El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. exerodri
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Yaoizando
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    126
    Location
    Argentina

    Status
    Offline
    Y un domingo volvi!! Hola a tod@s, perdon con la tardanza, se que me abusé esta vez jeje. Nunca juego al basket, (uno de los motivos es que soy el mas petiso de mi curso) pero una vez que lo hago me fisuro un dedo y se me hacia imposible escribir, y prefiero ni prender la pc antes de escribir tecla por tecla como mi papá jaja. Justo cuando masomenos me estaba curando y ya podia apoyar el dedo y empezar a escribir, me golpeo la otra mano jugando al futbol. Osea mas estúpido no podia ser. Por eso empecé a escribir este nuevo capitulo recien hace una semana recien. Eso y sumado a que debia rendir dos materias del año pasado y "escusas, escusas...siempre son escusas con Ud Rodri" diria mi profesora :/ Bueno lo importante que aquí esta la actualización.


    *Taiyama: Hola!! Muchas gracias por comentar :) jaja si eso de que vos saludas y en realidad era a otra persona es muy comun ja si no me habrá pasado a mi XD. y se, confusion a full en un momento asi, uno no sabe que hacer je. Se puede decir que aveces me pongo a escribir como si se tratara de mi, pero bajo el disfraz del personaje :O aunque solo aveces obvio jaja. Bueno, que bueno que te haya gustado, ojala te guste el cap 15. Saludos!!
    PD: jaja bueno si te creas uno avisame! igual, recien estoy aprendiendo a usarlo jaja

    *Maka_Rune_Rune: Que bueno verte otra vez por aqui! :D no se cuantos te habras perdido, pero me alegra tu reaparicion jaja. ah si? jaja si, capaz que todo es una jugarreta del destino, todo esta conectado con todo, yeah.
    jaja y bueno, a mi tampoco me gustan las mentiras, pero bueno.....no siempre la verdad es buena XDXD. que bueno que despues te lo pude remediar con esa escena a la noche. jaja jamas ganaran al caballo? caballo wins.
    Creo que al partido le falto algo de fuego, chispas, hielo y movimientos sobrehumanos pero bueno jaja, igual no lo quise alargar tanto a lo supercampeones porque se que hay gente que capaz no le gusta el futbol, que se yo.
    lo hice sufrir mucho a davis? quizas los demas se merezcan los "yoyasos" jaja. Eh que casualidad. justamente una vez me enganche con un capitulo de hunterxhunter hace algunos dias, osea seré muy franco son pocos los animes completos que vi y a este nunca la habia visto, pero me enganche porque es como que fue un capitulo asi re sangriento y dije "que copado" ajaj igual gracias por el spoiler jaja
    Muchas gracias por comentar!! te digo...deberias tener un blog o algo asi. podria leerte por horas jajaja comentas de una forma muy particular, me gusta mucho!! Nos leemos luego!!
    PD: ehh gracias por seguirme, ahi yo te sigo tambien! jeje si asi me llamo, osea el nickname como que da una pista ¬¬ jaja




    Capitulo 15: La botella


    Punto de vista de T.K

    Después de que la chica pelirroja dijera eso, la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a otra de nuestras compañeras que se caracterizaba por tener el pelo con muchos rulos.

    -¡Ahh! Davis y T.K ¡Qué sorpresa!- dijo con una gran sonrisa al vernos- pasen, pasen. Esta es mi habitación.

    Al entrar me sorprendí al ver lo similar que era al cuarto de Matt y Tai, solo que con algunas diferencias. Esta habitación tenía varias camas, a diferencia de la otra, y tampoco tenía un gran ventanal con vista al lago, sino varias ventanas
    pequeñas que apuntaban al bosque. Igual, era un muy lindo cuarto.

    Cuando entramos nos encontramos con 4 chicas y 2 chicos conversando entre sí, todos compañeros nuestro de curso, sentados en el piso alfombrado, formando una especie de círculo mal hecho. Con Davis hicimos un saludo general y nos sentamos con ellos. Después se nos unieron Tamy y la chica de los rulos, completando el círculo.

    -Bueno chicos, ¿están listos para jugar?- preguntó la chica con rulos sujetando la botella.

    - Sonará tonto, pero… ¿Jugaremos a *“la botellita”? – preguntó uno de nuestros compañeros algo sonrojado, todos los demás rieron.

    -jaja Buena pregunta, pero no, no jugaremos a eso- dijo la de los rulos con una sonrisa- jugaremos a “verdad o consecuencia”. Al que le toque la base de la botella tendrá que preguntarle al que le toque la punta ¿verdad o consecuencia? Y elegir la pregunta o el reto ¿se entendió?- nos preguntó nuestra compañera poniendo la botella en el medio del circulo.

    Todos afirmaron ante la pregunta.

    -Chicos otra cosa…- interrumpió la chica pelirroja que estaba a la par de la rulos- si elijen “verdad” deben responder solo con la verdad, y si elijen “consecuencia” deben cumplir con el reto que se elija, sin excepción- dijo haciendo
    énfasis en lo último.

    Sinceramente hubiera preferido jugar a otra cosa. Si bien tampoco me gustaba el juego de “la botellita”, aquel juego al que jugaríamos siempre me había parecido desagradable. Si hubiera sabido eso antes, le hubiera inventado una excusa a la pelirroja para no venir, aunque la botella me pudo haber dado una pista. Admito que fui lento esa vez, pero bueno, ya estábamos allí. Solo deseé que se terminara rápido.

    Y así empezó el juego, con la botella girando en medio del círculo. Como la botella no se quedaba fija en un solo lugar mientras giraba, podía tocar cualquiera con cualquiera. Afortunadamente, no fui el primero que la botella señaló, ni con el pico ni con la base. Tal como imaginé, las preguntas que los participantes se hacían entre si eran cosas intimas o personales, que al ser respondidas hacían que algunos de los jugadores se sonrojaran y otro se rieran. Debo admitir que mis reacciones variaban entre esas dos. Con respecto a los desafíos que se hacían cuando el apuntado elegía “consecuencia”, era algo más variado, como demostraciones de fuerza, poner caras raras o algún tipo de exhibicionismo.

