Consecuencias

Misaki, involucrado en una obra de teatro de su universidad. Akihiko, siempre poniendo las cosas a su favor ¿Qué saldrá de todo esto? / Terminado / Advertencia: Lemon y Mpreg

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  1. Aulu
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    "Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo." (J.S)
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    Capítulo 6


    Una larga semana



    Tímidamente, Misaki fue acercando su boca a la del escritor.

    Solo será un roce…como si hubiera sido de casualidad…-pensó.

    Los labios de Misaki rozaban ya los del escritor cuando el menor sintió un calambre en la pierna lo que hizo que el suave contacto fuera mucho más profundo del que había pretendido cuando se retorció producto del dolor.

    Que no se haya despertado, que no se haya despertado…-rogaba Misaki quien era incapaz de moverse. Pero el aire empezaba a faltarle y tuvo que interrumpir el accidentado beso.

    ¿Tratando de atacarme mientras dormía? –los ojos violetas de Akihiko se encontraron con la mirada de Misaki.

    N-no…lo puedo explicar…fue…tu culpa por abrazarme…y luego… me dio un calambre…-trataba de explicar Misaki totalmente ruborizado.

    Si querías un beso de buenas noches me lo hubieras pedido. –

    …Ya te dije que no es lo que piensas…espera ¡¿estabas despierto?! –Misaki, nuevamente, había caído en la trampa.

    Ahora te daré eso y mucho más…-Misaki entendió por la mirada de Akihiko que no daría marcha atrás.

    Yo y mis grandes ideas…-se lamentó Misaki.

    Akihiko posó sus labios en los de Misaki interrumpiendo sus pensamientos, dejando su mente en blanco. Primero, el beso fue superficial. Luego, la boca de Akihiko fue reclamando su territorio. La lengua del escritor se introdujo en la boca del menor para empezar a juguetear dentro de ella.

    Misaki no sabía cómo es que Akihiko podía dar esa clase de besos sin quedarse sin respiración. Como pudo, correspondió el beso haciendo que su lengua se encontrara torpemente con la del escritor. El hacer esto lo avergonzaba de sobremanera pero se trataba de Akihiko, era él y por eso estaba bien.

    Las manos de Akihiko se colaron por debajo del piyama de Misaki. Suavemente, las yemas de sus dedos fueron delineando la espalda de su uke haciéndole sentir un cosquilleo placentero.

    Akihiko sabía qué puntos atacar para que de la boca de Misaki salieran sin pudor aquellos gemidos que le gustaba tanto escuchar. Sus manos pasaron de la espalda al pecho del menor. Recorrieron con suavidad toda la piel hasta llegar a sus botones, uno de sus lugares más sensibles. Con sus dedos, empezó a estimarlos suavemente.

    Ah…ah…-empezó a gemir Misaki.

    ¿Te gusta así o prefieres que lo haga con mi boca también? –le susurró al oído.

    N-no digas esas cosas. –

    Akihiko volteó a Misaki. De este modo, el menor terminó dándole la espalda. Así las manos de Akihiko tendrían mayor libertad para recorrer su cuerpo.

    El escritor le repartía besos en el cuello mientras una de sus manos seguía ocupada masajeando uno de sus botones y la otra se colaba por debajo del piyama y bóxer de Misaki. Akihiko liberó el miembro del menor y empezó a rozarlo de la base a la punta para terminar de endurecerlo. Esto hizo que Misaki empezara a gemir más fuerte.

    Usa…gi…-

    Misaki sentía detrás suyo el miembro ya endurecido de Akihiko. No era el único que estaba excitado.

    Akihiko sabía que ya era hora de ir preparando a Misaki si dentro de poco quería estar dentro de él, y esto era algo que ya estaba deseando.

    Con un solo movimiento, quitó las sábanas que los cubrían destapando a ambos. Misaki se encogió un poco, al menos antes la sábana lo protegía de la mirada del escritor pero ahora las cosas habían cambiado.

    Akihiko colocó a Misaki boca abajo haciendo que levantara un poco las piernas. Mientras una de sus manos masturbaba lentamente el miembro del menor la otra se dirigió a su entrada. La introducción del primer dedo hizo que Misaki arqueara un poco la espalda. Esa sensación extraña pero placentera empezaba a adueñarse de su cuerpo.

