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Darkness Moon
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Ángel Guardián
• Cap I
Ovas, dedicaciones, flores, obsequios y aquello que llaman amor... ¿ Real o fantasía?
"No estamos solos" Las cosas y seres que nos rodean son una fracción del universo. Muchos se preguntan que habrá más halla de los límites pero eso aun no ha sido descubierto.
Pocos saben la verdad, una verdad basada en sus creencias. Para esas personas las teoría no les afecta en lo más mínimo. Aunque su existencia es casi nula.
En lo más alto del valle de un pueblo desconocido habitan sacerdotes que guardan secretos, y esto trae consigo una infinidad de problemas y males, pero también otorga poder. Estos hombres que una vez fueron respetados, ahora son los más temidos. Esta vez quien pago uno de sus estragos fue Konoha. El líder mando a varios hombre a recuperar una ficha muy importante que desapareció. El pueblo fue atacado cruelmente, pocos salían con vida pero corrían el riesgo de perderse en el imponente bosque que los rodeaba. Aun así prefirieron dejárselo a la suerte, si es que había una.
Muchos lloraban la muerte de sus seres queridos y con el dolor de su corazón no podían darles una sepultura digna ya que sus vidas corrían peligro. Ajeno a todo esto un niño de diez años tenia a su madre en brazos. La mujer respiraba menos, sus ojos se tornaban rojos, las lágrimas caían y apenas podía sonreír a su pequeño niño. No podía hablar pero trataba de hacer lo posible para que su hijo entendiera que debía irse.
- Mamá, no me dejes...- Sollozo el pequeño rubio, sus ojos azulinos estaban bañados de lágrimas. Aunque sabía que con el pasar del tiempo perdía a su madre no la dejaría. Nunca se iría, guardaba la esperanza de que todo fuera una pesadilla y que al despertar su bella mamá seguiría ahí, a su lado, con esa radiante sonrisa.
Sus esperanzas se desvanecían al ver que su madre cerraba la ojos con las últimas fuerzas que tenia. El niño se aferró a ella, no la dejaría partir pues la necesitaba a su lado. " Sigue viva, sigue viva. No me dejara." Se repetía el rubio así mismo. Cuánto más estaría ahí, a pesar de todo lo que pasaba su cuerpo y mente parecían no estar ahí. Sus manos dejaron de abrazar el cuerpo de su progenitora, sus cabellos se tornaban más oscuros, sus ojos dejaron de tener ese hermoso brillo de vida.
- Es él, él lo tiene. - Escucho decir a lo lejos. Dentro de cinco segundos se hallaba rodeado de varios hombres de vestimenta extraña. Una túnica roja con una marca en la parte dorsal, una venda negra los rodeaba desde los hombros hasta la cintura, estaba en su punto exacto para dar facilidad a los brazos. No lograba ver bien y eso le tenia sin cuidado. Las gotas saladas que bañaban su rostro dejaron de brotar. Los hombres se veían diferentes ante sus ojos, ahora tenían el aspecto de animales, estúpidos y guiados por impulsos. " Odialos... Acaba con ellos... Has que paguen lo que hicieron... " susurró una voz grave, el pequeño no supo de donde venia aquel sonido, pero de alguna manera debía obedecerle. Sí, él haría todo lo que esa voz le dictará. Acabaría con esos hombres, despedazaría cada parte de ellos.
La imagen era un obra de arte, todo encajaba con el panorama. El sol se ocultaba y la franja rojiza en el horizonte era adecuado con el valle, los pastizales bañados de tinta roja viva, y los cuerpos mutilados se regañan alrededor de un solo niño. Su rubia cabellera era ondeado con el viento frío, marcas de sangre a un costado de su mejilla derecha. Pero esa tinta carmín no era de él. Su sonrisa era amplia, parecía disfrutarlo, sus ojos azulinos perdieron la vida, en vez de ellos habían un par de orbes dorados y una pizca de rojo abrumador. Por eso la imagen era perfecta, para alguien que gusta de cadáveres en medio de un crepúsculo. Sin embargo el rubio no estaba en sí, él jamás seria capaz de hacer algo así con tan corta edad. Entonces ¿ Quién fue? Las manos del menor estaban manchadas, su mente bloqueada. Alrededor de él una niebla en forma de un zorro. " Tonto..." Bufó el animal, su tamaño incremento y su boca se lleno de colmillos filudos. El pequeño no se dio cuenta, estaba a merced de ese algo en forma de zorro que no veía. Un destello partió a la criatura en dos. No murió mas se logró evitar que el rubio fuera devorado. Apenas la niebla se disipó el niño cayó inconsciente.
