Picadura de Escorpión

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  1. Demian Eires
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    hola a tod@s, este es el primer fanfic que escribo con tematica de Harry Potter, me gusta la saga pero no soy muy fan, todo surgió como un regalo de San Valentin para una amiga, ahora me animo a subirlo luego de que ella me dijera que le gustó XD la pareja de Albus y Scorpius me gustaba desde que leí un fanfic llamado Inmoral -uno de los mejores que he leído- bueno, ahora ya sin más que decir, les dejo mi escrito, espero que les guste, y cualquier falla con referente a la realidad de HP mis disculpas, como ya dije no soy demasiado fan.

    Era una asquerosa tarde de verano, de esas en que parece que pudieras ahogarte solo con inhalar el aire caliente que estaba en todos lados, al menos eso era lo que él pensaba mientras agitaba insistentemente un libro que le servía como abanico mientras caminaba de un lado a otro por Malfoy Manor ¿Por qué demonios se tardaban tanto? ¿Por qué lo habían dejado solo? Para lo primero no tenía respuesta, pero para lo segundo sí, quedarse hasta las 5 am leyendo un libro lo había hecho despertar a las 1 de la tarde, cuando ya se habían ido. Suspiró pesadamente, aunque fuera su culpa estar solo ahí se estaban tardando demasiado.

    - Ya llegamos – Anunció la voz madura de su padre que con sus 36 años no aparentaba ni un poco esa edad, más parecía su hermano que su progenitor.

    - ¡Scorpius! ¡¿Dónde demonios te metiste, engendro?! – Una segunda voz se escuchó en la mansión, aunque era una estupidez gritar ya que si el rubio hubiera estado al otro lado de la mansión hubiera sido imposible que lo hubiera escuchad, aunque por suerte para el castaño se encontraba en el cuarto siguiente.

    - ¡Aquí estoy maldita sea!- Scorpius se hizo presente en el cuarto encontrándose con Potter, padre e hijo, y su propio padre, ambos adultos tomados de la mano cosa que pasó como normal para ambos adolecentes de 15 años – Te extrañé – Dijo el más bajo que, olvidando el calor, rodeó con los brazos a su hermanastro.

    Pues así, Potter y Malfoy llevaban casi 8 años de casados, ambos divorciados de sus esposas habían ahogado sus penas el uno en el otro dando como resultado un amor difícil de asumir pero que acabó con un hermoso y sencillo matrimonio totalmente privado, sin más invitados que una selecta lista de amigos, todos de Harry porque Draco sin sinceramente no los tenía. El carácter agrio de Malfoy no había cambiado ni un poco, excepto con el castaño por quien se dejaba malcriar y consentir como si fuera un quinceañero enamorado.

    - Vamos, Vamos - Jaloneó Scorpius a Albus sin dar la más mínima importancia a los adultos que momentos antes había saludado con un simple “hola” y ahora conversaban de algo que poco y nada le importaba- Entiendo que quieras ir a ver a tu madre, pero ¿no te parece que un mes es excesivo? – Quien iba atrás se detuvo en seco y cuando el rubio volteó a verlo se topó con la imagen de su hermanastro con las mejillas llenas de lágrimas y la mirada al suelo - ¿Albus?

    - Yo… te extrañaba tanto… y ahora que llego… todo lo que haces es quejarte por el tiempo que estuve ausente – La voz del más alto era temblorosa y sollozante causando que el contrario se asustara e hiciera una mueca de preocupación y desesperación al verse en una situación en la que no sabía que decir- Y ahora… ¡Vieras tu cara!

    - ¡Estúpido! ¡Me habías asustado! - Se quejó Malfoy cuando su hermanastro y mejor amigo comenzó a reír estrepitosamente , el rostro del de ojos grises había divertido al mayor que había visto justo lo que esperaba, la preocupación del menor por él- El día que realmente te ocurra algo no te voy a creer.

    - Siempre logro que te preocupes por mí, pequeño Escorpión – el tono del chico rayaban entre la broma y lo real, sus manos tomaron al contrario por las caderas en un acercamiento que iba por la espalda del rubio que estaba cruzado de brazos- no quiero que mi dulce Scorpius se moleste conmigo.

