El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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    Yaoizando
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    Saludos a todos!!! ¿como va? segundo mes del año ya, el tiempo no podria ir mas rapido! :O Domingo a la noche, una tormenta electrica que amenaza con dejarme sin casa, sin internet por no se que razon, usando el 3g de mi celular pasandoselo a la notebook asi pueda navegar, pero aqui firme, con ganas de actualizar la historia jajaja.
    En este capitulo, introduje una de mis pasiones, el futbol <3.......pido disculpas a los que les importa poco, o nada del deporte rey (esta bien que sea asi) pero tenia ganas de introducir algo de esto a la story. Igual no me adentré casi nada en el deporte en si, solo lo suficiente para que la historia fluya.
    Al parecer el Lemon del capitulo anterior estuvo aceptable, o por lo menos no estuvo tan mal XD. Gracias a los que opinaron sobre eso, igual no se acostumbren jaja
    Bueno sin nada mas que decir, les dejo el capitulo 13.

    *Sasarai-san: Hola!! muchas gracias por el comentario y la buena onda!! Me alegra que sigas leyendo la historia! saludotes!

    *Taiyama: Asi que te engañe? jajaja si, cuando escribia la advertencia me imaginé que eso pudiera pasar jajaja (soy malvado) Muchas gracias por el comentario!! saludetes !




    Capitulo 13: ¡Arbitro!


    Punto de vista de Tai

    ¡Aaahh! ¡Maldito Matt! Casi me hizo hablar de más y contarle todo. Nunca me desmayé, pero cuando Matt me dijo que sabía lo que había sucedido la noche de la fiesta, sentí como que a estaba punto de hacerlo. Fue uno de los sustos más grandes de mi vida, no sabía dónde esconderme, o adonde salir corriendo. Admito que fue equivocación mía. ¿Cómo iba a saber yo que Matt tenía su propia versión de la historia, ajena a lo que en verdad pasó? ¿Cómo iba a pensar que el rubio se sentía responsable de mi extraño comportamiento el día siguiente a la fiesta? Después de “perdonarlo” tuve que salir corriendo como una rata.

    Aunque estaba seguro que huir no me libraría de dar una explicación, al menos me sirvió para ganar tiempo. Durante la cena, el blondo no hizo otra cosa que preguntarme una y otra vez que era lo que había pasado ¡No me dejaba probar ni un pedazo de mi comida tranquilo! Antes sus repetidas preguntas, yo solo contestaba que no se preocupara, que no tenía importancia, como para contestar algo y así callarlo, pero no resultó. El rubio estaba decidido a saber la razón por la cual prácticamente no le había hablado el día siguiente a la fiesta. Sé que también le preguntó a Izzy, Ken y a Mimí, por si alguien sabía algo, pero ninguno le supo contestar.

    Finalmente, para que se callara, le dije que sí, que si había hecho varias cosas, como por ejemplo: empujar a una persona desconocida, tocarle el trasero a otra… cosas de ebrios, e incluso romper el florero de la habitación donde dormíamos. Matt al escuchar “lo que había hecho” por fin dejó de acosarme con preguntas. No estaba feliz por escuchar lo que dije, pero al parecer estaba más tranquilo por saber “la verdad”. Jaja pobre Matt, no es que quería hacerlo sentir culpable, pero fue la única forma de que dejara de hablar del tema. Era preferible eso a que le diga la verdad, cosa que nunca pasará, puedo afirmarlo con total seguridad. Jamás sabrá que lo besé...¡ah! ¡Había dicho que nunca más hablaría de eso!

    -¡Tai! Date prisa, me quiero acostar- me gritó el rubio sosteniendo la puerta de nuestra habitación desde adentro.

    "Si tan solo me confiara la llave, no soy tan torpe para perderla".

    -ya voy- le contesté. Estaba muy entretenido conversando con Izzy afuera de su habitación.

    Me despedí del pelirrojo y me dirigí hacia nuestra habitación al final del pasillo, donde Matt me esperaba para cerrar la puerta con llave. Una vez adentro, me tiré exhausto en la cama, rebotando en el colchón de agua. Había sido un día bastante cargado: chapotear en el lago durante varias horas, el accidente de T.K, luego ese desfile… y después el sobresalto que me hizo dar mi rubio amigo antes de cenar. A pesar de lo último, podía rescatar cosas buenas del inicio de la primavera. Primero: había quedado en volver a juntarnos con la “reina” que me besó en la pasarela. La próxima vez que nos viéramos, sería de una manera más intima, sin estar siendo observados por todos y todas. Ella fue la que me lo propuso, sinceramente eso me sorprendió, al igual que el beso al frente de todos. Segundo: a los que desfilamos nos dijeron que podíamos quedarnos con la ropa con la que habíamos desfilado por última vez. Finalmente las cosas mejoraban para mí.

    Tirado en la cama, mirando el techo, escuché unos ruidos raros. Giré mi cabeza y vi a Matt intentándose sacar la remera con mucha dificultad, por sus quemaduras. Pareciera que intentara como intentara, le dolía y mucho. Como sabía que no me pediría ayuda, aunque la necesitara, aceleré el proceso y se la ofrecí yo primero.

    -A ver Matt, te ayudo, se ve que no puedes solo- dije levantándome de la cama.

    -No es necesario... en serio- me dijo mientras continuaba intentando sacarse la remera con una cara de mucho dolor. Ya era sabido que me contestaría algo así.

    -¿En serio Matt? ¿Qué no ves como estas? – le dije con una sonrisa burlona- levanta los brazos, yo te sacaré la remera lentamente.

    El rubio levantó sus brazos, resignado, dando un suspiro. Me dio ganas de reír ver esa expresión en su rostro. Con mucho cuidado, tomé el extremo de abajo de la camiseta de mi amigo, y lentamente fui levantándosela, con mucho cuidado de no hacer un movimiento brusco. Cuando su cabezota salió por el orificio de la remera, el rubio dio un suspiro de alivio, seguido de una sonrisa de satisfacción, con sus ojos cerrados. Era como si se hubiese sacado un gran peso de encima. Me le quedé viendo como un tonto

    “Que hermosa sonrisa” Ese pasamiento cayó sobre mí de la nada "¡¿Pero qué?! ¡Otra vez pensando estas cosas tontas!"

    -Vaya que eres tonto ¿ya te lo eh dicho?- dije mientras le aventaba la remera en la cara a Matt con todas mis fuerzas- ¿cómo vas a estar bajo el solo todas esas horas sin protector ?- mi amigo no comete muchos de estos errores habitualmente así que debía aprovecharlo. Por lo general, esas tonterías se esperan de mí.

    -Ya todo el mundo me lo dejó bien en claro, gracias- me respondió sacándose la remera de la cara, dejando ver una de sus típicas caras de odio.
    Lo único que pude hacer al ver esa cara fue reírme.

    Me saqué la remera y me puse mis pantalones cortos que suelo usar para dormir. Me acosté en mi lado de mi cama, esperando que Matt apagase la luz y se acostara también. Aun en la oscuridad, la luz de la luna que entraba por el ventanal y me dejaba ver la figura del rubio, que lentamente y con cuidado se acostó a mi lado boca abajo.

    -ahh estoy muerto, buenas noches Tai- me dijo apoyando un costado de su cara en la almohada, regalándome una sonrisa.

    Aquello me sorprendió. Estaba empezando a creer que Matt me sonreía más seguido de lo costumbre. No sabía si les sonreía a todos o solo a mí. Sin embargo no me molestaba, sino al contrario.

    No pude evitar sonreírle y contestarle con un “buenas noches”. Luego de sonreírnos algunos segundos, él giró su cabeza de nuevo, apuntando su rostro hacia el lado contrario de donde estaba yo. Yo quedé con esa sonrisa clavada de manera inamovible en mi boca. Cuando me di cuenta que estaba sonriendo solo, en la oscuridad, por no sé cuantos minutos, decidí intentar dormir para dejar de comportarme como un idiota.


    --------------------------------------------------------*---------------------------------------------------------




    Odiaba el insomnio. Debía llevar más de una hora dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, algo raro en mí. Cada vez que cerraba los ojos, muchos pensamientos venían a mi mente. ¿Qué hubiera pasado si Matt hubiese descubierto la verdad de lo que pasó esa noche, tal como yo creí? ¿Me hubiera perdonado? Prácticamente yo estaba entregado mientras lo escuchaba hablar, mientras lo tenía agarrado de las manos. Recuerdo que estaba temblando, esperando que Matt me dijera lo que pensaba. Menos mal que todo había sido una confusión y que todo fue aclarado. Esperaba que ese tema no se tocara nunca más.

    Debía enfocarme en el encuentro intimo que tendría con la “reina de la primavera” jeje. Al fin las cosas se me estaban dando como esperaba en ese viaje.

    "Mmm ¿Qué ese olor tan rico?" Pensé.

    La brisa que entraba por la ventana me hacía llegar un rico aroma. No podía distinguir que era precisamente

    "¿Vainilla? mm… "

    Bueno, no sabía a que olía, pero era muy agradable.

    "¿De dónde viene? ¿Acaso será… acaso es Matt el que huele así?" Pensé sorprendido "¿Será la crema que le pasó Ray por la espalda?"

    Acerqué mi rostro de manera lenta hacia la espalda de mi amigo. No era su espalda.

    "¿De dónde viene? ¿Podría ser su cabello?"

    Con mucho cuidado de no despertar al rubio, acerqué mi cara hacia sus cabellos dorados. La verdad tenía mucha curiosidad por saber que era ese rico olor.

    " A ver… ¡Sí! Es el cabello de Matt el que huele así"

    Me pregunté que se habría echado para que tener ese aroma en el cabello. Mientras olía el cabello de Matt como un drogadicto, el ojiazul giró su cabeza rápidamente, encontrándose con mi rostro de frente, a tan solo unos cinco centímetros de distancia.

    -¿Qué haces?- me preguntó extrañado.

    -eeemm yo….- ¡como odio cuando no sé qué decir! ¡Qué suerte la mía! - …tenias un bicho en el pelo, le estaba soplando para que se fuera, parece que funcionó jeje- le contesté con una sonrisa nerviosa, apoyando mi cabeza en la almohada.

    -Ah bueno…gracias- me contestó el blondo, al parecer me creyó- ¿no puedes dormir?- me preguntó mirándome a los ojos.

    - No, no puedo ¿y tú?

    -Creo que dormí un poco, pero me volví a despertar.

    Y así nos quedamos presos del insomnio, conversando durante no sé cuánto tiempo de diferentes cosas, hasta que nos dio sueño nuevamente. Durante todo el tiempo que estuvimos hablando, ninguno se movido ni un poco de la posición en la que estábamos, uno tan cerca del otro. Casi podía sentir su respiración en mi rostro de lo cerca que estábamos. El rubio se durmió primero, dejándome solo otra vez en la oscuridad de la habitación. Bostecé un par de veces, haciendo que mis ojos se humedecieran mucho, e incluso derramando algunas lágrimas sobre mis mejillas. Creí que estoaba listo para dormirme finalmente.

    Sin embargo, cuando estaba a punto de hacerlo, Matt empezó a moverse dormido. Eso no era extraño, ya que siempre fue de moverse en la cama mientras duerme. Si no lo sabré yo, que me había quedado a dormir en su casa incontable veces. Era todo muy normal, hasta que sentí su rodilla apoyarse en mi muslo derecho. Giré mi cabeza sorprendido mirando el rostro del ojiazul, que seguía profundamente dormido. Sentir el contacto de su piel con la mía me hacía sentir un calor repentino.

    -¿Matt?- susurré. No hubo respuesta. Claramente estaba dormido.

    Me quedé inmóvil unos minutos, pensando en que podía hacer. No me incomodaba sentir su pierna sobre la mía, pero me preocupaba que él pudiera malinterpretar las cosas si se llegaba a despertar. A decir verdad, aparte de no incomodarme, me sentía cómodo así.

    -Mm estoy muy al borde de la cama, sería mejor que me moviera un poco para no caerme- Me dije a mi mismo por lo bajo.

    Me moví más hacia el centro de la cama. El contacto de nuestras piernas y de nuestra piel se intensificó. Esperé nervioso una reacción del rubio ante ese movimiento que acababa de hacer sin darme cuenta de lo idiota que fue. Pero no pasó nada. A pesar de eso, mi respiración estaba acelerada. Mi nerviosismo no mermaba. De repente, mi amigo se movió nuevamente. Con ese último movimiento, Matt terminó de cubrir mis muslos con su pierna derecha, eliminando por completo la distancia que separaba nuestros cuerpos.

    Me quedé petrificado, tratando de procesar la sensación que me provocaba el contacto de su cuerpo con el mío. Se sintió raro, pero a la vez tan bien. Estaba muy cómodo así. Bostecé un par de veces más y cerré los ojos, cayendo dormido finalmente.

    Punto de vista de T.K

    Que sorpresa nos llevamos al bajar para desayunar y ver como estaba el día: nublado y oscuro. Por las grandes ventanas del salón comedor podíamos ver las nubes negras en el cielo, listas para desatar una tormenta en cualquier momento.

    Sin perder tiempo, nos pusimos a levantar todo lo que la mesa principal nos ofrecía para desayunar. Todos menos mi hermano y Tai. Ellos no habían bajado con nosotros a desayunar, al parecer seguían durmiendo cuando fuimos a despertarles. Aquello me llamó la atención, pero estaba seguro que ya bajarían, que no se quedarían sin desayunar, sobre todo el moreno. Mientras desayunamos y conversamos en la mesa, el hijo mayor del dueño del hotel entró al salón y se posicionó en medio del lugar. El rubio alto sopló un silbato un par de veces, haciendo que todo el mundo se callara y fijara su mirada en él, incluyéndonos.

    -¡Buen día gente!- saludó a todos en general- disculpa que los interrumpa, pero tengo que hacer una pregunta ¿A quién le gusta jugar al futbol?

    La gran mayoría de los chicos levantaron su mano. Davis casi se atragantó con las masas dulces cuando escuchó la palabra “futbol”. Tosiendo y todo levantó su mano como el resto.

    -¡Qué bien! Y ahora ¿Quién se considera bueno jugando al futbol?

    Prácticamente todos los que habían levantado la mano la primera vez, lo hicieron de nuevo, incluyendo mi mejor amigo.

    -Bien, ahora podrán poner a prueba que tan buenos son, ya que después de almorzar habrá un campeonato de futbol, donde se verá que escuela es la mejor- dijo con una gran sonrisa.

    El salón se llenó del murmullo de todos los varones. Oleg, al ver que todo el mundo se puso a hablar al mismo tiempo, sopló otra vez su silbato haciendo que todos se callaran nuevamente.

    -Bueno, bueno, escuchen… vayan a las canchas que ya conocen, las que están yendo por uno de los tres caminos del bosque. Para los que no jueguen futbol, igual podrán jugar a otros deportes, así que están todos invitados. Bueno,
    ahora si los dejo desayunar tranquilos, los espero allá.

    Después de que Oleg se callara, el murmullo se volvió a hacer presente en todo el salón. Todos estaban emocionados por la notica, una competencia amistosa entre escuelas nunca viene mal. Mientras continuábamos desayunando, vimos como se acercaron a la mesa el castaño y el rubio que faltaban para completar el grupo de siempre.

    -Hasta que al fin aparecieron ¿durmieron bien en su nidito de amor?- les preguntó Davis, con una sonrisa burlona.

    Ninguno le contestó nada, solo le dieron un golpe seco en la cabeza a la pasada, uno después del otro, para después sentarse en la mesa con nosotros.

    -Oye Tai, hay una noticia que te gustará- le dijo Izzy al moreno, haciendo que este se detuviera en seco antes de meterse una masa en la boca.

    -¿Sí? ¿Cuál es?

    -Habrá un campeonato de futbol a la tarde entre escuelas- le contestó esta vez Ken, quien también se lo notaba también bastante emocionado.

    -¿En serio? ¡Qué bien! – dijo emocionado Tai- es tiempo de demostrarles quienes somos los mejores ¿vedad Davis?- preguntó mirando al menor, que solo levantó su pulgar mientras se sobaba la cabeza.


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    Después de almorzar, con los chicos y un gran grupo de nuestros compañeros y compañeras, caminamos hacía las canchas donde se haría el torneo, en el medio del bosque. Al llegar, nos encontramos que los jugadores de las otras escuelas ya estaban allí, registrando sus equipos en el torneo y esperando que los coordinadores le dieran sus camisetas. Los que solo veríamos nos acomodábamos en las pequeñas tribunas a los lados de las canchas.

    Afortunadamente, con Izzy, Matt y Mimí pudimos encontrar una buena ubicación.

    Los de nuestra escuela se anotaron y un coordinador les entregó las camisetas con las que jugarían.

    Para fortuna de mi hermano, el clima le ayudaba bastante con sus quemaduras, ya que no había sol.

    Viendo el cielo oscuro y amenazador, me pregunté si sería posible que el campeonato se llevara a cabo hasta el final. Como estábamos en una parte montañosa, daba la impresión de que las nubes estaban mucho más cerca de nosotros que en la ciudad. Además, corría un viento constante y algo frio. Sería un milagro que no se largara a llover en medio del campeonato.

    Desde la tribuna, vemos como ya los equipos participantes ya vestían sus camisetas, diferenciando bien los equipos entre sí. Por la cantidad de chicos, había más de un equipo por escuela, pero solo uno seria el campeón. Si bien apoyábamos a todos los equipos que representaban a nuestra escuela, todos los ojos y esperanzas estaban puestos sobre el equipo que integraban Tai, Davis y Ken. Esos tres, sobre todo los dos castaños, eran bastante respetados en el futbol, así que estábamos seguros que su equipo llegaría lejos en el torneo. Vi que al equipo de nuestros amigos le tocó una camiseta con colores azul y amarillo. Justo los colores del equipo de futbol favorito de Tai. Supuse que para
    Davis debía ser muy feo usar esos colores, ya que él es fan del eterno equipo rival jajaja. El preferiría usar algo rojo y blanco.

    Cerca de nuestra posición, en las gradas, se sentaron el director de nuestra escuela junto con el señor Z, y otro señor canoso de bigote. También estaban Kevin y los profesores acompañantes. No pude aguantar la risa cuando vi que la gente que quedó atrás del dueño del hotel, se tuvo que levantar e irse a otro lugar, ya que la gigantesca espalda del hombre rubio no les permitiría ver nada.

    Con Mimí empezamos a comer un paquete de galletas entre los dos para pasar el tiempo. Mientras comía, pude ver a Ray caminando por frente de nuestra posición. Al parecer no nos había visto. Llevaba puesto una camiseta de futbol con rayas verdes y blancas, además de unos pantalones cortos y unos botines.

    -¡Oye Ray! ¡Aquí!- gritó Mimí levantando los brazos, rompiéndome el tímpano izquierdo.

    El moreno se detuvo en seco y nos buscó con la mirada entre la gente. Una vez que nos encontró, nos saludó con una gran sonrisa, para después acercarse pidiendo permiso entre la gente de la tribuna.

    -Hola chicos ¡que buenos asientos se agarraron! De los mejores – nos dijo una vez llegó a nosotros, sonriendo.

    "Este chico siempre sonríe y es amigable, que simpático" Pensé "Parece que nada le pudiera perturbar"

    -¿También jugaras Ray?- le preguntó mi hermano.

    -Sí, un equipo de una de las escuelas no llegaba con el número de jugadores y me pidieron que me les uniera. Yo al principio no quería pero el director de esa escuela me convenció- dijo señalando al hombre canoso de bigote que estaba junto a nuestro director y el señor Z.

    Justo cuando hizo eso, el hombre lo vio señalándolo, así que Ray le saludó con su mano. El hombre mayor solo le respondió el saludo de forma serena.

    -Bueno, me alegra haberlos visto, pero me tengo que ir a la otra cancha, mi partido está por empezar- nos dijo despidiéndose.

    -¿No jugarás en esta cancha?- le pregunté antes que se vaya.

    -No, jugaré en la otra, ya que es otro grupo- nos explicó- los ganadores de ambos grupos se medirán en una final. Bueno nos vemos después chicos ¡deséenme suerte!

    Finalmente después de unos cuantos preparativos mas, el torneo empezó con el pitido del mayor de los hijos del dueño, que hacía de árbitro. El equipo de Davis jugó primero: no le costó mucho ponerse arriba en el marcador. Nuestro equipo jugaba muy bien, teníamos muy buenos jugadores. El director saltaba de su asiento dando gritos e indicaciones sin sentido a los chicos, que sinceramente parecían no darles atención. Eso si…cada vez que hacían un gol o una buena jugada, el director se atribuía el crédito por haberles indicado que hacer.

    Así pasaron los partidos, uno después del otro. No duraban mucho, aproximadamente 20 minutos cada uno, seguramente una medida para apresurar la cosa antes de que lloviera. Cada vez que jugaba el equipo de nuestros amigos, nosotros alentábamos y gritábamos durante todo el partido, al igual que nuestros compañeros en las tribunas. Tai era uno de los que más goles hacia, siempre ayudado por Davis, lo cual facilitaba mucho al equipo controlar los partidos rápidamente. Esos dos se entendían jugando al futbol. Ken también hacía lo suyo, era un jugador muy útil para el equipo. Si seguían a ese ritmo, no había duda que serían los máximos favoritos a llevarse el torneo.

    Como suponíamos desde el principio, nuestro equipo se quedó con el grupo en el que formaba parte. Todos los jugadores festejaron en medio de la cancha, mientras esperaban que se definiera en el otro grupo su último rival.

    Después de unos minutos de esperar, vimos como se acercaba el equipo que sería rival del nuestro en la final. Cuando estaban lo suficientemente cerca, reconocimos esas camisetas de inmediato. Era el equipo donde jugaba Ray, que vestían una remera con rayas blancas y verdes. Los dos equipos se encontraron en la mitad de la cancha, donde Oleg les explicó algo que, desde donde estábamos, no pudimos escuchar. Después, cada uno de los jugadores se dio la mano en señal de respeto con su par del otro equipo, para luego ir a sus posiciones en la cancha. Los últimos en saludarse fueron Tai y Ray. Los números 10 de sus respectivos equipos, se estrecharon la mano, cruzando miradas entre sí. Me llamó la atención la forma en la que se miraron. En el rostro del coordinador había una sonrisa rara, mientras que Tai solo lo miró seriamente a los ojos.

    "¿Pasará algo entre esos dos?" pensé preocupado

    El cielo estaba peor que antes. A la distancia, ya se podía escuchar algunos truenos, que hacían eco en los bosques y montañas cercanas. El viento también había aumentado durante la última hora, trayendo aun más nubes negras al valle. Oleg sopló su silbato, dando inicio a la final. Esta vez la cosa no estaba tan fácil como antes. A los chicos de nuestro equipo les costaba avanzar hasta el arco rival, y también sufrían más los ataques del otro equipo, con más frecuencia que en los otros partidos. Para nuestra sorpresa, Ray era muy, pero muy bueno. Es más, él abrió el marcador: con un cabezazo venció a nuestro portero, imponiendo el 1 a 0.

    -¡Arbitro! ¡Le pegó en la mano! ¡Que estas ciego! – le protestó el hermano de mi mejor amiga a Oleg, mientras todos los del equipo rival festejaban con Ray, pero este solo lo mandó a callar.

    Era la primera vez que nuestro equipo estaba en desventaja, pero no duró mucho, ya que de un tiro libre bien pateado de Tai, se volvió al 1 a 1.

    A pesar de que era una final, había un buen ambiente adentro de la cancha. Había mucha conversación entre los jugadores de ambos equipos, y también risas. Al parecer todos habían entendido que aquel torneo era solo por diversión y pasarla bien. Pero había algo que no andaba bien, y era entre los dos jugadores que llevaban la 10 de sus equipos. Era como si cada uno se buscara adentro de la cancha para enfrentarse entre sí, aunque la jugada pidiera otra cosa. En una ocasión, Tai, haciendo una bicicleta, dejó pagando a Ray, sobrepasándolo con habilidad. En la jugada siguiente, el de los ojos claros le tiró túnel por medio de las piernas del mayor, haciendo que este hirviera de la rabia. Entre los que estábamos en la tribuna, comentábamos sobre ese duelo personal que estábamos presenciando.