    Cada vez que la botella se iba deteniendo, me daba mucho nervios de que me apuntara, pero increíblemente ya todos habíamos girado la botella por lo menos una vez y todavía no me había señalado. No me molestaba seguir así. Por segunda vez, fue mi turno de hacer girar la botella. Mientras esperaba a que la botella se detuviera, contuve la respiración, hasta el momento eso me había dado suerte. Lamentablemente, esa vez me falló. Vi como la botella lentamente se fue deteniendo hasta quedar completamente quieta, apuntándome a mí con la punta. Solté un largo suspiro ante la alegría de todos los demás, que hace rato estaban deseando que me tocara entrar al juego.

    -¡Al fin! Ya era hora de que te toque rubito- exclamó la chica de los rulos tirándose para atrás

    La persona a la cual le había tocado la base de la botella era una compañera de pelo castaño que por lo general solía ser tímida. Por lo menos había tenido suerte que me tocara con ella y no con Tamy o la dueña de la habitación, de esas si podía esperar cualquier cosa. O eso fue por lo menos lo que pensé.

    -¿Verdad o consecuencia?- me preguntó la castaña con timidez, enrollando su pelo con sus dedos.

    -Mmm creo que elegiré… verdad- le contesté pensativo.

    -A ver… ¿alguna vez… no se… alguna vez emm…- me estaba desesperando un poco, que tardase tanto me provocaba ansiedad- ¡ah ya se! ¿Alguna vez besaste a un chico?

    Quedé helado. Esa pregunta me tomó por sorpresa de una forma tal, que no pude disimular mi reacción. No pensé que esa chica tímida me pusiera en jaque de esa manera. Podía sentir la mirada de las 9 personas que me rodeaban, viendo mi cara de sorpresa.

    -¡Ahhh Takeru besó a un chico!- gritó la pelirroja pataleando como una nena pequeña- ¿Quién es? ¿Lo conocemos?

    -¡cl-cla-claro qu-que no!- contesté tartamudeando.

    Todavía no estaba listo para contarle a nadie lo que pasaba con Ken, mucho menos ante más de una persona.

    -T.K, prometimos contestar únicamente con la verdad- me dijo con un tono amenazante la dueña del cuarto- entonces ¿besaste a un chico sí o no?

    -¡Ya dije que no!-

    Todos me miraban fijamente. De seguro estaba completamente rojo, lo podía sentir. Hasta Davis me miraba con una cara como si dudara de mí. Para que Davis dudara de mi, debía estar actuando muy raro

    -¿No es el turno de otro en girar la botella?- dije agarrando la botella y la poniéndola de nuevo en el medio del circulo, tratando de salir de esa situación tan incómoda.

    -Es mi turno de hacerla girar- dijo mi amigo castaño agarrando la botella y haciéndola girar con fuerza en el piso alfombrado.

    Mientras esperábamos a que la botella se detuviera, aproveché para tranquilizarme un poco. Era por eso que no me gustaba ese tipos de juegos, me ponía muy nervioso e incomodo al contestar cosas que no tenía ganas de contar. Ya había quedado demostrado.

    -¡¿Qué?! ¡Esto es una broma! – grité indignado cuando la botella me volvió a apuntar con su pico.- ¿Cómo puede ser que me toque dos veces seguidas?

    Para empeorar las cosas, la que le tocó la base de la botella fue a Tamy

    -jaja es el destino pequeño- rió la chica de rulos al lado de la pelirroja- Tamy, debes elegirle un desafío, ya que no puede elegir “verdad” dos veces seguidas.

    -Mmm a ver, ya que dijiste que nunca besaste a un chico… hoy será tu primera vez…- dijo mientras me miraba con un sonrisa picara- te reto a que beses a Davis

    Al escuchar esas palabras quedé en shock, ante las miradas y las risas de todos. Davis abrió los ojos de par en par.

    -ahhh pero no se vale, si es con el mejor amigo será muy fácil- dijo una de nuestras compañeras cruzando los brazos.

    -Espera, no me dejaron terminar- le contestó la pelirroja con una sonrisa- el beso debe durar por lo menos 5¡No! 10 segundos.

    -¡¿Y qué pasa si yo me niego?!- preguntó Davis alzando la voz, completamente rojo.

    -Shh el desafío es para T.K, tú tomas el lugar de un objeto en este turno, no tienes voz ni voto- le contestó la dueña de la habitación entre risas.

    -Pe-pe-pero yo, ose-osea eso es….-dije titubeando, casi de manera inentendible.

    Mi boca no coordinaba con lo que quería decir.

    -Nada de peros, al principio del juego se estableció que hay que hacer los retos sin objetar- me interrumpió Tamy - ¡Vamos! Beso, beso, beso- empezó a alentar, haciendo que todos los demás cantaran lo mismo al unisonó.

    -Está bien… lo haremos- rompió el silencio mi amigo, moviéndose arrodillándose al frente mío.

    "¡¿Qué?! ¿En serio Davis está aceptando?" Pensé mientras mi mente daba un brinco de la conmoción.

    Supuse que debía hacerlo porque si no, no me dejarían salir de aquella habitación, y mucho menos si Davis se había dispuesto a llevar a cabo el desafío.

    Me arrodillo en frente de él, mientras nos miramos a los ojos. Puedo sentir a mi corazón latiendo de una manera descontrolada, no es necesario posar mi mano sobre mi pecho para sentirlo, es como si se quisiera salir de su lugar. Al mismo tiempo, podía sentir como si mi interior ardiera en llamas, de repente sentí mucho calor. Mis manos tiemblan sin control, aunque trate de disimularlo no puedo detenerlas. Al notar eso, el de los ojos marrones me ofrece sus manos, para que yo las agarre. Lentamente, pongo mis temblorosas manos sobre las suyas. Él las agarra firmemente, mientras continúa con su mirada fija en mis ojos. Puedo sentir el calor de sus manos en las mías.

    Nuestros compañeros se pelean entre sí a nuestro alrededor, para obtener el mejor lugar para poder ver el beso.

