Absurda deficiencia (Shindou x Kirino)

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  1. **Givemeakiss**
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    Hola de nuevo. Estos dos meses han pasado volando y me los he pasado mendigando un ordenador hasta que por fin he conseguido uno tata, te quiero Y voy a tener que mendigar de nuevo para la siguiente actualización (que todavía no tengo escrita, por cierto) Lo malo de no tener un ordenador propio.
    A propósito, he cambiado un poco el prólogo y modificado pequeñas cosas en la historia ( sólo un guión, en realidad).


    SPOILER (click to view)
    Cumy_19
    QUOTE
    Te quiero

    :=WIJIS:
    QUOTE
    Okay no

    Y yo que me había hecho ilusiones :=BUABUA:


    gaby de víctor el rey Muchas gracias por leer y comentar. Espero que la actualización de hoy también te guste ^^


    victor el rey Que puedo decir, me hago de rogar XD En serio, soy un caso perdido con las actualizaciones. No consigo ser constante - por eso me digo que no haré fics largos pero al final no me hago caso - Muchas gracias por leer y comentar



    Absurda deficiencia





    Capítulo 8


    Caminaba distraído, absorto en sus pensamientos con deseo de que no le interrumpiera nadie. Mucho menos ellos. En un principio, Shindou pensó que su relación iría viento en popa y, al final, forjarían esa clase de amistad que en el fondo, aun disfrutando e su soledad, siempre había querido. Sin embargo, ahora les rehuía: tenía miedo Sí, miedo. Porque aquellos admirables castillos que había construido en su mente en primera instancia se desmoronaban a la vez a una velocidad portentosa e imparable.
    Ya no se sentía a gusto en su compañía; y no es que Tenma y los demás fueran mala gente, en absoluto, eran todo lo contrario a lo que había encontrado hasta la fecha y debía sentirse dichoso, lo sabía. Le habían aceptado sin pensárselo dos veces, abriéndose a él y esperando la misma respuesta por su parte. Pero no podía.
    Todo fluía con tanta celeridad que apenas podía seguirles el paso. Y eso le asustaba. Le asustaba a tal grado que la alegría esparcida en el ambiente ya no era contagiosa, sino agobiante y le hacía sentir incómodo. Pero, ¿cómo decírselo? Si exponía sus miedos, lo más seguro es que le dejaran solo, y eso le atemorizaba también. Quizás eso fuera una señal de que no estaba hecho para las multitudes, de que él mismo era toda la compañía que podía esperar. Además, ¿iba a denigrarse contando sus inseguridades? Pensarían que era débil e infantil. No, definitivamente no lo haría.

    De un momento a otro, sonó la sirena anunciando el inicio de los exámenes de recuperación. No le dio importancia, de todos modos él no tenía que hacerlos; aunque... había alguien que sí. Alguien que, tal vez, pudiese ayudarle. No. Desechó la idea tan pronto como se le pasó por la cabeza.
    Kirino sería la última persona a la que mostraría flaqueza. Podía arreglárselas él solito, sin idiotas de pelo rosa pululando por los alrededores. Recuperaría su amistad sin ayudas externas, sólo debía adaptarse más a ellos, compartir vivencias... esa sí era una buena idea.



    Mientras tanto, a falta de siete minutos para que finalizara el examen, Kirino Ranmaru aporreaba las teclas de su calculadora, como si la fuerza ejercida influyese en el resultado.

    <<vamos, Ranmaru, no falles ahora; no en esta asignatura>>

    Y es que hacía más de 20 minutos que únicamente obtenía incoherencias. Así, distaba mucho de conseguir un aprobado; y este pensamiento sólo agravaba sus nervios, lo cual entorpecía su concentración que, a su vez, impedía que las ideas dejaran de mezclarse en su cabeza. En resumen, todo formaba una negra cadena que empeoraba a medida que iba creciendo.

    Sin más remedio, salió derrotado del aula camino a la cafetería. Un poco de azúcar le vendría bien. Era casi media mañana y no había ni un alma en la cafetería: unos pocos que, como él, habían ido a reponer fuerzas; otros muchos seguían en clase, haciendo sus respectivos exámenes; y los demás habían decidido irse directamente a casa.
    Shindou también estaba ahí. Había entrado pocos minutos después que él y en esos momentos lideraba la cola. Observó cómo pagaba su consumición y en menos de un segundo le tenía justo enfrente.


    — ¡Eh! — Saludó Kirino alargando la -e más de lo necesario.


