El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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  1. exerodri
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    Yaoizando
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    Holas totales!!! Capitulo 7 de la story (inglish al 100%)
    Otra vez como pasó en el cap 3, me animo a poner uno de los temas musicales que me gustan. Pienso que a veces las canciones transmiten mucho mejor que las palabras. De este tema me gusta mucho la letra, vaaa en realidad me gusta todo :P. Aqui les dejo el link por si les interesa escucharla www.youtube.com/watch?v=2bPavth2Q4k se llama "la parte de adelante" de Calamaro.
    Muchas gracias por los comentarios,se los agradezco de corazón, en serio!!

    Bueno no los aburro mas, septima entrega. Espero que les guste.


    Capitulo 7: Primera noche





    Punto de vista de Davis

    ¡Mi trasero! ¡Está destruido! ¿Cómo alguien se podía acostumbrar a andar a caballo? No era el único que quejaba, todos los demás estaban con los mismos dolores. Mi espalda también me estaba matando. No me imaginaba en el lugar de alguien que tuviese que montar esos animales a diario.

    Nos dirigíamos hacia el comedor para que nos sirvieran la merienda. En aquel lugar anochecía bastante rápido, eran apenas las 7:00PM y ya estaba prácticamente todo oscuro. Busqué a mi rubio amigo para que merendáramos juntos, pero me di cuenta que no sería así. Vi como T.K y Mara conversaban desde hace un largo rato

    "¿De qué estarán hablando?" pregunté en mi cabeza de manera automática al verlos juntos.

    La rubia no había soltado el brazo a mi amigo desde que se bajaron del caballo. ¿T.K estaba planeando algo con ella? Me alegré por él, lo único que quera era que fuese feliz. Formaban una pareja perfecta, ambos eran bastantes atractivos físicamente. Me imaginé a esos dos teniendo un hijo, este sería el colmo de la belleza, ya que sacaría los genes de ambos.

    En ese momento, mi mente se inundó de pensamientos de T.K... haciendo el amor. No podía evitarlo ¡intenté distraerme pero no pude sacar esas imágenes de mi cabeza! Me imaginé a T.K desnudo, en plena acción sexual, con su cuerpo y cabello mojados por la transpiración.

    En lo que menos me di cuenta, había llegado al comedor con el resto de los chicos, como si hubiese caminado en modo automático. También me di cuenta de otra cosa… ahí abajo… ¿Cómo podía ser que T.K produjera esa reacción en mí otra vez? En la camioneta tenía la excusa del contacto físico, ¿pero ahora? Solo con imaginármelo sin ropa había producido aquello en mí.

    "¡Tengo que dejar de tener estos pensamientos tan raros! ¡No es común que un chico tenga pensamientos de su amigo teniendo sexo!" Me grité mentalmente tratando de controlar mis pensamientos.

    Por suerte traía puesto unos jeans, así que podía disimular mejor lo que me estaba pasando.

    Cuando llegamos al comedor, vimos que la mesa donde en el mediodía había los platillos para almorzar, ahora había una especie de termos bien grandes con diferentes bebidas calientes: leche, café, agua caliente. Otros bidones contenían diferentes tipos de jugos. En la misma mesa también vemos sobrecitos de té, café, azúcar y tostadas, biscochos y masitas dulces. Los del hotel querían que saliéramos rodando de aquel lugar. Sin dudarlo me serví un poco de todo, había que aprovechar tanta variedad. Después de llenar mi bandeja, dirigí a la mesa donde estaban sentados el resto de mis amigos. Tai comía como cerdo, se vía que ya estaba recuperado de su traumática montada a caballo.

    Al principio, no pude empezar a disfrutar de mi merienda: mis ojos se clavaron en T.K y aquella rubia. Estaban parados en la entrada del comedor, todavía conversando muy amenamente. No sé porque deseaba poder escuchar lo que estaban hablando, pero estaban muy lejos, además el ruido que producían todos los chicos conversando entre si no ayudaba en nada. De repente, vi como la chica tomó la mano de mi amigo para ver mejor la pulsera que llevaba, parecía haberle llamado la atención. ¿T.K le estaría contando que yo se había dado? Me moría de ganas de saber que le estaba contestando el rubio con respecto al origen de la pulsera. De repente, vi que se abrasaron en frente de todo el salón... algo rarísimo en T.K, ya que siempre había sido muy tímido y un tonto en ese tipo de situaciones con las chicas.

    Al ver como se abrasaban y sonreían, sentí algo raro en mi pecho. Una sensación un fea, muy extraña. ¡DEMONIOS! Era la misma sensación que había sentido cuando vi a T.K y a Tai abrasados en el colectivo.

    "¿Será que siento envidia? ¿Será que yo también quiero estar abrasado con alguien y sentirme querido?"

    -¿Davis? ¿Estás con nosotros?- la mano de Izzy pasó frente de mis ojos - ¿Qué ves tanto?

    -¡Ah! No, no veo nada- mentí mientras empezaba a tomar de mi taza, intentando que no se dieran cuenta de la verdad.

    -Miren a T.K abrazado con esa hermosa chica, está hecho un Don Juan- dijo Tai en voz baja al resto de la mesa- parece que al fin está aprendiendo.

    - Ya era hora – comenté mientras seguía comiendo, haciendo de cuenta que recién me daba cuenta de aquello.

