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VivaEspaña!
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Necesitaba acabar ya el lemmon. Muchas gracias por comentar 
Aprecio infinitamente sus comentarios.
Como había dicho, cogió en volandas a Harry. Su cuerpo no pesaba nada y se sintió invadido por la ira cuando pensó en que la razón era su poca alimentación; si ya de por sí su constitución era delgada, ¡cuánto más flaco era ahora! Porque la palabra era "flaco". Los huesos de su vientre le sobresalían y, cuando le apartó los pantalones, comprobó muy a su pesar que lo mismo sucedía con los muslos. Tan escuálido, le inspiraba compasión, pero también (e intentaba desesperadamente disipar ese sentimiento) una desbordada ternura.
Acercó su boca y besó los muslos, con cuidado de no dañarle. Él mismo era aún poco menos novato que Harry; ya no era virgen, aunque apenas lo había hecho dos veces, con la misma persona. Recordaba que, después de haber cortado con él, este lo había acusado de ser un pescado frío en la cama. La suerte de hacer el amor con un virgen (y lo supo por los gemidos que lanzaba al aire; Connor sabía muy bien la torpeza de sus propios besos. Un experimentado a lo mejor estaría tratando de enseñarle. Quién sabía) era que, comparado con Harry, él mismo no era ningún pescado frío en la cama. Continuó con aquellos muslos; podía jurar que, de entre toda la piel que había probado de Harry hasta el momento, ese era el lugar más cálido y hogareño de todos; su vello, algo oscuro, le rozaba y calentaba sus manos, chorreantes del sudor de su propia excitación.
Harry gemía, sollozaba y besaba el rostro de su amante. El único lugar al que llegaba.
-¿Cuándo... -comenzó a preguntar-... te despojarás de esa ropa inútil?
Connor no salía de su estupefacción. La pregunta tenía un sentido tan sexual y, envuelto en el tono sensual que imprimió, consiguió que sintiese como su polla se endurecía, hasta el punto de dolerle.
-Muy pronto, mi querido gatito. -Y le besó los labios.
Los calzoncillos eran la última prenda que ocupaba la piel de su amante. Se los quitó; su polla era pequeña y fina, nada exuberante, incluso podía afirmar que era aburrida. Pero, al verla, sintió el desmedido deseo de besársela. Lo hizo, en la base de la punta. Harry se sorprendió de que su verga se erizarse e irguiese, orgullosa; un líquilo pre-seminal comenzó a ascender de su pene y Connor lo lamió, aunque torpemente.
Luego, se quitó la ropa; su estómago era igual de abultado que el de Dudley y su rostro también era similar al de él, pero lejos de desagradarle, le excitó bastante; una sensación le sacudía el cuerpo.
-¿Quieres hacerlo? -preguntó.
Harry no tuvo ninguna duda de a qué se refería.
-¿Me dolerá, verdad?
-Seguramente, pero trataré de que te duela lo menos posible. Con un bote entero de lubricante y estos deditos verás qué maravilla.
Aunque era una broma, el miedo de Harry no disminuyó lo más mínimo. Pero confiaba en Connor, y le dio su aprobación.
Sonriente, le besó esperanzado el vientre (una de sus zonas preferidas en el cuerpo de un hombre) y, con el bote de lubricante, introdujo uno de sus dedos en la entrada estrecha del chico. Estaba apretada, quizá demasiado, y preguntó:
-¿Qué tal?
-Es una leve molestia, pero nada más.
Introdujó otro dedo y removió suavemente hasta que, a lo mejor dolorasamente, su entrada cedió un poco, lo suficiente para que entrase. Harry aulló, pero de dolor. Connor acunó su polla y rogó a Harry que se voltease. Una vez hecho esto, Connor subió a la espalda de su chico y entró en él, cuidadosamente. Una corriente de dolor le sacudió la columno vertebral, aunquefue precedida por un placer extraño, totalmente carnal, que lo acunaba vigorosamente.
-Cuando estés listo, dímelo.
-Ya está.
