El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. exerodri
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Yaoizando
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    126
    Location
    Argentina

    Status
    Offline
    Buenas!! que lindo volver a actualizar después de dos semanas! increíblemente no podía encontrar tiempo para ponerme a escribir durante la semana :O, recién hoy me senté y escribí lo que faltaba del capitulo. Aquí se los dejo. Si tienen alguna sugerencia, critica o idea no duden en comentar. Todo es bien recibido :D

    *Sasarai-san:Muchas gracias por comentar! que tengas una buena semana vos tambien!

    *javier_ryu: Hola! Me alegro que te haya gustado! Gracias por comentar!

    Novena entrega, espero que les guste.







    Capitulo 9: La luna y un bote




    Punto de vista de Tai

    "Que pereza tengo… ¿Es necesario que me levante? No me molestaría quedarme echado todo el día." fue lo primero que pensé al despertarme.

    Tenía un sabor agrio en la boca, una fea sensación, pero aparte de eso me sentía bien… o por lo menos no lo suficientemente mal en relación con lo que había tomado anoche. Gracias al cielo no tenía dolor de cabeza ni mareo, se podía decir que la había sacado barata.

    Saqué mi celular de mi bolsillo para ver al hora: 12 del mediodía. Al parecer, los coordinadores no habían llamado a desayunar. Algo lógico, ya que todos los alumnos debían estar recién despertando, como yo. Agradecí que aquella habitación no tuviera ventanas, no necesitaba la luz brillante del sol. Me acomodé mejor en la cama para estar más cómodo. Sin querer le propicié un suave codazo al cuerpo de T.K, que estaba al lado mío. Por un momento me había olvidado que estaba en una habitación y una cama ajena.

    El rubio menor seguía durmiendo, mi golpe no había sido lo suficientemente fuerte como para despertarlo. Al verlo dormir, inmediatamente volvió a mi cabeza nuestro “juego” de anoche. No sabía porque había empezado eso anoche.
    El recuerdo del tacto de mis manos sobre el cuerpo del rubio estaba fresco en mi memoria.

    Decidí que lo mejor sería olvidar e irme a mi cuarto, no quería seguir usurpando cama ajena. Al levantarme, vi que Davis dormía en la cama de arriba, que le pertenecía a T.K.

    Al salir de la habitación, la luz del día que entraba por la ventana del pasillo quemó mis pupilas. Mientras mis ojos batallaban contra la luz, caminé los pocos metros que separaban la habitación de los de 3° de la mía y la de… Matt. Al abrir la decorada puerta del cuarto, lo vi, en la misma posición que la de anoche, con su camisa abierta de par en par. Me senté en una esquina de la cama, viendo los restos del florero que había destrozado anoche después de besa…oh Dios.

    Diferentes sensaciones venían a mí al pensar en lo de anoche, en ese acto de anoche. Todavía no entendía que había pasado, todavía era como si me costase creer lo había hecho.

    "¿Le podré hablar como si nada hubiera pasado?"

    Nadie se tenía que enterar de eso jamás, sería un secreto desde ahora. Tenía que reponerme rápido y olvidar eso, hacer de cuenta que jamás había sucedido. Con el tiempo lo olvidaría.

    De repente, alguien golpeó la puerta, para después abrirla lentamente. Unos mechones castaños aparecieron detrás de la puerta entreabierta, seguidos de un rostro que sinceramente no tenía ganas de ver en ese momento.

    -Permiso, ¿hay alguien despierto?

    -Ah… Ray, si pasa- dije sin muchos ánimos, para después levantarme a buscar una camiseta en el armario de la habitación.

    -Permiso… vaya descontrol anoche ¿eh?- me conversó mientras entraba a la habitación y se sentaba en el mismo lugar en el que me senté anoche cuando yo bes….¡ahh!¡Dije que ya no pensaría en eso! – Hablando de descontrol, este estaba descontroladisimo anoche jaja- dijo mientras con una mano peinaba los mechones rubios de Matt que yo había despeinado anoch… ¡otra vez!

    -Jaja si, estaba loco, loco. Pero fue divertido- no tenía muchas ganas de conversar con Ray, pero le seguía la corriente como para no ser descortés.

    -Bueno, solo vine a ver si estaban bien y decirles que el almuerzo se servirá de 1 a 2 P.M. Si quieren algo para la resaca me piden, yo tengo algunas pastillas para aliviar eso- comentó mientras se levantaba de la cama y se dirigía a la puerta. Se detuvo en seco- veo que el florero no sobrevivió a la noche.

    -Ah sí- dije muy apenado, ya que aquello había sido solo culpa mía- lo sentimos mucho, Ray.

    -No te preocupes, mi papá tiene un armario lleno de esos. A la tarde vendré a remplazarlo y todo estará bien- me contestó con una sonrisa para salir por la puerta y luego cerrarla sin dejarme agradecerle por ese gesto.

