‘:•Encuentro del Destino•:’ - Endou x Kazemaru - Shindou x Kirino - Otras parejas.

Una tragedia sucedió hace 14 años, Kazemaru Ichirouta perdió a su hijo poco después de saber que lo tendría, y un impacto del destino lo cambiará todo...

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Utatagi Odori
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    ¡Hola, Chicos y Chicas! Espero que les guste este capi, es que no tenía internet para subirla... n.nUu

    Noriko Oumi Noriko, vida mía. Yo sé que soy la PRO, lo sé. ùwú Y sí, la parte de Kazemaru herido fue preocupante, pero ya qué. Qué buen o que te gustara, Orange-kun... xD

    lytaly Que bueno que te gustara el fic, amiga. ¡Espero me sigas leyendo! Y sí, la in triga era la idea. -w-

    Aoi Sorano Muchas gracias por leerme, Aoi-chan. La relación entre Kirino e Ichirouta es algo complicada ahora, pero luego se pone mejor. Y sobre Tenma y Tsurugi; para el capítulo siguiente... cuestiones de inspiración... n.nUu

    takuran Taku-chan, mi fiel lectora~ Aquí te traje la conty, bella, perdón por tardar tanto... xD Y esa hipótesis todos la están comprobando. Sígueme leyendo, por fa~


    En el capítulo anterior de Encuentro del Destino:

    Ichirouta ha sufrido un accidente de tránsito cuando iba a ver el juego de Raimon con Kidokawa, en el cual, Tenma coqueteaba con Kishibe. Tenma y Tsurugi están muy peleados, y sólo Sangoku y Kishibe saben la razón. Kirino fue el primero en saber del accidente de Ichirouta, pero se comportaba muy raro, incluso con su mejor amigo, Shindou. Descubran las razones de éstas confusiones, hoy.


    ···




    *Cap. 4: "Presentimientos y Emociones" (Parte 2)


    Eran tarde en el Hospital Inazuma, Kirino se había movido al fin, para ir a buscar una silla y sentarse más cómodo junto a Ichirouta. Eran las 1:26am, tenía sujeta su mano, no quería soltarlo. Kirino no había dormido nada, no sentía sueño. No sentía hambre, sed, aburrimiento, nada. Sólo observaba a Ichirouta, con la máscara de oxigeno en la cara y un tubo de suero en el brazo izquierdo.

    Por fuera Kirino no hacía ninguna expresión, pero por dentro, estaba a punto de estallar por los nervios; no sabía por qué Ichirouta había sido tan importante para él desde que lo conoció, ni siquiera lo conocía del todo, y sentía que debía estar con él y cuidarlo... Se sentía extrañó.

    Se sentía algo culpable por ignorar a Shindou esa tarde cuando se preocupaba por él, algo preocupado de lo que pensaran los demás al verlo tan distraído, y triste por que no sabía qué pasaría. Pero tenía esperanza. Sentía una profunda sensación, ligera pero fuerte a la vez, que lo hacía saber que Ichirouta estaría bien. Así que no tenía de qué preocuparse.

    Al rato terminó cayendo dormido con la cabeza en la camilla al lado de Ichirouta. Unos minutos después, la mano de Ichirouta se movió unos milímetros, apretando un poco la de Kirino. Hizo una ligera expresión con las cejas, pero aun sin despertar. Era el calor en la mano de Kirino que lo hizo sentir algo fuera del Shock.


    ···




    Al día siguiente, fuera del hospital, era miércoles por la mañana. Yendo hacia las puertas de la entrada al hospital, Shindou y Endou caminaban para ir a ver como estaban Kirino e Ichirouta. Al llegar a la habitación, Shindou vio a Kirino dormido sobre la silla, con su cabeza recostada junto a Ichirouta, y sus manos juntas. Le pareció una bonita imagen, pero claro, sin mirar las cosas como la máscara de oxigeno y eso.

    Endou se acercó a su esposo, y se acercó a su rostro.

    -Bueno días, mi amor.- Dijo dulcemente dándole un suave beso en la frente. Shindou vio eso, y sonrió al parecerle muy lindo de parte de su entrenador.

    -Hum...- Emitió al sonreír. Ahí miró a Kirino. -Oye, Kirino.- Le llamó moviéndolo un poco para que despertara. Kirino comenzó a abrir un poco los ojos, viendo primeramente a Shindou.

