‘:•Encuentro del Destino•:’ - Endou x Kazemaru - Shindou x Kirino - Otras parejas.

Una tragedia sucedió hace 14 años, Kazemaru Ichirouta perdió a su hijo poco después de saber que lo tendría, y un impacto del destino lo cambiará todo...

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Utatagi Odori
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    ¡Buen día, mi querido público, refinadísimo y con buenísimos gustos! xD ¡CASI FELIZ NAVIDAD! Por que es mañana, no hoy... xD

    Bueno, de una les digo: Hoy casi todo se va a revelar, y en el próximo Todo, se revela. TODO.

    ¡Aquí la sexy y casi violable (Si no es por que está en un apararto... xD) Conty!


    lytaly YukiMiku-chan~ Así es, la verdad está muuuy cerca. Y no es molestia, sé que lo dejo en lo intrigante, pero créeme, hay quienes hacen unas mierdas más intrigantes que novela americana... xD

    takuran¡TAKU-CHAN~! Belleza pura~ Te he extrañado... :3 Eso de la confesión... ewe Y lo de que Ichirouta va a SunGarden a la de ya, pues, sí, pero antes no era sí, fue después que lo pensé con calma. Y no te me emplomes(?), que en este capi toidas me van a caer encioma, y no a golpes... ewe

    glay-zaid, Hum... bueno, gracias por la nota, mi amor. Pero, ¿Me dices cuáles fueron los errores? Es que yo escribo en la lap de una amiga aveces, y ese "Editor", es puro como de notas, porque no tiene autocorrector, ni corrector. Pero hago lo que puedo, porque yo pa' corregir soy muy Raz... :/ Pero igual, gracias. Ah, sí. Tu duda. Hoy lo voy a decir, o mejor dicho, lo va a contar Ichirouta. Hoy todo se revela, como dice arriba.

    daku._enjer "Bienvnida" a mi fic, amorsh~ xD Bueno, no importa, espero que me sigas leyendo. :)

    Andrea Estefania Bermeo Sí, tranqui, ya traje conty... xD Por sierto; no es por nada... pero tu foto es tan... sencilla. Con tu forma de comentar te luciría más una con más color. Tu puedes decirle a Noriko Oumi que te haga alguna, es muy buena

    Noriko Oumi ¡ORANGE-KUUUN~! ¿Qué te me hiciste? te trato de llamar, pero nada me cae... T-T Yo sabía que te iba a gustar esa rara discuciuón... :3 Y déjalo así, qué bah. Y por sierto, también me encanta el ex capitán. >w< Y Tenma y Tsurugi... Puies, ya verás... En eso, la pegaste, n y sí. No en lo de que va primero a vengrse, pero sí en... bueno, ya verás.



    En el capítulo anterior de Encuentro del Destino:

    Tsurugi y Tenma hicieron las paces, pero Tsurugi prefirió quedar sólo como amigos. Ichirouta fue visitar a Kirino junto con Shindou a su casa, y hablaron de cosas normales, hasta que la abuela de Kirino le contó cosas que le hicieron algunas ideas en la mente. Descubran más misterios ocultos y sentimientos revelados, hoy


    ···


    *Cap. 6: "Descubrimientos y Confesiones" (Parte 2)


    Esa tarde, luego de llegar del colegio, Tenma iba entrando a la posada donde se quedaba. Se veía cansado, con los ojos caídos, y muy quieto.

    -Hola, Sasuke.- Saludó al perro, que hizo un sonido extraño y siguió durmiendo. Tenma rió ligeramente ante eso, siguió su camino a la entrada y pasó. -Hola, Aki-nee. Ya llegué.- Su voz se oía muy tranquila para ser él.

    -Hola, Tenma. ¿Cómo te fue hoy?- Preguntó Aki desde la cocina haciendo la cena.

    -Bien.- Dijo él simplemente, Aki lo miró extraño. Subió las escaleras, abrió la puerta de su habitación y se echó en la cama, cayendo su cara sobre la almohada. Respiró por unos segundos mirando a un lado, hacia el balón con la marca del relámpago que le regaló Ichido Shuuji para ser más exactos. De un momento a otro unas ligeras lágrimas salieron de sus ojos sin previo aviso, su rostro cambió de pronto, dolido, triste. Rompió a llorar con más fuerza, pegó la cara a la almohada y comenzó a llorar.- ¿Por qué...?- Decía entre sollozos.