    - que idiota eres – Negó el de ojos grises cuando un beso fue dejado en su cuello antes de apartar de voltear y dar un empujón a quien lo sostenía, no con enojo, su no más bien con intención de jugar – Si no te conociera diría que quieres seducirme.

    - ¡Claro que quiero seducirte! Te quiero en mi cama esta noche y las siguientes – Con un tono en exceso dramático se apoyó en la pared como si mantener su propio peso fuera difícil.

    - Ahí me tendrás, Potter – Dijo de un modo casi provocativo antes de comenzar a reír- ya, en serio, me colaré en tu cama, tengo una infinidad de cosas que contarte, y muchas más por las que quejarme.

    Como siempre, era el castaño quien escuchaba las quejas sobre la una o dos semanas que Malfoy pasaba en casa de su madre, a diferencia del su progenitora no era una mujer cálida ni atenta, a veces, siempre, se preguntaba si le quería aunque fuera un poco.

    - En serio es una verdadera tortura estar en ese lugar, es como si…

    - Como si sus gatos tuvieran más importancia que tú, lo sé - Completó lo que su hermanastro iba a decir, acto seguido se echó una grajea a la boca para luego hacer una mueca de asco.

    - Si… - Suspiró abriendo una rana de chocolate y llevándosela a la boca antes de que pudiera saltar, se recostó en la cama mirando al techo, si iba era por compromiso no porque realmente quisiera – Tal vez debería dejar de ir.

    - Deberías, cuando vuelves se te nota más distante y “oscuro” de lo normal – Se encogió de hombros sacando su cuota de sinceridad natural que obtuvo de su padre y madre.

    - ¿Más oscuro? ¿Cómo es eso? – Desvió sus ojos plata a los del contrario que le miraba distraído, lo sabía, cuando volvía se le notaba más distante y reservado.

    - No sé… da miedo acercarse a ti, como si tuvieras un Boggart en frente o a papá por las mañanas – Dicho esto el humor del rubio cambió a la risa, si alguien podía animarlo hasta en el peor momento ese era Albus Potter- Bien, creo que muchos dulces por hoy, o no dormiremos nada –tarde para decir eso, cuando ya se habían comido dos cajas de grajeas y cuatro ranas de chocolate cada uno.

    Luego de ordenar un poco, más bien arrojar todo a un lado de la cama, apartando los cromos sobre la mesa de noche, ambos menores se recostaron bajo las mantas uno frente al otro en la amplia cama que pertenecía al castaño. A penas se filtraba un poco de luz por entre las cortinas gruesas del cuarto, solo la suficiente para que los adolescentes pudieran verse a los ojos.

    - ¿Qué tanto me miras? – El rubio fue el primero en cortar el silencio con una pregunta que hizo reír a ambos.

    - Cuando alguien se queda mirándote fijamente es porque quiere sexo o quiere matarte… solo me preguntaba cuál de las dos es la que pretendes hacer - Sonrió de lado con picardía haciendo que en el contrario asomara un sutil sonrojo que se perdía en la oscuridad del cuarto.

    - Apostaría más a la primera – contestó el más bajo volteando para darle la espalda – aunque quien sabe, tal vez mañana amanezcas con la mordida de un escorpión en el cuello.

    Pasaron minutos de silencio en los que el rubio pensó que su hermanastros e había dormido, cosa que fue descartada cuando unas firmes manos sujetaron de la cintura haciendo que su cuerpo se acercara al de quien lo tomaba.

    - Eso no me molestaría para nada – Susurró en un tono lejano a toda broma, eso era una seria afirmación que dejó helado a Scorpius.

    - ¿Qué...? –Su voz se vio abruptamente cortada por el castaño que sin duda alguna lo había hecho voltear para quedar frente a frente una vez más, sin soltarle la cadera por miedo a que fuese a huir, en eso plantó un coto y suave beso en los delgados labios del más pequeño- ¡Albus! Si esto es una broma no es nada graciosa.

