una vez fuera, frente a la verja de madera, decidieron pasar. Las bisagras rechinaron, eso debió ser suficiente para alertar al dueño de la casa.

    Ritsu suprimió muy fuerte un gemido de alegría y tristeza al ver al hombre salir de la casa. No lo recordaba así. No con esa mirada adolorida y pérdida. Parecía que Seiji había envejecido décadas y no un par de años, como correspondía. Su corazón se partió cuando los nublados ojos del hombre se llenaron de lágrimas.

    – ¿R-Ritsu?

    – papá…

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    Continuará…
     
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    Me alegra que hayas regresado. Espero que estés menos estresada.
    Me ha encantado el capítulo.
    Adoro la pareja nostálgica, es una de mis favoritas. Me ha gustado el lemon.
    Que bien que va a ver a su padre y que Takano lo acompaña en este momento tan importante.
    No veo la hora de leer el próximo capítulo.
    Esperaré con ansias la conti.
    Saludos y besitos.
     
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    "El Yaoi no es solo un gusto,ni mi pasión...¡Es mi vida!"
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    Hola Misagi ryuk!!! cuanto tiempo, cómo has estado, yo muy bien gracias *w* me alegra que no dejaras a medias tu bello fic n_n y pues yop.... n_nU creo que necesito un jalón de orejas para ser más responsable, ya no sé cuando me anime a escribir, lo siento u_u pero eso si, no me moriré sin terminar de escribirlos

    Ohhh súper, que linda es la familia de Mune, lo aceptaron incluso sin que fuera presentado, ese si es calor familiar

    Ese Bakahiko!!! se raya, que no moleste a mi adorado Hiroki que le hace daño a su baby!! Ò_Ó

    Miyagi sufrió tanto sin sus papis u_u pero ahora ya tiene a su amado Shinobu y pronto seguro que forman una gran familia

    Kyaaaaaa un jugos y sexy lemon *w* me encantó!!! en serio lo amé, a la vez fue tan tierna la primera vez de Ritsu, ja, ja, ja pero amaneció mal XD

    Me gustó mucho la ocnti Misagi ryuk, esperaré ansiosa por más y más de mi adorado Hiroki también ;) cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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  15. Arwen09
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    Muchas gracias por traernos otra conty!!!
    Ese Akihiko, como no reírse de esa escena jaja
    El sobrino nos va a salir enojón jajajajajaja
    Todo un personaje!!
    Está muy interesante 😄
     
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264 replies since 24/7/2014, 19:31   7243 views
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