Ladrón de madrugada (Sousuke x Makoto)

Al intentar hacer su buena acción, Makoto Tachibana termina siendo atracado. De pronto aparece un héroe de las sombras quien lo salva y al final, se termina enamorando de él...

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  1. RyanAngel98
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    Yaoizando
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    Hello again! estoy muy agradecido con todos aquellos que dejaron un pedacito de sus voces para animarme. Realmente lo agradezco. Y he regresado solo para dejar un pedazo más de romance de esta pareja. Vaya inspiración que me atacó. Espero lo disfruten ya que será el último para este fic. Besos, abrazos y... cuidense.


    La sala empezaba a llenarse de un delicioso aroma. No es tan usual que la cocina sea usada, apenas para desayunos y el resto del día, cierto ojiazul, o compraba comida en algún restaurante o la ordenaba a domicilio. Pero ahora no podía hacer ninguna de las dos; la gripe lo había golpeado fuertemente ya que no le había dado en una buena temporada y pararse en sus dos pies era una tortura con el horrible dolor de cabeza.

    ***



    Entonces, la mañana del sábado comenzó y el muchacho se había levantado, con la nariz tapada y los shorts medio flojos. Para dormir, no necesitas algo que te apriete sino algo que esté cómodo para que ayude a la circulación. Miró para todos lados y se encontró a sí mismo envuelto en un edredón de lana bastante caliente. Ni él mismo sabía el cómo eso había llegado hasta él ya que si bien recordaba, al acostarse, él nunca se arropó con eso en la noche. Y de la nada decidió mirar a la ventana. Claro, estaba abierta y ese tedioso frío que solo arrastra los gérmenes exteriores con él lo que lo llevó a la conclusión de que su subconsciente lo había levantado e hizo que se arrope a sí mismo, así no se moría de frío.

    Se paró de la cama, descalzo y se frotó los ojos. Bostezando, caminó hasta el baño y se miró al espejo por dos segundos. Rayos, su nariz estaba un poco roja. Debía al menos tomar una taza de chocolate caliente para que le quite el frío que había absorbido durante la noche o estar rodeado de calor al menos. El clima como siempre, hace lo que quiere y trae el frío de la nada. De pronto, un sonido, el teléfono estaba sonando. El pelinegro salió del baño rápidamente a buscar pero no lo veía para nada. Eso significa vivir solo y venir tarde del trabajo, desorden.

    “¿Hola?” gracias al cielo lo había hallado
    “Buenos días, Sousuke” esa voz entre alegre y pacífica
    “Buenos días, Makoto” y de la nada, se encontró sonriendo instantáneamente
    “¿Te dio la gripe?”
    “Desgraciadamente sí…” se sentó en un lado de la cama “¿a qué se debe esta llamada tan temprano, si se puede saber?”
    “Solo… llamaba por si estabas ahí” se oyó dudoso por un momento “mamá hizo un estofado antes de irse y me dijo que te llamara para que vengas a comer”
    “¿Quieres que vaya?”
    “No” se escuchó un silencio por tres segundos “yo quiero ir allá”
    “No tienes que hacer eso” el ojiazul recostó la cabeza en la cama “No he de morir por conducir hasta allá”
    “Le diré a mamá que saldré por un rato” sonrió aún más “estaré allí en media hora, te veo luego” y el teléfono había sido colgado, justo antes de que pudiera decir algo. Por alguna razón sentía que su mañana, a pesar de haber sido arruinada por la gripe, iba a ser alegrada por cierto encantador ojiverde.