    Después de que el castaño saliera de la habitación, Matt finalmente empezó a despertarse. Abrió sus ojos azules con mucho esfuerzo, su cara no era la mejor.

    -aahh, mi cabeza- fue lo primero que dijo mientras se ponía una mano sobre los ojos- estoy destruido- se sacó la camisa y se dio media vuelta, para acostarse nuevamente pero boca abajo

    -Y no es para menos, anoche se te pasó la mano con el tequila- le contesté mientras me sentaba en la cama y le apoyaba una mano en la espalda. Rápidamente la aparté- a mi también se me fue un poco la mano, pero estoy sano ahora jaja no me preguntes él porque.

    -Que suertes tienes, siento que me muero- levantó su rostro de la almohada y vio los trozos del florero roto en una esquina de la habitación- ¿Eso lo hice yo?- me preguntó automáticamente, algo preocupado.

    -Ehhh mm si ¿No recuerdas?- le dije sonriendo, no le iba a decir la verdad. Él me contestó moviendo su cabeza de lado al lado- pero no te preocupes, Ray dijo lo remplazaría así que no pasa nada. ¿Qué es lo último que recuerdas?- le pregunté repentinamente, el rubio me miró algo sorprendido por la pregunta.

    -Mm a ver, recuerdo que salimos del escondite donde estábamos, mmm nos pusimos a bailar, y bueno eso nomas, creo que lo último que recuerdo es haberme chocado con Davis, que estaba con una chica… ehh si, eso es lo último que puedo recordar.

    Me tranquilicé al escuchar esas palabras. Todo lo que pasó después de salir del baile hasta ahora, para Matt no había existido. Era justamente lo que deseaba.

    -¿Por qué preguntas? ¿Pasó algo malo?- me preguntó inquieto.

    -¡No! No, por nada importante, curiosidad nomas. Quédate tranquilo- le dije con una sonrisa.

    ---------------------------------------------*------------------------------------------------



    Llegada la hora de almorzar, todos bajamos hacia el comedor, a excepción de Mimí que se había quedado durmiendo en su habitación. Ella y las demás chicas del cuarto nos echaron a patadas cuando quisimos ir a buscarles para almorzar.

    Al ver por las grandes ventanas del comedor, pude notar que el día estaba nublado y que corría viento. El olor a comida que impregnaba el lugar me hizo sentir algo de nauseas. Con Matt nos vimos y me di cuenta que a él le pasaba lo mismo, pero bueno… también teníamos hambre. En la mesa había dos elecciones posibles: en las carnes había pollo o carne de vaca al horno y para acompañar teníamos puré o arroz condimentado. Uno podía hacer la combinación que quería.

    Una vez ya servidos y sentados en la mesa, empezamos a comer y conversar. Aunque T.K no me había dicho nada sobre nuestro "juego" de anoche, y me trataba igual que siempre, me costaba intercambiar palabras con él y mirarlo a los ojos. ¿Para qué hablar de Matt?, aunque me auto-obligué a olvidar lo que había hecho, me costaba hacer de cuenta que no había pasado. No era capaz ni de mirarlo a los ojos, ya que se me venía a la mente el recuerdo de anoche. Afortunadamente, el mayor de los hermanos no tenía muchas ganas de conversar ya que se sentía fatal. Los que más animaban la mesa eran T.K, Izzy y Davis.

    -Vaya fiestón el de anoche ¿eh?- comentó el pelirrojo mientras comía de su plato- Davis estuvo a los besos con una chica toda la noche.

    -¿Quedaron en algo? – pregunté al castaño, que estaba sentado al frente mío del otro lado de la mesa, con T.K a su lado.

    -Mm no. Antes de servirme la comida le hablé, pero hizo de cuenta que no me conoce- dijo mientras jugaba un poco con el arroz en su plato- no entiendo a las mujeres.

    -Tienes suerte que Mimí no está aquí- comentó Izzy con una sonrisa.

    -Yo lo único que diré es que el alma de la fiesta fue Matt- agregó Ken, aguantando las ganas de reír a carcajadas.

    -No me lo hagas recordar, por favor- contestó el rubio, tapándose los ojos por la vergüenza.

    -A mi me agrada más el Matt ebrio- bromeó Davis, mirando fijamente al hermano mayor de su amigo- ¿Es verdad que los ebrios no recuerdan nada después?

    -Me alegro que lo hayas disfrutado- Matt miró a Davis con una cara asesina- no volverá a pasar, y si recuerdo la mayoría de la noche, excepto la ultima parte. Recuerdo que en medio del baile, Ray me cuidaba y me preguntaba si
    estaba bien… que vergüenza.

    -¡No era Ray, era yo!

    Todos me quedaron mirando ante ese grito que retumbó por todo el salón

    - Digo… ¿Cómo puede ser que me confundas con él?- dije más calmado, disimulando el papelón que acababa de pasar.

    -No me culpes, si tienen un aire en común, además en el estado que estaba podía confundir a cualquiera con cualquiera- dijo Matt excusándose.