Las embestidas eran placenteras; las paredes de su entrada cada vez cedían más; el dolor se sincronizaba con el placer, y a Harry no le importó lo más mínimo. Él estaba disfrutando totalmente, y Connor también porque comenzó a murmurar palabras obscenas, que encendieron más a Harry:
-Eres tan estrecho, tan caliente, tan rico. No quisiere jamás abandonar este lugar. Esta piel. Mi hogar, mi patria, mi bandera.
Cuando finalizaron, Harry trató de encajar su cuerpo con el de Connor. Y, a pesar de las diferencias, sus cuerpos se acoplaban perfectamente.
Es evidente que el hombre es un animal.
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Estuvo muy bueno el lemmon, por mucho que yo trato, no se me da, espero contii con ansias. Enviado por ForumFree Mobile
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VivaEspaña! .
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Tampoco es que el lemmon que hice fuera bueno. Un buen lemmon es muy complicado de hacer... Seguro que con más práctica te saldrá hacer un lemmon, bueno o malo, pero verás que te sale.
Desnudos y jadeantes, acurrucados mutuamente en el cuerpo contrario, Harry se preguntó, asustado, qué acababa de hacer, cómo se le había ocurrido ofrecerse a una persona que tal vez no estaría en una semana, ¡o menos! ¿Se lo habría replanteado siquiera su amante? Llegar al orgasmo era dulce, sí, pero resultaría muy agria la despedida, la cual sería seguramente para siempre.
-Connor -le llamó-. ¿Has pensado en el futuro?
-¡Claro! -contestó radiante-. Aunque aún no me decido por carreras ni modos de vida. ¿Por qué?
-No digo eso. Sino en qué pasará con nosotros.
Connor calló de repente y trató de apartar la vista. En unos minutos no contestó, absorto en sus pensamiento. Como era un tema delicado, no le presionó en ningún momento.
-Podemos continuar nuestra relación por medio de cartas.
-¿Y crees que tía Petunia o tío Vernón me dejarán comprar cartas? Mejor dicho, ¿crees que tengo yo dinero para comprar postales?
-Si es por dinero, yo te puedo dar algo. Me traje la cartera y me dieron la paga.
-¿Alguna vez te han llamado ingenuo? -preguntó Harry, sarcástico y por primera vez se sintió inundado por la ira-. Cuando eso se acabase, no tendría para comprarlas.
-Tampoco hay por qué hacer eso. Te mandaré un sobre con postales, ¿de acuerdo?
-Podemos intentarlo a ver. Si se nos tuercen las cosas, o alguno de los dos decide dejar el otro, lo pondremos en nuestros carteos.
-Vale, pero debemos alejar esos pensamientos, mi amor. Tú has sido quien lo ha sugerido. ¿Tanto piensas en que te dejaré?
Harry se frustró con la respuesta, así que dijo, dejando entrever tal vez un lado algo más Slytherin de lo habitual:
-¿Por qué piensas que estoy asustado con que me dejes? A lo mejor estoy apenado con que el primero que deje sea yo.
Empezaban mal. Ambos lo intuyeron. Mas Connor no se calló su respuesta:
-¿Quién te va a querer salvo yo? Me podrás dejar, pero alguien que te desee, no lo esperes. No tienes muchas posibilidades, querido mío. -Y sonrió autosuficiente. Luego se arrepintió de sus palabras, porque, rojo de furia, el otro le golpeó la mandíbula y se marchó de allí. Trató, al menos, de hacerlo, pues Connor lo atrajo hasta la cama y le volvió a hacer el amor. Al principio con un Harry tenso y reacio a las caricias, aunque finalmente las aceptase placenteramente.
No auguraba nada bueno, pensaba Connor, que Harry y él ya comenzaran a discutir. Y hacer el amor podía ser una buena cura para los comentarios hirientes, pero los seres humanos no somos un recipiente hueco, sino que portamos sentimientos. No somos sólo animales, y no podían basar su relación solo en un buen sexo. Si así lo pensaban, su relación iría abocada a las heridas.. -
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En realidad, más que nada, decía en comparación a lo que he tratado de escribir, creo que esa relación está destinada al fracaso, espero contii con ansias. Enviado por ForumFree Mobile
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VivaEspaña! .