    Este momento me parece tan irreal, tengo la sensación que en cualquier momento despertaré en mi cama. Pero a pesar de la extraña sensación que siento, sé que esto es muy real. Mi respiración se vuelve irregular, me cuesta bastante controlarla. Me doy cuenta que son los mismos nervios que sentí cuando estaba con Ken en el bote esa noche, pero el doble de intensos. ¿Por qué me siento así de raro? Es solo un beso que me están obligando a dar, nada con valor emocional o sentimental. Es decir, es con Davis, pero eso no debería afectarme, si solo somos buenos amigos.

    Al mismo tiempo acortamos la distancia que hay entre nuestros rostros, ante la atenta mirada de todos los de la habitación. Llega un punto donde puedo sentir la respiración del castaño de lo cerca que estamos. Cierro los ojos y ladeo mi cabeza un poco hacia costado derecho, esperando el contacto de sus labios.

    -Chicos vengo a decirles que la cena estará a las 9 y que…- entró diciendo nuestro preceptor, haciendo que Davis y yo nos separáramos rápidamente, cayendo de trasero al suelo. Todos los demás se sobresaltaron también ya que estaban con toda su atención sobre nosotros dos - ¿Qué están haciendo? ¿Por qué están todos en el suelo? ¿Y esa botella?- preguntó Kevin con una cara de incertidumbre.

    Por el susto que se llevaron, todos parecían haber quedado sin habla, incluyéndonos a mí y a Davis, que estábamos totalmente rojos.

    -¡Ahh Kevin! –se levantó la chica de los rulos rompiendo el silencio- ¡esta es una habitación de chicas! ¿Qué pasa si entrabas como si nada y nos estábamos cambiando? ¡Eres un desubicado!- berrinchó la dueña de la habitación, más que nada para distraer al preceptor y hacerlo olvidar de lo que vio.

    -Yo eh…eh solo vine a avisar sobre la co-comida y que debo asegurarme que to-todos están adentro del hotel y que nadie se quedó afuera en la tormenta- respondió Kevin con cierta dificultad y algo sonrojado.

    Esa era la oportunidad perfecta para salir de la habitación y poder zafarme de este incomodo juego. Sin perder tiempo me levanté y salí rápidamente de la habitación, esquivando al preceptor. Afortunadamente nadie me dijo nada, ya que lo único que deseaba en este momento era salir de allí. Una vez afuera del cuarto, emprendí la vuelta a mi dormitorio. Caminé a paso acelerado por el pasillo de ese piso cuando de repente escuché a mi mejor amigo llamándome desde atrás.

    -¡Eh T.K!- me dijo algo agitado por el trote que acababa de hacer para poder alcanzarme- que susto nos dio Kevin ¿no?

    -¿ah? si, si- le contesté algo nervioso- apareció justo a tiempo.

    -¿Justo a tiempo?- me preguntó el castaño con un semblante serio.

    -y si, apareció justo a tiempo, justo antes de que… bueno… tu sabes, de que nos besemos-le contesté mirando hacia el frente- Ósea, preferiría besar a un sapo jaja- dije riendo y pegándole un leve empujón.

    Pero a pesar de mi chiste, Davis me seguía mirando de esa forma tan inusual en él, muy serio. Al notar eso, lentamente borré mi sonrisa, observando esos ojos marrones.

    -¿Así que eso es lo que piensas de mi entonces?- esa pregunta me sorprendió mucho.

    Lo que dijo me sorprendió, no solo por lo que preguntó, sino también por la forma en cómo lo dijo. Era como si estuviese enojado pero a la vez dolido.

    -Era solo una broma, Davis- le contesté apenado - no era mi intención hacerte sentir mal…

    -No sonó como una broma- dijo de manera seca, mientras caminábamos ya por el pasillo del primer piso, donde estaba nuestro cuarto.

    -¿Acaso querías que nos besáramos?- le pregunté mirándolo a los ojos- estas actuando algo raro últimamente.

    Eso ultimo que dije hizo que Davis abriera los ojos de par en par.

    -¿Yo soy el raro?- preguntó el castaño alzando la voz pero al mismo tiempo nervioso y tartamudeando- entonces ¿cómo se cataloga lo que pasa entre Ken y tú?- preguntó enojado.

    Al escuchar eso me quedé paralizado, incapaz de reaccionar. Mi mente quedó en blanco. Me pregunté cómo podía ser que él lo supiera ¿Acaso nos había visto? Se suponía que era un secreto. No estaba listo para contarle a nadie sobre eso, ni siquiera a Davis.

    -Ya lo sé todo, así que no es necesario que te sigas haciendo el tonto…- soltó Davis mientras llegamos a la puerta de nuestra habitación.

    Eso último que me dijo me hizo reaccionar de cierta manera. El tono en el que Davis me estaba hablando era muy poco amigable. Se notaba que estaba molesto conmigo. Es más… ahí recordé que había catalogado de raro lo estaba pasando entre el pelinegro y yo. Sabía que podría ser duro al principio enterarse de este tipo de noticias, no digo que no, pero no esperaba esa reacción tan negativa del que se suponía que era mi mejor amigo. Pensaba que Davis seria comprensivo, que me aceptaría y apoyaría en ese tipo de situaciones nuevas y desconocidas para mí, eso hacen los amigos ¿no? Pero evidentemente me había equivocado.

    -¿Así que te parece raro? Te informo que no me interesa que es lo que pienses – Le contesté imitando el tono de agresividad que había tenido conmigo hace unos segundos- no eres nadie para juzgarme o criticarme- le dije elevando aun más la voz.

    En ese momento no me interesó si alguien de las habitaciones cercanas nos oía.

    El moreno quitó su cara de enojo y cambiándola por una de sorpresa

    -¿No-no soy nadie?

    -Exacto, no eres nadie para juzgarme ¡es mi vida y puedo hacer lo que se me dé la gana!- le contesté furioso.

    Me había dolido mucho que haya dicho lo que dijo, sobre todo porque no me lo esperaba de él.

    -Es verdad, es tu vida y puedes hacer lo que se te dé la gana, incluso mentir de esa forma tan descarada frente a todos, y sobre todo mentirme a mí sobre lo que estaba sucediendo… no conocía ese gran don tuyo, ser un buen mentiroso.

