El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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    Yaoizando
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    Hola!!! Esta es mi primer historia, siempre me dedique a leer nomas, pero me vinieron las ganas de hacer uno propio y dije ¿por que no? total no pierdo nada jaja bueno aqui se los dejo. Se siente raro jaja. Todavia no lo termine de escribir pero ire posteando los capitulos que voy haciendo, como para obligarme a seguir. Conociéndome lo dejaria de lado si no fuese asi. Trataré de acutalizar todos los fines de semana y tengo pensado terminarlo.....aunque nadie lo lea :´(


    Ah otra cosa, capas que encuentren palabras demasiadas "argentinizadas" estoy tratando de escribir lo mas universal posible pero aveces se me complica jajaja cualquier cosa dejare como un glosario de palabras o expreciones que creo que en mi pais nomas se usan, las marcaré con un *

    buen listo no tengo nada mas que decir, los invito a comentar, opinar o criticar. sean crueles si desean, tienen permiso jajaja mentira XD
    saludos y que sean felices




    El Iberium



    Capitulo 1: El aviso

    Era otro típico día de rutina. Sentado en el colectivo, escuchaba música por mis auriculares. Había configurado el celular para pasar las canciones de manera aleatoria, pero directamente busqué la que tenía ganas de escuchar, como todas las mañanas. Tenía como 150 canciones, pero siempre escuchaba las mismas 10, las demás las tenía por si me nacía el deseo de escucharlas.

    Al ver que llegaba a mi parada, me levanté y guardé los auriculares en el bolsillo. Dirigiéndome a la puerta de atrás del colectivo, vi un grupo de chicas de aparentemente mi edad sentadas a la par de la puerta de salida por la que tenía que bajar. Al notar que me iba acercando, empezaron a hablar entre ellas de manera alterada. Incluso llegué a escuchar una que otra risita nerviosa.

    A ver... no había que ser un detective para darse cuenta que estaban hablando de mi. Nunca sabía cómo reaccionar ante esas situaciones, ¿Debería mirarlas y sonreírles? ¿Hablarles? Era un chico de 14 años, se suponía que estaba en plena época de coqueteo. Pero no. Lo único que hice fue mirar el piso y esperar a que el colectivo se detuviera, haciendo de cuenta que no estaban ahí, acomodándome la mochila en mi espalda.

    -Ay amiga, es tan lindo.

    -Mira esos ojos...

    -Dile algo antes que se baje.

    -Dile tu, no me animo.

    Fueron las cosas que oí mientras tocaba el timbre, haciendo de cuenta que no escuchaba nada. "Dios... esto es tan incomodo", pensé con mi vista puesta al frente, seguramente mi cara estaba tan roja como la luz de un semáforo.
    Cuando por fin el colectivo se detuvo, bajé rápidamente, pensando que ya había salido de esa situación tan incómoda.

    -¡Mi amoooor!!

    -Rubio te amooo!!!

    -¡Te hago de todo menos la tarea!!!- escuché detrás de mí, además de silbidos y besos

    Al girar mi cabeza, vi a las chicas sacando medio cuerpo por la ventana del colectivo mientras se alejaba, saludándome y tirándome besos.

    "Que femeninas" pensé irónicamente mientras empezaba a caminar muerto de la vergüenza, con la cara ardiendo y las miradas de los que fueron testigos siguiéndome fijamente.

    Seguramente para alguien más que no fuese yo, lo que pasó hubiese sido una inyección a su autoestima, un aire de confianza para sí mismo. Pero para mí no. Nunca me sentía cómodo recibiendo cumplidos por mi apariencia, no sabía porque... pero era así. Siempre me avergonzaba mucho y no sabía qué contestar. Lo único que lograba salir de mi boca era un enclenque "gracias" y el actuar como un tonto. Sabía que ser rubio y ojos celestes en esta sociedad tan marcada por el concepto de belleza era algo "favorable", pero nunca me veía a mi mismo de esa forma. Muchos me solían decir "si tuviese tu apariencia, no te imaginas como conquistaría chicas" o cosas así. Yo prefería considerarme alguien humilde que no le gustaba presumir, sobre todo de algo tan banal como la belleza exterior.

    Luego de caminar media cuadra, llegué a la entrada de la escuela donde mi mejor amiga me esperaba.

    - ¡¡Hey T.K!! - me gritó levantando la mano - ¡aquí!

    -Hola Kari, ya te había visto no hace falta que grites jaja- dije sonriendo mientras le daba un beso en la mejilla- que onda, ¿todo bien?

    -¡No!¡Todo mal! los llevo esperando como 15 minutos aquí afuera... con este viento tan fresco-se quejó mientras se abrazaba para darse algo de calor.

    Era 10 de septiembre así que si refrescaba bastante por las mañanas, a pesar que la primavera se acercaba.

    - Si tan solo tuviera un caballero que me dé su calor- dijo mirando para arriba como pidiéndole al cielo, mientras se seguía dando calor con sus manos.

    Yo la miré fijamente, parpadeando un par de veces, esperando a que dijera algo.

    -¡T.K!

    -¡¡Ahhh! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué hice?!- me sobresalté con ese grito

    -Dije eso para que me abraces- mencionó mientras suspiraba con un semblante de desilusión.

    -ahh perdón, no me di cuenta- dije avergonzado mientras la abrazaba -sabes que nunca fui bueno para esto, además yo vine a tiempo, que tú vengas excesivamente temprano y desabrigada no es mi culpa.

    -Vaya que eres tosco para este tipo de cosas, pobre de la chica que sea tu novia, tendrá que enseñarte todo jajaja-ese comentario me incomodó, pero a la vez me hizo pensar.

    Nunca me había preocupado por aprender a ser un buen "novio" para cuando me tocara serlo. Jamás fui muy romántico, pero en fin, es algo que no me interesaba aprender por el momento.

    -Perdón, pero nunca se me dio por estas cosas, me siento raro, además que la gente nos vean abrazados... tu habiendo terminado con Davis hace tan poco tiempo... me pone un poco incomodo.

    -T.K... no tiene nada de raro o malo que dos amigos se abracen, además con Davis está todo bien, ya sabes que decidimos seguir siendo amigos después de que lo nuestro no funcionara- dijo de forma seria, mirándome a los ojos- él sabe que tenemos la confianza suficiente para estar así y sobre todo, que no pasa nada entre nosotros dos.

    -Tienes razón kari- dije mientras ella se acurrucaba entre mis brazos.

    -¿alguna vez no la tengo?- dijo sonriente

    Admití que me sorprendía el comportamiento maduro con el que Davis y Kari habían tomado esa situación. Cuando me enteré que estaban saliendo me sentí bastante confundido. Siempre los 3 habíamos sido muy unidos, pero ahora ellos dos eran más que amigos. En vez de sentirme feliz como un verdadero amigo, debo confesar que me sentí extraño, entre una mezcla de enojo y tristeza. No sabría describirlo, solo sentí como si me estuviesen quitando algo... pero no sabía qué. Fueron tiempos de mucha confusión.

    En fin... su noviazgo no sobrevivió ni dos meses y hace 3 semanas aproximadamente que habían cortado, sin embargo siguen siendo los mejores amigos. Eso me sorprendía. Yo pensaba que se sentirían incómodos de estar juntos otra vez después de cortar. Pero no. Siguen como si nada hubiera pasado. Bueno, no voy a mentir, de vez en cuando se puede sentir algo de tensión entre ellos, pero para eso estoy yo para aligerar el clima.

    -Allá viene Davis- mencionó Kari cortando mis pensamientos.

    -ah, hablando de Roma.....- dije mientras un castaño venía corriendo, arreglándose el uniforme en la marcha y acomodando las cosas de su mochila, todo al mismo tiempo mientras se peinaba con la mano ayudado por el viento que seguía soplando.

    -¿Hola chicos como están?- dijo agitado mientras intentaba recuperarse de la corrida que de seguro había hecho desde su casa hasta aquí.
    A pesar de vivir a unas calles, el muy infeliz había llegado tarde todos los días que iban del año escolar, o apenas a tiempo.

    -Hola Davis - dijo kari- no hace falta preguntarte si te levantaste tarde, con solo verte la cara se nota.

    -Ya les dije que no es mi culpa- se excusó el moreno mientras terminaba de acomodarse el cuello de la camisa- mi despertador a veces no funciona.

    -Si por a veces significa siempre...- no desaproveché la situación para burlarme. Nos encanta gastarnos bromas y comentarios molestos, es nuestra forma de demostrar nuestro aprecio.

    -JA JA que gracioso- Davis me miró con una cara asesina, yo solo le respondí con una sonrisa exagerada- ¿entramos? Me está haciendo frio.

    -¡Pero primero ponte la camisa por adentro del pantalones!- le recriminó la castaña- sino el preceptor te llamará la atención como siempre, ya te dijo que se le está acabando la paciencia contigo.
    A veces ella era como la mamá del grupo, aunque le molestaba que se lo dijéramos.

    -ahh que flojera... - dijo el moreno, mientras se desprendía el botón del pantalón para poder bajárselos un poco, (no usaba cinturón ya que el pantalón le entraba justo) y así acomodarse la camisa más fácilmente, dejando ver su ropa interior negra.

    -!DAVIS!- gritó Kari, dándose media vuelta - no seas tan ordinario ¡¿quieres?!

    - jajaja pues no mires y listo- dijo riéndose y guiñándome el ojo buscando complicidad, mientras se abrochaba los pantalones otra vez, ya con la camisa por adentro.

    - Si es verdad kari, eres muy pervertida, no lo mires- dije, obviamente solo con el fin de molestarla

    -Pero que par de pajer...- en ese momento fue interrumpida por el timbre de la escuela- bueno vamos, entremos ya- dijo mientras se adentraba en la escuela.

    Nosotros solo nos reímos de ver su reacción y la seguimos.

    Las clases transcurrieron normalmente, ósea aburridas, hasta el recreo. Los 3 estábamos sentados en las escaleras de la escuela, donde generalmente nos sentábamos a hablar, tomando un jugo que habíamos comprado en el kiosco entre los 3.

    -ahhh como me duele el cuerpo hoy- se quejó Davis mientras se estiraba, su camisa volvió a salir la por afuera del pantalón.

    -¿por qué? ¿rompiste tu propio record de 5 horas de siesta?- preguntó Kari intentando abrir la caja de jugo que habíamos comprado

    -No tonta, además ese record ya lo batí hace mucho- dijo sacándole la lengua- ayer empezamos con un nuevo sistema de entrenamiento en el club, que es mucho más exigente, fíjate T.K- pidió mientras flexionaba su brazo haciendo fuerza

    Curioso, le toqué el brazo. Después el pecho y los demás músculos mientras que Davis me iba contando cuantas repeticiones y cuanto peso había levantado en cada uno de los ejercicios.

    -Ay chicos, consigan una habitación- dijo Kari con un tono de voz y una carita bastante extraños, mientras tomaba del sorbete.

    Ahí me di cuenta. Me encontraba tocando a mi amigo, con una mano en sus bíceps y con la otra en el pecho, ambos bastante animados y muy pegados el uno del otro. Como si hubiéramos caído en conciencia al mismo tiempo de lo raro que nos veíamos, nos vimos a los ojos y nos separamos rápidamente.

    -ehh bbubueno decicicime que otra cosa hicieron en la práctica- dije muy avergonzado, para continuar la conversación y pasar ese momento vergonzoso.
    No solo era yo el avergonzado por la situación, Davis estaba sonrojado, con sus manos en los bolsillos, mirando el suelo.

    -ahhhh pero tiernos que son- dijo kari entre risas- los dos se pusieron rojos jajaja

    -¡¡Ya cállate!!- le gritamos los dos al unísono.
    No supe porque me había puesto tan nervioso al oír eso. Y lo más llamativo: ¿Por qué se puso así Davis? Me llamó la atención que un comentario así lo afectara, sobre todo proveniente Kari. Ya estábamos acostumbrados a sus bromas.
    De repente, escuché una voz femenina detrás de mí sacándome de mis pensamientos.

    -Hola T.K...

    Al darme media vuelta, me encontré con una chica rubia de ojos verdes.

    -Ah hola ehh mm ehh...- dije dudando, no podía recordar su nombre, la reconocía de cara... pero su nombre eraaaa...

    -soy Mara, voy al 3°B- dijo sonrojada. Con razón la reconocía pero no le sabia el nombre, yo voy al 3°A

    -ahhh claro Mara, Mara, lo tenía en la punta de la lengua- era mentira, nunca me hubiese acordado yo solo- ¿Qué onda? ¿Todo bien?

    -Ay jaja yo eh- la noté bastante nerviosa- estaba con mis amigas y nos dimos cuenta que no nos comeríamos toda esta bolsa de pochoclos* que compramos, así que pensé que tal vez te gustarían.

    -wow que lindo gesto- dije recibiendo las golosinas- muchas gracias.

    - Que bueno te gusten... emm T.K, me preguntaba si tu y yo podríamos eeemmm salir al cine o hacer algo, claro, si tu quieres- la invitación me tomó por sorpresa.

    -ahh mm...- "¿Y ahora que digo? pensé mientras la veía a los ojos -...seria genial, pero ahora no puedo porque ... porque... tengo mucho trabajo en casa ayudando a mi mamá, además soy asistente en la banda de mi hermano y ahora están tocando en vario lugares y....

    -ahhh bueno, está bien no hay problema- su mirada se entristeció.

    -¡eh!-le llamé la atención- pero bien me desocupo saldremos, ¿te parece?- le pregunté sonriendo.

    No sé porque lo hice. Supuse que me dio pena mirar esa reacción. Justamente era el tipo de situación que a mí me daba miedo pasar. Invitar a alguien a salir y que me rechazara. Había que tener valor para eso, cosa yo creía no tener.

    -Si, si ¿enserio T.K? muchas gracias ¡Que felicidad!... digo, si bueno, espero tu mensaje .- dijo dando media vuelta agitando su pelo, al estilo diva de tv.
    Mientras se alejaba, se dio media vuelta para guiñarme un ojo.

    Yo le respondí con una sonrisa, la rubia sonrió. Una de sus amigas le tiró del brazo ya que casi se llevó puesto uno de los pilares que había en el patio de la escuela por no ver por donde caminaba.
    Mientras toda esta escena ocurría, no me había dado cuenta que Kari y Davis vieron y escucharon todo, terminándose entre ellos 2 el jugo que habíamos comprado para los 3.

    -wow Mara del 3°B te invitó a salir ¡La Mara! Es una de las chicas mas lindas de la escuela, sino la más linda. Es prácticamente inalcanzable.-exclamó Davis alborotado- debes ser el primer chico que ella intenta avanzar, todos están detrás de ella ¡Qué suerte tienes!

    -Davis no se dice LA Mara, se dice solo Mara, y bueno ¿qué esperabas? T.K es uno de los chicos mas apuestos de la escuela- mencionó Kari mientras se levantaba de la escalera sacudiéndose la ropa.

    -Ya chicos, me avergüenzan- dije viendo el suelo

    -¿Y por qué le mentiste de esa forma tan descarada?- preguntó mi amigo

    -Ehh!! No son mentiras, mmm bueno, no todo. No sé... es muy linda y todo, pero hay algo que no me atrae.

    - Tienes a las chicas mas lindas a tu disposición, las tiene embobadas, hipnotizadas. Tendrías todo lo que quieras de ellas con tan solo pedirlo y tu las rechazas y no se te mueve un pelo. Vaya... no te imaginas que harían la mayoría de los chicos de nuestra edad en tu posición- vociferó el castaño mientras volvíamos al salón de clases.

    -Oye no te quejes, tu también tienes chicas que te consideran lindo y que quieren salir contigo- le dije para que dejara de hablar tanto de mi. No me sentía comodo

    -¡Pero no se compara! En tu caso son ellas las que te acosan a ti, además te traen comida- señaló el paquete de pochoclos, del cual ya no quedaba nada ya que Kari y él se habían encargado de comerlo sin ninguna culpa, dejándome otra vez sin ni siquiera probar como estaban, al igual que el jugo- ¡te traen comida! No hay otro gesto de amor más grande en todo el universo.

    - Ya déjalo Davis, si él no quiere salir con nadie está bien, prefiero que se encuentre solo a que salga con esas chicas tan superficiales y frías, además...- a Kari le sonó su celular, interrumpiéndola. Se alejó de nosotros para atender.

    -Bueno en fin- suspiró Davis - es tu decisión, es verdad. No es culpa de las chicas si están detrás tuyo, yo creo que si fuera una chica también estaría loca por vos.

    Ni bien terminó de decir eso, la expresión de su rostro cambió, como si ni él creyera que había dicho eso. Se puso rojo y miró para otro lado. Yo hice lo mismo, lo que había dicho me hizo sentir bastante extraño. Un silencio incomodo se formó entre los dos pero afortunadamente Kari se nos unió después de hablar por teléfono.

    -ahh este Tai, no cambiará nunca ¿de qué me perdí?- preguntó la castaña.

    - De nada- respondimos los dos al mismo tiempo.

    -Oigan, ¿hoy era que el preceptor* pasaría por los cursos avisando de algo importante?- pregunté para cambiar de tema.

    -ah cierto, si, hoy es- respondió Kari haciendo un esfuerzo por recordar- era para hablar de un viaje creo, al campamento Iberriam, Iberro ehh bueno no me acuerdo pero es Ibe-algo, queda bastante al sur, como a 1.200 kilómetros creo.

    -¿1200 kilómetros? vaya eso es mucho, sería como 13 horas de viaje- reflexionó Davis- que extraño, nunca organizan viajes en esta escuela aburrida- se quejó mientras pateaba una botella vacía abandonada en el patio.

    -Tienes, razón- respondí mientras entrabamos al salón de clases- por lo menos algo para romper la rutina.

    Otra vez continuamos con las interminables clases de física. Era la última asignatura y no veíamos la hora de salir de la escuela. Faltando 15 minutos para el fin de las clases, nuestro preceptor Kevin entró. Todos lo miramos atentamente, no porque fuéramos fanáticos del preceptor o que siempre nos importara lo que tenía que decir, sino que cualquier estimulo externo nos llamaba la atención en la hora de física. Ver la pintura secar es más entretenido que la clase de física.

    -Chicos, les vengo a avisar que la semana que viene todos los grados de 3°,4° a 5° harán un viaje de recreación hacia el sur, durante una semana, al campamento Iberium- dijo el preceptor mientras entregaba banco por banco un papel con información sobre el viaje y una autorización para hacer firmar por los padres- No es un viaje obligatorio, pero servirá de mucho a los chicos que andan medio flojos en las materias. Se les otorgará una consideración especial por ir.

    En ese momento vi a Davis, ya que él se encontraba en esa situación. Al notar que lo veía, se hizo el tonto mirando hacia otro lado, rascándose el mentón.

    -La escuela consiguió un convenio con el lugar, que da servicio a muchas escuelas del país, así que el gasto que tendrán que pagar será mínimo. El director, yo y otros 2 profesores más los acompañaremos.

    El preceptor respiró hondo como si evocara recuerdos nostálgicos y prosiguió:

    -Chicos, sinceramente, yo fui a ese lugar cuando era chicho...

    -Ah, entonces el año pasado jajaja- le interrumpió Davis, haciendo que todos nos riéramos.

    Nuestro preceptor, a pesar de rondar los 24 o 25 años, parecía mucho más joven. Apenas era un poco más alto que nosotros que rondábamos los 1,70 metros. No tenía ni un solo rastro de barba, no porque se afeitase bien, sino porque que no le crecía. Tenía un peinado el cual usaría cualquier adolescente, solo que un poco más arreglado. Su cara de niño no ayudaba en mucho. Alguien que no supiera que es el preceptor, lo podría confundir con un estudiante de 6°, que era el último año.

    - ¡Ya basta!- gritó la vieja de física con su vos de anciana malhumorada. Ese grito hubiese puesto en su lugar hasta a la hinchada de futbol más brava- señor Motomiya, siempre siendo tan simpaticón usted ¡Parese cuando le hable! - Davis se paró con mucho miedo- justamente uno de los que más necesita un puntaje adicional en las materias. ¡y póngase bien la camisa por el amor a Dios, siempre lo mismo con usted!

    Davis se desabrochó el botón del pantalón tal como lo había hecho en la mañana.

    - ¡Pero vaya al baño, hombre! ¡¿Que no le da vergüenza?!!- gritó la profesora.

    En eso tenía razón, Davis con el paso del tiempo parecía haber perdido el pudor a cualquier cosa. El moreno salió del curso hacia el baño mientras todas nuestras compañeras se reían.

    -Prosiga nene- le indicó a Kevin

    -Gracias profe... digo profesora- respondió este, desatando una risa generalizada muy leve- bueno como decía, yo a su edad fui al mismo campamento con mi escuela y les juro que es una experiencia única, que vale la pena vivir.
    No la desaprovechen chicos.

    Nos sorprendimos al ver con cuanto sentimiento había dicho esas palabras. Kevin se había mostrado muy sincero, no en el papel del preceptor del colegio, sino como un amigo.

