Del Odio al Amor... [¡¡ACTUALIZADO!! 23/07/2017]

[Junjou Egoist] Hiroki es un pediatra reconocido, su superior Nowaki es frío y siempre molesta a Hiroki, por lo cual es imposible pasar tiempo juntos. Pero bien dicen que del odio al amor...

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  1. aranza
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    Seguiré por ti esperando, mi vida no llores, que te estoy mirando.

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    Estas por leer el mensaje automatico y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capitulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Espero la lleves bien lo que llevamos del año y gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO REGALO SIN RAZÓN. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa.. :’)


    -+-+-



    Susurros.



    El día en que Takahashi llegó a su vida, esta cambio por completo, y no tenía idea si había sido para bien o para mal; quizá ambas...
    Akihiko siempre fue de las personas que miraba la vida desde un punto de vista diferente, y soñador. Tenía el ideal de que a pesar de que su camino se oscureciese siempre habría una luz que le ayudaría a continuar y no caer. Ese tipo de cosas le había enseñado su madre, y agradecía por ello.
    Sabía mantenerse con una sonrisa en la peor tormenta y apoyar al que hubiese caído en ella; con ese motivo conoció a Hiroki: Aquel chico solitario y sumido en la tristeza que tenía miedo de mostrar su verdadero yo. Él y Miyagi se encargaron de cuidarle, y, a pesar de las piedras que ponía en el camino Nowaki, hicieron lo posible por arrojarlas a un lado y levantarle. Hacer que una persona volará y demostrará el verdadero brillo que emanaba, hacía que el ojivioleta se diera un propósito de vida.
    Cuidar de los demás, y enseñarles lo que el sabe, a eso se debía su pasión por su carrera.
    Todo este ritmo iba en perfecto estado, y el no estaba dispuesto a deteriorarlo.
    Hasta que llego a su vida, su pequeño dolor de cabeza.
    Takahashi Misaki: aquél chico de mirada esmeralda y una sonrisa sarcástica.
    Al principio no negaba que pensó que sería fácil; cuidar del chico, y como siempre, regalar un poco de su conocimiento ya que estaba en su posibilidad. Pero no fue así.
    El ojiverde desde el principio mostró una actitud negativa hacia lo que respecta su trabajo. Y detestaba eso.

    ×××××



    Salió de la sala de juntas del hospital, con un suspiro cansado. Después del escandalo ocasionado allí dentro, por el que se suponía, sería su nuevo pupilo; ya no le daban tantas ganas de ser el instructor de alguien.
    Observo como Hiroki y Miyagi salían siendo el último en quedarse.
    —¡Usami-San!- La voz ronca del director del hospital hizo que mirara hacía el frente. Iba caminando hacia el, con los dos jóvenes detrás suyo.
    —Me alegró que se haya quedado. Miyagi se fue antes...-
    —Si...- Le regalo una ligera sonrisa nerviosa y cansada. Él no tenia porque cuidar niños en cuerpo de adulto.
    —Me disculpo por él comportamiento anterior de Takahashi-Kun.- No tenía la culpa del comportamiento del mocoso, no tenía por que disculparse.
    —No se preocupe. No hay ningún problema...-
    —¡Me alegró mucho de su respuesta Usami-San! ¡Se que nos llevaremos muy bien!- Takahashi se acercó a el y le extendió la mano. ¿Aceptar el saludo quería decir que ya estaba a su cargo?
    Se lo pensó un poco, vacilante entre mirarle a los ojos o no.
    De todas formas, solo era por trabajo ¿Verdad?
    Con resignación, tomo su mano, y el otro río burlón.
    —Es visible la emoción que le da mi colaboración.-
    Un tic apareció en su ojo izquierdo. Él niño no le caía bien desde que saludó a Hiroki con desdén.
    Su superior carraspeo incómodo, y Akihiko le miró.
    —Sera mejor que vaya con Miyagi-San... Akihiko, por favor intenta llevarte bien con Takahashi.- Asintió con lentitud, intentando ser positivo. Tal vez podrían llevarse bien...
    El director se fue caminando con Shinobu detrás de el, no sin antes Misaki abrazarle y susurrarle algo que Akihiko no logro escuchar.
    —¿Y bien? ¿Haremos algo o me tendrás como idiota esperando? Ah, espera. Creo que ya hay uno en esta sala. Dos sería una cantidad excesiva...- Ellos estaban solos en ese lugar. Misaki río y dio la vuelta, comenzando a caminar del lado contrario a donde Akihiko trabajaba.
    —¿¡A donde vas!?- Misaki volteó a mirarle.
    —¿Apenas me voy y ya me extrañas?- El ojiesmeralda sonrió de lado, y continuó su camino, con un ligero contoneo de caderas; se estaba burlando de el.
    —Como si pudiera llevarme bien con alguien como el...- Molesto, Akihiko dio la vuelta y arrastrando sus pies se dirigió a su área de trabajo.
    ¿Misaki sabía que se estaba dirigiendo al área donde trabajaba Hiroki?
    Lo dudaba.

