Maldito celular!! [KoujixTakuya]

¿Amigos? ¿Enemigos? Nadie puede saberlo con exactitud. ¿Saben? Kouji y Takuya fueron más que amigos...hasta que uno tracionó al otro.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. Neko el portavoces
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Hola! Les traigo este nuevo proyecto mío! Esto, ah sí cierto, esto será 'narrado' por cierto castaño guerrero del fuego.

    ¿Por qué? Todo a su tiempo.

    ---------**********---------

    Chapter 01: Rivalidad.

    Apesar de haber estado ya solamente una semana en de Digimundo las confrontaciones y rivalidades emergieron más rápido de lo que cualquiera se esperaría.

    Como ya de costumbre Kouji y Takuya discutían siempre por el mismo tema: quien es mejor.

    Zoe se llevó las manos a la cintura mientras adquiría una pose para regañarlos, Tommy se llevó las manos a la gorra e intentó toparse las orejas con esta teniendola a un puesta, y JP...el estaba demasiado distraído viendo su Digivice en el cual recientemente había guardado su Digiespirit que adquirió no hace mucho rato.


    -¡Es el colmo! ¡Nunca llegaremos a ningún sitio así!...-gritó Takuya ya más que harto.

    -Vaya, hasta que al fin dices algo coherente...-soltó Kouji bastante irritado.

    -¡No son los unicos hartos!-Zoe no pudo más con su desesperación y fastidio-¡Cada día es lo mismo! ¿Saben? ¡Ninguno es mejor que otro! ¡Hasta el pequeño Tommy es mejor que ustedes dos juntos!

    -...¡Hey!-chilló el niño con el ceño fruncido.

    -Sin ofender, Tommy... ¡Lo que quiero decir es que los dos son igual que molestosos, gritones, exasperantes, idiotas, cabezotas, estúpidos, competitivos y cabezas huecas!-les echó en cara mientras iba avanzando hacia ellos-Si no van a comportarse... ¡Por mí vayanse por su cuenta! ¡No me interesa que os pase! JP, Tommy y yo buscaremos el camino regreso a casa....-sentenció la Izumi dando media vuelta.

    Al oír aquello Bokomon comenzó a replicar. Se supone que salvarían el Digimundo ¡No que se pelearían cada 5 minutos!

    Cada quien estaba cansado de tantas peleas en tan sólo una corta y asfixiante semana. Tommy asintió ante lo dicho por Zoe, el castaño había prometido regresarlo a casa....pero al parecer pelearse con el pelinegro era más importante para él.


    -Estoy de acuerdo con Zoe, no se me hace justo que ustedes se la pasen discutiendo mientras nos dejan lo más complicado a nosotros que es tratar con los problemas sentimentales de los Digimon...-Tomoki se les puso en frente con una mirada llena de reproche-Ustedes pelean pero como competencia y medir su fuerza para restregarselo en la cara al otro... ¡Venimos al Digimundo para salvarlo! Pero los dos... ¡Los dos solamente piensan en sí mismos!-sin aguantar más salió trás Zoe, la cual ya se había transformado en Kazemon.

    -No tengo palabras...-dijo JP viendolos fijamente-Yo igual soy un chico...pero eso no significa que sea un idiota competitivo...-finalizó con dureza para volver a convertirse en su Digiespirit.

    -Creanme que deseo de todo corazón que algún día puedan llevarse bien pero...prefiero estar con Zoe y JP, ustedes ya me dan miedo chicos...-susurró Kumamon agarrando la mano de Kazemon.

    -Parecen niños de guardería...no, aun peor que eso...-ni siquiera los volteaba a ver-Alcanzennos cuando hayan madurado y se lleven mejor que ahora

    Ambos chicos permanecían callados. Sabían que sus amigos se disgustaban mucho con cada pelea o discusion que tenían pero se denotaba que en tan sólo una semana lograron desquiciarlos por completo.

    Parpadearon un par de veces cuando su amiga rubia les gritó idiotas prácticamente mientras los acorralaba contra un árbol. Cuando Tommy les dio aquel mini discurso no pudieron evitar sentirse mal. Y para rematar el último en conseguir su Digiespirit tenía más valores que ellos.

    Vieron como emprendieron el viaje en su forma de guerreros hacia el pequeño pueblo de los Minomon y esos otros y curiosos Digimon con forma de baterías con patas.

    Los dejaron atrás sin ningún miramiento. Que mala metida de pata, tan pronto ellos solitos lograron desarmar un unido y fuerte equipo solidario y reducirlo a pedazos.

    Se miraron mutuamente por largos segundos que se les hicieron eternos hasta que...


    -¡Todo esto es culpa tuya!