    - ¿Y qué piensan? - nos preguntó Kari una vez que se fue el preceptor- parece que estará bueno ¿no?

    - Y si, que se yo- dijo Davis sin darle mucha importancia, que ya había regresado del baño con la camisa presentable

    -jaja tú no estás en posición de opinar Davis, eres el que más lo necesita- dije riendo mirándolo a los ojos.

    -Estará bueno, además van los chicos de 4° y 5°, así que podremos estar con Mimí, Izzy, Matt, Sora y Tai- dijo Kari emocionada.

    -Si me parece que tienes razón Kari- le sonreí.

    No había tenido muchas experiencias de campamento o de retiro antes, así que la idea me pareció interesante. Además, sentí que había algo que... no sabría cómo explicarlo. Sentí como una clase de presentimiento extraño con respecto a ese viaje.

    "El Iberium" dije para mi mismo viendo el papel que Kevin nos había dado. No supe distinguir si ese presentimiento era bueno o malo.
    Pensé que quizás solo era mi imaginación, el tiempo se encargaría de decirme la verdad.



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    *pochoclo: lo que se come en lo cines, palomitas de maiz
    *Preceptor: el que mantiene el orden de la escuela, toma asistencia en los cursos y comunica cosas

    Bueno hasta ahi el primer capitulo, no se cuantos tendrá. En el proximo presentare a los otros personajes. saludos

    Edited by exerodri - 19/11/2016, 23:45
     
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  2. Taiyama
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    Orale que buena historia! Por favor continuala pronto, mas que iran los mayores tambn y no te preocupes por las palabras se entendio toda el cap contunua asi :)
     
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    Yaoizando
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    Holaa ¿como estan? aca les traigo el segundo capitulo de la historia. es algo largo asi que recomiendo que lo lean tranquilos y con tiempo. aqui presento al resto de los personajes y es mas que nada para seguir conociendo a nuestros protagonistas. Ah, este capitulo contiene "lemon" como veo que le dicen por aqui, bueno no se si en realidad entra en esa categoria, yo aviso por las dudas jaja. bueno no los distraigo mas, ojala lo disfruten

    *Taiyama muchas gracias por el comentario, espero que te gusten los próximos capítulos también. saludos



    Capitulo 2: Los preparativos

    Punto de vista de Tai

    "Esto es más complicado de lo que pensé, tengo que concentrarme sino perderé el ritmo. Es difícil seguir a Matt, pero no nos podemos de-sincronizar. No puedo más. Mi mano me quema, estos movimientos son nuevos y muy difíciles para mí. No tengo experiencia en esto. Él sigue en la suya, claro, él es un experimentado que se maneja como pez en el agua a la hora de hacer esto. Parece que goza mucho, yo en cambio estoy sufriendo, no sé cuánto tiempo más podré seguirle el paso"

    -Ahhh listo, no puedo mas- dije soltando el mástil de la guitarra.

    Matt ni me escuchó, solo siguió tocando la armónica continuando el rock and roll que improvisábamos.

    -¿Matt?- dije tratando de llamarle la atención, pero él siguió soplando las notas con un entusiasmo que pocas veces dejaba ver- ¿Matt, me oyes??- seguí sin respuesta.

    Para sacarlo de su trance, le tiré un peluche con forma de vaca que Sora le había regalado por el aniversario de su primer mes juntos como pareja.

    -ahhg Tai ¿por qué hiciste eso?- me recriminó el rubio sobándose la nariz. No le había apuntado allí pero sirvió para lo que quería hacer.

    -¿Qué no te das cuenta que dejé de seguirte con la guitarra? –dije mientras me agarraba la mano izquierda con la que formaba los acordes, la cual me dolía mucho ya que todavía no estaba acostumbrado a tocar por mucho tiempo- vaya, cuando tocas la armónica te olvidas de todo lo demás.

    - Perdona, es que cuando viene la inspiración uno no se puede contener - dijo mientras guardaba la armónica en su estuche especial- ¿pero porque dejaste de tocar? Íbamos muy bien.

    -Estos acordes son muy difíciles, el FA mayor es prácticamente imposible para mi, hay que tener dedos de hule para poder pasar de un acorde al otro... esto es más difícil de lo que pensé.

    -Claro que no - sonrió mientras me arrebataba la guitarra y se la ponía sobre sus piernas- ¿ves? esta posición es más fácil para poder hacer este acorde y asi pasas a… - me explicó las técnicas que el usaba para hacer cada cosa, yo solo lo miraba medio confundido, asombrado por la elasticidad de sus dedos.

    -Wow Matt, esos dedos hábiles te servirán mucho cuando estés a solas con Sora- dije subiendo y bajando las cejas rápidamente.

    Cuando por fin Matt entendió a que me refería se sonrojó bastante, y dejó la guitarra sobre la cama.

    Me gustaba mucho poner nervioso a mi amigo con el tema de la sexualidad, era el único tema que le incomodaba hablar conmigo. Y ahora que estaba de novio con Sora, siempre veía la oportunidad perfecta para ponerlo más nervioso aun, dándole consejos sobre qué hacer con ella y esas cosas. Matt increíblemente, a pesar de haber sido asediado por las chicas durante toda su vida, aun era virgen. Vah en realidad yo era el único de nuestro grupo de amigos que había tenido relaciones, aunque solo fue una vez. Eso era algo que solo Matt sabía, ya que era la persona que más confianza tenía en todo el mundo.

    -Tu siempre con lo mismo Tai, no todo en la vida es sexo, además solo tenemos 16 años, no hay necesidad de apurarse en el tema- dijo mientras guardaba la guitarra en su funda.

    -Justamente, 16 es la edad perfecta para experimentar y abrirse a nuevas cosas- dije mientras lo sacudía agarrándolo de los hombros- tienes que darle alegrías al mini-Matt- le miré ahí abajo- aparte de las que le da Manuela Di-palma – le dije agarrándole la mano derecha.

    -jajaja ¿Manuela Di-palma?, esa es nueva no la había oído – rió liberando su mano de la mía- ya, todo a su tiempo amigo. Cambiando de tema, ¿sigues saliendo con aquella morena de la otra vez?

    -¿ah? No, no. Hace rato que no la veo, creo que me aburrió- contesté un poco decaído.

    La verdad que últimamente había estado saliendo con muchas chicas distintas. El número máximo de chicas con la que salí en una semana fue de 4 o 5, ya no estaba seguro. A pesar de que no era tan bello como Matt, yo también tenía lo mío. Sabía cómo hacerlas reír y hacerlas sentir cómodas conmigo. Además, ser el capitán del equipo inter-escolar de futbol de nuestra escuela te daba como un "plus".

    Esperen...¿tan bello como Matt? Que mal que sonó eso. Bueno en fin, no lo hacía por diversión, sinceramente no sabía porque había sentido esa necesidad de querer estar con alguien. Curiosamente, había comenzó cuando Matt y Sora se pusieron de novios hace aproximadamente dos meses, o al menos eso creía. Quizás solo eran locuras mías.

    De cualquier manera, ninguna de las chicas con la que salí me había llamado la atención. Así que tuve que seguir esperando a esa persona especial. Pero de vez en cuando me preguntaba ¿Dónde estaría? ¿Faltaría mucho para que la conozca? ¿Cómo sería?

    -¿Tai? – me llamó la atención mi blondo amigo mirándome a los ojos con esos dos faros azules que llevaba en el rostro-Si te pregunté algo que no te gustó perdóname, no fue esa mi intención.

    -Ah no, no hay problema, ando muy despistado últimamente. Oye ¿Qué onda el viaje ese de la escuela? ¿Ya hiciste que te firme la autorización tu padres- pregunté para cambiar de tema.

    - Positivo, la mía y la de T.K ya están firmadas.

    -¿y Sora irá?- pregunté con una sonrisita.

    Sus nervios volvieron a hacerse presentes.

    - Y si, seguro que si – dijo levantando una ceja en señal de sospecha- ¿Qué estas planeando?

    -Ah nada importante- dije mientras levantaba mi bolso del piso, ya que me tenía que ir a la práctica de futbol del equipo escolar con Davis, que me lo encontraría en el camino, como siempre- solo que me parece que será la oportunidad perfecta para que tu y Sora concreten su amor- le dije mientras ladeaba mi pelvis para delante y para atrás.

    -uhh deja de ser tan pervertido, Tai- me dijo mientras se tomaba la cabeza despeinándose un poco.

    -solo piénsalo, Sora y tu, solos, en ese lugar durante una semana. Me tomé la molestia de buscar ese campamento en internet y la verdad que el lugar es un cuento de hadas- eso era cierto, el lugar parecía sacado de una pintura- ¡Es perfecto Matt!

    -Mm bueno después hablaremos de eso- me contestó viendo a su alrededor algo preocupado, como si buscara algo- oye, el peluche con el que casi me rompes la nariz, el que me regaló Sora con forma de vaca. ¿Dónde quedó? Sora vendrá en un momento y si se entera que lo perdí me cortará la cabeza.

    Me reí. Conociéndola a Sora, era posible.

    - Ya aparecerá- dije sonriente saliendo de la habitación- tu sigue buscando, ya sé donde está la salida.

    - Una vaca, pff, que peluche más feo, ¿porque no un oso, o algo más normal? ¿Qué tiene que ver una vaca con el amor?- murmuré para mi mismo mientras caminaba por el pasillo que llevaba a la puerta del departamento.

    Pero algo llamó mi atención al pasar por al frente de la habitación de T.K. La puerta apenas entre abierta dejaba ver que adentro de la habitación estaba todo oscuro, pero del interior se podía oir un ruidito. Uno repetitivo y constante, además de otros sonidos.

    -¿Será posible que sea lo que pienso que es?- Dije para mi mismo – solo hay una forma de saberlo

    Me acerqué hacia la puerta y la abrí lentamente, afortunadamente no hizo ruido al moverla. Una vez adentro de la habitación prendí la luz.

    -AAAHHHH ¡¿ quién es?! ¡Ya les dije que no entren a mi habitación sin tocar!- un muy nervioso y agitado T.K se estremeció ante mi presencia, subiéndose los pantalones y tapándose la zona intima con su playera- ¡¿Qué estás haciendo aquí?!

    No le pude contestar, mi ataque de risa apenas me permitía respirar. Si habría que describir el color de la cara de T.K, creo ni el rojo más puro alcanzaría para hacerlo.

    -jajajaja estaba tocando la guitarra con Matt en su habitación, pero veo que aquí estás tocando otra cosa. Está más entretenido aquí parece.- logré contestar apoyándome sobre mis rodillas para evitar desmayarme por la falta de oxigeno- veo que sigues los pasos de tu hermano.

    -Eres un...- me dijo el menor con una cara de querer matarme y tirarle mis restos a los perros.

    -jajaja, ya estuvo, te dejo para que puedas seguir con lo tuyo. Si Kari me pregunta por ti le diré que estabas haciendo “manualidades”- le dije mientras me acercaba a la puerta- piensa en mí- logré decirle antes que T.K me tirara con una almohada.

    Cerré la puerta para que el rubio pudiera continuar, aun riendo.

    -¡IDIOTA!- me gritó el menor desde adentro, mientras iba saliendo del departamento, todavía con lagrimas en los ojos de tanto reírme.

    Punto de vista de T.K

    Me sorprendí de lo rápido que había pasado el tiempo. El miércoles nos habían avisado del viaje y ya era lunes otra vez. Ni siquiera me acordaba de la mayoría de las cosas que había hecho el fin de semana. Eso si... de lo que si no me podía olvidar era del incidente con Tai del sábado. Dios que vergüenza, encima Tai ¿Por qué tuvo que haber sido él? No podía imaginar alguien más cargoso y burlisto, y yo le había dado cuerda como para que me molestara un buen tiempo.

    Todavía no me lo había cruzado en la escuela pero eso era algo inevitable, ya que siempre andábamos juntos con los demás miembros de nuestro grupo de amigos, éramos como una familia: Kari, Davis, Matt, Tai, Mimí, Izzy, Joe, sora, Ken y yo. Tenía que estar preparado para las burlas y los comentarios pervertidos e incómodos del mejor amigo de mi hermano.

    A pesar de todo, era mi amigo también y lo quería, me gustase o no. Siempre me daba “consejos” sobre cómo tratar con las chicas y todo eso, se creía el maestro de la seducción o algo así. A Davis también le molestaba con eso en igual medida, pero un día dejó de hacerlo. Desde que se enteró que estaba saliendo con Kari, dejó ese tema de lado totalmente con él. Nunca lo dijo, pero seguro no quería que Davis aplicara sus propios consejos pervertidos y de seducción con su hermana. Se podía decir que le salió el tiro por la culata. Es más, quizás había amenazado a Davis para que no intentara nada “raro” con Kari. Conociéndolo a Tai era posible.

    Una vez que me lo crucé en el recreo, lo único que hizo Tai fue mostrarme una sonrisa medio rara cuando nos saludamos. Yo esperaba una catarata de chistes y bromas de parte del moreno. Confundido por su actitud, incluso llegué a creer que (por muy raro que fuese) Tai había madurado. Pensé que había salido airoso del accidente del sábado con el castaño, pero me había equivocado.

    Todo marchaba bien hasta que durante un trabajo grupal en nuestra clase de biología...

    -T.K- dijo Kari sin apartar los ojos del libro en busca de las respuestas al trabajo que nos habían asignado- Tai me dijo que estas haciendo manualidades en tu casa ¿Por qué nunca me dijiste eso?-Yo abrí los ojos de par en par-
    Déjame ver qué cosas haces, tengo un par de ideas muy bonitas.

    No supe dónde esconderme ¡Maldito Tai!

    -No puedo creer que nunca me hayas dicho que hacías esas cosas- me recriminó mi amiga esperando una respuesta.

    -¿Manualidades?- preguntó Davis dejando de usar su libro como almohada, lo que acababa de escuchar parecía resultarle extraño pero familiar al mismo tiempo.

    - ahh ehh no Kari jajai, ehh yooo mmm…- Murmuré sin saber que inventar.
    En mi interior, maldije a Tai con todo mi ser. Él sabía que eso iba a pasar por eso se había ahorrado las bromas frente a todos.

    -¡Ahhh manualidades! Jajaja ya la capté- gritó Davis mirando su mano derecha y riéndose -mira Kari, lo que Tai quiso decir es que T.K se estaba…

    -¡Cállate! – grité empujándolo y golpeándolo para que no continuara, él solo entró a reír.

    Por fortuna, Kari creyó que la pelea era otro de nuestros típicos “jueguitos” de hombres, nos tildó de infantiles y no siguió preguntando del tema. La intervención de Davis me había salvado.


    -----------------------*------------------------



    Los lunes teníamos clase de educación física donde nos exigieron hacer ejercicios más duros de lo normal, aunque nada que Davis y yo no pudiéramos hacer. Ambos estábamos en buena condición física, sobre todo él.
    El viaje estaba programado para que partiéramos el miércoles y volviéramos el jueves de la otra semana, así que el profesor nos quiso dar una despedida a su manera. Después de la clase nos felicitó porque en general todos lo habíamos hecho bien, nos despidió y nos mandó a las duchas.

    -Ahhh que buena clase la de hoy- dijo Davis mientras se cambiaba una vez dentro en el vestuario-que bueno variar un poco los ejercicios de vez en cuando.

    -Eso creo- le respondí mientras me subía el cierre del pantalón- aunque no me molestaría si no se repite otra vez.

    -Lo hicimos bien, a pesar de que todavía me duele este moretón que me hizo Tai el sábado durante la práctica de futbol- dijo bajándose su pantalón y su bóxer, mostrando un golpe morado que tenía en la parte izquierda de su pelvis.

    -ya Davis, no necesito estar viéndote el cuerpo para creerte- dije un incomodo, apartando la vista del cuerpo de mi amigo.

    -Como si fuese la primera vez que me vez desnudo- dijo sonriéndome de manera picara mientras se volvía a cubrir.

    Me di cuenta que era verdad. No era la primera vez que veía a Davis desnudo, ya habíamos estado completamente desnudos el uno frente al otro. Es más, no solo ya nos habíamos visto desnudos, sino más aun…

    Flashback

    Era un día de vacaciones de verano y mi mamá estaba de viaje de trabajo en una ciudad cercana. Por primera vez me dejaba completamente solo, con la única condición de llamarla a cada hora para hacerle saber que estaba bien y que todo estaba en orden. Ya tenía 12 años, me consideraba grandecito para hacer eso. Sin embargo era mejor que estar con una niñera, eso sí era lo peor. A pesar de que podía ir a la casa de papá para estar con él y Matt, no tenía ganas. Prefería tener la casa para mí solo esos dos días.

    Al caer la noche se me ocurrió que sería una idea genial invitar a Davis y a Kari a pasar la noche, como cuando éramos pequeños. Total nadie se enteraría. Primero llamé a Davis, el preguntó si no habría problema y si a mi mamá no le molestaría. Según ella, él era una mala influencia para mí. Una vez le dije que estaríamos solos, inmediatamente me cortó la llamada para alistarse y venir. Después llamé a Kari, pero su padre me dijo que ella y Tai se habían ido a la casa de su abuela a pasar el fin de semana.

    "Bueno no importa, por lo menos vendría Davis" pensé.

    Al poco tiempo él llegó y nos pusimos a hablar y jugar videojuegos. A pesar de ser vacaciones, no nos habíamos visto mucho en las últimas semanas, así que nos pusimos a recuperar el tiempo perdido. Hicimos diferentes cosas, como jugar a imitar a las estrellas de rock con la música a todo lo que daba, por ejemplo. Afortunadamente ningún vecino se quejó y eso que la música estaba al tope. Cantamos y tonteamos un buen rato con nuestras canciones favoritas hasta que nos dio hambre. Davis preguntó si yo quería ayuda para cocinar. Yo le dije que no, ya que pediríamos comida a un delivery cercano. Que nosotros cocináramos hubiese sido igual a un suicidio. Y así usamos el dinero que mamá me había dejado.

    Nos pedimos de todo: pizza, hamburguesas, papas fritas y hasta helados. Increíblemente no quedó nada. Después de cenar nos acomodamos para ver la tele en la sala.

    -T.K, estoy llenísimo- dijo el moreno mientras se sobaba el estomago.

    -Uf sí, yo igual, creo que nos pasamos un poco con la comida- le contesté sentándome a su lado en el piso, frente al televisor de la sala de estar.

    - jaja si, oye... prende el aire acondicionado, está haciendo calor- me pidió mientras se tiraba aire con una mano mirándome a los ojos.
    Tenía razón, era una noche muy pesada y calurosa

    - Disculpa, no funciona, se rompió hace 4 días y todavía no vinieron a arreglarlo.

    -mmm ya veo, tampoco tienes ventiladores, bueno no importa ¿Puedo sacarme la remera?

    -Claro, te iba a proponer lo mismo- le dije mientras me sacaba la mía- ¡Vaya ya son las 11! Tengo que llamar a mamá sino me matará cuando llegue el lunes- grité mientras me acercaba al teléfono dejando a Davis solo, mirando la tele en la sala.

    Después de hablar con mi mamá y desearle buenas noches, volví con mi amigo.
    -Listo ya le hablé, ¿Qué estás viendo?- pregunté mientras me sentaba a su izquierda en el piso.

    -Wow mira T.K, que suerte tenemos, están pasando ese programa donde muestran la vida de las conejitas de Play Boy en la mansión, las que son novias de ese viejo decrepito- dijo muy emocionado tocándome la rodilla sin despegar la vista de la televisión.

    Ya lo había visto a ese programa en el pasado. Lo pasaban por esos canales que durante el día transmitían programas de modas y temas para chicas, pero que a la noche pasaban programas bastante subidos de tono.

    - Ahh si, si. Lo conozco a ese show- dije sintiéndome un poco incomodo, nunca habíamos hablado de pornografía o sexo, solamente en el curso con los demás muchachos.

    -Sabes, si tuviera una de esas rubias como novia, no sé de lo que podría ser capas- dijo Davis mientras se mordía el labio inferior y se agarraba los genitales por encima de la ropa, sin dejar de ver la pantalla.

    -Yo también, esas tipas están que arden- dije mientras hacía exactamente lo mismo.

    Y así la noche tomó un giro inesperado a lo que tenía en mente. Empezamos a hablar de cosas, ¿Cómo explicarlo? “sucias”. De que le haríamos a tal chica si fuéramos sus novios, de lo genial que debía ser tener sexo por primera vez, de lo incomodo que eran las erecciones en ciertas ocasiones, contándonos anécdotas de cuando nos pasaba eso y ese tipo de cosas.

    A pesar que la tele seguía encendida con las conejitas play boy posando para una sesión de fotos con muy poca ropa, no le prestábamos atención. Estábamos bastante adentrados en nuestra conversación.
    Mientras hablábamos, cada uno se masajeaba de vez en cuando las partes intimas por sobre la ropa, o metíamos la mano por adentro de nuestros pantalones ya sin vergüenza de estar en compañía del otro. Conversar de este tipo de cosas nos excitaba. ¿Qué chico de 12 años no se excita hablando de sexo o masturbación?

