El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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  1. exerodri
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    Yaoizando
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    Holaa!! que bueno volver a publicar después de dos semanas a puro estudio (en teoría). Afortunadamente ya estoy libre, o por lo menos mucho mas desocupado (en teoría) Les traigo el capitulo 8 de la historia recién salido del horno :D
    Con respecto al mensaje que puse el sabado (creo ya no me acuerdo) decidí dejarlo así nomas, el que se habrá dado cuenta ya sabe como es la cosa, y el que no....no dije nada jajajaja, por lo menos ya esta aclarado

    *Sasarai-san: jajajaja un poco de suspenso no viene nada mal de vez en cuando jaja gracias por comentar!!

    *Gãib: hola!! tienes razon, la cosa esta sucediendo mas por el lado de los mayores por ahora, pero ya llegara el turno T.K y compania ;) jajaja espero que te guste este capitulo tambien! gracias por comentar, saludos!!

    *Taiyama: Holaaa! siii ya soy libre!! asi que el estudio ya no será un impedimento para poder actualizar desde ahora (en teoría) ajaja . Muchas gracias por el comentario, suerte!!!

    *takeru-97: Holaa! jajaja tienes toda la razon, me angustie mucho al vicio, ya que solo el nombre no significa nada. jaja el "oye, tranquilo viejo" es justamente lo que necesitaba. gracias por el comentario y la tranquilidad por el "problema" que plantee . saludos y que andes bien!!!

    Bueno, octava entrega de la historia, fic o como le digan. Espero que les guste!!





    Capitulo 8: ¿Limón y sal?


    Punto de vista de Tai

    Mientras observaba el valle, escuché como alguien se me acercaba por detrás…

    -¿Mimí? ¿Qué haces aquí?- le pregunté a mi amiga de pelo marrón, quien se acercaba con un vaso de jugo. Podía ver en su rostro cierta preocupación.

    -Vi como saliste solo hacia aquí y decidí seguirte- me dijo mientras me ofrecía de su vaso- ¿quieres un poco?

    -Bueno, gracias- tenía algo de sed.

    Mimí me miraba preocupada, no lo disimulaba ni un poco. Volteé mi mirada hacia un costado mientras bebía de su vaso, para después devolvérselo, aun evitando sus ojos.

    -Tai ¿algo anda mal?- me preguntó mientras recibía de nuevo el vaso- ¿algo te preocupa?

    -yo eh, eh yo mm- "¿por qué estoy dudando tanto?" dudé – La verdad que si, como no hay nada que nos conecte al mundo exterior, no sé cómo va mi equipo de futbol favorito jajaja.

    Mi intento de convencerla no funcionó. El rostro de Mimí estaba serio, muy serio. Pocas veces la había visto así, al parecer le estaba dando razones suficientes para preocuparse por mí. No era necesario que me volviese a decir nada para saber que le tenía que dar otra respuesta, una sincera.

    -Bueno, lo que pasa es que yo…- no me sentía muy cómodo hablando de esto, sobre todo porque ni yo sabía sobre que hablar.

    -Tai, puedes decírmelo, anda- me dijo suavemente.

    Aunque nunca había tenido secretos, tanto Mimí y Sora siempre fueron mis mejores amigas mujeres, en las cuales podía confiar. Me dejé llevar y dije lo primero que se me vino a la mente:

    -En realidad no logro entender porque a todos ustedes les cae tan bien Ray- dije mientras volvía mi vista hacia los bosques iluminados por la luna, apoyándome nuevamente sobre la baranda del balcón.

    -¿Ray? Porque es simplemente hermoso- me contestó Mimí suspirando como si estuviese hablando de su amor imposible.

    Una vez que se dio cuenta de cómo yo la estaba mirando, volvió a la seriedad de antes

    - ¿así que te molesta Ray? ¿Es eso?

    No supe cómo contestarle. Por una parte era verdad, ese tipo no me caía bien, por alguna razón. Aunque era consciente de que mi comportamiento no era simplemente por culpa del coordinador.

    -No lo sé, ese tipo no me cuadra todavía, por alguna razón me provoca rechazo…- le comenté como para darle una respuesta a sus preguntas- eso es todo lo que tengo claro ahora.

    -¿Hay algo que no tengas claro ahora?- me preguntó mientras observaba el bello paisaje nocturno al lado mío.

    -No sabría decirte….oye ¿crees que un lugar pueda hacerte sentir extraño?

    -¿a qué te refieres, Tai?

    -Creo que desde que estoy aquí en este lugar, me he sentido algo extraño, tuve sentimientos y sensación que creo que nunca tuve…es algo raro- en ese momento y sin darme cuenta, me abrí con mi amiga- aunque quizás son locuras mías, no me des mucha importancia por favor.

    -Sí creo que hay ciertos lugares que te pueden despertar emociones nuevas. Espero que puedas aclararlas lo antes posible, recién llegamos ayer. Tienes tiempo de solucionar eso y empezar a disfrutar- me dijo Mimí con una sonrisa.

    Era verdad, tenía dejar de preocuparme y tratar de disfrutar un poco más del viaje. Hablar con Mimí me había ayudado un poco, aunque pareciera mentira. Después de charlar un rato más, decidimos volver adentro, el concierto se había acabado.

    Una vez adentro, vimos a Oleg subido a una silla.

