Errores

Errores Tan común cometerlos Como también no darnos cuenta de ellos Hasta que es demasiado tarde. (SxN)

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  1. xLili_Jaeger
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    Luu-chan Sorry por no haber subido antes :=SHOROO: :=SHOROO:
    No me mates si? *La soborna con fotos de Levi-heichou :=EEEE:

    Advertencia:
    La misma de sieempre ¬¬
    Naurto es del Teme de Sasuke y todos sus personajes
    son obra de Kishimoto Masashi :3

    Perdon por las faltas de ortografia y blah blah blah :=¬¬:
    Realmente creo que para este capi me falto inspiracion :=ummse:
    Aunque no les aya podido conestar eh leido todos los comentarios y me gusta mcuho lo que me decis xD
    Yo escribo por que me gusta y para acerlas felices :=amors:
    Prometo conestar los proximos comentarios xDD

    Ya sin mas chachara! a Leer'ttebayo :=uuhuhuhus:





    Baile de máscaras I





    Miércoles, 11:30 de la mañana.

    -¿Por qué?-

    Se podía percibir en el ambiente la tensión, tres personas en esa casa estaban “discutiendo” (por llamarlo de alguna forma) el motivo por el cual él, Sasuke Uchiha, debía de hacerle caso al descerebrado – según él- de Sai y aceptar aquella propuesta.

    -La verdad yo no le veo nada malo.- Ah… y que su esposo le secundara en aquello –ya que rara vez este lo hacía- le hacía dudar a Sasuke en que quizá no era tan mala idea hacerlo. ¡Pero! Solo porque confiaba en el buen juicio del pelirrojo y porque este era un ser racional –a diferencia del demente de Sai (según él)- y no podría equivocarse (al menos eso quería creer) en algo como aquello.

    Así que ignorando completamente al –aún con vida- Sai, procedió a hablar con su pelirrojo esposo –Sabaku no Gaara- de “esa” propuesta tan “descabellada” para su gusto.

    -A mí me parece que la idea de Sai, no es tan mala Sasuke, después de todo sería divertido, y quizá y saques algo de provecho.
    -Supongo que si tú lo dices debes tener razón.- Contestó el moreno.

    -¡Eh! Sasuke, yo eh sido el de la propuesta ¿Por qué no me lo agradeces a mí?- En ese momento la mirada tan fulminante que le lanzo Sasuke –y Gaara- hizo callar a Sai.

    Lanzo un suspiro de cansancio, si alguien le preguntaba cómo había llegado a esa situación tan bizarra… Realmente incluso recordarlo cansaba.




    #Flash Back#





    Martes, 7:00 de la mañana.

    Como todas las mañanas, Sasuke salió a correr, era una costumbre que tenía –aunque en realidad el de aquella costumbre era su rubio- pensando en la forma de poder conquistar a su amor, cuando pasando por un parque reconoció una cabellera rojo intenso, así que se acercó a saludar a su cuñado, el cual al parecer se había levantado temprano porque le apetecía dar una vuelta.
    Mientras caminaban por el parque salieron varios temas de conversación, como el reencuentro que tuvieron él y Naruto.
    Cabe destacar que el pelirrojo era solía mantener un semblante tranquilo casi siempre, pero ante esta revelación su rostro se deformo en una mueca nada agradable. Él era el mejor amigo del rubio, sabia de su sufrimiento, pero este nunca le dijo lo del embarazo –al parecer Itachi le dijo que si alguien se enteraba le juzgarían a él ya su hijo, y el rubio temiendo por su hijo decidió ocultarlo todo- la rabia que sentía era muy grande.

    Vio las lágrimas de Naruto sin poder hacer nada.

    Vio el dolor de Naruto sin saber cómo ayudarle.

    Vio cómo sus ojos perdían su brillo.

    Vio cómo su sonrisa dejaba de ser sincera para darle paso a una mueca vacía.

    Vio cómo su vida y sueños se apagaban.

    Y lo peor es que tanto él, como aquellos que le querían y rodeaban nunca pudieron hacer nada. Nada que no fuera mirar morir en vida.