    Se podía decir que nuestros cuerpos y mentes habían cambiado mucho desde el verano pasado. Ambos habíamos sufrido los efectos de la pubertad durante el año escolar, sintiendo cosas que uno siendo niño nunca experimenta. Cosas nuevas, desconocidas, que generaban tanto placer como culpa. Era la primera vez que nos quedábamos a dormir juntos desde que tuvimos esos cambios. Era agradable poder compartir esas cosas nuevas que te pasan con alguien, sobre todo si ese alguien era tu mejor amigo al que tenías toda la confianza.

    Llegó un momento en que ese masajeo esporádico que hacíamos de nuestros penes por sobre el pantalón se transformó en arremetidas cada vez menos disimuladas. Ambos vestíamos shorts de los que se usan cuando practicas futbol, de una tela bien finita y liviana. Nuestras erecciones eran muy evidentes.

    Ninguno dijo nada, pero ambos sabíamos a que final llegaría esto. Ya era irreversible. Lo que si no estaba seguro es que si nos animaríamos a masturbarnos estando en presencia del otro. Ambos teníamos el deseo de librarnos de las prendas para empezar con la acción que nuestros miembros pedían desesperadamente, pero ninguno se animaba a exponerse primero. Continuamos viendo la televisión, mientras nuestra temperatura corporal aumentaba con cada minuto.

    Como era de suponer, Davis dio el primer paso bajándose los pantalones y el bóxer, dejándome ver su pene erecto a más no poder. Como si hubiese perdido la vergüenza en un segundo, hice lo mismo, exponiéndome ante él. Nuestros ojos se fijaron en el miembro del otro inmediatamente. Nos reímos nerviosamente, eso era nuevo para los dos.

    -Lo tenemos bastante diferentes ¿No?- dijo Davis mientras miraba mi pene y el suyo con mucha atención, como quien comparaba dos celulares o dos sombreros entre sí.

    Él tenía razón, la forma que tenían nuestros miembros era diferente, igual no nos sorprendió ya que nos habían hablado de eso en una clase de educación sexual en la escuela. El tamaño también era dispar, aunque no nos lo habíamos medido antes, se notaba que el de Davis era más grande. Yo no podía dejar de mirárselo lo cual me puso algo nervioso. Me pregunté fugazmente el porqué.

    "Debe ser que tengo la necesidad de compararlo con el mío, eso es todo” pensé para tranquilizarme un poco.

    - Oye ¿no te creció pelo alrededor?- pregunté viendo extrañado al ver que mi amigo no tenía vello ahí abajo.

    -Claro que me creció, es más, desde el año pasado me crece, solo que yo me afeité ya que es más cómodo e higiénico... o por lo menos eso dicen en la tele-me dijo mientras me mostraba el trabajo de rasurado que había hecho, como si estuviese orgulloso-¿te gusta?-preguntó sonriente

    -¿Qué si me gusta? Davis no seas ridículo- le dije enojado mientras ambos empezábamos a masturbarnos viendo la tele.

    De vez en cuando desviaba la mirada del tv para ver como se masturbaba Davis. A pesar de no verle la cara, con el rabillo del ojo me daba cuenta que él a veces hacía lo mismo. A veces nos sorprendíamos mutuamente mirándonos el miembro del otro, pero lo único que hacíamos era mirarnos a los ojo, sonreír y soltar una risita un tanto nerviosa.

    Me sorprendía a mi mismo cuanto tiempo estaba durando sin “acabar”, debía ser la vez que más había durado hasta ese momento.

    -Ahh me cansé- dijo Davis mientras soltaba su pene erecto- ayer hicimos mucho ejercicio físico en el entrenamiento y estoy destruido de los brazos. T.K continua por mi ¿quieres?- dijo mirando su pene, para después mirarme a los ojos.

    Yo respondí con una risa mientras seguía enfocado en lo que estaba haciendo.

    -¿De qué ríes?- dijo haciendo puchero- te los estoy pidiendo en serio.

    - Buen chiste, Davis- dije sin darle mucha importancia

    -Vamos, no seas malo- dijo mientras ladeada su pene duro de un lado para el otro, como incitándome a agarrarlo- hazlo como un favor.

    -¿Qué? ¿Me lo estas pidiendo en serio? ¿Estás loco?- pregunté mientras dejaba de masturbarme para mirarlo a la cara.

    Davis no mostraba la típica expresión que solía lucir cuando hacía un chiste.

    - ¿Qué tiene de malo? Sería como un favor entre amigos- me dijo confiado.

    No lo podía creer, me estaba pidiendo que agarrara su pene y lo masturbara como quien le pedía a un amigo que le rascara la espalda. Por raro que parezca, una parte de mi quería hacerlo, no sé porque. Sentía la necesidad de agarrarlo y cumplir con lo que me pedía pero aquello ya era mucho para mí, no sabía cómo reaccionar. Antes de decir o hacer algo, miré atentamente su rostro. Buscaba una señal que me dijera que lo que decía el moreno era solo un chiste, pero se notaba que no era así. Tartamudeé:

    -Emm yo ehh, Davis no sé eeeemmm.

    "¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no me puedo negar a esta petición?" me pregunté mentalmente sin dejar de ver el pene de mi amigo. Había algo que impedía que me negara.

    -Vamos, por favor. Si quieres yo te toco a vos, así estemos iguales- dijo el moreno mientras apoyaba su mano izquierda en mi muslo derecho. Todo mi cuerpo tembló al contacto.

    Mi corazón se aceleró, era como si me estuviese quemando por dentro. Lentamente comencé a acercar mi temblorosa mano derecha al pene de mi amigo, mientras él hacía lo mismo con su zurda. Una vez que estuve a menos de un centímetro de agarrárselo, me detuve en seco para ver si él decía algo. Pero no. Solo me miraba a los ojos con su mano izquierda a la misma distancia de mi pene que la mía del el suyo, así que sin más, procedí a hacerlo.

    Al mismo tiempo que yo toqué su miembro, el agarró el mío como había prometido. Mi cuerpo entero se estremeció. El suyo era tan suave pero a la vez estaba muy duro. Tardé un rato en acostumbrarme a la sensación de tenerlo en mi mano. Lentamente comenzamos a masturbarnos el uno al otro. Se sentía raro, pero al mismo tiempo muy placentero.

    Los movimientos fueron aumentando en velocidad, al igual que nuestra respiración. Nuestras miradas estaban puestas en el miembro del otro con tal concentración, que la televisión y el show de las conejitas pasó a ser un elemento más del fondo. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban, pero no decíamos nada. Ambos jadeábamos.

    Yo me vine primero, de la punta de mi pene salió una grandísima cantidad de semen de forma lenta, empapando por completo la mano izquierda de Davis. Yo levanté la mirada al techo con la boca abierta y cerrando los ojos. Nunca había sentido una sensación tan poderosa y placentera.

    Todavía reponiéndome, me concentré en el miembro de Davis, quien una vez que eyaculé puso su mano izquierda en mi muslo nuevamente. Empecé a masturbarlo más y más rápido, sus jadeos aumentaron. Incrementé la velocidad con la que mi mano subía y bajaba por el pene del castaño.

    -Aaahh T.K- gimió despacio, casi susurrando, mientras veía como de su pene salían chorros cortitos de semen a gran velocidad, mojando sus abdominales y su pecho.

    Su mano izquierda apretó mi muslo con mucha fuerza, pero nada me importaba en ese momento, estaba como cegado. Después de eso los dos nos tiramos para atrás en el sillón donde estábamos para tomar aire y descansar.

    -¿Ves?- mencionó Davis agitado, tratando de recuperar el aire- no fue tan difícil- dijo sonriendo exhausto y mirándome a los ojos, yo solo le sonreí ya que no tenía aliento para decir algo.

    -puaagg -exclamó el moreno- tengo mucho de T.K en mi mano- dijo acercado a mi cara su mano izquierda que seguía empapada por mi culpa.

    -¡¡aaahh sal de aquí!!- le grité empujándolo- ve limpiarte eso, y límpiate lo que tienes en el pecho también.

    Él se vistió y se fue al baño riéndose.

    Fin de flashback

    De lo fuerte que me había agarrado del muslo esa noche, me había dejado adolorido por varios días. Pero no me importaba. Cada vez que el dolor se hacía presente, mi mente me llevaba a ese momento. Desde esa noche, cada vez que uno se quedaba a dormir en la casa del otro, repetíamos ese ritual. Se volvió tan natural, que directamente nos tocábamos sin preguntar o pedir permiso, como si siempre hubiera sido así. Aquello se repitió durante varios meses. Pero extrañamente y sin razón que yo pudiera encontrar, nuestros encuentros de ese tipo habían disminuido en el último tiempo. La última vez que nos habíamos tocado en compañía del otro había sido hace 3 meses, y en esa vez ya ni siquiera nos dimos placer mutuamente. No me animé a tocarlo, y él tampoco intentó hacerlo conmigo. No le quise preguntar el porqué, ya que nunca habíamos hablado de eso a no ser que estuviéramos a punto de hacerlo.

    Me daba miedo lo que pudiera pensar de mí si tocaba el tema. Pensé que posiblemente él había tenido claro desde el comienzo que aquello era por un tiempo nada más, algo temporal.

    Sinceramente extrañaba sentir su contacto. Extrañaba también poder darle placer a él. En esos momentos en los que nos entregábamos a la satisfacción, era como si nada mas importase en ese instante. El verle la cara de satisfacción, verle sonreír, ver que esa sonrisa era para mí. Que estuviéramos tan unidos me hacía sentir en las nubes.

    Sin embargo, esos pensamientos y sentimientos los ocultaba en un completo silencio. Aparte de no entenderlos del todo, no me agradaban por el hecho que me hacían parecer uno de esos perdedores de las telenovelas que tanto aborrecía.

    Me concentré en terminar de vestirme para poder irnos y dejé de pensar en esas cosas. Tenía que preparar el bolso para el campamento que era en dos días. Todavía no había preparado nada, y no quería estar guardando todo a último momento. Ese era el estilo de Davis.

    Punto de vista de Davis

    Con T.K caminamos hacia la salida de escuela como todos los días. Kari no nos acompañaba ya que la clase educación física de las chicas comenzaba y terminaba media hora antes que la nuestra.

    Mientras hablábamos, me di cuenta que mi despistado amigo llevaba la etiqueta del cuello de la remera por afuera. Sin decirle nada, la agarré y se la acomodé por adentro. No me dijo “gracias” ni nada ya que venía hablando de algo que le interesaba mucho, pero estaba bien. Él sabía que no era necesaria la formalidad entre nosotros. A veces era como un niño en algunos aspectos, tan inocente en algunas ocasiones. Eso me parecía muy tierno. ¿Tierno? Emmm quise decir divertido, sí, eso. Tanto él y Kari sostenían que yo era el más inmaduro de los tres, pero me daba igual. Ellos también lo eran, solo que no se daban cuenta.

    Ya una vez fuera de la escuela, caminamos a la par de un grupo de chicas sentadas en uno de los canteros con flores que adornaban el frente del edificio. Reconocimos algunas de nuestras compañeras de salón, mescladas con chicas que no conocíamos pero que evidentemente eran de la escuela también. Cuando se dieron cuenta de nuestra presencia, se pusieron a murmurar entre ellas y a mirarnos de reojo no muy disimuladamente. No supe si lo hacían a propósito o no se daban cuenta que si lo notábamos. Me enojaba que hicieran eso.

    -¡T.K!- llamó una de las chicas al rubio mientras pasábamos a su lado- ¿vas a ir al viaje del campamento?- le preguntó mientras se enredaba un mechón del pelo con su mano. Un signo de nerviosismo. No era Friud, o como sea, pero eso cualquiera lo sabía.

    -Ah hola, seguro que si ¿Por qué preguntas?- le contestó T.K, sonrojándose un poco.

    Me sobresalté al darme cuenta que había pensado que el rubio se veía tierno cuando se ponía nervioso. Necesitaba llegar a mi casa y despejarme para dejar de pensar esas cosas raras, urgente.

    -Ah no por nada jaja- dijo la chica sonriendo de forma tonta.

    -Entonces nosotras también iremos- gritó otra de las chicas del grupo, provocando una risa entre ellas.

    Como siempre T.K era acosado por sus admiradoras, no importaba cuántas veces pase, él nunca se acostumbraba.

    -Lo ziento chicaz, él ez zolo mío- les dije con un tono amanerado mientras agarraba a T.K de una nalga, alejándonos.

    El blondo solo reaccionó con una risa. Las chicas quisieron explotar de la calentura.

    -¡Algún día te lo quitaremos Davis!- gritó una de chicas del grupo.

    -¡No te descuides sino perderás!

    - Pero que suerte tiene, ya quisiera yo poder hacer eso- fue una de las últimas cosas que logramos oír mientras dejábamos a ese grupo atrás.

    -jajaja eres un descarado, Davis- dijo mi amigo mientras seguíamos caminando por la vereda.

    -No digas que no te gustó, tontín- le respondí sonriente mientras le tocaba el lóbulo de la oreja haciendo que él me empujase y empezáramos a darnos golpes a modo de juego.

    Me pregunté qué era lo que pasaba por esa cabeza rubia cuando bromeaba de esa forma con él ¿Le gustaba? ¿Le incomoda? ¿Le daba igual?


    Últimamente sentía la necesidad de preguntarme ese tipo de cosas. También había notado que últimamente me comportaba de una forma diferente cuando estaba con él. Como si me importase más lo que pensara de mí. Por eso que no me animaba a preguntar porque ya no nos masturbamos juntos, si parecía que lo dos lo disfrutábamos tanto. Pensé que posiblemente al único que le gustaba hacer eso era a mí, por eso a él no le importaba si no lo repetíamos.

    ¿Y si el blondo pensaba que yo era "raro" si se lo preguntaba? No podía soportar esa idea. Lo único que quería era que nunca dejáramos de ser amigos y que estuviésemos siempre juntos. Aquellos sentimientos los tenía desde hace un tiempo, inclusive desde antes de haberme puesto de novio con Kari.


    Mientras caminábamos, escuchamos que alguien nos llamaba desde atrás.

    -¡Davis, T.K! ¡Esperen!

    Ken era un chico flaco, con ojos azules y pelo negro, un poco más largo de lo permiten en la escuela.

    Él era la única persona que conocía que admitía le gustaban los chicos. Lo admiraba por eso, había que ser muy valiente para hacerse cargo de algo así a nuestra edad. Al principio no nos acostumbrábamos a la idea, creíamos que se
    podría enamorar de nosotros o algo así, pero él nos hizo ver que todas nuestras creencias, prejuicios y miedos que teníamos sobre ese tipo de gente eran cosas que la sociedad y la cultura te imponían y las cuales eran falsas.

    Cuando fue transferido a nuestro salón, hace 2 años, fue bien recibido en nuestro grupo de amigos. Y si bien tenía otro grupo con el cual pasaba más tiempo que con nosotros, nos alegrábamos cuando él se nos unía en los recreos, o en las salidas que organizábamos fuera del horario escolar.

    - ¿Adónde van chicos? Claro, si es que se puede saber ¿o es algo íntimo?- preguntó con cierto aire de perversión.

    Eso sí, a veces parecía disfrutar al ver cómo nos incomodábamos con sus ocurrencias, pero en fin, era parte de su personalidad… al parecer.

    -pff no digas tonterías, solo acompaño a T.K a la parada del colectivo y después me voy a mi casa caminando, total, vivo cerca. Ahh pero no sé porque te lo digo si ya lo sabes - dije golpeándome la frente con la palma de mi mano.
    Ken había ido varias veces a mi casa para pasar el rato o para hacer deberes y trabajos grupales para la escuela.

    -Sí, se nota que últimamente tu cerebro no anda bien - dijo ladeando su cabeza de un lado al otro con los ojos cerrados.

    -¿Y qué haces por aquí Ken?- preguntó T.K- Siempre te vienen a buscar después de la escuela

    -Es que los lunes voy al curso de masajista que estoy haciendo hace como 4 meses, hoy es mi última clase y me dan el certificado, aunque eso no me sirve aun ya que por ser tan joven ningún centro de masajes me querrá contratar, por lo menos obtuve las habilidades como para ir practicando para cuando sea mayor- contestó mientras llegábamos a la parada del colectivo que tomaba T.K para volver a su casa.

    -Allá viene mi colectivo. Nos vemos chicos- dijo el blondo despidiéndose.

    Cuando T.K subió al colectivo, no pude evitar ver como se le marcaba el trasero con el pantalón. No era que lo había hecho a propósito, solo que mis ojos no pudieron evitar notar ese detalle. Al recordar que no estaba solo, giré mi cabeza y me di cuenta que Ken me había visto observando a T.K. Intenté disimular ¡Qué vergüenza! Sentí como mi rostro se calentaba lentamente. Sin embargo, para mi fortuna, el peli azabache no se había dado cuenta de la verdad, o por lo menos eso parecía. Estaba consciente que si llegaba a preguntar o a decir algo al respecto, no hubiera sabido que decir o inventar. Ni yo sabía porque lo había hecho.

    Después que se fue T.K, me quedé conversando con Ken en la parada por aproximadamente 10 minutos de diversos temas, para después despedirnos.

    Punto de vista de Matt

    Siempre me habían agradado los martes. Era el día en que menos hacíamos en la escuela, además salíamos más temprano con respecto a otros días. Aquel martes era particularmente atractivo porque saldríamos con los chicos al cine y a comer. Al próximo día partiríamos para el campamento, el cual no tenía muchas ganas de ir. Teníamos planeado tocar con la banda en un pub ese viernes y participar de un torneo de bandas locales el sábado. No porque nos interesase ganar o el dinero. Disfrutábamos de las experiencias como grupo. A nosotros nos complacía tocar tanto si había 200 personas escuchándonos como si solo había 5.

    Pero en fin, aquel viaje sería una buena oportunidad para poder avanzar con mi relación con Sora.

    Aquel martes había vuelto a meter la pata. La idea de ir al cine había sido de Sora, pero su intención era que fuésemos nosotros dos solos, como una salida en pareja. Pero yo me encargué de estropearlo invitando a Tai y los demás. Ella sabía que no lo había hecho a propósito, pero no ocultó su cara de desilusión cuando se enteró que los chicos venían con nosotros. Yo sabía que si les contaba a mis amigos sobre la situación, lo entenderían y desistirían de ir para que fuésemos nosotros dos solos, pero no lo hice. Nuestros amigos habían esperado tanto para ver esa película, que me dio pena pedirles que no fueran.

    Sabía que tenía que cambiar mi actitud con respecto a esa relación. Me estaba dando cuenta que ella era siempre la que proponía actividades para que pasáramos tiempo juntos ¿Y yo qué? ¿Qué había hecho yo por ella en esos dos meses que estábamos saliendo? ¡Nada! Es más, fue ella la que dio el primer paso para que fuéramos novios.

    Un día yo estaba con ella en el patio de la escuela cuando le avisaron por celular que su abuelo había fallecido. Dolida, se puso a llorar sobre mi hombro. Como buen amigo la abracé para que supiera que tenía mi apoyo. Una vez que se pudo componer y dejó de llorar, levantó su mirada de mi hombro para ponerla en mis ojos. De repente vi que se me acercaba al rostro con la clara intención de besarme. No supe reaccionar de otra forma que correspondiéndole el beso. Sinceramente, si me preguntaban porque lo había hecho, no hubiese tenido una explicación. Quizás me había dejado llevar por el momento emotivo.

    Nunca había visto a Sora con otros ojos que no fueran los de un amigo muy cercano, así que ese beso me tomó por sorpresa. Sin embargo, desde ese día, decidí darle una oportunidad a nuestra relación. Nunca había tenido nada serio, y Sora era alguien a quien quería mucho así que ¿Por qué no podía funcionar?

    Lo que me preocupaba era que después de dos meses de noviazgo, todavía no estaba al 100% seguro de que era lo que sentía por ella. Podía ser que era amor o no, no lo sabía.
    Pero en fin, aquel viaje parecía una buena oportunidad para poner las cosas un poco más claras.




    Bueno hasta ahi nomas, les pido perdon si es demasiado largo, pero se me hizo necesario para poder seguir con los hechos del tercer capitulo mas fluidamente. Los invito a comentar, opinar, sugerir. Toda opinion, ya sea positiva o negativa mientras sea con onda, suma y ayuda a crecer. Bueno me despido y espero que esten bien, hasta la proxima semana.

    Edited by exerodri - 19/11/2016, 23:53
     
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    yaoi, arte o perversión?
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    En mi casita disfrutando una buena serie ♥

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    Nueva lectura : quiero conty :=DFSDFSD: :=DANCING: :=NOIP: :=tardesds:
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Harmonia

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    Aaahhhh!!!! Continuacióóónnn!!! la necesitoooooooo!!!! jajajajajajajajaja ... Está muy bueno!,, por favor continualo así puedo morir feliz! jajajajaja Saludos! =)
     
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    Yaoizando
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    Holaaa ¿como estan? !espero que de maravillas!. tercer domingo consecutivo que actualizo. Por ahora vamos bien, jeje. les dejo el tercer capitulo de mi historia, donde los chicos parten al viaje. espero que les guste. Muchas gracias a los que comentan y a los que leen en silencio. lo se por que yo era uno de esos XD jajaja

    En este capitulo me atreví a introducir algo de mi cultura musical, el tema se llama "juegos de seduccion" de Soda Stereo. los invito a escucharla, si no la conocen. si les gusta el rock de seguro les gustara.