    -Tenma, ¿Está bien?- Preguntó Aki desde atrás de la puerta. -Voy a pasar.- Avisó para entrar a la habitación. Vio a Tenma allí tendido sobre su cama, llorando contra la almohada. -Tenma, ¿Qué te pasó? ¿Por qué lloras?- Le preguntó preocupada acercándose.

    -*Snif* Tsurugi...- Dijo con dificultad aun en la almohada.

    -¿Tsurugi qué?-

    -Tsurugi... ¡Él no me quiere!- Gritó llorando más fuerte, gimiendo entre los sollozos.

    -Ay, Tenma...- Dijo ella triste; Aki ya sabía que Tenma estaba enamorado de Tsurugi, con todo su gran corazón, y el ver así al chico, habiendo sido rechazado por Tsurugi, le rompía el alma. -Lo siento mucho, Tenma.- Dijo ella sobándole la espalda, no sabía qué decirle; era complicado algo como eso.

    Tenma se desahogó llorando toda esa noche. Pasó un poco la tristeza para ir a cenar y no preocupar a nadie más. El resto de la noche no lloró más, sino que aceptó que Tsurugi lo hubiese rechazado y pensó que si seguía intentándolo, lograría gustarle; El esfuerzo jamás lo ha traicionado, pensaba.


    ···


    Era de noche en las calles de la ciudad. Había nubes en el cielo nocturno, que indicaban que pronto llovería. Ichirouta iba en su auto a alta velocidad, con lo que pensaba hacer no tenía tiempo de pensar en las leyes de tránsito.

    Llegó rápidamente a un hogar grade, de tres pisos de altura, muy extenso. Afuera había un letrero que decía Orfanato SunGarden. El lugar lucía algo desgastado desde afuera. Se bajó de su auto y caminó rápido a la entrada. En eso comenzaron a oírse las gotas de lluvia caer. Tocó la puerta del lugar y unos segundos después abrió una dama; una mujer de cabello largo y negro verdoso. Usaba lentes.

    -Caballero, ¿Tiene idea de la hora que es? Ya no atendemos a estas horas.- Dijo la mujer.

    -Lo siento, pero debo preguntarle algo muy importante. Es sobre un niño que fue adoptado aquí hace mucho.- Le dijo Ichirouta. Lucía apresurado.

    -Lo lamento, es mejor que venga mañana.- Le dijo ella algo apenada de no poder atenderlo. Iba a cerrar la puerta.

    -¡Por favor! Es demasiado importante.- Le dijo Ichirouta deteniendo la puerta. La mujer lo miró un segundo; sus ojos lucían muy preocupados, estaba pálido, y temblaba un poco. Además, estaba lloviendo, sería peligroso andar así en las calles.

    -Ah... adelante, pase.- Le dijo. Ichirouta obedeció y entró. Se sentaron en una amplia sala donde ella recibía a las personas que buscaban adoptar. -Bueno, ¿En qué puedo ayudarle?-

    -Quiero rectificar algo. ¿Aquí había hace mucho un niño llamando Ranmaru? ¿Kirino Ranmaru?- Preguntó él. Le mujer acercó su mano a su boca pensando.

    -Ahm... Sí, hace como nueve años; un pequeño de pelo rosado y ojos azules, muy dulce. Lo adoptó una dama de edad avanzada.- Le dijo Ichirouta asintió.

    -Dígame, ¿Cómo fueron sus antecedentes?-

    -Él... Se supone que ese niño fue un sobreviviente. En el hospital de ciudad Inazuma, una vez alguien casi lo pierde, pero lograron salvarlo, aunque sus padres nunca lo fueron a buscar.- Ichirouta estaba sorprendido ante lo que le contaba la mujer. -Por eso mi hermano lo trajo aquí.-

    -¿Su hermano?- Preguntó.

    -Sí, él es amigo de uno de los doctores del hospital, el que le dijo sobre el niño. Creo que se llamaba... Gunji... Genji... No lo recuerdo bien.- Decía mirando hacia arriba. Ichirouta estaba perplejo.

    -¿Go... Gouenji?- Preguntó un poco después.

    -¡Sí! Ese mismo. Él fue el que le había dicho a mi hermano para que lo trajera aquí, y claro que acepté. El pequeño creció muy sano, a pesar de que no alcanzó ni los siete meses completos en el vientre.-

    -Ah... ¿Más o menos cuánto tenía cuando se lo dieron?- Preguntó con un hilo de voz entrecortado.