    — Hola — Respondió el castaño despacio e hizo una pausa, pensando en lo que debía decir antes de continuar — ¿Qué tal el examen?


    Era una pregunta por cortesía, lo sabía, y aunque podría haber dicho un escueto "bien" y que ambos siguieran cada uno a lo suyo, prefirió ser sincero. de todas formas, a estas alturas no tenía de qué avergonzarse. Y sobre todo, estaba seguro de que Shindou no se quedaría a animarle con palabrería que ni él mismo creía, sino que se iría dijese lo que dijese.


    — Mal no, lo siguiente


    — Vaya... pues... suerte en verano


    Tal y como había predicho Kirino, se fue. Y es que, en cierto modo, le conocía. No sabía cómo pero le conocía cada vez más; sin embargo, debía admitir que eso último no se lo esperaba. ¿Sería la influencia de Tenma y los suyos que le hacía menos reacio a la gente? Hablando de ellos, no les había visto en toda la mañana. Buscó a Shindou de nuevo: estaba solo. Normal, era el único pringado al que se le ocurría acudir a clase cuando para los aprobados no era obligatorio.
    Le miró con fingida lástima y notó que, en realidad, no aparentaba estar bien. Se le veía turbado y parecía estar hablando solo, como aquella vez. Se puso en alerta. No iría a tener otro episodio de esos, ¿verdad?. Iba a levantarse cuando Shindou lo hizo primero y se acercó a su mesa, dejándose caer en el asiento d enfrente con la bandeja vacía.
    No era un ataque, sólo un debate interno que mantenía Shindou mientras se maldecía a sí mismo por tener que recurrir a Kirino. Pero no veía otra opción, le necesitaba. Así, fue narrándole todo lo necesario hasta llegar a su plan maestro.


    — A ver si lo he entendido: Quieres que nos colemos en TÚ casa, en una sala a la que tienes PROHIBIDA la entrada para ganarte un castigo como Shinsuke. ¿De verdad crees que es la mejor manera de afianzar lazos? — Preguntó incrédulo. ¿Qué esperaba, poder gritar <<yo también>> cuando alguno dijera que estaba castigado? En serio, ¿Cuántos años tenía? ¿Cinco?


    — ¿Has hecho una travesura alguna vez? Yo no. No necesito un castigo, sólo quiero saber qué se siente, como cualquier persona normal


    Esta vez, Kirino le miró con verdadera pena. Y es que el muchacho que tenía delante podría tener una gran memoria - además de estudiar como un obseso - pero, en realidad, no tenía ni idea de la vida -y se lo decía alguien que, con tan solo 17 años, no podía jactarse de saber mucho -.


    — Pero... ¿por qué yo? — Preguntó Kirino. Aunque Shindou se empeñara en mostrar animadversión hacia su persona, era a él a quien recurría y al que hablaba dejando asomar esa faceta suya, altanera y borde, que fingía no tener con los demás. No obstante, debía admitir que este hecho le hacía sentir especial y eso le reconfortaba.


    ¿Por qué él? Bueno pregunta pero no hallaba respuesta. Únicamente sabía que tenía que ser él; tenía y quería que fuese él. Y así se lo hizo saber: <<quiero que seas tú>>.







    Podría haberse negado. Debería haberse negado, así hubiera evitado la maraña de nervios que sentía en ese momento. Pero no, había aceptado como el inconsciente que era y ahora caminaba con Shindou a su lado rumbo a su casa. Desde un principio, esa casa le había dado mala espina, no sabía por qué, pero tenía algo que no le gustaba. Tal vez fuese la decoración, la cual podía parecer espeluznante desde cierto punto de vista, o los propietarios. Sí, se decantaba más por la segunda opción. No les conocía pero por cómo lo pintaba Shindou, su padre debía de ser un ogro. ¡Y ellos iban a profanar su cueva!

    Quedaba muy poco para llegar a la entrada. A cada paso que daban, Kirino sentía que se deshacía en un mar de sudor. Shindou, en cambio, portaba un brillo travieso en sus ojos y aceleró el paso, deseoso de llegar. Kirino paró en seco. ¿Estaba loco? Iban a colarse en una casa ¡No podían entrar como si nada por la puerta principal! Sin más, empezó a escalar el muro que separaba la calle de los jardines delanteros - no sin esfuerzo, pues éste era de piedra plana- y echó a correr nada más puso un pie al otro lado: dos filas brasileños corrían detrás de él ladrando tanto como podían. Cómo se libró de ellos es un misterio pero lo consiguió. Se tumbó sobre el césped, bajo el alfeizar de una ventana baja (a menos de un metro del suelo), inspirando profundamente para recuperar el oxígeno perdido, cuando ésta se abrió y Shindou apareció por ella.