    -¡No soy un mentiroso! Solo no quería hablar sobre eso todavía ¡tú no entiendes nada!

    -¡No me grites! ¡Yo no te estoy gritando!- gritó, retomando su cara de enojo.

    -¡Tu empezaste!- le contesté sin dudar. No sabía si era tonto o solo se estaba haciendo.

    -¡¿Qué yo empecé?!- preguntó extrañado, señalándose a él mismo- ¿te das cuenta de las ridiculeces que dices?

    En ese momento, la puerta de la habitación de al lado se abrió lentamente, dejando ver a un Tai que se asomaba con una cara de curiosidad e incertidumbre por los gritos que escuchaba. A pesar de eso, a ninguno de los dos nos importó.

    -No ¿Sabes que sí es ridículo? – dije desatándome la pulsera que él me había regalado de mi muñeca izquierda, para después extender mi mano mostrándosela- esta pulsera, ya no la quiero- se la tiré a sus pies- te la devuelvo.

    El castaño miró como le aventé su regalo con los ojos bien abiertos, pero rápidamente volvió a fruncir el ceño.

    -¡Bien! Me parece perfecto- gritó el castaño, haciendo un gesto como si no le importara, mientras abría la puerta de nuestra habitación, dejando la pulsera tirada en el piso.

    -¡Bien!- le contestó, empujando a Tai para poder entrar a su cuarto.

    -¡Bien!- escuché que gritó el castaño menor, seguido de un portazo muy fuerte.

    Yo hice exactamente lo mismo: aventé la puerta de la habitación de los mayores con todas mis fuerzas. Me quedé parado mirando fijamente la puerta, masticando la rabia que sentía en ese momento.
    Mientras insultaba a Davis mentalmente, sentí como si alguien me estuviera observando. Entonces recordé: esa no era mi habitación y no estaba solo. Al girar mi cabeza vi a Tai parado mirándome fijamente en silencio con cara de sorpresa.

    -¡Tai perdona! me metí en tu habitación sin preguntar ni nada ¿estabas ocupado?- le pregunté apenado, avergonzado de haber actuado tan impulsivamente- me voy si lo deseas.

    Ni siquiera sabía porque había entrado allí, toda mi ropa y mis cosas estaban en la habitación que compartía con Davis y Ken.

    -No, para nada. Quédate si quieres, no necesitan permiso para entrar a este cuarto- dijo sonriendo.

    -Muchas gracias.

    Bajé la mirada. A pesar que seguía enojado con Davis, empezaba a comprender que esa pelea era diferente a cualquier otra que habíamos tenido en el pasado. Era diferente, no una simple discusión entre amigos. No entendía porque se había ofendido tanto cuando dije esa pequeña broma sobre preferir besar a un sapo en vez de besarlo a él. La forma como me miró, como me habló, era bastante… bastante inusual.

    Estar peleado con Davis, justo en ese momento tan singular de mi vida, de viaje en este lugar, me entristecía bastante. Pero sabía que él era el que debía disculparse primero. Él había empezado, no yo.

    Punto de vista de Tai

    Wow, no estaba acostumbrado a ver a esos dos tratarse así de esa forma, me quedé sin palabras. Podía notar tristeza en la mirada del rubio, y no era para menos. A pesar de que no había escuchado toda la discusión, lo que logré escuchar fue fuerte. Quise hacer algo para animarlo, no soportaba ver triste a alguno de mis amigos.

    -T.K, no te quedes ahí parado, puedes sentarte si quieres- le dije sonriendo, rompiendo el silencio incomodo que se había formado en la habitación.

    Sin decir nada, el menor caminó unos cuantos pasos para después sentarse pesadamente sobre la cama, rebotando un par de veces en el colchón de agua. Suspirando, vi el exterior por el ventanal de la habitación. Todavía llovía furiosamente. Los rayos y relámpagos iluminaban el cielo ya nocturno. Un viento helado entró por el ventanal moviendo mi cabello. Desde que había empezado a llover la temperatura bajó mucho, tanto que tuve que sacar por primera vez del armario un buzo gris que generalmente usaba para entrenar.

    -Oye T.K ¿no tienes frio? – le pregunté al ojiazul al darme cuenta que solo traía puesto unos jeans y una camiseta roja.

    -Mmm un poco- su voz se oía apagada, triste - pero… mis abrigos están en mi habitación…- volvió a mirar el suelo.

    -No te preocupes, te prestaré una campera- le dije rápidamente abriendo el armario – a ver… déjame ver… ¡Esta!- exclamé sacando de entre toda la ropa una campera azul.

    -Pero es tu campera favorita… no es necesario, en serio- me dijo mirándome con esos ojos celestes.

    -No digas tonterías- sonreí mientras me subía a la cama y le colocaba mi campera en la espalda.

    Nos reímos juntos al ver cómo le quedaba la campera al blondo. Si bien no era mucha la diferencia de estatura, las mangas le quedaban largas, tapándole las manos por completo. Me alegré al verlo reír de nuevo. Sin embargo, sentí que era el momento de hablar sobre lo que había pasado con el cabeza hueca que estaba en la habitación de al lado.

    -Así que…discutiste con Davis- dije sentándome su lado en la cama. Él asntió con la cabeza lentamente.

    -Vamos, no estés tan triste- le dije pasando mi brazo sobre sus hombros- ni que fuese la primera vez que pelean.

    -Tienes razón, pero… siento como que esta pelea es diferente a cualquier otra que tuvimos anteriormente- me dijo afligido, mirándome a los ojos. Pude notar preocupación en su mirada.

    -¿Ah sí? ¿Por qué discutieron?- no quería parecer un metiche, pero tenía curiosidad por saber cuál había sido el causante de esa discusión.

    -Eh bueno… es que veras… yo… eh…

    -Bueno, no me cuentes si no quieres, no es necesario- le interrumpí al ver que tenía ganas de hablar de eso- solo te diré que no te preocupes, es normal que los amigos se peleen de vez en cuando, si me habré peleado con tu hermano en incontable ocasiones, pero siempre nos terminamos amigando. Sé que tu y Davis son iguales a nosotros en ese sentido.