    "No soy nada parecido a ese” me repetí para mi mismo mientras comía en silencio.

    Punto de vista de Matt

    ¡Pero qué mal me sentía! Fue una mala idea tomar tanto… o tomar en primera instancia. Ray me dio una pastilla para la resaca. Afortunadamente, el mareo y el dolor de cabeza se me estaban yendo. Lo peor era que tendríamos una tarde movida, por lo menos eso nos habían explicado en el almuerzo. Teníamos hasta las 4 P.M para descansar y después juntarnos en el punto de encuentro de siempre, en el patio trasero del hotel. Intenté dormir un poco hasta que llegara el momento de la actividad.

    ----------------------------------------*-------------------------------------



    Llegada la hora, con Tai nos cambiamos, ya que el señor Z nos había advertido en el almuerzo que bajáramos con ropa que estuviésemos dispuestos a ensuciar o romper.
    Mi castaño amigo había estado muy callado en lo que iba del día, algo inusual en él.

    "¿Será que está tan cansado como yo?" me pregunté.

    Al salir del hotel, nos dimos con que corría un constante viento, haciendo que las copas de los arboles se moviesen constantemente. Era raro ver a las nubes moverse tan rápido, daban la sensación de estar muy cerca de nosotros. Nos reunimos todos en el punto de encuentro, donde ya el gigantesco dueño del hotel nos estaba esperando, acompañado de los profesores de las diferentes escuelas.

    -¡Hola chicos nuevamente!- saludó el hombre del cabello rubio casi platinado- les pedí que vinieran con ropa que estén dispuesto a romper o ensuciar ya que iremos un sector del bosque para hacer actividades de fuerza y agilidad- luego de decir eso, el hombre puso una cara como si lo que estuviese por comunicar le desagradara- chicos, lo siento mucho, pero debido a las actividades de hoy, nuestro seguro en esta actividad solo cubre a los jóvenes de 15 años para adelante.

    Al oír eso, todos los que no tenían esa edad omitieron un “ooohhh” al unísono, incluso mi hermano, Davis y Ken. Intenté aguantarme la risa que me provocó ese lamento colectivo, ya que se escuchó muy gracioso.
    Todos los que cumplíamos con la edad empezamos a seguir a los adultos por el camino del bosque que conducía al lugar que había mencionado el dueño del lugar. Una vez allí, nos explicaron las diferentes actividades que haríamos durante la jornada.

    "Mierda… parece ser que será un día cansador"

    Punto de vista de T.K

    Al principio pensé que sería una lástima no poder hacer las actividades con los otros chicos, pero luego me di cuenta que eso nos permitiría hacer otro tipo de cosas. Davis me ofreció acompañarlo a jugar al futbol con otros chicos, pero le dije que ya que tenía planeado algo diferente para aquel sorpresivo día libre.

    Me pregunté donde estaría Ken, ya que no lo había visto desde que nos dispersamos al saber que tendríamos el día libre. De igual manera… para lo que tenía planeado, no necesitaba de ninguna compañía.

    Me introduje en el sendero del bosque que estaba detrás del hotel. Al llegar a la parte donde el camino se dividía en 3, tomé la opción que llevaba al centro de relax que vimos el primer día cuando paseamos en caballo. Era una buena oportunidad para conocer ese lugar, nunca antes había ido a una de esas cosas. Aquel día era sábado, desde el miércoles que no había tenido ni un momento a solas para mí mismo. Sería un buen momento para relajarme y dejar de pensar por un tiempo.

    Últimamente mi cabeza estaba llena de pensamientos que no sabía cómo manejarlos. Me di que andaba muy susceptible a lo que Davis decía, como cuando al despertarse me vio y me dijo que parecía un ángel, por ejemplo. Aquello me alteró bastante en ese momento ¿Por qué? No lo lograba entender. Ah otra cosa, ¿Qué hubiera pasado si Tai y mi hermano no nos interrumpían a Ken y a mi anoche? ¿Puede ser que él me hubiera… que nosotros…? No, no creo.
    Al entrar a la edificación en medio del bosque, pude ver diferentes puertas que dirigían a diferentes sectores. De entre todas las opciones que se podían elegir, entré en la puerta que decía “Masajes”. Nunca me hicieron un masaje profesional, solo había recibido los masajes de Kari, que mas que masajes eran torturas. Entré a lo que parecía una especie de vestidor.

    -¿Eh? ¿Se supone que me tengo que desnudar y cubrirme solamente con esta toalla?- pregunté al aire al ver las indicaciones que había en unos carteles colgados en la pared.

    Me saqué la ropa y la coloqué en una especie de casillero. Me sentía un poco extraño al estar semidesnudo en un lugar desconocido. Caminé por un pasillo que tenía tres puertas donde se podía leer “salas de masaje” en ellas. Solo había una que decía “libre”, así que entré esa.