    -Ahm... sólo dos meses.- Dijo ella. Entonces vio el rostro del Ichirouta; Estaba petrificado, mirando al suelo con una expresión extraña, era una mezcla de varias a la vez; Esperanza, terror, y también un poco de alegría algo ilegible. -¿Ah? ¿Se encuentra bien?-

    -Sí... E... Estoy bien.- Dijo un poco después de reaccionar.

    -Oiga, Y ¿Por qué quiere saber sobre ese niño?- Preguntó ella curiosa.

    -No estoy muy seguro de lo que sucede, pero... creo que se trata de mi hijo.- Dijo en una voz tan baja que casi susurraba, pero ella lo oyó. Ella se levantó del sillón estupefacta. Trataba de decir algo, pero no podía hablar. En ese momento se oyeron unos pasos en las escaleras. Ella reaccionó y miró. Se trataba de un chico del equipo del Raimon; Kariya Masaki.

    -Hitomiko-san, ¿Puedo comer algo más? Me quedó hambre.- Dijo él con una cara algo cansada; parece que se despertó por un bocadillo nocturno.

    -Ah, claro. Adelante.- Dijo ella sin pensarlo mucho. -Pero no comas mucho, o te darán pesadillas.- Le advirtió. En eso Kariya terminó de bajar para ir a la cocina, pero miró al sillón de la sala, y vio a Ichirouta.

    -¿Ichirouta-sama?- Peguntó mirando al hombre. Al oír su voz y cómo lo llamó, Ichirouta volteó.

    -Kariya-kun.- Dijo ichirouta. Se calmó un poco de lo que había pasado; las piezas del rompecabezas que trataba de armar lo sorprendía aun más. Si seguía pasando por sorpresas como esa, le daría un infarto.

    -¿Qué está haciendo aquí?- Le preguntó llegando a la cocina, que estaba a un lado de la sala.

    -Eh... vine a preguntarle a algo a... Hitomiko-san.- Dijo algo entrecortado, ni siquiera podía pensar con claridad.

    -Oh, ¿Sobre qué?- Preguntó cortando un trozo de pan y poniéndole queso.

    -Kirino.- Dijo Ichirouta simplemente. Kariya se detuvo de pronto sorprendido.

    -¿Cómo, qué hay con Kirino-sempai?- Preguntó Kariya.

    -Que él estuvo aquí antes de que tu llegaras, Masaki.- Le respondió esta vez Hitomiko. Ya había asimilado todo lo que hablaron ella e Ichirouta, ya entendía la gravedad del caso. Se volvió a sentar. -No puedo creer esto. Y ¿Cómo se enteró de que él estuvo aquí?- Ichirouta le contó que conoció a la señora Yui, su abuela, y que ella le contó algunas cosas que lo sorprendieron, y que hicieron que pensara más a fondo.

    -Yo sabía que mi hijo no podía morir... lo sentía en mi corazón.- Decía él mirando a un lado. Kariya estaba parado en un lado de la entrada a la cocina mirándolo; él ya sabía que Kirino estuvo allí hace mucho tiempo, antes que él, pero ¿Que podía ser el legítimo hijo de Ichirouta? Eso sí que tenía que verlo.

    -Pero espere, no saque conclusiones antes del desarrollo; ¿Qué tal si se trata de otro niño al que le haya pasado lo mismo?- Le detuvo Hitomiko. -Mejor debería informarse más a fondo antes de hacerse ideas incorrectas en la mente, esto que hace es realmente delicado. Mejor tenga paciencia.- Le recomendó. Ichirouta miraba al suelo aun sin moverse; era verdad, no podía asegurar que fuera el mismo, pero algo dentro de él le gritaba que sí era Kirino, y otra parte le decía que era imposible. ¿Instinto o Razón? Luego de pensar unos segundos, se levantó del sillón, ante la vista de la mujer.

    -Ya sé qué puedo hacer.- Le dijo caminando a la puerta. -Voy a hablar con Gouenji, pero esto es algo que quiero consultar con alguien más antes que todo. Le agradezco mucho su atención Hitomiko-san. Buenas noches.- Dijo haciéndole una reverencia. -Y duerme bien, Kariya-kun.- Le dijo a Kariya antes de irse. Cuando se fue, Hitomiko miró a Kariya.

