Stay with me (Muchas parejas) Capítulo 8 UP!

Capítulo 8: "-No digas nada, Takuya...-¿qué rayos pasaba? Mi cabeza estaba dando vueltas."

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  1. Maka_Rune_Rune
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    ¡Cuáaaaaaaanto tiempo! Volví por pura iniciativa, para ser sincera. Soy de no acabar mis proyectos, o si los acabo es porque he tardado años en acabarlo. Y realmente no me sentía con ganas de seguir con esta historia, menos por el Kouji x Takuya (mi definitiva otp de Digi), y pues además estuve liada jugando a juegos que ya menté y otros que no lo hice, viendo anime (terminé Magi, y he vuelto a la droga que me suponen Sekaiichi y Junjou), pero poca excusa le veo a eso así que no puedo decir nada más allá de que era mi propia mente la que no quería entrar aquí. Disfruten del capítulo, porque me veo tardando la vida en continuarlo de nuevo.
    Capítulo VII:

    [POV Tai]
    Quizá debería haber aprovechado aquel momento y seguirle el juego. Después de todo, yo ya había aceptado lo que sentía por él, pero seguramente Matt dijo eso por la situación; no quería verme así de... patético, según mi forma de verlo, y dijo lo primero que se le vino a la mente.
    Fui tan estúpido por confiar en sus palabras, vino a mí por pena y ya está. Él quería a Sora, yo debía admitirlo y él tenía que saberlo. Por mucho que me gustase, porque sí, yo lo quiero, para que dudar más lo que es tan obvio, y por mucho que dolía, él quería a esa chica. Asco de amor; y pensar que ahora hay personas que pueden ser felizmente correspondidas.
    Ahora, él llamaba a mi teléfono móvil. Lo cogí, no porque quise, sino porque sería feo no hacerlo.
    —¿Sí?
    —Perdóname, Tai. Realmente no sé lo que dije o hice, me dejé llevar por el momento. Estaba desesperado y... ¿Tai, estás lloran...—y colgué. Eso era lo que menos quería escuchar, aunque sabía que era la cruda realidad. ¿Por qué yo no puedo tener una historia alegre? Sé que fui un orgulloso ingenuo hace un tiempo, pero eso pasó. Al menos el orgullo más o menos.
    Incluso, juré solemnemente en este instante, que jamás me volvería a enamorar. Al menos no de alguien con pareja, y mucho menos de... “mi mejor amigo”. Me permitiría a mí mismo un tiempo para olvidar cualquier estupidez que siento por él y volver a como era antes: una inocente amistad, nada más. Así seríamos felices, así yo sería feliz.
    —Ah...—suspiré resbalando desde la pared de mi cuarto al suelo. Yo quería volver a ser ese despreocupado e ingenuo niño que era antes de sentir cosas extrañas cuando Matt se me acercaba. Es patético seguir insistiendo, tengo que desistir pero mi cuerpo me lo impedía.

    Ya habían pasado tres días desde todo aquello, y afortunadamente sí que fui olvidando poco a poco lo que sentía por él. Mientras, no hablábamos mucho y se pasaba la gran parte de su tiempo -libre o no- con Sora, yo simplemente estaba solo. Entre que Davis y TK ahora están todo el día juntos y muy empalagosos, a saber por qué, y que Kouji y Takuya se la pasaban junto a Tommy en la azotea, yo tenía que estar siempre solo, encerrado en mi mundo.
    Pasó un día más, y la misma situación desde hace 4 días se repetía. Solo que esta vez, alguien nuevo vino a clase. Era alguien rubio, o más bien pelo color amarillo chillón intenso, de ojos verdes, con un sombrero de paja que sólo se lo permitían afuera del edificio. Su nombre era Yellow(*), Yellow a secas. Era muy apuesto y algo más alto que yo, también era bastante caballeroso con las chicas. Aunque eso sí, tenía su lado malo. Si le sacaban de quicio, enfurecía. Como cualquier persona humana con un mínimo de orgullo. Se sentaba atrás de mí, y su voz no era ni muy grave ni muy aguda. Era agradable oírla.
