Lo que implica ser un Taisho [KogaxInuyasha]

Inuyasha debe aceptar lo implica llevar el apellido Taisho. Koga está más decidido por conquistar a su "amada" Kagome. ¿Entonces cómo es que Inu y Koga se besaron?

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  1. Nekozawa el portavoz
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    Chapter 5: La hanyou Nekohana y el exterminador Izuna.

    Llevábamos alrededor de 15 minutos caminando. Seshomaru caminaba tranquilamente, sin preocuparle si se daban cuenta de que realmente era un youkai.

    — El nombre que estás usando es el de la abuela, ¿Verdad?

    — Sí — asintió ante la pregunta hecha por su hermano.

    — Veamos… quizá debería conseguirme otra ropa — dijo ganándose una curiosa mirada — Todos tus…amigos…vieron el haori que traía — murmuró esa palabra con un poco de dificultad — Lo mejor sería hacerme pasar por un e…exterminador — pronunció alzándose de hombros.

    Asentí de nuevo, la que más dudaría al verlo sería Sango. Podría descubrirnos con facilidad. En cambio, si se presentaba como un exterminador y actuaba como tal, Sango difícilmente dudaría de él. Por lo tanto, lo primero que hicimos fue dirigirnos a la aldea vecina, llegamos al cabo de una hora, y una vez en ella nos encargamos de encontrar algún exterminador. Al cual aprovechando que entró a un balneario, tomamos “prestadas” sus ropas y nos retiramos del lugar sin dejar evidencias de nuestra estadía en esta.

    — De todas las cosas que pudieron haberme pasado, esta es la peor de todas — gruñó Seshomaru mientras caminaba.

    — No es tan malo, por lo menos no eres una chica — le respondí caminando de espaldas junto a él.

    — No me place escucharte decir eso, después de todo la culpa de que estemos así es tuya — reclamó frunciendo el ceño — Si no fueses tan torpe…

    — Oye, ni que caerme al estanque haya sido a propósito — me quejé ante su afirmación.

    Luego de eso, no mediamos palabra. Me puse a caminar como cualquier persona haría, y alternaba entre ver al piso y a mi hermano. Actualmente Seshomaru estaba vestido como un exterminador, con la mayor parte de la ropa en color negro y unos cuantos detalles en color azul celeste. Su cabello albino le llegaba hasta medio cuello y le cubría sus ahora orejas humanas. A la cintura cargaba a Colmillo sagrado.

    Solté un largo suspiro, y caminamos hasta llegar al lugar donde habíamos visto por última vez a Kagome y los demás. Seshomaru me dio una mirada cómplice, la cual yo devolví en respuesta. Estando cerca de ellos, Shippo me divisó y corrió hacia mí.

    — ¡Nekohana! — chilló el zorrito, escalando por mis ropas hasta subírseme al hombro — ¿Quién es él? — cuestionó al percatarse de la presencia de su acompañante.

    — Soy un amigo suyo, mi nombre es Izuna — respondió de inmediato Seshomaru.

    — ¿Eres un exterminador al igual que Sango? — cuestionó Kagome, instintivamente recordé lo que había pasado con la aldea de la joven.

    — Así es, mi maestro me enseñó y desde entonces viajo de aldea en aldea exterminando demonios con la esperanza de dar un día de estos con su asesino… el nombre de ese desgraciado es Naraku — gruñó el nombre con aparente rabia casi palpable.

    — Al parecer no somos los únicos que sufrimos a causa de ese demonio — comentó Miroku de manera seria.

    En un principio, Sango se disponía a hacernos muchas preguntas por el hecho de que Seshomaru comentara ser un exterminador. Pero con el decir que estaba buscando a Naraku de manera persistente para vengar la muerte de su supuesto maestro, fue suficiente para librarnos de aquel seguro interrogatorio. Nuevamente la molestia se apoderó momentáneamente de mí, ¿De esa manera cómo no querían que fuese fácil robarles los fragmentos?

    — Mh, por cierto ¿Y el joven Koga? — cuestioné al percatarme de la ausencia de ese lobo con sarna, pero al reparar en mis palabras quise morderme la lengua.

    — Se ha ido a buscar a Ginta y Hakkaku, seguramente para traerlos a la hora del almuerzo — me respondió Kagome, a lo que yo asentí forzadamente sintiéndome como un estúpido por preguntar por el paradero de Koga.

    — ¿No puedes vivir sin el lobo ese, hermanito? — me preguntó Seshomaru en un susurro, haciéndome sonrojar y darle un disimulado codazo en el costado en respuesta.

    Él se quejó inaudiblemente debido a ese gesto mío. Me intrigaba el hecho de que de un segundo a otro ese lobo narcisista comenzara a preocuparme, ¿Quizá me hubiese golpeado la cabeza al caer al estanque? Sí, probablemente fuese eso. Terminamos en la aldea, veía a Kagome ayudar a la anciana Kaede a preparar el almuerzo mientras que Sango y Miroku nos hacían unas cuantas preguntas. Solté un cansado suspiro mental, estaba seguro que mi hermano igual hizo lo mismo.

    En total, nos preguntaron cosas sencillas por suerte. De dónde veníamos, qué hacíamos antes de conocerlos. Y por qué o cómo conocíamos a Naraku. En el caso de mi hermano, sólo tuvo que detallar un poco su anterior cuartada. En mi caso, tuve que sacarme una de la manga. Les inventé que era medio hermana de mí mismo, de Inuyasha, puesto que mi abuela se llamaba como yo y era una youkai gato. Les comenté acerca de mi padre, Inu Taisho, y de la relación complicada en mi familia.

    — Nekohana, ¿Por qué Inuyasha y Seshomaru se llevan tan mal? Son hermanos después de todo — me cuestionó Kagome, curiosa de saber.