    -Espero que tengas razón- me dijo con una leve sonrisa- hablando de mi hermano ¿Dónde está?

    -Ah, está en el salón de entretenimiento. Yo estaba ahí también pero después vino Ray y se puso a tocar el piano, y el tarado de tu hermano se puso a tocar la armónica, así que decidí venirme aquí.

    De repente, escuchamos a uno de los coordinadores golpeando puerta por puerta del pasillo, indicando que debíamos ir al salón comedor a cenar. Con el rubio nos levantamos de la cama y nos dirigimos hasta la puerta de la habitación,
    pero el menor se quedó parado a mitad de camino.

    -Tai, creo que no iré a comer, no tengo mucha hambre- dijo mirando fijamente la puerta del cuarto.

    Sabía muy bien que eso era solo una excusa para quedarse en el cuarto y no tener que encontrarse con Davis. Con solo ver su cara me di cuenta.

    -Vamos no te preocupes, todo saldrá bien, yo estaré contigo- le dije mientras volvía a pasar mi brazo sobre sus hombros.

    Inmediatamente, el rubio me sorprendió al abrazarme, apoyando su cabeza en mi pecho.

    -Muchas gracias por estar conmigo ahora Tai, lo aprecio mucho- me dijo con los ojos cerrados, sin despegar su rostro de mi pecho. En su voz pude percibir el esfuerzo que el menor estaba haciendo en no llorar.

    Debo admitir que sentí una sensación muy extraña al tener sus brazos alrededor de mi cuerpo. Luego del shock inicial, correspondí el abrazo. Quería hacerle saber que podía confiar en mí, que no lo dejaría solo en ese momento difícil para él.

    Apoyé un costado de mi cara sobre su pelo, cerrando los ojos. Fue raro, pero sentí como si nuestras respiraciones se sincronizaran. En ese momento mi mente entró en un estado de paz extraño. De a poco, paseé mis manos por su espalda, sintiendo cada centímetro. Luego acaricié su sedoso cabello con mis dedos. Se sentía tan bien que cada segundo que pasaba me agradaba más y más.

    "Un momento... esto ya es demasiado" me dije para mí mismo. Esas extrañas sensaciones me habían hecho recordar la noche en el colectivo, donde había pasado algo parecido.

    -Emm bueno, vamos yendo ¿no? – Dije nerviosamente separándome de él.

    Y así salimos del cuarto para dirigirnos adonde nos esperaba la comida. Pasamos por el frente de la habitación que T.K compartía con Davis y Ken, donde el blondo había arrojado la pulsera al suelo. Ya no había nada allí. Quizás alguien que había pasa la levantó y se la guardó para sí, o quizás la gente de mantenimiento la barrió, valla uno a saber. Noté como T.K, disimuladamente, buscó la pulsera con la mirada sin éxito, entristeciendo aún más su rostro.

    Al llegar al comedor, encontramos a nuestros amigos sentados todos juntos en una mesa. Rápidamente me di cuenta que Davis no estaba con ellos, ni tampoco se encontraba en el salón. Con el rubio nos servimos la comida en nuestros platos y nos unimos al grupo. Ni bien nos sentamos, vi como entró al comedor el moreno menor, vestido con ropa más apropiada para la temperatura que estaba haciendo. Sin mencionar ni una sola palabra, el castaño se sentó en el extremo opuesto de la mesa de donde estaba T.K. Si bien los demás chicos conversaban tranquilamente entre ellos, yo podía sentir la tensión que había entre el castaño y el rubio de 3°, que tenían sus miradas fijas en sus platos de comida. Así como Davis fue el último en sentarse, también fue el primero en terminar de comer y levantarse e irse, ante la atenta y triste mirada de T.K.

    Una vez finalizada la cena, nos dirigimos todos juntos a nuestras respectivas habitaciones. Al llegar a la puerta de su habitación, el rubio de 14 años se quedó parado. Al parecer dudaba si entrar o no. Davis de seguro estaría adentro.

    -T.K ¿Qué pasa? – le preguntó Ken al rubio- ¿hay algo mal?

    -No, nada… solo que las cosas no están del todo bien con Davis- contestó con una sonrisa que se notaba que era forzada.

    -Con razón estuvieron tan callados en la cena, igual no te preocupes, yo estaré contigo- le dijo el pelinegro intentando darle confianza al ojiazul, que no parecía muy seguro.

    -Está bien, igual en algún momento tendremos que cruzarnos las miradas nuevamente- contestó T.K sacándose mi campera- aquí tienes Tai, muchas gracias- me dijo devolviéndome la prenda.

    -T.K espera- dije rápidamente antes de que Ken abriera la puerta- ¿Por qué no te quedas en mi habitación esta noche? Es decir, no es necesario que le veas la cara de traste a Davis ahora, pueden aclarar sus diferencias mañana.

    - ¿Estás seguro Tai? no quiero estorbar- preguntó el blondo, al parecer le había interesado mi idea.

    -Para nada, la cama es muy grande, podemos caber los 3 fácilmente- le contesté intentando convencerlo- vamos solo por esta noche.

    No sé porque quería que T.K aceptara mi propuesta. Quizás era porque sabía que al rubio no le gustaban las confrontaciones. Estaba seguro que si T.K entraba a esa pequeña habitación, tendría una con Davis. Se lo podía apostar a cualquiera.

    -Bueno, si no hay problema…- contestó finalmente el ojiazul- Nos vemos mañana Ken, que duermas bien- dijo volteando su mirada al pelinegro, que solo vio incrédulo como su compañero entraba conmigo a mi habitación.

    -Has-hasta mañana T.K- logró decir Ken antes que yo cerrara la puerta del cuarto.

    -Muchas gracias por dejar que me quede aquí, Tai- me dijo sonriente T.K, al parecer mi idea le había gustado más de lo que creí al principio- te juro que será solo por hoy, ya mañana hablaré con Davis.

    -No te preocupes- le dije peinando su flequillo con mis dedos, me alegraba verlo feliz de nuevo - estoy seguro que las cosas con Davis mejoraran, mejor solo vamos a dormir ¿Sí?

    -Sí, permíteme ir al baño primero.