    Ambos directores saltaban en sus asientos, gritando indicaciones a los cuatro vientos. El señor Z solo estaba sentado, callado, mirando extrañado como esos dos locos se desgargantaban. El marcador volvió a cambiar: Ray desde muy lejos pateó el balón con mucha fuerza y precisión clavando la pelota en un ángulo del arco, inalcanzable para nuestro arquero. Desde donde estábamos, oíamos las burlas que el director con bigotes le hacía al nuestro. Al parecer se había armado una especie de rivalidad entre esos dos. "Gente grande haciendo ese tipo de cosas" suspiré riendo. Pero poco le duró la alegría al director de bigotes, ya que otra vez el empate no tardó mucho en llegar. Ken se encargó de todo, gambeteando a toda la defensa y venciendo al arquero, poniendo el marcador 2 a 2. Después de celebrar con los chicos del equipo, el pelinegro regresó a su sector de la cancha, mirándome fijamente, sonriéndome y guiñándome un ojo. Sorprendido de que hiciera eso, me atraganté con la galleta que estaba comiendo.

    Tai en vez de tranquilizarse con el empate, se puso a protestarle por todo a Oleg, especialmente si Ray estaba involucrado en la jugada. Llegó a tal punto, que el rubio alto le sacó tarjeta amarilla por protestón y quejoso.

    -¿Qué te pasa Tai? tranquilo- escuché que susurró mi hermano entre dientes.

    Mientras seguía viendo concentrado el partido, sentí que alguien me agarraba del brazo.

    Punto de vista de Davis

    "¡Uf! Que cansado estoy, debe ser uno de los partidos donde más corrí en mi vida" Pensé, pasándome la mano por la frente para liberarme de la transpiración.

    Faltaba muy poco para que terminara el partido, y no queríamos ir a penales. El equipo estaba haciendo todo lo posible para poder anotar otro gol, pero estaba difícil. Este equipo era mucho mejor que los otros con los que habíamos
    jugamos, por algo habían llegado a la final. Aunque todo se lo debían a Ray, sin él estoy seguro no hubieran llegado tan lejos.

    Tai estaba haciendo una jugada increíble. Debía estar atento, en cualquier momento me podía dar el pase y yo tendría que hacer el gol. Sin embargo, a pesar de intentar estar atento a la jugada, no sé porque, justo en ese momento giré mi rostro hacia las tribunas. Mis ojos se clavaron en un chico y una chica, ambos rubios, que hablaban muy pegados uno del otro.

    Me quedé viendo a T.K y a Mara, sentados juntos en la tribuna. Ella lo tenía tomado del brazo, mientras hablaban sonriéndose, mirándose a los ojos. Pasó algo extraño. Lo demás se me puso borroso, y solo podía hacer foco en esos dos. Cuando recordé que estaba en medio de un partido y volví mi mirada hacia la jugada, solo pude sentir algo que golpeándome en la cara con una fuerza descomunal, tumbándome al suelo. Mientras estaba tirado en el piso desorientado, escuché un griterío que venía de las tribunas. Desorientado, con los ojos acuosos y la cara ardiendo, sentí varias manos que me tomaban y levantaban del suelo, celebrando y aplaudiéndome.

    "Pero… ¿Qué hice? ¿Qué pasó? No entiendo nada." Pensé en medio de todo el alboroto.

    -¡Que golazo, Davis! – me dijo uno de los chicos del equipo sacudiéndome el pasto que tenía en la espalda.

    -Buen cabezazo amigo- ahora era Ken quien me hablaba con una sonrisa.

    Ahí lo entendí. Lo que me había golpeado fue la pelota, y mi cara se interpuso en su trayecto desviando su dirección y desacomodando al arquero rival, marcando el 3 a 2 para nuestro equipo. Aparentemente, se había visto como si yo quise hacer eso. Decidí que era mejor que siguiera la corriente y me atribuyera el crédito. Era mejor eso, a que se enteraran que fue un accidente por estar distraído viendo a T.K y esa chica, que para colmo seguían muy pegados en la tribuna. Era como si el solo hecho que estuvieran así me desconcentrara de alguna forma. Nunca me había pasado algo así durante un partido

    "¡Tengo que concentrarme!"

    Afortunadamente, solo faltaban minutos para el fin del encuentro.

    No faltó mucho para que llegara la última jugada del partido. Oleg tenía el silbato en la boca, listo para finalizar el partido cuando creyera conveniente. El balón quedó rebotando en un sector de la cancha, sin dueño. Tai se acercó corriendo para dominar esa pelota, muy decidido. También pude ver como Ray hacía exactamente lo mismo. Ambos iban a toda velocidad para ver quién se quedaba con la última pelota del partido. Ninguno parecía querer frenar. Los dos castaños se tiraron con sus piernas para adelante, intentado llegar primero a la pelota. Se levantó una gran y densa nube de polvo cubriéndolos a ambos. Cuando la nube de polvo por fin se dispersó, pudimos ver a Ray tirado en el suelo agarrándose el tobillo derecho, bastante adolorido. Tai estaba intacto, con el balón en sus pies, dispuesto a correr hacia la portería rival.

    Oleg sopló el silbato, indicando el final del partido, mientras se acercaba a ver a Ray, al igual del resto del equipo de la otra escuela. Todos los que estaban en las tribunas, entraron al terreno de juego a celebrar con nosotros. Aunque si bien estábamos felices por haber ganado, nos daba algo de preocupación como había quedado nuestro coordinador. Él estaba siendo atendido por lo que parecía ser un enfermero en un costado de la cancha, parecía tener dificultades para poder apoyar su talón derecho con normalidad.

    -Felicidades Tai, buen partido- le dijo Matt a nuestro capitán, que ya tenía el trofeo en sus manos.

    -Muchas gracias Matt, estuvo difícil- le contestó sonriendo.

    -Pero creo que debes ir a pedirle disculpas a Ray por esa dura entrada del final- continuó el rubio mayor, para sorpresa del moreno.

    -Pero… pero… ¿Por qué? Si ni lo toqué- se excusó rápidamente el mayor, mirándonos a cada uno buscando a alguien que lo apoyara en lo que decía, pero ninguno lo hizo.

    -¡Debes ir! Pobre chico- se sumó Mimí, empujando a Tai – iremos todos juntos.

    El castaño no hizo otra cosa que resignarse, así que solo bajó la cabeza y caminó con nosotros hacia donde estaba Ray con su padre y el enfermero.

    -Oye Ray- le llamó la atención al de los ojos claros, con una voz que denotaba que no tenía ganas muchas ganas de hacer lo que iba a hacer- lamento haber ido tan fuerte en la jugada del final, no fue mi intención golpearte.

    -No te preocupes Taichi- le dijo Ray con una sonrisa pero con algo de dolor al mismo tiempo- así es el futbol a veces, no es tu culpa- concluyó extendiendo su mano.

    Nuestro amigo dudó al ver este gesto, pero después de un codazo de Matt por detrás, le estrechó la mano al moreno de 15 años. Ese gesto de caballerosidad se vio interrumpido por el director canoso de bigotes, que se lo veía bastante enojado.

    -¡Oye tu!- le gritó a nuestro director, que estaba felicitando a los jugadores del equipo- ¡tu equipo jugó sucio!

    - Típico perdedor, ya viene con escusas porque no pudo con los mejores- le contestó con aires de grandeza y superioridad- así es la vida, solo los mejores pueden ganar.

    - ¿A quién llamaste perdedor? ¿Eh? ¡Enano!- con eso último, nuestro director abrió los ojos de par en par.

    - ¡A ti! ¡¿A quién más!- dijo poniéndose en una especie de guardia, como para pelear.

    - ¿A sí? Eres un…- el director de bigotes se abalanzó hacia el nuestro, el cual hizo exactamente lo mismo. El dueño del hotel se interpuso rápidamente entre esos dos, intentando separarlos, mientras se armaba toda una trifulca alrededor entre los profesores de ambas escuelas.

    Los jóvenes solo nos dimos media vuelta para dirigirnos al hotel, dejando a los “adultos” resolviendo sus diferencias, solos, debajo del amenazante cielo. Mientras volvíamos por el camino del bosque al hotel, noté que T.K no estaba con nosotros, ni tampoco Ken. Se me hizo raro que esos dos faltaran. A pesar de que le pregunté a los demás del grupo, ninguno sabía nada de esos dos, solo ignoraron y le restaron importancia al asunto. Algo me dijo que debía buscarlos, que no me quedara quieto. A pesar de que parecía que la tormenta ya estaba a punto de comenzar, decidí darme media vuelta y volver hacia el complejo deportivo a cielo abierto. Primero me fijé en las tribunas, pero estas ya estaban vacías. Luego me dirigí hacia el vestuario, pero tampoco tuve suerte, estaba totalmente desierto.

    Justo cuando me había resignado y pensaba en volver al hotel con los demás, escuché una risa proveniente de la parte de atrás del vestuario. Pude reconocer esa risa de inmediato ¡era la risa de T.K! era imposible que estuviera equivocado. Salí del vestuario y lo bordeé para llegar a la parte de atrás. Ahí estaban. T.K estaba sentado sobre un gran tronco caído, con Ken recostado sobre el mismo tronco, con su cabeza apoyada en las piernas del ojiazul, sin remera. Al parecer charlaban muy ameno.

    "¿Con que necesidad se ocultan de esta forma, lejos de los demás? y... ¿Por qué están así tan juntos?" Pensé aun sorprendido por aquella imagen.

    Sintiéndome tonto por estar espiándolos, me di media vuelta y me decidí en empezar a caminar. Pero no lo hice. Algo me impedía irme y el impulso de quedarme se apoderó de mí. Otra carcajada de T.K me hizo darme media vuelta otra vez. Con mucho cuidado, me escabullí detrás de un gran árbol cerca de ellos.

    -Y dime ¿te gustó como jugué hoy?- le preguntó Ken al rubio.

    - Ya te lo dije ¿Es necesario que te lo repita?- le contestó riendo y mirando al cielo.

    -Sí, es que no me canso de escucharlo de tu voz, entonces ¿te gustó?- le volvió a interrogar con una sonrisa picara.

    -Me encantó como jugaste- le contestó T.K, ahora bajando la mirada y contactando los ojos azules de Ken.

    El blondo jugaba de manera tierna con el pelo negro de Ken. Me sentía muy extraño viendo eso, no daba crédito a lo que veía.

    -¿Pensaste mejor las cosas desde la noche en el bote?- "¿Noche en el bote? ¿a qué se refiere con eso? ¿Pensar sobre qué?"

    Sentí que me había perdido de varias cosas sin siquiera saberlo.

    -Bueno... a decir verdad, todavía tengo dudas- T.K le contestó algo nervioso- hace un momento durante el partido, Mara, la chica que te conté, me dijo que hoy en el salón cine del hotel pasarían una película que a ella le gustaría mucho ver y me pidió que la acompañara y… – el rubio se lo decía como si sintiese culpable.

    -...no dudes en ir- le interrumpió Ken, mirándolo a los ojos.

    -¿No te molesta que lo haga?-

    -no, para nada- le contestó Ken confiado y con una sonrisa- quiero que vayas, así te puedas dar cuenta de que prefieres estar conmigo que con ella.

    T.K solo sonrió, mientras seguía jugando los cabellos negros de Ken.

    -Oye ¿no te hace frio? Es decir, este viento de lluvia viene muy frio, y tú sin remera – le preguntó el ojiazul - ¿Por qué no te pones la camiseta que te prestaron para jugar el torneo?

    -Es que está tan transpirada que si me la pongo sería peor - contestó el pelinegro entre risas- pero no me hace frio, cuando estoy cerca de ti siento que estoy en llamas.

    -Que tonto eres- T.K se sonrojó bastante cuando ken dijo eso.

    -Si quieres que no me haga frio, dame un beso- le dijo el pelinegro, mirándolo a los ojos con una sonrisa.

    -¿Cómo se te quitará el frio de esa forma?- preguntó T.K de forma juguetona, con el rostro rojo.

    -ya verás.

    Después de decir eso, Ken agarró del cuello de la camisa al rubio, acercando el rostro de este al suyo.



    Final del 13. Para quien prestó atención, a Tai lo hice hincha de un equipo muy importante de mi pais, el mismo equipo del que soy hincha yo jajajajaja. Equipo de Argentina con colores azules y amarillos, uuuuuyy ¿cual será? jajaja re obvio. Bueno me despido, espero actualizar lo mas pronto posible, ya que se me acaban las vacaciones dentro de poco D: Chauu

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 13:58
     
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  2. Taiyama
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    ¡Hola! soy yo de nuevo xD me gustó mucho el cap, fue muy intenso el partido y que bueno que le termino ganando Tai a Ray era algo personal, pero mi parte favorita fue cuando estuvieron durmiendo juntos Tai y Matt :3 en serio espero mucho que ya sean pareja, lo que no soporté fue ver a Take con Ken, pero no creo que Davis se quede con los brazos cruzados es su TK xD, te mando saludos y espero que actualices pronto y cuidado con los rayos :=deeaaah:
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Oh ya te extrañaba !! jajajajaja una vez más, un excelente capitulo, la verdad me gustó mucho que hayas incluido un deporte con buenos detalles de movimiento y demás jejejejeje así que sos hincha de ese equipo eh??? ¬¬ ....... jjijijijijijijijijiji ..... nos vemos, saluditos !!! =D
     
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    HolaaAaAaA! tenia planeado actualizar uno de estos dias a la tarde, pero me dio un insomnio estrafalario asi que ¿por que no ahora? A este capitulo lo veo como un quiebre, donde ya empieza a acercarse la parte cumbre de trama, donde todo se vuelve un poquito mas intenso. Bueno aqui se los dejo, para los que les guste Davis capaz que me odien ya que lo torturo mucho al castaño, pero bue....jajaja

    *Taiyama: jaja Hola de nuevo! me alegro mucho que el capitulo te haya gustado, pero debo decirte que para lo que quieres se debera esperar un poquito mas, aunque no mucho. jajaja me mató el :=deeaaah: los gifs (o lo que sean) de esta pagina son muy graciosos.

    *Sasarai-san: HOlaa! muchas gracias por comentar jaja sip soy de ese equipo :$. Espero que los proximos capitulos tambien te gusten! chao



    Capitulo 14: El espía




    Punto de vista de Davis

    Después de decir eso, Ken agarró del cuello de la camisa al rubio, acercando el rostro de este al suyo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, unieron sus labios con suavidad y lentitud, cerrando los ojos.

    Me petrifiqué.

    "¿T.K y Ken? ¿Juntos de esa forma?" Pregunté a nadie en mi cabeza desviando la mirada de esos dos.

    Jamás lo había imaginado, sobre todo por parte del rubio. Sentí como si fuera un imagen irreal. Verlos besarse me estremeció de una manera que no me lo esperaba. Me temblaron las piernas, como si perdieran la fuerza necesaria para mantenerme de pie. Me apoyé sobre el árbol en donde me ocultaba. Me sorprendí de mi misma reacción. Era como si todo mi cuerpo se hubiera quedado sin energía. No podía dejar de ver esa escena, que me hacía sentir tan extraño. Aparte de esta extraña sensación, también pude detectar algo de rabia dentro de mí.

    No sé porque, pero sentí el impulso de querer hacer que esos dos se detuvieran. Por alguna razón, el deseo de hacer que ese beso se interrumpiera cobró fuerza en mí. Ese impulso era más fuerte que yo.
    Busqué a mí alrededor algo que pudiera arrojar, alguna piedra pequeña, o alguna rama. Luego de buscar por unos segundos, pude divisar algo útil que me serviría: una rama mediana, ni muy grande ni muy chica ¡Era perfecta! La levanté del suelo e incliné mi torso por un costado del árbol que me ocultaba. Estaba a punto de tirar la rama sobre el pelinegro y el rubio, cuando un fuerte estruendo se escuchó muy cerca nuestro, como si un rayo hubiera caído cerca.
    Eso fue suficiente para que esos dos cortaran su beso, separándose asustados.

    Al ver que se separaron, rápidamente me volví a ocultar detrás del árbol. Casi había hecho que me vean. Escuché cómo se rieron de ellos mismos, por haberse asustado así de esa forma.

    - Será mejor que vayamos al hotel- escuché que dijo T.K entre risas.

    Me volví a asomar por un costado del árbol, para ver como esos dos se paraban y empezaban a caminar hacia el hotel. Conforme ellos caminaban yo rodeé el gran árbol que me proveía de escondite, asegurándome de que siempre quedara el árbol entre ellos y yo. Cuando me aseguré que ya estaban lo suficientemente lejos, me dispuse a dirigirme hacia el edificio también.

    Caminé muy lentamente por el camino que llevaba de nuevo al hotel. No había rastros de T.K y Ken, al parecer me habían sacado mucha distancia. No me sorprendió, a la velocidad que iba, cualquiera lo hubiera hecho. Caminé con la
    mirada fija en el suelo, viendo como mis pies se adelantaban uno al otro. No podía dejar de pensar en lo que acababa de presenciar. No todos los días uno veía a su mejor amigo besándose con un chico.

    Jamás me había imaginado que T.K pudiera llegar a hacer eso. A uno nunca se le pasa por la mente una idea así. Ósea, pensaba que lo conocía más que nadie ¿y ahora eso? Todo ha sido muy repentino, así de la nada.

    Mientras caminaba, una muy pesada gota de agua cayó sobre mi hombro izquierdo. Después sentí dos más, luego unas 5 gotas al mismo tiempo, unos segundos después eran tantas que ya no pude contar más. En solo 10 segundos una lluvia torrencial cayó sobre el valle y sobre mí. Escuchaba los relámpagos encima de mí y el viento corría muy fuerte, haciendo que las pesadas gotas de agua cayeran con más violencia todavía. Igual, ni todas esas cosas juntas me incentivaron a acelerar el paso, sinceramente…no tenía ganas, me daba igual caminar debajo la tormenta.

    "¿Por qué lo que vi me afectó tanto? Es decir, es su vida...puede hacer lo que quiera. Yo lo voy a apoyar en lo que sea. Lo que hace o no hace es completamente ajeno a mí, no me debería importar. El hace lo que quiere y yo hago lo que quiero, es así." Eran los pensamientos que inundaban mi cabeza mientras caminaba bajo la lluvia torrencial.

    Cuando menos me di cuenta, ya había llegado al hotel. Pude ver al señor Z en la entrada del hotel, con muchas toallas en su brazo. Cuando me vio llegar todo mojado, se le dibujó una sonrisa en su boca adornada por ese gran bigote.

    -Veo que te atrapó la lluvia – Me dijo mientras me ponía una toalla en la cabeza, pronunciando unas cuantas palabras en ese idioma extraño que a veces hablaba- aquí tienes una toalla.

    -Muchas gracias- dije desanimado pasando de él, sin siquiera mirarlo.

    -¿Todo está bien pequeño?- me preguntó, la sonrisa se le había borrado del rostro, tomando una expresión de preocupación

    "¿Tan evidente era que no estaba bien" Pensé suspirando.

    -Sí, no se preocupe, gracias- le dije con una sonrisa forzada.

    El sujeto solo me miró con duda, pero después desvió su atención a otros chicos que llegaban al hotel escapando de la tormenta, ofreciéndoles toallas.

    Aproveché la distracción para alejarme de él. Caminé con la toalla sobre mis hombros por la muchedumbre que se había amontonado en la planta baja del hotel huyendo de la lluvia. Yo solo pasé de largo sin establecer contacto visual con nadie y subí las escaleras para poder llegar al primer piso. Una vez allí, pude ver algunas chicas fuera de la habitación de Mimí, hablando entre sí. Habré parecido descortés, pero pasé pos su lado sin siquiera mirarlas ni mucho menos saludarlas. Me daba igual. Simplemente me limité a caminar hasta mi habitación. Agarré la perilla de la puerta del cuarto con intención de abrirla, pero me detuve antes de hacerlo. Me imaginé entrando y sorprendiendo al rubio y al pelinegro en otro momento intimo. Esa sola idea me hizo volver a sentir muy extraño. Me quedé allí parado varios minutos mientras los truenos y rayos rugían en el exterior.

    Finalmente me decidí y me preparé para entrar. No iba a pasarme allí toda la tarde "¡Es mi habitación también y tengo el derecho a entrar y salir cuando quiera!" exclamé mentalmente abriendo la puerta rápidamente.

    Me di con la sorpresa de que no había nadie adentro. Sobre la cama del pelinegro había un par de camisas y remeras extendidas, como si estuviesen en exhibición. Pude reconocerlas, todas esas prendas era de T.K. Cuando cerré la puerta de la habitación detrás de mí, automáticamente la puerta del baño se abrió, dejando ver a un rubio que vestía solo unos jeans, secándose el pelo con una toalla.

    -Ah Davis, llegas justo a tiempo- me dijo clavando esos ojos azules en mi, con una sonrisa- ayúdame a elegir que vestir ¿sí?- me pidió fijando su vista sobre las prendas que había extendidas sobre la cama, con su mano en su mentón.

    -¿Donde está Ken?- pregunté sentándome en mi cama, sin llevarle el apunte a lo que me había pedido.

    Me era extraño tratar con él como si nada, todavía no procesaba lo que había visto en el bosque. Además, aquel sentimiento raro parecido a la tristeza no se me iba.

    -Se fue a devolver la camiseta con la que jugaron al futbol y hacer no se que más- me contestó con su mirada sobre las prendas.

    Me levanté de mi cama y me le posiciono a la par, viendo junto con él las prendas que tenía extendidas sobre la cama de Ken

    -Mmm esa- le dije señalando una remera roja con detalles en negro, siempre me había gustado.

    - ¿esa? ¿Tú crees?- preguntó algo inseguro mientras tomaba la prenda que le había indicado.

    -Sí, siempre me gustó como te queda esa remera- me puse algo nervioso por haber dicho eso, no era el momento para decir esas cosas, no en el estado extraño en el que estaba. Me volví a sentar en mi cama.

    -Y… ¿Adónde vas que te arreglas tanto?- pregunté haciéndome el desinteresado, acostándome.

    -Iré a ver una película con Mara, en el salón cine del hotel- me contestó mientras se ponía la remera que le había señalado.

    Esa noticia me hizo sentarme súbitamente, chocando mi cabeza con la cama de arriba de la litera. Afortunadamente mi amigo no me vio ya que se estaba poniendo la prenda roja

    "¿Para qué pregunté?" me pregunté sobándome la frente.

    El extraño y estúpido malestar que sentía se agravó. Me resultó increíble, pero aquella rara tristeza se intensificó y me hacía sentir aun peor. Se formó un silencio mientras observaba como T.K se ataba los cordones de sus zapatillas, estaba muy concentrado en arreglarse para su cita. Tanto, que no se dio cuenta de la forma en la que lo miraba. Otro pensamiento raro pasó por mi mente. Sentí la necesidad de ver esos ojos celestes en mí, que me mirara por un momento a los ojos. Tragué saliva con dificultad. No se me venía a la mente ninguna cosa que decir para iniciar una conversación.

    -Ehh...T.K ¿Qué te pareció mi gol en la final del torneo?- pregunté con voz baja, fue lo único que se me ocurrió para intentar atraer su atención en mi durante un minuto siquiera.

    -No lo pude ver, justo en ese momento estaba hablando con Mara- me contestó mientras se peinaba sus cabello (que lucía un tono café, ya que seguía mojado) con los dedos mirándose en un pequeño espejo que colgaba de la pared- pero estoy seguro que fue un gran gol.

    -ahh… ya veo…- contesté con voz baja, tan baja que el blondo no lo escuchó.

    Otra vez me dije: "¿para qué pregunté?"

    Era como si cada cosa que me enterara me hiciera sentir peor y peor. Parecía no acabar nunca. Debía hacer algo para dejar de sentirme así. Un impulso tonto creció dentro de mí. Dudé en seguirlo, pero luego me dije a mi mismo que podría funcionar. Me levanté y me puse detrás del rubio, que seguía fijándose en cómo estaba su cabello en el espejo.

    -Oye T.K ¿te gustaría que repitiésemos lo de ayer en la ducha?- le dije mientras lo agarraba de la cintura con mi mano izquierda, mientras le baja el cierre de su jean con la derecha- ¿Qué dices? ¿Tienes ganas?

    El blondo rió.

    -Ahora no, me tengo que ir.

    -Vamos, si no tardará mucho.

    -ahora no, Davis - repitió liberándose de mis manos, subiéndose el cierre nuevamente- quizás después. Bueno me voy, deséame suerte –dijo mientras tomaba algo de dinero de la pequeña cómoda de la habitación y lo guardaba en su bolsillo, para después salir por la puerta del cuarto.

    -T.K – dije alzando la voz antes de que cerrara la puerta y se fuera.

    -¿Sí?- me contestó asomando su cabeza por la puerta entrecerrada.

    No supe que decir mientras miraba esos ojos azules, ese llamado había sido como un impulso que no pude controlar.

    - ¿Te gustó como jugué hoy?- dije en voz baja, casi inaudible.

    -¿Ah? Si, si, estuviste bien- me dijo rápidamente para después cerrar la puerta, dejándome solo en la habitación.