    *-*-*-*



    —¡Usagi-San~! ¿Me estuvo esperando todo este tiempo?- Misaki hizo un ademán de corazón con las manos y corrió hacía Akihiko. Con media maldita hora de retraso.
    —Te he dicho que no me llames de esa forma. Te he esperado porque si te ven alejado de mi estare en medio de un lío...-
    —Ah.~ Usagi-Chan es un niño bueno, que no le gusta que papi le regañe.- La risa escandalosa de Misaki hizo que Akihiko rodará los ojos fastidiado.
    —Solo vamonos.- Comenzó a caminar a paso rápido. Iba tarde, y le preocupaba que alguna madre se quejase de no haber sido atendida a tiempo o correctamente. No se lo perdonaría.
    —Como ordene el jefe.- Su tono cínico, obviamente no le convenció.
    Esto le molestaba. Realmente le irritaba que Misaki no tomase su trabajo en serio y solo respondiese con burlas y malos modos. Ahora entendía porque le expulsaban de cada hospital al que llegaba de practicante.
    Con tan sólo un mes, el ya creía haber vivido el peor infierno de su vida.
    ¿Por qué es que le aguantaba tanto? Quizá porque no podía permitirse dañar su orgullo, y renunciar al reto tan fácil.
    El chico de atrás había comenzado a silbar divertido, dando pasos largos como un niño pequeño. ¿Realmente quería estar allí, o solo lo hacia para fastidiar a las personas?
    Entro a la sala de maternal, aun ignorando si Misaki estaba o no intentando molestarle.
    —¡Ah! Usami-San, Takahashi-Kun buenos días.- La enfermera sonrió dándoles un cordial saludo, al cual ambos correspondieron.
    Con un gesto cansado Usami se sentó en uno de los sillones de la habitación.
    —¿Es que no haz dormido bien, Usagi-San?- Akihiko le miro molesto.
    —¡Eh estado cubriendo tus turnos! Deja de preguntar idioteces...-
    —Ah... Pero que gruñón... En fin, me retiro.- ¿Estaba de broma, no?
    —¿A donde vas?-
    —¿Tu cubres mis turnos, verdad?- Lo detestaba definitivamente.
    —¡No puedes irte!-
    —Si no puedes conmigo. ¿Qué harás con los niños? Definitivamente no estas capacitado para esto, ve a escribir novelas o que se yo, señorito soñador.- Akihiko ya no dijo más. No porque no tuviera que decir, si no porque no podía.
    Si. El era una persona soñadora, y es por eso que le había golpeado muy bajo.
    Misaki sonrió de lado, y salió de la habitación ahora inundada por el silencio.
    —Hijo de puta...- Término por decir molesto, sentándose frustrado.
    Todo estaba saliendo mal. Extrañaba pasar rato con sus amigos, comenzaba a tener fallos en su trabajo, la confianza en si mismo se estaba derrumbando. Todo era culpa de Takahashi. Desde que había entrado al hospital sentía qué podía mover lo que quisiera y a quién quisiera.
    Akihiko ni siquiera sabía que tanto hacía el mocoso en los ratos en los cuales le dejaba solo. Él estaba llevando una carga que no merecía, y realmente no estaba dispuesto a seguir soportándolo.
    En un solo mes, el castaño había acabado con el, y si eso quería, pues el juego podría ser de dos.
    El niño podía probar una cucharada de su propia medicina. Ya no le importaba.