    -Gente, iremos a comer ahora al salón comedor ¿Sí? Después tienen tiempo para ducharse, perfumarse y ponerse lindos para la fiesta ¿Ok? Será en el salón al lado sur. Irán todos los huéspedes del hotel. Será una linda fiesta y todo para darles la bienvenida a ustedes. Les deseo una espectacular noche, nos veremos allí.

    Dijo para después bajarse e irse, seguramente a avisarles a las otras escuelas. Se veía que había heredado el poder de la palabra de su padre.

    En medio de toda la muchedumbre que se movilizaba para dirigirse a cenar, un rubio de ojos azules buscaba a alguien con la mirada. Al localizarme, sonrió y me hizo señas con sus brazos.

    -Tai ¿Dónde estabas? Tocamos varias canciones que te gustaban- me dijo exaltado- te buscaba con la mirada pero no te encontraba ¿Estabas atrás? ¿Nos escuchaste? ¿Qué te pareció?

    Era raro ver a Matt tan energizado.

    -¿Ah? Si, si. Estaba casi al último pero si te escuché, después me fui afuera un momento con Mimí para conversar.

    -¿Sobre qué hablaron? – me preguntó curioso.

    A pesar de que es mi mejor amigo, no quería contarle lo que me sucede. Ya suficiente confesiones había tenido con Mimí.

    -Aahh nada importante, solo tonterías. Me preguntó si me podía sacar una foto con el paisaje nocturno de fondo, pero le dije que tenía que pagar primero. Este cuerpo no se desgastará por nada.

    -Ya veo, cierto que eres el Dios de la belleza- dijo con ironía el rubio.

    -Sí, que no se les olvide- le contesté, lo cual desató una risa en Matt.

    Verle reír me hizo reír a mí también. La charla con Mimí me había hecho descargar un poco el malestar que sentía.

    Ya cenados, nos dirigimos hacia nuestras habitaciones para prepararnos para la fiesta.

    Yo me bañé primero, el agua salía exquisita. Allí las cañerías funcionaban mejor que en mi casa. Una vez que salí del baño, entró Matt. Afortunadamente Kevin nos había recomendado traer ropa como para salir de fiesta, ya que él sabía que habría bailes y esas cosas. Al fin había hecho algo útil.

    Una vez sequé mi cuerpo, me puse unos bóxers blancos, un pantalón Jean negro y una camisa blanca, con detalles en rojo en sus mangas y cuello. Era algo entallada, así que se me ajustaba un poco al cuerpo. Matt salió del baño, ya parcialmente vestido, solo le faltaba la camisa. La prenda que eligió para vestir era parecida a la mía, solo que en vez de ser una camisa blanca con detalles rojos, era azul oscuro con detalles en blanco, la cual combinaba bien con su pantalón blanco.

    Los dos posamos de forma sexy al frente del gran espejo que poseía la habitación, para luego romper en risas. No es por ser presumido, pero nos veíamos muy bien, estaba seguro que las chicas caerían sobre mí como moscas.

    Una vez ya listos, salimos de nuestra habitación. La mayoría del grupo ya estaba listo en el pasillo. Todos se veían para matar, incluyendo Izzy, que nunca había sido muy amigo de las fiestas. Vimos como de la habitación de al lado de la de los chicos de 3°, salían las chicas ya cambiadas para la velada. Todas estaban mortales, con sus pantalones ajustados y sus blusas… bueno no sé cómo se llamaban esas cosas que llevaban puestas; el punto era que dejaban ver mucha piel. Ellas nos ignoraron completamente, se hacían las difíciles, pero bueno… no eran ellas a las que apuntaría durante el viaje, sino a las chicas de las otras escuelas.

    Punto de vista de T.K

    En cada piso del hotel, había un mapa de toda la edificación en donde nos fijamos donde se encontraba el salón de la fiesta. La noche del viernes estaba espectacular, no hacia ni calor ni frio, y el cielo despejado dejaba ver la luna y las estrellas. Parecía una buena señal para nosotros, una señal de que sería una buena noche. Caminamos acompañados de varios chicos que también se dirigían a la fiesta hasta que al fin llegamos.

    El salón era bastante grande y estaba muy decorado. Los sistemas de luces y flashes le daban una verdadera apariencia de discoteca bailable. Una gran plataforma montada en una de las paredes del salón hacía de cabina para el DJ encargado de la música. En el momento que llegamos ya había una gran cantidad de gente, pero se notaba que podía entrar todavía más. Los alumnos entraban de a montones conforme pasaba el tiempo. En aproximadamente 20 minutos, el número de personas en el salón se había cuadruplico. Conforme el baile se iba llenando, el Dj modificaba la música, a algo cada vez mas movido, alegrando el ambiente. A las 11.45Pm, la fiesta había empezado oficialmente, ya que todo el mundo se estaba divirtiendo y bailando al ritmo de la música.

    Nos estábamos divirtiendo mucho en grupo, haciendo intentos de pasos de baile al ritmo de la música electrónica que sonaba a todo volumen. Sabía que nos veíamos un ridículos, ya que ninguno sabía bailar ese tipo de ritmo, pero no nos importaba: estábamos entre amigos.

    Eso sí, no veía por ningún lado a mi hermano ni a Tai

    "¿Dónde estarán?" Me pregunté en mi cabeza.