- Cuidalo por favor. - Hablo una voz femenina dulce.
- Sí. - Fue la pronta respuesta del muchacho que evito que el niño fuera tragado. Sus ojos negros se posaron en el cuerpo del más pequeño. Lo cargo en brazos y en un destello ambos desaparecieron de la sangrienta escena. Todo había acabado. Pero la solución era solo temporal, pues lo demás era dejado en manos ajenas y superiores.
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La noche había caído sobre lo querían vez fue la alegre Konoha, el viento era cálido, en esa zona todo el tiempo lo era. Esta vez, por alguna razón, tenia un toque frío que calaba los huesos. Los restos humanos fueron recogidos por una sola persona. Algunos mechones de pelo le sobresalían, su cara era cubierta por una capucha negra de franja roja en la parte superior. Su anatomía alta era de tener, aunque fuera parecía amable dentro de esa cubierta se hallaba un monstruo oculto, un demonio. Vio los cadáveres y a cada uno les daba una sepultura, aquella acción duro hasta el amanecer.
- Descansen queridos hermanos.- Regó por cada tumba unos pétalos de loto, daba la impresión de un bello jardín. Como si nunca hubiera pasado nada en aquel lugar. Antes de irse vio una pluma atorada en una rama, cogió esta y su paz se desvaneció. La rama se seco y la pluma se tornó negra como el carbón. - Malditos ángeles, esta vez no lo harán. Esta vez no. - Su mano se abrió y las cenizas salieron a flote. El hombre desapareció y las tumbas que hizo también. El ambiente se tornó tétrico, ya se sabia lo que iba a pasar, un lienzo se pintaba. Y su pintura básica es la sangre de mortales y otras muy distintas.
" El tiempo pasa, y con él las cosas que una vez existieron. Pero la mente recuerda, para ella el pasado es una alerta, te advierte de las cosas para que no las repitas, o te da alegra en momentos de melancolía. Mas uno no se debe fiar de ella, ya que suele ser engañosa. "
- Mm, ¿ Engañosa? Ahg, odio este tema. No me ayuda. - Hablo un chico de altura mediana, complexión delgada, hermosos cabellos rubios alborotados y ojos azules cual cielo. Se hallaba en medio de una biblioteca escolar. Una señora de mirada gélida callo al joven pues no dejaba concentrar a los demás alumnos. Este pos su parte se encontró de brazos y dejo salir un suspiro pesado. Tomo el libro y lo deposito en su lugar. Mucho leer le estaba dando problemas de autocontrol. Se alejó del lugar meditando lo leído. La mente... Pero no había respuesta para lo suyo, al menos hasta ahora no la encontraba. Cada vez que estaba cerca de alejaba más, como si se lo estuvieran prohibiendo. Con las manos en el pantalón de uniforme y la espalda encorvada se dirigió hasta su habitación. Donde el estudia tiene habitaciones incluidas solo para los que quieren, tiene su costo adicional pero conviene ya que hay innegable ahorro en pasajes. Naruto, el rubio se tendió encima de su cama, miraba al vacío del techo, buscaba sus respuestas y el porque de esos sueños tan continuos y realistas. Primero él de pequeño con una mujer de cabello rojizo luego un hombre con el semblante borroso. Y después estaba aquella imagen que lo perturbaba, su cuerpo bañado en sangre y varios trozos humanos que lo rodeaban. Cada vez esos sueños se hacían más y más realistas, le daba miedo saber que en efecto lo fueran. Se acurrucó entre las sábanas para dejar de pensar en ello y tratar de dormir sin ser alarmado por una pesadilla.