    *-*-*-*



    Misaki llegó agitado a la sala, dónde el hablaba con una joven madre con su recién nacido en brazos, dándole indicaciones con una sonrisa.
    El castaño sostenía una hoja de papel en la mano, con una cara de molestia. Realmente era furia.
    Usami ignorándole, sobreescribio las medicinas que la madre debía tomar, y las entrego.
    —Con dos semanas de tratamiento, usted podrá amamantar a su hijo correctamente.-
    —¡Muchas gracias Usami-San!- Ella se despidió con una reverencia e imitó el gesto con Misaki, retirándose.
    —Buenas noches.- Habló Akihiko con molestia, aunque cierto grado de burla.
    —Hijo de...-
    —¡Calma Takahashi! No se dicen vulgaridades en el trabajo.- Sonrió, ¿quién se burlaba ahora?
    —¿Se puede saber porque no estabas en la maldita puerta cuando llegue? ¡Me han puesto reporte y bajado el sueldo por tu culpa!-
    —¿Mi culpa? ¿Y quien decidió no llegar temprano?-
    —¡Estoy a tu cargo, no puedes hacer eso!-
    —Bueno, hace poco supe que tenías razón... No puedo hacerme cargo. Así que decidí que tu tomarás decisiones propias y te cuidases por ti mismo...-
    —Pero yo...- Akihiko puso su dedo índice en los labios del castaño.
    —Si no puedes contigo mismo, ¿Como pretendes graduarte como pediatra, Takahashi? Creó que aun te faltan muchos años para que estés capacitado. Regresa al preescolar, niño...- Ah, que lindo era el karma. Podría hacerle un altar, si quisiera. Salió de la sala y dirigió sus pasos hacia el área para fumadores.
    —¡Muerete Usami Akihiko!- Como disfrutaba de esto.

    *-*-*-*-*-*



    Tan solo al transcurso de dos semanas, las cosas surgían de maravilla. Por alguna razón, Takahashi se había aferrado a mantenerse en ese hospital como nunca.
    Así que hubo ocasiones en que le vio ya instalado, cuando el recién llegaba.
    —¿Qué miras, maldito?- Misaki le miro con rabia entrar por la puerta.
    —Lo servicial que puedes llegar a ser, mocoso.-
    —A ti no te serviría ni por que fueras el único en la tierra.- Ambos se miraban con cinismo y con burla. ¿Quién iba ganando la guerra? Posiblemente mantuvieran un digno empate.
    —Ahora mismo te tengo lamiendo mis botas, Takahashi.-
    —¡Ah! ¿En serio crees que...?-
    —¿Olvidas que con un simple reporte mio puedes irte despidiendo de tu empleo?- El ojiesmeralda carraspeo, y su mirada se endureció.
    "Maldita la hora, en que llegue a este hospital..."
    Estaban seguros de que nunca podrían llevarse bien.