    Nos sorprendimos mucho al darnos cuenta que Kevin se encontraba en la cabina del Dj, con unos auriculares muy grandes en sus oídos, ayudando a musicalizar la fiesta. Para nuestra sorpresa lo hacía muy bien. Nunca hubiésemos imaginado algo así de nuestro preceptor. Aparte de él y el Dj, no había señales de otro adulto en el lugar, así que todos los alumnos parecían muy distendidos.

    Llegado un momento de la noche, la música electrónica fue sustituida por música un poco más “tropical”. Un tipo de música que te hacía mover las caderas y que es ideal para bailar de a dos. Algunos chicos, al escuchar el cambio de género musical, salieron disparados a buscar chicas con quien bailar. Yo ni intentaba, ya que siempre había sido malo para bailar en pareja, era como si tuviese dos pies izquierdos. Algunos de nuestros compañeros me incitaban a que intentara sacar a bailar a alguna, pero yo me mantenía firme. No tenía ganas de pasar vergüenza. Prefería quedarme donde estaba y observar como mis compañeros y amigos intentaban conseguir pareja de baile y ser rechazados las mayorías de las veces.

    Davis fue el primero en bailar con una chica, en realidad, lo había logrado al primer intento. No fue una sorpresa: siempre supo bailar bien, tiene facilidad para este tipo de baile. El moreno y la chica, que era de otra escuela, bailaban muy bien juntos. Sus caderas se encontraban juntas, moviéndose de un lado al otro con fluidez y gracia. De vez en cuando, el castaño, la hacía dar una vuelta a la chica, lo cual la hacía reír.

    Después de un tiempo, me di cuenta que lo único que estaba haciendo hace vario minutos, era observar a esa pareja bailar. Estaba pendiente de lo que hacían, de cómo sonreían sin cesar mientras el ritmo los guiaba. También me di
    cuenta que estaba solo, sin nadie conocido alrededor. Había estado viendo a Davis y su pareja de baile por más tiempo del que había pensado.

    Buscando a alguien conocido con quien estar, caminé en medio de las personas. Algunas bailaban, otras se besaban como si no hubiese mañana. De repente, sentí que alguien me sujetaba fuerte de la camisa. Me di vuelta para ver que era Ken.

    -¿T.K? que alegría encontrarte ¿qué haces deambulando solo?

    Él se encontraba con algunos chicos de nuestro curso y también del 3°B

    -Sinceramente, no sé- le dije un poco avergonzado- no sé en qué momento los perdí a los chicos.

    -¿En serio? ¿Izzy? ¿Tai? ¿Matt? ¿Mimí?- me iba nombrando y yo movía mi cabeza de un lado al otro, no sabía dónde se encontraba ninguno- ¿Davis tampoco?

    -Él está bailando con una chica por allí… - cuando miré hacia la dirección donde estaba Davis, pude ver que esos dos ya no estaban bailando, sino besándose apasionadamente.

    -¿T.K? ¡T.K! – me agitó mi amigo del pelo negro. Al parecer, me había quedado colgado viendo aquella escena- ¿Estás bien?

    -¿Ah? Si, si. No es nada, no te preocupes. Solo estaba buscando a alguien conocido con la mirada.

    - Bueno no te preocupes, quédate con nosotros- me ofreció y yo acepté con gusto.

    -Dime ¿ya bailaste con alguien?- me preguntó al oído.

    Debíamos acercarnos mucho uno al otro si queríamos conversar, ya que la música estaba muy fuerte.

    -No, la verdad que no. Sabes que soy muy malo bailando en pareja- le contesté riendo.

    -Ven ¡Te enseño!- me dijo emocionado, agarrándome de la mano y llevándome a un lugar apartado donde no había tanta gente.

    -Ken, no es necesario, en serio, no te preocupes- le decía mientras me arrastraba, pero él me seguía jalando decidido

    - No es posible que siendo tan lindo no sepas bailar- aquello me dejó desequilibrado, él en cambio hizo una cara rara- em digo, T.K ponle onda, vamos.

    Llegamos a un sector apartado del baile donde había muy poca gente, casi nadie. Él se me plantó al frente y me agarró de las dos manos.

    -Déjate llevar por el ritmo y yo te guiaré ¿Sí?- me dijo con una sonrisa, mientras se empezaba a mover sincronizadamente con la música.

    Lentamente le fui agarrando la mano al baile en pareja. Ken me guiaba con su cuerpo y yo trataba de imitar lo que él hacía. Sin darme cuenta, ya estaba bailando como la mayoría de gente. De vez en cuando me hacia dar la vuelta, lo cual me hacía reír ¿Eso significa que yo era la mujer?

    A veces, al acércanos mucho el uno al otro, sentía su mano en mi cadera, la cual se paseaba de la cintura a mi ombligo. Me sentía un poco incomodo, a veces la deslizaba peligrosamente para abajo, tocando ya el botón de mi pantalón. Aquello hacía que perdiera el ritmo muchas veces. Me di cuenta que cada vez bailábamos más y más pegados, su rostro estaba más cerca que nunca. Era como si la música nos obligara a acercarnos cada vez más y yo solo me dejaba llevar.

    Miraba a Ken a los ojos, estos se encontraban fijos en los míos. Su rostro estaba serio, y lentamente con el correr de los segundos se iba acercando. Yo estaba inerte, inmóvil. Aunque la música seguía sonando invitando al movimiento, nosotros nos habíamos quedados quietos. El rostro de Ken estaba a tan solo unos centímetros del mío. A pesar de tenerlo tan cerca, no reaccioné, era como si mi cuerpo no pudiera hacerlo, solo seguía mirándolo a los ojos.