    El ritmo de la mano de Akihiko aumentó un poco, esto hizo que unas gotas de semen salieran del miembro de Misaki. Esto le dio la señal de poder introducir otro dedo más. Los gemidos de Misaki iban llenando la habitación. Akihiko hacía todo el esfuerzo posible por controlarse. Aún faltaba un poco para que finalmente pudiera ingresar y ser uno con Misaki.

    Cuando el tercer dedo ingresó, Akihiko ya estaba en su límite. Su miembro también pedía atención. Dejó de masturbar a Misaki y con la mano libre empezó a bajar el pantalón de su piyama y sus bóxer.

    Con sumo cuidado, colocó la punta de su miembro en la entrada del menor.

    Misaki, voy a entrar…-

    Misaki no dijo nada. Estaba muy avergonzado como para pronunciar una palabra. Por el momento, no se imaginaba admitiendo con palabras que le gustaba la manera en que Akihiko se adueñaba de su cuerpo. Solo lo admitía con su silencio y dejando que el escritor tenga libre albedrío sobre él.

    Akihiko empezó a empujar su cadera haciendo que su miembro de abriera paso en la estrecha entrada.

    Ahhhh…-gimió Misaki al sentir la intromisión.

    Cuando hubo entrado todo su miembro Akihiko no esperó mas y empezó a embestir al menor a un ritmo rápido. Él se lo había buscado.

    Esp…espera…-Misaki intentaba hacer que vaya más lento.

    Para que se sintiera mejor una se sus manos volvió a dirigirse al miembro de su uke para empezar a recorrer toda su longitud al mismo vaivén que el de las embestidas. El sentir la fría mano de Akihiko dándole placer le hizo olvidarse del dolor inicial.

    La mano libre de Akihiko se encontraba apoyada en la cadera de Misaki. De este modo, conducía las caderas de su aún inexperto uke.

    Se mantuvieron así por un tiempo que sentían se les escapaba de las manos. Ambos deseaban estar todo el tiempo posible sintiendo el placer que le proporcionaba el cuerpo del otro pero la creciente excitación de ambos haría que todo tuviera su final cuando llegaran al clímax.

    Usa…gi…me corro…-

    Déjalo salir. –

    Misaki no pudo más y liberó su semilla en la mano de Akihiko. El escritor deseaba más así sacó su miembro aun erecto y se dispuso a acomodar a Misaki en una nueva posición. No tenía prisa, después de todo, tenía toda la noche.

    Misaki se volteó, necesitaba aire. Dando sin querer una vista muy hermosa para Akihiko. Misaki y su rostro de color carmín, la respiración agitada y con la piyama completamente desacomodada y ahora manchada de semen.

    Mi piyama…-se quejó Misaki.

    Quítatela, de todos modos no la vas a necesitar. –le comentó Akihiko con un brillo en los ojos.

    Akihiko ayudó a su uke a despojarse rápidamente de la ropa, más rápido de lo que Misaki hubiera querido. La ropa de ambos quedó esparcida por el suelo.

    Akihiko se posicionó para volver a ingresar al cuerpo de Misaki. Lo hizo al mismo tiempo que lo besaba para acallar cualquier queja. Nuevamente, siendo uno, el ritmo de las embestidas fue en aumento.

    Las manos de Misaki se aferraban a las sábanas mientras gotas de sudor recorrían su cuerpo.

    Akihiko se hallaba concentrado en darle todo el placer que pudiera a su uke. A la par que entraba y salía del cuerpo de Misaki una de sus manos iba masajeando el miembro del menor.

    Vio a Misaki arquear su espalda cuando dio con aquel lugar que hacía que se estremeciera.

    Usagi…yo…me vengo…-advirtió el menor. Sus manos ahora se encontraban en la espalda del escritor, aferrándose a él.

    Usagi continuó con sus movimientos lo que era un mensaje de aprobación para Misaki, si ya era hora de que llegara al clímax él se encargaría de que eso sucediera.

    Ahhhhh. –un profundo gemido salió de la boca de Misaki.