    *-*-*-*-*-*



    Akihiko caminaba a paso lento por el hospital. Sin un objetivo en específico, sólo pasearse por allí.
    Había dejado de nuevo a Misaki solo para que se encargase del área del hospital, claro, había encargado a las enfermeras que cuidaran sigilosamente del lugar. No estaba tan loco.
    En ese momento iba reflexionando sobre todo lo que había pasado desde que el ojiesmeralda llegó a su vida.
    Tal vez, se había vuelto un poco mas negativo y burlón en su vida cotidiana, y eso, al menos para él, no podía ser peor.
    ¿Cuánto duraría su relación con su pupilo de ese modo? ¿Es que hasta el fin de los tiempos estaba destinado a llevarse mal con el?
    Tal como Hiroki y Nowaki... No. Él nunca sería como su jefe, y Misaki mucho menos llegaría a ser igual de amable que Hiroki, ni intentándolo.
    Joder, como extrañaba a sus amigos.
    Sólo escuchando sus pensamientos, no se dio cuenta de una persona igual de pérdida que él y términaron chocando.
    —¡Lo siento mucho!- Dijeron al mismo tiempo y se miraron.
    Si mal no recordaba, se llamaba Shinobu, era el chico del que estaba a cargo Miyagi y amigo de Takahashi.
    No sabía nada de el, literalmente hablando, desde que el y Misaki habían llegado, se habían cruzado al menos 2 o 3 veces, y con Miyagi no había conversado mucho.
    —Ah... Usami-San...- El joven le sonrió levemente.- Lamento mucho esto, estaba algo distraído.- Akihiko se sorprendió por la suavidad y amabilidad con la que el chico le hablaba. Tenía una ligera sospecha de que sería igual a su amigo castaño.
    —No hay problema, soy yo el que debió haberse fijado.- Unos segundos de silencio, convencieron a Akihiko de que debía irse. Retomó su camino a pasos lentos.
    —¡Usami-San, espere!- Volteo curioso al chico, interesado en lo que querría decirle.
    —¿Si?-
    —Yo... Se que no debo meterme en sus asuntos, mucho menos si el se lo ah buscado pero...- Inmediatamente supo que se refería a Takahashi.
    —¿Qué sucede?- Shinobu bajo la mirada ruborizado.
    —Yo se que el es un poco prepotente. Puede ser orgulloso, burlón e incluso grosero...-
    —Ah. Lo haz descrito correctamente...-
    —Pero, el no es una mala persona. Solo... Esta cegado por palabras ajenas. Usami-San... Por favor tenga paciencia, y dele su apoyo. Posiblemente sea lo unico que necesita.- Parpadeó un par de veces conmovido por él discurso. Se notaba el gran amor que el ojigris le tenía a su compañero.
    —Lo tomare en cuenta...
    Pensó un poco en las palabras que le había regalado Shinobu, cuestionando si creerle o no.
    Quizá era cierto y Takahashi era de ese modo debido a problemas del pasado.
    Después de todo, el ni siquiera le conocía, desde que había llegado no habían hecho mas que discutir, y no había tenido en cuenta que podía conocerle realmente.
    ¿Debía darle una oportunidad? Camino de regreso hacia su área, esperando encontrarse con el niño.