    Al entrar y cerrar la puerta me sorprendo al darme cuenta quien me está esperando al lado de una especia de camilla especial para masaje.

    -¡¿Ken?! ¿Qué haces aquí?- pregunté sorprendido al ver a mi amigo parado al lado de una camilla con forma rara.

    -Hola T.K, qué alegría verte- me saludó ignorando mi reacción- ¿recuerdas que la semana pasada terminé un cursado de masajista? Bueno, hablé con Oleg sobre el tema y me dijo que no habría problema con que atienda aquí ¿No es genial? No me pagan, pero es genial para adquirir experiencia.

    -Ajam, ¿y sabes hacer masajes de verdad?- pregunté algo escéptico.

    -Acuéstate y te mostraré- me contestó señalándome la camilla- voy atendiendo a 5 personas en lo que va del día, y nadie se quejó todavía.

    Le hice caso, total ya estaba allí. No puedo negar que estaba algo nervioso. Me acosté de manera torpe en la camilla, intentando que no se me cayera la toalla.

    -T.K, necesito que te acuestes panza abajo ahora.

    -Ah, perdona- le dije mientras me daba la vuelta, poniendo mi cara en una especie de soporte para la cabeza, con un agujero para que introdujera el rostro.

    -¿Es la primera vez que tomas un masaje profesional?- me preguntó el peli azabache mientras prendía un sahumerio.

    -Así es- dije mientras volvía mi rostro al agujero del soporte para la cabeza, era muy cómodo- ¿tanto se nota?

    -Un poco, dicen que la primera vez siempre duele.

    Levanté mi cabeza del soporte, con una mirada de preocupación. No me gustó lo que había escuchado

    - Broma, broma. Tú solo relájate y deja que yo me encargue ¿Sí?- me pidió mientras con su mano me bajaba la cabeza de nuevo a donde debía ir, mirando al suelo.

    -Este tipo de masaje se llama “masaje sueco”, te voy pedir que te quedes quieto y ten la mente en blanco ¿Ok?- al mismo momento que me decía eso, sus manos empezaban a masajear mi espalda con suavidad.

    Era una sensación muy placentera. Sentía como mis músculos se relajaban lentamente, con cada pasada de las manos de Ken. De a poco me fui relajando más y más, dejándome llevar por el masaje. Cuando pareció haber terminado con mi espalda, Ken se dirigió hacia mis pantorrillas y las masajeó con sus dedos. Se sentía muy bien. Sentí como el ojiazul subía con sus masajes desde mis tobillos, pasando por mis pantorrillas subiendo por la parte de atrás de la rodilla hasta llegar a mis muslos. Una vez en esa parte, Ken empezó a masajear esa zona con ambas manos. Todo iba bien hasta que sentí que sus manos subían demasiado, incluso sentía como subía la toalla de a poco. No quise decirle nada, ya que él era el que se sabía lo que hacía... supuestamente.

    Ya Ken estaba al borde de lo que se podía considerar pierna, me pregunté si así serían los masajes suecos. Como si hubiese sentido mi incomodidad de alguna forma, dejó esa zona para dirigirse nuevamente a mi espalda, más que nada a la sección de los hombros.

    -Vaya T.K, puedo sentir que tienes bastante tensión en esta zona, ¿te sientes preocupado por algo?

    -mmmggmm- fue lo único que pude responder, me sentía ultra relajado.

    Ken presionaba distintas partes de mis hombros con sus dedos, sentí que me estuviese desarmando y volviendo a armar.

    -Vamos a relajar estos nudos ¿Ok?

    -mmmggmm, mggmmgmg

    Con cada sector que el peli azabache des-contracturaba, me sentía cada vez mejor.

    -¡Oh, Ken! ¡Ahí, justo ahí! Mm si- exclamé en voz alta.

    Automáticamente me di cuenta lo mal que había sonado eso. Pude sentir como el color subía a mi rostro. Si alguien afuera de la habitación hubiera escuchado eso, le costaría creer que fue producto de solo un masaje. Decidí que lo mejor sería que me controlara un poco. Al parecer a Ken ni le importó.

    -Muy bien señor Takaishi, le voy a pedir que se dé la vuelta ahora- me pidió mi amigo mientras alejaba sus manos de mi. Yo le hice caso, posicionándome boca arriba.

    Ken masajeó mis muslos con ambas manos, de forma circundante. Una sensación extraña se apoderó de mí, no estaba acostumbrado a que me tocaran esa parte del cuerpo.

    -Vaya que eres lampiño, T.K- me dijo Ken con una sonrisa, mientras seguía con sus masajes.

    -Sí, todavía no me crecen- dije apenado, ya que a diferencia de la mayoría de los chicos del curso, sigo sin mucho pelo en mi cuerpo- ¡Pero mira! Si ves bien, se puede ver algunos vellos que me están saliendo ya – le pedí mientras levantaba mi brazo, mostrándole mi axila.