    Me quedé parado en el mismo lugar durante unos minutos, pensando en lo que acababa de pasar ¿Cómo puede ser que en el transcurso de una hora mi estado de ánimo había cambiado tan drásticamente? Al final del partido me sentí en la cima anímicamente, y ahora no tenía ganas ni siquiera de salir de la habitación. No lograba entenderlo.

    Me desvestí y me dirigí hacía el baño, con la esperanza de que una ducha me pudiera hacer sentir mejor, aparte de sacarme toda la tierra que había traído de las canchas.


    ---------------------------------------------*--------------------------------------------



    Después de vestirme, decidí salir de la habitación, estar allí encerrado solo me haría sentir peor. La ducha había ayudado un poco. Una vez afuera, no supe donde dirigirme. No tenía ganas de ir al salón de entretenimiento donde estaban los demás. No era una buena compañía por el momento. Me limité a caminar por el interior del hotel, todavía llovía afuera. Más que lluvia, era un diluvio. A cada momento se escuchaba un trueno o un rayo retumbar en el exterior.

    Mientras caminaba, no podía dejar de pensar. Trataba de organizar las cosas adentro de mi cabeza, pero se me hacía difícil

    "¿Por qué me está afectando así, algo que no tiene nada que ver directamente conmigo? Es la vida de los demás, no la mía, así que debo mantenerme al margen, solo debo aceptar lo que pase entre ellos ya que son mis amigos.

    Pero…¿por qué me costaba tanto asimilar lo que estaba sucediendo? Cuando estuve con T.K en la habitación, tuve ganas de gritarle que sabía lo que estaba pasando entre él y Ken, pero no me animé. No estaba listo para tener esa conversación con él todavía. Era extraño, ya que no era yo el que tenía algo que confesar o contar, sino él

    "¿Será que me siento así porque me dolió que me lo ocultaran?" pensé mientras caminaba con la cabeza gacha por los pasillos. Esa era la única teoría que se me ocurría para explicar ese sentimiento de tristeza que me invadía.

    Ahora… la noticia de la cita con Mara también me había vapuleado ¿Eso como se explicaba? Aunque trataba y trataba no encontraba razón

    "Un momento…..¿dónde estoy?" Me pregunté viendo desorientado a mi alrededor.

    Había estado tan concentrado en mis pensamientos, que solo dejé que mis pies me guiaran por si solos. Ya había estado en esa parte del hotel en la que me encontraba, pero muy pocas veces. Todavía se me hacía algo desconocida.

    No me había dado cuenta, pero hacía algún tiempo ya no caminaba solo por el extenso y ancho pasillo, sino acompañado de varias personas a mí alrededor, que se dirigían en la misma dirección yo. Por lo menos así ya no me sentía tan patético de caminar solo y sin rumbo, aunque si lo pensaba mejor, eso era más triste todavía.

    Me detuve en seco al reconocer a alguien a unos 40 o 50 metros de distancia ¡Era T.K! ¡Claro! Estaba en el pasillo donde se situaba el salón que a veces usaban como cine. Inconscientemente, mis pies me habían traído hasta allí. Estúpidos pies.

    El ojiazul se veía como si esperara a alguien.

    Comprendí que toda esa gente que me rodeaba se dirigía hacia el cine. Decidí que era mejor que me fuese antes que T.K me viera, no quería que mi amigo pensara que lo estaba espiando. ¿Que le iba a decir si me veía y me preguntaba qué hacía allí? ¿Acaso diría “empecé a caminar y sin darme cuenta llegué aquí”? Nadie creería eso, aunque fuese exactamente lo que había pasado.

    Antes de que me diera la vuelta para volver por donde había venido, el rubio clavó sus ojos hacia donde me encontraba y sonrió, levantando su mano derecha saludando

    "¿Me está saludando a mí? Parece que sí" me dije mentalmente algo sorprendido.

    No pude evitar sentirme extraño al ver la forma tan tierna en la que me saludaba mi mejor amigo. Levanté mi brazo y le devolví el saludo, mientras lo miraba fijamente. De repente, una chica rubia que pasó corriendo al lado mío, dirigiéndose hacia donde estaba T.K. Automáticamente me di cuenta que el rubio no me estaba saludando a mí, sino a Mara. Puedo ver como los dos se unían en un abrazo, ambos con sus rostros sonrientes. Rápidamente disimulé estar peinándome con la mano que tenía en alto saludando, para evitar que alguien se diera cuenta del blooper que acababa de hacer. Al parecer ninguno de los dos, ni Mara ni T.K, me habían visto.

    Observé a lo lejos cómo la pareja compró sus entradas en un pequeño puesto afuera de la entrada al salón, para después meterse adentro, saliendo de mi vista. No me quedaba otra opción que darme la vuelta e irme de allí, sin embargo no lo hice. Curioso, me acerqué hacia la entrada del “salón cine”, en donde estaba el pequeño puesto donde se compraban las entradas y algunas golosinas como para comer mientras uno disfrutaba de la función. En la puerta colgaba un poster de la película que pasaban: una comedia romántica, de la cual ya había oído buenas críticas. Sinceramente no tenía ganas de ver esa película, así que no entiendo porque me había acercado hasta allí

    "¿O si quiero entrar?" Me pregunté, sorprendiéndome de aquello.

    Está bien, tenía curiosidad de ver que hacían esos dos, no sabía por qué... pero era así. Pero al mismo tiempo no quería ser un metiche.

    "Mejor dejo de dar lastima y me voy de aquí". Pensé para mi mismo dándome media vuelta para alejarme de allí.

    -Disculpa, ¿quieres ver la película?- una voz femenina me detuvo antes de que empezara a caminar.

    Me di cuenta que la persona que me hablaba era la joven chica que atendía en el puesto donde se vendían las entradas. Al parecer, la chica había notado mi indecisión sobre si entrar o no.

    -Eemm no gracias- le contesté amablemente- no tengo dinero en este momento, pero gracias.

    -No te preocupes, te doy la entrada ahora y me traes el dinero cuando puedas, no hay problema- me dijo sonriendo mientras extendía el brazo con una entrada en su mano.

    -¿En serio?- le pregunté dudando.

    Algo en mi interior se alegró: podría entrar y ver que hacían aquellos dos.

    -No, para nada – me contesta aun ofreciéndome la entrada.

    No quería entrar, pero a la vez deseaba poder observar lo que hacían T.K y Mara adentro ¿Eso estaba mal? Tampoco estaba bien rechazar ese ofrecimiento que la chica me estaba haciendo tan amablemente. Estaba a punto de agarrar la entrada, pero me detuve.

    "¡No! no está bien lo que quiero hacer, debo dejar de pensar en estas tonterías". Sentencié en mi cabeza, retirando mi mano.

    -ehh recordé que tengo algo más que hacer- dije empezando a caminar- pero muchas gracias, en serio.

    Caminé, casi corriendo, por el pasillo en la dirección por la que había venido. Creí que era mejor que hiciera otra cosa para poder dispersar mi mente de todo esto que me estaba atormentado.

    -¡Oye! ¡Davis! – escuché una voz familiar que me llamó, haciendo que me detuviera.

    Al girar mi cabeza, vi a Ray llamándome con sus manos desde una pequeña puerta, muy cerca de la entrada del salón cine. Cuando vio que había captado mi atención, se volvió hacia el interior de la habitación dejando la puerta abierta, que desde el pasillo se veía que estaba totalmente a oscuras.

    "¿Adónde me querrá hacer entrar?" Pensé adentrándome...

    Punto de vista de Tai

    Estaba muy alegre de lo bien que lo bien que había jugado el equipo. Les habíamos demostrado a las otras dos escuelas quienes eran los mejores, no podía estar más feliz. Lo único me molestaba era que me habían hecho disculparme con Ray por la jugada del final. Así es el futbol a veces, uno se golpea por tratar de ganarle al oponente. Lo que más me irritaba era que ni lo había tocado…bueno…quizás sí ¡pero tampoco fue la gran cosa! Las incontable veces que yo tuve que aguantar pisotones y patadas, a pesar de eso nunca me quejé. Igual, lo más importante era volveríamos del viaje con un nuevo trofeo para la vitrina de la escuela.

    Tuvimos suerte que el campeonato terminase antes de que se largara a llover. Con la tormenta que se desató no hubiésemos podido seguir jugando.

    Una vez me había bañado, con los chicos nos dirigimos hacia el salón de juegos, para pasar el rato mientras esperábamos que el clima mejorara. Allí en el salón me contaron que T.K estaba en una cita con la rubia con la que tanto se lo había visto últimamente. Eso me alegró.

    Cuando llegamos al salón, cada uno de mis amigos se puso a hacer lo que más le interesaba. Unos tomaron los videojuegos, otros el pool, o sino simplemente se pusieron a conversar con los demás chicos. Yo sinceramente estaba algo cansado por todos los partidos que habíamos jugado, así que vi con buenos ojos a los sillones y pufs.

    -Mimí, ¿me prestas tu cámara?- le pregunté a mi amiga, que conversaba con unas chicas de otras escuelas- quiero ver las fotos.

    -No- me contestó rápidamente para después darse la vuelta y volver a la conversación.

    -¿Qué? ¿Pero por qué?- le pregunté tomándole del hombro, haciéndola dar media vuelta de nuevo.

    -Porque te conozco, sé que borraras las fotos donde sales mal, y no quiero que borres ninguna- me contestó para después darme la espalda nuevamente, pero la agarré del hombro otra vez.

    -No borraré ninguna, lo prometo- le dije con una sonrisa tratando de que confiara en mí- anda, préstamela.

    -Mmm bueno, pero llego a ver que falta una foto… te las verás conmigo- dijo amenazante mientras buscaba la cámara en su bolso. Una vez que la encontró me la dio en la mano – y tampoco quiero, si es que se llega a tildar, que le empieces a dar golpes como haces siempre ¿me oíste?

    -Sí, sí, nada de golpes, tampoco soy tan cavernícola- le dije tomando la cámara y dirigiéndome hacía los sillones del salón. Me eché en el que parecía el más cómodo

    Levanté mis pies y los apoyé sobre otro sillón más pequeño. Encendí la cámara y me puse a ver las fotos en orden cronológico. La gran mayoría eran fotos que Mimí se sacó a ella misma en diferentes ocasiones del viaje, lo cual no me sorprendió.

    Después de unas 25 fotos en las que solo apareció mi amiga, empezaron las fotos donde aparecíamos nosotros también... por fin. Izzy sentado en el colectivo, Sora saludando, Mimí y el señor Z, Davis y Ken conversando. La siguiente
    foto éramos Matt y yo encima del caballo.

    "Mmm mi cara es de lo peor ¿en serio me vi así ese día?" Pensé haciendo una mueca de desapruebo.

    Mi dedo se acercó lentamente al botón “delete”.

    -Solo esta foto, después no borraré ninguna más- me dije para mí mismo.

    Pero justo antes de apretar el botón para borrar, miré la foto nuevamente, y a pesar de lo mal que me vía, no puedo evitar sonreír.

    "No, no la borraré, una foto en la que salga mal no hace nada"

    Continué pasando las fotos de a una: T.K y Mimí con el lago de fondo, yo jugando al pool, Matt desayunando. La siguiente foto me llamó la atención, eran Davis y T.K. El moreno llevaba en su espalda al rubio, ambos muy felices y sonrientes, mirándose uno al otro. El ángulo en el que se había tomado la foto y la iluminación de la misma eran perfectas. En definitiva una muy buena foto.

    La siguiente imagen hizo que se me borrara la sonrisa. Aparecían Matt y Ray frente a la cámara, sonrientes, con el lago de fondo. Cada uno está pasaba su brazo por encima de los hombros del otro. Ambos se encontraban sin remera y mojados, ya que la foto fue tomada cuando fuimos a las playas del lago, en el día de la primavera. Sin pensarlo, apreté el botón “Delete”.

    “Are you sure?” me salió en la pantalla con un signo de advertencia. Apreté decidido “Yes”. La foto lentamente se fue desfragmentando hasta desaparecer. No pude evitar sonreír cuando apareció un cartel en ingles indicando que la foto había sido eliminada, pero esa sonrisa no me duró mucho.

    Al ver la foto que le seguía, sentí como se me frunció el seño otra vez, pero de una manera más intensa. Otra vez eran Matt y Ray, en la misma pose y lugar que la foto anterior, pero esta vez el castaño le estaba dando un beso en la mejilla a Matt, el cual se lo veía sorprendido, con la cara roja. Ver esta foto por algún motivo me hizo hervir la sangre. Rápidamente volví a presionar el botón “delete"

    "¿Qué pasa que no aparece?" Pregunté mentalmente al ver como tardaba en procesar la cámara mi orden.

    “Are you sure?” finalmente figuró en la pantalla.

    “Yes” “Yes” ¡”Yes”!" ¡¿Qué pasa que no se borra?!"

    La cámara no respondía. Tildada, la pantalla digital me mostraba la foto que tanto intentaba borrar. Apretara lo que apretara seguía de la misma forma.

    -¡Pero qué porquería!

    Empecé o a darle algunos golpes con la palma de mi mano para ver si de esa forma se destrababa.

    A pesar de mis golpes, la foto seguía allí, sin poder borrarla o siquiera pasar a otra. La quedé mirando resignado. Mientras esperaba que algo cambiara en la pantalla, una mano en mi hombro me estremeció.

    -¡Matt!… hola ¿Qué haces? Jeje

    Al ver al rubio, escondí la cámara detrás de mi espalda.

    - Nada importante, solo te vi que estabas renegando con algo y me acerqué para ver- me contestó serio - ¿con que estabas luchando hace un momento? ¿Te puedo ayudar?

    -Ehhh es que… yooo mmm- "¡Mierda! ¿Qué hago ahora" Grité en mi cabeza viendo los ojos azules de Matt

    No le podía mostrar la cámara con esa foto en la pantalla ¿Cómo le explicaba el porqué estaba intentando borrarla?

    -¡Oye Matt! Quiero la revancha, ven aquí- le gritó un compañero de nuestro salón de clases desde la mesa de pool.

    -Bueno ya voy, pero es la última vez, reconoce que eres malo- le contestó el blondo levantándose del sillón y dirigiéndose hacia donde estaba nuestro compañero.

    Al verlo alejándose, respiré de nuevo. Asegurándome que nadie estuviera cerca, volví a sacar la cámara de detrás de mi espalda. No recuerdo haberme sentido tan aliviado como lo hice al ver que la pantalla de la cámara había cambiado. Un cartel en ingles indicaba que la foto había sido eliminada.

    Haber hecho pasar esas fotos a otra vida me hizo sentir... alegre, o al menos eso creí. Solo esperaba que Mimí no se diera cuenta de que había borrado dos fotografías, aunque no me arrepentía de haberlo hecho.

    Punto de vista de Davis

    Al llegar a la puerta, me asomé para observar el interior de la habitación antes de entrar. Me di cuenta que era la sala de proyección del improvisado cine del hotel. En el centro de la pequeña habitación, un proyector que parecía antiguo proyectaba la película a través de una gran ventana que tenia la habitación.

    -Davis pasa, y cierra la puerta por favor- me dijo el chico de los ojos claros susurrando, mientras me pasaba un banquito de madera para que me sentara junto a él.

    -¿Esto también es parte de tu trabajo?- le pregunté en voz baja, viendo asombrado aquel aparato que proyectaba las películas, nunca había visto uno antes.

    -En realidad no, pero la persona que se encarga de esto se enfermó así que lo estoy suplantando. Ya lo hice varias veces antes.

    Al sentarme a su lado, me di cuenta que podía ver a absolutamente todo la sala. Estábamos atrás de todos, algunos metros por arriba.

    -Este debe ser el mejor asiento para ver las películas- dije en tono de broma. Ray solo asintió sonriendo- oye, me olvidé de preguntarte ¿Cómo estás del pie?

    -Bien, bien. Gracias por preguntar, todavía no puedo pisar con normalidad, pero no es nada grave- me dijo quitándole importancia al asunto.

    Después de eso nos quedamos un tiempo en silencio, disfrutando de la película. Para ser sincero, en vez de ver la lona donde se proyectaba la película, trataba de localizar donde estaban T.K y Mara. Al estar todos dándome la espalda y solo poder verles las cabezas por culpa del respaldar de los asientos, sumando que la sala solo era iluminada por el haz de luz del proyector, se hacía bastante difícil. Después de varios minutos de buscar, los pude encontrar en la tercera fila. Al principio no estaba muy seguro que fueran ellos, pero pude reconocer el corte de cabello de T.K. Estaba pendiente de todos los movimientos que hacían esos dos, por más pequeños que fueran. No podía sacar mis ojos de esa pareja, era como si necesitara vigilarlos a todo momento.

    Mientras lo veía fijamente, pude ver a la rubia apoyar su cabeza en el hombro de mi amigo, después, él pasó su brazo por encima de ella. El suspiro que hice fue tan fuerte, que Ray me escuchó.

    -Davis ¿te pasa algo?- me preguntó mirándome fijamente- te noto algo triste.

    -¿Yo? No, no, para nada- le contesté haciéndome el desentendido, pero por la mirada que tenía me di cuenta que no me creía en lo absoluto.

    -Te vi que estabas observando a alguien hace varios minutos- continuó fijando la mirada en la dirección donde estaban T.K y Mara -¿ese no es tu amigo, el hermano de Matt?

    -Sí, él es- digo con resignación. Al parecer fui más obvio de lo que pensaba.

    -Veo que esta con una chica…ahh ya veo que es lo que pasa aquí- una sonrisa picara se le dibujó en el rostro.

    -¡¿Qué?! ¿A qué te refieres con eso?- me puse nervioso ante esa expresión del moreno.

    -¿Te gusta esa chica?

    -¡Claro que no!

    -Ah, entonces…..te gusta el chico rubio.

    Ante esas palabras lo único que pude responder fueron balbuceos, tartamudeos y sonidos raros.

    “¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo responder de forma clara? Solo tengo que decir que no ¿Por qué estos nervios?” pensé mientras mis labios soltaban sonidos sin sentido.

    -¡Por-por por supu-supuesto que no! Ósea, es verdad que los estoy mirando, pero no es lo que tú piensas que es, es decir, no sabría decir por qué no puedo dejar de fijarme en lo que hacen juntos, pero no es que esté celoso ¿Por qué lo estaría? En primer lugar esa chica no me gusta, es muy linda y todo, pero no me atrae. Y T.K es mi amigo, no es que lo ame ¡para nada! Debo admitir que es muy lindo también, pe-pero no es como tú crees, simplemente pasa que hace mucho que nos conocemos y ya es como si nosot…

    De repente, sentí sus labios sobre los míos, haciendo que cesara bruscamente con mi apresurada y nerviosa explicación. Por la sorpresa que me propinó ese beso, me levanté del banco de madera, y apoyé mi espalda contra una de las paredes del pequeño cuarto. Ray se paró y se puso al frente mío, apoyando sus manos en la pared a ambos lados de mi cuerpo, encerrándome con su cuerpo.

    -Tranquilo, haré que te olvides de ese rubio por un rato- me dijo con una sonrisa seductora, mientras me miraba fijamente con esos ojos claros tan peculiares.

    -Ray…te estás confundiendo…no soy…- otra vez me veo interrumpido por sus labios.

    Intento con mis brazos separarme de él, pero mis fuerzas disminuyen. Sé que no es normal, sé que no debería, pero lentamente dejo de hacer fuerza con mis brazos. Tan solo cierro mis ojos y empiezo a corresponder este beso salvaje que me estaba propinando el coordinador un año mayor que yo. Ante lo que sienten mis sentidos, mi mente se queda en blanco, creo que jamás había sentido algo así. De a poco, la intensidad del beso empieza a aumentar. Puedo sentir como con sus manos empieza a subirme la camiseta lentamente. Levanto los brazos y nos separamos para que él termine de sacarme la camiseta para después tirarla sin cuidado a cualquier lado. Nos quedamos mirando a los ojos durante unos segundos, en su cara sigue esa sonrisa que en verdad le queda muy bien. Esta vez soy yo el que lo besa a él, cosa que al parecer le sorprendió un poco.

    Podía sentir sus manos paseando por toda la parte superior de mi cuerpo, mientras yo revolvía con las mías su cabello. No pienso en nada, si lo que estoy haciendo está bien o mal, si esto traería repercusiones o consecuencias, si alguien entra a la habitación o no. Nada importa. El placer aumenta y aumenta. Pero ese momento de placer sin culpa tuvo un fin abrupto. Pude sentir como con una de sus manos masajeó mi parte baja por encima del pantalón. Eso me
    hizo reaccionar. Tomé conciencia de lo que estaba haciendo, a quien estaba besando. Y me di cuenta también hacía donde se dirigía la situación.

    -Espera…yo...- le dije de forma entrecortada mientras lo separaba de mí con bastante fuerza.

    Como el castaño no podía pisar bien con su pie derecho, el pequeño empujón que le di hizo que perdiera el equilibrio, cayendo de espalda contra el proyector el cual se apagó bruscamente. Al ver eso, me dieron ganas de ayudarlo a levantarse de nuevo, pero fueron más fuertes las ganas de correr a cualquier otro lugar que no fuese esa habitación.

    - Lo siento, debo irme- en ese momento salí corriendo de la habitación, no sin antes levantar mi camiseta del suelo.

    -¡Davis espera!- escuché gritar a Ray detrás de mí, pero hice oído sordo a su llamado, solo seguí corriendo por el pasillo, mientras me volvía a colocar la remera durante la marcha.
    Mientras corría, mi mente trataba de analizar lo que acaba de suceder. No lo podía creer.

    ¡Me besé con un chico! ¡Yo! ¿Cómo puede ser? Al principio había tratado de resistirme, pero luego cedí. Después de que me sacara la camiseta, fui yo quien buscó sus labios ¡Yo! ¿Por qué lo hice? ¿Habrá sido la excitación del momento?
    ¿O de verdad lo desee? No sabía las respuestas. La sensación de su boca está fresca en mi memoria, hasta puedo decir que… que… me gustó. ¡Ahhh!

    Siento como que todo lo que estaba definido y formaba mi mundo se vuelve extraño y desconocido. Siento como si ya nada fuese como era antes, todo se volvió tan extraño, tan irreal. Es como si el piso se abriera y cayera al vacio, sin una sola cosa fija a la cual aferrarme. Este debe ser el día más raro de toda mi vida ¡nunca me sentí tan confundido!

    No sabía hacía donde me dirigía, solo seguía corriendo. Mis ojos iban abiertos, pero las imágenes que recogían no eran procesadas por mi cerebro. Mientras voy corriendo, en la próxima intercepción de pasillos apareció un chico rubio al frente mío. Lo único que pude lograr hacer, fue ver que traía una remera roja antes de llevármelo puesto y caer los dos al piso.

    -Perdóname por favor, soy un tonto por ir corriendo sin fijarme por donde voy- dije rápidamente todavía en el suelo con los ojos cerrados, mientras me sobaba la cabeza por el duro impacto.

    -No, descuida, la culpa es mía también, venía distraído- al escuchar esa voz abrí los ojos - ah Davis, eres tu- T.K me sonreía levantándose del suelo.

    Me ofreció su mano para ayudarme a levantarme.

    -¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Mara?- le pregunté al ojiazul, mientras me reincorporaba con su ayuda.

    -Ah sí, estábamos en el cine pero de repente la función se interrumpió por un problema con el proyector, así que con Mara decidimos volver otro día a terminar de ver la película- me contestó mientras empezábamos a caminar juntos por el pasillo.

    -¡Uh que lastima! Que mala suerte- dije haciéndome el desentendido.

    -¿Y tú? ¿Qué haces corriendo por esta parte del hotel?- me preguntó fijando sus ojos azules en mí.

    -Por nada importante, no le des importancia- contesté rápidamente intentando quitarle importancia al tema, sobre todo para evitar hablar del verdadero motivo por el cual corría.

    -¿Te diste cuenta que llevas la camiseta puesta al revés?- me preguntó entre risas el rubio.

    Al fijarme, me di cuenta que no solo estaba con la remera con lo de adentro para afuera, sino también con la parte de atrás hacia adelante. Como había salido de esa pequeña habitación tan rápido, ni me fijé en cómo me ponía la camiseta.

    Rápidamente me saqué la camiseta para ponérmela como debería, ante la mirada y la risa de mi amigo. La risa de T.K era muy contagiosa, así que los dos nos empezamos a reír de mi estupidez, mientras continuábamos caminando.
    Era como si solo ver al ojiazul riendo, me vinieran ganas de hacer lo mismo. Seguramente parecíamos dos tarados riéndonos solos por los pasillos del hotel, pero no nos importaba. Con T.K conversamos y caminamos por el pasillo, volviendo a la parte del hotel a la que estábamos acostumbrados: donde estaban nuestras habitaciones y la sala de juegos donde pasábamos el tiempo.