    *-*-*-*



    Con pasos silenciosos y sigilosos se acercó a la puerta, donde una enfermera tenia la cabeza recargada.
    —¿Qué miras Yukki?- Susurró a lo cual ella dio un brinco sobresaltada.
    —¡Usami-San, no me asuste de esa manera!- Contestó en voz baja.
    —Lo siento. Tenía curiosidad a lo que mirabas.- Ella sonrió levemente y con dulzura, dirigiendo su mirada nuevamente a la habitación.
    —Al saber de la irresponsabilidad de Takahashi-Kun, yo misma quise entrar a a encargarme del área, pues el día de hoy estamos llenos... Sin embargo...- Akihiko miro junto con ella, y ciertamente todas las cunas estaban llenas, mas no había ningún ruido alrededor, un profundo silencio albergaba el lugar. Y allí, al fondo de la habitación estaba Misaki quien arruaba a un niño tarareando una canción. La sonrisa que tenía en ese momento, era una que Akihiko jamas había visto; le dio un escalofrío.
    —Gracias por vigilarlo...-
    —Yo solo fui espectadora. Takahashi-Kun sabe hacer bien su trabajo.
    El ojivioleta entró en la habitación, en silencio.
    —Buenas noches.- Hablo Misaki dejando al bebe en la cuna.
    —No pensé que tuvieras la capacidad Takahashi.-
    —¿Y por qué? Que quiera molestarte no quiere decir qué no disfrute de mi trabajo, por algo lo he escogido.- Misaki le miro con el ceño fruncido.
    —¿Y porque lo haz escogido?-
    —Como si te importara.- Recordó las palabras de Shinobu, ahora se daba cuenta lo mucho que Misaki intentaba evadir los temas de su vida privada.
    —Quiero saber. Takahashi ya no quiero que nos llevemos así... De este modo. Quiero que realmente seamos compañeros.- Él otro suspiró con fastidio.
    —Mi hermano falleció cuando yo tenía 4 años. Mi madre entró en depresión y se suicido dos años después, al final me quede solo con papá quien tambien falleció por fallas cardíacas cuando cumplí 15 años. Yo veía a todos los niños felices corriendo por allí, ¿y yo?- Río amargamente.—Yo sólo deseaba que Nii-San volviera, que madre dejase de llorar. Quería que mi familia volviese a ser la misma. Desde entonces jamás tuve la atención mas que para lo indispensable, parecía que el cariño de mis padres había muerto junto con mi hermano. Nunca pude ser realmente un niño.- Akihiko estaba pálido, sin realmente saber que responder ante esto.
    —¿Y me lo cuentas así de... Facil?- Tartamudeó confundido y pasmado. Misaki rodó los ojos.
    —Tú preguntaste.-
    —Es algo difícil de digerir y de contar... Más si tu eres el protagonista de las tragedias.-
    —La he pasado tan mal los últimos años que realmente eso es algo que ya no duele contar Usami-San, no me molesta ni decírselo a un desconocido.- Hablo serio y cansado, como si realmente no le afectase en lo absoluto.—Supongo que por eso estoy aquí. Estas criaturitas realmente son amadas como deben, y no me perdonaría si algo les pasase...-
    Así que era verdad... Misaki realmente era una persona que había pasado por mucho; a eso debía su actitud.
    Joder, ahora se sentía tan mal. No podía seguir comportándose como un niño.
    —Takahashi... ¡Yo no puedo seguir llevándome mal contigo! ¡Acepta mis disculpas, por favor y llevemonos mejor!- El castaño bostezo.
    —Eres un idiota.- ¿Eso era un no?—Pero, esta bien. Te concederé mi honorable perdón y podre intentar llevar una relación estable.- Una nueva sonrisa burlona apareció en su rostro mientras una de sus manos iba hacia su cintura y la otra la alzaba hacía el.
    Los ojos de Akihiko brillaron, y tomó la mano al instante.
    —Tranquilo Usami, pareces cachorro feliz de ver a su dueño.- Eso al menos era un avance.
    Esa, fue la primera conversación de cientas más que vendrían, donde su único medio de comunicarse eran los susurros.
    Que de ser simples palabras, comenzarían a volverse risas y secretos ocultos.