    De repente, sentí como éramos impactados por los movimientos torpes de un castaño, más alto que nosotros, haciendo que nos separemos.

    Era Tai, que al reconocernos nos saludó sonriente… pero había algo raro en él, y tenía un olor extraño también…

    Punto de vista de Tai

    El salón no estaba nada mal. El tamaño, la decoración, las luces, la música, todo era adecuado para pasar una buena noche. Una vez que llegamos, nos pusimos a bailar la música que el Dj ponía para nosotros. Todavía era temprano, así que la gente de las tres escuelas iba llegando a grandes cantidades, llenando el salón rápidamente.

    Bailábamos muy ameno con nuestros amigos, cuando vi que Ray nos hacía señas a Matt y a mí. Con el rubio nos acercamos hacia el moreno de los ojos claros. Nos pidió que lo siguiéramos, sin darnos ningún tipo de información del porqué. Así llegamos hacia la base de la alta plataforma que se había construido para la cabina del Dj, donde el hijo del dueño corrió una gran tela negra, haciendo visible el interior de esta, la cual era hueca.

    Nos invitó a pasar, una vez que lo hicimos él se introdujo también a la pequeña “habitación” donde estaban dos compañeros de nuestro curso, a los cuales con Matt saludamos. Eran chicos muy buena onda con nosotros. Una vez que el esbelto moreno estuvo adentro, volvió a colocar la tela que cubría la entrada.

    -Gracias por haber venido chicos- dijo Ray, cortando la conversación que habíamos establecido con nuestros dos compañeros.

    -Está muy buena la fiesta Ray, pero… ¿por qué estamos aquí?- preguntó el rubio.

    -Resulta que hoy, cuando fui a la escuela a la mañana, le pedí a un amigo mío que es mayor de edad que me compre esto… dijo mientras sacaba de una mochila una botella de tequila.

    -¡Bien hecho Ray!- le felicitó uno de nuestros compañeros.

    -Muchas gracias- le contestó con una sonrisa- ¿Ustedes trajeron lo que les pedí?- le preguntó al dúo.

    -Claro que si- contestaron al unisonó, mientras uno sacaba de los bolsillos dos de esos vasitos pequeños para tomar tequila. El otro sacó un salero de mesa de un bolsillo, mientras del otro bolsillo sacaba tres limones bastante pequeños.

    -¿Limón y sal?- preguntó Matt, un poco extrañado.

    -Sí, escuché que el tequila se toma con eso- dijo el chico de 15 años, mientras llenaba un vaso- pero sinceramente no sé de qué manera se lo hace.

    -Es fácil- contestó uno de los dos chicos de nuestro curso- primero se muerde el limón, después se toma el tequila y al final lames la sal de tu mano.

    -No es así, estúpido- le interrumpió el otro chico- primero va la sal, después el limón y al último el tequila.

    - ¿Seguros?- preguntó Ray, con cierta duda - yo pensaba que se le ponía al tequila el limón y la sal y se lo mesclaba.

    -¡Bueno, ustedes jueguen a la cocinita si quieren!- los interrumpí mientras deliberaban que hacer con la sal y los limones- yo tomaré esto- dije mientras le arrebataba el vaso de la mano al hijo del dueño del hotel.

    -¡Bien Tai, esa es la actitud!- me dijo este, con una sonrisa.

    Antes que mis labios tocaran el borde del vaso, Matt me detuvo agarrándome del brazo.

    -Tai, ¿estás seguro de eso? ¿Recuerdas la última vez? Fue desastroso- me preguntó mirándome a los ojos con esos dos faros azules que tiene en el rostro.

    Entendía la preocupación de Matt. Hace no mucho más de un mes, habíamos ido a una fiesta donde probamos el alcohol por primera vez. No terminamos en un buen estado aquella noche. Se podía decir que no teníamos nada de experiencia con el alcohol.

    Pero estábamos de viaje, había que aprovechar el momento.

    -Matt ¿Tú quieres?- le preguntó Ray, ofreciéndole el otro vaso, lleno de tequila.

    -mm yo creo que paso- dijo dubitativo- no tengo un buen recuerdo del alcohol.

    -Vamos Matt, relájate un poco ¿sí? ¿Qué puede pasar?- le dije mientras me tomaba el contenido del mini vaso de un solo trago.

    Me sorprendió lo fuerte que era. Sentí como bajaba hacia mi estomago, quemando todo a su paso. Entendí porque la gente hacía caras o emitía gritos cuando tomaban esa bebida.

    Ray y los otros dos chicos empezaron a beber también, ante la mirada de Matt, inseguro de que tomar sería una buena idea. Ya al ir por el tercer vaso, empezaba a sentir el efecto del alcohol sobre mí. Mis movimientos eran raros, todo se ralentizaba. Además me reía de cualquier cosa que decían los otros. A pesar de mi atontamiento, noté que Ray y los otros dos también estaban iguales que yo. Lo podía ver en sus caras.

    -Ray, dame un vaso, probaré un poco- dijo Matt, rompiendo su silencio.