Las horas pasaron y el reloj dio las cinco de la tarde, el instituto permanecía en total calma, algunos jóvenes se paseaban por el jardín mientras que otro preferían tomar una siesta bajo un árbol de sakura, el olor gratificante de la planta era dulce y suave. Cada año le llevaban algunos regalos al árbol para que este les de su bendición. Una costumbre del lugar. Ahí, en una rama, estaba un muchacho de piel pálida y ojos negros igual que su laciado cabello noche. Sus prendas claras y bien entallada le daba la figura de un ángel. Y en efecto lo era, sus bien definidos rasgos lo demostraban, y aquellas alas extendidas era más que una prueba clara. Su mirada estaba fija en un ventanal del edificio de enfrente, donde las habitaciones se hallaban. Dibujo una sonrisa y salió volando de su lugar de reposos. Un viento cálido golpeo a los que estaban descansando pero no les altero ya que eso había pasado en muchas ocasiones.
- No has cambiado, me alegro tanto de verte de nuevo. Lamento haberme demorado. No te preocupes, no te dejare, nunca lo haré. - El joven ángel se recostó a lado del rubio.Lo abrazo tiernamente contra él y dejando su forma de ángel se hizo humano para sentir la calidez del cuerpo del menor. Había esperado tanto por ese pequeño que ahora parecía que el tiempo perdido era recuperado. ¿ Cómo sucedió todo eso? Bueno es una larga historia que ha de ser aclarada. Inmolo sin hogar con un ángel frío pero que termino enamorándose de lo prohibido.
....
Continuará....
El, es la primera vez que lo hago y bueno espero que le guste y si tienen recomendaciones por favor no olviden comentar.
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natali-hdz .
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espero la continuacion . -
akiyame kyra .
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Waaaaaaaa!!!!!!! Que lindo.me gusto mucho ,espero que actualices pronto . -
Darkness Moon .
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Gracias, aseguro hacerlo pronto . -
691396 .
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Un tema interesante, pero difícil, espero continuación, quiero ver como lo desarrollas. . -
Darkness Moon .
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Senbo-Drasil
Cap. II
“Cada vez que un nuevo niño nace se le es concedido un protector que lo guarda hasta la última etapa de sus días.Un ángel: La criatura alada de sublimes alas, divinos rasgos, sabios, fuertes y con toda intención de proteger a su humano.
Pero existe algo que los desenlaza, algo que ningún ser celestial tolera. La presencia de un demonio en el cuerpo humano o algún tipo de trato con uno. Solo eso y el lazoera roto. Al principio los humanos no se metieron en el ocultismo negro, pero con el pasar del tiempo la ambición del poder fue más de lo que se pensó. Como consecuencia el desconcierto y horror se expandió por más de medio mundo. Drasilque vio todo eso se compadeció de la raza humana ya que los demonios solo los utilizaban cruelmente y con propósitos puramente malignos como resultado creo un árbol donde nuevas criaturas nacieron (Los Serafín), eran iguales que los ángeles pero más fuertes y aunque un demonio se presentará, ellos eran capaz de hacerles frente. Los serafines acabaron con la desgracia en el mundo.
Desde ese entonces un Serafín esperaba por un humano. Cuando un alma pura se desvanecía esta, como regalo, podía pedir por el cuidado de alguien querido.
Sin embargo algunos estuvieron en discordancia con esa idea que el mismo Drasil propuso…“
Esta vez logro dormir con total calma hasta el día siguiente, las pesadillas que lo atormentaban dejaron de venir. Se acurruco en el cálido edredón,aunque no era necesario ya que tenía un agradable calor que lo rodeaba, mas su cuerpo no lograba moverse, algo le pesaba. Abrió con pereza los ojos odiando lo que tenía encima. Miro sus alrededores y parpadeo, al principio de veía borroso pero sus ojos se abrieron al ver la hora. Olvidando su siesta y lo que tenía encima salió disparado con una fuerza tremenda que solo escucho el sonido fuerte de una caída. Poco le importo pues tenía otros asuntos de que preocuparse ¿Desde cuándo las horas avanzan tan rápido en ese aburrido instituto? Era cierto que le hubiera gustado estar mucho más tiempo en la litera pero ahora era muy tarde.
– Donde…Mm… Oh, joder. ¿Dónde te metiste? –Busco entre sus cosas hasta dar con las dichosas llaves. Las coloco en el bolsillo derecho de sus jeans negros; Tomo una polera naranja y se la puso encima. La maleta en la espalda y listo. Dejo con seguro la puerta y en menos de un minuto se hallaba en plena acorrido a su salón. Lo único que agradecía era que ese instituto tuviera cuartos para los estudiantes.