    -Ah sí claro, claro- contestó Ken con cierta ironía, mientras seguía masajeando mis piernas.

    -Si me están creciendo, solo que no se ven ya que son claros- dije haciendo un puchero.

    No era la primera vez que me recalcaban eso, era como si creciera a un ritmo más lento que los demás muchachos de mi edad. Davis por ejemplo, ya tenía algo de pelo en zonas donde yo no.

    "Recuerdo que él se afeita “ahí abajo” ya que así le gusta más, es más cómodo o no sé qué. Me pregunto ¿Cómo lo hará? ¿Cómo se sentirá? ¿Yo debería hacer lo mismo? AAAHH no puedo dejar de pensar en Davis, mejor dicho en su… Aunque trato de pensar en otra cosa no puedo" Pensé consternado.

    Mientras luchaba con mi propia mente, Ken seguía con los masajes en mis muslos. No sé si era mi imaginación, pero sus manos estaban cada vez más arriba, ósea cerca de mi entrepierna. Se sentía muy raro que alguien me tocara
    en esa zona. Llegó un momento en que ya no eran suposiciones, estaba seguro: cada vez sus manos estaban más “exploradoras”. Sentía que lentamente corría la toalla con sus dedos, dejando ver cada vez más piel.

    De repente, mientras intentaba dejar de pensar en la parte baja de Davis, sentí una especie de presión debajo de mi toalla. Me quedé helado. Me estaba pasando lo mismo que me había pasado con Tai la noche anterior.

    "¿Será por los pensamientos que estoy teniendo? ¿O por los masajes de Ken en esa zona tan sensible? ¿O serán las dos cosas? ¡Qué vergüenza!" fueron los pensamientos que vinieron a mi cabeza, mientras sentía como mi cara empezaba a calentarse.

    Al estar solo tapado con una toalla, era demasiada evidente mi excitación. Con el rostro ardiendo por la vergüenza, me tapé con mis manos la entrepierna.

    -T.K tranquilo, relájate, no te haré nada– me dijo mi compañero, mientras me obligaba a dejar de cubrirme para poner mis manos nuevamente al costado de mi cuerpo- no eres la primera persona que le sucede eso hoy.

    A pesar estar algo alterado, intenté relajarme y continuar disfrutar del masaje como si nada pasara, a pesar de tener una montaña ahí abajo. Para mi alivio, Ken dejó de masajear mis piernas para pasar a mi rostro. El chico del pelo negro empezó a masajearme la sien con sus dedos de forma muy suave, podía sentir como si electricidad recorriera mi rostro haciendo que se afloje las distintas partes de este. Gracias a eso, mi mente se puso en blanco de nuevo, volviéndome a relajar de manera profunda. Se sentía extremadamente bien.

    -Listo T.K, eso sería todo- dijo el peli-azabache mientras retiraba sus manos de mi rostro.

    -Ah, bueno. Muchas gracias, la verdad haces muy buenos masajes- le dije con una sonrisa mientras me levantaba de la camilla.

    Sin que me diera cuenta, una parte de mi toalla se había quedado atascada en uno de las uniones de la camilla, haciendo que al bajarme de esta, quede desnudo ante la mirada fija de Ken.

    -¡Disculpa! ¡Lo siento mucho!- grité mientras con desesperación intentaba con una mano destrabar la toalla de donde había quedada atascada, mientras que con la otra me cubría.

    Cuando por fin lo logré, me tapé de nuevo, muerto de la vergüenza. ¡¿Por que soy tan torpe?! Ken lo único que hizo durante todo el accidente fue mirar en silencio mi torpeza. Pude ver que él también estaba sonrojado.

    -No hay problema T.K- pude sentir que estaba algo nervioso por su voz- espero que te haya gustado el masaje.

    -Sí, sí. Estuvo bueno- comenté para aligerar el clima incomodo que se había creado culpa mía- me gustaría que se repitiera.

    -Te puedo dar uno cuando y donde quieras, en la habitación por ejemplo- me dijo sonriendo.

    -Bu-bueno…- le respondí nervioso, ya que su forma de mirarme cambió cuando dijo lo ultimo- será mejor que me vaya así sigues con tu nuevo trabajo.

    -Ok, nos estamos viendo- me despidió mientras salía del cuarto, todavía avergonzado por el papelón que acababa de pasar.

    Punto de vista de Matt

    Uf, como nos habían hecho sudar. Nos habían reservado varias actividades para hacer. Carreras de obstáculos, en sacos, pelea en el barro, por esa última fue que nos pidieron venir con ropa vieja, ya que terminamos todos embarrados. Aunque estábamos muertos del cansancio y algo adoloridos, debo admitir que fue muy divertido.

    Solo había algo que no me estaba gustando. Tai no me había dirigido la palabra en casi todo el día, solo lo justo y necesario. Era como si me estuviese evitando o no quisiera estar conmigo. Ni siquiera cruzamos mirada alguna. Me evitada a toda costa. Aquello era solo conmigo, con el resto del grupo u otra gente era todo risas y alegría.