    Definitivamente en ese tiempo no me llevaba tan bien con Kouji. Pero es mejor a lo que sufro ahora.
     
    Top
    .
  2. Hana-chan64
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    yo shero que lo continues....quiero saber porque takuya-kun sufre más ahora que antes-ttebayo....


    esperare la conti con ansias....no lo abandones sempai ya veras que conforme pones los capis va llegando lectores....y si no llegaran pues se joden porque se pierden tus fics que estan buenisimos....asi que sube el siguiente ¿si? mi shere la conti....-hace un puchero y mira con ojitos de perrito a neko-chan-

    la esperare con ansias
     
    Top
    .
  3. Neko el portavoces
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    CAPITULO 2: Pequeño incidente


    —Muchas gracias Kouji — dije con el ceño fruncido — ¡Todo esto es tú culpa!

    — ¿Mi culpa? ¿¡Mi culpa!? ¡Tú ocasionaste todo este desastre! No te hagas el inocente que no te queda —bufó Kouji hastiado de todo.

    Con ese comentario se hizo el silencio, caminaban tratando de hallar a los demás. No se hablaban, reconocían su culpabilidad pero su ego les impedía admitirlo, mucho menos delante del otro.
    Llegaron a un claro, uno no muy grande y solitario. Aun sin emitir sonido alguno optaron ambos por bañarse, eso sí, a una distancia considerable del contrario. Su estadía ahí fue corta, pronto se les podía ver caminando sin un rumbo fijo, pues ninguno tenía idea de la ubicación de los demás.

    —¡Perfecto! Nos perdimos—chasqueé la lengua con algo de desesperación al no orientarme.

    —¿Nos? Me suena a manada. Tú puedes estar perdido, ¿Qué más se podría esperar de ti?—gruñó el pelilargo con molestia.

    —¿O sea que tú sabes dónde estamos? ¡Oye, no me ignores!

    El castaño se dispuso a seguir al Motomiya, el cual se había perdido fuera de la vista de su acompañante.
    En su carrera por alcanzarle, Takuya se terminó tropezando con una raíz alzada, propiciando así una inevitable caída.
    En ese entonces, me hubiese encantado haber caído de bruces sobre el piso a lo que ocurrió, pero desafortunadamente no fue así. Ahora…que eso no hubiese pasado sería mi salvación…

    —¿¡Qué carajo te pasa!? —gritó el azabache después de poder alejarse poniendo distancia.

    — Yo…yo… ¿¡Crees que lo hice a propósito!? Ni que fuera marica —gruñí después de espabilarme.

    Mi torpeza en ese entonces propició un “pequeño incidente”. Había caído sobre Kouji, y para rematar la escena ambos caímos al suelo uniendo nuestros labios en un breve y torpe beso. Me asustó un poco el hecho de que no quisiese alejarme de él, parecía como si ambos disfrutáramos aquel accidentado roce.
    La cara del Kanbara primero se puso roja de la vergüenza que sentía en esos momentos, pero fue capaz de camuflarla en un rojo por la ira que lo invadió después.

    —Créeme que no quieres saber cara de qué te vi… —comentó fría y seriamente —, por cierto, que ni se te ocurra hablar de eso que pasó.

    — ¿Me estás amenazando? ¡Y además es claro que nunca le contaría a alguien lo que ha pasado aquí!

    —Interprétalo como quieras, pero que no me entere que un volteado como tú divulga chismes sobre mí.

    —¡Eres un….! Tsk, ¿Sabes qué? No vale la pena discutir contigo — respondió reteniéndose a ahorcar al otro por semejantes idioteces que dijo.

    El joven Kanbara decidió marcharse de ahí, no tenía pensado soportar por más tiempo a su ya declarado rival. Gracias a la molestia que sentía no se fijaba por donde caminaba, y acabó por perderse más de lo que ya estaba.

    —¡MALDICIOOOOOOOOOOON!

    De un segundo a otro ya se encontraba cayendo por una saliente bastante alta, no cabía en reaccionar y hacer algo que evitara que siguiese cayendo. Solamente tenía presente que debía buscar cómo salir de ese embrollo antes de llegar al fondo de la escarpada y honda barranca.
    Lo que más le molestaba no era el hecho de ser tan tonto como para caer a un precipicio y no enterarse hasta ya estar a medio camino, sino el hecho de que no podía ni meter las manos para evitar quedar como puré de niño.
    De pronto, muy de pronto, todo quedó obscuro para él. No tenía conocimiento alguno de qué era lo que había pasado, veía todo totalmente borroso, los recuerdos que poseía seguían nítidos, lástima que no pudiese decir lo mismo de su visión.

    —¿D-Dónde estoy? —musitó incorporándose, o mejor dicho haciendo un intento de hacerlo.

    —En el limbo ¿Dónde más?