Mientras el rubio se apresuraba, en el cuarto estaba tirado cierto azabache. Se levantó del ligar y, limpio su ropa con cuidado hasta dejarla en mejores condiciones. Elevó la vista y su mirada dulce se tornó oscura y asesina. – Maldito, no has cambiado ni un poco. ¡Ni siquiera sabes por lo que he pasado y solo te vas!– Lo último fue más como un grito que resonó por los alrededores. Algunos alumnos tuvieron que cubrirse los oídos por la fuerza de onda. Se acerco a borde de balcón y con una mirada rápida hallo al rubio. – Ya verás… – En un tenue suspiro desapareció.
–Tarde, tarde. ¡Ya es tarde! – Una tardanza más y sería castigado por el docente, y conociendo bien al que le enseñaba a esas horas, seguro que no lo perdonaría.
– Oh, qué lindo…
–Me pregunto si tiene novia…
– Sí tiene ¡Soy yo!
– No juegues con eso Amy – El dueño de los ojos índigo se quedo algo aturdido a escuchar los comentarios de las chicas, normalmente suele mantenerse calladas y ahora platicaban amenamente.
Al escuchar esto el de ojos índigo se quedo parado en a la puerta escuchando desde el otro lado. Antes de poder irse la puerta se abrió, una figura imponente se alzo en frente de él. Por un momento creyó haber visto a algún actor famoso pero luego la idea se le fue al ver esa placa en pecho del hombre. Bien escrito decía: "Prof. Sasori"
Bueno, al menos no se toparía con el profesor que siempre lo castigaba por llegar tarde.
– Y bien ¿ Piensa entra, sí o no? – Cuestiono el dueño de los cabellos escarlatas y mirada opaca. Al oírlo el pequeño rubio entro en completo silencio a tomar su respectivo lugar. Las clases empezaron como todos los días aunque a veces no podía evitar ver al docente. Pues ese color de cabello le parecía tan conocido.
En la rama del árbol de sakura estaba una figura alta y bien definida. Esa mirada ónice vigilaba al rubio desde que aun tenía clases y también vio como era reprendido por el maestro.
– ¿ Piensas quedarte encima mío? Te aguante por más de un siglo, lo sabes ¿ No? – Hablo el árbol... Cualquiera se espantaría pero para el azabache era lo típico de cada mañana aburrida.
– No, tienes unas ramas muy duras.– Se levanto y con un salto bajo del sakura. Le dedico una sonrisa a la planta y salió caminando hasta los pasillos del instituto. Era cierto que debía estar viendo como se portaba el rubio Lo había vista todos los días desde ese árbol molestoso. Aun así extraño tenerlo cerca, volver a sentirlo.
– Naruto... – Elevo la mirada al cielo, se hallaba en la terraza del gran edificio viendo como el tiempo transcurría. Luego recordó como el menor lo trato en la mañana, a decir verdad aun le dolía la cara por caer de bruces.
– Veo que te han dejado libre.- Esa voz era tan conocida y a la vez irritante, con una fingida sonrisa volteo a ver al hombre que le dio el castigo de su vida.
– Si, no estas feliz por eso Kakashi. O piensas castigarme otra vez.-
– Haha, no es mala idea pero hay cosas más importantes ahora. – Ese hombre albino emitía temor y amistad, el azabache se preguntaba como el tenía en frente le pudo ganar en una simple pela años atrás. Mas se lo esperaba de un Serafín puro. Dejo un suspiro libre y volvió a ver las calles de la ciudadela
– ¿ Pasa algo? Normalmente me llevas la contraria.– El mayor se acerco hasta el de cabellos ónice. Ese chico muy orgulloso y ahora no veía ni una pizca de ello.
– Me ha olvidado.– Fue una respuesta corta y precisa que el albino entendió.
– Oh, bueno eso tiene solución. Si quieres saber cual es sígueme.– El arcángel se alejo de la terrazo y detrás de el el menor lo siguió, solo podía confiar.. -
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Es Sasunaru o Narusasu?
Es muy interesante la historia, leamos cómo se desarrolla..
Ángel Guardian¿Es pecado enamorarse? Un ángel tiene prohibido el amor, si cae es hachado del cielo. Pero si fuera un demonio ¿ Qué pasaría? ( Sasuke x Naruto) |