    "¿Será que anoche hice algo indebido? ¿Algo que no me acuerde? Hay un largo lapso de la noche que no recuerdo que hice ni donde estaba por la borrachera. ¡Pude haber hecho o haber dicho cualquier cosa!"

    Sentía una gran impotencia al no poder recordar nada, aunque lo intentara. Al parecer había hecho algo para que Tai me estuviera evitando de esa manera, seguramente algo grave. Quizás le confesé lo que había hecho mientras él dormía la primera noche. O quizás que mencioné algo referido a la cabalgata del día anterior.

    Que desastre. Por un error, me había expuesto en frente de mi amigo de una forma que nunca hubiera hecho, y ahora no me quería ni ver. Si tan solo pudiera recordar. No me animaba a preguntarle, a tocar el tema por miedo a lo que me pudiera llegar a decir. Estaba entregado a la situación. Tenía que pedirle disculpas, pero era raro ya que ni sabía sobre que me estaría disculpando. Si lo que había hecho era alguna de las cosas que pensé, seguramente Tai estaría pensando que yo era alguien raro. ¡No puedo haber sido tan estúpido!

    En un momento de la tarde, le puse una mano en su hombro, y el reaccionó de una forma muy nerviosa y rara, era obvio que lo que había hecho anoche era algo grave.

    Punto de vista de Ken

    Aquel día quedaría marcado en mi calendario para siempre por varios motivos. Primero, debuté como masajista haciendo masajes a gente que no conozco. Segundo, vi el cuerpo de T.K desnudo en toda su gloria, no me abalancé sobre él en ese momento por una cuestión de autocontrol. Y tercero y más importante, hoy a la noche será el momento que estuve esperando hace tanto tiempo, le declararé mis sentimientos al rubio ojiazul de mi clase. No puedo creer la suerte que tuve hoy. Cuando lo vi entrar a la habitación donde estaba yo, se me paralizó el corazón. Verlo así, con su cuerpo perfecto sin ninguna prenda más que una toalla en la cintura, es digno de un cuento de hadas.
    Intente disimular y no babearme en frente de él. Cuando lo toqué por primera vez, mi cuerpo temblaba, y al mismo tiempo estaba muy feliz.

    Sus gemidos mientras hacia mi labor fueron una prueba a mi voluntad de no hacerlo mío en ese instante. Al parecer no le cayó bien el decirle que es lampiño pero me encanta que sea así. Su piel es tan suave, fue un placer el solo hecho de tocarlo. Debo admitir que me sobrepasé un poco cuando masajeaba sus piernas. Toque más que lo que tenía que tocar, pero sinceramente era imposible contenerse, es tan hermoso. Eso no es nada en comparación de lo que le haría.

    Debía hacer mi movida pronto, sentía que cada vez T.K y Davis estaban más unidos. Durante la fiesta me di cuenta como el rubio miraba al moreno bailar con una chica en la fiesta. Y cuando los vio besarse, no disimuló para nada su cara de sorpresa y tristeza.

    Le tenía que agradecer a Tai por habernos interrumpido en la fiesta. A pesar que lo único que quería hacer en ese momento era asesinarlo de la forma más cruel posible, debo admitir que hecho que él apareciera fue lo mejor que pudo haber pasado. Me dio la oportunidad de realizar un nuevo plan, mucho más especial de lo que había intentado en la fiesta. Mucho más digno de mi rubio especial.

    Ya estaba todo planeado, afortunadamente Ray había aceptado ayudarme cuando se lo pedí, fue un gran gesto. Los nervios me invadían, pero sabía que podía hacerlo, no esperaría otro día más. Todo se confabulaba a mi favor, ya que el potente y constante viento había soplado durante toda la tarde despejó el cielo de nubes. A la noche habría luna llena. Solo tenía que esperar a que anocheciera y pondría en marcha mi plan.


    ----------------------------------------*-------------------------------------




    Todo transcurrió normal hasta llegar a la hora de dormir. Como si el destino quisiera que mi plan funcione, Davis cayó automáticamente dormido cuando apoyó su cabeza en la almohada. Seguramente fue porque se la pasó toda la tarde jugando al futbol. Eran alrededor de las 12 de las noche. Era hora de activar mi plan. Me levanté de mi cama individual y me paré al lado de la litera que compartían Davis y mi rubio. Como lo sospeché, T.K se encontraba despierto, acostado mirando el techo, con sus manos por detrás de su cabeza. Al ver que me paré al lado de su cama, fijó esos ojos celestes en mí y me sonrió como hace siempre, haciendo que me quede sin habla.

    -¿Sucede algo Ken?- me preguntó de forma relajada sin cambiar de posición.

    -No, nada, es que no puedo dormir- le contesté mientras apoyo mis manos y mi cabeza en el borde de su cama.

    -Si ya sé, yo tampoco puedo dormir- dijo volviendo a mirar el techo.

