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Kouichi_RedSun
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Bien, aquí vengo a dejar otro de mis capítulos, si, sé que me tardé, pero no es mi culpa Cx VI. Carrera Suicida pt 2: Sombras del pasado.
La noche esperada se acercaba, los grillos se escuchaban en la montaña y se escuchaban 2 motores en la cima de la montaña, un largo recorrido de 8,6 kilómetros de montaña, eran 2 motores inconfundibles, un Nissan Skyline GT-R V-spec II R34 de Yamato, el otro era un auto, que no era la usual bestia de Norteamérica de Ryo, esta vez era una maquina diferente, una más manejable y versátil para esos duros trayectos, un icónico auto rotativo, un Mazda RX-7 Savanna Infini III FC3S, ambos estaban admirando las estrellas de aquella noche, mientras los brillantes ojos de los autos alumbraban lo que tenían frente si, cuando se aproximaba la hora de aquel hecho que cambiaría la vida de uno de los agentes, enfrentándose a su pasado que quería, o más bien creía, había sido pisoteado por su tristeza infinita y esa agonizante soledad, aunque ese pasado solo vendría a darle un puñetazo en la cara, tenían todo perfectamente planeado, cada detalle, Ryo iría encabezando la línea, dejarían a “Shinigami” en medio y Yamato cubriendo desde atrás, la hora se acercaba, cada vez estaban más cerca, fue entonces cuando lo escucharon, se escuchaba el rugido de aquella bestia, de aquel Nissan Skyline GT-R V-spec II R32, Ryo se apresuró a girar la llave que encendería la combustión, que haría despertar al monstruo bajo el capó, una vez encendido, Ryo piso con firmeza el acelerador y se puso frente al R32, que era seguido por el R34 del rebelde rubio, desde en frente, Ryo demostraba sus agallas conduciendo frente a un sujeto tan enfermo y desinteresado de la vida como “Shinigami” en un auto que frente al R32, tenía 230 kilos menos, una diferencia muy notoria al igual que el poder de aquellas maquinarías, que el R32 era impulsado por 450 h.p. y el FC no pasaba de los 325 h.p. pero esto, no intimido a Ryo, pero ver ese auto, ese monstruo en plata oscuro, le hizo pensar en una posibilidad que le aterrorizaba de solo figurárselo y, si era verdad, debería enfrentar como hombre, encarando a su pasado, Ryo tomaba las curvas delineadas y con suavidad, como si de una hermosa mujer se tratase; pero su perseguidor no era de los que se dejarían enjaular con facilidad y, en un descarado movimiento, impacto con firmeza y a la vez suavidad, la esquina trasera del auto que derrapaba en las curvas con una elegancia suprema, provocando que esa dinámica danza de llantas sonantes, se saliera de control; pero Ryo, con unas habilidades cerca de lo sobrehumano, mientras padecía aquel sobre viraje en su nuevo auto, con el destino inminente de un accidente en el que seguramente la flama de su vida se vería apagada, dejó de luchar contra la curva, para dejar que esta lo llevase a donde quisiera, abusando de la naturaleza engañosa de la montaña, monto el costado derecho de su vehículo sobre aquel verde y poblado hombro de la montaña, recuperando su ritmo y sincronía, pero no pudo evitar observar en su perseguidor, una patente que hizo que su sangre se congelase e hirviera en un solo acto, esa patente que tanto temor le daba reconocer, esa sombra digitada sobre la lámina, su verdadero duelo comenzaría ahora, retando a su pasado a una carrera de vida o muerte.
-Yamato, necesito que no interfieras ahora- dijo Ryo al rubio mediante los manos libres que enlazaban a ambos jóvenes.
-No puedo hacerlo, somos un equipo- dijo el rubio con aires de heroísmo
-Sin embargo, esta batalla se ha convertido en algo personal- musitó el castaño con seguridad y firmeza, escuchando como el rubio asentía a regañadientes la petición del moreno, la persecución real estaba por comenzar.
Un hombre, sentado en un R32 color plata oscurecida, miraba aquel FC blanco, como una estrella, cuyo conductor, era el individuo más odiado en la existencia de este misterioso piloto
-Ryo… Así que en esto te convertiste… un policía- dijo aquel hombre para sí mismo
-No quiero hacer esto… A ella no le gustaría… Pero así son las cosas ahora- se decía un moreno con una mirada de nostalgia en su rostro, pero esa nostalgia fue transformada violentamente en un sentimiento de miedo al sentir otra embestida en una curva cerrada, afortunadamente, el hombro de la montaña, volvió a proteger a Ryo, dejando que se recuperara del impacto, el hombre dentro del R32, solo se enfurecía mas al ver como su oponente se salvaba de sus ataques.
-Bastardo suertudo- Dijo para sí mismo ese hombre, mientras observaba como el FC que tenía en frente recuperaba el control de sí mismo –Pero la suerte se te acabara en algún momento- concluyó para sí mismo.
-¿Es así como quieres jugar? Bien, dame tu mejor golpe Hojo Rin- dijo el castaño mirando su retrovisor, aquella bestia plata oscuro, que amenazaba con sacarlo de la carretera en cualquier momento –Kaori no hubiera querido las cosas así- dijo el oji azul.