    Muchas gracias por los comentarios!!!
    *Sasarai-san me dio mucha gracia lo de "la necesitooo!" jajaja me alegro que te guste la historia!





    Capitulo 3: La Partida



    Punto de vista de T.K

    Al fin había llegado el miércoles. Durante las clases nos explicaron cómo nos organizaríamos para partir al campamento. Eran las 7 P.M, faltaba una hora para que nos encontráramos en la escuela para partir. Llamé a Kari para preguntarle porque no había ido a la escuela ese día y no contestaba mis mensajes. Algo extraño en ella.

    -¿Hola?- reconocí esa voz

    -Hola ¿Tai? Habla T.K ¿Cómo estás?

    -Hola T.K, todo bien, ¿a qué se debe el honor?

    - Solo quería hablar con Kari y preguntarle porque no fue a la escuela.

    -¿nadie te dijo? Kari hoy despertó muy enferma, con fiebre, mocos y todo el kit completo. No podrá ir al viaje con nosotros. ¿Quieres que la despierte así hable contigo?

    -Ahh no, no, déjala pobre. Ella era la que estaba más entusiasmada por este viaje- suspiré- Nos vemos allí entonces.

    -Ok, nos estamos viendo.

    Saber que Kari estaba enferma y que no nos acompañaría en el viaje fue una noticia horrible. Pero no había nada que pudiera hacer. Con tristeza tomé mi bolso y me dirigí a la escuela.

    -----------------------*-------------------



    Me fui encontrando uno a uno con mis compañeros y amigos. Ya estaban ahí Tai, Davis, Izzy, Ken y mi hermano, conversando de las típicas tonterías de las que solían conversar.

    -Hola chicos- saludé al grupo en general- ¿Dónde están Joe y Mimí?- agregué al notar sus ausencias.

    -Joe no vendrá ya que él es del 6° y los de ese curso no viajan ¿recuerdas? - me contestó Izzy- y Mimí ehh… - el pelirrojo no pudo terminar la oración por lo gritos que lo irrumpieron de repente.

    Solo bastó levantar un poco la mirada para ver como una montaña de valijas era arrastrada por un joven, guiado por Mimí, que lo único que hacía era regañarlo por cualquier cosa.

    -¡Ten mucho cuidado con esa valija rosa! Ahí llevo mi colección de zapatos, y cuidado con la roja también, es más cara que tu casa, y no te atrevas a… ¡Hola chicos! Qué bien se ven ¿Están listos para pasarla bien?- preguntó la castaña sacándose los anteojos de sol al vernos.

    -Hola Mimí- contestó Davis primero que todos- wow ¿Por qué tantas valijas? Si nos vamos una semana, no un mes.

    -¿De qué hablas? Solo llevo lo justo y necesario, como ser las lociones, el bronceador, los vestidos de seda, la colección de sombreros…

    Mientras Mimí seguía con su lista de artículos “súper-necesarios” vi como mi hermano caminó hacía una alicaída Sora, que se acercaba lentamente. Me sorprendí al ver que no traía ninguna valija o bolso consigo.

    -Sora ¿Por qué estás tan triste? ¿Y tu valija?- preguntó mi hermano.

    -Matt… no podré ir con ustedes- contestó Sora, mirando el piso.

    -¿Qué? Pero… ¿Por qué?

    -Mi mamá quiere que vaya a lo de mi abuela para cuidarla, está muy enferma. Quiere que vaya aprovechando que esta semana que no tendré clases. La escuela nos devolverá el dinero que pagamos.

    -Pero… ¿Por qué no me lo dijiste antes?- le recriminó Matt enojado.

    -Quise hacerlo ayer en la salida del cine pero…- Sora parecía quebrarse poco a poco.

    -Está bien, no llores… me quedaré contigo.

    -No seas tonto, no es necesario.

    -No, me quedaré contigo, al diablo este viaje.

    -No Matt, está bien, en serio. Ve y disfruta, luego me cuentas como fue todo, con lujos de detalles- Sora esbozó una de las sonrisas más tristes que vi en mi vida, aunque sincera.

    Luego de insistirle varias veces más, Matt decidió aceptar a regañadientes el pedido de su novia. Todos la abrazamos y nos despedimos de la peli-naranja. Me sentía mal por ella. Primero Kari, luego Sora.

    Mi hermano fue el último, quien le dio un beso en los labios antes de que ella se fuese.

    Punto de vista de Tai.

    ¿Por qué? ¿Por qué sentí alegría cuando Sora dijo que no vendría con nosotros al viaje? ¿Qué clase de amigo era? Siempre había querido lo mejor para Matt y Sora, por eso no entendía aquellos sentimientos de felicidad.

    Bueno, seré honesto... la primera semana que estuvieron juntos yo no los quería ni ver. Sentía un profundo rechazo a la idea de ellos dos como pareja hasta que un día…

    Flashback

    -¡Tai espera!- escuché la voz de mi mejor amigo llamándome, pero hice de cuenta que no había escuchado nada- ¡Tai!- seguí ignorándolo mientras continuaba caminando por la cera de vuelta a mi casa.

    Una mano me agarró del hombro y me obligó a dar media vuelta.

    -¡¿Pero qué demonios te pasa?!- su rostro reflejaba mucha ira, me asusté un poco- ¿¡por qué me estas ignorando así?! ¡¿Qué te hice?!!

    -Pff como si te importara- contesté mirando hacia otro lado.

    -¡Contéstame!- me gritó agarrándome de ambos hombros, noté como sus ojos estaban enrojecidos como si estuvieran a punto de llorar. Eso fue un golpe bajo, ya que no me lo esperaba.

    -Yo ehh… - no pude continuar, me quedé mirando esos ojos azules que denotaban dolor.

    -¿Es que todavía sientes cosas por Sora?-me preguntó Matt zarandeándome- ¡pensé que habías sido sincero conmigo cuando me dijiste que no era así!, ¡te dije que me alejaría de ella si tu quisieras!

    -¡Claro que no!- salí de mi trance- eso es parte del pasado- y estaba seguro que era así.
    Alguna vez de niños había sentido una fuerte atracción por Sora, pero eso estaba completamente superado para mí, no tenía dudas.

    -¡¿Entonces?!- me gritó apoyándome contra el paredón- no creo haber hecho nada malo para merecer tu indiferencia- dijo mirando el suelo.

    ¡¿Pero que le estaba haciendo?!

    -Matt... yo… ehh- no me salían las palabras, no había palabras para decir, en realidad no tenia explicación para mi comportamiento. Había actuado sin pensar.

    Los había estado evitando a él y a Sora durante una semana y no tenía una razón ni para mí mismo. ¿Qué clase de idiota hace eso? No podía creer el mal que les había hecho a mis dos mejores amigos, totalmente injustificado. Sentí como si una catarata de sentimientos culpabilizadores caía sobre mí de repente.

    - ¡Lo siento mucho!- grité cerrando los ojos, rompiendo en llanto.

    No aguantaba más, no podía seguir haciéndome el fuerte ni mucho menos el enojado en ese momento. Matt me miró asombrado, evidentemente no esperaba esa reacción mía. Hace muchos años que no me veía llorar.
    -Tai…

    - … no digas nada. Es todo culpa mía- iba diciendo las palabras como podía, mi garganta estaba hecha un nudo, en tan solo unos segundos me había quebrado completamente. Como si algo en mi se hubiera roto y dejó fluir todos esos sentimientos de golpe.

    -Por favor discúlpenme, no sé que me pasó, pero sé que estuve mal- dije entre llantos, para después lanzarme sobre él y abrazarlo.

    No podía controlar mi cuerpo, como tampoco mis ojos que parecían dos grifos abiertos. El rubio sin decir nada me rodeó con sus brazos, quedándonos así hasta que pude recuperarme.

    Fin de Flashback

    Recordando ese día, me di cuenta la suerte que tuvimos que nadie pasara por esa calle en ese momento, hubiera sido muy vergonzoso. Le hice prometer a Matt que no contara nada a nadie, ni siquiera a T.K o a Sora. Con ella me disculpé también, aunque tampoco le di una explicación. Solo las aceptó, contenta de que todo volviera a estar bien entre nosotros.
    ¿Qué era lo que me estaba pasando? ¿Hasta cuándo duraría?

    En lo que estaba metido en mis pensamientos, vi como se acercaba nuestro medio de transporte: un colectivo de de larga distancia, de dos pisos. Todos nos quedamos un poco boquiabiertos ya que nunca pensamos que nuestra escuela fuese capaz alquilar algo así.

    -¡Muy bien, estamos a punto de partir!- gritó el director con esa vos ronca de siempre, percudida por los habanos que siempre fumaba escondido en su oficina- júntense para que Kevin tome asistencia y vayan subiendo… ¡Kevin! ¡Kevin! ¡¿Dónde estás inútil?!

    A todos nos divertía como aquel ogro trataba al joven preceptor. El director siempre había tenido mal genio. Para ser un tipo bajo en estatura tenía un carácter que daba miedo.

    -¡Aquí estoy señor!- gritó el joven con un monto de papeles desorganizados en sus manos, apareciendo en medio de la muchedumbre de alumnos y padres.

    -¡Date prisa tonto! Que ya estamos atrasados-dijo el viejo metiéndose en el colectivo.

    Sinceramente me sorprendía que el director viniera con nosotros, no parecía del tipo de personas que les gustase viajar. Más bien parecía de esos que salían a comer a un bar y se quejaban de hasta el color de los cubiertos.

    Mientras el cielo se oscurecía, fuimos subiendo uno a uno al micro, conforme Kevin nos nombraba por nuestro apellido, por orden alfabético y de curso. Primero entraron los 3°s, donde estaban Davis, Ken y T.K. Luego los 4°s, donde cursan Mimí e Izzy y por ultimo pero no menos importantes los 5°s donde estábamos Matt y yo.

    El interior del colectivo era bastante atractivo. El piso de arriba tenia los asientos forrados con esa tela bien suave que no sé cómo se llama. Había televisores de esos bien chatitos que colgaban del techo cada 3 o 4 hilera de asientos. Incluso, había un par de plays-stations por las cuales los muchachos se tiraron de cabeza a agarrar los controles. En el piso de abajo, solo había espacio para 10 personas, ya que el resto del largo del colectivo era ocupado por la cabina de los choferes y por el espacio donde iban las maletas. Cuando el micro se empezó a mover, todos miramos por la ventana, saludando a los padres que estaban ahí moviendo los brazos despidiéndonos.

    La noche cayó rápidamente, así que los choferes prendieron las luces del interior del vehículo para que no estuviéramos a oscuras. Prontamente dejamos de ver el paisaje conocido de la ciudad para seguir por la carretera estatal.

    Los primeros momentos arriba del colectivo fueron un solo descontrol, con los chicos jugando, gritando y moviéndose de la emoción. La única autoridad en el piso de arriba del vehiculo era Kevin. Un desastre total. El director y los profesores se olvidaron de todos nosotros, viajando en la cabina con los choferes, dejando al pobre del preceptor solo con el cuidado de aproximadamente 100 chicos de entre 14 a 16 años. Más que autoridad de una escuela estaba de niñero. Pobre imbécil jeje.

    Con el paso de la primera hora los ánimos se fueron calmando. Pasaban una película por los televisores que nadie veía, el audio era horrible.
    Uno de los compañeros de Izzy había llevado una guitarra y como toda la escuela sabía que Matt era el líder y cantante de una banda, todos le pidieron que interpretara una canción.

    -Vamos Matt, toca algo por favor- le suplicaba una de las chicas haciéndole ojitos al rubio- cantas muy lindo.
    Matt tartamudeó un poco sonrojado:

    - La verdad que no se es que ehhh… -

    Al igual que T.K, a Matt nunca le gustó que lo halaguen. Eran iguales en ese aspecto.

    -Vamos Matt, no te hagas el de rogar y toca una canción- le dije parándome y poniendo la guitarra en sus manos.

    -Bueno, si no me queda otra- dijo devolviéndome la guitarra, eso me sorprendió- pero tu tocarás mientras yo canto, no es justo que haga todo el trabajo yo solo.

    -¿Qué? ¿Estás loco? No estoy listo para tocar al frente de tanta gente- susurré a su oído.

    -Claro que sí ¿Después de tantos años siendo un caradura ahora te viene a picar el bichito de la vergüenza? Eso es imposible- dijo dejándome con la guitarra y apartándose de mí como si la decisión ya estuviera tomada.

    - Bueno a ver…una que sepamos todos mmm ¿Les parece una de Soda Stereo?- preguntó Matt a la muchedumbre que estaba a nuestro alrededor, obteniendo un “¡Sí!” generalizado.

    -Bien, Tai…“Juegos de seducción” la hemos practicado ¿te acuerdas?

    -Em sí, creo que si- dije no muy seguro.

    -Vamos tu puedes- me dijo mirándome a los ojos y sonriendo.

    Debía ser una de las pocas personas a las que Matt sonreía de esa forma tan amigable. Nunca le gustó ser muy expresivo con sus emociones. Que me sonriera así de esa forma me hizo sentir raro. De alguna forma supe que no podía decirle que no. Me puse en posición, dispuesto a empezar con la canción.

    - Uno, dos, tres ¡va!- gritó el blondo mientras yo tocaba los primeros acordes del tema.
    Matt empezó con su voz privilegiada:

    “Voy a ser tu mayordomo
    Y vos harás el rol de señora bien
    O puedo ser tu violador
    La imaginación
    Esta noche todo lo puede

    Te llevaré hasta el extremo
    Te llevaré HE! HE! HE!”



    En la parte donde decía He He He todos cantaron con nosotros, incluso vi como Kevin se sumó al coro. Parecía un alumno más.

    Me costaba mucho estar concentrado y no perderme con el ritmo o las notas, pero hacia lo mejor que podía, mientras veía como Matt cantaba con todo su energía puesta en ello.

    “Abrázame,
    este es el juego de seducción”



    Las chicas obviamente se derretían viendo y escuchando al rubio cantar. Gritaban como poseídas. Me aguanté las ganas de reír al ver como Matt se ponía cada vez más y más rojo con las cosas que le gritaban.
    Y así tocamos toda la canción. Me equivoqué en varias oportunidades pero al parecer nadie lo había notado. Nos aplaudieron y pidieron que hiciéramos otra. Como mi repertorio (si es que se le podía llamar así) era muy limitado, le entregué la guitarra a Matt para que siguiera solo.

    La noche estaba oscurísima, no se veía nada por las ventanas, ni siquiera las estrellas en el cielo. Pasaron las primeras dos horas del viaje, nos dieron una cena en una bandeja, bastante fea por cierto, y después nos entregaron una frazada a cada uno para taparnos durante la noche. Llegado momento, el chofer desde su cabina apagó las luces y los chicos lentamente se fueron durmiendo. Todos menos yo ¿Cómo poder dormir en una posición tan incomoda? A pesar que el asiento se inclinaba un poco hacía atrás, no había forma de encontrar una posición que me permitiese descansar.

    Decidí levantarme y caminar un poco, a lo mejor encontraba a alguien despierto para conversar. Pero no había nadie. Se hubiera podido escuchar el vuelo de una mosca en aquella quietud. Caminé en silencio envuelto en mi frazada. Avancé por el pasillo y vi a Davis dormir con el mando de la consola de videojuegos en la mano, compartiendo la frazada con un compañero suyo. Me reí de la imagen, pero luego pensé "¿Qué hacía Davis allí?" Se suponía que compartiría la frazada con T.K. Al rubio no lo veía por allí.

    Al seguir caminando, vi varias parejitas durmiendo abrazados y sonrientes. Como no había frazadas para cada uno, no habían pedido que comportáramos si era posible.

    “Soy el único que está solo” pensé en un suspiro. Hasta Izzy dormía acompañado de Mimí bajo la misa manta. Cualquiera hubiese pensado que eran novios.

    Llegando a la escalinata que conectaba los dos pisos del colectivo, que estaba en la parte frontal del vehículo, lo vi. Envuelto en su manta como si fuese un tamal, Matt dormía profundamente. A pesar de la oscuridad, pude ver que dormía con el seño fruncido ¿Estaría soñando? ¿O acaso el enojo por no estar con Sora le perseguía hasta en dormido? Seguramente era eso último. Y yo me había alegrado al saber que la peli naranja no viniera. Al recordar eso sentí asco de mi mismo de nuevo.

    Bajé por la escalinata sin hacer ruido. Tenía la esperanza que alguien estuviese despierto y me pudiera acompañar en mi insomnio de carretera. Cualquiera me hubiese servido de compañía, incluso si Kevin era el único despierto. Pero al bajar vi la misma escena que arriba. El director, los 2 profesores que nos acompañaban, Kevin y algunos alumnos más, todos dormidos. Me desilusioné.

    Era lógico ¿Quien iba a estar despierto a esa hora, Tai idiota? Resignado a pasar la noche despierto, sentado en mi asiento en silencio, me dispuse a subir de nuevo.

    Pero antes de hacerlo, en un último vistazo, algo llamó mi atención. En la última fila de asientos, alguien estaba durmiendo solo y desabrigado. Al acercarme me di cuenta que era T.K, dormía hecho una pelotita por el frio. A pesar que era de noche, el aire acondicionado seguía prendido a full. Algo lógico teniendo en cuenta que el colectivo estaba lleno de adolecentes con todas las hormonas alborotadas. Solo Dios sabía qué tipo de olores hubiésemos sentido si el aire se apagaba.

    Me pregunté porque no había subido arriba para buscar a Davis, con quien compartiría la cobija, u otra persona que quiera hacerlo. Todas las chicas se hubieran peleado por dormir abrazadas con el blondo ojiazul. Sin nada más que hacer, decidí quedarme allí con él. Al sentarme a su lado me di cuenta que los asientos abajo era mucho más blandos y cómodos…con razón el menor se había quedado allí, yo hubiese hecho lo mismo.

    Me le acerqué e hice que mi frazada nos tapara a los dos. Al tocarle la mano me di cuenta que estaba helado. Si yo no hubiese llegado, de seguro el rubito se enfermaba. Después de unos minutos el calor había vuelto a su cuerpo. Al esperar a que me llegase el sueño, observaba como TK dormía.

    No sé porqué, pero al ver el rubio dormir me quedé así como... hipnotizado. Era tan parecido a Matt a su edad. Vi cada detalle del menor: su boca, su nariz, su cabello ligeramente revoltoso. Como un impulso que aparece de repente y sin previo aviso, acaricié la mejilla del rubio con suavidad. Luego, jugué con su cabello intentando hacerle rulos con mis dedos, pero era muy sedoso y lacio así que los rulos no se formaban. Al darme cuenta de lo que estaba haciendo me detuve, algo desconcertado. Eso se había puesto raro ¿Por qué no podía dejar de mirarlo y tocarlo? De repente, sentí miedo de que alguien me hubiese visto.

    Al fijarme a mi alrededor, completamente avergonzado, me di cuenta que todos dormían. Al lado del pasillo, que separaba las dos filas de asientos, Ken dormía compartiendo la frazada con una chica. Para mi suerte parecía estar profundamente dormido. Sintiéndome raro por lo que acababa de hacer con T.K, me enfoqué en dormirme. Al día siguiente llegaríamos al campamento y no quería estar cansado.

    ------------------------------------*---------------------------------------



    -Ahhh que bien dormí- dije mientras bostezaba al despertarme.

    Fue extraño despertarse y sentir el movimiento del colectivo. La luz del día entraba por la ventana. Al ver hacía el exterior me di cuenta que el cielo estaba nublado. No sabía qué hora era, aparentemente había sido uno de los primeros en levantarme, por más extraño que fuese. Todos seguían durmiendo. Intenté ver la hora en mi celular pero algo me sorprendió.

    -¿Pero qué…? – pregunté confundido, todavía adormecido.

    Había algo que me impedía moverme. Entonces me di cuenta: el blondo menor me abrazaba apoyando su cabeza en mi pecho, durmiendo al parecer bastante cómodo.

    “Dios esto es embarazoso, si alguien nos ve podría pensar mal” pensé mientras sentía como se me calentaba el rostro.

    ¿Qué debía hacer? ¿Despertarlo? ¿Intentar moverlo suavemente para apartarlo de mí y tratar de no despertarlo? No, no podía interrumpirle el sueño, el rubio parecía estar sonriendo dormido.

    Algo me impedía poder molestarlo. Sin darme cuenta sonreí. Sentía todo el cuerpo del rubio sobre el mío. Lentamente, la vergüenza se fue transformando en un extraño regocijo. Logré liberar un brazo sin despertarlo y acaricié su cabello como lo había a la noche.

    “Parece un ángel”.