    *-*-*-*



    —Hazlo con cuidado, sostén su cabeza.-
    —¡Ya lo se, joder! Solo... Estoy algo nervioso.-
    —Si te pones nervioso puedes tirar...
    —¡Ni se te ocurra decirlo, idiota!-
    Akihiko y Misaki bañaban a un pequeño niño, pues ese día se iba del hospital y iban a entregarlo adecuadamente a su madre.
    Desde que iniciaron esa conversación un mes antes, habían comenzado a trabajar juntos. Como debió ser siempre, decía Akihiko.
    —Lava su cabeza, Usagi-San.-
    —Claro. Tu no puedes hacer dos cosas a la vez porque entras en pánico.-
    —¿Quieres dejar de echarlo en cara y hacerlo, conejo odioso?- Y ya se había acostumbrado a los apodos.
    —Solo porque accediste a bañarlo.- Ahora llevaban una buena relación.
    Al terminar, bañarlo y cambiarlo, Takahashi lo arrullo como solo el sabía -Akihiko casí se duerme también- y lo acostaron en su cuna.
    —Soy tan bueno en mi trabajo.- Dijo orgulloso de si mismo, mientras reía.
    —Pero si tenías miedo de darle un baño.-
    —Calla; debo disfrutar esto.- Ambos miraron al niño dormir y la habitación quedo inundada en el silencio.
    —¿Después de esto iremos a comer al comedor o aquí estamos bien?- Y claro. El comentario fuera de lugar de Misaki debía estar allí.
    —Aquí.- Susurro Akihiko sin subir la mirada.
    —Muchas veces te he preguntado porqué siempre te quieres quedar aquí en vez de ir a la cafetería y jamás respondes.-
    —¿Y porqué tu prefieres ir allá?- No supieron cuándo comenzaron a susurrarse nuevamente una conversación. Suponían era la costumbre.
    —Detesto el silencio. Prefiero que haya ruido, saber que estoy en un lugar real.- El ojivioleta suspiró, apoyándose en la cuna.
    —Si que somos muy diferentes Takahashi.-
    —¿Qué dices?-
    —Mucho ruido termina por desesperarme.- El ruido lo asustaba en cierto modo, entraba en un modo alerta con solo estar en un sitio lleno de barullo, toda su vida ya había estado en uno, un lugar donde todo el ruido lo atormentaba a el, le juzgaba, le lastimaba.— Prefiero el silencio. En el se conservan miles de recuerdos e historias; sin embargo entre tanto ruido, estas terminan por perderse. En el silencio puedes sentir y oír miles de cosas. Es una sensación única.-
    —¿Qué cosas?- La incredulidad y el amargo tono que uso Misaki hizo que el ojivioleta se frustara. Nunca vio a alguien tan antipático como su pupilo.
    Pero Akihiko no permitiría que alguien a su lado viviera sumergido en la oscuridad, así que contestó.
    —El sonido del palpitar de un corazón.- Lo miró por primera vez a los ojos. Unos ojos brillantes llenos de esperanza, viendo a unos ojos esmeralda opacos que hace mucho habían caído en la desesperación.
    Misaki ni se esforzó en esconder su fuerte sonrojo y desvío la mirada con rapidez.
    —¿Cómo puedes saber que el corazón que oyes no es el tuyo...?- Tartamudeó.
    —No puedes saberlo. No importa que tan diferente sea la persona, todo corazón late al mismo ritmo.-
    —¿En serio crees eso?-
    —Tanto, que se que ahora un corazón soñador e ingenuo esta latiendo al mismo tiempo que uno roto y perdido.-
    Lo vio y supo de inmediato que había entendido su indirecta. Y sus mejillas rosadas habían palidecido.
    —Esos dos corazones no deben de llevarse muy bien. Son lo contrario del otro.-
    —Al menos lo intentan.- Usami sonrió y cerró los ojos, oyendo como Misaki gruñía ante sus cursis palabras. Podía saber que estaba sonrojado aun sin siquiera verlo.
    —Usagi-San es un idiota.-
    —Si. Un idiota soñador.-
    Y se quedaron un rato mas allí. Compartiendo el silencio que tanto se disfrutaba. Akihiko fingió no darse cuenta, pero aprecio el momento en que Misaki limpio ligeras lágrimas que se escaparon de sus ojos. Y se sintió feliz por el, tantos sentimientos reprimidos realmente asfixian.

    *-*-*-*



    ¿Qué significaban exactamente las palabras que Misaki había dicho?
    Era más que obvio que iban dirigidas a Hiroki. Y le dolieron a el. Le dolió ver su rostro, su miedo, sus lágrimas.
    Le dolió ver aquella actitud sarcástica destruida.
    Misaki se estaba derrumbando y no tenías que ser un genio para darte cuenta.
    —¿Donde estas?- Susurró con desesperación.
    Verlo tan afectado solo le había hecho querer acercarse. Y joder... No podía permitir qué el cariño que ya le había tomado desapareciera y ni siquiera supiera la razón.
    No podía permitir que todo su avance se cayera en pedazos.
    Quería que Takahashi sonriera con libertad y dulzura, como nunca había podido.
    ¿Por qué? Bueno. En resumen, Akihiko era un idiota soñador.


    [-][-][-]

    Lo veo y no lo creo, ¿yo actualizando? ¡Mañana se nos va el mundo! No se si aún hay gente que vaya a leer esto, digo, ¡la ultima respuesta fue hace 11 meses Joder, me siento tan avergonzada -se tapa toda(?)-
    Ay no se, la actitud de "perra pero no de tu esquina" de Misaki me fascina, por eso siempre lo pongo así en mis fics.<3
    De ser un lamebotas a un chico burlón y cínico, enamora we, ENAMORA.
    En fin, los amo bebos, bai.(?)
     
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92 replies since 1/2/2015, 05:04   4052 views
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