    Justo cuando T.K se metió en el baño, Matt entró por la puerta del cuarto, que se había retrasado porque se quedó conversando con Mimí en el pasillo.

    -Aahh que bien la pasé hoy, Ray si que sabe de música- comentó el rubio mayor mientras se desperezaba.

    -Uy si, que divertido- dije con un tono irónico mientras me ponía mi pantalón para dormir.

    -Oye, a ti te divierte correr tras un balón, a mi me divierte hacer sonidos, cada uno se divierte como quiere así que cállate- me contestó dirigiéndose al baño, pero se sorprendió al ver que estaba ocupado- ¿ah? ¿Quién está en el baño?- me preguntó en voz baja.

    -Tu hermano, se quedará con nosotros esta noche- contesté mientras me sacaba el buzo y la remera.

    -¿Qué? ¿Por qué? Él tiene su habitación- dijo extrañado, al parecer mi idea no le había gustado mucho.

    -Es que está peleado con Davis y pensé que sería mejor que esté aquí- le dije sonriendo.

    -De ninguna manera, él tiene que aprender a resolver sus problemas con los demás- dijo cruzando los brazos- además, ¿adónde se supone que dormirá?

    -Y con nosotros en nuestra cama ¿Dónde más?- eso pareció molestarlo aún más- vamos, solo por hoy, no seas así- le dije casi suplicando, sabía que era la única forma de convencer a Matt - ¿recuerdas como éramos nosotros cuando nos peleábamos a esa edad? Solo le estoy haciendo un favor.

    Él se quedó viéndome a los ojos durante unos segundos. Yo le sonreía con una sonrisa de oreja a oreja, esperando su respuesta

    -Mm bueno, pero solo por esta noche- dijo resignado sentándose en la cama- hablas como si nosotros ya no peleáramos- comentó con una sonrisa.

    -Ya no peleamos porque sabes te ganaría muy fácil- le digo riendo mientras me abalanzaba sobre él, intentando dominarlo como en la lucha libre.

    -Eso crees tú.

    Empezamos a rodar en el colchón de agua, con nuestros cuerpos entrelazados, intentando dominarnos uno al otro sin parar de reír. A pesar de hacerse el maduro, a Matt todavía le gustaba mucho jugar a la pelea de vez en cuando. Su
    cara al hacerlo lo delataba. Mientras nos esforzábamos para dominarlos el uno al otro, nos miramos a los ojos, sonrientes.

    Pero nuestra escaramuza cesó cuando escuchamos la vos de un rubio de ojos celestes que nos hablaba.

    -Hola hermano ¿en qué lugar de la cama dormirás tu?- preguntó T.K inocentemente a un lado de la cama.

    En ese momento el rostro de Matt se puso rojo de repente. Con la única pierna que tenía libre de mis agarres, me empujó con fuerza haciendo que cayera de la cama.

    -Yo dormiré en mi lado, como siempre- le contestó Matt al menor mientras se paraba rápidamente- arregla como compartirás el espacio con Tai, él fue el que te invitó.

    -Je no le hagas caso, te prestaré algo para dormir así no arruines esa ropa tan elegante- dije mientras me levanto del suelo sobándome la cabeza, la verdad me había caído muy fuerte.

    Después de pasarle al menor una camiseta y un pantalón corto bastante viejos, que a veces usaba para dormir, nos acostamos los tres en la cama matrimonial con T.K en el medio. Sinceramente, me pareció una imagen algo graciosa… 3 muchachos compartiendo la cama, en una habitación que parecía estar hecha para hacer todo tipos de cosas… menos dormir.

    -Espero que puedas dormir algo T.K, si es que Matt con sus movimientos nocturnos no te despiertan-dije entre risas al rubio que estaba en el medio.

    -Y yo solo espero que puedas pegar un ojo cuando Tai empiece a roncar- contestó el blondo mayor girando y dándonos la espalda.

    -Ya, estoy seguro que solo exageran… buenas noches…

    Punto de vista de T.K

    Esa fue una de las peores noches de mi vida ¡Dios que mal dormí! Primero pensaba que Tai y Matt estaban bromeando, pero lamentablemente no era así.

    Justo cuando estaba a punto de dormirme, después de estar una hora viendo el techo de la habitación, Matt empezó a moverse dormido, empujándome y golpeándome con sus brazos y piernas. Cuando me moví un poco, alejándome de él y acercándome más a Tai, el castaño empezó a roncar bien fuerte. Jamás había escuchado a alguien roncar tan fuerte y de esa forma. Por un momento pensé que el castaño estaba despierto y que lo estaba haciendo apropósito, pero no era así, estaba bien dormido. Así estuve la mayor parte de la noche, entre los ronquidos de Tai y los movimientos molestos de Matt. Me pregunté cómo demonios hacían esos dos para dormir juntos.

    Sinceramente, en algunos momentos de la noche pensé que hubiese sido mejor soportar una posible nueva pelea con Davis que estar en medio de esos dos, sin poder conciliar el sueño de ninguna forma posible.

    Davis…la discusión con el castaño se había repetido en mi cabeza durante todo esa noche. A pesar de que intentaba distraerme con cualquier otra cosa, me era imposible no pensar en lo que había sucedido con moreno. Cada vez que cerraba los ojos, se me venía a la mente la cara de Davis cuando le arrojé la pulsera a sus pies, o cuando le dije que no era nadie para mí.

    Quizás yo había malinterpretado sus palabras. Sinceramente, me sentía algo arrepentido de haber reaccionado así. Tenía ganas de disculparme con él, pero no podía pedirle perdón así como si nada.

    Él también había estado mal en juzgarme sin saber qué era lo que ocurría en realidad entre Ken y yo, sin saber qué era lo que sentía. El siempre creía tener la razón en todo, pero esa vez estaba equivocado, así que también me debía una disculpa él a mí. No era ego, solo sentido común.

    Punto de vista de Matt

    Como era de esperar, fui el primero de los tres en despertarse. Un haz de luz que entraba por el gran ventanal me llamó la atención. Me levanté sin hacer ruido para evitar despertar a T.K y a Tai y me acerqué a la ventana.