    -Shindou...- Emitió en un susurro. Ahí se levantó un poco y se estregó los ojos con la mano izquierda. Cuando se fijó en su otra mano, vio que ésta seguía con la de Ichirouta, pero ésta era sujetada con un poco más de fuerza. -... Ichirouta-sama...- Dijo un poco sorprendido.

    -¿Dormiste muy incómodo?- Le preguntó Shindou.

    -Un poco. No te preocupes.- Le dijo sonriendo. Ahí con mucha suavidad apartó su mano de la de Ichirouta. -Entrenador.- le llamó. Endou, que se había sentado a sólo mirar a Ichirouta, elevó la mirada. -Vamos a dejarlo a solas con Ichirouta-sama.- Le dijo levantándose de la silla, y tomando la muñeca de Shindou para salir de ahí. Endou sonrió ante eso.


    ···




    Kirino y Shindou fueron al comedor del Hospital. La verdad Kirino tenía suerte de tener a un amigo como Shindou, quien le había llevado un desayuno que preparó él. La comida del hospital... es una mi*rda.

    Eran las 9:35am. Kirino terminó de comer mientras Shindou sólo lo miraba, algo que lo incomodaba un poco.

    -Shindou... ¿Por qué me miras así?- Le preguntó mirándolo extraño.

    -Por nada.- Dijo sin quitar esa mirada y sonriendo un poco.

    -Es enserio, Shindou. No me gusta que me miren tanto.-

    -Está bien, está bien. Es que... Me gusta que vuelva el verdadero Kirino.- Dijo dulcemente, algo que confundió Kirino.

    -¿Qué volviera el... verdadero yo? ¿De qué hablas?

    -Ayer estabas muy extraño; me ignoraste y te veías molesto, ni hablabas. Era extraño verte así. Por eso estoy feliz de ver que hoy estés mejor.- Le dijo alegre.

    -Ah, eso. Sí, me sentía mal de hacerte eso, pero lo siento, no fue mi intención... me sentía furioso por alguna razón, y no quería pagar la rabia contigo.-

    -¿Por qué estabas tan molesto?-

    -... No lo sé... sabes que a veces actúo extraño, ni siquiera sé por qué me enojé, la verdad estaba preocupado por Ichirouta-sama.-

    Shindou pensó durante unos minutos.

    -... Y... ¿Qué sientes tú por Ichirouta-sama?- Le preguntó. No le gustaba la idea de que Kirino sintiera algo por alguien más, pero era para liberar un poco la mente de su mejor amigo, para eso estaba él. Kirino lo miró extraño durante unos segundos ante tal pregunta.

    -¿Qué siento por él?... Ahm... Respeto... Supongo.- dijo algo inseguro. Nunca había pensado en eso.

    -¿Seguro? ¿Nada más?

    -... Eso creo... Ahm... Supongo que le tomé algo de cariño por tratarnos tan bien.- Le dijo. Shindou había pensado que podía sentir algo más.

    -Bueno, tu abuela dice que a ti te parece como un modelo a seguir o algo así, ¿Es verdad?-

    -Un modelo a seguir... Sí, eso creo. Él me parece alguien que quisiera ser cuando sea mayor; Alguien bondadoso, agradable, fuerte y un ejemplo para los demás.- Dijo sonriendo, pensando en el día que se presentaron por primera vez.

    -Ya veo.- Dijo Shindou acomodándose un poco en su silla. Por un segundo pensó en una imagen en la que él era Endou y Kirino era Ichirouta, lo cual lo hizo pensar que podrían ser una familia feliz, pero recordó que para eso primero debía declarársele. Miró a Kirino por un segundo, ¿Sería ese el día para él poder decirle sus sentimientos? Pasó saliva un poco y respiró profundo. -... Eh... Kirino...- Le llamó. Kirino lo miró.

    Iba a abrir la boca para decirle de una vez por todas lo que durante tanto tiempo llevaba pesando en su corazón... Pero no. Cerró la boca una vez más, no tenía el valor suficiente para decírselo ahora, y menos en una cafetería. El problema no era la gente que los viese o juzgase, el problema era el lugar; él quería que su declaración fuera algo que Kirino recordara para siempre.

    -¿Qué pasa?-

    -... No... Nada, no importa.- dijo mirando a otro lado. Pronto sería, pronto le diría a todo pulmón que lo amaba con todo su ser.


    ···




    En la habitación de Ichirouta, Endou lo miraba sin cambiar su expresión hablándole de cosas aun estando inconsciente. Él sabía que aun estando dormido, Ichirouta lo escuchaba, siempre lo ha escuchado.