    De repente, aparté la mano a la vez que mis ojos se abrían como dos platos. Se estaba despertando ¿Qué tendría que hacer? ¿Cómo le explicaba aquella situación?

    -Ya sé, me haré el dormido, que lo “solucione” él- me dije mentalmente mientras cerraba mis ojos- Tai, eres un genio.

    Punto de vista de T.K

    ¡Qué pereza sentí al despertarme! No quería levantarme nunca, estaba tan cómodo.

    "¡Un momento! ¿Sobre qué o mejor dicho sobre quien estoy durmiendo?" Pensé aun acurrucado y somnoliento sobre una almohada que no recordaba haber tenido anoche.

    ¡Era Tai! ¿En qué momento había llegado él ahí? ¿Por qué estaba abrazándolo? No quería pasar otro momento embarazoso con él, con lo del sábado ya era suficiente. Al separarme de él, sin querer lo moví un poco, lo suficiente para despertarlo. El castaño abrió los ojos con mucho esfuerzo e hizo un bostezo colosal.

    -Se despertó el bello durmiente- dijo revolviéndome el cabello con una mano y refregándose los ojos con la otra- ¿Cómo dormiste? Espero que bien.

    -¿Ah? Ahh si, si, bien, gracias por preguntar- le contesté un poco lento, todavía estaba medio dormido- oye Tai ¿Dónde está Davis? Se suponía que dormiría con él.

    -Está durmiendo arriba, al bajar te vi muriéndote de frio y decidí compartir mi frazada contigo- de repente, el moreno cambió su mirada de dormido a una de enojo- ¡Eres un tonto! ¿Cómo te vas a dormir así, tan desabrigado y con
    este frio ¡Te pudiste enfermar muy feo! después Matt nos mataría a todos por no cuidar de ti.

    - Ya, ya, no exageres, te pareces a él preocupándote tanto por cosas tan pequeñas- le dije- no fue mi intención, Davis me dijo que ya volvería pronto y me puse a esperarlo, pero al parecer el sueño me venció antes de que él volviera.

    -Mmm menos mal que bajé para abajo, sino te iba a agarrar hipotermia o algo así- dijo revolviéndome el pelo de nuevo, como odiaba que la gente hiciera eso ¿que tenía mi pelo que todos lo vivían tocando?

    - Si serás tonto, no bajarías para arriba ¿No?- le dije sonriendo, ¿cómo podía ser de 5° año y hablar tan mal?

    -Para colmo que te salvo la vida ¿Te atreves a corregirme? ¿Dónde quedó el respeto?- dijo subiéndose sobre mí para empezar a hacerme cosquillas en el estomago y las costillas.

    - ¡Basta! jajajaja ¡No por favor! jajaja Sabes que jajajaja soy muy sensible a eso jajajaja ¡No!- le supliqué entre risas y lagrimas tratando de controlarme para no despertar a todo el colectivo.

    No era muy sensible a las cosquillas, era extremadamente sensible. Bastaba con que me rozasen el estomago para desatar una risa involuntaria e incontrolable.

    - Basta te lo suplico jajajaja ¡Haré lo que sea!

    -No hasta que me pidas perdón- me dijo mientras seguía con su tortura. No podía zafar de sus garras por más que intentara.

    - Perdón jajaja ¡perdón!

    - No hasta que digas que soy el más inteligente y sexy- dijo con una sonrisa, sabía que me tenía a su merced, maldito Tai.

    -jajaja eres el más jajaaja… inteligente jaja… sexy… jaja ¡y guapo!

    - No había dicho que me digas guapo, pero gracias de todas formas- dijo sonriéndome y cerrando los ojos, mientras seguía haciéndome cosquillas. Era verdad, no me lo había pedido ¿Por qué lo dije entonces?

    -jajaja dijiste que me… jajaja soltarías- ya no podía más, me faltaba el aire.

    -mmm ya veré si tengo ganas de soltarte- me dijo sonriente, incrementando la velocidad de sus manos en mis puntos débiles.

    -ahh chicos, por favor, es muy temprano, vayan a tocarse al baño ¿sí?- dijo Ken del otro lado del pasillo que separaban los pares de asientos, mientras se acurrucaba con su frazada.

    Ese comentario evidentemente puso nerviosos a Tai, que dejó de torturarme con sus cosquillas, sentándose de nuevo en su asiento…no sin darme antes un golpe en mi pecho. Yo se lo devolví. Lentamente, el resto de los pasajeros se
    fueron despertando uno a uno.

    Kevin fue uno de los primeros en despertarse. Después de desperezarse y peinarse con las manos, subió las escaleras para ver como se estaban comportando los chicos que viajaban en el piso superior. Por el silencio que había, se notaba que todavía la mayoría seguía durmiendo. Lo único que se escuchaba era los ronquidos del director, quien dormía con toda la boca abierta, babeándose gran parte de su camisa. Uno de los choferes se le acercó y lo movió suavemente, quizás con un poco de miedo.

    A pesar de la delicadeza que tuvo el chofer, el director se despertó exaltado, tirando golpes al aire y gritando cosas incoherentes. Todos los estudiantes reímos.

    -Jaja viejo loco- dijo Tai susurrando. Me asusté al creer que el director lo había escuchado, pero no fue así por suerte. Se lo hubiese hecho pagar al moreno, estaba seguro.

    Luego de susurrarle algo al oído a nuestro director, el chofer volvió a su lugar de trabajo, desapareciendo detrás de la cortina que separaba la cabina del resto del colectivo. Después de eso el mandamás de la escuela se paró en medio del pasillo.

    -¡Gente a despertar!- gritó mientras se desperezaba en frente de todos- haremos una parada para desayunar en la próxima gasolinera. Solo quedan un par de horas más de viaje. Mientras nosotros desayunamos, los choferes harán una revisación técnica del colectivo. ¡No quiero que nadie se separe!- luego, subió las escaleras para comunicar la noticia arriba.

    Con Tai pasábamos el tiempo jugando a un juego que él tenía en su celular y conversando con Ken, quien ya estaba despierto. De vez en cuando mirábamos el paisaje de afuera, había bosques a ambos lados de la carretera. Con aquel día gris, parecían los bosques de la película “The Blair Witch Project”. Tai nos contó, a Ken y a mí, historias de miedo que según él habían ocurrido en bosques parecidos. Estaba seguro que las acababa de inventar con tal de intentar asustarnos. Recordaba como de niños nos aterrorizaba a Kari, Davis y a mí con sus historias. Pero ya estaba grande y no me asustaba tan fácilmente con sus cuentos, aunque… reconocí que no me gustaría estar solo en aquellos bosques.

    Después de un rato llegamos a la gasolinera que el director había dicho. Primero descendimos del ómnibus los que estábamos en el piso de abajo. Una vez afuera, con Tai y Ken esperamos a que salieran nuestros amigos que viajaban en el piso de arriba, para entrar a desayunar juntos al bar de la estación. Mientras los 3 veíamos como salían todos los chicos uno a uno, esperando a que aparecieran nuestros amigos, vi que bajó cierta rubia la cual al verme se me acercó sonriente y dijo:

    -Hola T.K ¿Cómo dormiste?

    -Hola Mara. Bien, bien, gracias por preguntar- me reservé el detalle que había dormido abrazado a Tai. Supuse que era mejor evitar esa parte.

    -¿Sabes? tuve un sueño muy peculiar anoche ¿Quieres que te cuente?

    -Bueno, adelante- dije sonriendo aunque en realidad no me interesaba, había dicho que sí solo para no ser descortés.

    -Soñé que estaba secuestrada en una torre, y tu venias en un caballo blanco a rescatarme, parecías todo un caballero- dijo sonrojada mirando al suelo- que curioso ¿No?

    -Ahh si, bastante jejeje- lo que acababa de escuchar me había avergonzado mucho, no sabía que responder, ¿un simple “gracias” era suficiente?- que suerte tienes, yo no pude soñar nada jaja- dije sabiendo que era lo más estúpido que había dicho en mucho tiempo, no se me ocurrió otra contestación.

    Se rió, no entendí porqué. No había dicho nada gracioso

    - Que pena ¿entramos a desayunar o te quedaras aquí parado durante todo el descanso?

    -Estaba esperando a mis amigos para que entremos juntos ...al parecer se pusieron de acuerdo para bajar al último- dije con un poco de enfado al ver que todavía no bajaban del colectivo- si quieres nos puedes acompañar.

    -Ahh no, no hay problema, la próxima comemos juntos ¿Te parece?- dijo la chica acercándose y peinando mi flequillo con sus dedos.

    No sabía si eran ideas mías, pero estaba demasiado cerca. Involuntariamente tragué saliva con dificultad y abrí y cerré mis manos rápidamente sin que se diera cuenta. Sentí como que todos nos miraban. Debían estar esperando que nos besemos o algo así.

    -Claro, cuando quieras- dije tratando de ocultar mis nervios de tenerla tan cerca.

    Ella sonrió como solía hacer y se alejó para juntarse con sus compañeras.

    Desafortunadamente, Tai y Ken habían estado detrás de mí escuchando todo. Sus caras demostraban que estaban haciendo un esfuerzo gigantesco para no caerse al suelo y llorar de la risa

    - No quiero oír ni una palabra ¡¿Está claro?!- les advertí furioso.

    Ellos asentaron con la cabeza tapándose la boca para no reír. Sabía que no cumplirían esa promesa

    Finalmente nuestros amigos salieron del autobús. Primero Matt e Izzy conversando entre sí, seguidos de Davis y Mimí, quienes parecían que recién se levantaban… toda la vida les costó madrugar a esos dos. Los 7 nos dirigimos al bar de la estación donde ya la mayoría de los chicos esperaban a que les sirvieran su desayuno. Nos sentamos y nos dispusimos a desayunar. Eran de esos típicos desayunos que sirven en las estaciones de servicio* en medio de la ruta, no muy elaborados pero si muy ricos.

    Mientras volvíamos al colectivo para continuar el viaje, Mimí descubrió que al lado de la gasolinera había una tienda de regalos. Conociéndola a nuestra amiga, no nos sorprendió que nos fastidiara para que fueramos siquiera un rato.
    Todos aceptamos de mala gana menos Izzy, quien dijo que si o si debía volver al transporte por no sé qué cuestión.

    -¡Izzy! ¿Podrías venir a avisarnos cuando ya estén por partir?- le gritó Tai al pelirrojo mientras este se alejaba de nosotros para volver al colectivo. Este solo alzó su pulgar en señal de afirmación.

    -No creo que sean tan tontos de dejarnos- dijo Matt mientras entraba a la tienda seguido de una Mimí entusiasmadísima.

    Una vez adentro de la tienda, nos sorprendimos con su tamaño y variedad de cosas. ¿Qué hacía una tienda así en medio de la nada? Era algo ilógico, muy poca gente viajaba por esas carreteras. La tienda tenia de todo, desde revistas y discos musicales, hasta recuerdos y prendas de vestir. La cajera solo nos sonrió a los 6 desde su mostrador mientras nosotros curioseábamos las diferentes cosas que nos ofrecía el local.

    -¡¿Qué se supone que están haciendo aquí?! ¡Vuelvan al autobús de inmediato!- gritó Kevin abriendo la puerta de la tienda. La cajera lo miró como diciendo ¿y a este loco que le pasa?

    - Por favor Kevin, solo estamos viendo regalos para llevar a nuestras casas cuando volvamos- le dijo Mimí haciéndole ojitos al preceptor.

    -Lo siento señorita Tachikawa pero esto está fuera del protocolo del viaje, debemos regresar- dijo Kevin haciéndose el adulto responsable, un papel en el cual siempre nos costó verlo.

    -Por favor preceptor- me sumé a la suplicas- los choferes todavía están haciendo las revisaciones técnicas del colectivo, tenemos tiempo de ver un poco más.

    -Sí, Kevin- dijo Tai desde atrás mío- además un amigo nuestro nos avisará cuando estén por partir. Relájate y disfruta del lugar con nosotros.

    -Mmm bueno, a decir verdad todavía falta 10 minutos para que partamos así que…- el preceptor no completó la frase ya que una revista de motocicletas llamó su atención. La tomó y se puso a leerla. Nos dimos cuenta que al final él era como uno más de nosotros… le gustase o no.

    Todos continuamos paseando por la tienda. Con Davis, en la sección musical, me puse a ver los discos de algunas bandas que nos gustaban a los dos. Aunque eran pocas las veces que coincidíamos en los gustos musicales, disfrutábamos mucho de lo que si compartíamos.

    -¿Cuánto costará este disco?- me preguntó mi amigo buscando alguna etiqueta en el álbum que tenía en sus manos- es un buen regalo para que me perdones por lo dejarte solo anoche- dijo sonriéndome.

    -¿Qué? No pienses en gastar ni un centavo entonces- le dije quitándole el disco de sus manos y poniéndolo de nuevo en el estante - ya te dije que no estoy enojado, así que no es necesario.

    Por algún motivo, el idiota pensaba que me había enojado u ofendido por dejarme solo anoche y librado a mi suerte con el aire acondicionado.

    -Está bien, pero igual quiero demostrarte que lo siento- dijo mirándome fijamente de forma seria, me incomodé un poco- dije que te lo iba a recompensar y así lo haré- agregó con decisión.

    -Bu-bueno si insistes- contesté haciendo girar mis ojos, odiaba recibir regalos cuando sentía que no los merecía- haz lo que quieras.

    Continúe paseando buscando otras cosas que me podrían interesar, y sin darme cuenta llegué a la sección de peluches. Me llamó la atención el ver que Tai y mi hermano estaban allí, en silencio. Matt miraba los osos de peluche con su rostro rojo, seguramente buscando un regalo para Sora. Era evidente que a mi hermano le daba mucha vergüenza que lo vieran interesado en ese tipo de cosas. Me quedé algo alejado de ellos escondido atrás de una de las góndolas para no incomodarlos, pero lo suficientemente cerca para escuchar:

    -Matt- dijo Tai, mientras mi hermano seguía observando los muñecos- quiero que sepas que lamento que tu y Sora no estén juntos esta semana.

    -Da igual- comentó Matt con indiferencia- tú estabas mas entusiasmado que yo con que estemos juntos en este campamento… además solo es una semana, ustedes son muy exagerados- parecía estar concentrado, indeciso de cual peluche elegir, había muchos y muy variados

    -Puede ser, igual te ayudaré a escoger un regalo que demuestre tu amor hacia ella- le dijo Tai con una sonrisa. Desde donde yo estaba, me pareció una sonrisa un poco forzada

    -¡Ahg esto es ridículo!- bramó mi hermano agarrando un peluche al azar para y dirigirse a la caja, Tai solo lo siguió en silencio.

    Desde mi escondite detrás de la góndola ladeé mi cabeza de lado a lado al ver la reacción del cabeza dura de Matt. Nunca le gustó demostrar o hablar mucho sus sentimientos. Era algo que al parecer nunca cambiaría.

    Luego de unos minutos más, llegó momento de irse. Yo no había encontrado nada interesante entre todas las cosas de la tienda. Mientras esperaba a que los chicos pagasen lo que habían decidido comprar, me di cuenta que en la tienda también vendían lentes de sol. Sin nada más que hacer, decidí probarme algunos al frente de un espejo de pie que había a unos metros.

    Revisé modelo por modelo del anaquel, buscando uno especifico, cuando entonces los vi. Por un momento pensé que estaba viendo mal, pero no. Hay estaban. Unos lentes iguales a los de Matt, incluso me animaba a decir que eran mejores

    Siempre había envidado unos lentes para el sol que Matt tenía desde niño. De donde los había sacado, no lo sabía, pero siempre me gustaron. Eran de esos tipos de lentes bastante elegantes, que solían usar los policías en las películas, o los pilotos de las aerolíneas modernas. Mi hermano Nunca me los había querido prestar para ninguna ocasión y yo no tenía dinero para comprarme unos iguales.

    Entusiasmado, me probé los lentes al frente del espejo. Nunca había sido un egocéntrico ni nada, pero debía admitir que esos lentes me quedaban muy bien… bastante bien. Quizás pecaba de presumido, pero en el fondo sabía que era la verdad. Siempre había pensado que ese tipo de anteojos me quedaban mejor a mí que a mi hermano. Sin darme cuenta, posaba y hacía caras frente al espejo, luciendo esos lentes que nunca me pertenecerían.

    -T.K- la voz de Ken me sacó de mi fantasía- ¿te comprarás esos lentes? Te quedan perfectos.

    -¿Ah? No, no creo- dije mientras me los sacaba- no tengo mucho dinero ahora, para colmo… - vi la etiqueta del precio- fiuuuu (silbido) son bastante caros. Otra vez será- dije sin más mientras devolvía los lentes al anaquel.

    -Mejor así- interrumpió Matt nuestra conversación- todavía eres una larva, no estás listo para usar unos anteojos así- mi hermano sacó de su bolsillo los lentes que tanto le envidiaba. Se los puso y sonrió de forma burlista.

    "¿Quién se cree? Algún día también tendré mis lentes, y a mí me quedarán mejor que a él ¡Ya lo verá!" grité en mi mente, mientras sentía como mis dientes rechinaban entre sí.

    -¡Vámonos Ken! Volvamos al colectivo- dije a mi amigo del pelo negro, denotando mi rabia.

    -Sí, ya en un rato voy- dijo mientras daba unos paso para atrás- todavía tengo que pagar las cosas que llevo, ya los alcanzo.

    Así salimos todos de la tienda, menos Ken, con todas las cosas que habíamos comprado envueltas y embolsadas. Hasta Kevin había comprado algunas revistas de motos y otras tonteras más.

    Caminando al lado de Davis, riéndonos de una tontería que el moreno había dicho, nos dirigimos hacía el colectivo. Con las carcajadas saliendo de mi boca sin control, miré hacía donde estaba el ómnibus…o donde se suponía que debía estar. No había nada. Mi risa se fue debilitando a medida que movía mis ojos, viendo los alrededores de la estación de servicio. Entonces mi risa cesó por completo. ¡El colectivo ya no estaba por ningún lado! Se habían marchado sin nosotros.

    La incertidumbre y la sorpresa se reflejaban en los rostros de todos, incluso en la de Kevin. Estábamos varados en una estación de servicio en medio de un bosque ¡Estábamos en el medio de la nada!

    -¿¡Como es esto posible!? ¿Cómo se pudieron olvidar de nosotros?- gritó Mimí enfurecida a los cuatro vientos.



    Bueno hasta aqui nomas. originalmente este capitulo no terminaba aqui pero ya se me hacia demasiaaaaaaado largo, asi que lo corte. me costó decidirme en dejarla a Kari fuera de la trama pero era necesario para como quiero que siga la historia, no tanto con Sora XD. Bueno, me despido espero que anden bien. hasta la proxima semana.



    *Estacion de servicio: otra forma de decir gasolinera. donde se recarga combustible y los viajeros pueden estacionar y descansar.

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 00:21
     
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  9. Taiyama
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    Wow me atrapas en tu historia :D siempre me dejas con ganas de leer más ^^ continuala pronto
     
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    Yaoizando
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    Holaa! cuarta entrega del fic, que en realidad es como una continuación de la tercera. Gracias a los que comentan y me dan consejos. Sirven mucho para intentar mejorar.

    espero que les guste......


    *Taiyama: Muchas gracias por el comentario!!! Me alegra mucho que así sea





    Capitulo 4: El señor Z


    -Esto debe ser una broma- dijo Matt tratando de encontrar una explicación.

    -¡Maldito Izzy! jamás vino a avisarnos que se iban- Tai estaba enfurecido- cuando lo vea lo mataré.

    -Que se olviden de ustedes puedo entenderlo- dijo Kevin mirando el suelo- ¡pero que se olviden de mi! Eso es inaudito. Soy el preceptor ¿Cómo pudieron dejarme atrás así sin más?

    -Eso demuestra el gran aprecio que te tienen- mencionó Matt con sus manos en los bolsillos.

    -No molestes Ishida – dijo Kevin mirándolo de reojo- todavía soy una autoridad de la escuela así que debes respetarme.

    -¿y ahora que haremos?- dije un poco preocupado, al mismo tiempo que Ken se juntaba con nosotros y se ponía al tanto de la situación.

    -¡llamemos a nuestros compañeros por celular para avisar que nos quedamos aquí!- gritó Mimí sacando su celular.

    -Es inútil- le contestó Matt- hace varios quilómetros que los celulares no agarran señal y este lugar no es la excepción- al parecer el ya lo había intentado, pues tenía su celular en la mano.

    -Pidamos un taxi para llegar al campamento, llamemos desde las cabinas telefónicas de la estación- opinó Davis.

    -¿Acaso tu sabes dónde se encuentra el campamento? ¿O cuanto nos costará un taxi desde aquí?- le contestó Tai con algo de enfado.

    -Bueno, yo solo decía…- dijo el moreno menor mirando al piso.