    No sabía cuántas veces había visto el paisaje por esa gran ventana, pero no pude evitar quedarme viéndolo hipnotizado una vez más. El lago rodeado por bosques, con las montañas de fondo, todo iluminado por el sol mañanero. El cielo no presentaba ni una sola nube en kilómetros y kilómetros, todo lo contrario al día anterior.

    Recordé que era martes, y que si estuviésemos en la escuela en ese momento estaríamos en la clase de matemáticas, aburriéndonos con ejercicios complicados e imposibles de resolver. Agradecí estar allí y no en la escuela. Sentí pena por los pobres chicos de los cursos que no habían venido, Joe entre ellos.

    Volví la mirada hacia esos dos que seguían durmiendo en la cama. Tai estaba con todo el torso destapado.

    -y después dice que yo soy el que se mueve dormido- dije para mi mismo ladeando la cabeza de lado a lado.

    Tapé al moreno hasta el cuello con la sabana, ya que la habitación estaba bastante fresca a pesar del sol radiante.

    -Mmm… Matt…- balbuceó el castaño girando sobre su costado, dándome la espalda.

    Me quedé inmóvil

    "¿Acaso escuché bien? ¿Dijo mi nombre?" Pregunté en mi mente.

    -Tai…Tai…- le llamé en voz baja pero no respondió de ninguna forma.

    “Entonces está dormido, ¿estará soñando conmigo?”

    No sé cuantos minutos me quedé observándolo, viendo como dormía. Se lo veía tan indefenso, tan calmado.

    Vi mi reflejo en el gran espejo que tenía la habitación: una sonrisa boba adornaba mi rostro

    "¿Por qué sonrío?" Me cuestioné mentalmente. Decidí dejar de actuar como un tonto y aprovechar que esos dos seguían dormidos para tomar una ducha en paz.

    -------------------------------------------*-----------------------------------------------



    El desayuno y almuerzo transcurrió de manera normal, bueno…casi normal. No era normal que mi hermano y Davis no se hablaran, que ni siquiera se mirasen. Lo único que hicieron fue limitarse a comer e interactuar poco y nada con la persona que tenían sentada alrededor, pero ninguna interacción entre ellos. Hacían de cuenta que el otro no existía.

    Ken, Izzy, y Mimí ya sabían que las cosas no estaban bien entre esos dos, pero simplemente no querían entrometerse. Fuese lo que fuese que pasaba entre ellos dos, tenían que resolverlo solos. Aunque había intentado hablar con T.K, no pude hacer que me contara el motivo de la discusión con Davis. Después de mucho intentos, solo logré que me prometiera que hablaría conmigo sobre el tema, pero en otro momento. A pesar de no estar del todo conforme con esa respuesta, respeté su decisión.

    Yo tampoco tenía ganas de hablar con alguien cuando me peleaba con Tai de chico, así que le comprendí.

    Durante la tarde, en uno de los salones del hotel, tuvimos una charla sobre el cuidado del medio ambiente. Al igual de cómo había pasado el día que vinieron a hablarnos sobre los dinosaurios, la gente que daba la charla no eran los típicos charlatanes aburridos que hablan y hablan y hablan sin parar y que te terminan haciendo dormir en tu silla. Al contrario: sabían cómo llamar la atención de los jóvenes y hacer que la charla fuese muy dinámica y entretenida. Se notaba que tenían mucha experiencia al tratar con adolecentes, sabían qué hacer y que no. Sinceramente deseé que los profesores de la escuela fueran así, pero sabía que era mucho pedir.

    Cuando nos desocupamos de la charla, salimos la exterior del hotel por pedido de los coordinadores. Nos llevamos una gran sorpresa. Barras caribeñas, parlantes con música y algunos sillones y pufs adornaban el patio trasero del hotel, donde se había levantado el escenario para el desfile de la primavera. Al parecer habían armando como una especie de matinée, un lugar donde escuchar música, tomar unos tragos en la barra caribeña (sin alcohol, claro) y pasar el rato. El clima del día no podía ser más perfecto: te invitaba a estar afuera, disfrutar del día. Con los chicos nos dispusimos a pasar el rato ahí afuera, escuchando buena música mientras conocíamos y hablábamos con gente de las demás escuelas.

    Prontamente con Mimí entablamos conversación con un grupo de chicos y chicas muy divertidos. Hablábamos sobre diferentes temas, comparábamos nuestras escuelas tanto en los aspectos malos como buenos y hacíamos bromas al respecto.

    Por tanto hablar sentí sed. Decidí verificar que tal eran los tragos de la barra caribeña, como para probar cosas nuevas. Mientras me acercaba a la barra, vi a mi hermano conversando con algunas chicas. No sabía si eran compañeras de él o si eran de otras escuelas, el hecho era que lo rodeaban y hablan con él muy animadamente. Sin embargo, a él lo noté con un semblante decaído. Al ver a T.K, automáticamente se me vino a la cabeza la imagen de Davis. El moreno no estaba por ningún lado.

    Al llegar a la barra no supe que pedir: los tragos que tenían nombres extraños que jamás había escuchado en la vida. Ni siquiera sabía que ingredientes o frutas llevaba cada uno.

    -Hola rubito ¿qué trago quieres que te haga?- me dijo sin mirarme una de las chicas que atendía la barra, mientras pelaba una fruta que tampoco sabía cómo se llamaba.

    -Eemm hola ¿Qué lleva este trago?- le pregunté señalando uno de los nombres extraños que ofrecía la lista de tragos.

    -El ingrediente principal de ese trago es el kiwi, entre otras cosas, es muy rico ¿Quieres que te lo prepare?- me dijo agarrando algunos kiwis, dando por sentado qué le iba a decir que sí.

    -em bueno- le contesté no del todo seguro de que si me gustaría daba igual, había que probar cosas nuevas en la vida, sobre todo si eran gratis.

    Con gran agilidad, la chica licuó algunos kiwis y los mescló en un vaso con otros líquidos que ni idea que eran. Una vez finalizado el trago, le puso una sombrillita al vaso y me lo dejó servido sobre la barra.