    Todos celebramos de manera eufórica que el rubio se nos uniera. Una vez que Matt tomó el primer vaso, puso una cara de asco y todos nos reímos de él. Inmediatamente Ray le ofreció el segundo, y luego el tercero. Sin darnos cuenta, ya íbamos tomando un poco más de la mitad de la botella.

    El comportamiento de Matt cambió en un abrir y cerrar de ojos. Pasó de estar completamente serio e inseguro a estar totalmente desinhibido y con ganas de bailar. El rubio ya nos había sacado unos dos vasos de ventaja al resto del grupo. Yo estaba un poco mareado como para estar seguro, pero creo que Matt fue el que más tomó de los 5. Estábamos bastantes ebrios, sentíamos la necesidad de salir de nuestro escondite a bailar como estúpidos. La música nos llamaba a su encuentro.

    Se me complicaba un poco mantener el equilibrio y caminar al mismo tiempo, pero logré hacerlo. Todos salimos de nuestro escondite y nos integramos al resto de la fiesta, dispuestos a bailar.

    Sentía que nada me podía detener, que podía hacer lo que quisiera, evidentemente estaba bajo el efecto del alcohol al 100%. Saqué a bailar a una chica, que ni sabia quien era, pero me daba igual. Bailamos muy pegados. Recuerdo que mis movimientos eran torpes, pero a ella parecía no importarle, solo se reía de las cosas que le decía al oído. Ni yo sé de qué le hablaba, solo sé que estábamos pasando un buen momento. De repente, mientras estaba bailando muy ameno con esa chica, toda mi atención fue puesta en mi amigo rubio de ojos azules. Si yo estaba ebrio, él estaba en un estado superior a la ebriedad. Bailaba eufóricamente solo, en medio de la multitud. De vez en cuando se caía al suelo, pero levantaba de inmediato.

    A pesar de estar muy mareado, me preocupé por él. Le pedí perdón a mi compañera de baile (como pude, no sé si me logró entender ya que me costaba articular las palabras) y me alejé de ella, para ir a ver como se encontraba mi amigo. Una vez llegue a él, le pregunté cómo estaba. Estaba como loco, era un Matt completamente diferente al de siempre. Él me contestó que estaba bien, que dejara de ser un aburrido.

    Mientras me encontraba con Matt, tratando de que se recompusiera, logré ver a Ray besándose con una chica en un rincón del salón. Eso me recordó que estaba bailando con una chica, pero al volver a donde estaba con ella, esta ya se había ido. No me importó, así que volví a sacar a otra chica a bailar. Sentía que ninguna me podía rechazar.

    A lo largo de la noche, la escena se repetía una y otra vez. Yo bailaba con una chica, con intención de besarla...pero mientras estaba con ella, me preocupaba por Matt e iba a su encuentro ya que este seguía como loco, bailando y haciendo tonteras en medio de la gente. No podía simplemente ignorarlo y dejar de preocuparme por él. Aquello enojaba a todas las chicas con las que bailaba, y se alejaban de mí, dejándome solo con el rubio. No entendía por qué estaba sobre protector y tan pendiente de Matt.

    Así pasé gran parte de la noche, cuidando a mi amigo de sí mismo. Al final, no puede besarme con ninguna chica por estar al cuidado de Matt. Pero bueno…no me podía quejar, igualmente me había divertido con mi amigo. Yo tampoco estaba muy sano que digamos, solo una mínima diferencia con respecto al rubio.

    Mientras estaba con Matt, sin querer, por la torpeza de mis movimientos, me tropecé con unas cuantas personas.

    -¡ehhh! ¡T.K!- me sorprendí al reconocer al hermano menor de mi amigo. Le revolví el pelo como hacía siempre- ¡Ken! Quue buennno vvvv-verlllos- intenté decir, me costaba mucho modular las palabras.

    -¿Tai? ¿Estás bien?- me preguntó el menor, obviamente se había dado cuenta de mi estado.

    -seeeee, ¿por, por que nnno lo estaría? ¿eh?- le pregunté disimulando mi mareo y descoordinación cerebro-cuerpo.

    -Ustedes estuvieron bebiendo, no engañan a nadie- comentó Ken, cruzando su brazos y frunciendo su seño.

    -MMmuy bbien jovencito, se ha ganado unnn premio- dijo Matt, casi cayéndose, haciendo innecesaria una respuesta a lo que había dicho Ken.

    Para empeorar las cosas, el efecto del tequila se iba acentuando conforme pasaba el tiempo, cada vez estaba más mareado. Si yo estaba así, no me quería imaginar cómo estaba Matt.

    -Me vvoy, me voy a acostarlo a tttu hermmannoou, que esta como… como loco- dije como pude.

    Me llevé a Matt del brazo para no perderlo.

    Mientras nos dirigíamos a la salida, pude ver a Davis besándose y manoseándose a lo loco con una chica en medio de la pista de baile

    “Así debería estar yo” pensé.

    Al fijarme en mi celular… después de intentar enfocar la mirada durante un buen tiempo, logré ver que eran las 5 am.

    Decidí que era hora de irnos.

    Una vez afuera del salón, nos dispusimos a caminar (o intentar caminar) hacia nuestras habitaciones. Mientras caminábamos por el pasillo del hotel, Matt gritaba cosas sin sentido, haciendo que el eco retumbara por todo el lugar.

    -¡Matt, cállate! Pu…puedes depertaaar a algunnn adulto y si nos, nos ven asi…estammmos muertos.