    -... Y fue algo raro que no estuvieses a mi lado anoche... siempre termino abrazando tu cadera... jeje...- Se reía Endou mientras le hablaba, pero su voz se oía baja y algo triste. Miró el rostro carente de sentimiento que tenía en esos momentos su esposo. Suspiró.

    En eso, la mano de Ichirouta se movió un poco, lo cual Endou notó. Levantó rápidamente la mirada a su rostro, y vio que hacía ligeros movimientos con las cejas.

    En eso la puerta de la habitación se abrió, y entraron Kirino y Shindou. Endou les hizo una señal para que se acercaran y apuntó a Ichirouta, lo cual ellos entendieron como que ya iba a despertar. Fueron corriendo hasta él, y lo miraron.

    -... Hum...- Emitió ligeramente Ichirouta moviéndose un poco. Todo lucía oscuro, en ese momento comenzó a abrir un poco los ojos, lentamente, y veía figuras conocidas. Pasando un poco los segundos, todo se volvía un poco más claro, y abrió bien los ojos, viendo a su esposo, Endou, y a dos de los chicos del Raimon, Kirino y Shindou. -... Ma... moru...- Emitió apenas. En ese momento, Shindou respiró aliviado, y Kirino lo abrazó de alegría, pero Endou... lo miró durante unos segundos, para luego comenzar a soltar lágrimas, y luego sonreir abiertamente.

    -Ichirouta...- Dijo justo antes de acercarse a él y abrazarlo. -Qué bueno que estés bien...- Decía Endou sin dejar de llorar; estaba muy feliz de que su amor despertase. -Te amo... Te amo mucho.-

    -Yo... también te amo, Mamoru.- Dijo Ichirouta. No se entendía tanto lo que decía ya que aun llevaba la máscara de oxígeno, pero Endou lo entendía más que claro.

    Unos minutos después, Ichirouta se incorporó mejor, se quitó él mismo la máscara de la cara y los tubos de suero del brazo, y se sentó bien en la camilla. En eso la puerta de la habitación se abrió, y cuando miraron, era Gouenji.

    -¿Sabes, Kazemaru? Te envidio, porque, aparte de que sobreviviste a éste accidente, no caíste en un Shock por meses, sino que te mejoraste muy rápido. Pero aun te quedas un rato para observación, ¿Eh?- Le dijo apuntándolo con el lápiz, y a pesar de todo, sonriendo.

    -¿En serio?- Preguntó Ichirouta, pero su voz aun se oía débil. -¿Cuánto tiempo dormí?-

    -Un día exactamente; el accidente ocurrió ayer a las 10:00am.- Le dijo Kirino mirando su teléfono; en ese momento eran casi las 10:30am.

    Pasaron unas horas, en las que les hicieron unas últimas pruebas a Ichirouta. Luego de eso se puso su ropa, y lo dieron de alta. Cuando iban saliendo del hospital, caminaba por los pasillos con un extraño presentimiento. Justo cuando abrió las puertas de la salida, un montón de luces los cegaron a los cuatro. Él trató de cubrirse la cara para no ser cegado, y en ese momento unos cinco micrófonos se le acercaron a la cara.

    -¿Cómo se siente después del accidente?/¿Le hicieron alguna operación?/¿Hubo algún riesgo de vida o muerte?- eran las preguntas que oía Ichirouta ir hacia él, cuando aclaró un poco la vista, pudo ver que se trataba de un montón de reporteros y periodistas.

    -Ah... Yo...- De tantas preguntas que le hacían, no podían ni hablar bien.

    -Él se encuentra bien. No le hicieron nada riesgoso ni nada, gracias al cielo. Ahora, nos vamos.- Dijo rápidamente Endou, agarrándole la mano a Ichirouta. -Vamos, niños.- Le dijo a Kirino y Shindou. Ahí salió disparado del lugar con los tres tras él.

    Los reporteros trataron de seguirlos. Ahí ellos subieron al auto de Endou. Él tocó con fuerza el claxon para que se quitaran del medio, y avanzó un poco, con lo que todos ellos se quitaron del camino, y Endou pudo salir de allí con Ichirouta, Kirino y Shindou en paz.