    Se llevó una gran decepción de Itachi al saber esto, y también sintió pena al saber del dolor de Sasuke, y que seguramente le habría causado la mentira de Itachi a Naruto…
    Fue por ello, que decidió esta vez ayudar a su mejor amigo a ser feliz, así como un día el rubio le ayudo a él. Porque el rubio merecía ser feliz…
    En cierto punto le causaba gracia, ver que aquello era como una de esas novelas que él rubio veía –y leía en libros- las cuales amaba.
    La vida del rubio era como una novela de esas, en las cuales todo es tan predecible, con el mismo guion en todas, pero que a pesar de todo te enganchaba e incluso sorprendía, aunque, si la mirabas desde un punto nulo, podía saber que era lo siguiente que pasaría.
    Lástima que eso no pasara ahí. Eso era el mundo real, y si bien puedes predecir muchas cosas, otras tantas no puedes evitar que pasen.
    Después de haber hablado un rato, el pelirrojo le dijo que tenía que marcharse, pero que pasara al día siguiente. Le diría todo a Sai y le pediría ayuda para ese problema. Los dos estimaban mucho a ese par, y ya era hora que estuvieran juntos y felices.


    A ese par eso de los dramas no les queda.

    Después de haber hablado con el pelirrojo fue a su casa y de ella no salió en todo el día, prefirió quedarse ahí y desconectar del mundo entero. Solo por ese día quería pensar en él, en su rubio y en su hijo.
    Al llegar la mañana siguiente se despertó un poco tarde, se arregló lo justo –ese día tampoco asistiría a su trabajo- y partió a casa de la pareja.
    Al llegar le recibió un amable pelirrojo y un sonriente moreno –al cual nada más entrar le dio un puñetazo en todo el estómago- realmente admitía que ello le sentó muy bien. Y era por ello que ahora se encontraba en aquella situación tan rara.

    ¿Qué situación? Fácil.

    Como bien sabían todos aquellos que conocían a Sai Uchiha, él es un gran pintor y sus obras eran muy cotizadas –como también caras- aunque Sai admitía que él estaba en el mundo de la pintura, no por la fama, sino porque le gustaba pintar y también le gustaba que el mundo pudiera admirar sus obras y con ellas transmitirles todo sus sentimientos y la pasión que ponía en ellas.
    Y la cuestión no era hablara sobre el talento de Sai –que incluso el reconocía que tenía- sino que el susodicho hace poco había dado a conocer que tenía planeado un gran evento para dar a conocer sus nuevas pinturas sobre la época victoriana.
    Hasta ese punto todo estaba bien. La situación se puso rara cuando a Sai con su mente maravillosa -nótese su sarcasmo- se le ocurrió que todos deberían ir disfrazados con trajes de aquella época.

    Sí, Sai y sus “esplendidas ideas”. ¿Cómo demonios esperaba que él, ¡ÉL! Sasuke Uchiha se pondría unas ridículas calzas y esos pantaloncillos tan ridículos. ¡Era blasfemia incluso que se atreviera a imaginarle en un atuendo así! Ni loco iría por ahí con esas ridículas calzas y muchos menos dejaría que le pusieran esas pelucas blancas con rulos en la cabeza ¡Por el amor a todo ser viviente! ¡Amaba a su rubio! Sí, pero ni a palos se pondría esas “cosas” así que no. Ni en broma, haría cualquier otra chorrada, como cantarle una serenata o algo, pero de ahí a ponerse esas cosas ni loco.
    Y sí, ese era el gran dilema de Sasuke Uchiha, ponerse unas medias e intentar dar un primer paso –que según el plan de Gaara- prometía mucho, o dejar pasar la oportunidad…

    Juraba que si su rubio le perdonaba, le haría sufrir, e iba a disfrutar haciéndolo de una manera muy… él – ¿Plan? Sencillo, solo sería provocar que su rubio necesitara de muchos –recálquese la palabra muchos- cojines para sentarse.

    ~oOoOo~

    Volviendo al tema que ahora les ocupaba, el pelirrojo insistía en que sería buena idea, aunque pensándolo bien ¿Sería capaz el pelirrojo de ponerse esas cosas tan apretad?