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Disculpa. Malentendí el mensaje :/
La siguiente noche, al fin, debía dormir en "su" alacena, con el asqueroso de Dudley. Si no, acabarían sospechando que algo sucedía con Harry y Connor. Se negaba a que eso sucediera. Tampoco debía ser muy malo dormir con Dudley; al fin y al cabo, sólo compartirían en la misma habitación ese tiempo. No tenían por qué conversar entre ellos. (Y por orgullo propio, se dijo, jamás hablaría con él) Y eran nada más que unos días. Luego todo volvería a la normalidad. Realmente, no; la frente le sudaba y se sentía descompuesto (¡aún más que cuando se quedaba con un hambre de mil demonios!) Se burlaría de él y seguro que no se salvaría de alguna que otra perrería.
En cuanto al asunto con Connor, ambos se había jurado y perjurado fidelidad. Aunque Harry dudaba de esas palabras más que de cualquier otra cosa y suponía que con Connor sucedía lo mismo. Él tal vez no, pero Connor, en su ciudad, tendría a mano una infinidad de opciones más que Harry, todas mejores que él. Le hubiese gustado que Connor hubiese sido el primero y el único, pero parecía que no sería así. O tal vez sí. Pues dudaba mucho volver a mantener relaciones sexuales con nadie. ¿Quién iba a enamorarse de semejante adefesio? Connor, que estaba como una cabra. Pero nadie cuerdo. Todos les mandarían a la mierda, tanto a él como a sus sentimientos. Y no estaba dispuesto a ofrecer su cuerpo como un polvo pasajero a todos esos amores. La desesperación era un mal igual de pasajero que esos polvos.
El día comenzó y terminó francamente bien. Los ojos por poco abandonaban sus cuentas al ver una comida buena, en calidad y cantidad. Sabía que no era más que por quedar bien, pero ¿qué le importaba a él, que había perdido la mayor parte de su dignidad? Simplemente, devoró, ante la mirada comprensiva de Connor. Su novio actuaba como cualquier amigo, igual que el anterior día, con la misma naturalidad y, secretamente, Harry se lo agradeció. Por un momento pensó que Connor no querría volver a dirigirle la palabra y rompería silenciosamente ese mutuo acuerdo de escribirse. Pensar en su naturalidad borró ese cruel pensamiento.
Pero, al caer la noche, se preguntó cómo debía actuar frente a Dudley. En cuanto entró, Dudley le regaló una sonrisa fría y malévola. Es verdad que siempre se habían odiado, pero un punto en ese gesto le inquietó realmente.
-Hola... -dijo indiferente, aunque no sintiese sino un miedo y una ansiedad casi desconocidas en él.
-¿Qué tal? ¿Estaba buena la comida que MI madre hizo para nosotros? Eres un maldito gorrón y deberías estar contestar de que mis tíos hayan venido. Si no, tú aún seguirías siendo el criado que eres. Lo único y más de lo que te mereces. Porque, si por mí fuera, tú estarías muriéndote de asco en la mierda con las ratas. Tú, que eres aún más bajuno que las ratas.
-¿En las ratas, no? Bien. Si quieres, me voy ahora mismo. Quizá las ratas me tratarían mejor que vosotros. A lo mejor, esa es mi verdadera patria. Pero, escucha, yo no soy el imbécil cuyos amigos quieren solo por el dinero.
-¿De qué hablas? -preguntó y se acercó peligrosamente hacia él.
-Todos vienen aquí con el propósito de comerse una pizza, no precisamente porque te estimen. A ver si te entran en la cabeza enorme y hueca que Dios te ha dado.
-Por lo menos, yo tengo -contestó el otro, aunque de repente se había quedado helado. Supo que había formulado su comentario de tal manera que parecía querer autoconvencerse a sí mismo.