    -Oye, voy a dar un paseo ¿quieres venir con migo?- empezó mi jugada.

    -¿Un paseo? ¿A esta hora?- me preguntó sorprendido- se enojaran con nosotros si nos encuentran deambulando a esta hora afuera.

    -No pasa nada- intenté convencerlo, estaba decidido a que el plan funcione.

    Después de pensarlo un poco, el rubio me sonrió y aceptó acompañarme. Primero, antes de salir de la habitación, nos cambiamos para no salir en pijamas. Pude notar que T.K sentía pena de cambiarse en frente mío, después de lo de hoy. Esa hermosa imagen estará en mi cabeza por mucho tiempo. Hice de cuenta que no lo miraba. Intentábamos no hacer ruido para que el moreno no se despertara, aunque parecía que no iba a suceder tan fácil ya que Davis roncaba y roncaba. Fiel a su estilo, Davis estaba desparramado en su desordenada cama, durmiendo sin nada puesto, solo con unos bóxers grises. T.K lo miraba de forma fija, de la misma manera que lo había hecho en el baile.
    -¿Vamos T.K?- le pregunté mientras abría la puerta de la habitación, más que nada para que dejara de mirar así a Davis.

    -Ah, sí. Ya voy, espera a que…- en ese momento, el rubio agarró una sabana y tapó de forma lenta y cariñosa al castaño, para después dirigirse a donde yo estaba. Intenté no demostrar mi rabia en ese momento.

    Sigilosamente caminamos por el pasillo del primer piso, luego bajamos hacia la planta baja para llegar al hall principal. Había muy pocas luces prendidas, y afortunadamente nadie estaba vigilando la entrada. Nos disponemos a salir hacia el exterior. Antes de lanzarse al espacio abierto, me asomé de manera que vea si había alguien que nos pudiera ver desde los numerosos balcones que tenía aquel lado del edificio. Para mi desgracia, pude ver al director de la escuela y al señor Z en uno de los balcones, fumando habanos y conversando. Pensé que mi plan se vendría abajo, ya que si salíamos seguramente nos verían. El alma me volvió al cuerpo cuando vi que se daban la vuelta y se introducían de nuevo adentro riendo. Desde donde estábamos pudimos escuchar la risa del dueño del lugar.

    Una vez que no había nadie, agarré a T.K de la mano y corrimos hacia el bosque. Como había previsto, no había una sola nube en el cielo nocturno, y la luna estaba en su máximo resplandor. No hacía falta ninguna luz artificial para ver el sendero en el bosque, ya que la luz lunar hacia que todo se viera muy claro. Como en las anteriores noches, una gigantesca cantidad de luciérnagas bailaban con sus luces en los bosques que rodeaban al hotel. Caminamos maravillados por el hermoso paisaje del cual éramos testigos. Podía ver como T.K iba hipnotizado, con su boca abierta, como si fuese un niño pequeño. No podía dejar de mirarlo, se veía tan inocente, tan puro, caminaba tan distraído que no se dio cuenta que no le había sacado los ojos de encima desde hace varios minutos. Una vez que llegamos a la intersección donde el camino principal se divide en 3, guié nuestra caminata hacia la opción que nos llevaba al lago.

    Mientras caminábamos y conversábamos, se podía escuchar algunos búhos y muchos grillos alrededor nuestro. Una vez llegamos a la playa del lago, nos quedamos parados un momento.

    -Que belleza ¿no Ken?- me preguntó mi rubio preferido.

    -Sí, si T.K- le contesté sin mirarlo, en realidad estaba buscando algo con la vista.

    Esperaba que Ray no me hubiera fallado. Me desesperaba el no poder hallar lo que el hijo del dueño me prometió que dejaría allí para mí. Al fin pude verlo, amarrado a uno de los muelles que posee la playa.

    -Vamos T.K, subamos- le dije emocionado mientras le agarraba de la mano y empezábamos a caminar hacia el bote.

    -¿Un bote? ¿Qué hace aquí a esta hora?- T.K parecía algo confundido, se vía tan lindo.

    - No importa, subamos solo un momento ¿Sí?- le pedí mientras seguía llevándolo de la mano hacia el bote.

    En realidad que estuviese allí no era casualidad, yo le había pedido a Ray que me hiciera aquel favor. Él aceptó con gusto, estaba en deuda con él.

    Ambos nos subimos y empezamos a remar juntos para alejarnos lentamente de la orilla. Nos reímos por nuestra falta de coordinación para remar, ninguno de los dos éramos muy buenos que digamos. Solo su sonrisa era lo único más bello que el paisaje que nos rodeaba. La luna llena se reflejaba en el tranquilo lago y nos alumbraba a nosotros y a todo el valle. Al llegar a cierto punto, nos detuvimos y soltamos los remos para relajarnos. Desde donde estábamos podíamos ver el hotel, con todas sus luces exteriores decorativas prendidas, rodeado de los bosques coquetamente iluminados por la danza de las miles y miles de luciérnagas, todo bajo una gigantesca luna llena. Era algo realmente hipnotizante.