    Mientras discutíamos que hacer, una camioneta de alta gamma se había parado en el estacionamiento de la estación. El hombre que se bajó era bastante grandote y musculoso, de unos 50 años aproximadamente, con cabello y bigote rubio pálido. Vestía con unos jeans y una campera con flecos, al estilo de los vaqueros del oeste. Se notaba que no le iba nada mal en la vida, puesto que la ropa que traía encima se veía bastante costosa. Pasó por nuestro lado sin darnos mucha importancia, dirigiéndose a la tienda de regalos.

    -¿y alguien sabe el número de teléfono del campamento?-pregunto Kevin tratando de pensar en un plan- ¿Alguien tiene un folleto o algo así?

    Al escuchar la palabra “campamento”, vi como el sujeto rubio se detuvo en seco. Nos miró con un poco de curiosidad, como si de repente fuéramos alguien de su interés. Se acercó a nosotros.

    -disculpen chicos que sea entrometido- nos dijo amablemente llamándonos la atención, interrumpiendo nuestra charla de soluciones sin sentido par nuestro problema, como así las acusaciones de culpas que empezaban a hacerse presente- pero me pareció escuchar que necesitan llegar a un campamento ¿estoy en lo cierto?

    -mm puede ser- contestó Kevin haciéndose cargo de la situación. Era algo lógico, era el único mayor de edad, aunque no lo pareciera- ¿Qué se le ofrece?

    -¿Puede ser que ese campamento se llame “El Iberium”?- preguntó el hombresote, su altura me intimidaba.

    Al escuchar el nombre del campamento, todos respondimos afirmativamente con mucha emoción.

    -jajaja perfecto- rió el sujeto. A todos nos asustó un poco, su risa era demasiado estruendosa- Lo supuse porque “El Iberium” es el único campamento por estas rutas. Me presento jóvenes, yo soy el dueño de ese lugar. Vine a comprar un regalo, ya que en algunos días vendrá mi hija a visitarme.

    Todos nos sorprendimos al escuchar eso. Al fin algo de suerte, pensé.

    -Cuéntenme ¿qué hacen aquí solos, sin un medio de transporte?- nos preguntó el hombre, peinando su cabello rubio (casi blanco) para atrás.

    -los idiotas de nuestra escuela nos dejaron aquí sin darse cuenta- contesto Matt, con el humor que lo caracterizaba.

    -ahora lo recuerdo- dijo Kevin en voz baja, al poder verle mejor el rostro, del tipo- vaya, no ha envejecido casi nada después de 10 años.

    - jajajajajaja vaya problema- rio el tipo. Ah esa risa, me estaba empezando a doler los tímpanos - Con gusto me ofrezco a llevarlos, espérenme a que compre algo en la tienda y nos subimos a la camioneta todos juntos- dijo mientras se dirigía nuevamente a la tienda de regalos.

    -¿podemos confiar en este tipo?- preguntó Mimí casi susurrando una vez el voluminoso hombre había ingresado en la tienda- ¿y si es un pervertido o algo así? Uno nunca sabe.

    -tranquila, Kevin lo reconoció- le contestó Tai sonriendo- además, mira allí.

    El castaño señaló la camioneta del hombre rubio. En la parte trasera del vehículo, había una gran calcomanía que decía “Hotel El Iberium”, con el logo de un árbol blanco.

    Punto de vista de Davis

    Después que el tipo ese saliera de la tienda con un regalo en sus manos, nos indicó que nos acercáramos a su camioneta.

    -¿señor?- le dijo Ken al bigotón- ¿no es mucha molestia que nos lleve a los 7?

    - ¡para nada hijo!- le contestó el hombre a nuestro amigo, mientras le revolvía el cabello.

    En ese momento me di cuenta de algo muy peculiar en ese sujeto. Tenía unos ojos muy particulares, de un color que me parecía una mescla de verde con celeste, muy intensos.

    -Cada uno de ustedes de ahora en más son mis invitados, lo mínimo que puedo hacer es ayudarlos. Ademas me dirigía para allí, porque aparte de trabajar también vivo ahí con 2 de mis 3 hijos.

    - muchas gracias señor ehhh…- Dijo Tai - …disculpe, pero no nos dijo su nombre.

    - soy el señor Zchwarzschkildr- ¡¿QUEEEEE?! ¿Cómo se pronunciaba eso? Me daría tres calambres en la lengua al intentarlo- pero pueden decirme señor Z o simplemente Z, como todos los de por aquí. Bien, vayan subiendo a la camioneta niños.- Dijo mientras presionaba el botón de su llavero para desactivar la alarma del vehículo.

    Primero se subió Mimí en el asiento del copiloto, así que viajaría súper cómoda, la envidié. Quedaban los tres asientos de atrás y la caja de la camioneta. En la caja solo había lugar para que viaje una persona, ya que estaba casi llena de chatarra o cosas que parecían chatarra. Yo me subí al asiento que estaba detrás del conductor, Matt se me puso al lado, en el asiento del medio y Ken en el asiento que quedaba libre, dejando a T.K y Tai sin lugar. Kevin había decidido subirse al espacio libre que había en la caja. La idea de ir sintiendo todo el aire frio de la mañana no me atraía en lo más mínimo.

    -Parece que tendrán que cargar a sus amigos en las piernas- dijo el señor Z mientras subía- lamento tener la caja ocupada, chicos.

    -no hay problema señor- contestó Tai con una sonrisa- suficiente con lo que está haciendo por nosotros, si no fuera por usted seguramente nos hubiésemos quedado en esta estación por siempre. A ver… T.K súbete a las piernas de Davis, Matt ya que estás libre, llevarás todos nuestros regalos en tu regazo y tú Ken tendrás el honor de cargarme.

    -¿y tú crees que llevaré todos las bolsas solo porque lo dig…?- el rubio no pudo terminar su pregunta ya que todos le aventamos nuestras bolsas con regalos en sus piernas. El solo contestó con un resoplo.

    -Tai ¿no sería más lógico que tú me cargues a mí, ya que vos eres más grande?- preguntó Ken mientras Tai se le sentaba sobre sus piernas.

    -No, en lo absoluto- contesto le contestó el castaño- Vamos “Sir” T.K solo faltas tú, súbete así arranquemos de una vez.

    No sé porque el rubio se enojó cuando Tai le dijo eso ¿Sir T.K? ¿Había algo que solo ellos dos sabían? Bueno, allá ellos.

    Mi amigo le hizo caso y se subió sobre mis piernas. Por el tamaño del señor Z, el asiento del conductor estaba corrido hacia atrás lo máximo posible, no había mucho espacio para nosotros. Más que sentado sobre mis piernas, se podía decir que T.K iba sentado sobre mí… eh bueno….era una posición muy incómoda para mí. Podía sentir todo el trasero de T.K sobre mi pelvis, toda su anatomía. Me quedé unos segundos en shock al sentir como se sentaba sobre mí de esa forma

    -¿Se supone que tendremos que estar así todo el viaje?- Esa pregunta se presentó de forma alborotada en mi mente

    -Bueno, todo listo, partimos- dijo el rubio adulto mientras ponía primera marcha y arrancaba de manera un poco brusca, haciéndonos zarandear la cabeza por el impulso- conozco varios atajos a través del bosque, así evitaremos el trafico que puede haber en la ruta.

    -¡Genial!-dijo Mimí emocionada- oiga señor Z, solo por curiosidad ¿Cómo es el campamento? ¿Tienen camas o tendremos que dormir en el suelo?- preguntó la castaña, con un poco de temor por la respuesta que el señor Z podría darle.

    En la escuela no nos habían dado mucha información de cómo era el lugar o que haríamos ahí.

    -¿dormir en el suelo? Jajaja no corazón, te explicaré un poco. – dijo el hombre mientras seguía conduciendo sin sacar los ojos de la autopista- el lugar durante las vacaciones de verano es un hotel donde la gente viene a descansar y a disfrutar la belleza del lugar, así que el termino campamento está mal utilizado para referirse al Iberium .

    -¿Un hotel?- preguntó Mimí, asombrada por esa respuesta.

    -Sí, tiene todo lo necesario para que la gente pueda estar cómodamente sin preocuparse. Para los estudiantes tengo edificaciones adheridas al hotel principal donde pueden comer todos juntos, otros salones son para hacer fiestas y esas cosas que les gustan a los jóvenes. Después hay patios al aire libre y unos pocos metros hay canchas de futbol…

    -… ¿Futbol?- le interrumpió Tai.

    -Así es…-sonrió el hombre al ver el entusiasmo de Tai al preguntar eso-…, futbol, vóley ehhh….mm, bueno y otros deportes que ahora no recuerdo. Todo eso fue idea de mi hijo menor.

    -es muy diferente a como me lo imaginaba- mencionó Ken

    -No tienen de que preocuparse- continuó el grandulón- todas las habitaciones tienen aire acondicionado, con su propio baño. Hay una sala de relax donde podrán recibir masajes por parte de nuestros profesionales…

    Caray, el viaje parecía estar poniéndose bueno. Yo había pensado que estaríamos en un chiquero lleno de barro y que nos harían bañar en un rio hediondo. En vez de un castigo, como yo había pensado que era en un principio, la escuela nos había enviado aquí como un premio. Pero… ¿Por qué?

    A Mimí le brillaban los ojos de la emoción al escuchar todas las cosas que el rubio mayor estaba diciendo.

    -¡Pero qué bueno! Y dígame ¿tienen internet, wi-fi, televisión?- preguntó Mimí encantada, todas las cosas que escucho le habían subido el ánimo al 1000%

    -Esas cosas ya no, cielo- contestó un poco en modo de burla el hombre- la gracia del lugar es que se desconecten un poco de toda la basura del mundo exterior que tanto mal nos está haciendo a los humanos- dijo Z con un semblante serio.

    - ¿Quién es la chica de la foto que cuelga de su retrovisor, señor?- preguntó T.K, un tanto curioso.

    No me había dado cuenta de esa foto. Colgada del espejo retrovisor, atada a este por una cinta roja, se movía de aquí para allá al compás del movimiento de la camioneta. En la foto se veía una mujer joven, morena de piel, delgada, vestida de forma simple pero elegante. Su pelo castaño quedaba muy bien con su tono de piel. Era bonita ¡muy bonita! Las facciones de su cara eran algo así como… perfectas se podría decir. La nariz, el mentón, los pómulos…todo era simétrico y delicado. Una mujer muy hermosa.

    -Ella es Noemi, era mi esposa, falleció hace unos 5 años- dijo el señor Z con un tono triste, mirando la foto a la vez que le sonreía.

    Matt le pegó un buen golpe a su hermano en la cabeza, aunque de manera disimulada, por haber tocado ese tema triste para nuestro nuevo anfitrión.

    -Lo siento mucho señor, no sabía- pidió disculpas el rubio, mientras se sobaba donde Matt le había pegado.

    -No te preocupes campeón, la vida sigue ¿no?- dijo un poco más animado nuestro chofer- bueno chicos, agarraremos el atajo a través del bosque, así que sujétense- cuando terminó de decir eso, dobló bruscamente saliendo de la
    ruta para meterse por un sendero en medio de los arboles.

    Las bolsas que Matt llevaba en su regazo volaron por toda la parte trasera de la cabina.

    El sendero que había agarrado el viejo era más irregular que la ruta pavimentada, así que empezamos a rebotar en nuestros asientos. Aquello hizo que T.K rebotara sobre mi… que rebotara sobre mi….bueno, que rebotara sobre mí.

    Durante el trayecto en el que habíamos estado en la ruta, no había tenido ningún problema en controlar mi cuerpo. Pero con aquellos saltitos que T.K hacía sobre mí, se estaba produciendo algo que no podía evitar.

    Una parte de mi se iba “despertando” y no podía hacer nada para controlarlo.

    "¿Qué pensará T.K cuando lo sienta? Pensará que soy un pervertido. ¿Qué puedo hacer?" pensé mientras la desesperación poco a poco se apoderaba mí.

    Cada vez estaba peor y peor. Para colmo, llevaba puesto unos bóxers que eran bien sueltos, juntos con el short de futbol que estaba usando hacían que mi “amiguito” tuviese mucha libertad. Con cada segundo que pasaba, sentía como mi miembro chocaba con las nalgas de mi rubio amigo. Rápidamente llegué al tope de la erección.

    "¿Será que no lo siente? ¿O no quiere hacerme pasar vergüenza frente a los otros?"

    T.K no me había dicho nada todavía. Lo único que hacía era mirar por la ventanilla o hablar de vez en cuando con los otros chicos de variadas cosas.

    Con cada bache o irregularidad del camino, la sensación era más fuerte. No quería seguir con aquello, pero me sorprendí al darme cuenta que una parte de mí lo estaba disfrutando ¡¿Qué me pasaba?! Cada vez el placer era más y más intenso. Me sentí avergonzado, pero a la vez era tan excitante tenerlo a T.K sobre mí, en esa situación. Mi respiración se tornaba cada vez más irregular. Intenté disimular así nadie se enterara, pero se me estaba haciendo difícil. Afortunadamente nadie se había dado cuenta lo callado que estaba. Había alzado mucha temperatura, mi amigo no había parado de rebotar sobre mí ni un segundo desde que entramos en el bosque. No sabía cuánto más podía aguantar disimulando.

    -ahg Ken, tus piernas son muy huesudas, me lastiman- se quejó Tai, intentando acomodarse mejor sobre las piernas de Ken.

    - No tienes porque quejarte Tai, tú fuiste el que quiso ir arriba de él y no al revés- interrumpió T.K en defensa de nuestro par.

    - Nadie pidió tu opinión- le contestó Tai - se ve que estas disfrutando mucho del paseo ¿no?- mencionó mirando la unión de nuestras caderas.

    Quedé petrificado.

    -¿Que estas insinuando?-contestó mi amigo, completamente rojo- ¡no seas ridículo!- gritó mientras empezaban a tirarse manotazos entre los dos, al frente de la cara de Matt, que había quedado en el medio de la pelea cuidando que la pila de regalos que tenia sobre sí no se desparramara por toda la camioneta.

    El Señor Z, al ver el espectáculo infantil que estaba pasando atrás suyo solo, entró a reír a carcajadas.

    Con los movimientos bruscos que estaba haciendo T.K por pelearse con Tai, hacía que la situación mía allí abajo empeorase.

    No podía seguir disimulando. La excitación era demasiada. Afortunadamente, con los movimientos bruscos de la camioneta, el escándalo que estaban causando el rubio y el moreno, y la risa del señor del bigote, nadie se daba cuenta de las caras que iba, producto del continuo roce. De repente, la camioneta dio un salto bastante brusco. Eso fue demasiado para mí… la envestida de mi pelvis contra el trasero del rubio hizo que de mi boca salga un gemido del placer, totalmente involuntario. "¡Qué vergüenza!" Quedé sin poder reaccionar, con el rostro ardiendo.

    Pero al parecer nadie me había escuchado, todos seguían en la suya. Ni siquiera T.K lo había hecho: seguía concentrado peleándose con Tai.

    Cuando pensé que había salido indemne de la situación, vi que Matt me miraba fijamente a los ojos. Me sentí terriblemente incomodo. Nos quedamos mirando unos segundos, que para mi fueron interminables. Su expresión era de duda, como si no entendiera lo que acababa de pasarme.

    "¿Por qué no me dice nada y termina con esto de una vez?"

    De repente, uno de los golpes de T.K que iba destinado a Tai, golpeó a Matt en la cara, cortando con la pseudo-tensión que se había producido entre nosotros dos.

    -¡Ya basta los dos!- Gritó el ojiazul mayor- ¡parecen nenes de 5 años!- tanto T.K como Tai se quedaron quietos al oír ese rugido de Matt.

    -él empezó- dijo Tai cruzándose de brazos y mirando por la ventanilla.

    -no es cierto- contesto el menor ojiazul, haciendo lo mismo.

    -jajaja estos chicos- dijo el señor Z- ustedes se llevarán bien con mi hijo menor ¿Qué edades tienen?

    -Entre 14 y 16 señor- le contestó Mimí.

    -ah perfecto, él tiene 15, su nombre es Ray- continuó hablando Z mientras hacía maniobras entre los arboles del bosque. Me pregunté si sabía por dónde iba- él a la mañana asiste a la escuela, pero durante la tarde hace de coordinador de las actividades del “campamento”, así que lo asignaré a su grupo. Se nota que son buenos chicos, de seguro se llevarán bien.

    Para mi fortuna, después de un largo rato por los “atajos” en medio del bosque, la camioneta volvió a la carretera pavimentada. El vehículo ya no daba saltos ni vibraba por culpa del terreno irregular del bosque, sino que se deslizaba suavemente por el asfalto. Eso ayudó bastante a calmar mi situación ahí abajo, aunque seguía un poco “alterado” por seguir sintiendo a T.K sobre mí. Él se había inclinado para adelante para poder apoyar su cabeza en la parte trasera del asiento del conductor.

    “Me gustaría estar así un tiempo más” pensé para mi mismo mientras acariciaba su espalda de con la yema con mis dedos, como si estuviese dibujando algo. Empecé desde los hombros, bajando lentamente haciendo zigzag, sintiendo cada centímetro de la espalda de mi amigo, hasta llegar hasta la parte baja, donde se encuentran los lumbares.

    -jajaja Davis ¿Qué haces? Me haces cosquillas jaja- Rió el blondo mientras se erguía y se sacudía como un perro mojado cuando se sacude para secarse- me da cosa.

    -ah perdón, lo que pasa es que…ehh….estoy aburrido- dije mientras lo dejaba de tocar.

    Me avergoncé un poco ya que todos giraron la cabeza para ver a qué se refería T.K con lo que acababa de decir.

    -¿estuviste durmiendo todo el camino Davis?- preguntó Mimí desde el asiento de adelante- no te escuché decir ni una palabra desde nos subimos, eso es raro en ti.

    -no, no iba dormido, es que….- ¿Qué podía inventar?- ¡estaba muy concentrado admirando el paisaje!- sonreí, era la mentira perfecta, ya que justamente, el paisaje de aquella zona era maravilloso.

    Los arboles se encontraban totalmente forrados de verde, no como los arboles que rodeaban la gasolinera donde nos habíamos detenido, que eran pelados y grises. Las montañas con las puntas nevadas parecían estar tan cerca que daban la sensación de rodearnos por completo. Hasta el cielo se había aclarado lentamente sin darme cuenta, dejando pasar algunos rayos de sol entre las nubes. Era como si a medida que nos acercáramos al campamento ese, el paisaje hubiese ido mejorando.

    Después de unos minutos más de transitar por los ya coloridos bosques, podíamos observar algo que sobresalía de entre el paisaje a lo lejos. La camioneta cruzó por un puente muy largo, hecho completamente de madera. Nos sorprendimos por el color del agua del rio que pasaba por debajo del puente, era prácticamente cristalina. Se podía sentir una extraña sensación de tranquilidad, como si nada malo pudiese pasar en un lugar tan bonito.

    Mientras contemplaba la belleza que nos rodeaba, no sé porque…..no sé si fue por dejarme llevar por el momento de paz en el que estábamos o por estar tan maravillado de ver un paisaje que nunca vi en mi vida…rodeé a T.K por detrás con mis brazos, casi sin darme cuenta, uniendo mis manos en su estomago. Cuando me di cuenta lo que hice, ya era muy tarde, lo había hecho y ya, fue como si hubiese sido algo automático. Él no dijo nada, solo continuó mirando por la ventanilla que teníamos a nuestro lado izquierdo. Nadie nos había, ya que todos estaban al igual que nosotros, embobados por el paisaje. Mi corazón empezó a latir descontroladamente cuando sentí el contacto de sus manos con las mías. Nos quedamos así un rato, en silencio, hasta que…

    -Bueno chicos, estamos llegando….- dijo el bigotón.

    Con su potente voz nos sacó del trance que las montañas, el rio y los bosques nos habían inducido. Solté a T.K rápidamente ¿en que estaba pensando? ¿Desde cuándo era tan mimoso? Sobre todo con un chico ¡ni que fuese mi novia!

    - …jóvenes les presento mi hogar, mi trabajo, prácticamente toda mi vida esta puesta en este lugar. Espero que pasen una agradable estadía- continuó “el señor Z” mientras veíamos todos asombrados la estructura a la cual nos acercábamos rápidamente.

    -Así que este es El Iberium- dijo Tai, sin salir de su asombro.






    Hasta ahi nomas, capitulo corto, no muy habitual en mi jaja. Los invito a comentar. si tienen alguna sugerencia o consejo no duden en decirmela. bueno, hasta la semana que viene!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 00:35
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    La necesitooo!!! otra vez!! jajajajaja... poooorrr favooorrr! jajajajaja me gusta demasiado este fic ! ^^
     
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  12. Taiyama
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    Orale!!! Coincidido con Sasarai-san XD La necesitamooooooos se esta convirtiendo en uno de mis fics favoritos sobre todo me encanto la personalidad pervertida que le diste a Tai(que es mi personaje favorito ^^) de seguro hara muchas travesuras y yo digo que Matt si se dio cuenta de Davis XD y lo chantajeara por su silencio, por favor continuala :D
     
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    Yaoizando
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    Bueeeenaaas!!! Quinta entrega de la historia!! :D
    Estoy muy feliz por razones personales que seguramente no les interesaa!! jajaja Los comentarios que me dejan también es una de esas razones. Muchas Gracias! sinceramente esperaba recibir maximo uno o dos en toda la historia jaja (re pesimista)

    Este capitulo es importante por varios motivos:
    *los chicos llegan lugar al cual hace referencia el titulo
    *Nos metemos por primera vez en la cabeza de uno de los personajes
    *aparece en escena un personaje muy importante en la trama

    Inserté una imagen para ayudar a la imaginación. Es el lugar en el cual me inspire para ubicar el relato.
    eeemm bueno nada mas, espero que lo disfruten!