-Yo no quisiera ninguno, si son como los tuyos.
Entonces, Dudley recordó los sonoros gemidos que había escuchado desde su alacena. Sus primos dormían y no se habían enterado. Él era el único que había permanecido despierto.
-Mi madre no acostumbraba a mantener relaciones sexuales con mi padre. Jamás los he oído gemir, al menos. ¡Y qué coincidencia, pequeña puta, que justo os escucho cuando mi primito y tú estáis durmiendo solos! Yo no sé de mariconadas, ni quiero saber sobre chaperos como tú, pero no te niego que me pusieron mucho tus gemidos. De haber podido, os habría mirado. Pero tenía la polla durísima. No parecía mía. Si algún día puedes, a ver si echamos un polvito, furcia de mierda. Y ahora sí, que te den por culo.
Todavía procesaba la información que había escuchado. No le dio tiempo ni a contestar, y Dudley ya le había dado la espalda y dormía.. -
Ciel Michaelis .
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eso sonó cruel!!!!
Pobre harry!!! Soportando día a día a su primo... Insensible!!!!
Oye~ cuando podrías actualizar???
Es que, realmente esta buenisimo el fic!!!
Pero... No que la pareja de harry era su primo y no connor???
Bueno... Dejando eso de lado, esta buenisimo!!! En realidad es la primera ves que leo esta pareja así que me resulta completamente interesante...
bueno... Pliss actualiza pronto!!!. -
VivaEspaña! .
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Gracias por comentar La pareja principal se supone que es el DudleyXHarry, pero se está alargando un poco el OCXHarry.
De todas formas, estoy tratando de acabar con esa pareja que está empezando ahora mismo lo más rápido que pueda :/
La verdad, mi primera intención era no introducir ni a Connor ni a los hermanos, porque solo servían para meter un contenido vacuo, insustancial... Al final, por una razón meramente visceral, y porque no tenia ni tengo la historia pensada, acabé introduciéndoles.
Harry se mantuvo en silencio encendido, frente a Dudley, y ahora sí se sentía con ganas de vomitar (ahora que tenía algo en el estómago para vomitar, y no el tejido de su alma). Debía despertarlo y, si tenía que hacerlo, actuar de acuerdo a un soborno. Pero luego recordó que le había llamado "puta", "furcia". Contempló ensombrecido el enorme estómago de su primo, como una pesada pelota de baloncesto. Si lo despertado, no sabía cómo actuaría Dudley. Resignado, se recostó de forma incómodo sobre el mustio y sucio colchón y se tapó con un puñado de camisetas viejas de Dudley, a manera de edredón.
A su lado, Dudley se sintió algo mal por haberle insultado de ese modo a Harry. Más de una vez se había enzarzado con él en una batalla dialéctica, pero aquella había sido apenas un monólogo. Las palabras altisonantes que había utilizado le sentaron extrañamente mal, y no sabía si parte de ese mal de cuerpo se lo producía Harry... ¿Acaso se estaba volviendo vulnerable? Nunca se disculparía, pero, sin perder la compostura, despertó ruidosamente a su primo.
-¡Oye! -gritó. Harry se desperezó y le clavó una mirada dormilona y cubierta de legañas, aunque en su interior aún se aitbase su pupila, navegando por las cuencas de sus ojos. De las pocas cosas buenas que podía ver en su primo, sus ojos, debía admitir, para su profunda indignación, eran una de ellas, y más hermosos que los suyos-. Mira, dejaré en paz este asunto. Si vas a tener sexo con mi primo, por más que me duela, halzo, ¡qué más da! Ahora, tengo mis condiciones.
-Lo presuponía -contestó adormilado-. Pero, ¿qué te puedo dar yo que no pueda darte tu madre?
"Una amistad", pensó, pero, evidentemente, se calló. ¿Por qué esa tonta afinidad que le había sacudido con Harry? ¿Si se estaba acostando con su primo Connor? (Aunque, para Dudley, Connor fuese un cabrón de tomo y lomo) Si su orgullo no le permitía pedirle una amistad, sería una tregua entre ellos... Por más extraño que lo escuchase.