    -¿Hiciste tu tarea de mañana?- Le preguntó. Kariya, aun masticando su comida, la miró, para luego poner una sonrisa de inocente e irse lentamente por las escaleras a su habitación. -Masaki...- Susurró cansada.


    ···


    En casa de Kirino, él, Shindou y la señora Yui se quedaron mirando cómo se fue Ichirouta tan repentinamente. Ese momento fue algo extraño. En eso Shindou miró al reloj de la sala; las 8:20pm.

    -Oh, Miren la hora. Es mejor que me valla.- Dijo Shindou. Se levantó del sillón y tomó su bolso. Kirino tomó sus muletas y se levantó también.

    -Te acompaño afuera.- Le dijo Kirino. Mientras salían, Shindou lo miró de reojo.

    -Adiós, Shindou-kun. Buenas noches.- Le dijo la señora despidiéndose. Él se despidió y salieron de la casa.

    Afuera, Shindou estuvo unos segundos pensando en si se declararía a Kirino o no. No sabía qué hacer, qué decir, siquiera qué pensar. Se despidió de Kirino sin mirarle, lo cual él miró muy raro.

    -Shindou, ¿Estás bien? Actúas muy distraído.- Le preguntó Kirino. Se le llegó a la mente que tal vez estaba pesando en lo que pasó hace dos días en su habitación. Un diminuto sonrojo apareció en sus mejillas ante ese pensamiento.

    -Estoy bien.- Dijo Shindou simplemente. Aun no quería mirar a Kirino. Pues sí, aun pensaba en aquello; Quería decírselo, quería gritárselo, que no olvidara ni el tono de voz que el que le confesó el gran amor que sentía hacia él. Pero no podía, no tenía palabras para eso, no tenía el valor suficiente para hacérselo saber. Siguió su camino dando lentos y cortos pasos. Bajó sólo dos de los cuatro escalones que daban desde la casa a la acera.

    -Shindou...- Susurró Kirino mirándolo con tristeza, le preocupaba verlo así; tan distraído; tan diferente a como es él de concentrado.

    A Shindou le restaba sólo un escalón para llegar a la acera e irse, sin decirle a Kirino sus sentimientos. No aguantaba aquella idea, era horrible; pensar que nunca le confesaría con valor lo que sentía; que quedaran sólo como amigos para siempre, que alguien más le dijera que lo quería y que ya no tuviera más oportunidades. No quiso eso. En ese momento cerró con fuerza los ojos y se dio la vuelta, subió rápidamente los escalones de vuelta y abrazó a Kirino por los hombros, para darle un profundo beso, uno que a él lo dejó más que estupefacto. Fue muy rápido, muy repentino.

    Shindou se separó de él al momento. Se dio la vuelta lo más pronto que pudo, pero Kirino soltó una de sus muletas y le agarró la muñeca, atrapándolo. Hizo que se diera la vuelta y volviera hacia él. Soltó la otra muleta y lo abrazó por el cuello, volviendo a unir sus labios en la muestra de afecto. Shindou se sorprendió, pero sin hacerse esperar, la correspondió, abrazando a Kirino por el pecho y sujetando sus hombros.

    Compartieron ese hermoso beso durante un largo rato, un beso apasionado y dulce, sintiendo el calor que le brindaba el otro. Una cristalina lágrima calló por la mejilla de Shindou, muy brillante para una noche tan oscura. La señora Yui los miraba recostada en el marco de la puerta con una sonrisa de satisfacción; cuánto esperaba a que llegara ese ansiado día, día en que su pequeño sería aun más feliz. Se separaron lentamente abriendo un poco los ojos, aun sin dejar de abrazarse.

    -Shindou, yo...- Trató de decir Kirino, pero Shindou lo interrumpió, con algo muy repentino.

    -Te amo.- Dijo inmediatamente sonriendo un poco. Kirino se le quedó un segundo mirando sorprendido. -Ya no temo a decirlo; Te amo, Kirino, ¡Te amo con todo mi corazón!- Gritó de pronto. Siguió diciéndolo y gritándolo una y otra vez mientras lo abrazaba con fuerza y pasión, de muchas formas distintas.

    -Shindou, ¡Shindou!- Le llamó Kirino para hacer que se detuviera. Él calló y lo miró; se notaba una gran alegría en sus ojos.