    —Realmente odio esta clase...—le escuché susurrar en mitad de la clase de historia. Razón tenía, la clase era absurda, porque el profesor tenía muy malos humos. Pero, a mí, la materia me resultaba divertida.
    No parecía mal estudiante, pero tampoco bueno. No me di cuenta cuando pasó a ser el centro de mis pensamientos. Qué repentino. Pero, era normal. Quiero decir, es alguien nuevo; veo completamente normal que me interese por saber de un alumno nuevo.
    —Oye, ¿me pasas los apuntes?—me preguntó. Sin embargo, no me resultó muy seguro y le cuestioné:
    —¿Me lo dices a mí?
    —No, si te parece al profesor.
    Su sentido del humor era algo incordioso, mas por dentro era alguien agradable. Yo asentí, y le pasé mi cuaderno sigilosamente, hasta que...
    —¿Yellow, Tai? Para pasaros notitas, habláis en otro momento...
    —Pero, profesor...
    —Nada de peros, señorito Yagami, ambos al pasillo—señaló la puerta con enfado. La había liado buena.
    —Oh, venga, llevaba ya medio año sin que me castigaran—me quejé ya fuera del aula, él se rió un poco, ¿qué tenía de gracioso ser sacados de clase?
    —¿Te llamas Tai Yagami? Me gusta tu nombre, como sabrás, yo soy Yellow. Un placer, y perdón por hacer que nos sacaran—me ofreció su mano para que la chocáramos, y eso hice, con una sonrisa.
    —No te preocupes, hace medio año, como dije antes, siempre me sacaban de clase junto a mi mejor amigo porque éramos unos diablillos, como nos decía el profesor.
    —Vaya—soltó una carcajada—, debía ser muy chistoso.
    —Lo era—finalicé apoyando mi espalda en la pared, acto que copió el rubio. Era más alto que yo por 5 centímetros o algo más—. ¿Por qué razón viniste aquí a finales del primer trimestre?
    —No quería quedarme en la otra secundaria—comentó—. Bueno, es raro abrirse con alguien que acabas de conocer, pero a mí me gustaba un chico de esa secundaria. Él tenía cabello negro, ojos rojos carmesí preciosos y una tierna cara, y era de tu estatura. Pero, resultó que su corazón se lo había llevado su mejor amigo-rival; un castaño de ojos verdes más alto que él.
    —Comprendo tu rechazo...—le dije cabizbajo. Debía estar sintiéndose como yo antes de ir olvidando poco a poco lo que sentía por Yamato.
    —Y, la gente se comenzó a meter conmigo porque, cuando le dije mis sentimientos al chico, me rechazó. Pero lo peor que no fue duro ni serio, se lamentó el no poder hacerlo, mas a los de mi escuela les pareció patético que ese “renacuajo” me rechazara. Ellos dos siempre intentaban defenderme, nuestros amigos también. Pero los estudiantes eran más y ganaban en número, finalmente yo desistí y tuve que irme—amargamente, me entregó una sonrisa. Le puse la mano en su hombro.
    —Todo volverá a estar bien, dalo por hecho.
    [Matt POV]
    ¿Era nuevo y ya se había metido en líos? ¿Y para colmo con Taichi? Y yo que creí que la época en la que nos sacaban a ambos de clase ya había pasado... ¿se conocerán de algo? Digo, no es normal que saquen a dos personas de clase así por toda la cara, mientras hablaban juntas, sin conocerse.
    Dirigí mi mirada a la puerta, y luego a Izzy. Arqueó una ceja y ladeó su cabeza como preguntando si yo sabía algo de lo que había ocurrido. Negué moviendo mi rostro y volví a mirar por la puerta. La imagen no era muy nítida, gracias a que el cristal era translúcido, pero podía diferenciar ambos cuerpos hablando. Tai puso una mano en el hombro del personajucho este, y él le sonrió. No sabía cómo sería la expresión de mi amigo pero, a juzgar por su leve tembleque en el brazo, diría que estaba nervioso. ¡Tai había encontrado otra persona que no fuese yo! Sonaría muy cruel, pero me alegré de que por fin dejase de mirarme como algo más.
    Esto se lo debía de contar a todos nuestros amigos, aunque bueno, teniendo en cuenta que hace cuatro días que no cruzo apenas palabra con ellos, estarán algo molestos por mi repentina ausencia.