-Sólo un pequeño remanso de paz entre ambos. Es lo único que te pido. Digo, que me trates, no como a tu amigo, pero sí con más deferencia que la que acostumbras... Y yo trataré de hacer lo mismo.
Harry evitó reírse, porque el ambiente parecía más sereno que antes. Estaba dolido (ya no era furia), pero sabía que calmas así no las encontrarías todos los días.
-De acuerdo. Con más animosidad entre los dos, ¿no?
-¿El que? No. Sólo quiero llevarme bien contigo. No sé por qué. Es una simple corazonada, un instinto.
Harry no sabía cómo actuar, y Dudley hervía por dentro. Quería una respuesta afirmativa. La ansiaba. Siempre obtenía una, al fin y al cabo. Pero su primo, no obstante, cuando se recuperó, oscureció totalmente el semblante, arrugando el ceño.
-No tienes desfachatez ninguna. No pienso hacer eso. Búscate otra persona que decida olvidar 16 pordioseros años de su vida, porque tú oíste cómo retozaban. ¿Sabes?, no me importa si tu padre me golpea, si tu madre me castiga en mi alacena sin agua ni comida por 5 días, en penumbra. No pienso actuar de esa forma contigo. Y ahora sí -dijo imitando su tono de voz y reproduciendo el final de su frase-, que te den por culo.
Al principio, quiso asesinarlo, sin piedad, deseó tomarlo sin compasión y meterle un tiro por el culo, por maricón y por negar su tan sencillo trato... Bien, pensó al principio, se lo diría a sus padres, ¡incluso a sus tíos! Que supiese Connor a lo que su pequeña puta había renunciado por su "dignidad". Luego se sintió desfallecer y quiso rogarle perdón, rogar por su amistad... Eso no era normal. Esa obsesión que había surgido dentro de él. Podía jurar que desde que los oyó gemir.
-Harry -susurró suavemente.
-¿Qué quieres? -Su cara de pocos amigos lo hizo suspirar.
-Una oportunidad. Lo sé, no tengo verguenza. Pero no sé cómo remediar la mierda que he hecho.
-De ninguna forma, eso está claro. No sé muy bien por qué te ha dado por la amabilidad, después de soltarme ese discursito. A ver si te queda claro que, una vez dicho, no puedes esconderte bajo nada. No te debo dar una oportunidad, pero... supongo que es mejor a estar enfrentados.
-Soy Dudley -dijo tendiéndole la mano, nervioso.
-Yo Harry -contestó. Le tomó la mano y Dudley se encargó de estrecharla fuertemente.. -
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Oh! Hermoso, lamento no haber comentado pero no había tenido tiempo, al fin hay insinuación de DudleyxHarry, awww, empezarán de nuevo, espero contii con ansias. Enviado por ForumFree Mobile
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VivaEspaña! .
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Lo siento. Llevo más quizá de una semana sin continuar. No he tenido tiempo; he tenido exámenes de matemáticas, deberes; el fin de semana vinieron mis tíos, tuve un examen de inglés para aprenderme verbos irregulares. No tuve ningún tiempo.
El día en que Connor se marchó, junto a sus hermanos y sus padres, fue justo al día siguiente. Poco antes, mientras sus progenitores y los tíos de Harry se dedicaban a ayudarlos con la maleta y se despedían, con besos en las mejillas y abrazos, Harry y Connor se besaron, aunque este segundo se resistió a hacer el amor, excusándose con el hecho de que quedaba poco tiempo. Dudley había seguido a su primo y, cuando los vio besarse, inmediatamente se le ajustó en el pecho un sentimiento que lo celaba. No sabía por qué, pero querría haberse arrancado los ojos antes que haber visto aquella escena. Sabía que no era cosa de la homofobia, porque él ya la había perdido hacía Dios sabe cuándo con un hombre, antes de haberse deleitado con los pechos firmes, sedosos y cálidos de las mujeres. Era bisexual, sí, pero con tendencias heterosexuales. Quizá simplemente era el rechazo y la desazón hacia ambos que quedaba en su pecho. Aunque Harry le había dado una oportunidad, juraría que no había sido del todo sincera.