    Al estar con el rubio, por fin pude liberar mi mente de todos esos pensamientos que tanto me habían acosado últimamente. Lo único que podía sentir es alegría, alegría de que estaba pasando tiempo con él, ya que todo el día había parecido estar dispuesto a pasar el tiempo con cualquiera menos conmigo. Me di cuenta que sonreía como un chiquilín mientras conversamos de diversos temas, pero no me importó. Un sentimiento raro. Pero una reconfortante rareza.

    Punto de vista de T.K

    ¡Qué suerte la mía! Justo cuando yo iba al cine, se cortaba la película por problemas con el proyector. Mi primera cita con Mara había tenido un final abrupto.

    No sabía si esa salida entraba en la categoría de cita. Estaba en una situación desconocida para mí. Por un lado, estaba Ken, que deseaba que fuéramos algo más que amigos. Por el otro Mara, una chica muy dulce y divertida, que sinceramente me caía muy bien, me gustaba mucho estar con ella. Pero…¿qué debía hacer? Me pregunté a mi mismo desde cuando estaba sumergido en conflictos amorosos. Siempre estas situaciones me habían evitado, ahora me veía envuelto en todo esto.

    No sabía qué hacer, cada uno era diferente y tenía cosas buenas y cosas malas, como todas las personas. Ni siquiera estaba seguro de si quería entrar en una relación.



    Vi a mi amigo castaño hablarme y sonreírme mientras caminábamos. Su sonrisa era algo diferente, como si fuera más radiante de lo normal. Una sonrisa contagiosa, no podía evitar sonreír cuando le veía.

    Mientras caminábamos por el pasillo del hotel, nos cruzamos con una compañera de nuestro curso, que traía una botella de vidrio vacía en sus manos.

    -¡Hola chicos! ¿A dónde van?- nos preguntó la pelirroja cuando nos vio- ¿están ocupados?

    -¡Hola Tamy!- le contesté sonriéndole- no, solo nos dirigimos a nuestra habitación ¿no Davis?- le pregunté a mi amigo, que solo asentó con la cabeza.

    -Ah buenísimo ¿Por qué no vienen conmigo? Con los demás chicos jugaremos a un juego en una habitación que está cerca- nos dijo agarrándonos de la mano a ambos, llevándonos con ella sin dejarnos opción.

    Caminamos con nuestra compañera por unos cuantos metros más, hacia una habitación con una puerta bastante llamativa, parecida a la puerta de la habitación de Matt y Tai. Nuestra pelirroja compañera tocó la puerta.

    -¿Quién es?- preguntó una voz femenina de adentro.

    -Soy yo ¡tarada!- le contestó la pelirroja riendo.

    -¿Trajiste la botella?- preguntó otra vez la misma voz.

    -Por supuesto que sí, además traje a dos galanes más para jugar- contestó mirándonos con una sonrisa.

    Nosotros nos vimos uno al otro desconcertados.





    Hasta aqui nomas...espero que les haya gustado. Los invito a comentar que les parece, si tienen ideas, sugerencias o criticas no duden es ponerlas en los comentarios. Ah otra cosa, hace algun tiempo el facebook se me murió (si asi es, murió. No se de que) asi que hace unas semanas me cree un twitter, si tienen cuenta en esa cosa siganme! (es una orden) https://twitter.com/Exequielrodri97 necesito adeptos jaja. Si quieren decirme cosas que capaz no se animan por aca o simplemente no quieren me lo dicen por ahi y nos comunicamos por ahi :) bueno eso nomas, espero poder actualizar pronto, si los examenes me lo permiten. Un saludo a todos!!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 14:38
     
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  5. Taiyama
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    Como siempre perfecto el cap :3 me identifique mucho con Davis, primero cuando Tk saluda a Mara y lo ignora, me ha pasado muchas veces lo mismo u.u, y después en la parte de Ray me recordó la primera vez que besé a un chico e igualmente quede completamente confundido, aunque creo que como me pasó a mi, eso era lo que le hacia falta a Daisuke para darse cuenta de lo que realmente siente por el rubio y que debe entrar al juego para no sentirse excluido, también me dio mucha risa la parte donde Tai se pone como cavernicola me recordó cuando trata de "arreglar" la computadora de Izzy, espero que continúes la historia pronto y que estés muy bien :=WIJIS:
    Pd. Am no tengo Twitt pero cuando cree uno ten la seguridad que te andaré siguiendo :D
     
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  6. Maka_Rune_Rune
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    ¿Cuántos capítulos me he saltado? ¿Dos, tres? ¿Cuatro quizá? (<---creo que ahí ya exagero un poco xD) Bien, vale, creo que son dos, ¿no? Empecemos por el 13:
    ILLO, WAIT, ESPERA, hostia que risa, joder, me empiezo Inazuma otra vez y aparece algo aquí de fútbol! xD Parece que Inazuma me perseguirá por siempre<3, últimamente, cuando estoy viendo o leyendo algo de "x" anime/manga, todo lo que hay a mi al rededor tiende a ser algo asemejado y es como "¿Destino? ¿Casualidad? ¿Veo visiones? DESCÚBRANLO EN ELPRÓXIMO EPISODIO...!"y tal. Ahora sí, en serio, Tai está hecho un embrollo, de veras, yo siempre he odiado las mentiras y cuando Tai le estaba mintiendo a Matt yo estaba como "Dah, STOP TAI, MAL, MAL" aunque luego volví a amarlo fuertemente cuando en la noche se acercó tanto a Matt, AY, de verdad,esos dos saben como hacerme sonreír (o tú sabes como hacer que esos dos me hagan sonreír(?)) Creo que sin duda mi escena favorita del capítulo, pero jamás superará la del caballo xD!
    OH DIOS, EL PARTIDO. Aunque yo este ya acostumbrada a las chispas, el hielo, fuego, movimientos inhumanos que dejan las leyes de la física por lo suelos, y demás (cortesía 100% de Inazuma), los partidos así a lo Supercampeones pero sin bocas abiertas durante medio capítulo y campos demasiado enormes, también me gustan bastante! (más porque hace poco me comencé un anime de fútbol que me está agradando, aunque entre todos los animes de deporte que ando viendo pues dah)
    En el final sentí algo así a lo "Davis, yo te abrazo, cariño" muy grande(? Pobrecillo, jo, con los asadf que es D:
    Capítulo 14:
    Y continuamos con "¿Quieren ver sufrir a Davis, mis lectores? :D". Tenía ganas de pillar unos yo-yos así en plan Killua y darle bien fuerte a Mara, TK y Ken en la cabeza con ellos (sobretodo a TK, y mira que a mí me gusta este personaje pero es que...). AAAAH, Y ESTE CAPÍTULO ME RECUERDA A HUNTER X HUNTER, because allá por el capítulo entre 90 y 110, Gon (el protagonista, por si acaso(?) tiene una "cita" con una tía súper siniestra que luego se vuelve la puta ama, pero eso es futuro xd,y Killua (el mejor amigo de Gon y personaje más adorable y perfecto que existe, además de un uke sumiso en potencia) está en plan incógnito siguiéndolos a ambos para ver que Gon no haga nada raro o viceversa. Al final todo termina en Killua llorando porque es impotente y no puede hacer nada por Gon, y Gon viendo las luciérnagas con la tía esa, en fin... spoiler alert, supongo, aunque tarde(?
    Lo de Tai y la cámara me hizo gracia, ¿quién demonios pelea con una estúpida cámara para borrar una estúpoda foto por culpa de unos celos, estúpidos también(?)? Alguien muy... tonto (AJÁ, CREÍAS QUE DIRÍA ESTÚPIDO >:3)
    Davis y su momento de tensión sexual xd, en realidad me gustó bastante esa escena, y el desenlace de "pos te empujo y arruinas la peli" más todavía xD. ¿Cómo rayos se puede poner alguien tan mal la camiseta? Ehem... no me ha pasado nunca, para nada (<-- sarcasmo del bueno)... ehem...
    Bueno, BUENO, bloq mayús bueno bloq mayús(?, ¡NOS LEEMOS EN OTRA OCASIÓN Y TAL!
    PD: Toma ahí mi twitter rico(?, yo ya te sigo y tal~ ¿Te llamas Exequiel? Dios, mola joder. Me gusta.
     
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    Yaoizando
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    Y un domingo volvi!! Hola a tod@s, perdon con la tardanza, se que me abusé esta vez jeje. Nunca juego al basket, (uno de los motivos es que soy el mas petiso de mi curso) pero una vez que lo hago me fisuro un dedo y se me hacia imposible escribir, y prefiero ni prender la pc antes de escribir tecla por tecla como mi papá jaja. Justo cuando masomenos me estaba curando y ya podia apoyar el dedo y empezar a escribir, me golpeo la otra mano jugando al futbol. Osea mas estúpido no podia ser. Por eso empecé a escribir este nuevo capitulo recien hace una semana recien. Eso y sumado a que debia rendir dos materias del año pasado y "escusas, escusas...siempre son escusas con Ud Rodri" diria mi profesora :/ Bueno lo importante que aquí esta la actualización.


    *Taiyama: Hola!! Muchas gracias por comentar :) jaja si eso de que vos saludas y en realidad era a otra persona es muy comun ja si no me habrá pasado a mi XD. y se, confusion a full en un momento asi, uno no sabe que hacer je. Se puede decir que aveces me pongo a escribir como si se tratara de mi, pero bajo el disfraz del personaje :O aunque solo aveces obvio jaja. Bueno, que bueno que te haya gustado, ojala te guste el cap 15. Saludos!!
    PD: jaja bueno si te creas uno avisame! igual, recien estoy aprendiendo a usarlo jaja

    *Maka_Rune_Rune: Que bueno verte otra vez por aqui! :D no se cuantos te habras perdido, pero me alegra tu reaparicion jaja. ah si? jaja si, capaz que todo es una jugarreta del destino, todo esta conectado con todo, yeah.
    jaja y bueno, a mi tampoco me gustan las mentiras, pero bueno.....no siempre la verdad es buena XDXD. que bueno que despues te lo pude remediar con esa escena a la noche. jaja jamas ganaran al caballo? caballo wins.
    Creo que al partido le falto algo de fuego, chispas, hielo y movimientos sobrehumanos pero bueno jaja, igual no lo quise alargar tanto a lo supercampeones porque se que hay gente que capaz no le gusta el futbol, que se yo.
    lo hice sufrir mucho a davis? quizas los demas se merezcan los "yoyasos" jaja. Eh que casualidad. justamente una vez me enganche con un capitulo de hunterxhunter hace algunos dias, osea seré muy franco son pocos los animes completos que vi y a este nunca la habia visto, pero me enganche porque es como que fue un capitulo asi re sangriento y dije "que copado" ajaj igual gracias por el spoiler jaja
    Muchas gracias por comentar!! te digo...deberias tener un blog o algo asi. podria leerte por horas jajaja comentas de una forma muy particular, me gusta mucho!! Nos leemos luego!!
    PD: ehh gracias por seguirme, ahi yo te sigo tambien! jeje si asi me llamo, osea el nickname como que da una pista ¬¬ jaja




    Capitulo 15: La botella


    Punto de vista de T.K

    Después de que la chica pelirroja dijera eso, la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a otra de nuestras compañeras que se caracterizaba por tener el pelo con muchos rulos.

    -¡Ahh! Davis y T.K ¡Qué sorpresa!- dijo con una gran sonrisa al vernos- pasen, pasen. Esta es mi habitación.

    Al entrar me sorprendí al ver lo similar que era al cuarto de Matt y Tai, solo que con algunas diferencias. Esta habitación tenía varias camas, a diferencia de la otra, y tampoco tenía un gran ventanal con vista al lago, sino varias ventanas
    pequeñas que apuntaban al bosque. Igual, era un muy lindo cuarto.

    Cuando entramos nos encontramos con 4 chicas y 2 chicos conversando entre sí, todos compañeros nuestro de curso, sentados en el piso alfombrado, formando una especie de círculo mal hecho. Con Davis hicimos un saludo general y nos sentamos con ellos. Después se nos unieron Tamy y la chica de los rulos, completando el círculo.

    -Bueno chicos, ¿están listos para jugar?- preguntó la chica con rulos sujetando la botella.

    - Sonará tonto, pero… ¿Jugaremos a *“la botellita”? – preguntó uno de nuestros compañeros algo sonrojado, todos los demás rieron.

    -jaja Buena pregunta, pero no, no jugaremos a eso- dijo la de los rulos con una sonrisa- jugaremos a “verdad o consecuencia”. Al que le toque la base de la botella tendrá que preguntarle al que le toque la punta ¿verdad o consecuencia? Y elegir la pregunta o el reto ¿se entendió?- nos preguntó nuestra compañera poniendo la botella en el medio del circulo.

    Todos afirmaron ante la pregunta.

    -Chicos otra cosa…- interrumpió la chica pelirroja que estaba a la par de la rulos- si elijen “verdad” deben responder solo con la verdad, y si elijen “consecuencia” deben cumplir con el reto que se elija, sin excepción- dijo haciendo
    énfasis en lo último.

    Sinceramente hubiera preferido jugar a otra cosa. Si bien tampoco me gustaba el juego de “la botellita”, aquel juego al que jugaríamos siempre me había parecido desagradable. Si hubiera sabido eso antes, le hubiera inventado una excusa a la pelirroja para no venir, aunque la botella me pudo haber dado una pista. Admito que fui lento esa vez, pero bueno, ya estábamos allí. Solo deseé que se terminara rápido.

    Y así empezó el juego, con la botella girando en medio del círculo. Como la botella no se quedaba fija en un solo lugar mientras giraba, podía tocar cualquiera con cualquiera. Afortunadamente, no fui el primero que la botella señaló, ni con el pico ni con la base. Tal como imaginé, las preguntas que los participantes se hacían entre si eran cosas intimas o personales, que al ser respondidas hacían que algunos de los jugadores se sonrojaran y otro se rieran. Debo admitir que mis reacciones variaban entre esas dos. Con respecto a los desafíos que se hacían cuando el apuntado elegía “consecuencia”, era algo más variado, como demostraciones de fuerza, poner caras raras o algún tipo de exhibicionismo.

    Cada vez que la botella se iba deteniendo, me daba mucho nervios de que me apuntara, pero increíblemente ya todos habíamos girado la botella por lo menos una vez y todavía no me había señalado. No me molestaba seguir así. Por segunda vez, fue mi turno de hacer girar la botella. Mientras esperaba a que la botella se detuviera, contuve la respiración, hasta el momento eso me había dado suerte. Lamentablemente, esa vez me falló. Vi como la botella lentamente se fue deteniendo hasta quedar completamente quieta, apuntándome a mí con la punta. Solté un largo suspiro ante la alegría de todos los demás, que hace rato estaban deseando que me tocara entrar al juego.

    -¡Al fin! Ya era hora de que te toque rubito- exclamó la chica de los rulos tirándose para atrás

    La persona a la cual le había tocado la base de la botella era una compañera de pelo castaño que por lo general solía ser tímida. Por lo menos había tenido suerte que me tocara con ella y no con Tamy o la dueña de la habitación, de esas si podía esperar cualquier cosa. O eso fue por lo menos lo que pensé.

    -¿Verdad o consecuencia?- me preguntó la castaña con timidez, enrollando su pelo con sus dedos.

    -Mmm creo que elegiré… verdad- le contesté pensativo.

    -A ver… ¿alguna vez… no se… alguna vez emm…- me estaba desesperando un poco, que tardase tanto me provocaba ansiedad- ¡ah ya se! ¿Alguna vez besaste a un chico?

    Quedé helado. Esa pregunta me tomó por sorpresa de una forma tal, que no pude disimular mi reacción. No pensé que esa chica tímida me pusiera en jaque de esa manera. Podía sentir la mirada de las 9 personas que me rodeaban, viendo mi cara de sorpresa.

    -¡Ahhh Takeru besó a un chico!- gritó la pelirroja pataleando como una nena pequeña- ¿Quién es? ¿Lo conocemos?

    -¡cl-cla-claro qu-que no!- contesté tartamudeando.

    Todavía no estaba listo para contarle a nadie lo que pasaba con Ken, mucho menos ante más de una persona.

    -T.K, prometimos contestar únicamente con la verdad- me dijo con un tono amenazante la dueña del cuarto- entonces ¿besaste a un chico sí o no?

    -¡Ya dije que no!-

    Todos me miraban fijamente. De seguro estaba completamente rojo, lo podía sentir. Hasta Davis me miraba con una cara como si dudara de mí. Para que Davis dudara de mi, debía estar actuando muy raro

    -¿No es el turno de otro en girar la botella?- dije agarrando la botella y la poniéndola de nuevo en el medio del circulo, tratando de salir de esa situación tan incómoda.

    -Es mi turno de hacerla girar- dijo mi amigo castaño agarrando la botella y haciéndola girar con fuerza en el piso alfombrado.

    Mientras esperábamos a que la botella se detuviera, aproveché para tranquilizarme un poco. Era por eso que no me gustaba ese tipos de juegos, me ponía muy nervioso e incomodo al contestar cosas que no tenía ganas de contar. Ya había quedado demostrado.

    -¡¿Qué?! ¡Esto es una broma! – grité indignado cuando la botella me volvió a apuntar con su pico.- ¿Cómo puede ser que me toque dos veces seguidas?

    Para empeorar las cosas, la que le tocó la base de la botella fue a Tamy

    -jaja es el destino pequeño- rió la chica de rulos al lado de la pelirroja- Tamy, debes elegirle un desafío, ya que no puede elegir “verdad” dos veces seguidas.

    -Mmm a ver, ya que dijiste que nunca besaste a un chico… hoy será tu primera vez…- dijo mientras me miraba con un sonrisa picara- te reto a que beses a Davis

    Al escuchar esas palabras quedé en shock, ante las miradas y las risas de todos. Davis abrió los ojos de par en par.

    -ahhh pero no se vale, si es con el mejor amigo será muy fácil- dijo una de nuestras compañeras cruzando los brazos.

    -Espera, no me dejaron terminar- le contestó la pelirroja con una sonrisa- el beso debe durar por lo menos 5¡No! 10 segundos.

    -¡¿Y qué pasa si yo me niego?!- preguntó Davis alzando la voz, completamente rojo.

    -Shh el desafío es para T.K, tú tomas el lugar de un objeto en este turno, no tienes voz ni voto- le contestó la dueña de la habitación entre risas.

    -Pe-pe-pero yo, ose-osea eso es….-dije titubeando, casi de manera inentendible.

    Mi boca no coordinaba con lo que quería decir.

    -Nada de peros, al principio del juego se estableció que hay que hacer los retos sin objetar- me interrumpió Tamy - ¡Vamos! Beso, beso, beso- empezó a alentar, haciendo que todos los demás cantaran lo mismo al unisonó.

    -Está bien… lo haremos- rompió el silencio mi amigo, moviéndose arrodillándose al frente mío.

    "¡¿Qué?! ¿En serio Davis está aceptando?" Pensé mientras mi mente daba un brinco de la conmoción.

    Supuse que debía hacerlo porque si no, no me dejarían salir de aquella habitación, y mucho menos si Davis se había dispuesto a llevar a cabo el desafío.

    Me arrodillo en frente de él, mientras nos miramos a los ojos. Puedo sentir a mi corazón latiendo de una manera descontrolada, no es necesario posar mi mano sobre mi pecho para sentirlo, es como si se quisiera salir de su lugar. Al mismo tiempo, podía sentir como si mi interior ardiera en llamas, de repente sentí mucho calor. Mis manos tiemblan sin control, aunque trate de disimularlo no puedo detenerlas. Al notar eso, el de los ojos marrones me ofrece sus manos, para que yo las agarre. Lentamente, pongo mis temblorosas manos sobre las suyas. Él las agarra firmemente, mientras continúa con su mirada fija en mis ojos. Puedo sentir el calor de sus manos en las mías.

    Nuestros compañeros se pelean entre sí a nuestro alrededor, para obtener el mejor lugar para poder ver el beso.

    Este momento me parece tan irreal, tengo la sensación que en cualquier momento despertaré en mi cama. Pero a pesar de la extraña sensación que siento, sé que esto es muy real. Mi respiración se vuelve irregular, me cuesta bastante controlarla. Me doy cuenta que son los mismos nervios que sentí cuando estaba con Ken en el bote esa noche, pero el doble de intensos. ¿Por qué me siento así de raro? Es solo un beso que me están obligando a dar, nada con valor emocional o sentimental. Es decir, es con Davis, pero eso no debería afectarme, si solo somos buenos amigos.

    Al mismo tiempo acortamos la distancia que hay entre nuestros rostros, ante la atenta mirada de todos los de la habitación. Llega un punto donde puedo sentir la respiración del castaño de lo cerca que estamos. Cierro los ojos y ladeo mi cabeza un poco hacia costado derecho, esperando el contacto de sus labios.

    -Chicos vengo a decirles que la cena estará a las 9 y que…- entró diciendo nuestro preceptor, haciendo que Davis y yo nos separáramos rápidamente, cayendo de trasero al suelo. Todos los demás se sobresaltaron también ya que estaban con toda su atención sobre nosotros dos - ¿Qué están haciendo? ¿Por qué están todos en el suelo? ¿Y esa botella?- preguntó Kevin con una cara de incertidumbre.

    Por el susto que se llevaron, todos parecían haber quedado sin habla, incluyéndonos a mí y a Davis, que estábamos totalmente rojos.

    -¡Ahh Kevin! –se levantó la chica de los rulos rompiendo el silencio- ¡esta es una habitación de chicas! ¿Qué pasa si entrabas como si nada y nos estábamos cambiando? ¡Eres un desubicado!- berrinchó la dueña de la habitación, más que nada para distraer al preceptor y hacerlo olvidar de lo que vio.

    -Yo eh…eh solo vine a avisar sobre la co-comida y que debo asegurarme que to-todos están adentro del hotel y que nadie se quedó afuera en la tormenta- respondió Kevin con cierta dificultad y algo sonrojado.

    Esa era la oportunidad perfecta para salir de la habitación y poder zafarme de este incomodo juego. Sin perder tiempo me levanté y salí rápidamente de la habitación, esquivando al preceptor. Afortunadamente nadie me dijo nada, ya que lo único que deseaba en este momento era salir de allí. Una vez afuera del cuarto, emprendí la vuelta a mi dormitorio. Caminé a paso acelerado por el pasillo de ese piso cuando de repente escuché a mi mejor amigo llamándome desde atrás.

    -¡Eh T.K!- me dijo algo agitado por el trote que acababa de hacer para poder alcanzarme- que susto nos dio Kevin ¿no?

    -¿ah? si, si- le contesté algo nervioso- apareció justo a tiempo.

    -¿Justo a tiempo?- me preguntó el castaño con un semblante serio.

    -y si, apareció justo a tiempo, justo antes de que… bueno… tu sabes, de que nos besemos-le contesté mirando hacia el frente- Ósea, preferiría besar a un sapo jaja- dije riendo y pegándole un leve empujón.

    Pero a pesar de mi chiste, Davis me seguía mirando de esa forma tan inusual en él, muy serio. Al notar eso, lentamente borré mi sonrisa, observando esos ojos marrones.

    -¿Así que eso es lo que piensas de mi entonces?- esa pregunta me sorprendió mucho.

    Lo que dijo me sorprendió, no solo por lo que preguntó, sino también por la forma en cómo lo dijo. Era como si estuviese enojado pero a la vez dolido.

    -Era solo una broma, Davis- le contesté apenado - no era mi intención hacerte sentir mal…

    -No sonó como una broma- dijo de manera seca, mientras caminábamos ya por el pasillo del primer piso, donde estaba nuestro cuarto.

    -¿Acaso querías que nos besáramos?- le pregunté mirándolo a los ojos- estas actuando algo raro últimamente.

    Eso ultimo que dije hizo que Davis abriera los ojos de par en par.

    -¿Yo soy el raro?- preguntó el castaño alzando la voz pero al mismo tiempo nervioso y tartamudeando- entonces ¿cómo se cataloga lo que pasa entre Ken y tú?- preguntó enojado.

    Al escuchar eso me quedé paralizado, incapaz de reaccionar. Mi mente quedó en blanco. Me pregunté cómo podía ser que él lo supiera ¿Acaso nos había visto? Se suponía que era un secreto. No estaba listo para contarle a nadie sobre eso, ni siquiera a Davis.

    -Ya lo sé todo, así que no es necesario que te sigas haciendo el tonto…- soltó Davis mientras llegamos a la puerta de nuestra habitación.