    Mientras seguíamos merendando y conversando, vimos como finalmente el rubio menor se separó de Mara y se acercaba a nosotros con su bandeja ya cargada.

    -¡T.K! ¡Aquí!- se escuchó una voz femenina desde otra mesa.

    -¡Ven a merendar con nosotras!

    -Te guardamos un lugar

    Al ver un poco más detenidamente, me di cuenta que eran las mismas chicas que le hablaron el lunes, después de la clase de educación física, al frente de la escuela.

    T.K se detuvo, las vio y después nos miró a nosotros, que también le hacíamos señas para que viniera con nosotros.

    -Perdonen, merendaré con mis amigos hoy, ya para la próxima- les contestó el ojiazul a las chicas con una sonrisa.

    Estas se derritieron en sus asientos, como si solo con ver esa sonrisa les bastara para compensar que no se juntara con ellas.

    Mientras T.K se sentaba en nuestra mesa, al lado mío, noté que esas chicas seguían mirando hacia nuestra ubicación. Mejor dicho, seguían viendo al rubio. Me incliné para atrás, mirándolas sacándoles la lengua. Las chicas solo se rieron a carcajadas.

    En el último tiempo se había formado un tipo de juego entre ellas, el “T.K´s fan club” y yo, en cual “competimos” por quien se quedaba con el rubio ojiazul. Cada vez que me cruzaba con ese grupito de chicas, me recriminaban en forma de broma que algún día T.K me dejaría y se iría con ellas. Yo les contestaba que él me pertenecía solo a mí. Obviamente sabían que todo aquello era solo un juego, y que él y yo solo éramos amigos. Esperaba que pensaran así... y que no se hayan confundido, creyendo que yo era de esos a quienes le gustaban los chicos y que me había enamorado de mi mejor amigo.

    -¡Buena, ganador!- gritó Tai una vez que T.K se sentó en la mesa con nosotros- la tienes muerta a aquella rubia de tu edad.

    -¡Cuéntanos todos los detalles!- se sumó Mimí, también bastante emocionada - ¿Quedaron para salir más tarde? ¿Ya se besaron?

    - Oigan, cálmense un poco ¿Si?- dijo el rubio menor, totalmente rojo, mientras se peinaba con sus manos otra vez- ¿No tienen otra cosa mas de que hablar acaso?

    -No- contestaron todos.

    Yo no tenía muchas ganas de hablar del tema.

    -No somos nada, así que no se hagan ideas locas- dijo T.K mientras les daba los primeros sorbos a su tasa- solo quedamos en ir al cine que hay en el hotel un día de estos.

    -¿Hay un cine aquí? – preguntó Ken extrañado. Al igual que yo, había estado bastante callado desde que nos habíamos sentado.

    -Al parecer si- le contestó T.K- Mara habló con Ray y este le contó que hay una sala donde pasan películas y ademas hacen diferentes tipos de cos….

    -¡Así que Mara! ¿Eh?- le interrumpió Tai- vete acordando el nombre de tu nueva cuñada, Matt- le dijo al rubio mayor, el cual solo se reía de como hacían sonrojar a su hermano menor.

    Mientras estábamos merendando y conversando, Oleg y Ray se pararon en medio del salón comedor y llamaron la atención con un grito del mayor.

    -Chicos, su atención un ratito por favor- gritó el hermano mayor, haciendo que el salón quedara en completo silencio- wow, que obedientes, gracias- rió mientras miraba a Ray, este le devolvió la sonrisa- solo queremos decirles que mañana a la noche, habrá una fiesta para darles la bienvenida al hotel. Sabemos que ahora están algo cansados así que esta noche los dejaremos descansar bien- tenía razón, estábamos muertos. Es imposible descansar bien en un colectivo.

    El poderoso flash de la cámara de Mimí llamó la atención de los hermanos. Al darse cuenta que le habían sacado una foto, se pusieron a hacer poses y caras en medio del salón. Todas las chicas que tenían sus cámaras o celulares empezaron a sacarles fotos. Hubo risas generalizadas en toda la habitación por el show que estaban dando los hijos del dueño.

    -jaja bueno ya estuvo- dijo Oleg mientras dejaba de payasear - ahora, los que ya terminaron de merendar nos siguen, en los pisos superiores hay salones de entretenimientos donde pueden pasar sus ratos libres y no aburrirse en las habitaciones. A las 10 vuelvan aquí para la cena. ¿Se entendió?

    -Sí- dijimos todo el salón al mismo tiempo.

    -¿segurísimo?

    -¡SÍ!

    -¡Ok, marchando entonces!

    Todos los que ya habían merendado, incluyéndonos nosotros, nos levantamos para seguir a los dos hermanos. Me costaba acostumbrarme a la idea que esos dos fueran hermanos, ya que no se parecían en nada, por lo menos físicamente. Me dije a mi mismo que eso debía suceder cuando dos personas tan diferentes se juntaban, como fue el caso de Z y Noemí.

    Después de seguirlos un rato por los pasillos, llegamos a un salón donde había algunas mesas de ping pong, mesas de pool y villar, algunos video-juegos viejos al estilo del pac-man o el Mario Bros, esos clásicos que nunca pasarán de moda. También hay pufs y sillones para sentarse, relajarse y no hacer nada de nada. Había un gran armario con estantes donde había juegos de mesa y cartas. Aquel salón seria el que usaríamos los de nuestra escuela, por comodidad, ya que estábamos hospedados juntos en el mismo sector del hotel. Sí queríamos podíamos ir a los otros salones de descanso que había en el hotel, como así también los de las otras escuelas podían entrar aquí, según los hermanos del apellido impronunciable.