    -Ahí esta lindo, que lo disfrutes- me dijo guiñándome un ojo para después darse vuelta y seguir atendiendo a otra gente. Los demás chicos que estaban esperando a ser atendidos me quedaron mirando fijamente cuando escucharon eso.

    -Gracias- dije en voz baja avergonzado, tomando el vaso y yéndome de ahí.

    "Mmm ¿Por qué los demás vasos de los otros estudiantes tienes colores llamativos como rojo, naranja o azul incluso, y el mío es color verde vomito?" Me pregunté mentalmente observando mi vaso mientras caminaba.

    Una parte de mí sabía que había elegido mal, pero decidí darle una oportunidad. Acerqué mi nariz a la sustancia verde adentro del vaso. Por lo menos olía rico

    "Ahora vamos a ver el sabor..."

    Definitivamente había elegido mal ¡Que trago feo! Tenía un sabor muy extraño y con cada sorbo que daba me gustaba menos. De seguro había sido el único que eligió eso.

    Mientras volvía hacia donde estaban mis amigos y los chicos de las otras escuelas, algo me llamó la atención. Vi a Tai apoyado sobre la pared del hotel con un vaso en la mano, conversando muy amenamente con la chica de pelo negro que había sido elegida como reina de la primavera junto con el castaño. Se sonreían mutuamente, viéndose a los ojos constantemente muy cerca uno del otro. Era como si disfrutaran mucho estar así de cerca. Me les quedé viendo fijamente, como si no pudiera despegar mis ojos de ellos. De repente, sentí que mi pie era mojado por alguna clase de líquido. Por distraerme con esos dos había inclinado demasiado el vaso del “riquísimo” trago, derramando un poco sobre mi zapatilla. Mientras maldecía al aire por mi torpeza, escuché la voz de Mimí:

    -¿Matt? ¿Estás bien?

    -Sí, sí... ¿Por qué estaría mal? – le pregunté tomándole del brazo para que empezáramos a caminar juntos y evitar así que se diera cuenta que estaba viendo al moreno y la chica conversando.

    -Ah por nada, es que te vi así como tildado jaja- me dijo sonriendo.

    -¿Sí? Qué raro… - le contesté haciéndome el desentendido-…oye te regalo mi trago, necesito ir al baño- dije poniéndole el vaso con el liquido verde en la mano para después empezar a caminar rápidamente hacia el interior del hotel.
    Aquello sorprendió a la castaña.

    -Ah bueno… gracias…-escuché que dijo a mis espaldas en voz baja.

    Así caminé rápidamente hacia el interior del hotel, deteniéndome una vez que estuve adentro. Una vez solo, me pregunté porque había dicho esa mentira. En realidad no necesitaba ir al baño, solo había sentido la necesidad de alejarme de ese lugar lo más rápido posible. En solo un segundo, el buen humor que tenia por estar pasando un rato agradable se había esfumado como si nada. Me sentía triste, decaído y sin ganas de hablar con nadie. Seguí caminando por la planta baja del hotel, hacia el lado opuesto de donde se encontraba todo el mundo, hasta llegar a la entrada frontal y principal del edificio. Una vez fuera, contemplé el paisaje de ese lado del hotel mientras daba una bocanada profunda de aire.

    Pude ver al señor Z y a su hijo rubio conversar a unos cuantos metros de la entrada principal donde me encontraba. Sin darles importancia, empecé a caminar por camino que llevaba al puente de madera. Luego de caminar unos 40 o 50 metros, llegué a mi destino.

    Era un simple banco de plaza al costado del camino, bajo la sombra de un par de arboles. Era perfecto, ya que estaba alejado de la vista de todos. Me senté y contemplé el puente de madera que habíamos cruzado en la camioneta del señor Z el día que llegamos.

    Una vez solo, hice una especie de autoevaluación que jamás había hecho. Me sentía muy extraño, como si estuviese preocupado, angustiado, incluso enojado… todos sentimientos negativos al mismo. No podía dejar de pensar en Tai con esa chica, intentara lo que intentara no podía hacer otra cosa. Me daba rabia

    -¿Qué me importa a mí lo que pase entre esos dos?- pregunté mirando el cielo-¿Por qué estos pensamientos me torturan así?

    Al palpar mis bolsillos, me di cuenta que traía a mi armónica conmigo. No sabía en qué momento la había guardado en ese pantalón, pero me alegró tenerla allí. Sin más que hacer, me puse a tocar notas improvisadas que formaban una melodía que admito que era algo triste.

    Me sentí un poco mejor. Eso era lo que me gustaba de tocar la armónica, siempre me relajaba. Mientras seguía con mi concierto unipersonal, pude ver una figura cruzando el puente, acercándose al hotel. Yo simplemente no le di importancia y seguí con lo mío. Después de algunos minutos más, pude distinguir un poco mejor la figura que se venía acercándose lentamente por el camino. Por la contextura física parecía ser una mujer la cual tapaba su cabeza con un sombrero grande. Arrastraba una gran maleta. Una vez la mujer estuvo lo bastante cerca, paré de tocar la armónica. Pensé que sería muy descortés de mi parte ver a una dama cargar con semejante valija y quedarme tocando la armónica a un costado sin ayudarla, como un vagabundo.

    -Permítame ayudarla- le dije levantándome del banco y guardando la armónica en el bolsillo.

    -Muchas gracias, eres muy amable- me respondió una voz joven.

    La mujer levantó la mirada del suelo dejando ver su rostro que estaba oculto bajo el gran sombrero.

    Al verle la cara, me llevé una gran sorpresa…






    Fuaaa, admito que quedó algo largo jejeje. Ehh volvieron los *

    *La botellita: ese juego donde uno se tiene que besar con el que es apuntado con la botella, ese en el que siempre quieres que te toque cierta persona y nunca pasa :(
    Decidí aclararlo porque se que tiene muchos nombres diferentes ese juego, es mas, en Argentina se lo llama con mas de un nombre asi que por eso lo aclaro mas que nada jajaja

    Bueno muchas gracias por leer!! espero demorar menos para actualizar la proxima vez, hasta la proxima!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 14:52
     
    Top
    .
95 replies since 22/9/2014, 02:50   9184 views
  Share  
.