    -Gaara. -Llamo Sasuke con vos calma. -¿Realmente estas dispuesto a andar con esas calzas tan ajustadas o, en su contra con un vestido época vitoriana? -Y como si de una de los mayores descubrimientos se tratase el pelirrojo le miro sorprendido y a la vez ¿asustado? Claro, Gaara seguramente había pasado por alto que él también tendría que llevar dicho traje, y según parecía no le hacía mucha gracia.

    -A mí no me molestaría llevarlo. –Acoto Sai. Claro, solo al idiota de Sai no le molestaría llevar unas prendas tan pegadas al cuerpo.

    -Sabes Sai. –Le comento Gaara- Creo que Sasuke tiene razón, ¿Porque no mejor piensas en otro tema?

    Definitivamente Sasuke amaba cuando los planes le salan a la perfección.

    -¿Y porque no en lugar de ir vestidos con trajes de época usan solamente mascaras? –La vos de la pequeña de 6 años les saco de su trance.
    Hikari Uchiha, la hija de Sai y Gaara, con su piel blanca, su pelo negro y sus bonitos ojos aguamarina fue la de la idea.

    -¿Sería bonito no crees papa? –Si le preguntaban a él, aseguraba a ciencia cierta que la niña había heredado la inteligencia de Gaara, y eso era un punto a favor de la humanidad –según los pensamientos de Sasuke- y fue por ello que los mayores luego de mirarse entre sí, habían decidido que así sería.

    Y para Sasuke y Gaara aquello supo a gloría –adiós calcetas ridículas y pelucas extravagantes – Hola normalidad.
    Despues de haber planeado todo aquello, y de quedar en acuerdo de que se llevaría a cabo en dos semanas, Sasuke partió a su casa, después de tanto tiempo en compañía del loco de Sai, necesitaba relajarse y sobre todo seguir maquinando un plan para volver a enamorar a su rubio.




    ~oOoOo~





    Miércoles, 6:30 de la mañana.

    Sasuke no era muy creyente para con los dichos, aunque ese de que “A quien madruga dios le ayuda” quizá si le iba a creer.

    ¿Por qué?

    Solo hay que recordar que le era lo que observaba para saber a qué se refería.



    #Flash Back#




    Aquella mañana decidió que se levantaría más pronto para salir a hacer un recorrido más largo que el anterior al momento de salir a correr.
    En el tiempo anunciaron que sería una tarde lluviosa así que tomo sus gafas de sol –por si decidía alargar el recorrido ya que seguramente haría mucho sol- y una vez tuvo todo lo necesario, partió para dar inicio a su ejercicio mañanero.
    Lo que el no espero es que al decidir cambiar de ruta le vería.

    Su rubio, con unos pantaloncillos –muy cortos a su ver-dejando ver sus piernas firmes y contorneadas, una camiseta deportiva blanca y ajustada –demasiado para su gusto (y no es que le sentara mal o realmente le molestara, el problema era que no solo él tenía el placer de “alegrarse el día”) mostrando su cuerpo en aquellas ropas que le sentaban demasiado bien. Así que para proteger a su rubio, y cuidar de que ningún pervertido quisiera pasarse de listo decidió ponerse las gafas y seguirle, aunque previamente –y agradecía haberlo pensado- había cogido una gorra por tanto se la puso, y una vez con su “disfraz” puesto decidió comenzar su “persecución”.