    Lo siguiente que tenía que hacer en su lista era lavarse los dientes, planchar la camisa, el pantalón y la corbata. Hoy le tocaba el turno de la tarde así que mientras más listo estaba antes de tiempo, mejor. Pero de la nada, la cabeza le empezó a doler. No había tiempo para quejarse, su novio estaría ahí en menos de media hora así que al menos debía arreglar algo en ese departamento. Se dirigió al baño, se cepilló los dientes, usó el enjuague bucal y luego fue a la habitación para doblar el edredón y estirar las sábanas. Luego, fue rápidamente a la cocina y empezó a lavar los platos. Unos cuantos nada más pero después le tocaba sacar la basura, limpiar la mesa, barrer la sala, arreglar los muebles y recoger el saco que dejó tirado en la silla del comedor. Empezó a desear tener poderes mágicos para detener el tiempo y conseguir hacer todo lo que tenía en mente.

    Apenas había conseguido recoger y sacar la basura y, pasar la aspiradora al lugar. Solo faltaba tomar un baño y planchar la ropa. ¿Y los muebles? El timbre en el receptor se escuchó momentáneamente. ¿Ya había pasado media hora? El ojiazul presionó el botón de la llave en la máquina y la puerta en el primer piso debía abrirse automáticamente. Una vez habiendo hecho esto, corrió a su dormitorio, se quitó el short y tomó la toalla para darse un baño y, en cuestión de segundos, la puerta estaba sonando. Soltó un suspiro de resignación. Se colocó una camiseta blanca que se puso ayer y se tiró la toalla al hombro. Abrió la puerta

    “Vaya rapidez” el ojiazul dijo a su compañero al verlo entrar tranquilamente
    “¿A qué te refieres?” y lo observó al pelinegro, con un dedo, tocándose los labios “¿te duele?”
    “No, tontito” cerró la puerta, se acercó al castaño e intentó besarlo el cual solo evadió y le plantó un beso en la mejilla
    “No hay duda de porqué estás enfermo” el menor le miró con cara de ‘y después porqué te pasan las cosas’ al observar que lo único puesto que tenía el mayor era una camiseta y unos boxers azules. Conveniente
    “¿Qué?” tomó la toalla con las manos “hace calor” se cubrió la boca con el hombro para toser
    “No te preocupas por tu salud…” el castaño puso la bandeja en la mesa y tocó el cuello del mayor “tienes fiebre” es cuando el ojiazul con la toalla, haló al ojiverde consigo y lo pegó a su cuerpo rápidamente, conteniendolo en un abrazo. Aún cuando su cabeza le dolía y su cuerpo emanaba calor por la fiebre, lograba mantener una pequeña sonrisa
    “¿Viniste para darme la comida o sólo por que querías verme?”
    “Vaya pregunta” correspondió. Pasaron así por cinco segundos más y luego el menor se separó para luego ir a la cocina “ahm… vete a vestir” el mayor solo sonrió y fue a ducharse.

    Habían pasado alrededor de diez minutos y Sousuke decidió al fin salir del baño. Se había afeitado la cara y eso se notaba no solo con la vista sino con el olfato; ese olor de la espuma lo hacía inevitablemente obvio. Apenas salió, encontró a su ojiverde planchando el uniforme que estaba encima de la cama y colocandolo en armadores

    “¿Qué haces?”
    “No puedes planchar con el cuerpo mojado” contestó sin mirarlo directo “además, hoy no irás a trabajar” y es aquí cuando Sousuke Yamazaki se vio en una situación dónde parecía que lo habían castigado
    “¿Disculpa?”
    “L-Lo siento” el castaño se sonrojó un poco “pero no es recomendable que vayas a trabajar con esa fiebre y la congestión” es verdad. Su nariz estaba toda roja y quizá el tiempo que pasó con el agua ‘casi’ tibia tenía que ver
    “Nunca había faltado al trabajo” el pelinegro se puso pensativo. Tanto así que no se había fijado que el castaño sujetaba un remedio, abriendolo y vertiéndolo en una cuchara
    “Abre” escapó de sus pensamientos para ver los ojos de su compañero, brillantes y dedicado en la tarea. Abrió la boca e ingirió el líquido, amargo si preguntan
    “Argh…” hizo una cara de ‘aprecio el gesto pero sabe horrible’ lo que hizo reír suavemente al castaño. Apenas se tomó el remedio, el menor le pasó el teléfono. Estaba completamente determinado en verlo llamar para decirle que iba a faltar por razones de salud. Suspiró resignado, volteando la cara para estornudar en su antebrazo. Marcó.