    Cada uno se puso a hacer alguna actividad: Matt y T.K jugaban al ping pong; Tai, Izzy y otro par de compañeros empezaron un partido de pool, Ken agarró el pac-man, siempre le habían gustado los juegos viejos. Mimí, mientras tanto, salió al balcón de la habitación, el cual era gigantesco, acompañada de algunas de sus amigas (las cuales ninguna nos daba ni la hora). Ese balcón, como todos los que tenía el hotel, eran espectaculares para admirar el paisaje del valle.

    Sinceramente no sentí muchas ganas de hacer algo en ese momento, solo sentarme en algún sillón y no hacer nada. Era como si me hubiese agarrado un ataque de vagancia. Si Kari hubiera estado allí, me hubiese dicho que ese era mi estado natural. Recordándola, me pregunté cómo estaría ella en ese momento, si se había recuperado de su enfermedad. Como no había señal ni internet en los celulares, estábamos desconectados del mundo exterior, así que no la había podido llamar.

    Noté que en un rincón del salón, había un piano de cola con su tapa que cubría las teclas levantada. Me llamó la atención. Siempre me había gustado el sonido que ese instrumento hacía, a pesar de no ser tan cool como la guitarra o la batería. La curiosidad le ganó a mi vagancia y me acerqué para mirarlo de más cerca. Como todo curioso, toqué una tecla. Funcionaba perfectamente. También toqué una de esas teclas negritas que había entre las blancas, las cuales también sonaban bien. Deslicé mi mano desde la nota más grave hasta la nota más aguda, no sabía tocar nada, así que era lo único que podía hacer.

    -¿Sabes tocar el piano?- me preguntó el chico de 15 años, nuestro coordinador de grupo- Davis ¿Verdad?

    -Sí, ese soy yo jeje- me sorprendió que se haya acordado de mi nombre, para mí sería imposible acordarme el de tantos chicos en un solo día- y no, no se tocar, solo estoy curioseando. ¿Este piano es tuyo?

    -Sí, bueno en realidad, era de mi mamá, ella era profesora de música.

    -¡Ah! ¡Lo siento mucho, no sabía!- dije exaltado, dejando de manosear el instrumento.

    -Oye no te preocupes, si esta aquí es para que lo usen- me dijo con una sonrisa que parecía sincera- con mi papá y mi hermano pensamos que sería un desperdicio guardarlo en un ático y que se llenara de polvo, es mejor que siga haciendo alegrar a la gente con su sonido- dijo mientras pasaba por mi lado y se sentaba en el banquito que estaba al frente del piano. Estiró sus manos sobre las teclas y tocó melodía bastante rápida, bastante difícil al parecer.
    Después de la interpretación, me miró a los ojos y me sonrió de forma infantil.

    -¡Vaya! ¡Tocas muy bien! Eso sería imposible para mi, se ve que es muy difícil.

    -¡No es para nada difícil! Solo es práctica, siéntate y te enseño- dijo mientras se movía, dejándome espacio para que me sentara. Le hice caso, total...no tenía nada que hacer.

    Lentamente me fue explicando cómo son las posturas de las manos y ese tipo de cosas: la ubicación de las notas, para que sirven las teclitas negras que están entre las blancas. No sabía como lo había hecho, pero logró captar toda mi atención mientras me explicaba esas cosas. Me divertía mucho escuchándolo y aprendiendo. El evitaba usar palabras que yo no entendiera. Con mucha paciencia me fue enseñando como tocar “el himno a la alegría”, era la más fácil que conocía. Cuando me perdía o posicionaba mal los dedos, me agarraba la mano y junto a la suya me guiaba para que la tocase correctamente.

    Al principio, se sentí medio raro estar en aquella situación, pero lentamente se me fue yendo. Me agradaba estar con él. Había algo en él que me hacía sentir... bien. A veces, por guiarme con sus manos o por tocar junto conmigo, su rostro quedaba muy cerca del mío, podía oírlo respirar. Al tenerlo tan cerca, no me podía concentrar en seguir la melodía. Varias veces me quedé mirándole la cara. No sabía porque lo hacía, pero no lo podía evitar, ni yo me percataba que lo estaba haciendo. El solo me observaba con esos ojos tan particulares y me sonreía seguido de un “lo estás haciendo muy bien ¿empezamos de nuevo?”. En varias oportunidades, yo solo moví mi cabeza de arriba abajo, sin dejar de mirarle a los ojos.

    "¡Tengo que concentrarme!" me dije mentalmente tratando de disipar esas sensaciones raras "¿Por qué me siento así con este tipo?"

    Al tenerlo tan cerca de mi me estaba alterando de una manera que no se imaginaba. Pero…al mismo tiempo no quería que se alejase. Sus manos continuaban guiando las mías con mucha delicadeza. Finalmente terminamos la pieza musical de principio a fin, no fue tan difícil como pensé.

    -¡Muy bien!- me dijo con una gran sonrisa- ¿ves que no es imposible si te esfuerzas? Es solo práctica.

    -Muchas gracias, al final resulta que soy bueno en esto, muy bueno…

    -Que modesto que eres- rió, ese era mi objetivo- si quieres practicar me buscas y con gusto lo hacemos de nuevo

    Sentí su mano en mi muslo, un poco más abajo de donde están los bolsillos del pantalón. Ese contacto me estremeció internamente, no me lo esperaba.