    *Sasarai-san y Taiyama: Gracias por esas palabras!!!! me llena de placer que les guste :´)



    Capitulo 5: Llegamos


    Punto de vista de Matt

    Nos quemados boquiabiertos. De entre el paisaje gobernado por colinas y pinos, vimos como emergía lo que parecía una especie de palacio.
    El edificio principal era muy vistoso y elegante. Tenía un aspecto europeo...no me sorprendió, teniendo en cuenta la apariencia y el apellido de su dueño. Las paredes exteriores eran blancas y el techo tenía tejas naranjas. Le calculé 3 o 4 pisos de altura. Del techo sobresalían 5 grandes chimeneas, adornando todavía más el lugar. A ambos lados del edificio del medio había otros bloques o pabellones, del mismo tamaño y los mismos colores que la estructura central. Todo la construcción estaba sobre una colina, totalmente rodeada de arboles.


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    Esa colina se yacía al lado de un lago bastante extenso, en el cual desembocaba el rio que íbamos cruzando por el puente de madera. La imagen de las montañas todavía nevadas le daba el toque final al encanto del lugar. Aquello era mucho mejor de lo que hubiera imaginado. Al final del puente pudimos ver un cartel tallado en madera, bastante grande y vistoso: “Bienvenidos a El Iberium” decía con letras muy grandes. “Donde tu verdadera naturaleza interior florecerá” se podía leer abajo a modo de slogan o leyenda. También se podía ver una especie de emblema o escudo, con un árbol blanco como dibujo central

    Después de cruzar el puente, llegamos al estacionamiento del lugar. Reconocimos el colectivo de nuestra escuela de inmediato. Estaba vacío y estacionado junto a otros 2 colectivos del mismo tipo. No se veía a nadie en las afueras del edifico. El señor Z estacionó su camioneta y nos indicó que bajáramos. Dijo que probablemente todo el mundo se encontraba en el patio de atrás, donde se hacían los actos de bienvenida.

    Cuando descendimos del vehículo nos dimos cuenta que en ningún momento se nos pasó por la cabeza ver cómo iba Kevin en la caja de la camioneta. Se lo veía bastante baqueteado, como si estuviese algo mareado por todos los giros y maniobras que Z había hecho en el bosque. Incluso tenía algunas ramas y hojas en su cabello, de seguro no la había pasado nada bien durante el trayecto. Después de reírnos del preceptor, caminamos detrás del hombre rubio dando un rodeo por afuera a la gigantesca edificación hasta llegar al patio trasero.

    Se había armado una especie de escenario en medio del amplio espacio abierto, al frente de la parte trasera del edificio. El lugar era un mar de gente. Aparte de nuestra escuela, se encontraban allí otras dos instituciones de diferentes provincias, todos reunidos en una sola multitud. El hombre adulto se despidió y se separó de nosotros, dirigiéndose al escenario, abriéndose paso por medio de la multitud de estudiantes y profesores acompañantes. No podíamos reconocer a nadie de nuestra escuela por la cantidad de personas. Afortunadamente vimos como un pelirrojo levantaba las manos saludándonos con una sonrisa en su rostro. Tai y yo corrimos como dos toros salvajes hacia donde estaba él.

    -¡menos mal que nos avisarías si ya nos íbamos!- le grité a nuestro amigo pelirrojo, mientras Tai y yo lo agarramos al mismo tiempo de la ropa, levantándolo en el aire.

    -¡como puede ser que nos hayas olvidado así!- le gritó Tai apretando su puño con furia.

    -¡perdón! ¡Perdón chicos!- gritaba Izzy, mientras movía sus piecitos en el aire- ¡les juro que no fue intencional! Fue todo un accidente, déjenme explicarles.

    -Tienes 5 segundos- dije mientras lo seguíamos suspendiéndolo en el aire.

    -No los acompañé a la tienda porque necesitaba ir al baño urgentemente, la comida que nos sirvieron anoche en el colectivo me cayó muy mal y el baño de la estación estaba clausurado- a medida que el pelirrojo hablaba, con Tai lo fuimos bajando lentamente hasta colocarlo en el suelo de nuevo, tampoco éramos tan fuertes- una vez que salí del baño el colectivo ya estaba en marcha. Una de mis compañeras se me puso a hacer conversación y nunca recordé que ustedes seguían en esa tienda. Cuando me acordé ya estábamos aquí, y todavía no pude encontrar al director para contarle. Les pido que me perdonen- su rostro mostraba que en realidad estaba apenado.

    - ¡¿eso quiere decir que el director no se dio cuenta de que faltábamos?!- se metió Kevin en nuestra conversación, con un brillo en sus ojos.

    -creo que no- le contestó Izzy al preceptor.

    -Qué alivio- suspiró el preceptor, el alma le había vuelto al cuerpo- eso quiere decir que no me asesinará…todavía.

    Decidimos perdonar al pelirrojo, era verdad que siempre había tenido un estomago sensible. Solo le hicimos un par de coscorrones y quemaduras indias. Después le seguimos entre la gente hasta estar casi al frente del escenario. Toda nuestra escuela estaba allí, incluso el director.

    Arriba del escenario había unos 20 hombres y mujeres, no mayores de 30 años, todos con una camiseta azul oscuro con cuello blanco. Aunque estaban algo lejos para ver bien y poder estar seguro, en sus camisetas estaba estampado el mismo dibujo árbol blanco que vimos en el letrero al final del puente. De repente, vimos como el señor Z subía al escenario. Los coordinadores se formaron uno al lado del otro mirando hacia el frente. “Z” empezó a hablar por el micrófono hacia la multitud.

    -¡Buenos días gente!- dijo en voz alta para que todos los chicos hicieran silencio- los saludo a todos, queridos jóvenes, y a las autoridades de las escuelas también. Primero que nada quiero decirles gracias, gracias por elegirnos para compartir con ustedes una semana en este paradisiaco lugar que la madre tierra nos regaló. Hace varios años con mi esposa construimos en este lugar un simple hotelsito, que se convirtió en lo que pueden ver ahora. Todo gracias a que personas como ustedes nos eligen cada año, para brindarles una semana única en sus vidas. Me alegro de tenerlos a todos ustedes hoy aquí.

    El gigantesco hombre tosió antes de continuar.

    -Estas personas que están atrás mío- señaló a las personas con la camiseta azul- son los coordinadores quienes los acompañaran durante su estancia aquí. Cualquier necesidad que tengan acudan a ellos sin dudarlo, a cualquier hora en cualquier lugar. Ellos están aquí solo por ustedes. Ahora les pediré a ustedes que armen grupos de aproximadamente 20 personas, no importa si no son del mismo curso, pero si tienen que ser de la misma escuela. Yo les asignaré a cada grupo un coordinador para que esté a su cargo.

    En ese momento los 7 amigos nos vimos entre nosotros

    - Les quiero presentar a mis dos hijos: Oleg- dijo el señor Z señalando la escalinata del escenario, donde entraba otro Señor Z, pero con 30 años menos.

    Ese chico era igual a su padre, en altura, el color de la piel, el color del pelo. Las únicas diferencias al adulto era que este era mucho más delgado, no llevaba ese bigote tan frondoso que si lucía su padre y por último, tenía los ojos oscuros. Todo lo demás era un calco del señor Z, hasta en su forma de caminar

    - Tiene 18 años, saluda los nuevos huéspedes- le dijo a su hijo, este hizo una especie de reverencia ante la multitud

    -Y ahora Ray, sube aquí- en ese momento entró otro joven por la misma escalinata donde había entrado el primero.

    Si Oleg era la reencarnación del padre, ese chico llamado Ray era la reencarnación de la madre. Era delgado, moreno de piel, pelo castaño y lacio, su rostro era… era… muy particular. Su rostro era prácticamente igual al de la mujer que vimos en la foto que colgaba en el retrovisor de la camioneta, solo que con rasgos más masculinos. Su nariz, su boca… todo era bastante similar a los de esa hermosísima mujer. Debía tener la misma altura que T.K o Davis. Lo único que parecía haber heredado del padre eran los ojos. Esos ojos tan particulares. El color de piel de ese muchacho hacia que aquellos ojos claros contrastarán de forma marcada. El murmullo de las chicas no se hizo esperar.

    -Él tiene 15, y aunque no lo crean, hace 3 años que me ayuda con los grupos. Ya es todo un experto en esto- dijo el rubio adulto agarrando del hombro a sus dos hijos, uno a cada lado.
    Mientras el dueño del hotel seguía hablando de las cosas que haríamos durante la semana, me di cuenta de algo raro. El hijo menor del señor Z me miraba fijamente desde el escenario con sus llamativos ojos.

    "¿Tendré algo en la cara y no me di cuenta? ¿Por qué me observa?" pregunté en mi cabeza un poco incomodo.

    Pensé que debía ser solo una ilusión mía. Había mucha gente alrededor, podía estar mirando a cualquiera. Intenté distraerme viendo alrededor: las montañas, el lago que esta a tan solo unos metros colina abajo, los arboles que nos rodeaban. Solo allí tomé conciencia del paisaje paradisiaco del lugar.

    Luego de perderme por unos minutos en la belleza que nos rodeaba, volví mi mirada hacia el escenario. Me sentí extraño, y a la vez sorprendido. El señor Z no había terminado de hablar. Pero no era eso lo que me descolocó. Lo que me sorprendió fue que aquel chico... me seguía mirando Esa vez estaba seguro. No despegaba sus ojos de mí, me estaba empezando a poner nervioso. Su rostro no demostraba ninguna expresión, solo me observaba fijamente. Sin saber qué hacer para dejar de sentirme observado, le di la espalda y conversé con Mimí del primer tema que se me vino a la cabeza. No me concentraba en la conversación en sí, sino en alargarla lo más posible para que aquel tipo dejara de molestarme. Después de un tiempo de charla, me di media vuelta, viendo el escenario de nuevo, con la esperanza de que todo volviese a la normalidad. Pero no. Ray seguía con sus ojos en mí.

    -Bien espero que la pasen lindo, como se lo merecen. Como dice nuestro slogan, que su naturaleza interior florezca de la manera más bella posible- se desató un aplauso generalizado entre las 200 o 300 personas que estábamos allí- ahora entraremos de una escuela a la vez al hall del hotel. Allí quiero que formen los grupos que ya les dije como tienen que ser, esos grupos serán fijos durante toda su estancia aquí. Una vez que identifiquemos los grupos se le asignará a cada uno un coordinador.

    Nuestra escuela fue la primera en entrar al Hotel. Nos quedamos sorprendidos, esta vez, ante las características del interior del lugar. Todo estaba recubierto de madera, las paredes el techo y hasta los muebles. Había cabezas de animales colgadas en las paredes y varios adornos más. Todo tenía un aire campestre pero al mismo tiempo fino y delicado. Era como estar en una cabaña gigante de algún tipo rico. En el hall, que era muy grande, había sillones y pufs al parecer bastantes cómodos. Todo el piso estaba recubierto por una alfombra blanca.

    A nuestro grupo de 7 se nos unieron 4 chicos y 4 chicas más. A algunos los conocía bien, otros eran compañeros de T.K, Izzy y Mimí. No llegábamos a 20 porque todos los demás chicos de la escuela ya estaban en un grupo.

    El dueño del lugar fue grupo por grupo presentado a un coordinador, hasta que llegó al nuestro.

    -ahh ¡mis amigos los olvidados!- dijo el bigotón con una sonrisa al reconocernos, los demás chicos parecieron no entender por qué nos había llamado así- a ustedes les asignaré a Ray, como se los prometí. ¡Hijo ven aquí! – ese grito se escuchó por toda la habitación llena de gente.

    De entre la multitud que inundaba el lugar, vimos como emergía la figura del hijo del dueño. Se acercó a nosotros con una sonrisa.

    -Hola chicos, me alegra ser su coordinador, estoy seguro que la pasaremos genial- se lo vía sumamente confiado. Al hablar, establecía contacto visual con cada uno de nosotros- wow, un grupo pequeño ¡Mejor! Siempre es preferible la calidad a la cantidad- comentó sonriendo.

    No tuvo ninguna reacción al verme en su grupo. Empecé a dudar si en realidad me había estado mirando a mí durante el discurso de su padre, aunque en ese momento había estado seguro que ese chico me observaba fijamente.

    Las chicas de nuestro grupo estaban súper embobadas con el moreno de ojos claros, inclusive Mimí. Sin darme cuenta, me quedé observándole mientras él hablaba al grupo en general.

    -¿Qué me ocurre?… Esto no es normal- me dije a mi mismo saliendo de aquel extraño estado de trance en que me había sumergido brevemente.

    -Ahora les mostraré sus habitaciones, así puedan acomodarse antes del almuerzo, agarren la que les pertenece y síganme por favor- nos pidió Ray amablemente.

    Mientras le seguíamos, él nos iba contando la historia del hotel, de cuales celebridades o personajes importantes se habían hospedado allí y ese tipo de cosas. Aquel joven demostraba tener mucha espontaneidad y carisma, haciendo reír al grupo de vez en cuando con algunas bromas y ocurrencias divertidas. Ahora entendía porque siendo tan joven su padre lo había puesto como coordinador.

    Subimos todos juntos unas escaleras bastante anchas, las habitaciones que nos habían asignado quedaban en el primer piso El ascensor si funcionaba, pero Ray nos pidió ir por la escalera así conociéramos un poco mejor el lugar.

    En el primer piso, el nuestro, había un pasillo con habitaciones de un lado y grandes ventanas del otro. Ventanas que nos regalaban una vista demasiado exquisita para chicos de ciudad como nosotros. Nunca había ido a un hotel así, tan fino. Por ir admirando el lugar no escuché demasiado lo que el chico de ojos claros fue diciendo mientras nos guiaba.

    -Gente, las habitaciones en el sector que les tocó son de a 2 y de 3 personas -el moreno sacó de su bolsillo varias llaves con números en sus etiquetas- los que compartan la habitación tienen que ser del mismo sexo, y no pueden estar en una habitación que no sea la suya después de las 11 P.M, está prohibido ¡No me culpen a mí! ¡Son órdenes de mi papá!- dijo entre risas, como anticipándose a que nos enojaríamos por esa condición que nos acababa de decir.

    De a poco fue acomodándonos a nuestros compañeros y compañeras en las primeras habitaciones del pasillo dejándonos a Tai, Davis, T.K, Ken y a mí para las dos últimas habitaciones de ese piso. A los menores les asignó una habitación con una cama individual de 1 ½ plaza y una litera. No tenía ventanas y estaba amueblada de forma bastante modesta. Con Tai nos burlamos maliciosamente de los 3, ya que su habitación era más pequeña de las que les había tocado a Mimí y los demás. Como todas las demás habitaciones, aunque pequeña, tenía un baño privado y aire acondicionado.

    Luego fue nuestro turno. Ray nos acompañó hasta la siguiente puerta, la cual era la última del pasillo.

    -Bueno chicos, esta será la suya- dijo mientras hacía girar la llave en la cerradura.

    Aquella puerta lucía más decoraciones y tenía más detalles que las demás puertas del pasillo.

    "¿Por qué sería?" me pregunté curioso.

    Antes de abrir la puerta, el moreno se detuvo y nos vio a los dos con una cara fastidio, pero no fastidio hacia nosotros, sino con él mismo.

    - Disculpen chicos, pero creo que no les pregunté sus nombres. Ya me memoricé el de todos los demás del grupo, menos el de ustedes dos.

    - No te preocupes- intenté animarlo, ya que se veía un poco frustrado por haberse olvidado de preguntar. Parecía tomarse en serio su trabajo- Me llamo Yamato Ishida, pero puedes llamarme Matt, este el de aquí es Taichi pero dile
    Tai- mi amigo le hizo una seña de saludo.

    -Matt y Tai- se repitió para sí mismo- listo, archivado- dijo mientras hacía de cuenta que le ponía llave a su cabeza. Parecía ser un tipo simpático.

    Nuestro coordinador abrió la puerta y nos quedamos sin palabras.

    Aquella habitación era aproximadamente el triple de grande de la que les había tocado a los otros. Tenía bastantes tipos de muebles fino y elegantes, pero lo mejor de todo era la vista del lago con las montañas detrás, la cual podíamos ver gracias a la gigantesca ventana que poseía el cuarto. Eso sí, había un detalle que me llamó la atención.

    -Ray... ¿Por qué hay solo una cama matrimonial? ¿Quieres que duérmanos allí?- pregunté un poco avergonzado. Éramos los únicos del grupo con una cama así en su cuarto.

    - ah sí, sí. Disculpen chicos pero es la única habitación que nos queda en este sector, y los grupos tienen que estar juntos- su sonrisa era como si estuviese sacándose la responsabilidad de encima- pero oye, es muy cómoda, es un colchón de agua. Espero que no les incomode.

    Al oír eso, Tai dejó sus bolsos en el suelo y de un salto se tiró sobre la cama, rebotando varias veces. A él parecía no molestarle compartir la cama.

    -Oye, si te hace sentir mejor, esta habitación es muy importante en el hotel. Cuando viene alguna celebridad con su pareja, esta es la primera habitación que piden la mayoría de las veces. El último que se hospedó aquí fue un cantante muy famoso, así que no piensen que los estoy dejando en una mala habitación.

    -Que coincidencia, él es cantante también- dijo Tai señalándome con su dedo, sin dejar de rebotar en la cama.

    -¿Si? ¡Qué bueno! Quizás puedas cantarte algo después- puso su mano en mi hombro, mientras me sonreía y me miraba a los ojos.

    Esos ojos… ¡Eran muy intensos! No fui capaz de sostenerle la mirada, me sentí incomodo.

    -Chicos con respecto a lo que dije que no podían tener vistitas después de las 11…- el rostro del moreno ojos claros se tornó serio- esas son cosas de mi papá... si quieren hacerlo, sepan que por mí no hay drama. Pueden confiar en mí en que no los delataré o algo así. Estoy seguro que este será un lugar muy concurrido, ya que los dos son muy apuestos, en especial tú- dijo mientras me agarraba la mano para poner la llave de habitación en ella.

    Lo que dijo me avergonzó mucho. No pude evitar hacerlo.

    "¿Qué me pasa? Matt estúpido" me reclamé intentado volver a la normalidad.

    - Bueno, me voy así puedan acomodarse, ya en media hora estará listo el almuerzo y los vendré a buscar- dijo el castaño mientras se despedía.

    Le despedí y cerré la puerta. Viendo la habitación que me había tocado, no me podía quejar. La vista era sencillamente hipnotizante. Después de caminar un poco para ver todos los detalles del cuarto, me desempaqué las cosas de mis bolsos para guardarlas en el armario/ropero del cuarto, el cual era muy grande.

    -Oye Matt, ven a probar lo que es este colchón ¡es genial!- me gritó Tai, que no se había levantado de allí desde que se tiró de un salto.

    -Después, quiero guardar esto primero antes que almorcemos.

    -Vamos acuéstate, te juro que no muerdo…fuerte.

    --------------------------------*-------------------------------



    Cuando llegamos al comedor, este ya estaba casi repleto de gente. El lugar estaba construido para aprovechar la luz solar al máximo. Las grandes ventanas hacían que no fuese necesario prender ni una sola lámpara para iluminar el ambiente, además que permitían ver el paisaje que nos rodeaba.

    "¿La gente de aquí no se hartará de tanta de belleza?" Me pregunté curioso.

    Vimos una gran mesa en el medio del salón, llena de diferentes platos principales y diferentes tipos de guarniciones. Todo estaba listo para que nos sirviéramos libremente, al estilo de un comedor libre. En una mesa bastante grande que sobresalía de las demás, comían el señor Z en la punta, junto con nuestro director, los dos profesores que nos acompañan, los dos choferes y Kevin.

    En medio de la muchedumbre vi a Davis comiendo junto a Izzy en una de las mesas.

    -¿Y los demás?- Pregunté al ver que no se encontraban T.K, Ken ni Mimí con ellos.

    -Todavía no bajaron- me contestó el pelirrojo- les estamos guardando el lugar. Deben hacer la fila para que Ray les entregue el plato y los cubiertos y puedan servirse de la mesa.

    -Ya veo, gracias. Ya volvemos.

    Busqué con la mirada la fila que Izzy había mencionado, hasta que la encontré. Ray y otros coordinadores entregaban uno a uno los platos y los cubiertos en un rincón del salón. Con Tai nos disponemos a hacer la fila hasta que llegara nuestro turno. Teníamos mucha hambre, había pasado mucho tiempo desde el desayuno en la gasolinera.