    Eso último que me dijo me hizo reaccionar de cierta manera. El tono en el que Davis me estaba hablando era muy poco amigable. Se notaba que estaba molesto conmigo. Es más… ahí recordé que había catalogado de raro lo estaba pasando entre el pelinegro y yo. Sabía que podría ser duro al principio enterarse de este tipo de noticias, no digo que no, pero no esperaba esa reacción tan negativa del que se suponía que era mi mejor amigo. Pensaba que Davis seria comprensivo, que me aceptaría y apoyaría en ese tipo de situaciones nuevas y desconocidas para mí, eso hacen los amigos ¿no? Pero evidentemente me había equivocado.

    -¿Así que te parece raro? Te informo que no me interesa que es lo que pienses – Le contesté imitando el tono de agresividad que había tenido conmigo hace unos segundos- no eres nadie para juzgarme o criticarme- le dije elevando aun más la voz.

    En ese momento no me interesó si alguien de las habitaciones cercanas nos oía.

    El moreno quitó su cara de enojo y cambiándola por una de sorpresa

    -¿No-no soy nadie?

    -Exacto, no eres nadie para juzgarme ¡es mi vida y puedo hacer lo que se me dé la gana!- le contesté furioso.

    Me había dolido mucho que haya dicho lo que dijo, sobre todo porque no me lo esperaba de él.

    -Es verdad, es tu vida y puedes hacer lo que se te dé la gana, incluso mentir de esa forma tan descarada frente a todos, y sobre todo mentirme a mí sobre lo que estaba sucediendo… no conocía ese gran don tuyo, ser un buen mentiroso.

    -¡No soy un mentiroso! Solo no quería hablar sobre eso todavía ¡tú no entiendes nada!

    -¡No me grites! ¡Yo no te estoy gritando!- gritó, retomando su cara de enojo.

    -¡Tu empezaste!- le contesté sin dudar. No sabía si era tonto o solo se estaba haciendo.

    -¡¿Qué yo empecé?!- preguntó extrañado, señalándose a él mismo- ¿te das cuenta de las ridiculeces que dices?

    En ese momento, la puerta de la habitación de al lado se abrió lentamente, dejando ver a un Tai que se asomaba con una cara de curiosidad e incertidumbre por los gritos que escuchaba. A pesar de eso, a ninguno de los dos nos importó.

    -No ¿Sabes que sí es ridículo? – dije desatándome la pulsera que él me había regalado de mi muñeca izquierda, para después extender mi mano mostrándosela- esta pulsera, ya no la quiero- se la tiré a sus pies- te la devuelvo.

    El castaño miró como le aventé su regalo con los ojos bien abiertos, pero rápidamente volvió a fruncir el ceño.

    -¡Bien! Me parece perfecto- gritó el castaño, haciendo un gesto como si no le importara, mientras abría la puerta de nuestra habitación, dejando la pulsera tirada en el piso.

    -¡Bien!- le contestó, empujando a Tai para poder entrar a su cuarto.

    -¡Bien!- escuché que gritó el castaño menor, seguido de un portazo muy fuerte.

    Yo hice exactamente lo mismo: aventé la puerta de la habitación de los mayores con todas mis fuerzas. Me quedé parado mirando fijamente la puerta, masticando la rabia que sentía en ese momento.
    Mientras insultaba a Davis mentalmente, sentí como si alguien me estuviera observando. Entonces recordé: esa no era mi habitación y no estaba solo. Al girar mi cabeza vi a Tai parado mirándome fijamente en silencio con cara de sorpresa.

    -¡Tai perdona! me metí en tu habitación sin preguntar ni nada ¿estabas ocupado?- le pregunté apenado, avergonzado de haber actuado tan impulsivamente- me voy si lo deseas.

    Ni siquiera sabía porque había entrado allí, toda mi ropa y mis cosas estaban en la habitación que compartía con Davis y Ken.

    -No, para nada. Quédate si quieres, no necesitan permiso para entrar a este cuarto- dijo sonriendo.

    -Muchas gracias.

    Bajé la mirada. A pesar que seguía enojado con Davis, empezaba a comprender que esa pelea era diferente a cualquier otra que habíamos tenido en el pasado. Era diferente, no una simple discusión entre amigos. No entendía porque se había ofendido tanto cuando dije esa pequeña broma sobre preferir besar a un sapo en vez de besarlo a él. La forma como me miró, como me habló, era bastante… bastante inusual.

    Estar peleado con Davis, justo en ese momento tan singular de mi vida, de viaje en este lugar, me entristecía bastante. Pero sabía que él era el que debía disculparse primero. Él había empezado, no yo.

    Punto de vista de Tai

    Wow, no estaba acostumbrado a ver a esos dos tratarse así de esa forma, me quedé sin palabras. Podía notar tristeza en la mirada del rubio, y no era para menos. A pesar de que no había escuchado toda la discusión, lo que logré escuchar fue fuerte. Quise hacer algo para animarlo, no soportaba ver triste a alguno de mis amigos.

    -T.K, no te quedes ahí parado, puedes sentarte si quieres- le dije sonriendo, rompiendo el silencio incomodo que se había formado en la habitación.

    Sin decir nada, el menor caminó unos cuantos pasos para después sentarse pesadamente sobre la cama, rebotando un par de veces en el colchón de agua. Suspirando, vi el exterior por el ventanal de la habitación. Todavía llovía furiosamente. Los rayos y relámpagos iluminaban el cielo ya nocturno. Un viento helado entró por el ventanal moviendo mi cabello. Desde que había empezado a llover la temperatura bajó mucho, tanto que tuve que sacar por primera vez del armario un buzo gris que generalmente usaba para entrenar.

    -Oye T.K ¿no tienes frio? – le pregunté al ojiazul al darme cuenta que solo traía puesto unos jeans y una camiseta roja.

    -Mmm un poco- su voz se oía apagada, triste - pero… mis abrigos están en mi habitación…- volvió a mirar el suelo.

    -No te preocupes, te prestaré una campera- le dije rápidamente abriendo el armario – a ver… déjame ver… ¡Esta!- exclamé sacando de entre toda la ropa una campera azul.

    -Pero es tu campera favorita… no es necesario, en serio- me dijo mirándome con esos ojos celestes.

    -No digas tonterías- sonreí mientras me subía a la cama y le colocaba mi campera en la espalda.

    Nos reímos juntos al ver cómo le quedaba la campera al blondo. Si bien no era mucha la diferencia de estatura, las mangas le quedaban largas, tapándole las manos por completo. Me alegré al verlo reír de nuevo. Sin embargo, sentí que era el momento de hablar sobre lo que había pasado con el cabeza hueca que estaba en la habitación de al lado.

    -Así que…discutiste con Davis- dije sentándome su lado en la cama. Él asntió con la cabeza lentamente.

    -Vamos, no estés tan triste- le dije pasando mi brazo sobre sus hombros- ni que fuese la primera vez que pelean.

    -Tienes razón, pero… siento como que esta pelea es diferente a cualquier otra que tuvimos anteriormente- me dijo afligido, mirándome a los ojos. Pude notar preocupación en su mirada.

    -¿Ah sí? ¿Por qué discutieron?- no quería parecer un metiche, pero tenía curiosidad por saber cuál había sido el causante de esa discusión.

    -Eh bueno… es que veras… yo… eh…

    -Bueno, no me cuentes si no quieres, no es necesario- le interrumpí al ver que tenía ganas de hablar de eso- solo te diré que no te preocupes, es normal que los amigos se peleen de vez en cuando, si me habré peleado con tu hermano en incontable ocasiones, pero siempre nos terminamos amigando. Sé que tu y Davis son iguales a nosotros en ese sentido.

    -Espero que tengas razón- me dijo con una leve sonrisa- hablando de mi hermano ¿Dónde está?

    -Ah, está en el salón de entretenimiento. Yo estaba ahí también pero después vino Ray y se puso a tocar el piano, y el tarado de tu hermano se puso a tocar la armónica, así que decidí venirme aquí.

    De repente, escuchamos a uno de los coordinadores golpeando puerta por puerta del pasillo, indicando que debíamos ir al salón comedor a cenar. Con el rubio nos levantamos de la cama y nos dirigimos hasta la puerta de la habitación,
    pero el menor se quedó parado a mitad de camino.

    -Tai, creo que no iré a comer, no tengo mucha hambre- dijo mirando fijamente la puerta del cuarto.

    Sabía muy bien que eso era solo una excusa para quedarse en el cuarto y no tener que encontrarse con Davis. Con solo ver su cara me di cuenta.

    -Vamos no te preocupes, todo saldrá bien, yo estaré contigo- le dije mientras volvía a pasar mi brazo sobre sus hombros.

    Inmediatamente, el rubio me sorprendió al abrazarme, apoyando su cabeza en mi pecho.

    -Muchas gracias por estar conmigo ahora Tai, lo aprecio mucho- me dijo con los ojos cerrados, sin despegar su rostro de mi pecho. En su voz pude percibir el esfuerzo que el menor estaba haciendo en no llorar.

    Debo admitir que sentí una sensación muy extraña al tener sus brazos alrededor de mi cuerpo. Luego del shock inicial, correspondí el abrazo. Quería hacerle saber que podía confiar en mí, que no lo dejaría solo en ese momento difícil para él.

    Apoyé un costado de mi cara sobre su pelo, cerrando los ojos. Fue raro, pero sentí como si nuestras respiraciones se sincronizaran. En ese momento mi mente entró en un estado de paz extraño. De a poco, paseé mis manos por su espalda, sintiendo cada centímetro. Luego acaricié su sedoso cabello con mis dedos. Se sentía tan bien que cada segundo que pasaba me agradaba más y más.

    "Un momento... esto ya es demasiado" me dije para mí mismo. Esas extrañas sensaciones me habían hecho recordar la noche en el colectivo, donde había pasado algo parecido.

    -Emm bueno, vamos yendo ¿no? – Dije nerviosamente separándome de él.

    Y así salimos del cuarto para dirigirnos adonde nos esperaba la comida. Pasamos por el frente de la habitación que T.K compartía con Davis y Ken, donde el blondo había arrojado la pulsera al suelo. Ya no había nada allí. Quizás alguien que había pasa la levantó y se la guardó para sí, o quizás la gente de mantenimiento la barrió, valla uno a saber. Noté como T.K, disimuladamente, buscó la pulsera con la mirada sin éxito, entristeciendo aún más su rostro.

    Al llegar al comedor, encontramos a nuestros amigos sentados todos juntos en una mesa. Rápidamente me di cuenta que Davis no estaba con ellos, ni tampoco se encontraba en el salón. Con el rubio nos servimos la comida en nuestros platos y nos unimos al grupo. Ni bien nos sentamos, vi como entró al comedor el moreno menor, vestido con ropa más apropiada para la temperatura que estaba haciendo. Sin mencionar ni una sola palabra, el castaño se sentó en el extremo opuesto de la mesa de donde estaba T.K. Si bien los demás chicos conversaban tranquilamente entre ellos, yo podía sentir la tensión que había entre el castaño y el rubio de 3°, que tenían sus miradas fijas en sus platos de comida. Así como Davis fue el último en sentarse, también fue el primero en terminar de comer y levantarse e irse, ante la atenta y triste mirada de T.K.

    Una vez finalizada la cena, nos dirigimos todos juntos a nuestras respectivas habitaciones. Al llegar a la puerta de su habitación, el rubio de 14 años se quedó parado. Al parecer dudaba si entrar o no. Davis de seguro estaría adentro.

    -T.K ¿Qué pasa? – le preguntó Ken al rubio- ¿hay algo mal?

    -No, nada… solo que las cosas no están del todo bien con Davis- contestó con una sonrisa que se notaba que era forzada.

    -Con razón estuvieron tan callados en la cena, igual no te preocupes, yo estaré contigo- le dijo el pelinegro intentando darle confianza al ojiazul, que no parecía muy seguro.

    -Está bien, igual en algún momento tendremos que cruzarnos las miradas nuevamente- contestó T.K sacándose mi campera- aquí tienes Tai, muchas gracias- me dijo devolviéndome la prenda.

    -T.K espera- dije rápidamente antes de que Ken abriera la puerta- ¿Por qué no te quedas en mi habitación esta noche? Es decir, no es necesario que le veas la cara de traste a Davis ahora, pueden aclarar sus diferencias mañana.

    - ¿Estás seguro Tai? no quiero estorbar- preguntó el blondo, al parecer le había interesado mi idea.

    -Para nada, la cama es muy grande, podemos caber los 3 fácilmente- le contesté intentando convencerlo- vamos solo por esta noche.

    No sé porque quería que T.K aceptara mi propuesta. Quizás era porque sabía que al rubio no le gustaban las confrontaciones. Estaba seguro que si T.K entraba a esa pequeña habitación, tendría una con Davis. Se lo podía apostar a cualquiera.

    -Bueno, si no hay problema…- contestó finalmente el ojiazul- Nos vemos mañana Ken, que duermas bien- dijo volteando su mirada al pelinegro, que solo vio incrédulo como su compañero entraba conmigo a mi habitación.

    -Has-hasta mañana T.K- logró decir Ken antes que yo cerrara la puerta del cuarto.

    -Muchas gracias por dejar que me quede aquí, Tai- me dijo sonriente T.K, al parecer mi idea le había gustado más de lo que creí al principio- te juro que será solo por hoy, ya mañana hablaré con Davis.

    -No te preocupes- le dije peinando su flequillo con mis dedos, me alegraba verlo feliz de nuevo - estoy seguro que las cosas con Davis mejoraran, mejor solo vamos a dormir ¿Sí?

    -Sí, permíteme ir al baño primero.

    Justo cuando T.K se metió en el baño, Matt entró por la puerta del cuarto, que se había retrasado porque se quedó conversando con Mimí en el pasillo.

    -Aahh que bien la pasé hoy, Ray si que sabe de música- comentó el rubio mayor mientras se desperezaba.

    -Uy si, que divertido- dije con un tono irónico mientras me ponía mi pantalón para dormir.

    -Oye, a ti te divierte correr tras un balón, a mi me divierte hacer sonidos, cada uno se divierte como quiere así que cállate- me contestó dirigiéndose al baño, pero se sorprendió al ver que estaba ocupado- ¿ah? ¿Quién está en el baño?- me preguntó en voz baja.

    -Tu hermano, se quedará con nosotros esta noche- contesté mientras me sacaba el buzo y la remera.

    -¿Qué? ¿Por qué? Él tiene su habitación- dijo extrañado, al parecer mi idea no le había gustado mucho.

    -Es que está peleado con Davis y pensé que sería mejor que esté aquí- le dije sonriendo.

    -De ninguna manera, él tiene que aprender a resolver sus problemas con los demás- dijo cruzando los brazos- además, ¿adónde se supone que dormirá?

    -Y con nosotros en nuestra cama ¿Dónde más?- eso pareció molestarlo aún más- vamos, solo por hoy, no seas así- le dije casi suplicando, sabía que era la única forma de convencer a Matt - ¿recuerdas como éramos nosotros cuando nos peleábamos a esa edad? Solo le estoy haciendo un favor.

    Él se quedó viéndome a los ojos durante unos segundos. Yo le sonreía con una sonrisa de oreja a oreja, esperando su respuesta

    -Mm bueno, pero solo por esta noche- dijo resignado sentándose en la cama- hablas como si nosotros ya no peleáramos- comentó con una sonrisa.

    -Ya no peleamos porque sabes te ganaría muy fácil- le digo riendo mientras me abalanzaba sobre él, intentando dominarlo como en la lucha libre.

    -Eso crees tú.

    Empezamos a rodar en el colchón de agua, con nuestros cuerpos entrelazados, intentando dominarnos uno al otro sin parar de reír. A pesar de hacerse el maduro, a Matt todavía le gustaba mucho jugar a la pelea de vez en cuando. Su
    cara al hacerlo lo delataba. Mientras nos esforzábamos para dominarlos el uno al otro, nos miramos a los ojos, sonrientes.

    Pero nuestra escaramuza cesó cuando escuchamos la vos de un rubio de ojos celestes que nos hablaba.

    -Hola hermano ¿en qué lugar de la cama dormirás tu?- preguntó T.K inocentemente a un lado de la cama.

    En ese momento el rostro de Matt se puso rojo de repente. Con la única pierna que tenía libre de mis agarres, me empujó con fuerza haciendo que cayera de la cama.

    -Yo dormiré en mi lado, como siempre- le contestó Matt al menor mientras se paraba rápidamente- arregla como compartirás el espacio con Tai, él fue el que te invitó.

    -Je no le hagas caso, te prestaré algo para dormir así no arruines esa ropa tan elegante- dije mientras me levanto del suelo sobándome la cabeza, la verdad me había caído muy fuerte.

    Después de pasarle al menor una camiseta y un pantalón corto bastante viejos, que a veces usaba para dormir, nos acostamos los tres en la cama matrimonial con T.K en el medio. Sinceramente, me pareció una imagen algo graciosa… 3 muchachos compartiendo la cama, en una habitación que parecía estar hecha para hacer todo tipos de cosas… menos dormir.

    -Espero que puedas dormir algo T.K, si es que Matt con sus movimientos nocturnos no te despiertan-dije entre risas al rubio que estaba en el medio.

    -Y yo solo espero que puedas pegar un ojo cuando Tai empiece a roncar- contestó el blondo mayor girando y dándonos la espalda.

    -Ya, estoy seguro que solo exageran… buenas noches…

    Punto de vista de T.K

    Esa fue una de las peores noches de mi vida ¡Dios que mal dormí! Primero pensaba que Tai y Matt estaban bromeando, pero lamentablemente no era así.

    Justo cuando estaba a punto de dormirme, después de estar una hora viendo el techo de la habitación, Matt empezó a moverse dormido, empujándome y golpeándome con sus brazos y piernas. Cuando me moví un poco, alejándome de él y acercándome más a Tai, el castaño empezó a roncar bien fuerte. Jamás había escuchado a alguien roncar tan fuerte y de esa forma. Por un momento pensé que el castaño estaba despierto y que lo estaba haciendo apropósito, pero no era así, estaba bien dormido. Así estuve la mayor parte de la noche, entre los ronquidos de Tai y los movimientos molestos de Matt. Me pregunté cómo demonios hacían esos dos para dormir juntos.

    Sinceramente, en algunos momentos de la noche pensé que hubiese sido mejor soportar una posible nueva pelea con Davis que estar en medio de esos dos, sin poder conciliar el sueño de ninguna forma posible.

    Davis…la discusión con el castaño se había repetido en mi cabeza durante todo esa noche. A pesar de que intentaba distraerme con cualquier otra cosa, me era imposible no pensar en lo que había sucedido con moreno. Cada vez que cerraba los ojos, se me venía a la mente la cara de Davis cuando le arrojé la pulsera a sus pies, o cuando le dije que no era nadie para mí.

    Quizás yo había malinterpretado sus palabras. Sinceramente, me sentía algo arrepentido de haber reaccionado así. Tenía ganas de disculparme con él, pero no podía pedirle perdón así como si nada.

    Él también había estado mal en juzgarme sin saber qué era lo que ocurría en realidad entre Ken y yo, sin saber qué era lo que sentía. El siempre creía tener la razón en todo, pero esa vez estaba equivocado, así que también me debía una disculpa él a mí. No era ego, solo sentido común.

    Punto de vista de Matt

    Como era de esperar, fui el primero de los tres en despertarse. Un haz de luz que entraba por el gran ventanal me llamó la atención. Me levanté sin hacer ruido para evitar despertar a T.K y a Tai y me acerqué a la ventana.

    No sabía cuántas veces había visto el paisaje por esa gran ventana, pero no pude evitar quedarme viéndolo hipnotizado una vez más. El lago rodeado por bosques, con las montañas de fondo, todo iluminado por el sol mañanero. El cielo no presentaba ni una sola nube en kilómetros y kilómetros, todo lo contrario al día anterior.

    Recordé que era martes, y que si estuviésemos en la escuela en ese momento estaríamos en la clase de matemáticas, aburriéndonos con ejercicios complicados e imposibles de resolver. Agradecí estar allí y no en la escuela. Sentí pena por los pobres chicos de los cursos que no habían venido, Joe entre ellos.

    Volví la mirada hacia esos dos que seguían durmiendo en la cama. Tai estaba con todo el torso destapado.

    -y después dice que yo soy el que se mueve dormido- dije para mi mismo ladeando la cabeza de lado a lado.

    Tapé al moreno hasta el cuello con la sabana, ya que la habitación estaba bastante fresca a pesar del sol radiante.

    -Mmm… Matt…- balbuceó el castaño girando sobre su costado, dándome la espalda.

    Me quedé inmóvil

    "¿Acaso escuché bien? ¿Dijo mi nombre?" Pregunté en mi mente.

    -Tai…Tai…- le llamé en voz baja pero no respondió de ninguna forma.

    “Entonces está dormido, ¿estará soñando conmigo?”

    No sé cuantos minutos me quedé observándolo, viendo como dormía. Se lo veía tan indefenso, tan calmado.

    Vi mi reflejo en el gran espejo que tenía la habitación: una sonrisa boba adornaba mi rostro

    "¿Por qué sonrío?" Me cuestioné mentalmente. Decidí dejar de actuar como un tonto y aprovechar que esos dos seguían dormidos para tomar una ducha en paz.

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    El desayuno y almuerzo transcurrió de manera normal, bueno…casi normal. No era normal que mi hermano y Davis no se hablaran, que ni siquiera se mirasen. Lo único que hicieron fue limitarse a comer e interactuar poco y nada con la persona que tenían sentada alrededor, pero ninguna interacción entre ellos. Hacían de cuenta que el otro no existía.

    Ken, Izzy, y Mimí ya sabían que las cosas no estaban bien entre esos dos, pero simplemente no querían entrometerse. Fuese lo que fuese que pasaba entre ellos dos, tenían que resolverlo solos. Aunque había intentado hablar con T.K, no pude hacer que me contara el motivo de la discusión con Davis. Después de mucho intentos, solo logré que me prometiera que hablaría conmigo sobre el tema, pero en otro momento. A pesar de no estar del todo conforme con esa respuesta, respeté su decisión.

    Yo tampoco tenía ganas de hablar con alguien cuando me peleaba con Tai de chico, así que le comprendí.

    Durante la tarde, en uno de los salones del hotel, tuvimos una charla sobre el cuidado del medio ambiente. Al igual de cómo había pasado el día que vinieron a hablarnos sobre los dinosaurios, la gente que daba la charla no eran los típicos charlatanes aburridos que hablan y hablan y hablan sin parar y que te terminan haciendo dormir en tu silla. Al contrario: sabían cómo llamar la atención de los jóvenes y hacer que la charla fuese muy dinámica y entretenida. Se notaba que tenían mucha experiencia al tratar con adolecentes, sabían qué hacer y que no. Sinceramente deseé que los profesores de la escuela fueran así, pero sabía que era mucho pedir.

    Cuando nos desocupamos de la charla, salimos la exterior del hotel por pedido de los coordinadores. Nos llevamos una gran sorpresa. Barras caribeñas, parlantes con música y algunos sillones y pufs adornaban el patio trasero del hotel, donde se había levantado el escenario para el desfile de la primavera. Al parecer habían armando como una especie de matinée, un lugar donde escuchar música, tomar unos tragos en la barra caribeña (sin alcohol, claro) y pasar el rato. El clima del día no podía ser más perfecto: te invitaba a estar afuera, disfrutar del día. Con los chicos nos dispusimos a pasar el rato ahí afuera, escuchando buena música mientras conocíamos y hablábamos con gente de las demás escuelas.

    Prontamente con Mimí entablamos conversación con un grupo de chicos y chicas muy divertidos. Hablábamos sobre diferentes temas, comparábamos nuestras escuelas tanto en los aspectos malos como buenos y hacíamos bromas al respecto.

    Por tanto hablar sentí sed. Decidí verificar que tal eran los tragos de la barra caribeña, como para probar cosas nuevas. Mientras me acercaba a la barra, vi a mi hermano conversando con algunas chicas. No sabía si eran compañeras de él o si eran de otras escuelas, el hecho era que lo rodeaban y hablan con él muy animadamente. Sin embargo, a él lo noté con un semblante decaído. Al ver a T.K, automáticamente se me vino a la cabeza la imagen de Davis. El moreno no estaba por ningún lado.

    Al llegar a la barra no supe que pedir: los tragos que tenían nombres extraños que jamás había escuchado en la vida. Ni siquiera sabía que ingredientes o frutas llevaba cada uno.

    -Hola rubito ¿qué trago quieres que te haga?- me dijo sin mirarme una de las chicas que atendía la barra, mientras pelaba una fruta que tampoco sabía cómo se llamaba.

    -Eemm hola ¿Qué lleva este trago?- le pregunté señalando uno de los nombres extraños que ofrecía la lista de tragos.