    - O si no ven y practicas solo, este piano es de todos mientras se estén hospedando aquí – me dijo viendo el reloj que colgaba en una de las paredes del salón- ¡vaya mira la hora que es!

    Eran las 9.45PM ¿En qué momento pasó tan rápido el tiempo? A las 10 había que estar en el comedor para la cena.

    .............................................*..........................................



    Sentados en el comedor nuevamente con todos los chicos, nos sirvieron unos espaguetis que estaban deliciosos. Definitivamente los del hotel querían que saliéramos hechos unas pelotas de allí.

    Punto de vista de Matt

    Me sentí muy pesado mientras caminaba desde el salón comedor hasta el dormitorio, había comido una barbaridad. Eran apenas las 11, pero estábamos muy cansados, lo único que queríamos hacer era dormir.

    Acostado en la cama, recordé el beso que le di a Sora cuando nos despedimos. Que beso tan frio, triste, apagado y carente de amor. Que estuviésemos separados toda una semana no ayudaba en nada a que nuestra relación avanzara. En ese día no había pensado en ella en ningún momento, ni siquiera se me pasó una vez por la mente. Eso no era una buena señal, ¿Qué tipo de noviazgo era ese? La gente que yo conozco que estaban de novios, siempre decían que no podían vivir una hora sin su persona especial. Yo sin embargo había estado prácticamente todo un día entero sin acordarme que esa persona especial siquiera existía.
    Vi el oso de peluche que le había comprado en la tienda a la mañana, lo había puesto arriba de una cómoda que estaba al lado de nuestra cama. Ese oso… no me representaba nada, no me despertaba nada, ni empatía, ni cariño, ni dulzura…nada. Sería un regalo completamente vacío, sin sentimiento.

    "¿Será que no estoy enamorado? Qué difícil es esto. ¿Cómo sabré cuando esté enamorado, si nunca lo estuve?" Me pregunté mentalmente.

    Una vez que me saqué la camiseta para ponerme la ropa con la que usualmente duermo, me di cuenta que varias marcas y rasguños adornaban mi estomago y mi espalda. Eran producto de la desesperación de Tai cuando me sujetaba al cabalgar. A veces no calculaba la fuerza y sin querer me rasguñaba. Eran marcas pequeñas y superficiales, al día siguiente ya no las tendría. Mientras contabilizaba de rasguños, recordaba todos esos momentos que estuvimos Tai y
    yo arriba del caballo. Todos esos momentos en el que el moreno no se separó de mí ni un segundo. Me reí solo recordando que no me había dejado bajarme del caballo siquiera. No pude evitar sonreír mientras aquellas imágenes revolaban en mi mente. También volvió a mi cabeza ese “accidente” que tuvimos cuando le quise avisar que había visto humo en el horizonte…

    Mi amigo salió del baño de la habitación y me encontró parado al frente del espejo sin remera, dejando ver todas las marcas que me había hecho durante la cabalgata.

    -Matt… ¿Todo eso te hice hoy?- me miró apenado- lo siento mucho…debes pensar que soy un estúpido- dijo para después sentarse en la cama.

    -No te preocupes- le dije intentando animarlo, no soportaba verlo así- son marcas superficiales, mañana ya no las tendré- agregué mientras me ponía la camiseta sin mangas que usaba para dormir.

    El moreno se desvistió empezando por la remera, dejando ver su delgado y tallado cuerpo. Después se sacó el pantalón largo, para ponerse unos cortos y delgados con los que solía dormir. Su expresión era como si estuviese enojado consigo mismo. Se acostó dándome la espalda.

    Era mejor que no le dijese nada ahora. Durmiendo se le pasaría el enojo. Apagué la luz y me acosté a su lado, en silencio.

    ----------------------------*-----------------------------



    A pesar de estar muy cansado y que la cama era muy cómoda, no me podía dormir. A mi mente regresaban todos los recuerdos de aquella tarde. El recuerdo de ese "casi beso" se repetía una y otra vez en mi cabeza. Era imposible conciliar el sueño así. Me recosté de costado, intentando encontrar una posición que me permitiese dormir. A pesar que estaba oscuro, podía ver la espalda desnuda de Tai. Parecía estar profundamente dormido.

    No sabía cuánto tiempo estuve contemplando a mi amigo dormía. Al verlo, hacían que los recuerdos y emociones de aquella tarde se volvieran más presentes todavía, más intensos. Se apoderaban de mi. Lo único en lo que podía pensar era en eso.

    De repente, viendo a mi amigo dormir, sentí una necesidad rara. Extrañísima. Sentí la necesidad de…tocarlo, de volver a recordar el contacto de él conmigo. No importaba que me resistiese, no podía evitar sentir esas ganas de tocarlo un poco si quiera. No debía, quizás se despertaría, pero no podía seguir negándome.

    Lentamente, estiré mi mano abierta hasta la espalda del castaño durmiente. Pero al estar a solo unos pocos centímetros de tocarlo, me detuve. Yo temblaba, mientras mantenía mi mano abierta a solo unos milímetros de la piel de Tai. No me animaba, pero había algo en mí que me impedía desistir. A pesar de saber que Tai siempre era de sueño pesado, tenía mucho miedo de que , al sentir mi mano en su espalda, se despertara. Lentamente paseé mi mano por el largo de la espalda de mi amigo, siempre respetando algunos centímetros de distancia para no tocarlo. Moví mi mano desde su pelo marrón, hasta su cadera… bueno… quizás un poco más debajo de su cadera. Siempre con cuidado de no tocarlo…aunque en algunas ocasiones estuve cerca de hacerlo.