    “Sousuke”
    “Papá” tomó un gran respiro
    “Te dio la gripe, ya veo” dijo seco
    “Ah, sí” suspiró “llamaba para pedir el día libre, solo por hoy”
    “No te preocupes, haré saber a Takada que pida por tu reemplaz-”
    “Sousuke, ¿dónde están las toallas de cocina?” una voz en el fondo se oyó en el teléfono
    “En el tercer cajón del mesón” hubo alrededor de veinticinco segundos de silencio después de lo dicho. El ojiazul tomó un respiro pesado. Tarde o temprano, lo iba a saber
    “¿Y él es…?”
    “Mi novio” cinco segundos adicionales “vino a dejar una comida para mí”
    “Ponlo al teléfono” el pelinegro hizo un gesto de disgusto. Si tan solo su padre no sonara tan grosero, estaría encantado. Pero al demonio con eso, el que está con Makoto es él, no su papá. Buscó al ojiverde en la cocina y le pasó el teléfono, haciéndole una seña, dándole a entender lo que estaba pasando
    “Buenas tardes, señor Yamazaki”
    “¿Tu nombre es…?”
    “Makoto Tachibana” recitó, tragando saliva
    “¿Qué haces en casa de Sousuke?”
    “Vine a cuidar de él” el ojiazul le miró sorprendido
    “Tenía entendido que él podía cuidarse solo”
    “Hasta el más fuerte individuo en este mundo necesita alguien que al menos esté allí para él”
    “Ya veo” se oyó un respiro por el teléfono “gusto en conocerte, cuida de él”
    “¿Le paso a…?”
    “No, está bien. Lo dejaré descansar” el ojiverde sintió un aire pesado dentro de sí mismo “pasa bien”
    “Usted también” la llamada terminó. El menor suspiró aliviado para luego recibir un fuerte abrazo de su compañero. No dudo en corresponder pero se le hizo extraño abrazar su piel desnuda, tras que había salido de la ducha hace un buen rato, no se había vestido. Solo cargaba ropa interior puesta. “oye, vas a empeorar así… vete a vestir”.

    La sala empezaba a llenarse de un delicioso aroma. No es tan usual que la cocina sea usada, apenas para desayunos y el resto del día, cierto ojiazul, o compraba comida en algún restaurante o la ordenaba a domicilio. Pero ahora no podía hacer ninguna de las dos; la gripe lo había golpeado fuertemente ya que no le había dado en una buena temporada y pararse en sus dos pies era una tortura con el horrible dolor de cabeza.

    Cierto ojiverde ingresaba a la habitación con un plato en las manos. Observó que el pelinegro estaba casi ‘agonizando’ y quejándose de su suerte así que se sentó a su lado y poniendo el plato encima de la mesita, comenzó a darle de comer. Un poco caliente eso sí.

    “Lamento lo de mi padre…” abrió la boca para otro bocado más “él es un poco… impasible”
    “¿No te llevas bien con él?” llevó la cuchara al plato para coger otro poquito más
    “Sí pero… así que viniste a cuidar de mí, ¿huh?” el ojiverde se sonrojó levemente
    “Calla” le dio otra cucharada y el ojiazul sonrió. Mientras masticaba lentamente, podía observar aquellos encantadores orbes verdes que a más de uno le contagiaban paz. El muchacho le recordaba a alguien, no, a algo. Paz. Sí, eso era, paz.
    “Ya no quiero”
    “Eso no es ni la mitad del plato…” el castaño puso el plato a un lado y tocó el cuello del mayor por si la temperatura había conseguido bajar un poco
    “Está rico” de los tiempos cuándo los más grandes parecen los más pequeños “pero… me duele un poco la garganta y realmente no me gusta estar acostado”
    “Bien, vete a correr afuera entonces” completamente determinado “donde el frío te gastará los huesos y caerás como aquellos soldados moribundos en la guerra, malagradecido”
    El menor se levantó de la cama sin decir más. Tomó el plato y cerró la puerta de la habitación suavemente. Esto le pasa a uno por intentar ser bueno. Fue el pensamiento del ojiverde al llegar a la cocina. Colocó el plato en el mesón y miró a su mochila. ¿Qué no tenía algo más que hacer?