    — ¿Cómo has entrado? — Kirino se levantó, mirándole estupefacto.


    — Es mi casa, ¿sabes? Tengo llaves — Y las hizo girar sobre su dedo índice, inclinándose hasta quedar a escasa distancia de Kirino.


    Kirino no se movió hasta que tuvo al castaño peligrosamente cerca. Shindou le sonreía burlón y, si fuera otra persona, hubiera pensado que chulesca coquetería.
    Entró por la ventana y siguió a su compañero hasta un estudio excesivamente espacioso con gigantescos ventanales que aportaban gran luminosidad a la estancia.


    — Bueno... ¿ahora qué?


    — No sé


    — ¿Cómo que "no sé"? — Dijo con exageración en un burdo intento de imitarle — ¿Para qué hemos venido, entonces? ¿Es esta tu gran travesura?


    — Llevo años sin entrar aquí, ni siquiera me acordaba de cómo era. Para mi es un gran paso. Pero, ya que estamos aquí, supongo que podemos revisar qué hay por los cajones y demás — Se agachó junto al moderno escritorio y empezó a abrir cajones tanteando su interior.


    Kirino fue a una estantería móvil e hizo lo mismo. ¿Qué esperaba encontrar? Nada de su interés, en realidad. O a lo mejor sí: a sus manos llegaron documentos médicos. Documentos médicos de Shindou Takuto que no dudó en abrir.

    Glosoplastía.

    Primera palabra en el primer documento. No la había escuchado en la vida y no le dio importancia, por lo que pasó al siguiente.

    Síndrome de down mosaico.
    Porcentaje de mosaicismo


    Eran algunas de las palabras que le llamaron la atención. Vale, el muchacho no era u Adonis pero de ahí a llamarle mosaico...no le parecía bien; de hecho, Shindou no estaba nada mal. Hasta se atrevería a decir que era un Adonis de segunda B.
    No presentaba rasgos típicos del síndrome, es más, ni siquiera se hubiera dado cuenta de que padecía dicha enfermedad si no fuese un secreto a voces: tenía músculos fuertes y bien formados, ni sus ojos ni su nariz parecían tener anomalías, y sus manos eran grandes y robustas, aunque las dotaba de una elegancia que él carecía.
    Cerró el archivador y cogió otro. Éste contenía recibos y comprobantes de pagos a profesores especializados. Había muchos, demasiados. Tantos que se desbordaban.

    Al otro lado de la puerta (seguramente al fondo del pasillo) se oían unas voces débiles, como un murmullo (probablemente debido a la distancia) que le hicieron cerrar como pudo el archivador y dejarlo en su sitio con prisa.
    No sabía qué dirección iban, pero algo e su sistema dio la orden de huir y esconderse. El problema era dónde. Nada más entrar al estudio te recibían los rayos de sol, los cuales se filtraban por los ventanales que abarcaban la mayor parte de la sala. A la izquierda, apartado y contra la pared, había un gran escritorio de madera negro y blanco a juego con el suelo de baldosas también negras. Un ordenador se alzaba sobre la madera junto a una de las innumerables lámparas que poblaban la sala, todas distintas entre sí. El escritorio estaba precedido por estanterías de cristal, imperceptibles si estuvieran desnudas y más resistentes de lo que aparentaban. El ala este de la habitación parecía dedicada al descanso, con sofás de cuero blanco y una gran mesa de café de cristal. Todo estratégicamente colocado para no molestar al otro sector.
    Tal parecía que no había escapatoria y los murmullos pasaron a ser una conversación perfectamente audible. El miedo a ser descubierto por lo que fuese que estuvieran haciendo crecía a pasos agigantados hasta que dio con la salida, la ventana. Una enredadera se dejaba entrever. Se dirigió raudo a colgarse de ella sin percatarse de dos grandes fallas en su plan. La primera: aquella endeble enredadera no soportaría su peso; y la segunda era la caída de dos pisos. Evidentemente, la enredadera cedió y se rompió en el acto pero, para su suerte o desgracia, el poste de una farola horizontal adherida a la fachada para alumbrar el jardín trasero frenó su caída. Se desplomó a horcajadas, quedando el gran cilindro ente sus piernas y se agarró a éste con fuerza , más para aliviar el dolor que por miedo.
    La caída no había sido grande. Podría ponerse de pie y trepar nuevamente por la ventana con facilidad, sólo hacía falta subir las piernas. No obstante, no se sentía capaz. Había herido su zona más sensible y ahora un dolor atroz se concentraba y subía hasta los riñones.