    -¡y que nnos vean! No me immmporrta- gritó mientras pasaba su brazo derecho por mi cuello, apoyándose para caminar. Yo no estaba muy estable que digamos, pero podía aguantar un rato así

    – cantemos ¿quieres?- dijo mientras me miraba a los ojos.

    -sabbbes, sabes que no se canntar jaja- le dije mientras continuábamos caminando como podíamos.

    -non immmportta, cantemmmos una que te gusste – tomó aire exageradamente

    - “Soy inocente de tu lado más culpable”- a pesar de que apenas podía hablar, cantaba bien aun estando borracho- ¡Canta!- gritó sacudiéndome.

    -“pero el culpable de tu lado más caliente”- canté, o mejor dicho intenté cantar.

    Nunca se me dio por cantar, pero aquella canción me gustaba mucho, y sumando el hecho que estaba muy ebrio, podía hacer una excepción- “soy el custodio de tu ráfagas de odio”

    -“y el comandante de tu parte de adelante”-

    Al mismo momento que Matt cantó ese verso, su mano izquierda se paseó por mi entrepierna. Cuando sentí su contactó, me sobresalté. Estuvimos a punto de perder el equilibrio. Él rubio solo se rió al ver mi reacción.

    A pesar de que el momento pasó como si nada, en todo el resto del trayecto solo pensé en eso.

    Una vez llegamos a nuestra habitación, milagrosamente pude ingresar la llave en la cerradura. Lo primero que hice fue tirar a Matt en la cama. Este cayó boca arriba en medio del colchón de agua.

    -Matt, sacatte la, la cammisa, se arruinará si dduermmes con ella- le pedí mientras me desprendía la mía, parado al frente de la cama.

    El rubio empezó a desabrocharse los botones superiores de su camisa, pero al llegar al tercero, súbitamente se quedó dormido.

    -¿Matt?- pregunté al ver que ya no se movía.

    Colgué mi camisa en el respaldar de una silla. Al acerqué a él.

    “Mejor lo desvisto, sino se le arruinara su ropa para salir” pensé mientras me sentaba en la cama, al lado del rubio.

    Empiezo a desprenderle la camisa botón por botón, dejando ver su pecho, que subía y bajaba lentamente. Me detengo un momento a observarlo antes de intentar sacarle la camisa. Se ve tan… tan… guapo. Veo su rostro durante unos minutos, su pelo, su nariz, su boca. Esa boca... esos labios, yo…

    aahg ¿en qué estoy pensando? Me levanto y camino en zigzag por la habitación como si me quisiera ir a otra parte, pero ¿adónde? ¿De qué quiero huir?

    Me vuelvo a sentar a su lado. Me quiero asegurar que está dormido, no sé porque. Le pego suaves cachetadas mientras digo su nombre, pero no responde. Es evidente que está profundamente dormido por causa del alcohol. Una de
    mis cachetadas se pasó un poco en fuerza y le dejó una parte de la cara algo roja.

    Continúo observando su rostro, sus labios, esos labios. Paso las yemas de mis dedos por sus labios, son tan suaves. Retiro mi mano de su boca rápidamente

    ¿Qué estoy haciendo? Sigo viendo sus labios, no puedo dejar de pensar en ellos. Acerco mi cara lentamente hacia la de él. Continuo viendo su boca. Inevitablemente, se me viene a la mente esa situación arriba del caballo, cuando él se dio la vuelta y sin querer nos…

    "¿Pero porque pienso tanto en eso? Fue solo un accidente ¿no?"

    Estoy a tan solo unos centímetros de su rostro. No sé que estoy haciendo. Me levanto nuevamente y sacudo mi cabeza. Me pego unos cuantas cachetadas mientras camino por el cuarto para haber si así se me pasa. El alcohol no me debe estar dejando pensar claramente, tengo la mente confundida ¡Eso es!

    -No lo haré, no lo haré.

    Debo parecer un loco hablando solo.

    “Aunque si lo hago, nadie lo sabrá, así que no será nada malo”

    Es como si me estuviese tratando de convencer a mí mismo sobre algo. Me vuelvo a sentar a su lado, continua tan profundamente.

    Coloco mi mano en su pecho desnudo, siento como sube y baja. Lentamente acerco mi rostro al suyo de nuevo, pero me detengo al estar a unos centímetros.

    -Está mal- digo en voz baja

    Me siento muy confundido, muy presionado, pero al mismo tiempo es como que no puedo convencerme del todo de que no quiero hacerlo.

    -Solo un poco, nadie lo sabrá- me respondo a mí mismo.

    Tomo aire, cierro mis ojos, me mantengo unos segundos así. Abro los ojos, lo veo a él, veo su boca, sus labios. Agarro coraje y me acerco más todavía. Mi mente se apaga: uno mis labios con los suyos lentamente, mientras continúo con mi mano en su pecho, sintiendo su respiración. Remuevo su pelo dorado con mi otra mano. Abro los ojos sorprendido. Me separo de él asustado y me levanto de la cama.

    "¿Qué acabo de hacer? ¿¡Qué acabo de hacer!?"

    Me moví por toda la habitación nervioso, agarrándome de los pelos. No lo podía creer

    "¿¡Por qué!? ¿Por qué lo hice? ¿Será el alcohol? ¡Yo no soy así!"

    Dirijo mi mirada nuevamente hacia al rubio, este sigue durmiendo.