-Creo que esto ya dejó de ser solo una misión- dijo para sí mismo el rubio que apreciaba desde atrás toda la escena entre las 2 máquinas y sus pilotos –Creo que me he metido en una cruda y vieja rivalidad- decía el rubio mientras observaba como de ambos autos, emergían auras de diferentes colores y de un tamaño inmenso, parecieran ir en llamas, el R32 con una enorme y dominante aura color morado, que se elevaba al cielo y se perdía en la inmensidad de la noche y del FC de su buen compañero, un aura azul, penetrante como los ojos de aquel moreno, inmensa y brillante, que se mezclaba con ese morado perdiéndose en el cielo nocturno –Ryo quizá es el indicado para llevar a cabo mi teoría… una teoría que yo mismo quise crear en mí mismo, pero simplemente, yo no era lo suficiente, mírenme, estoy dejando a mi pupilo correr solo porque él me lo pidió… Ryo… Tú eres el indicado… Para mi teoría “Zero”- Dijo con cierto orgullo el rubio de su pupilo.
La persecución seguía su curso, el FC frente al R32, se escuchaban los neumáticos danzar y los motores cantar, no se escuchaba nada más que eso, Yamato estaba atónito observando la escena, fue en una curva sin la montaña que lo cubriera, pasando el riel de contención, solo había un barranco, profundo y negro, quién cayera en él, nunca más vería la luz del día, moriría cayendo a ese oscuro y solitario lugar, el R32 se fue acercando al FC en aquella curva, decidido a embestir al pequeño y ligero rotativo.
-¡Detente! ¡No lo hagas!- exclamo inútilmente el rubio –No puedo hacer nada, solo contener mi aliento y mirar- dijo el rubio bastante ansioso, empezando a acelerar para intentar salvar a Ryo, pero fue tarde, el R32 cargó su peso sobre el FC, mandándolo hacia el riel de contención, Yamato miraba con impotencia la escena.
-Hasta aquí llego tu suerte, Ryo… Kaori… Este es mi regalo para ti, espero nos estés observando- dijo Rin al ver como el FC se iba contra el riel, Ryo intentaba recuperar el control del auto, dejó que la carrocería, impactara un par de veces con el riel que lo separaba de la muerte, con un valiente movimiento, golpeo la parte trasera del auto con aquel riel, abusando de su tracción trasera y recuperando la estabilidad, Rin solo miro atónito y enfurecido la escena, Matt miraba incrédulo aquella maniobra de su pupilo.
-Yo no fui responsable de lo que paso ese día… Pero me dolió perderla- dijo el moreno sosteniendo el volante, enlazado a Rin por un enlace telefónico, pues de años atrás, se tenían el número –Mientes… Te olvidaste de ella y desapareciste- replicó Rin –Te equivocas… Sempai, jamás olvidaré a Kaori, esa joven mujercita que vio en mi lo que nadie más vio- dijo Ryo con su voz algo temblorosa –Si no te hubiera encontrado ese día… Kaori estaría viva- concluyó Rin colgando a la llamada.
Las luces traseras del R32 se iluminaban más de lo normal, el rojo brillaba más y con más frecuencia, eso solo podía indicar una cosa –Las luces del R32 están parpadeando… Es como si estuviera probando los frenos… Acaso… ¡¿Se estará quedando sin frenos?!- exclamó Yamato, desde atrás, Matt podía apreciar que las curvas del R32 eran menos concisas y delineadas, comenzaba a raspar el riel de contención –Maldición… Esto se extendió más de lo que esperaba- dijo Rin tratando de controlar su auto –No importa ya… si muere el o muero yo… Kaori, este es mi regalo para ti- dijo Rin con la mirada en el vacío.
-El R32 está abriendo sus curvas… Pierde control… ¿Se estará quedando sin frenos?- se cuestionó Ryo, en efecto, los frenos del Skyline R32 estaban acabados –La distancia de frenado del R32 se está alargando- dijo Ryo, llegó el momento en que los frenos del R32 fueron ya inútiles, todo estaba siendo escrito, en una montaña, cuesta abajo, al final, una sección de casetas, a una velocidad ascendente desde 160 km/h, in se estrellaría al pie de la montaña, Rin solo seguía las curvas esperando su destino, pero un golpe en frente lo hizo mirar con atención, tenía unas brillantes lunas carmesí brillando frente a el -¡¿Qué haces Ryo?!- gritó Rin impresionado –No podrás frenar este pesado auto con tu FC- dijo nuevamente aquel piloto psicótico.
Ryo pisaba los frenos a fondo tratando de detener el R32, sin mucho éxito por su parte –Esto fue un verdadero error de cálculo… es difícil frenar ambos autos con los ejes desalineados… ¡No estoy perdiendo velocidad!- dijo Ryo sin poder detener ambos autos, aún con su mejor esfuerzo, pero una fugaz luz paso a ambos autos, posicionándose al lado del FC, otro par de lunas carmesí brilló frente al R32, era el R34 de Matt, ocupando la mitad del R32 que el FC no cubrió, ambos ahora frenaban a ambos autos, pero la velocidad, no disminuía lo suficiente, en esas condiciones de descenso… Era casi imposible que lo detuvieran.
Hasta aquí este capítulo, espero sea de su agrado, el próximo capítulo conoceremos el desenlace de esta persecución, lamento la demora, peo ya recobré la inspiración.
Matta ne
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Vida tras las sombras (Pareja: Matt x Ryo+otras parejas pasen y lean) Cap. VI: Carrera Suicida. Pt.3 |
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