    La campana había tocado y Sora se acercó a mí para que volviésemos a estar juntos en la pausa.
    Pude ver el grupo de Kari, Davis, TK y Ken en las escaleras hablando, cerca de la cafetería divisaba a Kouji y Tommy que seguramente esperaban por Takuya -se habría comprado algo-, lo raro fue no ver a Tai por ningún lado. Estaría con ese sujeto nuevo.
    Nos acercamos a la cafetería y me quedé parado en la puerta, hablando con Kouji y Tommy mientras Sora iba a saludar a sus amigas. Ahí fue cuando lo vi, Tai hablaba animadamente con el rubio de bote ese debajo de las escaleras, en ese hueco algo claustrofóbico. Miré eso con recelo, pero preferí no darle mucha importancia.
    —Y, ¿sabes qué, Yellow? Eres muy agradable. Me agrada que alguien me acompañe por fin en las pausas—escuché como el castaño le decía.
    —Tú tampoco eres mala persona, jaja. Pero, ¿estabas solo en los recreos? ¿Y ese mejor amigo tuyo?—espera... ¿qué hacía ese genio hablando de mí? Ya verá...
    —No, al principio siempre teníamos un grupo amplio, incluso yo y otro más jugábamos a veces al fútbol. Al final acabamos separados, desgraciadamente. Cuatro de ellos siempre se paran en la escalera, otros dos se van a la azotea a hacer compañía a otro chico, y... mi mejor amigo... Prefiero no hablar de él, sólo de pensarlo me dan ganas de... bueno, no sé. Como nauseas.
    ¿Yo? ¿Yo le hacía tener a Tai mareo? ¿Tan repulsivo era? No, no. Imposible. ¿Cómo iba a ser yo repulsivo? En cualquier caso era él el asqueroso. Se enamoró de mí, no me lo dijo; se alejó de mí porque sí; se hizo la víctima delante de mis ojos, y ahora, ¿yo era el mala persona? Desde luego que no.
    Hice como que me interesaba la conversación de Tommy y Kouji sobre algo de Takuya, de lo cual no lograba enterarme.
    —¿Nauseas?
    —Sí, bueno... jugó conmigo—...¿qué yo hice qué?
    —¿¡Qué hizo ese idiota!?—y para colmo, el teñido ese me insultaba. Menudo receso más agradable.
    —Jugó con mis sentimientos; yo le quería, lo acababa de descubrir. Él se acercó a mí y me preguntó que por qué no me paraba a pensar en lo que él sentía hacia mí o algo así, y luego me besó. Al día siguiente me llamó diciéndome que se dejó llevar por la...—se estaba atragantando con lo que decía, y la voz se le iba quebrando por momentos. Pero, yo no jugué con él... o quizá...—por la situación... y le colgué. No quería escucharle, y todavía sigo sin querer verlo.
    —Ese estúpido...—esa fue la gota que derramó el vaso; quizá podría aceptar que me insultara, pero ya me había desesperado el que me robase a mi mejor amigo y que encima ahora se pusiera a abrazarlo. Simplemente me superaba.
    —Tampoco pasa nada; son... cosas de la adolescencia.
    Ni que lo digas. Pero, ¿ese rubito de tres al cuarto quién se creía para robarme mis pertenencias? Y, con mis pertenencias me refiero a la mayor amistad que jamás había forjado con cualquier persona. La amistad que mantuve con Tai todo este tiempo.
    Sora se estaba tardando demasiado, y Takuya al parecer también. Los tres dirigimos nuestra mirada al interior de la cafetería y pudimos ver como: Takuya sostenía una conversación con Kouichi y Sora hablaba seriamente con Mimí.
    Luego de 3 minutos, finalmente Sora salió y tomó mi mano. Sonreí de medio lado y empecé a decirle que la quería en voz alta para que cierto castaño se enterase. Pude notar como ambas miradas, de esos dos chicos bajo la escalera, se centraban en mí y en mi novia, y sin pensarlo, la besé sin más.
    [POV Takuya]
    La conversación con el hermano de Kouji había durado más de lo que esperaba, pero nada más terminar, cogí mis bolsa de patatas fritas y mi refresco para salir junto a los dos chicos que mencioné antes.