    Se consideraba una persona que sabía mantener la compostura, pero realmente algo –dígase karma, Dios, las hormonas masculinas, o cualquier cosa –estaba en su contra. Quizá no fue buena idea ir detrás de su rubio, ya que ver a Naruto enfundado en ese traje no era bueno para su salud –o quizá él con los años lejos de su rubio, había desarrollado una pequeña ninfomanía (¿O quizá una Narutomanía?)- A saber, la cuestión era que se encontraba embelesaba por verlo correr, la imagen tan perfecta que le daba; rostro sonrojado, pelo húmedo y pegado a su rostro, respiración acelerada, y la hermosa vista de su pequeño lindo y redondo trasero, no era que eso fuera realmente, lo malo de la situación, es que gracias a distraerse con esa “vista celestial” ya se había estampado contra tres basureros, chocado con cuatro personas y casi lo mataban dos coches.
    Pero todo valía la pena si podía seguir viendo al rubio que le quitaba el sueño –y provocador de una futura erección segura- ¡Ah! Eso le traía recuerdos de su adolescencia, y –aunque sea vergonzoso- también recordaba que su primer sueño “subido de tono” tenía como protagonista a un rubio de ojos azules, el cual lucia realmente bien gimiendo su nombre. Sí, que gran época –aunque no era como si aún no las tuviera, ese rubio conseguía ponerlo a tono en un instante- Tan concentrado iba en sus pensamientos –no muy sanos cabe reconocer- que no se dio cuenta de que cayó encima de algo –o mejor dicho alguien- que lo primero que hizo fue chillarle un “Suéltame, pervertido” y darle un buen derechazo. Pero todo reclamo que tenía para soltarle a aquella persona –por el golpe, el cual realmente le dolió- murió en su boca.
    Sobre quien se encontraba en aquellos momentos –y en una pose no muy sana- era nada más y nada menos que el rubio protagonista de sus sueños insanos como también de su corazón.



    ~oOoOo~






    Y ahora se encontraban los dos en una cafetería pequeña pero acogedora, desayunando los dos juntos.
    Tal parecía y Naruto se sentía mal, ya que luego de todo el alboroto, una mujer había llamado a un policía y le había dicho que intentaba propasarse con el rubio. Aunque tampoco los culpaba, un hombre vestido con ropa deportiva oscura, gafas y gorra que seguía al rubio con el cual acabo en una posición no muy sana si era para mal pensar; pero luego de todo aquello –y aclárale a la señora que no era un pervertido ni nada por el estilo- el rubio como “disculpa” le había invitado a un café, alegando que si él no hubiera chillado lo de “pervertido” no le hubieran tachado de tal cosa.
    ¿Cuántas veces en ese día le habían llamado pervertido? Bueno la parte positiva era que podría disfrutar de un desayuno con su rubio.

    -Vamos, hazlo, sé que te mueres de ganas. –Le soltó el moreno al rubio, y sí, como predijo el rubio estallo en carcajadas. Normalmente se hubiera molestado, pero verle reír tan alegre y saberse el causante de ello consiguió que se le formara una pequeña sonría a él también. Desde cuando le pasaban cosas tan idiotas, no lo sabía, anqué tenía el vago recuerdo de que cuando se dio cuenta de sus sentimientos para con el rubio, también le pasaban ese tipo de cosas.
    ¿Quién le iba a decir que un Uchiha enamorado era tan idiota?
    -Bueno, supongo que ya has tenido suficiente de burlarte de mí ¿no? –Le cuestiono el moreno.
    -Pero, como quieres que este, a ver, el gran Uchiha Sasuke acaba de ser tachado de pervertido, eso no ocurre todos los días, y mucho menos que después de todo ello tropiece con un bote de basura. –Sí, eso también lo recordaba él, así que sumando un bote más de basura y el ridículo echo ante el rubio (sin contar los otros botes de basura, personas y a saber que más con lo que ya se había chocado…) Un suspiro cansado salió de sus labios, enserio, si alguien de su empresa le viera seguro no creería que era él.
    -Supongo que tienes razón, a diferencia de otras personas yo no estoy acostumbrado a ser torpe. –Sí, él amaba a su rubio, pero algo que también amaba era sacarle de quicio.
    -Sasuke Uchiha. –Le dijo el rubio con una sonrisa inocente, sus defensas cayeron a cero, y quedo embobado con su sonrisa, aunque no le duro mucho, ya que vio esa mirada tan endemoniadamente conocida para él. El rubio tramaba algo, y según su experiencia no era nada bueno. –Mira tú, que curioso, que tenga un video de él gran Uchiha siendo acusado de pervertido y chocando contra un cubo de basura.-
    Sí, sabía que esa sonrisa endiabladamente tierna no podía predecir nada bueno.
    -¿Qué quieres? –En ese momento sentía que estaba a punto de ser usado para algo no muy bueno.
    -Lo que pasa Sasu.- Un momento. ¿Le haba llamado Sasu? O por todo lo existente en el plantea ¿qué tramaba? –El viernes acompañare a Gaara a comprar unos vestidos para su niña, así que había pensado en que podrías quedarte cuidando de Suzuki.- Bueno su hijo era algo revoltoso, pero la felicidad que sentía de saber que estaría un día entero con su hijo, era tanta que estaba seguro se reflejaba en todo su rostro. –Junto con Sai.- Sí… ya sabía el que era demasiado bueno para ser verdad. Todo un día con el idiota de Sai, eso iba a ser algo que realmente le iba a costar trabajo. Pero los accidentes domésticos son muy comunes ¿no? A ver, que Sai sufriera un pequeño accidente no podía ser tan malo… y nadie tendría porque sospechar de él.