Al salir Connor, Dudley escapó corriendo hacia fuera, pero se mantuvo expectante, pues ambos chicos parecían hablar. No los escuchaba, pero a medida que avanzaba la conversación, sus bocas formaban con más agilidad y rapidez las palabras. Discutían. Connor se marchó visiblemente enfurecido y a Harry le temblaban las rodillas. Surgió de su escondite y miró a Harry, buscando su aprobación; al encontrarla infamada de la debilidad del momento pasado, lo abrazó, fundiéndolo contra su gran estómago. Sus mejillas sobresalientes se colocaron sobre sus pómulos. Era un abrazo casi maternal, comprensivo; no había rastro de vergüenza y mucho menos escondía segundas intenciones.
-¿Qué te pasa? ¿Qué te ha dicho? Sé que no la merezco, al menos no aún, pero quiero que me cuentes qué te ha pasado con él, por qué habéis discutido. Quiero que sepas que, no puedes, sino que debes confiar en mí.
¿Desde cuándo eran sus palabras de un matiz tan consolador? El abrazo de por sí lo había desconcertado, quién sabe a quién en mayor grado, pero, sus palabras, finalizaron la tarea. Dudley disimuló un gesto de confusión malamente.
-Me ha dejado, eso es todo. Pero tenía razón en algo: sus palabras no eran del todo falsas. Él nunca me prometió un amor para siempre. No sé por qué te cuento romanticismos estúpidos.
-Tonterías. Mas tranquilo. Yo no soy el más indicado -dijo tímidamente (¿él, tímido?)-, pero nadie te volverá a herir. Ni mis padres, y mucho menos yo.
Eran sólo palabras, desvestidas y tiernas, no obstante, pero ahora hacía falta hacerlas realidad, y Harry dudaba que no fuesen, igual que las de Connor, cursilerías absurdas. Sin embargo, la fiereza conque las pronunció, fue suficiente para que le regalara una débil sonrisa. Se sintió desfallecer de cariño. Era la primera vez que le brindaba una, a él, verdadera, lúbrica y saneada. Sus labios se curvaban graciosamente, como las curvas de una cintura de mujer y podría decir que, sobre sus labios, y jugando mutuamente en el beso, esas curvas tomarían la dureza y la posesión de un lobo. Meneó la cabeza, sorprendido y resignado. Pero él no quería besar a su primo, por supuesto. Harry se soltó de él, regalándole también un pozo de amargura.
-De todas formas, tarde o temprano, este sueño acabaría. No puedo evitar sentir pena, porque, aunque yo no le haya importado en absoluto, aunque haya sido tal vez un polvo más en su lista, una adquisición de virginidades más, le quería y en los momentos en los que me sentí querido fueron un cielo, una gloria.
No sabía qué decirle. Le dio cariñosos golpes en la espalda.
-Harry, tú te mereces alguien que te quiera para siempre. Verás qué pronto lo hallas, Harry.
-¿Tendrás que ir a despedirte de tus familiares, no?
Quería negar, porque tan junto como estaba a él, se sentía cálido y porque el dolor y la pena que sentía Harry, como en una imprenta, las sentía él. Era la primera vez que empatizaba con alguien. Harry le hacía soñar, era una nueva droga que le hacía experimentar nuevas sensaciones, que le infundía una condición de hermanadad, de humanidad, que lo acunaba profundamente.. -
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Connor es un maldito....pero no es como si esperara lo contrario, la pareja principal es DudleyxHarry al fin y al cabo, al fin está empezando a enamorarse de Harry, ya era hora de que apareciera esa pareja, espero contii con ansias. Enviado por ForumFree Mobile
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Ciel Michaelis .
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Uff... Pobre harry... Siempre ha sido así para el... Bueno... Por lo menos Dudley (creo que es así, me cuesta ese nombre) lo ha visto...