    -Qué hermoso lugar, si tan solo tuviera una cámara- comentó T.K observando el edificio y sus alrededores.

    -¿Sabes que es más hermoso que todo eso?- le pregunté mientras él seguía maravillado por el paisaje.

    -¿Qué cosa?

    -Tu- le contesté de forma seria, él solo rió - no te rías, es la verdad.- le dije mientras me acerqué a su lado en el bote.

    -Ya Ken, sabes que no me gustan que me digan esas cosas- me pidió viendo el suelo del bote con una sonrisa tímida.

    -Yo solo digo la verdad- le dije serio mientras él me miraba fijo a los ojos, su sonrisa desapareció, se dio cuenta que no era una broma o un chiste.

    De forma lenta pero constante, me acerco a él, mirándolo a los ojos. Él solo está quieto, con sus ojos celestes en los míos. Mientras me voy acercando, le agarro de la mano, puedo sentir que tiembla. Cuando estamos a solo unos 10 centímetros uno del otro, me detengo para observar el rostro de T.K mas detenidamente. Ese rostro, que no tiene ninguna imperfección, tiene una mirada preocupada, como si tuviese miedo. Lentamente me acerco más. Puedo ver como él traga saliva con cierta dificultad. Cuando estoy a punto de besarlo, el inclina levemente la cabeza para atrás, mientras cierra los ojos. No me detengo e intento otra vez. Beso sus labios con lentitud, pero es un beso corto ya que el rubio se mueve otra vez, es como si estuviese asustado e indeciso. Puedo escuchar que su respiración se agita.

    Le comprendo, es la primera vez que esta besando a un chico, por eso no desisto. Tomo control de la situación y lo beso nuevamente. Empezamos con besos cortos y fugases, que cada vez se alargaban mas, para después ya dejarse llevar. Los nervios de T.K por fin parecen haberse calmados. Bajo la luna, estaba cumpliendo el sueño que tuve durante los últimos meses. Lo que al principio fueron besos cortados y fugases, ahora era un solo beso apasionado y largo. Ya en un momento, pasaba mis manos por sedoso cabello del rubio. Al sentir eso, él automáticamente, puso su mano en pecho. En un momento cuando la temperatura había subido al máximo, me despego de sus labios y comienzo a besarle el cuello de distintas maneras.

    -Ken, espera, yo ehh- dijo T.K de manera entrecortada, por la falta de oxigeno, mientras se separaba de mi con sus manos.

    -T.K, tú me gustas mucho, eres alguien muy especial para mí- le dije interrumpiéndole de manera abrupta, el solo me miraba de la misma manera antes del beso- quiero demostrarte cuanto te quiero, no puedo dejar de pensar en ti- le tomé de las manos- quisiera saber si me das una oportunidad para hacerte feliz, es lo único que quiero.

    -Ken… yo, yo ehh- lo notaba sumamente nervioso, podía sentir como temblaba.

    -¿Te molesta lo que pueden pensar los demás?

    -eehhm no, digo si….no sé- me contestó mientras miraba fijamente el piso del bote.

    -T.K, tranquilo- con una mano en su mentón, le levanté la mirada hacia mis ojos- comprendo tu miedo, pero debes ser sincero con tus sentimientos.

    -es que, es que yo… – evitaba mirarme a los ojos - no sé qué es lo que siento, todo es muy confuso ahora. No sabría decirte una respuesta a lo que me pides, debes comprender que nunca pensé en que pueda amar a un hombre, yo… no sé que sentir.

    - Te comprendo T.K, no pienso apurarte. Te dejaré que lo pienses bien, más que pensar, que logres sentir de forma más clara- le dije mientras le ponía una mano en su hombro- no se lo diré a nadie si tu quieres, te esperaré si es necesario. Tengo fe que esto funcionará.

    -¿Por qué tienes tanta fe?- me preguntó con un tono de voz inocente, mientras me mira a los ojos.

    -Porque te daré un beso de nuevo, y no te negarás- le contesté con una sonrisa para después besarlo de nuevo lentamente, él solo se dejó llevar.

    Nos quedamos mirando, mientras el ruido de los grillos y búhos nos rodeaba desde las orillas del lago. La luz de una linterna que nos alumbró desde la orilla nos hizo caer de nuevo a la realidad. Al ver eso, T.K me agarró fuertemente de la mano, parecía preocupado. Yo le dije que se tranquilice mientras le sonreía. Lentamente empezamos a remar hacia la orilla nuevamente.


    F201307221116041744316962


    Bueno eso es todo. Muchas gracias por leer y perdon por no actualizar antes. Fue una semana rara jajaja. Hasta la proxima! que anden bien

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 12:30
     
    Top
    .
95 replies since 22/9/2014, 02:50   9181 views
  Share  
.