    Aquella voz le hizo voltear a un costado suyo, topándose con la indefinida figura de alguien. Curiosamente al hacer eso su vista volvió a ser clara, pudiendo apreciar mejor las cosas.

    —¿Mejor, cierto?—interrogó observándole cómodamente de su lugar, sin moverse mucho.

    —Esto…—no buscaba que decir, me quedé anonado con lo que mis ojos apreciaban.

    Después de que caí al barranco, mi primera impresión al despertarme recobrando la consciencia fue decir un simple “Wow”. Podría jurar que tenía estrellitas en vez de ojos, pues lo que alcanzaba a ver no era de menos…
    Aun estando en el suelo, se deslumbraba con el escenario en el que se encontraba. Era un lugar amplio, con las paredes y demás adornos y muebles pintados de un blanco puro y brillante, teniendo estos encima adornos dorados y plateados, permitiendo identificar sus bordes.
    Algunos objetos como estatuillas y trofeos en estanterías, estaban hechos de jade, u otra piedra preciosa, puro. ¡Inclusive había una piscina enorme bajo techo! Todo era muy elegante, y hermoso.

    —¡Hey!¿Me estás escuchando?

    Recuerdo que miré a ver a quien me hablaba en ese momento, no podía verle bien debido a que se ocultaba en un rincón del salón, uno oculto entre las sombras y en el que yacían una exagerada cantidad de libros…
    El castaño como pudo se puso en pie, y caminó hasta llegar frente a frente con aquel que le llamaba. Una vez que lo hizo, su acompañante se dignó a levantarse de su asiento y caminar hacia la luz, dejándose ver.
    La sorpresa es lo que menos faltó en la expresión del joven, pues este se esperaba encontrarse con un niño de su edad, o a lo mucho con un adolescente, pero erró en esa conclusión, no se acercaba ni un poco.

    —No me digas que te desilusionaste…—comentó el aludido.

    No se trataba de otro que de un curioso Digimon que Takuya, al llegar al mundo digital, tuvo la oportunidad de ver, conocer y enfrentarse contra él. Sus grandes ojos jade contrastaban perfectamente contra su piel, de un azul gélido. Su vestimenta consistía en una especie de holgadísimo mameluco amarillo, con guantes y botas cafés, y una capa de color obscuro encima, siendo complementada por un sombrero de brujo sobre sus brillantes cabellos dorados. Hablando de altura, unos centímetros más bajito que el digi-elegido.

    — Me llamo Wizardmon. ¿Y vos?

    —Wizardmon…—repitió por instinto —Mi nombre es Takuya, Kanbara Takuya.

    —Ya veo, sois el portador de Agunimon. ¿Y a ti qué te ha pasado? ¿Cómo llegaste al limbo?— inquiría el Digimon con gran sorpresa.

    —¿Limbo? ¿De qué me hablas? Al limbo solamente van las personas que ya han muerto ¿O me equivoco? —replicó ceñudo.

    —Estás en lo correcto. Es por eso que ambos estamos en el limbo.

    —Espera ¿Acaso dices que yo…?

    —Ya has muerto, fallecido, fenecido, colgado el tenis, tres metros bajo tierra, estirado la pata, elige el que más te guste —habló de nueva cuenta mirándolo sin mucho interés —¿Te encuentras bien? ¡No te vayas a morir únicamente por esa noticia! Bueno, no te puedes morir porque ya estás muerto ¡Hahahaha!

    El golpe que me di fue uno bueno, que me digan que estoy muerto fue lo mismo que una cubetada de agua helada. Caí de sentón negándome a creer aquellas palabras, pero por lo que podía ver a los alrededores tendría que creerle a ese Digimon.

    —¿¡Pero por qué!? ¡Soy joven aún! ¡Llevo una dieta correcta, me he vacunado y tengo una salud envidiable! O eso quiero creer, así que ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué a mí!?

    Se quejaba a viva voz, aleteando como una gallina asustada. Sudaba frío, pues se encontraba más que asustado de esa situación. Gracias a un zape proporcionado por el contrario, logró salir de su ataque de histeria, calmándose al respirar hondo. Necesitaba tener la cabeza fría.

    —¿Cómo es qué pasó?

    —No me preguntes a mí—replicó Wizardmon alzándose de hombros.

    —Pero a mí sí, claro, si tú lo deseas así —añadió otra voz proveniente de la angosta puerta principal.

    ¿Su vista le fallaba o ya veía doble? Pues no, resultaba que otro Digimon hizo acto de presencia en el salón. En esta ocasión, se trataba de un Digimon idéntico a Wizardmon, solamente que el color de su ropa, ojos, cabello y piel eran diferentes.
    Ojos azules, piel blanquecina, cabellos rubio ceniza y ropas blancas, y el mameluco color beige. A diferencia del oji-verde, el de ojos azules parecía más serio y directo que el perezoso aspecto aburrido y burlón del contrario.