    -Es el alcohol, eso es, te hace hacer locuras que no quieres- me repetía a mi mismo una y otra vez.

    Tuve miedo. Antes, había pensaba en desvestirlo para que durmiera más cómodo, pero ya no sabía qué hacer.

    -¡Mierda!

    Le pegué un puñetazo a un florero que adornaba una de las mesadas de la habitación, haciéndolo volar y estrellarse contra la pared. Cientos de pedacitos de florero se desparramaron por el suelo.

    Me senté nuevamente al lado de Matt, viéndolo dormir tan tranquilo. Me agarré la cabeza, intentando tranquilizarme. Respiré hondo. Un pensamiento vino a mi cabeza:

    “Quizás que si lo desvisto no pase nada, debería probar”

    -¡NO!

    Grité mientras me levantaba y me dirigía a la puerta de la habitación para salir. Una vez afuera, aventé la puerta del cuarto con todas mis fuerzas. Todavía no podía creer lo que había hecho. Con rabia, golpeé una pared del pasillo con mi puño, para luego sentarme en el piso contra la pared, con mi cabeza entre mis rodillas.

    -Yo no soy así- me repito por lo bajo, mientras levanto mi mirada hacía ventana del pasillo.

    Se podía ver las estrellas brillando a lo lejos. Todavía estaba oscuro. En lo que veía el cielo nocturno, la pared en donde estaba apoyado se hizo para atrás, haciendo que caiga de espaldas.
    Todavía en el piso, abrí los ojos. Puede ver a un rubio de ojos celestes viéndome extrañado. Vestía un pantalón corto y una playera de algodón a modo de pijama. Ahí me di cuenta que había dado un puñetazo a la puerta de la habitación donde dormían Davis, T.K y Ken .

    -¿Tai? ¿Qué estás haciendo a esta hora aquí? ¿En el suelo y sin camisa?- Yo lo miraba desde piso.

    Había salido de la habitación tan rápido, que no me di cuenta de que no traía nada en la parte superior de mi cuerpo.

    -Ehh lo que pasa es que…- obviamente no le iba a decir la verdad.

    Tuve que ingeniar una mentira rápido. Para ganar algo de tiempo, me levanté del suelo lentamente y estiré mi espalda, como si nada malo hubiera pasado

    - tu hermano se acostó y acaparó toda la cama, yo no lo quise despertar. Además no tengo sueño todavía. Me estaba dirigiendo a la cocina para ver si había alguien que me dé una hamburguesa siquiera y me caí al frente de tu puerta.

    Intenté actuar normal ante la mirada del blondo menor. Parecía no creerme del todo.

    -¿Por qué con el torso desnudo?

    -¿Qué tiene de malo? Ni que estuviese desnudo- dije riendo, soy malo mintiendo, pero no me quedaba otra- además, este cuerpo merece ser exhibido de vez en cuando.

    -mmm bueno, cuando vuelvas de la cocina puedes quedarte aquí, Davis todavía no volvió de la fiesta, así que nos sobra una cama- dijo el rubio cerrando la puerta.

    Yo lo tomé de un hombro antes que me dé la espalda.

    -Sabes... entraré ahora. De seguro no habrá nadie en la cocina, después de todo son las 5.30 am- Reí mientras entraba con él en la habitación.

    No tenía ganas de volver a la mía, de volver a estar expuesto a esas sensaciones que tuve al estar con Matt. Al entrar al pequeño cuarto, vi a Ken durmiendo profundamente en la cama individual.

    -Acuéstate aquí- me dijo T.K señalándome la cama de abajo de la litera.

    Yo me tiré pesadamente de inmediato

    -Cuando vuelva Davis ya veremos cómo hacer, bueno, me subiré a la mía... que duermas bien.

    Al ver que el rubio subía la escalerita para ir a la cama de arriba, tiré un manotazo para detenerlo. Mi torpe mano de lleno en el pantalón del ojiazul, bajándoselos accidentalmente. El bóxer blanco con corazones rojos me hizo reír. T.K dio un salto bajando al suelo de nuevo, subiéndose los pantalones con su rostro enrojecido.

    -Espera, no subas- le dije sonriendo- acuéstate aquí conmigo, que Davis duerma arriba cuando llegue- le propuse agarrándole de la mano y haciendo que se acostase en la cama de un solo tirón.

    -¿Estás seguro?- me preguntó con una voz algo entrecortada, mientras yo lo acomodaba entre mi cuerpo y la pared, en la angosta cama.

    -¡Claro! No quiero ser una molestia, así Davis no se quedará sin un lugar para dormir- le contesté mientras le achataba con mi mano unos cuantos cabellos que tenia desordenados - ahora duérmanos ¿sí?

    Como la cama no era muy ancha, nuestros cuerpos estaban muy pegados, pero no estábamos incómodos. El rubio menor estaba de costado, con su espalda contra la pared, mirándome de frente. Ninguno pegaba un ojo.
    Conversábamos de diferentes cosas que se nos venían a la cabeza, en voz baja para no despertar a Ken. T.K de vez en cuando ponía su mano en mi estomago, ya que no tenía mucho lugar donde ubicarlas. Me gustaba que hiciera eso. Aunque veía que su boca se movía, en realidad no escuchaba lo que estaba diciendo, era como si estuviese en mute. No tenía ni idea de que estaba hablando, solo lo veía fijamente, mientras sentía el contacto de su mano en mi vientre.