    Me helé totalmente al ver que Tai se empezó a mover. Aunque parece que estaba dormido, ese movimiento fue suficiente para que me alejara de él y fingir estar dormido en mi costado de la cama, por si las dudas. Mi corazón latía a mil por hora, no podía creer lo cerca que había estado de hacer una estupidez sin sentido. Me dije que lo mejor era intentar dormirme.

    Punto de vista de T.K

    A pesar de lucir muy simple, la litera era verdaderamente cómoda. Había dormido como un bebe, no me podía quejar. Vi la hora en mi celular, era lo único para lo que lo podía usar, aparte que para sacar fotos. Me sorprendí, eran las 8.40 A.M. No tenía sueño como para intentar dormir de nuevo. Me pregunté a qué hora nos obligarían a levantarnos para desayunar, no nos habían indicado ese detalle. Decidí que esperaría hasta que alguien más se despertara, no quería bajar solo.

    Me hubiese gustado ver el exterior en aquel momento, pero no podía, ya que la habitación no tenía ni una sola ventana que diera hacia afuera. Tai y Matt tenían mucha suerte, con su mega cuarto con todos los lujos y sus ventanales que permitían ver el lago y las montañas. Lo único malo era que tenían una sola cama, eso era malo teniendo en cuenta que ambos tenían problemas para dormir. Mi hermano suele moverse mucho estando dormido, y Tai es de los que roncan. No entendía cómo podían dormir juntos.

    Me puse de costado sobre mi cama y viendo como Ken seguía durmiendo. Estaba sonriendo dormido. Su expresión era de pura paz y felicidad. Anoche nos habíamos quedado conversando hasta tarde, cada uno desde su cama, ya que Davis había quedado dormido al instante de apoyar su cabeza en la almohada.



    Si bien, Ken era la persona que hacía menos tiempo conozco del grupo, era una con las que más conversaba. Siempre encontrábamos cosas de que hablar. Se había vuelto un buen amigo, siempre estaba cuando se lo necesita. Era muy considerado conmigo y Davis. Todavía no había usado los lentes de sol que el peli azabache me regaló. Los estaba guardando para usarlos en la primera oportunidad que tuviese de fanfarronear frente a mi hermano.
    Me acosté boca abajo, con mi mirada hacia adelante y mis brazos estirados a la misma dirección. Jugueteé con la pulsera.
    El día anterior, cuando Mara me había preguntado sobre la pulsera en el comedor, me dio mucha vergüenza decir que me la había regalado Davis. Mentí y dije que me la había regalado un familiar por parte de mi papá antes del viaje. No sé porque había dicho eso, me puse nervioso, como si me hubiera estupidizado hablar de ese tema. Fue una estupidez, pero no supe actuar de otro modo. Tuve miedo de qué pudiera pensar de mi si se enteraba que la pulsera me la había regalado otro chico. Por eso dije lo que dije.

    Tirado en la cama, recordé todo el tiempo que había pasado con Mara el día anterior. Habíamos tenido buenos momentos. Davis tenía razón: debía intentar vivir nuevas experiencias con las chicas.

    "Si no tengo romances adolecentes a esta edad ¿entonces cuando?"

    Aunque al principio me sentía un poco incomodo teniéndola atrás mío en el caballo, poco a poco me fui acostumbrando. Incluso nuestra conversación era fluida y entretenida para ambos. Debía admitir, que ese abrazo en el salón comedor, rodeado de tanta gente, me hizo sonrojar muchísimo, ya que nunca me habían gustado las demostraciones de afecto en público. Sí, me había decidido: le daría una oportunidad a esas nuevas experiencias con las chicas, tal como todos me decían que hiciera. Había quedado con la rubia del 3°B en ir al salón cine que tiene el hotel uno de esos días.



    Asomé mi cabeza por un costado de mi cama, mirando hacia abajo, donde estaba Davis durmiendo. Me le quedé mirando por unos momentos. Anoche, mientras jugaba al ping pong con Matt, lo vi tocando el piano junto a Ray. ¿Davis aprendiendo a tocar el piano? Eso no se veía todos los días. Me llamó mucho la atención. Debo admitir que perdí varios puntos contra mi hermano por quedándome viéndolos. Parecían pasar un buen momento.

    De repente, el castaño abrió lentamente los ojos, sorprendiéndose de que lo primero que vio fue mi cara.

    -¿Un ángel? ¿Morí y estoy en el cielo?- dijo con una media sonrisa mientras me miraba con sus ojos marrones.

    - ¡¿Qué tonterías dices?!- le grité mientras volvía mi cuerpo hacia el centro de mi cama. Mi interior se alborotó por sus palabras.

    -¡Oye tranquilo! Solo es una broma- dijo mientras se paraba al lado de la litera, para verme acostado- no te tomes todo tan enserio- me dijo con una sonrisa mientras me agarraba de un brazo y me sacudía.

    - ¡Ya se!- le dije mientras me soltaba de su agarre.

    No me alteré por lo que dijo, sino por lo que había sentido cuando lo dijo. Fue algo muy raro.