    Al salir, mi sorpresa fue enorme: vi como Matt y Sora montaban un empalagoso numerito frente a Tai y un chico que no alcanzaba a reconocer. Pero, el castaño tenía los ojos abiertos enormemente, con una mirada sin luz. Matt pagaría por esto; incluso si mi violencia era guardada para el engreído y solitario, pero aun así lo quería, de Kouji, esta vez quería matarlo a él, al rubio ex-mejor amigo de Tai.
    Miré al chico de coleta, que básicamente quería hacer lo mismo. Le dijimos a Tommy que él se adelantara en ir a la azotea, mientras el Minamoto y yo ideábamos un plan. La idea era: ir y básicamente darle una bofetada al estúpido Yamato. Aunque el pelinegro quería darle una patada, de las que dolían, en toda la hombría.
    Nos retractamos al ver a un profesor divagar cerca de nosotros, y suspiramos. Algo estaba mal en todo nuestro entorno, y creo que no sólo con Tai, también con Kouji y Yamato, incluso conmigo. Los que se veían envidiablemente felices eran Davis y Takeru, que habían conseguido su objetivo.
    [POV Davis]
    Fui arrastrado por mi, ahora, novio -aun es raro decirlo- hacia el baño de chicos, entró conmigo en el cubículo más grande y lo cerró con pestillo.
    —No me digas que otra vez quieres...—él asintió ante mis palabras, no creí que sería tan directo. Pero, ahora me tocaría a mí mandar algo más, no iba a ser el que siempre se quedara sin hacer nada.
    La cabina estaba limpia así que si nos tumbábamos no pasaría nada, decidimos hacer eso. Tomé la iniciativa y lo besé como él hizo la primera vez conmigo, adentré mi lengua en su boca y viceversa; íbamos de boca en boca con nuestra lengua para disfrutar más el contacto.
    Metí descuidadamente mis manos bajo su camisa, y le acaricié el estómago. Él desabrochó los botones de la mía mientras seguíamos besándonos, ninguno quería ceder ante el otro. Al final acabamos los dos sin la camisa del uniforme, y nos embobamos viendo el cuerpo ajeno. Mordí su oreja, porque tenía ganas de hacerlo. Se veía tan comestible, y mientras él besaba mi cuello -justo donde dejó su chupetón el otro día- y así ambos estábamos atendidos. Luego, cambiamos y él mordía mi oreja y yo besaba su cuello. Quería dejarle la misma marca que él a mí, pero no me sentía muy de acuerdo con eso. Digo, sería vergonzoso que alguien se la viera. Pero, no me contuve y lo hice. La que él tenía se notaba menos pero dejaría huella.
    —Relájate y siéntete como yo—le dije. Entonces, bajé besando su cuello, su clavícula, su pecho, su estómago... Todo. Ahora entendía el descontrol de sus actos; era fascinante saborear el cuerpo de la persona que se ama. Mientras yo le besaba y me deleitaba con sus débiles gemidos, él acariciaba mi cabello suavemente. No quería que esto jamás terminara, pero... noté como un bulto tocaba mi estómago y venía de la entrepierna de mi amigo.
    —T-takeru...
    —¡Disculpa...!—me decía todo rojo—¡Fu-fue sin intención! No pude controlarme y...
    —No pasa nada, jaja. Si fuese tú, supongo que estaría igual. Lo peor es que todavía no puedo atender tu amiguito...—ambos chasqueamos la lengua. La situación no nos dejaría y todavía no estábamos preparados. Es decir, llevábamos 4 días saliendo y encima estábamos en el aseo de la escuela, sería muy descarado—. Pero, no por eso voy a dejar de quererte—fue lo primero que se me cruzó por la cabeza.
    —Idiota, así sólo conseguirás que empeore.

    ¡Ya está!
    A poco también estuve escribiendo el VIII y la verdad me gusta porque cierta parejita tiene un momento especial<3 En fin, un placer "regresar" y espero que mis ánimos sigan queriendo que continúe esto.
    Saludos a todos :3
     
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21 replies since 13/12/2014, 00:40   922 views
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