    -Tú sientes lo mismo que yo, ¿No es así?- Le preguntó impaciente. -Me correspondiste, quiere decir que sí me quieres. ¡Te amo demasiado!- Decía Shindou aun con mucha felicidad.

    -¡Shindou, ya! Calma...- Le detuvo Kirino. -Ah, Sí. Sí, yo también te amo, muchísimo.- Decía enrojeciendo un poco. -Realmente... pensé que nunca me lo dirías.- Dijo con una voz muy suave. Shindou sonrió, se acercó a su oído y le susurró algo.

    -Realmente... Realmente me gustas, mucho.- Le susurró. Kirino enrojeció un poco más. Ahí se alejó un poco. -Y si tú sentías lo mismo, ¿Por qué no te confesaste primero?- Le preguntó. Kirino alzó una ceja.

    -¿Tú quieres ser el Seme?-

    -¿Hum? Eh... claro, pero...-

    -Pues entonces tenías que declararte primero.-

    -Pero... Eso es de...- Decía recordando en qué se usaba el término Seme.

    -Shindou, me caeré sin mis muletas.- Dijo para distraerlo.

    -Ah, claro.- Recordó Shindou. Como pudo sostuvo a Kirino y agarró las muletas del suelo, se las dio y él se acomodó.

    -Gracias. Buenas noches. Te amo.- Dijo Kirino para acercarse y darle un beso suave en los labios. Se dio la vuelta y entró a la casa.

    -Ah, C-Claro, Adiós. ¡Ah, yo también te amo!- Dijo justo antes de que la puerta se cerrara. Se quedó ahí con la mano alzada al aire unos minutos, tratando de asimilar todo lo que pasó allí. Fue tan rápido, realmente era difícil de creer; Le había dicho, le había gritado y le había confesado por completo a Kirino que lo amaba. Una gran sonrisa fue apareciendo en su cara, al lado de un sonrojo en sus mejillas. Ahí se dio la vuelta y se fue a su casa.

    Dentro de la casa de Kirino, él entró con una pequeña sonrisa en los labios, aunque, claro, por dentro celebraba salvajemente lo que pasó. En eso miró a la sala, y vio a su abuela mirándolo con una pícara sonrisa. Kirino se sonrojó; su abuela era la mejor para espiar en algunos casos.

    -¿Y bien?- Preguntó ella.

    -No, abuela, por favor... Esto me da pena.- Dijo él mirando a otro lado. -No me lo preguntes.-

    -¡Vamos, Ranmaru! No puedo evitarlo. ¡Dime! ¿Te gustó?- Le pidió. Él miró a un lado sonrojado.

    -Aish... ¡Sí! Sí, está muy claro que me gustó.- Confesó mirándola de frente aun sonrojado. -No, espera... No me gustó... me encantó, ¡Lo amé! Fue tan mágico, realmente me sorprendió a la primera.-

    -Jeje... Pareció una escena de telenovela...- Dijo ella medio riendo. -Pero, en serio, Ranmaru. Estoy muy feliz por ti.- Le dijo ella. Él sonrió ante eso; eran bellas palabras.

    -Gracias, abuela.- Le dijo él dulcemente.

    -Ah, por cierto;- Dijo ella levantándose. Su rostro estaba serio, algo extraño en ella. Se puso frente a él y le puso las manos sobre los hombros.- Ranmaru... ¡Espero que pronto me des bisnietos!- Dijo alegrándose de pronto. A Kirino se le subieron los colores.

    -¡ABUELA!- Se oyó desde afuera de la casa.


    ···


    Ichirouta iba en las calles, ya un poco más calmado; su rompecabezas comenzaba a tener sentido. ¿Realmente su hijo estaba vivo? ¿Y era un chico tan increíble y sano como Kirino? Quería creer que así era. Por dentro, comenzaba a ser una interminable batalla de sentimientos: Estaba feliz, de que faltaba poco para descubrir si eso era verdad. Estaba triste, porque no pudo estar con él durante todos estos años. Estaba molesto, porque esos doctores lo retiraron de su cuerpo y le dieron un susto haciéndolo pensar que había muerto. Estaba confundido, sentía en su corazón un presentimiento extraño; algo malo pasaría pronto, pero, ¿Qué?

