[Long-fic] Lo que no hace un Malfoy (Sirius/Lucius)

Lucius sabía mucho de listas. Las había visto durante toda su vida. Había una lista Malfoy: todo lo que no hace un Malfoy. Parecía que ese pequeño monstruo estaba empeñado en hacerle llenarlas todas.

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  1. Trustless4ever
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    Hola : 3

    Actualizando en este foro :3 Quería esperar a recibir un comentario para publicar, sólo porque me salía todo como un sólo comentario y no, no me gusta :1

    Gracias a soser beaber lupin Lucius se ha quedado sin corbata y Sirius está planeando como usarla, lo mira de manera pervertida y está practicando sus nudos xD Sigan gente, sigan, más reviews dejarán a Lucius sin ropa y a Sirius satisfecho xD

    Pues… no tengo nada más que decir del capítulo 2 :3

    ./|_|\
    (OwO)
    (v v)
    V V Soy un conejito~
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    Capítulo 2.

    Un Malfoy jamás retrocede. Intento de castigo n° 1


    -… ¡Perfecto, señor Malfoy! Cinco puntos para Slytherin.

    Lucius sonrió al profesor Slughorn, prepotente: el viejo Horace sabía lo que le convenía. Era amigo de su padre ¿resultado? Lo adoraba, parecía a punto de reventar con cada respuesta correcta que daba, reventar de alegría, desintegrarse en montones de confeti como un globo relleno recién reventado.

    Su sonrisa se hizo más amplia al mirar a la izquierda: los resultados de los alumnos de las otras casas. Aceptables, no Supera las expectativas, y sin duda alguna no Extraordinario. Ningún Extraordinario. Lucius estaba seguro que debía ser el único Extraordinario de su clase de pociones.

    Sacudió su impresionante cabello rubio en un ademán digno de poner verde de envidia a Merlín y de dejar con la boca abierta a Morgana. Sonrió, hasta que la mirada altiva de unos ojos grises relampagueó en su cabeza.

    Se contuvo de chasquear la lengua, porque no sería correcto. Sin embargo contenerse le resultó un trabajo arduo. No podía sacar de su cabeza a ese insoportable niño. Un pequeño imbécil que se creía que un exceso de hormonas en su cuerpo preadolescente le daba derecho de menospreciar e incluso (horror de los horrores) intentar humillar al heredero de una de las más prestigiosas familias de la comunidad mágica.

    Oh, y claro que sabía quién era. Un par de preguntas a las personas correctas habían bastado. Ya lo recordaba, era el heredero de los Black, otra prestigiosa familia de sangre pura. Ya recordaba por qué esa mirada le había puesto así: era igual a la degenerada mirada que le dirigía Bellatrix Black cuando se cruzaban en un lugar poco concurrido. Era el único Black que no había estado en Slytherin, y en lugar de ponerse bajo su protección el pequeño idiota le había declarado la guerra.

    Un fruncimiento apareció en sus cejas. Pequeño imbécil. Le mostraría quién era Lucius Malfoy.

    Sólo tenía que esperar la oportunidad.

    Y contrario a lo que esperaba, no tuvo que aguardar mucho.

    Esa noche, mientras hacía sus rondas, tuvo un extraño presentimiento. Y Lucius era racional, extremadamente racional. Pero también era mago, y como mago sabía que existen cosas en el universo que la razón, por mágica que sea, no puede explicar. Así que se desvió de su ruta habitual, y en lugar de subir el piso que tocaba subió dos, y luego, tres. Entonces, cuando pensaba que se había vuelto loco, lo vio. El pequeño Black caminaba en la misma dirección que él, dándole la espalda. Lucius sonrió, porque Merlín y Morgana estaban de su lado, tal vez con la esperanza de obtener su elegancia.

    Se aclaró la garganta a cinco pasos del niño, que volteó.

    Y contrario a lo que Lucius esperaba, sonrió.

    Pero esta vez no iba a dejarse intimidar.

    -¿A esta hora fuera de la cama, Black?

    Sirius, sin embargo, se quedó callado, y lo recorrió con la mirada de arriba abajo. Su mirada era extraña. No era curiosa ni entretenida, parecía como si estuviese mirando de pastel de calabaza tamaño familiar. La mirada de Bella, o peor.

    Mil veces peor.

    Pero Lucius no iba a retroceder. Un Malfoy jamás retrocede.

    Y esa oración siempre venía acompañada de la severa mirada de su padre, después de haberlo visto retroceder ante la retadora mirada del pequeño Parkinson. Cuando veía sus hombros caer bajo la mirada pesada de Nott.

    Pero la gente cambia, y Lucius ya no era ningún niño que se intimidase fácilmente. Así que, en lugar de retroceder, dio un paso hacia adelante, aprovechando la diferencia de estaturas para mirar al pequeño Black desde arriba.