    -El ingrediente principal de ese trago es el kiwi, entre otras cosas, es muy rico ¿Quieres que te lo prepare?- me dijo agarrando algunos kiwis, dando por sentado qué le iba a decir que sí.

    -em bueno- le contesté no del todo seguro de que si me gustaría daba igual, había que probar cosas nuevas en la vida, sobre todo si eran gratis.

    Con gran agilidad, la chica licuó algunos kiwis y los mescló en un vaso con otros líquidos que ni idea que eran. Una vez finalizado el trago, le puso una sombrillita al vaso y me lo dejó servido sobre la barra.

    -Ahí esta lindo, que lo disfrutes- me dijo guiñándome un ojo para después darse vuelta y seguir atendiendo a otra gente. Los demás chicos que estaban esperando a ser atendidos me quedaron mirando fijamente cuando escucharon eso.

    -Gracias- dije en voz baja avergonzado, tomando el vaso y yéndome de ahí.

    "Mmm ¿Por qué los demás vasos de los otros estudiantes tienes colores llamativos como rojo, naranja o azul incluso, y el mío es color verde vomito?" Me pregunté mentalmente observando mi vaso mientras caminaba.

    Una parte de mí sabía que había elegido mal, pero decidí darle una oportunidad. Acerqué mi nariz a la sustancia verde adentro del vaso. Por lo menos olía rico

    "Ahora vamos a ver el sabor..."

    Definitivamente había elegido mal ¡Que trago feo! Tenía un sabor muy extraño y con cada sorbo que daba me gustaba menos. De seguro había sido el único que eligió eso.

    Mientras volvía hacia donde estaban mis amigos y los chicos de las otras escuelas, algo me llamó la atención. Vi a Tai apoyado sobre la pared del hotel con un vaso en la mano, conversando muy amenamente con la chica de pelo negro que había sido elegida como reina de la primavera junto con el castaño. Se sonreían mutuamente, viéndose a los ojos constantemente muy cerca uno del otro. Era como si disfrutaran mucho estar así de cerca. Me les quedé viendo fijamente, como si no pudiera despegar mis ojos de ellos. De repente, sentí que mi pie era mojado por alguna clase de líquido. Por distraerme con esos dos había inclinado demasiado el vaso del “riquísimo” trago, derramando un poco sobre mi zapatilla. Mientras maldecía al aire por mi torpeza, escuché la voz de Mimí:

    -¿Matt? ¿Estás bien?

    -Sí, sí... ¿Por qué estaría mal? – le pregunté tomándole del brazo para que empezáramos a caminar juntos y evitar así que se diera cuenta que estaba viendo al moreno y la chica conversando.

    -Ah por nada, es que te vi así como tildado jaja- me dijo sonriendo.

    -¿Sí? Qué raro… - le contesté haciéndome el desentendido-…oye te regalo mi trago, necesito ir al baño- dije poniéndole el vaso con el liquido verde en la mano para después empezar a caminar rápidamente hacia el interior del hotel.
    Aquello sorprendió a la castaña.

    -Ah bueno… gracias…-escuché que dijo a mis espaldas en voz baja.

    Así caminé rápidamente hacia el interior del hotel, deteniéndome una vez que estuve adentro. Una vez solo, me pregunté porque había dicho esa mentira. En realidad no necesitaba ir al baño, solo había sentido la necesidad de alejarme de ese lugar lo más rápido posible. En solo un segundo, el buen humor que tenia por estar pasando un rato agradable se había esfumado como si nada. Me sentía triste, decaído y sin ganas de hablar con nadie. Seguí caminando por la planta baja del hotel, hacia el lado opuesto de donde se encontraba todo el mundo, hasta llegar a la entrada frontal y principal del edificio. Una vez fuera, contemplé el paisaje de ese lado del hotel mientras daba una bocanada profunda de aire.

    Pude ver al señor Z y a su hijo rubio conversar a unos cuantos metros de la entrada principal donde me encontraba. Sin darles importancia, empecé a caminar por camino que llevaba al puente de madera. Luego de caminar unos 40 o 50 metros, llegué a mi destino.

    Era un simple banco de plaza al costado del camino, bajo la sombra de un par de arboles. Era perfecto, ya que estaba alejado de la vista de todos. Me senté y contemplé el puente de madera que habíamos cruzado en la camioneta del señor Z el día que llegamos.

    Una vez solo, hice una especie de autoevaluación que jamás había hecho. Me sentía muy extraño, como si estuviese preocupado, angustiado, incluso enojado… todos sentimientos negativos al mismo. No podía dejar de pensar en Tai con esa chica, intentara lo que intentara no podía hacer otra cosa. Me daba rabia

    -¿Qué me importa a mí lo que pase entre esos dos?- pregunté mirando el cielo-¿Por qué estos pensamientos me torturan así?

    Al palpar mis bolsillos, me di cuenta que traía a mi armónica conmigo. No sabía en qué momento la había guardado en ese pantalón, pero me alegró tenerla allí. Sin más que hacer, me puse a tocar notas improvisadas que formaban una melodía que admito que era algo triste.

    Me sentí un poco mejor. Eso era lo que me gustaba de tocar la armónica, siempre me relajaba. Mientras seguía con mi concierto unipersonal, pude ver una figura cruzando el puente, acercándose al hotel. Yo simplemente no le di importancia y seguí con lo mío. Después de algunos minutos más, pude distinguir un poco mejor la figura que se venía acercándose lentamente por el camino. Por la contextura física parecía ser una mujer la cual tapaba su cabeza con un sombrero grande. Arrastraba una gran maleta. Una vez la mujer estuvo lo bastante cerca, paré de tocar la armónica. Pensé que sería muy descortés de mi parte ver a una dama cargar con semejante valija y quedarme tocando la armónica a un costado sin ayudarla, como un vagabundo.

    -Permítame ayudarla- le dije levantándome del banco y guardando la armónica en el bolsillo.

    -Muchas gracias, eres muy amable- me respondió una voz joven.

    La mujer levantó la mirada del suelo dejando ver su rostro que estaba oculto bajo el gran sombrero.

    Al verle la cara, me llevé una gran sorpresa…






    Fuaaa, admito que quedó algo largo jejeje. Ehh volvieron los *

    *La botellita: ese juego donde uno se tiene que besar con el que es apuntado con la botella, ese en el que siempre quieres que te toque cierta persona y nunca pasa :(
    Decidí aclararlo porque se que tiene muchos nombres diferentes ese juego, es mas, en Argentina se lo llama con mas de un nombre asi que por eso lo aclaro mas que nada jajaja

    Bueno muchas gracias por leer!! espero demorar menos para actualizar la proxima vez, hasta la proxima!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 14:52
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Siiii puedo sentir como me vuelve el alma al cuerpo!!! \(*O*)/ JAJAJAJAJAJA !!!!.... Me encantó el capitulo ,, Siii a mi también me ha agarrado esa revuelta de sentimientos que le agarró a Matt jajajaa,,,, me alegro de que te hayas recuperado =) .. Nos vemos en el siguiente capi =D ... Saluditos !!!
     
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  9. Taiyama
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    ¡Hola!, paso a dejar mi comentario sobre el cap Jajaja primero ¡¿Cómo pudiste cortar el beso asi?! hasta podia sentir las respiraciones de ambos xD después pude imaginarme claramente al pobre Tk durmiendo entre aquellos dos, lo hiciste sufrir mucho pero el tiene la culpa, en serio me llegó lo que le dijo a Davis como si me lo hubiera dicho a mi, ¿¡qué no se da cuenta de que Daisuke sólo está celoso?! xD y ¿Quién se quedó con la pulsera? fue Ken de seguro ¿verdad?, me hace enojar :=NOIP: jajaja espero que en serio sigas mejor de tu dedo y que no haya sido nada grave...cof cof todo por andar jugando :=SOCEREF: recuperate pronto y nos seguimos leyendo :=ewriting: Ciao ;)
     
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    Buenas!!! ¿como va? ¿Todo boun? Dia atipico para subir un capitulo atipico. Por primera vez no me decido donde terminarlo al capitulo y se me terminó formando un mega capitulo ultra largo, asi que para evitar eso decidí dividirlo en dos partes. En esta ocacion entra un nuevo personaje que quizas ahora no le presten mucha atencao pero tiene un rol en el futuro, solo eso dire. Ya entramos en los capitulos finales, no lo puedo creer.


    *Sasarai-san: Holaa!! perdon por haberte preocupado jaja yo cuando empiezo algo lo termino (las mayorias de las veces) jaja y esto no será la excepcion. Gracias por comentar!! si ya estoy mejor, no volveré a tardar tanto (espero) jeje. Nos leemos luego :)

    *Taiyama: Buenas! jaja y si, lo corte justo porque....porque....porque si :=MUAHAHA: muajaja XD Todas esas preguntas que haces se podran resolver muy pronto. Se vienen cosas importantes :=RINRUM: jaja no fue nada grave, solo me entablillaron el dedo y tuve que estar asi como por dos semanas :( una molestia. No mas basket para mi, eso de seguro. igual ahora estoy como nuevo, asi que no panda el cunico. Gracias por el comentario y leer el fic! espero que el 16 sea de tu agrado. Un abrazo!!



    Capitulo 16: Helen / Parte I




    Punto de vista de Matt

    Al verle la cara, me llevé una gran sorpresa, pero sobre todo un gran susto

    "¡Es la mujer que aparecía en la foto que colgaba en el retrovisor de la camioneta! ¡Se supone que había fallecido!" grité adentro de mi cabeza abriendo mis ojos como platos "¿Será que estoy alucinando?"

    La chica no tardó en darse cuenta que me le había quedado viendo como un tonto, intentando darle sentido a lo que veían mis ojos.

    -Hola, mi nombre es Helen -me dijo mirándome con una sonrisa- soy la hija mayor del dueño del hotel.

    Entonces ahí recordé. Cuando lo conocimos al señor Z, había dicho que su hija lo visitaría en unos días. Gracias a eso nos habíamos cruzado con él en la tienda de regalos al lado de la gasolinera. Se podía decir, en cierta forma, que los chicos y yo debíamos estar agradecidos a ella.

    -Mucho gusto, mi nombre es Yamato pero dime Matt y… y me estoy quedando en tu hotel- dije sonriendo tontamente por no saber cómo completar la oración.

    Me sentí un tarado por haber pensado que esa chica era un fantasma o algo así. A pesar de ser una réplica igual a la mujer que vimos en la foto, se notaba que era mucho más joven. Debía ser 1 o 2 años mayor que Oleg, como máximo. Además, tenía otra diferencia muy notoria a la mujer de la foto. Al igual que Ray, lo único que esa chica parecía haber heredado de su padre era ese llamativo color celeste-verdoso de ojos. Se podía decir que era una versión femenina de Ray, solo que con pelo largo y de mi misma altura.

    -Que linda melodía estabas tocando ¿eres músico? – me preguntó amablemente mientras empezábamos a caminar juntos hacia el hotel.
    Al levantar su maleta, me di con la sorpresa que pesaba muchísimo más de lo que aparentaba. ¿Cómo había hecho para venir caminando arrastrando eso desde quien sabe dónde? Me costaba llevarla.

    -Mm bueno, tengo una banda donde canto… pero no me considero músico todavía- le contesté con sinceridad, nunca me gustaba creérmela. Odiaba a la gente que hacía eso.

    -¿Una banda? ¡Qué bueno!- exclamó sonriente. Esa chica tenía una forma de ser muy simpática, me hizo recordar mucho a Ray. Incluso su sonrisa era igual a la de su hermano menor Eran casi iguales.

    - A mí también me gusta la música. Estoy estudiando profesorado de música en la universidad, pero ahora los profesores están de huelga y parece que la cosa seguirá así un rato, así que aprovecho y visito a mi familia, aunque fuese por solo una semana siquiera- me comentó mientras caminabamos por el sendero- dime, ¿Cómo la estas pasando? ¿Te gusta el lugar?

    -Claro que si, el lugar es un paraíso. Todavía no termino de creer que nuestra escuela nos haya traído aquí- contesté sonriendo como pude, ya que cada vez se me estaba haciendo más difícil llevar esta maleta.

    -Me alegro que te guste- me dijo elevando su mirada al cielo- ¿recuerdas el nombre de tu coordinador de grupo? Conozco a absolutamente todos los que trabajan aquí, hay gente que conozco desde que era un bebe, ya que nací y me crié aquí.

    -Mi coordinador es Ray, tu hermano- dije, ella hizo una mueca de sorpresa.

    -¿ah sí? Qué casualidad. Oye ¿dijo algo sobre mi? Digo, en el tiempo que estuviste aquí ¿escuchaste que hablara de mi o algo parecido?- preguntó clavando esos llamativos ojos en mi con curiosidad.

    -Eemm, veras… mm..- eso era incomodo ¿Cómo le podía decir que nunca había escuchado a su hermano hablar de ella, como si no existiese para él? A Oleg si lo había escuchado en alguna ocasión, pero al menor…

    -Tranquilo, ya se cual es la respuesta- dijo como resignada pero igual mantenía una sonrisa en su rostro- oye ¿estás seguro que puedes seguir cargando la maleta? Te veo algo rojo.

    -Claro que sí, no te preocupes.
    En realidad sentía que en cualquier momento se me despegaban los brazos del cuerpo

    "¿Qué trae aquí? ¿Piedras?" Pensé mientras intentaba sacar fuerzas de donde no las tenía para evitar parecer un debilucho al frente de esa chica. Ella había traído esa maleta de quien sabe dónde, y yo apenas iba menos de 100 metros

    Afortunadamente ya estábamos llegando al edificio y tanto el señor Z como Oleg se acercaron a nuestro encuentro.

    -¡Papi!- gritó Helen, corriendo hacia los brazos abiertos de su padre.

    -¡Mi princesa!- dijo abrazándola y levantándola en el aire con una sonrisa- qué alegría que estés aquí

    -Papá… la fuerza…- dijo la castaña como pudo por la falta de aire- ¿Qué te dije… sobre la fuerza?- empezaba a mostrar tono azul en su rostro.

    -Uh, perdona- dijo el hombre bajándola algo avergonzado.

    - Está bien, igual te quiero- le dijo sonriendo, para después acercase a Oleg y saludarlo con un beso y un abrazo

    -Que bueno tenerte por aquí de nuevo hermana- le dijo el rubio a la morena. Para mi alivio, él se me acercó para agarrar la maleta de su hermana- muchas gracias- me dijo sonriendo liberándome de esa pesada carga.

    -No saben cómo los extraño cuando estoy en la universidad- dijo mirando a su alrededor como si buscase algo o alguien- veo que el pequeño Ray todavía sigue… - su voz se fue apagando lentamente.

    -Sí, así es linda…-le contestó el hombre del bigote con una cara triste-…intenté hablar con él pero ya sabes como es. Pensé en traerlo a la fuerza pero sabía que eso no te gustaría.

    -No, no hay que obligarlo, no es la solución- después de decir eso, dirigió sus ojos en mi. Ahí me di cuenta que me había quedado escuchando los problemas familiares ajenos como todo un chismoso- Muchas gracias Matt por ayudarme con la maleta, fuiste muy caballero- me dijo sonriendo.

    -De nada, fue un placer- dije rascándome la cabeza- será mejor que me vaya con mis amigos, nos vemos después- dije empezando a caminar hacia el interior del hotel.

    No había sido mi intención quedarme a escuchar esa conversación, pero fue muy repentino, no lo pude evitar. Así que Ray parecía estar peleado con su hermana o algo así. Siendo ambos tan amables y alegres no me podía imaginar él porque de esa situación. Aunque sabía que no me debía meter, era una cuestión familiar de ellos.

    Punto de vista de T.K

    A pesar de ese hermoso día que no había tocado, de la sorpresa que nos dieron los del hotel con todo eso que prepararon allí afuera, y de las simpáticas chicas que se me acercaron a hablarme, no estaba tranquilo ni mucho menos alegre. No podía dejar de pensar en Davis. El moreno me estuvo evitando durante todo el día, era como si no quisiera ni verme. Había intentado acercarme a él para hablar, pero era como si estuviera huyendo de mi, ya que no lo pude encontrar por ningún lado ¿En serio estaba tan enojado conmigo? Sabía que esa pelea era “diferente” a otras que habíamos tenido en el pasado, pero no me imaginaba que él se lo tomaría así de ese modo, que no quisiera verme.

    Aunque en el fondo seguía sintiéndome dolido por sus palabras, lo que más deseaba era poder acercarme a él para conversar de lo que había pasado, como un primer paso para solucionarlo. Aunque evidentemente el castaño no tenía las mismas intenciones que yo. De seguro pensaba que era mejor estar lejos de mí. Obviamente eso no me gustaba, pero supuse que tenía que aceptarlo hasta que fuese el momento.

    Me costaba bastante seguir el hilo de la conversación a esas chicas que se me habían acercado para hablar. Simplemente escuchaba como parloteaban a mi alrededor: “Bla bla bla bla ¿o no, T.K? bla bla bla bla ¿Qué opinas T.K?”. Yo solo asentaba con mi cabeza, a veces con un “si” casi inaudible. Todas me llamaban por mi nombre, pero yo no recordaba el nombre de ninguna, me lo habían dicho tan rápido y presté tan poca atención que se me hizo imposible memorizarlos.

    Ósea, agradecía que se hubieran acercado, que se habían presentado con intención de hacernos amigos y pasar un buen rato, pero la verdad no era el mejor momento. Simplemente estaba demasiado distraído. Ni siquiera recordaba a que escuela me dijeron que iban. Todo por culpa del tarado de Davis.

    "¿Dónde andará? ¿Estará triste? ¿Sentirá lo mismo que yo en este momento?" Pregunté en mi cabeza mirando el suelo, mientras las chicas seguían hablando a mi alrededor "Pff, seguramente no, son solo tonterías mías"

    -Chicas ¿quieren que les traiga algo de la barra?- pregunté saliendo del medio del circulo en el que me habían encerrado mis nuevas “amigas”.

    -Sí, muchas gracias- contestó una de las chicas sonriendo.

    -Que caballero, gracias- completó otra por detrás.

    Yo simplemente les sonreí de manera forzada, me di media vuelta y caminé hacia la barra. En realidad lo único que quería hacer era alejarme un momento de ese grupo de chicas y poder estar un rato en paz. Tenía planeado que una vez conseguidos los tragos en la barra caribeña, se los alcanzaría y les mentiría que debía hacer algo importante en otro lugar, a pesar de que solo me iría a mi habitación a estar recostado. El poco animo que tenía, y la mala noche de sueño que había pasado por culpa de Tai y Matt, hacían que fuera lo único que quería hacer en ese momento.

    Una vez me sirvieron dos vasos con jugo de no sé qué frutas raras en la barra caribeña, me dispuse a volver con las chicas para entregarles los tragos e irme. Mientras caminaba con un vaso de color rojo en una mano y de color rosa en la otra, pensaba en lo que le diría a Davis cuando lo viera de nuevo. Había estado prácticamente haciendo eso todo el día en mi mente.

    Sin embargo, no pude continuar: por caminar sin prestar atención choqué de nariz contra la espalda de alguien. Por el golpe di unos pasos hacia atrás, tratando de no derramar los tragos. A pesar de mi aturdimiento, pude percatar que el único que había sentido el choque fui yo. La otra persona ni se movió, como un elefante al sentir a un pajarito estrellarse contra su cuerpo.

    Levanté la mirada, ese desconocido de cabeza rapada era muy alto, casi como el señor Z. Al parecer había interrumpido su conversación con lo que parecían ser sus compañeros. El sujeto me miró por sobre su hombro.

    -Lo siento, no fue mi intención, venia distraído- dije empezando a caminar, continuando mi camino.

    Una mano en el pecho me impidió seguir

    -¿Adónde crees que vas? Justo contigo quería hablar- dijo aquel sujeto con una voz ronca, empujándome hacia atrás.

    -¿Eh? ¿Conmigo? ¿Sobre qué?

    Un manotazo del sujeto hizo volar los vasos de mi mano, derramándolos por todo el piso. De la sorpresa di un paso para atrás.

    -Sobre lo mucho que odio a la gente como tu- dijo dándome con bastante fuerza, como si quisiera molestarme o incitarme a pelear.

    - ¿Odiar gente como yo?- pregunté anonadado mientras retrocedía- ¿de qué hablas? Ni siquiera te conozco.

    -Veras… odio a la gente que se cree el centro de atención solo porque es bonita y piensan que pueden pavonearse por ahí sin medir las consecuencias- me dijo con una sonrisa maliciosa mientras se acercaba lentamente, haciendo sonar sus nudillos.

    Todos los curiosos se empezaban a acercar mirando expectantes lo que sucedía

    - Sí, te estuve observando- continuó- primero haces un show haciéndote la victima cayendo de un árbol el día que fuimos al lago, después te paseas haciéndote el modelo para luego ser elegido “rey de la primavera”- dijo burlándose haciendo un gesto amanerado- y ahora, para colmo, te encuentro coqueteando con mis compañeras de curso ¿Te crees muy cool? ¿Verdad? ¿No es así?

    Mi espalda tocó la pared exterior de uno de los lados del hotel, ya no podía retroceder más. Lo que decía ese tipo era un disparate ¡No podía estar más equivocado!

    -¡Déjalo en paz gorila! – gritó una de las chicas con las que había estado hace algunos minutos.

    -¡Eres un abusivo!- gritó otra del mismo grupo intentado llamar la atención del grandote, que no me sacaba la mirada de encima.

    Toda la multitud de curiosos nos rodeó, armando una especia de semi-circulo, acorralándonos contra la pared. Paseé rápidamente la mirada hacia las personas que nos rodeaban, intentando ver a algún adulto o algún conocido que detuviera eso. Pero no había nadie, toda gente de las otras escuelas. Entendí que tenía que enfrentarlo solo. Odiaba pelear, siempre trataba de evitar llegar a eso, pero no me quedaba otra, se notaba que con ese tipo no se podía razonar. A pocos metros había una puerta de vidrio que me permitiría ingresar al hotel, pero no quería huir, no era un cobarde. Además, seria en vano. Estaba seguro de que nos volveríamos a ver las caras con aquel sujeto en algún momento. Supuse que pasaría lo que tenía que pasar.

    -Amigo, déjalo- dijo de uno los chicos que acompañaban al grandote. Su mirada demostraba que no disfrutaba del show- ¿No te das cuenta que no tiene oportunidad contra ti? Simplemente adviértelo y vámonos.

    Aunque no me gustó lo que dijo, admití que no estaba muy lejos de la realidad. A simple vista no tenía muchas chances contra aquel tipo. Me acomodé en una pose improvisada de pelea, esperando lo inevitable.

    -Con una advertencia no basta, me encargaré de…
    Abrí los ojos de par en par al ver a Davis saliendo de entre la multitud a una gran velocidad y propiciándole un golpe en el estomago al matón, haciendo que retrocediera unos pasos.

    -Si lo llegas a tocar, yo…- dijo el castaño apretando sus puños mientras se posicionaba desafiante interponiéndose entre el grandulón y yo.

    -D-Davis- dije sin salir de mi asombro.
    No lo podía creer. Apesar de estar enojado conmigo Davis intervenía en una pelea con un mastodonte como rival para ayudarme.

    -Aahh apareció el novio jajaja- rió el rapado elevando la voz- golpeas como nena. Parece que también quieres que te eduque, no hay problema. Después podré seguir con tu rubito.

    -Ya veras, eres un…

    En ese momento, Davis corrió hacía el abusivo para darle otro golpe, pero el grandote con una agilidad que no se la creía posible esquivó su puño. Al mismo tiempo que esquivaba su golpe, el rapado tomó el brazo del moreno y se lo dobló por detrás de la espalda violentamente.

    Pude ver la expresión de sufrimiento en el rostro de Davis, mientras emitía un grito seco de dolor. Antes de que yo pudiera reaccionar, el tipo alto puso a mi amigo de frente a él nuevamente y le propició un puñetazo en el rostro con una fuerza que asustaba. Solo pude ver completamente inmóvil como el castaño, por la fuerza del golpe, trastabillaba e impactaba de lleno contra la puerta de vidrio que estaba cerca de nosotros, rompiéndola en mil pedazos.

    -¡¡Davis!!- grité corriendo con desesperación hacía él.

    Me agaché y lo tomé entre mis brazos. Líneas de sangre recorrían el rostro del castaño, nacientes de unos cortes en su frente y mejilla. Con una mueca de dolor abrió sus ojos marrones, mirándome fijamente. Gracias al cielo el vidrio de la puerta era de esos que al romperse se desmenuzaba en trozos pequeños en vez de fragmentos grandes y filosos, así que los cortes de Davis parecían no ser muy profundos.