    -Ahh...- Respiró Ichirouta aliviado echándose en el asiento. -Gracias, Mamoru. Qué bueno que estabas ahí. Sin ti, no sé qué habría hecho.-

    -No tienes que agradecerme, tenía que hacerlo. ¿Qué tal si de tantas preguntas te sofocaban y te desmayabas otra vez? Apenas acabas de despertar.- Le dijo Endou mirándolo de lado y luego al frente otra vez. Estaba muy preocupado por su esposo. Ichirouta sonrío enternecido, se acercó un poco a él y besó su mejilla, con lo que Endou sonrió. -¿Y ustedes, niños? ¿Están bien?

    -Sí, entrenador. Gracias.-Dijeron a la vez los dos, con lo que rieron por la coincidencia.

    Así Endou condujo para llevar a Kirino y Shindou al instituto, ya que aun quedaban algunas clases de la tarde. Luego a irse con Ichirouta a casa.



    ···




    En el instituto Raimon, luego de que Endou dejara allí a Shindou y Kirino, éstos dos caminaban por los pasillos del lugar para ir a sus clases. Eran ya como las 12:40pm. Encontraron a algunos del club de Futbol, quienes les preguntaron que por qué no habían asistido a clases en toda la mañana, y que si Ichirouta estaban bien. Ellos les contaron que estaba bien, había despertado sano y salvo, por suerte. Y sobre las clases...

    -Yo me quedé desde ayer a acompañar a Ichirouta-sama.- Dijo Kirino.

    -Y yo me quedé desde ésta mañana con Kirino a acompañarlo.- Dijo Shindou.

    -Ah... Espera, ¿Desde ayer en la mañana... no te has bañado ni comido nada?- Le preguntó Sangoku a Kirino. Él lo miró raro, luego comenzó a recordar.

    -Ay, es cierto; llevo más de un día sin bañarme.- Dijo Kirino con un poco de asco. Recordaba que es día anterior se había puesto rápidamente el suéter y el pantalón de los equipos deportivos y se fue al hospital.

    -¿Y no has comido nada?- Preguntó Kuramada.

    -Claro que sí. Ésta mañana cuando Shindou me fue a acompañar, me llevó un desayuno, y por suerte, porque la comida del hospital es un asco...

    -Está bien. Bueno, vallan a clases, es mejor que les expliquen a sus profesores por qué faltaron si no quieren que les baje la nota.- Dijo razonablemente Sangoku. Ahí él, Kuaramada y los otros que iban con ellos se fueron.

    -Ah... Yo no sé tú, Shindou, pero yo me daré un baño rápido en las duchas. Debo de apestar a mono sudado. Si no quieres ir a clases, me puedes acompañar.- Le dijo Kirino.

    -Ahm... No, ya falté todo el día. Luego le pregunto a mis compañeros qué hicieron. Te acompaño.

    -Está bien.- Ahí comenzaron a caminar para ir a las duchas del instituto. Entonces Shindou se acercó al cuello de Kirino y lo olfateó ligeramente. -¡¿He-?!... ¿Qué crees que haces?- agarrándose el cuello por donde lo olfateó Shindou.

    -No apestas. Hueles normal.- Le dijo tranquilo, como si nada. Kirino lo miró extraño unos segundos.

    -... ¿De... acuerdo?-Ahí si se fueron a las duchas.


    ···




    En casa de Endou, él llegó a casa y ayudó a Ichirouta a bajar del auto, lo llevó hasta el cuarto y lo recostó con cuidado en ella.

    -Ya te dije que estoy bien, Mamoru. Ya puedes estar tranquilo.- Le decía Ichirouta.

    -No, no lo estás, y para asegurarme, el resto del día vas a quedarte a descansar en cama. Más bien, es mucha suerte que no llame a Kidokawa para decir que no trabajaras ésta semana; sé que si lo hiciera, te enojarías conmigo.-

    -Me conoces bien.- Dijo Ichirouta serio. Ahí se cruzó de brazos y se acostó de lado en la cama.

    Endou suspiró pesado, su amor se enojaba con él por protegerlo, pero todo sea por eso mismo; Protegerlo.


    ···




    En las duchas del instituto Raimon, Shindou esperaba afuera de éstas sentado en unas bancas con las manos tras su nuca. Kirino estaba dentro bañándose, ya que ese día no había entrenamientos, no había nadie, y menos a esa hora.

    -Shindou, ¿Sigues ahí?- Le preguntó Kirino.

    -Sí, Kirino. Es la cuarta vez que me preguntas.- Dijo Shindou algo cansado, pero medio riendo.