    -Mi amigo el Sex Simbol- exclamó el chico de 15 años al verme de frente cuando fue mi turno para que me entregaran los cubiertos

    Me sentí muy avergonzado, los que estaban a nuestro alrededor lo habían escuchado

    - aquí tienes- dijo mientras me entrega el plato con los cubiertos envueltos en una servilleta.

    Al recibirlos, sentí como sus dedos recorrieron mi mano lentamente antes de soltar los utensilios. Me sorprendí, a la vez que sentía mucho calor en mi cara. Ray solo me sonrió. Esos ojos…me intimidaban mucho

    - Bon appetit- me dijo sin sacar esa sonrisa de su cara.

    -Gra-gracias- fue lo único que logré decir mientras me retiraba hacia la mesa banquete.

    "¿Pero qué me pasa? ¿Por qué mi mente se nubla al ver a este sujeto?" me pregunté mentalmente consternado.

    No entendía mis reacciones al frente de aquel tipo a lo largo del día. Todo era muy extraño

    Después de mi siguió Tai.

    -Hola Ta…..- el joven coordinador no terminó de decir la frase ya que mi amigo le quitó el plato y los cubiertos, muy rápida y bruscamente, sin siquiera mirarlo a la cara para después seguirme hacia la mesa- ….que lo disfrutes- dijo
    el ojos claros al aire.

    Punto de vista de T.K

    A decir verdad, en comparación con las habitaciones que les habían tocado a Mimí y sus compañeras y a los demás chicos, la nuestra terminaba perdiendo. Pero bueno, tenía todo lo necesario para pasarla bien mientras estemos aquí. Aunque me hubiera gustado una ventanita chiquita siquiera, como para ver el paisaje a todo momento.

    -¡Esta es mía!- gritó Ken mientras se tiraba de un panzazo a la cama individual.

    "¡Qué maldito! Yo quería dormir allí" refunfuñé mentalmente.

    -¡Pido la cama de arriba!- a lo spiderman me subí, dejando a Davis sin otra opción que la cama de abajo.

    -Ni al cabo que ni quería la de arriba- dijo mi amigo mientras desempacaba sus cosas- me daría mucha flojera tener que estar subiendo cada vez que tenga que acostarme.

    -Sí, seguro- dije con cierta ironía. Siempre había sido un mal perdedor.

    Mientras sacaba las prendas de mi bolso para guardarlas en el armario de la habitación, me encontré con una pulsera entre mis cosas.

    "¿Pero que hacía aquí? ¿La habré guardado mientras hacia mi bolso sin darme cuenta?" Me pregunté viendo el accesorio.

    No recordaba haberlo hecho, pero sí recordaba como la había obtenido hace muchos años…

    Flashback

    -Chicos, vayan terminando, que ya casi finaliza la clase.

    La profesora de artes plásticas revisaba banco por banco que hacían sus alumnos.

    - Takeru ¿qué hiciste tú? Estas hecho un enchastre con el pelo lleno de pegamento.

    -Estoy haciendo un estuche para que mi hermano pueda guardar su armónica y no la tenga tirada por ahí como siempre- le contesté.

    Estaba orgulloso de mi trabajo, me había salido muy bien. Y eso que solo tenía 9 años. Había usado palitos de helados y pegamento para armar un estuche lo suficientemente grande para que entrase la armónica de Matt. A pesar de terminar con las manos, el pelo y el rostro llenos de pegamento y papeles, estaba feliz por el regalo que había hecho para mi hermano.

    -Takeru, siempre tan tierno- dijo la profesora con una sonrisa, sacándome algunos papeles que tenia pegado en mis mechones, mientras yo seguía concentrado con los últimos detalle de mi creación.

    -A ver, Daisuke ¿Qué hiciste?- le preguntó la profesora a mi amigo, que estaba en el pupitre de al lado.

    - ¿Yo profe? Estoy haciendo un portarretratos con palitos de helados, pero parece que están defectuosos por qué no se pegan bien.

    La cosa que tenia Davis en su mano no tenia forma de un portarretratos, en realidad ...no tenia forma de nada. Solo era un montón de palitos de helados con mucho pegamento pegados entre sí.

    -Daisuke, tuviste una hora completa para terminar y no lo hiciste- dijo la profe con cierta decepción - ya veré que nota te pongo, espero que mejores en las próxima clases- la profesora se retiró del pupitre del castaño para controlarla a Kari, que estaba al lado.

    -Davis debes poner más empeño en estas cosas ¿Por qué no terminaste el trabajo?- le dije a mi amigo en forma de regaño, mientras le ayudaba a darle forma al mazacote de palitos y pegamento que tenía en su banco.

    -Es que en realidad…estaba haciendo otra cosa durante la clase- me contestó mi amigo mientras se rascaba su cabeza.

    -¿A qué te refieres?- me dio curiosidad lo que había dicho, sobre todo como lo dijo, como si le diera vergüenza. Algo raro en él- ¿Qué estuviste haciendo durante la clase?

    - Bueno, en realidad…es algo para ti- eso me tomó por sorpresa- no es la gran cosa…..y no lo tienes que usar si no te gusta.

    Vi como de forma muy tímida, Davís metió su mano en el bolsillo de su pantalón para luego sacar algo de él. Era una pulsera de hilo encerado, entretejida muy prolijamente, de color rojo y azul. Ya había visto a niños mayores hacer de este tipo de pulseras en los recreos, por eso sabía que era un arduo y largo trabajo de estar manejando los hilos para darle la forma. Y aquella pulsera era verdaderamente elaborada. En la parte donde era azul, había una “T” en rojo, y en la parte roja hay una “k” en azul. No era capaz de calcular la cantidad de tiempo que había estado Davis haciendo aquello. Tuvo que haber sido bastante.

    -wow no se qué decir- estaba muy sorprendido, era raro recibir un regalo tan bonito y personalizado de parte de mi amigo- muchas gracias. No sabía que podías hacer de estas cosas- le dije mientras agarraba tímidamente la pulsera de sus manos.

    -Mi hermana me enseñó hace unos días y bueno… pensé hacer esta para ti- él estaba rojo. Posiblemente yo también lo estaba, lo podía sentir- Durante estos años te convertiste en mi mejor amigo. Cuando estoy contigo me siento tan bien, tan seguro y… y bueno, te lo quería agradecer, aunque fuese con esta pequeñez. Y dime… ¿Te gusta?

    -¿Qué si me gusta? ¡Me encanta!- le grité mientras lo abrazaba.

    Fue un abrazo sincero, ya que lo que había dicho me hizo emocionar bastante. No me importó si nuestros compañeros nos veían, aunque en realidad la mayoría estaba concentrados intentando terminar sus propios proyectos

    -pero yo no tengo nada para ti.

    - No te preocupes, tu amistad es suficiente para mí- me dijo sonriéndome - pero no le digas a Kari que yo te regalé eso, sino se pondrá celosa ¿Hecho?

    -¡Hecho! Estoy seguro que seremos amigos por siempre- le dije mientras me ataba la pulsera en mi muñeca izquierda con una amplia sonrisa en mi rostro.

    Fin de Flashback

    Vi como una gota de agua cayó sobre la pulsera mientras la miraba fijamente, recordando ese día. Me di cuenta que no era una gota de agua, era una lagrima. Mientras recordaba ese día que ocurrió hace casi 5 años, mis ojos se humedecieron tanto que algunas lágrimas recorrieron mis mejillas sin darme cuenta. ¿En qué momento me había puesto a llorar? Limpié mi rostro antes que mis dos amigos se dieran cuenta.

    ¿Cómo podía ser que un recuerdo que pasó hace tanto tiempo me movilice tanto?

    Todavía sin poder recordar el porqué me la había sacado, la até de nuevo en mi muñeca izquierda.

    "¡Qué bien se ve!" pensé inmediatamente al ver cómo me quedaba.

    El tiempo no le había afectado en lo más mínimo. Davis había hecho un buen trabajo. Hace mucho que no la usaba. ¿2 años? Quizás fueron 3, no lo recordaba. Seguramente me la había sacado para evitar desgastarla o algo por el estilo.

    Tenerla de nuevo en mi muñeca me tría tantos recuerdos, algunos tristes pero sobre todo varios alegres. Sinceramente me alegraba haberla traído de nuevo a mi vida, aunque haya sido accidentalmente, ya que seguía sin recordar haberla guardado mientras hacia las maletas.

    En lo que estoy terminando de acomodar mis cosas en el armario, escuchamos como Ray iba golpeando puerta por puerta del pasillo, gritando que bajemos al comedor principal.

    -muchachos vámonos, es mejor llegar primeros así nos agarramos los mejores lugares y los mejores platos, escuche que hoy será una especie de tenedor libre- dijo el moreno ya saliendo del baño acomodándose los pantalones.

    - Uh chicos necesito entrar al baño urgentemente ¿podrían esperarme? no quiero ir solo- nos pidió Ken mientras daba saltitos como un niño pequeño que estaba a punto de orinarse.

    -mm no sé, sería mejor ir ya- note a Davis un poco molesto con lo que el pelo azabache nos estaba pidiendo. Cuando se trata de comida, él se transforma.

    -Yo te esperaré Ken, Davis mejor vete y resérvanos unos lugares hasta que lleguemos- Dije haciéndole seña a Ken para que entrase al baño sin preocuparse.

    Al ver eso, Ken no lo dudó ni un segundo.

    -Bueno, me iré adelantando, espero que no se tarden muc…..- algo llamó la atención del moreno que no le dejó terminar la frase. Me di cuenta que miraba mi mano izquierda- oye… ¿acaso eso es…- vi como mi amigo se sonrojaba al darse cuenta que me había vuelto a poner la pulsera que me había regalado cuando teníamos 9 años

    -¿Qué cosa? Aah ¿esto? Pues si veras…yo ehh…

    -Me alegra que la sigas conservando…- comentó mi amigo mirando el suelo, todavía un poco sonrojado. Se veía que él también se acordaba de ese día en la primaria, hace 5 años- pensé la habías perdido o la habías tirado.

    -Si, al parecer la metí sin querer entre mis cosas y bueno...- intenté demostrar que haberla encontrado no significó gran cosa para mí- aunque no se, tal vez sea algo temporal, olvidé lo incomoda que es, o lo molesta que es que se me la mueva por todo el brazo de vez en cuando…

    -…ah, ya veo- noté como lo que dije parecía haberlo puesto triste- claro…bueno…los espero allá, no tarden.- dijo mientras cerraba la puerta de la habitación, dejándome solo.

    "¡Soy un idiota! ¿Por qué le dije esas cosas tan feas sobre este símbolo de amistad que me regaló?"

    Siempre hacía lo mismo. Por intentar evitar el sentimentalismo, siempre decía cosas que no eran las adecuadas, fuese la situación que sea.

    Herí sus sentimientos. No pensé que aquella pulsera significaba tanto para él. Si significaba tanto para él, lo significaba para mí también. Sentí que tenía que recompensarlo de alguna manera, estaba en falta con él.

    Después de unos minutos, Ken salió del baño y fuimos al comedor. Mientras caminábamos por el pasillo para llegar a las escaleras, mi amigo me agarró de la mano impidiendo que pudiera seguir caminando.

    -Oye T.K, hace rato que te quería dar algo pero no encontraba la oportunidad- me miró de una forma tímida, esquivándome la mirada- verás... esperaba un momento en que estemos solos… y ahora parece perfecto- ¿A qué se refería?

    De su bolsillo sacó un estuche negro y lo abrió en frente mío ¡Eran los lentes de sol los cuales yo me había estado probando en la tienda de regalos!

    - Te los regalo, tómalos.

    -No Ken, ¿Por qué los compraste en secreto?- odiaba que la gente gastase dinero en regalos para mí, era parte de mi educación y de mi forma de ser no querer recibirlos. Sentía que me aprovechaba, siempre- No debiste.

    -No aceptaré un "no" como respuesta, anda acéptalos, considéralo un regalo de cumpleaños atrasado…vi como los deseabas en la tienda aquella.

    - Pero si mi cumpleaños fue como hace 5 meses.

    -Bueno entonces súper-atrasado- sonrió ampliamente. Él también sabía que era una mala excusa ¿Por qué lo hacía?- me enojaré si no me los recibes- aunque no creí que en realidad lo hiciera, me estaba empezando a hacer sentir mal al rechazarle el regalo.

    -Okey, si me lo pones así- agarré el estuche de sus manos.

    Sabía que Ken me iba a seguir insistiendo que los aceptara. Pero por un lado, él tenía razón. En el fondo deseaba aquellos lentes. Un mimo de vez en cuando no hacía nada.

    -Pero no me los pondré ahora, buscaré la oportunidad perfecta- una en la que mi hermano esté presente, pensé - Muchas gracias amigo- le dije mientras lo abrazaba.

    Por un regalo tan caro, era lo menos que podía hacer.

    Después de eso nos dirigimos hacia el comedor , con mis nuevos lentes en mi bolsillo del pantalón.
    Aquel día había recibido regalos de mis dos amigos… bueno en realidad uno era un “nuevo” viejo regalo. Me pregunté si sería una coincidencia que fuera en el mismo día y prácticamente uno después del otro.

    Punto de vista de Ken

    Qué bien se había sentido aquel abrazo en el pasillo. Quedé totalmente idiotizado al sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo, hasta su olor era exquisito. Mientras me abrazaba, quise poder hacerle tantas cosas ahí mismo… pero me contuve. Era demasiado pronto aun.

    Sabía que me terminarías aceptando mi obsequio, vi como mirabas esos lentes en la tienda y sobre todo como te enojaste cuando Matt se burló de ti tenerlos. Se notaba que los querías, así que aproveche la oportunidad para sorprenderte. Sé que no te conquistaré con regalos, no eres de ese tipo de personas, afortunadamente. Esos lentes son solo un detalle, además hacen que te veas todavía más lindo, si es que eso es posible.

    Cuando me enteré de este viaje, pensé que sería una oportunidad perfecta para poder acercarme de otra manera a Takeru Takaishi, el chico por el que todas las niñas morían. Hace tiempo que quería hacerlo, pero nunca me animé por miedo, pero eso era el pasado. Me decidí a intentar estar con él, a luchar por él.

    Cuando lo conocí, no me había llamado la atención, más allá de su belleza. Pero con el pasar del tiempo eso fue cambiando lentamente. Tanto él como Davis me trataron bien desde el principio. Cuando estaba asustado por ser nuevo y no conocer a nadie del salón, ellos me brindaron su amistad. Eso era algo que nunca podría olvidar.

    Al principio del presente año escolar me sentía bastante confundido e indeciso con respecto con lo que sentía por el rubio y el castaño de mi salón. Cada uno tenía algo que al otro le faltaba, me costaba decidirme por uno o el otro. Aunque sabía bien que en aquellas circunstancias uno no podía decidir racionalmente como se hace en otros aspectos. Cada uno era especial a su manera y ambas me gustaban.

    Lo que me gustaba de Davis era su carácter, su espontaneidad, su buen humor, su habilidad para hacerme reír y hacerme sentir seguro. Me gustaba que sea un poco arrogante, eso significaba que era seguro de sí mismo, además era un tipo atlético. Tenía un cuerpo espectacular. Durante las prácticas del equipo del futbol de la escuela, cuando se sacaba la camiseta por el calor, dejaba ver todo su cuerpo y torso esculpido a mano, sus abdominales perfectos. En los vestidores me pasaba viéndolo como se desvestía en frente mío, era como un sueño. Además que era muy apuesto también.

    En cambio, T.K era más dulce, más sensible. El siempre me había escuchado cuando había tenido un problema, siempre se preocupó por mí. Era una persona muy tierna. Varías veces me imaginé abrazado con él en un parque por horas. Pensaba en protegerlo y mimarlo, como si fuese un niño pequeño, un ángel indefenso que necesitaba de mí. Su sonrisa perfecta me ponía bobo. Aunque no era tan fuerte como Davis, no estaba nada mal físicamente. Nunca me interesó el básquet, pero por verlo a al rubio correr sin remera durante las prácticas me pasaba tardes y tardes viendo sus partidos.

    Sí, cada uno tenía cosas que el otro no , era como si se complementaran. Pero lentamente T.K fue ganando terreno en mis pensamientos, por sus atenciones hacia mí, su cordialidad, su forma tan amigable de ser. Decidí jugármela por él. Había tomado una decisión.

    Tenía que apresurarme, ya que no estaba seguro de que intenciones tenía Davis con respecto al rubio. Esos dos últimamente se comportaban muy extraño cuando estaban juntos. No lo querían admitir, pero yo veía algo más que simple amistad entre ellos dos. Ya no podían disimularlo. La forma como se miraban, como se tocaban constantemente, era como si no lo pudieran evitar. T.K no lo sabía, pero antes de que saliera el sol, en el colectivo, Davis bajó del segundo piso y los encontró a él y Tai abrazados muy felizmente. Su cara fue de sorpresa y dolor, dolor de lo que estaba viendo. Se quedó un rato tratando de asimilar lo que sus ojos veían, para después volver al piso de arriba de donde vino, no sin antes mirar repetidamente como su “amigo” descansaba sobre el pecho del mayor. Alguien que solo sintiera amistad por una persona no hubiese tenido esa reacción.

    Yo lo vi todo. Ya que siempre fui de mal dormir, estaba despierto cuando pasó, solo que me hice el dormido. También vi como el mayor acarició el rostro y cabello de T.K, aprovechando que este dormía. La rabia que sentí en ese momento fue gigantesca, pero no podía hacer nada.

    Tai...aquel moreno también me preocupaba. El joven ojiazul de mis sueños parecía tenerle un gran afecto, quizás demasiado. Desconfiaba también de Tai. De que intentase enamorar a T.K, o que este ya sintiese algo por el mayor.
    No es que me gustase espiar a mis amigos, solo era muy atento a los detalles que nadie notaba. En el trayecto hacia allí, en la camioneta, varias veces lancé miradas disimuladas a mis compañeros de curso. Mi imaginación volaba sin control al pensar en que estarían sintiendo el uno y el otro en esos momentos al ir sentados como lo iban haciendo. Las caras de Davis solo hacían que me excitase más y más con mis pervertidos pensamientos. Afortunadamente, no estuve en la misma situación de ellos con Tai, ya que nosotros si teníamos espacio para que él se sentase en mis piernas y no en mi pelvis. Así que no notó ninguna “irregularidad”, cosa que ellos dos habían provocado en mis pantalones durante casi todo el trayecto en la camioneta. Como envidié a Davis en ese momento. También noté ese abrazo que el moreno le dio a T.K por detrás. Lo peor fue que el rubio le correspondió apoyando sus manos sobre las del moreno. Mi sangre hirvió, pero otra vez no pude hacer nada, solo masticar mi rabia silenciosamente.

    Ya había esperado suficiente. Dejaría de ser solo un amigo para T.K para ser algo más. Podía hacerlo. Pensé mucho en Davis. Era mi amigo y lo quería, pero si él no había sabido reconocer sus sentimientos o no los quiso aceptar, era problema suyo. Si hubiesen tenido algo ya establecido, nunca hubiera pensado en meterme. Nunca fui esa clase de personas que destruyen relaciones. Pero tanto él como yo esperamos demasiado tiempo. Uno tenía que mover primero, y ese sería yo. Antes, mi mayor miedo era a no ser correspondido, de que T.K se alejara de mi por sentirse incomodo con mi presencia. Pero decidí que ya no más. Prefería intentarlo y perder que quedarme con la duda eterna de que hubiera pasado si me animaba. El viaje recién empezaba. T.K al final del campamento sería mío.




    Eso es todo por ahora.
    Ese hotel es uno que se encuentra en el sur de mi pais. Tengo el placer de conocerlo, por afuera (soy muy pobre para poder entrar)
    Hasta la proxima!! gracias por leer. Buena suerte a todos :D

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 00:51
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Aaaahhhh!!! que hermosooo!!! debo de admitir que de todos los fanfics de digimon que he leído, este es el que más me ha atrapado.... es más.. digamos que llego a desesperarme por ver las continuaciones ! jajajajajajaja felicitaciones, estas creando un hermoso fanfic ^^ ... Espero con ansias la continuación ... Saludos !! (^_^)/
     
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  15. Gãib
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    Oh por dios!! Como va esta historia, habra confesiones de varios angulos y formas. Asi que "Sex Simbol" jajaja Que confianzudo ese Ray... supongo que sera la competencia de Taichi por la futuras lineas. El lugar es propio de una Pelicula, un sueño hecho realidad. Ese Kevin se nota que le tiene un pavor excesivo al director jaja Pobrecito.
    La verdad, siendo yo... si hubiera machacado, golpeado a Izzy: Entra al baño de un autobus y no siente cuando arranca? No me la creo para nada jajaja Entonces olvido a sus amigos por una lindura EEEHHH Logico de Izzy jaja (Lo digo porque es demasiado extraño que el pelirrojo haga eso :P )
    Esperare con ansias el proximo capitulo; Te cuidas y que te valla bien en tus cosas :)
     
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