    Vi como se me quedó mirando, sonriendo, con su cabeza apoyada en sus manos sobre mi cama, como si mi comportamiento extraño y arisco no le importara en lo más mínimo.

    -¿Bajamos a desayunar?- me preguntó sin cambiar de posición.

    -Deberíamos esperar a que Ken se despierte, así no lo dejemos solo.

    -No hay problema- en ese momento, agarró una mi almohada y se perfiló hacia donde estaba el peli azabache durmiendo plácidamente.

    -¡Despierta dormilón!- gritó Davis, dándole almohadazos.

    -------------------------------*-------------------------------



    Una vez ya cambiados, salimos de la habitación y fuimos tocando las puertas de los cuartos, para ver si los demás estaban despiertos. Al parecer, estar en un lugar nuevo y diferente le modificaba el sueño a más de uno, ya que todos los demás ya se encontraban despiertos y listos para empezar el día. Bajamos todos juntos al salón comedor donde varios alumnos, de nuestra y las demás escuelas, desayunaban juntos. Otra vez la mesa central era un desfile de cosas ricas. Me dije que sería mejor que no nos acostumbráramos mucho a esos tipo de lujos, después los extrañaríamos. Tal como había imaginado, el sol brillaba a pleno en el cielo, sin ninguna nube a la vista. Corría un viento fresco proveniente de las montañas, el cual movía los arboles que rodeaban al edificio.

    Después de desayunar, los 7 (Mimí, Tai, Matt, Izzy, Ken, Davis y yo) nos dirigimos al hall para echarnos en los cómodos pufs y conversar. Nos habían dicho que vendría un especialista a darnos una clase de paleontología, ya que en aquella zona habían vivido muchos dinosaurios en la antigüedad. Me lo había imaginado, no todo iba a ser diversión en el viaje, una parte educativa debía tener. En lo que estábamos conversando, Mimí empezó a alterarse.

    - Me olvidé mi cámara en la habitación, que estúpida- dijo, dejando de buscar en su bolso- Davis - dijo haciendo el típico tonito de voz de alguien que quiere que le hagan un favor- se buen chico y tráeme la cámara de mi cuarto, por favor.

    -No.

    -Por favor ¿Si? No seas malo, es bueno hacerle favores a tus mayores- continuó nuestra amiga, agitando la llave en su mano para que Davis la agarrara.

    Yo me hacia el distraído para que no me empezara a molestarme a mí también.

    -Pero solo eres un año mayor que yo, además, tus compañeras se molestaran si entro allí, ya que es un dormitorio de solo chicas.

    -No hay nadie adentro, yo soy la encargada de la llave. Le pediría a alguna de ellas pero no las veo por ningún lado, además a tí te tengo confianza y sé que no tocaras nada- la mirada que le hizo Mimí a mi amigo fue más como una amenaza que una mirada de confianza.

    -Está bien, iré- dijo Davis tomando la llave y empezando a caminar sin muchos ánimos hacia las escaleras. Sabía que Mimí insistiría hasta hartarlo.

    -¡Muchas gracias! Y de paso tráeme mis lentes de sol y mi sombrero de piel por favor- le gritó la castaña, acomodándose aun más en el cómodo sillón.

    -¡Recuerda que me deberás una!- le gritó el castaño dándose vuelta.

    Por mirar hacia donde estábamos nosotros, no se dio cuenta que de frente a él venía caminando Ray. Llevaba una gran cantidad de papeles en sus manos, e iba distraído leyéndolos. Cuando Davis volvió su mirada hacia el frente, chocó su cara con la del coordinador. Todo fue tan rápido que no nos dio tiempo para advertirles ni a uno o al otro. Vimos como al momento del choque parecieron besarse involuntariamente, para luego caer al suelo. Ray cayó de espaldas mientras que Davis terminó sobre él, mirándose uno al otro, mientras la gran cantidad de papeles caían lentamente alrededor.

    -Eh... vaya, me halaga mucho Davis, pero no soy ese tipo de chicos tan fáciles, por lo general espero hasta la segunda cita siquiera- dijo el chico de 15 años con una sonrisa, mirando a Davis desde el piso.

    Nos acercamos rápidamente para ayudarlos a pararse, también a colaborar juntando todas las hojas que habían quedado desparramadas por el hall del hotel. Davis se apartó del cuerpo de Ray, bastante sonrojado, limpiándose los labios rápida y disimuladamente con su mano para que no nos diéramos cuenta de lo que acababa de suceder… pero ya era demasiado tarde.

    -Disculpa Ray, no me di cuenta por donde iba, no fue mi intención- se disculpó el oji-café mientras ayudaba al hijo del dueño del hotel a reincorporase nuevamente.

    -No te preocupes, la culpa también es mía, iba muy concentrado ordenando estos papeles- Ray desvió la mirada hacía nosotros- ¡Oigan! Ya que la mayoría son de mi grupo tengo una noticia para darles – intentó cambiar de tema, por primera vez lo había notado algo nervioso al moreno de ojos claros - hoy será la fiesta de bienvenida. Será en el salón mas grade que tiene el hotel, habrá DJs, luces y si me piden a mí, también habrá glup glup (haciendo la mímica de estar bebiendo una botella) pero eso un secreto así que no se lo digan nadie- nos dijo guiñándonos un ojo, para después saludarnos y continuar por su camino, ya con todas las hojas nuevamente en sus manos.