    -Lo siento, es que no quiero quedarme aquí solo.-

    -Tranquilo, yo nunca te voy a dejar solo.- Le dijo decidido Shindou. Él no lo escuchó, pero Kirino rió un poco enternecido ante eso.

    Pasaron algunos minutos, cuando entonces Shindou oyó como algo caer con fuerza, y un grito que reconoció inmediatamente.

    -¡Kirino!- Gritó Shindou levantándose de su lugar, pero sin entrar.

    -Shindou...- Se oyó la voz de Kirino, pero como adolorida. -Ayúdame, me resbalé.- Le pidió. Y no tuvo que pedirlo dos veces para que Shindou fuera en menos de un segundo, abrió la cortina.

    Ahí estaba Kirino, sin ropa y todo mojado, sujetando su pierna izquierda con un rostro de dolor. Shindou no lo pensó y cerró la llave del agua, tomó una toalla colgada al lado de la cortina y se acercó a Kirino, arrodillándose junto a él.

    -Kirino, tranquilo, aquí estoy.- le dijo serio. Ahí tomó el brazo de Kirino y lo pasó alrededor de su cuello. Le ayudó a levantarse y Kirino se puso la toalla alrededor de su cintura. En ningún momento Shindou bajó la mirada más de lo debido; no era momento de fantasear despierto. Lo llevó a un asiento de las duchas, lo sentó ahí, y él a su lado. -¿Te encuentras bien?-

    -... No... Cuando me resbalé, golpeé mi pierna con la pared... duele...-Le dijo con la pierna herida sobre la otra.

    -Déjame ver.- Le dijo Shindou, sujetó un poco la pierna de Kirino, la miró por todos los ángulos. Sus piernas eran tan hermosas como todo él lo era, pero Shindou no pensaba en eso, sino en revisar que estuviese bien. -Dime si te duele.- Le dijo presionando ligeramente en su tobillo. Kirino hizo una mueca de dolor.

    -Si duele.

    -Bueno... Ese morado en tu espinilla no se curará con facilidad, y te torciste el tobillo... creo que no podrás entrenar por un tiempo. - Al oír eso, Kirino suspiró pesado.

    Al rato Shindou lo ayudó a cecarse y a vestirse, y seguía sin pensar en ninguna cosa extraña, sólo estaba preocupado por él y quería ayudarlo. Luego volvió a ponerse su brazo sobre el hombro, y salieron de ahí. Kirino pensaba que Shindou se dirigía al edificio para ir a las últimas clases al menos, pero entonces dio la vuelta hacia el lado contrario; a la salida.

    -Eh... Shindou, debemos ir a las últimas clases.-

    -Ni hablar. Estas lastimado, y así no puedes ir a clases. Vamos a tu casa para que descanses, tratar tu torcedura, y con suerte mañana sí podrás venir, pero mejor deberías tomar reposo.- Le respondió Shindou. Kirino se había fijado que desde que se lastimó actuaba...

    -“... muy serio...”- Pensó. No opuso resistencia ante lo que hacía Shindou, ya que era verdad que debía descansar, además de que lo que restaba era una o dos clases, ya no valía nada quedarse allí si había faltado todo el día.


    ···




    En casa de Kirino, su abuela abrió la puerta, y entraron él y Shindou.

    -Ranmaru, ¿Qué te pasó?- Preguntó preocupada la mujer.

    -Es que... me resbalé en las duchas y me golpeé la pierna.- Le confesó Kirino algo bajo.

    -Ah, llamaré a un doctor. Shindou-kun, gracias por traerlo, ¿Puedes acompañarlo a su cuerto?- Le preguntó a Shindou. Quien asintió.

    -No hay problema.- Dijo él comenzando a caminar con Kirino escaleras arriba, hacia su habitación. Cuando llegaron, cerró con el pie la puerta y ayudó a Kirino a acostarse en su cama. -¿Te sientes bien?- le preguntó Shindou con un poco de preocupación.

    -Claro... sólo me molesta un poco.- dijo sobádose la pierna. ahí sintió cuando Shindou se la haló y levantó el ruedo del pantalón, viendo que el morado había empeorado algo más. ahí lo miró como si fuese incredulo.

    -Sólo un poco, ¿Eh?-

    -De acuerdo; sí duele... pero no te preocupes.-

    -No me digas que no me preocupe, Kirino.- Le ordenó Shindou. ahí la revisó con cuidado; había una zona muy pequeña justo en el medio que se veía más oscura que todo el morado. -Dime si duele.- Le pidió. Ahí tocó con delicadeza esa parte. Era como si de plumas se tratase; no quería lastimar a Kirino, todo menos eso.