    Al mismo tiempo que el menor liberaba su semilla Akihiko hizo lo mismo en su interior. Misaki comprobó que Akihiko finalmente también había llegado al orgasmo cuando escuchó su ronco gemido y sintió su miembro palpitar dentro de su estrechez.

    Recuperado el aire, se acomodaron en la cama. Nuevamente, Misaki se encontró en los brazos de Akihiko.

    Buenas noches, Misaki. Ahora creo que si podrás dormir tranquilo ¿o deseas otro beso de buenas noches? –dijo en tono pícaro Akihiko.

    ¡Solo duérmete! –gritó un avergonzado Misaki.


    Las siguientes noches transcurrieron de un modo similar. Akihiko tomaba como excusa cualquier pequeño acto que se pudiera malinterpretar para atacar a su adorado Misaki. Desde el que Misaki jalara las sábanas porque Akihiko las tenía todas para él hasta el que el escritor afirmara que Misaki lo había llamado en sueños. Pero, finalmente, el día jueves llegó. Era la última noche que Misaki tendría que ir voluntariamente al cuarto de Akihiko.


    ¡Al fin! ¡No puedo creer que acabé de armar al guión! –pensó Misaki lleno de felicidad. Tenía grandes ojeras como consecuencia de la falta de sueño. Akihiko, quien lucía fresco como siempre para envidia de Misaki, había aprovechado al máximo el tener a su uke a su lado todas las noches.

    ¿Cómo crees que quedó? –le preguntó a Akihiko señalando con su dedo el archivo en la computadora.

    Has eliminado algunas de las partes más interesantes. No has seguido algunos de mis consejos. –

    Lo sé pero es que Sumi-senpai dijo…-

    No pronuncies ese nombre. Además, él hizo mal en decirte eso. No puedes realizar algo como la edición de un guión anteponiendo la opinión del actor. –dijo Akihiko seriamente. Misaki no pudo adivinar si era porque se había tomado el trabajo de la edición en serio o porque había mencionado a Sumi.

    Pero es que realmente se veía incómodo…-trato de excusarse Misaki.

    Bueno, dejemos eso de lado. Después de todo, será el director quien haga las correcciones finales de tu trabajo mañana. Y, ahora que finalmente has acabado esa tarea, puedes dedicarme toda tu atención. –dijo Akihiko con un brillo en sus ojos.

    Te recuerdo que te he dedicado atención toda la semana. Haya querido o no. –dijo Misaki furioso.

    ¿Hayas querido? Admites que querías que te met…-

    ¡Cállate pervertido! –gritó Misaki rojo de la vergüenza.

    Te recuerdo que ya es hora de dormir…¿vamos? –dijo como si nada Akihiko mientras miraba la hora. Era un poco más de la medianoche.

    Si…déjame guardar el documento…-Misaki, resignado, guardó la versión final en la computadora que utilizaba Akihiko.

    Misaki sabía que sería otra larga noche pero sería la última. Si bien esto no significaba que Akihiko lo fuera a dejar de atacar cuando quisiera al menos volvería a tener más posibilidades de escaparse y poder dormir decentemente.

    ¿A dónde vas? –le preguntó Akihiko cuando vio que Misaki no se detenía en la puerta de su habitación.

    Voy a ponerme piyama y a tomar una pastilla. Creo que me va a dar gripe o un resfrío. –

    El piyama no lo necesitas…respecto a lo otro, yo te puedo hacer sentir mucho mejor… -sugirió Akihiko mirándolo de manera lujuriosa.

    ¡Viejo pervertido! –le gritó Misaki antes de entrar a su habitación.

    ¡Tonto! Encima que por su culpa puede que me haya resfriado…tantas noches durmiendo sin nada puesto…-pensó Misaki avergonzado.

    Luego de tomar la pastilla Misaki fue al cuarto de Akihiko. Él ya estaba acostado en la cama esperándolo. La semana que había pasado casi sin dormir más el efecto de la pastilla en su cuerpo hicieron que cayera profundamente dormido apenas puso su cabeza en la almohada. La última sensación que tuvo fue la de sentir los brazos de Akihiko alrededor suyo…

    Edited by Aulu - 23/11/2014, 12:24
     
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