    —Mucho gusto en conocerte digi-elegido del guerrero de fuego. Soy Sorcerymon. Será un placer responder tu pregunta.

    Takuya miró a Wizardmon y viceversa. Tragó grueso y asintió ante la reciente propuesta. La curiosidad de saber lo carcomía lentamente por dentro, si no hacía algo nunca saldría de ese lugar, al menos si aún estaba a tiempo de marcharse de ahí.

    —Verás, realmente síestás muerto, pero no debería ser así — comentó Sorcerymon después de un largo rato —No debiste morir. Por ese hecho, Yggdrassil-sama, nos ha mandado a por ti — con un movimiento suave de manos hizo aparecer una bruma en forma de espiral, la cual poco a poco se volvía un montón de vapor —mira, ese eres tú.

    Cuando me mostraron aquello tenía el corazón en una mano. Deseaba que todo fuese un horripilante sueño del que pronto podría despertar, pero no, era la realidad…
    En el raro y flotante espejo que brotó del vapor, fue apreciable la imagen nítida de un cuadro muy poco peculiar. Se trataba del mismo Takuya, con un aspecto totalmente diferente al que traía.
    Sus ropas desgarradas y empolvadas le generaban una mala impresión. Su cuerpo magullado y lleno de moretones dejaba mucho que desear en esas condiciones. Para rematar, desconocía que era peor, el estar con el cuerpo ensartado de ramas y estalagmitas o encontrarse bañado de un inmenso charco de su propia sangre.

    —No ¡No! ¡NO! ¡Díganme que bromean! —rogó alterado al verse a sí mismo.

    —Tranquilo histérico. Tenemos un trato que darte, suertudo. —bufó Wizardmon cruzándose de brazos.

    —A diferencia mía, Wizardmon está muerto, pero a diferencia tuya él no recibió, ni recibirá, el mismo trato que te vamos a dar a ti —respondió con simpleza el oji-azul.

    Parpadeé perplejo, con una expresión de desmayarme en cualquier momento. Sentí como alguno de los dos me cerró la boca alegando que me entrarían moscas si seguía con el hocicote abierto.

    —Yggdrassil-sama nos ha ordenado que te comunicáramos que regresarás al mundo digital, permitiéndote salir del limbo, como si nunca te hubieses muerto. Pero cumplirás órdenes sin chistar. —habló Sorcerymon empujándolo hacia la puerta—cuando te encuentres en problemas llama a Wizardmon que él acudirá a socorrerte. ¡Buena suerte!

    El oji-azul le dio un fuerte empujón con ambas manos, y Takuya cayó al vacío, pues detrás de la puerta principal no había nada más que la nada absoluta. Caía sin poder evitarlo, se estrellaría contra el suelo cuando terminase de caer, eso si algún día terminaba de caer.

    —¡Aún tengo muchas preguntaaaaaas!—chilló el joven ante su inminente y brusco descenso desde lo alto.

    Se protegió el rostro con los brazos, cerrando con fuerza los ojos para evitarse mirar como chocaría contra el frío piso. No oyó nada, cuando abrió los ojos se encontraba en el suelo, justo en el mismo punto en el que vio por última vez al Motomiya antes de morirse.

    —Gracias a Kami que sólo fue un horrible… —calló estupefacto. Me detuve al ver mi reflejo en una claro. Ese…mejor dicho, esa ¡No soy yo!

    Chillé aturdido. Me da un poco de risa recordar lo que pasó en ese entonces, igual lo que ocurrió después. Pero lo que no me causa gracia alguna es el hecho de que Kouji me haya aprendido a odiar, no, mejor dicho que yo le enseñase a odiarme con todo su ser...

    En definitiva aquel no era su día. Puras cosas malas le sucedían desde que despertó esa mañana. Por ahora solamente quería algo, volver a morirse.
    ∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂∂

    N/A:
    ¡Hola! ¡Ahí lo tienen, sívolví!
    Y como siempre esperaré a recibir sus adorados comentarios que son mi pan de cada día XD.

    ¡Hasta luego!
    .
    .
    .
    .
    .
    .
    PD: Aclaro que NO abandonaré ninguno de mis fic.
     
    Top
    .
  4. Hana-chan64
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    waaaa pobresito takuya-chan...casi me da algo al imaginarme esa esena cuando sorcerymon...le enseño como habia muerto...

    ya quiero conti-ttebayo

    nos leemos luego sempai...

    matta-ne
     
    Top
    .
3 replies since 17/10/2014, 05:20   275 views
  Share  
.