    -Sólo un poco más que el resto...- Dijo Kirino casi sin prestar atención. Le sorprendía que Shindou fuera tan cuidadoso con su herida. -"¿Tan preocupado está por mí?"- Se preguntaba en su mente.

    En eso la puerta se abrió, y entraron la abuela de Kirino y un hombre; era el doctor. El hombre se acercó a Kirino y se sentó en una silla junto a su cama. Revisó su pierna, le hizo una pequeña terapia, y al final, le mandó un par de medicamentos, y con una semana de reposo estaría como nuevo, algo que alivió a Shindou a la abuela.

    -Gracias por todo, Doctor.- Le dijo la abuela de Shindou al hombre. ahí los dos salieron del cuarto, dejando solos a Kirino y Shindou.

    -¿Seguro que estas bien? No te vez feliz.- Dijo Shindou mirando a Kirino preocupado, sentado en la silla donde estaba el doctor.

    -Estoy bien...- Dijo Kirino mirando a otro lado, entonces levantó un poco la mirada, viendo a Shindou. -Es que... Gracias por hacer todo esto; Desde ayer estas conmigo en todo, sólo que no te pudiste quedar en el hospital por no preocupar a tu familia, pero sé que lo hubieses hecho. Todo éste tiempo te has estado preocupando por mí, ayudándome en todo... y yo no te he agradecido ni una vez. Lo siento...- Dijo cubriéndose la cara con una almohada. Shindou lo miró unos segundos; eso fue demasiado tierno. ahí sonrió un poco, se acercó a Kirino y agarró la almohada, haciendo que descubriera su cara; sus ojos tenía algunas pequeñas lágrimas.

    -Kirino, no llores. Escucha; no tienes que agradecerme por estar contigo, porque, aunque no quieras, yo estaré siempre a tu lado, puedes contar conmigo para todo... por que me importas más de lo que crees. Así que no temas pedirme algo, por que haré lo que sea por ti.- Le dijo dulcemente. Kirino lo miraba sorprendido, mientras algunas lágrimas le resbalaban.

    -... Shindou...- Dijo Kirino con la voz llorosa. Ahí se acercó a Shindou y lo abrazó, sorprendiéndolo.-

    -... Kirino.- Dijo Shindou bajo. Ahí le correspondió el abrazo, pero su rostro lucía pensatívo. ¿Sería ahora el momento?... No; en su habitación... se sentiría extraño. así sólo abrazó a Kirino y lo tuvo así un rato. cuando se separaron, Kirino se limpió las lágrimas restantes, Y Shindou sólo lo miraba.

    -Te quiero mucho, Shindou...- Le dijo Kirino bajo, algo que fue como una pedrada a los oídos de Shindou, se repetía varias veces en su mente.

    -... Ahm... Yo... Yo también... te quiero mucho, Kirino.- Le dijo, pero no como quererlo de amor, sino de amistad, algo que por dentro lo comía.

    Miró a Kirino y se dio cuenta de que él también lo miraba. Se quedaron viéndose unos segundos, no se habían fijado, pero tenía ambas manos sujetas con las del otro, dándoles un peculiar calor. Se comenzaron a acercar un poco hacia el otro, y Shindou inconscientemente comenzó a cerrar los ojos, se dejaba llevar por el momento. En ese momento sintió una sensación suave y eléctrica a la vez sobre sus labios... pero no duró más que un par de segundos, al oír la perilla de la puerta abrirse, con lo que se separaron rápidamente, muy sonrojados los dos. Cuando se fijaron era la abuela de Kirino.

    -Eh... Creo que... q-que mejor ya me voy, Kirino. Mejorate pronto, por favor.- Dijo Shindou para salir, literalmente, corriendo de la habitación de Kirino, frente a la confudida vista de la señora. ahí ella miró a Kirino, y él miró a un lado haciéndose el desentendido.


    ···




    ·Continuará...·

    En el siguiente capítulo:

    ¿Qué les pasa a Tenma y Tsurugi? Están tan peleados que ni siquiera se pueden mirar a la cara, ¿Qué pasará ahora entre Kirino y Shindou?

    Descubran cómo se resuelven estos problemas en el próximo capítulo de Encuentro del Destino: “Descubrimientos y Confeciones”



    By: Utatagi.
    To: My Fans~

     
    Top
    .
63 replies since 11/8/2014, 17:35   4024 views
  Share  
.