    -Davis ¿estás bien?- pregunté sabiendo que era la pregunta más tonta del universo, era obvio que no. Los ojos se me habían humedecido de repente y la garganta se anudó tanto que apenas podía hablar – discúlpame, todo es mi culpa- dije como pude, mientras sentía como una lagrima se deslizaba por mi mejilla.

    -Estoy bien- dijo sonriéndome con dificultad- no te preocupes.

    El moreno intentó levantarse, pero el dolor en el brazo lo detuvo. Estaba muy adolorido, su cara así lo demostraba.

    Levanté rápidamente la mirada hacia ese desgraciado, que se acercaba lentamente, sonriendo. Pero no pudo avanzar más: Matt y Tai aparecieron de entre la multitud y se interpusieron entre el grandote y nosotros, listos para pelear. También pude ver como Izzy y Mimí se acercaban preocupados a ver como estaba Davis. Al mismo tiempo, los coordinadores y profesores empezaban a dispersar a toda la multitud que se había formado alrededor.
    Un grupo de adultos rodeó con miradas enojadas al joven rapado, que solo sonreía como si no le importara nada, sin sentir ninguna clase de culpa. El señor z salió del interior del hotel y le encaró de frente.

    -Así que eres muy malo ¿no? - le preguntó de forma seria el rubio mayor mientras se hacía sonar los huesos de su cuello- ¿No te gustaría meterte con alguien de tu tamaño?

    La sonrisa del alborotador se desvaneció al ver la mirada del dueño del hotel. No parecía el mismo hombre amable y sonriente que habíamos conocido.

    -Ehh, perdón señor. Lo siento mucho- dijo el joven mirando el suelo.

    El hombre del bigote no contestó. Se dio la vuelta y caminó hacia nosotros.

    -¿Cómo estas hijo?- le preguntó al castaño herido mientras se ponía en cuclillas con algo de dificultad.

    -Estoy bien señor, gracias. Perdón por romper su puerta- le contestó el moreno agarrándose el hombro.

    -No te preocupes por eso, solo estabas defendiendo a tu amigo- dijo el hombre de ojos claros sonriendo y guiñándome un ojo - vi todo el comienzo del alboroto desde uno de los balcones, lamento haber tardado tanto en aparecer, ya no soy tan rápido como antes- el hombresote se paró- Permíteme llevarte a la enfermería para que te vean esos cortes y ese hombro.

    -No es necesario señor, estoy bieeeeennn.

    El señor Z no esperó a que Davis terminará de hablar y lo levantó poniéndoselo sobre el hombro, de la misma forma que me había levantado a mi esa vez que me caí del árbol. No le importaba que la sangre de mi amigo le manchara su camisa estilo leñador.

    Antes de empezar a caminar con Davis a cuestas, el hombre del bigote dirigió una mirada muy seria a uno de los coordinadores que estaba cerca.

    -Traigan a los de limpieza para que recojan los vidrios y limpien todo, llamen a los vidrieros y remplacen esa puerta- la mirada del señor Z se endureció- quiero a ese alborotador muy lejos de aquí para cuando se oculte el sol, yo mismo pagaré su transporte de vuelta a su ciudad.

    El empleado solo afirmó con la cabeza para después salir corriendo a dispersar las órdenes de su jefe. Yo y los demás chicos seguimos al hombre y a nuestro amigo hacia la enfermería del hotel.
    A pesar de que Davis decía estar bien, me preocupaba. Lo único que yo quería era que se recuperara de sus heridas.

    Punto de vista de Matt

    ¿Pero que se creía ese tipo al meterse con chicos de 3° año? No se podía ser más cobarde. Si tan solo los adultos no hubieran aparecido o si hubiéramos llegado a la pelea antes, estaba seguro que Tai y yo le dábamos una paliza. Tenía que agradecerle a Davis el haber defendido a mi hermano, había sido muy valiente. El castaño estaba siendo atendido en la enfermería del hotel por sus golpes. Había tenido mucha suerte de no lastimarse de manera grave al romper la puerta de vidrio con su cuerpo. Solo algunos cortes en su rostro y brazos, pudo haber sido mucho peor.

    Con los chicos teníamos la intención de esperarlo afuera de la enfermería hasta que saliera, pero no pudimos hacerlo. Los del hotel nos pidieron que despejáramos el área, que pronto lo mandarían al moreno a su habitación para que descansara.

    Todos aceptamos de mala gana retirarnos y nos fuimos hacia el exterior del hotel todos juntos. Podía ver que T.K estaba muy triste. Sabía que era lo que pasaba por su cabeza: se sentía culpable de lo que había pasado. A pesar de todos los ánimos y palabras de aliento que le decíamos no lográbamos que cambiara su mirada de tristeza.

    Al salir al espacio abierto al frente del hotel, nos llevamos una sorpresa al ver que todos los estudiantes de las otras escuelas en el verde césped, preparando lo que parecían que eran carpas. Izzy y yo nos acercamos curiosos al director y el señor Z, que parecían inspeccionar parados cerca de la puerta principal lo que hacían los estudiantes.

    -¿Qué están haciendo señor?- le preguntó el pelirrojo al director, llamando su atención.

    -Están preparando sus carpas para ir a acampar esta noche en el bosque- contestó el mayor fijando su mirada en nosotros- y eso deberían estar haciendo ustedes y los demás chicos también. Pronto oscurecerá ¡Vayan a avisarle a su compañeros que hagan lo mismo!- nos gritó el viejo cascarrabias que teníamos como director.

    -¿Acampar en el bosque? ¿Nuestras carpas?- preguntó Izzy confundido - Eemm no trajimos carpas señor, y creo que nadie de la escuela trajo.

    -No nos avisaron de eso- completé yo ante la mirada incrédula de los dos adultos.

    -¿Pero cómo? ¿No les avisaron que acamparíamos afuera una noche?- preguntó el señor Z a nuestro director, tan sorprendido como nosotros.

    -Yo… yo pensaba que si- dijo el director para sí mismo, desorientado- ¡Kevin! ¡Kevin! – gritó con su voz ronca al preceptor, que se acercaba con una mueca de total paz y felicidad, disfrutando un helado de color rosa.

    -¡¿No les dijiste a los alumnos que tenían que traer tiendas para ir a acampar?!- le preguntó con rabia el director cuando tuvo al joven frente suyo.

    -Em, eeemm, a mí nadie me dijo nada – contestó Kevin asustado.

    -¡Si serás inútil! No pue…

    -...calma, calma- interrumpió el señor Z sonriendo, poniendo una mano sobre el hombro del director - estamos preparados para casos así. Tenemos un hangar con algunas carpas que solo usamos en este tipo de ocasiones. No son muchas y no son de lo más bonitas, pero les servirán.

    -Vaya, este lugar lo tiene todo- dije sorprendido.

    -jaja Estoy hace 30 años en el negocio hotelero, y 20 recibiendo a alumnos de escuelas de todos los tipos y de todos los lugares del país, ya casi nada me sorprende- contestó sonriente el dueño del hotel.


    -------------------------------------------*-------------------------------------------




    Al cabo de media hora, todos los alumnos de nuestra escuela, a excepción de Davis, nos reunimos en frente del hotel, mientras los coordinadores nos entregaban las carpas. Como no había muchas, se nos fue asignando una cada 5 o 4 alumnos de manera aleatoria, dependiendo el tamaño de la tienda. No nos permitían elegir con quien compartir la carpa. Los profesores y Kevin elegían quien compartirá la tienda con quien y cuantos serian adentro de la misma. A mí y a otros 4 compañeros de curso nos tocó una que parecía tener 100 años. A todos los del grupo nos separaron con distintos compañeros. Los únicos que estarían juntos en la misma tienda serán Tai e Izzy, junto con el compañero de Izzy que había traído la guitarra.

    Mientras se nos entregaban las tiendas, por el camino se acercó un auto que parecía un remis. Una vez el auto llegó a la puerta del hotel, vimos salir interior del edifico el grandote que había lastimado a Davis, cargando sus maletas. No se subió al auto sin antes regalarle una mirada de odio al dueño del hotel, que lo miraba de forma seria subido a su caballo negro de nombre chistoso. Miré la escena con una sonrisa. Ese idiota merecía irse.

    Como en total éramos como 300 alumnos los que nos albergábamos en el hotel, los coordinadores dividieron al alumnado en 3 grupos, cada uno con un coordinador a cargo. Cada grupo iría a un lugar diferente del bosque a acampar. Al nuestro, lo dirigiría el mismo señor Z, que también acamparía con nosotros bajo las estrellas. Cuando ya estaba todo listo para partir hacia donde se suponía que acamparíamos, vi a mi hermano llamándole la atención al dueño del hotel sobre el caballo.

    -Señor, nos estamos olvidando de Davis, mi amigo… el que está en la enfermería.
    -Ah sí, el morenito valiente- dijo el adulto haciendo memoria- no es que lo estemos olvidando hijo, sino que sería mejor que no nos acompañe y se quede en hotel esta noche.

    -Pero…pero, no lo podemos dejar solo- mi hermano parecía no poder creer lo que había dicho el hombre rubio.

    -Ya sé que no te gusta la idea, pero lo mejor es que descanse en una cama cómoda y no en una tienda. Despreocúpate, él estará bien, trata de disfrutar de esta experiencia- concluyó el adulto golpeando suavemente los costados del caballo con sus talones, haciendo que se empezara a mover lentamente.

    -Bueno chicos, síganme. Iremos a un sector del bosque que está del otro lado del lago, cruzando el puente de madera- dijo en voz alta mientras hacía trotar a “Estrellita” en dirección al puente, haciendo que todos empezáramos a caminar siguiéndolo, todos menos T.K

    -T.K, quizás el señor Z tenga razón, es mejor que Davis descanse en su cuarto esta noche- le dijo Mimí a mi hermano, que estaba inmóvil mirando el piso.

    -Quizás tenga razón, pero no lo dejaré solo- contestó levantando la mirada y caminando en dirección contraria a donde iban todos, en dirección al hotel- me quedaré con él- agregó decidido.

    -Entonces nos quedaremos todos- dijo Tai al ver la determinación de mi hermano menor.

    -No, si nos quedamos todos, los profesores, el director, Kevin y el señor Z podrían notar su ausencia- le contestó T.K a Tai mirándolo a los ojos- ustedes vayan y pásenla bien, yo me quedaré.

    -Bueno, si no nos dejas otra opción- dije sonriendo. Con ver la mirada de mi hermano menor supe que nada de lo que dijéramos lo podría hacer cambiar de opinión- nosotros te cubrimos.

    T.K sonrió, se dio media vuelta y corrió hacia la entrada principal del hotel.

    -Vaya que es obstinado- comentó Tai cargando sobre el hombro junto con Izzy la carpa que les había tocado- se nota que es tu hermano- me dijo sonriendo.


    ---------------------------------------*----------------------------------------




    Así caminamos todos juntos con el señor Z en su caballo encabezando la fila india, cruzando el puente de madera y desviándonos del único que conectaba al hotel con el resto de la civilización. Tomamos un sendero por medio de los arboles hasta llegar, después de varios minutos de caminata, a un espacio abierto en el bosque. El sol poco a poco se escondía detrás las montañas, tiñendo al cielo de un tono naranja.

    -¡Bien aquí es!- exclamó el guía deteniendo su caballo – hay que armar las tiendas rápido, no nos queda mucha luz del día.

    Rápidamente, cada grupo se puso a armar su respectiva carpa aprovechando los últimos rayos del sol. A veces no podía contener la risa al ver como a algunos se les desarmaba las tiendas sobre sus cabezas, Tai e Izzy entre otros.
    Después de armar las carpas, el paso siguiente fue buscar madera para encender un fogón. Sin perder tiempo, nos adentramos al bosque a buscar ramas de todos los tamaños. Al cabo de media hora, se podía decir que habíamos hecho un buen trabajo. Varias fogatas dispersadas iluminaban el campamento, rodeadas por las ya armadas tiendas. Estaban rodeadas de troncos de árboles caídos que habíamos encontrado en el bosque para poder usarlos como asientos. Con la guitarra que trajo el chico que compartía la carpa con Izzy y Tai, nos pusimos a cantar diferentes canciones frente al fogón.

    La noche no podía ser más perfecta, con mis amigos alrededor de una fogata pasándola bien. Lo único que lamentaba era que mi hermano y Davis no estuvieran allí. Llegada la hora, Kevin y los demás profesores repartieron algunos sándwiches de jamón y queso para cenar. Supuse que no había que ser quisquilloso, durante todos esos días nos habían agasajado con comidas exquisitas y banquetes, así que un día que nos dieran solo sándwiches estaba bien.

    Como siempre, me empezaron a molestar para que cantara una canción yo solo.

    -Vamos, no te empieces a hacer el de rogar ahora- me dijo Tai sentado a mi izquierda comiendo su sándwich mientras me pegaba leves codazos en las costillas.

    -Vamos Matt, me muero por escucharte cantar, me hablaron bien de tu voz estas pocas horas que llevo aquí- dijo Helen sentándose a mi derecha- si quieres yo canto contigo.

    -Bueno…si tu quieres- le contesté sonriendo tratando de disimular la incomodidad ¿Cómo podía decir que no?

    La morena propuso una canción la cual también conocía (y tenía acordes fáciles, lo mejor de todo) y cantamos a dúo. La verdad, la voz de esa chica me dejó sin palabras. Mientras cantábamos juntos, me habían dado ganas de callarme para escucharla solo a ella. Cantaba genial.

    -¡Bravo! ¡Bravo! Esa es mi princesa – gritó aplaudiendo el señor Z mientras se sentaba en uno de los troncos que estaban disponibles, junto con el director.

    -Ay papá, te dije que no me llames así en público- le reclamó Helen riéndose y tapándose la cara con ambas manos.

    En ese momento, el caballo del señor Z que estaba atado a un árbol a nuestras espaldas, relinchó muy fuerte de repente, interrumpiendo con el tranquilo ambiente que se había formado. Tai se levantó de su asiento muy rápido de manera automática, como si tuviera un resorte en el trasero.

    -¡Estrellita! ¡Silencio! – Le gritó la hija del dueño al caballo de su papá- discúlpalo ¿te asustó?... tu nombre era Tai ¿verdad?- le preguntó al moreno, que seguía parado totalmente tieso.

    -Eh no, no, para nada- contestó el moreno con el rostro rojo- simplemente me parece algo incomodo este lugar, me iré allá- dijo señalando un lugar libre que había en otro tronco, a tan solo unos cuantos metros más alejado de donde estaba atado el caballo.

    No pude evitar soltar una pequeña risa. Sabía la verdadera razón por la cual Tai se cambiaba de lugar, pero preferí quedarme callado.

    -Eso quería preguntar hace algunos días- comenté dirigiendo la mirada hacia Helen - ¿Cómo un caballo así se llama “Estrellita”?

    -No eres la primera persona que pregunta eso- contestó sonriendo- cuando ese caballo nació, hace 10 años, el encargado de nombrarlo fue Ray… para un niño de 5 años le pareció un buen nombre. Hace varios años que mi hermano le pide a mi papá que le cambie el nombre pero él no quiere, dice que quiere dejarlo con el nombre original.

    -Ahhh eso es muy tierno- dijo Mimí juntando sus manos en su pecho.

    -Hablando de Ray- proseguí en un tono más bajo, para evitar que alguien más escuchara- ¿Por qué no vino con nosotros a acampar?

    Helen esbozó una sonrisa triste mirando el suelo.

    -Y… seguramente al enterarse de que también venia yo, no quiso venir, hace algún tiempo que mi hermano menor está enojado conmigo y trata de evitarme cada vez que vengo.

    -Vaya, no sabía, discúlpame.
    Me sentí un tonto por haberla hecho hablar de ese tema que parecía entristecerla mucho.

    -No te preocupes- dijo la chica levantando su vista del suelo - a ver... ¿quién quiere cantar una canción? ¿Ud. Director? anímese– le preguntó a nuestro director, tomándolo por sorpresa.

    -No niña, yo paso, no sé nada de música- contestó el directivo. Era la primera vez que escuchaba al viejo contestarle amablemente a alguien.

    -¿Y tú? Kevin ¿no es cierto?- preguntó dudando la de ojos claros a nuestro preceptor- Perdona, es que voy memorizándome los nombres de cada no como puedo.

    -Si a-as-así mm-me llamo – Tartamudeó el preceptor notablemente sonrojado- y no, no-no se cantar.

    -¡Kevin se sonrojó!- gritó Tai riéndose, contagiando la risa a todos los presentes.

    -¡Yagami cállate! – le gritó Kevin aun más rojo, haciendo que nos riamos aun más.

    De repente, mi risa cesó. Vi como esa chica de pelo que había sido elegida reina se acercó a Tai por detrás y lo sorprendió, haciendo que los dos rieran. Después se le sentó al lado en el tronco muy pegado a él, mientras Tai la miraba a los ojos sonriendo ¿Pero qué hacía allí? Su tienda estaba bastante alejada de donde estábamos nosotros.

    Levanté una rama del suelo y disimulé observarla mientras de reojo veía a esos dos. Pude observar que la pelinegra apoyó su mano en el muslo de Tai, muy cerca de su pelvis de una forma muy indiscreta. El moreno solo la miró a los ojos y sonrió. Sin darme cuenta, había quebrado la rama que tenía en mis manos en dos. Quería escuchar lo que conversaban, pero hablaban tan despacio y pegado uno al otro, que a pesar de estar a tan solo unos metros, no escuchaba nada.

    Después de un rato de estar conversando, los dos se levantaron tomados de la mano y se empezaron a alejar de la fogata. ¿Adónde irán? Como si estuviese hipnotizado, los seguí con la vista, sin hacer ningún intento de disimular.

    Después de caminar unos metros, Tai se dio media vuelta y me miró directamente a los ojos. Yo desvié la mirada, sorprendido, para evitar que se diera cuenta de que los había estado observando mientras se alejaban. El moreno me llamó con sus manos. Al principio no estaba seguro de que me llamaba a mí, así que me señalé a mi mismo mirándolo fijo. El castaño sonriendo afirmó con su cabeza y me llamó con sus manos de nuevo. Confundido me levanté del tronco y caminé hacia ellos.

    -¿Qué pasa?- le pregunté al estar a unos pocos pasos.

    -¿Viste a Izzy o su amigo el guitarrero?- preguntó acercándose a mí para evitar que la chica de pelo negro nos escuchara.

    -Emm no – que me haya llamado para preguntarme eso me sorprendió un poco – ¿Por qué preguntas?

    - Si los ves, diles… que necesitaré la carpa para mí solo por un momento- dijo guiñándome un ojo.

    -Ósea…es decir…que tu y ella…- entendía a que se refería, pero me costaba generar las palabras.

    -Jaja si, por eso diles que no intenten entrar a la carpa, si no se quieren llevar una sorpresa

    -Pe-pero, pppe-ro…¿estás seguro?

    "¿Qué clase de pregunta es esa?" Me pregunté a mi mismo desorientado, estaba actuando muy raro "¿Por qué me molesto en indagar más en el tema? No me incumbe"

    -No te preocupes, traigo protección si es a lo que te refieres- me dijo tocándose el bolsillo derecho de su pantalón.

    -Tai, vamos ya- irrumpió la pelinegra tomándolo de la mano y jalándolo hacia ella.

    -sí, ya voy - le contestó empezando caminar con ella.

    -Tai espera- dije de repente, tomándolo de la mano que tenia libre.

    El castaño me miró con una cara de sorpresa al sentir mi agarre. Al ver que había captado su atención, me quedé sin palabras. No tenía nada que decirle, no se me ocurría nada como para justificar mi acción. Nos miramos en silencio durante unos segundos sin decir nada.

    -No, nada…yo les avisaré a Izzy y su amigo, no te preocupes- dije dirigiendo mi mirada al piso, soltando su mano. El moreno me quedó viendo con la misma mirada de sorpresa por unos instantes más.

    -¿Tai? ¿Qué pasa?- preguntó ya un poco enfadada su acompañante, tirándolo del brazo nuevamente.

    -Ah nada, disculpa- le dijo el castaño empezando a caminar con ella nuevamente.

    Inmediatamente me di media vuelta y caminé hacia mi lugar alrededor del fogón. Al sentarme, agarré una vara muy grande y empiezo a mover los troncos que ardían en la fogata, haciendo que las llamas se avivaran

    "¡Debo dejar de darle importancia a asuntos que no me incumben!" Rabié en mi mente mientras golpeaba los leños ardientes "¡Debo dejar de pensar estupideces! ¡No me hacen bien!"

    De repente, la estructura de troncos de la fogata se derrumbó, haciendo que se formara una mega llama de varios metros de alto.

    -¡Ishida! Deja de jugar con el fuego- escuché el reto del director.

    -Disculpe señor- contesté bajando la cabeza- fui un tonto.

    Punto de vista de T.K

    Entré corriendo al deshabitado hotel y me dirigí a la enfermería lo más rápido que pude. Al llegar, la enfermera cerraba con llave la puerta de la enfermería.

    -¿Y Davis? el muchacho que trajeron hace una hora aproximadamente- le pregunté sin siquiera saludarla, intentando recuperar el aire apoyado sobre mis rodillas- ¿Como está?

    -Ah sí, que chico mas terco- suspiró la mujer- él se encuentra bien, solo tiene unos cortes superficiales y un traumatismo leve en el hombro derecho- dijo tomándose la cabeza con una de sus manos - me costó muchísimo convencerlo que se quedara en su habitación.

    La mujer guardó la llave en su cartera y siguió:

    - No me quería hacer caso, decía que a toda costa iría con sus amigos al bosque. Si no fuera que fue una orden directa del dueño del hotel lo dejaba ir, pero hice lo imposible para que se vaya a su cuarto. Tuve que acompañarlo para verificar que no intentara nada raro.

    -¿Así que él está en su cuarto ahora?- pregunté a la cansada mujer.

    -En teoría si- dijo acomodándose su cartera en su hombro.

    -Muchas gracias- dije dándome media vuelta para empezar a correr hacia mi cuarto.

    Subí las escaleras saltando los escalones de dos en dos y me dirigí hacia nuestra habitación. Cuando estaba a punto de entrar al cuarto, me detuve al escuchar algunas risas del otro lado de la puerta. Al parecer había alguien con Davis, conversando con él. Me quedé un momento escuchando desde afuera, intentando reconocer la otra voz ¿Con quién estaría?



    Hasta aqui nomas! El domingo que viene estaré subiendo la segunda parte para completar el capitulo, hasta entonces!!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 15:13
     
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  11. Taiyama
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    WOW, ¡te odio! ¿¡cómo pudiste dejarlo en esa parte?! :=NOIP: ha sido uno de mis capítulos favoritos, primero la pelea que casi mata a Davis todo por defender a Tk (ojalá que con esto reaccione el rubio) y después la parte de "Nooo, no vayas con ella Tai quédate conmigo" ese sentimiento que una persona que te gusta se vaya con otra persona :=@.@: y ¡lo peor es para lo que se fue con ella! :=enfermo: yo digo que Yamato debería hacer algo para arruinarles la fiesta (aunque Tai tenga globos xD), esa chica ni al caso ¬¬ y por último, ¿Con quien está Daisuke?...creo que es con Ken... porque no estaba con los demás...antes no me caía muy bien y ahora me comienza a desesperar (aunque en realidad es mi mente porque ni ha salido en la historia :=detective:) jajaja bueno espero que llegue rápido el domingo y que no me dejes esperando la continuación :=SHOROO: jajaja o te mando a jugar Basquet :P no, no es cierto xD, cuidate mucho :D te mando un abrazo ^^
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Oh !! siiiii !!! alimento para el alma !! jajajajaja ... ahora me dejaste con la desesperación jajajajaja ya quiero que sea domingo !! jejeje ese Matt está más confundido que un ebrio xDD ñam ñam ñam... ya puedo saborear la continuación jajajaja nos leemos en la semana entonces jajajaja,,, me alegro que estes mejor de tu mano ! =D
     
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    Ok, ok, se que no he comentado antes, pero admito, a veces me da un poco de lala leer xD y cuando no me da lala, no tengo tiempo xD pero me gusto este cap Cx al fin me animé a leer uno de tus caps en un solo día y poder comentar, me gusto la pelea OwO y aah, Matt con su cara de GUATAFO me lo imagino xD espero actualices el Domingo, espero por fin leer tus caps más rápido, disculpame si no lo he hecho antes
     
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    Holaa! se que dije domingo....pero me entere que mañana no estaré en mi casa en todo el dia, y como ya esta la segunda parte del capitulo 16, decido subirlo ahora nomas :D es algo corto pero pasan cosas importantes. Muchas gracias por leer!! Quiero dedicarle un feliz cumple a Gaib que cumple años hoy! uno de mis autores favoritos ^.^ ¡Feliz cumple! :D :=cumple:

    *Taiyama: jajaja en algún lugar había que cortarlo al cap D: me alegra mucho que te haya gustado!! aunque Tai tenga globos XDXDXDXDXDXDXD me mató eso jajajajaja ojala te guste la continuacion del cap. Noooo al basket nooo (deporte del diablo) jaja un saludo!