    -¿Te comieron la lengua los ratones, Black? Creo que no es un buen momento para eso… Porque a menos que tengas una muy buena excusa estarás castigado durante un mes.

    Su mirada iba cargada de amenazas y prepotencia. Sirius debía estar medio desquiciado, como su extraña prima. Ni siquiera parecía entender el problema en que estaba metido: su sonrisa se hizo más amplia.

    Sin embargo, antes de que Lucius pudiera hablar, Sirius empezó.

    -¿Vas a castigarme, Malfoy?

    Algo en la forma en que pronunciaba su apellido hizo que Lucius perdiera la compostura. El maldito era una deshonra para su casa y aun así se atrevía a pronunciar el apellido Malfoy de esa forma sucia… Como si fuese un insulto, o una palabra obscena.

    Sin embargo, hizo lo imposible por mantener la compostura, porque no le iba a dar el gusto a ese pequeño bastardo de saber que lo había alterado otra vez.

    -Sólo porque la escuela no permite hechizar a los alumnos, Black.

    Algo en la sonrisa de Sirius se hizo más amplio. Sin embargo dio dos pasos hacia atrás, con las palmas hacia adelante, como buscando la paz.

    -Está bien, Malfoy. Castígame si quieres, de todos modos será… Interesante.

    -¿Interesante? ¿Eres masoquista, Black? ¿O tanto te importa tu estúpida casa que deseas que pierda todos sus puntos?

    Sirius se rio. Había en su voz algo de soprano y de bajo, pronto debía de empezar a cambiarle con la edad.

    -¿Masoquista? –la se interrumpió sólo un momento, maliciosa, nada dulce- Nada de eso, Malfoy… Me gusta la idea porque los prefectos cuidan sus castigos ¿no? –Otra risa maliciosa- Imagínanos Malfoy… Tú y yo solos, por horas –y lo miró de arriba debajo de forma elocuentemente descarada, indiscreta, como si arrancase su túnica con la plata de su mirada- ¿Lo imaginas? Porque yo sí, y realmente me muero de ganas.

    Lucius se hubiese burlado de él. Se hubiese reído hasta que su estómago doliese, pero la situación era demasiado bizarra hasta para eso.

    Y había algo extremadamente desagradable en los ojos grises, algo que lo hacía sentir deseos de retroceder, de cubrirse el cuerpo con las manos.

    De protegerse.

    Seguramente tanta mirada de Bellatrix lo había dejado traumatizado. Seguramente eran los traumas de tantas niñitas persiguiéndolo por los jardines de su mansión. Dispuestas a hacer lo que sea para ser la futura señora Malfoy, y casarse con él.

    Hizo acopio de todo su valor y evitó respirar con fuerza. En lugar de eso enarcó una ceja y cerró los dedos de las manos.

    -Diez puntos menos para Gryffindor, y…

    -¿Y qué, Malfoy? ¿Horas de castigo? Puedo cumplirlas en tu cama ahora mismo si tanto lo deseas. Para ser sangre pura, no estás mal.

    Lucius sintió que la lengua se le enredaba y los ojos se le abrían. Su sorpresa y su estupefacción eran fuertes, pero otro sentimiento crecía en su interior. Y se negaba a creer que fuese cualquier cosa medianamente parecida al temor.

    -… Aunque tal vez, sin toda esa ropa te verías mejor.

    Y dio, de nuevo, un paso hacia él, a punto de tocar su preciosa capa verde con esas manos. Y de nuevo, por alguna razón, tal vez ese sexto sentido o un obscuro presentimiento, Lucius retrocedió.

    Era ridículo. Él no podía estar retrocediendo ante un niñito como ese… Sin embargo, cuando Sirius dio otro paso, Lucius lo imitó, en la dirección contraria.

    Algo en él le parecía terriblemente peligroso.

    Y sucio, como si pudiese mancharlo sólo con su mirada.

    Retrocedió, dos pasos más, ante la sonrisa de Sirius.

    Que cayó al suelo unos segundos después.


    Por la noche se diría a sí mismo, con toda la fuerza que uno puede utilizar para auto convencerse, que nunca jamás había ocurrido aquel intercambio de amenazas y aquellas palabras sucias hacia su persona, que de hecho él había aparecido por la esquina, y hechizado a Black ante su mirada atemorizada.

    Como todo debería haber sido. Como siempre debería ser.

    Porque un Malfoy jamás retrocede.

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    Y eso fue :3

    Comenten si quieren que Lucius se quede sin ropa xD

    Es enserio, comenten :1 :3

    Nos vemos xD
     
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4 replies since 21/8/2014, 21:53   1095 views
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