Gracias por actualizar!!! Y sorry si no comente en el cap, anterior, se me borro la lista de suscripciones y no encontraba los fic... (Soy una olvidadiza por completo)
Nuevamente, gracias por escribir el fic!!!
Porfis trata de actualizar pronto!!!. -
VivaEspaña! .
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No te preocupes, tampoco es una obligación comentar.
En efecto, apenas se fueron, todo regresó a la normalidad, la comida, el trato..., excepto la amistad de Dudley. Después de comer, Dudley se dejó una parte de su comida, alegando su falta de ejercicio aquel día (aunque él no acostumbraba a hacer deporte) y se lo llevó a su cuarto, para cuando tuviese hambre. Harry llevó los platos y los fregó. Extrañamente Petunia no le obligó a limpiar la mesa, sino que le permitió volverse a su alacena. Harry sabía bien que no se debía a su amabilidad.
Cuando llegó, Dudley lo esperaba sentado en la cama de su alacena. Con una tenue sonrisa (casi inaudible), le tendió el plato. Harry comió, poco convencido de hacer bien. Luego, con el ceño fruncido, preguntó:
-¿Qué esperas ayudándome?
-¿Debo esperar algo? -sonrió.
-¿En serio tengo que explicártelo? -alzó su voz.
Suspiró. Supuso que sus diferencias no se arreglarían tan rápido, pero ¿de verdad no le podía conceder, él, Dudley, una tregua, un camino a la amistad? A lo mejor sí, pero lo más seguro es que él la rechazase. Era uno de los tantos precios a pagar. No podía pedir nada más que tenerlo algunas veces a su lado, conversando, tratando de empatizar, de buscar esa tranquilidad en sus palabras, como en aquel momento en que se sintió unido a Harry.
-No -contestó simplemente.
-Ahora, ¿me puedes contestar?
-No lo sé. Me he sentido extraño contigo.
Dudley esperaba una respuesta, inconscientemente quería que él correspondiese aquel sentimiento. Pero, en cambio, sólo escuchó silencio.
-Bien. Quizás quieras pensar esta situación. Puede ser que debamos reflexionar.
Harry le dio un beso en la frente. Le supo a esos besos consoladores, que no llevaban imprenso ningún sentimiento sexual, ni amoroso. Sólo algo amistoso. La frente, un lugar donde le había besado su madre más de una vez. Eso no le gustó nada, aunque estuviese siendo injusto. No obstante, tampoco se apartó. Sólo se dio cuenta que algo raro pasaba con él y Harry.. -
Ciel Michaelis .
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esta bien...
Y hablando de la historia, gracias por actualizar...
Y bueno, a esperar la conty!!!
Jejeje. -
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Por lo menos Dudley ya es más amable con Harry, sin embargo aún no comprende que sus sentimientos son de amor, o algo así, espero contii con ansias. Enviado por ForumFree Mobile
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VivaEspaña! .
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Siento el capítulo corto. No tenía tiempo para alargarlo :/
No obstante, ya empieza el HarryXDudley explícito.
La noche cayó. Dudley, junto a un amigo de 18 años, habían decidido ir a una discoteca y, aunque en un primer momento habían querido marchar solos, Dudley decidió hacer caso omiso e invitar a Harry, quien había logrado atraer su atención y sus pensamientos, mas aún no comprendía bien de qué modo. Evidentemente, no era para tomarse unas copas como amigos e, inocentemente, hacer nuevas amistades, sino para pervertir sus sentidos con guapas adolescentes y pasárselo genial.
Harry negó su propuesta, alegando que temía pudiesen descubrir sus salidas. Dudley contestó arrogante:
-¿Estás asustado, de verdad? Vendremos pronto. ¿Quieres que te lo prometa, pardillo?
Harry no podía recordar cuándo habían comenzado a tutearse de un modo tan amigable pero le resultaba una sensación agradable, y, a pesar del pasado, no la habría querido cambiar en absoluto.
Asintió, incrédulo.