    ***



    El teléfono sonaba sin parar. La vibración era perpetua y no había ni un alma errante que al menos se interese por aquel aparato bullicioso. ¿Quién diablos le gusta interrumpir el sueño de un enfermo?

    “¿Hola?” el pelinegro contestó finalmente
    “¿Makoto? ¡¿dónde estás?!”
    “Eh… ¿señora Tachibana?” el muchacho se frotó bien los ojos “soy yo, Sousuke”
    “¿Sousuke? ¿cómo es que tienes el teléfono de mi hijo?”
    “Este es mi… oh, lo siento” se volteó a ver en la cama sólo para encontrar a un dormido ojiverde a su lado “Makoto está conmigo y se ha quedado dormido” sonrió ligeramente “creí que era mi teléfono”
    “Ah… gracias al cielo” se oyó un suspiro “al menos está contigo”
    “¿Qué usted no sabía que él estaba aquí?” y el suspenso entró en la cabeza del muchacho
    “No realmente” la mujer dice “mi esposo, los niños y yo habíamos salido a visitar a mi mamá que está enferma. Le dijimos a Makoto para que vaya con nosotros pero él dijo que tenía unas tareas de la universidad. Entonces nos fuimos y cuando regresamos, él ya no estaba. Solo había dejado un estofado hecho y le quedó muy bien” ella rió
    Entonces… él cocinó ese estofado.
    “Me sorprendió bastante el hecho que haya decidido salir”
    ¿Él vino hasta acá solo por mí?
    “Pero al menos se qué está en buena compañía”
    “Si desea, lo puedo llevar en mi carro”
    “No, está bien” el chico miró a la ventana y se dio cuenta que estaba oscuro “con la nieve que hay afuera no quisiera exponerlos a ninguno de los dos al frío” era verdad. Las calles estaban todas blancas y los copos aún caían.
    “Entonces…”
    “Claro, si puede, ¿cuidaría a mi hijo por mí?” se dispuso a observar al muchacho quien sólo dormía tranquilamente
    “Por supuesto, señora, pierda cuidado” la mujer agradeció y colgó por ahí mismo. El chico caminó hasta el comedor y encontró varios cuadernos apilados encima de la mesa.

    En la portada decía ‘Makoto Tachibana’. Hasta trajo para hacer los deberes aquí. Y de repente su mirada se enfocó en unas prendas dentro de la mochila. Entonces, realmente pretendías quedarte aquí, ¿huh? Suspiró resignado. ¿Desde cuando que no tenía a alguien que se preocupara así por él?
    “¿S-Sousuke…?” el ojiverde se había levantado, medio somnoliento. Se quedó parado ahí por un rato, observando a la ventana y luego como su compañero se acercaba a él y en un segundo, lo estaba abrazando fuertemente. Su rostro, con expresión de confusión, solo intentaba formular alguna explicación posible
    “Te amo” lo abrazó más fuerte. Realmente estaba perdido. Pero que más daba. Solo le tocaba corresponder de la misma forma, abrazandolo como si no hubiese un mañana
    “Yo también t-” interrumpido por un beso. Así era su impredecible novio.
    Fue en esa noche de invierno que Sousuke Yamazaki comprendió cuan valioso era ese chico para él. Lo encontró en la madrugada. Siendo atormentado. Lo protegió y aquí estaba junto a él. Y entonces, y solo entonces, había caído en cuenta de que su corazón había sido robado, por un ladrón de madrugada.

    Edited by RyanAngel98 - 13/7/2016, 17:06
     
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