    Condujo hasta llegar a su casa. Bajó del auto y no lo cerró, ya que inmediatamente se volvería a ir en un momento. Llegó casa a buscar a Endou para decirle lo que pasó, y lo que tenía planeado hacer ahora mismo. Abrió la puerta de la casa y entró rápidamente.

    -¡Mamoru, despierta!- Gritó hacia la escalera al segundo piso. -Vamos a...- Decía, cuando entonces miró a la sala: En el sillón estaba sentado Endou, pero lo que dejó en Shock fue que, sentado encima de él... había una mujer. Endou tenía algo rojas las mejillas, había unas latas de cerveza en el piso, y no traía camisa. La mujer tenía los cabellos castaños rojizos, ondulados, más abajo de los hombros. Ella también estaba un poco roja, y las mangas de su corta blusa bajadas. Nadie hacía el más mínimo movimiento, hasta que Ichirouta sacudió un poco la cabeza. -Ah, ¡Mamoru,- Decía caminando hacia ellos, tomando la camisa de Endou del suelo y tirándosela a la cara. -ponte la ropa y muévete! Esto es importante.- Dijo empujando al suelo a la mujer, y tomando la muñeca de Endou. Caminaron hacia la entrada. -Y tú,- Apuntando a la mujer. -cuando te acomodes, toma esas latas y lárgate de mi casa.- Dijo justo antes de salir y azotar la puerta, ante la vista confundida de ella.

    Al salir, Ichirouta volvió a abrir las puertas del auto.

    -I... Ichirouta, ¿Qué pasa?- Decía Endou con una voz algo cansada, se veía confundido.

    -Aish, Mamoru. ¡Sólo sube al auto y abróchate el cinturón!- Le gritó empujándolo adentro y haciendo que cayera al asiento. Luego subió él. Ahí arrancó. Endou se puso la camisa como pudo, pero Ichirouta iba muy rápido. En un cruce, Endou pegó la cara con el vidrio de la puerta.

    -Ay...- Emitió Endou con el golpe. Se sujetó del agarradero que está sobre la puerta y miró con pánico al frente. Los efectos del alcohol comenzaban a pasar. -¡I-Ichirouta, ve más despacio!-

    -¡Cierra la boca, Mamoru! Tenemos que llegar al hospital Inazuma pronto.- Dijo sin apartar su vista de las calles, esquivando autos, mientras Endou rezaba mentalmente para no chocar. Pensaba que su esposo había perdido la razón.

    Poco después llegaron al Hospital, y en una maniobra Ichirouta se estacionó en un espacio libre.

    -¿Qué...? ¿Qué hacemos en el hospital?- Preguntó Endou, pero Ichirouta no le respondió, sino que sólo bajó y desde afuera le gritó que se bajara y caminara. Él obedeció, y fue detrás de Ichirouta.

    Lo miraba desde atrás pensando en qué estaría pensando él al encontrarlo... así, como lo encontró.

    Entraron al hospital e Ichirouta se acercó a la recepción. No había mucha gente, sólo unas cuantas personas.

    -Necesitamos ver al doctor Gouenji Shuuya.- Dijo él. Endou lo miró extraño.

    -El doctor Gouenji está atendiendo a un paciente con asma. Puede esperarlo en la sala de espera si lo desea.- Le dijo la dama del mostrador. Ichirouta no dijo nada y se fue a sentar.

    -Eh, gracias.- Dijo Endou por los dos y fue tras él. Ichirouta se sentó en una de las sillas y se quedó allí con los brazos cruzados mirando a un lado serio.

    -Ahm... Ichirouta...- Le trató de llamar Endou sentándose a su lado. -¿Por qué...? ¿Por qué querías venir aquí?- Le preguntó algo inseguro; no parece que le haya dado mucha importancia a lo que vio en la casa, pero... nunca sabía qué esperar de su esposo.

    -Descubrí un par de cosas esta tarde, Mamoru, cosas que me dejaron impactado.- Decía mirando al reloj de la pared; las 12:25am. El tiempo voló.

    -¿Como qué?- Preguntó Endou. Ichirouta lo miró de reojo.

    -¿Tú sabes algo sobre Kirino?- Le preguntó él. Endou pensó un poco.

    -Sólo que él es adoptivo, pero no conozco los detalles.- Ichirouta seguía igual de serio, mirando al suelo de lado.