    *Sasarai-san: ehhh mira soy tan bueno que lo subo un dia antes del que dije. ya estoy completamente curado, solo fue un esguince pequeño. muchas gracias!!! Un abrazo!

    *Dark_T.K.: Hola!! jaja que bueno te gustó el capitulo y que te animaste a leer. Se que a veces mis capitulos son muy largos pero no lo puedo evitar jaja. que bueno que pudiste vencer a la lala ajaja no te preocupes por lo de los comentarios. Gracias por comentar y leer! suertee!!



    Bue aqui se lo dejo...la segunda parte tiene el mismo nombre que el primer, me dio pereza inventar otro :P


    Capitulo 16: Helen / parte II



    Punto de vista de T.K

    Subí las escaleras saltando los escalones de dos en dos y me dirigí hacia nuestra habitación. Cuando estaba a punto de entrar al cuarto, me detuve al escuchar algunas risas del otro lado de la puerta. Al parecer había alguien con Davis, conversando con él. Me quedé un momento escuchando desde afuera, intentando reconocer la otra voz ¿Con quién estaría?

    Lentamente abrí la puerta. Lo que vi fue a Davis en ropa interior sentado en su cama hablando con Ray, sentado en la cama de Ken. Mis ojos se fijaron inmediatamente en Davis, como si estuviesen enmantados. Dos curitas adhesivas cubrían, una en la mejilla y otra en la frente, cubrían los cortes del moreno. Alrededor del ojo izquierdo se le había formado un circulo morado y por ultimo en su brazo derecho tenía un pequeño vendaje, tapando otra herida.

    -T.K- dijo Davis con sorpresa, haciendo que el coordinador fije su mirada en mí- ¿Qué haces aquí?- me preguntó confundido- se supone que todos se fueron a acampar afuera.

    -Yo solo… vine ver como estabas… - contesté mirando el piso, me sentí culpable por interrumpir la conversación de los dos castaños- perdón si interrumpí algo, será mejor que me vaya.

    -No T.K, no te vayas- esa vez es fue Ray el que habló- solo vine a alcanzarle a Davis un sándwich, la cocina no abre esta noche ya que todos están afuera ¿quieres un poco?- dijo mientras me ofrecía un pedazo de su sándwich de
    fiambre.

    -No, no gracias, no tengo hambre- dije rechazando su ofrecimiento, en realidad no tenia apetito. Raro, ya que no había merendado.

    -Le estaba diciendo a Davis que, por lo que hizo hoy, es uno de las persona más valientes que conozco- dijo sonriéndole al moreno. Davis solo sonrió mirando el suelo, bastante sonrojado, me sorprendí - yo vi al sujeto con el que se peleó cuando se iba con sus maletas ¡Yo no me hubiese animado a enfrentármele a él!- comentó mientras se levantaba y revolvía el cabello castaño de Davis.

    ¿Cómo poder describir el sentimiento que me invadía en ese momento? Era como... rabia, rabia de ver como Davis le sonreía a ese chico.

    -¿Y tú por qué no fuiste con los demás a acampar afuera Ray?- pregunté.

    Debí sonar poco amigable, ya que el de ojos claros me miró sorprendido.

    -Pues simplemente no quise- dijo cerrando los ojos, como si no necesitara explicar nada- además, yo no estoy como ustedes de vacaciones: mañana tengo un examen de historia en la escuela y no sé nada, así que me quedé para
    estudiar- dijo poniendo sus brazos atrás de su cabeza.

    -¿Así que tienes que irte a estudiar ahora? ¿Verdad?- pregunté. De nuevo, el coordinador me miró como si de repente me hubiera desconocido.

    -Ahh... si, sería una buena idea- contestó con cierta duda- bueno me voy, si necesitan algo solo avisen- dijo mientras abría la puerta de la habitación- Nos vemos Takeru, Davis…- dijo volviendo su mirada al moreno antes de marcharse y
    cerrar la puerta- …piensa en lo que te dije.

    Debía admitir que la curiosidad por saber a qué se refería Ray con aquello último me invadió, pero al mismo tiempo me daba cuenta que no me incumbía. Una vez el oji-claro se fue, tanto Davis como yo quedamos en silencio, sin saber que decir.

    -y… ¿Cómo estás? – pregunté apoyando la espalda en la pared, viendo hacía un costado- ¿te duele algo?

    - No, para nada- dijo quitándole importancia al asunto- el señor Z es muy exagerado por obligarme a quedarme aquí.

    El moreno movió un poco el hombro derecho y no pudo evitar hacer una mueca de dolor. Se dio cuenta que yo lo había visto

    - Bueno… en realidad me duele un poco el hombro- admitió- pero me duele desde que Tai me dobló el brazo cuando dije eso sobre Kari, así que no es la gran cosa.

    -Fuiste un tarado al enfrentarte a ese tipo- dije enojado- ¿en que estabas pensando?

    -¿Qué? ¡¿Y que querías que hiciera?! Ese sujeto se iba a abalanzar sobre ti- me contestó subiendo la voz.

    -¡Pero mira como terminaste! ¡No te le tuviste que haber enfrentado! Fue muy estúpido.

    -Pues discúlpame por evitar que te machacaran- contestó ya enojado- si viniste solo a retarme, ya te puedes ir.

    -Tienes razón, no se para que vine, disculpa- dije bajando la mirada y dirigiéndome a la puerta.

    -T.K espera...-escuché antes de que abriera la puerta del cuarto para marcharme- …en realidad, no quiero que te vayas, perdona.- me dijo con un tono más sereno y apagado.

    Parado allí, ante la puerta de la habitación y dándole la espalda al moreno, cerré los ojos con fuerza. Esas palabras que había dicho, con aquella voz tan apagada, habían hecho desaparecer el enojo por completo, dando paso a otro sentimiento. Uno el cual me hacía fruncir el rostro, me humedecía los ojos y anudaba mi garganta.

    -No, tu perdóname- dije dándome media vuelta mirándole a los ojos- es que… me pone mal verte así y…y- me costaba seguir hablando- disculpa… soy un llorón- yo mismo me daba pena, no podía terminar una simple frase-… fue mi
    culpa que ese tipo que golpeara, yo choqué con él.

    -No T.K, no es tu culpa, no digas eso.

    Davis se levantó rápidamente de la cama y caminó hacía mi para abrazarme. Me quedé inmóvil al sentirme rodeado por su cuerpo

    - No sabes lo mucho que me alegró ver que ese tipo no te tocó ni un pelo, eso compensa cualquier tipo de herida o golpe.

    - Pero, pero…-no podía mirarlo a los ojos, todavía me sentía culpable. Inundando por ese sentimiento de dolor, hundí mi rostro en su hombro.

    -...pero nada, lo haría una y mil veces más si fuera necesario- dijo separándome suavemente de su cuerpo para poder mirarme a los ojos.

    Al ver esos ojos marrones viéndome de esa forma, mi boca automáticamente esbozó una sonrisa. Me sequé las lagrimas bajando mi vista. No podía creer que a pesar de haberlo hecho pelear con un mastodonte me perdonase así como si nada

    - Si hay algo que quieras que haga para compensártelo, solo dímelo- dije serio, estaba dispuesto a cumplir con eso.

    -Mmm bueno, ya se me ocurrirá algo- dijo el castaño poniéndose su mano en el mentón y haciendo una cara pensativa, ambos reímos- oye ¿Qué te pareces si vamos a dormir? La enfermera me dio un analgésico, y la verdad no sé si es por eso, pero tengo mucho sueño- dijo para después hacer un gran bostezo.

    -Claro, vamos a dormir- dije poniendo una mano en su hombro y caminando junto con él a nuestra litera.

    Al llegar a las camas, él se echó pesadamente sobre la suya, mientras yo me disponía a subir a la mía.

    -Oye T.K- el castaño me llamó antes de que terminara de trepar por la escalera de la litera, así que bajé nuevamente para poder verle a la cara- escucha… tal vez te parezca tonto pero… ¿Quisieras dormir conmigo hoy?

    Me sorprendí mucho ante esas palabras, sin embargo mi rostro no lo demostró.

    -Bu-bueno si tú quieres- no pude evitar tartamudear mientras me soltaba de la escalerita.

    El moreno sonrió y se movió hacia el lado de la pared, haciendo espacio a su lado. Lentamente me acosté junto a él, de costado, viéndonos de frente. Soltamos unas risas bobas producto de lo raro que nos sentíamos por lo que estábamos. Sin embargo, me gustaba, y se podía notar que a él también. Ambos lo podíamos ver en las sonrisas que nos regalábamos mutuamente.

    -Vaya moretón que tienes alrededor del ojo- le dije en forma de broma, sonriendo.

    -¿Eh? ¿Alrededor del ojo?- me preguntó Davis extrañado- ¿de qué hablas?- después se abajo del ojo- ¡ahh! ¡Hijo de…- se guardó completar el insulto.

    -¿En serio no sabías que tenias morado alrededor del ojo?- pregunté sorprendido- ¿no te viste en el espejo?

    -Sinceramente no ¿está muy mal?- me preguntó sonriendo, como si no le importase en realidad el estado de su cara.

    -No, en realidad te queda bien, te hace ver como decirlo… rudo.

    Él solo se rio al recordar por que le estaba diciendo esas palabras. Eran las que me había dicho cuando yo me caí del árbol y me abrí la ceja. Sin embargo, luego de reír, lentamente su rostro fue tomando un semblante serio.

    -T.K, yo… - dijo - … lamento mucho haber empezado la discusión de ayer, fui un estúpido.

    -Yo también tuve la culpa, debo admitir que reaccioné mal, me dejé llevar por la ira que sentía en ese momento- le contesté reconociendo mi parte de la culpa.

    -Se puede decir que ambos somos unos tarados- dijo sonriendo.

    -Si… pero tú más- dije empujándolo, recibiendo otro empujón de su parte como respuesta, entre risas.

    Mientras nos empujábamos en forma de juego, pude ver mi muñeca izquierda desnuda. Volvió a mi cabeza el recuerdo de mí tirando la pulsera a los pies de Davis.

    -¿T.K pasa algo?- preguntó el moreno preocupado al ver que la expresión en mi rostro había cambiado de forma drástica.

    -Es que… perdí tu regalo para siempre por ser un tonto- dije desanimado mostrándole mi muñeca.

    -Ah, eso me recuerda…- dijo metiendo su mano debajo de la almohada, para después sacarla sujetando la pulsera.

    -Pero… ¿Cómo?..- pregunté sorprendido al ver que él la tenia- ...si yo después la busqué y no la pude encontrar.

    -Yo la recogí 5 minutos después de haber terminado la pelea- me dijo notoriamente avergonzado mientras me ataba nuevamente la pulsera en mi muñeca izquierda.

    Sonreí. Cuando terminó, desvié la mirada de la pulsera a la cara de Davis y pude ver sus ojos marrones mirándome fijamente. Nos quedamos inmóviles. Su mirada era tan particular, muy intensa, como si quisiera mirar más allá de mis ojos hacia el interior de mi mente.

    -T.K…yo…-dijo el castaño lentamente, en voz baja, como si pensara cuidadosamente cada palabra que iba pronunciando.

    -Si Davis, dime- la curiosidad me invadió parecía que Davis quería decirme algo importante.

    -Yo…te…yo te quería decir que….- continuó bajando la mirada. Parecía que al moreno le costaba cada vez más y más pronunciar las palabras.

    -¿Sí?- dije tratando de alentar al castaño a que dijera lo que quiera decir.

    Yo empezaba a sentir algo más que ansiedad y curiosidad. Un sentimiento difícil de explicar. Quería saber que era lo que le costaba tanto decir.

    -Yo te…yo te quería decir... es mejor que durmamos ¿no?- concluyó sin mirarme a la cara, agachando la mirada- estoy muy cansado.

    -Eh si, tienes razón- no sé porqué, pero me sentí desilusionado de cierta forma. Mi ansiedad daba paso a un extraño sentimiento parecido a la tristeza - yo no puede dormir muy bien anoche que digamos, así que necesito un buen descanso.

    Después de decir eso, estiré mi brazo y apagué la luz presionando el interruptor en la pared.

    -Davis…- dije en la oscuridad.

    -¿Sí?

    -Nunca te agradecí por defenderme del grandote… gracias.

    Al no poder ver nada, me sorprendí al sentir como Davis unía su frente con la mía.

    -No es necesario darme las gracias, tonto- dijo en un tono jocoso- buenas noches.

    -Buenas noches.

    Esa noche me dormí con una sonrisa.

    Punto de vista de Tai.

    Con mi acompañante llegamos a mi carpa. Como buen caballero que soy, dejé que ella entrara primero, para luego introducirme yo cerrando el cierre de la tienda. No era un palacio, e incluso la habitación de Davis, T.K y Ken parecía más digna de ser lugar para un encuentro romántico que eso, pero algo era algo. Ella se acostó sobre el suelo acolchonado y sonriendo me llamó con su mano, mordiéndose el labio inferior. Sonreí y me le acerqué lentamente gateando hasta llegar hasta ella y propiciarle un beso en la boca. Para mi sorpresa, la intensidad de ese beso aumentó frenéticamente, sin escalas. Nos empezamos a besar apasionadamente como si no hubiera mañana. Mientras nos besamos con locura, como algo que simplemente aparece porque sí, algo que pasa en un segundo sin ningún tipo de control sobre ello, a mi mente vino el beso que le di Matt borracho la noche de la fiesta. Me separé de los labios de la chica, sorprendiéndola.

    -¿Qué pasa?- me preguntó la pelinegro mirándome confundida.

    -Ah no, nada- contesté rápidamente, volviéndola a besar, tratando de olvidarme de aquello.

    Me sorprendí al sentir que ella me empezaba a subir la camiseta con la intención de sacármela. Al parecer era de esas chicas que tomaban la iniciativa rápido. Una vez me quitó esa prenda, ella me empujó suavemente para que me recostara en la colchoneta de la carpa para luego acostarse encima mio. La chica de ojos negros besó mi cuello suavemente, produciéndome una gran sensación de placer. Se sentía delicioso, cerré los ojos y me dejé llevar.

    -Ahh…si…-jadeaba, haciendo que ella siguiera con más énfasis-…ahh…si…- cada vez estaba más y más extasiado-…si …Matt.

    "¡¿Qué?! ¡¿Qué dije?!" me pregunté inmediatamente frunciendo el seño, entre sorprendido y desorientado.

    -¡¿Qué?!- me preguntó la chica cortando sus besos en mi cuello y mirándome con una cara de sorpresa y desconcierto.

    -¿Qué?- le devolví la pregunta haciéndome el desentendido.

    -¿Qué acabas de decir?

    -¿Qué cosa?

    -¿Acaso dijiste “Matt”?- ya ella me empezaba a mirar de forma rara.

    -Eeemm no, claro que no- tartamudeé- dije “más”, si eso, “más”

    Sin esperar a que ella me contestara, la besé nuevamente para que se olvidara del asunto. Fui más allá, y comencé a desprenderle la camisa botón por botón. Al terminar, la pelinegro, sin perder tiempo, se la sacó y la dejó a un costado, quedando con la parte superior de su cuerpo solo con un sostén negro. Me sorprendió lo poco que a esa chica parecía importarle el romanticismo ni ese tipo de cosas, al parecer le gustaba ir directamente a los hechos.

    Nuestros labios se volvieron a unir en un beso todavía más pasional que los anteriores, sus manos despeinan mi cabello marrón con bravura. Pude sentir como sus manos se desocuparon de mi pelo y bajaron por mi cara, mi cuello, se pasearon por mi pecho, luego mi abdomen y llegaron a mi cinturón.

    -Si te gustaron los besos en el cuello, espera a sentir esto…- dijo sonriendo, mientras empezaba a desabrochar mi cinturón.

    Yo sonreí y me recosté con mis manos por detrás de la cabeza, viendo el techo de la carpa, anticipando mentalmente lo que la chica iba a hacer. Sin embargo, de nuevo, como algo a lo cual uno simplemente hace sin pensarlo o sin querer, volví mis ojos a la muchacha. Me llevé una de las mayores sorpresas de mi vida: la persona que desabrochaba mi cinturón ya no era la chica de pelo negro, sino un chico rubio. Era Matt

    -Esto te gustará- dijo con la misma voz de Matt, levantando la mirada, viéndome con sus ojos azules mientras bajaba el cierre del pantalón con una sonrisa.

    Automáticamente me sobresalté. Grité de la sorpresa, haciendo que la persona que me acompañaba se asustara y gritara también. Cuando me hice para atrás con ayuda de mis manos y miré nuevamente a mi acompañante, vi que había vuelto a ser la chica que fue elegida “reina de la primavera”. Pero ahora me veía con una expresión que era una mezcla de enojo y sorpresa. Una mirada nada buena.

    -¿Sabes una cosa?- preguntó con enojo mientras levantaba su camisa del suelo y se la volvía a poner- eres muy lindo y todo, pero eres muy raro. Me equivoqué contigo- terminó de decir mientras abría furiosa el cierre de la carpa y salía de la misma.

    Después de que la pelinegro se fuera, me subí el cierre del pantalón y me quedé sentado abrazando mis rodillas, tratando de entender que era lo que acababa de suceder.

    -No pierdas tu tiempo amiga, parece que es maricón- escuché a la pelinegra decir afuera.

    -¿Tai? ¿Estás presentable? ¿Puedo pasar? – esa era la voz de Mimí.

    -si Mimí, pasa si quieres…- contesté sin mucho ánimo.

    La castaña asomó la mitad de su cuerpo por la apertura de la tienda, sosteniendo una de esas lámparas de gas antiguas.

    -¿Estás bien?- me preguntó con una mirada de preocupación en su rostro, iluminado por la luz de la lámpara.

    -Sí, solo… necesito un tiempo a solas…- dije tapando mis ojos con mi mano, no quería que viera que poco a poco se llenaban de lagrimas.

    -Ay Tai, entonces no estás bien- Mimí entró a la tienda y cerró el cierre- ¿Qué te está pasando? Puedes contarme- dijo mientras se sentaba a mi lado, bajando la intensidad de la llama de la lámpara al mínimo haciendo que emitiera una
    luz muy tenue- si estas mal por esa chica que acaba de irse, no le des importancia, sus propias compañeras me dijeron que es una cualquiera- me dijo tocándome el hombro intentando darme ánimos.

    -No, no es por eso- reconocí levantando la mirada.

    -¿Entonces por qué estas triste?

    Se veía que mi amiga se preocupaba por mí, no podía seguir sin decirle la verdad de lo que me pasaba, lo que en verdad sentía.

    -Es que…me acabo de dar cuenta de no puedo seguir mintiéndome a mí mismo- le contesté empezando a derramar las primeras lagrimas sobre mis mejillas. Las sentí, pero no intenté limpiarlas.

    -¿A qué te refieres?- me preguntó la castaña intrigada.

    -¿Recuerdas que te dije que desde que llegamos aquí me he sentido algo raro? Bueno, eso se fue intensificando y ahora tengo bien en claro que es lo que me pasa…- mi garganta me empezaba a doler, dificultándome el hablar, pero debía ser valiente y soltar todo- hay una persona que me tiene loco… no puedo dejar de pensar en esa persona, cuando me mira a los ojos me quedo hipnotizado y apenas puedo pensar con claridad, sentir su contacto me pone la piel de gallina y el corazón me palpita de manera antinatural, me enojo si la veo feliz con alguien más que no sea yo, ¡hasta tengo sueños con esta persona!… todas estas cosas y lo que representan me da mucho miedo sobre el futuro- dije abrazando mis piernas con fuerza. Jamás me había sentido así.

    -¿Pero por que te preocupa eso? Todas esas cosas que dijiste significa que estas enamorado de esa persona…eso es algo bueno, deberías alegrarte de poder sentir amor por alguien.

    -Es que esa persona jamás corresponderá mis sentimientos como tú piensas- le respondí cerrando los ojos- y eso es lo que me entristece, saber que nunca será posible.

    -¿Puedo preguntar por qué? – preguntó curiosa mi amiga.

    El momento había llegado, tenía que decirlo de una vez por todas.

    -Porque… porque… - "¡Anda cobarde! ¡Dilo!"-… ¡Porque es Matt!- dije ocultando mi cabeza entre mis rodillas- durante todos estos días venia negando estos sentimientos, no los quería reconocer, pero ahora me doy cuenta de que por más que no quiera verlos, están en mi ser y no hay nada que pueda hacer para eliminarlos- suspiré aun con mi cabeza entre mis rodillas, no quería que me viera llorar- me… me enamoré de mi mejor amigo varón, y eso me asusta mucho… me asusta que esto destruya nuestra amistad, que él se aleje de mi por creerme raro o anormal y que nada vuelva a ser como antes ¿Por qué me está pasando esto a mi? ¿Qué hice mal? ¡Es como una maldición!

    -Tai, no te pongas así por favor- dijo Mimí acariciando mi cabello suavemente- lo que te pasa no es una maldición ni tampoco algo que está mal. Es lo que sientes y nada ni nadie te puede decir que eso es algo malo.

    -Igual… se que a Matt no le gustará cuando se entere- eso era lo que más temía.

    -Todos sabemos que Matt a veces puede parecer frio, distante, serio… un idiota- eso me hizo soltar una leve risa mientras todavía salían lágrimas de mis ojos - pero ambos sabemos que en realidad es muy noble, cariñoso y cálido. Sé que él no se alejaría de ti por nada en el mundo, ya que él también te quiere mucho.

    -Sí pero… él ama a Sora- le dije viéndola a los ojos con tristeza

    -Puede ser que si, puede ser que no, eso solo Matt lo sabe- me dijo con una mirada que me alentaba confianza- … yo solo sé que el Taichi Yagami que conozco no se dejará vencer por el miedo y la negatividad, yo se que seguirás adelante pase lo que pase.

    Aquellas, por muy simple que fueran, me hicieron sentir mejor. Inmediatamente me di cuenta que no estaba solo. El miedo dentro mío había disminuido.

    La miré a los ojos y asentí con la cabeza, sonriendo. En verdad sus palabras me hacían recapacitar, no todo estaba perdido, no me podía rendir así de fácil sin antes intentarlo. Al ver que sonreía nuevamente, Mimí sonrió también apoyando su cabeza en mi hombro.

    -Así que… ¿no te desagrada la idea de que me gustan los chicos? – le pregunté mirando fijamente la lámpara de gas- ¿te imaginas como pueden reaccionar los otros? Nuestros amigos, mi familia… mi hermana, todos los demás- comenté preocupado.

    -No, para nada. Todos los que te queremos, te queremos por quien eres, no por a quien besas o por quien te gusta- me contestó pasando su brazo por mi espalda- además, siempre serás el mismo muchacho valiente, alegre y dulce de siempre.

    -Te falto atlético y guapo- dije sonriendo mientras me limpiaba las lagrimas de mi cara.

    -Ahh…y presumido- agregó suspirando bajando su mirada. Ambos nos reímos.

    -Muchas gracias, Mimí- le dije abrazándola firmemente, ella hizo lo mismo- necesitaba decírselo a alguien, eres una buena amiga.

    -Para eso estamos los amigos- me dijo alegremente- cualquier otra cosa que quieras hablar, no te hagas el difícil y búscame.

    -Lo tendré en cuenta- le contesté separándonos.

    -Bueno, será mejor que me vaya a mi carpa, ya es algo tarde- dijo la castaña levantándose y agarrando la lámpara- oye, ahí vi afuera a Izzy y el otro chico sentados en un tronco en medio de la oscuridad ¿les digo que entren?

    -aaahh si, me había olvidado de ellos- exclamé mientras me agarraba los pelos- diles que pasen.



    [IMG]Foto_estrellas
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    Bueno al fin pasó lo que querían muchos, que Tai se de cuenta de lo que siente... ahora ahi que ver como hace jajajaja. Hasta la proxima! Felices pascuas!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 15:19
     
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    primer comentario pitches! me gusto la conti :3 Taichi super lindo aceptando sus sentimientos finalmente, pero... ¡¡JODER!! por que demonios Davis no se le declaró a Takeru ahí D:< lo golpeare por eso -saca guantes de box- espero lo haga pronto o lo dejo peor que el grandulón ese -.-
     
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95 replies since 22/9/2014, 02:50   9181 views
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