    Shindou, por su parte, no tenía la capacidad de reacción de Kirino - y en cierto modo lo agradecía-. Tan pronto se hubo levantado, su padre, un hombre alto y trajeado que, a pesar de la edad, mantenía el mismo color cenizo de pelo que su hijo, hizo acto de presencia.


    — Takuto, hijo, ¿qué haces aquí?

    No estaba sorprendido de verle allí. Tampoco había reproche en su voz. Se sentó frente al ordenador y sacó un pendrive del primer cajón del escritorio.


    — Nada... sólo... venía a por grapas


    Shindou cruzó sus manos tras la espalda. Sonada a excusa barata dicha por alguien inseguro que no sabe mentir, pero su padre ni siquiera lo tuvo en cuenta.


    — Bien — seguía ensimismado en la pantalla plana del ordenador — ¿Y qué tal el colegio?


    — Bien


    El cabeza de familia recuperó el pendrive, se despidió de su hijo y se fue. Mientras tanto, Kirino permanecía aferrado al poste. El dolor había menguado y volvía a respirar con normalidad pero no se atrevía a moverse. Fueron las manos de Shindou las que le agarraron con firmeza y le introdujeron de nuevo en el estudio.



    Lo había oído todo. Ese no era el trato que se espera de un ogro y se hubiera quejado de esa estúpida escapa de no ser por la sonrisa triunfal de Shindou y el brillo de sus ojos. ¿Quién era él para quitarle la ilusión?


    — Gracias — Dijo Shindou.


    Y fue un agradecimiento realmente sincero.


    — De nada. Supongo que es lo que hacen los amigos


    Amigos. Había dicho amigos; no había oído mal.


    — ¿Lo dices en serio?


    — Claro. ¿Crees que allanaría la casa de cualquiera?


    Shindou sonrió con ganas. Kirino Ranmaru no era un grano en el culo, después de todo


    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    En el síndrome de down mosaico sólo un porcentaje de células tiene la trisomía, por lo que en general los afectados suelen tener un mejor desarrollo y más coeficiente intelectual. Los rasgos de esta enfermedad no influyen: hay niños que la padecen con un porcentaje elevado y no presentan rasgos físicos - lo cual a veces impide que los padres se den cuenta - y también hay casos en los que es muy leve pero los rasgos están bien marcados.
     
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    Yo de nuevo por aquí. Bueno, mucho tiempo desde l otra vez la verdad, me emociona que hayas vuelto con la continuación c: En fin, no hay mucho que contar, solo que me ha gustado y espero conty. Y se agradece el dato que diste al final porque estaba algo perdida con respecto a eso xd Bueno, espero conty y nos vemos!

    C_19
     
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    LOS HÉROES SIEMPRE SON RECORDADOS..PERO SABES QUE?? LAS LEYENDAS NUNCA MUEREN...

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    ohh espera!! que??? tanta hazaña de kirino para que su esfuerzos fueran en vano? XD no pues pobre chico jajajajaja.... ahh ya.... así que era mosaico eh? no la vi venir esa aunque tenia que haberla suponido cuando se lo describió a shindou 0_o ohhh esto se pone interesante XD espero conty ansioso

    victor cambio y fuera
     
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  4. gaby de víctor el rey
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    shindou ahi keriendo hacer travesuras XD k lindo...se supone k kirino esta herido no? me quede con esa duda :=duouou: espero conty
     
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  5. Sara13laguay
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    KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAY. Buenas !! :=WIJIS: Resulta que hacía mucho que no me pasaba por aquí y hoy me doy cuenta de que había uno o dos capítulos de este maravilloso fic que aún no me había leído , y bueno , como no me acordaba mucho del resto y me lo he vuelto a leer todo XDD y que estos últimos caps me han encantado (bueno, el resto tambnién, ya lo sabes XD). Me parece precioso que ya se estén empezando a hacer amigos y me gustan mucho esos pequeños momentos como más románticos que tienen. Me encanta como escribes y tardes lo que tardes yo estaré aquí para leer este fic . Muchos besos y... Te espero !! :=WIJIS: :=amors:
     
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34 replies since 29/8/2014, 21:44   1446 views
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