    -¿Tai? ¿Me estas escuchando?

    -claro que si- mentí, mientras introducía una de mis manos por debajo de su playera, tocando su estomago, como él estaba haciendo conmigo.

    -jajaja ¿Qué haces?- se rió, mientras intentaba zafarse.

    -Oye T.K- le digo ignorando sus intenciones de librarse- ¿estuviste haciendo ejercicio? Te noto más forzudo ¿Estuviste haciendo abdominales también?

    -No, para nada- dijo entre dientes, mientras hacía toda su fuerza para librarse de mis manos.

    -Yo creo que sí, a mí no me engañas, déjame ver- le dije sonriente, mientras intentaba levantarle la playera.

    No sé porque empecé a hacer eso, simplemente quería molestar. Él luchaba para no dejarse desvestir por mí, pero al mismo tiempo se reía, como si fuese un juego.

    Me acomodé mejor en la cama, para tener así mas dominio sobre él. Al ser menos fuerte que yo, T.K solo se defendía de mis manos con una gran rapidez. Ambos reíamos mientras “jugábamos”. Mientras intentaba sacarle esa playera de algodón, accidentalmente una de mis manos rozó la parte baja frontal del ojiazul. Me di cuenta que tenía algo duro en sus pantalones. Ya a la tercera vez que pasé mi mano por ese lugar, producto del "juego" lo pude sentir bien, sacándome las dudas.

    -Vaya, parece que el mini-T.K se ha despertado- dije deteniendo mis ataques, mirando ahí abajo para después poner mi mirada en sus ojos con una sonrisa.

    -No, para nada- su rostro puso rojo de inmediato. Es tan fácil saber si está avergonzado, es igual a Matt.

    Yo al escuchar eso, levanté una ceja y volví mi mirada hacia su zona. Era bastante evidente

    -No es lo que tú piensas- dijo mientras se tapaba con sus dos manos.

    -No tienes porque estar avergonzado, es algo natural- le dije al menor con una sonrisa- a ver, déjame ver- dije mientras comenzaba de nuevo mis ataques, pero esta vez con las prendas de abajo.

    -¡Estás loco!- dijo riendo mientras volvía a defenderse de mis manos.

    Yo trataba de dejar en descubierto lo que había podido sentir con mis manos en esas rápidas pasadas, pero los movimientos del escurridizo T.K no me dejaban hacerlo. En ningún momento pensé el porqué de mis acciones, quizás... seguía bajo el efecto del Tequila que nos había convidado Ray en la fiesta.

    -Será mejor que no lo veas Tai, te podrías asustar- me dijo con una sonrisa, haciendo que me detenga por empezar a reírme.

    -Jaja por lo que vi el sábado pasado cuando entré a tu habitación, no hay mucho que observar- le contesté recordando esa escena en donde lo había sorprendido tocándose. Inevitablemente me hacía reír.

    -Habló… - dijo por lo bajo T.K, haciendo girar sus ojos.

    -¿De qué hablas?- le pregunté curioso- tu nunca me viste a mi ¿O sí?

    - Yo no… - respondió alterándose, pero luego sonrió- ...pero Matt si, y me contó que a pesar de presumir y presumir, tu tampoco eres la “gran” cosa.

    -¿En serio? ¿Matt te dijo eso?- Pregunté mirando hacia un punto fijo en la pared de la habitación.

    T.K, aprovechando que no lo estaba viendo, me propinó un golpe rápido y seco en mis genitales, haciendo que me desparramara en la cama por el dolor. El de 3° año aprovechó entonces para posicionarse sobre mí, como si me hubiese dominado en la lucha libre.

    -¿Ah sí? Eres un tramposo, ya verás- dije recuperándome, mientras con movimientos de mi cadera piernas y brazos, lograba sacar al rubio de encima mío e intercambiar las posiciones.

    Luchamos por unos minutos más, pero volví a imponerme. Me posicioné sobre el cuerpo de T.K, de frente a su cara separados por unos 30 o 35 centímetros, sujetando sus manos con las mías por arriba de su cabeza, sobre la almohada. Ambos nos miramos a los ojos agitados. Nos quedamos viendo en silencio. Me perdí en esos ojos celestes, que no me dejaban de ver de manera fija. Ambos teníamos la misma expresión en nuestros rostros, de no saber qué hacer en ese momento, solo seguir mirándonos.

    -Tai…- logre escuchar que dijo el menor, con una voz muy apagada y suave.

    -T.K… - le respondí con el mismo tono de voz, sin dejar de mirarlo.

    -Tai…

    -Dime T.K…- respondo, mientras me acercaba lentamente, acortando la distancia entre nuestros rostros.

    -Tu aliento a alcohol me está mareando...

    -Ah… perdona- le dije mientras me quitaba de encima de él, acostándome nuevamente a su lado, como al principio- será mejor que duérmanos, ¿no?- dije mientras me ponía de costado, dándole la espalda.

    Lentamente mis parpados se volvían cada vez más pesados, el sueño por fin se estaba haciendo presente. Ken dormía en la misma posición que siempre. Afortunadamente no se había despertado a pesar del gran alboroto que hicimos con el blondo. Al fin, aquella noche se terminaba para mí…





    Bueno eso es todo por ahora, ¡hasta la proxima!! que tengan una buena semana :=LALALAL:

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 12:07
     
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