    -Bien Davis, vas besando a una persona en lo que va del viaje, aunque sea el coordinador sigue contando- se burló Tai. Todos nos reímos, Davis estaba rojísimo- y dinos ¿Cómo besa?- continuó el mayor con sus burlas, poniendo su mano en el hombro de Davis.

    -Bueno, para ser sincero…- le contestó el castaño menor para sorpresa de todos.

    Se quitó la mano de Tai del hombro y empezó a hacer ejercicios de elongación con sus piernas. Todos, incluso Tai, lo mirábamos extrañados, no entendíamos porque hacía eso. Se puso en una posición como si estuviese dispuesto a correr y continúo:

    -...para ser sincero… ¡TU HERMANA BESA MUCHO MEJOR!- ni bien terminó, empezó correr a toda velocidad ,con una sonrisa, dirigiéndose hacia el exterior.

    Tai lo siguió como una fiera endiablada.

    -¡Davis! ¡La cámara!- le gritó Mimí en vano, ya que los dos habían desaparecido del lugar- estos mocosos- murmuró malhumorada mientras caminaba en dirección por donde se habían ido los dos castaños.

    Con Matt, Ken e Izzy decidimos ir afuera para ver que hacían los demás. El día estaba muy lindo como para pasársela adentro. Una vez afuera, vimos como Tai estaba subido encima de Davis en el césped, doblándole el brazo, obligándolo a pedir perdón. Eso nos hizo reír mucho, sobre todo porque Mimí estaba parada al lado de los dos, gritándole a Tai que soltara al menor para que este vaya a buscar la cámara.

    Como estaban haciendo la gran mayoría de los chicos a nuestro alrededor, nos echamos en el verde y suave césped. Una vez que Davis le pidió disculpas a Tai, ambos se nos unieron. Mientras tanto Mimí se había ido a buscar sus pertenencias ella misma.

    -Mierda- exclamó mi hermano haciendo visera con sus manos- me olvidé los lentes de sol en el cuarto.

    "¡Es la oportunidad perfecta!"

    -Pero que pena ¿no?- dije sacando del bolsillo los lentes de sol que me había regalado Ken y me los coloqué, dejando boquiabierto a mi hermano.

    No podía evitar sonreír como un chiquilín, al fin me vengaba de todas las veces que Matt me había negado usar sus anteojos y se burlaba de mí por no tener unos lentes propios.

    -Oye ¿de dónde los sacaste?- preguntó Davis mientras se sobaba el hombro maltratado por Tai.

    -Ken me los obsequió, los compró en la tienda de regalos- le contesté mientras me subía los lentes para guiñarle un ojo al peli azabache. Él solo me miraba sonriente, feliz de que estuviera usando su obsequio.

    -Ya veo, yo te quise comprar un disco y me dijiste que no, pero él te compra unos lentes caros y estas feliz- Noté mucho enojo en su voz y en la forma de como dijo eso.

    -Yo no se lo pedí, los compró a escondidas- le dije un poco a la defensiva.

    -Ajam, como digas- dijo con un tono totalmente frio y distante, mirando fijamente al lago

    "¿Qué le pasa? ¿Ahora resulta que no puedo recibir regalos de mis amigos?" pregunté mentalmente sin entender su reacción.

    - T.K, no te quedan bien esos lentes, te hacen ver más orejón de lo que eres- comentó Matt cruzando los brazos.

    -¡¿Estás loco?!- dijo una chica empujando a Matt hacia un lado, era seguida por un grupito de chicas, todas de nuestra escuela- T.K ehh... ¿nos podemos…nos podemos sacar una foto contigo?

    -eehhhh clacla-claro- dije avergonzado ¿Qué más podía decir? prácticamente ya estaba rodeado por ellas mientras otra chica nos tomaba una foto con una cámara digital.

    Punto de vista de Tai

    Jaja ese T.K, estaba teniendo un éxito rotundo con las mujeres, afortunadamente seguía mis pasos, solo le faltaba concretar con una.

    Me quedé viendo al rubio usando esos lentes oscuros, mientras era rodeado por sus compañeras. Era como si recién notase lo bien que se veía últimamente. Los cambios de la adolescencia le habían sentado muy bien, parecía un actor de cine con esos lentes nuevos.

    "Me pregunto si él ya habrá..."

    El estruendoso y molesto sonido de un silbato me sacó de mis pensamientos. El que lo soplaba era el señor Z, quien era seguido por todos los estudiantes. Todos se acomodaron en el patio trasero del hotel, junto a nosotros y los demás chicos que ya estábamos allí.. Me di cuenta que allí también había unos hombres y mujeres que nunca habíamos vistos anteriormente. Aunque eran jóvenes dentro de todo, no eran los coordinadores. Eran gente con delantales blancos, tenían apariencia de intelectuales.

    Precisamente, eran los expertos en dinosaurios que nos darían la charla. Nos dividieron por escuela y nos guiaron hacia una parte del bosque cercana del bosque.

    Para nuestra sorpresa, la charla sobre dinosaurios en medio del bosque no fue para nada aburrida. Los científicos tenían mucha buena onda, incluso nos habían hecho reír poniendo en ridículo al director y nuestros profesores comparándolos con los dinosaurios. Les habían dicho indirectamente que eran fósiles viejos, nada más cercano a la realidad. Se notaba que aquella gente vivía interactuando con jóvenes. Sabían cómo tratar a chicos de nuestra edad, sin aburrirnos o cansarnos con charlas tediosas. Incluso habían preparado algunos juegos de preguntas y respuestas, con premios para los que sabían más sobre dinosaurios. Increíblemente habían logrado que pasáramos una espectacular tarde aprendiendo sobre esos animales extintos.