    Viernes, 8:30 de la mañana.
    Por decisión del rubio, había decidido que era mejor que el pequeño estuviera en su departamento, lo cual no le había parecido tan mala idea, y al parecer el idiota de Sai tendría trabajo, así que un niño menos que cuidar.

    Una vez Naruto hubo marchado, un silencio –que si bien no era de incomodidad absoluta, si era un poco molesto- se formó en aquel instante, silencio que fue roto por el pequeño.

    -Tío Sasuke.-

    -Dime.-

    -¿Quieres saber las medidas del cuerpo de papi? –Y ahí iba.

    -…-

    -…-

    -Suzuki.-

    -¿Sí?-

    -¿Tío Sai te dijo que me dijeras eso?

    -Sí.-

    No hubo nada más que decir, así que le dijo al pequeño que podía ponerse a ver la tele, y como “adulto” que es lo primero que hizo fue llamar por teléfono a Sai decirle que como se le ocurriera aparecer por su departamento le “cortaría su orgullo”. Y echo esto decidió que intentaría conversar con el pequeño sin que le pillara desprevenido con alguna “ocurrencia” de las suyas.

    La mañana pasó de lo más normal. Él se dedicó a acabar trabajo pendiente mientras que el pequeño miraba la tele, o comía algo.
    La batalla campal vino al momento de comer.

    -No vas a comer esa porquería. –Sentencio el moreno.

    -¡El Ramen no es ninguna porquería! –Le replico el menor. Sí, su hijo había sacado el gusto por esa “comida” tan poco saludable, pero él no iba a permitir que su pequeño viviera a base de “esa cosa” y de ello se encargaría él.

    Pensó en que quizá si le prometía el niño que luego de comer las verduras le dejaría hacer todo lo que quisiera caería.
    Que equivocado estaba Sasuke, quien le iba a decir que sería él el que cayera en manos de su retoño.

    -Te doy cuatro fotos de papi durmiendo, en la piscina, leyendo y una sonriendo si me dejas comer Ramen.- Mocoso manipulador, pensó. –Qué me dices ¿Aceptas?

    Y sí. Eso también pasaría a la historia. Uchiha Sasuke siendo manipulado por un niño –su propio hijo-

    Cabe destacar que el pequeño tenía una energía casi inagotable, y es por ello que entradas las nueve y media de la noche se sentía tan cansado. Aunque reconocía, que había disfrutado de la compañía de su pequeño.

    Consiguió conocerle mejor, averiguo muchas cosas sobre sus gustos como también sabia del complejo que tenía su hijo.
    Era sobreprotector con Naruto. Tanto que no dudaba en espantar a los “pretendientes” del rubio. Disfruto mucho oír las travesuras que hacia su hijo para que estos dejaran en paz a Naruto.

    Después de oír todo aquello, estaba más que convencido de que iba a luchar por su rubio.

    El plan empezaba, en una semana más. Solo una semana y la vida de Naruto daría un vuelco increíblemente grande, después de todo no todos los días tienes como “acosador” a Sasuke Uchiha, un hombre apuesto y que estaba dispuesto a ligar a su rubio a la cama para no dejarlo escapar.

    Lo tenía más que decidido en el “Baile de Máscaras” se encargaría de iniciar su reconquista.

    Naruto volvería a los brazos del Uchiha y esta vez para no tener escapatoria.



     
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26 replies since 22/9/2014, 23:09   739 views
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