    -Kirino tiene 14 años, ¿No? Los mismos años que cuando perdimos a nuestro hijo. Descubrí que él es nacido de menos de 7 meses, que cumple años en agosto, que se supone que creyeron estaba muerto en el vientre y lo sacaron, pero lograron salvarlo.- Decía. Endou no cabía en su sorpresa; era mucha coincidencia. -Fui al Orfanato SunGarden, y me dijeron todo eso. Y adivina... fue Gouenji el que le salvó la vida al niño.... y fue Hiroto el que lo llevó allá.- Finalizó. Endou no podía creerlo, todo encajaba perfectamente. Fue ahí que entendió por qué Ichirouta estaba tan apresurado; Creía que Kirino era el hijo que perdió aquel día.

    -Pero... eso significa que...- Decía Endou casi sin aliento. -¿Kirino podría ser... nuestro hijo?-

    -Por eso vine aquí; quiero que Gouenji me diga exactamente qué pasó ese día, y sin ocultarme nada más; ya fueron suficientes secretos.- Dijo Ichirouta aun igual. Quedaron un poco en silencio; a él no se le quitaba aquello de la cabeza; era lo único que ocupaba su mente. En eso pensó un poco en Endou, él también era padre de aquel niño, pero entonces recordó eso que vio al entrar en su casa; ver a su esposo allí con esa mujer sobre él, ambos embriagados. Por un momento sintió repulsión, pero entonces comenzó a maquinar. -Endou... ¿Quién era esa mujer que estaba contigo?- Preguntó con ligero pánico. Endou se sobresaltó ligeramente; rezaba para que él no lo recordara, aunque siendo Ichirouta eso era imposible.

    -Eh... yo...- No sabía qué decir; lo que había pasado era una serie de sucesos muy complicada para explicarlo, y sabía lo sobresaltado que podía ser su esposo a veces. -Ella... veras; hace unas horas, cuando te llamé, era para saber si venías pronto, porque no estaba en casa; unos amigos me invitaron a tomar algo para pasar el rato, pero entonces creo que me pasé un poco de cervezas... Yendo de vuelta a casa varios iban conmigo, y entre ellos, esa mujer; ¿Te acuerdas de Raimon Natsumi?- Le preguntó. Ichirouta bufó bajo; claro que la recordaba; la maldita mal encarada que incontables veces trató de quitarle a Endou en su juventud. Asintió molesto mirando a un lado. -Bueno, era ella. Cuando llegamos a casa, los demás se fueron, pero ella se quedó detrás de mí. Yo estaba ebrio, así que no podía saber lo que hacía. Lo que pasó después lo tengo algo borroso.- Finalizó. Ichirouta sólo miraba hacia el frente; él era alguien que siempre trataba de mantener la compostura; le importaba estar tranquilo, pero aquello lo tenía temblando de la furia. Apretaba con fuerza los puños, se sentía devastado. -Lamento mucho lo que hice...- Dijo Endou nervioso.

    -No lo sientas...- Dijo bajo Ichirouta, mirando para un lado. Endou lo miró raro. -Porque... ¡Eso no tiene perdón!- Le gritó gruñendo de pronto. Endou se asustó. Ichirouta se levantó del asiento. -¡No tengo tiempo para estos tontos juegos, Mamoru! ¡Depende de Gouenji decirme la verdad sobre mi hijo, y ¿Tú sales con que me engañas con esa maldita puta?! ¡No voy a soportarlo! A mí me importa lo que pase de aquí en adelante, porque hoy voy a saber la verdad. Si estas o no de mi lado para saber sobre mi hijo, ¡No me importa!- Le gritó, se dio la vuelta y se sentó en otro asintió, lo más lejos que pudiera de Endou. Él no podía estar más impactado; todo eso le llegó al alma; fue hiriente que Ichirouta pensara que no le importa saber sobre su hijo. Si supiera que fue por ahí que comenzó el problema.


    ···


    •Continuará...•

    En el siguiente capítulo:

    ¿Kirino es realmente el legítimo hijo de Ichirouta? ¿Qué hará Tenma para conseguir el amor de Tsurugi? ¿Qué va a pasar entre Ichirouta y Endou?

    Impactantes secretos se revelarán en el próximo capítulo de Encuentro del Destino: "Secretos y Misterios (parte 1)"



    By: Utatagi.
    To: My Fans~

     
    Top
    .
63 replies since 11/8/2014, 17:35   4029 views
  Share  
.