    — Siendo sincero…sincera, desconozco el por qué se llevan tan mal. Un día, repentinamente comenzaron a comportarse raro, se distanciaron demasiado a pesar de haberse llevado tan bien en el pasado — comenté autocorrigiéndome en un principio, mis palabras eran reales, ¿Por qué Seshomaru me odiaba actualmente? — “¿Le habré hecho algo de lo que no recuerdo?”

    Nunca reparé en por qué mi hermano y yo nos llevábamos tan mal ahora. Supuse que era debido a mi procedencia mestiza la razón por la cual él intentaba matarme cada vez que nos veíamos. A mi mente acudió un pequeño recuerdo del pasado, cuando Seshomaru y yo éramos niños, solíamos jugar y estar siempre juntos. De hecho, solíamos hacer todo juntos. Vislumbré como jugábamos en el patio de juegos de la casa en la cual vivíamos, mientras el corría por el lugar llevándome a caballito.

    No me fijé que mi hermano se me quedó viendo mientras hice el intento de responder la pregunta de Kagome. Su mirada adquirió cierto atisbo de melancolía, ¿Estaría recordando el pasado? Quizá fuera lo más probable. Tan ensimismado me encontraba en recordar la razón de nuestras constantes peleas, que no me di cuenta de a qué hora había llegado Koga a la casa de la anciana Kaede.

    — ¿Te preocupa algo, Nekohana? — preguntó Koga, teniendo su rostro a muy escasos centímetros del mío invadiendo mi espacio personal, olfateó levemente — “Que extraño, juraría que es Inuyasha, pero…no huele como él y además es una chica, ¿Dónde está ese perro con pulgas? Espera, ¿Ultimadamente a mi qué me importa que le pase?”

    — ¡No te me acerques tanto! — chillé al sentirme levemente acosado, normalmente no me pasaban esas cosas, ante la cercanía del lobo, e hice lo primero que atiné a hacer.

    — ¡Eso duele! — se quejó sosteniéndose la mejilla abofeteada — ¿Por qué has hecho eso? — cuestionó frunciendo levemente el ceño — “En realidad, no duele tanto. Supongo que me he acostumbrado a los golpes de Inuyasha”

    — Odio que invadan mi espacio personal — me excusé de manera nerviosa — “Joder, este maldito lobo sarnoso va a ser un completo incordio”

    Ante esa escena, Seshomaru esbozó una sonrisa maliciosa, ¿Así que a su hermanito le gustaba aquel lobo? Estaba seguro que era así, pero Inuyasha seguramente nunca lo aceptaría y en el caso de Koga, sin un buen empujón jamás caería en cuenta. Bien, él se encargaría de unir a la futura pareja.

    — “Después de todo no tengo nada mejor que hacer” — pensó clavando la mirada en esos dos.

    Y aunque no funcionase, le serviría como una pequeña venganza contra su hermanito por haberle hecho terminar maldito al botarlo en aquel estanque. Haría la función de cupido y observaría como progresarían las cosas, hacía años que no se divertía un poco con la desgracia ajena. Dio un leve suspiro, aquel grupo aparte de estar con Inuyasha y toparse seguidamente con Seshomaru, tendrían que convivir con la hanyou Nekohana y el exterminador Izuna. Busqué el momento oportuno, y disimuladamente me apoderé de la olla donde calentaban agua, despidiéndome de todos jalando a Seshomaru conmigo, alegando tener que marcharnos ya.

    — Tendrás que aguantarte el hecho de verme seguido, por lo menos hasta que dejemos de estar malditos — advirtió mi hermano mientras vertía el agua sobre su cabeza, haciendo lo propio instantes después.

    — Será malo para mi salud — gruñí viendo a mi hermano marcharse de ahí, y me dispuse a caminar de regreso la distancia que me había alejado de la aldea.

    A su vez, Koga miraba fijamente a la dirección en la cual su, sin saberlo, rival de amor por Kagome se había ido. ¿Por qué? ¿Por qué de un momento a otro le importaba tanto ese saco de pulgas? Siempre se andaban molestando, peleando por todo, nunca se ponían de acuerdo en nada, era imposible que convivieran por más de cinco minutos sin pasar a cometer intento de asesinato hacia el contrario. Mientras se cuestionaba eso, el comentario de Ginta le llamó la atención y a mi igual pues para esos momentos ya había regresado a la casa de la anciana Kaede.

    — Lo digo en serio, Hakkaku. Si Maaron te está molestando tanto es porque le gustas.

    — Es imposible, Ginta. Yo igual pensé en eso, y decidí preguntarle, pero solamente me gané un golpe y un insulto de su parte — respondió de forma quejumbrosa el otro lobo.

    — Eres un tonto, es claro que te va a decir que no es cierto. Así como una chica molesta a un chico debido a que le gusta, un chico anda molestando a su prospecto a pareja para conseguir su atención de manera inconsciente. Aunque sea a base de peleas, sienten que es la única forma de captar su atención del todo y ser el único que en el que piense. — explicó Ginta como si fuera lo más obvio del mundo.

    Tanto yo como Koga dimos un pequeño respingo al escuchar eso, tanto ámbar como azul se encontraron. Mantuvimos aquel cruce de miradas por unos cuantos instantes, preguntándonos inconscientemente si podría ser posible que…

    — ¡Eso nunca! — chillamos ambos rompiendo el contacto visual, llamando la atención del resto.

    — Ah, Inuyasha ¿Dónde te habías metido? — preguntó Kagome frunciendo el ceño.

    — Eso no te incumbe — contesté frunciendo el ceño igualmente.

    — Eres un grosero, ¡Agáchate! — exclamó en tono molesto.

    Y yo acabé en el suelo del lugar.

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    Ya el nuevo cap :3
     
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