    - ¿Te parece que estoy bromeando? –Estuvo a punto de responder un “sí” pero al ver los ojos color esmeralda no encontró nada de burla o algo que indicase que las acciones del chico fueran una jugarreta, en lugar de eso tenía completa seriedad, era mucho más fácil lidiar con el Albus que le molestaba.

    Antes de tener tiempo para procesar todo eso estaba siendo besado una vez más por el chico que había crecido como su hermano, y demás estaba correspondiendo.

    Eso estaba mal, al menos a ojos del menor, los besos iban y venían por parte de ambos hasta que el rubio se separó de golpe en un atisbo de cordura.

    - Scorpius – Llamó el de ojos verdes a su hermano, casi arrepentido de lo que el mismo había comenzado.

    -Esto está mal… - Atinó a decir, no es que fuera un problema que ambos fueran hombres, no, no era eso, si no el hecho de que estaban juntos desde los 7 años y eran como hermanos, los besos entre ellos no estaban nada bien.

    - No, no lo está… - Contestó Potter pasándose una mano por el rostro y luego echándose el cabello hacia atrás, su boca aún tenía el sabor dulzón de los labios del contrario, su mente gritaba por probar una vez más la lengua del chico- ¿Por qué no lo está?

    - Porque… - ¿Por qué era que estaba mal? Había una razón, y hacía unos segundos la recordaba, era importante, pero ahora se había perdido en el desorden de pensamientos que las manos contrarias acariciando su mejilla habían causado- no lo sé…
    Esa respuesta fue como haber dado permiso al de ojos verdes para una vez más apoderarse de su boca, una vez más Scorpius seguía el juego que el castaño había comenzado, uno lento y tímido, no es como si besar a tu hermano fuera fácil, pero cada vez ambos tomaban más confianza en lo que hacían, llegando a meter la lengua una vez más en la boca de quien tenían en frente.

    ¿Cuánto más seguiría eso? Un poco de lógica aun presente en el más bajo le gritaba que detuviera eso, que no estaba bien, pero fue borrado del todo cuando el mayor cargó suavemente su peso quedando sobre el para luego colar una mano en la camisa de su pijama, acariciando, casi sin tocar, la piel de la cintura.

    - Scorpius –susurró el más alto cuando los labios cuando dejó los labios del chico para pasar a su mejilla, de ahí a su oído y desde ese lugar bajar, con exceso de lentitud, hasta la clavícula del de ojos grises, dando delicados besos que seguramente no dejarían ni un rastro de haber estado ahí.

    Antes de que cualquiera de los adolescentes cayeran en cuenta de sus actos ambos estaban con a pecho desnudo y el castaño besaba con insistencia uno de los pezones del contrario. Ya iban varias noches que el joven Potter había asumido y aceptado su amor por el rubio, específicamente fue cuando antes de salir de vacaciones, cuando el mismo Scorpius le contó que Rose Weasly se le había declarado, en esos momentos sintió unos enormes celos y luego alivio cuando de los mismos labios del chico se escuchó que le había rechazado. Desde ese momento se había propuesto enamorar al Malfoy menor, solo que no sabía cómo y aun no lo resolvía, porque usar una Amortentia no era una opción. Pero ahora ahí le tenía, sin oponerse a sus acciones, y es más, estaba correspondiendo a estos.

    - ¿Puedo? – Preguntó con su cuota de timidez cuando los besos y caricias en el pecho se hicieron insuficientes y sus manos habían bajado hasta el elástico del pantalón de pijama, claro que quería continuar, pero no haría nada que el de ojos plata no quisiera.


    bueno, eso es por ahora pronto podré la conty, espero que les halla gustado y espero sus comentarios :3
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    Me encanta leer yaoiii
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    Diioooos quiero contii... me encantaa quiero saber que va a pasar. :-):-D
     
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  3. Mahetxxi
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    Si quiero conty!!!

    Pero con Scorpius como "activo" no se siempre me ha dado la a impresión de que lo es ..... en fin quiero conty
     
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2 replies since 16/2/2015, 09:37   447 views
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