-Te lo juro.
-Vale, Duddy -contestó finalmente, casi encogiéndose de hombros-. Me has convencido.
Le encantaba escuchar en boca de Harry aquel apelativo cariñoso y, a pesar que él continuaba llamándolo "Harry", siempre intentaba cargar su nombre de toda la suavidad que sentía por su querido amigo. Ininteligible le parecía, pero no por ello menos dichoso.
Ahora, por la noche, ambos esperaban al chico en la entrada de su casa. Vernón y tía Petunia dormían, habían deseado buenas noches a Dudley y no había peligro (o, al menos, era el mínimo) de que los despertasen.
-¿Alguna vez te has escapado de casa? -le preguntó Harry, con verdadera curiosidad.
-Sí. Más de una vez.
-Yo no me habría imaginado un Dudley rebelde jamás -replicó Harry, y Dudley sonrió tenue.
-Ni yo un Dursley y un Potter hablando gentilmente.
-Tal vez lo tuyo sea aún más surrealista.
Dudley lo admiró profundamente y, cuanto más lo observaba, cuanto más sentía el modo en que lo había enfrentado, la forma en que trastocaba su personalidad, más ganas sentía de tenerlo junto a él en cuerpo y alma. No sabía por qué Connor lo habría dejado, pero no encontraría a nadie como Harry. Esbozó una sonrisa triste y soñadora: Harry jamás podría quererlo. No había duda, y no tenía más que aceptar sus sentimientos, pero eso no quitaba que Harry nunca lo querría, muy a su pesar.
-¡Hola! -exclamó un chico más mayor que ellos. Era Alain, el chico francés de 18 años que los ayudaría a colarse en el boliche.
-Hola -contestó Dudley y agregó, mirando a Harry y a Alain sucesivamente-. Este es Alain, Harry. Y viceversa.
-Buenos días -sonrió Alain, y Harry correspondió el saludo-. Pero, Dudley, si iba a venir un tercero deberías habérmelo dicho. A lo mejor no podemos entrar. Esto es muy azaroso, y nuestras posibilidades se reducirán a medida que el número suba.
-Él vendrá. Y, si no, yo también me voy -contestó impasible, pero calmo, totalmente exento de agresividad.
-De acuerdo. Pero yo no me haré cargo de vosotros si os pillan, eso acordamos.
-Tampoco lo esperaba. Pero no lo pensaré más. Vamos.
Harry no quería dificultar la cosa y dijo:
-¿Qué tal si me voy a casa? Puedo, no es un problema.
-¿Quieres irte? Entonces, iremos los dos. Te convencí para que vinieras tú también y, en caso de que te vayas, nos iremos los dos.
-Da igual. Si se te ha metido entre ceja y ceja, ya podemos hacer milagros, ¿verdad?, pero tú no darás tu brazo a torcer -le reprendió Alain, y Dudley sonrió sin ganas.
Lograron entrar, aunque a duras penas, confundiéndose con el gentío. Harry se tranquilizó una vez dentro, pero la música le taponaba los oídos y los chicos y chicas los constreñían. Alain se despidió de ambos y quedaron encontrarse en la salida dentro de dos horas.
-¿Trajiste reloj, verdad? -preguntó Alain.
-Claro -contestó Dudley.
Cuando se hubo marchado, Dudley se giró para encarar a Harry:
-¿Por qué tienes que ser así?
-¿Qué quieres? -Harry frunció el ceño.
-No tienes que ser tan humilde, ni tan empático con todo el mundo, con Alain, que no conoces de nada... Me haces sentir... uno más -lo último lo dijo más bajo, pero Harry lo escuchó.
-¿Acaso eres especial, o qué? No lo eres, si es que lo piensas. Para mí eres lo mismo que Alain. Deja de hacerme sentir un... ¡Da igual!
Lo dejó plantado y a Dudley se le humedecieron los ojos. No tenía derecho a llorar, pero a veces sacar de dentro el sufrimiento no estaba mal..
Este remordimiento (Harry/Dudley) |
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