    Si tan solo la escuela fuera así también, sería más feliz, o por lo menos no me llamarían tanto la atención por dormirme en clases.

    Una vez terminada la “clase”, volvimos hacia el patio trasero del hotel, donde nos dijeron que teníamos libre lo que quedaba de la tarde, hasta la fiesta de aquella noche.

    ¡Genial! Esta noche intentaré ligarme a varias chicas, incluso veré si puedo lograr llevar a alguna a la habitación. Lo lamento por mi rubio amigo, pero creo tendrá que dormir en otro lado, a no ser que no le moleste ver “acción” de cerca, no soy tímido.

    Con los chicos nos dirigimos hacia el salón de juegos para pasar el rato hasta que sea el momento de la fiesta. Una vez ahí, Izzy me retó a un partido de Ping pong...traté de no humillarlo mucho. Después de exhibir mis habilidades con
    las paletas frente al pelirrojo, me di cuenta que se había juntado una gran cantidad de gente en un rincón del gran salón.

    "¿Que estarán viendo?" me pregunté.

    A medida que me acerqué con Izzy al tumulto, logré escuchar una armónica, acompañada de un piano y una guitarra. Solo conocía a una persona que tocaba la armónica.

    Una vez llegué al corazón de la muchedumbre, vi a Matt tocando la armónica, también estaba el chico que nos había prestado la guitarra en el colectivo y en el piano: Ray. Con Izzy nos acomodamos entre tanta gente, al lado de Davis, T.K y Ken.

    Una vez que terminaron la canción, todos los chicos alrededor aplaudieron, incluyendo nosotros.

    -¡Muy buena chicos! – Los felicitó el castaño que estaba sentado en el piano- ahora ¿Qué tocamos? ¡Matt! ¡Canta algo para la gente!

    -¡Sí!

    -¡Vamos Matt!

    Como siempre, a Matt le daba algo de vergüenza que le pidiesen cantar. Era como si solo se sintiera cómodo cantado acompañado con su banda.

    -Vamos Matt, hazlo por mí ¿sí?- le dijo sonriendo el de los ojos claros y piel morena- ¿Qué te parece “La parte de adelante”? ¿La conoces?- le preguntó al rubio, mientras empezaba a tocar las notas col el piano.

    "Que iluso que es este chico, piensa que por pedirle así nomas a Matt, este cantará en frente de toda esta gente" Pensé mientras aguantaba las ganas de reírme "Ni si quiera cuando Sora o yo se lo pedimos, nos da con el gusto de inmediato. Necesitamos estar rogándole alrededor de 15 minutos para que cante. Jajaja este chico Ray piensa que Matt cantará solo porque él se lo pid…"

    <i>“Soy vulnerable a tu lado más amable
    soy carcelero de tu lado más grosero
    soy el soldado de tu lado más malvado
    y el arquitecto de tus lados incorrectos”

    “soy propietario de tu lado más caliente
    soy dirigente de tu parte más urgente
    soy artesano de tu lado más humano
    y el comandante de tu parte de adelante”



    ¿Pero qué…

    “soy inocente de tu lado más culpable
    pero el culpable de tu lado más caliente
    soy el custodio de tus ráfagas de odio
    y el comandante de tu parte de adelante”



    Vi como Matt cantaba con una gran sonrisa, mirando fijamente al chico de 15 años. Ray también lo miraba a los ojos, sonriéndole, mientras tocaba el piano con una gran facilidad.

    “perdiendo imagen a tu lado estoy mi vida
    mañana será un nuevo punto de partida
    soy vagabundo de tu lado más profundo
    por un segundo de tu cuerpo doy el mundo”

    “que más quisiera que pasar la vida entera
    como estudiante el día de la primavera
    siempre viajando en un asiento de primera
    el comandante de tu balsa de madera”



    Sin pensar, me di la vuelta y me alejé de esa escena. No quería seguir escuchando aquella canción, aquella letra. Por algún motivo no quería seguir viendo a esos dos protagonizando ese momento. Todos estaban felices, disfrutando del espectáculo, todos menos yo. Sin que nadie se percatara, me dirigí hacia el balcón, en el cual no había nadie, solo yo. Apoyé mis codos y mi cabeza sobre la baranda del extenso balcón de madera, observando el paisaje nocturno.

    La luna no estaba completamente llena, pero alumbraba gran parte del valle, se podía ver su reflejo en el lago. Una gran cantidad de luciérnagas bailaban con sus luces en los bosques cercanos, era verdaderamente hipnotizante. Por un momento, me liberé de ese sentimiento de odio que sentía. Sí, era un sentimiento de odio, o muy parecido al odio. Solo en el balcón me había dado cuenta.

    "¿Por qué estoy enojado? ¿Por qué ahora?"

    Mientras observaba el valle, escuché como alguien se me acercaba por detrás…








    stop! hasta aqui nomas. Espero que les haya gustado el capitulo. Y si les gustó el tema, bien tambien, si no fue asi.........bueno, que ardan en el infierno......jajaja na mentira. Aguante la diversidad y el intercambio cultural. sobre gustos no hay nada escrito. Hasta la proxima!!! que anden bien.

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 01:47
     
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